a través de Biodanza

Si relacionamos este aspecto con el principio femenino
se trata de recuperar la conexión con la Mujer Salvaje
(Clarisa Pinkola “Mujeres que corren con los lobos”) con
la esencia femenina instintiva, con su naturaleza y
sabiduría más profunda.
Biodanza facilita la expresión del instintivo femenino,
liberándolo de la represión propia de la cultura en que
vive. El intento de civilizar a las mujeres ha hecho que
éstas permanezcan adormecidas y pierdan la conexión
con sus instintos. Ese instinto que te dice quien es
“buena” persona y quien no, que te hace abrazar lo que
necesitan para crecer y alejarte de lo dañino, el instinto
que te lleva a huir o luchar ante las injusticias, que te
dice cuando parar para no caer en excesos
(autorregulación), que te indica qué hacer y cuando
aunque parezca incongruente para el mundo y los
patrones establecidos. El instinto te avisa de las trampas
del camino, de los demonios que matan tu naturaleza
femenina y por ello te da libertad. La mujer salvaje te
integra en los ciclos naturales, da equilibrio y vitalidad,
sensación de pertenencia, confianza y serenidad, pues la
batalla interior desaparece, la lucha entre lo que en
verdad soy y lo que debo ser (estereotipos culturales)
carece ya de sentido, recuperamos a la loba que enseña a
sus crías a cuidar de sí mismas y a caminar por la tierra.
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