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12_ROLDE 143-<strong>144</strong><br />
Antigua escuela Ramón y Cajal. Calatayud. Fecha<br />
de construcción: 1928. Arquitecto: Regino Borobio<br />
Antigua escuela de Riglos. Fecha de construcción:<br />
hacia 1934. Arquitecto: Antonio Uceda<br />
mismo arquitecto pero de aspecto claramente racionalista y de menor coste, que fue<br />
finalmente construido.<br />
En este breve periodo de arquitectura escolar racionalista, los arquitectos aragoneses<br />
que proyectan o supervisan las obras consiguen dotar a estos edificios de algunos<br />
rasgos propios ya que si bien adoptan soluciones claramente generales como las<br />
amplias pantallas de vanos en sentido horizontal (que podrían proceder de Le<br />
Corbusier) o los muros revocados y pintados de blanco (al estilo de la Bauhaus), no<br />
tienen problema en aceptar lo nuevo sin abandonar completamente lo anterior, combinando<br />
estos rasgos internacionalistas con el empleo de materiales y soluciones<br />
autóctonas como los paramentos de ladrillo o la cubierta a dos y cuatro aguas.<br />
El traumático paréntesis de la Guerra Civil, y el asentamiento del régimen franquista,<br />
desembocaron en una evidente interrupción en la curva ascendente que venía<br />
experimentando la construcción de escuelas en Aragón. La inhibición del Estado, por<br />
falta de voluntad política y de medios económicos, produjo una reducción drástica del<br />
número de escuelas construidas. Pero aunque parezca paradójico, estas escuelas<br />
fueron clara continuidad de las construidas durante la II República hasta tal punto<br />
que, de las decenas de proyectos que se comenzaron a redactar durante el primer<br />
semestre de 1936, algunos se acabaron construyendo durante la década de 1940 sin<br />
modificación alguna.<br />
Apenas pueden destacarse además en estos años de posguerra la labor de dos<br />
instituciones, no propiamente dedicadas a la construcción de escuelas, pero que acabaron<br />
dejando huella en la historia de la arquitectura escolar en Aragón. Se trata sobre<br />
todo de la Dirección General de Regiones Devastadas que materializó en sus escuelas,<br />
muchas veces formando parte de los equipamientos básicos junto a la iglesia y el<br />
ayuntamiento, el rechazo a las formas racionalistas a través de un neorregionalismo<br />
impregnado de aspectos formales de la arquitectura popular. En cuanto a la organización<br />
interior, ninguna novedad puede apreciarse en sus escuelas pues continuaron<br />
con el tipo de planta propio del periodo anterior en el que se mantenía una rígida