magazine_45_03_rolde143-144-03ep
magazine_45_03_rolde143-144-03ep
magazine_45_03_rolde143-144-03ep
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
10_ROLDE 143-<strong>144</strong><br />
Escuela de Uncastillo. Fecha de construcción: 1928<br />
CEIP Nertóbriga. La Almunia de Doña Godina.<br />
Fecha de construcción: 1928<br />
Los nuevos modelos de grupos escolares de la OTCE, con su organización interna<br />
basada en un largo pasillo al que abrían las aulas de manera consecutiva, parece que<br />
tuvieron como punto de partida otros anteriores de 1912. Tendían por tanto de nuevo<br />
a la escuela-bloque, un modelo que en otros países de Europa comenzaba a abandonarse<br />
en favor de una concepción a base de pabellones más abierta, horizontal y atomizada.<br />
Además, su preferencia por la construcción de grandes grupos escolares en<br />
capitales de comarca y pueblos principales, acarreó unos altos costes que, a decir ya<br />
de los críticos de la época, flaco favor le hizo al objetivo de la escolarización universal.<br />
Pero cada hecho histórico hay que situarlo dentro de un contexto concreto para comprenderlo<br />
con mayor claridad. En este caso, los aires regeneracionistas de la dictadura<br />
(el propio dictador se desplazó a nuestras tierras el año 1929 para inaugurar las escuelas<br />
de Tardienta y Zuera) favorecieron la labor de la OTCE y, ya durante la II República,<br />
sus dos gobiernos progresistas (entre 1931 y 1933 y en 1936) no dudaron en adoptar<br />
la construcción de escuelas como auténtica bandera y objetivo institucional.<br />
En conjunto, puede hablarse del reiterado intento de prestigiar la actividad educativa<br />
mediante edificios sólidos y monumentales que, en algunas ocasiones, parecen<br />
competir con el otro gran icono-edifico local: la iglesia. Su aspecto exterior responde<br />
a la búsqueda de una arquitectura nacional y regional a medio camino entre el pensamiento<br />
regeneracionista y una inteligente adecuación a la geografía y climatología<br />
local. En nuestra comunidad cabe destacar la profusión de elementos neorrenacentistas<br />
que enlazaban bien con la tradición arquitectónica aragonesa y, además, permitía<br />
tomar como punto de partida un estilo poco asociado con los edificios religiosos. El<br />
desarrollo en altura de los edificios, además de encarecer sus costes, permitía mejorar<br />
la iluminación de las aulas mediante amplios ventanales así como lograr el objetivo<br />
higienista de elevar significativamente los techos. También se le dio importancia<br />
por primera vez a los espacios abiertos orientados a la educación física y, en el interior,<br />
fueron cada vez más comunes algunas salas propias de las nuevas tendencias<br />
educativas como la biblioteca, el museo escolar o la sala de trabajos manuales. Eso<br />
sí, la separación de sexos continuó siendo rigurosa.