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rEVISta PErUaNa dE MEdIcINa ExPErIMENtaL y SaLUd PÚbLIca ...

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ISSN 1726-4634<br />

VOLUMEN 25 NÚmero 1 enero – marzo 2008<br />

revista peruana de<br />

medicina experimental<br />

y salud pública<br />

LIMA, PERÚ


MINISTERIO DE SALUD DEL PERÚ<br />

MINISTRO<br />

Hernán Garrido-Lecca Montañez<br />

VICEMINISTRO<br />

Elías Melitón Arce Rodríguez<br />

INSTITUTO NACIONAL DE SALUD<br />

ALTA DIRECCIÓN<br />

Jefa<br />

Patricia J. García Funegra<br />

Subjefe<br />

Rubén Espinoza Carrillo<br />

ÓRGANOS DE LÍNEA<br />

Centro Nacional de Alimentación y Nutrición<br />

Directora General<br />

María Inés Sánchez-Griñán Caballero<br />

Centro Nacional de Control de Calidad<br />

Director General<br />

Alberto Valle Vera<br />

Centro Nacional de Productos Biológicos<br />

Directora General<br />

Silvia Pessah Eljay<br />

Centro Nacional de Salud Intercultural<br />

Director General (e)<br />

Neptali Cueva Maza<br />

Centro Nacional de Salud Ocupacional y<br />

Protección del Ambiente para la Salud<br />

Directora General<br />

Miriam Vidurrizaga Ramos<br />

Centro Nacional de Salud Pública<br />

Director General<br />

Luis Fuentes Tafur<br />

ÓRGANOS DE ASESORAMIENTO<br />

Oficina General de Asesoría Técnica<br />

Director General (e)<br />

Jorge Orellana Solís<br />

Oficina General de Asesoría Jurídica<br />

Directora General<br />

Cecilia Esquivel Fernández<br />

Oficina General de Investigación y<br />

Transferencia Tecnológica<br />

Director General<br />

Sixto Sánchez Calderón<br />

ÓRGANOS DE APOYO<br />

Oficina General de Administración<br />

Director General<br />

Luis Monzón Prieto<br />

Oficina General de Información y Sistemas<br />

Director General<br />

Javier Vargas Herrera<br />

Portada.<br />

Hospital de Pisco, luego del<br />

terremoto del 15 de agosto<br />

de 2007.<br />

Cortesía.<br />

Daniel Cárdenas Rojas,<br />

Instituto Nacional de Salud.<br />

Lima, Perú.


INSTITUTO NACIONAL DE SALUD<br />

REVISTA PERUANA DE MEDICINA EXPERIMENTAL Y SALUD PÚBLICA<br />

Volumen 25 Número 1 Enero – Marzo 2008<br />

Director<br />

Zuño Burstein Alva<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Editor General Editor Invitado Editor Científico<br />

César Cabezas Sánchez Nelson Morales Soto Percy Mayta-Tristán<br />

Instituto Nacional de Salud Universidad Nacional Mayor de San Marcos Instituto Nacional de Salud<br />

Comité Editor<br />

Pedro Álvarez Falconí<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Salud Intercultural<br />

Ana Barrientos Tejada<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Alimentación y Nutrición<br />

Rosario Belleza Zamora<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Control de Calidad<br />

Patricia Caballero Ñopo<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Salud Pública<br />

Walter H. Curioso<br />

Facultad de Salud Pública y Administración<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Manuel Espinoza Silva<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Salud Pública<br />

Claudio F. Lanata<br />

Instituto de Investigación Nutricional<br />

Mercedes Ochoa Alencastre<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Alimentación y Nutrición<br />

Graciela Rengifo García<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Oficina General de Información y Sistemas<br />

Silvia Seraylan Ormachea<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Productos Biológicos<br />

Javier Vargas Herrera<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Oficina General de Información y Sistemas<br />

Diana Vergara Nuñez<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Centro Nacional de Control de Calidad<br />

Jeanine Anderson Roos<br />

Pontificia Universidad Católica del Perú<br />

Lima, Perú<br />

Werner Apt Baruch<br />

Universidad de Chile<br />

Santiago, Chile<br />

Javier Arias-Stella<br />

Academia Nacional de Medicina<br />

Lima, Perú<br />

Alessandro Bartoloni<br />

Universita’ di Firenze<br />

Firenze, Italia<br />

Germán Batistini More<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Lima, Perú<br />

Jaime Bayona García<br />

Socios en Salud<br />

Lima, Perú<br />

Abraham G. Cáceres<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Lima, Perú<br />

H. Héctor García<br />

Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas.<br />

Lima, Perú<br />

Patricia J. García<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Lima, Perú<br />

Uriel García Cáceres<br />

Academia Nacional de Medicina<br />

Lima, Perú<br />

Consejo Consultivo<br />

Armando Gonzáles<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

Lima, Perú<br />

Eduardo Gotuzzo Herencia<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Lima, Perú<br />

Roger Guerra-García<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Lima, Perú<br />

Humberto Guerra Allison<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Lima, Perú<br />

Alfredo Guillén Oneeglio<br />

Universidad Nacional Federico Villarreal<br />

Lima, Perú<br />

Luis Huicho Oriundo<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

Lima, Perú<br />

V. Alberto Laguna-Torres<br />

United States Naval Medical Research Center<br />

Detachment. Lima, Perú.<br />

Andrés G. Lescano<br />

United States Naval Medical Research Center<br />

Detachment. Lima, Perú.<br />

Alejandro Llanos-Cuentas<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Lima, Perú<br />

Javier Mariategui<br />

Academia Nacional de Medicina<br />

Lima, Perú<br />

Wilmer Marquiño Quezada<br />

Organización Panamericana de la Salud<br />

San José, Costa Rica<br />

J. Jaime Miranda<br />

London School of Hygiene and Tropical Medicine<br />

London, United Kingdom<br />

César Náquira Velarde<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Lima, Perú<br />

Jaime Pajuelo Ramírez<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

Lima, Perú<br />

Bertha Pareja Pareja<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

Lima, Perú<br />

María Inés Sánchez-Griñán<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Lima, Perú<br />

Luis Suárez Ognio<br />

Ministerio de Salud<br />

Lima, Perú<br />

Armando Yarlequé Chocas<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos<br />

Lima, Perú<br />

Alfonso Zavaleta-Martinez<br />

Universidad Peruana Cayetano Heredia<br />

Lima, Perú<br />

Distribución<br />

Graciela Rengifo García<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Oficina de Documentación e Información Científica<br />

Asistente Editorial<br />

Carolina Tarqui Mamani<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Oficina de Publicaciones<br />

Corrección de Estilo<br />

Daniel Cárdenas Rojas<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Oficina de Publicaciones


La Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública (Rev Peru Med Exp Salud Publica) es el órgano oficial<br />

de difusión científica del Instituto Nacional de Salud (INS), Lima, Perú; es una publicación de periodicidad trimestral<br />

y tiene como objetivo la publicación de la producción científica en el contexto biomédico social, especialmente los<br />

aportes prácticos con el fin de contribuir a mejorar la situación de salud del país y de la región, además, propicia el<br />

intercambio con entidades similares en el Perú y en el extranjero, a fin de promover el avance y la aplicación de la<br />

investigación y la experiencia científica en salud.<br />

La Revista recibe contribuciones inéditas como artículos originales, de revisión, comunicaciones cortas, reportes de<br />

caso, galerías fotográficas o cartas al editor, las cuales son revisadas por expertos (pares) nacionales como extranjeros<br />

que han publicado investigaciones similares previamente, estos opinan en forma anónima sobre la calidad y validez de<br />

sus resultados, el número de revisores depende del tipo de artículo, sólo se publican aquellos artículos con comentarios<br />

favorables y que han resuelto las observaciones enviadas. El tiempo de revisión demora en la mayoría de los casos<br />

entre 2 a 6 meses según la celeridad de los revisores y autores.<br />

Los artículos firmados no expresan necesariamente la opinión de la revista, siendo los autores responsables de los<br />

criterios que emiten.<br />

Todos los derechos quedan reservados por el Instituto Nacional de Salud. Cualquier publicación, difusión o distribución<br />

de la información presentada queda autorizada siempre y cuando se cite la fuente de origen.<br />

La Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública está indizada o resumida en:<br />

LIPECS<br />

LILACS<br />

LATINDEX<br />

SciELO Perú<br />

IMBIOMED<br />

RedALyC<br />

HINARI<br />

Medic Latina<br />

Literatura Peruana en Ciencias de la Salud.<br />

Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud.<br />

Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, El Caribe,<br />

España y Portugal.<br />

Scientific Electronic Library Online.<br />

Indice Mexicano de Revistas Biomédicas Latinoamericanas.<br />

Red de Revistas Cientìficas de America Latina y el Caribe, España y Portugal.<br />

Health Internet Network.<br />

Grupo EBSCO<br />

Se distribuye gratuitamente y por canje, además, está disponible a texto completo en http://www.ins.gob.pe<br />

© Copyright 2008 INS-PERÚ<br />

Depósito Legal 2000-2856<br />

ISSN Versión impresa: 1726-4634<br />

ISSN Versión electrónica: 1726-4642<br />

Tiraje: 2000 ejemplares<br />

Diseño y diagramación FIMART S.A.C.<br />

Impreso en gráfica técnica<br />

Septiembre 2008<br />

Dirección: Instituto Nacional de Salud<br />

Cápac Yupanqui 1400. Lima 11, Perú.<br />

Teléfono: (511) 471-9920 anexo 122<br />

Correo electrónico: revmedex@ins.gob.pe<br />

Página web: www.ins.gob.pe


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 1-2.<br />

Contenido<br />

VOLUMEN 25 NÚMERO 1 enero – marzo 2008<br />

Editoriales<br />

• Simposios y números temáticos en la revista.<br />

Zuño Burstein Alva. .....................................................................................................................................................................<br />

• Simposio: emergencias y desastres.<br />

Nelson Morales-Soto. .............................................................................................................................<br />

5<br />

7<br />

Artículos Originales<br />

• Eficacia y residualidad de dos insecticidas piretroides contra Triatoma infestans en tres tipos de<br />

vivienda. Evaluación de campo en Arequipa, Perú.<br />

Miriam Palomino, Pablo Villaseca, Fanny Cárdenas, Jenny Ancca, Maritza Pinto. ....................................................<br />

• Características morfométricas, genéticas, alimenticias y vectoriales de Pastrongylus herrri<br />

procedentes de Jaén (Cajamarca) y Cajaruro (Amazonas), Perú.<br />

Jenny Ancca, Jesús Pinto, Silvia Vega, Abraham G. Cáceres, César Náquira. ........................................................<br />

• Respuesta conductual de Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) frente a adulticidas piretroides de uso<br />

frecuente en salud pública.<br />

Yuri O. Ayala-Sulca, Luis Ibarra-Juarez, John P. Grieco, Nicole Achee, Roberto Mercado-Hernandez, Ildefonso Fernández-<br />

Salas. ................................................................................................................................................<br />

• Características clínicas y moleculares de un brote de Influenza en dos bases militares, Tumbes<br />

Perú 2007.<br />

Tatiana Saldarriaga, V. Alberto Laguna-Torres, Juan Arrasco, Luis Guillén, Juan Águila, Patricia Aguilar, Merly Sovero, Juan<br />

Pérez, Jane Ríos, María Gomero, Rommell González, Tadeusz Kochel. ................................................................<br />

• Conocimientos y actitudes sobre la toma de Papanicolau en mujeres de Lima, Perú 2007.<br />

Charles Huamaní, Ana Hurtado-Ortega, Manuel Guardia-Ricra, José Roca-Mendoza. ..............................................<br />

• Efecto genotóxico del dicromato de potasio en eritrocitos de sangre periférica de Oreochromis<br />

niloticus (tilapia).<br />

Zulita Prieto, Julio León-Incio, Carlos Quijano-Jara, Radigud Fernández, Edgardo Polo-Benites, Roger Vallejo-Rodríguez, Luis<br />

Villegas-Sánchez. .................................................................................................................................<br />

• El Chacho (Alcanzo, Hapiruzqa), síndrome cultural andino: frecuencia, características y<br />

tratamientos tradicionales en Ayacucho, Perú.<br />

Dante R. Culqui, Simy Del Rocío Reategui, Omar V. Trujillo, Carol Zavaleta, Neptalí Cueva, Luis A. Suárez-Ognio. ...........<br />

• Trastorno de estrés agudo y episodio depresivo mayor en víctimas de una inundación en Tingo<br />

María: prevalencia y efectos de su desplazamiento a un albergue.<br />

Yliana Rojas-Medina, Jeannette Ávila Vargas Machuca, Omar V. Trujillo. ...............................................................<br />

9<br />

17<br />

26<br />

35<br />

44<br />

51<br />

59<br />

66<br />

Artículo de Revisión<br />

• Uso de insecticidas: contexto y consecuencias ecológicas.<br />

Gregor J. Devine, Dominique Eza, Elena Ogusuku, Michael J. Furlong. .................................................................<br />

74<br />

Simposio: Emergencias y Desastres (Parte 1)<br />

• Génesis de las contingencias catastróficas: etiopatogenia del desastre.<br />

Nelson Morales-Soto, Daniel Alfaro-Basso. ...................................................................................................<br />

101


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 1-2.<br />

• Lecciones aprendidas durante desastres naturales: 1970-2007.<br />

Raquel E. Cohen. ..................................................................................................................................<br />

• Grandes incendios urbanos: Mesa redonda, Lima 2001.<br />

Juan L Arce-Palomino. ...........................................................................................................................<br />

• Grandes desastres … grandes respuestas.<br />

Nelson Morales-Soto. .............................................................................................................................<br />

• Problemática sanitaria y social de la accidentalidad del transporte terrestre.<br />

Daniel Alfaro-Basso. ..............................................................................................................................<br />

• Ensayo clínico pragmático en trauma: el estudio CRASH-2 en el Perú.<br />

Alonso Soto, Elfi Torres, José Caballero, Wencesalao Azabache-Puente, César E. Malca-Polo, Marco Gonzáles-Portillo, Diana<br />

Rodriguez-Hurtado, Juan Vélez-Temoche, Edgar Nuñez-Huerta, Anselo Moya-Charcape, Jorge Flores del Pozo, Pedro J<br />

Lagos-Poma, Hernán Cruz-Yupanqui, J. Jaime Miranda. ...................................................................................<br />

109<br />

118<br />

125<br />

133<br />

138<br />

Comunicaciones Cortas<br />

• Detección de parásitos intestinales en agua y alimentos de la provincia de Trujillo, Perú.<br />

Gregorio Pérez-Cordón, María J. Rosales, Renzo A. Valdez, Franklin Vargas-Vásquez, Ofelia Córdova. .........................<br />

• Seroprevalencia de hidatidosis humana por la prueba de doble difusión arco 5 (DD5) en Chupaca,<br />

Junín.<br />

Pilar Alva, William Cornejo, Carlos Sevilla, Alina Huiza. ....................................................................................<br />

144<br />

149<br />

Reporte de Caso<br />

• Fiebre prolongada como manifestación de aspergiloma pulmonar en paciente con antecedente de<br />

tuberculosis.<br />

Leonidas Carrillo-Ñañez, Carlos Canelo-Aybar, José Cuadra-Urteaga, Cinthya Zegarra-Del Alamo. ..............................<br />

153<br />

Sección Especial<br />

Destacadas Personalidades de la Salud Pública en el Perú<br />

• Carlos Carrillo Parodi (1932-2008).<br />

César Cabezas, Zuño Burstein. ................................................................................................................<br />

157<br />

Galería Fotográfica<br />

• Lesiones oculares como consecuencia de la violencia en el Perú.<br />

Daniel Haro. ........................................................................................................................................<br />

160<br />

Cartas al Editor<br />

• Efecto de una intervención educativa sobre higiene alimentaria en escolares de Cajarmarca.<br />

Marco Rivera-Jacinto, Claudia Rodríguez-Ulloa, Luisa Zarpán-Arias. ..................................................................<br />

163


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 3-4.<br />

contents<br />

VOLUMEN 25 NUMBER 1 january - march 2000<br />

Editorials<br />

• Symposiums and thematic issues in the journal.<br />

Zuño Burstein Alva. ................................................................................................................................<br />

• Symposium: emergencys and disasters.<br />

Nelson Morales-Soto. ..............................................................................................................................<br />

5<br />

7<br />

Original Papers<br />

• Efficacy and residual effect of two pyrethroid insecticides against Triatoma infestans in three<br />

types of houses. Field evaluation in Arequipa, Peru.<br />

Miriam Palomino, Pablo Villaseca, Fanny Cárdenas, Jenny Ancca, Maritza Pinto. .....................................................<br />

• Morphometric, genetic, feeding and vectorial characteristics of Panstrongylus herreri from Jaén<br />

(Cajamarca) and Cajaruro (Amazonas), Peru.<br />

Jenny Ancca, Jesús Pinto, Silvia Vega, Abraham G. Cáceres, César Náquira. .........................................................<br />

• Behavioural response of Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) exposed to pyretrhoids insecticides of<br />

frequently use in public health.<br />

Yuri O. Ayala-Sulca, Luis Ibarra-Juarez, John P. Grieco, Nicole Achee, Roberto Mercado-Hernandez, Ildefonso Fernández-<br />

Salas. .................................................................................................................................................<br />

• Clinical and molecular characteristics of Influenza outbreak in two military bases in Tumbes, Peru<br />

2007.<br />

Tatiana Saldarriaga, V. Alberto Laguna-Torres, Juan Arrasco, Luis Guillén, Juan Águila, Patricia Aguilar, Merly Sovero, Juan<br />

Pérez, Jane Ríos, María Gomero, Rommell González, Tadeusz Kochel. .................................................................<br />

• Knowledge and attitudes about Papanicolau smear in women from Lima, Peru 2007.<br />

Charles Huamaní, Ana Hurtado-Ortega, Manuel Guardia-Ricra, José Roca-Mendoza. ...............................................<br />

• Genotoxic effect of potassium dicromate in peripheral blood erythrocytes of Oreochromis niloticus<br />

(tilapia).<br />

Zulita Prieto, Julio León-Incio, Carlos Quijano-Jara, Radigud Fernández, Edgardo Polo-Benites, Roger Vallejo-Rodríguez, Luis<br />

Villegas-Sánchez. ..................................................................................................................................<br />

• Chacho (Alcanzo, Hapiruzqa), Andean cultural syndrome: frequency, characteristics and traditional<br />

treatments in Ayacucho, Peru.<br />

Dante R. Culqui, Simy Del Rocío Reategui, Omar V. Trujillo, Carol Zavaleta, Neptalí Cueva, Luis A. Suárez-Ognio. ............<br />

• Acute stress disorder and major depressive disorder in flood victims from Tingo Maria: prevalence<br />

and the effect of relocating.<br />

Yliana Rojas-Medina, Jeannette Ávila Vargas Machuca, Omar V. Trujillo. ................................................................<br />

9<br />

17<br />

26<br />

35<br />

44<br />

51<br />

59<br />

66<br />

Review<br />

• Insecticide use: context and ecological consequences.<br />

Gregor J. Devine, Dominique Eza, Elena Ogusuku, Michael J. Furlong. ..................................................................<br />

74<br />

Symposium: Emergencys and Disasters (Part 1)<br />

• Genesis of catastrophic contingencies: etiopathogenesis of disaster.<br />

Nelson Morales-Soto, Daniel Alfaro-Basso. ....................................................................................................<br />

101


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 3-4.<br />

• Lessons learned during natural disasters: 1970-2007.<br />

Raquel E. Cohen. ...................................................................................................................................<br />

• Great urban fires: Mesa redonda, Lima 2001.<br />

Juan L Arce-Palomino. .............................................................................................................................<br />

• Major disasters … great responses.<br />

Nelson Morales-Soto. ..............................................................................................................................<br />

• Health concerns and social of the accidentality in land transport.<br />

Daniel Alfaro-Basso. ...............................................................................................................................<br />

• Pragmatic clinical trial in trauma: CRASH-2 trial in Peru.<br />

Alonso Soto, Elfi Torres, José Caballero, Wencesalao Azabache-Puente, César E. Malca-Polo, Marco Gonzáles-Portillo, Diana<br />

Rodriguez-Hurtado, Juan Vélez-Temoche, Edgar Nuñez-Huerta, Anselo Moya-Charcape, Jorge Flores del Pozo, Pedro J<br />

Lagos-Poma, Hernán Cruz-Yupanqui, J. Jaime Miranda. ....................................................................................<br />

109<br />

118<br />

125<br />

133<br />

138<br />

Short Communications<br />

• Detection of water-borne and food-borne intestinal parasites of Trujillo, Peru.<br />

Gregorio Pérez-Cordón, María J. Rosales, Renzo A. Valdez, Franklin Vargas-Vásquez, Ofelia Córdova. ...........................<br />

• A serosurvey for human hydatidosis by the arc 5 double-diffusion test in Chupaca province, Junin,<br />

Peru.<br />

Pilar Alva, William Cornejo, Carlos Sevilla, Alina Huiza. .....................................................................................<br />

144<br />

149<br />

Case Report<br />

• Long fever as manifestation of pulmonary aspergilloma in a patient with tuberculosis antecedent.<br />

Leonidas Carrillo-Ñañez, Carlos Canelo-Aybar, José Cuadra-Urteaga, Cinthya Zegarra-Del Alamo. ...............................<br />

153<br />

Special Section<br />

Great Personalities from the Public Health in Peru<br />

• Carlos Carrillo Parodi (1932-2008).<br />

César Cabezas, Zuño Burstein. ..................................................................................................................<br />

157<br />

Picture Gallery<br />

• Ocular injury as consequence of violence in Peru.<br />

Daniel Haro. .........................................................................................................................................<br />

160<br />

Letter to Editor<br />

• Effect of an educational intervention on food higiene in students from Cajamarca.<br />

Marco Rivera-Jacinto, Claudia Rodríguez-Ulloa, Luisa Zarpán-Arias. ....................................................................<br />

163


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 5-6.<br />

editorial<br />

Simposios y números temáticos en la revista<br />

[Symposiums and thematic issues in the journal]<br />

Zuño Burstein Alva*<br />

La Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, órgano oficial de difusión científica del<br />

Instituto Nacional de Salud del Ministerio de Salud del Perú, es una tribuna de expresión abierta para<br />

la publicación de contribuciones sobre el avance de la medicina en el área de su competencia, las<br />

investigaciones que realiza nuestra institución, de las comunicaciones que puedan aportar los miembros<br />

del equipo de salud del país, así como las que nos envían autores e instituciones extranjeras vinculadas<br />

a los problemas de la salud pública del Perú.<br />

Nuestra revista recibe, a través de notas editoriales, artículos originales, temas de revisión, comunicaciones<br />

cortas, reportes de casos, galerías fotográficas, cartas al editor y una sección especial, los aportes y<br />

controversias relacionados con nuestra responsabilidad informativa, previa revisión por pares.<br />

Se ha establecido como política editorial desarrollar en cada número de la revista o, si es del caso, en<br />

varios números consecutivos, un tema prioritario relacionado con la salud pública del Perú, como se<br />

ha llevado a cabo en algunos números durante el 2007, abordando temas como rabia (1) , desnutrición<br />

crónica (2) , infecciones de transmisión sexual (3) y hepatitis B (4) .<br />

Así mismo, en algunos casos, se ha designado a un editor invitado, quién es un reconocido investigador<br />

en el tema por tratar, para coordinar la captación de artículos y responsabilizarse de esta misión, que<br />

en coordinación con nosotros, se ocupa del tema correspondiente. Estos artículos se incorporarán a la<br />

revista en sus diferentes secciones o, si es del caso, como en el presente número, bajo una forma de<br />

simposio, ubicado en la sección especial de la revista.<br />

Las contribuciones comprometidas para el simposio por el editor invitado, no siguen el mismo rigor en<br />

la revisión por pares que los artículos que forman parte de las otras secciones de la Revista. Se deja<br />

entonces, en libertad para una participación académica que aporte valiosa información al tema que es<br />

motivo del simposio. En estos casos, el Comité Editor asume la responsabilidad de coordinar con los<br />

autores y con el editor invitado para hacer la adecuación pertinente y lograr el nivel que corresponde a<br />

nuestra publicación.<br />

Ya se ha publicado en números anteriores con esta modalidad de designar a un editor invitado temas<br />

relativos a enfermedades de transmisión sexual y hepatitis B, y está programado para próximos números<br />

abordar temas como la educación médica, salud ambiental, medicina de altura, política de medicamentos,<br />

sistemas de información, entre otros.<br />

En este número y en dos números sucesivos, bajo la modalidad de simposio, que ya ha sido adoptado<br />

por otras publicaciones médicas del país, se incorpora la contribución relacionada con un tema de gran<br />

interés para la salud pública y la medicina asistencial, que es la medicina de emergencias y desastres,<br />

para ello ha sido designado como coordinador de esta temática el Dr. Nelson Raúl Morales Soto, médico<br />

especialista en esta área, actual Presidente de la Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias y<br />

Desastres, institución que cumple 25 años de existencia al servicio del país, con un encomiable desarrollo<br />

* Director de la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

Correo electrónico: zburstein_2000@yahoo.com<br />

Fecha de recepción: 18-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 5-6. Burstein A<br />

de actividades de interés nacional. El Dr. Morales Soto<br />

es Miembro de la Academia Nacional de Medicina,<br />

Profesor Principal de la Universidad Nacional Mayor de<br />

San Marcos y uno de los creadores de esta importante<br />

especialidad en la universidad más antigua de América.<br />

Los diferentes temas que formarán parte de este simposio<br />

representan una contribución multisectorial de autores<br />

con gran experiencia personal y conocimiento, que el<br />

editor invitado ha sabido comprometer en beneficio de<br />

lograr una información lo más completa de un tema que,<br />

en el Perú, reviste particular importancia y actualidad.<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

1. López R. Reemergencia de la rabia en el Perú. Rev Peru<br />

Med Exp Salud Publica. 2007; 24(1): 3-4.<br />

2. Sánchez-Griñán MI. Generación y acceso de información<br />

en nutrición para la acción multisectorial. Rev Peru Med<br />

Exp Salud Publica. 2007; 24(2): 107-8.<br />

3. García PJ, Blas MM. Las infecciones de transmisión sexual<br />

y el VIH: la epidemia desde una visión global y local. Rev<br />

Peru Med Exp Salud Publica. 2007; 24(3): 199-201.<br />

4. Vildozola H. ¿Es posible eliminar la hepatitis B? Rev Peru<br />

Med Exp Salud Publica. 2007; 24(4): 323-24.<br />

Suscríbete en forma electrónica y gratuita a los contenidos de la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública,<br />

ingresa a www.ins.gob.pe, selecciona el icono de la revista y<br />

envíanos tus datos.


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 7-8. editorial<br />

SIMPOSIO: EMERGENCIAS Y DESASTRES<br />

[SYMPOSIUM: EMERGENCYS AND DISASTERS]<br />

Nelson Morales-Soto*<br />

Los desastres son eventos adversos de grandes proporciones que desbordan la capacidad de previsión<br />

y de respuesta de la comunidad y afectan masivamente la salud, la propiedad y la organización, creando<br />

necesidad de ayuda externa. Hace veinte años fue señalado que en ellos se observaba con frecuencia<br />

tres problemas: escaso planeamiento predesastre, falta de comando en la escena, e insuficiente<br />

información y comunicaciones (1) . El reciente terremoto del 15 de agosto, nos obliga a analizar en<br />

cuánto se cumplieron las constantes mencionadas, el desafío radica hoy en preverlas y atenuarlas en la<br />

perspectiva del siguiente siniestro.<br />

El evento tectónico con epicentro frente a la costa de Ica, que en Lima alcanzó el grado VII en la escala<br />

de Mercalli modificada, ha sido una repetición de lo ya observado en décadas precedentes y ratifica lo<br />

que volverá a ocurrir. El litoral del país ha experimentado grandes sismos cuyo retorno causó efectos<br />

catastróficos dejando las ciudades en escombros.<br />

Lima, que ha sido el centro de referencia para la movilización de la asistencia en la catástrofes ocurridas<br />

en el país, alberga grandes vulnerabilidades, quizá la principal sea la concentración y el centralismo.<br />

Los avances en materia constructiva en la metrópoli no han guardado un paralelismo en los campos<br />

de la organización y la prevención de desastres, amplios sectores de la población residen en viviendas<br />

de altísimo riesgo y todo hace pensar que el colapso de edificaciones generará un inmenso número de<br />

víctimas que deberán ser atendidas en establecimientos de salud cuyos servicios de emergencia -antes<br />

de ocurrir el siniestro- ya están sobreocupados y cuyo equipamiento es aún insuficiente (2) . Un terremoto<br />

en Lima desnudará vulnerabilidades que por su continuidad han dejado de ser percibidas pues son hoy<br />

parte del paisaje cotidiano. Desorden, informalidad y transgresión a la norma son imágenes constantes<br />

en el escenario de la ciudad, urge la recomposición social antes que ocurra el próximo impacto, de otro<br />

modo la desorganización resultante podría lindar con el caos.<br />

El sector salud tiene una peculiar responsabilidad: la atención de las víctimas, particularmente las de<br />

mayor gravedad, lo cual es la mayor prioridad social al ocurrir el impacto. La experiencia en Latinoamérica,<br />

en los últimos 30 años, enseña que los establecimientos y servicios de salud sufrieron importantes<br />

daños que mermaron su capacidad operativa y, no pocas veces, los excluyó funcionalmente.<br />

El Perú en toda su extensión geográfica ha sido escenario de catástrofes desatadas por fenómenos<br />

naturales extremos o por actos humanos deliberados (3) , unos y otros causaron muerte y destrucción<br />

llevando a la pobreza y migración a grandes grupos humanos quitándoles la posibilidad del bienestar<br />

y el desarrollo. Estos eventos han contribuido poderosamente al subdesarrollo y han profundizado la<br />

fragmentación social amplificando el alto costo que mantienen en el país la accidentalidad y la violencia<br />

cotidianas a las que se suman otras contingencias que cíclicamente afectan a poblaciones con elevada<br />

vulnerabilidad (3,4) .<br />

*<br />

Médico emergenciólogo. Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias y Desastres; Facultad de Medicina,<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Correo electrónico: moralessotonelson@gmail.com<br />

Fecha de recepción: 15-10-07 Fecha de aceptación: 17-10-07


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 7-8.<br />

Morales-Soto N<br />

Al sector salud le correspondió afrontar la demanda masiva<br />

de víctimas causada por la catástrofe muchas veces<br />

en condiciones desventajosas por el daño producido<br />

en sus componentes estructurales o funcionales (2,4) .<br />

Estudios técnicos han permitido conocer el grado de<br />

acumulación de factores diversos de vulnerabilidad<br />

en grandes hospitales del país tanto en los aspectos<br />

físicos como en los organizativos (5,6) , también se ha<br />

definido las opciones de protección –en los ámbitos de<br />

la prevención, mitigación y preparativos para desastrey<br />

de la asistencia médica para afrontar las situaciones<br />

de emergencia y desastres (7) . El sector salud y los<br />

organismos rectores en la preparación para calamidades<br />

han desarrollado un prolongado esfuerzo para aminorar<br />

el riesgo y enfrentar los efectos de estas ocurrencias.<br />

Las universidades, por su lado, han contribuido con<br />

la implementación de programas educativos tanto en<br />

el pregrado como en el posgrado; en la Universidad<br />

Nacional Mayor de San Marcos desde 1993 se han<br />

formado 182 especialistas en medicina de emergencias<br />

y desastres, ha producido además importantes trabajos<br />

de investigación y material educativo (4) .<br />

La deriva de las placas tectónicas es inexorable, esto<br />

constituye una amenaza sísmica descomunal sobre<br />

Lima, a ello debe sumarse una vulnerabilidad urbana y<br />

social extensa y creciente. Ya no es tema de discusión lo<br />

que va a ocurrir, lo que no sabemos es cuándo ocurrirá.<br />

El momento para tomar medidas para atenuar los<br />

efectos destructivos y para implementar los preparativos<br />

para afrontar los daños es ahora, no habrá otro.<br />

En marzo de 2004, el Comité de Emergencias y Desastres<br />

del Consejo Nacional de Salud propuso la creación e<br />

implementación de un “sistema nacional de protección<br />

y asistencia médica para emergencias y desastres”.<br />

Como puede observarse en el documento, publicado<br />

en los Anales de la Academia Nacional de Medicina<br />

en el año 2006 (8) , en el sistema estaría comprendida,<br />

funcionalmente, la totalidad de los establecimientos de<br />

salud enlazándose a través de redes operativas a los<br />

servicios de atención prehospitalaria, el proceso estaría<br />

coordinado por una Central de Regulación y dispondría<br />

de un Fondo económico de Emergencias para garantizar<br />

la primoatención de los graves.<br />

Esta estructura sería el operador permanente de<br />

las emergencias médicas cotidianas en cada región<br />

privilegiando la oportunidad y la universalidad de la<br />

atención así como la zonificación y la racionalización<br />

de los recursos. Así como hoy el emergenciólogo es el<br />

nexo inmediato entre las necesidades de supervivencia<br />

del paciente gravemente herido y la atención del<br />

especialista, el sistema lo sería para el caso de la<br />

comunidad gravemente afectada por el desastre,<br />

convirtiéndose en un instrumento valioso para la<br />

sociedad y el Estado al asegurar una atención inmediata,<br />

especializada e integral, de las múltiples víctimas que<br />

generará la catástrofe, para ello es fundamental dotarla<br />

desde su creación de una vocación y filosofía de servicio<br />

orientada al fortalecimiento de una cultura de seguridad<br />

y la dignidad de las personas.<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

1. Morales N. Problemática de la atención de urgencias en<br />

Lima Metropolitana. Rev Serv Sanid Fuerzas Polic. 1987;<br />

48(2): 108-32.<br />

2. Morales N. Impacto de desastres y situaciones de<br />

emergencia en el ámbito de la salud en el Perú. An Fac<br />

Med (Lima). 2001; 62(2): 125-34.<br />

3. Morales-Soto N, Alfaro-Basso D. Génesis de las<br />

contingencias catastróficas: etiopatogenia del desastre.<br />

Rev Peru Med Exp Salud Pública. 2008; 25(1): 101-8.<br />

4. Morales-Soto N. Grandes desastres… grandes respuestas.<br />

Rev Peru Med Exp Salud Pública. 2008; 25(1): 125-32.<br />

5. Comunidad Económica Europea (ECHO), Ministerio de<br />

Salud (MINSA), Instituto Peruano de Seguridad Social<br />

(IPSS), Organización Panamericana de la Salud (OPS).<br />

Diagnóstico de vulnerabilidad sísmica de hospitales del<br />

Perú. Lima: ECHO/MINSA/IPSS/OPS; 1997.<br />

6. Morales N, Sato J. Vulnerabilidad funcional y organizativa.<br />

En: Organización Panamericana de Salud. Análisis de la<br />

vulnerabilidad sísmica en hospitales del Perú. Lima: OPS;<br />

1997. p.<br />

7. Morales N. Algunas consideraciones para la organización<br />

de servicios de salud para emergencias y desastres. An<br />

Fac Med (Lima). 2001; 62(1): 44-55.<br />

8. Morales Soto NR, Chang Ausejo C. Hacia la creación de<br />

un sistema nacional de protección y asistencia médica de<br />

emergencias y desastres. Academia Nacional de Medicina.<br />

An Acad Nac Med (Lima). 2006; : 172- 74.


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. artículo original<br />

eficacia y residualidad de dos insecticidas<br />

piretroides contra Triatoma infestans en tres tipos de<br />

viviendas. EVALUACIÓN DE CAMPO en AREQUIPA, Perú<br />

Miriam Palomino 1,a , Pablo Villaseca 1,a , Fanny Cárdenas 1,b , Jenny Ancca 2,b , Maritza Pinto 2,b<br />

RESUMEN<br />

Objetivos. Comparar la eficacia residual de dos insecticidas en el control vectorial del Triatoma infestans sobre tres tipos<br />

de vivienda en dos localidades de Arequipa, Perú. Material y métodos. Ensayo de campo, se utilizaron formulaciones<br />

de polvo mojado de deltametrina y lambdacihalotrina sobre diferentes sustratos (concreto, ladrillo y sillar) a dosis de<br />

25 y 30 mg/m 2 respectivamente. Se usó 1445 ninfas V de Triatoma infestans en los bioensayos, donde se expuso por<br />

48 horas a los triatominos en la pared rociada y se los observó durante 14 días para evaluar mortalidad. Se realizó la<br />

exposición en cada tipo de superficie por insecticida a 24 horas, 30 y 90 días postratamiento. Resultados. A las 24 h la<br />

lambdacihalotrina fue más eficaz que la deltametrina en ladrillo y sillar (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Palomino M. et al.<br />

Introducción<br />

El control vectorial mediante la utilización de químicos<br />

insecticidas, se ha indicado como la mejor manera<br />

de reducir la incidencia de la enfermedad de Chagas<br />

(1-3) . El control químico se basa principalmente en el<br />

rociamiento de las viviendas y áreas del peridomicilio con<br />

insecticidas formulados que son aplicados por rociadores<br />

profesionales. Se ha venido usando ingredientes activos<br />

(i.a) organoclorados, organofosforados, carbamatos e<br />

insecticidas piretroides (4) .<br />

El éxito del dietildilcloro difeniltricloroetano (DDT) en<br />

el control de la malaria (5) motivó a los entomólogos<br />

latinos a probar este insecticida en los años 50 para el<br />

control de los vectores de la enfermedad de Chagas.<br />

Sin embargo, el DDT tuvo que ser desechado debido<br />

a su baja eficacia contra los triatominos. El bajo poder<br />

triatomicida del DDT fue debido a dos causas entomotoxicológicas:<br />

la primera fue la presencia de caminos<br />

metabólicos degradativos del DDT en Triatoma infestans,<br />

y la segunda, por la lenta velocidad de penetración del<br />

tóxico a través del integumento del insecto. Luego de<br />

esto, fue introducido con éxito el hexaclorociclohexano<br />

(HCH) para el control de los vectores de la enfermedad<br />

de Chagas en 1947 (6) . La alta estabilidad química y el<br />

riesgo toxicológico y ecotoxicológico potencial de los<br />

insecticidas organoclorados causaron la substitución<br />

progresiva por compuestos con características más<br />

favorables (2) .<br />

Los insecticidas anticolinesterásicos están constituidos<br />

por dos familias diferentes, los organofosforados y los<br />

carbamatos que fueron los insecticidas alternativos<br />

menos persistentes, no bioacumulables para el control<br />

de los vectores de la enfermedad de Chagas. El<br />

propoxur fue el primer insecticida anticolinesterásico<br />

usado para el control de los triatominos vectores de la<br />

enfermedad de Chagas. El efecto triatomicida de este<br />

carbamato fue establecido en 1968 y las pruebas en el<br />

campo fueron realizadas en Chile entre 1969-1971 (7) .<br />

Los organofosforados malathion y fenitrothion fueron<br />

introducidos en 1975 en los programas de control del<br />

vector de Chagas (1) .<br />

En 1978, la buena actividad insecticida de la<br />

decametrina sobre Triatoma infestans impulsó una<br />

rápida sustitución de los fosforados por piretroides en<br />

el cono sur de América Latina (8) , lo que permitió bajar<br />

las concentraciones de uso de insecticida entre 10 y 20<br />

veces. Trabajos posteriores demostraron la existencia de<br />

un grupo de insecticidas piretroides –cianopiretroidesde<br />

excepcional efecto insecticida sobre los triatominos,<br />

fundamentando su extendido uso en Latinoamérica para<br />

el control vectorial de la enfermedad de Chagas (9) .<br />

Entre estos insecticidas destacan deltametrina,<br />

lambdacihalotrina, alfacipermetrina, betacipermetrina,<br />

betaciflutrina, ciflutrina y cipermetrina (los cinco primeros<br />

son piretroides de tercera generación). Debido a las<br />

muy bajas concentraciones en que son aplicados, estos<br />

productos han permitido alcanzar una constante seguridad<br />

de uso y por lo tanto disminuir el impacto toxicológico del<br />

control de vectores de la enfermedad de Chagas (1) .<br />

Desde mediados de los años 80, los piretroides más<br />

comunes (deltametrina, lambdacihalotrina, ciflutrina,<br />

y cipermetrina) se han convertido en los principales<br />

insecticidas utilizados operacionalmente para el control<br />

de los triatominos, debido a su eficacia y persistencia,<br />

así como a la mínima contaminación ambiental asociada<br />

a su uso (8-10) . Existen factores que limitan la actividad<br />

de los insecticidas, estos incluyen la dosis inicial del<br />

insecticida, naturaleza de la superficie rociada, la<br />

edad de los depósitos del insecticida y las condiciones<br />

ambientales tales como humedad y temperatura (11-<br />

13) . El tipo de sustrato, en términos de su porosidad,<br />

es de importancia particular. En superficies porosas<br />

tales como barro, el depósito insecticida parece perder<br />

actividad con más rapidez que en superficies tales como<br />

tableros de madera, cerámica y azulejos (14-16) . En los<br />

piretroides, la interrupción química se puede dar también<br />

en superficies altamente alcalinas y en las superficies<br />

expuestas a la luz del sol (17) .<br />

En muchos países donde se ha llevado a cabo actividades<br />

de control vectorial, siempre ha sido una inquietud, si<br />

el insecticida utilizado es el más apropiado teniendo en<br />

cuenta el material de construcción de las viviendas y las<br />

condiciones ambientales existentes.<br />

La enfermedad de Chagas es endémica de Arequipa (18) ,<br />

en el año 2003, se inició el plan de eliminación del Triatoma<br />

infestans e interrupción de la transmisión transfusional<br />

del Trypanosoma cruzi; las viviendas de los distritos a<br />

intervenir al igual que la mayoría de distritos de la ciudad<br />

de Arequipa, tienen como principales materiales de<br />

construcción, el sillar, ladrillo, concreto, entre otros; es así<br />

que para tener un mejor conocimiento de la interacción de<br />

los sustratos con los insecticidas, evaluamos la eficacia<br />

residual de dos insecticidas piretroides de formulación<br />

polvo mojable (PM) sobre tres tipos de viviendas: sillar,<br />

ladrillo y concreto; en dos localidades del distrito Tiabaya,<br />

departamento Arequipa-Perú.<br />

Tabla 1. Información técnica de los insecticidas<br />

Compuesto<br />

Dosis<br />

Formulación<br />

Químico<br />

Recomendada<br />

Deltametrina 5% PM 25 mg/m 2<br />

(0,025 g/m 2 )<br />

Lambdacihalotrina 10% PM 30 mg/m 2<br />

(0,03 g/m 2 )<br />

Cargas<br />

Bomba 8 L<br />

100 g<br />

60 g<br />

10


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Eficacia y residualidad de dos piretroides<br />

Materiales y Métodos<br />

área de estudio<br />

Estudio experimental, realizado en las localidades de<br />

San Pedro y 8 de Diciembre en el distrito de Tiabaya,<br />

provincia y departamento de Arequipa (sierra sur del<br />

Perú), en el periodo comprendido entre octubre de 2004<br />

a enero de 2005.<br />

Los pobladores de estas localidades tienen como<br />

principal actividad económica la agricultura, cultivan<br />

cebolla, ajos, zanahoria, poro, entre otros; además se<br />

dedican a la ganadería con prioridad del ganado ovino<br />

y vacuno; la cría de cuyes es importante en estas<br />

localidades porque forma parte de su dieta alimenticia.<br />

Estas localidades se ubican sobre terreno agreste con<br />

muchas pendientes. Las viviendas están construidas<br />

principalmente de sillar (roca volcánica blanca), ladrillo<br />

(bloque de adobe horneado), concreto (ladrillo cubierto<br />

con concreto) y en menor proporción piedra con barro.<br />

El peridomicilio está circunscrito con pircas de piedra y<br />

barro, donde crían cuyes y aves de corral (18,19) .<br />

INSECTICIDAS<br />

Se evaluaron los insecticidas piretroides de formulación<br />

polvo mojable (PM) de principios activos, deltametrina<br />

[(S)-α-cyano-3-phenoxybenzyl(1R)-cis-3-(2,2-<br />

dibromovynil)-2,2-dimetilcyclopropane carboxylate]<br />

y lambdacihalotrina [(S)-α-cyano-3-phenoxybenzyl<br />

(Z)-(1R, 3R)-3-(2-chloro-3, 3,3-trifluoroprop-1-enyl)-<br />

2,2-dimethylcyclopropanecarboxylate and (R)-acyano-3-phenoxybenzyl<br />

(Z)-(1S,3S) -3- (2-chloro-<br />

3,3,3-trifluoroprop-1-enyl)-2,2- dimethylcyclopropane<br />

carboxylate] (Tabla 1).<br />

La deltametrina 5% PM (sachetts de 100 g, K’Otrine®)<br />

evaluada se obtuvo del almacén Centro de Salud Tiabaya<br />

de la Dirección Regional de Salud de Arequipa, la<br />

lambdacihalotrina 10% PM (sachetts de 60 g, Lambda®)<br />

fue adquirida para el estudio. Se realizó un control de<br />

calidad por muestreo de los lotes de insecticidas usados,<br />

en el Centro Nacional de Control de Calidad, Instituto<br />

Nacional de Salud (Lima, Perú), donde se encontró<br />

que se cumplía con las especificaciones técnicas del<br />

producto (acta de muestreo N.° 247-OT/2004-CNCC-<br />

INS).<br />

SELECCIÓN DE VIVIENDAS Y ROCIAMIENTO<br />

Las viviendas se eligieron teniendo en cuenta 1) la<br />

aceptación de los jefes de familia al rociado de las<br />

viviendas, 2) la autorización a visitas periódicas para la<br />

realización de los bioensayos, y 3) al tipo de material de<br />

construcción de la vivienda. Se seleccionaron tres tipos<br />

de material de construcción (sustrato) representativos<br />

de los disponibles en el área: sillar (S), ladrillo (L) y<br />

concreto (C).<br />

El personal encargado de la aplicación residual (jefe de<br />

brigada y brigadistas) fue provisto con la indumentaria<br />

adecuada (mamelucos de manga larga, casco con visera,<br />

mascarilla con filtro, guantes y botas) para reducir el<br />

riesgo de la exposición al piretroide (20) . Adicionalmente,<br />

se consideró las siguientes medidas de bioseguridad: no<br />

comer, beber ni fumar durante el proceso de aplicación<br />

y al final de la jornada tomar un baño con abundante<br />

agua y jabón y, mudarse de ropa antes del consumo de<br />

los alimentos.<br />

Para la aplicación del insecticida en las viviendas se usó<br />

el método clásico de fajas verticales para rociar todas<br />

las superficies internas con reforzamiento en grietas y<br />

fisuras de la pared; además del intradomicilio se roció<br />

el peridomicilio (21) . Se usó 5/10 bombas aspersoras<br />

manuales Hudson-X-Pert adaptadas con pico tipo<br />

Teejet 8002 que produjeron una descarga entre 790<br />

a 850 mL/min a 50 psi. Las soluciones de insecticidas<br />

se prepararon en ocho litros de agua con pH entre 6,2<br />

a 6,5 Las bombas aspersoras manuales se calibraron<br />

por descarga mL/min y se evaluó el desempeño de los<br />

brigadistas en la aplicación residual del insecticida.<br />

Para evitar la posible agresión de las superficies tratadas,<br />

se recomendó a los moradores no limpiar, pintar o pegar<br />

objetos en las paredes. Los moradores realizaron sus<br />

actividades cotidianas de una forma habitual.<br />

En la localidad 8 de Diciembre, se roció en total 31/171<br />

viviendas con deltametrina 5% PM: once de sillar (S),<br />

once de ladrillo (L) y nueve de concreto (C), con un<br />

depósito aproximado de 25 mg/m 2 . Se utilizó 54 cargas,<br />

con un promedio de 1,93 carga/casa. En la localidad<br />

San Pedro, se roció en total 27/133 viviendas con<br />

lambdacihalotrina 10% PM: 9 S, 5 L y 13 C, con un<br />

depósito aproximado de 30 mg/m 2 . Se utilizó 52 cargas,<br />

con un promedio 2,13 carga/casa.<br />

De las casas tratadas, se seleccionó al azar tres de<br />

cada tipo de sustrato por localidad (o insecticida), para<br />

evaluar la efectividad y residualidad a 1, 30 y 90 días<br />

postratamiento.<br />

BIOENSAYOS DE PARED CON TRIATOMINOS<br />

Para cada evaluación se obtuvo los triatominos<br />

por búsqueda activa y captura manual en el intra y<br />

peridomicilio de viviendas no rociadas del distrito de<br />

Tiabaya. Los triatominos capturados fueron trasladados<br />

11


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Palomino M. et al.<br />

al Laboratorio de Referencia Regional de Arequipa,<br />

donde se seleccionó las ninfas de V estadio (ninfas-V),<br />

las mismas que fueron alimentadas con sangre de conejo<br />

y mantenidas en el laboratorio hasta cuatro días antes<br />

de la aplicación de los bioensayos post tratamiento.<br />

Los bioensayos de pared se realizaron 24 horas después<br />

del rociamiento, durante las primeras horas de la mañana<br />

(06.00 a 10.00 horas) y cuando las superficies internas<br />

de las viviendas estuvieron secas. Por cada sustrato<br />

(S, L y C) se utilizó cuatro viviendas (tres tratadas<br />

químicamente y una sin tratar para el control) por cada<br />

localidad (19,22) en cada vivienda se usó entre dos a tres<br />

placas de vidrio (12 cm de diámetro x 1.5 cm de altura),<br />

conteniendo entre 9 a 12 ninfas-V de Triatoma infestans<br />

(Klug) (Hemiptera: Reduviidae).<br />

En los bioensayos de pared con deltametrina al primer<br />

día después del rociamiento se usó 290 ninfas-V (90S,<br />

80L, 90C y 30 control); a los 30 días 239 ninfas-V (69S,<br />

80L, 70C y 20 control) y a los 90 días 200 ninfas-V (60S,<br />

61L, 59C y 20 control). En los bioensayos de pared con<br />

lambdacihalotrina al primer día se usó 275 ninfas-V<br />

(89S, 86L, 80C y 20 control), a los 30 días 230 ninfas-V<br />

(80S, 70L, 60C y 20 control) y a los 90 días 211 ninfas-V<br />

(59S, 60L, 72C y 20 control).<br />

Las placas fueron adheridas a las paredes con una<br />

cinta engomada a las alturas de 0,5, 1,0 y 1,5 m sobre<br />

el nivel del suelo; éstas fueron colocadas en posiciones<br />

adyacentes a la misma superficie de la evaluación<br />

anterior, nunca se colocó las placas exactamente en el<br />

mismo lugar (19,22) . El tiempo de exposición fue de 48h<br />

en las superficies rociadas; durante este periodo se<br />

cubrieron las placas con una tela negra.<br />

Después del periodo de exposición se transfirieron<br />

todos los insectos a recipientes limpios acondicionados<br />

con tul a manera de tapa y papel filtro plegado (22) ; luego<br />

fueron transportados y mantenidos en el laboratorio por<br />

catorce días en condiciones de temperatura de 19 a<br />

26 °C y humedad relativa de 23 a 75% registrados con<br />

termohigrómetros digitales.<br />

DEFINICIONES<br />

El efecto de volteo (knockdown) se definió como<br />

la incapacidad que tiene un insecto de caminar<br />

normalmente (aunque puede parecer que está vivo), su<br />

lectura se realizó 48 horas después de la exposición (21) .<br />

Los insectos volteados o moribundos con síntomas de<br />

incoordinación fueron mantenidos durante 14 días con<br />

el fin de observar la recuperación de las actividades<br />

locomotoras del insecto (19) .<br />

La mortalidad se definió como la incapacidad de un<br />

insecto de colgarse sobre un pedazo de papel de filtro<br />

inclinado (21) , ausencia de actividad locomotora propia<br />

sobre un papel de filtro o espontáneamente cuando es<br />

estimulado, su lectura se realizó a los 14 días después<br />

de la exposición (período de recuperación) (4,22) .<br />

Los resultados de los bioensayos de pared se expresaron<br />

como el porcentaje de knockdown o de mortalidad<br />

(número de ninfas con el efecto x 100 / total de ninfas<br />

expuestas) para cada una de las evaluaciones posteriores<br />

a la aplicación de la deltametrina y lambdacihalotrina.<br />

La eficacia fue evaluada al primer día y la residualidad<br />

a los 30 y 90 días posteriores a la aplicación de los<br />

insecticidas<br />

ANÁLISIS DE DATOS<br />

Los datos fueron ingresados a una base de datos<br />

previo control de calidad y procesados con los paquetes<br />

estadísticos Epidat 3.1 y Stata 9.0. Para evaluar el<br />

(A)<br />

(B)<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

Mortalidad (%)<br />

Mortalidad (%)<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Día 1<br />

Día 30 Día 90<br />

0<br />

Día 1 Día 30 Día 90<br />

Concreto Ladrillo Sillar<br />

Concreto Ladrillo Sillar<br />

Figura 1. Evaluación de la eficacia residual del insecticida evaluado frente a Triatoma infestans en sustratos de sillar, ladrillo y<br />

concreto en Tiabaya, Arequipa. (A) Deltametrina en localidad 8 de Diciembre; (B) Lambdacihalotrina en localidad de San Pedro.<br />

12


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Eficacia y residualidad de dos piretroides<br />

efecto del tiempo (en meses) postratamiento sobre la<br />

mortalidad ajustada por el tipo de sustrato se uso la<br />

regresión lineal múltiple. Para evaluar las diferencias<br />

entre insecticidas, alturas de pared, fecha de evaluación<br />

y tipo de sustrato se comparó los porcentajes en tablas<br />

de contingencia usando la prueba exacta de Fisher o<br />

Chi 2 según correspondía. Se consideró un p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Palomino M. et al.<br />

diferencias marcadas a los 90 días, donde la deltametrina<br />

tiene un mayor efecto residual que la lambacihalotrina<br />

(chi 2 , p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Eficacia y residualidad de dos piretroides<br />

Así también, en un ensayo con diferentes sustratos<br />

en condiciones de laboratorio, determinaron que la<br />

actividad de deltametrina PM a 2,5% mg/m 2 , decayó<br />

drásticamente después del primer mes, el tiempo<br />

postratamiento se incrementó y fueron necesarios<br />

periodos más largos de exposición para que los demás<br />

productos (ciflutrin 12,5% SC y lambdacihalotrina 10%<br />

PM) obtengan rangos máximos de mortalidad (4) .<br />

El tratamiento residual de los insecticidas deltametrina<br />

y lambdacihalotrina sobre las paredes de sillar, ladrillo<br />

y concreto fue uniforme, pues no se observó diferencias<br />

significativas en la mortalidad de los triatominos<br />

expuestos a diferentes alturas de exposición a 24 horas<br />

postratamiento.<br />

El insecticida lambdacihalotrina 10% PM fue eficaz<br />

(primer día) en todos los sustratos y demostró la<br />

persistencia más baja (


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 9-16. Palomino M. et al.<br />

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Correspondencia: Blga. Miriam Palomino Salcedo,<br />

Laboratorio de Entomología, Centro Nacional de Salud<br />

Pública, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

Dirección: Cápac Yupanqui 1400, Lima 11.<br />

Teléfono: (511) 471-9920<br />

Correo electrónico: mpalomino@ins.gob.pe<br />

16


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. artículo original<br />

Características morfométricas, genéticas,<br />

alimenticias y vectoriales de Panstrongylus herreri<br />

procedentes de Jaén (Cajamarca) y Cajaruro<br />

(Amazonas), Perú<br />

Jenny Ancca 1,a , Jesús Pinto 1,a , Silvia Vega 1,a , Abraham G. Cáceres 2,a , Cesar Náquira 1,b<br />

RESUMEN<br />

Objetivo. Comparar las características morfológicas, alimenticias y genéticas de dos poblaciones de Panstrongylus<br />

herreri, de los distritos de Jaén (Cajamarca) y Cajaruro (Amazonas). Materiales y métodos. Se colectó especímenes<br />

adultos de P. herreri, 42 (Jaén) y 68 (Cajaruro). Se utilizó la morfometría geométrica para evaluar el dimorfismo sexual<br />

de tamaño y conformación. El perfil genómico se realizó por amplificación del espaciador interno transcrito del ADNr<br />

(ITS-2). La amplificación del espaciador intergénico del gen mini-exón, permitió la caracterización molecular de los<br />

trypanosomas aislados. Se utilizó la prueba de precipitina para conocer las fuentes de alimentación de los vectores y así<br />

poder asociarlos a posibles reservorios del parásito. Resultados. El análisis morfométrico demostró que el dimorfismo<br />

sexual de tamaño fue similar (p>0,05); no ocurrió lo mismo con el dimorfismo de la conformación; asimismo no se<br />

encontró diferencias de tamaño al comparar por separado hembras y machos de Jaén y Cajaruro. Por ITS-2, se evaluó<br />

cinco especímenes de cada distrito, en ellos se observó una banda de 960 pb aproximadamente. Sólo en Cajaruro<br />

se encontraron triatominos parasitados, que fue caracterizado como Trypanosoma cruzi TCI (350 pb). Se identificó al<br />

cobayo como la fuente de alimento más frecuente. Conclusiones. Ambas poblaciones de P. herreri por morfometría<br />

geométrica e ITS-2, no evidenció diferencias, indicando que se trataría de una misma población y por consiguiente de<br />

la misma procedencia. La sangre de cobayo fue la más frecuente fuente de alimento, pudiendo ser el principal reservorio<br />

para la enfermedad de Chagas en esta zona del Perú.<br />

Palabras clave: Panstrongylus; Triatominae; Trypanosoma cruzi; Genética; Perú (fuente: DeCS BIREME).<br />

Morphometric, genetic, FEEDING and vectorial<br />

characteristics of Panstrongylus herreri from Jaén<br />

(Cajamarca) and Cajaruro (Amazonas), Peru<br />

ABSTRACT<br />

Objective. To compare the morphology, feeding and the genetic profile of specimens of Panstrongylus herreri from<br />

districts of Jaen (Cajamarca) and Cajaruro (Amazonas). Material and methods. Adult specimens of P. herreri were<br />

collected, 42 from Jaen and 68 from Cajaruro. Geometric morphometrics was used to evaluate the sexual differences in<br />

size and form. The genetic profile was done using the PCR amplification, second internal transcribed spacer (ITS-2) of the<br />

ribosomal ADN. The molecular characterization of the isolated trypanosomes was made by the amplification the parasite.<br />

