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Internacionales<br />

Por Sergio Paz Murga<br />

Aumentan las críticas a Ingrid Betancourt<br />

La “santa” imperfecta<br />

Ex rehén de las FARC ha sido tildada de egoísta, manipuladora y mezquina por sus antiguos <strong>com</strong>pañeros de cautiverio.<br />

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Internacionales<br />

¿<br />

Puede la selva, aquel lugar plagado<br />

de animales peligrosos y con un clima<br />

asfixiante, develar nuestra verdadera<br />

personalidad o, por el contrario, transformarnos<br />

en un ser irreconocible y <strong>com</strong>pletamente<br />

distinto<br />

¿Puede un cautiverio de más de cinco años<br />

en manos de personas sin el menor sentido<br />

de la humanidad, ignorantes, asesinos a<br />

sueldo y sátrapas sacar lo peor de nosotros<br />

de tal manera que no haya diferencia entre<br />

secuestrador y rehén<br />

¿Puede uno mantenerse incólume y firme en<br />

sus convicciones y es más, hacer de la tragedia<br />

un oportunidad para mejorar<br />

Hay pocas personas en el mundo que puedan<br />

responder a estas preguntas y una de ellas<br />

es Ingrid Betancourt, aquella política y ex<br />

candidata presidencial que se convirtió en<br />

el rostro vivo y dolorido de la guerra interna<br />

colombiana.<br />

Su fotografía, en la que se veía sentada<br />

mirando a la nada en pleno campamento de<br />

las FARC, flaquísima <strong>com</strong>o un esqueleto, con<br />

el cabello largo, y con actitud serena y digna,<br />

dio la vuelta al mundo.<br />

Ella era la santa de nuestros tiempos y le<br />

convertimos un altar privilegiado en nuestros<br />

corazones al que acudíamos siempre para<br />

orar por su liberación. “Protégela, Señor”,<br />

“que la dejen libre, Señor”, “haz que resista,<br />

Señor”, eran las súplicas de miles de devotos,<br />

colombianos y de todas partes del mundo.<br />

Sufríamos si ella estaba enferma, nos<br />

indignábamos si las FARC se negaban a<br />

liberarla, y nos organizábamos cada cierto<br />

tiempo para pedir el fin de su tragedia. Por eso<br />

fue tan emocionante, casi al punto del éxtasis,<br />

cuando supimos que la “Operación Jaque” la<br />

había devuelto a su libertad, a su familia y a<br />

todos nosotros.<br />

Han pasado nueve meses del rescate y<br />

Betancourt está retirada de la vida pública,<br />

escribiendo sus memorias pues tiene la<br />

necesidad de exorcizar los demonios del<br />

encierro en la jungla.<br />

Otros ya lo han hecho o lo están haciendo y uno<br />

de sus demonios es nada menos que nuestra<br />

“santa Betancourt” o, <strong>com</strong>o dijo magistralmente<br />

en un artículo el periodista César Hildebrandt,<br />

la “Juana de Arco del Trópico”.<br />

La imagen que se presenta de ella no es nada<br />

halagüeña. Por el contrario deja al descubierto<br />

una mujer fría y calculadora, muy distante de<br />

las virtudes que le conocíamos. ¿O habrá sido<br />

todo parte de nuestra imaginación<br />

ROJAS: "ME DEMOSTRÓ QUE NO ES<br />

MI AMIGA"<br />

Una de las primeras en criticar a Ingrid fue<br />

la que creíamos era su mejor amiga, Clara<br />

Rojas, quien <strong>com</strong>partió más de cuatro años de<br />

cautiverio con la ex candidata presidencial.<br />

“Yo tuve una actitud generosa y por eso<br />

esperaba algo diferente de Ingrid, pero no<br />

fue así. Ha sido desconcertante y doloroso.<br />

La selva nos distanció y todavía no sé muy<br />

bien qué ocurrió, pero nunca he tenido nada<br />

en contra de ella. Eso sí, pensaba que era mi<br />

amiga, pero me ha demostrado que no lo era<br />

tanto”, dijo Rojas al diario argentino Clarín.<br />

Se ha especulado mucha sobre la relación<br />

entre ambas y aunque no se ha confirmado<br />

oficialmente, fuentes cercanas señalan que<br />

Clara nunca le perdonó a Ingrid la ligereza –¿y<br />

falsedad – de decir que ella quiso matar a su<br />

hijo Emmanuel y que la salvó.<br />

También le duele que Betancourt nunca haya<br />

reconocido que sabía de los peligros que<br />

exponía a su <strong>com</strong>pañera de fórmula cuando<br />

la a<strong>com</strong>pañó al Caquetá en plena campaña<br />

presidencial en febrero del 202, dando inicio a<br />

un infernal cautiverio.<br />

UN ESPOSO DEFRAUDADO<br />

Otro que ha vivido el tormento de la decepción<br />

fue Juan Carlos Le<strong>com</strong>pte, su esposo ante<br />

la ley pero con quien ya lleva varios meses<br />

separados.<br />

Por años mantuvo el recuerdo de Ingrid vivo y<br />

pese a las malas noticias sobre su salud nunca<br />

perdió las esperanzas de volverla a ver. “Ella<br />

