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Pascua Vicentina

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8<br />

<strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />

bles de todas las Naciones, para que la actividad económica y<br />

financiera se rija finalmente por criterios de verdad, de justicia y<br />

de ayuda fraterna. Que la potencia salvadora de la resurrección<br />

de Cristo colme a toda la humanidad, para que superando las<br />

múltiples y trágicas expresiones de una “cultura de la muerte”<br />

que se va difundiendo, pueda construir un futuro de amor y de<br />

verdad, en el que toda vida humana sea respetada y acogida.<br />

Queridos hermanos y hermanas. La <strong>Pascua</strong> no consiste en<br />

magia alguna. De la misma manera que el pueblo judío se encontró<br />

con el desierto, más allá del Mar Rojo, así también la<br />

Iglesia, después de la Resurrección, se encuentra con los gozos<br />

y esperanzas, los dolores y angustias de la historia. Y, sin<br />

embargo, esta historia ha cambiado, ha sido marcada por una<br />

alianza nueva y eterna, está realmente abierta al futuro. Por<br />

eso, salvados en esperanza, proseguimos nuestra peregrinación<br />

llevando en el corazón el canto antiguo y siempre nuevo: “Cantaré<br />

al Señor, sublime es su victoria”.<br />

EL RESUCITADO EN LA VIDA<br />

DE UN VICENTINO<br />

ORACIÓN FINAL<br />

Señor Resucitado,<br />

como María Magdalena<br />

quisiéramos manifestarte<br />

nuestro amor, expresar<br />

visible y sensiblemente<br />

que te buscamos,<br />

que queremos que Tú<br />

seas el sentido de todo lo<br />

que somos,<br />

es por eso, que te<br />

pedimos que nos des la<br />

gracia que le diste<br />

a Juan de ver y creer,<br />

y que así descubrirte<br />

y reconocerte en<br />

nuestra vida para que<br />

anunciemos que Tú estás<br />

a nuestro lado que nos<br />

vivificas y transformas<br />

porque estás vivo y estás<br />

a nuestro lado.<br />

<strong>Pascua</strong><br />

<strong>Vicentina</strong><br />

Que así sea. 2010


2 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />

El Resucitado en la vida de un Vicentino 7<br />

EL RESUCITADO EN LA VIDA DE UN VICENTINO<br />

PRESENTACIÓN<br />

Estimados miembros de la Familia <strong>Vicentina</strong> de Costa Rica,<br />

como parte de la programación de las actividades para este Año<br />

Jubilar Vicentino, les presentamos el material para que cada<br />

Rama organice la Celebración de la <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong> en sus lugares<br />

respectivos de trabajo.<br />

La fecha propuesta para que lo hagan es el sábado 24 de abril<br />

en horas de la tarde, quiera Dios que se organicen y puedan vivir<br />

la experiencia de Jesús Resucitado como Vicentinos.<br />

Les pido el favor de enviar al correo de la FAVI de Costa Rica<br />

(famvincr@gmail.com) las experiencias vividas en la Celebración<br />

de esta <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong> con el fin de enriquecernos unos a<br />

otros y así sentirnos más unidos como Familia <strong>Vicentina</strong>.<br />

Les animamos a invitar a sus familiares,<br />

amigos y destinatarios de nuestras<br />

obras vicentinas para que juntos<br />

celebremos y vivamos en nuestras comunidades<br />

esta experiencia pascual.<br />

Dios los Bendiga a todos.<br />

Atte: COMISION DE<br />

CELEBRACIONES JUBILARES<br />

VICENTINAS DE COSTA RICA.<br />

estamos salvados! Por eso, desde lo profundo del corazón exultamos:<br />

“Cantemos al Señor, sublime es su victoria”.<br />

El pueblo cristiano, nacido de las aguas del Bautismo, está<br />

llamado a dar testimonio en todo el mundo de esta salvación,<br />

a llevar a todos el fruto de la <strong>Pascua</strong>, que consiste en una vida<br />

