UNIDAD DIDÃCTICA VI - CEA
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<strong>UNIDAD</strong> DIDÁCTICA <strong>VI</strong><br />
LA NUTRICIÓN DURANTE EL<br />
CICLO <strong>VI</strong>TAL
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
<strong>UNIDAD</strong> DIDÁCTICA <strong>VI</strong>. LA NUTRICIÓN DURANTE EL CICLO<br />
<strong>VI</strong>TAL<br />
Las necesidades nutricionales son diferentes durante los diversos períodos de<br />
la vida. Las mujeres en edad fértil tienen necesidades adicionales debido a la<br />
menstruación y, por supuesto, durante el embarazo y la lactancia. Los bebés y<br />
los niños tienen mayores necesidades por unidad de peso que los adultos,<br />
sobre todo porque están en crecimiento. Las personas mayores también son un<br />
grupo vulnerable; están expuestos a un riesgo mayor de desnutrición que los<br />
adultos jóvenes.<br />
Los seres humanos obtienen la energía de los alimentos y los líquidos que<br />
consumen. La necesidad de nutrientes de las mujeres en edad reproductiva<br />
(sobre todo durante el embarazo y la lactancia), de los niños jóvenes y<br />
adolescentes, y de las personas mayores son distintos a los de los varones<br />
entre 15 y 60 años; por lo tanto, no todas las personas necesitan la misma<br />
cantidad de alimentos.<br />
1. Mujeres embarazadas<br />
En el embarazo, las necesidades nutricionales de la mujer gestante son<br />
mayores que en otras etapas de su vida. La dieta debe suministrarle todos los<br />
elementos necesarios para que al crecer el óvulo o huevo fertilizado, se<br />
convierta en un feto viable y luego en un bebé a término. A medida que la<br />
mujer se nutre a sí misma, también alimenta al feto en crecimiento y a la<br />
placenta que se une al feto por el cordón umbilical en el útero. Al mismo<br />
tiempo, su tejido mamario se prepara para la etapa de lactancia.<br />
Durante la primera mitad del embarazo, se necesita alimento adicional para el<br />
útero de la madre, los pechos y la sangre (todos ellos aumentan en tamaño o<br />
cantidad), al igual que para el desarrollo de la placenta. La mayor necesidad de<br />
alimento continúa en la segunda mitad del embarazo pero, durante el último<br />
trimestre, los nutrientes extras son sobre todo necesarios para el feto en rápido<br />
crecimiento, que además necesita almacenar ciertos nutrientes, especialmente<br />
vitamina A, hierro y otros micronutrientes, y energía que almacena por medio<br />
de la grasa. Una dieta correcta durante el embarazo ayuda a la madre a ganar<br />
peso adicional, que es fisiológicamente deseable, y a garantizar el peso normal<br />
del bebé al nacer.<br />
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Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Las mujeres en óptimo estado de salud ganan peso durante el embarazo si no<br />
trabajan en exceso. Al igual que una persona gruesa necesita más energía<br />
para realizar la misma cantidad de trabajo físico que una persona delgada, una<br />
mujer embarazada también necesita más energía.<br />
No cabe duda de que los abortos, las pérdidas y los mortinatos son más<br />
comunes en mujeres mal nutridas que en las que tienen una buena nutrición.<br />
Las carencias dietéticas quizá aumenten también el riesgo de malformaciones<br />
fetales. La desnutrición aguda disminuye la fertilidad y, por consiguiente, la<br />
probabilidad de la concepción. Una mujer con desnutrición grave deja de<br />
menstruar. Este es claramente un dispositivo natural para parar la pérdida de<br />
nutrientes en el flujo menstrual y para proteger a la mujer de los rigores del<br />
embarazo y del parto.<br />
La anemia, frecuentemente, contribuye a elevar las tasas de mortalidad<br />
materna. Todas las mujeres embarazadas tienen que acudir a una clínica a<br />
intervalos regulares para someterse a un examen prenatal, que debe incluir<br />
una verificación de los niveles de hemoglobina. Deben recibir consejos<br />
prácticos sobre la alimentación, teniendo en cuenta los alimentos que se<br />
encuentran disponibles en la localidad y que pueda adquirir la madre. Por lo<br />
general, es una política aceptada en muchos países que a las mujeres<br />
embarazadas se les debe aconsejar que tomen suplementos extra de hierro, o<br />
algunas veces de hierro-folato.<br />
Tabla 24: Niveles seguros de consumo de nutrientes en una mujer activa en edad reproductiva.<br />
Condición<br />
Peso<br />
Energía<br />
Proteína<br />
Hierro<br />
Vitamina A<br />
Vitamina<br />
Folato<br />
(kg)<br />
(Kcal.)<br />
(g)<br />
(mg)<br />
(µg retinol)<br />
C (mg)<br />
(µg)<br />
No<br />
60 2210 49 24-48 500 30 170<br />
embarazada ni<br />
lactando<br />
Embarazada 60 2410 56 38-76 600 30 420<br />
Lactando 60 2710 69 13-26 850 30 270<br />
Fuente: Elaboración propia a partir de www.fao.org.<br />
En áreas donde hay una carencia de vitamina A como problema de salud<br />
pública, los hijos de madres con esta carencia nacen con bajas reservas de<br />
vitamina A.<br />
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Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Una alimentación que aporte cantidades adecuadas de vitamina A durante el<br />
embarazo es fundamental para la madre y el niño. Sin embargo, no se<br />
recomienda suministrar dosis terapéuticas de vitamina A durante el embarazo,<br />
como las que se dan a los niños pequeños. Los niveles inocuos recomendados<br />
de consumo de hierro y folato, y de vitaminas A y C se indican en la Tabla 24.<br />
Sin embargo, en el caso de muchos otros nutrientes, el niño se nutre como un<br />
parásito que absorbe todos los nutrientes que requiere de la madre, al margen<br />
