rodriguez carmona, antonio - predicacion del evangelio de san mateo
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tener claro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio este tipo <strong>de</strong> mesianismo, no se pue<strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>r la catequesis cristiana. Por eso tiene carácter <strong>de</strong> premisa teológica.<br />
Finalmente las tentaciones <strong>de</strong> Jesús, en las que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su plena<br />
libertad humana optó por el camino que le pedía el Padre y se<br />
mantuvo en él, a pesar <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s y can<strong>san</strong>cios, completan la premisa<br />
anterior y exhortan al cristiano a seguir a Jesús por este camino.<br />
2. Juan el Bautista (3, 1-12). La catequesis cristiana primitiva <strong>de</strong>sarrollaba<br />
los dos motivos básicos vinculados a Juan (cumplimiento-fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad-esperanza<br />
y penitencia), presentando las promesas <strong><strong>de</strong>l</strong> AT<br />
que se cumplían (Is. 40, 3; Mal. 3, 1. 23 cf. Ex. 23, 20), <strong>de</strong>scribiéndole<br />
como el Elias que tenía que venir (cita implícita <strong>de</strong> 2 Re. 1, 8<br />
cf. Mal. 3, 23; Mt. 11, 14; 17, 11-13) y aludiendo al contenido <strong>de</strong> su<br />
predicación y a la práctica <strong>de</strong> un rito bautismal, que era expresión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
reconocimiento <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> pecador por parte <strong><strong>de</strong>l</strong> que lo recibía.<br />
Mateo sigue esta línea, enriqueciéndola con perspectivas propias,<br />
en cada una <strong>de</strong> las tres escenas:<br />
i. Presentación <strong>de</strong> Juan (3, 1-6): Juan es el cumplimiento <strong>de</strong> Is.<br />
40, 3 e implícitamente (cf. vestido) <strong>de</strong> 2 Re. 1,8 (Elias); bautiza a<br />
una masa que acu<strong>de</strong> a él, reconociendo sus pecados. Mt. ofrece estos<br />
datos con dos características propias: usa mucho el presente ("aparece",<br />
"clama", "convertios"...) y pone en labios <strong>de</strong> Juan las mismas<br />
palabras que más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante pondrá en los <strong>de</strong> Jesús (4, 17) y en los <strong>de</strong><br />
los apóstoles (10, 7): "Convertios, porque está llegando el Reino <strong>de</strong><br />
los Cielos". Convierte así a Juan en un predicador cristiano y actual:<br />
Juan no es un recuerdo <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado sino que se dirige ahora a la comunidad<br />
y la invita a la conversión.<br />
ii. Predicación a fariseos y saduceos (3, 7-10): con esta tradición,<br />
tomada <strong>de</strong> Q, Mt. subraya el carácter antifarisaico y antiformalista <strong>de</strong><br />
su invitación a la conversión: todos se tienen que convertir, evitando<br />
segurida<strong>de</strong>s y excusas vanas. No valen privilegios religiosos, sociales o<br />
raciales cf. la doble preocupación <strong>de</strong> la catequesis <strong>de</strong> Mt: antirabinismo<br />
y antiformalismo.<br />
iii. Anuncio <strong><strong>de</strong>l</strong> Mesías y su bautismo (3, 11-12): presenta al Mesías<br />
y su bautismo, comparándolo con el suyo y su propia persona,<br />
para <strong>de</strong>stacar la superioridad <strong>de</strong> aquél, que es el Mesías que trae el<br />
bautismo escatológico, que purificará por la fuerza <strong><strong>de</strong>l</strong> Espíritu Santo,<br />
mientras que él es un precursor indigno, con un bautismo <strong>de</strong> agua<br />
que expresa la conversión. Se trata <strong>de</strong> un motivo apologético, frecuente<br />
en la catequesis primitiva, que subraya el carácter <strong>de</strong> precursor<br />
<strong>de</strong> Juan, frente a las pretensiones <strong>de</strong> algunos grupos <strong>de</strong> discípulos<br />
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suyos (cf. Hch. 18, 25; 19, 1-5). Termina anunciando la inminente<br />