nueva, liberada del pecado y restaurada en su belleza originaria,<br />

en su bondad y verdad. A lo largo de dos mil años, los cristianos,<br />

especialmente los santos, han fecundado continuamente la historia<br />

con la experiencia viva de la <strong>Pascua</strong>. La Iglesia es el pueblo<br />

del éxodo, porque constantemente vive el misterio pascual<br />

difundiendo su fuerza renovadora siempre y en todas partes.<br />

También hoy la humanidad necesita un “éxodo”, que consista no<br />

sólo en retoques superficiales, sino en una conversión espiritual<br />

y moral. Necesita la salvación del Evangelio para salir de una<br />

crisis profunda y que, por consiguiente, pide cambios profundos,<br />

comenzando por las conciencias.<br />

Le pido al Señor Jesús que en Medio Oriente, y en particular<br />

en la Tierra santificada con su muerte y resurrección, los Pueblos<br />

lleven a cabo un “éxodo” verdadero y definitivo de la guerra y<br />

la violencia a la paz y la concordia. Que el Resucitado se dirija a<br />

las comunidades cristianas que sufren y son probadas, especialmente<br />

en Iraq, dirigiéndoles las palabras de consuelo y de ánimo<br />

con que saludó a los Apóstoles en el Cenáculo: “Paz a vosotros”<br />

(Jn 20,21).<br />

Que la <strong>Pascua</strong> de Cristo represente, para aquellos Países Latinoamericanos<br />