que ésta tenga o no una deficiencia.<br />
En algunos lugares, existe el temor de suministrar alimentos adicionales a la<br />
mujer durante el embarazo por miedo a que el niño sea muy grande y, por lo<br />
tanto, pueda causar un parto más difícil o complicado. Esto no es cierto para<br />
mujeres sanas, de estatura y peso normal. Las mujeres de baja estatura o las<br />
que tienen una pelvis estrecha pueden tener dificultad en el parto de sus hijos y<br />
pueden requerir un cuidado especial antes y durante el mismo.<br />
En el momento del parto, la madre pierde sangre, con frecuencia de 0,5 a 1<br />
litro, y necesita nutrientes adicionales para reponer esa sangre.<br />
La buena nutrición durante el embarazo depende del consumo de una variedad<br />
de alimentos completos, como los granos integrales, los vegetales y las frutas.<br />
Es importante que las mujeres embarazadas ingieran abundantes líquidos y<br />
consuman en particular una buena cantidad de ciertos elementos nutricionales<br />
muy importantes.<br />
Tabla 25: Elementos nutricionales que la madre debe consumir en cantidades adecuadas.<br />
Elemento nutricional<br />
Efecto benéfico<br />
Proteínas<br />
Calcio<br />
Hierro<br />
Para el correcto desarrollo del feto y la<br />
placenta.<br />
Para el desarrollo saludable del feto.<br />
Para el desarrollo hematológico del feto y para<br />
prevenir la anemia de la madre.<br />
Ácido fólico<br />
Para reducir el riesgo de malformaciones del<br />
sistema nervioso central y la columna del feto<br />
como la espina bífida, la anencefalia y otros<br />
defectos congénitos relacionados.<br />
Fuente: Elaboración propia a partir del Instituto Nacional Materno Perinatal.<br />
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Tabla 26: Principales fuentes de donde pueden obtenerse los nutrientes en el embarazo.<br />
Buenas fuentes de proteínas<br />
Huevos, lácteos (leche, quesos, yogur), leche de soja y sus derivados, frijoles,<br />
carnes magras.<br />
Algunos alimentos ricos en calcio<br />
Leche y derivados lácteos (quesos, yogur), brócoli, pescado.<br />
Productos que contienen hierro<br />
Carnes magras, leguminosas (lentejas, guisantes, garbanzos), vegetales de<br />
hojas verdes oscuras (espinacas, acelgas), frutos secos, huevos, ciruelas.<br />
Buenas fuentes de ácido fólico<br />
Vegetales de hojas verdes oscuras (espinacas, acelgas), huevos.<br />
Fuente: Elaboración propia.<br />
2. Madres lactantes<br />
La mayoría de las mujeres lactan a sus niños recién nacidos por un período de<br />
semanas o meses tras del parto. Las reservas nutricionales de una madre<br />
lactante pueden estar más o menos agotadas como resultado del embarazo y<br />
la pérdida de sangre en el parto. La lactancia aumenta las necesidades de<br />
nutrientes, sobre todo por la pérdida de nutrientes, primero por el calostro y<br />
luego a través de la leche materna.<br />
El volumen de leche materna es muy variable, pero para bebés de cuatro<br />
meses de edad que reciben lactancia exclusiva, casi siempre es de 700 a 800<br />
ml por día. Puede incrementarse más adelante hasta 1000 ml o más. Los<br />
nutrientes en esta leche vienen de la alimentación de la madre o de sus<br />
reservas. Es recomendable que las madres amamanten de forma exclusiva a<br />
sus niños durante los seis primeros meses y, luego, empiecen a añadir otros<br />
alimentos mientras continúa la lactancia durante el tiempo que deseen, y que,<br />
en algunos casos, puede ser hasta los dos años o un poco más.<br />
Durante el período de lactancia, la mujer por lo general no menstrúa. La<br />
duración de la amenorrea varía desde un período corto de cuatro meses hasta<br />
uno prolongado de 18 meses o más. Durante este tiempo, la madre lactante<br />
conservará el hierro que perdía en cada período menstrual.<br />
La conversión de nutrientes de los alimentos a nutrientes de la leche materna<br />
no es completa. En el caso de energía, es alrededor del 80 por ciento, y por lo<br />
tanto, por cada 800 Kcal de la leche materna, la madre necesita consumir 1000<br />
kcal en sus alimentos. Para mantener un buen estado nutricional, la mujer en<br />
época de lactancia tiene que elevar el consumo de nutrientes.<br />
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Existe la creencia, bastante frecuente, de que la composición de la leche<br />
materna varía mucho. Esto no es así. La leche humana tiene una composición<br />
muy constante y se afecta, única y selectivamente, por la alimentación de la<br />
madre. Un litro de leche suministra más o menos 750 calorías y contiene<br />
aproximadamente la siguiente composición:<br />
70 g de carbohidratos.<br />
46 g de grasa.<br />
13 g de proteína.<br />
300 mg de calcio.<br />
2 mg de hierro.<br />
480 µg de vitamina A.<br />
0,2 mg de tiamina.<br />
0,4 mg de riboflavina.<br />
2 mg de niacina.<br />
40 mg de vitamina C.<br />
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El contenido de grasa en la leche materna varía un poco. Los carbohidratos,<br />
proteína, grasa, calcio y hierro no varían mucho aunque la madre consuma<br />
poco de estas sustancias en su dieta. Una madre cuya dieta sea escasa en<br />
tiamina y en vitaminas A y C produce, sin embargo, menos de estos nutrientes<br />
en su leche. La falta de tiamina en la madre lactante puede ocasionar un<br />
beriberi infantil en el niño. En general, el efecto de una nutrición deficiente en la<br />
mujer que lacta, es la disminución en la cantidad antes que en la calidad de la<br />
leche materna.<br />
Es muy importante animar a las madres lactantes para que vayan con sus<br />
bebés a un servicio local de salud durante los meses siguientes al parto, para<br />