We used the precipitin test for identification the feeding sources and thus be able to associate them with the potential<br />

reservoir of the parasite. Results. The morphometric analyses showed no difference (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Ancca J. et al.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La trypanosomiosis americana o enfermedad de Chagas<br />

es considerada como un importante problema de salud<br />

pública, con un alto impacto socioeconómico en América<br />

Latina, se estima que cerca de 100 millones de personas<br />

están en riesgo de adquirir la infección con alrededor de<br />

20 millones de personas infectadas y más de 50 000<br />

muertes ocurren cada año debido a esta enfermedad<br />

(1) . En el Perú se estima que la seroprevalencia varía<br />

entre 0,14 a 16% en las diferentes áreas endémicas, sin<br />

embargo existe un subregistro de casos (2) .<br />

La enfermedad de Chagas es causada por el protozoo<br />

flagelado Trypanosoma cruzi y transmitida por insectos<br />

de la subfamilia Triatominae. Actualmente se reconoce<br />

un total de 137 especies que están agrupadas en 18<br />

géneros y conformando cinco tribus (3) . En el norte y<br />

nororiente del Perú se ha reportado, hasta el momento,<br />

16 especies de triatominos, cuatro de ellas tienen un<br />

papel relevante en la transmisión de la enfermedad<br />

de Chagas por cohabitar con el hombre: Rhodnius<br />

ecuadoriensis (domiciliario), Panstrongylus herreri<br />

(domiciliario), Panstrongylus chinai, y Triatoma carrioni<br />

(peridomiciliados) y constituirían el blanco de medidas<br />

de control vectorial (4,5) .<br />

Panstrongylus herreri (Wygodzinsky, 1948), está presente<br />

principalmente en localidades de los departamentos de<br />

Piura, Cajamarca, San Martín y Amazonas ubicados en<br />

la región norte y nororiental del país (6) . En Amazonas<br />

se ha reportado al P. herreri infectado por Trypanosoma<br />

sp en las provincias de Bagua (7) y Utcubamba (8) . Esta<br />

especie también ha sido reportada en Ecuador (9,10) .<br />

La identificación taxonómica de los triatominos basada<br />

en las características morfológicas ha avanzado sustancialmente<br />

en los últimos años con la aplicación de<br />

diversas herramientas genéticas, principalmente técnicas<br />

de ADN; así el ITS-2 del ADNr es considerado como<br />

un buen marcador molecular para poblaciones, especies<br />

y relaciones filogenéticas en los triatominos (11-13) .<br />

Además de los estudios genéticos, la morfometría<br />

se ha aplicado exitosamente en diversas especies<br />

de triatominos, para resolver el origen territorial de<br />

individuos en casos de reinfestaciones, estudios de<br />

fenómenos de especiación y en las variaciones a nivel<br />

intraespecífico (14) .<br />

Estas observaciones son de utilidad en la planificación de<br />

medidas de control vectorial con insecticidas de acción<br />

residual, es por ello la necesidad de realizar estudios<br />

comparativos de morfometría y biología molecular para<br />

caracterizar las poblaciones de triatominos presentes,<br />

antes y después de la aplicación de químicos insecticidas,<br />

sobre todo en áreas aledañas a las aplicaciones de<br />

medidas de control (15) .<br />

Por otro lado, la colonización de la vivienda humana<br />

por los triatominos, podría estar relacionada a la<br />

accesibilidad de éstos, a fuentes de alimento (sangre),<br />

por lo que el conocer sus fuentes de alimentación<br />

nos ayudará a diferenciar sus hábitats (doméstico,<br />

peridomestico o silvestre), así como la selección de<br />

hospederos y la correlación entre la fuente hemática y la<br />

infección por Trypanosomatideos (16) .<br />

En esta investigación se compara dos poblaciones<br />

de Panstrongylus herreri, principal vector domiciliario<br />

de la enfermedad de Chagas en las provincias de<br />

Jaén y Cajaruro de los departamentos de Cajamarca<br />

y Amazonas, utilizando la morfometría geométrica,<br />

amplificación del espaciador interno trascrito del ADNr<br />

(ITS-2), la determinación de sus fuentes de alimentación;<br />

así como la caracterización genética de los tripanosomas<br />

que los parasitan.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

TIPO Y ÁREA DE ESTUDIO<br />

Se realizó un estudio descriptivo de las características<br />

morfométricas, genéticas y alimenticias de P. herreri<br />

en el distrito de Jaén, provincia de Jaén, departamento<br />

de Cajamarca y en el distrito de Cajaruro, provincia de<br />

Utcubamba, departamento de Amazonas.<br />

La provincia de Jaén está ubicada al norte del<br />

departamento de Cajamarca, entre los 5º15” y los<br />

6º4” de latitud sur; y entre los 78º33” y los 79º38” de<br />

longitud occidental, cuenta con una extensión territorial<br />

de 5 232,57 km 2 , que representa el 15,4% del total<br />

departamental. Su relieve es bastante variado y<br />

accidentado, por el acentuado contraste entre sus<br />

cordilleras, valles y pampas; está atravesada por el<br />

ramal interior de la cordillera occidental de los Andes,<br />

que en esta zona se llama “Andes del Chamaya”, por<br />

Weberbauer (17) . El ramal exterior de dicha cordillera<br />

está ubicado al oeste del río Huancabamba y la<br />

cordillera oriental de los Andes, está ubicada al este del<br />

río Marañón. Presenta un clima tropical y húmedo, con<br />

una temperatura media de 26 °C y con lluvias de octubre<br />

a abril, cuyas precipitaciones no llegan a los 1200 mm<br />

anuales. El distrito de Jaén se encuentra a 729 msnm, y<br />

corresponde a la región Rupa Rupa o selva alta (18) .<br />

La provincia de Utcubamba, tiene una extensión de<br />

3 859,93 km 2 que representan el 9,8% del territorio de<br />

18


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Panstrongylus herreri de Cajamarca y Amazonas<br />

la región Amazonas y se ubica entre las coordenadas<br />

77º51’72” y 78º42’12” longitud oeste y 5º23’25” y 6º10’53”<br />

de latitud sur; cuenta con un clima cálido, templado y<br />

húmedo, la temperatura oscila entre 25 °C y 35 °C, con<br />

humedad de 70% a 80% y la precipitación fluvial es de<br />

1200 a 1800 mm anuales (18) . En Utcubamba se observan<br />

extensiones de terrenos con características ecológicas<br />

semiexofíticas. La mayoría de las viviendas tienen piso<br />

de tierra y de dos a tres ambientes: dormitorio, cocinacomedor-cuyero<br />

a la vez y otro ambiente que sirve de<br />

depósito.<br />

Colecta e identificación de triatominos<br />

Se colectó 110 especímenes de P. herreri adultos<br />

(machos y hembras), 42 del distrito de Jaén (localidades:<br />

Cruz Grande, Las Naranjas, Santa Fe, Tierra Blanca,<br />

Quillabamba y Tumbillan) y 68 del distrito de Cajaruro<br />

(localidades: El Ron y Hebrón). La información sobre<br />

la presencia de triatominos en las viviendas de estas<br />

localidades fue proporcionada por los Laboratorios<br />

de la Subregión de Salud, Jaén y Bagua y orientaron<br />

su búsqueda. La captura se realizó manualmente<br />

por búsqueda activa (una hora/hombre) en el intra y<br />

peridomicilio. Todos los triatominos capturados fueron<br />

colocados en frascos de plástico que contenían en<br />

su interior papel plegado, y trasladados al laboratorio<br />

para su identificación taxonómica y procesamiento.<br />

Para su identificación taxonómica se utilizó las claves<br />

dicotómicas de Lent H y Wygodzinsky (1979) (19) .<br />

Determinación de la infección natural por<br />

Trypanosomas<br />

El espécimen fue sujetado con una pinza en posición<br />

dorsoventral, sobre una lámina portaobjetos limpia,<br />

se presionó el extremo final del abdomen hasta la<br />

expulsión de las heces, luego se añadió una gota de<br />

suero fisiológico, se homogeneizó la muestra y se cubrió<br />

con una laminilla, luego se observó al microscopio a 40X<br />

en busca de formas móviles de trypanosomas.<br />

Morfometría Geométrica<br />

El análisis morfométrico comprendió el montaje de<br />

las alas de todos los P. herreri (hembras y machos)<br />

recolectados. Las alas fueron removidas del cuerpo<br />

de los insectos, luego montadas sobre portaobjetos<br />

y fijadas en una inclusión de Entellan MERCK ®. Las<br />

imágenes de las alas fueron digitalizadas, utilizando<br />

una cámara digital Sony ® MVC-FD75, zoom óptico 10X<br />

conectada a un estéreomicroscopio Bausch&Lomb ®.<br />

Se seleccionó cinco puntos de referencia sobre las alas<br />

derechas: cuatro puntos tipo I y un punto tipo II (Figura 1)<br />

Figura 1. Secuencia de puntos anatómicos seleccionados<br />

sobre las alas. La unión con líneas de los puntos anatómicos<br />

genera las configuraciones geométricas analizadas en este<br />

trabajo.<br />

cuyas conexiones dan información sobre el tamaño<br />

y conformación. Mediante el análisis generalizado de<br />

procrustes (AGP) (20-23) , los puntos anatómicos de referencia<br />

seleccionados, se convirtieron en matrices de<br />

coordenadas bidimensionales. Cada punto de referencia<br />

tiene dos variables correspondientes a las coordenadas<br />

sobre la ordenada y la abscisa, por esto se requiere<br />

cuatro veces más individuos que los puntos de referencia.<br />

Se utilizó 40 alas de hembras y 40 de machos de<br />

P. herreri. El conjunto de puntos de referencia tomados<br />

sobre una estructura biológica corresponde a la configuración<br />

geométrica de tal objeto (24) .<br />

Extracción y amplificación del ADN<br />

ribosomal ITS-2 por PCR de triatominos<br />

Se examinó cinco especímenes de cada distrito (Jaén y<br />

Cajaruro). La extracción del ADN se realizó a partir de<br />

las seis patas de cada triatomino; se utilizó el kit DNeasy<br />

Tissue Handbook de QUIAGEN®, de acuerdo con las<br />

indicaciones descritas por el fabricante.<br />

Para la amplificación del ADN Ribosomal por PCR (ITS-<br />

2), se utilizó los iniciadores 5.8T (5’-CAT AGC GGT GGA<br />

TCA CTC GG) y 28T (5’-GCA CTAT CAA GC A ACA CGA<br />

CTC) (12) . La concentración final de la reacción de PCR<br />

fue de 1X para el buffer de reacción de Taq polimerasa,<br />

3,5 mM de ClMg 2<br />

(Invitrogen ®), 200 µM para los dNTPs,<br />

1 µM para cada uno de los primers y 0,5 U de Platinum<br />

® Taq DNA Polymerase High Fidelity (Invitrogen ®). Se<br />

utilizó el perfil térmico touchdown (25) . Los productos<br />

fueron visualizados en geles de poliacrilamida al 6% y<br />

teñidos con nitrato de plata (26) , utilizándose el marcador<br />

de peso molecular 50 pb.<br />

Fuentes de Alimentación<br />

Para determinar la fuente de alimentación de los triatominos<br />

se empleó la prueba de precipitina (27) . La mues-<br />

19


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Ancca J. et al.<br />

tra, constituida por el contenido intestinal de cada triatomino,<br />

fue colectado sobre papel filtro (Watman N.º 4) y<br />

conservado en bolsas plásticas herméticas a –20°C (28) .<br />

Los papeles impregnados con el contenido intestinal<br />

fueron recortados (1 cm 2 ) y sumergidos en un tubo de<br />

prueba con 1,5 mL de solución salina 0,85%, dejándose<br />

a 4 ºC durante toda la noche; al día siguiente los tubos<br />

fueron centrifugados durante cinco minutos a 2000 rpm<br />

para separar el sobrenadante.<br />

La identificación de las fuentes de alimentación se<br />

realizó enfrentando los eluídos del material impregnado<br />

en papel filtro (sobrenadante) contra los antisueros<br />

específicos para humano, perro, gato, cobayo y pollo,<br />

producidos en conejos Nueva Zelanda de 2,5 kg de<br />

peso (16) . La prueba se ejecutó en tubos de vidrio (2,1<br />

mm diámetro interno x 40 mm de alto), incubados a 37<br />

ºC durante una hora, siendo positiva la prueba cuando<br />

se observó la formación de un anillo blanco en el medio<br />

del tubo.<br />

La preparación de los antisueros, titulación y<br />

determinación de la especificidad se realizó de acuerdo<br />

a Siqueira (27) . Los títulos de los antisueros fueron: antihumano<br />

(1: 25 000), anti-perro (1: 15 000), anti-gato (1:10<br />

000), anti-cobayo (1:10 000) y anti-pollo (1:15 000).<br />

Aislamiento y extracción de ADN a partir de<br />

TrYpanosomatideos<br />

Trypomastigotes metacíclicos del contenido intestinal<br />

de P. herreri procedentes de Cajaruro (Amazonas),<br />

fueron inoculados intraperitonealmente en ratones<br />

Balb/C. A los 30 días se realizó el aislamiento del<br />

parásito por hemocultivo de una muestra de sangre<br />

del ratón infectado que contenía trypomastigotes de<br />

Trypanosoma. El ADN genómico fue extraído a partir de<br />

los parásitos aislados y mantenidos en medio de cultivo<br />

axénico, utilizando el kit DNeasy Tissue Handbook de<br />

QUIAGEN®.<br />

Amplificación por PCR del espaciador<br />

íntergénico del gen mini exón<br />

Se usó las siguientes condiciones de reacción: 1X de<br />

buffer de reacción de Taq polimerasa, 0,5 unidades de<br />

Taq polimerasa, 2,5 mM de MgCl 2,<br />

(Invitrogen®), 200<br />

μM de mezcla de dNTPs, y 50 μM de los iniciadores:<br />

TCC (5´ CCC CCC TCC CAG GCC ACA CTG 3´); TC1<br />

(5´GTG TCC GCC ACC TCC TTC GGG CC 3´) y TC2<br />

(5´ CCT GCA GGC ACA CGT GTG TGT G 3´) (29) . Se<br />

utilizó el perfil térmico descrito por Brisse et al. (30) .<br />

Los productos amplificados fueron visualizados en<br />

geles de poliacrilamida al 6% y teñidos con nitrato de<br />

plata (28) , utilizando un marcador de peso molecular<br />

de 50 pb.<br />

Análisis Estadístico<br />

Las variables de la conformación derivadas del AGP<br />

se utilizaron para comparar los sexos y hábitat de los<br />

P. herreri de Jaén y Cajaruro, mediante análisis de<br />

componentes principales y análisis discriminantes. Se<br />

incluyó el análisis multivariado de varianza (MANOVA)<br />

para asociar niveles de significancia estadística a la<br />

variación interespecies, para ello se usó los programas<br />

MOG, PAD, BAC (31) y PAST (32) de libre acceso en<br />

Internet.<br />

Componente 2<br />

Componente 2<br />

Componente 2<br />

0,02<br />

0,01<br />

0<br />

-0,01<br />

0,02<br />

0,01<br />

0<br />

-0,01<br />

-0,02<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0<br />

-0,01<br />

-0,02<br />

-0,00<br />

A<br />

B<br />

C<br />

-0,02 -0,01 0 0,01 0,02 0,03 0,04<br />

Componente 1<br />

Hembras<br />

Jaén<br />

-0,04 -0,03 -0,02 -0,01 0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05<br />

Componente 1<br />

Machos<br />

Cajaruro<br />

Figura 2. Dimorfismo sexual de la conformación alar.<br />

Hembras<br />

Machos<br />

Hembras<br />

Cajaruro<br />

Machos<br />

Jaén<br />

-0,03 -0,02 -0,01 0 0,01 0,02 0,03 0,04<br />

Componente 1<br />

20


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Panstrongylus herreri de Cajamarca y Amazonas<br />

RESULTADOS<br />

MP<br />

50 pb Ph33 Ph34 Ph35 Ph36 Ph16 Ph17 Ph18 Ph19<br />

Morfometría geométrica<br />

Dimorfismo sexual. Las comparaciones del tamaño<br />

en las alas de hembras y machos mostraron que no<br />

hay diferencias significativas según sexo (p> 0,05) en<br />

el análisis univariado. Las comparaciones multivariadas<br />

utilizando el análisis discriminante evidenció que el<br />

dimorfismo sexual en la conformación de las alas es<br />

significativo (Lamba de Wilks: 0,543, p< 0,001); la<br />

reclasificación de alas para machos fue de un 75%<br />

(30/40) y para las hembras de un 82% (33/40) y la<br />

distancia de Mahalanobis fue de 1,81, la cual demostró<br />

ser significativa después de un análisis de permutaciones<br />

(0/1000). Al obtener estos resultados se analizó por<br />

separado los grupos de hembras y machos de Jaén y<br />

Cajaruro.<br />

El análisis de relative warps, no muestra dimorfismo<br />

sexual de la conformación entre hembras y machos;<br />

pero hay mayor variación en la conformación alar en las<br />

hembras que en los machos (A). Caso contrario ocurre en<br />

la conformación alar de hembras procedentes de Jaén y<br />

Cajaruro (B) y machos del mismo lugar (C), en el que se<br />

observa diferencias en la conformación (Figura 2).<br />

Al efectuar el análisis univariado entre el tamaño alar<br />

según procedencia (Jaén y Cajaruro) no se encontró<br />

diferencias significativas en hembras (Figura 3A,<br />

p=0,173) ni en machos (Figura 3B, p=0,763). Con<br />

respecto a la conformación, en el análisis discriminante<br />

se encontró diferencias en la conformación alar de los<br />

triatominos de Jaén y Cajaruro, tanto en las hembras<br />

1000 pb<br />

900 pb<br />

800 pb<br />

700 pb<br />

600 pb<br />

500 pb<br />

Figura 4. Amplificación del ITS-2 de Panstrongylus herreri.<br />

P33, P34, P35, P36: P. herreri procedente de Jaén (Cajamarca);<br />

P16, P17, P18, P19: P. herreri procedentes de Utcubamba<br />

(Amazonas). MP: Marcador peso 50pb. Gel de poliacrilamida<br />

al 6%.<br />

(Lamba de Wilks: 0,473, distancia Mahalanobis: 2,06,<br />

p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Ancca J. et al.<br />

Tabla 1. Fuentes de alimentación de P. herreri, capturados<br />

en el intradomicilio, distrito de Jaén (Cajamarca) y<br />

Cajaruro (Amazonas), 2005.<br />

Fuentes<br />

alimentarias<br />

Jaén<br />

Cajaruro<br />

N (%) N (%)<br />

Cobayo 13 (36,3) 11 (40,8)<br />

Pollo 5 (13,9) 5 (18,5)<br />

Humano 5 (13,9) 1 (3,7)<br />

Perro 5 (13,9) 0 (0,0)<br />

Gato 0 (0,0) 0 (0,0)<br />

Humano/Cobayo 2 (5,4) 1 (3,7)<br />

Perro/Cobayo 1 (2,7) 0 (0,0)<br />

Perro/Pollo 0 (0,0) 1 (3,7)<br />

Perro/Gato 0 (0,0) 1 (3,7)<br />

Otra fuente 5 (13,9) 7 (25,9)<br />

Total 36 (100) 27 (100)<br />

Tabla 2. Índice de infección por T. cruzi en P. herreri,<br />

según la fuente de alimentación, capturados en el interior<br />

de las viviendas del distrito de Cajaruro, provincia de<br />

Utcubamba, Amazonas. 2005.<br />

Fuentes<br />

alimentarias<br />

Positivos /<br />

examinados*<br />

(%)<br />

Cobayo 6/11 (37,4)<br />

Pollo 3/5 (18,7)<br />

Humano 1/1 (6,3)<br />

Humano/Cobayo 1/1 (6,3)<br />

Perro/Pollo 1/1 (6,3)<br />

Perro/Gato 1/1 (6,3)<br />

Perro 0/0 (0,0)<br />

Gato 0/0 (0,0)<br />

Otras fuentes 3/7 (18,7)<br />

Total 16/27 (59,3)<br />

* Número de triatominos positivos a T. cruzi entre el total de<br />

triatominos según fuente alimentaria.<br />

40,8% respectivamente), el hombre fue la tercera fuente<br />

más frecuente, aproximadamente en uno de cada cinco<br />

casos no se logró identificar la fuente de alimentación<br />

(Tabla 1).<br />

La infección por Trypanosoma en los P. herreri se<br />

evidencio sólo en ejemplares provenientes de Cajaruro<br />

donde se encontró una tasa de infección de 59,3%<br />

(16/27), la principal fuente alimenticia en los ejemplares<br />

positivos fue el cobayo, seguido por el pollo y humano,<br />

es importante señalar que 3 (18,7%) tuvieron preferencia<br />

alimenticia por otras fuentes no identificadas (Tabla 2).<br />

1000 pb<br />

500 pb<br />

300 pb<br />

MP Dm28c Ph65 B<br />

50 pb TCI<br />

Figura 5. Amplificación de la región intergénica del gen miniexón<br />

(TCC/TC1/TC2) aislado de Trypanosoma cruzi procedente<br />

del distrito de Cajaruro, localidad de Hebrón (Ph 65). Strain de<br />

referencia T. cruzi I Dm28c. MP 50 pb. Gel de poliacrilamida al<br />

6%.<br />

Amplificación del espaciador Intergénico<br />

del gen mini exón<br />

Se determinó que el parásito aislado, procedente del<br />

distrito de Cajaruro, localidad Hebrón y caracterizado<br />

por amplificación de la región intergénica del gen miniexón<br />

corresponde a T. cruzi TCI (350 pb) (Figura 5).<br />

DISCUSIÓN<br />

En el transcurso del tiempo, el hombre ha ido<br />

colonizando los ambientes silvestres provocando que<br />

muchas especies de animales y plantas disminuyan o<br />

desaparezcan y que se adecuen a nuevos hábitats. En<br />

nuestro país se ha visto una gradual expansión del área<br />

agrícola hacia la selva, se depredan extensas áreas<br />

de bosques para sustituirlas por campos de cultivos.<br />

Estos cambios ecológicos, sumados a los procesos<br />

migratorios determinan la emergencia de problemas<br />

de salud pública, principalmente relacionadas con las<br />

enfermedades transmitidas por vectores.<br />

La ausencia de polimorfismo de longitud, en los<br />

especímenes de P. herreri procedentes de los<br />

departamentos de Cajamarca como en los de Amazonas,<br />

nos indica que se trata de una misma población, éstos<br />

resultados concuerdan con los hallados por morfometría<br />

geométrica.<br />

La longitud de banda encontrada para el ITS-2 del<br />

ADNr de los especímenes examinados, es similar a<br />

lo reportado por Marcilla et al. (11) , quien obtiene una<br />

22


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Panstrongylus herreri de Cajamarca y Amazonas<br />

banda aproximada de 965 pb, y quien al realizar el<br />

análisis de secuencia de este marcador, encontró que<br />

las dos poblaciones de P. lignarius, Walter 1873, de<br />

Ecuador y Brasil fueron idénticas, como las de P. herreri<br />

de Ecuador y Perú, lo que podría significar que herreri<br />

sería sinónimo de lignarius, proponiéndose la existencia<br />

de dos subespecies Panstrongylus lignarius lignarius y<br />

Panstrongylus lignarius herreri (11) ; cabe señalar que los<br />

especímenes estudiados de Perú por Marcilla procedían<br />

de Cajamarca y que fueron mantenidos en el Laboratorio<br />

de FIOCRUZ (Brasil).<br />

Los resultados obtenidos por ITS-2, no permiten<br />

distinguir si los ejemplares evaluados corresponderían<br />

a P. herreri o P. lignarius, sin embargo considerando<br />

que la principal diferenciación entre ambas especies es<br />

su distribución geográfica y aspectos ecológicos como<br />

el hábitat (P. lignarius exclusivamente silvestre y P.<br />

herreri domiciliario), podemos inferir que los estudiados<br />

corresponden a P. herreri por haber sido encontrados<br />

en el interior de la vivienda. P. herreri, actualmente<br />

es considerado como el principal vector doméstico<br />

del norte del Perú (4) y se le relaciona con la vivienda<br />

humana y presencia de cobayos (33) . En nuestro estudio<br />

se observó que en casi todas las viviendas de Jaén y<br />

Cajaruro visitadas para la captura de triatominos, se<br />

criaban cobayos en los dormitorios y cocinas, ambientes<br />

donde fueron capturados los triatominos.<br />

El aspecto general del cuerpo de un organismo está<br />

fuertemente relacionado con sus hábitos de vida y<br />

con las estrategias para sobrevivir y reproducirse. A<br />

diferencia del genoma, la morfología está en contacto<br />

directo con las condiciones físicas del ambiente y con los<br />

otros organismos (33) . Según Falconer (35) los caracteres<br />

morfológicos medibles son los primeros que cambian en<br />

el transcurso de la evolución, su arquitectura responde<br />

al compromiso entre las demandas del entorno (biótico y<br />

abiótico) y las del genoma (individual y del grupo).<br />

Uno de los rasgos informativos sobre el modo de<br />

vida de las especies de triatominos, es el dimorfismo<br />

sexual (36) y se recomienda considerar al dimorfismo<br />

sexual de tamaño, como un rasgo a tener en cuenta<br />

en los estudios de adaptación de los Triatominae a<br />

ambientes domésticos. Los resultados de estos autores<br />

demuestran que el dimorfismo sexual disminuye en los<br />

ejemplares domésticos o de laboratorio con respecto<br />

a sus parientes del campo. En nuestro trabajo el<br />

dimorfismo sexual de tamaño no fue significativo al<br />

comparar machos con hembras de ambos distritos; sin<br />

embargo, no ocurrió lo mismo con el dimorfismo de la<br />

conformación. Asimismo no se encontraron diferencias<br />

de tamaño al comparar hembras de Jaén y Cajaruro<br />

así como machos de ambas localidades, lo cual podría<br />

estar indicar que se trate de una misma población de<br />

P. herreri, resultado también encontrado al comparar<br />

el ITS-2 de los especímenes procedentes de ambas<br />

zonas.<br />

Tanto los P. herreri procedentes de Jaén y Cajaruro<br />

presentan similar perfil alimenticio, teniendo ambos<br />

como principal fuente de alimentación sangre de cobayo,<br />

seguida de pollo y humano. Estos resultados eran de<br />

esperarse ya que en casi todas las viviendas se encontró<br />

presencia de cobayos en los dormitorios y cocina, hecho<br />

que concuerda con lo observado por Herrer en 1960 (32) .<br />

En la zona sur del Perú, Solís et al. (37) encontraron<br />

como principal fuente de alimentación de T. infestans la<br />

sangre de ave seguida de roedor y humano, así como<br />

una hembra infectada por T. cruzi. En nuestro trabajo, de<br />

los cinco triatominos alimentados con sangre de pollo,<br />

tres fueron positivos a T. cruzi (Tabla 2). El hecho de<br />

encontrar triatominos alimentados con sangre de pollo,<br />

infectados con T. cruzi, se explicaría con la infección<br />

durante una alimentación anterior en mamífero ya que<br />

las aves no son susceptibles a la infección por estos<br />

parásitos. Estudios realizados en Brasil y Uruguay en<br />

diversos tipos de triatominos, encontraron una gran<br />

variedad de fuentes de alimentación como sangre de<br />

roedor, ave, perro, gato (38,39) . Asimismo tanto en los<br />

triatominos procedentes de Jaén y Cajaruro, se encontró<br />

hasta dos distintas fuentes de alimentación (Tabla 1), lo<br />

cual indicaría el poco aprovechamiento de otras fuentes<br />

que estuvieran disponibles, así como la preferencia<br />

exclusiva por un determinado animal.<br />

Analizando la relación entre la fuente de alimentación<br />

y la infección por Tripanosomatideos, se encontró a P.<br />

herreri con mayor preferencia por sangre de cobayo,<br />

lo que indicaría que estos roedores podrían actuar<br />

como principales reservorios de T. cruzi, sin embargo<br />

se requiere realizar estudios en estos reservorios para<br />

conocer como podrían estar contribuyendo en mantener<br />

la cadena de transmisión de este parásito.<br />

Anteriormente, se consideraba que el género<br />

Panstrongylus estaba relacionado con la transmisión<br />

de T. cruzi Z1 y Z3; y que lo encontrábamos asociado<br />

primariamente con madrigueras y cavidades de árboles<br />

(40) . T. cruzi linaje I (TCI), fue asociado con los ciclos de<br />

transmisión silvestre, sin embargo, se ha observado que<br />

TCI incluye parásitos que circulan tanto en ambientes<br />

silvestres como domésticos (41,42) . Este argumento se<br />

relaciona con el resultado obtenido en nuestro estudio,<br />

ya que el stock de T. cruzi aislado a partir de P. herreri<br />

encontrado en el intradomicilio, corresponde a TCI (350<br />

pb). También se ha descrito en nuestro país la presencia<br />

de TCI y TCIIa, aislados a partir de T. infestans y casos<br />

humanos (43) .<br />

23


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 17-25. Ancca J. et al.<br />

Los resultados obtenidos nos permiten señalar que<br />

las poblaciones de Panstrongylus herreri estudiadas<br />

de los distritos de Jaén y Cajaruro son similares al<br />

aplicar la morfometría geométrica y amplificación del<br />

ITS-2, es decir parecen proceder de un origen común<br />

y su dispersión fue favorecida por la migración de los<br />

pobladores, los cuales continuaron con la costumbre<br />

de criar animales domésticos tales como el cobayo,<br />

al cual encontramos como la fuente más frecuente de<br />

alimento y posible reservorio de T. cruzi, caracterizado<br />

por amplificación del miniexón como TCI.<br />

El conocimiento de estos aspectos de la biología<br />

y ecología de los triatominos, son de importancia<br />

para determinar cuales con los factores involucrados<br />

en la transmisión de T. cruzi, aspecto fundamental<br />

para estratificar áreas de riesgo y poder definir mejor<br />

estrategias de control vectorial y los métodos que<br />

aseguren una adecuada vigilancia entomológica.<br />

Agradecimientos<br />

A los técnicos de laboratorio Antero González y<br />

Edilberto Linares de la Dirección Regional de Salud<br />

Amazonas y Jaén respectivamente, quienes colaboraron<br />

en la captura de los triatominos; a Alejandro Arenas<br />

por su invaluable ayuda en el mantenimiento de los<br />

animales de experimentación; asimismo nuestro<br />

especial agradecimiento a la European Community<br />

Specific Support Activity (SSA): Trypanosomiasis<br />

Update. Subproyecto 3. Caracterización genética de<br />

R. ecuadoriensis, P. herreri, P. chinai y T. carrióni en<br />

el nororiente del Perú, que permitió la capacitación de<br />

integrantes de nuestro equipo.<br />

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Exp Parasitol. 2006; 113(1): 62-66.<br />

43. Higo H, Miura S, Agatsuma T, Mimori T, Yanagi T, Iwagami<br />

M, et al. Identification of Trypanosoma cruzi sublineages by<br />

the simple methods of single-stranded conformation DNA<br />

polymorphism (SSCP). Parasitol Res. 2007; 100(5): 1023-<br />

31.<br />

Correspondencia: Blga. Silvia Vega Chirinos, Laboratorio de<br />

Leishmaniasis y Chagas, Centro Nacional de Salud Pública,<br />

Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

Dirección: Cápac Yupanqui 1400, Lima 11.<br />

Teléfono: (511) 471-9920 anexo<br />

Correo electrónico: svega@ins.gob.pe<br />

25


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34.<br />

artículo original<br />

RESPUESTA CONDUCTUAL DE Aedes aegypti (Linnaeus, 1762)<br />

FRENTE A ADULTICIDAS PIRETROIDES DE USO FRECUENTE<br />

EN SALUD PÚBLICA<br />

Yuri O. Ayala-Sulca 1,a , Luis Ibarra-Juarez 2,b , Jhon P. Grieco 3,a,d , Nicole Achee 3,a,d ,<br />

Roberto Mercado-Hernandez 2,c,d , Ildefonso Fernández-Salas 2c,d<br />

RESUMEN<br />

Objetivos. Evaluar la respuesta conductual de la generación F 1<br />

de Aedes aegyti (L) colectados en el área metropolitana<br />

de Monterrey (Nuevo León, México) frente a tres adulticidas piretroides de uso frecuente en salud pública. Materiales<br />

y métodos. Se utilizó un sistema modular novedoso denominado HITSS (High-Throughput Screening System), para<br />

evaluar dos respuestas de comportamiento (irritación de contacto y repelencia espacial), así como la toxicidad de tres<br />

insecticidas DDT, permetrina y bifentrina a diferentes concentraciones (0,025, 0,25, 25 y 250 nmol/cm 2 ). Resultados. En<br />

la concentración 2,5 nmol/cm 2 , el DDT (4,3 ± 2,4) y la permetrina (8,0 ± 1,4) son los insecticidas que tienen mayor efecto<br />

irritante (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Respuesta conductual de Aedes aegypti<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Se ha recomendado muchas medidas de control químico<br />

contra vectores de enfermedades, algunas como las<br />

pruebas de nebulización, el ultra bajo volumen (UBV) y<br />

el uso de mosquiteros impregnados con insecticidas son<br />

medidas efectivas, seguras y prácticas que han tenido<br />

impacto en el control de enfermedades metaxénicas (1-<br />

3) . Todos los métodos de protección personal y para el<br />

control vectorial que utilizan insecticidas están basados<br />

en la capacidad irritante, repelente y tóxica de éstos<br />

productos, por lo que se ha propuesto algunas técnicas<br />

que evalúen estas características y son muchas las<br />

investigaciones que se ha desarrollado en relación con<br />

la ecología vectorial. Varios tipos de sistemas utilizan la<br />

prueba de éxito repelencia para medir las respuestas<br />

de comportamiento de los mosquitos frente a los<br />

insecticidas (4-6) . Sin embargo, ningún sistema ha sido<br />

aceptado como un método estandardizado de prueba y<br />

análisis de respuestas de repelencia (7-9) .<br />

Los estudios de éxito repelencia han sido usados desde<br />

1962 con diversos vectores de malaria, usando versiones<br />

modificadas de las cajas de éxito repelencia de la OMS.<br />

Últimamente Chareonviriyaphap et al. (10) usaron un<br />

sistema de cámara de escape, que reportó información<br />

(contacto de irritabilidad y de repelencia no contacto) para<br />

pruebas de respuesta de comportamiento en Anopheles<br />

albimanus bajo condiciones de laboratorio y campo.<br />

Grieco et al. (11) , describió y desarrolló un novedoso<br />

sistema modular de ensayo para la investigación<br />

Ensayo de<br />

Repelencia Espacial<br />

completa y rápida de los compuestos químicos, este<br />

sistema permite evaluar la acción repelente espacial,<br />

irritante de contacto y toxicidad de un insecticida<br />

contra mosquitos adultos, este dispositivo denominado<br />

como Sistema de Investigación de Alto-rendimiento de<br />

Procesamiento (HITSS, por sus siglas en inglés), es el<br />

que se uso en esta investigación.<br />

Actualmente, con excepción de la respuesta penetrante,<br />

no hay sistema de prueba estándar para el estudio<br />

de los nuevos productos químicos que afectan el<br />

comportamiento del mosquito adulto. Idealmente,<br />

el sistema utilizado permite un alto rendimiento de<br />

procesamiento (la capacidad de realizar réplicas<br />

múltiples con varios tratamientos en periodos cortos),<br />

tiene un área superficial de tratamiento que reduce<br />

al mínimo la cantidad de producto químico a probar,<br />

puede descontaminarse fácilmente, no requiere otros<br />

dispositivos mecánicos (ej. túnel de viento), y proporciona<br />

resultados constantes dentro de los tratamientos (11) ;<br />

por lo que nos planteamos como objetivo general de la<br />

presente investigación, evaluar la respuesta conductual<br />

de Ae.aegypti (L), frente a adulticidas piretroides de<br />

uso frecuente en salud pública utilizando el dispositivo<br />

HITSS.<br />

Los resultados reproducibles de toxicidad e irritación<br />

obtenidos en las pruebas biológicas de contacto<br />

y actividad espacial de repelencia con este nuevo<br />

sistema, proveen una línea de base para determinar<br />

la concentración efectiva-residual de los insecticidas<br />

químicos de uso frecuente en salud pública (en nuestro<br />

caso permetrina [i.a.] y bifentrina [i.a.] en comparación<br />

con el DDT). Adicionalmente, los resultados de<br />

este trabajo sugieren que el efecto repelente de los<br />

insecticidas sobre los mosquitos es un importante factor<br />

en los programas de control de Ae. aegypti (L).<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

Cámara de ensayo de análisis de<br />

comportamiento (irritación de contacto y<br />

repelencia espacial) así como toxicidad<br />

Ensayo de Irritación<br />

por Contacto<br />

Figura 1. Dibujo esquemático del equipo HITSS (High-<br />

Throughput Screening System Showing) muestra el equipo base<br />

para el análisis de repelencia especial (arriba) y de la prueba de<br />

irritación por contacto (abajo) ensamblados. Los componentes<br />

mayores incluye: 1. cilindro de tratamiento (metal); 2. cilindro<br />

transparente (plexiglas); 3. tapa; 4. sección de unión; 5. cilindro<br />

de tratamiento y 6. red de tratamiento (11) .<br />

Para las pruebas de respuesta conductual de Ae. aegypti<br />

(L) frente a los insecticidas evaluados, se hizo uso de<br />

la cámara de ensayo HITSS, propuesto por Grieco et<br />

al. (11) . El sistema tiene un diseño modular que permite<br />

examinar dos respuestas de comportamiento, irritación<br />

de contacto y repelencia espacial, así como la toxicidad.<br />

Los componentes principales del HITSS se describen<br />

en la figura 1. El número de módulos y el montaje<br />

requerido variaron dependiendo del tipo de análisis que<br />

se realizó.<br />

27


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Ayala-Sulca YO et al.<br />

MOSQUITOS<br />

Los mosquitos utilizados procedieron del área<br />

metropolitana de Monterrey (Nuevo León, México)<br />

fueron colectados entre los municipios de San Nicolás<br />

de los Garza (coordenadas N: 25˚ 48’ 01.2”; W: 100˚<br />

16’ 34”) y Escobedo (coordenadas N: 25˚ 48’ 48,2”; W:<br />

100˚ 24’ 13,8”). Las larvas fueron colectadas en campo<br />

utilizando dipers y duyas de acuerdo con los métodos<br />

descrito por Fay y Eliason (12) , Reiter et al. (13) , Villaseca<br />

et al. (14) , Ordóñez et al. (15) y Vargas (16) ; las cuales<br />

fueron trasladadas en bolsas whirl-pak acondicionadas<br />

en termos de plástico provistos de agua y protegidos<br />

para evitar daños que perjudiquen su vialidad hasta el<br />

laboratorio de Entomología Médica de la Facultad de<br />

Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de<br />

Nuevo León.<br />

Una vez en el laboratorio, las larvas fueron colocadas<br />

en bandejas de plástico de color blanco de 30 x 20 x<br />

5 cm conteniendo un volumen adecuado de agua<br />

libre de cloro y acondicionadas en el insectario del<br />

laboratorio, a una temperatura de 27 °C, 70% de<br />

humedad relativa y un fotoperiodo de 12:12 (D:N). Las<br />

larvas I, II, III y IV fueron alimentadas con alimento para<br />

peces tropicales tipo hojuelas hasta alcanzar el estado<br />

de pupa. Una vez logrado los estadios adultos fueron<br />

acondicionadas en jaulas comunes de 30,5 x 30,5 x<br />

30,5 cm proporcionándoles una solución de azúcar al<br />

10% en las primeras horas de su emergencia (24 horas),<br />

posteriormente fueron alimentadas con sangre humana<br />

hasta lograr posturas de huevos y obtener la generación<br />

F 1<br />

, esta fue la población utilizada en las pruebas<br />

experimentales.<br />

Las larvas emergidas de esta generación fueron criadas<br />

hasta lograr los estados adultos que fueron sexados;<br />

las hembras fueron alimentadas hasta un máximo de<br />

48 h antes de someterlas a las pruebas de respuesta<br />

conductual. En este periodo fueron separados en grupos<br />

de 15 y 10 hembras en vasos de plástico desechable de<br />

200 mL.<br />

Se dispuso para la prueba de irritabilidad por contacto<br />

un total de 720 insectos hembras, separados en<br />

grupos de diez insectos por concentración para los tres<br />

insecticidas evaluados y 80 insectos para las pruebas<br />

control haciendo un total de 800 hembras. La prueba<br />

de repelencia espacial fue realizada con un total de<br />

1620 hembras separadas en 15 insectos por grupo/<br />

concentración a evaluar para los tres insecticidas.<br />

Finalmente, para la prueba de toxicidad fue hecha con<br />

1080 hembras separados en grupos de 15 insectos para<br />

los tres insecticidas y 120 insectos para las pruebas de<br />

control haciendo un total de 1200 insectos hembras; en<br />

toda la investigación se utilizó un total de 3600 insectos.<br />

Solo las hembras fueron utilizadas en las pruebas<br />

experimentales, considerando su importancia en la<br />

transmisión de las enfermedades.<br />

Pruebas de respuesta conductual frente<br />

a piretroides y concentraciones de<br />

exposición<br />

Las soluciones de tratamiento fueron formuladas a<br />

concentraciones reportadas por Grieco et al. (11) , de<br />

0,025, 2,5, 25 y 250 nmol/cm 2 para el DDT, permetrina<br />

y bifentrina utilizando como diluyente acetona. Todas las<br />

formulaciones fueran hechas a partir de los ingredientes<br />

a<br />

c<br />

b<br />

Figura 2. Ensamblado del equipo del sistema HITSS para a)<br />

prueba de irritación por contacto; b) evaluación de repelencia<br />

espacial y c) prueba de toxicidad.<br />

28


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Respuesta conductual de Aedes aegypti<br />

activos [i.a]. Quince minutos antes de las pruebas, se<br />

aplicó con una micropipeta 3,0 mL de modo uniforme<br />

sobre las redes de tratamiento (275 cm 2 ) del sistema<br />

HITSS. Las redes adicionales fueron tratadas con el<br />

mismo volumen de acetona que sirvió como blanco<br />

(control) en todas las pruebas. Una vez que las redes<br />

fueron instaladas en los cilindros de tratamiento, las<br />

evaluaciones se llevaron a cabo durante todo el día. Se<br />

preparó nuevas redes para cada prueba con un nuevo<br />

insecticida así como para los controles. Las redes de<br />

tratamiento fueron preparadas al inicio de cada día de<br />

prueba.<br />

Tiempo y secuencia de las pruebas,<br />

condiciones de ensayo y limpieza del<br />

sistema HITSS<br />

Los análisis se desarrollaron dentro de la 1 a -7 a h de<br />

haberse tratado las redes con los insecticidas (entre<br />

8.00 y 16.00 horas). En general, los análisis de irritación<br />

por contacto y repelencia espacial fueron hechos<br />

ocupando todo un día para cada prueba por insecticida.<br />

La toxicidad fue evaluada durante una hora por cada<br />

insecticida y control, ocupando dos días por insecticida.<br />

La temperatura del laboratorio durante las pruebas<br />

fue mantenida a 22 °C en promedio (con un rango de<br />

21-25 °C) y una HR de 47% en promedio (rango de 40-<br />

60%). Los análisis se hicieron dentro de una cámara de<br />

extracción de aire. La limpieza del sistema se realizó<br />

entre los cambios de los productos químicos a evaluarse<br />

con un intervalo de un día entre cada prueba siguiendo<br />

las recomendaciones planteadas por Grieco et al. Antes<br />

de la reutilización de la cámara de respuesta conductual<br />

HITSS, se permitió el secado de las piezas lavadas con<br />

detergente y la ventilación de la acetona por lo menos<br />

durante toda la noche para cada prueba.<br />

Ensayos de irritación por contacto<br />

Para esta prueba, el equipo HITSS fue instalado<br />

siguiendo la secuencia de instalación modular<br />

recomendado por Grieco et al. (Figura 2a). Se transfirió<br />

diez mosquitos al equipo HITSS y 30 segundos después<br />

se abrió la válvula tipo mariposa en el punto de unión<br />

entre el cilindro claro y el de tratamiento. Después de<br />

diez minutos, la válvula fue cerrada y se llevó a cabo de<br />

inmediato el conteo del número de mosquitos escapados<br />

y derribados (knockdown o postrados de lado y no<br />

capaces de levantarse después de haberse sacudido<br />

ligeramente la cámara), en el cilindro claro como en<br />

el cilindro de tratamiento. Para todos los ensayos con<br />

los insecticidas evaluados se llevaron acabo en forma<br />

simultánea pruebas de control utilizando redes tratadas<br />

con acetona. La proporción de ensayos de tratamiento<br />

a control fue de 1:1. Para las siguientes repeticiones,<br />

los mosquitos tratados fueron extraídos del sistema<br />

de ensayo usando un aspirador de succión al interior<br />

de una jaula de crianza de insectos. Se hicieron seis<br />

repeticiones para cada concentración de insecticida.<br />

Análisis de repelencia espacial<br />

Para el análisis de esta prueba, el ensamblado del sistema<br />

HITSS se modificó ligeramente (Figura 2b). El cilindro de<br />

tratamiento (provisto con la red impregnada de insecticida)<br />

se unió al cilindro claro en uno de los extremos, en el otro<br />

extremo se unió al cilindro de control provisto de la red<br />

impregnada con acetona (control), tal como recomienda<br />

Grieco et al (11) . Las válvulas se mantuvieron cerradas<br />

en el punto unión con ambos cilindros. Se transfirió 15<br />

mosquitos al compartimiento (central) claro y se cubrió<br />

totalmente con un paño oscuro este cilindro. Los puertos<br />

de visión en las tapillas de los extremos de los cilindros<br />

de control y tratamiento no fueron cubiertos para permitir<br />

el paso de la luz el cual sirvió como atrayente para los<br />

mosquitos Ae. aegypti (L).<br />

Luego de un período de aclimatación de 30 segundos<br />

se abrieron simultáneamente las válvulas tipo<br />

mariposa. Después de diez minutos, se cerraron<br />

sincronizadamente las válvulas y se hizo el conteo del<br />

número de mosquitos derribados (knockdown) en ambas<br />

cámaras. Los mosquitos se extrajeron de las cámaras<br />

usando un aspirador bucal. Entre las réplicas, el sistema<br />

ensamblado fue desmontado parcialmente evitando el<br />

contacto con cualquiera de los productos químicos o<br />

facilitar el volatilizado de éstos.<br />

Para cada una de las pruebas con los insecticidas<br />

evaluados como para los controles se llevaron a cabo<br />

nueve repeticiones. Se utilizó el índice de actividad<br />

espacial (SAI) para evaluar la respuesta de los<br />

mosquitos hembras al análisis de repelencia espacial,<br />

este indicador está basado en el índice de la actividad<br />

de oviposición (OAI) de Kramer y Mulla (17) . Los cálculos<br />

del SAI para cada replica experimental se hizo utilizando<br />

la fórmula propuesta por Grieco et al. (11) :<br />

SAI = (N c<br />

- N t<br />

) / (N c<br />

+ N t<br />

)<br />

N c<br />

= Número de hembras en el compartimiento de<br />

control del equipo HITSS.<br />

N t<br />

= Número de hembras en el compartimiento tratado<br />

del dispositivo.<br />

Análisis de toxicidad<br />

El equipo HITSS fue ensamblando como se muestra<br />

en la Figura 2c (11) . Después de preparar el equipo y<br />

montada la red provista de insecticida, se transfirieron<br />

15 mosquitos a ésta sección cerrando esta unidad a<br />

nivel de la válvula tipo mariposa. Después de una hora,<br />

29


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Ayala-Sulca YO et al.<br />

se registró el número de mosquitos caídos (knockdonw)<br />

así como los derribados inmóviles y móviles, para luego<br />

ser transferidos a un vaso plástico de recuperación.<br />

Estos mosquitos fueron alimentados proporcionándoles<br />

una torunda de algodón empapada con azúcar al 10%<br />

y fueron devueltos al insectario. La mortalidad en cada<br />

una de las dosis/insecticida fue registrada después de 24<br />

horas. La proporción de ensayos de tratamiento a control<br />

fue de 1:1. Se hizó seis réplicas en cada tratamiento y<br />

por dosis de insecticida.<br />

Análisis de datos<br />

Los datos obtenidos en las pruebas de irritación por<br />

contacto fueron examinados mediante la prueba<br />

estadística para dos muestras de Wilcoxon usando el<br />

paquete estadístico SPSS 10, a fin de determinar la<br />

diferencia entre el número de insectos que escaparon<br />

del tratamiento y del control. Los datos del análisis de<br />

repelencia espacial se evaluaron a través de una prueba<br />

no paramétrica de forma lineal para determinar si el SAI<br />

(índice de actividad espacial) para cada tratamiento<br />

es en forma perceptiblemente diferente de cero. Para<br />

los datos de la toxicidad, los valores porcentuales de<br />

los derribados y de la mortalidad fueron corregidos<br />

usando la fórmula de Abbott y transformados los valores<br />

hallados a la raíz cuadrada del arcoseno para el análisis<br />

de varianza (ANOVA). Para cada insecticida químico,<br />

el derribe como la mortalidad en cada tratamiento fue<br />

comparado y analizado usando la prueba estadística de<br />

Tukey (HSD) con un nivel de significancia de p < 0,05.<br />

Además se reportaron las medias de ± DE (desviación<br />

estándar) de los datos transformados.<br />

RESULTADOS<br />

Irritación por contacto<br />

Los resultados de irritación por contacto, demuestran<br />

un comportamiento general de escape de los<br />

mosquitos, del compartimiento de tratamiento al cilindro<br />

transparente, directamente proporcional al incremento<br />

de las concentraciones en los diferentes insecticidas<br />

evaluados (DDT, permetrina y bifentrina). El DDT y la<br />

permetrina, son los insecticidas que significativamente<br />

tienen mayor efecto irritante para las hembras de Ae.<br />

aegypti (L), a una concentración de 2,5 nmol/cm 2 ( x ±<br />

DE: 4,3 ± 2,4 para el DDT y 8,0 ± 1,4 para la permetrina;<br />

p < 0,05), generando efecto de fuga en más del 50%<br />

de los vectores estudiados. En tanto que, la bifentrina<br />

requiere de una dosis 20 veces más alta (250 nmol/cm 2 )<br />

para lograr efectos similares a los obtenidos por los otros<br />

insecticidas (x ± DE: 8,5 ± 0,8; p < 0,05) (Tabla 1).<br />

Tabla 1. Respuestas de hembras de Aedes aegypti (L) 1 en el análisis de irritación por<br />

contacto a cuatro diferentes concentraciones de DDT, permetrina y bifentrina.<br />

Concentración<br />

(nmol/cm 2 )<br />

N.° ensayos<br />

(N.° mosquitos)<br />

N.° escapados (media ± DE)<br />

Control Tratamiento<br />

p 2<br />

DDT<br />

0,025 6 (60) 2,50 ± 0,55 4,33 ± 2,42 0,092<br />

2,5 6 (60) 2,50 ± 0,55 5,00 ± 1,56 0,027<br />

25 6 (60) 2,50 ± 0,55 5,50 ± 0,55 0,024<br />

250 6 (60) 2,50 ± 0,55 5,83 ± 0,75 0,026<br />

Permetrina<br />

0,025 6 (60) 5,17 ± 2,04 7,00 ± 3,03 0,207<br />

2,5 6 (60) 5,17 ± 2,04 8,00 ± 1,41 0,042<br />

25 6 (60) 5,17 ± 2,04 5,83 ± 2,40 0,577<br />

250 6 (60) 8,00 ± 0,00 7,33 ± 1,03 0,157<br />

Bifentrina<br />

0,025 6 (60) 8,50 ± 1,38 8,50 ± 1,38 0,891<br />

2,5 6 (60) 8,50 ± 1,38 9,00 ± 1,67 0,467<br />

25 6 (60) 8,50 ± 1,38 8,67 ± 1,03 1,000<br />

250 6 (60) 10,0 ± 0,00 8,50 ± 0,84 0,034<br />

1<br />

Insectos de 2 a 7 días de edad, sin alimentación sanguínea, suspendidos de la alimentación<br />

con azúcar 24 horas antes de la prueba.<br />

2<br />

Valores de p obtenidos con la prueba de Wilcoxon para dos muestras diferentes entre el número<br />

de escapados en el tratamiento con insecticida y el tratamiento con acetona (control).<br />

30


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Respuesta conductual de Aedes aegypti<br />

La prueba no paramétrica de Wilcoxon (p 25 nmol/cm 2 para lograr<br />

efectos de derribe (KD) altamente significativos (más<br />

de 51% de la población de Ae. aegypti (L)), con una<br />

mortalidad >19% (F = 74,4, p0,025 nmol/cm 2 , son suficientes para<br />

obtener resultados altamente significativos de derribe<br />

(KD) (>55%) y mortalidad (>25%), (F = 49,6, p0.025<br />

nmol/cm 2 para obtener efectos KD en una población<br />

de Ae. aegypti (L), superiores a 34%; la mortalidad,<br />

bajo estas condiciones es >40%, resultados que son<br />

altamente significativos (F = 35,7, p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Ayala-Sulca YO et al.<br />

Tabla 3. Derribe y mortalidad de hembras de Aedes aegypti (L) 1 en el análisis de toxicidad a cuatro<br />

diferentes concentraciones de DDT, permetrina y bifentrina.<br />

Concentración<br />

(nmol/cm 2 )<br />

N.° ensayos<br />

(N.° mosquitos)<br />

1 h Derribe 2<br />

(media ± DE)<br />

24 mortalidad 2<br />

(media ± DE)<br />

F 3 p 4<br />

DDT<br />

0,025 6 (91) 19 ± 5a 4 ± 5a 74,4


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Respuesta conductual de Aedes aegypti<br />

Tabla 4. Análisis bifactorial de respuestas de derribe y mortalidad en pruebas de toxicidad de hembras de Aedes<br />

aegypti (L) frente a cuatro diferentes concentraciones de DDT, permetrina y bifentrina.<br />

Variable F P<br />

Prueba de Tukey 1<br />

DDT Permetrina Bifentrina 0,025 2,5 25 250 2<br />

Derribe (una hora)<br />

Insecticida 189,3


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 26-34. Ayala-Sulca YO et al.<br />

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20. Haynes KF. Sublethal effects of neurotoxic insecticides on<br />

insect behavior. Annu Rev Entomol. 1988; 33: 149-68.<br />

21. Muirhead-Thomson RC. The significance of irritability,<br />

behaviouristic avoidance and allied phenomena in malaria<br />

eradication. Bull World Health Organ. 1960; 22: 721-34.<br />

22. De Zulueta J. The irritability of mosquito to DDT and its<br />

importance in malaria eradication. Riv Malariol. 1962; 41:<br />

169-78.<br />

23. Bang YH. Implication in the control of malaria vectors with<br />

insecticides in tropical countries of South-East Asia region.<br />

Part I. Insecticide resistance. J Commun Dis. 1985; 17: 199-<br />

218.<br />

24. Bruce-Chwatt LJ. Global review of malaria control and<br />

eradication by attack on the vector. In: Conference on<br />

Anopheline Biology and Malaria Eradication. Misc Pubs<br />

Entomol Soc Am. 1970; 7: 7-27.<br />

25. Roberts DR, Alecrim WD, Hshieh P, Grieco JP, Bangs<br />

M, Andre RG, et al. A probability model of vector behavior:<br />

Effects of DDT repellency, irritancy, and toxicity in malaria<br />

control. J Vector Ecol. 2000; 25(1): 48-61.<br />

Correspondencia: Blgo. MCs. Yuri Ayala Sulca, Facultad de<br />

Ciencias Biológicas, Universidad Nacional de San Cristóbal de<br />

Huamanga. Ayacucho, Perú.<br />

Dirección: Portal Independencia N.° 57, Ayacucho, Perú.<br />

Teléfono: (51-66) 402596 / (51-66) 314199<br />

Correo electrónico: yuriayala27@hotmail.com<br />

Consulte las ediciones anteriores de la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública<br />

en WWW.SCIELO.ORG.PE<br />

34


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. artículo original<br />

CARÁCTERÍSTICAS CLÍNICAS Y MOLECULARES DE UN<br />

BROTE DE INFLUENZA EN DOS BASES MILITARES,<br />

TUMBES- PERÚ, 2007<br />

Tatiana Saldarriaga 1,a , V. Alberto Laguna-Torres 1,a,d , Juan Arrasco 2,a , Luis Guillén 3,b , Juan<br />

Águila 3,b , Patricia Aguilar 1,d , Merly Sovero 1,c , Juan Pérez 1,e , Jane Ríos 1,c , María Gamero 1,c ,<br />

Rommell González 4,a , Tadeusz Kochel 1,d<br />

RESUMEN<br />

Objetivo. Describir un brote de Influenza en dos bases militares en Tumbes, Perú. Material y métodos. Se utilizó la<br />

definición de caso de síndrome gripal del Ministerio de Salud en casos con menos de cinco días de inicio de síntomas.<br />

Se tomó hisopado nasal para la prueba rápida de Influenza (PRI) e hisopado faríngeo para aislamiento viral en tres<br />

líneas celulares (MDCK, VERO, LLCMK2). Para la genotipificación de Influenza B se usó un secuenciamiento parcial de<br />

la región de hemaglutinina de 898 pares de bases teniendo como base la cepa de la vacuna del 2007 (B/Florida/4/2006)<br />

y para el tipo A se analizó 958 pares de bases teniendo como referencia la cepa vacunal del 2007 (A/Brisbane/10/2007<br />

(H3N2). Resultados. Se tomó 124 hisopados, 20 de la base militar (BM) # 1 y 104 de la BM # 2. La PRI identificó a 41<br />

casos positivos: Flu B: 27, Flu A: 02, Flu: 12, con 62% de sensibilidad y 100% de especificidad. Finalmente, 66 casos<br />

fueron confirmados por cultivo celular, 54 Flu B y 12 Flu A. Los aislamientos de Tumbes fueron genéticamente similares<br />

con la cepa B/Texas/4/ 2006 (n=34) y A/Texas/91/2007 (H3N2)/ (n=7). Los síntomas más comunes fueron fiebre, cefalea,<br />

malestar general, tos, dolor de garganta, mialgias y rinorrea. Las medidas de control consistieron en el aislamiento de<br />

los casos identificados y el uso de mascarillas. Conclusiones. Se confirmó 66 casos de Influenza por cultivo celular.<br />

Los aislamientos tuvieron la mayor similitud genética con las cepas denominadas B/Texas/4/2006 y A/Texas/91/2007<br />

(H3N2).<br />

Palabras clave: Influenza humana; Brote; Personal militar; Perú (fuente: DeCS BIREME).<br />

CLINICAL AND MOLECULAR CHARACTERISTICS OF INFLUENZA<br />

OUTBREAK IN TWO MILITARY BASES IN TUMBES, PERU 2007<br />

ABSTRACT<br />

Objective. To describe an Influenza outbreak in two military bases in Tumbes, department located in northern Peru.<br />

Material and methods. In patients within 5 days of symptoms the Ministry of Health case definition of Influenza-like<br />

illness was used. Nasal swabs were taken for Rapid Influenza Test (RIT) and throat swab for viral isolation, three cell lines<br />

(MDCK, VERO, LLCMK2) were used. For Influenza B genotypification we made a partial sequencing of hemaglutinine<br />

region of 898 pair bases, having 2007 vaccine strain B/Florida/4/2006 as a model. For Influenza A genotypification we<br />

analysed 958 pair bases, having 2007 vaccine strain A/Brisbane/10/2007 (H3N2) as a model. Results. We took 124<br />

samples, 20 from military base (MB) # 1 and 104 from MB # 2. RIT promptly identified 41 positive cases: Flu B: 27,<br />

Flu A: 02, Flu: 12, with 62% of sensibility and specificity 100%. Finally, 66 cases were confirmed by virus isolation, 54<br />

Flu B and 12 Flu A. Genotypification showed that isolates were genetically similar to Influenza B/Texas/4/2006 (n=34)<br />

and A/Texas/91/2007 (H3N2) (n=7). Most common symptoms found were fever, headache, malaise, cough, sore throat,<br />

myalgias and rinorrheae. Control strategies consisted to identify probable cases and to isolate them in a special room<br />

and to wear facemasks. Conclusions. We confirmed 66 cases by cellular culture. Isolates were genetically similar to<br />

Influenza B/Texas/4/2006 and A/Texas/91/2007 (H3N2).<br />

Key words: Human Influenza; Outbreak, Militar personnel; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

1<br />

US Naval Medical Research Center Detachment (NMRCD). Lima, Perú.<br />

2<br />

Oficina de Epidemiología, Dirección Regional de Salud Tumbes. Tumbes, Perú.<br />