es todo lo que tengo en la vida y más”, dijo una<br />

vez con un brillo especial en sus ojos.<br />

Pero Ingrid no pensaba igual. Allá, en lo<br />

recóndito de la selva del Guaviare, ella inició<br />

un romance con otro de los secuestrados, el<br />

senador Luis Eladio Pérez, con quien <strong>com</strong>partió<br />

la hiel del secuestro y la miel de la hamaca.<br />

“Esperaba un recibimiento cálido, porque<br />

de todas formas yo luché, hice todo lo que<br />

pude, trabajé por su libertad y merecía un<br />

agradecimiento que no hubo y fui el primer<br />

sorprendido”, dijo ingenuamente Le<strong>com</strong>pte a<br />

los pocos días del regreso de Ingrid a casa.<br />

El defraudado esposo no se daba cuenta de<br />

que el cuerpo y el corazón de Betancourt ya<br />

no le pertenecían y que las FARC solo habían<br />

terminado por romper algo que, seguro, ya<br />

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Internacionales<br />

estaba quebrado desde antes del secuestro.<br />

Hace unos días Betancourt interpuso la<br />

demanda de divorcio por “separación de<br />

cuerpos de hecho” y los abogados de<br />

Le<strong>com</strong>te la han rechazado. Él alega que no<br />

fue una separación voluntaria sino creada por<br />

una fuerza mayor, las FARC.<br />

En realidad, lo que él busca es una<br />

contrademanda que le permita pedir el divorcio<br />

y tener la última palabra en una relación por<br />

la que dio tanto y no recibió ni las gracias. Se<br />

lo merece, después de todo.<br />

EL LIBRO DE LA REVELACIÓN<br />

Stansell y Marc Gonsalves relatan, ayudados<br />

por el escritor Gary Brozek, los pormenores<br />

de sus 1,967 días de cautiverio en la selva<br />

colombiana.<br />

Califican a las FARC <strong>com</strong>o una mezcla<br />

variopinta de “adolescentes idealistas” y<br />

“veteranos curtidos” sin temor a la muerte,<br />

pero son sus experiencias con Betancourt<br />

las que más llaman la atención del lector. Por<br />

cierto, no tienen nada bueno que decir.<br />

A Ingrid la describen <strong>com</strong>o una mujer<br />

narcisista, manipuladora y mezquina, lejos de<br />

la imagen perfecta, educada, solidaria, leal y<br />

humana que tenemos de ella.<br />

le dijo que éramos personas educadas y que<br />

no íbamos a quedar allí”, señaló por su parte<br />

Gonsalves.<br />

“Ella le escribió a ‘Sombra’ de que éramos<br />

agentes de la CIA. Una farsa que nos pudo<br />

costar la vida. Es una persona que le gusta<br />

manipular y controlar las cosas y eso en<br />

cautiverio es una cosa muy difícil. ¿Por qué<br />

habría de callarme”, agregó.<br />

Los estadounidenses incluso hablan de que<br />

ella se creía con el derecho inaceptable de<br />

<strong>com</strong>er una mejor ración que los demás y a<br />

bañarse primero y mejor.<br />

El libro ha levantado la polémica en Colombia<br />

y, aunado a las críticas de Rojas y Le<strong>com</strong>pte,<br />

ha abierto el debate de hasta dónde se puede<br />

idealizar a una persona de tal manera que sea<br />

confuso distinguir entre la percepción colectiva<br />

y el verdadero “yo”.<br />

Lo más seguro es que Ingrid Betancourt sea la<br />

persona más ingrata, egoísta y manipuladora<br />

del mundo <strong>com</strong>o dicen tantos. Pero también<br />

es cierto, que soportar un cautiverio de tantos<br />

años en la selva y en manos de un grupo<br />

<strong>com</strong>o las FARC requiere de cualidades, tanto<br />

buenas, <strong>com</strong>o malas, para sobrevivir.<br />

Dejémoslo claro, ella solo quería sobrevivir.<br />

Si fue santa, es santa o se convertirá en una<br />

santa de la tragedia colombiana eso depende<br />

de nosotros. Lo que pasa es que nos resistimos<br />

a aceptar la naturaleza humana en algunas<br />

personas, e Ingrid Betancourt, con sus defectos<br />

y virtudes, es una de ellas.<br />

Pero ha sido el libro “Out of Captivity” la mejor<br />

radiografía moral de la candidata convertida<br />

en heroína por el pueblo. Escrita por tres<br />

contratistas estadounidenses secuestrados<br />

por las FARC en el 2003 y rescatados el<br />

año pasado, se ha convertido en un éxito de<br />

ventas en EE UU.<br />

En sus 480 páginas Thomas Howes, Keith<br />

Stansell la acusó, incluso, de haber ayudado<br />

a los narcoterroristas en una requisa contra<br />

los estadounidenses a los que acusaba de<br />

ser de la CIA.<br />

“Mi visión de ella no es positiva. Ella nos<br />

quería en otra parte del campamento. Su tono<br />

era recio, y pude ver una mirada de disgusto<br />

en los ojos de ‘Sombra’ (jefe de las FARC). Él<br />

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