mujeres en todo el mundo alzan su voz a favor de los derechos ...

“ dirección,
Las empresas con mejor trayectoria en la promoción de mujeres a puestos de alta
fueron hasta un 69 por ciento más rentables
”
É Participación política
El impacto positivo
La igualdad de género, la ciudadanía, la participación y el activismo
político de las mujeres son hoy conceptos omnipresentes
en las agendas del desarrollo, la lucha contra la pobreza y la democracia,
ya que para conseguir un pleno desarrollo humano es
fundamental integrar la perspectiva de género en la gobernabilidad,
y que exista una mayor y transformadora presencia de las
mujeres en los puestos de toma de decisiones, así como un movimiento
feminista con fuerza que propicie el reconocimiento de
los derechos de las mujeres en todo el mundo.
La conquista del sufragio femenino fue un punto de partida básico.
El primer país en el que las mujeres consiguieron el derecho
al voto fue Suecia en 1862. Le siguieron
Nueva Zelanda, Australia, los países nórdicos,
la Unión Soviética y algunos países de Europa
Occidental y los Estados Unidos. En España
llegó en 1931 gracias a la labor de Clara Campoamor.
Todavía en el siglo XXI, en algunos lugares,
fundamentalmente de Oriente Próximo
y Medio, las mujeres no tienen derecho al voto
y mucho menos a participar en la vida política.
su Ejecutivo, como Finlandia y Noruega, naciones que cuentan
con una importante trayectoria en políticas de igualdad.
Sin duda, el equilibrio de presencia femenina y masculina en el poder
es un instrumento para mejorar nuestra democracia y hacerla
más justa. Hoy, contamos con una mujer al frente del Ministerio
de Defensa y con un Ministerio de Igualdad, dos aspectos que visibilizan
la prioridad que el Gobierno de España da a la igualdad.
Por lo tanto, las mujeres están accediendo a todas las esferas
de la sociedad, incluida la del poder, pero aún quedan retos por
alcanzar. Las mujeres siguen encontrándose con limitaciones
a la hora de ejercer un cargo público, como la falta de reconocimiento
y legitimidad o las exigencias a las que se ven sometidas
que les fuerza a demostrar continuamente que son excepcionales.
Foto: EFE. J.J. Guillén
En tan sólo un siglo, en España las mujeres
han pasado de no tener derecho a votar ni a ser
elegidas, a formar parte de una democracia
paritaria. Ambiciosas y necesarias normativas
como la Ley de Igualdad, o la anterior modificación
de la Ley electoral en Castilla-La Mancha
para asegurar una paridad parlamentaria,
han hecho que hoy la voz de las mujeres se escuche
y tenga influencia en las esferas de toma de decisión.
Muestra de ello es el actual gobierno español, formado por José
Luís Rodríguez Zapatero, en el que el número de ministras es,
por primera vez, superior al de ministros, en una relación de
nueve a ocho. Las mujeres ocupan la vicepresidencia primera y
las carteras de Defensa, Fomento, Administraciones Públicas,
Vivienda, Educación, Medio Rural y Marino, Igualdad y Ciencia
e Innovación.
El actual acceso femenino a estas posiciones requiere de una
consolidación, lo que conlleva un proceso social que, aunque se
antoja lento, es posible y ventajoso para el conjunto de la humanidad.
La presencia de las mujeres en el ámbito político está
causando un impacto positivo, ya que se producen cambios
como un aumento de la conciencia sobre los intereses de las
mujeres, la disminución de la corrupción, la creación de instituciones
especializadas y la reforma de la legislación para incorporar
cuestiones de género y adoptar nuevas normativas.
La confianza del presidente Zapatero en las mujeres no es más
que el reflejo razonable de la presencia de las mujeres en la sociedad
y en la vida diaria. En un tiempo récord, España se ha situado
a la vanguardia de Europa en materia de igualdad de oportunidades
y con este nuevo equipo de Gobierno se une al “selecto”
club de los países que cuentan con más mujeres que hombres en
“La mujer tiene el derecho a subir al cadalso, debe tener
también igualmente el de subir a la Tribuna”.
OLYMPE DE GOUGES (1791)
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