Pascua Vicentina
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<strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />
bles de todas las Naciones, para que la actividad económica y<br />
financiera se rija finalmente por criterios de verdad, de justicia y<br />
de ayuda fraterna. Que la potencia salvadora de la resurrección<br />
de Cristo colme a toda la humanidad, para que superando las<br />
múltiples y trágicas expresiones de una “cultura de la muerte”<br />
que se va difundiendo, pueda construir un futuro de amor y de<br />
verdad, en el que toda vida humana sea respetada y acogida.<br />
Queridos hermanos y hermanas. La <strong>Pascua</strong> no consiste en<br />
magia alguna. De la misma manera que el pueblo judío se encontró<br />
con el desierto, más allá del Mar Rojo, así también la<br />
Iglesia, después de la Resurrección, se encuentra con los gozos<br />
y esperanzas, los dolores y angustias de la historia. Y, sin<br />
embargo, esta historia ha cambiado, ha sido marcada por una<br />
alianza nueva y eterna, está realmente abierta al futuro. Por<br />
eso, salvados en esperanza, proseguimos nuestra peregrinación<br />
llevando en el corazón el canto antiguo y siempre nuevo: “Cantaré<br />
al Señor, sublime es su victoria”.<br />
EL RESUCITADO EN LA VIDA<br />
DE UN VICENTINO<br />
ORACIÓN FINAL<br />
Señor Resucitado,<br />
como María Magdalena<br />
quisiéramos manifestarte<br />
nuestro amor, expresar<br />
visible y sensiblemente<br />
que te buscamos,<br />
que queremos que Tú<br />
seas el sentido de todo lo<br />
que somos,<br />
es por eso, que te<br />
pedimos que nos des la<br />
gracia que le diste<br />
a Juan de ver y creer,<br />
y que así descubrirte<br />
y reconocerte en<br />
nuestra vida para que<br />
anunciemos que Tú estás<br />
a nuestro lado que nos<br />
vivificas y transformas<br />
porque estás vivo y estás<br />
a nuestro lado.<br />
<strong>Pascua</strong><br />
<strong>Vicentina</strong><br />
Que así sea. 2010
2 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />
El Resucitado en la vida de un Vicentino 7<br />
EL RESUCITADO EN LA VIDA DE UN VICENTINO<br />
PRESENTACIÓN<br />
Estimados miembros de la Familia <strong>Vicentina</strong> de Costa Rica,<br />
como parte de la programación de las actividades para este Año<br />
Jubilar Vicentino, les presentamos el material para que cada<br />
Rama organice la Celebración de la <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong> en sus lugares<br />
respectivos de trabajo.<br />
La fecha propuesta para que lo hagan es el sábado 24 de abril<br />
en horas de la tarde, quiera Dios que se organicen y puedan vivir<br />
la experiencia de Jesús Resucitado como Vicentinos.<br />
Les pido el favor de enviar al correo de la FAVI de Costa Rica<br />
(famvincr@gmail.com) las experiencias vividas en la Celebración<br />
de esta <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong> con el fin de enriquecernos unos a<br />
otros y así sentirnos más unidos como Familia <strong>Vicentina</strong>.<br />
Les animamos a invitar a sus familiares,<br />
amigos y destinatarios de nuestras<br />
obras vicentinas para que juntos<br />
celebremos y vivamos en nuestras comunidades<br />
esta experiencia pascual.<br />
Dios los Bendiga a todos.<br />
Atte: COMISION DE<br />
CELEBRACIONES JUBILARES<br />
VICENTINAS DE COSTA RICA.<br />
estamos salvados! Por eso, desde lo profundo del corazón exultamos:<br />
“Cantemos al Señor, sublime es su victoria”.<br />