3<br />

1era Brigada de Infantería Ejército del Perú. Tumbes, Perú.<br />

4<br />

Centro de Salud Zarumilla, Ministerio de Salud. Tumbes, Perú.<br />

a<br />

Médico;<br />

b<br />

Enfermero Militar;<br />

c<br />

Bióloga;<br />

d<br />

Doctor en Ciencias;<br />

e<br />

Ingeniero analista / programador<br />

Fecha de recepción: 31-10-07 Fecha de aceptación: 13-02-08<br />

35


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Saldarriaga T et al.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El virus de la Influenza causa una infección respiratoria<br />

aguda altamente contagiosa que puede autolimitarse<br />

o causar graves epidemias o pandemias de gran<br />

impacto para la salud pública (1) . El virus Influenza<br />

es muy infeccioso y fácilmente transmisible por la tos,<br />

estornudo, pañuelos o ropa contaminada. Normalmente,<br />

las partículas se depositan en el epitelio respiratorio y<br />

son “barridas” por los cilios de la membrana mucosa;<br />

aunque muchas veces estas micropartículas llegan<br />

directamente al tejido alveolar, burlando el mecanismo<br />

primario de defensa. Infectan rápidamente, se adhieren<br />

a las células epiteliales del huésped y las penetran por<br />

endocitosis (2) .<br />

Aun cuando es autolimitada, esta infección es capaz de<br />

alterar el normal desenvolvimiento de las actividades<br />

productivas al ocasionar incapacidad temporal para<br />

realizar actividades cotidianas. Asimismo, pueden<br />

aparecer complicaciones cardíacas, neurológicas y<br />

otros problemas graves como miositis (3) y síndrome<br />

del choque tóxico (4) . Una peculiaridad de este virus<br />

es la interacción que tiene con bacterias patógenas<br />

que producen infecciones del parénquima pulmonar<br />

como el Streptococcus pneumoniae (5,6) . Es con esta<br />

bacteria con quien tiene un “sinergismo letal” en el que<br />

la neuraminidasa cumple una importante función (7) .<br />

Los virus de la Influenza son genéticamente inestables y<br />

fácilmente pueden eludir la respuesta inmune del huésped<br />

mediante cambios en sus genes, que se traduce en<br />

modificaciones en los antígenos de superficie. Cambios<br />

menores llamados “deriva antigénica” (antigenic drift)<br />

suceden frecuentemente y resultan en la aparición de<br />

nuevas cepas en un mismo subtipo. Cambios mayores<br />

llamados “salto antigénico” (antigenic shift) (8) que resultan<br />

en la aparición de un nuevo virus con nuevas proteínas<br />

de superficie, hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N),<br />

muy distinto a los que circularon previamente, este “salto<br />

antigénico” generalmente se produce por el intercambio<br />

genético entre diferentes virus (humanos y animales).<br />

Esta capacidad de adaptación que poseen los virus de la<br />

Influenza para eludir las defensas del huésped explicaría<br />

los ciclos endémicos, epidémicos y pandémicos que se<br />

suceden en el tiempo (9) .<br />

Las pandemias del siglo XX, se han caracterizado por<br />

su alta letalidad. La primera de ellas, llamada “La Gripe<br />

Española” (1918-1919), al parecer llegó al Perú recién<br />

en marzo de 1919. La siguiente pandemia en 1957, se<br />

inició al norte de China y rápidamente se diseminó a<br />

todo el mundo, llegando a Perú en julio de ese mismo<br />

año. Durante esta pandemia en el Perú, se notificaron<br />

1081 defunciones (letalidad de 0,8%). Finalmente en<br />

1968, denominada como “La Gripe Asiática”, se extendió<br />

rápidamente por todo el mundo, con alta morbilidad pero<br />

menor letalidad que las anteriores (10).<br />

En la actualidad, el virus de la gripe aviar se está<br />

esparciendo cada vez más. Desde 2003, ha infectado<br />

no sólo a aves, sino también a seres humanos. Las<br />

cifras de La Organización Mundial de la Salud (OMS),<br />

muestran, según el último reporte del 25 de octubre del<br />

2007, que un total de 332 personas han contraído la<br />

enfermedad, 204 de los cuales han fallecido, vale decir<br />

el 61% de la población infectada (11) . Desde fines del<br />

2003 hasta el 29 de mayo del 2007, son 59 los países<br />

con focos de Influenza aviar H5N1 en el mundo, siendo<br />

los más afectados China, Egipto, Indonesia, Tailandia y<br />

Vietnam (12) .<br />

Considerando que ya han ocurrido algunas mutaciones<br />

del virus, la gripe aviar representa una amenaza real<br />

para América Latina y el Caribe. La progresión de la<br />

enfermedad puede ser muy rápida. Se estima que se<br />

puede propagar en menos de 24 horas de un continente<br />

a otro considerando la gran cantidad de viajes<br />

internacionales.<br />

Si ocurriese una pandemia de gripe aviar, la enfermedad<br />

puede llegar a cualquier país a través de un simple<br />

vuelo aéreo. A esto se suma la presencia de una<br />

variante de H5N1 encontrada en aves en Canadá que<br />

permitiría que este virus circule en América Latina y<br />

también el reporte de epizootias por Influenza aviar<br />

subtipo H9 (baja patogenicidad) en Colombia (13) y<br />

H7N3 (alta patogenicidad) en Chile (14) , lo que indica<br />

que la región tiene riesgo de Influenza aviar por existir<br />

rutas migratorias permanentes de aves y por que éstas<br />

constituyen reservorio natural del virus H5N1.<br />

En el Perú, no existen estudios que indiquen que<br />

la Influenza tenga un comportamiento estacional a<br />

semejanza de otros países tropicales, son escasos los<br />

estudios peruanos publicados sobre Influenza (15-17) . El<br />

Instituto Nacional de Salud (www.ins.gob.pe) reporta<br />

el aislamiento de virus Influenza en todo el año, con<br />

incrementos durante el invierno y a finales del año. En<br />

los últimos años, la Dirección General de Epidemiología<br />

ha descrito brotes epidémicos de Influenza en algunas<br />

comunidades indígenas amazónicas, en especial en<br />

aquellas de reciente contacto o en instituciones con<br />

poblaciones cautivas como centros penitenciarios (12) .<br />

En el Perú existe una vigilancia epidemiológica de<br />

Influenza y otros virus respiratorios basada en la<br />

directiva N.º 057-2005-MINSA-DGE, que define el<br />

síndrome gripal (18) y que incluye a los establecimientos<br />

del Ministerio de Salud (MINSA), el Naval Medical<br />

36


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Brote de Influenza en militares<br />

Research Center Detachment (NMRCD) participa en<br />

este sistema desde mayo del 2006. En el departamento<br />

de Tumbes se ha implementado la vigilancia centinela<br />

de Influenza en los Centros de Salud de Zarumilla y<br />

Pampagrande, basándose en los lineamientos del Plan<br />

Nacional de Preparación y Respuesta Frente a una<br />

Potencial Pandemia de Influenza (10) y durante los últimos<br />

años se han notificado casos de Influenza. En estos<br />

establecimientos de salud, durante el año 2007, hasta la<br />

semana epidemiológica 24 se ha confirmado 156 casos<br />

de Influenza A y 53 de B, siendo el serotipo A H1N1<br />

el predominante. Los genotipos del virus de Influenza<br />

B que con mayor frecuencia se han encontrado son los<br />

genéticamente similares al tipo Hong Kong, Shanghai y<br />

Arizona.<br />

En la semana epidemiológica 15 del 2007 (abril) se<br />

notificó a la Oficina de Epidemiología de Tumbes,<br />

casos de síndrome gripal procedentes de dos cuarteles<br />

de la guarnición militar de Tumbes, Perú (cuartel #1 y<br />

cuartel #2). El objetivo del presente trabajo es describir<br />

los genotipos circulantes y las características clínico<br />

epidemiológicas de un brote de Influenza A y B ocurrido<br />

en personal militar en el departamento de Tumbes,<br />

Perú.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

Para la investigación de este brote se utilizó la definición<br />

de caso de síndrome gripal del MINSA identificando<br />

como caso a todo aquel que presentaba temperatura<br />

mayor o igual de 38 ºC de inicio brusco y con tos o<br />

dolor de garganta que podía o no estar acompañada de<br />

síntomas sistémicos como mialgias, postración, cefalea<br />

o malestar general (18) . Personal del Centro de Salud de<br />

Zarumilla y de Epidemiología de la Dirección de Salud<br />

(DISA) de Tumbes, brindó apoyo técnico para ejecutar<br />

las medidas de tratamiento y control de los mencionados<br />

casos.<br />

Se realizó entrevistas y exámenes médicos dirigidos,<br />

en cada paciente, consignándose los datos en la ficha<br />

de vigilancia de virus respiratorios del NMRCD y del<br />

MINSA. La ficha del MINSA fue entregada al personal<br />

encargado de su análisis.<br />

Todos los pacientes con síntomas sistémicos que no<br />

podían continuar con sus actividades diarias fueron<br />

internados en la enfermería de la base militar. Se les<br />

administró antipiréticos y adecuada hidratación.<br />

El aislamiento viral fue la prueba confirmatoria<br />

utilizada por el NMRCD. Con este fin, se estableció<br />

que se obtendría muestra para laboratorio a todos<br />

los casos de síndrome gripal que presentaban menos<br />

de cinco días de iniciado los síntomas. Se obtuvo<br />

dos tipos de muestra para diagnóstico, un hisopado<br />

nasal para la ejecución de prueba rápida (QUICKVUE<br />

Influenza A+B Test°) y un hisopado de secreción<br />

faríngea con el fin de realizar, específicamente,<br />

aislamiento viral. Los hisopados se obtuvieron con<br />

hisopos de dacrón.<br />

La prueba rápida se procesaba in situ al colocar el<br />

hisopo con secreción nasal en un tubo con una<br />

solución de extracción de antígenos víricos, que ante la<br />

presencia de virus de Influenza A o B, deja expuestas<br />

las nucleoproteínas víricas. Luego se introducía la<br />

tira de prueba y si la muestra tenía antígenos daba<br />

una reacción de color entre los dos y diez minutos.<br />

Si era positivo a Influenza aparecía una línea de<br />

color rojo (línea de prueba) y una azul de control del<br />

procedimiento, mientras que si era negativo aparecía<br />

únicamente una línea azul. Inicialmente fue utilizada<br />

una versión de este kit que no discriminaba el tipo de<br />

Influenza, solamente si era positivo o negativo. Cuando<br />

el color rojo aparecía por encima de la línea de control,<br />

se calificaba como Influenza A y cuando por debajo<br />

como Influenza B. El resultado de la prueba rápida se<br />

brindaba al paciente en el momento de la evaluación.<br />

La muestra de secreción faríngea fue colocada y<br />

almacenada en tubos con medio de transporte los<br />

cuales se congelaban a una temperatura de –70 °C.<br />

Las muestras fueron enviadas en cajas con hielo seco<br />

hacia el NMRCS en Lima, Perú. En Lima se sembró<br />

tres líneas celulares: para el aislamiento del virus de<br />

Influenza se utilizó células Madin-Darby de riñón canino<br />

(MDCK por sus siglas en inglés), así como Células de<br />

riñón de mono verde (VERO) y células LLCMK2, para<br />

identificar virus respiratorio sincitial (VRS), adenovirus,<br />

coxsackie, herpes virus y parainfluenza tipos 1, 2 y 3.<br />

Después de los diez días se procedió a la identificación<br />

viral, por medio de la prueba de inmunofluorescencia<br />

directa (IFD) para todos los virus antes descritos<br />

menos para el enterovirus en el cual se realizaba a la<br />

inmunofluorescencia indirecta (IFI).<br />

El RNA se aisló del sobrenadante de células MDCK para<br />

el cual se utilizó el QIAamp Viral RNA kit (QIAGEN°,<br />

Valencia, CA) siguiendo los parámetros dados por la<br />

casa productora. Con el RNA obtenido se desarrolló<br />

la trascripción reversa y posteriormente la reacción en<br />

cadena de la polimerasa (RT-PCR) en un solo paso<br />

utilizando cebadores de la región de la hemaglutinina<br />

para identificar la Influenza A (subtipo H3 y H1) e<br />

Influenza B con el SuperScript III One-Step RT-PCR<br />

System kit (Invitrogen°, San Diego, CA). El RT-PCR<br />

fue desarrollado utilizando primers específicos (19) para<br />

37


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Saldarriaga T et al.<br />

N. o casos - Cuartel # 1<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

FLU A<br />

FLU B<br />

N. o casos - Cuartel # 2<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

20-Abr 21-Abr 22-Abr 23-Abr 24-Abr 25-Abr 26-Abr 27-Abr 28-Abr 29-Abr 30-Abr 01-May 02-May 03-May 04-May 05-May 06-May 07-May<br />

Inicio de síntomas<br />

Figura 1. Número de casos distribuidos por inicio de síntomas según cuartel. Tumbes, Perú. 2007<br />

cada subtipo de Influenza A, H1 (H1F-6 y H1R-1193),<br />

H3 (H3F-7 y R-1184) y para Influenza B (BHAF-36 y<br />

BHAR-1140) recomendados por Air Force Institute for<br />

Operational Health (AFIOH). Los productos del PCR<br />

fueron purificados utilizando Centri-Sepn Columns<br />

(Princeton Separation) y secuenciados utilizando Big<br />

Day Terminator (Applied Biosystems°, Foster City, CA)<br />

de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Las<br />

muestras fueron analizadas con el software Secuencher<br />

4.8 (Applied Biosystems°, Foster City, CA)<br />

Para el virus de Influenza B se realizó un secuenciamiento<br />

parcial de la región de la hemaglutinina de 898 pares<br />

de bases (posiciones 61-959) posiciones (140-1097).<br />

La secuencia de nucleótidos fue analizada utilizando<br />

el programa Sequencer Genes Codes Corporation. Y<br />

luego fue ingresada en el GenBank para compararla<br />

con los subtipos circulantes de Influenza en el ámbito<br />

mundial. La elaboración de los árboles filogenéticos<br />

se realizaron con el Mega 4.0 utilizando el método de<br />

Neighbor-Joing.<br />

Se analizaron los resultados consolidando por separado<br />

los casos de cada base militar (cuartel #1 y cuartel #2.)<br />

Como parte del trabajo colaborativo con el Ministerio<br />

de Salud, un hisopo faríngeo se entregó al Laboratorio<br />

Referencial de Tumbes para su procesamiento por IFI.<br />

RESULTADOS<br />

Un total de 350 casos de síndrome gripal fueron<br />

notificados de ambos cuarteles 200 del cuartel #1 y 150<br />

en el cuartel #2. De ellos se obtuvieron 124 muestras de<br />

hisopado faríngeo, 20 del cuartel #1 y 104 en el cuartel<br />

#2. Las muestras se obtuvieron entre el 20 de abril hasta<br />

el 7 de mayo del 2007 (Figura 1).<br />

Tabla 1. Características de la población militar estudiada.<br />

Tumbes, Perú 2007.<br />

Características Cuartel # 1 Cuartel # 2<br />

Número de sujetos notificados 200 150<br />

Número de muestras (enrolados) 20 104<br />

Edad media ± DS (años) 19,4 ± 2,3 18,0 ±1,8<br />

Mediana [rango] 19 [16, 25] 18 [15, 25]<br />

Tasa de ataque 52,6 27,0<br />

Viajes en los últimos 7 días Ninguno Todos: 104<br />

Antecedente de vacunación Ninguno Ninguno<br />

Contacto con animales domésticos No reportado No reportado<br />

Ingestión de medicamentos<br />

20 104<br />

Prueba rápida positiva. Total 06 (30%) 35 (34%)<br />

Influenza A 0 2<br />

Influenza B 6 21<br />

No determinada* 0 12<br />

* kit no determinaba tipo de Influenza encontrado.<br />

38


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Brote de Influenza en militares<br />

NJ<br />

B Tumbes 5158 07<br />

B Tumbes 5113 07<br />

B Tumbes 5112 07<br />

B Tumbes 5102 07<br />

B Tumbes 5094 07<br />

B Tumbes 5058 07<br />

B Texas 4 06<br />

B Tumbes 5150 07<br />

B Tumbes 5109 07<br />

B Tumbes 5107 07<br />

B Tumbes 5099 07<br />

B Tumbes 5083 07<br />

B Tumbes 5082 07<br />

B Tumbes 5081 07<br />

B Tumbes 5077 07<br />

B Tumbes 5071 07<br />

B Tumbes 5069 07<br />

80<br />

99<br />

100<br />

B Tumbes 5068 07<br />

B Tumbes 5065 07<br />

B Tumbes 5064 07<br />

B Tumbes 5063 07<br />

B Tumbes 5062 07<br />

B Tumbes 5060 07<br />

B Tumbes 5051 07<br />

B Tumbes 5046 07<br />

B Tumbes 5043 07<br />

B Tumbes 5042 07<br />

B Tumbes 5041 07<br />

B Tumbes 5045 07<br />

B Tumbes 5044 07<br />

B Tumbes 5057 07<br />

B Tumbes 5128 07<br />

B Tumbes 5122 07<br />

B Tumbes 5119 07<br />

B Tumbes 5103 07<br />

B Tumbes 5114 07<br />

B Johannesburg 501 05<br />

Figura 2. La figura muestra<br />

la relación filogenética de<br />

los virus de Influenza B<br />

encontrados durante el brote<br />

basados en la región de la<br />

hemaglutinina. El análisis<br />

con múltiples alineamientos<br />

confirmó que éstos<br />

aislamientos tuvieron la mayor<br />

similitud genética con la cepa<br />

denominada B/Texas/4/2006.<br />

Se puede observar también<br />

que otras cepas como la<br />

B/ Arizona/ 148/2005 y B/<br />

Johannesburg/501/2005<br />

presentaron también similitud<br />

genética pero ligeramente<br />

menor. La flecha indica la<br />

cepa de la vacuna usada en<br />

el 2007.<br />

B Arizona 148 05<br />

B Hong Kong 8 73<br />

97<br />

B New York 24 93<br />

B California 01 07<br />

B Brisbane 5 06<br />

B Florida 4 06<br />

0.005 substitutions/site<br />

La edad promedio de los pacientes fue de 18,7 ± 1,8<br />

años [15, 25] en el cuartel #1 y de 19,4 ± 2,3 [15, 25]<br />

en el cuartel # 2 (Tabla 1). Sólo una persona era del<br />

sexo femenino. El 16% de los casos se encontraba febril<br />

al momento de la visita y toma de muestra, pero todos<br />

tenían el antecedente febril dentro de los cinco días<br />

anteriores a la toma de muestra.<br />

Un total de 41 (33%) muestras fueron positivas para<br />

Influenza por la prueba rápida, de ellos, 27 casos fueron<br />

del tipo B y 2 del tipo A. En otros 12 casos la prueba fue<br />

positiva para Influenza pero el kit usado no determinaba<br />

el tipo de virus Influenza encontrado (Tabla 1). Los<br />

resultados de la prueba rápida se compararon con los<br />

resultados obtenidos por aislamiento. Se obtuvo 41<br />

muestras positivas por la prueba rápida, sin embargo<br />

se lograron aislar 66 cepas, siendo la sensibilidad de la<br />

prueba rápida de 62,1% (41/66) y la especificidad fue del<br />

100% (58/58).<br />

Por cultivo celular, 66 (53%) muestras fueron positivas.<br />

De ellas 54 fueron Influenza del tipo B y 12 del tipo A<br />

(Tabla 2). Se genotipificó al 63% de las muestras en<br />

las cuales se aisló Influenza de tipo B y el 58% de las<br />

39


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Saldarriaga T et al.<br />

NJ<br />

A Wisconsin 67 05<br />

A Western Australia 67 05<br />

A Brisbane 203 06<br />

61<br />

A Wisconsin 3 07X 167<br />

A Texas 37 07<br />

A Tumbes 5135 07<br />

A Tumbes 5148 07<br />

A Tumbes 5153 07<br />

96<br />

A Tumbes 5154 07<br />

65<br />

A Tumbes 5139 07<br />

A Tumbes 5059 07<br />

A Tumbes 5106 07<br />

58<br />

A Germany AF1058 07<br />

A Brisbane 10 07<br />

0.001 substitutions/site<br />

A Texas 91 07<br />

A Texas 05 08<br />

Figura 3. Árbol filogenético<br />

generado usando secuencias<br />

parciales del gen de la<br />

hemaglutinina (HA). Los<br />

aislamientos de Tumbes fueron<br />

genéticamente similares a los de<br />

la cepa denominada A/ Texas/<br />

91/ 2007. Se puede observar que<br />

la también hubo una similitud<br />

genética con la cepa denominada<br />

A/ Germany/ AF/ 1058/ 2007 sin<br />

embargo, ésta fue ligeramente<br />

menor. La flecha indica la cepa de<br />

la vacuna usada en el 2007.<br />

muestras positivas a virus de Influenza A. La tipificación<br />

del tipo B mostró que las muestras de Tumbes fueron<br />

genéticamente similares con la cepa denominada<br />

B/Texas/4/2006 (n=34). Asimismo, hubo similitud<br />

genética con otros virus como B/Arizona/148/2005 y<br />

B/Johannesburg/ 501/ 2005; sin embargo, esta similitud<br />

fue menor a la cepa anteriomente mencionada. Los<br />

aislamientos del tipo A mostraron gran similitud genética<br />

con la cepa denominada A/ Texas/91/2007 (n=7). Las<br />

figuras 2 y 3 muestran los árboles filogenéticos de los<br />

virus de Influenza B y A, respectivamente, encontrados<br />

durante el brote.<br />

El 100% de los casos del cuartel #2 había realizado<br />

viaje al cuartel #1 para actividades de entrenamiento.<br />

El tiempo promedio de duración de los síntomas fue de<br />

cinco a siete días. No se registraron complicaciones ni<br />

defunciones por Influenza. Los síntomas más frecuentes<br />

fueron fiebre o historia de fiebre 100%, cefalea 98%,<br />

malestar general 97%, tos 95%, dolor de garganta 95%,<br />

rinorrea 90%, mialgias 89%, faringe congestiva 85%.<br />

Otro signo menos frecuente encontrado fue la presencia<br />

de vómitos en tres casos (2%). (Tabla 2) Ninguno de<br />

los casos refirió haber tenido contacto o manipulado<br />

animales domésticos o silvestres<br />

40


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Brote de Influenza en militares<br />

Tabla 2. Distribución de los aislamientos de Influenza<br />

durante el brote de militares. Tumbes, Perú 2007.<br />

El tratamiento indicado para los casos fue paracetamol<br />

500 mg VO 01 tableta qid, así como metamizol 1 g IM,<br />

más diclofenaco 75 mg IM si presentaban fiebre mayor o<br />

igual a 38,5 ºC. Ninguno de los militares recibió vacuna<br />

contra la Influenza ni como parte de las medidas de<br />

control, ni como profilaxis.<br />

Se realizó aislamiento en habitaciones no individuales<br />

temporalmente acondicionadas para dicho fin sin un<br />

patrón específico para la distancia entre cama y cama.<br />

Al personal de salud y los pacientes se les alcanzó<br />

mascarillas de tipo quirúrgico.<br />

DISCUSIÓN<br />

Cuartel #1 Cuartel #2 Total<br />

Total (cultivo) 20 104 124<br />

Negativas 9 49 58<br />

Positivas 11 55 66<br />

Flu A 0 12 12<br />

A/Texas/ 91/2007* 0 7 7<br />

No genotipificadas 0 5 5<br />

Flu B 11 43 54<br />

B/Texas/4/2006* 8 26 34<br />

No genotipificadas 3 17 20<br />

* con mayor similitud genética<br />

La infección por el virus Influenza constituye un problema<br />

de salud pública importante que en el hombre se<br />

presenta como epidemias recurrentes y ocasionalmente<br />

como pandemias impredecibles (20) .<br />

En el departamento de Tumbes, las actividades de<br />

vigilancia centinela nos han permitido reconocer la<br />

continua circulación de virus Influenza durante todo<br />

el año con predominio de los meses de invierno,<br />

aunque como se sabe en climas tropicales como el<br />

nuestro puede darse luego de cambios bruscos de<br />

temperaturas (21) . El presente brote tuvo como agente<br />

etiológico predominante al virus Influenza B, el cual está<br />

caracterizado por ser un virus causante de enfermedad<br />

menos grave que el A.<br />

Desde el inicio de la vigilancia en los centros de salud de<br />

Pampagrande y Zarumilla, se han captado 948 hisopados<br />

faríngeos y 379 (40%) fueron positivas. El tipo de virus<br />

respiratorio predominantemente encontrado fue el de<br />

Influenza A en 174 casos (45,9%), seguido de Influenza<br />

B en 108 casos (28,5%) Otros virus respiratorios<br />

encontrados son adenovirus 8,8%, parainfluenza 1,2 ó 3<br />

(5,6%), virus herpes simple (5,1%). En el área de Tumbes<br />

se ha aislado los serotipos de Influenza A A/H1N1, A/<br />

H3N2. La distribución genotípica de virus Influenza B nos<br />

permitió reconocer a dos cepas circulantes prevalentes<br />

y que son parecidas genéticamente a la cepa circulante<br />

en HONG KONG y SHANGHAI.<br />

La cepa que circuló en este brote, que también es muy<br />

parecida genéticamente a la de Texas, es de reciente<br />

reconocimiento en el departamento de Tumbes. Durante<br />

todo el brote el tipo de virus Influenza predominante<br />

fue el B, sin embargo, los casos de Influenza A fueron<br />

aumentando paulatinamente en el tiempo hasta casi<br />

igualarse al final del brote (Figura 1).<br />

Los casos rápidamente se diseminaron de un cuartel<br />

a otro, ya que soldados de los distintos cuarteles de<br />

Tumbes tuvieron entrenamiento conjunto. Así mismo, el<br />

contacto que establecen durante el servicio de guardia<br />

de prevención facilitó la propagación entre soldados de<br />

distintos pabellones de un mismo cuartel.<br />

Las personas afectadas presentaron un cuadro clínico<br />

moderado caracterizado por inicio brusco de fiebre,<br />

acompañada de síntomas generales a los cuales<br />

entre las 12 y 24 horas y que después se asociaron<br />

síntomas respiratorios, que restringieron parcialmente<br />

las actividades diarias pero que no presentaron<br />

complicaciones o defunciones. Esto probablemente<br />

por tratarse de una población joven entre 15 y 25 años<br />

de edad, aparentemente sanos, inmunocompetentes,<br />

sin enfermedades asociadas o que tenían inmunidad<br />

parcial a la cepa circulante. Un número mucho menor<br />

de pacientes (n=3) presentó vómitos en el curso de la<br />

enfermedad. La tasa de ataque fue de 52,6 y 27% para<br />

los cuarteles 1 y 2 respectivamente, valores que son<br />

comparables a estimaciones de otros autores en brotes<br />

de poblaciones que viven en contacto directo (22) .<br />

Las epidemias y brotes de Influenza están asociadas<br />

con un exceso de morbilidad y mortalidad, incluso en<br />

las epidemias de baja intensidad. Durante una epidemia<br />

moderada, alrededor del 10% de la población mundial<br />

contraería Influenza, ocasionado un fuerte impacto<br />

económico, debido a la pérdida de productividad laboral<br />

y a los costos derivados de la atención de pacientes (23) .<br />

Si bien existen cuatro fármacos aprobados para el<br />

tratamiento y prevención de Influenza A que son<br />

amantadina, rimantadina, oseltamivir y zanamivir; a<br />

los pacientes de este brote no se les aplicó tratamiento<br />

antiviral como está recomendado (24) . El uso de<br />

profilaxis antiviral (amantadina o rimantadina), si se<br />

41


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 35-43. Saldarriaga T et al.<br />

utiliza precozmente, reduce la morbilidad (TA) en 80%.<br />

Esta medida se ha utilizado con éxito para controlar<br />

brotes de gripe en residencias de la tercera edad, sin<br />

embargo estos fármacos, o bien no están disponibles o<br />

no se utilizan para el control de brotes en muchos países<br />

incluyendo el nuestro.<br />

No fue posible, conforme está recomendado (25) , aplicar<br />

la vacuna contra la Influenza debido a que no estuvo<br />

disponible antes ni durante el brote. No existe un<br />

programa de vacunación contra la Influenza para los<br />

militares.<br />

Los casos fueron tratados con antinflamatorios,<br />

paracetamol, diclofenaco o metamizol por vía oral o<br />

intramuscular. La evolución fue favorable en 100% de los<br />

casos. Entendemos que esto es una lección aprendida<br />

para el personal que participó del tratamiento de este<br />

grupo de afectados.<br />

La importancia del diagnóstico de Influenza está<br />

determinada por su alta capacidad de propagación<br />

y por la gravedad de sus posibles complicaciones.<br />

Las epidemias implican aumento significativo de<br />

morbilidad y mortalidad en la población general, con<br />

la consecuente demanda de atención ambulatoria y<br />

hospitalaria (24) . El rápido diagnóstico e identificación<br />

de los casos permitió tomar medidas de control para<br />

disminuir el impacto del brote. El aislamiento temporal<br />

de algunos pacientes, el uso de mascarillas entre el<br />

personal de salud y pacientes así como la restricción<br />

de las salidas a la calle del personal militar disminuyó<br />

la diseminación a la población general. Es nuestra<br />

impresión que difícilmente este brote haya comenzado<br />

en la población militar. La circulación viral debe haber<br />

comenzado en la comunidad civil de donde ingresó<br />

a los cuarteles y se hizo evidente debido a que la<br />

tasa de ataque en estas poblaciones es mayor. Sería<br />

importante analizar los datos de cómo se comportaron<br />

las infecciones respiratorias agudas en los consultorios<br />

externos o en los servicios de emergencia de la ciudad<br />

de Tumbes, de tal manera que podríamos comprobar<br />

que hubo también un incremento.<br />

Las regiones de hemaglutinina analizadas para<br />

Influenza A y B se encontraron pequeñas variantes<br />

en la secuencia de nucleótidos de las secuencias<br />

analizadas de Influenza A (H3N2), tres de siete cepas<br />

fueron exactamente iguales. En el caso de Influenza<br />

B el número de secuencias iguales correspondió a 21<br />

cepas de 34. En ambos las cepas pertenecían a un<br />

solo cluster. Durante la presentación de estos datos<br />

estamos mostrando entonces la similititud genética de<br />

nuestros aislamientos con las cepas ya denominadas<br />

internacionalmente como B/Texas y A/Texas sin<br />

embargo con diferencias de algunos pares de bases<br />

la similitud también existe con otros como B/Arizona y<br />

A/Germany, sin embargo conforme mostramos en los<br />

árboles filogenéticos de las figuras 2 y 3 la similitud<br />

genética es mayor con los anteriormente mencionados.<br />

Para la comparación utilizamos las cepas vacunales del<br />

2007.<br />

Ya que el impacto de una pandemia de Influenza<br />

en nuestra región sería desastroso, recalcamos la<br />

importancia vital de mantener las actividades de vigilancia<br />

que el Perú ha desarrollado en su Plan de Respuesta<br />

basado en las recomendaciones internacionales de<br />

OMS, lo cual generará condiciones para mitigar las<br />

consecuencias de una eventual pandemia de Influenza.<br />

Sin embargo queda en la agenda de trabajo superar<br />

la limitada disponibilidad de recursos y lograr un mayor<br />

compromiso político y social frente a este problema. Por<br />

todo lo expuesto se hace urgente y necesario mantener<br />

e incrementar los esfuerzos hasta ahora realizados por<br />

el Ministerio de Salud en apoyo de la población para<br />

mantenernos alertas ante la posible emergencia de un<br />

brote de Influenza aviar.<br />

agradecimientos<br />

Disclaimer. Las opiniones y afirmaciones contenidas<br />

aquí son propias de los autores y no deben interpretarse<br />

como posición oficial o que reflejan la opinión del<br />

Departamento de la Marina o del servicio naval de<br />

los Estados Unidos. Financiamiento. Este trabajo ha<br />

sido financiado por la unidad de trabajo (Work Unit<br />

No. 847705 82000 25GB B0016). Comité de Ética.<br />

Este estudio (NMRCD.2002.0019) fue aprobado por<br />

el Comité de Ética del Centro se Investigación Médica<br />

Naval de acuerdo a todas las regulaciones federales que<br />

protegen a los sujetos humanos. Copyright. Algunos de<br />

los autores de este trabajo son personal que trabaja para<br />

el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos y este<br />

trabajo ha sido preparado como parte de sus funciones<br />

oficiales.<br />

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acceso: septiembre 2007] Disponible en: www.who.int./csr/<br />

disease/Influenza/vaccinerecommendations.<br />

Correspondencia: Tatiana Saldarriaga / V. Alberto Laguna<br />

Torres. Departamento de Virología, US Naval Medical Research<br />

Center Detachment. Lima, Perú.<br />

Dirección: Av. Venezuela s/n Hospital Naval. Lima, Perú.<br />

Teléfono: (511) 614-4166 anexo 166<br />

Correos electrónicos: tasalva10@hotmail.com; alberto.laguna@<br />

med.navy.mil<br />

43


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50.<br />

artículo original<br />

CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES SOBRE LA TOMA DE<br />

PAPANICOLAOU EN MUJERES DE LIMA, PERÚ 2007<br />

Charles Huamaní 1,2,a , Ana Hurtado-Ortega 1,a , Manuel Guardia-Ricra 1,a , José Roca-<br />

Mendoza 3,4b<br />

RESUMEN<br />

Objetivos. Determinar el nivel de conocimientos y actitudes hacia la toma de Papanicolaou y factores asociados<br />

en mujeres en edad fértil de Lima, Perú. Materiales y métodos. Estudio transversal, se realizó un muestreo por<br />

conglomerados empleando un cuestionario validado por juicio de expertos, que tenía 22 ítems, seis preguntas de<br />

opción múltiple, nueve abiertas y siete tipo escala de Likert. Se determinó la asociación bajos conocimientos y actitud<br />

negativa o indiferente usando regresión logística múltiple Resultados. Se incluyó a 502 mujeres, con una edad<br />

promedio de 27±8 años. El 15% inició sus relaciones sexuales antes de los 15 años y 14% había tenido tres o más<br />

parejas sexuales. La prevalencia de un nivel bajo de conocimientos sobre la toma del PAP fue de 24,9% (IC95%:<br />

21,0-28,7%), el cual estuvo asociado con un menor nivel educativo (ORa: 3,1; IC95%: 1,0-4,1) y a una historia de PAP<br />

inadecuada (ORa: 2,8; IC95%: 1,6-4,9). La prevalencia de una actitud negativa o indiferente hacia la toma del PAP fue<br />

de 18,7% (IC95%: 15,2-22,2%), la cual estuvo asociada con un bajo conocimiento sobre el PAP (ORa: 9,0; IC95%:<br />

3,1-26,8), así como a un menor nivel educativo (ORa: 3,2; IC95%: 1,3-7,9), historia inadecuada de PAP (ORa: 2,0;<br />

IC95%: 1,1-3,6) y haber tenido más de dos parejas sexuales (ORa: 2,6; IC95%: 1,3-5,3). Conclusiones. Un bajo nivel<br />

educativo y una historia inadecuada de PAP están asociados con pobre conocimiento y una actitud negativa hacia la<br />

toma del Papanicolau en mujeres de Lima.<br />

Palabras clave: Cáncer de cuello uterino, Papanicolaou, Conocimientos y actitudes en salud (fuente: DeCS BIREME).<br />

KNOWLEDGE AND ATTITUDES ABOUT PAPANICOLAOU SMEAR IN<br />

WOMEN FROM LIMA, PERU 2007<br />

ABSTRACT<br />

Objectives. To determine the level of knowledge and attitudes about Papanicolao (PAP) smear and associated factors<br />

in fertile women from Lima, Peru. Material and methods. Cross sectional survey, was a cluster sampling using a<br />

questionnaire validated by expert opinion, which was 22 items, 6 multiple choice questions, 9 open and 7 Likert scale.<br />

Was found low knowledge and negative or indifferent attitude using multiple logistic regression. Results. Included 502<br />

women, with an average age of 27 ± 8 years. 15% started having sex before 15 years and 14% had three or more<br />

sexual partners. The prevalence of a low level of knowledge on the PAP smear was 24.9% (CI95: 21.0-28.7%), which<br />

was associated with a lower education level (ORa: 3.1; CI95: 1.0-4.1) and a history of inadequate PAP (ORa: 2.8, 95CI:<br />

1.6-4.9). The prevalence of a negative or indifferent attitude toward the taking of the PAP was 18.7% (CI95: 15.2-22.2%),<br />

which was associated with low knowledge of the PAP (ORa: 9.0; 95CI: 3.1-26.8), as well as a lower educational level (ORa:<br />

3.2; 95CI: 1.3-7.9), inadequate history of PAP (ORa: 2.0; 95CI: 1.1-3.6) and having had more than two sexual partners<br />

(ORa: 2.6, 95CI:1.3-5.3).Conclusions. A lower educational level and inadequate history of PAP were associated with<br />

poor knowledge and negative attitude towards PAP smears in women from Lima.<br />

Key words: Uterine cervical cancer, Papanicolaou smear, Health knowledge and attitudes (source: DeCS BIREME).<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

a<br />

Sociedad Científica de San Fernando, Facultad de Medicina Humana, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Sociedad Científica Médico Estudiantil Peruana. Perú.<br />

Departamento de Ginecología y Obstetricia, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Servicio de Ginecología Oncológica, Departamento de Ginecología y Obstetricia, Hospital Nacional Dos de Mayo. Lima, Perú.<br />

Estudiante de medicina ;<br />

b Médico ginecólogo-obstetra<br />

El resumen del informe preeliminar fue publicado en el libro de resúmenes del XXI Congreso Científico Internacional de Estudiantes<br />

de Medicina, México 2007; y en el Suplemento 1, año 2007 de Anales de la Facultad de Medicina.<br />

Fecha de recepción: 29-01-08 Fecha de aceptación: 20-03-08<br />

44


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50. Conocimientos y actitudes hacia el PAP<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El cáncer de cuello uterino (CaCU) es uno de los<br />

principales problemas de salud pública en el mundo, pues<br />

es la primera causa de muerte en mujeres; anualmente<br />

se registra aproximadamente 500 mil casos, de esos 230<br />

mil fallecen, el 80% ocurre en países en desarrollo (1) . En<br />

el Perú, ocupa el primer lugar como cáncer más frecuente<br />

y de mayor mortalidad entre las mujeres, con un registro<br />

aproximado de 6 800 casos entre 2000 y 2004 (2) .<br />

La mortalidad por CaCU ha disminuido considerablemente<br />

en los últimos 50 años debido a las actividades<br />

de prevención y la promoción del tamizaje con la prueba<br />

de Papanicolaou (PAP) (3) , elegida por la facilidad de<br />

la toma de muestra y bajo costo; además, existe un<br />

mejor conocimiento de la historia natural del CaCU,<br />

su diagnóstico y la eficacia del tratamiento en estadios<br />

menores (4) . Sin embargo, los principales factores<br />

de riesgo asociados se mantienen, siendo estos la<br />

promiscuidad sexual, un nivel socioeconómico bajo y<br />

el más importante, la infección por virus de papiloma<br />

humano (VPH) (5,6) .<br />

Las campañas de promoción de la toma de PAP realizadas<br />

en México o Chile han tomado nuevos enfoques,<br />

orientados principalmente a romper las barreras<br />

culturales originadas por la inadecuada información<br />

y la existencia de ciertas creencias (6,7) . En el Perú, el<br />

2008 el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas<br />

propone a través de la “Norma técnico oncológica para la<br />

prevención, detección y manejo de lesiones premalignas<br />

del cuello uterino a nivel nacional” (8) un programa que<br />

busca estimular la promoción y prevención primaria;<br />

fomentando la información, educación y comunicación<br />

en la población general para motivar la participación<br />

comunitaria, orientación y consejería por parte de los<br />

profesionales de salud. Esta norma, junto a las actividades<br />

de promoción que se han venido desarrollando, establece<br />

estrategias de comunicación que buscan favorecer una<br />

mayor interacción entre las entidades prestadoras de<br />

salud y la comunidad.<br />

Está demostrado que un mayor nivel de conocimientos<br />

está relacionado con una mayor probabilidad de uso<br />

del PAP (6,9,10) y con ello a un diagnóstico precoz; sin<br />

embargo, son diversos los estudios locales que revelan<br />

que las mujeres tienen bajos conocimientos o presentan<br />

actitudes desfavorables hacia la toma de PAP (10-12) , estos<br />

resultados, principalmente hospitalarios o en poblaciones<br />

delimitadas, merecen ser continuados con otros estudios<br />

en la población general, además de identificar su<br />

correlación con otras características de riesgo asociadas<br />

para poder orientar mejor futuras actividades en educación<br />

sanitaria, siendo ello nuestro objetivo.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

DISEÑO Y POBLACIÓN<br />

Se realizó un estudio transversal y analítico en el<br />

que se evaluó el conocimiento y la actitud hacia la<br />

toma de Papanicolau en mujeres en edad fértil (entre<br />

los 15 a 45 años), procedentes de los 42 distritos de<br />

Lima Metropolitana en el año 2007; se consideró como<br />

población estimada a 1 842 766 mujeres en edad fértil<br />

de acuerdo al censo poblacional del año 2005 (13) .<br />

Se incluyó a todas las mujeres que dieron su<br />

consentimiento informado de forma verbal, que se<br />

encontraban en el rango de edad seleccionado, en<br />

condiciones de decidir de manera voluntaria el ingreso<br />

al estudio y a ser entrevistadas, y que puedan llenar las<br />

encuestas en forma anónima y autoadministrada. Se<br />

excluyeron aquellas que llenaron inadecuadamente la<br />

encuesta.<br />

MUESTRA Y MUESTREO<br />

El cálculo del tamaño de la muestra se efectuó<br />

considerando que el 30% de las mujeres tenía un buen<br />

conocimiento sobre PAP (11) , con un nivel de confianza<br />

del 95% y un error relativo de muestreo de 4%. Se ajustó<br />

el tamaño de la muestra al tamaño de la población;<br />

además se consideró un margen adicional del 3% de<br />

encuestas por los imprevistos, obteniendo un valor<br />

estimado en 519 mujeres.<br />

Se realizó un muestreo por conglomerados; se hizo un<br />

listado que incluía los 42 distritos de Lima Metropolitana<br />

y se ordenaron de acuerdo con su tamaño poblacional,<br />

dividiéndose en cuartiles con los distritos de mayor<br />

población, media superior, media inferior y menor<br />

población. Se seleccionó luego tres distritos por cada<br />

cuartil usando números aleatorios, y se distribuyó la<br />

muestra de manera proporcional a la población del distrito;<br />

se seleccionó al azar los grupos de viviendas, finalmente<br />

se acudió a las viviendas seleccionadas entrevistando<br />

hasta agotar el número de muestra requerida. Si dentro<br />

del grupo de viviendas no se agotaba el número de<br />

muestra requerida, se seleccionaba grupos de viviendas<br />

cercanos, si había más de una mujer por vivienda se<br />

incluía en el estudio.<br />

INSTRUMENTO<br />

Para la recolección de datos se utilizó una encuesta<br />

estructurada, anónima y autoadministrada, que demoró<br />

en promedio 20 minutos. La encuesta se dividió en cuatro<br />

áreas: incluía datos de filiación; sobre conocimientos<br />

acerca de la toma de PAP; sobre las características de<br />

45


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50. Huamaní C. et al.<br />

riesgo, que incluían preguntas abiertas sobre la historia<br />

de PAP (número, inicio, frecuencia), edad de inicio de<br />

relaciones sexuales, número de parejas sexuales,<br />

número de partos vaginales, historia de infecciones de<br />

transmisión sexual (ITS) y el hábito de fumar; finalmente,<br />

sobre actitudes a la toma de PAP, empleando una escala<br />

tipo Likert incluyendo siete ítems que buscaban evaluar<br />

la disposición (1), el temor ante los resultados (2),<br />

necesidad de una nueva toma de PAP (2), la apreciación<br />

sobre su resultado (1) y la influencia del consentimiento<br />

externo a la toma (1). Cada uno de estos ítems fue<br />

valorado entre 1 a 5 puntos, con un puntaje final que<br />

podía variar entre 7 y 35.<br />

La encuesta se diseñó tomando en cuenta estudios<br />

similares (5,7,11) . Previo a la aplicación se procedió<br />

a hacer la validación de contenido del instrumento<br />

mediante juicio de expertos (cinco ginecólogos, dos con<br />

subespecialidad en oncología ginecológica) y una prueba<br />

piloto en 30 personas con las mismas características de<br />

la población a estudiar. Se buscó la coherencia interna<br />

en la redacción y entendimiento de las preguntas<br />

planteadas en el instrumento de recolección de datos.<br />

Se estratificó el nivel de conocimientos en alto, medio<br />

y bajo si respondía correctamente a las 4, 3-2, o una o<br />

ninguna pregunta respectivamente. Las actitudes para<br />

la toma del PAP se clasificaron en positiva, indiferente o<br />

negativa si la suma del puntaje Likert era >24, entre 18<br />

a 24 ó


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50. Conocimientos y actitudes hacia el PAP<br />

Tabla 2. Conocimientos sobre el PAP y características<br />

de riesgo en mujeres en edad fértil, Lima 2007.<br />

Premisa n %<br />

Posee conocimientos sobre<br />

Frecuencia con que debería tomarse un PAP 328 (65,2)<br />

Qué es la toma de PAP 326 (64,8)<br />

La importancia de la toma de PAP 268 (53,3)<br />

Inicio de la toma de PAP 263 (52,3)<br />

Características de riesgo<br />

Historia de PAP inadecuada 170 (33,8)<br />

Más de tres partos vaginales 59 (11,7)<br />

Hábito de fumar presente 81 (16,1)<br />

Diagnóstico previo de ITS* 25 (5,0)<br />

* ITS: Infecciones de transmisión sexual<br />

cual estuvo asociado en el análisis multivariado a tener<br />

un menor nivel educativo (ORa: 3,1; IC95%: 1,0-4,1) y<br />

a una historia de PAP inadecuada (ORa: 2,8; IC95%:<br />

1,6-4,9), no se encontró asociación con el número<br />

de parejas sexuales o la edad de inicio de relaciones<br />

sexuales (Tabla 3).<br />

La prevalencia de una actitud negativa o indiferente hacia<br />

la toma del PAP fue de 18,7% (IC95%: 15,2-22,2%), la<br />

cual estuvo asociada con un bajo conocimiento sobre el<br />

PAP (ORa: 9,0; IC95%: 3,1-26,8), así como a un menor<br />

nivel educativo (ORa: 3,2; IC95%: 1,3-7,9), historia<br />

inadecuada de PAP (ORa: 2,0; IC95%: 1,1-3,6) y haber<br />

tenido más de dos parejas sexuales (ORa: 2,6; IC95%:<br />

1,3-5,3).<br />

DISCUSIÓN<br />

A pesar de que la mayoría de las mujeres tienen instrucción<br />

secundaria o superior, sólo el 23% de las mujeres<br />

encuestadas tienen conocimientos altos; además, son<br />

más las que saben con qué frecuencia deben tomarse<br />

un PAP, pero menos las que conocen desde que edad se<br />

debe iniciar; de igual modo, son más las que saben que es<br />

la toma del PAP pero menos reconocen adecuadamente<br />

su importancia; esto refleja una instrucción incompleta en<br />

relación con las prácticas correctas sobre la toma del PAP,<br />

y explicaría el bajo porcentaje de conocimientos altos.<br />

De igual modo, podría justificar el por qué la principal<br />

característica de riesgo identificada fue una historia de<br />

PAP inadecuada, presente en el 34%.<br />

Este bajo nivel de conocimientos es similar al encontrado<br />

en un hospital peruano (12%), que además resalta<br />

que son pocas las que conocen en qué consiste la<br />

prueba y menos reconocen su importancia (11) . Sin<br />

embargo, un estudio en otro hospital nacional informa<br />

que el 63% de sus pacientes tienen un bajo nivel de<br />

conocimientos (12) ; tal estudio difiere del nuestro (para el<br />

área de conocimientos) en el cuestionario, pues incluye<br />

preguntas sobre la frecuencia de la toma del PAP,<br />

mientras en el nuestro esta pregunta está en la sección<br />

de características de riesgo (como antecedente); dicho<br />

estudio informa que sólo el 5% de las mujeres mayores<br />

de 30 años (que representa el 58% de su población)<br />

sabía la frecuencia adecuada, además sólo un 54%<br />

respondió incorrectamente sobre el conocimiento del<br />

propósito del PAP.<br />

Volver a hacerse un PAP aunque se<br />

sintió incómoda<br />

Hacerse la toma de PAP<br />

frecuentemente<br />

Volver a hacerse un PAP si el<br />

resultado no es normal<br />

Disposición a hacerse el PAP a pesar<br />

de la negativa de su pareja<br />

Recomendar la prueba del PAP a<br />

personas cercanas<br />

Hacerse una toma de PAP<br />

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%<br />

Muy de acuerdo De acuerdo Indecisa En desacuerdo Muy en desacuerdo<br />

Figura 1. Actitudes hacia la toma del PAP en mujeres de Lima, Perú 2007.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50. Huamaní C. et al.<br />

Tabla 3: Características asociadas a un bajo conocimiento y una actitud negativa sobre la toma del PAP. Lima, 2007.<br />

Conocimiento Bajo<br />

Actitud negativa o indiferente<br />

Característica<br />

Crudo Ajustado Crudo Ajustado<br />

Total n (%)<br />

OR (IC95) OR (IC95) n (%) OR (IC95) OR (IC95)<br />

Edad<br />

> 30 años 160 49 (30,6) 1,6 (1,0-2,4) 1,8 (1,0-3,2) 23 (14,4) 1 - 1 -<br />

< 30 años 343 76 (22,2) 1 - 1 - 71 (20,7) 1,6 (0,9-2,6) 1,8 (0,9-3,8)<br />

Estado civil<br />

Viuda/divorciada 28 13 (46,4) 3,0 (1,4-6,8) 3,7 (1,4-9,8) 6 (21,4) 0,9 (0,3-2,3) 1,1 (0,3-3,5)<br />

Casada/conviviente 244 61 (25,0) 1,2 (0,8-1,8) 1,5 (0,8-2,7) 33 (13,5) 0,5 (0,3-0,8) 0,5 (0,3-1,0)<br />

Soltera 230 51 (22,2) 1 - 1 - 55 (23,9) 1 - 1 -<br />

Instrucción<br />

Primaria o ninguna 36 16 (44,4) 3,9 (1,2-2,9) 3,1 (1,0-4,1) 12 (33,3) 2,2 (1,0-4,9) 3,2 (1,3-7,9)<br />

Secundaria 274 76 (27,7) 1,9 (1,8-8,2) 1,8 (1,7-9,8) 47 (17,2) 0,9 (0,6-1,5) 0,9 (0,5-1,7)<br />

Superior 192 33 (17,2) 1 - 1 - 35 (18,2) 1 - 1 -<br />

Relaciones sexuales<br />

No 93 25 (26,9) 1,1 (0,7-1,9) 3,0 (1,5-6,2) 22 (23,6) 1,5 (0,9-2,5) 1,6 (0,7-3,4)<br />

Si 410 100 (24,4) 1 - 1 - 72 (17,6) 1 - 1 -<br />

Parejas sexuales<br />

Más de dos 72 15 (20,8) 0,8 (0,4-1,6) 0,8 (0,1-1,6) 19 (26,4) 1,8 (0,9-3,3) 2,6 (1,3-5,3)<br />

Dos 113 30 (26,6) 1,1 (0,7-1,9) 1,2 (0,7-2,1) 15 (13,3) 0,8 (0,4-1,4) 0,9 (0,4-1,7)<br />

Una 225 55 (24,4) 1 - 1 - 38 (16,9) 1 - 1 -<br />

Edad de inicio de relaciones sexuales<br />

15 ó menos 61 13 (21,3) 0,8 (0,4-1,6) 0,7 (0,3-1,5) 11 (18,0) 1 (0,5-2,1) 0,9 (0,4-1,9)<br />

16 ó más 349 87 (24,9) 1 - 1 - 61 (17,5) 1 - 1 -<br />

Historia de PAP*<br />

Inadecuada 170 52 (30,6) 1,6 (1,0-2,4) 2,8 (1,6-4,9) 46 (27,1) 2,2 (1,4-3,5) 2,0 (1,1-3,6)<br />

Adecuada 333 73 (21,9) 1 - 1 - 48 (14,4) 1 - 1 -<br />

Conocimiento sobre PAP<br />

Bajo 125 44 (35,2) 6,3 (1,0-4,6) 9,0 (3,1-26,8)<br />

Moderado 264 41 (15,5) 2,1 (2,9-13,7) 3,4 (1,2-9,3)<br />

Alto 114 9 (7,9) 1 - 1 -<br />

Aunque no se encontró relación entre el nivel de<br />

conocimientos sobre PAP y la edad, algunos estudios<br />

señalan que sí existen diferencias; pues las adolescentes<br />

tendrían un bajo nivel de conocimientos (14) , en especial<br />

si se asocia a un bajo nivel de conocimientos de la<br />

madre; a diferencia de las mujeres jóvenes, cuyo<br />

nivel de conocimientos es más alto incluso que el de<br />

mujeres mayores de 30 años (12) . Por otro lado, Breitkopf<br />

et al. (15) señalan que no hay relación entre la historia<br />

inadecuada de PAP y el nivel de conocimiento sobre<br />

esta prueba, contrastando con nuestros hallazgos donde<br />

sí encontramos tal relación. Estos estudios difieren<br />

básicamente en la forma de calificar y explorar el nivel<br />

de conocimientos, orientados más a conceptos técnicos<br />

dado el nivel cultural de la población evaluada.<br />

Nuestros resultados, que señalan los bajos<br />

conocimientos sobre PAP y CaCU en la población<br />

general, podrían deberse a que aún existen diversas<br />

barreras, principalmente culturales, en las actividades<br />

educativas que realizan los profesionales de salud a<br />

la población (7,8) ; se evidencia la falta de conocimiento<br />

en determinados puntos de interés, ello podría deberse<br />

a que durante la capacitación se enfocan más los<br />

aspectos relacionados con la difusión. Resaltamos que<br />

esta advertencia sobre la poca eficacia para brindar<br />

información por parte de los establecimientos de salud<br />

ya ha sido señalada (10,16) .<br />

Lo contrario sucede con la actitud, que se califica como<br />

positiva en el 81%; pero nuevamente se aprecia que<br />

48


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 44-50. Conocimientos y actitudes hacia el PAP<br />

ésta es más alta en las características de difusión, como<br />

son el hacerse una toma de PAP, recomendar la prueba,<br />

y hacérsela a pesar de encontrarse ante la negativa de<br />

su pareja; esta última es importante pues contrasta con<br />

otros estudios que señalan la necesidad de la aceptación<br />

de la pareja para poder incrementar la aceptación de la<br />

prueba (6,16) .<br />

Nuestro estudio también muestra que una mala<br />

experiencia, como incomodidades o resultados negativos<br />

en una toma de PAP, afectarían su percepción a la<br />

prueba y por tanto, empeorarían su actitud. Esto ya ha<br />

sido ampliamente informado (17,18) , y se entiende como<br />

una actitud lógica ligada especialmente a experiencias<br />

previas que podrían atemorizarlas, como las experiencias<br />

que desarrollan en el ámbito hospitalario, al participar<br />

de constantes evaluaciones y recibir poca información<br />

antes o durante el procedimiento (7,16,19) . Sin embargo,<br />

las actitudes se pueden tornar más favorables conforme<br />

la historia médica de la mujer se incrementa (9,10) ; por<br />

tanto, es importante complementar la educación del<br />

procedimiento explicando las características del examen<br />

y posibles resultados, especialmente en las que acuden<br />

por primera vez o hayan tenido experiencias previas<br />

desagradables.<br />

El principal factor de riesgo es la infección por VPH (5) ;<br />

sin embargo, aún no existe un método de diagnóstico<br />

precoz disponible en los servicios de salud pública, que<br />

no requiera de exámenes vaginales. La adquisición de la<br />

infección por VPH está relacionada con la edad de inicio<br />

de relaciones sexuales (5) y al nivel socioeconómico<br />

de las mujeres; en nuestro estudio la edad no estuvo<br />

relacionada a la presencia de mayores características<br />

de riesgo, pero sí lo están algunas características de<br />

manera particular. Aunque la edad promedio de inicio de<br />

relaciones sexuales es a los 18 años, siendo menor el<br />

riesgo en comparación a otros lugares como un sector<br />

en Colombia, donde el inicio es a los 16 años (20) , o en<br />

un sector de Cuba donde es a los 14 años (21) ; el 16%<br />

de las mujeres refiere su edad de inicio antes de los 15<br />

años, teniendo ellas mayor riesgo.<br />

Como limitaciones del estudio debemos señalar la<br />

dificultad de recolectar información sobre la vida<br />

personal e íntima a través de cuestionarios; dado que la<br />

encuesta era autoadministrada pudo haberse excluido a<br />

más mujeres con niveles de instrucción bajo; además no<br />

se calculó una tasa de rechazo a la encuesta, pudiendo<br />

afectar los resultados si el rechazo fue motivado por<br />

las preguntas íntimas, pues el estudio incluiría a más<br />

mujeres con actitudes positivas. Debemos señalar que<br />

sólo se realizó la validación externa de la encuesta,<br />

que provino de otros estudios similares, obteniendo<br />

resultados acordes con dicha validación.<br />

Por otro lado, los principales factores de riesgo para<br />

el desarrollo de CaCU son la infección por VPH y la<br />

situación socioeconómica baja (3,22,23) que no han<br />

sido consideradas en la encuesta dada la dificultad<br />

que implica determinarlas. Finalmente, no se cubrió<br />

totalmente el tamaño de muestra (faltaron 16 encuestas),<br />

lo que afecta el poder estadístico del estudio.<br />

Concluimos señalando que niveles bajos de conocimiento<br />

sobre PAP están relacionados con una inadecuada<br />

historia sobre la toma del PAP y un menor nivel de<br />

instrucción, así como a actitudes negativas; de manera<br />

paralela, aunque más mujeres reconocen qué es la toma<br />

de PAP, no son tantas las que reconocen su importancia.<br />

Estos resultados son similares a otros estudios (9,11,12) ,<br />

y podrían deberse a una deficiencia en la información<br />

brindada, enfocando principalmente los aspectos<br />

promocionales (uso, frecuencia y recomendación a<br />

otras usuarias) más no de comprensión (importancia de<br />

la toma).<br />

Por tanto, recomendamos un abordaje más integral<br />

sobre la prevención del CaCU, dirigiendo las actividades<br />

preventivo-promocionales principalmente a aquellas<br />

mujeres con bajos niveles de educación, con un<br />

abordaje ligado más a aspectos culturales. Para<br />

estudios posteriores, recomendamos ampliarlos a<br />

poblaciones en riesgo no hospitalaria, con bajos niveles<br />

socioeconómicos y en provincias del país; incrementar<br />

el efecto del diseño, incluir la tasa de rechazo a la<br />

encuesta e indagar sobre cuál es la fuente de origen de<br />

estos conocimientos.<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

A los docentes de Ginecología y Obstetricia de la sede<br />

Hospital Dos de Mayo, de la Universidad Nacional<br />

Mayor de San Marcos, por el asesoramiento teórico y<br />

validación de la encuesta; al Dr. César Gutiérrez por el<br />

asesoramiento metodológico; y a los estudiantes de la<br />

promoción ingresante 2002 de Medicina Humana de<br />

San Fernando, por su colaboración en la recolección de<br />

datos.<br />

Conflictos de interés<br />

Ninguno<br />

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Correspondencia: Charles Augusto Huamaní Saldaña / José<br />

Roca Mendoza<br />

Dirección: Av. Arriba Perú 1154. Lima 42, Perú.<br />

Teléfono: (511) 992814710.<br />

Correos electrónicos:<br />

huamani_ca@hotmail.com / jwrocam@yahoo.es<br />

50


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. artículo original<br />

EFECTO GENOTÓXICO DEL DICROMATO DE POTASIO EN<br />

ERITROCITOS DE SANGRE PERIFÉRICA DE Oreochromis<br />

niloticus (TILAPIA)<br />

Zulita Prieto 1,a , Julio León-Incio 1,a , Carlos Quijano-Jara 1,a , Radigud Fernández 1,a ,<br />

Edgardo Polo-Benites 1,a , Roger Vallejo-Rodríguez 1,b , Luis Villegas-Sanchez 1,b<br />

RESUMEN<br />

Existen múltiples reportes del efecto genotóxico y cancerígeno del cromo VI, los seres humanos tenemos una permanente<br />

exposición a este elemento. Objetivos. Evidencias la genotoxicidad del dicromato de potasio utilizando como sistema<br />

biológico a Oreochromis niloticus “tilapia”, mediante el test de micronúcleos y la cuantificación de nuclear buds, en<br />

eritrocitos de sangre periférica. Materiales y métodos. Los individuos fueron expuestos a concentraciones crecientes<br />

(0,0, 0,2, 0,4 y 0,8 ppm) de dicromato de potasio. Se obtuvieron muestras de sangre periférica, del arco branquial de<br />

cada individuo (cuatro por grupo), a los tres y siete días de tratamiento, las cuales fueron procesadas y coloreadas<br />

con Giemsa 5% y se cuantificaron eritrocitos con micronúcleos y nuclear buds en sangre periférica. Resultados. Se<br />

encontró un incremento significativo de las frecuencias de micronúcleos y nuclear buds directamente proporcional a la<br />

concentración del dicromato de potasio en los individuos expuestos (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. Prieto Z. et al.<br />

