noisa-farmacia-argibay-noal

3 ques de Freiremar, una importante
compañía pesquera que, hasta
2013, contaba con una planta en la
ciudad gallega (ver recuadro en la
página 36), según fuentes cercanas
a la investigación.
Una vuelta de tuerca en la forma
de operar de las redes farmacéuticas
que se dedican a la “distribución
inversa” de medicamentos –se
calcula que unas diez organizaciones
mueven este negocio fraudulento
en nuestro país–, que consiste
en conseguir fármacos de las boticas
–que solo pueden venderlos
a los pacientes– para revenderlos
después fuera de España. Un comercio
paralelo de graves consecuencias.
Entre otras medicinas, la
trama desarticulada en la operación
Noisa dejó a las farmacias sin
mercaptopurina, indicada para niños
con cáncer, tal y como publicó
interviú (ver número 2.021).
en el punto de mira
Para sacar sus medicamentos de
España en las tripas de los pesqueros,
los supuestos cabecillas
de la red –Carlos Iván López y sus
hijos Noa y Javier Domínguez– se
habrían servido de las relaciones
que mantenían con la pesquera,
con sede en Las Palmas de Gran
Canaria, ya que abastecían los botiquines
sanitarios de los buques
a través de una de las farmacias
directamente controladas por los
responsables de la red y ubicada
en Marín (Pontevedra).
Esta botica llevaba tiempo en el
punto de mira de las autoridades
sanitarias y policiales y estaba relacionada
con Celtifarma, el bastión
de distribución farmacéutica
de la trama –radicado en Monforte
de Lemos (Lugo)– y que ya fue
investigado en 2012 por la Consejería
de Sanidad. De hecho, la botica
habría llegado a convertirse
.
CLARIDAD
Luis Figueroa,
secretario
nacional del
sector marítimoportuario
de
UGT, muestra
su sorpresa por
la implicación
de pesqueros
en el tráfico de
medicamentos.
■ Una farmacia de
Marín (Pontevedra)
abastecía los botiquines
de los buques. Además,
se cargaban cajas extra
mero barral
en un pequeño almacén de medicamentos
adonde llegaban fármacos
desde diferentes puntos de
España. Desde el Colegio de Farmacéuticos
de Pontevedra su presidenta,
Alba Soutelo, indica que
no tienen información sobre esta
botica en concreto, aunque, precisa,
“hace años que conocemos los ofrecimientos
de compra que se recibían
en las farmacias y el colegio ha alertado
en numerosas ocasiones de su
ilegalidad. Las propias farmacias
eran las que nos informaban cuando
los recibían”.
Según declaraciones de testigos
a los investigadores, a través de la
farmacia marinense, al tiempo que
abastecían los maletines sanitarios
–el control de los medicamentos a
bordo de los barcos está en manos
de Sanidad Marítima, que depende
del Instituto Social de la Marina
(ISM) del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social– los responsables
de la red habrían aprovechado para
incluir cajas extra de fármacos en
los barcos de la pesquera. Eso sí,
en momentos concretos, porque el
verdadero beneficio –la organiza-
34 interviu.es 9/2/2015