El pueblo cristiano, nacido de las aguas del Bautismo, está<br />
llamado a dar testimonio en todo el mundo de esta salvación,<br />
a llevar a todos el fruto de la <strong>Pascua</strong>, que consiste en una vida<br />
nueva, liberada del pecado y restaurada en su belleza originaria,<br />
en su bondad y verdad. A lo largo de dos mil años, los cristianos,<br />
especialmente los santos, han fecundado continuamente la historia<br />
con la experiencia viva de la <strong>Pascua</strong>. La Iglesia es el pueblo<br />
del éxodo, porque constantemente vive el misterio pascual<br />
difundiendo su fuerza renovadora siempre y en todas partes.<br />
También hoy la humanidad necesita un “éxodo”, que consista no<br />
sólo en retoques superficiales, sino en una conversión espiritual<br />
y moral. Necesita la salvación del Evangelio para salir de una<br />
crisis profunda y que, por consiguiente, pide cambios profundos,<br />
comenzando por las conciencias.<br />
Le pido al Señor Jesús que en Medio Oriente, y en particular<br />
en la Tierra santificada con su muerte y resurrección, los Pueblos<br />
lleven a cabo un “éxodo” verdadero y definitivo de la guerra y<br />
la violencia a la paz y la concordia. Que el Resucitado se dirija a<br />
las comunidades cristianas que sufren y son probadas, especialmente<br />
en Iraq, dirigiéndoles las palabras de consuelo y de ánimo<br />
con que saludó a los Apóstoles en el Cenáculo: “Paz a vosotros”<br />
(Jn 20,21).<br />
Que la <strong>Pascua</strong> de Cristo represente, para aquellos Países Latinoamericanos<br />
y del Caribe que sufren un peligroso recrudecimiento<br />
de los crímenes relacionados con el narcotráfico, la victoria<br />
de la convivencia pacífica y del respeto del bien común. Que<br />
la querida población de Haití, devastada por la terrible tragedia<br />
del terremoto, lleve a cabo su “éxodo” del luto y la desesperación<br />
a una nueva esperanza, con la ayuda de la solidaridad internacional.<br />
Que los amados ciudadanos chilenos, asolados por<br />
otra grave catástrofe, afronten con tenacidad, y sostenidos por<br />
la fe, los trabajos de reconstrucción.<br />
Que se ponga fin, con la fuerza de Jesús resucitado, a los conflictos<br />
que siguen provocando en África destrucción y sufrimiento,<br />
y se alcance la paz y la reconciliación imprescindibles para<br />
el desarrollo. De modo particular, confío al Señor el futuro de la<br />
República Democrática del Congo, de Guinea y de Nigeria.<br />
Que el Resucitado sostenga a los cristianos que, como en Pakistán,<br />
sufren persecución e incluso la muerte por su fe. Que<br />
Él conceda la fuerza para emprender caminos de diálogo y de<br />
convivencia serena a los Países afligidos por el terrorismo y las<br />
discriminaciones sociales o religiosas.<br />
Que la <strong>Pascua</strong> de Cristo traiga luz y fortaleza a los responsa-
6 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />
El Resucitado en la vida de un Vicentino 3<br />
“Cantaré al Señor, sublime es su victoria” (Liturgia de las Horas,<br />
<strong>Pascua</strong>, Oficio de Lecturas, Ant. 1).<br />
Queridos hermanos y hermanas:<br />
Os anuncio la <strong>Pascua</strong> con estas palabras de la Liturgia,<br />
que evocan el antiquísimo himno de alabanza de los israelitas<br />
después del paso del Mar Rojo. El libro del Éxodo<br />
(cf. 15, 19-21) narra cómo, al atravesar el mar a pie<br />
enjuto y ver a los egipcios ahogados por las aguas, Miriam, la<br />
hermana de Moisés y de Aarón, y las demás mujeres danzaron<br />