La población humana está expuesta al Cr(VI) de manera<br />

masiva y permanente debido al aumento progresivo de<br />

la contaminación ambiental con cromo hexavalente<br />

a causa de emisiones industriales (3-6) . Una fuente<br />

importante del Cr(VI) lo constituyen los dicromatos de<br />

potasio y de sodio, que son utilizados en la industria<br />

de cromados, manufactura de pigmentos, colorantes,<br />

curtido de pieles, en la preparación de antisépticos, en<br />

la limpieza de material de vidrio de laboratorio, como<br />

agente valorante, entre otros. En el Perú, no hay un<br />

monitoreo de las emisiones de Cr(VI), como se realiza<br />

en otros países (3,4) , existen industrias que en muchos<br />

casos, trabajan de manera artesanal y no cuentan con<br />

medidas de bioseguridad suficientes.<br />

El Cr (VI) existe en las formas aniónicas CrO 4 2- , HCrO 4<br />

-<br />

o Cr 2<br />

O 7 - , dependiendo del pH del medio (7) y tiene la<br />

capacidad de ingresar a la célula utilizando la vía<br />

general de los canales proteicos transportadores de<br />

aniones (8) . Al ingresar al espacio intracelular, el cromo<br />

(VI) interacciona con agentes reductantes e inicia un<br />

proceso reductivo a los estados Cr(V), Cr (IV) y Cr(III),<br />

generando una fuerza oxidativa capaz de producir<br />

lesiones en el DNA, aductos Cr-DNA, uniones cruzadas<br />

DNA-DNA, DNA-proteínas, sitios apurícos, entre otros<br />

(9) . Los mecanismos de transporte del cromo a nivel<br />

celular, la interacción con agentes reductantes como el<br />

glutation (10) y uniones con el DNA, no se encuentran<br />

totalmente esclarecidos.<br />

Ensayos ecotoxicológicos en Artemia salina muestran<br />

la toxicidad aguda del K 2<br />

Cr 2<br />

O 7 (11) . Investigaciones<br />

sobre la genotoxicidad de éste compuesto se han<br />

realizado en Sacharomices (12) , Procambarus clarkii (13) ,<br />

Pseudokirchneriella subcapitata (14) , Mus domesticus<br />

(15) ; en esta última especie, existe conclusiones que<br />

difieren sobre la genotoxicidad del dicromato de potasio<br />

cuando se administra por vía oral (16-17) .<br />

Los peces, como Oreochromis niloticus, son<br />

considerados sistemas genéticos de especial interés para<br />

investigaciones in vivo en la evaluación de contaminantes<br />

acuáticos (18) , y teniendo en cuenta la contaminación<br />

ambiental con cromo VI, el presente trabajo tuvo como<br />

objetivo determinar el efecto genotóxico en Oreochromis<br />

niloticus “tilapia” expuestas a concentraciones crecientes<br />

de dicromato de potasio, mediante la cuantificación de<br />

eritrocitos con micronúcleos y nuclear buds en sangre<br />

periférica.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

Los peces Oreochromis niloticus procedentes del centro<br />

piscícola de Guadalupe, Perú, fueron aclimatados a<br />

condiciones de laboratorio, a una temperatura de 22 ±<br />

2 ºC, en agua declorinada y aireación continua. Después<br />

de dos semanas de aclimatación, se seleccionó 16<br />

individuos de tamaño uniforme, en un rango de 12 a<br />

a<br />

b<br />

c<br />

d<br />

Figura 1. Eritrocitos de sangre periférica de Oreochromis niloticus a) Eritrocitos normales, b) Eritrocito con micronúcleo, c y d)<br />

Células con nuclear buds. Coloración Giemsa 5%. Barra 10 µm.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. Genotoxicidad del dicromato de potasio<br />

3,5<br />

4,5<br />

Frecuencias (‰)<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

Micronúcleos<br />

Nuclear buds<br />

Frecuencias (‰)<br />

4,0<br />

3,5<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

Micronúcleos<br />

Nuclear buds<br />

0,5<br />

0,5<br />

a<br />

0,0<br />

0,0 ppm 0,2 ppm 0,4 ppm 0,8 ppm<br />

Dicromato de potasio<br />

b<br />

0,0<br />

0,0 ppm 0,2 ppm 0,4 ppm 0,8 ppm<br />

Dicromato de potasio<br />

Figura 2. Frecuencias (‰) de micronúcleos y nuclear buds en eritrocitos de sangre periférica de Oreochromis niloticus a los tres (a)<br />

y siete (b) días de exposición al dicromato de potasio.<br />

n= 16 individuos, 4 por cada tratamiento y 2000 eritrocitos evaluados en cada uno, * p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. Prieto Z. et al.<br />

en trucha han registrado un incremento de eritrocitos<br />

inmaduros en una fase preadaptativa a condiciones de<br />

estrés por cambios ambientales (25) .<br />

a<br />

El daño genético producido por el Cr(VI) de K 2<br />

C 2<br />

rO 7<br />

se<br />

observó por un incremento de micronúcleos y nuclear buds<br />

en los eritrocitos de sangre periférica de O. niloticus. La<br />

regresión estimada entre las concentraciones utilizadas<br />

y los valores de MN y nuclear buds demuestran un<br />

efecto dosis dependiente durante la exposición a los tres<br />

días con K 2<br />

C 2<br />

rO 7<br />

. De acuerdo a los trabajos realizados<br />

en diferentes especies y con diferentes genotóxicos, se<br />

observa que durante los primeros días de exposición<br />

existen incrementos progresivos de micronúcleos y<br />

después de esos días los valores disminuyen.<br />

b<br />

c<br />

Figura 3. Eritrocitos de sangre periférica de Oreochromis<br />

niloticus a) células antes de la exposición al dicromato de<br />

potasio. b y c) Células después de siete días de tratamiento con<br />

dicromato de potasio. Coloración Giemsa 5%. Barra 10 µm.<br />

DISCUSIÓN<br />

La morfología de los eritrocitos maduros en individuos<br />

de O. niloticus no expuestos al dicromato de potasio<br />

coinciden con la morfología de los eritrocitos normales<br />

en Galaxias maculatus (22) , Cyprinus carpio “carpa” (23) ,<br />

Brycon amazonicus (24) y otras especies de peces. La<br />

presencia de eritrocitos de forma redondeada, coinciden<br />

con la morfología de eritrocitos inmaduros de Brycon<br />

amazonicus 24 . El incremento de eritrocitos inmaduros<br />

podría deberse a una respuesta frente al estado de estrés<br />

causado por el dicromato de potasio, investigaciones<br />

Después de siete días de exposición al K 2<br />

C 2<br />

rO 7,<br />

encontramos una disminución de las frecuencias de<br />

MN y nuclear buds, Cavas et al. registraron un aumento<br />

a los tres días de tratamiento y disminución a los<br />

seis días en la misma especie expuesta a efluentes<br />

textiles (26) , Palhares et al. también en la misma<br />

especie con aplicación intraabdominal de mitomicyn C<br />

reportaron disminución de MN después de cinco días<br />

(27) , experimentos con ciclofosfamida, 5-flurouracilo,<br />

bleomicina y mitomicina encontraron incrementos<br />

entre los dos a siete días y a los 14 días disminuyó la<br />

frecuencia de MN, y a los 30 días disminuyeron aun<br />

más sus valores (28) ; por la exposición de Pimephales<br />

promelas a agua de río contaminada con residuos<br />

industriales, se evidenció un incremento a los 14 días<br />

y disminución a los 21 días (29) . Estas variaciones en la<br />

disminución de MN después de una fase de incremento,<br />

dependen del tipo de genotóxico, la concentración<br />

utilizada, la forma de administración y la respuesta<br />

genética que tenga cada especie.<br />

Los valores encontrados con el test de micronúcleos a<br />

las concentraciones de 0,4 ppm, están dentro del rango<br />

de los valores individuales reportados por Sienra et al. 13<br />

que registró valores entre 0,33 y 2,0 ‰ en células de<br />

hemolinfa del cangrejo P. clarkii expuestas a 400 μg/L<br />

de dicromato de potasio durante siete días. Estudios<br />

en eritrocitos de sangre periférica en Carassius auratus<br />

expuestos a cadmio (CdCl 2<br />

) reportan valores promedios<br />

similares, de 0,33 a 1,75 ‰ en aumento progresivo de<br />

acuerdo a la concentración dentro de dos a cinco días<br />

de tratamiento (30) , a pesar de ser especies acuáticas<br />

distintas.<br />

Sin embargo, comparando los resultados obtenidos<br />

con los realizados en O. niloticus utilizando otros<br />

genotóxicos se encuentra alta variación en la formación<br />

de micronúcleos, así por ejemplo, en muestras de<br />

sangre periférica de O. niloticus a los dos días de<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. Genotoxicidad del dicromato de potasio<br />

exposición a ciclofosfamida muestra un valor de 14,68<br />

‰, con 5-fluorouracilo 1,25, con bleomicina 1,58, con<br />

mitomicina 1mg/kg 1,25 (28) , con mitomicina 2mg/kg 2,1<br />

y a los tres días 3,8‰ (27) , con efluentes textiles 6,56<br />

‰ (26) , con atrazine 25ug/L 1,19 ‰ (31) , entre otros.<br />

Además, así como hay diferencias entre diferentes tipos<br />

de genotóxicos en cuanto a su capacidad de alterar al<br />

DNA, trabajos realizados en una misma especie ante un<br />

mismo genotóxico muestran diferencias en los valores<br />

de MN en diferentes tejidos (27,29) .<br />

Centro hematopoyético<br />

s<br />

s<br />

a)<br />

interfase<br />

b)<br />

s<br />

c)<br />

s<br />

Sangre periférica<br />

En relación a los nuclear buds, las frecuencias<br />

registradas a los tres días de tratamiento fueron<br />

significativamente mayores que las frecuencias de MN.<br />

Este marcador es factible de ser cuantificado de manera<br />

objetiva al igual que las células con micronúcleos y ser<br />

utilizados en los ensayos de genotoxicidad en peces.<br />

Según estudios previos (19,26,31,32) , las alteraciones en<br />

las formas nucleares fueron clasificados en: núcleos con<br />

hendidura (blebbed nuclei), núcleos lobulados (lobed<br />

nuclei), núcleos vacuolados (vacuolate nuclei), brokeneggs,<br />

nuclear buds, entre otras, son cuantificados de<br />

manera independiente y conjuntamente como una sola<br />

clasificación: anormalidades nucleares. En todos los<br />

casos, las comparaciones entre tratamientos presentan<br />

un alto grado de significancia contrastable con el control<br />

negativo y positivo. En este trabajo se cunatificó como<br />

nuclear buds a todos lo núcleos que tienen brotes<br />

nucleares claramente definidos.<br />

La formación de los nuclear buds se relaciona con la<br />

amplificación del DNA en la fase S (33,34) . El marcaje<br />

con sondas de ADN centromérico y telomérico en<br />

los buds, realizado en cultivo de linfocitos humanos,<br />

muestra la predominancia de secuencias de DNA que no<br />

corresponden al centrómero y telómero, contrariamente a<br />

lo observado en los micronúcleos (21) . Los mecanismos del<br />

proceso de brotamiento nuclear o “budding” por efecto del<br />

cromo VI no se conoce, sin embargo la evidente presencia<br />

de buds por efecto del dicromato de potasio, podrían ser<br />

indicios de un proceso apoptósico (35,36) . Existen estudios<br />

en otras especies, de la inducción de apoptosis después<br />

de la exposición al dicromato de potasio, relacionado<br />

con las alteraciones del potencial de membrana de las<br />

mitocondrias, el incremento de la actividad del citocromo<br />

c y de la proteína p53, cambios asociados al incremento<br />

de las especies de oxígeno reactivo (ROS) generado por<br />

el dicromato de potasio durante el proceso de reducción<br />

de cromo VI a cromo III (37,38) .<br />

En la figura 4, se propone probables mecanismos sobre<br />

el origen de nuclear buds y micronúcleos. En principio, la<br />

inducción del daño genético por el cromo VI debe haber<br />

ocurrido en el centro hematopoyético de los individuos,<br />

en los peces teleósteos, el riñón cefálico es el principal<br />

d)<br />

e)<br />

f)<br />

Rotura<br />

cromosómica<br />

s<br />

Rotura<br />

cromosómica<br />

s<br />

Lesión en la secuencia<br />

centromérica o en las<br />

proteínas CEN-P<br />

s<br />

Lesión en la secuencia<br />

centromérica o en las<br />

proteínas CEN-P<br />

Figura 4. Mecanismos sobre el origen de nuclear buds y<br />

micronúcleos. Amarillo centrómero, verde telómeros.<br />

Origen inicial del daño genético en interfase, principalmente<br />

fase S. a) Amplificación génica, b) Inicios de apoptosis celular,<br />

c) Roturas cromosómicas que conducen la formación de<br />

puentes anafásicos con pérdida de fragmentos cromosómicos,<br />

posterior a una segunda rotura por efecto de la tracción<br />

durante la segregación cromosómica puede quedar rezagado<br />

el cromosoma y no ser incluido totalmente y en consecuencia<br />

la formación de buds, d) rotura cromosómica en interfase<br />

y la micronucleación después de la división celular del<br />

fragmento acéntrico rezagado, e y f) Alteración en la secuencia<br />

centromérica o a nivel de genes codificantes de proteínas CEN-<br />

P en interfase conducentes a la exclusión de una cromátida<br />

(e) o un cromosoma completo con sus dos cromátidas (f) y la<br />

micronucleación luego de la cariocinesis.<br />

órgano hematopoyético (39) . Una célula en fase S, es<br />

el blanco principal de cualquier agente genotóxico, por<br />

estar la cromatina descondensada para los procesos de<br />

replicación y transcripción.<br />

Se ha descrito una explicación del brotamiento nuclear<br />

(budding) por efecto de una hiperamplificación del DNA<br />

en la fase S (33-35) o por efecto de una respuesta fisiológica<br />

celular como consecuencia de una poliploidización que<br />

tiende a eliminar el exceso de DNA con la formación<br />

de buds, seguido de micronúcleos o minicélulas (Figura<br />

4a) (40) .<br />

55


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 51-58. Prieto Z. et al.<br />

Una hipótesis contraria se representa en la figura<br />

4b, con la formación de buds o micronúcleos como<br />

consecuencia de un proceso apoptósico ante el daño<br />

provocado por agentes genotóxicos. Existe evidencias de<br />

la hipodiploidización celular o disminución del contenido<br />

de DNA por efecto del cromo VI, cuyo mecanismo<br />

no está esclarecido, estudios en ratas muestran el<br />

contenido hipodiploide del DNA en las células después<br />

de la exposición al cromo VI y explican su origen debido<br />

a la fragmentación del DNA asociado con eventos de<br />

apoptosis (38) y en otras investigaciones se le atribuye<br />

a un mecanismo aneugénico (41) . En numerosas<br />

publicaciones se notifica el efecto apoptósico del cromo<br />

hexavalente (42-44) .<br />

Otros mecanismos, consideran que la formación<br />

de nuclear buds es resultado de roturas de puentes<br />

anáfasicos, o de cromosomas con migración retrasada<br />

que no son incluidos totalmente en el núcleo principal,<br />

propuestas representadas en la Fig.4c y que estarían<br />

sustentadas por la presencia de centrómero o teloméro<br />

positivo en los buds (27) .<br />

En relación con el proceso de micronucleación, el origen<br />

de micronúcleos en eritrocitos de sangre periférica,<br />

se debería a la ocurrencia de lesiones en el DNA<br />

principalmente en las células en interfase-S, por ejemplo<br />

(1) roturas en los brazos cromosómicos que conducirían<br />

a delecciones en el proceso anafásico, quedando<br />

rezagados fragmentos cromosómicos acéntricos con<br />

la consecuente formación de micronúcleos telómeros<br />

positivos (Figura 4c), (2) roturas cromosómicas en<br />

los telómeros conducirían a la formación de puentes<br />

cromosómicos durante la anafase-telofase que al<br />

producirse roturas generarían micronúcleos (Figura 4d),<br />

(3) cambios en las secuencias nucleótidicas de DNA<br />

centromérico o en las secuencias génicas de proteínas<br />

centroméricas y durante la migración cromosómica<br />

originarían cromosomas rezagados y micronúcleos de<br />

cromosomas enteros con una o dos cromátidas (Figuras<br />

4e y f), (4) alteraciones en las secuencias génicas<br />

de enzimas comprometidas con la condensación<br />

cromosómica produciendo cromosomas pegajosos que<br />

no facilitan una segregación cromosómica equitativa<br />

que podrían formar micronúcleos o minicélulas.<br />

Por otro lado, las lesiones que conducen a la<br />

micronucleación pueden ocurrir también durante la<br />

división celular, como resultado de la interacción de los<br />

metales con proteínas motor del citoesqueleto, como<br />

la tubulina y kinesina que conllevan a la formación de<br />

micronúcleos aneugénicos (45) .<br />

Los esquemas presentados se fundamentan en los<br />

estudios realizados por investigadores que explican<br />

los mecanismos de micronúcleación. Además de los<br />

citados anteriormente, los micronúcleos surgirían por<br />

amplificación génica y eliminados vía nuclear budding<br />

durante la fase S del ciclo celular (46) , así mismo,<br />

se sostiene que otra causa de micronucleación se<br />

debería a la hipometilación de la heterocromatina<br />

y el silenciamiento de genes comprometidos con la<br />

condenzación de la cromatina (47) . Otras contribuciones<br />

proponen que la mayoría de micronúcleos parecen<br />

ser derivadas de cromátidas rezagadas (48) . Cuando<br />

utilizaron el inductor 1-4 dioxane se registró<br />

aproximadamente el 90% de los micronúcleos CRESTnegativo<br />

indicando que los micronúcleos fueron<br />

formados a partir de roturas cromosómicas, en contraste<br />

a estos resultados, cuando el inductor fue vinblastine,<br />

la mayoría (80%) de eritrocitos micronucleados fueron<br />

CREST-positivo, los micronúcleos estarían formados<br />

por cromosomas completos (eventos aneugénicos) (49) .<br />

Resultados opuestos que indican efecto dependiente<br />

del tipo de genotóxico utilizado.<br />

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young CD-1 mice. Mutat Res. 2005; 586(1): 28-37.<br />

Correspondencia: Blga. Zulita Prieto. Laboratorio de Genética,<br />

Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Nacional de<br />

Trujillo. Trujillo, Perú.<br />

Dirección: Calle San Mateo 300, Dpto. 202, San Andrés, Trujillo.<br />

Teléfono: (51-44) 289075<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. artículo original<br />

EL CHACHO (ALCANZO, HAPIRUZQA), SÍNDROME CULTURAL<br />

ANDINO: CARACTERÍSTICAS Y TRATAMIENTO TRADICIONAL<br />

EN AYACUCHO, PERÚ<br />

Dante R. Culqui 1,4,a , Simy Reátegui 2,4,b , Omar V. Trujillo 3,4,a , Carol Zavaleta 1,c , Neptalí Cueva 1,b ,<br />

Luis A. Suárez-Ognio 3,5,a<br />

RESUMEN<br />

Objetivos. Conocer el cuadro clínico, formas de diagnóstico y tratamiento de los pacientes que presentan el síndrome<br />

conocido como chacho y cuál es su prevalencia sentida en cinco distritos de Ayacucho. Materiales y métodos. Estudio<br />

cuali-cuantitativo, que incluyó dos grupos de participantes, el primero (95) fueron pobladores o familiares de éstos,<br />

que alguna vez en su vida presentaron chacho, el segundo grupo (11) constituido por curanderos de cada comunidad.<br />

Resultados. El chacho (alcanzo, hapiruzqa en quechua), se considera como una enfermedad de origen mágico,<br />

caracterizada por presentar fiebre, malestar general, rechazo a algunos derivados lácteos y carne de chancho; en la<br />

mayoría de los pacientes se menciona el antecedente de descanso cercano a un cerro o dormir en el suelo (tierra). El<br />

tiempo de duración de la enfermedad fue menor de una semana en promedio y se evidenció que el tratamiento incluye,<br />

el consumo de gasolina, creso, kerosene, así como el pagapo (pago a la tierra). El consumo de medicamentos agrava la<br />

condición de salud del paciente. La prevalencia sentida varió entre 9,1 a 38,0 casos por mil habitantes y la mortalidad<br />

sentida entre 3,8 a 16,8 por diez mil habitantes. Conclusiones. El chacho es un síndrome cultural vigente, que debe<br />

ser reconocido y abordado por el personal de salud, brindándonos así la oportunidad, de armonizar los conocimientos<br />

ancestrales de la medicina tradicional con los biomédicos actuales.<br />

Palabras clave: Medicina tradicional; Negativa del paciente al tratamiento; Diversidad cultural; Peru (fuente: DeCS<br />

BIREME).<br />

Chacho (Alcanzo, Hapiruzqa), Andean cultural syndrome:<br />

frequency, characteristics and traditional treatments in<br />

Ayacucho, Peru.<br />

ABSTRACT<br />

Objectives. Knowing the clinical features, diagnose and treatment for patients with the syndrome mean as chacho and<br />

what is its perceived prevalence in five districts of Ayacucho (Peruvian Central Andes).Material and methods. Qualiquantitative<br />

study, which included two groups of participants, the first (95) were residents or relatives of those who have<br />

ever had in your life chacho, the second group (11) formed by traditional healers of every community. Resultados.<br />

Chacho (alcanzo, hapiruzqa in quechua), is regarded as a disease of magical origin, characterized by fever, malaise,<br />

rejection of some dairy products and pork, in most patients referred the antecedent of a to rest near hill or sleep on the<br />

floor (ground ). The duration of the disease was less than a week on average and it was shown that treatment includes the<br />

consumption of gasoline, creso (disinfectant), kerosene, as well as the pagapo (Andean ritual of payment to the ground).<br />

The consumption of drugs worsens the health condition of patients. Perceived prevalence ranged between 9.1 to 38.0<br />

cases per thousand people habitants, and perceived mortality from 3.8 to 16.8 per ten thousand habitants. Conclusions.<br />

Chacho is a present cutlural syndrome, which must be recognized and addressed by health personnel, thus giving them<br />

the opportunity to bring the ancestral knowledge of traditional medicine with the current biomedical.<br />

Key words: Traditional medicine; Treatment refusal; Cultural diversity; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

a<br />

Centro Nacional de Salud Intercultural, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

Hospital Central de la Policía Nacional del Perú “Luis N. Sáenz”, Ministerio del Interior. Lima, Perú.<br />

Dirección General de Epidemiología, Ministerio de Salud. Lima, Perú.<br />

Dirección Regional de Salud de Ayacucho, Ministerio de Salud. Ayacucho, Perú.<br />

Dirección Regional de Salud de Ica, Ministerio de Salud. Ica, Perú.<br />

Médico Epidemiólogo;<br />

b Médico General;<br />

c Médico especialista en control de enfermedades infecciosas y tropicales<br />

Estudio ejecutado con el apoyo técnico y financiero de la Dirección General de Epidemiología y la Dirección Regional de Salud de<br />

Ayacucho.<br />

Fecha de recepción: 26-01-08 Fecha de aceptación: 27-03-08<br />

59


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. Culqui DR et al.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Para estudiar los síndromes culturales, es necesario<br />

primero partir de la premisa: “…No existe ninguna<br />

cultura que pueda valorarse como norma de referencia<br />

general o patrón de referencia… y así poder hablar de<br />

un comportamiento culturalmente normal en una cultura<br />

y anormal en otra cultura…” (1) . Esto se encuentra<br />

relacionado con el relativismo cultural, en que cada<br />

grupo humano muestra sus propias manifestaciones<br />

culturales y sus particularidades, que lo diferencian de<br />

otro grupo.<br />

Existen varias dolencias que son reconocidas como<br />

síndromes culturales, tales como el susto; ampliamente<br />

difundido en Latinoamérica (2) , que ha sido estudiado<br />

en Perú en población Quechua y Aymara, y es<br />

denominado en Bolivia y Perú como mancharisqa (3) ;<br />

es conocido también como espanto en Ecuador (4) , y<br />

ha sido observado también en población Nahua de<br />

México (5) . Otro síndrome cultural identificado es el mal<br />

de ojo, reportado en diferentes partes del mundo como<br />

Argentina (6,7) , y Europa (España) (8) . El empacho ha sido<br />

descrito en Mexico (9) , Perú (10) y Cuba (11) ; así mismo<br />

el daño se ha estudiado en Perú, Bolivia, Ecuador, y<br />

Argentina (3) . Por la amplia difusión de estos síndromes,<br />

se cree que América Latina es un área modelo donde se<br />

puede investigar el origen, la transmisión y la difusión de<br />

las creencias y prácticas etnomédicas (12) .<br />

Por otro lado, los síndromes culturales según la<br />

definición de la psiquiatría transcultural, “…constituyen<br />

patrones recurrentes de comportamiento aberrante y<br />

de experiencias problematizadoras con una expresión<br />

geográfica específica que pueden estar no relacionadas<br />

con las categorías diagnósticas del Manual Diagnóstico<br />

y Estadístico de los Transtornos Mentales (DSM IV)” (13) ;<br />

sin embargo la Guía Latinoamericana de Diagnóstico<br />

Psiquiátrico (GLAP) concluye que la influencia<br />

racionalista de occidente no ha recogido en su totalidad<br />

otras formas de percibir la vida, la enfermedad y la<br />

muerte que existen en el imaginario latinoamericano,<br />

y que además de las expresiones ancestrales y las<br />

que están descritas en los manuales estadísticos<br />

como el DSM IV y la Clasificación Internacional de<br />

Enfermedades - Décima edición (CIE X), existen nuevos<br />

sufrimientos que no han sido completamente abordados<br />

(14) . Al respecto, nosotros creemos que las dolencias<br />

consideradas como síndromes culturales requieren un<br />

mayor estudio en el Perú.<br />

Si deseamos entender a los síndromes culturales<br />

probablemente debamos cruzar la línea que separa<br />

lo psiquiátrico y lo psicológico en la conceptualización<br />

biomédica (15) , pues quizá no sean suficientes dichos<br />

criterios para dar una explicación a estos síndromes<br />

como el chacho.<br />

La recomendación de la Organización Mundial de la<br />

Salud (OMS), es que muchos elementos de la medicina<br />

tradicional son beneficiosos y otros nocivos, razón por la<br />

que se debe proponer un estudio crítico y sin prejuicios<br />

de los temas relacionados con ella (16,17) . Acogiendo<br />

la recomendación de la OMS, nos propusimos iniciar<br />

una investigación cualitativa teniendo como objetivo<br />

determinar la prevalencia sentida, el cuadro clínico,<br />

formas de diagnóstico y tratamiento de los pacientes<br />

que presentan el síndrome conocido como chacho, que<br />

permitan sugerir algunas actividades de salud pública a<br />

fin de abordarla desde una perspectiva intercultural.<br />

El chacho es un síndrome que forma parte de los temas<br />

de estudio de la medicina tradicional; a pesar de estar<br />

muy difundido en el ámbito popular del departamento<br />

de Ayacucho, no se considera dentro de las causas<br />

de morbilidad y mortalidad en salud. Así mismo, en la<br />

búsqueda bibliográfica realizada, se encontró escasos<br />

reportes clínicos, que informan con detalle acerca<br />

de este síndrome según la nosología occidental; sin<br />

embargo, en el presente estudio se llegó a constatar<br />

mortalidad sentida por esta enfermedad tradicional; esto<br />

aunado a las creencias populares que la administración<br />

de medicamentos por parte del personal de salud podría<br />

causar que el paciente empeore el cuadro clínico, limita<br />

y retarda el tratamiento del paciente, lo que en algunos<br />

casos podría comprometer su salud.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

DISEÑO Y LUGAR DE ESTUDIO<br />

Se realizó un estudio cuali cuantitativo en el<br />

departamento de Ayacucho, Perú entre junio y julio del<br />

2003. Ayacucho esta ubicado en la sierra central del Perú;<br />

71% de su población es quechua hablante y durante<br />

las últimas décadas fue víctima de la violencia política,<br />

lo que generó disminución de la población y una gran<br />

migración hacia otras regiones, principalmente Lima 18 .<br />

Se trabajó en centros poblados rurales de cinco distritos<br />

Santiago de Pischa, San José de Ticllas, Vinchos, Socos<br />

(Provincia de Huamanga) y Pampa Cangallo (Provincia<br />

de Cangallo); el acceso a estos centros poblados era por<br />

carretera o trocha a más de tres horas de distancia de<br />

Huamanga (capital de Ayacucho).<br />

POBLACIÓN DE ESTUDIO<br />

Se incluyó dos grupos de participantes, en el primero<br />

fueron pobladores o familiares de éstos, que alguna vez<br />

60


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. El chacho<br />

en su vida presentaron chacho, el método de selección<br />

fue por bola de nieve (Es decir que cada paciente nos<br />

notificaba de otro caso, hasta completar el número de<br />

pacientes con el antecedente de chacho en el centro<br />

poblado). El segundo grupo estuvo constituido por todos<br />

los curanderos reconocidos de cada centro poblado.<br />

RECOLECCIÓN DE DATOS<br />

Se elaboró un cuestionario semiestructurado que fue<br />

validado en un piloto con diez pacientes (o familiares)<br />

que acudieron al Hospital de Huamanga refiriendo<br />

tener o haber tenido “chacho”. Este cuestionario<br />

incluía preguntas cerradas sobre las características<br />

demográficas, y preguntas abiertas sobre la clínica y<br />

formas de tratamiento relacionadas con el chacho.<br />

Las entrevistas estuvieron a cargo de cinco médicos,<br />

de los cuales uno era quechuahablante todos fueron<br />

capacitados en criterios para entrevistas cualitativas por<br />

una antropóloga especialista en el tema. Se explicó el<br />

motivo del estudio a los participantes y quienes estuvieron<br />

de acuerdo firmaron el consentimiento informado, luego<br />

de lo cual se procedió a la entrevista. Los datos fueron<br />

registrados manualmente por los investigadores, porque<br />

no se obtuvo el permiso de los participantes para grabar<br />

las conversaciones.<br />

En las entrevistas a los curanderos, se recogió<br />

adicionalmente, información sobre el número de casos<br />

que identificaron durante el año 2002, así como las<br />

personas que fallecieron por chacho en ese periodo;<br />

así mismo se identificó el área de influencia de cada<br />

curandero y se obtuvo la cantidad de población de esas<br />

áreas.<br />

ANÁLISIS DE DATOS<br />

Se realizó el control de calidad de la información, a fin<br />

de eliminar todas las incongruencias posibles. Se realizó<br />

el análisis de información a partir de los datos extraídos<br />

de la entrevista, utilizando para ello las notas de campo,<br />

se revisaron los signos y síntomas consignados y fueron<br />

agrupados en síndromes de acuerdo a la opinión de los<br />

investigadores. Se calculó la prevalencia sentida y la<br />

mortalidad sentida del último año (2002) (18,19) a partir<br />

de los casos y áreas de influencia de los curanderos,<br />

usando el programa SPSS v15.0.<br />

RESULTADOS<br />

Se entrevistó a 95 pobladores y 11 curanderos. De la<br />

información recogida en el trabajo de campo se ha<br />

evidenciado, que este síndrome cultural se ha reportado<br />

Departamento de estudio<br />

Departamentos donde se<br />

reportó Chacho<br />

Figura 1. Departamentos donde se ha reportado chacho, Perú<br />

2003.*<br />

* Información obtenida por la experiencia de los investigadores<br />

y consultas a otros médicos que laboran en diversas zonas del<br />

Perú.<br />

en los departamentos de Cusco, Huancavelica, Apurímac<br />

y Ayacucho (Figura 1), sin embargo el estudio solo se<br />

realizó en el departamento de Ayacucho.<br />

¿QUÉ ES EL CHACHO?<br />

En Ayacucho, el chacho (Alcanzo, Hapiruzqa en<br />

quechua), se considera como una enfermedad de origen<br />

mágico; así se plantean algunas teorías acerca de su<br />

origen, entre ellas, que se produce por las emanaciones<br />

que despiden los cerros que son imperceptibles<br />

visualmente, pero sí se perciben como energías. Se<br />

dice que cuando una persona, principalmente niño<br />

o mujer pasan, se cae o descansa sobre el cerro, las<br />

emanaciones de este cerro lo alcanzan y producen una<br />

enfermedad cuya sintomatología es muy variada, por<br />

eso algunos lo denominan también “alcanzo”.<br />

“Es generalmente el espíritu del Apu de los cerros el<br />

que alcanza a la persona, si es varón lo coge un cerro<br />

hembra si es mujer y bonita lo coge un cerro macho, los<br />

cerros machos son aquellos que tienen pura piedra allí<br />

solo crece la tuna, los cerros hembras tienen pura tierra.”<br />

(Poblador entrevistado)<br />

¿CÓMO SE PRESENTA?<br />

El chacho se presenta con diversas características,<br />

como dolor en el lugar de la caída, sensación de alza<br />

61


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. Culqui DR et al.<br />

térmica que va progresando y generalizándose por todo<br />

el organismo, acompañada de una serie de síntomas<br />

que no delimitan un patrón común.<br />

Los síntomas se presentan con mayor frecuencia a<br />

partir de las 12 del mediodía en adelante; así mismo la<br />

mayoría de los pacientes y familiares coincidieron que el<br />

principal síndrome secundario es el síndrome febril (52<br />

de 95). El síndrome febril se presentó en 24 pacientes<br />

del grupo de uno a diez años y 12 pacientes en el grupo<br />

de once a veinte años.<br />

En el tiempo de duración, se evidenció que la mayoría<br />

presentó cuadros menores de una semana y de una a<br />

dos semanas, lo que hacen 50 de 95 casos menores de<br />

dos semanas (Tabla 1). En el grupo de 1 a 10 años el<br />

síndrome más frecuente fue el síndrome diarreico.<br />

EVOLUCIÓN Y TRATAMIENTO<br />

Se ha observado que los síntomas se incrementan al<br />

consumir lo que se conoce como “contra” que constituyen<br />

un conjunto de alimentos, entre ellos, carne de<br />

Tabla 1. Características clínicas del chacho según<br />

pacientes (n=95) y curanderos (n=11), Ayacucho 2003.<br />

Pacientes y familiares n Curanderos n<br />

Síndromes principales<br />

Primer síntoma presentado<br />

Sd. doloroso<br />

generalizado<br />

23 Dolor articular 3<br />

Sd. doloroso articular 17<br />

Sensación de alza<br />

térmica<br />

2<br />

Sd. doloroso abdominal 12 Cefalea 2<br />

Sd. diarreico 10 Diarrea 1<br />

Sd. edematoso 6 Dolor abdominal 1<br />

Sd. parenquimal d/c<br />

neumonía<br />

3 Otro síntoma 2<br />

Sd. ansioso 2<br />

Sd. anémico 2<br />

Sd. pruriginoso 2<br />

Sd. emético 2<br />

Otros 16<br />

Duración<br />

Duración<br />

≤ una semana 39 ≤ una semana 7<br />

1-4 semanas 26 1-4 semanas 2<br />

1-4 meses 12 1-4 meses 1<br />

5-12 meses 8 5-12 meses 0<br />

>1 año 10 >1 año 1<br />

Momento en que se presentan los síntomas<br />

A partir de las 12<br />

mediodía<br />

50<br />

A partir de las 12<br />

mediodía<br />

7<br />

Por la noche 20 Por la noche 2<br />

Todo el día 20 Todo el día 2<br />

Por la mañana 5 Por la mañana 0<br />

cerdo, carnes rojas y leche, que empeoran el cuadro; otra<br />

sustancia considerada como ‘contra’ son las medicinas<br />

específicamente “las inyecciones” sean estás, intramusculares,<br />

subcutáneas o endovenosas. Para disminuir los<br />

síntomas se recurre al consumo de una cucharadita de<br />

gasolina, creso, kerosene, y algunas hierbas no especificadas,<br />

que se refieren sólo como sintomáticos, puesto<br />

que el tratamiento específico y definitivo según las versiones<br />

de los pobladores es el pagapo.<br />

El pagapo es el pago a la tierra, que consiste en una<br />

ofrenda de diferentes sustancias, flores, alimentos, a<br />

veces incluyen frutos, etc; en el caso del pagapo descrito<br />

en el chacho, éste es condicionado por la visión previa<br />

del curandero, quien luego de evaluar a través de la<br />

coca u otra forma de consulta, determina qué es lo que<br />

la tierra ha solicitado y propone con qué se va a llevar<br />

acabo el pagapo.<br />

En el caso de los curanderos coinciden en que todos<br />

los pacientes responden al tratamiento con el pagapo,<br />

que no incluye consumo de alguna sustancia por parte<br />

del paciente, sino como ya mencionamos una ofrenda<br />

a la tierra a través de lo que ella solicite: “…A veces la<br />

tierra pide sangre de cabeza de chivo; u otro regalo eso<br />

depende…” (Curandero entrevistado) (Tabla 2).<br />

Más de la mitad de los pacientes, no obstante los<br />

síntomas y el cuadro que presentaban, no permitieron<br />

la administración de medicamentos. Al respecto<br />

diez pacientes afirmaron que el uso de medicinas<br />

incrementaba sus síntomas; así también, en el caso<br />

de los once pacientes fallecidos: ocho recibieron<br />

medicamentos y solo tres no lo recibieron. Según los<br />

curanderos: “…si toma medicamento fijo, fijo, se va a<br />

morir…yo he visto el caso de una niña que ha ido a<br />

la posta y luego poco a poco va perdiendo su fuerza<br />

hasta que se muere, eso no es para el médico es<br />

para nosotros” (Curandero entrevistado). Debemos<br />

mencionar que los once curanderos entrevistados,<br />

coincidieron en que los medicamentos son peligrosos<br />

para este síndrome y pueden comprometer la vida<br />

del paciente. Los tratamientos incluyen prácticas que<br />

podrían ser consideradas como peligrosas para la vida<br />

del paciente: por ejemplo, a un bebe de cuatro meses se<br />

le dio de beber excremento de vaca con vino y gasolina<br />

luego de tenerlo abrigado entre los intestinos de la vaca,<br />

conservándose el paciente con vida. Otro tratamiento<br />

descrito es el que consiste en beber orina fermentada,<br />

así mismo también se ha reportado el tratamiento que<br />

consiste en acumular orina fermentada de varios días e<br />

introducir en ella un fierro caliente: “El fiero debe estar<br />

al rojo vivo” (Curandero entrevistado) y con el preparado<br />

realizar vaporizaciones, situación que calma algunos<br />

síntomas.<br />

62


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. El chacho<br />

Tabla 2. Principales tratamientos o situaciones<br />

relacionadas que alivian o incrementan los síntomas del<br />

chacho según pacientes (n=95) y curanderos (n=11),<br />

Ayacucho 2003.<br />

Pacientes y familiares n Curanderos n<br />

¿Con que calmaban los síntomas?<br />

Hierbas 19 Hierbas 4<br />

Medicamentos 13 Kerosene 3<br />

Pagapo 11 Pagapo 3<br />

Reposo 7 Pasada de cuy 1<br />

Kerosene 5<br />

Pasada de cuy 5<br />

Gasolina 4<br />

Creso 1<br />

No calmaban 16<br />

Otros 14<br />

¿Con qué incrementaban los síntomas?<br />

Contra (comidas) 24 Contra (comidas) 7<br />

Deambulación 15 Con el uso de medicinas 1<br />

Con el pasar del día 12 Con el frío 1<br />

Con el uso de medicinas 10 No refiere 2<br />

Con el frío 4<br />

No refiere 30<br />

DISTRIBUCIÓN Y FRECUENCIA<br />

Se ha identificado que el mayor número de pacientes<br />

se ubica en el grupo de 1 a 20 años (62/95); de este<br />

grupo el mayor número lo conforman los pacientes de<br />

1 a 10 años (34/95), en el grupo de 31 a 40 años se<br />

encontró un menor número de pacientes (16/95). Del<br />

total evaluado, la mayoría fue varones (51/95). La mayor<br />

prevalencia sentida se encontró en el distrito de Tícllas,<br />

así mismo se ha identificado que la mortalidad sentida<br />

para el año 2002 en tal distrito llega a 16,8 por diez mil<br />

habitantes (Tabla 3).<br />

DISCUSIÓN<br />

Se ha evidenciado que en el último decenio ha renacido<br />

en todo el mundo el interés por la medicina tradicional<br />

y la atención que se le presta (20) , esto probablemente<br />

debido entre otras razones, a que se ha observado un<br />

considerable número de pacientes que acuden a la<br />

atención clínica y no comentan a sus médicos de las<br />

prácticas de medicina tradicional a las que se someten<br />

(21) , es decir hacen uso de los servicios tradicionales<br />

antes de asistir a la consulta médica; así por ejemplo: se<br />

estima que en los países latinoamericanos más del 50%<br />

de la población sigue atendiéndose y percibiendo sus<br />

problemas de salud de acuerdo con los patrones de su<br />

Tabla 3. Prevalencia y mortalidad sentida del chacho<br />

según las atenciones de los curanderos. Ayacucho<br />

2002.<br />

Centro poblado<br />

Prevalencia<br />

sentida<br />

x 1000 hab<br />

Mortalidad<br />

sentida<br />

x 10 000 hab<br />

Ccayarpachi 13,0 8,4<br />

Tícllas 38,0 16,8<br />

Luyanta 9,1 8,9<br />

Paccha 32,0 3,8<br />

Pampa Cangallo 14,0 3,9<br />

medicina tradicional (22) ; es por ello que consideramos<br />

que aunque en la bibliografía médica peruana no es<br />

muy común la referencia a estos tópicos y mucho menos<br />

referencia a los síndromes culturales, dichos temas<br />

constituyen temas de importancia en la salud pública de<br />

nuestro país.<br />

El chacho forma parte de aquellos síndromes culturales a<br />

los que la ciencia médica no ha alcanzado a comprender<br />

en su real magnitud, y para los que la medicina tradicional,<br />

podría ensayar algunas respuestas. La evidencia<br />

recogida demuestra la vigencia de un síndrome cultural<br />

denominado chacho en el departamento de Ayacucho,<br />

en el que sus formas diagnósticas y terapéuticas son<br />

reconocidas por el conocimiento popular.<br />

A pesar de existir escasa bibliografía publicada acerca<br />

del chacho, se ha evidenciado que es un síndrome<br />

prevalente en jóvenes adultos varones a diferencia del<br />

mal de ojo que según mencionan: “… puede darle a todo<br />

el mundo” (7) , es decir a todos los grupos etáreos y a<br />

ambos sexos.<br />

En Argentina se ha identificado que el perfil del usuario<br />

de medicina alternativa es un paciente mujer, menor<br />

de 45 años y con nivel de educación desde superior a<br />

secundaria completa (20) , a diferencia de nuestro estudio<br />

donde la prevalencia fue mayor en varones.<br />

Debemos mencionar, que es la primera vez que se hace<br />

referencia a la mortalidad sentida en función a síndromes<br />

culturales, encontrándose niveles importantes de<br />

mortalidad en el distrito de Tícllas, en el que la mortalidad<br />

sentida llegó a 16,8*100 000 habitantes; y la prevalencia<br />

sentida llegó a 38 por mil habitantes. Es importante<br />

conocer que los indicadores: morbilidad sentida y la<br />

mortalidad sentida son conceptualizados como la<br />

morbilidad y mortalidad percibida por la gente, no tienen<br />

relación con las estadísticas existentes sino con lo que<br />

es observado por la población y dichos indicadores son<br />

atribuidos desde el punto de vista de creencia popular,<br />

pues no existe evidencia suficiente para demostrar que<br />

efectivamente, fue el chacho causa del estado mórbido<br />

63


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. Culqui DR et al.<br />

o la causa básica de muerte del paciente, pero sí nos<br />

deja la evidencia de cuan profunda es la creencia acerca<br />

de este síndrome en la población.<br />

En cuanto al cuadro clínico de los síndromes culturales<br />

en general se ha evidenciado que el conjunto de<br />

síndromes reportados no registran un patrón común,<br />

Así se ha observado por ejemplo, en algunos síndromes<br />

culturales como el mal de ojo (7) , el susto y los nervios<br />

en Guatemala (23) o el empacho en Cuba (10) ; que si bien<br />

es cierto, se observan algunos síntomas predominantes<br />

en estás afecciones, el cuadro clínico es muy variado.<br />

En el caso del chacho, el síntoma predominante es la<br />

fiebre producida a partir del medio día, dicho síntoma<br />

acompañado de la reacción ante “la contra” (sustancias<br />

que empeoran el cuadro clínico como la carne de chancho,<br />

el queso, la leche, medicinas, inyecciones) sugerirían<br />

el diagnóstico de este síndrome. La descripción de un<br />

cuadro que suele durar una semana en la mayoría de<br />

los casos, hace coincidir con algunos investigadores en<br />

que: “…Los signos y síntomas que describen el cuadro<br />

clínico de un síndrome cultural rara vez encajan dentro<br />

de los cuadros conocidos por la medicina científica y<br />

mucho menos en el diagnóstico y tratamiento” (24) . Esto<br />

contribuye también a que sea difícil de entender para el<br />

personal de salud.<br />

Es importante mencionar, que el hecho de haber sido<br />

diagnosticado de chacho, hace que el paciente a veces<br />

apoyado por sus familiares, no acuda al centro de salud,<br />

pues la medicina es considerada también como contra<br />

(especialmente las inyecciones), y en algunos casos la<br />

relacionan con la muerte del paciente; de esta manera,<br />

se retarda el acceso a la atención de salud. Si por<br />

ejemplo nos planteamos que en alguna oportunidad,<br />

la molestia por la que un paciente acude al servicio es<br />

mal diagnosticada por el curandero como chacho, si el<br />

paciente conserva la actitud de rechazo de medicinas,<br />

podría generar gravedad del paciente y si el caso<br />

terminaría en un desenlace fatal (muerte), finalmente se<br />

le atribuiría al chacho la mortalidad<br />

En el caso contrario, si la molestia por la que acuden a<br />

los servicios de salud es diagnosticada por el curandero<br />

correctamente como chacho, y el médico toma la<br />

decisión de administrar medicamentos al paciente; si<br />

el desenlace fuera fatal, esta muerte se le atribuiría<br />

al médico; incluso podría ser considerada como<br />

una negligencia por los familiares. En este contexto<br />

consideramos importante una mejor comunicación entre<br />

los agentes tradicionales o curanderos y el personal de<br />

salud, pues se ha demostrado que en los lugares donde<br />

se ha mejorado esta relación, los resultados finales<br />

contribuyen a mejorar el proceso salud enfermedad, lo<br />

que deriva en menor mortalidad (25) .<br />

Desde este punto de vista consideramos que se debe<br />

evaluar la posibilidad de implementar las referencias<br />

y contrarrefencia entre médicos y curanderos con<br />

la finalidad de mejorar las condiciones de salud del<br />

paciente.<br />

Cuando se explora los tratamientos en los síndromes<br />

culturales, se ha evidenciado que en algunos casos; el<br />

tratamiento farmacológico no contribuye a la mejoría del<br />

paciente, como en el caso reportado en Colombia de<br />

un aparente síndrome conversivo colectivo atribuido a<br />

cambios culturales en indígenas, que revierte solo con<br />

el tratamiento del curandero y no con las medicinas<br />

utilizadas (26) , en el caso del chacho se describe el uso<br />

de algunas sustancias como creso, gasolina, kerosene,<br />

en dosis pequeñas (una cucharadita) para disminuir los<br />

síntomas, al respecto se ha reportado que para algunos<br />

síndromes culturales como en el caso del empacho se<br />

ha usado aceite de cocina y sustancias que contienen<br />

plomo, con la finalidad de disminuir los síntomas (27) .<br />

Otro tratamiento observado con mayor frecuencia, es<br />

el uso del pagapo (pago a la tierra), el cuál no implica<br />

la administración de medicina al paciente y bien podría<br />

ser usado previamente a la evaluación de un clínico, de<br />

sospecharse en una enfermedad diferente al chacho<br />

que podría poner en peligro la vida del paciente.<br />

Los investigadores consideramos importante que en<br />

zonas donde es frecuente la presencia de este síndrome<br />

cultural; el médico, primero conozca las características<br />

del síndrome, identifique las formas de tratamiento y<br />

contribuya a una interacción entre la medicina tradicional<br />

y la medicina convencional con la finalidad de llevar a un<br />

mejor resultado, la dolencia del paciente.<br />

Un tema importante radica, en la dificultad de acceso<br />

oportuno a los servicios de salud, debido a que este<br />

síndrome cultural no es socialmente aceptado, por la<br />

mayoría del personal de salud, por lo que el trabajo en<br />

información del personal de salud debe ser permanente<br />

y sostenido no solo con el con el conocimiento acerca<br />

de este síndrome cultural, sino en otros síndromes que<br />

existen en zonas de selva y costa.<br />

Somos concientes de la importancia de estudiar estos<br />

síndromes, conocerlos y describirlos más ampliamente,<br />

e identificar ¿si es una enfermedad que podría ingresar<br />

dentro de las clasificaciones existentes como el CIEX,<br />

DSMV, GLADP?, pero también, es importante, considerar<br />

que el chacho es un síndrome cultural vigente, que debe<br />

ser reconocido y abordado como tal por el personal de<br />

salud, en los lugares donde existe; y lejos de llevarnos<br />

a discrepar con los curanderos nos debe brindar la<br />

oportunidad, de armonizar los conocimientos ancestrales<br />

64


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 59-65. El chacho<br />

de la medicina tradicional con los biomédicos actuales,<br />

y de esta forma apartarnos de una medicina que hasta<br />

el momento en algunos lugares se comporta según<br />

un modelo hegemónico (28) ; distanciándose algunas<br />

veces de la medicina tradicional, tratando de solucionar<br />

algunos problemas a los que la población ya ha<br />

encontrado una respuesta, por ello es importante que se<br />

evalúen acciones de salud pública que aborden desde<br />

una perspectiva intercultural la relación entre el médico<br />

y el curandero, buscando puntos de coincidencia entre<br />

ambos tipos de tratamientos el ancestral y el actual,<br />

con la finalidad de garantizar que el paciente reciba una<br />

mejor calidad de atención y se garantice el bienestar<br />

del paciente, pero desde una política de respeto de sus<br />

creencias y costumbres.<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

Al Dr. Percy Mayta-Tristán, al antropólogo Javier Romero<br />

Cahuana y al antropólogo Julio Portocarrero por sus aportes<br />

en la revisión del presente artículo. Así como al Dr. José C.<br />

Cárdenas Bendezú y a la Dra. Teresa Campos, por su apoyo en<br />

la recolección de información.<br />

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Correspondencia: Dr. Dante R. Culqui Lévano, Centro Nacional de<br />

Salud Intercultural, Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

Dirección: Cápac Yupanqui 1400, Lima 11.<br />

Teléfono: (511) 471-9920<br />

Correo electrónico: dculqui@ins.gob.pe ; danteroger@hotmail.com<br />

65


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73.<br />

artículo original<br />

TRASTORNO DE estrés AGUDO Y EPISODIO DEPRESIVO<br />

MAYOR EN VÍCTIMAS DE UNA INUNDACIÓN en TINGO MARíA:<br />

PREVALENCIA y efectos de su desplazamiento a un<br />

albergue.<br />

Yliana Rojas-Medina 1,a , Jeannette Avila Vargas Machuca 2,b , Omar V. Trujillo 3,c<br />

RESUMEN<br />

Objetivos. Determinar la prevalencia del trastorno de estrés agudo (TEA) y comorbilidad con episodio depresivo mayor<br />

(TEA+EDM) en víctimas de la inundación de la ciudad Tingo María-Huánuco, 20 días después del evento traumático.<br />

Materiales y métodos. Ciento veinte damnificados (personas del albergue) y 110 afectados (personas en sus viviendas)<br />

fueron encuestados y comparados. Se aplicó la entrevista clínica estructurada para los trastornos del Eje I del DSM-IV,<br />

versión clínica. Las prevalencias de los trastornos estudiados fueron estratificadas por edad, ser mujer, tener una pareja<br />

al tiempo de ocurrencia del desastre, estar desempleado cuando ocurrió el desastre, no hablar castellano y tener un<br />

nivel de instrucción bajo. Los datos fueron analizados en STATA v.8.0. Resultados. El 64,8% (IC95%: 58,6 -71,0) de<br />

la población estudiada fue diagnosticada con TEA y un 28,3% (IC95%: 22,4 - 34,1) tuvo TEA+EDM. Los damnificados<br />

mostraron prevalencias mayores de TEA, 80%, frente a 48,2% en los afectados (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Estrés agudo y depresión en víctimas de una inundación<br />

INTRODUCCIÓN<br />

En la madrugada del martes 26 de diciembre 2006,<br />

como consecuencia de precipitaciones pluviales<br />

intensas, se produjeron inundaciones por el desborde<br />

del río Huallaga y algunos tributarios (ríos Tulumayo,<br />

Tigre y Marona), afectando diversas localidades del<br />

departamento de Huánuco, principalmente aquellas<br />

ubicadas en las zonas ribereñas de la ciudad de Tingo<br />

María. La destrucción ocasionada por las inundaciones<br />

comprendió viviendas, carreteras, zonas agrícolas y<br />

obras de infraestructura.<br />

Según datos del Instituto de Defensa Nacional del Perú<br />

el total de personas damnificadas en el departamento<br />

Huánuco fueron 3 058 y afectadas 8 947; de éstas<br />

personas 715 damnificados y 4 500 afectados fueron<br />

procedentes de Tingo María. En esta ciudad los sectores<br />

12, 13 y 14 de la comunidad Brisas del Huallaga<br />

prácticamente desaparecieron al ser arrasadas por<br />

el desborde del río, dejando a la intemperie casi un<br />

centenar de familias, entre ellas la comunidad nativa<br />

Shipibo Conibo. Un total de 409 damnificados fueron<br />

trasladados a un albergue temporal, permaneciendo allí<br />

por dos meses.<br />

La salud mental es uno de los aspectos más importantes<br />

en el proceso de atención en una intervención sanitaria a<br />

las poblaciones afectadas por un desastre. Las catástrofes<br />

naturales, como esta inundación, pueden tener impacto<br />

en la salud mental de la población, que requieren de<br />

una evaluación y tratamiento adecuado para evitar<br />

las secuelas a mediano y largo plazo en la capacidad<br />

funcional y en la calidad de vida de estas personas.<br />

La realización de estudios epidemiológicos sobre las<br />

consecuencias psicológicas postraumáticas se justifica<br />

para cuantificar los riesgos de desordenes psicológicos<br />

en función de distintos tipos de catástrofes colectivas,<br />

mejorar los conocimientos y determinar los factores de<br />

vulnerabilidad individual (1) .<br />

Entre estas consecuencias tenemos el estrés<br />

postraumático, su frecuencia tras catástrofes naturales<br />

puede alcanzar un 50% en los grupos más expuestos,<br />

los desórdenes depresivos acompañan este trastorno o<br />

pueden ocurrir independientemente (2) . Estos trastornos<br />

mentales pueden verse exagerados cuando la población<br />

es desplazada de su hábitat hacia lugares albergues<br />

temporales, lo que conlleva a ver alterado su sentido de<br />

identidad y pertenencia (3) .<br />

Las personas que sobreviven a un desastre natural suelen<br />

reportar síntomas de pánico durante el evento traumático<br />

e incluso después. Las enfermedades psíquicas más<br />

observadas son de tipo depresivo y de ansiedad, así como<br />

los trastornos por estrés (4) . Los diagnósticos frecuentes<br />

son el trastorno por estrés agudo (TEA) y trastorno de<br />

estrés postraumático (TEPT), los que son identificados<br />

con criterios internacionales estanda-rizados vigentes<br />

del DSM-IV (5) y de la CIE-10 (6) .<br />

El TEA es una reacción que empieza entre dos días y<br />

un mes después del evento traumático, y puede durar<br />

algunos días hasta cuatro semanas. Los individuos<br />

pueden presentar cinco grupos de síntomas: (a)<br />

disociativos, caracterizado por presentar al menos<br />

tres de los siguientes signos y síntomas: sensación<br />

de desapego, ausencia de reactividad emocional,<br />

reducción de la conciencia del entorno, desrealización,<br />

despersonalización o amnesia disociativa; (b) intrusos,<br />

el evento traumático es revivido persistentemente<br />

a modo de evocaciones recurrentes, imágenes,<br />

episodios de flash backs, etc; (c) evitativos, la<br />

persona presenta una conducta notable de evitación<br />

de los estímulos que pueden evocar el trauma como<br />

lugares, personas, etc; (d) ansiedad, como dificultad<br />

para dormirse, pobre concentración, hipervigilancia,<br />

una respuesta de sobresalto exagerado e inquietud<br />

motora; y (e) deterioro de la capacidad funcional,<br />

de tal manera que los síntomas pueden causar<br />

malestar o sufrimiento clínicamente significativo, que<br />

interfiere con el funcionamiento normal o compromete<br />

la capacidad para el desempeño de las actividades<br />

habituales.<br />

Cuando los síntomas se prolongan por más de un mes<br />

hasta los tres meses es conocido como TEPT y se<br />

considera que es crónico si dura más de este tiempo (5,6) .<br />

Las personas que pueden sufrir crónicamente síntomas<br />

de TEPT son aquellas que experimentan un impacto<br />

importante en el momento del trauma (7) .<br />

En el TEA puede presentarse otros síntomas, lo<br />

suficientemente graves y persistentes como para<br />

cumplir con los criterios de un episodio depresivo mayor<br />

(EDM). El EDM es caracterizado por la presencia de<br />

ánimo depresivo o pérdida del interés por hacer las<br />

cosas que habitualmente le gustaba, por un periodo<br />

de al menos dos semanas. Además, debe tener cuatro<br />

o más de los siguientes síntomas o signos: pérdida<br />

importante de peso sin hacer dieta o aumento de<br />

peso, presentar casi a diario insomnio o hipersomnia,<br />

agitación o enlentecimiento psicomotores, fatiga o<br />

pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o de culpa<br />

excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes),<br />

disminución de la capacidad para pensar o concentrarse,<br />

o indecisión, o pensamientos recurrentes de muerte (no<br />

sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin<br />

un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan<br />

específico para suicidarse.<br />

67


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Ávila J et al.<br />

Nuestro objetivo fue identificar la prevalencia de TEA<br />

y EDM en víctimas de la inundación de Tingo María,<br />

diferenciamos las prevalencias entre desplazados al<br />

albergue (damnificados) y personas de la comunidad<br />

(afectados), pues creemos que la población del albergue<br />

tiene prevalencias más elevadas de éstos trastornos<br />

mentales agudos que quienes aún continúan residiendo<br />

en sus viviendas.<br />

MATERIALES Y MÉTODOS<br />

TIPO DE ESTUDIO<br />

Se realizó un estudio observacional, de diseño<br />

transversal, en la ciudad de Tingo María, departamento<br />

Huánuco, 20 días después de ocurrido el desastre.<br />

ÁREA DE ESTUDIO<br />

La ciudad de Tingo María es la capital de la provincia<br />

Leoncio Prado, se encuentra ubicada en la parte Nor-<br />

Oeste del departamento de Huánuco y a la margen<br />

derecha del río Huallaga. Cuenta con clima cálido y<br />

húmedo (tropical), temperatura promedio de 24 ºC y los<br />

meses de precipitación pluvial con mayor frecuencia son<br />

de diciembre hasta abril. Su población estimada para el<br />

año 2007 fue de 55 mil habitantes.<br />

Un total de 26 localidades fueron afectadas en Tingo<br />

María. Resultaron más dañadas aquellas viviendas<br />

ubicadas en las localidades asentadas en las riberas y<br />

antiguo cauce del río Huallaga, situación ocasionada por<br />

el fenómeno de migración de los pobladores desde la las<br />

zonas rurales hacia la ciudad; el sector más afectado fue<br />

el denominado “Brisas del Huallaga”.<br />

La población damnificada que necesitaba ser derivada<br />

a un albergue temporal se ubicó en un colegio de nivel<br />

secundario, fue distribuida en 13 aulas, un promedio 31<br />

personas por aula, con un rango de 6 a 49 personas<br />

por aula. Se alimentaron de olla común y los servicios<br />

básicos fueron adecuadamente suministrados.<br />

POBLACIÓN<br />

Se incluyó todas las personas víctimas de la inundación<br />

que antes del desastre residían en el sector Las Brisas<br />

del Huallaga (Comités 9, 12, 13 y 14), Comunidad<br />

Nativa Soibiri, además de los asentamientos humanos<br />

aledaños: Aguas Verdes, Villa Potokar, La Libertad y 30<br />

de enero.<br />

Estas personas fueron identificadas en dos lugares<br />

diferentes dependiendo de su condición de víctima. Los<br />

damnificados, es decir aquellas personas que tuvieron<br />

que dejar su vivienda por estar destruidas, fueron<br />

identificados en el albergue; procedían principalmente<br />

de los Comités 12, 13, 14, Comunidad Nativa y de<br />

algunas viviendas que estuvieron ubicadas en Aguas<br />

Verdes, La Libertad y lo que quedó de Comité 9. Los<br />

afectados, aquellas personas que aún podían continuar<br />

habitando en su vivienda, aún cuando en muchas de<br />

éstas los servicios básicos fueron interrumpidos, fueron<br />

identificadas en sus viviendas (asentamientos humanos<br />

Aguas Verdes, Villa Potokar, La Libertad, 30 de enero y<br />

Comité 9).<br />

RECOLECCIÓN DE DATOS<br />

Se enroló a las personas de 18 años a más que aceptaron<br />

participar previa firma del consentimiento informado.<br />

Para encuestar a los damnificados se dispuso de la<br />

lista de personas albergadas de acuerdo a pabellones<br />

y aulas, esta lista era utilizada por el personal de salud<br />

destinado a brindar atención y realizar la vigilancia<br />

epidemiológica de daños frecuentes postdesastre. Se<br />

enroló a todas las personas presentes al momento de<br />

la aplicación de la encuesta, la cual se realizó durante<br />

cuatro días, desde las 17.00 a las 22.00 horas, a fin de<br />

incluir el mayor número posible de sujetos, teniendo en<br />

consideración que muchos de ellos salen a trabajar en<br />

la ciudad o fuera de ésta.<br />

En cuanto a los afectados, se visitó todas las viviendas<br />

habitadas de las localidades seleccionadas desde las<br />

8.00 hasta la 13.00 horas, se encuestó a un adulto por<br />

familia. Un total de cuatro días fueron empleados para<br />

desarrollar esta actividad. El trabajo de campo se realizó<br />

desde el 15 al 19 de enero de 2007.<br />

Se utilizó un cuestionario para identificar las<br />

características sociodemográficas de los participantes<br />

(edad, sexo, estado civil, situación laboral, nivel de<br />

instrucción, idioma, lugar de procedencia y tiempo<br />

de permanencia en el albergue (sólo en el caso de<br />

personas damnificadas). Para diagnosticar el Trastorno<br />

de Estrés Agudo (TEA) y Episodio Depresivo Mayor<br />

(EDM) se aplicó la entrevista clínica estructurada para<br />

los transtornos del eje I del DSM-IV versión clínica (4) .<br />

El cuestionario para TEA, según cinco criterios, fue<br />

valorado de la siguiente manera:<br />

A: La persona ha estado expuesta a un acontecimiento<br />

traumático, 1 y 2 positivo.<br />

B: El acontecimiento traumático es reexperimentado<br />

persistentemente, de cinco síntomas, por lo menos<br />

un síntoma es codificado positivo.<br />

C: Evitación, de siete síntomas, tres de los síntomas<br />

son codificados positivos.<br />

68


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Estrés agudo y depresión en víctimas de una inundación<br />