que ambos, madre y bebé, sean explorados. Se debe determinar el nivel de<br />
hemoglobina de la madre al igual que su peso, y suministrarle suplementos de<br />
hierro en la misma cantidad que se recomienda durante el embarazo. La madre<br />
debe recibir orientación nutricional sobre el consumo de una dieta equilibrada.<br />
Se estimula el consumo de una buena cantidad de frutas y verduras, pan<br />
integral, cereales, productos lácteos ricos en calcio y alimentos ricos en<br />
proteína (tales como carnes, pescados y legumbres). Se recomienda ,además,<br />
una dieta variada con la cantidad adecuada de calorías.<br />
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Guía alimenticia diaria durante la lactancia:<br />
Leche, yogur y queso.<br />
Ingerir por lo menos cuatro raciones.<br />
Carnes, aves, pescados, fríjoles secos, huevos y nueces.<br />
Ingerir al menos tres porciones.<br />
Verduras.<br />
Ingerir por lo menos de tres a cinco porciones.<br />
Frutas.<br />
Ingerir de dos a cuatro porciones.<br />
Escoger dos alimentos ricos en vitamina C y en ácido fólico y un<br />
alimento rico en vitamina A.<br />
Pan, cereal, arroz y pasta.<br />
Ingerir aproximadamente de seis a once porciones.<br />
Grasas, aceites y dulces.<br />
Con moderación.<br />
Ésta es sólo una guía. Es probable que la persona requiera comer más, de<br />
acuerdo con su talla y nivel de actividad diaria.<br />
Las madres lactantes necesitan un consumo adecuado de líquidos para<br />
mantenerse saludables e hidratadas. La mayoría de los expertos recomiendan<br />
tomar suficiente líquido para saciar la sed. Ocho porciones de 8 onzas o 236 ml<br />
(64 onzas o 1.800 ml) de líquidos tales como: agua, leche, jugo o sopa es un<br />
buen objetivo. Ésta puede consumir con seguridad cantidades moderadas de<br />
cafeína (de dos a tres tazas de café diarias), sin ocasionar daño a su bebé. El<br />
consumo abusivo de cafeína puede inquietar al bebé y ocasionarle problemas<br />
con el sueño.<br />
Dado que se ha encontrado alcohol en la leche humana y puede interferir con<br />
el reflejo de eyección de leche, el consumo de alcohol debe evitarse en la<br />
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época de la lactancia. Un trago ocasional que no exceda de dos onzas (60 ml)<br />
de alcohol puede ser seguro, pero se debe consultar con el médico sobre los<br />
riesgos asociados.<br />
Muchos medicamentos (prescritos o no por el médico) pasan a la leche<br />
materna. Las madres lactantes deben consultar con su farmacéutico antes de<br />
tomar cualquier tipo de medicamento.<br />
Cuando las madres vuelven a sus trabajos, tienen que enfrentar dificultades<br />
particulares para mantener una producción adecuada de leche materna. Con la<br />
debida planificación, compromiso y una buena habilidad para usar la máquina<br />
extractora, las madres lactantes pueden mantener su producción de leche y<br />
seguir amamantando, incluso después de reiniciar sus labores fuera de la casa.<br />
Ilustración 47: Verduras.<br />
Fuente: Shutterstock<br />
3. Lactantes. Niños en edad preescolar<br />
Si la madre tiene una producción suficiente de leche, la lactancia única, sin<br />
adición de otro alimento o suplemento nutricional, es todo lo que requiere un<br />
niño normal durante los primeros seis meses de vida. Lactancia exclusiva<br />
significa que ni siquiera se suministra agua, jugos u otros líquidos pues ninguno<br />
de ellos se necesita. El niño debería recibir atención periódica en el servicio de<br />
salud para controlar que aumente su peso, lo que indica una nutrición<br />
adecuada, y seguir un programa de vacunación. Los mayores requisitos<br />
energéticos se basan más en el peso del niño que en su edad. Sin embargo,<br />
como los niños saludables y bien nutridos siguen un patrón de crecimiento<br />
común, hay una íntima correlación entre las recomendaciones con base a la<br />
edad y las que se basan en el peso. La tabla 27 muestra las necesidades<br />
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energéticas de los niños menores de un año. Estas necesidades son mayores<br />
al nacer, de 120 Kcal por Kg de peso, y va disminuyendo hasta 105 Kcal por Kg<br />
de peso al alcanzar el año de vida. Un bebé de 2,5 meses de edad que pesa 5<br />
kilos necesita 5 x 120 kcal = 600 kcal diarias, mientras que un bebé de 8 meses<br />
de edad que pesa 8 kilos requiere 8 x 110 kcal = 800 kcal.<br />
A los seis meses de edad, se debería añadir gradualmente a la dieta alimentos<br />
complementarios, mientras el niño sigue amamantado intensamente y recibe la<br />
mayor parte de la energía y otros nutrientes de la leche materna y no de los<br />
alimentos complementarios. De los seis a los 12 meses, es deseable que la<br />
lactancia continúe y que el niño reciba tanta leche de la madre como sea<br />
posible, aunque otros alimentos, primero semisólidos y luego sólidos, se<br />
deberían incorporar a la dieta para su normal crecimiento y el buen estado de<br />
salud.<br />
Tabla 27: Necesidades de energía durante el primer año del niño.<br />
Edad (meses) Requerimiento de energía (kcal/kg)<br />
0-3 120<br />
3-6 115<br />
6-9 110<br />
9-12 105<br />
Promedio 112<br />
Fuente: Elaboración propia a partir de www.fao.org.<br />
La leche materna es relativamente pobre en hierro, y las reservas de hierro del<br />
niño sólo alcanzan hasta los seis meses de edad. De los seis a los 12 meses,<br />
un niño normal puede ganar entre 2 y 3 kilos. El niño, aunque continúe<br />
recibiendo leche materna, necesitará otros alimentos adicionales que le<br />
suministren energía adicional, proteína, hierro, vitamina C y otros nutrientes<br />