y del Caribe que sufren un peligroso recrudecimiento<br />

de los crímenes relacionados con el narcotráfico, la victoria<br />

de la convivencia pacífica y del respeto del bien común. Que<br />

la querida población de Haití, devastada por la terrible tragedia<br />

del terremoto, lleve a cabo su “éxodo” del luto y la desesperación<br />

a una nueva esperanza, con la ayuda de la solidaridad internacional.<br />

Que los amados ciudadanos chilenos, asolados por<br />

otra grave catástrofe, afronten con tenacidad, y sostenidos por<br />

la fe, los trabajos de reconstrucción.<br />

Que se ponga fin, con la fuerza de Jesús resucitado, a los conflictos<br />

que siguen provocando en África destrucción y sufrimiento,<br />

y se alcance la paz y la reconciliación imprescindibles para<br />

el desarrollo. De modo particular, confío al Señor el futuro de la<br />

República Democrática del Congo, de Guinea y de Nigeria.<br />

Que el Resucitado sostenga a los cristianos que, como en Pakistán,<br />

sufren persecución e incluso la muerte por su fe. Que<br />

Él conceda la fuerza para emprender caminos de diálogo y de<br />

convivencia serena a los Países afligidos por el terrorismo y las<br />

discriminaciones sociales o religiosas.<br />

Que la <strong>Pascua</strong> de Cristo traiga luz y fortaleza a los responsa-


6 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />

El Resucitado en la vida de un Vicentino 3<br />

“Cantaré al Señor, sublime es su victoria” (Liturgia de las Horas,<br />

<strong>Pascua</strong>, Oficio de Lecturas, Ant. 1).<br />

Queridos hermanos y hermanas:<br />

Os anuncio la <strong>Pascua</strong> con estas palabras de la Liturgia,<br />

que evocan el antiquísimo himno de alabanza de los israelitas<br />

después del paso del Mar Rojo. El libro del Éxodo<br />

(cf. 15, 19-21) narra cómo, al atravesar el mar a pie<br />

enjuto y ver a los egipcios ahogados por las aguas, Miriam, la<br />

hermana de Moisés y de Aarón, y las demás mujeres danzaron<br />

entonando este canto de júbilo: “Cantaré al Señor, sublime es<br />

su victoria, / caballos y carros ha arrojado en el mar”. Los cristianos<br />

repiten en todo el mundo este canto en la Vigilia pascual,<br />

y explican su significado en una oración especial de la misma;<br />

es una oración que ahora, bajo la plena luz de la resurrección,<br />

hacemos nuestra con alegría: “También ahora, Señor, vemos<br />

brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo<br />

manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución<br />

del faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones,<br />

haciéndolas renacer por las aguas del bautismo.<br />

Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser<br />

hijos de Abraham y miembros del nuevo Israel”.<br />

El Evangelio nos ha revelado el cumplimiento de las figuras<br />

antiguas: Jesucristo, con su muerte y resurrección, ha liberado<br />

al hombre de aquella esclavitud radical que es el pecado, abriéndole<br />

el camino hacia la verdadera Tierra prometida, el Reino de<br />

Dios, Reino universal de justicia, de amor y de paz. Este “éxodo”<br />

se cumple ante todo dentro del hombre mismo, y consiste en un<br />

nuevo nacimiento en el Espíritu Santo, fruto del Bautismo que<br />

Cristo nos ha dado precisamente en el misterio pascual. El hombre<br />

viejo deja el puesto al hombre nuevo; la vida anterior queda<br />

atrás, se puede caminar en una vida nueva (cf. Rm 6,4). Pero, el<br />

“éxodo” espiritual es fuente de una liberación integral, capaz de<br />

renovar cualquier dimensión humana, personal y social.<br />

Sí, hermanos, la <strong>Pascua</strong> es la verdadera salvación de la humanidad.<br />

Si Cristo, el Cordero de Dios, no hubiera derramado<br />

su Sangre por nosotros, no tendríamos ninguna esperanza, la<br />

muerte sería inevitablemente nuestro destino y el del mundo<br />

entero. Pero la <strong>Pascua</strong> ha invertido la tendencia: la resurrección<br />