D: Activación, de cinco síntomas, por lo menos dos son<br />

positivos.<br />

E: Si los síntomas están presentes por más de un mes,<br />

es positivo.<br />

En el caso de TDM, 5 respuestas de 9, son positivas.<br />

El instrumento fue aplicado por personal de salud<br />

responsable de la vigilancia epidemiológica de daños<br />

trazadores dentro del albergue, previa capacitación en<br />

la aplicación correcta del instrumento y fue supervisado<br />

por una psicóloga y una epidemióloga.<br />

CONSIDERACIONES ÉTICAS<br />

Este estudio contó con la aprobación del Comité de<br />

Ética del Hospital Nacional Dos de Mayo (Lima, Perú).<br />

A todas las personas se les explicó el motivo del<br />

estudio y aceptaron su participación mediante la firma<br />

del consentimiento informado. La relación de personas<br />

diagnosticadas con TEA o EDM fue entregada a la entidad<br />

de salud local correspondiente a fin de que pudiesen<br />

brindar apoyo psicológico y terapia farmacológica según<br />

sea el caso.<br />

ANÁLISIS DE DATOS<br />

Los datos recolectados previo control de calidad, fueron<br />

digitados en una base de datos elaborada en el software<br />

estadístico SPSS v.13. Se describieron las características<br />

sociodemográficas (covariables) diferenciándolas por<br />

condición de la víctima (damnificado o afectado). Se<br />

estimaron prevalencias puntuales de TEA y comorbilidad<br />

de TEA y EDM (TEA + EDM), con sus correspondientes<br />

intervalos de confianza al 95% (IC95%).<br />

La magnitud de la asociación entre las prevalencias<br />

y las covariables se expresó como razón de odds<br />

(OR) combinada. Para establecer si las covariables<br />

modificaban el efecto de condición de la víctima sobre<br />

la prevalencia del trastorno, se contrastaron la OR<br />

cruda con la combinada mediante la prueba de Mantel-<br />

Haenzel. Mediante el análisis estratificado se identificó<br />

las variables de control que modificaban el efecto, a partir<br />

de las cuales se generaron variables de interacción.<br />

Posteriormente, utilizando el programa STATA versión<br />

8.0 se modeló la asociación entre variable de exposición<br />

y respuesta, considerando las variables que modificaban<br />

el efecto. Se consideró un p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Ávila J et al.<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

80,0<br />

48,2<br />

40,0<br />

15,5<br />

Damnificados<br />

20,0<br />

Afectados<br />

50,9<br />

TEA TEA + EDM Sin Trastorno<br />

n = 149 n = 65 n = 80<br />

Figura 1. Prevalencia de TEA y TEA comorbilidad EDM según<br />

tipo de víctima de la inundación. Tingo María, 2007.<br />

altamente significativa (p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Estrés agudo y depresión en víctimas de una inundación<br />

los individuos y las comunidades, las alteraciones graves<br />

son raras aunque los problemas emocionales leves y<br />

transitorios son comunes (8-10) . Para muchas personas<br />

el trauma psicológico ocasionado por las inundaciones<br />

puede perdurar mucho tiempo después de superado el<br />

desastre natural reportando las víctimas con frecuencia<br />

episodios de depresión y aislamiento (11) . Esta situación<br />

se exacerba al verse obligados a desplazarse a otros<br />

lugares (3) .<br />

Considerando que la encuesta fue aplicada entre 20 y<br />

24 días luego de ocurrida la inundación, la prevalencia<br />

global de trastorno de estrés agudo (TEA) es alta,<br />

64,8%. La mayoría de los estudios publicados exploran<br />

la prevalencia de estrés postraumático, cuatro semanas<br />

después de ocurrido el evento estresor; el estrés<br />

traumático agudo es estudiado con mayor frecuencia en<br />

desastres antropogénicos como el caso de terrorismo,<br />

donde se reporta prevalencias de alrededor de 45%<br />

(12,13) . En el caso de desastres naturales, algunas<br />

investigaciones sugieren que la prevalencia de estrés<br />

agudo varía de 7,2% (14) a 68% (15) .<br />

La prevalencia hallada de la comorbilidad de TEA<br />

más episodio depresivo mayor fue 28,3%. La<br />

depresión es otro trastorno psiquiátrico asociado con<br />

desastres naturales. Así, en un estudio realizado en<br />

los damnificados del terremoto ocurrido en la ciudad<br />

de México, en septiembre de 1985, encontraron una<br />

prevalencia en los diagnósticos de crisis de angustia,<br />

ansiedad generalizada y de depresión antes del<br />

terremoto de 6,4%, de los cuales el 3% se exacerbó<br />

a partir del sismo (16) . Por otra parte, la incidencia<br />

de esos trastornos fue de 35,6%, apreciándose un<br />

porcentaje de sujetos con ansiedad generalizada<br />

(19,2%) mayor que con trastorno depresivo mayor<br />

(13,3%). En un estudio realizado en los pobladores<br />

de las comunidades alto andinas de Ayacucho, Perú,<br />

víctimas de la violencia política, encontraron síntomas<br />

de ansiedad y depresión en el 56% (17) . Ello resalta<br />

la necesidad de atender y realizar el seguimiento<br />

respectivo y reevaluación en este tipo de poblaciones<br />

víctimas de desastres.<br />

Este estudió demostró que las prevalencias de trastornos<br />

mentales en personas desplazadas en los albergues es<br />

mayor que en los no desplazados. El desplazamiento,<br />

el apartamiento del medio habitual, el hacinamiento,<br />

la incertidumbre y las múltiples necesidades de la<br />

población, es una condición de riesgo que incrementa la<br />

probabilidad de sufrir trastornos mentales en las víctimas<br />

de desastres, para este caso de una inundación. Estos<br />

resultados coinciden con otros estudios donde la población<br />

albergada resultó tener mayor incidencia de trastornos<br />

mentales, particularmente en las mujeres (18-20) .<br />

La reacción psicológica ante la situación vivida depende,<br />

entre otras variables, de la intensidad y las circunstancias<br />

del trauma, la edad, del historial de agresiones previas,<br />

sexo, estabilidad emocional anterior, de la autoestima,<br />

del apoyo social y familiar y de las relaciones afectivas<br />

actuales. Todos estos elementos, asociados con<br />

valores culturales, patrones familiares y educacionales,<br />

interactúan de forma variable en cada caso y configuran<br />

las diferencias individuales que se constatan entre las<br />

víctimas de un mismo hecho traumático (21,22) . En nuestra<br />

investigación, el hecho de ser mujer, y proceder de un<br />

albergue (ser damnificado) incrementa la probabilidad<br />

de sufrir TEA y TEA+EDM. Al respecto, se tiene que<br />

el mayor porcentaje de encuestados (66%) fueron<br />

mujeres, por el hecho que las encuestas se tomaron en<br />

horarios diurnos y por lo regular a quienes se ubicaban<br />

en sus casas eran a las amas de casa, así mismo en<br />

el albergue, las mujeres era quienes tenían los turnos<br />

de cocina y por lo tanto a ellas se les ubicaba mas<br />

fácilmente, por ello la probabilidad de escoger una mujer<br />

mayor de 18 años en este estudio fue mayor. Pero al<br />

utilizar un análisis diferenciado por la condición de ser<br />

damnificado o afectado se observa que el hecho de ser<br />

mujer continúa siendo un factor decisivo para incrementar<br />

el riesgo de sufrir estos trastornos conductuales luego<br />

de un desastre; situación que coincide con resultados de<br />

otras publicaciones (23-26) .<br />

Dentro de las otras variables exploradas el desempleo<br />

es un factor importante que influye sobre el hecho de<br />

desarrollar estos trastornos, la estructura socioeconómica<br />

de esta población afectada y damnificada era básicamente<br />

el comercio ambulatorio de venta de golosinas y<br />

verduras, así como de artesanías elaboradas por ellos<br />

mismos y que, al momento de realizar el estudio, no les<br />

era posible seguir ejerciendo estos oficios que antes del<br />

desastre mantenían a la familia y el tejido social.<br />

El riesgo que conlleva diagnosticar TEA y TEA+EDM<br />

en las poblaciones víctimas de desastres es el de<br />

desarrollar trastorno de estrés postraumático, la<br />

persona no termina de manejar el problema de estrés<br />

y representa una seria limitación para que la persona<br />

pueda asumir su vida con normalidad; se entorpecen las<br />

relaciones interpersonales y la capacidad de la persona<br />

para manejar las dificultades de la vida no directamente<br />

asociadas al acontecimiento traumático. El hecho de que<br />

no todos los individuos expuestos a un mismo estresor<br />

desarrollen el síndrome completo o algún subconjunto<br />

de síntomas que permita este diagnóstico, o que lo<br />

desarrollen con resultados muy distintos, ha dado lugar a<br />

muchos intentos tendientes a explicar estas diferencias y<br />

a predecir diferentes formas de vulnerabilidad personal.<br />

Se estima que la prevalencia de TEPT se encuentra<br />

entre 5% (27) y 60% (28) en los primeros uno a dos años<br />

71


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 66-73. Ávila J et al.<br />

después de ocurrido el desastre. Algunos estudios<br />

reportan prevalencias más altas en grupos específicos;<br />

63% en poblaciones desplazadas (29) o 89% en personas<br />

reubicadas (16) . Esta disparidad en la tasa del TEPT<br />

posterior al desastre se atribuye principalmente a las<br />

diferencias metodológicas, incluyendo las diferencias<br />

en la magnitud del desastre escogido para el estudio,<br />

el tiempo transcurrido entre la ocurrencia del desastre<br />

y la recolección de los datos, así como los métodos de<br />

muestreo y los instrumentos utilizados.<br />

La principal limitación del estudio fue la cobertura en<br />

la aplicación de la encuesta. Aparentemente, 38% de<br />

las personas del albergue no habría sido encuestada,<br />

nosotros creemos que este porcentaje es menor, dado<br />

que la lista inicial que sirvió de referencia pudo haber<br />

estado sobreestimada pues al momento de la encuesta<br />

ya muchas personas se habían retirado del albergue<br />

o se vieron obligadas a salir fuera de la ciudad por<br />

motivos de trabajo o bienestar familiar. Por otro lado,<br />

en las localidades visitadas muchas viviendas estaban<br />

inhabitadas, más que por la destrucción ocasionada fue<br />

por el temor de las personas de continuar viviendo allí<br />

dada la situación de incertidumbre y miedo por un nuevo<br />

desborde del río. Estas situaciones pueden alterar las<br />

prevalencias encontradas en ambos lugares.<br />

Es importante tomar en cuenta los resultados de estrés<br />

agudo, que pueden ser referentes para intervenciones<br />

posteriores en caso de desastres, con fines preventivos<br />

para evitar el desarrollo de TEPT, por lo que sirve de<br />

sustento para promover una intervención de salud<br />

mental desarrollando campañas y dando prioridad a<br />

las personas que se encuentran en el albergue, siendo<br />

el sexo femenino el que debe tener mayor atención,<br />

debido a que su situación de damnificadas las hace<br />

más vulnerables. La reevaluación de damnificados y<br />

afectados debería ser prioritario ya que la persistencia de<br />

los síntomas pone en riesgo a la persona de desarrollar<br />

un TEPT que asociado a la depresión podría requerir<br />

medicación psiquiátrica.<br />

En conclusión, existen diferencias importantes entre la<br />

proporción de personas que sufren trastornos mentales<br />

luego de un desastre (TEA y TEA+EDM) siendo mayor<br />

en quienes se ven obligados a vivir temporalmente en<br />

albergues. Las mujeres son más propensas a sufrir<br />

éstos trastornos mentales.<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

Esta investigación fue realizada con el apoyo técnico<br />

y financiero de la Dirección General de Epidemiología<br />

del Ministerio de Salud del Perú, el apoyo de la Red de<br />

Salud Leoncio Prado y la Dirección de Epidemiología de<br />

la Dirección de Salud Huánuco.<br />

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Correspondencia: Mg. Jeannette Ávila Vargas Machuca,<br />

Dirección General de Epidemiología, Ministerio de Salud. Lima,<br />

Perú.<br />

Dirección: Jr. Camilo Carrillo 402, Lima 11.<br />

Teléfono: (511) 433-5859 anexo 116.<br />

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73


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

revisión<br />

USO DE INSECTICIDAS: CONTEXTO Y CONSECUENCIAS<br />

ECOLÓGICAS*<br />

Gregor J. Devine 1,a , Dominique Eza 2,b , Elena Ogusuku 3,c , Michael J. Furlong 4,d<br />

Resumen<br />

Las restricciones de la sostenibilidad acerca del uso de insecticidas incluyen los efectos en la salud humana, los<br />

ecosistemas agrícolas (ejemplo, los insectos beneficiosos), el medio ambiente, en su sentido más amplio (por ejemplo,<br />

las especies que no son el objetivo, paisajes y comunidades) y la selección de los rasgos que confieren la resistencia<br />

a los insecticidas. Es posible encontrar ejemplos donde los insecticidas han tenido un impacto desastroso en todas<br />

aquellas variables y otros ejemplos donde los peligros que representaban han sido mitigados (por accidente o por<br />

diseño). En esta revisión examinamos lo que en la actualidad se puede concluir sobre el impacto de campo directo e<br />

indirecto y de largo plazo de los insecticidas en el medio ambiente. Proporcionamos ejemplos específicos, describimos<br />

los patrones actuales del uso de insecticidas, consideramos los contextos donde se usan los insecticidas y discutimos<br />

el papel de los reglamentos y leyes a fin de mitigar el riesgo. Discutimos cómo el uso de los insecticidas está cambiando<br />

como resultado de una mayor conciencia ambiental e inevitablemente, mientras discutimos las principales restricciones<br />

del uso de los insecticidas, también sugerimos por qué no se pueden descartar tan fácilmente.<br />

Palabras clave: Insecticidas; Riesgo, Ecología, Medio ambiente, ecotoxicología (fuente: DeCS BIREME).<br />

INSECTICIDE USE: CONTEXT AND ECOLOGICAL CONSEQUENCES<br />

ABSTRACT<br />

Constraints to the sustainability of insecticide use include effects on human health, agroecosystems (e.g., beneficial<br />

insects), the wider environment (e.g., non-target species, landscapes and communities) and the selection of insecticideresistant<br />

traits. It is possible to find examples where insecticides have impacted disastrously on all these variables and<br />

others where the hazards posed have been (through accident or design) ameliorated. In this review, we examine what<br />

can currently be surmised about the direct and indirect long-term, field impacts of insecticides upon the environment. We<br />

detail specific examples, describe current insecticide use patterns, consider the contexts within which insecticide use<br />

occurs and discuss the role of regulation and legislation in reducing risk. We consider how insecticide use is changing in<br />

response to increasing environmental awareness and inevitably, as we discuss the main constraints to insecticide use,<br />

we suggest why they cannot easily be discarded.<br />

Key words: Insecticides; Risk; Ecology; Environment; Ecotoxicology (source: DeCS BIREME).<br />

Abreviaciones:<br />

EEB = Encefalopatía espongiforme bovina; Bt = Bacillus thuringiensis; DDT = diclorodifeniltricloroetano; DEFRA<br />

= Departamento de Asuntos Ambientales, Alimenticios y Rurales del Reino Unido; EPA = Agencia de Protección<br />

Ambiental de Estados Unidos; FAO = Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación;<br />

GAO = Oficina General de Fiscalización de Estados Unidos; IGR = reguladores del crecimiento de insectos; IPM =<br />

Manejo Integrado de Plagas; AJH = análogo de la hormona juvenil; LC = concentración letal; LD = dosis letal; OP =<br />

organofosforado; ULV = ultra bajo volumen; UNEP = Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas.<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

a<br />

Plant and Invertebrate Ecology Division, Rothamsted Research. Harpenden, United Kingdom.<br />

Proyecto Dengue, Universidad de California-Davis. Iquitos, Perú.<br />

Dirección General de Salud Ambiental, Ministerio de Salud. Lima, Perú.<br />

Department of Zoology and Entomology, School of Life Sciences, University of Queensland. Queensland, Australia.<br />

Investigador entomólogo; b Médica patóloga;<br />

c Bióloga;<br />

d Profesor entomólogo.<br />

* Versión resumida de: Devine GJ, Furlong MJ. Insectice use: context and ecological consequences. Agric Human Values. 2007;<br />

24(3): 281-306. Publicación duplicada autorizada por Springer Science and Business Media, Copyright 2007.<br />

Fecha de recepción: 19-06-07 Fecha de aceptación: 20-10-07<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La agricultura parece algo sumamente fácil cuando<br />

nuestro arado es un lápiz y cuando nos encontramos<br />

a cientos de kilómetros de distancia de los campos de<br />

maíz. Dwight D. Eisenhower, Discurso Presidencial, 25<br />

de septiembre de 1956.<br />

De los 150 millones de km 2 del mundo, área total de<br />

tierra, el 10% está dedicado a la producción agrícola,<br />

55% son praderas, pastizales y bosques y el resto no<br />

es adecuado para uso agrícola. La mayoría de esa<br />

producción agrícola depende de métodos agrícolas<br />

“convencionales” (es decir, incluyen la aplicación de<br />

productos agroquímicos sintéticos) que, a pesar de los<br />

pronunciamientos Malthusianos que indican lo contrario<br />

(1,2) , continúan satisfaciendo las demandas del crecimiento<br />

de la población humana. En todo el mundo, desde 1960,<br />

la población se ha duplicado (3) , la productividad agrícola<br />

ha aumentado 2,6 veces, pero los terrenos cultivables<br />

productivos han aumentado solamente en 10 % (4) .<br />

Aunque la productividad en Europa, Asia, las Américas<br />

y Australasia ha aumentado vertiginosamente (5,6) , la<br />

producción total de África (a pesar de algunos éxitos<br />

locales), continua disminuyendo debido a una obstinada<br />

combinación de sequías, conflictos civiles, degradación<br />

de la tierra, métodos agrícolas deficientes y sistemas<br />

desfavorables de tenencia y propiedad de tierras (7) .<br />

No obstante estos triunfos generales, cada vez más nos<br />

damos cuenta de las consecuencias de la intensificación<br />

agrícola. La agricultura intensiva es responsable de<br />

la contaminación del aire y del agua del subsuelo, la<br />

eutrofización de los sistemas acuáticos, las emanaciones<br />

de gas invernadero y es además la fuente antropógena<br />

más importante de amonio, la causa principal de la<br />

lluvia ácida. La amplitud y los métodos agrícolas (pero<br />

no necesariamente insecticidas en sí) han conducido a<br />

la pérdida extensiva y permanente de la biodiversidad<br />

en muchos lugares (por ejemplo las comunidades de<br />

invertebrados (8-10) , mariposas en el Reino Unido (11) ;<br />

aves que viven en terrenos agrícolas en Europa (12-14) ;<br />

anfibios en Australia y América del Norte (15-18) ). Por<br />

lo que debemos asumir que estos patrones se están<br />

repitiendo en todo el mundo. Además, la sostenibilidad<br />

de la agricultura moderna misma se ve afectada por<br />

su propio impacto en la degradación de los suelos,<br />

salinización, disponibilidad de agua y la reducción de<br />

la diversidad de cultivos, ganadería y ecosistemas<br />

agrícolas.<br />

En todo el mundo, la agricultura opera en un mercado<br />

cada vez más libre (aunque se encuentra subsidiada en<br />

algunos países desarrollados). Es conducida por el clima,<br />

la demanda, los suministros, la competencia y prioriza<br />

la ganancia por encima de la necesidad social. En la<br />

actualidad, aproximadamente 15% de los 6 mil millones<br />

de personas en el mundo sufren de desnutrición (19) .<br />

Para el año 2050, este sistema con todas sus presiones<br />

concomitantes sobre el medio ambiente, deberá<br />

alimentar a una población mundial de 9 mil millones de<br />

personas. Debido a que muchos países del hemisferio<br />

norte eligen (o son inducidos a ello) no optar por la<br />

autosuficiencia agrícola, la mayor parte de la producción<br />

se está trasladando a los países en vías de desarrollo.<br />

Por ejemplo, en la última década se experimentó una<br />

reducción de 12% de la autosuficiencia de los alimentos<br />

de primera necesidad en el Reino Unido (20) y en la<br />

actualidad es muy probable que estos alimentos se<br />

produzcan localmente como también en Perú o Etiopía.<br />

Estos cambios en los patrones de producción se deben a<br />

la expansión global del comercio que ha motivado que los<br />

países en vías de desarrollo busquen sistemas agrícolas<br />

competitivos para la exportación (21) , pero para muchas<br />

materias primas los mercados se encuentran saturados<br />

y los precios han disminuido. Es así que la lucha para<br />

mantener las ganancias producidas por la agricultura<br />

tanto en los países en vías de desarrollo como en los<br />

países desarrollados, aumenta vertiginosamente la<br />

intensificacción de la agricultura y promueve el conflicto<br />

entre los agricultores y el medio ambiente que Hardin la<br />

describe como “la tragedia de los pastos comunales” (22) .<br />

Así pues, con la creciente globalización de la producción<br />

de alimentos surge la responsabilidad colectiva de<br />

proteger el sustento y la ganancia de las comunidades<br />

agrícolas mientras se preserva la biodiversidad existente<br />

y “los servicios del ecosistema”.<br />

En este contexto, las consecuencias ecológicas del uso<br />

de insecticidas causan gran preocupación. Aunque otros<br />

aspectos de la agricultura moderna por lo general tienen<br />

un mayor impacto en el medio ambiente, los insecticidas<br />

se encuentran entre las herramientas agrícolas que<br />

están más asociadas con el daño ambiental. Su<br />

objetivo específico es matar plagas de insectos y<br />

por consecuencia puede que tenga un impacto letal<br />

o subletal en organismos que no son su objetivo<br />

(por ejemplo, recicladores de nutrientes del suelo,<br />

polinizadores de plantas y depredadores de plagas) y<br />

reducir o contaminar productos alimenticios para los<br />

niveles tróficos superiores.<br />

El objetivo de esta revisión es proporcionar una visión<br />

general completa del impacto ecológico del uso de<br />

insecticidas y proporcionar algunos ejemplos de por qué<br />

los insecticidas continúan teniendo un papel importante<br />

en la agricultura moderna. Así, hemos encontrado<br />

resúmenes previos de bibliografías que, por lo general,<br />

tratan sobre los insecticidas de manera breve y como un<br />

subgrupo de químicos agrícolas y pesticidas en general<br />

75


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

(23)<br />

o fueron escritos hace algunas décadas (24) , antes<br />

del desarrollo de muchos productos químicos actuales<br />

y antes que se investigara y publicara muchos ejemplos<br />

del impacto de los insecticidas y la evaluación del<br />

riesgo. En la presente revisión nos hemos centrado en la<br />

bibliografía de los últimos veinte años y recomendamos<br />

a los lectores revisar los textos arriba mencionados a fin<br />

de tener una evaluación histórica más profunda sobre<br />

el tema. No buscamos abarcar toda la vasta bibliografía<br />

existente sobre la ecotoxicología de los insecticidas,<br />

la mayoría realizada en laboratorios bajo condiciones<br />

altamente artificiales. Dichos estudios, aunque son<br />

útiles para identificar los posibles peligros, no muestran<br />

las verdaderas consecuencias ambientales y ecológicas<br />

del uso de los insecticidas en el campo. La Tabla 1 sirve<br />

como referencia de los insecticidas que se mencionan<br />

en la presente revisión e incluye los ingredientes activos<br />

más comunes, su modo de acción y su fecha aproximada<br />

de introducción.<br />

TENDENCIAS ACTUALES EN EL USO DE<br />

INSECTICIDAS<br />

Pimentel (25) indica que el uso de pesticidas en los<br />

sistemas agrícolas en los Estados Unidos devuelve<br />

aproximadamente $4 por $1 invertido en el control de<br />

plagas. Por lo tanto, queda claro por qué los métodos<br />

convencionales de manejo de plagas son tan atractivos.<br />

Sin embargo, esos costos no incluyen los costos sociales<br />

o ecológicos de la agricultura. Los costos ambientales<br />

y sociales asociados con el uso de pesticidas agrícolas<br />

en los Estados Unidos alcanzan los $10 mil millones<br />

anuales y sólo $2 mil millones para la vigilancia del agua<br />

y la limpieza de pesticidas (25) . Los ingresos provenientes<br />

de las cosechas y la ganadería en los Estados Unidos<br />

son aproximadamente $200 mil millones anuales que<br />

representan aproximadamente el 4% de los ingresos<br />

provenientes de la agricultura (26) . En el Reino Unido,<br />

el gobierno calculó que los costos asociados con la<br />

contaminación del agua ocasionada por la agricultura<br />

eran alrededor de 1-2% del valor bruto total agrícola (27,28) .<br />

Los costos ocasionados en el medio ambiente y la salud<br />

debido al uso de pesticidas en el año 1996 en el Reino<br />

Unido fueron equivalentes a aquellos ocasionados por la<br />

pérdida de hábitats y la erosión de los suelos, pero muy<br />

por debajo de aquellos ocasionados por las emisiones de<br />

gas y envenenamiento por alimentos; el único evento que<br />

ocasionó los mayores gastos ese año fue el brote británico<br />

de EEB (encefalopatía espongiforme bovina) (28) .<br />

Las restricciones de la sostenibilidad acerca del uso de<br />

insecticidas incluyen los efectos sobre la salud humana,<br />

los ecosistemas agrícolas (insectos beneficiosos), el<br />

medio ambiente en general (especies que no son el<br />

objetivo, paisajes y comunidades) y la selección de<br />

rasgos que confieren la resistencia a los insecticidas<br />

en las especies plagas. Para todas estas categorías es<br />

posible encontrar ejemplos donde los insecticidas han<br />

sido utilizados de manera desastrosa, y otros donde<br />

los peligros que representaban han sido mitigados<br />

(accidentalmente o por estrategias implementadas).<br />

La Organización Mundial de Salud ha calculado que<br />

alrededor de 20 000 personas mueren anualmente<br />

como consecuencia de la exposición a insecticidas<br />

(29) , sin embargo, esas sustancias químicas también<br />

protegen la producción, las ganancias y la salud pública.<br />

También se ha demostrado que algunos insecticidas<br />

han devastado poblaciones de enemigos naturales en<br />

algunos sistemas (30,31) pero en otros, especialmente<br />

con algunos de los insecticidas más nuevos, parece<br />

tener un impacto mínimo (32) . Algunos insecticidas<br />

han tenido grandes efectos en algunas poblaciones<br />

de aves de rapiña (33) pero, otros han sido usados en<br />

ecosistemas aparentemente sensibles durante décadas<br />

sin evidencia de impacto en las especies que no son el<br />

objetivo (34,35) . Algunos han sido utilizados de manera<br />

tan intensiva que la evolución de la resistencia ha<br />

comprometido su uso en generaciones (36-38) , pero para<br />

otros, la resistencia continua siendo rara o se puede<br />

manejar fácilmente. Con relación a este último punto, es<br />

interesante notar que a pesar que la resistencia puede<br />

ser una restricción de la eficacia en el campo, casi nunca<br />

indica el fin de todos los métodos de aplicación útiles de<br />

ese químico. De las 544 especies de la lista señaladas<br />

como resistentes en la base de datos de artrópodos<br />

resistentes a pesticidas (39) , casi 30% aparece en virtud<br />

de una única citación no corroborada que refleja, en el<br />

mejor de los casos, una única observación de una única<br />

población. Además, incluso para aquellas especies<br />

como el mosquito que transmite la fiebre amarilla, el<br />

Aedes aegypti, la mosca blanca del algodón Bemisia<br />

tabaci y la cucaracha alemana Blattella germanica, cuya<br />

resistencia se ha discutido de manera convincente en<br />

cientos de publicaciones, los insecticidas tradicionales<br />

todavía continúan teniendo un papel en su control.<br />

A pesar de que somos cada vez más conscientes de<br />

los peligros de su uso, el área tratada con insecticidas<br />

en los países desarrollados ha permanecido inmóvil<br />

durante la última década. Es así que en el Reino<br />

Unido, aproximadamente seis millones de hectáreas<br />

de terreno cultivable fueron tratadas anualmente entre<br />

1990 y el 2003 (40) . Esto equivale a ¼ del área total<br />

del terreno de ese país (la estadística refleja múltiples<br />

aplicaciones en las mismas áreas). En California, 6-8<br />

millones de hectáreas fueron tratadas anualmente entre<br />

1992 y el 2001 (41-43) . De manera general, el peso total<br />

de los ingredientes activos utilizados ha disminuido<br />

debido al surgimiento de nuevos componentes con una<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

Tabla 1. Grupos de insecticidas, modo de acción y fecha de introducción.<br />

Lugar y modo de acción principales Tipo de Insecticida Ejemplos comunes Primer uso 1<br />

Inhibidores de acetilcolinesterasa:<br />

Bloquean la acción de la enzima acetilcolinesterasa,<br />

interrumpiendo la transmisión de impulsos entre las<br />

células nerviosas.<br />

Carbamatos<br />

Organofosfatos<br />

Aldicarb, Bendiocarb, Carbaril,<br />

Carbofuran, Carbosulfan, Metiocarb,<br />

Metomil, Pirimicarb, Tiodicarb<br />

Acefato, Clorpirifos, Diazinon, Dimetoato,<br />

Fenitrotion, Fention, Malation,<br />

Metamidofos, Monocrotofos, Paration,<br />

Pirimifos, Profenofos, Temefos<br />

1956<br />

1950<br />

Antagonistas del canal de cloruro regulado por GABA:<br />

Interfieren con los canales de cloruro en la membrana<br />

nerviosa, interrumpiendo la transferencia de iones y la<br />

transmisión de impulsos entre las células nerviosas<br />

Moduladores del canal de sodio<br />

Interfieren con los canales de sodio en la membrana<br />

nerviosa interrumpiendo la transferencia de iones y la<br />

transmisión de impulsos entre las células nerviosas<br />

Agonista/antagonista del receptor de Acetilcolina de tipo<br />

nicotínico<br />

Imita la acción de neurotransmisor acetilcolina bloqueando<br />

los receptores e interrumpiendo la transmisión de<br />

impulsos de entre las células nerviosas<br />

Activadores del canal de cloruro<br />

Ciclodieno organoclorados Clordano, Endosulfan, gamma-HCH<br />

1945<br />

(Lindano)<br />

Fenilpirazoles (Fiproles) Fipronil 1993<br />

Organoclorados<br />

Piretroides<br />

Piretrinas<br />

DDT<br />

Alletrin, Bifentrina, Ciflutrina,<br />

Lambda-Cialotrina, Cipermetrina,<br />

Deltametrina, Fenvalerate, Permetrina,<br />

Resmetrina<br />

Piretrinas (piretrum)<br />

1943<br />

1952<br />

1977<br />

1850s<br />

Neonicotinoides<br />

Acetamiprid, Imidacloprid, Nitenpiram, 1991<br />

Tiacloprid, Tiametoxam<br />

Nicotina Nicotina 1930s<br />

Spinocin Spinosad 1996<br />

Avermectin Abamectin, Emamectin benzoato 1985<br />

Se adhieren y activan los canales de cloruro en la<br />

membrana nerviosas interrumpiendo la transferencia<br />

de iones y la transmisión de impulsos entre las células<br />

nerviosas<br />

Hormona juvenil<br />

Compite, imita o interfiere con las hormonas juveniles<br />

esenciales para el desarrollo del insecto<br />

Hormona juvenil análoga e<br />

imitadora<br />

Hidropreno, Kinopreno, Metopreno,<br />

Fenoxicarb, Pyiriproxifen<br />

1993<br />

Componentes con un modo de acción desconocido o no<br />

específico (bloqueadores selectivos de alimentación)<br />

Cryolite Cryolite 1929<br />

Pimetrozina Pimetrozina 1999<br />

Interruptores microbianos de las membranas de los<br />

intestinos del insecto (incluye cultivos transgénicos que<br />

expresan toxinas de Bacillus thuringiensis)<br />

Especies de Bacillus<br />

Bacillus thuringiensis subsp. israelensis,<br />

Bacillus sphaericus, Bacillus thuringiensis<br />

subsp. aizawai, Bacillus thuringiensis<br />

subsp. kurstaki, Bacillus thuringiensis<br />

subsp. tenebrionis<br />

1961<br />

Inhibidores de fosforilación oxidativa.<br />

Interrumpe el transporte de electrones dentro de las<br />

células<br />

Inhibidores de la biosíntesis de quitina.<br />

Inhibe la formación normal del exoesqueleto de los<br />

insectos<br />

Agonista de ecdisona / interruptores de muda de piel.<br />

Interfiere con el proceso de muda del insecto<br />

Inhibidores del transporte del electrón del complejo I<br />

mitocondrial.<br />

Interrumpe el transporte de electrones dentro de las<br />

mitocondrias<br />

Bloqueadores del canal de sodio dependientes del<br />

voltaje.<br />

Interfieren con los canales de sodio en la membrana<br />

nerviosa interrumpiendo la transferencia de iones y la<br />

transmisión de impulsos entre las células nerviosas<br />

Diafentiuron Diafentiuron 1997<br />

Clorfenapir Clorfenapir 1985<br />

Benzoilúreas Novaluron, Diflubenzuron, Teflubenzuron 1983<br />

Buprofezin Buprofezin 1988<br />

Diacilhidrazinas Halofenozid, Tebufenozid 1999<br />

Azadiractin Azadiractin 1985<br />

Rotenona Derris, Rotenona 1850<br />

Indoxacarb Indoxacarb 2000<br />

Esta lista no pretende ser una lista exhaustiva. La información que aquí se presenta proviene en parte del Comité de Acción para la Resistencia<br />

a los Insecticidas [http://www.irac-online.org] que clasifica a los insecticidas según su modo de acción. Dentro de cualquier grupo, la toxicidad<br />

de los insecticidas (en términos de especificidad de la especie y dosis efectiva) y su persistencia en el medio ambiente pueden variar<br />

ampliamente.<br />

1<br />

las fechas se refieren al ejemplo del insecticida que se presenta en negritas.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