entonando este canto de júbilo: “Cantaré al Señor, sublime es<br />
su victoria, / caballos y carros ha arrojado en el mar”. Los cristianos<br />
repiten en todo el mundo este canto en la Vigilia pascual,<br />
y explican su significado en una oración especial de la misma;<br />
es una oración que ahora, bajo la plena luz de la resurrección,<br />
hacemos nuestra con alegría: “También ahora, Señor, vemos<br />
brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo<br />
manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución<br />
del faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones,<br />
haciéndolas renacer por las aguas del bautismo.<br />
Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser<br />
hijos de Abraham y miembros del nuevo Israel”.<br />
El Evangelio nos ha revelado el cumplimiento de las figuras<br />
antiguas: Jesucristo, con su muerte y resurrección, ha liberado<br />
al hombre de aquella esclavitud radical que es el pecado, abriéndole<br />
el camino hacia la verdadera Tierra prometida, el Reino de<br />
Dios, Reino universal de justicia, de amor y de paz. Este “éxodo”<br />
se cumple ante todo dentro del hombre mismo, y consiste en un<br />
nuevo nacimiento en el Espíritu Santo, fruto del Bautismo que<br />
Cristo nos ha dado precisamente en el misterio pascual. El hombre<br />
viejo deja el puesto al hombre nuevo; la vida anterior queda<br />
atrás, se puede caminar en una vida nueva (cf. Rm 6,4). Pero, el<br />
“éxodo” espiritual es fuente de una liberación integral, capaz de<br />
renovar cualquier dimensión humana, personal y social.<br />
Sí, hermanos, la <strong>Pascua</strong> es la verdadera salvación de la humanidad.<br />
Si Cristo, el Cordero de Dios, no hubiera derramado<br />
su Sangre por nosotros, no tendríamos ninguna esperanza, la<br />
muerte sería inevitablemente nuestro destino y el del mundo<br />
entero. Pero la <strong>Pascua</strong> ha invertido la tendencia: la resurrección<br />
de Cristo es una nueva creación, como un injerto capaz de regenerar<br />
toda la planta.<br />
Es un acontecimiento que ha modificado profundamente la<br />
orientación de la historia, inclinándola de una vez por todas en<br />
la dirección del bien, de la vida y del perdón. ¡Somos libres,<br />
MOTIVACIÓN<br />
Santa Luisa de Marillac enseñaba a las hermanas<br />
que para resucitar con Cristo es necesario<br />
dar muerte a todo aquello que se opone<br />
a la vida nueva y plena del Resucitado: “El<br />
día de <strong>Pascua</strong>, mi meditación fue el deseo de<br />
resucitar con Nuestro Señor, y como sin muerte<br />
no hay resurrección, vi que eran mis malas inclinaciones<br />
las que debían morir y que debía quedar<br />
completamente destruida amortiguando toda<br />
mi vivacidad interior, lo que bien veía no podría<br />
yo conseguir por mí misma, pero me pareció que<br />
nuestro buen Dios me pedía mi consentimiento,<br />
que yo le di por entero, para operar El mismo lo<br />
que quería ver en mí” (E.24 P. 626).<br />
San Vicente, por otro lado, decía a las Hijas de la Caridad:<br />
Adán había dado la muerte al cuerpo y había causado la del alma<br />
por el pecado. Pues bien, nuestro Señor nos ha librado de esas<br />
dos muertes, no ya para que pudiéramos evitar la muerte, pues<br />
eso es imposible, pero nos libra de la muerte eterna por su gracia,<br />
y por su resurrección da vida a nuestros cuerpos, pues en la<br />
santa comunión recibimos el germen de la resurrección. He aquí,<br />