para su crecimiento.<br />
La energía que requiere el niño se puede obtener de papillas que se hacen con<br />
alimentos básicos. La cantidad y volumen de éstas puede ser disminuida si se<br />
consume, además, algo de aceite comestible o algún alimento que contenga<br />
grasa. Si el alimento básico es un cereal como maíz, trigo, mijo o arroz, éste<br />
aportará una buena cantidad de proteína. En este caso, una vez que se<br />
consuma relativamente poca cantidad de leche materna, es importante el<br />
aporte de alimentos ricos en proteínas, adicionales a los disponibles en la<br />
familia.<br />
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En las décadas de 1950 y 1960, se consideraba muy importante que los<br />
alimentos complementarios y los alimentos suministrados después de<br />
finalizada la lactancia materna, incluyeran proteína animal en gran cantidad. Se<br />
ha demostrado que esto no es necesario. Es más importante alimentar al niño<br />
pequeño frecuentemente, con alimentos que no sean muy voluminosos,<br />
nutritivos, y que tengan una densidad de energía alta.<br />
Las legumbres como alubias, lentejas, garbanzos… son buena fuente de<br />
proteína y se deben añadir a la dieta del niño. Se pueden moler o dar en papilla<br />
antes o después de cocinarlas.<br />
Los anteriores alimentos, además de suministrar energía y proteína, también<br />
aportan algo de hierro. Se puede conseguir una cantidad adicional de hierro de<br />
hojas verdes comestibles que, además, contienen caroteno y vitamina C. El<br />
caroteno y la vitamina C se obtienen también de las frutas. La vitamina C se<br />
puede dar de forma alternativa con frutas cítricas (por ejemplo, naranjas) u<br />
otras frutas (por ejemplo, guayabas). Poco a poco, y a medida que el niño tiene<br />
más dientes, puede recibir una dieta más sólida. Alrededor de los dos años de<br />
edad, el niño habrá dejado la leche materna y se podrá destetar por completo.<br />
El destete es la introducción de alimentos y líquidos diferentes a la leche<br />
materna, y la transición a una dieta sólida sin leche materna. Esta transición se<br />
da en 4 etapas:<br />
Los primeros cuatro a seis meses cuando todos los nutrientes del niño<br />
provienen de la leche materna.<br />
Los meses siguientes cuando se suministra sólo la cantidad necesaria (o<br />
más) de leche materna, pero además otros alimentos nutritivos apropiados, por<br />
lo general blandos, que se introducen en cantidades progresivas, para evitar<br />
que causen una disminución en el consumo de leche materna.<br />
La siguiente etapa, se inicia aproximadamente entre los 12 y 15 meses,<br />
cuando el niño, aunque todavía amamantado, recibe la mayor parte de sus<br />
nutrientes de alimentos nutritivos (la mayoría de estos son los que<br />
normalmente se consumen en las aldeas o en el medio familiar) más que de la<br />
leche materna.<br />
El fin de la lactancia, interrupción del pecho, puede darse tan tarde como<br />
lo desee la madre, algunas veces cuando el niño tiene más de dos años de<br />
edad.<br />
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Después de interrumpir el pecho, se dan al niño alimentos apropiados<br />
consumidos por la familia. Estos deben ser nutritivos, aptos para su edad, ricos<br />
en energía y suministrados con frecuencia, quizá de cuatro a seis veces al día,<br />
no sólo en dos o tres comidas por día como suele ser la práctica familiar. El<br />
niño pequeño debe recibir alimentos entre las horas de la comida familiar si<br />
éstas se limitan a dos o tres al día.<br />
Los padres, responsables de alimentar al pequeño que ahora camina, deben<br />
tener en cuenta que éste, ya sea niño o niña, tiene necesidades específicas.<br />
La alimentación correcta de un niño que empieza a caminar requiere tiempo y<br />
paciencia. Los alimentos para adultos se pueden triturar y pasar de un colador<br />
a una taza o un plato quedando como papilla.<br />
El período de seis a 36 meses de edad es de gran importancia nutricional. Los<br />
padres deben llevar con regularidad al niño a un servicio de salud. La felicidad,<br />
la apariencia general y el peso del niño son los mejores indicios de una<br />
nutrición adecuada.<br />
Los tres primeros años de vida, son también aquellos en que las carencias de<br />
vitamina A (importante micronutriente), y de hierro se dan con más frecuencia<br />
en los niños. A partir de los tres años de edad los riesgos disminuyen, pero en<br />
muchas partes del mundo el crecimiento es deficiente, la incidencia de<br />
lombrices intestinales y otras enfermedades parasitarias puede aumentar y<br />
surgir otros riesgos nutricionales y de salud.<br />
De los tres años de edad en adelante, el niño habitualmente deja de mamar y<br />
consume los mismos alimentos de la familia. Puede conseguir de ese modo<br />
nutrientes suficientes en tres comidas diarias, pero hasta cuando llega a cinco<br />
años de edad, los padres deben controlar que coma correctamente y disponga<br />
de la mejor porción de los alimentos más deseables, que pueden ser los más<br />
sabrosos y escasos. Se debe prestar especial atención a los niños inapetentes<br />
o cuando están enfermos y disminuye su apetito. Para la familia en general,<br />
pero sobre todo para los niños, se debe tener cuidado y estar seguro de que<br />
alimentos, agua y otros líquidos no estén contaminados. Una buena higiene<br />
personal y del hogar es de gran importancia. Lavarse las manos con jabón y<br />
agua antes de las comidas o manejo de los alimentos es una excelente norma<br />
familiar.<br />
Es necesario que los padres sepan que, a medida que los niños crecen<br />