mayor actividad insecticida intrínseca. Por ejemplo, la<br />

LC 50<br />

(concentración letal) del organofosforado (OP)<br />

profenofos (registrado en los Estados Unidos en 1982)<br />

para las poblaciones susceptibles de la mosca blanca<br />

Bemisia tabaci es aproximadamente 4 ppm mientras que<br />

la LC 50<br />

de la hormona juvenil análoga (HJA) piriproxifeno<br />

(aprobación de emergencia en los Estados Unidos en<br />

1996) contra la misma cepa de B. tabaci es 1000 veces<br />

menor (44) .<br />

Es importante observar que de manera general, incluso<br />

en los países desarrollados con una poderosa legislación<br />

ambiental y grupos activos que ejercen presión, el uso de<br />

insecticidas no está disminuyendo. Existe una percepción<br />

general que el concepto de “manejo integrado de plagas”<br />

(IPM siglas en inglés) (45) , ha sido o será exitoso en<br />

reducir el uso de pesticidas (24,46,47) . IPM se refiere a un<br />

sistema de toma de decisiones para la selección y uso de<br />

tácticas para el control de plagas, solo o coordinado de<br />

manera armoniosa en una estrategia de manejo basada<br />

en el análisis de costo/beneficio que tenga en cuenta los<br />

intereses y el impacto en los productores, la sociedad y<br />

el medio ambiente (45) . Uno de sus principales énfasis<br />

es la disminución del uso de químicos; sin embargo, de<br />

hecho y especialmente para los cultivos de alto valor<br />

como las verduras, los pesticidas sintéticos continúan<br />

siendo una línea de defensa importante en la mayoría de<br />

los programas de manejo de plagas, ya sean integrados<br />

o de otro tipo. Se discutirá el tema de IPM en más detalle<br />

en una sección posterior.<br />

NUEVOS COMPONENTES CON MENOR<br />

IMPACTO<br />

El uso de los ciclodienos, carbamatos y organofosforados<br />

más antiguos y más tóxicos está disminuyendo lentamente<br />

y al menos algunos de ellos han sido prohibidos en<br />

muchos países, pero en general mantienen un 50% de<br />

la cuota del mercado internacional. En la actualidad los<br />

piretroides sintéticos -introducidos a finales de 1970 (48) -<br />

representan el 20% de las ventas globales de insecticidas<br />

y tienen perfiles de toxicidad enormemente mejorados<br />

para mamíferos y aves con relación a sus predecesores.<br />

Otras clases nuevas de insecticidas, algunos de los<br />

cuales tienen una actividad muy específica contra un<br />

orden particular de artrópodos, han sido introducidas en<br />

los últimos quince años. Este desarrollo es el resultado<br />

de una conciencia ambiental cada vez mayor, la pelea<br />

por la credibilidad ambiental entre las corporaciones (49)<br />

y los procesos de registro, armonización y evaluación<br />

del riesgo cada vez más rigurosos como aquellos que<br />

siguen adelante en Europa, los cuales también están<br />

reevaluando componentes antiguos cuyos perfiles<br />

toxicológicos posiblemente ya no son aceptables (40) .<br />

Estos nuevos insecticidas tienen algunas ventajas<br />

sobre las clases más antiguas. La baja toxicidad<br />

en mamíferos permite un intervalo corto previo a la<br />

cosecha, simplificando enormemente la logística de<br />

su uso. La mayoría son menos dañinos a los enemigos<br />

naturales u otras especies que no son el objetivo, lo que<br />

reduce su impacto en el medio ambiente más extenso<br />

y los hace más compatibles con los programas de IPM<br />

(ver más abajo para conocer la definición). Por ejemplo,<br />

el indoxacarbo (un insecticida oxadiazin registrado<br />

en el 2000) es muy efectivo contra las larvas de<br />

lepidópteros (mariposa y polilla) pero permite sobrevivir<br />

a la mayoría de depredadores y estadios inmaduros<br />

de avispas parásitas que atacan a estas larvas (50,51) .<br />

La tebufenozida y metoxifenozida (dibenzoil hidracina,<br />

reguladores del crecimiento de insectos [IGRs siglas<br />

en inglés]) interrumpen el proceso de muda de los<br />

lepidópteros pero no afectan a los insectos beneficiosos<br />

(51,52) . Los reguladores del crecimiento de insectos<br />

de benzoil-fenil-urea (diflubenzurón y teflubenzurón)<br />

interrumpen la síntesis de quitina y tienen un espectro<br />

de acción más amplio pero, debido a que se activan al<br />

ser ingeridos, los efectos directos en los himenópteros<br />

parasitoides (avispas) se reducen al mínimo. El<br />

piriproxifeno (un compuesto de piridina desarrollado a<br />

finales de 1980) es un análogo de la hormona juvenil<br />

que inhibe la producción de huevos y la metamorfosis.<br />

Su poder de acción es principalmente contra los insectos<br />

chupadores y tiene poco efecto en los himenópteros.<br />

También es efectivo contra las larvas de mosquitos y<br />

aunque puede ser tóxico para los organismos acuáticos,<br />

la dosis diferencial entre la mayoría de estos y las<br />

pupas de los mosquitos es tan grande que lo convierte<br />

en una buena elección para el control de mosquitos en<br />

ambientes sensibles (53) .<br />

En los países desarrollados se está incrementando el<br />

uso de tratamientos con estos nuevos componentes,<br />

denominados insecticidas de “riesgo reducido” por la<br />

Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA,<br />

siglas en inglés). Un estudio realizado por la Oficina<br />

General de Fiscalización (GAO, siglas en inglés) en<br />

el 2001 concluyó que a pesar que el uso general de<br />

pesticidas agrícolas no había disminuido en los Estados<br />

Unidos, entre 1992 y el 2000, el uso de los “pesticidas<br />

de mayor riesgo” había disminuido en 14% por peso del<br />

ingrediente activo. Patrones de cambio similares en el uso<br />

de insecticidas se están produciendo en todos los países<br />

en vías de desarrollo, pero de manera gradual. Además,<br />

son pocos los insecticidas que no representan un riesgo<br />

ecológico. Los piretroides pueden ser extremadamente<br />

tóxicos para los peces y tienen efectos de espectro<br />

amplio en los invertebrados (54,55) . El piriproxifeno es<br />

altamente tóxico para los escarabajos coccinellidos<br />

depredadores y puede interrumpir los programas de<br />

78


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

IPM (56) . El diflubenzurón es tóxico para los crustáceos<br />

y puede alterar de manera negativa los ambientes<br />

acuáticos (57) y el contacto con teflubenzurón puede<br />

afectar la fecundidad de los parasitoides himenópteros<br />

(58) . Los compuestos recientemente desarrollados<br />

también pueden ser más dañinos de lo que se indica<br />

en los paquetes de datos sobre la eco-toxicología<br />

presentados durante su proceso de registro. En el año<br />

2000, durante las fases finales del proceso de registro<br />

del inseciticida clorfenapir, la EPA declinó la autorización<br />

de su uso para el control de plagas del algodón debido<br />

al riesgo crónico que representa para la reproducción<br />

de las aves (59) . Sin embargo, los procesos de registro<br />

de cada país son idiosincrásicos; así, el clorfenapir<br />

mantiene su registro de uso y es ampliamente utilizado<br />

en plantaciones de algodón en Australia y en toda Asia.<br />

Es útil considerar las causas que influyen en los patrones<br />

de uso de los insecticidas. La GAO (60) menciona que<br />

los funcionarios de la EPA sugieren que la disminución<br />

del uso de insecticidas del “grupo más riesgoso” se<br />

debió a que: a) fueron descontinuados mediante acción<br />

regulatoria de la EPA; b) descontinuados debido a las<br />

decisiones comerciales de los fabricantes c) no eran<br />

competitivos con las nuevas opciones o más económicas;<br />

d) eran menos efectivos debido a la resistencia de<br />

las plagas; e) se utilizaban menos con variedades de<br />

cultivos genéticamente modificados para resistir a los<br />

insectos. Claramente, en estos casos una conciencia<br />

ecológica o ambiental no fue un factor de decisión para<br />

los agricultores. Es una observación común que, en el<br />

hemisferio norte, se contempla la reducción voluntaria<br />

del uso de insecticidas pero casi nunca se implementa<br />

debido a que los regímenes de tratamiento profiláctico<br />

son más fáciles de implementar que los procesos de<br />

toma de decisiones más complicados que dependen de<br />

la vigilancia de los niveles del umbral de plagas como<br />

en el IPM. Además, los agricultores no están dispuestos<br />

a actuar de manera unilateral (y correr el riesgo de la<br />

desventaja competitiva) y los esquemas voluntarios<br />

actúan fuera de la “cultura de incentivos” a la que los<br />

agricultores se han acostumbrado (61) .<br />

INSECTICIDAS, DOGMA Y PRAGMATISMO<br />

La aplicación de insecticidas incluso dentro de las pautas<br />

regulatorias prescritas puede tener consecuencias<br />

ambientales perjudiciales. Estos efectos son exacerbados<br />

por el uso inadecuado, existiendo muchos ejemplos del<br />

mal uso y abuso de los insecticidas. En los peores casos,<br />

los efectos de los insecticidas son difíciles de extraer<br />

de aquellos provenientes de la mala administración<br />

agrícola en general. El Mar de Aral en Asia Central es<br />

considerado por la Organización de las Naciones Unidas<br />

para la Agricultura y Alimentación (FAO) y el Programa<br />

de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente<br />

(UNEP), como el peor ejemplo en el mundo de cómo las<br />

prácticas agrícolas planificadas y ejecutadas de manera<br />

inadecuada han devastado una región que una vez<br />

fue productiva. Los residuos de insecticidas orgánicos<br />

y organofosfatos son excesivamente abundantes en el<br />

área (62,63) y a pesar de que existe poca información sobre<br />

los efectos de dicha contaminación agrícola masiva en<br />

el ecosistema como un todo, se piensa que los efectos<br />

en la ecología humana han sido devastadores (64-66) .<br />

Incluso en países desarrollados que utilizan insecticidas<br />

aprobados y regulados dentro de sistemas con una<br />

adecuada legislación, existe suficiente evidencia sobre<br />

la continua degradación ecológica y ambiental como<br />

resultado del uso de pesticidas. Muchos de los ejemplos<br />

más claros se relacionan con los efectos acumulativos<br />

de los residuos de insecticidas en los ríos que drenan las<br />

áreas agrícolas. En California, las aguas y sedimentos<br />

del Río Salinas (que desemboca en el Santuario Marino<br />

Nacional de la Bahía de Monterrey) son extremadamente<br />

tóxicos para una variedad de invertebrados acuáticos<br />

(67,68) . Esto también sucede en los ríos Alamo y Nuevo<br />

en el Valle Imperial de California, donde ocho años<br />

de observación (1993-2001) demostraron que los<br />

impactos de la contaminación por organofosfatos en los<br />

macroinvertebrados eran sostenidos y graves (69) .<br />

Ejemplos como el mencionado anteriormente son<br />

muy conocidos y como es lógico, el vínculo entre los<br />

insecticidas y el medio ambiente en la psique popular<br />

es casi exclusivamente negativo. Por lo tanto, es una<br />

suposición común, aunque a menudo sin fundamento,<br />

que los insecticidas son culpables de muchos de los<br />

recientes cambios en la diversidad y ecología a nivel<br />

mundial. Este dogma es el resultado del hecho de que el<br />

uso de insecticidas es contencioso y es un componente<br />

clave de las ganancias de las compañías y la agricultura,<br />

del subsidio agrícola y la política de ayuda. Asimismo,<br />

dirige el comportamiento del consumidor, provoca fuertes<br />

respuestas éticas personales y políticas e influye en el<br />

nivel de aprobación gubernamental y no gubernamental.<br />

La manera dogmática con la que se aborda el uso de<br />

insecticidas asegura que, si bien la ciencia describe los<br />

efectos de los insecticidas en el medio ambiente puede<br />

ser empírica y objetiva, es posible que la interpretación<br />

de esos datos no lo sea. Pues la abundancia de datos<br />

sin procesar que registran los efectos de un insecticida<br />

no asegura que se pueda hacer una sola recomendación<br />

sobre el riesgo que representa.<br />

La tendencia a sobreinterpretar o subinterpretar<br />

los resultados sobre el impacto de los insecticidas<br />

conlleva a confundir el verdadero alcance de sus<br />

efectos e influencia. Se pensaba que la acumulación<br />

79


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

de residuos de pesticidas en la cadena alimenticia<br />

a través del consumo de cangrejos y pescados de<br />

arrozales fumigados con pesticidas era la causa de una<br />

enfermedad músculoesquelética en los seres humanos<br />

(70,71) , sin embargo, estudios más recientes han<br />

demostrado que esta enfermedad es el resultado de una<br />

alta tasa de endogamia entre las comunidades afectadas<br />

(72) . A veces la crisis de EEB en el Reino Unido ha sido<br />

atribuida de manera improbable al uso de OP (73,74) . Se<br />

pensaba que la reciente disminución de las poblaciones<br />

de buitres en India había sido causada por pesticidas (75-<br />

77)<br />

hasta que se descubrió que era el resultado de una<br />

interacción inesperada entre una medicina veterinaria<br />

(diclofenaco) y los riñones vulnerables de las aves (78,79) .<br />

La disminución mundial de las poblaciones de anfibios<br />

está fuertemente asociada al uso de químicos agrícolas<br />

(16,18,80) , pero parece poco probable que los insecticidas<br />

por sí sean un factor contribuyente importante (81-84) .<br />

Un ejemplo que ilustra claramente cuán difícil es lograr<br />

el consenso es la controversia sobre el impacto de los<br />

tratamientos de las semillas con insecticidas en las<br />

abejas productoras de miel (Apis mellifera) en Europa.<br />

En algunas partes del mundo, las poblaciones de abejas<br />

han disminuido drásticamente en las últimas décadas<br />

(85,86) , debido en parte a ácaros parasitarios y a brotes de<br />

enfermedades producidas por protozoarios y bacterias.<br />

Sin embargo, en 1994, apicultores franceses reportaron<br />

comportamientos inusuales y mortalidad entre las<br />

abejas que se alimentaban de girasoles tratados con el<br />

neonicotinoide imidacloprid al sembrar las semillas. Se<br />

reportó que estos efectos se acentuaban año tras año<br />

y ocurrían inmediatamente después de la floración. El<br />

imidacloprid fue implicado como el agente causante del<br />

problema a pesar que en 1998, la Comisión Francesa de<br />

Sustancias Tóxicas revisó su impacto y descubrió que<br />

los datos no vinculaban “de manera irrefutable” a este<br />

insecticida o sus metabolitos con los efectos en las abejas.<br />

Se recomendó realizar estudios complementarios, pero<br />

en 1999, se suspendió los tratamientos de las semillas<br />

de girasoles con imidacloprid hasta obtener los datos.<br />

Esto fue considerado como una victoria del “principio<br />

de precaución” y se estableció, en parte, simplemente<br />

debido a que se había demostrado que los girasoles<br />

absorbían el imidacloprid del suelo y lo transportaba<br />

a toda la planta. El mismo fundamento y los continuos<br />

problemas con la mortalidad de las abejas y la producción<br />

de miel dieron como resultado la suspensión del mismo<br />

tratamiento en el maíz, en el 2004. También se prohibió<br />

un tratamiento alternativo para las semillas (fipronil)<br />

de girasol al descubrir residuos de este producto en<br />

plantaciones de girasoles en floración. En la actualidad<br />

estas prohibiciones continúan esperando la revisión de<br />

una Comisión Europea.<br />

Gran parte de la evidencia a favor y en contra de los<br />

efectos nocivos de los tratamientos de las semillas del<br />

girasol con imidacloprid en las poblaciones de abejas se<br />

encuentra en informes gubernamentales y de la industria;<br />

pero es verdad que bajo algunas circunstancias, el<br />

polen y néctar del girasol puede contener residuos de<br />

imidacloprid en el rango de 1-10 ppb (87) . Otros autores<br />

afirman que los residuos en el néctar y polen de girasoles<br />

en el campo cuyas semillas han sido tratadas con<br />

insecticidas son


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

ejerce dichos efectos, de manera más convincente es<br />

mediante la disminución de la asistencia y la proporción<br />

de abejas que se alimentan de manera activa en fuentes<br />

de alimento artificiales contaminadas (6-24 ppb) (95-97) .<br />

Sin embargo, todavía no está claro si este es el resultado<br />

de la toxicidad subletal o de un efecto menos insidioso<br />

(es decir, repelente o antinutriente).<br />

A pesar de las prohibiciones, las cosechas de miel<br />

provenientes de girasoles en Francia continuaron<br />

empeorando con el transcurrir de los años. La cosecha<br />

del año 2000 fue sólo 30-40% de la producción de<br />

1995-1996 y las enfermedades continúan siendo un<br />

factor importante (una encuesta nacional en Francia<br />

observó que 76% de las colmenas sufrían por lo<br />

menos una enfermedad grave (98) ). En otros países<br />

y en plantaciones de semilla de colza (que a menudo<br />

son una fuente importante de polen y néctar para<br />

las abejas en determinadas épocas del año), no se<br />

ha asociado los tratamientos de las semillas con<br />

imidacloprid con la disminución de abejas. Estudios de<br />

investigación en los principales países productores de<br />

miel como Canadá (donde los tratamientos de semillas<br />

con imidacloprid son utilizados en las plantaciones de<br />

papa) y Argentina (en girasoles) no demostraron ningún<br />

dato que pueda justificar una prohibición. En el 2003,<br />

la Comisión Internacional para las Relaciones Planta-<br />

Abeja, después de haber revisado el argumento sobre<br />

los efectos nocivos de los tratamientos de las semillas<br />

en las abejas, concluyó que “era poco probable que la<br />

disminución de la salud de las abejas y el desempeño<br />

de la colonia, reportada en varios países, tuviera una<br />

sola causa” (99) .<br />

Lo que sí queda claro a partir de esos ejemplos es que<br />

nos vemos forzados a aceptar una de las dos opciones<br />

sobre la evaluación del riesgo: 1) que los métodos de<br />

evaluación concuerden, estandaricen e implementen a<br />

escala regional y mundial o 2) que cada región o país<br />

implemente su propio sistema dando como resultado<br />

recomendaciones completamente diferentes. La primera<br />

opción corre el riesgo de ser demasiado inflexible y no<br />

poder seguir el ritmo a los desarrollos ecológicos y<br />

metodológicos. La segunda sería un cierto triunfo para<br />

los grupos fuertemente dogmáticos que ejercen presión<br />

ya que requeriría la aceptación que los datos empíricos<br />

no tienen interpretación universal y por lo tanto esa<br />

política se puede decidir de manera subjetiva.<br />

EFECTOS DIRECTOS<br />

Es probable que la gran mayoría de eventos por<br />

envenenamiento con insecticidas en organismos que no<br />

son el objetivo, especialmente aquellos que afectan a<br />

las especies menos conocidas o no emblemáticas en los<br />

países en vías de desarrollo, no se registren. Los ejemplos<br />

que se presenta a continuación, analizan un pequeño<br />

subgrupo de eventos por envenenamiento directo o<br />

cambios en los niveles de la población y distribución de<br />

especies. Los cambios en la población pueden ser el<br />

resultado de la toxicidad directa o los efectos subletales<br />

que se manifiestan tales como la reducción del tiempo<br />

de vida, tasas de desarrollo, fertilidad, fecundidad,<br />

proporción de sexos y comportamiento (por ejemplo,<br />

alimentación, forrajeo y reproducción). Existe abundante<br />

bibliografía donde se catalogan dichos efectos (algunas<br />

revisadas por Stark y Banks (100) ). Los reportes de<br />

toxicidad directa en la década de 1960 y principios<br />

de 1970 estaban dominados por los organoclorados<br />

altamente persistentes (diclorodifeniltricloroetano, DDT)<br />

y su profundo efecto en las poblaciones de aves de rapiña<br />

(101) . La mayoría de estos químicos fueron reemplazados<br />

por organofosforados y carbamatos, durante la década<br />

de 1970 y 1980 y estos también demostraron ser en<br />

ocasiones devastadores para muchas poblaciones<br />

de aves, generalmente como resultado de la ingesta<br />

de semillas o granos tratados con estos insecticidas<br />

-revisado por White y Kolbe- (102) . Durante este periodo,<br />

el uso de gránulos de carbofurán en los campos de maíz<br />

en América del Norte sin duda tuvo un efecto devastador<br />

en especies de aves granívoras (103,104) .<br />

Los datos proporcionados hicieron que un grupo calculara<br />

que 60-70 millones de aves de América del Norte<br />

estaban muriendo anualmente en los Estados Unidos<br />

como resultado directo de la exposición a pesticidas (105) .<br />

Estas cifras continúan siendo ampliamente citadas (25,106)<br />

pero es interesante observar que en la actualidad tienen<br />

poca relevancia para la situación actual de América del<br />

Norte. La mayoría de las formulaciones granulares de<br />

carbofurán han sido prohibidas en los Estados Unidos<br />

y ninguna formulación granular de este pesticida está<br />

registrada en Canadá (107) . No se puede suponer que<br />

otras formulaciones o insecticidas demuestren efectos<br />

similares. Un estudio exhaustivo en un huerto, sobre<br />

los efectos de aplicaciones líquidas repetidas de otro<br />

carbamato, metiocarb, reveló que no se produjo “ningún<br />

peligro grave” para ninguna de las docenas de especies<br />

de aves estudiadas (108) . En general, parece verdad<br />

que en los países desarrollados, después del retiro de<br />

algunos insecticidas y el cambio en los patrones de uso,<br />

las poblaciones de especies de aves afectadas se han<br />

recuperado en gran parte (109) .<br />

Sin embargo, en otras partes del mundo, los OP y<br />

carbamatos todavía están asociados con eventos de<br />

envenenamiento directo. El envenenamiento masivo de<br />

>5000 halcones Swainson (Buteo swainsoni) en Argentina<br />

en 1995-1996 dio como resultado que una importante<br />

81


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

compañía de productos agroquímicos detuviera la<br />

producción de monocrotofós (110,111) . Estas aves habían<br />

estado expuestas al ingerir insectos tratados con<br />

insectidida como resultado de un brote de saltamontes<br />

en las pampas. En la India, una población de grullas<br />

Sarus en peligro de extinción (Grus antigon) vigilada de<br />

manera muy cercana estuvo amenazada después haber<br />

ingerido semillas de trigo tratadas con monocrotofós<br />

(112) . La mayoría de eventos por envenenamiento son<br />

accidentales, pero en algunos casos, los insecticidas<br />

son utilizados de tal manera que es fácil predecir que<br />

producirán un daño no deseado y extendido en especies<br />

que no son el objetivo. La aplicación del organofosforado<br />

fentión es el método predominante para controlar al<br />

quelea de pico rojo (Quelea quelea), que es una de las<br />

principales aves plagas en las regiones semiáridas del<br />

África Subsahariana. Por lo tanto, es obvio que aves de<br />

rapiña y paserines se conviertan en víctimas frecuentes<br />

como resultado de la aplicación directa del pesticida y<br />

al ingerir los cadáveres contaminados de las aves (que<br />

pueden ser encontrados hasta a veinte kilómetros o más<br />

del lugar de control), los artrópodos terrestres también<br />

se ven enormemente afectados (113) .<br />

Los mamíferos pequeños parecen ser por lo general<br />

más fuertes que las aves a las aplicaciones directas<br />

de pesticidas en el campo. Esto se puede deber<br />

simplemente a su comportamiento nocturno (usualmente<br />

los pesticidas se aplican de día), crepuscular y críptico.<br />

Schauber et al. (114) sugirieron que el efecto predominante<br />

de una aplicación del organofosforado azinfos-metilo en<br />

grandes lugares cercados conteniendo ratones de campo<br />

(Microtus canicaudus) y ratones ciervo (Peromyscus<br />

maniculatus) era producir un número de muertes<br />

inmediatas de las cuales las poblaciones se recuperaron<br />

en pocos meses. McEwen et al. (115) demostraron que<br />

las especies pequeñas de mamíferos que viven en los<br />

pastizales responden de manera muy individual a la<br />

aplicación de insecticidas debido a las diferencias en<br />

cuanto a su susceptibilidad innata a estos compuestos<br />

y después de la aplicación, a su capacidad de competir.<br />

El ratón ciervo fue dos veces más sensible que el<br />

ratón saltamontes (Onychomys leucogaster) y la ardilla<br />

terrestre (Spermophilus tridecemlineatus); estudios<br />

con trampas realizados después de la aplicación del<br />

pesticida, indicaron una disminución únicamente en el<br />

primero. Las respuestas de los mamíferos pequeños a<br />

la aplicación de insecticidas dependen claramente del<br />

medio ambiente y el componente químico del insecticida.<br />

Los estudios con trampas donde se capturaron ratones<br />

ciervos vivos después de la aplicación de malatión y<br />

carbaril demostraron que no se había producido una<br />

disminución de las poblaciones abundantes después del<br />

tratamiento (115) y una investigación sobre los efectos<br />

de la aplicación de malatión en volumen ultrabajo (ULV)<br />

también demostró que no se había producido ningún<br />

efecto en las poblaciones de mamíferos pequeños en<br />

el campo (116) .<br />

Como es lógico, los artrópodos que no son el objetivo,<br />

se ven a menudo gravemente afectados por el uso de<br />

insecticidas, por lo menos a corto plazo. Se ha registrado<br />

que las poblaciones que habitan en el suelo son<br />

afectadas por su aplicación en ecosistemas agrícolas,<br />

de pastizales, desiertos y bosques. Dichos efectos por<br />

lo general producen una reducción momentánea de la<br />

fertilidad y productividad del suelo (117) . Las poblaciones<br />

de invertebrados acuáticos parecen ser particularmente<br />

vulnerables. Davies y Cook (118) demostraron que<br />

la aplicación aérea del piretroide cipermetrina para<br />

combatir las plagas de lepidópteros en plantaciones<br />

de eucalipto en Tasmania, dio como resultado la<br />

contaminación de muchos arroyos y el aumento del<br />

desplazamiento de invertebrados arroyo abajo en 200<br />

veces, el día que se realizó la aplicación. Este “flujo”<br />

permaneció elevado por muchos días pero la mayoría<br />

de las especies se recuperó después de posteriores<br />

inundaciones. Las moscas de las piedras (Plecoptera) y<br />

las efimeras (Ephemeroptera) fueron las más afectadas.<br />

Asimismo, se observó cambios fisiológicos en la trucha<br />

marrón (Salmo trutta), los cuales se supone que son<br />

causados por cambios en la composición de su dieta y<br />

tal vez debido a la ingesta de cipermetrina proveniente<br />

de invertebrados muertos y moribundos.<br />

Uno de los ejemplos más comunes de cómo los<br />

insecticidas trastornan los ecosistemas de los artrópodos,<br />

es cuando su uso produce un aumento del número<br />

de plagas (“resurgimiento”) y la aparición de nuevas<br />

especies de plagas al eliminar a los depredadores y los<br />

parasitoides de dichas plagas. Esto es claramente una<br />

consecuencia de los efectos directos que los insecticidas<br />

pueden tener en las especies que no son el objetivo y<br />

ha sido observado muchas veces en pruebas de campo<br />

experimentales y a escalas mayores en insecticidas de<br />

amplio espectro (24,119-124) . Los brotes de saltamontes en<br />

algunos pastizales de América del Norte, por un periodo<br />

de treinta años, fueron atribuidos al resurgimiento<br />

causado por un programa de control químico intensivo<br />

contra los mismos saltamontes (125) .<br />

En todo el mundo existe ejemplos similares; así por<br />

ejemplo, a finales de la década de 1930, todo el valle de<br />

Cañete en Perú se dedicaba a la producción de algodón,<br />

en ese entonces la principal plaga era el gusano del<br />

tabaco (Heliothis virescens) y fue combatida, primero,<br />

con insecticidas de arsénico y luego con DDT, lindano<br />

y toxafeno. De esta manera se desarrolló la resistencia<br />

a dichos pesticidas y surgieron otras plagas debido a<br />

que los depredadores y parasitoides no resistentes<br />

82


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

fueron eliminados del sistema. A mediados de 1950,<br />

se estaba realizando 16 aplicaciones de pesticidas por<br />

año, el complejo de plagas continuaba aumentando y<br />

la producción de algodón había colapsado. En 1956 se<br />

introdujo un Programa Integrado de Manejo de Plagas<br />

que involucraba la prohibición de insecticidas orgánicos,<br />

la liberación de algunos agentes de control biológicos<br />

(principalmente avispas parasitoides de la familia<br />

Trichogrammatidae) y algunos cambios en las prácticas<br />

de cultivo y cosecha para interrumpir el ciclo de vida<br />

de este gusano. Como resultado, el cultivo del algodón<br />

una vez más se volvió sostenible (31) . La historia de la<br />

producción de algodón en el Perú es en la actualidad<br />

una historia clásica de la implementación del Programa<br />

Integrado de Manejo de Plagas, pero casi nunca se ha<br />

reportado progreso después de la década de 1960. De<br />

hecho, a pesar que el área actualmente produce pequeñas<br />

cantidades de algodón orgánico, la mayor parte de los<br />

cultivos dependen de las aplicaciones de insecticidas<br />

que se realizan como parte de un programa integrado<br />

de manejo de plagas. A menudo se puede reducir las<br />

aplicaciones de insecticidas pero casi nunca se puede<br />

eliminar. Además, las comunidades agrícolas no siempre<br />

aplican las lecciones aprendidas a todas sus actividades.<br />

El valle de Cañete en la actualidad produce muchos otros<br />

tipos de cultivos además del algodón, en un ambiente<br />

con mucho menos regulaciones y los agricultores están<br />

experimentando ahora problemas análogos (causados<br />

por el uso excesivo de organofosforados y carbamatos<br />

de amplio espectro) a aquellos que enfrentaron sus<br />

predecesores algodoneros en la década de 1950 (126-129) .<br />

Es una desafortunada realidad que los insecticidas son<br />

una opción tan atractiva y económica para el control de<br />

plagas que los agricultores no cambiarán sus prácticas<br />

de manera voluntaria a menos que un acontecimiento<br />

insuperable o una legislación los obligue a hacerlo.<br />

Los insecticidas de amplio espectro suelen tener efectos<br />

inmediatos, pero predominantemente de corto plazo<br />

(dos a tres meses) en insectos que no son el objetivo<br />

(11,130,131) . Se ha observado que el escurrimiento de<br />

insecticidas (el desplazamiento de sustancias químicas<br />

hacia áreas que no son el objetivo con ayuda del viento<br />

y la temperatura) y el contacto directo con los piretroides<br />

reduce el número de insectos que no son el objetivo en<br />

penínsulas que no han sido tratados con insecticidas<br />

(132,133) , en parcelas de subcampos (134) y en pruebas de<br />

campo a escala (135) . Asimismo, se debe observar que<br />

existe una considerable variación entre la susceptibilidad<br />

de diferentes grupos que no son el objetivo. Por ejemplo,<br />

los piretroides fluvalinato y esfenvalerato no redujeron<br />

de manera significativa las colectas de larvas de la<br />

mosca sírfida en parcelas de campo pero sí afectaron a<br />

las larvas de las mariquitas (Adalia spp). Por el contrario,<br />

el carbamato pirimicarb no tuvo efectos en las larvas de<br />

mariquitas pero sí redujo el número de larvas de sírfidos<br />

de manera significativa (131) .<br />

Los estudios que buscan cuantificar el impacto de<br />

los insecticidas en la efectividad de los enemigos<br />

naturales como agentes de control para las plagas<br />

del campo no son comunes, sin embargo, Furlong<br />

et al. (136) descubrieron que el efecto de los insectos<br />

benéficos fue mucho mayor en aquellos lugares donde<br />

se había adoptado el IPM (es decir, uso reducido de<br />

insecticidas) y mucho menor en aquellos lugares donde<br />

se practicaban los métodos convencionales de manejo<br />

de plagas. En los lugares donde se aplicaba el IPM, la<br />

contribución de los enemigos naturales a la mortalidad<br />

de la polilla de la col (Plutella xylostella) permitió el<br />

cultivo de productos comerciables sin pérdida en la<br />

producción y con una importante reducción en el uso de<br />

insecticidas. La abundancia y diversidad de los enemigos<br />

naturales era por lo general mayor en aquellos lugares<br />

donde se había adoptado el IPM. Estudios como estos,<br />

donde la disminución del parasitismo está directamente<br />

relacionada con la práctica del manejo en lugar de<br />

otros efectos indirectos (como por ejemplo la falta de<br />

presas debido a su eliminación con insecticidas) son<br />

sumamente ilustrativos.<br />

No es únicamente en terrenos agrícolas donde se ha<br />

demostrado que los insecticidas pueden ejercer efectos<br />

en el medio ambiente. El uso de insecticidas de amplio<br />

espectro durante las campañas para combatir a la<br />

mosca tsé tsé en África ha tenido graves efectos en<br />

organismos que no eran el objetivo. El uso de dieldrin,<br />

DDT y γ-HC en la sabana al sur de África afectó de<br />

manera negativa a reptiles, mamíferos pequeños,<br />

peces, aves e insectos. En África Occidental, hubo<br />

efectos similares, donde aplicaron dieldrín y endosulfán<br />

desde camiones y helicópteros en terrenos de bosque<br />

ribereños. En ese caso se notó efectos en los anfibios,<br />

monos y murciélagos y todas las clases de compuestos,<br />

incluyendo los piretroides, causaron una disminución<br />

considerable de la población de algunas especies por<br />

periodos prolongados, en particular aves insectívoras,<br />

peces y crustáceos de agua dulce (137) . Posteriormente,<br />

estas aplicaciones residuales de insecticidas fueron<br />

reemplazadas por tratamientos aéreos menos<br />

permanentes (considerados preferibles) (138,139) pero<br />

éstos continuaron ejerciendo impacto, especialmente<br />

en las poblaciones de crustáceos (140) . Desde 1980, el<br />

énfasis en el control de la mosca tsé-tsé ha cambiado<br />

a trampas tratadas con insecticida y la aplicación de<br />

baños de inmersión y tratamientos en forma de pour<br />

on (de uso externo) en el ganado. Se piensa que las<br />

especies que habían sido afectadas por los esquemas<br />

de tratamiento previos ya se han recuperado, (137)<br />

pero, incluso las aplicaciones de insecticidas dirigidas<br />

83


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

hacia un objetivo muy específico pueden tener efectos<br />

ecológicos negativos. Los tratamientos externos en el<br />

ganado han estado asociados con la disminución de<br />

las poblaciones de escarabajos peloteros debido a los<br />

residuos de insecticida que se encuentran en las heces<br />

del ganado (141) .<br />

EFECTOS INDIRECTOS<br />

Los insecticidas pueden tener efectos tóxicos directos<br />

en los organismos (letales o subletales) o pueden tener<br />

efectos indirectos debido a la eliminación de las especies<br />

que son presas o competencia. Por lo tanto, existe<br />

preocupación por los efectos potencialmente insidiosos<br />

de los pesticidas que operan a través de la cadena<br />

alimenticia (142,143) . Los impactos de los insecticidas en los<br />

invertebrados pueden reducir la disponibilidad de fuentes<br />

de alimento y afectar su productividad o supervivencia.<br />

Es obvio que las medidas simples de la toxicidad directa<br />

no son lo suficientemente adecuadas para evaluar todas<br />

las consecuencias ecológicas del uso de los insecticidas,<br />

pero no existe metodologías estándares para evaluar<br />

los efectos de los insecticidas en la eliminación de las<br />

presas y competidores y sería imposible estandarizarlos,<br />

especialmente a escala de campo.<br />

Por mucho tiempo se ha aceptado que los efectos<br />

indirectos de los insecticidas pueden ser sutiles y<br />

pueden enmascarar o confundir los efectos tóxicos<br />

directos en la población o comunidad (144) . En estudios<br />

de marcado-recaptura sobre los efectos del ciclodieno<br />

Endrín en poblaciones de Microtus spp (ratón de campo),<br />

se demostró que los efectos tóxicos directos (letales y<br />

subletales) y los efectos indirectos (no tóxicos) actuaban<br />

al unísono (145) .<br />

En parcelas experimentales, la aplicación del insecticida<br />

mató a los ratones de campo y disminuyó el número<br />

de manera local, pero, la población más lejana<br />

posteriormente respondió como lo haría frente a un<br />

despoblamiento causado por enfermedad o captura<br />

con trampas. Después de la aplicación del insecticida,<br />

hubo más reclutamientos de individuos (es decir,<br />

ratones de campo) en las parcelas experimentales que<br />

en las parcelas de control. Además, estos reclutas en<br />

las parcelas tratadas sobrevivieron mucho mejor que<br />

los nuevos individuos que ingresaron a la población<br />

de control más estable, probablemente debido a una<br />

disminución de los encuentros agresivos entre los<br />

ratones de campo en las áreas tratadas y menos<br />

pobladas. Dependiendo del periodo durante el cual<br />

se observan estos acontecimientos, la aplicación del<br />

insecticida puede tener claramente ciertos efectos no<br />

calculados en las poblaciones.<br />

Dichas interrupciones, impredecibles en el ecosistema,<br />

son comunes. En un estudio sobre el impacto de carbaril<br />

en la rana leopardo del sur (Rana sphenocephala), este<br />

pesticida no tuvo efectos directos en los renacuajos<br />

pero redujo la mortalidad de éstos al tener un impacto<br />

letal en sus depredadores invertebrados. Asimismo,<br />

disminuyó la abundancia del perifiton (plantas y animales<br />

microscópicos) que sirve de alimento a los renacuajos.<br />

El efecto general fue un aumento en la supervivencia de<br />

renacuajos pero con el predominio de individuos más<br />

pequeños (143) .<br />

En la actualidad existe poca evidencia de los efectos<br />

significativos en las poblaciones de aves como<br />

consecuencia de los efectos directos de los insecticidas<br />

en el Reino Unido (109) . A pesar de que muchas<br />

especies de aves que viven en terrenos de cultivo están<br />

disminuyendo, es difícil precisar los factores causales y<br />

todavía se desconoce los posibles impactos indirectos,<br />

provocados por el incremento del uso de insecticidas, para<br />

muchas especies de paserinos (tipos de ave) que han<br />

mostrado una disminución en su población y cambios en<br />

la distribución que coinciden con la intensificación de la<br />

agricultura (146) . Para demostrar los efectos indirectos de<br />

los insecticidas en el nivel de la población, es necesario<br />

demostrar que dichos compuestos tienen un impacto<br />

en los recursos alimenticios suficiente para reducir la<br />

capacidad de reproducción o supervivencia. Esto ha sido<br />

más claramente demostrado en el caso de la perdiz gris<br />

Perdix perdix (147-149) aunque existe también información<br />

que demuestra que los pesticidas tienen efectos<br />

indirectos en los recursos disponibles y la capacidad<br />

reproductiva de otras especies. Se ha demostrado que<br />

los insecticidas causan una disminución en el tamaño<br />

de la progenie de los escribanos cerillos (Emberiza<br />

citrinella) al reducir el número de invertebrados que son<br />

su fuente de alimento (109) . Durante el mismo estudio<br />

no se observó dichos efectos en las alondras (Alauda<br />

arvensis) pero la disponibilidad de recursos alimenticios<br />

invertebrados sí afectó la condición de los polluelos de<br />

ambos, de las alondras y los escribanos cerillos. Los<br />

autores observaron que las aves que estaban anidando<br />

se podrían beneficiar de algunas medidas tomadas<br />

para reducir el impacto del insecticida, a saber: reducir<br />

las aplicaciones de insecticidas de amplio espectro<br />

persistentes durante la estación de reproducción y<br />

proporcionar hábitats alternativos de alimentación que<br />

no hayan sido tratados con insecticidas.<br />

EFECTOS A LARGO PLAZO Y<br />

RECUPERACIÓN<br />

Existe una carencia real de datos sobre la vigilancia de<br />

los efectos de los insecticidas durante periodos de tiempo<br />

84


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

prolongados. Sin embargo, los estudios de vigilancia de<br />

los niveles de contaminantes ambientales sugieren que<br />

muchos sistemas muestran una impresionante capacidad<br />

de recuperación. La disolución, dispersión y biodegradación<br />

de los contaminantes, todos actúan, a menudo durante<br />

periodos muy largos, para reducir su impacto ecológico<br />

(150, 151) . Por ejemplo, el uso de DDT, uno de los insecticidas<br />

orgánicos persistentes más dañinos, fue prohibido en los<br />

Estados Unidos en 1973. Por la década de 1980, se había<br />

producido una reducción >90% de DDT en los peces del<br />

Lago Michigan lo cual reflejaba la degradación y disolución<br />

del producto en el medio ambiente y por lo tanto en la<br />

cadena alimenticia (152) .<br />

Además de la persistencia del insecticida, el punto<br />

hasta donde las poblaciones afectadas se pueden<br />

recuperar depende en parte del reclutamiento de<br />

nuevos individuos de un área que no ha sido afectada.<br />

La mayoría de poblaciones animales que encontramos<br />

en los terrenos agrícolas consisten en metapoblaciones<br />

– subpoblaciones distintas y separadas que están<br />

levemente conectadas por dispersión (movimiento entre<br />

áreas) pero que no experimentan las mismas alteraciones<br />

o fluctuaciones en su medio ambiente al mismo tiempo.<br />

Esta estructura general de la población permite una<br />

recuperación rápida de las especies de invertebrados<br />

en los terrenos donde se ha aplicado insecticidas (153) .<br />

Los modelos de simulación que predicen el impacto de<br />

las aplicaciones locales de pesticidas en la dinámica de<br />

la población demuestran que las posibilidades de que<br />

una población de depredadores invertebrados persista<br />

en un terreno tratado con insecticida, aumentan si existe<br />

refugios cercanos que no han sido tratados, si la tasa<br />

de aplicación del insecticida es baja o si el insecticida<br />

usado es selectivo o no es altamente tóxico. De manera<br />

menos intuitiva, los modelos también demostraron que<br />

aparentemente existe una tasa de dispersión óptima de<br />

la población de depredadores lo cual aumenta al máximo<br />

su capacidad de permanecer en los terrenos que han<br />

sido tratados con insecticidas (154) . Es razonable suponer<br />

que para una isla o un hábitat fragmentado será mucho<br />

menos probable restablecerse que aquellas poblaciones<br />

y medio ambientes contiguos y que el control espacial<br />

y temporal cuidadoso de la aplicación de insecticidas<br />

podría ayudar a la recuperación rápida de las especies<br />

que no son el objetivo y que han sido afectadas por los<br />

pesticidas (así como también, por el contrario, podría<br />

ayudar a una reinvasión por parte de las plagas).<br />

Dependiendo de sus características de espacio y<br />

de dispersión, algunas especies se verán afectadas<br />

únicamente de manera temporal por los insecticidas y<br />

se recuperarán si se detiene la aplicación. Mian & Mulla<br />

(55)<br />

observaron que cuando se utilizaba una variedad<br />

de piretroides en sistemas de agua dulce, la población<br />

de especies afectadas se recuperaba hasta alcanzar<br />

los niveles de pretratamiento en cuestión de semanas<br />

o unos cuantos meses después de la aplicación. Las<br />

poblaciones de peces, que dependían de las especies<br />

de invertebrados afectados por el alimento, también<br />

se recuperaron rápidamente. Giddings et al.<br />

(155)<br />

revisaron una serie de estudios del mesocosmo y<br />

estudios de campo utilizando concentraciones reales<br />

de cipermetrina y esfenvalerate (ambos piretroides) y<br />

revelaron que entre los organismos más sensibles se<br />

encontraban los anfípodos (camarones de agua dulce),<br />

isópodos (chanchito de tierra), culicoides, efímeras<br />

(efemerópteras), copépodos y las pulgas de agua.<br />

Los organismos menos sensibles fueron los peces,<br />

caracoles, oligoquetos (gusanos de fango) y rotíferos.<br />

Las poblaciones se recuperan, por lo general, en pocos<br />

meses como consecuencia de la presencia de refugios<br />

que no habían sido tratados con insecticidas, fases<br />

de desarrollo que eran más tolerantes que otras a los<br />

insecticidas, tiempos de generación rápidos e influjo de<br />

adultos immigrantes que no habían estado expuestos.<br />

En los estudios de Giddings, no se observó efectos<br />

indirectos en los peces pero sí en los estudios de Davies<br />

y Cook (119) .<br />

Asimismo, en una variedad de especies terrestres<br />

se puede observar que la mayoría de los efectos son<br />

temporales. Colonias de abejas productoras de miel que<br />

habían consumido niveles bajos del organofosforado<br />

metamidofós en dietas artificiales mostraron una<br />

mayor mortalidad de huevos y larvas que las colonias<br />

de control, sin embargo, las larvas que sobrevivieron<br />

se desarrollaron de manera exitosa y las colonias<br />

se recuperaron rápidamente de los tratamientos que<br />

se aplicaron una sola vez sin ningún efecto residual<br />

(156) . La aplicación de una variedad de carbamatos y<br />

organofosforados demostró ser letal para las poblaciones<br />

de lumbrícidos (gusanos de tierra) después de una sola<br />

aplicación en el campo, sin embargo, las poblaciones<br />

se recuperaron en 20 semanas -a pesar que hubo<br />

indicios de efectos en cadena en los topos debido a<br />

la eliminación de las presas- (157) . Los estudios sobre<br />

las áreas endémicas de moscas tsé tsé tratadas con<br />

endosulfáan y deltametrina, a mediados de la década<br />

de 1980, fueron evaluados nuevamente en 1997, Grant<br />

(138) estimó que todas las especies que se consideraban<br />

en peligro en ese momento, se habían recuperado.<br />

Concluyó que todos los efectos relacionados con los<br />

insecticidas eran temporales y que incluso los números<br />

de las poblaciones de especies de invertebrados más<br />

sensibles se recuperaron en un año.<br />

Uno de los programas de manejo de plagas más<br />

prolongado, cuidadosamente controlado y basado<br />

en insecticidas, fue el control de larvas de simúlidos<br />

85


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

(Simulium spp) cuyas formas adultas son los vectores<br />

de la oncocercosis en África Occidental. Cincuenta<br />

mil kilómetros de ríos en once países (un área de > 1<br />

millón de km 2 ) recibieron la aplicación de insecticidas<br />

semanalmente desde 1974 hasta el 2002 como parte del<br />

Programa de Control de la Oncocercosis (OCP, siglas en<br />

inglés) que finalizó de manera oficial en el 2002 después<br />

de haber prevenido aproximadamente unos 600 000<br />

casos de ceguera del río y de haber salvado 25 millones<br />

de hectáreas de tierra para uso agrícola y de vivienda. Los<br />

insecticidas, muchos de ellos organofosforados de amplio<br />

espectro (temefós, foxim, piraclofós), fueron utilizados<br />

de manera rotativa con otros insecticidas (permetrina,<br />

etofenprox, carbosulfán y Bacillus thuringiensis (Bt) para<br />

prevenir el desarrollo de resistencia. La vigilancia a largo<br />

plazo de sus efectos en poblaciones de invertebrados y<br />

peces que no eran el objetivo demostró poco impacto<br />

obvio (34) . Recientemente, algunas publicaciones han<br />

concluido que las variaciones biológicas encontradas<br />

eran ecológicamente aceptables (158-160) y que no<br />

se había producido ningún daño permanente en las<br />

poblaciones de invertebrados que no eran el objetivo.<br />

Ningún nivel trófico superior, particularmente el grupo<br />

de peces insectívoros, parece haber sido afectado. Sin<br />

embargo, este no ha sido el caso en todos los lugares<br />

donde se han aplicado larvicidas para controlar las<br />

larvas de simúlidos. En algunas partes del río Nilo, el<br />

uso de DDT causó profundos cambios en los recursos<br />

alimenticios disponibles para especies como el pez nariz<br />

de elefante (Mormyridae spp) y la anguila espinoza<br />

(Aethiomastacembelus frenatu) cuyas poblaciones<br />

fueron afectadas como resultado de dicho uso (160) .<br />

Los estudios de vigilancia a escalas temporales<br />

prolongadas, las cuales rastrean los efectos ecológicos<br />

secuenciales y potencialmente acumulativos en terrenos<br />

agrícolas siguen siendo raros y extremadamente valiosos.<br />

Hummel et al. (161) vigilaron poblaciones de artrópodos<br />

que habitan sobre la superficie, por un periodo de cuatro<br />

años en terrenos de producción de vegetales, bajo un<br />

sistema basado en la aplicación de químicos (endosulfán<br />

y esfenvalerato aplicados en intervalos semanales) y<br />

biológicos (Bt aplicado en intervalos semanales). Se<br />

usó trampas de suelo (pitfall, trampas donde la presa<br />

cae en un hoyo en el suelo) para vigilar escarabajos<br />

carábidos, escarabajos estafilínidos y arañas licósidas.<br />

Las capturas de las trampas de todos los grupos se<br />

vieron enormemente afectadas por la aplicación de los<br />

insecticidas pero, a pesar de la intensa presión ejercida<br />

por estos dos componentes de amplio espectro durante<br />

cuatro años, las cantidades de invertebrados no fueron<br />

diezmadas. Más bien, declinaron 20-50% del nivel<br />

encontrado en los lugares tratados con Bt. Tampoco<br />

se encontró evidencia de ningún empeoramiento<br />

acumulativo en el efecto durante los cuatro años. Al<br />

parecer, algunas poblaciones de invertebrados pueden<br />

ser muy resistentes al uso de pesticidas; por lo menos<br />

aquellas especies que tienen una distribución espacial<br />

diferente en el terreno de cultivo que aquella especie<br />

que es el objetivo del insecticida (Ejemplo, los insectos<br />

que habitan en el suelo pueden ser relativamente<br />

resistentes a los insecticidas que se aplican en las hojas<br />

de las plantas).<br />

Sin embargo, otros sistemas son más vulnerables.<br />

En diversos arroyos en Maine se estudió el efecto del<br />

carbaril en los invertebrados de agua dulce (aplicado<br />

en tasas de campo para la eliminación de la polilla del<br />

gusano del abeto). Estos arroyos recibieron tres tipos de<br />

tratamiento: 1) arroyos tratados con carbaril por primera<br />

vez, 2) arroyos tratados durante dos años consecutivos<br />

y 3) arroyos sin tratamiento. La respuesta inicial fue<br />

un enorme aumento del desplazamiento arroyo abajo<br />

de los invertebrados. Los muestreos demostraron una<br />

disminución significativa en la abundancia de plecópteros,<br />

efemerópteros y tricópteros. Las larvas de plecópteros<br />

no repoblaron ningún arroyo tratado hasta después de<br />

60 días y los arroyos tratados durante el segundo año<br />

consecutivo tuvieron bajas poblaciones de plecópteros<br />

en comparación con los arroyos que no habían sido<br />

expuestos. Algunas órdenes de invertebrados (Diptera)<br />

no fueron afectadas (162) .<br />

Estudios de campo a largo plazo realizados en el Reino<br />

Unido en diversos terrenos agrícolas (163) , sugirieron<br />

que existen pocos efectos adversos a largo plazo de<br />

los insecticidas en organismos que no son el objetivo<br />

(incluyendo insectos, arañas, gusanos de tierra y<br />

microbios de tierra). En ese estudio, la aplicación de<br />

insecticidas de amplio espectro disminuyó el número<br />

de algunos artrópodos que no eran el objetivo, pero<br />

por lo general éstos se recuperaron durante esa<br />

misma estación. Raramente se observó efectos menos<br />

temporales y éstos afectaron únicamente a colémbolos<br />

que viven en el suelo. Los números de estos organismos<br />

permanecieron comparativamente bajos en las parcelas<br />

tratadas, incluso dos años después de haber realizado<br />

la aplicación.<br />

EVALUACIÓN DEL RIESGO<br />

El término peligro se utiliza para denotar la existencia<br />

de un daño potencial mientras que el término riesgo<br />

se refiere a la probabilidad de que ese daño ocurra.<br />

Recientemente, los esquemas de evaluación del riesgo<br />

ecológico han evolucionado en sistemas complejos de<br />

evaluación y análisis. En la actualidad en la mayoría<br />

de países desarrollados ya se encuentra vigente las<br />

recomendaciones y reglamentos para la evaluación,<br />

86


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

registro y reevaluación de insecticidas (164) . Los datos<br />

que son requeridos para informar ese proceso incluyen<br />

estudios agudos, subletales, crónicos, carcinógenos,<br />

mutagénicos, metabólicos, reproductivos, neurotóxicos,<br />

de desarrollo y mecánicos en mamíferos y aves (que<br />

cubren todas las vías de exposición: oral, dérmica e<br />

inhalación) y pruebas graduales (los resultados obtenidos<br />

en un nivel que demuestre o niegue la necesidad de<br />

un posterior grupo de pruebas) en especies acuáticas<br />

y terrestres indicadoras. También incluye información<br />

sobre el comportamiento físico del producto químico<br />

en el suelo, en las superficies de las plantas y en el<br />

agua. Es una preocupación actual de muchos gobiernos<br />

clasificar los riesgos ecológicos de los insecticidas a fin<br />

de promover e informar sobre los cambios a productos<br />

menos dañinos a fin de reducir los impactos agrícolas<br />

en el medio ambiente. Esto depende de clasificar los<br />

pesticidas en base a un número manejable de pruebas<br />

estandarizadas pero esto es algo polémico debido a que,<br />

mientras que ningún parámetro puede describir o predecir<br />

en su totalidad los impactos ambientales, la inclusión de<br />

pruebas ilimitadas con diferentes metodologías para<br />

diversas especies hace imposible integrar los resultados<br />

en modelos de evaluación estandarizados (165) . El debate<br />

en curso sobre las escalas y criterios experimentales<br />

necesarios para la evaluación del riesgo (166,167) asegura<br />

que, en la actualidad, no existen modelos que se puedan<br />

aplicar universalmente. Mientras tanto, el proceso<br />

de evaluación y registro de insecticidas sigue siendo<br />

idiosincrásico y subjetivo, a pesar de una aparentemente<br />

amplia y variada bibliografía sobre ecotoxicología.<br />

La importancia de esto es que no existe un consenso<br />

global sobre el costo y el beneficio de utilizar<br />

determinados insecticidas. Por ejemplo, el endosulfán<br />

está prohibido en Colombia, Alemania, el estado indú<br />

de Kerala, los Países Bajos, Singapur, Suecia, Siria y el<br />

Reino Unido, entre otros. Sin embargo, en muchos países<br />

africanos y en casi todas las naciones productoras de<br />

algodón (incluyendo los Estados Unidos y Australia) su<br />

uso es común. Dichas irregularidades son muy comunes<br />

en los países en vías de desarrollo donde no existen<br />

procedimientos para el registro, conocimiento relevante<br />

localmente sobre los efectos ambientales ni información<br />

básica sobre la toxicidad o eficacia de los compuestos<br />

que usan (168-170) . Los insecticidas “altamente tóxicos” son<br />

la principal categoría de pesticidas en uso en muchos de<br />

los países más pobres y más de 50 de los 60 países en<br />

vías de desarrollo que respondieron un cuestionario de<br />

la FAO en 1993 reportaron que no estaban estudiando<br />

los efectos de los pesticidas en el medio ambiente (167) .<br />

Los estudios del impacto de los insecticidas en los países<br />

en vías de desarrollo son raros sin embargo, como es<br />

lógico, ya se han observado los efectos en el suelo, el<br />

agua de ríos y aguas costeras, los peces y animales de<br />

pastoreo (171,172) . Muchos países en vías de desarrollo<br />

ya están usando pesticidas en tasas de aplicación que<br />

exceden a aquellas relacionadas con los principales<br />

daños ecológicos en Europa y América del Norte. Esto<br />

es estimulado por la disponibilidad de insecticidas<br />

baratos, genéricos y producidos de manera local (173) .<br />

En esta era de comercio agrícola cada vez más libre, las<br />

condiciones bajo las cuales se producen las fuentes de<br />

alimento y fibras es un asunto de importancia universal.<br />

Por lo tanto, sería deseable lograr un consenso – incluso<br />

únicamente para asegurar la igualdad de la seguridad<br />

ambiental- entre los países desarrollados y los países<br />

en vías de desarrollo.<br />

Es importante observar que la necesidad de usar un<br />

insecticida en particular cambiará radicalmente con el<br />

tiempo, localidad y propósito. En los Estados Unidos<br />

no existe autorización para utilizar el organofosforado<br />

temefos en fuentes de agua para el control de<br />

mosquitos, debido a los riesgos que representa para el<br />

medio ambiente y la salud de los seres humanos. Sin<br />

embargo, en muchas partes del mundo el temefos se<br />

utiliza en tanques de almacenamiento de agua para<br />

prevenir el desarrollo del mosquito Aedes aegypti (53,174)<br />

que transmite el virus del dengue. En África Occidental<br />

se aplica en el agua para beber a fin de matar un<br />

copépodo, hosperdero intermediario del gusano de<br />

guinea Drancunculis medinensis (175) . Estos últimos<br />

usos son recomendados por la OMS basados en la<br />

evaluación del riesgo de utilizar temephos contra el<br />

riesgo de contraer la enfermedad. El argumento actual<br />

a favor de restablecer el uso de DDT para el control de<br />

mosquitos surge del hecho que existen pocas razones<br />

para sospechar que la aplicación de DDT en el interior de<br />

las viviendas para el control de la malaria es perjudicial<br />

para el medio ambiente (176,177) .<br />

La gran mayoría de los datos utilizados en los modelos<br />

existentes de evaluación del riesgo de los insecticidas<br />

se encuentra bajo la forma de simples cálculos de<br />

la dosis letal (DL) o concentración letal (CL). Esto es<br />

valioso, pero la información que proporciona es limitada<br />

debido a que los efectos subletales que pueden afectar<br />

a las poblaciones son concentraciones mucho menores<br />

que aquellas observadas en pruebas de toxicidad<br />

aguda (178-182) . Giddings et al. (155) demostraron que las<br />

observaciones de efectos adversos a concentraciones<br />

más bajas para los piretroides cipermetrina y esfenvalerato<br />

en mesocosmos experimentales correspondían a<br />

valores de 1/10 de aquellos obtenidos en pruebas de<br />

laboratorio más simples. En algunos casos pueden<br />

estar disponibles pruebas más reales sobre efectos más<br />

sutiles (bioquímicos, fisiológicos o de comportamiento)<br />

como respuesta a una exposición más real (residuos<br />

en las hojas, presas tratadas con insecticida, etc.), pero<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

por lo general no se conoce mucho cómo evaluarlos en<br />

términos de su impacto previsto en las poblaciones o<br />

individuos en el campo o en comunidades ecológicas.<br />

Estudios de campo de los efectos de los insecticidas en<br />

poblaciones que no son el objetivo (trampas de caída<br />

(pit-fall), captura con red, etc.) son raros debido al costo<br />

y a sus características impredecibles y las pruebas a<br />

largo plazo casi nunca se reportan.<br />

Las evaluaciones de la ecotoxicidad mejorarían<br />

claramente mediante el desarrollo de métodos<br />

estandarizados que consideren un mayor subgrupo de<br />

efectos (directos, indirectos, subletales y demográficos)<br />

que un insecticida pudiera ejercer. Esto podría incluir el<br />

uso de tablas de vida para caracterizar las respuestas<br />

de los individuos durante su ciclo de vida (registro de<br />

mortalidad y reproducción) a fin de proporcionar una<br />

descripción de series de tiempo de la toxicidad y una<br />

medida del efecto en las tasas de crecimiento de la<br />

población. Estos indicadores claramente reflejarían los<br />

efectos que no se pueden observar únicamente con las<br />

pruebas de toxicidad aguda (183) . Un ejemplo de una<br />

metodología altamente controlada en laboratorio y de<br />

fácil replicación es una prueba de exposición para los<br />

organismos meiobentónicos. Utilizando un copépodo<br />

como la especie de prueba, Chandler et al. (178)<br />

expusieron las larvas al insecticida fenil pirazol, fipronil;<br />

hicieron seguimiento de las tasas de supervivencia y de<br />

desarrollo, el porcentaje de sexo y fecundidad mediante<br />

el apareamiento y producción de progenie, luego,<br />

las tasas de mortalidad y fecundidad se usaron para<br />

proyectar la distribución de la población. Los resultados<br />

demostraron que las concentraciones bajas de fipronil<br />

daban como resultado efectos en la reproducción, que<br />

representaban un riesgo real para los crustáceos, en<br />

concentraciones muy por debajo de las dosis que se<br />

consideraban que no tenían efectos en la mayoría de las<br />

especies acuáticas de prueba. Estas clases de pruebas<br />

contribuyeron mucho en los modelos de evaluación<br />

de riesgo, sin tener que recurrir a los caprichos de las<br />

pruebas de campo, sin embargo claramente toman<br />

mucho más tiempo y dinero realizarlas e incrementaría<br />

mucho los costos de evaluación.<br />

Las entidades que legislan, dan asesoría y aprueban los<br />

registros y el uso de los insecticidas necesitan alguna<br />

medida de toxicidad relativa basada en metodologías<br />

estandarizadas, requisitos de datos y modelos para<br />

la evaluación, que deben ser sólidos y aplicables<br />

universalmente (184) . En un intento de estandarizar las<br />

evaluaciones, se diseñó una variedad de “indicadores” a<br />

fin de facilitar el análisis del riesgo. Estas herramientas<br />

clasifican el impacto ecológico de las sustancias químicas<br />

utilizando clasificaciones generales que a menudo son<br />

independientes de las consideraciones empíricas.<br />

Se ha hecho algunas comparaciones del impacto de<br />

los sistemas de producción agrícola “integrados” y<br />

“convencionales” utilizando poco o ningún dato empírico<br />

en absoluto (185,186) y de manera autoevidente y engañosa<br />

concluyen que los sistemas que usan dosis más bajas<br />

de sustancias químicas por hectárea, químicos menos<br />

tóxicos y métodos de aplicación de insecticidas que<br />

permiten poco derrame de insecticida, tienen menos<br />

impacto que aquellos que no hacen eso. Modelos como<br />

el Cociente de Impacto Ambiental (EIQ, por sus siglas en<br />

inglés) ) consisten en ecuaciones que suman los efectos<br />

combinados de las variables complejas que incluyen<br />

la toxicidad dérmica y crónica en humanos, efectos<br />

en peces, aves, abejas y artrópodos benéficos que no<br />

son el objetivo y efectos abióticos como el potencial de<br />

lixiviación (184) .<br />

Potencialmente, estos son más realistas pero difíciles de<br />

estandarizar debido a la necesidad de sopesar de manera<br />

subjetiva las variables otorgándoles un valor numérico.<br />

Maud et al. (166) revisaron cuán apropiados eran una<br />

variedad de índices de riesgo (incluyendo el EIQ) para<br />

usarlos para la elaboración y evaluación de políticas en<br />

el Reino Unido. No existió una adecuada correlación<br />

entre la clasificación de los 133 pesticidas empleados<br />

en la evaluación cuando se usaron únicamente datos<br />

toxicológicos. La correlación mejoró cuando también<br />

se incorporó información sobre las tasas de aplicación<br />

recomendadas pero todavía existía una amplia variación.<br />

Además, la mayoría de pesticidas se agruparon en una<br />

parte muy limitada del rango de índices potenciales. El<br />

principal problema identificado en la aplicación de los<br />

índices fue la falta de datos de campo disponibles.<br />

A pesar de los problemas que enfrentan aquellas personas<br />

que se encargan de evaluar y registrar los insecticidas,<br />

los marcos de trabajo existentes se vienen usando de<br />

manera muy activa a fin de adecuar los patrones de uso<br />

de insecticidas en los países desarrollados. Algunos<br />

ejemplos de dicha actividad incluyen que desde 1990<br />

la EPA prohibió en forma total o parcial muchos de<br />

los insecticidas más tóxicos incluyendo el clordano,<br />

clorpirifos, disulfotón, etión, paratión de metilo, metilooxidemeton,<br />

forato y toxafeno. La directiva de la Unión<br />

Europea para el registro y armonización de pesticidas<br />

viene reemplazando de manera activa los componentes<br />

antiguos con químicos de “riesgo reducido” (187) . En el<br />

Reino Unido, el DEFRA (Ministerio para Asuntos del<br />

Medio Ambiente, Alimentos y Asunto Rurales) viene<br />

preparando argumentos para la posible creación de<br />

un deseable impuesto para los insecticidas (27) . A<br />

pesar de las constantes preocupaciones, el análisis<br />

total del riesgo/beneficio del uso de insecticidas ha<br />

mejorado enormemente en los países desarrollados<br />

particularmente si se comparan los diversos y notorios<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

problemas causados por las clases de químicos más<br />

antiguos y más problemáticos como los órganoclorados,<br />

órganofosforados y carbamatos más dañinos. Por lo<br />

tanto, existen motivos para un optimismo precavido, sin<br />

embargo los problemas del abuso de pesticidas continúa<br />

prevaleciendo en aquellos sistemas donde existe poca o<br />

ninguna maquinaria legislativa.<br />

BENEFICIOS ECOLÓGICOS DEL USO DE<br />

INSECTICIDAS<br />

El concepto de “conservación de alto rendimiento” es una<br />

idea no bien definida (188) , que propone que las áreas<br />

agrícolas altamente productivas y trabajadas de manera<br />

intensiva ayudan a preservar aquellas tierras restantes<br />

que son adecuadas para la agricultura que permanecen<br />

sin explotar (en su mayoría bosques). Esta hipótesis es<br />

apoyada por algunos científicos y comentaristas (189) así<br />

como también por organismos que están comprometidos<br />

de manera ideológica con la agricultura intensiva<br />

como por ejemplo el Instituto Hudson, el Centro para<br />

Asuntos Globales de Alimentos y algunas compañías<br />

agroquímicas. Este argumento se basa en el hecho que<br />

la riqueza de las especies está relacionada con el área<br />

de hábitat salvaje. Cuando esa área disminuye, también<br />

disminuye el número de especies que alberga (190) .<br />

La importancia de la conservación del hábitat salvaje es<br />

por lo tanto reconocida universalmente y es posible que<br />

la agricultura intensiva cumpla un papel en ese proceso,<br />

al reducir la necesidad de explotar con agricultura de bajo<br />

rendimiento las áreas restantes que se mantienen en<br />

estado virgen (siempre y cuando se minimice el impacto<br />

de las tierras de agricultura intensiva en los terrenos<br />

adyacentes y el agua). Entre 1961 y el 2002 existió 10%<br />

de incremento mundial del área global de producción<br />

agrícola (4) , la mayoría producto de la deforestación.<br />

No existe duda de que la idea de “conservación de alto<br />

rendimiento” tiene cierta validez, sin embargo, pocos<br />

autores mencionan el concepto de manera explícita al<br />

discutir los procesos de producción agrícolas. Wagner et<br />

al. (191) observaron que los resultados de estudios a largo<br />

plazo en bosques en América del Norte demuestran<br />

ganancias muy grandes en la producción luego del uso<br />

de herbicidas. Ellos observaron que las demandas de<br />

la conservación de hábitats silvestres y biodiversidad<br />

requieren que el área actual de bosque administrado<br />

de manera comercial satisfaga la creciente necesidad<br />

de productos madereros. Las plantaciones de alto<br />

rendimiento y manejadas de manera intensiva podrían<br />

ser cruciales para satisfacer esa necesidad.<br />

La idea de que pueda existir un beneficio tangible para<br />

un ecosistema después del uso de insecticidas es para<br />

muchos un anatema, sin embargo, existen ejemplos<br />

ocasionales donde este argumento es muy avanzado.<br />

La polilla gitana (Lymantria dispar L.) es una especie<br />

exótica e invasiva que perturba de manera significativa<br />

los ecosistemas de bosques en América del Norte. La<br />

defoliación intensa causada cuando los brotes de polilla<br />

gitana no son controlados tiene un impacto ambiental<br />

grave que se puede comparar con el impacto del uso de<br />

insecticidas para el control de esta polilla (por lo general<br />

preparaciones de Bt específicos para lepidópteros). Por<br />

ejemplo, las consecuencias por no utilizar insecticidas<br />

para el control de la polilla gitana podría ser la defoliación<br />

a gran escala que puede afectar de manera dramática<br />

las poblaciones de Lepidópteros nativos (192,193) . Las<br />

polillas gitanas compiten con las orugas nativas por el<br />

alimento disponible y se ha observado la disminución en<br />

la abundancia y riqueza de larvas y adultos de la familia<br />

Arctiidae (polillas tigre) en lugares infestados (194) . Además<br />

de este impacto en los Lepidópteros, se ha documentado<br />

muchos otros efectos directos e indirectos de la defoliación<br />

causada por la polilla gitana en ecosistemas naturales.<br />

La defoliación puede causar la muerte de los árboles<br />

(especialmente el roble) (195) y se ha demostrado que<br />

aumenta la tasa de depredación de nidos de las aves,<br />

posiblemente al aumentar la visibilidad o accesibilidad a<br />

los nidos (196) . La defoliación de los robles también provoca<br />

la disminución de la producción de bellotas de manera<br />

dramática, lo que puede causar la disminución del número<br />

de mamíferos pequeños, así como también alterar los<br />

patrones de alimentación de los grandes herbívoros y<br />

omnívoros como el venado y el oso (197,198) .<br />

El aumento de la temperatura y la luz solar en el suelo<br />

del bosque puede dañar los organismos que se han<br />

adaptado a la sombra y favorecer la invasión de plantas<br />

mejor adaptadas. Se cree que la defoliación causada<br />

por la polilla gitana es una de las razones por las que<br />

el maple rojo (Acer rubrum) está reemplazando al roble<br />

(Quercus spp) como una especie predominante en<br />

algunos bosques previamente defoliados en América<br />

del Norte (199) y también se ha demostrado que afecta<br />

la calidad del agua y los ecosistemas de agua dulce<br />

al aumentar el contenido de nitrato de los arroyos del<br />

bosque (200,201) .<br />

Existe ejemplos más específicos de un vínculo positivo<br />

entre los insecticidas y la conservación. Bevill et al.<br />

(202)<br />

sugirieron que la planta Cirsium canescens, que<br />

es endémica a un área de América del Norte, debiera<br />

ser protegida de sus insectos herbívoros mediante el<br />

uso de insecticidas. Otros autores refutan que dicha<br />

“intervención de exclusión de insectos” (es decir,<br />

el tratamiento localizado de plantas raras) sea una<br />

estrategia de conservación (203,204) .<br />

89


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

LA ALTERNATIVA: MANEJO DE PLAGAS<br />

CON REDUCCIÓN DE LA APLICACIÓN DE<br />

INSECTICIDAS<br />

La agricultura orgánica (o sea, sin aplicación de<br />

productos sintéticos) es un mercado “nicho” que crece<br />

cada vez más rápido en los países desarrollados. En<br />

la década de 1990, era uno de los mercados de más<br />

rápido crecimiento en la agricultura de los Estados<br />

Unidos y Europa. En la actualidad aproximadamente<br />

2% de los terrenos de cultivo de California son<br />

orgánicos. La producción de las parcelas orgánicas es<br />

a menudo competitiva con la producción de parcelas<br />

convencionales, pero son más impredecibles (205) . Las<br />

pérdidas posteriores a la cosecha también tienden a<br />

ser mayores para los cultivos orgánicos que para los<br />

cultivos convencionales, los cuales suelen dar como<br />

resultado un mayor costo de producción final. A pesar<br />

de esto, las ganancias de los cultivos orgánicos y los<br />

convencionales, a menudo son iguales ya que existe<br />

un precio más elevado por los productos orgánicos.<br />

Sin embargo, el mercado libre sugiere el incremento de<br />

los productos orgánicos darán como resultado precios<br />

más bajos y reducirá la rentabilidad. La transición de la<br />

agricultura convencional a la orgánica es frecuentemente<br />

difícil (nuevas inversiones agrícolas, periodos de espera<br />

antes de la certificación y ganancias menos predecibles)<br />

y los agricultores tal vez no puedan lograrlo sin subsidios<br />

(173) . Sin embargo, en algunos lugares, donde convergen<br />

mercados menos competitivos, con expectativas de<br />

una ganancia baja y la falta de poder adquisitivo, es<br />

ciertamente posible prescindir de una gran parte del<br />

uso de productos sintéticos (Ejemplo, Cuba después del<br />

colapso de la República Soviética) (206) .<br />

Sin embargo, para la mayoría de los productores, alguna<br />

forma de “manejo integrado de plagas” (cuyo objetivo<br />

principal es lograr la reducción de la aplicación de<br />

insecticidas) es el paso más sencillo y más pragmático<br />

para reducir la carga de pesticidas en el medio ambiente.<br />

El manejo integrado de plagas es por lo general<br />

competitivo con la agricultura convencional en términos<br />

de los resultados, costos y rendimiento del manejo de<br />

plagas, sin embargo, desafortunadamente, no es más<br />

sencillo realizarlo, por lo tanto, los agricultores tenderán<br />

a adoptar las prácticas del manejo integrado de plagas<br />

debido a un compromiso personal con los métodos<br />

agrícolas que ocasionen menos daño al medio ambiente<br />

o, de manera más realista, debido a la legislación, la<br />

disponibilidad de pesticidas y las barreras financieras<br />

(Ejemplo, impuestos a la contaminación). En el Reino<br />

Unido, seis años de trabajo de campo (163) demostraron<br />

que la disminución del uso de pesticidas en los terrenos<br />

agrícolas convencionales es a menudo factible. En<br />

una comparación de 66 cultivos diferentes, el margen<br />

de ganancia promedio de los regimenes de menor<br />

aplicación fue 2% (£12/ha) mayor que en las estrategias<br />

de aplicación estándares y más elevadas.<br />

El manejo integrado de plagas necesita que el agricultor<br />

pueda identificar las especies de plagas y pueda<br />

entender que existe un umbral numérico para aquellos<br />

insectos, debajo del cual es poco probable que su<br />

producción se vea afectada. No “requiere que los<br />

agricultores sean parataxónomos y ecologistas”, como a<br />

veces se sugiere (207) . El manejo integrado de plagas por<br />

lo general exige, especialmente en lugares con escasos<br />

recursos, únicamente tiempo y disposición de adaptarse<br />

a técnicas de toma de decisiones ligeramente más<br />

complicadas, usualmente basadas en la comprensión<br />

de los niveles del umbral de plagas. De la manera más<br />

simple, el manejo integrado de plagas es el retiro de las<br />

aplicaciones innecesarias de insecticidas profilácticos<br />

que a su vez permitirá obtener beneficios incalculables<br />

a partir del aumento del impacto de los enemigos<br />

naturales.<br />

Esta simple adopción del manejo integrado de plagas<br />

ha demostrado ser extremadamente exitosa incluso<br />

(o tal vez particularmente) entre las comunidades<br />

agrícolas más pobres. En India, 45 000 agricultores<br />

en 465 pueblos fueron enrolados en un programa de<br />

capacitación y subsidio de agricultores “de demostración”<br />

y fueron entrenados en técnicas más complejas de toma<br />

de decisiones para la aplicación de pesticidas (por lo<br />

general haciéndoles conocer los umbrales de plagas<br />

por debajo de los cuales no se consideró necesario<br />

aplicar insecticidas). Cuando se demostró el aumento<br />

en las ganancias, otros agricultores en aquellos pueblos<br />

hicieron lo mismo. Se espera que un esquema similar en<br />

Uganda, el que inicialmente involucraba 6000 agricultores<br />

de algodón y todos los desmotadores (procesadores<br />

que separan la fibra del material de desperdicio), incluya<br />

a todos los agricultores en el año 2007 (208,209) .<br />

Vale la pena observar que, a pesar de la popularidad<br />

del concepto del manejo integrado de plagas (45) no ha<br />

disminuido el uso general de insecticidas, incluso en<br />

aquellos lugares donde el concepto es visto de manera<br />

muy favorable (Ej. el Reino Unido y California). Si el éxito<br />

del concepto del manejo integrado de plagas se juzga por<br />

la reducción del área de tierras tratadas con insecticidas,<br />

entonces este concepto claramente ha fracasado. Sin<br />

embargo, tal vez es un triunfo el simple hecho de haber<br />

mantenido estático el uso de insecticidas durante un<br />

periodo de creciente intensificación agrícola.<br />

La nueva y más importante tecnología para el manejo<br />

de plagas que ya está teniendo un impacto en la manera<br />

cómo los insecticidas son seleccionados, son los cultivos<br />

90


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

genéticamente modificados (GM), algunos de los cuales<br />

en la actualidad están modificados para expresar deltaendotoxinas<br />

de Bt. Por lo general estas toxinas con<br />

activas únicamente contra un grupo de herbívoros y por<br />

lo tanto son más específicas que muchos insecticidas<br />

sintéticos. Su eficacia para combatir las plagas que son<br />

el objetivo compite con la de los productos sintéticos. Uno<br />

de los objetivos del desarrollo de plantas GM resistentes<br />

a insectos es proporcionar un medio más sostenible y<br />

más específico de control de plagas. En la actualidad<br />

el algodón y el maíz GM son producidos de manera<br />

comercial y existe un amplio consumo en todo el mundo<br />

– no solamente entre los países desarrollados-, sino<br />

también en aquellos donde los productos GM han sido<br />

adaptados (a veces pirateados) y desarrollados para su<br />

cultivo en países en vías de desarrollo (de manera más<br />

notable en China e India). En el 2003, el 29% del maíz<br />

y el 41% de los cultivos de algodón de altiplanicie de los<br />

Estados Unidos eran variedades Bt. Este último cultivo<br />

es producido en Australia, China, India y Filipinas y los<br />

agricultores que utilizan variedades de Bt frecuentemente<br />

indican una reducción en los costos laborales, uso de<br />

insecticidas o un aumento de la producción como los<br />

principales beneficios (210-212) .<br />

Los principales riesgos asociados con los cultivos que<br />

expresan Bt incluyen la posibilidad de que las plagas<br />

que son el objetivo desarrollen resistencia a las toxinas<br />

expresadas, la invasividad potencial y diseminación<br />

de genes de resistencia contra insectos en el medio<br />

ambiente otorgando esas características a la hierba<br />

mala o plantas silvestres similares (Ejemplo, el flujo<br />

entre el maíz y su familiar silvestre “el teosinto” en<br />

México) (213) . Asimismo, existe la posibilidad de la<br />

polinización cruzada entre cultivos GM y no GM de<br />

la misma especie. Esto sucedió en 1998 cuando se<br />

produjo una polinización cruzada entre una variedad<br />

de maíz GM, aprobado únicamente como alimento para<br />

animales en la América del Norte, con cultivos de maíz<br />

producidos para el consumo humano. La contaminación<br />

de este último cultivo dio como resultado que la<br />

compañía de semillas en cuestión retirara del mercado<br />

toda la cosecha. El riesgo de perder la biodiversidad y<br />

la elección del consumidor debido a esos eventos es<br />

claramente un verdadero riesgo.<br />

Los efectos de los cultivos GM resistentes a insectos<br />

en los artrópodos que no son el objetivo, especialmente<br />

aquellos que son enemigos naturales de las plagas<br />

de insectos, han sido estudiados de manera extensa<br />

durante la última década. De la misma manera que los<br />

insecticidas, las plantas GM pueden ejercer efectos<br />

directos o indirectos en una variedad de especies que<br />

no son el objetivo. Las especies de enemigos naturales<br />

pueden ser afectadas por los cambios en la cantidad<br />

o calidad de las presas u hospederos. Otras especies<br />

que no son el objetivo pueden estar expuestas por el<br />

consumo de presas o por los hospederos que contienen<br />

material de plantas GM o por alimentarse de polen<br />

o savia GM. La ecología de las especies en riesgo<br />

determinará su exposición real. Por ejemplo, en el maíz<br />

Bt la endotoxina está expresada en las hojas y no en el<br />

floema y por lo tanto las larvas de la polilla y “arañitas<br />

rojas” (ácaros) consumen la toxina Bt pero los áfidos que<br />

se alimentan de floema no lo hacen (214) . Por lo tanto, los<br />

organismos que se alimentan de áfidos o de su savia<br />

tienen menor posibilidad de estar expuestos a la toxina<br />

Bt que aquellos que se alimentan de larvas de polilla o<br />

“arañitas rojas”.<br />

La mayoría de estudios no han descubierto ningún<br />

efecto negativo inesperado de las plantas GM en<br />

los artrópodos que son enemigos naturales (215) ,<br />

especialmente al compararlas con las medidas de<br />

control de plagas convencionales y alternativas (es<br />

decir, insecticidas de amplio espectro). Los efectos<br />

negativos que se han reportado han sido por lo general<br />

leves y difíciles de predecir. Por ejemplo, la mortalidad<br />

entre las larvas de crisopas (Chrysoperla carnea)<br />

aumentó cuando eran alimentadas con larvas de<br />

polilla Spodoptera littoralis que habían sido a su vez<br />

alimentadas con maíz modificado para expresar toxinas<br />

de Bt (214,216) . Sin embargo, cuando las crisopas se<br />

alimentaban con arañitas rojas alimentadas con dicho<br />

maíz, no se observó ningún efecto dañino. Las pruebas<br />

“de elección” utilizando presas alimentadas con maíz<br />

GM demostraron que las larvas de las crisopas preferían<br />

otras presas en lugar de las polillas y que en el campo<br />

esto reduciría su exposición a las toxinas de Bt (217) .<br />

De manera similar, una avispa parasitoide de la polilla<br />

de la col (Plutella xylostella) era más atraído a semilla<br />

de colza dañada por larvas susceptibles a Bt que a las<br />

colzas Bt menos afectados por dichas larvas (218,219) . Por<br />

lo tanto, el comportamiento de los insectos que no son<br />

el objetivo afecta claramente su riesgo a la exposición a<br />

cualquier toxina potencialmente peligrosa expresada por<br />

las plantas GM.<br />

Aparentemente los cultivos manipulados para expresar<br />

toxinas insecticidas debieran retirar muchos problemas<br />

ambientales asociados con el uso no dirigido de<br />

insecticidas y por lo general se acepta que las proteínas<br />

involucradas no representan ningún riesgo perceptible<br />

para la salud humana (220-222) . Tampoco los cultivos Bt<br />

representan un riesgo importante para la abundancia<br />

o diversidad de los artrópodos que no son el objetivo,<br />

especialmente al compararlos con los cultivos<br />

convencionales e incluso cuando los riesgos potenciales<br />

han sido analizados y discutidos en detalle (Ej. la historia<br />

de la mariposa Monarca Danaus plexippus) (223-225) .<br />

91


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100<br />

Devine GJ et al.<br />

IMPLICANCIAS Y RECOMENDACIONES<br />

Debido a la naturaleza controversial y dogmática del<br />

debate sobre el uso de los insecticidas, no sorprende<br />

que sus defensores y sus opositores se hayan polarizado.<br />

Entre los últimos existe una creencia común e insidiosa<br />

que el uso de los insecticidas es indeseable. Hay poco<br />

reconocimiento del hecho que la aplicación mínima de<br />

sintéticos o formas orgánicas de agricultura son posibles<br />

únicamente en una escala limitada y para algunos<br />

cultivos. A pesar de lo atractiva que parezca la idea,<br />

dichos sistemas agrícolas no cubrirán las necesidades<br />

mundiales, continuando presente la necesidad de<br />

desarrollar sistemas intensivos de producción agrícola.<br />

Tampoco existe mucho reconocimiento del hecho<br />

que, por lo menos en los países desarrollados, está<br />

mejorando la capacidad de predecir el riesgo ecológico<br />

que representan los insecticidas. Esto, además de una<br />

mayor preocupación por el medio ambiente, sin duda<br />

está conllevando a una mejor toma de decisiones<br />

sobre temas de registros y a mejoras en el perfil de<br />

seguridad sanitaria y ambiental de los insecticidas que<br />

se comercializan actualmente en el mercado.<br />

La agricultura mundial produce en la actualidad más<br />

calorías por persona de lo que producía hace 30 años,<br />

a pesar de un aumento del 70% de la población (226) .<br />

En todo el mundo existe suficiente alimento producido<br />

como para acabar con el hambre mundial, pero los<br />

productos agrícolas se venden para obtener ganancias<br />

y las personas que padecen hambre no tienen suficiente<br />

dinero para adquirirlo; además Europa y Estados<br />

Unidos consumen más de lo que les corresponde<br />

(227) . La implementación de un sistema que permita la<br />

distribución justa de los recursos requeriría del rechazo<br />

global al modelo económico neoliberal actual de libre<br />

mercado. Hasta que esto suceda, los déficits en la<br />

producción continuarán afectando muchas partes del<br />

mundo. Los pobres que viven en las zonas rurales<br />

representan el 80% de los 800 millones de personas<br />

que padecen hambre en todo el mundo. La mayoría de<br />

estas personas dependen de la agricultura y por lo tanto<br />

el aumento de la producción agrícola y la rentabilidad<br />

pueden tener un impacto inmediato en la pobreza. Por<br />

ejemplo, el Perú experimentó una reducción de 70% en<br />

la prevalencia de hambre durante la década de 1990<br />

causado por la diversificación en las exportaciones<br />

agrícolas que incrementaron las ganancias agrícolas y<br />

crearon puestos de trabajo con “valor agregado” en el<br />

procesamiento y enlatado (o sea, el sector agrícola se<br />

alejó de la sobre producción de alimentos de primera<br />

necesidad como maíz y papas que proporcionaban<br />

bajas ganancias) (19) . Durante este tiempo, a pesar<br />

de ser un país netamente importador de alimentos<br />

con poca seguridad en los alimentos, el Perú también<br />

protegió su mercado agrícola nacional imponiendo<br />

aranceles punitivos sobre la importación (228) . No es<br />

coincidencia que, durante este periodo de crecimiento<br />

de la exportación, las ventas de productos agroquímicos<br />

aumentaran enormemente (un cálculo sugiere 27 %<br />

solamente entre 1993 y 1994 (229) ).<br />

Si lo mejor que podemos hacer es optimizar la<br />

aplicación de insecticidas a pesar de los problemas de<br />

plagas altamente impredecibles, los patrones del clima<br />

y las ganancias agrícolas, necesitamos asegurar que<br />

los insecticidas utilizados sean los más seguros entre<br />

lo que se encuentren disponibles y que se usen de la<br />

manera más moderada posible. El impacto ecológico de<br />

los sistemas agrícolas de alto rendimiento es intenso<br />

y no hay duda que los insecticidas contribuyen a ese<br />

daño mediante su toxicidad directa en las especies<br />

que no son el objetivo y al eliminar a los organismos<br />

que sirven de alimento a otros mayores en la cadena<br />

alimenticia. El problema es particularmente marcado<br />

en aquellos insecticidas antiguos y de amplio espectro<br />

y cuando los insecticidas se usan como las principales<br />

herramientas profilácticas para el manejo de plagas en<br />

lugar de utilizarse como componentes de un grupo de<br />

medidas de control. En aquellos lugares donde se ha<br />

producido un daño ecológico, los sistemas se pueden<br />

recuperar si se detiene la aplicación del insecticida,<br />

sin embargo continúan usándose muchos que son<br />

peligrosos, antiguos y persistentes. Los países en vías<br />

de desarrollo, en particular, siguen inundados con los<br />

insecticidas más peligrosos para el medio ambiente.<br />

A pesar de esto, la industria de agroquímicos es muy<br />

deshonesta en la promoción de sus productos. La<br />

empresa Croplife International (230) que representa a la<br />

industria agroquímica, en la actualidad viene ejerciendo<br />

presión para retirar los aranceles a los pesticidas a fin de<br />

mejorar el acceso a los agricultores a las herramientas<br />

que necesitan para ocuparse de los efectos adversos<br />

causados por la mala hierba, enfermedades y plagas.<br />

Esto es de particular interés para las economías<br />

agrícolas en los países en vías de desarrollo, donde<br />

estas presiones son generalmente mucho mayores. No<br />

es contencioso sugerir que lo más importante en su<br />

agenda es aquello que produzca una ganancia para la<br />

empresa. Además, la mayoría de gobiernos continúan<br />

dilatando las leyes antipesticidas más punitivas, debido<br />

en gran parte al esfuerzo y al costo que implicaría la<br />

imposición de medidas como los impuestos a los<br />

insecticidas y en parte debido a los grupos industriales<br />

y agrícolas que ejercen presión y que amenazan<br />

sus periodos de vida electorales de corta duración.<br />

Asimismo, el pensamiento político actual en los países<br />

desarrollados tiende a sobreenfatizar la capacidad del<br />

libre mercado de solucionar los problemas ambientales<br />

sin la necesidad de contar con una legislación (231) .<br />

92


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 74-100. Uso de insecticidas<br />

