ESCENARIOS SIMULADOS - Ministerio de Defensa

[ fuerzas armadas ]
Una seca explosión precede a la
densa cortina de humo blanco que
se expande en pocos segundos. Los
seis componentes de la patrulla, protegidos
por los disparos de sus compañeros,
se introducen en el edificio. Rápidamente,
pasan de una habitación a otra en busca
de los insurgentes que han hecho fuego
contra la columna a su paso por la población.
Uno de los soldados tiene ya situada
la imagen de uno de los atacantes en
el visor holográfico de su fusil HK. «¡Al
suelo, al suelo!», le grita con vehemenci
En la planta superior, otro miembro de la
patrulla está herido. Sus compañeros lanzan
un pequeño robot teledirigido provisto
de cámara para localizarle y comprobar
si hay trampas explosivas. Una vez que la
zona está asegurada, entra un sanitario y
se inicia el simulacro de evacuación: hay
que estabilizar a la baja hasta la llegada
del helicóptero que lo trasladará al hospital
de campaña.
No lejos de allí, se desarrolla un ejercicio
en la pista de silencio, otra de las
instalaciones del Centro de Instrucción
de Combate en Terreno Urbanizado que
tiene la Brigada Paracaidista (BRIPAC)
en su sede madrileña de Paracuellos del
Jarama. En esta pista, compuesta por diferentes
obstáculos, los soldados simulan
una acción nocturna, moviéndose con sigilo
para no ser detectados.
Al mismo tiempo, frente a las pantallas
del Simulador de Combate Próximo,
ubicado en la propia base, otra patrulla se
enfrenta a una emboscada de la insurgencia
afgana en el paso de Sang Atesh. En
otra sala del mismo edificio, un grupo de
soldados recibe una clase teórica sobre los
procedimientos operativos de la fuerza internacional
desplegada en el país.
Faltan tres meses para partir a la zona,
pero todos los miembros del contingente,
desde el coronel jefe al último soldado,
llevan ya otros tantos dedicados íntegramente
a preparar la misión. Están en el
ecuador del «4+2», un intenso programa
de instrucción y adiestramiento al que se
someten las unidades que se desplegarán
en operaciones en el exterior.
«El sistema está dando excelentes resultados
en Afganistán y Líbano, y ha
contribuido a un aumento de la seguridad
de las tropas», señalaba con satisfacción
el general de ejército Fulgencio Coll
(JEME) durante un reciente encuentro
con periodistas en el cuartel general.
Hélène Gicquel
Siguiendo este programa, el próximo
mes de julio, los 700 paracaidistas de la
Bandera Roger de Flor I que se adiestran
ahora en su base de Paracuellos, estarán
totalmente preparados para relevar en
Afganistán al contingente del Tercio Alejandro
Farnesio de la Legión actualmente
desplegado en el país asiático. Del mismo
modo, efectivos de la Brigada de Caballería
Castillejos II llevan dos meses preparándose
para partir en agosto hacia Líbano,
donde acaba de desplegar este mes
de abril la Bandera Roger de Lauria II de la
BRIPAC tras completar sus seis meses de
adiestramiento intensivo.
SISTEMA DE INSTRUCCIÓN 4+2
El «4+2» es una completa guía de preparación
de contingentes que el Mando de la
Fuerza Terrestre elabora específicamente
para cada misión. El sistema determina
los diferentes objetivos de la instrucción y
el adiestramiento que se han de superar
de forma progresiva con la finalidad de
que todos los miembros del contingente
lleguen en las mejores condiciones posibles
al momento de su proyección hacia la
zona concreta de operaciones.
Los cuatro primeros meses se dedican
a la instrucción individual y hasta nivel
de sección. El propósito de esta fase es
que cada soldado interiorice las técnicas
y procedimientos utilizados en la misión
y se familiarice con el escenario en el que
va a desplegar. Durante los dos meses siguientes,
la fase final del «4+2», se lleva a
cabo un adiestramiento común que facilita
la cohesión de las diferentes unidades
que han de integrar el contingente.
«No son seis meses. Son 180 días de
instrucción». Esta es la máxima que el teniente
general Virgilio Sañudo, jefe de la
Fuerza Terrestre, transmite a los responsables
de las unidades que se instruyen antes
de partir a una operación en el exterior.
En esos 180 días no se puede hacer otra
cosa; se suspenden las actividades que no
sean específicas para la misión e, incluso,
se posponen los permisos para que sean
seis meses íntegros de preparación.
El adiestramiento de los contingentes
se ha ido perfeccionando a lo largo de más
de veinte años de participación del Ejército
español en misiones internacionales.
En los primeros despliegues de los años
noventa en Bosnia-Herzegovina eran periodos
de dos meses; luego de cuatro. Pero
Las actividades físicas se intensifican en el periodo de adiestramiento previo al
despliegue de las unidades en una operación en el exterior.
a medida que aumentaba la dificultad de
las operaciones se ha ido ampliando el
tiempo de preparación, ya que en Líbano
y Afganistán las medidas de protección
y las técnicas de actuación evolucionan
constantemente y son más complejas que
en las etapas finales de Bosnia y Kosovo,
donde la situación era de mayor calma.
En 2008, el Mando de la Fuerza Terrestre
elaboró una norma que determinaba
cómo debía ser la preparación de los
38 Revista Española de Defensa Abril 2010