después de la infancia, aumentan en peso y requieran más alimentos. Los<br />
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niños y niñas jóvenes crecen, aumentan de peso, son más altos y más activos,<br />
por lo tanto, necesitan comer más alimentos, sobre todo una mayor cantidad de<br />
alimentos básicos, incluso cereales (arroz, maíz, trigo) y legumbres (alubias,<br />
garbanzos, lentejas).<br />
4. Niños en edad escolar<br />
Las necesidades nutricionales del niño en edad escolar son altas y el<br />
adolescente tiene, en proporción, mayores requerimientos de nutrientes en<br />
promedio que el adulto. Esto hace que, en la práctica, sea muy difícil para un<br />
adolescente obtener cantidades adecuadas de alimentos correctos de una o<br />
incluso dos comidas al día. Es recomendable que los niños en edad escolar<br />
coman algo antes de salir y algún alimento en la escuela, o a mediodía fuera de<br />
las instalaciones escolares, además de los alimentos que se comen en casa.<br />
Entre los tres años y la aparición de la pubertad, se mantiene un ritmo de<br />
crecimiento mucho más lento y estable, con cierta tendencia, incluso,<br />
descendente. La talla aumenta de 5 a 7 cm al año; la ganancia de peso, en<br />
cambio, sigue siempre una curva ascendente, dentro de unos límites estrechos<br />
que varían entre 2,5 y 3 kg por año.<br />
Es una fase de crecimiento poco vulnerable, en la que los retrasos de<br />
crecimiento, en ausencia de enfermedad, son poco frecuentes. Sin embargo,<br />
este periodo tiene interés por otros motivos: es en esta época de la vida<br />
cuando se adoptan los hábitos alimentarios de los que dependerá,<br />
posteriormente, el estado de salud, y es en este período cuando se escogen<br />
las pautas de alimentación. En la actualidad, se asiste a un fenómeno de<br />
“americanización” de la dieta (exceso de proteínas y grasa, defecto de hidratos<br />
de carbono y fibra) que muchos escolares adoptan (con la permisividad de los<br />
padres), en respuesta más a criterios puramente consumistas que a criterios de<br />
salud. Conviene actuar para contrarrestar esta tendencia.<br />
Tabla 28: Ingestas recomendadas.<br />
Edad (años) Granos cereales Legumbres Hortalizas Fruta Aceites y grasas<br />
2-3 150-250 100-125 75-100 50-100 20<br />
4-5 200-350 125-175 100-150 100-150 30<br />
6-9 300-400 150-200 100-150 100-150 30<br />
10-14 400-500 200-250 100-150 100-150 30<br />
Fuente: Elaboración propia a partir de www.fao.org.<br />
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Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Una comida a mediodía en la escuela es el ideal. Se han de suministrar<br />
cantidades razonables de nutrientes que probablemente falten o escaseen en<br />
la dieta del hogar. Un cereal de granos enteros como plato principal y una<br />
porción de legumbres como complemento, con hortalizas u hojas verdes,<br />
constituye una excelente comida en la escuela. Hay muchas posibilidades, que<br />
dependen de los alimentos disponibles en la zona. La comida podría incluir<br />
algún alimento rico en proteínas y otro rico en vitaminas A y C.<br />
Las comidas escolares son beneficiosas debido a que con frecuencia<br />
suministran nutrientes necesarios; pueden formar la base para la educación en<br />
nutrición; son una excelente manera de introducir nuevos alimentos. Las<br />
comidas escolares, además de mejorar el estado nutricional, pueden disminuir<br />
el ausentismo. Las comidas escolares pueden crear un buen ambiente para la<br />
educación en nutrición, que se puede realizar como un proyecto extracurricular.<br />
5. Adolescencia<br />
La adolescencia es una etapa de la vida marcada por importantes cambios<br />
emocionales, sociales y fisiológicos. Sobre estos últimos la alimentación<br />
adquiere una especial importancia debido a que los requerimientos<br />
nutricionales, para hacer frente a estos cambios, son muy elevados y es<br />
necesario asegurar un correcto aporte de energía y nutrientes para evitar<br />
situaciones carenciales que puedan ocasionar alteraciones y trastornos de la<br />
salud.<br />
Se debe hacer frente a la alimentación del adolescente conociendo las<br />
necesidades nutricionales, sabiendo elegir los alimentos que aseguren una<br />
dieta suficiente en energía y nutrientes, organizando y estructurando las<br />
comidas a lo largo del día. Por último, es importante conocer aquellas<br />
situaciones que pueden influir a los adolescentes y en las que se debe llevar a<br />
cabo alguna modificación de la dieta.<br />
5.1. Necesidades y recomendaciones nutricionales<br />
Las necesidades nutricionales de los adolescentes vienen marcadas por los<br />
procesos de maduración sexual, incremento de talla y aumento de peso,<br />
característicos de esta etapa de la vida. Estos procesos requieren una elevada<br />
cantidad de energía y nutrientes, hay que tener en cuenta que en esta etapa el<br />
niño gana, aproximadamente, el 20% de la talla que va a tener como adulto y el<br />
50% del peso. Estos incrementos se corresponden con aumento de masa<br />
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Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
muscular y masa ósea. Toda esta situación se ve directamente influenciada por<br />
la alimentación que debe estar dirigida y diseñada para cubrir el gasto que se<br />
origina.<br />
Es muy difícil establecer unas recomendaciones estándar para los<br />
adolescentes por las peculiaridades individuales que caracteriza a este grupo<br />
poblacional. La mayor parte de las recomendaciones se basan en el<br />
establecimiento de raciones que se asocian con una buena salud.<br />