llegada <strong><strong>de</strong>l</strong> Mesías, Juez escatológico que va a realizar el juicio-separación<br />
entre el trigo y la paja.<br />
3. Bautismo <strong>de</strong> Jesús (3, 13-17). Jesús recibió el bautismo <strong>de</strong> conversión<br />
como expresión <strong>de</strong> su solidaridad con los pecadores, cuyas<br />
cargas toma sobre sí (Is. 53, 7. 12). Inmediatamente <strong>de</strong>spués tuvo<br />
una experiencia religiosa en la que el Padre le unge y <strong>de</strong>clara profeta,<br />
Hijo-Siervo, <strong>de</strong> acuerdo con lo anunciado en los poemas <strong><strong>de</strong>l</strong> Siervo <strong>de</strong><br />
Yahweh (Is. 42, 1-9; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 13-53, 12). La catequesis<br />
primitiva <strong>de</strong>sarrolla esta experiencia, aludiendo a lo que Jesús "ve" y<br />
"oye": ve el Espíritu, <strong>de</strong> que habla Is. 42, 1, que baja sobre él para<br />
ungirle, y oye a Dios que le proclama Hijo-Siervo con las palabras<br />
también <strong>de</strong> Is. 42, 1. Describe así la unción mesiánica <strong>de</strong> Jesús. El<br />
texto <strong>de</strong> Mt. se inspira en esta catequesis, pero la amplía y modifica,<br />
<strong>de</strong> acuerdo con sus preocupaciones. En primer lugar cambia las palabras<br />
<strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> 2 a a 3 a persona: ya no habla a Jesús sino a los oyentes,<br />
a la comunidad cristiana; no se trata, pues, <strong>de</strong> la unción mesiánica<br />
<strong>de</strong> Jesús, sino <strong>de</strong> su presentación como Mesías, Hijo-Siervo. En la<br />
misma línea está el uso <strong><strong>de</strong>l</strong> presente en la introducción: ahora "aparece"<br />
Jesús, el Hijo-Siervo, ante la comunidad y el Padre lo presenta como<br />
tal. Mt. quiere evitar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> simple recuerdo histórico e invita<br />
a vivir el hecho como presente para respon<strong>de</strong>r a él <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el presente<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lector. Junto a esto, introduce una i<strong>de</strong>a al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> relato,<br />
con la finalidad <strong>de</strong> resolver una dificultad que se presentaba al lector<br />
cristiano: ¿Por qué Jesús, siendo inocente, recibe un bautismo <strong>de</strong><br />
conversión?. Por medio <strong>de</strong> un diálogo entre Juan y Jesús respon<strong>de</strong> a<br />
la dificultad: porque es necesario "cumplir" toda "justicia", e. d.<br />
porque quiere dar cumplimiento, llenar <strong>de</strong> realidad, todo lo dispuesto<br />
por el Padre en las Escrituras, en concreto en los poemas <strong><strong>de</strong>l</strong> Siervo<br />
don<strong>de</strong> está dispuesto que realice su misión en la solidaridad, echando<br />
sobre sí el pecado <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo (en Mt. "justicia" significa hacer la<br />
voluntad <strong>de</strong> Dios). Cf. Notas exegéticas al leccionario <strong>de</strong> Navidad.<br />
4. Tentaciones <strong>de</strong> Jesús (4, 1-11). Jesús fue hombre libre y por ello<br />
tuvo que optar y tuvo que sufrir la tentación. Fue una realidad presente<br />
en toda su existencia (cf. Hebr. 4, 15; 5, 7-10), aunque la tradición<br />
cristiana subrayó especialmente la que tiene lugar al comienzo y<br />
al final <strong><strong>de</strong>l</strong> ministerio, relacionadas con el modo <strong>de</strong> realizar y consumar<br />
su misión, el modo <strong><strong>de</strong>l</strong> Siervo, que es solidaridad, <strong>de</strong>bilidad, fracaso<br />
y muerte. La catequesis se refiere a este hecho <strong>de</strong> diversas formas,<br />
Marcos con un relato breve <strong>de</strong> tipo hagádico, Q escenificando<br />
un diálogo dialéctico entre el tentador y Jesús y Hebreos aludiendo al<br />
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