No se puede confiar, o incluso esperar, que las<br />

comunidades agrícolas y las compañías agroquímicas<br />

que buscan obtener ganancias en un mercado competitivo<br />

se autorregulen. Como consecuencia de esa realidad, la<br />

restricción del uso de pesticidas se logrará únicamente<br />

mediante la imposición de leyes y mediante esquemas<br />

disuasivos. Por ejemplo, el estado de California, impone<br />

un arancel adicional de 2,1% a todos los pesticidas y<br />

usa ese ingreso para financiar programas ambientales<br />

relacionados con pesticidas (232) . Sin embargo, este ingreso<br />

generado es bajo (los gastos de la agricultura en pesticidas<br />

es solamente 5% de los costos de producción agrícola)<br />

y a pesar que ayuda a financiar programas ambientales<br />

relacionados con los insecticidas, ha tenido poco efecto en<br />

la disminución del área agrícola tratada con insecticidas.<br />

Además, el impuesto no discrimina entre los pesticidas<br />

que tienen impactos diferenciales en el medio ambiente o<br />

en la salud. Creemos que, de manera ideal, los impuestos<br />

deben ser dirigidos a los químicos más peligrosos. Esta<br />

“clasificación” requiere el desarrollo de datos sólidos y<br />

replicables sobre la ecotoxicología, colectados en fichas<br />

estandarizadas de manera mundial y que se introduzcan<br />

en paquetes de evaluación reconocibles universalmente. A<br />

pesar de los caprichos de las metodologías de evaluación,<br />

en la actualidad es posible lograr el consenso popular<br />

sobre los insecticidas más dañinos y establecer su final<br />

a una escala mucho mayor de la que en la actualidad se<br />

viene implementando.<br />

Mientras que la agricultura en los países desarrollados se<br />

vuelva cada vez menos competitiva y con menos apoyo,<br />

la carga del uso de pesticidas pasará a los países menos<br />

desarrollados. Estos países producirán una gran parte<br />

de los alimentos mundiales y los alimentos de fibra en<br />

mercados altamente competitivos, a cambio de dinero.<br />

Los patrones del uso de insecticidas y su impacto en<br />

países que dependen de la agricultura y que no cuentan<br />

recursos para apoyar un control regulatorio son de mucha<br />

preocupación aunque la mayoría de las evaluaciones del<br />

riesgo son dirigidas a plagas y cultivos de ecosistemas<br />

temperados. También, las naciones más pobres no tratan<br />

de imponer prohibiciones ni establecer condiciones para<br />

el uso de los pesticidas. Se permite que los agricultores<br />

sean los únicos que toman las decisiones de manera<br />

individual – con poco acceso a información o asesoría<br />

técnica adecuada y no sesgada-. Si la producción<br />

de alimentos, el alivio del hambre y la protección de<br />

los ecosistemas son responsabilidades mundiales,<br />

entonces los países desarrollados deben cumplir una<br />

función más importante para apoyar el uso y aplicación<br />

seguros de los pesticidas a nivel mundial. A pesar de<br />

ser lo que más se anhela, los tratados mundiales sobre<br />

pesticidas toman mucho tiempo para implementarse. El<br />

proceso para establecer la Convención de Estocolmo<br />

sobre los contaminantes orgánicos persistentes (DDT,<br />

aldrin, dieldrin) se inició en 1995, décadas después se<br />

reconoció la necesidad de controlar dichos productos,<br />

tomó seis años más para que fuera ratificada en su<br />

totalidad. La actual Directiva para Autorizaciones de<br />

Pesticidas de la Comunidad Europea (91/414/EEC)<br />

entró en vigencia en 1993 y busca asegurar una mayor<br />

armonización de los pesticidas aprobados por los<br />

diferentes Estados Miembros Europeos. El proceso<br />

de revisión de 865 componentes en esos países es<br />

tan complejo que no se espera que se complete sino<br />

hasta el 2008. Mientras esperamos la llegada de dichas<br />

iniciativas pannacionales, los países desarrollados<br />

tienen el deber de transferir su experiencia, ganada con<br />

mucho esfuerzo, en la evaluación y reglamentación a los<br />

países en vías de desarrollo. Los países más pobres y<br />

que dependen de la agricultura tienen una desesperada<br />

necesidad de capacitación legislativa y técnica en<br />

temas sobre los riesgos y peligros de los insecticidas<br />

y de los recursos financieros necesarios para realizar<br />

dichas tareas. Sin un esfuerzo más global en esta área,<br />

estamos todos condenados a repetir una y otra vez el<br />

uso excesivo y el mal manejo de los insecticidas y a<br />

la destrucción constante y cada vez mayor de nuestro<br />

medio ambiente.<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

Las opiniones aquí expresadas pertenecen a los autores<br />

y no necesariamente reflejan las posiciones de sus<br />

respectivas instituciones. Rothamsted Research recibe<br />

apoyo financiero del Consejo de Investigación Biológica y<br />

de Ciencias Biológicas del Reino Unido. Agradecemos a<br />

Zoe Morán García por la traducción del artículo original.<br />

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CDPR; 2006. [Fecha de acceso: 14 de septiembre de 2007].<br />

Disponible en: http://www.cdpr.ca.gov/docs/mlassess/<br />

masesmnu.htm<br />

Correspondencia: Dr. Gregor J. Devine<br />

Dirección: Rothamsted Research, West Common, Harpeden,<br />

Hertfordshire AL5 2JQ, United Kingdom.<br />

Teléfono: Fax: +44 (0) 1582 763133<br />

Correo electrónico: greg.devine@bbsrc.ac.uk<br />

100


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108.<br />

simposio: emergenciaS y desastres<br />

GÉNESIS DE LAS CONTINGENCIAS CATASTRÓFICAS:<br />

Etiopatogenia del desastre<br />

Nelson Morales-Soto 1,2,3,a , Daniel Alfaro-Basso 2,3,4,a<br />

El riesgo, como ominosa sombra, ha acompañado al hombre desde sus orígenes.<br />

RESUMEN<br />

El Perú ha sido repetidamente afectado por diferentes desastres que han generado extensas pérdidas vitales y materiales<br />

que interfieren con el proceso de desarrollo, donde la población pobre es la más vulnerable a estos eventos. La naturaleza<br />

puede ser la causa de muchos desastres en forma de terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, deslizamientos,<br />

aludes, El Niño, desbordes de ríos, sequías, etc. También pueden ser provocados por el hombre en forma accidental<br />

(incendios, accidentes químicos, nucleares o de medios de transporte masivo) o ser intencionales (terrorismo, guerras,<br />

y otras formas de violencia).<br />

Palabras clave: Desastres; Planificación de desastres; Perú (fuente: DeCS BIREME).<br />

ABSTRACT<br />

GENESIS OF CATASTROPHIC CONTINGENCIES:<br />

EtiopatHogenESIS OF dIsasteRS<br />

Peru has repeatedly been hit by various disasters that have generated losses of life and extensive material that interfere<br />

with the development process, where the poor are the most vulnerable to these events. Nature can be the cause of<br />

many disasters as earthquakes, tsunamis, volcanic eruptions, landslides, avalanches, El Niño phenomenon, flooding<br />

rivers, droughts, etc. They can also be caused by man into accidentally (fires, chemical accidents, nuclear or mass<br />

transportation) or intentional (terrorism, wars and other forms of violence).<br />

Key words: Disasters; Disaster planning; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

Cuando la enfermedad o una lesión afectan<br />

intempestivamente la salud y amenazan la vida de<br />

una persona, estamos ante una grave contingencia<br />

individual; pero cuando miles de personas afrontan esa<br />

situación en el mismo momento y lugar, estamos ante<br />

una catástrofe.<br />

El riesgo de un elemento expuesto es definido como<br />

la posibilidad de sufrir daños en un lugar y momento<br />

determinados, también como la probabilidad de que<br />

se presenten pérdidas o consecuencias económicas<br />

y sociales debido a la ocurrencia de un fenómeno<br />

peligroso. En el riesgo hay dos factores comprometidos:<br />

la amenaza, vista como la probabilidad de ocurrencia de<br />

un evento adverso, y la vulnerabilidad, entendida como la<br />

susceptibilidad del elemento expuesto a ser afectado (1) .<br />

Cuando la amenaza y la vulnerabilidad coinciden en<br />

tiempo y espacio se crea la contingencia, si se afecta la<br />

salud del hombre se produce una emergencia médica<br />

individual o masiva. Hay un nexo indesligable entre la<br />

salud del hombre y su entorno natural, social y biológico,<br />

estos factores pueden, en ciertas circunstancias,<br />

tornarse amenazantes (2) .<br />

Todo elemento, estructura, persona o actividad puede<br />

albergar vulnerabilidades, estas pueden medirse en<br />

término de daños o pérdidas potenciales que se espera<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

a<br />

Academia Nacional de Medicina. Lima, Perú.<br />

Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias y Desastres. Lima, Perú.<br />

Hospital Regional Sur, Fuerza Área del Perú. Arequipa, Perú.<br />

Médico emergenciólogo<br />

Fecha de recepción: 10-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

101


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108.<br />

Morales-Soto N & Alfaro-Basso D<br />

se presenten de acuerdo con el grado de severidad o<br />

intensidad del fenómeno, ante el cual el elemento está<br />

expuesto. Las colectividades humanas construyen y<br />

acumulan –o desacumulan– riesgos variados, más aun,<br />

se dan grados de vulnerabilidad diferenciada según<br />

condiciones económicas y sociales, los grupos más<br />

pobres afrontan regularmente mayor incidencia de<br />

daños y pérdidas que los hace más vulnerables para<br />

nuevos impactos (3) .<br />

La cuantificación del riesgo y la intervención sobre la<br />

vulnerabilidad a través de políticas de protección y de<br />

inversión, priorizando las poblaciones que albergan<br />

mayores riesgos físicos y sociales, redunda en la<br />

seguridad integral y puede conducir a un desarrollo<br />

sostenido si es asumido con visión holística, esto es<br />

parte de la gestión del riesgo (4) .<br />

Aunque todo riesgo presupone adversidad, también<br />

significa oportunidad, y puede albergar la potencialidad<br />

de convertir los efectos adversos en posibilidades de<br />

bienestar, a esto se conoce como resiliencia. La actitud<br />

social en la construcción de la cultura del riesgo -o de la<br />

seguridad- es fundamental en la relación entre desastres<br />

y desarrollo (5) .<br />

El término evento adverso congrega toda categoría de<br />

situaciones que afectan masivamente a la comunidad<br />

extendiéndose desde las situaciones de emergencia<br />

que crean necesidad de atención médica y social por<br />

demanda masiva, hasta los desastres que desbordan<br />

las posibilidades de la atención local, el término<br />

catástrofe califica al desastre de grandes proporciones<br />

y cataclismo al superlativo de éste. No siempre es fácil<br />

aplicar la calificación a la categoría de un siniestro.<br />

Un desastre puede definirse como una situación nociva<br />

o destructiva de grandes proporciones que afecta –por<br />

lo general intempestivamente– amplias poblaciones y<br />

territorios causando daños tanto a la salud y la vida,<br />

como a la propiedad y la organización, sobrepasando<br />

la capacidad de respuesta de la comunidad y creando<br />

exigencias de asistencia exterior. Las extensas pérdidas<br />

vitales y materiales que ocasionan les confieren una<br />

Tabla 1. Daños ocasionados por algunos desastres naturales y antrópicos seleccionados. Perú: 1940-2007.<br />

Evento y lugar Año Muertos<br />

Heridos y<br />

enfermos<br />

Afectados y<br />

damnificados<br />

Pérdida $*<br />

Geodinámica<br />

Terremoto Lima (6) 1940 10 000 3 500<br />

Terremoto-Aluvión Huaraz (7) 1970 69 000 150 000 1 000 000 550<br />

Terremoto Moquegua (8) 2001 65 2 700 220 000<br />

Terremoto Pisco (9) 2007 593 1 291 655 674<br />

Hidrometeorológico<br />

Fenómeno El Niño (10) 1982-83 512 26 404 1 267 720 1 000<br />

(-12% PBI)<br />

Fenómeno El Niño (10) 1997-98 1 146 168 575 549 000 1 800<br />

Accidental<br />

Intoxicación colectiva, Cusco (11) 1999 24 42<br />

Incendio, Mesa Redonda, Lima (12) 2001 277 247 180 10<br />

Conflictos armados<br />

Subversión armada, Cusco (14) 1964-65<br />

Terrorismo, Subversión (15) 1980-95 69 280 400 000 1 500 000 30 000<br />

Conflicto del Cenepa (16) 1995 34 70<br />

Epidemiológico<br />

Cólera (17) 1991 2 909 322 562<br />

Desórdenes Sociales<br />

Pánico, Estadio Nacional, Lima (18) 1964 328 1 000<br />

Vandalismo, y saqueos, Lima (19) 1975 100 1 000<br />

* Millones de U.S. dólares.<br />

102


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108. Etiopatogénesis del desastre<br />

Tabla 2. Situaciones de emergencia y daños producidos a nivel nacional, Perú: 1993-1997.<br />

Años<br />

Total de<br />

Viviendas<br />

Hectáreas<br />

Costo<br />

Fallecidos Damnificados<br />

de cultivo<br />

Emergencias<br />

Afectadas Destruidas US $<br />

perdidas<br />

1993 116 203 434 124 65 083 2 542 6 008 000 38 638<br />

1994 259 160 141 923 2 690 19 111 5 207 500 47 936<br />

1995 312 218 54 507 7 354 2 961 4 699 500 21 272<br />

1996 311 832 180 074 20 537 7 070 73 597 000 32 589<br />

1997 480 254 62 129 36 191 6 676 10 905 800 113 658<br />

Fuente: INDECI (20) .<br />

enorme importancia social pues interrumpen el proceso<br />

de desarrollo, el Perú ha sido repetidamente afectado<br />

por estos eventos (Tabla 1) (2) .<br />

La llamada situación de emergencia tiene características<br />

afines pero, a diferencia del desastre, crea exigencias<br />

que sí pueden ser aceptablemente atendidas por la<br />

comunidad afectada. Muchos eventos adversos pueden<br />

ser resueltos adecuadamente en las grandes ciudades<br />

pero en comunidades pequeñas y aisladas pueden ser<br />

inmanejables dado los limitados recursos disponibles.<br />

Las situaciones de emergencia alcanzan escasa<br />

presencia en los medios de comunicación masiva a<br />

pesar de la inmensa importancia local que revisten pues<br />

los daños producidos y su recurrencia en ambientes<br />

ya empobrecidos depauperan a las poblaciones<br />

condenándolas al subdesarrollo, situación que crea<br />

el círculo vicioso: pobreza-desastre-más pobreza. El<br />

quinquenio 1993-1997 fue particularmente perjudicial<br />

(Tabla 2).<br />

Existe, definitivamente, una relación directa entre el<br />

grado de preparación de una comunidad y la capacidad<br />

para afrontar los efectos catastróficos de un evento,<br />

ahí radica la diferencia de porqué un evento adverso<br />

resulta solo en una situación de emergencia para una<br />

comunidad organizada pero puede llegar a constituir un<br />

verdadero desastre para otra que tiene una reducida<br />

capacidad de preparación y respuesta.<br />

Algunos desastres tienen presentación intempestiva,<br />

ocurren sin anuncio previo y no dan tiempo para<br />

advertencias, sorprenden a la población en ambientes<br />

vulnerables por lo que se incrementan los daños a la<br />

vida y la propiedad, entre ellos están los terremotos,<br />

tornados, avalanchas, entre otros; la atención<br />

inmediata de las poblaciones afectadas por un desastre<br />

intempestivo es el más desafiante reto que tiene el sector<br />

salud de cualquier país. Otros desastres tienen una<br />

presentación lenta, se da un periodo entre el momento<br />

de su generación y el impacto sobre las poblaciones<br />

expuestas permitiendo formular advertencias para<br />

la protección, esto ocurre con lluvias catastróficas o<br />

sequías, estos eventos irrogan pérdidas económicas de<br />

largo plazo.<br />

Según su origen, pueden catalogarse como desastres<br />

naturales cuando son ocasionados por fenómenos<br />

naturales de gran intensidad, como ocurre con los de<br />

origen geodinámico o hidrometeorológico, o antrópicos<br />

cuando son causados por errores, acciones u omisiones<br />

del hombre, pueden a su vez ser accidentales o<br />

intencionales; otros obedecen a agentes biológicos<br />

como las pandemias.<br />

Se describe también la ocurrencia de emergencias<br />

complejas, que son situaciones en que se produce<br />

una secuencia de eventos antrópicos y naturales, de<br />

tal forma que una situación de emergencia fácilmente<br />

alcanzará categoría de desastre.<br />

pobreza ‡ deforestación ‡ sequías ‡ hambruna<br />

‡ inestabilidad política ‡ conflictos armados ‡<br />

depauperación<br />

Al conjunto de víctimas generadas en estas circunstancias<br />

se denomina demanda masiva y la asistencia<br />

sanitaria se convierte en la mayor prioridad social<br />

tras el impacto. Las situaciones de emergencia o los<br />

desastres no generan patología nueva o diferente de la<br />

regularmente observada en la comunidad, lo que varía<br />

es:<br />

• El número simultáneo de víctimas, originado<br />

intempestivamente.<br />

• La generación del daño, en muy corto periodo.<br />

• La extrema variedad y gravedad de los daños<br />

clínicos.<br />

Si una comunidad está preparada para atender con<br />

eficacia y oportunidad sus emergencias individuales<br />

estará mejor preparada para atender los efectos de un<br />

desastre.<br />

103


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108.<br />

Morales-Soto N & Alfaro-Basso D<br />

INTERNA<br />

Terremotos<br />

Maremotos<br />

Erupciones volcánicas<br />

Lluvias<br />

Flujos rápidos<br />

Desbordes<br />

NATURALEZA<br />

GEODINÁMICA<br />

HIDROMETEOROLÓGICO<br />

Figura 1. La naturaleza como amenaza (2) .<br />

La amenaza natural como etiología<br />

Es entendida como el peligro latente asociado a un<br />

fenómeno de origen natural que puede manifestarse en<br />

un sitio específico y durante un periodo determinado,<br />

produciendo efectos adversos sobre las personas, sus<br />

bienes y el medio ambiente. El impacto potencial de<br />

una amenaza natural está normalmente representado<br />

en términos de su posible magnitud o intensidad. En<br />

términos matemáticos la amenaza está expresada como<br />

la probabilidad de ocurrencia de un evento de ciertas<br />

características en un sitio determinado y durante un<br />

tiempo específico de exposición (1) . Son múltiples las<br />

fuentes naturales de la amenaza (Figura 1).<br />

El terremoto es, en todas las latitudes, la amenaza<br />

natural más temida por el hombre. El Perú, como parte<br />

del Círculo de Fuego del Pacífico, no es ajeno a este<br />

acontecimiento; el desastre más significativo del último<br />

siglo en el Perú ha sido el terremoto ocurrido en Huaraz<br />

en 1970 (Tabla 3).<br />

La amenaza antrópica<br />

EXTERNA<br />

Aludes<br />

Aluviones<br />

Deslizamientos<br />

Tormentas y huracanes<br />

Tornados<br />

Extremos climáticos<br />

él mismo ha creado. El hombre es, definitivamente, la<br />

especie con mayor poder depredador en la creación, con<br />

el mismo ímpetu crea y avasalla, construye y destruye.<br />

Los eventos antrópicos comprenden dos grandes campos:<br />

las accidentales y las intencionales. Los accidentales<br />

pueden ocurrir en el ámbito tecnológico: químicos,<br />

nucleares, industriales, derrames, contaminación,<br />

incendios; o en el del transporte masivo: marítimo, aéreo,<br />

terrestre. Los intencionales están ligados a la violencia<br />

y en ella son de gran preocupación los conflictos<br />

armados, guerras, terrorismo, otras formas de violencia<br />

(política, común, doméstica, al infante, pandillaje, etc),<br />

los conflictos sociales, económicos, políticos, religiosos,<br />

las violaciones a los derechos humanos, los genocidios<br />

y situaciones especiales como el pánico colectivo y<br />

estampidas ocurridos en grandes concentraciones<br />

humanas (Figura 2).<br />

Violencia<br />

Según la Organización Panamericana de Salud es el uso<br />

intencional de la fuerza física o el poder, como amenaza o<br />

en forma efectiva, contra otra persona, grupo, comunidad<br />

Tabla 3. Terremoto de Huaraz, Perú 1970 (8) .<br />

Fecha<br />

El sismo<br />

El aluvión<br />

31 de mayo de 1970, 15.23 horas<br />

Magnitud: 7.8 grados Richter<br />

Epicentro: fondo marino, a 30 km de la<br />

costa de Chimbote<br />

Duración: 45 segundos<br />

Foco: pared norte Huascarán, 6500 msnm<br />

Masa: 50 millones de m 3<br />

Velocidad: más de 300 km/hora<br />

Impacto: tres ciudades (a 3 750 msnm)<br />

Daños a<br />

personas Muertos y desaparecidos: 69 000<br />

Heridos: 150 000<br />

Damnificados: 1 millón<br />

Es la peligrosidad, a nivel catastrófico, que las acciones<br />

del hombre pueden alcanzar, tal como ocurre en las<br />

guerras o los daños por desastres tecnológicos en el<br />

transporte o la industria. Las luchas por la conquista<br />

del territorio o la subyugación del adversario conllevan<br />

hechos de violencia que ocasionan víctimas y destrucción.<br />

La historia del hombre es la historia de las guerras. En<br />

breve tiempo nuestra especie ha transformado el entorno<br />

modelando la geografía, ha sobreocupado el espacio<br />

con megaciudades, ha desterrado especies animales de<br />

su hábitat lanzándolas a la extinción y se ha confinado<br />

a sí mismo en espacios limitados por la inseguridad que<br />

Daños a<br />

infraestructura<br />

Daños en el<br />

sector salud<br />

Seis ciudades destruidas, 100 con serios<br />

daños<br />

186 000 viviendas destruidas, 200 000<br />

afectadas.<br />

Redes de agua y alcantarillado<br />

destruidas.<br />

Destrucción total seis hospitales, cuatro<br />

centros de salud y 19 postas.<br />

Personal de salud fallecido: 30<br />

Hospital Regional de Huaraz (150<br />

camas): colapso de líneas vitales, en<br />

cuatro horas habían 670 heridos.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108. Etiopatogénesis del desastre<br />

TRANSPORTE<br />

Terrestre<br />

Aéreo<br />

Desbordes<br />

Guerras y terrorismo<br />

Violencia generalizada<br />

Contaminantes Q/B<br />

Figura 2. El hombre como amenaza (2) .<br />

o contra sí mismo, que cause o tenga alta probabilidad de<br />

producir lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos<br />

del desarrollo o privaciones (22) . Una visión antropológica<br />

la define como un “trágico asunto en el cual, ‘un llamado<br />

ser humano’, inflige sufrimiento intencional a otro ser<br />

humano” (23) . La violencia adopta un número ilimitado de<br />

formas desde las más sanguinarias como el terrorismo o<br />

la guerra, hasta las más sutiles como la desinformación<br />

o la alienación de las sociedades.<br />

Accidentes<br />

ANTRÓPICOS<br />

ACCIDENTALES<br />

PROVOCADOS<br />

TECNOLÓGICOS<br />

Industriales<br />

Derrames químicos<br />

Incendios<br />

Genocidios<br />

Desertificación<br />

Migraciones y miseria<br />

Aunque los grandes accidentes de la industria,<br />

particularmente química o nuclear, tienen gran visibilidad<br />

en los medios, los accidentes cotidianos del transporte<br />

tienen gran importancia vital y económica.<br />

Tabla 4. Origen y formas de violencia, mortalidad<br />

mundial, 2002 (22) .<br />

Autoinfligida Conducta suicida<br />

815 000 muertes Autolesiones<br />

Interpersonal Familiar<br />

521 000 muertes Violencia contra la pareja<br />

Violencia entre jóvenes<br />

Violación y asalto sexual por<br />

desconocidos<br />

Violencia al interior de instituciones<br />

Colectiva<br />

Social<br />

310 000 muertes Política<br />

Económica<br />

Violencia armada<br />

Genocidio<br />

Represión y violaciones de<br />

derechos humanos<br />

Según OPS/OMS la inseguridad vial es actualmente la<br />

segunda causa de mortalidad de la población menor de<br />

25 años, primera entre los 15 y 19 años, y será la tercera<br />

causa de mortalidad en América Latina en el 2020 (24) .<br />

Entre 1990 al 2000 se registró en el Perú 692 848<br />

accidentes de tránsito los que ocasionaron la muerte a<br />

31 555 personas y lesiones a otras 210 313 (25) . Estas<br />

cifras son similares a las causadas en la lucha contra el<br />

terrorismo en el país.<br />

Correlación entre Emergencias y<br />

Desastres<br />

Los daños de un evento adverso ocurren por una<br />

coincidencia de causalidades y no de casualidades. En<br />

su origen los desastres y las situaciones de emergencia<br />

pueden compartir factores etiológicos y algunas<br />

características generales:<br />

• Complejidad causal. Complejas tramas de factores<br />

de vulnerabilidad posibilitan que una amenaza se<br />

pueda convertir en un evento adverso.<br />

• Carácter cíclico. Muchos desastres y situaciones de<br />

emergencia son recurrentes y tienen períodos de<br />

retorno reconocibles.<br />

• Previsibilidad. La mayor parte de estos eventos<br />

pueden ser previstos -por sus períodos de retornoo<br />

incluso esperados en determinadas estaciones<br />

como ocurre con las lluvias o los huracanes; pocas<br />

veces hay desastres “inesperados”, son más bien<br />

intempestivos.<br />

• Variedad de los daños. Una amplia gama de<br />

daños puede esperarse, en la salud ocurren daños<br />

calificables como graves y, en la propiedad, como<br />

pérdidas.<br />

• Altos costos. Los costos ocasionados son elevados y<br />

crecientes.<br />

Las poblaciones expuestas que muestran mayor<br />

susceptibilidad para ser afectados por emergencias<br />

cotidianas –accidentes, violencias y patología común–<br />

incrementan su pobreza y su proclividad a nuevas<br />

adversidades, no es casualidad que la vulnerabilidad<br />

por ellas acumulada anteceda al desastre. Hay, pues,<br />

una línea continua entre unas y otras (Figura 3) (2) .<br />

Estas consideraciones motivaron que en el país los<br />

emergenciólogos unieran los tres campos en una<br />

especialidad: medicina de emergencias y desastres a<br />

inicios de los años 80 (26-28) y se aprobara como tal en la<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1992 (29) ,<br />

desde entonces han egresado unos 200 especialistas<br />

en este campo.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108.<br />

Morales-Soto N & Alfaro-Basso D<br />

URGENCIA INDIVIDUAL<br />

DESASTRE<br />

EMERGENCIA MASIVA<br />

Figura 3. Correlación de las contingencias en salud (2) .<br />

EFECTOS DEL DESASTRE SOBRE LAS PERSONAS<br />

Y EL ENTORNO<br />

Los desastres afectan masiva e intensamente la salud y<br />

la vida, la propiedad pública y privada, y la organización<br />

social e institucional. Por definición, los desastres<br />

superan las fuerzas y la capacidad de previsión del<br />

hombre.<br />

Los desastres tienen un impacto negativo en los<br />

países, particularmente en los de menor desarrollo,<br />

pues además de las pérdidas materiales (destrucción<br />

de infraestructura, gastos en salud, rehabilitación de<br />

servicios básicos, reconstrucción de obras de interés<br />

público) reduce el crecimiento económico por el cierre de<br />

las fuentes productivas (fábricas, agricultura, comercio)<br />

lo que afecta el empleo, la producción y la recaudación<br />

tributaria, las pérdidas obligan a contraer nuevas deudas<br />

cerrando el circuito destructivo. Los desastres son<br />

eficaces agentes de la pobreza y el subdesarrollo.<br />

El actual esfuerzo de las naciones es crear condiciones<br />

de seguridad que limiten los efectos destructivos y<br />

los costos de grandes eventos naturales y antrópicos.<br />

Tabla 5. Efectos generales de los desastres.<br />

Daños: pueden ser parciales o totales (pérdidas)<br />

Físicos Bienes: públicos y privados<br />

Medio ambiente físico<br />

Biológicos La salud y la vida de las personas<br />

Entorno biológico<br />

Sociales Producción y economía<br />

Servicios institucionales<br />

Organización comunitaria<br />

Influencia en el proceso de desarrollo<br />

Negativa Pobreza<br />

Positiva Resiliencia<br />

La década de los noventa fue proclamada como<br />

el Decenio Internacional para la Reducción de los<br />

Desastres Naturales, promovido por la Organización de<br />

Naciones Unidas (ONU), se propuso objetivos políticos,<br />

tecnológicos y culturales que lograron que los países y<br />

sus gobernantes tuvieran una visión más realista de la<br />

importancia de la vulnerabilidad y de la factibilidad de que<br />

las medidas de prevención y mitigación pueden producir<br />

un inmenso rédito biológico, económico y social. La<br />

labor de la ONU en el esfuerzo de la protección contra<br />

situaciones de emergencia y desastres se mantiene<br />

a través de la Estrategia Global para la Reducción de<br />

Desastres (EIRD, por sus siglas en inglés).<br />

Efectos sobre las personas<br />

A pesar de los efectos generales del desastre<br />

(Tabla 5) se puede observar grados diversos de daño,<br />

esta vulnerabilidad diferenciada está dada por el grado<br />

de exposición, el impacto directo del evento, topografía,<br />

suelos, características constructivas, disponibilidad de<br />

alertas, entre otros. Estos factores tienen gran influencia<br />

en el tipo, extensión y gravedad de los daños a las<br />

personas.<br />

En el ámbito de la salud y la vida puede observarse<br />

lesiones, muerte, enfermedades, alteraciones en<br />

salud mental, pobre acceso al agua y los alimentos,<br />

menoscabo en los servicios de salud (programas<br />

de salud e instalaciones sanitarias), todo ello ha sido<br />

ampliamente documentado (30-32) .<br />

Efectos sobre la propiedad<br />

La propiedad pública y privada sufre daños<br />

considerables:<br />

• Estructura: vivienda, salud, educación, mercados,<br />

templos.<br />

• Servicios básicos: agua, alcantarillado, energía<br />

eléctrica, comunicaciones.<br />

• Servicios públicos: vialidad, transportes, seguridad.<br />

• Obras productivas: regadío, industrias, empresas,<br />

servicios.<br />

De la mayor importancia es el daño en la vivienda,<br />

particularmente en los estratos pobres de la población,<br />

la exposición a los rigores del clima amplifica la patología<br />

prevalente, la pérdida de enseres y herramientas afecta<br />

su vida cotidiana y los medios para ganarse la vida;<br />

la vivienda rural y la de zonas periféricas en grandes<br />

ciudades es particularmente vulnerable a sismos e<br />

inundaciones. La pérdida de las fuentes de trabajo tiene<br />

gran repercusión social pues desata migraciones a<br />

ciudades donde hay nuevas y difíciles exigencias.<br />

106


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 101-108. Etiopatogénesis del desastre<br />

Mientras que la destrucción de los bienes públicos<br />

–caminos, puentes, obras de irrigación, hospitales– es<br />

atendida por el Estado, los daños en la propiedad<br />

privada deberán, en su mayor parte, ser atendidos por<br />

sus propietarios, esto guarda un paralelismo con el gasto<br />

en la atención de los riesgos de salud cotidianos que<br />

afronta la población (33) . Las medidas de transferencia<br />

del riesgo –aseguramientos– para resarcirse de las<br />

pérdidas están poco extendidas en el país.<br />

Efectos sobre la organización<br />

El impacto despierta intensas reacciones instintivas,<br />

útiles para la supervivencia, algunas positivas como la<br />

solidaridad y ocasionalmente negativas como los saqueos<br />

y violencia. Los desastres originados en fenómenos<br />

naturales intensos comúnmente despiertan el sentido<br />

solidario y la ayuda, interna y externa, movilizando<br />

la asistencia humanitaria, los desastres antrópicos<br />

en cambio, particularmente, los conflictos armados,<br />

acrecientan las diferencias entre las personas.<br />

Los desastres son una prueba para toda comunidad y<br />

sus organizaciones pues, por definición, avasallan la<br />

previsión humana. En la experiencia reciente, a pesar<br />

de los avances en la gestión y tecnología, los efectos<br />

adversos llevaron a niveles de colapso la capacidad<br />

de las instituciones, esto hizo que la respuesta se<br />

viera desorganizada, incoherente y tardía; ello lleva a<br />

la búsqueda incesante de metodologías operativas<br />

que permitan garantizar la capacidad de resolución<br />

institucional.<br />

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Social. Observatorio del Derecho a la Salud; 2005. p. 49-<br />

64.<br />

Correspondencia: Dr. Nelson Raúl Morales Soto.<br />

Dirección: Av. Alameda La Molina Vieja N.° 695, Dpto. 206, La<br />

Molina, Lima, Perú.<br />

Teléfono: (511) 365 8891<br />

Correo electrónico: moralessotonelson@gmail.com<br />

Consulte las ediciones anteriores de la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública<br />

en WWW.SCIELO.ORG.PE<br />

108


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17.<br />

simposio: emergenciaS y desastres<br />

LECCIONES APRENDIDAS DURANTE DESASTRES<br />

NATURALES: 1970-2007<br />

Raquel E. Cohen*<br />

RESUMEN<br />

Los desastres naturales impactan vidas y propiedades, devastando comunidades por largos periodos. En este articulo<br />

se presenta, cómo algunos conocimientos basados en experiencias y el avance de la ciencia biológica, psicosocial y<br />

de la conducta, siguen ayudándonos a entender el comportamiento del sobreviviente. La capacidad de poder aplicar<br />

lineamientos y operaciones de ayuda, obtener datos y prácticas basadas en evidencias, así como estudios empíricos en<br />

el ámbito de desastres, es un proceso evolutivo para los profesionales en este campo.<br />

Palabras clave: Salud mental; Desastres naturales; Trastornos de estrés traumático; Apoyo social; Personal de salud<br />

(fuente: DeCS BIREME).<br />

ABSTRACT<br />

LESSONS LEARNED DURING NATURAL DISASTERS: 1970-2007<br />

Natural disasters affect lives and property, devastating communities for extended periods. This paper shows how some<br />

knowledge based on experiences and progress of science biological, psychosocial and behavioural, are still helping us<br />

to understand the behaviour of the survivor. The ability to implement guidelines and aid operations, data and practices<br />

based on evidence and empirical studies in the field of disaster is an evolutionary process for professionals in this field.<br />

Key words: Mental health; Natural disasters; Traumatic stress disorders; Social support; Health personnel (source: DeCS<br />

BIREME).<br />

Los desastres naturales impactan vidas y propiedades,<br />

devastando comunidades por largos periodos. A menudo,<br />

son eventos que están más allá de nuestra habilidad<br />

de predecir, prevenir o controlar, como por ejemplo el<br />

terremoto en la región de Ica, Perú 2007. Los desastres<br />

convierten a los ciudadanos, incluyendo niños, adultos<br />

mayores, enfermos crónicos y discapacitados, en<br />

sobrevivientes que deben lidiar con traumas, pérdidas<br />

y situaciones de crisis, para poder después reconstruir<br />

sus vidas. En muchas situaciones los profesionales de<br />

la salud sobrevivientes, son al mismo tiempo, víctimas<br />

del evento y deben regresar a sus responsabilidades de<br />

emergencia y ayuda.<br />

Para organizar e implementar programas de salud<br />

mental postdesastre, se debe contar con servicios<br />

integrados, interactivos con coordinación flexible entre<br />

todas las agencias de emergencia como defensa<br />

civil, policías, bomberos, profesionales de salud y<br />

representantes del gobierno. Es importante conocer<br />

que mientras las brigadas de salud mental se están<br />

organizando para ayudar a los sobrevivientes, muchas<br />

otras actividades están lideradas por otras agencias<br />

dentro de los sistemas de gobierno/ ONG/ agencias<br />

privadas. También, estas agencias emitirán decisiones<br />

que afectarán la salud mental de los sobrevivientes<br />

que tienen otras prioridades y responsabilidades<br />

como albergues, transporte o reconstrucción de<br />

vecindarios.<br />

PRIMERAS LECCIONES / BASE CONCEPTUAL<br />

La ciencia y arte de poder comprender las reacciones<br />

humanas y como ayudar a los sobrevivientes, continua<br />

evolucionando a través del tiempo. Con el pasar de los<br />

años y a medida que adquirimos más conocimientos,<br />

los programas de salud mental en desastres han estado<br />

evolucionando y estableciendo lineamientos para<br />

planificar y organizar la ayuda a los sobrevivientes, cada<br />

* Médico psiquiatra salubrista, consultora en salud mental en desastres de la Organización Panamericana de la Salud. Faculty of<br />

Medicine, Miami University. Miami, USA.<br />

Fecha de recepción: 31-10-07 Fecha de aceptación: 14-11-07<br />

109


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17.<br />

Cohen RE<br />

vez más efectiva debido al incremento de conocimientos<br />

prácticos, conceptuales y científicos.<br />

En este articulo se presenta, cómo algunos<br />

conocimientos basados en experiencias y el avance<br />

de la ciencia biológica, psicosocial y de la conducta,<br />

siguen ayudándonos a entender el comportamiento<br />

del sobreviviente. La capacidad de poder aplicar<br />

lineamientos y operaciones de ayuda, obtener datos<br />

y prácticas basadas en evidencias, así como estudios<br />

empíricos en el ámbito de desastres, es un proceso<br />

evolutivo para los profesionales en este campo.<br />

Cuando me percaté de las necesidades de los<br />

sobrevivientes en 1970, después del terremoto que azoto<br />

al Callejón de Huaylas en el Perú, y trate de encontrar<br />

publicaciones científicas en qué basar un programa de<br />

ayuda en salud mental, encontré muy poco material. A<br />

través de los años, el contenido compartido por muchos<br />

profesionales que laboran en el área de trauma, estrés<br />

y desastres, ha permitido la posibilidad de reconocer y<br />

categorizar las reacciones, conductas y necesidades<br />

de los sobrevivientes. También pudimos observar las<br />

diferencias y las semejanzas culturales universales en<br />

algunas áreas claves de las reacciones humanas que se<br />

presentan en acontecimientos catastróficos mundiales.<br />

En 1972 ocurrió un terremoto que arrasó Managua,<br />

Nicaragua y tuve la ocasión de empezar a aplicar<br />

conocimientos científicos y adaptarlos a las lecciones<br />

que empezaba a aprender de las necesidades de los<br />

sobrevivientes. El equipo de profesionales bilingües y<br />

biculturales que viajó desde Boston, USA para ofrecer<br />

ayuda, encontró que se pudo relacionar fácilmente con<br />

los profesionales que se acoplaron al equipo, existían<br />

lazos culturales y el lenguaje en común. También pude<br />

notar que los sobrevivientes y los profesionales de las<br />

agencias de emergencia estaban confundidos cuando<br />

se les presentó conocimientos técnicos y temas como:<br />

a) el estado de crisis debido al estresor del terremoto<br />

y sus consecuencias, b) las reacciones del trauma<br />

psicológico, c) los procesos de afrontamiento, y d) los<br />

procesos de cambio, resignación y adaptación. Me<br />

di cuenta que si queríamos aumentar los equipos de<br />

asistencia tendríamos que educar y capacitar a todos<br />

los niveles del programa de asistencia de emergencia,<br />

porque el conocimiento de ayuda en salud mental<br />

a los sobrevivientes todavía no era bien conocida.<br />

Desde entonces, los componentes de programas de<br />

capacitación, educación y consultoría para profesionales<br />

de emergencia son parte de todo programa de ayuda en<br />

desastres (1) .<br />

En 1974 el gobierno estadounidense promulgó una ley de<br />

emergencia, ordenando que en todo programa de ayuda<br />

en desastres exista un componente de salud mental (2) ;<br />

sin embargo, en esa época todavía no se conocía qué<br />

componentes tendrían que ser incorporados en una<br />

capacitación para salud mental en desastres. El gobierno<br />

me pidió que capacitara a un número de profesionales<br />

en varios estados de los Estados Unidos, lo que me dio<br />

la oportunidad de producir un currículo.<br />

Como psiquiatra peruana especializada en el área infantil<br />

y de la comunidad, combine varios temas de salud mental<br />

con conocimientos bio-psicológicos y socio-culturales;<br />

esto incluyó temas de reacciones traumáticas, situación<br />

en crisis, capacidad de afrontamiento, pérdida-duelo y<br />

adaptación dentro de un marco cultural de la población.<br />

Estos temas eran conocidos por los profesionales, ya<br />

que los usaban en situaciones clínicas, generalmente<br />

en oficinas y hospitales. Lo que era desconocido, era<br />

cómo aplicarlas a la práctica en las áreas desoladas<br />

de albergues, vecindarios destrozados y sobrevivientes<br />

confusos y desorganizados después del impacto del<br />

evento.<br />

Este enfoque fue evolucionando a medida que los<br />

profesionales fueron al encuentro de los sobrevivientes,<br />

ya que ellos generalmente no buscan ayuda psicológica,<br />

como me paso a mí después de las experiencias en los<br />

terremotos de Managua (3) y San Salvador (4) , la erupción<br />

del volcán Ruiz en Armero, Colombia (5) , la nevada y<br />

maremoto en Massachusetts, USA (6) , el huracán Hugo en<br />

Puerto Rico, el huracán Mitch en Nicaragua y Honduras,<br />

el terremoto en Armenia, Colombia, entre muchas otras<br />

experiencias de los últimos años que se encuentra<br />

disponibles en www.raquelcohendisaster.com.<br />

LECCIONES APRENDIDAS CON BASES<br />

CONCEPTUALES Y CIENTÍFICAS<br />

A través de los años seguí aprendiendo lecciones,<br />

obtenidas en la práctica y en temas conceptuales y<br />

científicos producidos por investigaciones en todas<br />

partes del mundo. Cada tema que incluía en mi práctica,<br />

a medida que se incrementaban los conocimientos,<br />

continuaba influenciando mis conceptos que a su vez<br />

tenía un efecto retroalimentador y enriquecía la práctica<br />

del programa de ayuda en desastres. Las investigaciones<br />

científicas ofrecieron una base más sólida a nuestros<br />

conocimientos, especialmente las que constituían los<br />

componentes biológicos que mostraban los cambios<br />

funcionales en el cerebro, por ejemplo, aclarando<br />

los procesos de estrés-reacción al estrés traumático,<br />

aprendizaje y memoria, duelo, ansiedad y miedo (7) .<br />

Durante los últimos 20 años, el conocimiento, la<br />

comprensión y el reconocimiento crecientes de los<br />

110


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17. Lecciones aprendidas durante desastres naturales<br />

eventos emocionales y psicológicos en desastres, ha<br />

conducido a la aparición de la respuesta psicosocial<br />

asistida para los sobrevivientes. Aunque cada desastre<br />

tiene características únicas, la respuesta humana<br />

universal al cambio catastrófico, permite el desarrollo de<br />

la información, aplicación y asistencia.<br />

CONCEPTOS UNIVERSALES<br />

Los siguientes temas son algunas de las áreas que<br />

han contribuido a reforzar nuestros conocimientos y<br />

ofrecen una base sólida en que apoyar los programas<br />

de ayuda:<br />

• Conceptos de adjudicar al sobreviviente reacciones<br />

patológicas (enfermo) en lugar de procesos de<br />

adaptación.<br />

• Contribuciones de las ciencias del comportamientocomponentes<br />

biológicos.<br />

• Nuevos roles y dificultades para los trabajadores<br />

psicosociales de salud mental en desastres.<br />

• Conceptos y ayuda de soporte socio-cultural/<br />

espiritual<br />

CONCEPTOS DE ADJUDICACIÓN DIAGNÓSTICA<br />

Para describir un grupo de signos y de síntomas, el uso<br />

de la nomenclatura clínica puede no ser apropiado en un<br />

proceso cuando la reacción es normal para la situación<br />

anormal, producida por un desastre catastrófico. Esto<br />

presenta un desafío a los trabajadores en la tarea<br />

de asistir a sobrevivientes con síntomas de trauma<br />

postdesastre. Los profesionales necesitan comunicar<br />

la disfunción (comportamiento normativo postdesastre)<br />

en sus archivos sin las “etiquetas” asociadas con<br />

psicopatología clínica. Los profesionales en el campo<br />

de la salud mental, están entrenados para organizar<br />

observaciones a lo largo de las categorías clínicas, que<br />

sirven como pautas para la intervención. En desastres, la<br />

observación y documentación de síntomas necesita ser<br />

interpretada como procesos y manifestaciones de estrés<br />

postdesastre, esfuerzos de adaptación y afrontamiento<br />

manifestado por el sobreviviente en su capacidad de<br />

adaptarse al entorno desorganizado que los rodea (8) .<br />

Este cambio de perspectiva influencia nuestros objetivos<br />

y procedimientos de ayuda y enfoca plenamente al<br />

ciudadano que está tratando de estabilizarse después<br />

del golpe desestabilizador recibido por el desastre. Sus<br />

sistemas de adaptación, inherentes en todo individuo,<br />

están procesando el trauma que ha desorganizado<br />

su capacidad, pero no es un enfermo, no obstante<br />

necesita ayuda para equilibrarse. Aunque la mayoría<br />

de la población se va a recuperar, siempre queda un<br />

grupo de sobrevivientes que se van a enfermar física o<br />

psicológicamente después de un desastre catastrófico.<br />

Esto es debido a muchas situaciones adversas que<br />

afectan su capacidad de adaptarse a las dificultades<br />

producidas por el evento y cambios en sus vidas y entorno.<br />

El conocimiento de la relación entre el trauma psíquico<br />

y las expresiones múltiples de la respuesta al estrés y<br />

trauma, es clave para entender el comportamiento de<br />

un sobreviviente.<br />

Las manifestaciones emocionales y de conducta guían a<br />

los profesionales que están en el “campo” para cambiar<br />

su enfoque y la conceptualización de sus metodologías e<br />

intervención de la ayuda. La aceptación de la perspectiva<br />

bio-psico-sociocultural de los sistemas humanos, que<br />

ayuda a identificar los mecanismos a través de los<br />

cuales el estrés psicosocial afecta el comportamiento, ha<br />

ofrecido nuevas pautas al profesional para entender el<br />

comportamiento postdesastre. Este enfoque promueve el<br />

uso de nuevas modalidades terapéuticas que incluye los<br />

primeros auxilios psicológicos, la intervención de crisis,<br />

conserjería, medicación, asesoramiento, educación y<br />

trabajo de grupo (9) .<br />

AVANCES EN LAS CIENCIAS DEL<br />

COMPORTAMIENTO Y NEUROCIENCIAS (7)<br />

¿Qué conceptos se usan como pautas para<br />

reconocer reacciones individuales postdesastre?<br />

A través de los años observamos que las reacciones de<br />

los sobrevivientes cambiaban a medida que pasaba el<br />

tiempo. Se notaba mucha variación en pensamientos,<br />

emociones y conducta, pero los cambios parecían seguir<br />

procesos congruentes con fases y etapas de adaptación<br />

y recuperación. Estos tiempos se han categorizado<br />

en las siguientes nomenclaturas: Etapas preimpacto,<br />

impacto a corto plazo y reconstrucción. Los procesos de<br />

reacciones y conducta dentro de cada etapa, manifestaban<br />

cambios en todos los sistemas biológico-psicológicos<br />

y eran expresados por los sobrevivientes dentro de<br />

sus enfoques socioculturales/espirituales (religión).<br />

A través del pasaje del tiempo todas las reacciones<br />

resultan de la combinación del impacto en los cambios<br />

internos y del entorno (como y con qué rapidez son<br />

ayudados y dado soporte a los sobrevivientes, se recoge<br />

los escombros y se reconstruye el vecindario). Hemos<br />

aprendido lecciones que muestran una relación entre<br />

la situación personal y la reconstrucción del entorno,<br />

especialmente en adultos mayores (10) .<br />

CONDUCTAS UNIVERSALES POSTDESASTRE<br />

Con los años, empezamos a identificar tres tipos de<br />

reacciones psicosociales y conductas universales,<br />

111


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17.<br />

Cohen RE<br />

manifestadas por sobrevivientes, estas tres áreas<br />

reaparecen en toda situación de desastre, como<br />

fundamentales en el proceso de recuperación y<br />

adaptación:<br />

• Factores estresantes y reacción de estrés.<br />

Afectan la conducta dependiendo del tipo del evento<br />

traumático, la percepción y significado para su<br />

sobrevivencia más las consecuencias de cambio en<br />

su entorno (11) .<br />

• Estilos de conducta de afrontación. Capacidad<br />

del individuo de afrontar los cambios personales<br />

producidos por el desastre y el de su entorno, de<br />

manera apropiada y saludable (12) .<br />

• Sistemas de conducta y apoyo social. Ayuda y<br />

redes de soporte que ayudan de manera especifica,<br />

apropiada y eficientemente al sobreviviente (13) .<br />

REACCIONES PSICOSOCIALES DEL SOBREVIVIENTE<br />

(ESTRESORES Y ESTRÉS A CAUSA DE UN<br />

DESASTRE)<br />

Los factores estresantes son estímulos intensos que<br />

imparten energía y excitan al sistema nervioso central,<br />

desarrollando reacciones psicofisiológicas particulares de<br />

los sistemas programados para sobrevivir. La respuesta<br />

al estrés activa el sistema autonómico y el eje hipotalámohipófiso-adrenal<br />

y la conducta de “lucha o escape” es la<br />

conducta observable a una situación peligrosa como un<br />

terremoto. El organismo depende de estos mecanismos<br />

biológicos para sobrevivir y si existe funciones de estos<br />

mecanismos inadecuados o excesivos puede presentar<br />

condiciones de conducta deficiente.<br />

La reacción de estrés es la respuesta a un evento que<br />

se interpreta como amenazador y que evoca reacciones<br />

fisiológicas, psicológicas y de conducta. Variables<br />

genéticas, de salud y personalidad, las características<br />

del evento y traumas adicionales van a influenciar las<br />

reacciones del sobreviviente. La presencia de factores<br />

estresantes y traumáticos puede iniciar, modificar y<br />

continuar el progreso de un síndrome biológico que<br />

depende de variables que tiene influencia bidireccional.<br />

El cerebro es el centro que controla la interpretación de<br />

los estímulos estresantes, al mismo tiempo que responde<br />

y organiza reacciones fisiológicas y de conducta. Tiene la<br />

capacidad plástica de remodelar dendritas que cambian<br />

los sentimientos y conducta, dependiendo de los<br />

estímulos en el ambiente. El cerebro a su vez, es víctima<br />

de los sistemas fisiológicos del estrés, al igual que otros<br />

sistemas del organismo –cardiovascular, inmunológico.<br />

Las hormonas del estrés median reacciones adaptativas<br />

o mal adaptativas. El sistema hipotálamo-hipófisoadrenal,<br />

el sistema autonómico y los neurotransmisores<br />

que median los cambios fisiológicos de estrés sobre el<br />

cuerpo, tienen efectos protectivos, efectivos y reversibles<br />

a corto tiempo, pero pueden acelerar reacciones<br />

patológicas cuando se produce un incremento o éste no<br />

se descontinúa, afectando la excitabilidad neuronal y la<br />

estructura plástica cerebral que es reversible.<br />

El sistema de la respuesta al estrés tiene las siguientes<br />

características. Es un sistema genético fundamental<br />

que responde a las necesidades de la supervivencia<br />

del individuo y activa el despertar y la respuesta al<br />

estímulo físico y psicosocial del exterior y a los signos<br />

internalizados de peligro. Los sistemas de la memoria<br />

están implicados de manera intrincada para asistir este<br />

proceso. El sistema cognitivo y afectivo responden y las<br />

funciones de identificación/evaluación ante el peligro se<br />

enfocan en la sobrevivencia.<br />

Cuando la modalidad operativa –es decir la conducta<br />

usual del sobreviviente se modifica como consecuencias<br />

de experiencias estresantes, esta se manifiesta como<br />

cambios en pensamientos, emociones y conducta. Estos<br />

cambios de conducta se pueden interpretar como indicio<br />

de que las funciones biológicas están perturbadas en el<br />

sobreviviente que esta sufriendo por el cambio repentino<br />

a su vida debido al efecto del desastre sobre su persona<br />

y el entorno familiar.<br />

Estrés agudo frente al estrés crónico,<br />

manifestación diferencial de sobrevivientes (14)<br />

El estrés agudo está asociado con fuertes emociones,<br />

consolida la memoria del evento que amenaza al<br />

organismo para evadirlo la próxima vez. El estrés<br />

crónico provoca una adopción plástica cerebral,<br />

produciendo cambios estructurales y funcionales (Tabla<br />

1) que contribuyen al daño de funciones cognitivas. Las<br />

diferencias individuales en las reacciones orgánicas a las<br />

hormonas del estrés están relacionadas con los niveles<br />

de habituación y producción de ansiedad, influenciada a<br />

su vez, por la genética individual de cada sobreviviente.<br />

Tabla 1. Reacciones de estrés crónico<br />

• Sistemas alterados de la memoria.<br />

• Esquemas cognitivos disfuncionales.<br />

• Reacciones emocionales difíciles de controlar.<br />

• Sentido distorsionado de relaciones sociales.<br />

• La reacción de miedo condicionado (Ej. la reacción de<br />

sobresalto en TEPT).<br />

• Pensamientos obsesivos de fragmentos de lo sucedido.<br />

• Disminución de la capacidad de funcionar en su mundo.<br />

• Confusión cognoscitiva y emocional.<br />

• Reactividad disfuncional e hipersensibilidad del sistema<br />

nervioso, con consecuencias en la salud física y mental.<br />

TEPT: Transtorno de estrés postraumático.<br />

112


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17. Lecciones aprendidas durante desastres naturales<br />