de Cristo es una nueva creación, como un injerto capaz de regenerar<br />

toda la planta.<br />

Es un acontecimiento que ha modificado profundamente la<br />

orientación de la historia, inclinándola de una vez por todas en<br />

la dirección del bien, de la vida y del perdón. ¡Somos libres,<br />

MOTIVACIÓN<br />

Santa Luisa de Marillac enseñaba a las hermanas<br />

que para resucitar con Cristo es necesario<br />

dar muerte a todo aquello que se opone<br />

a la vida nueva y plena del Resucitado: “El<br />

día de <strong>Pascua</strong>, mi meditación fue el deseo de<br />

resucitar con Nuestro Señor, y como sin muerte<br />

no hay resurrección, vi que eran mis malas inclinaciones<br />

las que debían morir y que debía quedar<br />

completamente destruida amortiguando toda<br />

mi vivacidad interior, lo que bien veía no podría<br />

yo conseguir por mí misma, pero me pareció que<br />

nuestro buen Dios me pedía mi consentimiento,<br />

que yo le di por entero, para operar El mismo lo<br />

que quería ver en mí” (E.24 P. 626).<br />

San Vicente, por otro lado, decía a las Hijas de la Caridad:<br />

Adán había dado la muerte al cuerpo y había causado la del alma<br />

por el pecado. Pues bien, nuestro Señor nos ha librado de esas<br />

dos muertes, no ya para que pudiéramos evitar la muerte, pues<br />

eso es imposible, pero nos libra de la muerte eterna por su gracia,<br />

y por su resurrección da vida a nuestros cuerpos, pues en la<br />

santa comunión recibimos el germen de la resurrección. He aquí,<br />

pues, hermanas mías, cómo Nuestro Señor hace lo contrario de<br />

lo que había hecho nuestro primer padre.<br />

SIGNO: UNA CRUZ Y UN CIRIO PASCUAL<br />

AMBIENTACIÓN: Preparar el lugar de la celebración<br />

pascual en donde los signos presidan el encuentro.<br />

Adornar con flores y frases alusivas a<br />

las reflexiones. Además preparar con anticipación<br />

las lecturas, los cantos y el horario de la<br />

celebración de manera que ayude a vivir como<br />

familia la experiencia pascual.<br />

OBJETIVO:<br />

COMO FAMILIA VICENTINA TENER UNA<br />

EXPERIENCIA PASCUAL CON JESUCRISTO<br />

VIVO Y AL ESTILO DE NUESTROS<br />

FUNDADORES.<br />

CANTO: (CA) 86, 102, 11, 194


4 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />

El Resucitado en la vida de un Vicentino 5<br />

ORACIÓN INICIAL<br />

Señor Jesús, después de haber reflexionado y vivido contigo tu pasión,<br />

de haberte acompañado en tu calvario, de haber aprendido de ti<br />

a amar hasta el final, hasta darte totalmente,<br />

ahora celebramos con el corazón rebosante,<br />

el hecho de que la muerte no te ha vencido,<br />

que la tumba no te ha retenido,<br />

que has vencido la oscuridad y la sombra, porque has resucitado,<br />

porque estás vivo, porque estás junto a nosotros,<br />

por eso, Señor, danos tu Espíritu Santo,<br />

para que podamos dar testimonio de ti,<br />

anunciando a todos, que has resucitado, que estás vivo. Que así sea.<br />

REFLEXIÓN 1<br />

ENTRADA EN JERUSALEN<br />

LECTURA BIBLICA: Mt 21, 1-11<br />

Dialoguemos<br />

1. ¿Qué sucesos ocurrieron en los últimos<br />

días de la vida de Jesús<br />

2. El relato de la “entrada de Jerusalén”,<br />

¿Qué nos quiere decir sobre la<br />

persona de Jesús ¿Y a nosotros como<br />

vicentinos que nos dice<br />

REFLEXIÓN 2<br />

LA ÚLTIMA CENA<br />

LECTURA BÍBLICA: Mt. 26, 26-29; Jn 13, 12-15<br />

Dialoguemos<br />

1. En la última cena, ¿de qué manera se<br />

presentó Jesús como servidor<br />

2. ¿Qué celebra la Iglesia y los cristianos<br />

en la Eucaristía<br />

3. Nosotros como vicentinos, ¿cómo<br />

tendríamos que celebrar la Eucaristía<br />

REFLEXIÓN 3<br />

PASION Y MUERTE<br />

LECTURA BÍBLICA: Lc 23, 39-47<br />

Dialoguemos<br />

1. Jesús fue un hombre juzgado y condenado<br />

a muerte. ¿Por qué causas y<br />

motivos murió Jesucristo<br />

2. En la Pasión y en la muerte Jesús<br />

aparece como el Rey y Señor. ¿En qué<br />

momentos, de qué manera<br />

3. ¿A qué nos invitan estas palabras: “el que<br />

quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue<br />

con su cruz de cada día y me siga”<br />

4. ¿Cómo vicentinos de que manera hemos asumido la Pasión<br />

y muerte de Jesús<br />

REFLEXIÓN 4<br />

LA RESURRECCIÓN<br />

LECTURA BÍBLICA: Lc 24, 1-8<br />

Dialoguemos<br />

1. ¿Qué significa para nosotros la Resurrección<br />

2. ¿Dónde encontramos hoy a Jesús<br />

Resucitado<br />

3. ¿Cómo vicentinos de que manera podemos<br />

ser testigos del Resucitado<br />

COMPROMISO PERSONAL: Pensar en las actitudes que como<br />

vicentino debo dar continuamente muerte en mí para transparentar<br />

la presencia de Cristo Resucitado en mi vida.<br />

MENSAJE DE PASCUA DEL PAPA BENEDICTO XVI<br />

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 4 de abril de 2010<br />

(ZENIT.org).<br />

Mensaje de <strong>Pascua</strong> que pronunció Benedicto XVI este Domingo<br />

de Resurrección a mediodía, desde el balcón de la fachada de la<br />

Basílica Vaticana, antes de impartir la bendición “urbi et orbi”.

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