pues, hermanas mías, cómo Nuestro Señor hace lo contrario de<br />
lo que había hecho nuestro primer padre.<br />
SIGNO: UNA CRUZ Y UN CIRIO PASCUAL<br />
AMBIENTACIÓN: Preparar el lugar de la celebración<br />
pascual en donde los signos presidan el encuentro.<br />
Adornar con flores y frases alusivas a<br />
las reflexiones. Además preparar con anticipación<br />
las lecturas, los cantos y el horario de la<br />
celebración de manera que ayude a vivir como<br />
familia la experiencia pascual.<br />
OBJETIVO:<br />
COMO FAMILIA VICENTINA TENER UNA<br />
EXPERIENCIA PASCUAL CON JESUCRISTO<br />
VIVO Y AL ESTILO DE NUESTROS<br />
FUNDADORES.<br />
CANTO: (CA) 86, 102, 11, 194
4 <strong>Pascua</strong> <strong>Vicentina</strong><br />
El Resucitado en la vida de un Vicentino 5<br />
ORACIÓN INICIAL<br />
Señor Jesús, después de haber reflexionado y vivido contigo tu pasión,<br />
de haberte acompañado en tu calvario, de haber aprendido de ti<br />
a amar hasta el final, hasta darte totalmente,<br />
ahora celebramos con el corazón rebosante,<br />
el hecho de que la muerte no te ha vencido,<br />
que la tumba no te ha retenido,<br />
que has vencido la oscuridad y la sombra, porque has resucitado,<br />
porque estás vivo, porque estás junto a nosotros,<br />
por eso, Señor, danos tu Espíritu Santo,<br />
para que podamos dar testimonio de ti,<br />
anunciando a todos, que has resucitado, que estás vivo. Que así sea.<br />
REFLEXIÓN 1<br />
ENTRADA EN JERUSALEN<br />
LECTURA BIBLICA: Mt 21, 1-11<br />
Dialoguemos<br />
1. ¿Qué sucesos ocurrieron en los últimos<br />
días de la vida de Jesús<br />
2. El relato de la “entrada de Jerusalén”,<br />
¿Qué nos quiere decir sobre la<br />
persona de Jesús ¿Y a nosotros como<br />
vicentinos que nos dice<br />
REFLEXIÓN 2<br />
LA ÚLTIMA CENA<br />
LECTURA BÍBLICA: Mt. 26, 26-29; Jn 13, 12-15<br />
Dialoguemos<br />
1. En la última cena, ¿de qué manera se<br />
presentó Jesús como servidor<br />
2. ¿Qué celebra la Iglesia y los cristianos<br />
en la Eucaristía<br />
3. Nosotros como vicentinos, ¿cómo<br />
tendríamos que celebrar la Eucaristía<br />
REFLEXIÓN 3<br />
PASION Y MUERTE<br />
LECTURA BÍBLICA: Lc 23, 39-47<br />
Dialoguemos<br />
1. Jesús fue un hombre juzgado y condenado<br />
a muerte. ¿Por qué causas y<br />
motivos murió Jesucristo<br />
2. En la Pasión y en la muerte Jesús<br />
aparece como el Rey y Señor. ¿En qué<br />
momentos, de qué manera<br />
3. ¿A qué nos invitan estas palabras: “el que<br />
quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue<br />
con su cruz de cada día y me siga”<br />
4. ¿Cómo vicentinos de que manera hemos asumido la Pasión<br />
y muerte de Jesús<br />
REFLEXIÓN 4<br />
LA RESURRECCIÓN<br />
LECTURA BÍBLICA: Lc 24, 1-8<br />
Dialoguemos<br />
1. ¿Qué significa para nosotros la Resurrección<br />
2. ¿Dónde encontramos hoy a Jesús<br />
Resucitado<br />
3. ¿Cómo vicentinos de que manera podemos<br />
ser testigos del Resucitado<br />
COMPROMISO PERSONAL: Pensar en las actitudes que como<br />
vicentino debo dar continuamente muerte en mí para transparentar<br />
la presencia de Cristo Resucitado en mi vida.<br />
MENSAJE DE PASCUA DEL PAPA BENEDICTO XVI<br />
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 4 de abril de 2010<br />
(ZENIT.org).<br />
Mensaje de <strong>Pascua</strong> que pronunció Benedicto XVI este Domingo<br />
de Resurrección a mediodía, desde el balcón de la fachada de la<br />
Basílica Vaticana, antes de impartir la bendición “urbi et orbi”.