Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Hace unos meses una familiar me explicó una curiosa anécdota<br />
de una ex compañera de trabajo. Esta familiar ha podido hacer algo<br />
que pocos se pued<strong>en</strong> permitir: dejar su trabajo y vivir de lo que ha<br />
ganado durante los años previos. Sin permitirse grandes lujos y con<br />
una vida bastante asceta, puede dedicarse a disfrutar de la vida de<br />
una forma mucho más relajada. Al parecer, esta ex compañera no<br />
acabada de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der cómo no podía aburrirse sin hacer nada <strong>en</strong><br />
todo el día, a lo que mi familiar le espetaba que no se aburría ni<br />
mucho m<strong>en</strong>os (y aún m<strong>en</strong>os que no hiciera nada <strong>en</strong> todo el día).<br />
Fue ahí cuando la ex compañera de trabajo le confesó la causa de<br />
su incompr<strong>en</strong>sión: “Solo soy feliz produci<strong>en</strong>do”.<br />
Y por desgracia, me parece que esa es la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia g<strong>en</strong>eral. Sin<br />
ánimo de hacer apología del ninismo me parece preocupante que la<br />
felicidad de una persona se labre <strong>en</strong> su capacidad de producir, sea<br />
<strong>en</strong> el campo que sea. Hasta tal punto hemos dejado que el trabajo,<br />
el salario y el estatus social marqu<strong>en</strong> por completo nuestras vidas<br />
que son el único motivo por el que somos capaces de s<strong>en</strong>tir eso que<br />
llamamos felicidad. Creo que si solo eres feliz cuando ti<strong>en</strong>es trabajo,<br />
lo que necesitas no es un trabajo sino un psicólogo. El trabajo ha<br />
conseguido convertirse para muchos <strong>en</strong> el prozac de una vida<br />
insufrible. De verdad hay personas tan insoportables que,<br />
consci<strong>en</strong>tes de serlo, se refugian <strong>en</strong> su productividad para no t<strong>en</strong>er<br />
que aguantarse. Otros tantos <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> el trabajo el lugar<br />
perfecto para no t<strong>en</strong>er que hacerse cargo de su familia. Y otros<br />
tantos que, incapaces de convivir y afrontar los instantes de soledad,<br />
escapan al abismo refugiándose <strong>en</strong> su trabajo. También los hay,<br />
estos <strong>en</strong> su gran mayoría, que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> el trabajo el espacio<br />
perfecto para no t<strong>en</strong>er que decidir nada sobre sus vidas, para<br />
dejarse llevar hasta que la muerte o el despido lo separ<strong>en</strong> de ese<br />
trabajo.<br />
61