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SIQUEM Nº VI<br />
Marzo 2015<br />
EDUCAR ES DAR VIDA<br />
Un mensaje de Francisco a los profesores<br />
22<br />
n este mes de marzo, el Papa que vino del fin<br />
del mundo cumplirá dos años al frente de la<br />
Iglesia católica. Un tiempo que ha supuesto,<br />
sin duda, una auténtica revolución dentro<br />
Ey fuera de ésta. No hablo de ruptura, sino de una revolucionaria<br />
continuidad.<br />
El mensaje profundo de Francisco no es diferente al de San<br />
Juan Pablo II o Benedicto XVI, lo que resulta sorprendente y<br />
novedoso es la forma enérgica, familiar y sencilla que tiene el<br />
Papa argentino de trasmitirlo todo. Un mensaje de hace dos mil<br />
años que Bergoglio ha conseguido adaptar a las nuevas formas<br />
de comunicar; Nueva Evangelización, decía ya Wojtyla. Conocer<br />
las reglas del juego mediático, he ahí su proeza.<br />
Buena prueba de su virtud comunicativa, son los veinte millones<br />
de usuarios que le siguen en Twitter, una red de microblogging<br />
que el obispo de Roma utiliza magistralmente cada día<br />
para lanzar mensajes sobre los diversos temas que ocupan la<br />
actualidad. En junio de 2014, Francisco publicaba el siguiente<br />
tuit: Gracias a todos los maestros: educar es una misión importante,<br />
que acerca a tantos jóvenes al bien, a la belleza y a la<br />
verdad.<br />
Y es que, Bergoglio siempre ha insistido en la importancia sublime<br />
de la educación como elemento liberalizador y de amor<br />
entre quien la trasmite y quien la recibe. El objeto de este artículo<br />
es aproximarnos al concepto de educación que sueña Francisco.<br />
Vamos allá.<br />
¿Qué es educar?<br />
Educar es un acto de amor, es dar vida –dice Francisco–. Y el<br />
amor es exigente, pide utilizar los mejores recursos, despertar la<br />
pasión y ponerse en camino con paciencia junto a los jóvenes.<br />
El educador debe ser, por tanto, muy competente, cualificado y,<br />
al mismo tiempo, rico en humanidad, capaz de estar en medio<br />
del mundo con estilo pedagógico para promover su crecimiento<br />
humano y espiritual. Los jóvenes necesitan calidad de enseñanza<br />
y de valores, no sólo enunciados sino también testimoniados.<br />
En este sentido, la coherencia es un factor indispensable en la<br />
educación. No se puede educar sin coherencia; es un esfuerzo,<br />
un don y una gracia que debemos pedir a Dios. Esta coherencia<br />
implica testimonio. Solo será buen maestro aquel que pueda<br />
sostener sus palabras con su vida.<br />
Coherencia y testimonio, eso es educar. Esta dimensión, de alguna<br />
manera estética, transforma al maestro en un icono viviente<br />
de la verdad que enseña. Para Francisco, el paradigma de<br />
este maestro-testigo lo constituye Jesucristo, quien, como buen<br />
maestro, nunca plantea palabras meramente explicativas.<br />
Solo quien enseña con pasión puede esperar que sus alumnos<br />
aprendan con placer. Así, belleza y verdad convergen en esta<br />
virtud docente. Todo se vuelve interesante, atractivo, y suenan<br />
al fin las campanas que despiertan la sana inquietud en el corazón<br />
joven.