Las recomendaciones dietéticas (RDA), respecto de energía y proteínas, de la<br />
Food and Nutrition Board of the National Research Council para adolescentes<br />
se han establecido teniendo en cuenta el peso, edad y sexo y son las que más<br />
se emplean y mejor orientan.<br />
Las recomendaciones en cantidad y calidad de los hidratos de carbono y<br />
proteínas son iguales que para un adulto sano. Se deben mantener las<br />
raciones de una dieta sana y equilibrada. Se recomienda que, al menos, el 50%<br />
de la energía total de la dieta la aporten hidratos de carbono y de un 15 a un<br />
20% las proteínas, asegurando una buena parte de origen vegetal.<br />
En cuanto a grasas, deben representar el 30-35% del total de calorías de la<br />
dieta con la relación ácidos grasos saturados / monoinsaturados /<br />
poliinsaturados correcta. No hay que olvidar que el aporte correcto de grasas<br />
supone cubrir de forma adecuada las necesidades de ácidos grasos esenciales<br />
(necesarios para formar diferentes metabolitos) y de vitaminas liposolubles.<br />
Con respecto a los minerales que tienen especial importancia en la<br />
adolescencia: el calcio, el hierro y el zinc. Cada uno de ellos influye en un<br />
aspecto concreto del crecimiento. El calcio se relaciona con el crecimiento de la<br />
masa ósea, el hierro con el desarrollo de tejidos hemáticos (los glóbulos rojos)<br />
y del muscular y el zinc está relacionado con crecimiento del cabello y uñas.<br />
De Calcio: se recomiendan unos 1200 mg/día; la disponibilidad varía<br />
dependiendo del alimento del que proceda, siendo los más idóneos la leche y<br />
todos sus derivados (la vitamina D, la lactosa y las proteínas facilitan su<br />
absorción mientras que la fibra, la cafeína y el azúcar la dificultan.).<br />
De Hierro: la RDA recomienda un suplemento de 2 mg/día para varones en<br />
edad adolescente durante el periodo de mayor crecimiento, entre los 10 y 17<br />
años; para las chicas se recomienda un suplemento de 5mg/día a partir de la<br />
menarquia (el hierro que mejor se absorbe es el procedente de la carne,<br />
16
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
mientras que el procedente de legumbres, verduras y otros alimentos se<br />
absorbe en menor medida).<br />
El zinc está directamente relacionado con la síntesis proteica y, por lo tanto,<br />
con la formación de tejidos por lo que es especialmente importante en la<br />
adolescencia; la falta de zinc se relaciona con lesiones en la piel, retraso en la<br />
cicatrización de heridas, caída del cabello, fragilidad en las uñas etc. El déficit<br />
crónico puede originar hipogonadismo (pequeño tamaño de órganos<br />
reproductores). Las RDA establecen una ingesta diaria de zinc en torno a los<br />
12 mg/día para chicas y 15mg/día para chicos. La fuente principal de zinc son<br />
las carnes, pescado y huevos. También los cereales complejos y las legumbres<br />
constituyen una fuente importante. La fibra actúa dificultando su absorción.<br />
Para los adolescentes se recomiendan, especialmente, las vitaminas que de<br />
una u otra forma se relacionan con la síntesis de proteínas, el crecimiento y el<br />
desarrollo: vitamina A, D, y ácido fólico, B 12 , B 6 , riboflavina, niacina, y tiamina,<br />
sin que se establezca una cantidad mínima o específica de ninguna de ellas. La<br />
fuente principal de todas ellas son las frutas y las verduras.<br />
Se debe tomar suficiente cantidad de agua (unos dos litros cada día) y una<br />
cantidad moderada de bebidas azucaradas. Se debe insistir, sobre todo, en los<br />
efectos nocivos del consumo de cualquier bebida alcohólica en este periodo de<br />
la vida.<br />
17
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
El patrón para elaborar una dieta tipo sería:<br />
Tabla 29: Modelo de dieta.<br />
Comida<br />
Desayuno<br />
Media<br />
mañana<br />
Almuerzo<br />
Merienda<br />
Cena<br />
Alimentos<br />
Fruta<br />
Leche<br />
Cereales<br />
Fruta<br />
Pan<br />
Queso (o similar)<br />
Pasta o verdura o legumbre<br />
Carne o pescado (una ración)<br />
Pan<br />
Fruta<br />
Pan, tomate, jamón (o similar)<br />
Fruta<br />
Verdura o pasta (según la comida)<br />
Huevos o pescado (según comida)<br />
Pan<br />
Fruta<br />
Fuente: Elaboración propia.<br />
Tabla 30: Pesos para cada ración (orientativa).<br />
Alimentos<br />
Leche/yogurt<br />
Requesón/ quesos frescos<br />
Queso<br />
Carne<br />
Pescado<br />
Jamón<br />
Huevos<br />
Pollo<br />
Pan<br />
Arroz/Pasta<br />
Patatas<br />
Legumbres<br />
Frutas en general<br />
Verduras en general<br />
De 11-18 años<br />
200-250ml/ 125g<br />
70 g<br />
100-150 g<br />
80-95 g<br />
150 g<br />
50 g<br />
1 unidad<br />
125 g<br />
45-50 g<br />
100 g<br />
150-200 g<br />
60-80 g<br />
150 g<br />
150-200 g<br />
Fuente: Elaboración propia.<br />
18
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Es fundamental adecuar la dieta a los gustos y al régimen de vida específico de<br />
cada adolescente. También, a la hora de elaborar una dieta, hay que tener en<br />
cuenta la actividad física que desarrollan, las situaciones especiales como los<br />
exámenes y todas las condiciones psicológicas que rodean la vida del<br />
adolescente. Habrá que considerar la influencia de la obesidad, los trastornos<br />
de la conducta alimentaria y la posible existencia de un embarazo.<br />
En el desarrollo de la obesidad participan tanto la predisposición genética,<br />
como la presencia de unos hábitos alimentarios incorrectos, muy evidentes en<br />
este periodo de la vida (pérdida del patrón de alimentación habitual, eliminación<br />
de comidas habituales así como de medias-mañanas y meriendas, consumo<br />
excesivo de bocadillos, dulces o chucherías, comidas fuera de casa, desprecio<br />
por las frutas y verduras, etc.). Para el tratamiento de la obesidad en la<br />
adolescencia, se han de tener en cuenta las siguientes pautas generales:<br />
Establecimiento de una alimentación adecuada, suficiente y equilibrada y<br />
nunca demasiado restrictiva.<br />
Se debe insistir en que mejoren los hábitos alimentarios: elegir bien los<br />
alimentos, tanto dentro como fuera de casa. Se deben evitar los fritos, los<br />
bocadillos y la bollería industrial. Siempre que sea posible, se deben consumir<br />
suficientes alimentos que contengan carbohidratos (cereales, frutas, verduras,<br />
etc.), procurando evitar las grasas, sobre todo las de origen animal.<br />
Asimismo, se debe fomentar el ejercicio físico; deportes aeróbicos,<br />
durante, al menos, 45 minutos diarios.<br />
En el caso de los trastornos de la conducta alimentaria, es conveniente hacer<br />
algunas aclaraciones:<br />
La Anorexia nerviosa es un trastorno en el que se instaura una distorsión<br />
de la imagen corporal. Es un síndrome que se caracteriza por un<br />
adelgazamiento voluntario, cuyo origen es una disminución excesiva de la<br />
ingesta de alimentos por un miedo obsesivo a engordar. Afecta sobre todo a las<br />
chicas. Es una enfermedad que debe diagnosticarse lo antes posible y precisa<br />
de un tratamiento coordinado entre diferentes especialistas (sobre todo<br />
expertos en Nutrición y Psiquiatría). El tratamiento nutricional se basa en el<br />
aporte de la energía y nutrientes necesarios para la recuperación del peso<br />
correcto según la edad y el sexo.<br />
19
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
La Bulimia nerviosa se caracteriza por comer compulsivamente<br />
demasiada cantidad de alimentos con el acompañamiento de medidas<br />
compensatorias, como el consumo de fármacos purgantes o autoprovocación<br />
de vómitos.<br />
Las recomendaciones generales en alimentación consisten, fundamentalmente,<br />
en: ordenar los hábitos alimentarios, estabilizar el peso, saber controlar las<br />
crisis, asegurar una alimentación correcta y suficiente, y eliminar los periodos<br />
de ayuno o periodos largos de tiempo entre comidas para evitar o ayudar a<br />
controlar las crisis.<br />
En la situación de embarazo, puede provocar graves desórdenes nutricionales<br />
ya que los embarazos en las adolescentes conllevan mayores necesidades<br />
nutricionales (crecimiento del feto y crecimiento de la madre), por lo que es<br />
fundamental asegurar las raciones de vitaminas y minerales necesarias. Se<br />
debe poner especial cuidado en mantener adecuados niveles de zinc, y de<br />
ácido fólico y demás nutrientes. Por este motivo, será preciso un especial<br />
control y seguimiento estricto por los especialistas.<br />
6. Ancianos<br />
Los ancianos, como todos los demás, necesitan una buena alimentación que<br />
cubra todas sus necesidades nutricionales. En las sociedades más prósperas,<br />
los ancianos con frecuencia padecen enfermedades crónicas de origen<br />
nutricional o relacionado con la alimentación. Estas condiciones incluyen, entre<br />
otras, enfermedad arteriosclerótica coronaria, que a veces lleva a trombosis<br />
coronaria; hipertensión, que puede llevar a accidentes cerebro vasculares u<br />
otras manifestaciones clínicas; diabetes, con sus graves complicaciones;<br />
osteoporosis, que suele originar fractura de la cadera o colapso de las<br />
vértebras; y pérdida de los dientes, debido a caries y a enfermedad periodontal.<br />
Muchos ancianos, sobre todo si no están en buen estado, practican menos<br />
ejercicio y, por lo tanto, pueden requerir menos energía. Pueden, en<br />
consecuencia, comer menos alimentos y, como consecuencia, obtener menos<br />
micronutrientes, pero sus necesidades de micronutrientes no han variado. Por<br />
lo tanto, condiciones como la anemia son comunes. Los ancianos que han<br />
perdido muchos o la totalidad de sus dientes, o que sufren gingivitis u otros<br />
problemas de encías pueden tener dificultad para masticar los alimentos y<br />
necesitan alimentos más blandos o triturados. Alimentados con una dieta para<br />
la familia normal, pueden comer muy poco y llegar a desnutrirse. También<br />
20
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
pueden sufrir enfermedades que disminuyan su apetito o el deseo de<br />
alimentos, lo que puede también llevar a la malnutrición.<br />
En la valoración nutricional, hay que identificar el origen, iniciar tratamiento y<br />
evitar las consecuencias de la malnutrición o el riesgo de padecerla y realizar<br />
una adecuada intervención nutricional, individualizada, dirigida a enmendar las<br />
carencias y mejorar las posibles enfermedades que se puedan asociar.<br />
En cuanto a los requerimientos nutricionales:<br />
Necesidades energéticas.<br />
El aporte energético varía en función de la edad, sexo, actividad física y<br />
grado de enfermedad asociada.<br />
El Gasto Energético Basal disminuye en un 3% por década a partir de<br />
los 20 años.<br />
La OMS considera que se produce una reducción del 10% por cada<br />
década a partir de los 60 años; sobre todo debido a la pérdida de masa<br />
muscular y disminución de la actividad física.<br />
Necesidades proteicas.<br />
Deben constituir el 10-20% de las calorías totales. Se recomiendan<br />
cifras entre 0.8-1.1 g/kg/día.<br />
El 50% deben ser aportadas en forma de proteína de origen animal<br />
(carnes, pescados ó huevos). Con frecuencia, los ancianos tienen poca<br />
apetencia por este tipo de alimentos, por lo que se aconseja buscar alternativas<br />
y adaptarse a las posibilidades de cada individuo para poder conseguir este<br />
aporte mínimo recomendado.<br />
Necesidades lipídicas.<br />
Se recomienda un aporte de 30-35% de la energía total de la dieta.<br />
Se aconseja un consumo moderado de colesterol y, especialmente, el<br />
consumo de aceite de oliva.<br />
No hay que abusar de las dietas ricas en grasas animales con alto<br />
contenido de ácidos grasos saturados y colesterol, por su relación evidente<br />
sobre la aparición de arteriosclerosis.<br />
21
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Hasta los 50-60 años se elevan los niveles de colesterol en sangre y<br />
disminuyen a partir de dicha edad.<br />
Necesidades de hidratos de carbono.<br />
El 50-55 % de las calorías totales han de ser en forma de hidratos de<br />
carbono.<br />
Con la edad, aumenta la incidencia de Diabetes Mellitus. El elevado<br />
nivel de glucosa en sangre en personas ancianas se asocia a un mayor<br />
deterioro funcional y a una limitación en las actividades de la vida cotidiana. En<br />
el anciano diabético, se tiende a disminuir este aporte dando preferencia al<br />
consumo de hidratos de carbono complejos o polisacáridos, representados<br />
principalmente por el almidón de los cereales, pan, pastas, patatas ó<br />
legumbres.<br />
Se recomienda un aporte de fibra de 20-30 gr/día.<br />
Necesidades de vitaminas y minerales.<br />
La población anciana suele tener carencia de estas sustancias debido<br />
al menor consumo de determinados alimentos. Los procesos metabólicos del<br />
envejecimiento, el consumo de muchos fármacos y la asociación de<br />
enfermedades agudas o crónicas, hacen que sus necesidades estén<br />
incrementadas.<br />
Con la edad, la absorción de calcio va disminuyendo en relación con la<br />
menor secreción ácida gástrica y los niveles más bajos de vitamina D, por una<br />
menor síntesis a nivel de la piel. La falta de ejercicio y la menopausia favorecen<br />
la pérdida de masa ósea.<br />
El déficit de hierro es un problema frecuente en el anciano, sobre todo,<br />
relacionado con el consumo prolongado de antiácidos y antiinflamatorios.<br />
Determinadas carencias vitamínicas se han relacionado con<br />
enfermedades del Sistema Nervioso. La administración en dosis suficientes de<br />
vitamina B 1 , B 12 , E, C y ácido fólico podría favorecer el curso de este tipo de<br />
enfermedades.<br />
22
Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Tabla 31: Ingestas recomendadas de energía y nutrientes para la población española.<br />
50-59<br />
años<br />
HOMBRES<br />
60-69<br />
años<br />
>70<br />
años<br />
50-59<br />
años<br />
Fuente: Elaboración propia a partir de http://www.vida-plus.net/vivir_sano.php.<br />
MUJERES<br />
60-69<br />
años<br />
>70<br />
años<br />
Energía (kcal.) 2700 2400 2100 2075 1875 1700<br />
Proteínas (gr.) 54 54 54 41 41 41<br />
Vit A (Equiv. retinol) 1000 1000 1000 800 800 800<br />
Vit D (ug) 5 5 5 5 5 5<br />
Vit E (Ul) 12 12 12 12 12 12<br />
Vit C (ug) 60 60 60 60 60 60<br />
Vit B 1 (mg) 1.1 1 0.8 0.8 0.8 0.7<br />
Vit B 2 (mg) 1.6 1.5 1.3 1.2 1.1 1<br />
Niacina (mg) 1.8 1.6 14 14 12 1.1<br />
Ácido fólico (ug) 200 200 200 200 200 200<br />
Vit B 6 (mg) 1.8 1.8 1.8 1.5 1.5 1.5<br />
Vit B 12 (ug) 2 2 2 2 2 2<br />
Ca (mg) 800 800 800 800 800 800<br />
Mg (mg) 350 350 350 300 300 300<br />
Fe (mg) 10 10 10 10 10 10<br />
Zn (mg) 15 15 15 15 15 15<br />
I (ug) 140 140 125 110 110 95<br />
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Unidad Didáctica <strong>VI</strong>. La Nutrición Durante el Ciclo Vital<br />
Aspectos a recordar<br />
En mujeres embarazadas, las necesidades energéticas se ven<br />
incrementadas. Es frecuente la prescripción médica de complementos de<br />
hierro y ácido fólico para evitar problemas en el feto, como la espina bífida.<br />
La madre lactante también ve aumentados sus requerimientos,<br />
fundamentalmente por la pérdida del calostro y de leche materna. Además,<br />
el niño se sigue nutriendo de ella, por lo que una correcta alimentación en<br />
la madre se traducirá en una correcta alimentación para el niño.<br />
Es, aproximadamente, a los 6 meses de edad cuando se produce el<br />
destete; en niños en edad preescolar, que están en continuo crecimiento,<br />
también habrá que prestar especial atención a su alimentación.<br />
Los niños en edad escolar requieren, en proporción, más nutrientes que un<br />
adulto. Esta etapa, entre los 3 y 6 años, es especialmente importante<br />
porque es aquí donde el niño adoptará los hábitos alimentarios que<br />
practicará en un futuro.<br />
La adolescencia es una etapa caracterizada por importantes cambios<br />
emocionales, sociales y fisiológicos, que acarrean un aumento de los<br />
requerimientos nutricionales. El establecimiento de una dieta generalizada<br />
para este conjunto de la población es muy difícil, ya que las características<br />
varían enormemente de un individuo a otro. Además, ésta es la etapa en la<br />
que hay mayor incidencia de aparición de trastornos de la conducta<br />
alimentaria, como la anorexia o la bulimia.<br />
En las personas ancianas, las necesidades energéticas se ven<br />
disminuidas, y además suelen ser personas que padecen algún tipo de<br />
enfermedad. Éste último aspecto, unido a que ingieren menos alimentos,<br />
puede repercutir negativamente en el anciano, por lo que habrá que<br />
asegurarse de que sigue una dieta variada y completa, y sobre todo de que<br />
ingiere suficiente agua, pues también son más propensos a sufrir<br />
deshidratación.<br />
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