Papel de la memoria y el aprendizaje afectado por el<br />

estrés (15)<br />

El aprendizaje es contínuo, registra estímulos y<br />

constituye el origen de la memoria en el ser humano.<br />

Las experiencias estresantes se consolidan en la<br />

memoria por el efecto de las hormonas del estrés. Las<br />

interacciones psicológicas y las experiencias humanas<br />

son situaciones estresantes poderosas -por ejemplo la<br />

anticipación de las consecuencias de un terremoto, las<br />

réplicas, el miedo de un tsunami, la perdida de un ser<br />

querido o una propiedad- todas éstas encontradas en el<br />

terremoto de Pisco, Perú (2007).<br />

Hipótesis de procesos interactivos psicosociales y<br />

biológicos que presentan cronicidad traumática (16)<br />

El sistema nervioso central está organizado<br />

para reaccionar automáticamente en situaciones<br />

traumáticas activando el eje hipotálamo-hipófisoadrenal,<br />

pero pierde la capacidad de controlar el<br />

desequilibrio producido por el impacto del evento.<br />

Existe una interacción circular entre los componentes<br />

psicológicos y fisiológicos que procesan el evento<br />

traumático, las consecuencias de esta interacción<br />

generalmente son autolimitadas y desaparecen<br />

si son de corta duración; pero si esta reacción se<br />

prolonga, los mecanismos se pueden desorganizar y<br />

desregularizar. Cuando nuevas amenazas estimulan<br />

reacciones psicobiológicas (influencias nuevas =<br />

conexiones cerebrales) se activan las memorias<br />

explícitas e implícitas. Esto incrementa la intensidad<br />

de las memorias traumáticas y estimula una conducta<br />

compensatoria o de adaptación negativa.<br />

Esto ocurre cuando hay problemas en los procesos<br />

reparativos psicofisiológicos normales y en la protección<br />

interna o externa de sobrevivencia. Sucede cuando hay<br />

ausencia de ayuda social y terapéutica, también sucede<br />

cuando hay problemas en las fases de recuperación y<br />

adaptación debido a la ineficiencia de los mecanismos<br />

del sistema reactivo humano que se activó pero no se<br />

apagó después del evento.<br />

Principios y técnicas para mitigar el estrés en<br />

desastres (17)<br />

Esta son algunas de las técnicas que tienden a<br />

disminuir el nivel de estrés, aliviando la sobrecarga de<br />

los sistemas de confrontación, dando soporte emocional<br />

y promoviendo la posibilidad de que las funciones de<br />

adaptación que todo sobreviviente posee, tomen un<br />

curso saludable y al retorno de su bienestar. Estas<br />

intervenciones ayudan a reorganizar y reconformar la<br />

psicología y neurobiología de la persona traumatizada:<br />

• Ofrecer confort dentro de las posibilidades<br />

ocasionadas por la situación traumática.<br />

• Dar y esclarecer información clave que pueda ayudar<br />

a calmar al sobreviviente.<br />

• Orientar en el nuevo entorno para encontrar los<br />

recursos necesarios para recuperarse.<br />

• Brindar esperanza y alivio a través de una actitud<br />

positiva del trabajador.<br />

• Incrementar y fortalecer redes sociales, mencontrando<br />

y aceptando ayuda apropiada.<br />

• Ayudar a resolver problemas personales, familiares y<br />

de trabajo<br />

• Asistir en aceptar y entender los tipos de cambio de<br />

vida en el nuevo entorno.<br />

AFRONTAMIENTO Y ADAPTACIÓN (18)<br />

El afrontamiento es la conducta que protege al<br />

sobreviviente contra el estrés interno y externo. Esta<br />

conducta implica adaptación, defensa y control. El uso<br />

de los procesos de afrontación, protege al sobreviviente<br />

de la desorganización psicológica y fisiológica, usando<br />

procesos cognoscitivos, emocionales y perceptivos. El<br />

sobreviviente trata de encontrar modos de adaptarse,<br />

por ejemplo, mediante la negación, evasión, creencias<br />

religiosas o resignación. En esencia, estos procesos<br />

son esfuerzos para mantener la carga del estrés dentro<br />

de límites funcionales y tratar de adaptarse a la penosa<br />

realidad. Si el sobreviviente no puede lograr este fin, es<br />

posible que desarrolle reacciones patológicas agudas o<br />

crónicas.<br />

Estilos de afrontamiento<br />

Cada sobreviviente presenta características individuales<br />

para manejar la terrible situación que confronta después<br />

del desastre, para ello usa los métodos usuales a su<br />

disposición. Hay mucha variación en la capacidad de<br />

afrontamiento individual en término de la capacidad o<br />

incapacidad de adaptación que tenga. Las siguientes<br />

son variables que influencian el nivel funcional de<br />

adaptación:<br />

• Características personales.<br />

• Herencia genética.<br />

• Experiencias infantiles, eventos traumáticos.<br />

• Situación económica y social.<br />

• La pena ante la desaparición de personas u objetos<br />

significativos/ simbólicos, una aflicción intensa puede<br />

complicar el duelo.<br />

• Tipos de asistencia terapéutica sensibles a los<br />

valores culturales<br />

113


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17.<br />

Cohen RE<br />

Cuáles son las nuevas funciones para los<br />

trabajadores de salud mental para desastres (17)<br />

Los trabajadores que forman los equipos de ayuda<br />

en desastres, necesitan tener un concepto claro<br />

del cambio de enfoque y conceptualización de sus<br />

deberes y responsabilidades. Este cambio de la función<br />

influenciará su papel como miembro del equipo de<br />

desastres. Al adquirir esta nueva función, necesitan<br />

ampliar su comprensión de cómo las circunstancias<br />

múltiples desencadenadas por el evento traumático,<br />

impactan al sobreviviente. Debe idear un nuevo<br />

acercamiento interactivo con el sobreviviente, para<br />

desarrollar las técnicas terapéuticas que toman todos<br />

estos nuevos conceptos en consideración, de esta<br />

manera el trabajador continuamente incorporará un<br />

nuevo cuerpo de conocimientos. Estos conocimientos<br />

incluyen la identificación de las reacciones cambiantes<br />

de los individuos a través del tiempo y de los sitios de<br />

reubicación, en donde se juntarán buscando seguridad,<br />

alimentos y abrigo. Es importante que los trabajadores<br />

aprecien lo siguiente:<br />

• Creencia de que los sobrevivientes están<br />

reaccionando normalmente ante situaciones muy<br />

anormales y penosas.<br />

• Las conductas y reacciones son, en la mayoría de<br />

los casos, expresiones de sus esfuerzos tentativos<br />

de afrontar no sólo el impacto del desastre sino<br />

los trágicos cambios en su vida diaria como<br />

consecuencia de las pérdidas y sufrimientos.<br />

Generalmente los trabajadores se reclutan de los<br />

grupos de profesionales de salud mental que tienen<br />

conocimientos básicos importantes para participar en<br />

programas de ayuda en desastres. Muchos se preguntan<br />

¿que áreas son iguales y cuales son diferentes cuando<br />

se ayuda a un individuo en situaciones catastróficas<br />

después de un desastre?<br />

Los siguientes temas son algunos de los que necesitan<br />

ser conceptualizados de una manera diferente:<br />

• La concordancia con el conocimiento profesional<br />

pero la actitud y procedimientos difieren.<br />

• Función profesional diversa y nueva debido a la<br />

situación de emergencia.<br />

• Ritmo que cambia de puesto y horario del trabajo<br />

debido al ambiente caótico e impredecible.<br />

• Evolución en expectativas no realistas y actitudes de<br />

los trabajadores para desastres que no pertenecen<br />

a salud mental.<br />

• Límites profesionales y confusión de las pautas de<br />

responsabilidad y conducta.<br />

• Responsabilidades de los trabajadores para<br />

desastres, que no pertenecen a salud mental, son<br />

diferentes de las de los trabajadores de salud mental<br />

porque cada agencia tiene sus reglas.<br />

• La naturaleza y el ritmo del trabajo cambia<br />

continuamente como resultado de:<br />

1. La secuencia de procesos emocionales y<br />

procesos tipo “afrontamiento” del sobreviviente a<br />

medida que trascurre el tiempo.<br />

2. El índice de recuperación en la comunidad, en<br />

función de cómo se reorganiza luego del desastre<br />

y reconstruye los vecindarios.<br />

3. Con el pasar del tiempo las demandas para la<br />

acción y la ayuda disminuyen gradualmente en<br />

intensidad y los tipos de problemas son más<br />

crónicos y difíciles de resolver.<br />

Problemas que enfrentan los trabajadores<br />

Los trabajadores de salud mental en desastres, son<br />

reclutados de diversas instituciones o agencias. La<br />

mayoría tiene poca experiencia ayudando a sobrevivientes<br />

dentro de un ambiente caótico, incomodo, inseguro<br />

y doloroso. Dependiendo del grado de capacitación,<br />

usarán sus conocimientos sobre las técnicas de ayuda<br />

llevados por el deseo de encontrar una forma de paliar<br />

el destino trágico del sobreviviente. Por eso priorizan las<br />

necesidades de los ciudadanos y no prestan atención<br />

a sus propias necesidades, esto conduce a problemas<br />

psicológicos y fisiológicos que deben ser vigilados<br />

por los dirigentes del programa asistencial. Entre los<br />

más graves problemas está el de agotamiento. Este<br />

término describe los múltiples elementos del tipo de<br />

estrés ocupacional que experimentan los profesionales<br />

socorristas.<br />

EL PAPEL DEL SISTEMA SOCIAL – CULTURAL<br />

/ RELIGIOSO DE SOPORTE POSTRAUMA (19)<br />

La calidad de la red de apoyo y ayuda durante la<br />

situación estresante que enfrenta el sobreviviente influye<br />

de manera considerable en el desenlace y adaptación<br />

a las difíciles tareas necesarias para recuperarse. La<br />

manera eficiente de apoyar al individuo tiene un papel<br />

importante en asistir a los procesos de recuperación.<br />

Los recursos sociales y emocionales tienen que ser<br />

congruentes con las creencias y tradiciones del grupo<br />

cultural al que se desea ayudar. Estos conocimientos le<br />

permiten al trabajador poder enfocar los recursos que<br />

necesita el sobreviviente de una manera digna, sensible<br />

y eficaz. Generalmente, los grupos sociales, tradicionales<br />

y estables que podrían ser de gran ayuda pueden<br />

alterarse y desaparecer en un desastre catastrófico.<br />

Uno de los esfuerzos más apreciados, es cuando el<br />

114


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17. Lecciones aprendidas durante desastres naturales<br />

trabajador puede encontrar y unir a los miembros de<br />

una familia o compañeros, a partir de grupos dispersos<br />

que tenían poca posibilidad de encontrarse. La calidad<br />

de la red social y el entorno sociocultural es un soporte<br />

importante para contener la extensión del estrés,<br />

angustia y sufrimiento. La red de relaciones humanas,<br />

puede ser decisiva o no, de acuerdo con la sensibilidad<br />

y eficacia de los esfuerzos de ayuda.<br />

Consideraciones de soporte socio-culturales /<br />

espirituales<br />

En todo desastre se encuentra una variedad de grupos<br />

cuyas características culturales, económicas, étnicas,<br />

de lenguaje y religión varía. Estas características tienen<br />

que ser tomadas en cuenta no sólo para enfocar el uso<br />

de las técnicas de ayuda, si no principalmente para<br />

poder ofrecer el soporte humano imprescindible en todo<br />

programa de ayuda a los sobrevivientes en desastres.<br />

El contenido basado en la experiencia y el conocimiento,<br />

se debe incorporar en todas las actividades, dependiendo<br />

de la región y de la población específica afectada por<br />

el desastre. Los trabajadores traen el conocimiento, las<br />

actitudes y las habilidades obtenidos en sus experiencias<br />

anteriores, unidas con su propio fondo cultural/espiritual.<br />

Ocasionalmente el trabajador no está conciente de sus<br />

prejuicios y su enfoque esta en disyuntiva con lo que<br />

el sobreviviente le comunica y por ende el proceso de<br />

ayuda fracasa.<br />

El asistir y el participar en situaciones postrauma que<br />

afectan a grupos multiculturales, exige el conocimiento<br />

de la respuesta cultural de los individuos de diversos<br />

orígenes. Algunas son:<br />

• Expresión de la pena, pérdida y duelo de acuerdo a<br />

diferentes modalidades culturales/religiosas.<br />

• Aceptación de la ayuda y uso de la ayuda de acuerdo<br />

con sus creencias.<br />

• Actividad y creencias religiosas.<br />

El conocimiento, actitud y habilidades al trabajar con<br />

los sobrevivientes de diversas culturales, demanda<br />

comprensión de las variables que se deben reconocer y<br />

respetar puesto que influencian fuertemente su:<br />

• Estilo de comunicación, la expresión compleja de<br />

emociones, de la actitud y del comportamiento<br />

pueden representar las variables culturales que<br />

expresan dimensiones de la respuesta al trauma.<br />

• Proceso de acercamiento para establecer relaciones<br />

terapéuticas de ayuda.<br />

• Percepciones de la respuesta de los sobrevivientes<br />

basadas en necesidades únicas del individuo.<br />

El nivel socioeconómico y educativo influencian en cómo<br />

los individuos -ayudantes y damnificados- perciben e<br />

interpretan acontecimientos traumáticos y afecta también<br />

la respuesta de ellos, sus familias y sus comunidades<br />

dependiendo de los siguientes factores:<br />

• Estado de la inmigración.<br />

• Dificultades en el lenguaje de la mayoría (castellano<br />

frente al quechua o aimara).<br />

• Carencia de información.<br />

• Carencia de seguro médico.<br />

• Discriminación.<br />

• Dificultades de acceso que tienen a los servicios de<br />

desastre.<br />

• Carencia de recursos financieros y de transporte.<br />

En resumen, las siguientes variables definen la calidad<br />

del soporte sensitivo y cultural:<br />

• Presentes y activos, agentes humanos (terapéuticos)<br />

satisfactorios y congruentes.<br />

• Características sociales, reconocimiento de la<br />

familia, cultura y religión.<br />

• Vulnerabilidad a los efectos de la pérdida y separación<br />

del entorno, reconocimiento cultural y vital para los<br />

procesos de relaciones personales afectivas.<br />

• Relación del entorno y procesos de trauma, situación<br />

personal, social y económica.<br />

• Pérdida de seres queridos y duelo como impacto<br />

traumático, redes de sostén religioso, social efectivas<br />

y constantes durante las etapas del duelo.<br />

¿CÓMO SE APLICAN LOS CONOCIMIENTOS<br />

APRENDIDOS A TRAVÉS DE LOS AÑOS<br />

A LAS OPERACIONES DE AYUDA EN<br />

DESASTRES? (20,21)<br />

Los siguientes son algunos ejemplos evidenciados por<br />

las lecciones aprendidas y los conocimientos actuales:<br />

La relación entre el tiempo trascurrido (fases) y los<br />

cambios de conducta, emociones y pensamiento, que<br />

van cambiando y eventualmente desapareciendo,<br />

nos guía en la aplicación de diferentes técnicas y<br />

procedimientos en consonancia con los cambios para<br />

ser más eficientes. La experiencia de haber podido<br />

documentar estadísticas que demuestran que la mayoría<br />

de la población se recupera después de un periodo,<br />

demuestra que los cambios están relacionados con el<br />

objetivo de adaptación al nuevo entorno (22) .<br />

La gran diversidad de manifestaciones y reacciones<br />

de individuos que demuestran conductas influenciadas<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 109-17.<br />

Cohen RE<br />

por variables como edad, sexo, nivel socioeconómico,<br />

raza o cultura, esclarece la situación del sobreviviente<br />

que aunque las respuestas al estrés/crisis tiene una<br />

base psicobiológica, las manifestaciones van ser<br />

influenciadas por características individuales. Entre<br />

estas características también hemos aprendido que<br />

hay poblaciones que tienen manifestaciones de<br />

trauma diferentes y por eso las intervenciones de<br />

ayuda difieren. Entre estas poblaciones están los niños,<br />

adultos mayores, discapacitados, enfermos mentales y<br />

enfermos crónicos (23) .<br />

La gama de niveles de adaptación que se encuentran<br />

entre los métodos saludables/apropiados y las reacciones<br />

disfuncionales son muy variables. Es importante<br />

reconocer que muchos síntomas de desorganización<br />

de los sistemas humanos, producidos por los efectos<br />

traumáticos del desastre, se parecen a síntomas<br />

patológicos del sistema clínico. Necesitamos tiempo para<br />

poder diferenciarlas y categorizarlas como reacciones<br />

normales dentro de la situación estresante en que se<br />

encuentra el sobreviviente o si es una manifestación<br />

patológica y clínica, que necesita ayuda médica. Los<br />

nuevos conceptos que asocian los procesos de trauma<br />

y estrés, después de un desastre, a enfermedades<br />

física crónicas, han abierto un nuevo capítulo hacia la<br />

medicina preventiva y psicosomática (24) .<br />

La extensión geográfica y el nivel de sufrimiento y<br />

reacciones de estrés, dependen si el impacto fue directo<br />

o si fue indirecto (familia, amigos, colegas); debido a la<br />

rápida información virtual (Internet, teléfono, televisión,<br />

radio) numerosos grupos sufren, por cariño y empatía,<br />

el destino de los sobrevivientes y es posible que<br />

manifiesten síntomas de angustia y depresión (25) .<br />

El efecto positivo de la ayuda humanitaria, dando<br />

asistencia, soporte, recursos y esfuerzos de<br />

reconstrucción para reforzar la capacidad de aguante<br />

y afrontamiento. Existe un consenso de que la rápida<br />

e inmediata intervención terapéutica, empezando con<br />

técnicas de primeros auxilios psicológicos, asistencia en<br />

crisis, consejería, y un uso limitado en medicamentos<br />

(especialmente para poder apaliar el sueño perdido por los<br />

efectos del desastre) ayuda a reducir la desorganización<br />

psicocognitiva y afectiva, e incrementa la capacidad de<br />

afrontar las consecuencias del desastre (26) .<br />

Comprendiendo los efectos de los estresores y reacciones<br />

de estrés, en ocasiones hay posibles respuestas de estrés<br />

inicial y aprendizaje incorporado en centros cerebrales<br />

que vuelven a ser estimulados debido a la aparición de<br />

estresores continuos y repetidos (como las réplicas del<br />

terremoto en Pisco, Perú) seguidos de nuevos episodios<br />

traumáticos (dolor, separación, pérdidas físicas). Efectos<br />

de estos estímulos producen recuerdos o asociaciones<br />

dolorosas del evento traumático que todavía siguen<br />

vigentes, debido a condiciones patológicas. Los<br />

mediadores hormonales y químicos liberados como<br />

respuesta al recuerdo del evento traumático, pueden<br />

llegar a producir síntomas debido al fracaso de controlar<br />

los mecanismos relacionados con la sobrevivencia y<br />

reacciones de estrés por efecto de trauma continuo o<br />

estímulos recordatorios lo cual produce un desequilibrio<br />

que resulta en reacciones inapropiadas de “alarma<br />

continua” (hipersensibilidad, paranoia) (27) .<br />

Regularmente sucede, que a medida que la labor<br />

y funcionamiento de los trabajadores de ayuda en<br />

desastres se establezca y sea aceptado por la población,<br />

se hace evidente que ellos también necesitan ayuda. Los<br />

trabajadores no sólo tienen que resolver los problemas<br />

originados por el desastre en su comunidad, sino también<br />

tienen que reportar sus asignaciones día tras día. Este<br />

esfuerzo requiere la capacidad profesional de manejar<br />

muchos niveles de estrés. Hoy en día todo equipo de<br />

trabajadores debe recibir ayuda, guía y soporte durante<br />

y después de terminar con sus responsabilidades (28) .<br />

A medida que reconocemos los efectos de estrés y trauma<br />

sobre el organismo humano, producido por efectos de<br />

desastres, estamos empezando a promover la posibilidad<br />

de que toda esta área de medicina y psicología pertenezca<br />

al campo de salud pública. La posibilidad de prevención<br />

de los efectos traumáticos puede ser mayor, si nos<br />

enfocamos en los numerosos conocimientos adquiridos<br />

en los últimos 20 años. Recopilando la historia de las<br />

catástrofes en América Latina podemos obtener datos<br />

que muestran las vulnerabilidades geográficas y de la<br />

naturaleza (huracanes, erupción de volcanes, terremotos,<br />

inundaciones) que se repiten año tras año (29) .<br />

Se están empezando a promover nuevos métodos de<br />

capacitación, educación y consultoría a distancia, dando<br />

la posibilidad de enlazar centros de desastres o en<br />

riesgo con profesionales y técnicos preparados en todos<br />

los aspectos de planificación, ayuda, rehabilitación y<br />

reconstrucción en desastres del mundo.<br />

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G, Jacobs GA (eds), Handbook of international disaster<br />

psychology. Wesport, Conn: Praeger Publishers; 2006.<br />

Vol.2.<br />

Correspondencia: Dra. Raquel Eidelman Cohen, Profesora<br />

emérita, Medicine School, Miami University. Florida, USA.<br />

Dirección: 1385 Biscaya Drive, Surfside, Florida, 33154, USA.<br />

Teléfono: 305 335 0145<br />

Correo electrónico: raquelcohen@aol.com<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. simposio: emergenciaS y desastres<br />

GRANDES INCENDIOS URBANOS: MESA REDONDA,<br />

LIMA 2001<br />

Juan L. Arce-Palomino*<br />

Los incendios son tan antiguos como la Tierra misma. Durante millones de años,<br />

el fuego ha sido, y continua siendo, una fuerza evolutiva mayor que define el tipo de vida en la Tierra.<br />

Iniciativa Mundial Contra el Fuego – 2004 (1)<br />

RESUMEN<br />

Entre los desastres antrópicos destacan los grandes incendios urbanos. El 29 de diciembre de 2001, en un área comercial<br />

tugurizada del centro de Lima, Perú se produjo un gran incendio que causó 277 muertes, 247 heridos, millonarias<br />

pérdidas y un gran dolor en el pueblo peruano. Esta situación se había previsto, pero no se tomaron las acciones<br />

necesarias para evitarla. En este artículo se recopila la situación previa, las características de la tragedia, las acciones y<br />

organización que se tuvo para su control, se destaca el trabajo interdisciplinario y la una activa participación del Cuerpo<br />

General de Bomberos Voluntarios del Perú.<br />

Palabras clave: Incendios; Prevención y protección contra incendios; Emergencias en desastres; Planificación en<br />

desastres (fuente: DeCS BIREME).<br />

ABSTRACT<br />

Great urban fires: MESA REDONDA, LIMA 2001<br />

Among the human-induced disasters highlight the great urban fires. On December 29, 2001, in a crowded commercial<br />

area of downtown Lima-Peru, saw a large fire that caused 277 deaths, 247 injuries, millionaire losses and a big pain in<br />

the Peruvian people. This situation had been expected, but was not taken the necessary actions to prevent it. This article<br />

collects the previous situation, the characteristics of the tragedy, action and organization that was available for control,<br />

with emphasizes in interdisciplinary work and an active involvement of the Volunteer Firefighters of Peru.<br />

Key words: Fires; Fire prevention and protection; Disaster emergencies; Disaster Planning (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La formación médica clásicamente nos prepara para<br />

la atención individual de los pacientes, haciendo gala<br />

y despliegue de conocimientos y habilidades clínicas,<br />

el uso –y abuso- de los elementos diagnósticos más<br />

sofisticados para resolver un problema. Pero, no<br />

enfatizamos el de la atención de múltiples victimas<br />

en el escenario de una emergencia masiva y el<br />

desastre, en donde el ejercicio de nuestra profesión<br />

se sitúa en un entorno caracterizado por el caos, el<br />

dolor, innumerables víctimas y limitados recursos.<br />

Es ahí, donde el profesional capacitado tiene que<br />

enfrentar ello imponiéndose al caos, racionalizando la<br />

atención a las victimas con los recursos que cuenta.<br />

En un desastre, el reto consiste en lograr los mejores<br />

resultados con los recursos disponibles, esto exige<br />

adecuados niveles de planificación, organización,<br />

dirección y control (2,3) .<br />

En los últimos años hemos acudido a atender estos<br />

escenarios ya sean generados por el hombre (eventos<br />

antrópicos) o ya la naturaleza (eventos “naturales”).<br />

En esta oportunidad describiremos un tipo evento<br />

antrópico, como son los grandes incendios urbanos, que<br />

tienen un representante emblemático de los tiempos<br />

recientes en el Perú, en la tragedia del incendio de mesa<br />

redonda ocurrido el 29 de diciembre del 2001, análisis<br />

objetivo que tiene el propósito de contribuir a mejorar los<br />

preparativos para emergencias y desastres.<br />

* Médico Emergenciólogo, Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias y Desastres; Cuerpo General de Bomberos Voluntarios<br />

del Perú. Lima, Perú.<br />

Fecha de recepción: 01-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

118


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Incendio de Mesa Redonda<br />

CONCEPTOS BÁSICOS<br />

¿Qué es el fuego?<br />

El fuego es una reacción química que consiste en<br />

la oxidación violenta del material combustible al<br />

contacto con el oxigeno del aire. Se manifiesta con<br />

el desprendimiento de energía luminosa, calorífica,<br />

emisión de humos y gases.<br />

¿Qué es un incendio?<br />

Es un fuego no controlado y de grandes proporciones,<br />

que puede presentarse de manera súbita o gradual. Por<br />

lo general produce daños materiales, lesiones o pérdida<br />

de vidas humanas y deterioro del ambiente.<br />

Clasificación de los incendios<br />

Incendios urbanos. Destrucción parcial o total de<br />

instalaciones, casas o edificios en donde existen<br />

concentraciones humanas.<br />

Incendios industriales. Son incendios que pueden<br />

presentarse de forma súbita o gradual en instalaciones<br />

o industrias en donde se utilizan, producen, transportan<br />

o almacenan sustancias químicas y materiales<br />

combustibles o inflamables.<br />

Incendios forestales. Son incendios que se presentan en<br />

áreas cubiertas de vegetación, como árboles, matorrales<br />

y malezas.<br />

Incendios en transportación. Son incendios que pueden<br />

producirse en vehículos o unidades de transporte<br />

durante el traslado de personas, bienes o productos.<br />

¿Cuáles son las causas de los incendios urbanos?<br />

Los incendios urbanos se deben principalmente<br />

a cortocircuitos ocasionados por instalaciones<br />

defectuosas, sobrecargas o falta de mantenimiento a<br />

los sistemas eléctricos. Adicionalmente, la operación<br />

inadecuada de aparatos electrodomésticos, falta de<br />

precaución en el uso de velas, anafres y el manejo<br />

inadecuado de sustancias peligrosas son causas de<br />

incendios (4-6) . También pueden intervenir los fenómenos<br />

naturales y los de tipo intencional (7) .<br />

La industria moderna continúa en la senda de la expansión<br />

y cambios haciendo que el manejo del riesgo de incendio<br />

sea cada vez más complejo. Los nuevos procesos y<br />

productos traen consigo nuevos peligros de incendio y<br />

consecuencias de pérdidas, que pueden comprometer<br />

daños a la propiedad, paralizaciones de actividades,<br />

seguridad de vida, daños medioambientales, daños a<br />

la imagen corporativa y futura rentabilidad, y pueden<br />

llegar a presentar una amenaza mayor a los objetivos<br />

y sobrevivencia de la actividad. El proceso de evaluar<br />

el peligro de incendio de una actividad comprende<br />

la identificación de peligros de incendio, el control del<br />

fuego y la protección adecuada.<br />

Cronología de Grandes Incendios<br />

Urbanos<br />

• El 28 de noviembre de 1942: 487 personas murieron<br />

cuando el nightclub Cocoanut Grove se quemó en<br />

Boston, Estados Unidos.<br />

• El 17 de diciembre de 1961: 260 personas murieron<br />

en el Gran Circo Norteamericano en Río de Janeiro,<br />

Brasil (8) .<br />

• El 25 de marzo de 1990: 87 muertos en un incendio<br />

provocado en un club en Nueva York, Estados<br />

Unidos.<br />

• El 20 de diciembre de 1993: 17 adolescentes<br />

murieron al cerrarse las salidas de emergencia en<br />

una discoteca que ardía en llamas, en Buenos Aires,<br />

Argentina.<br />

• El 27 de noviembre de 1994: 234 muertos en una<br />

discoteca en Fuxin, en la provincia de Liaoning,<br />

China.<br />

• El 8 de diciembre de 1994: 325 muertos, la mayoría<br />

escolares, en un cine de Karamay en Xinjiang,<br />

China.<br />

• El 15 de febrero de 1995: 67 muertos en un bar de<br />

Taichung, en Taiwán.<br />

• El 29 de septiembre de 1997: por lo menos 30<br />

personas murieron, sobre todo niños, en un fuego<br />

provocado por un psicótico en los suburbios de<br />

Santiago, Chile.<br />

• El 20 de octubre de 2000: por lo menos 20<br />

personas mueren en la discoteca Lobombo en la<br />

Ciudad de México. Este lugar había sido cerrado<br />

por las autoridades mexicanas 11 veces previas al<br />

incidente.<br />

• El 26 de diciembre de 2000: 309 personas perecen<br />

en un incendio que arrasa un centro comercial y una<br />

discoteca en Luoyang, China.<br />

• El 18 de agosto de 2001: 78 personas mueren en el<br />

incendio de un hotel en Quezon City, cerca de Manila<br />

en Filipinas.<br />

• El 1 de setiembre de 2001: 44 muertos en un incendio<br />

que devasta una sala de juegos en el barrio de<br />

Kabukicho, en Tokio, Japón.<br />

• El 29 de diciembre de 2001: en Perú, un incendio en<br />

el centro comercial de Mesa Redonda, en el centro<br />

de Lima, provoca 447 víctimas, 277 muertos y 180<br />

desaparecidos. El fuego lo provocaron los fuegos<br />

artificiales de la celebración del año nuevo (9) .<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Arce-Palomino JL<br />

• El 20 de julio de 2002: el incendio de una discoteca en<br />

Lima, Perú provoca 30 muertos. En el lugar, en donde<br />

se encontraban animales salvajes para realizar un<br />

espectáculo, escapan un león y un tigre de bengala<br />

que también mueren en el percance (9) .<br />

• El 29 de octubre de 2002: 61 muertos en el<br />

incendio de un edificio de oficinas en ciudad Ho Chi<br />

Minh, Vietnam.<br />

• El 1 de diciembre de 2002: 50 personas encuentran la<br />

muerte en el incendio de una discoteca en Caracas,<br />

Venezuela.<br />

• El 2 de febrero de 2003: 33 muertos en el incendio<br />

de un hotel de Harbin, capital de la provincia de<br />

Heilongjiang, China.<br />

• El 19 de febrero de 2003: en Corea del sur, un incendio<br />

provocado en el metro de Daegu causa la muerte de<br />

133 personas y numerosos desaparecidos.<br />

• El 20 de febrero de 2003: en Estados Unidos, un<br />

incendio deja 100 muertos y 200 heridos en un club<br />

de West Warwick, al noreste de Rhode Island en un<br />

concierto de música metal.<br />

• El 23 de enero de 2004: en India, un incendio en una<br />

boda causado por chispas de un fuego sagrado, parte<br />

de una costumbre hinduísta, dejó unos 50 muertos y<br />

75 heridos ciudad de Tiruchchirapally, al sur del país.<br />

• El 15 de febrero de 2004: en China, el incendio de un<br />

supermercado en la provincia de Jilin, dejó al menos<br />

53 muertos y más de 60 heridos.<br />

• El 17 de mayo de 2004: en Honduras, 104 reos<br />

mueren en un incendio desatado por un cortocircuito<br />

en la cárcel de San Pedro Sula, al norte del país.<br />

• El 16 de julio de 2004: unos 90 niños murieron y 18<br />

resultaron gravemente heridos al quedar atrapados<br />

por las llamas en una escuela de la ciudad de<br />

Kumbakonam, en el sur de India.<br />

• El 1 de agosto de 2004: una explosión en un<br />

supermercado en la capital de Paraguay. Parece que<br />

el culpable es el dueño del lugar que cerró las puertas,<br />

ante el incendio, para evitar que los clientes salieran<br />

sin pagar. El saldo fue de más de 400 muertos y<br />

cientos de heridos.<br />

DESCRIPCIÓN DEL EVENTO<br />

Antecedentes locales (10)<br />

La zona de Mesa Redonda se encuentra ubicada en<br />

el centro de Lima, es una zona comercial tugurizada<br />

con gran flujo de personas y comercio informal, es<br />

muy concurrido en fechas festivas y concentra la<br />

comercialización de fuegos artificiales, se presentan<br />

algunos incendios previos en esta área y alrededores.<br />

1. El 08 de enero de 1990; un incendio en un edificio<br />

comercial de ocho pisos destruye cincuenta puestos<br />

de vendedores ambulantes en los alrededores del<br />

Mercado Central.<br />

2. El 05 de diciembre de 1991; incendio en el Jirón<br />

Andahuaylas por la manipulación de un cohetecillo.<br />

Mueren doce personas y aproximadamente 100<br />

establecimientos comerciales afectados.<br />

3. El 01 de enero de 1993; 1500 puestos de venta<br />

destruidos por un incendio en el campo ferial de<br />

“Polvos Azules”, cerca del Palacio de Gobierno y<br />

Municipal. Nueve personas resultaron heridas, entre<br />

ellas un bombero. Las pérdidas superan los cien<br />

millones de dólares.<br />

4. El 13 de noviembre de 1993, incendio en la sexta<br />

cuadra del jirón Cusco, sin víctimas fatales, reduce<br />

a cenizas gran cantidad de material pirotécnico y<br />

juguetes plásticos importados almacenados en un<br />

edificio, a ser vendidos en navidad y año nuevo.<br />

5. El 28 de diciembre de 1998, fuego producido por<br />

manipulación de un “cohete silbador” prendido<br />

por una vendedora ambulante para mostrarlo a un<br />

cliente, origina un incendio en cadena que causa la<br />

muerte de siete personas.<br />

6. El 01 de enero del 2000, un incendio destruye gran<br />

parte de la infraestructura de un almacén de tres<br />

pisos de la cuadra 8 del jirón Miró Quesada, en el<br />

Cercado y amenaza toda una manzana de casonas<br />

de quincha y adobe, utilizadas como depósitos de<br />

mercadería; no hubo víctimas fatales.<br />

El impacto<br />

A las 19.15 horas del 29 de diciembre de 2001 la<br />

demostración de un artefacto pirotécnico hecha por<br />

un vendedor informal desató un incendio que alcanzó<br />

proporciones dantescas en el centro de Lima. El fuego<br />

destruyó cinco galerías comerciales en el cruce de las<br />

calles Andahuaylas y Cusco y se extendió velozmente a<br />

cuatro manzanas del distrito más antiguo de la capital.<br />

La zona comercial afectada, conocida como Mesa<br />

Redonda estaba identificada como una zona de muy<br />

alto riesgo por su extendida tugurización, hacinamiento y<br />

sobreocupación de mercadería; se sabía que en el lugar<br />

se almacenaban unas 900 toneladas de pirotécnicos.<br />

El evento causó la muerte de 277 personas, 247<br />

resultaron heridos de los cuales 137 sufrieron<br />

quemaduras, 45 asfixia y 38 politraumatismos, se<br />

reportaron 180 desaparecidos, las pérdidas materiales<br />

alcanzaron unos diez millones de US dólares. En la zona<br />

central del incendio se habrían producido temperaturas<br />

de hasta 1200 ºC lo cual carbonizó a las víctimas,<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Incendio de Mesa Redonda<br />

una bola de fuego de 800 ºC se desplazó por la calles<br />

atrapando personas y vehículos.<br />

La investigación preliminar mostró negligencia de<br />

autoridades, comerciantes y compradores, y el total<br />

incumplimiento de las normas de seguridad a pesar de<br />

las repetidas denuncias de los bomberos (10) :<br />

…Cuando todos de una u otra manera nos<br />

preparábamos para días de tregua, irrumpieron<br />

escenas de un dantesco incendio y de personas<br />

llorando y gritando desconsoladamente después<br />

de haber perdido pertenencias y seres queridos.<br />

Luego las imágenes de después de la batalla: un<br />

lugar en cenizas, humeando; restos calcinados,<br />

heridos en hospitales, colas en la Morgue, rostros<br />

de desconsuelo, terror e indignación. Y a partir de<br />

ese momento, lo de siempre: qué horror, cómo<br />

pudo pasar, quién fue, yo no fui. Unos cuantos días<br />

así, y de nuevo a la normalidad: lo que queda del<br />

entorno de Mesa Redonda reabre sus puertas, el<br />

Perú es más grande que sus problemas, solo que<br />

con más muertes absurdas y en el olvido (11) .<br />

IMPACTO INMEDIATO: Los momentos iniciales<br />

Los medios mencionaron que el pánico siguió a la<br />

sorpresa, unos escapaban o buscaban despavoridos a<br />

sus familiares, otros se protegían de los vándalos, unos<br />

más se encerraron en sus puestos de venta. La energía<br />

eléctrica fue cortada y aumentó la desesperación. La<br />

caótica mezcla de gente corriendo, fuego, humo, gases,<br />

agua, explosiones y gritos fue espeluznante, todo ardió,<br />

los cuerpos de las víctimas se calcinaron. El fuego<br />

saltaba entre las edificaciones vecinas, 440 bomberos<br />

y 40 unidades lucharon durante tres horas por contener<br />

el fuego y socorrer a las víctimas, faltó agua, Sedapal<br />

(Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima) envió<br />

seis cisternas. En una galería 30 personas quedaron<br />

atrapadas y aterradas en un piso alto enrejado mientras<br />

se incendiaba la parte baja. Víctimas y socorristas<br />

luchaban con denuedo, los curiosos invadieron la zona,<br />

la policía la acordonó.<br />

Se explicó que un comerciante informal inició el incendio<br />

al hacer la demostración de un pirotécnico. Todos,<br />

autoridades, comerciantes, clientes y transeúntes<br />

sabían de la peligrosidad de Mesa Redonda (12) . Las<br />

medidas de precaución fueron insuficientes, el comercio<br />

desbordó la prudencia. Se adjudicó la responsabilidad<br />

a las autoridades. La investigación del Poder Judicial<br />

demoró cuatro años, la 5 ta Fiscalía Superior exculpó<br />

a 58 acusados: tanto autoridades (Policía, Municipio,<br />

Dicscamec), como a los grandes importadores de<br />

pirotécnicos; fueron en cambio acusados 81 pequeños<br />

vendedores de artefactos pirotécnicos por el cargo<br />

de tenencia ilegal de explosivos. “No ha existido un<br />

homicidio en la historia del Perú con tantas víctimas”<br />

expresó el abogado defensor quien calcula un monto<br />

indemnizatorio de 200 000 soles por víctima (13) .<br />

LA RESPUESTA<br />

Luego del caos inicial, se inició la articulación de la<br />

respuesta en la escena. Se constituye el Puesto de<br />

Comando Unificado, liderado por el Cuerpo General de<br />

Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) en coordinación<br />

con las otras agencias de socorro en el lugar. Se organiza<br />

el puesto de comando médico liderado por un asumido<br />

por la Dirección de Sanidad del CGBVP. El CGBVP se<br />

encargó de la organización y conducción del puesto de<br />

comando, por contar en el momento con profesionales<br />

capacitados y familiarizados con la doctrina del sistema<br />

de comando de incidentes, lo que permitió una labor<br />

eficaz en esta tarea (14) .<br />

La incorporación de los aspectos doctrinarios de la<br />

gestión de emergencias masivas teniendo en cuenta los<br />

principios señalados a continuación constituyó la base<br />

de la organización de la respuesta.<br />

1. La coherencia del proceso de alerta.<br />

2. La movilización activa y el manejo de los recursos<br />

disponibles.<br />

3. El manejo adecuado en el lugar del siniestro.<br />

4. Los enlaces de la organización prehospitalaria y<br />

hospitalaria.<br />

5. El manejo del flujo de víctimas.<br />

6. El manejo de las evacuaciones primarias y<br />

secundarias.<br />

7. La información actualizada a las autoridades y<br />

familiares de las víctimas.<br />

Posterior a la organización de la respuesta, se hubieron<br />

de implementar actividades en el lugar del siniestro,<br />

de manera sistémica para poder lograr el control de<br />

la emergencia desde el punto de vista de atención de<br />

salud:<br />

1. Evaluación de la situación.<br />

2. Seguridad.<br />

3. Definición de las zonas de acceso.<br />

4. Definición de áreas de trabajo.<br />

5. Búsqueda y rescate.<br />

6. Asistencia médica en el escenario.<br />

7. Comunicaciones.<br />

8. Manejo de la información.<br />

9. Evacuación controlada.<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Arce-Palomino JL<br />

Evaluación de la situación. Una vez conocido el<br />

evento y sus elementos iniciales mediante el proceso<br />

de alerta, el movimiento a la escena se realizó<br />

manteniendo la evaluación de la situación, observando<br />

las características del entorno para la protección<br />

y seguridad, analizando las diferentes variantes de<br />

acceso al lugar para ganar en rapidez sin arriesgar la<br />

vida, la búsqueda de información para solicitar ayuda<br />

o para la activación de los planes contra catástrofes si<br />

esto no estaba realizado. Con los datos obtenidos, se<br />

hubo de definir el plan, al cual se le brindó la flexibilidad<br />

que la situación lo permitía, para que se pueda modificar<br />

cuando sea necesario de acuerdo con la situación y<br />

las necesidades que se presenten. Se deben tener en<br />

cuenta los siguientes aspectos:<br />

La escena: ¿Cuáles fueron las fuerzas y mecanismos<br />

desencadenantes?, ¿Puedo llegar?, ¿Es posible el<br />

control de las vías de acceso?<br />

La situación: ¿Por qué ocurrió?, ¿Hay otros riesgos?<br />

Las víctimas: ¿Número?, ¿Cuántas están graves?,<br />

¿Cómo llegar a los pacientes con el equipo y transporte<br />

necesarios?, ¿Cómo trasladar todas las víctimas a<br />

los hospitales adecuados sin exceder los recursos del<br />

sistema de urgencias médicas o de los hospitales? Hacer<br />

el triage inicial para determinar el número de víctimas y<br />

sus clasificaciones. Pedir auxilio temprano.<br />

Planear: ¿Cómo llegar a la escena?, ¿Cómo<br />

organizarla?, ¿Cómo establecer sectores? y ¿Cómo<br />

organizar la llegada y salida de otros refuerzos?<br />

Seguridad. El primero y uno de los elementos más<br />

importantes a tener en cuenta por los socorristas en<br />

el momento de la atención a enfermos múltiples, es la<br />

seguridad; se debe tomar todas las medidas destinadas<br />

a proteger las víctimas, a los encargados de salvamento<br />

y a la población expuesta, contra riesgos inmediatos o<br />

potenciales.<br />

Pensar en la seguridad, es tener en cuenta que los<br />

héroes muertos no salvan vidas, por ello los socorristas<br />

deben pensar que (a) su propia seguridad siempre es lo<br />

más importante, luego (b) la seguridad de los demás y<br />

finalmente (c) la seguridad de las víctimas.<br />

No está recomendado arriesgar vidas innecesariamente<br />

por personal no entrenado para ello, se deja esta<br />

labor para los bomberos y las brigadas de rescate y<br />

salvamento. Es necesario esperar el control de incendios,<br />

el aislamiento de material peligroso y que no existan<br />

posibilidades de derrumbe u otros riesgos durante la<br />

labor de salvamento.<br />

Definición de las zonas de acceso. Se debe identificar<br />

las áreas de acceso restringido:<br />

Zona de impacto: Área donde se originó el siniestro,<br />

accesible sólo para el personal de rescate y salvamento,<br />

el cual debió ingresar debidamente protegido.<br />

Zona de impacto: con acceso permitido a trabajadores<br />

autorizados encargados de operaciones de salvamento,<br />

atención médica, mando y control, comunicaciones,<br />

servicios de ambulancias, seguridad y vigilancia.<br />

En esta área se estableció el puesto de mando, el<br />

puesto médico de avanzada, el centro de evacuación<br />

y el estacionamiento para los diversos vehículos de<br />

emergencia y de servicios técnicos.<br />

Zona para personalidades, familiares y prensa: ubicada<br />

por fuera de la zona de trabajo, estuvo destinada a<br />

personalidades, prensa y como área de seguridad para<br />

curiosos.<br />

Vías de acceso y control de tránsito: estuvo debidamente<br />

señalizada para prevenir el embotellamiento del tránsito,<br />

facilitar que la recogida de los pacientes sea en menor<br />

tiempo y evitar nuevos accidentes. Fue responsabilidad<br />

principal de los funcionarios del orden público. Las<br />

medidas de seguridad fueron ejecutadas por el personal<br />

de la policía, de vigilancia de los diferentes organismos<br />

(serenazgo), además de la definición de las rutas de<br />

acceso y evacuación. Se tomaron medidas de vigilancia<br />

para evitar que elementos ajenos dificulten la labor como<br />

es el caso del tránsito de vehículos y de personas.<br />

Definición de áreas de trabajo.<br />

1. Área de búsqueda y rescate: sea dentro o cerca de la<br />

zona de impacto, tuvo como objetivos la localización<br />

de víctimas, su retiro de sitios peligrosos y traslado<br />

a los lugares de acopio, evaluación preliminar del<br />

estado clínico, prestar los primeros auxilios y traslado<br />

al puesto médico de avanzada de ser necesario. Esta<br />

área fue dirigida por los bomberos pues son los que<br />

cuentan con los medios y la experiencia para ello.<br />

Como el área de impacto fue extensa y presentaba<br />

riesgos evidentes, fue necesario dividirla en áreas<br />

de trabajo más pequeñas que evacuarán a un punto<br />

intermedio (área de acopio), en el cual socorristas<br />

y voluntarios hicieron una clasificación inicial y<br />

brindaban los primeros auxilios antes de trasladar las<br />

víctimas al puesto médico de avanzada.<br />

2. Área del puesto de mando (PM): constituida como<br />

una unidad multisectorial de dirección y control<br />

encargada de la coordinación de los diversos sectores<br />

involucrados, del enlace con los sistemas de apoyo,<br />

la supervisión del manejo de las víctimas y de brindar<br />

la información oficial sobre el incidente. Se hubo de<br />

localizar cerca del resto de las áreas y su personal<br />

fue el núcleo de comunicación y coordinación de la<br />

organización prehospitalaria. Todos los recursos que<br />

llegaban (personal o material), debían presentarse al<br />

PM.<br />

122


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Incendio de Mesa Redonda<br />

3. Área del puesto médico de avanzada (PMA): consistió<br />

en un área para el tratamiento médico (organizada<br />

al inicio por los socorristas o participantes en el<br />

postimpacto inmediato) sencillo, ubicado a corta<br />

distancia (50-100 m) de la zona de impacto con el<br />

objetivo de estabilizar in situ a las víctimas del siniestro<br />

-abarcó todos los procedimientos del apoyo vital<br />

básico y avanzado-, y organizar la evacuación hacia<br />

los hospitales u otros centros de salud preparados<br />

para recibirlos. Sus funciones se estructuraron<br />

pueden representarse por medio del principio de las<br />

tres “T”: tipificar, tratar y trasladar.<br />

4. Área de clasificación (Triage): se asignó un área en la<br />

entrada del puesto médico de avanzada, encargada<br />

de la clasificación o selección de los pacientes según<br />

las funciones vitales afectadas. Estuvo integrada por<br />

las médicos emergenciólogos y un socorrista del<br />

CGBVP con capacitación en emergencias médicas<br />

para el registro y señalización de las víctimas, que<br />

trasladadas por camilleros llegaban a la entrada, se<br />

clasificaba y eran derivadas al área de tratamiento<br />

correspondiente.<br />

5. Áreas de tratamiento: se dispuso de cuatro áreas<br />

independientes, con el acompañamiento de personal,<br />

insumos y móviles no sólo para el tratamiento de<br />

enfermos, sino también de recurso para su evacuación<br />

controlada y coordinada de manera descentralizada<br />

al establecimiento de referencia. Además se dispuso<br />

de un área (código negro) para la ubicación de los<br />

fallecidos. El área de tratamiento tuvo un responsable<br />

para coordinar con otras áreas, proveer de suministros,<br />

organizar la eliminación de desechos y coordinar las<br />

comunicaciones con el PMA.<br />

6. Área de evacuación: la organización de la evacuación<br />

se implementó con el objetivo del traslado seguro,<br />

rápido y eficiente de las víctimas en los vehículos<br />

apropiados, a los hospitales adecuados y preparados<br />

para recibirlas, se realizó la coordinación y<br />

comunicación entre las instituciones de salud y la<br />

zona del siniestro. El responsable de esta área llevó<br />

el control de cada paciente, definiendo el destino<br />

más adecuado y la prioridad para su traslado; la<br />

evacuación fue controlada por prioridades vitales<br />

(primero los códigos rojos, luego amarillos y verdes),<br />

de forma escalonada a intervalos de 3-5 minutos,<br />

siempre que la gravedad lo permitía, con lo cual<br />

se evitaba la inicial aglomeración de casos en los<br />

servicios hospitalarios de urgencia.<br />

Traslade los pacientes en condición más grave a<br />

los hospitales más cercanos. Traslade los pacientes<br />

más estables a los hospitales más lejanos.<br />

Asistencia médica. La asistencia médica en el<br />

escenario incluyó un grupo de actividades entre las<br />

que se encuentran: el triage, el manejo de testigos,<br />

el apoyo vital básico en las áreas de rescate y<br />

salvamento, el manejo de cadáveres, los registros<br />

médicos y la atención médica calificada en el PMA. Si<br />

bien la asistencia médica se inicio con la autoayuda por<br />

parte de los involucrados, la presencia de socorristas<br />

y técnicos de la salud iniciaron el apoyo vital básico,<br />

hasta la llegada del personal de emergencias o médico<br />

de apoyo.<br />

Información y comunicaciones. Tan pronto se confirmó<br />

la presencia de la emergencia, el puesto de comando<br />

se comunicó a las distintas instituciones involucradas<br />

en el Sistema de Respuesta a Emergencias a través<br />

de la Central de Comunicaciones del CGBVP ante<br />

la ausencia de un centro regulador de emergencias<br />

local, coordinando con la Policía, Defensa Civil y<br />

otros organismos relacionados, para la movilización<br />

oportuna de los recursos necesarios. La información<br />

se trató de hacerla fluir en cascada, bidireccionalmente<br />

hacia los niveles superiores y subordinados. El puesto<br />

de mando designó a una persona para brindar la<br />

información, para evitar errores, incongruencias y<br />

duplicidad de datos.<br />

El plan ante desastres debe ser de conocimiento<br />

para todo el personal que lo pondrá en práctica.<br />

El precio de la tragedia<br />

La valoración institucional final del siniestro registró<br />

247 heridos, 277 fallecidos, 18 bomberos heridos,<br />

no se ha determinado el número de casos con estrés<br />

postraumático (15) .<br />

El impacto social, a nivel de los grupos de poder, generó<br />

una crisis en el Gobierno para el establecimiento<br />

de responsabilidades, así como conflictos entre las<br />

autoridades que tenían algún grado de responsabilidad<br />

con los hechos. Se generó múltiples demandas de<br />

parte de los damnificados y de los familiares de las<br />

víctimas.<br />

Se registraron pérdidas económicas millonarias,<br />

que incluyeron las indemnizaciones de las<br />

aseguradoras, gastos médicos, establecimiento de<br />

alojamientos temporales, alimentos para damnificados<br />

y brigadas de socorro, combustibles, gastos de pompas<br />

fúnebres y pruebas de identificación de los fallecidos<br />

(ADN) (14,16) .<br />

123


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 118-24. Arce-Palomino JL<br />

Conclusiones<br />

Nuestras comunidades en los tiempos recientes han<br />

tenido que afrontar emergencias masivas como el<br />

evento descrito por lo que urge la necesidad, planteada<br />

reiterativamente por expertos y canalizada a través<br />

del Consejo Nacional de Salud desde el año 2004, de<br />

la creación de un Sistema Nacional de Protección y<br />

Asistencia Médica de Emergencias y Desastres (17) .<br />

Dentro de este contexto y con la legislación de respaldo,<br />

mejorar la respuesta regional y local a emergencias<br />

masivas y desastres con estrategias tales como la<br />

creación de Centros Reguladores Regionales y Locales<br />

de Emergencias y Desastres, para la coordinación efectiva<br />

multisectorial que permite disponer oportunamente de<br />

los recursos necesarios para atender las necesidades<br />

generadas por dichos eventos.<br />

Gerenciar el recurso humano tanto de las agencias de<br />

socorro habituales, así como la gestión de voluntarios.<br />

Además de procurar la formación de este recurso en<br />

una doctrina uniforme para optimizar su actuación en<br />

equipo, evitando la duplicidad de acciones.<br />

En las instituciones estatales se debe procurar el<br />

ejercicio proactivo y no el coyuntural, teniendo en cuenta<br />

su accionar en los tres momentos de la emergencia: en<br />

el antes -la prevención y mitigación-, en el durante y<br />

en el después con las acciones de reconstrucción y<br />

rehabilitación.<br />

En la comunidad se debe instruir en la cultura de<br />

seguridad desde los niveles preescolares hasta los<br />

adultos, e instaurar una legislación de respaldo a<br />

ello. En el sector salud se debe reiterar las acciones<br />

encaminadas a fortalecer los preparativos para<br />

emergencias y desastres.<br />

Lamentablemente, el 2 de noviembre de 2007, otro<br />

incendio sucedió en Mesa Redonda, aunque esta vez<br />

no se reportaron muertes.<br />

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situaciones de desastre. Washingon DC: OPS; 2004. Serie de<br />

manuales y guías en desastres. N.° 5. p. 165-74.<br />

Correspondencia: Dr. Juan Luis Arce Palomino, Cuerpo<br />

General de Bomberos Voluntarios del Perú. Lima, Perú.<br />

Dirección: Los Diamantes 483, Lima 3.<br />

Teléfono: (511) 471 6375<br />

Correo electrónico: jlap@viabcp.com<br />

124


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32.<br />

simposio: emergenciaS y desastres<br />

GRANDES DESASTRES...GRANDES RESPUESTAS<br />

Nelson Morales-Soto<br />

RESUMEN<br />

Se presenta una revisión sucinta de los grandes siniestros acaecidos en el Perú durante el siglo XX, que demandaron<br />

grandes respuestas. Se intenta identificar los acontecimientos que con mayor influencia moldearon la evolución de la<br />

especialidad de medicina de emergencias y desastres, para analizar posteriormente la preponderancia de cada uno de<br />

ellos en el ejercicio profesional y técnico, la docencia universitaria y los servicios de emergencia de los establecimientos<br />

de salud.<br />

Palabras clave: Desastres naturales; Desastres antropogénicos; Planificación en desastres; Recursos humanos en<br />

desastres; Emergencias en desastres; Perú (fuente: DeCS BIREME).<br />

ABSTRACT<br />

MAJOR DISASTERS … GREAT RESPONSES<br />

Provides a brief review of the major catastrophes that occurred in Peru during the twentieth century, which demanded<br />

greats responses. It tries to identify the most influential events that shaped the evolution of the emergency and disaster<br />

medicine specialities, then look for the preponderance of them in professional and technical practices, university teaching<br />

and the emergency services of health centers.<br />

Key words: Natural disasters; Man-made disasters; Disaster planning; Human resources in disasters; Disaster<br />

emergencies; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

¿Hemos sido los peruanos capaces de prever el impacto<br />

de eventos catastróficos y prepararnos para amenguar y<br />

afrontar sus efectos?<br />

El registro histórico revela la importancia que han tenido<br />

los grandes desastres en la evolución del país (1-3) , en<br />

ellos cumplieron un papel muy definido la amenaza<br />

territorial (4,5) , las acciones del hombre (6-9) y el entorno<br />

biológico (10,11) .<br />

El advenimiento de las culturas europeas en el siglo XV<br />

alteró el nivel de comprensión que las culturas andinas<br />

precolombinas habían alcanzado en sus relaciones con<br />

el entorno y su concepción del adecuado uso y ocupación<br />

territorial (1-3) . Hoy reconocemos la importancia que ello<br />

tiene en la salud de la población (12,13) .<br />

En la etapa reciente, pocas veces hemos sido capaces<br />

de prever eventos adversos de gran magnitud, por lo<br />

general éstos sorprendieron a la comunidad y forzaron<br />

la respuesta sanitaria y social y promovieron las<br />

innovaciones. La historia de la medicina de emergencias<br />

y desastres (14) se ha construido por la alternancia de<br />

eventos adversos (grandes emergencias, desastres) y<br />

de hechos positivos como la creación de instituciones,<br />

innovaciones y contribuciones (descubrimientos,<br />

implementación e institucionalización de organizaciones,<br />

normas y otros recursos para la protección y asistencia<br />

en caso de eventos adversos), por lo común los primeros<br />

sirvieron de catalizador y alentaron o aceleraron la<br />

implementación de los segundos.<br />

Esta es una relación sucinta de los grandes siniestros<br />

que, en el siglo XX, demandaron grandes respuestas, la<br />

selección ha sido hecha por especialistas de la Sociedad<br />

Peruana de Medicina de Emergencias y Desastres,<br />

Comité Peruano de RCP y la Universidad Nacional<br />

Mayor de San Marcos, en ella se intenta identificar los<br />

acontecimientos que con mayor influencia moldearon la<br />

evolución de la especialidad para analizar posteriormente<br />

la preponderancia de cada uno de ellos en el ejercicio<br />

profesional y técnico, la docencia universitaria y los<br />

servicios de emergencia de los establecimientos de<br />

salud.<br />

* Médico emergenciólogo. Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias y Desastres. Facultad de Medicina, Universidad Nacional<br />

Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Fecha de recepción: 08-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

125


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Morales Soto NR<br />

GRANDES DESASTRES<br />

1940: Terremoto, litoral central<br />

El 24 de mayo, 11h35, se produjo un terremoto de<br />

magnitud 8,2 Ms, intensidad VIII en la escala de Mercali<br />

modificada (MM), con aceleraciones de 0,4g, epicentro:<br />

11,2 ºS, 77,79 ºO, hipocentro: 50 km de profundidad a<br />

120 km NO de Lima. Cinco mil casas destruidas en el<br />

Callao, 179 muertos y 3500 heridos en Lima, 80% de<br />

viviendas colapsadas en Chorrillos, el malecón se agrietó<br />

y hundió en tramos. Las construcciones antiguas en Lima<br />

sufrieron grandes daños. Averías en construcciones de<br />

concreto armado en el Callao (Compañía Nacional de<br />

Cerveza) y dos edificios de la Universidad Agraria de<br />

La Molina. Algunos hundimientos en la zona portuaria<br />

con daños a los muelles y la vía férrea. Interrupciones<br />

en la carretera Panamericana Norte por deslizamientos<br />

de arena en el sector de Pasamayo. Maremoto con retiro<br />

del mar a 150 m y retorno con olas de 3 m de altura que<br />

anegó totalmente los muelles. Fallecieron unas diez mil<br />

personas (15) .<br />

1950: Terremoto, Cusco<br />

El 21 de mayo se produjo un terremoto de gran intensidad<br />

que causó severos daños en el Cusco monumental,<br />

pues se destruyeron 3000 viviendas. Los daños<br />

causados dieron paso a una etapa de modernización<br />

(ensanchamiento de calles y demolición de casas) que<br />

condujo a la pérdida de monumentos arquitectónicos<br />

alterándose el centro histórico (16) .<br />

1964: Pánico colectivo, Estadio Nacional de Lima<br />

En la tarde del 27 de mayo algunos de los 47 mil<br />

espectadores del encuentro de fútbol entre Perú y<br />

Argentina reaccionaron violentamente contra una<br />

decisión del árbitro en las clasificatorias para las<br />

Olimpiadas de Tokio, intentaron ingresar al campo<br />

deportivo y la policía arrojó gases lacrimógenos hacia<br />

las tribunas, los espectadores al huir hallaron que las<br />

puertas metálicas exteriores habían sido cerradas,<br />

cundió el pánico y en el tropel murieron 328 personas<br />

asfixiadas o pisoteadas, otras mil sufrieron lesiones, en<br />

la calle las turbas causaron destrozos en los alrededores.<br />

Hubieron sanciones y se tomaron medidas para que<br />

las puertas permanecieran abiertas y se facilitara la<br />

evacuación en caso de contingencias, se redujo el aforo<br />

a 42 mil personas. Es considerada la mayor tragedia<br />

ocurrida en un coliseo deportivo (17) .<br />

1966: Terremoto, litoral central<br />

Ocurrió el 17 de octubre a las 16.41 h con magnitud de<br />

7,5; intensidad VIII-IX MM, hipocentro: 38 km 10,7 ºS,<br />

78,7 ºO. Los mayores daños ocurrieron en San Nicolás,<br />

a 120 Km de Lima, IX MM, Huacho VIII MM y Puente<br />

Piedra. En Lima alcanzó VI MM en la parte central. En<br />

las zonas antiguas del Rímac y del Cercado, zonas<br />

adyacentes a los cerros y una banda a lo largo del<br />

río Rímac incluyendo el Callao llegó a VII MM. En La<br />

Molina VIII MM. La aceleración registrada fue de 0,4 g<br />

y el período predominante 0,1 segundos. Los mayores<br />

daños se registraron en los edificios de poca altura, en<br />

edificios altos hubo grietas en muros de tabiquería (18) .<br />

1970: Terremoto, litoral norte y aluvión en el Callejón<br />

de Huaylas<br />

Ocurrió el 31 de mayo a horas 15.33 h con una magnitud<br />

de 7,8 grados Richter, epicentro marino a 50 km frente<br />

a la costa de Ancash entre Casma y Chimbote e<br />

hipocentro a 24 km de profundidad, fue sentido en 1300<br />

km a lo largo del litoral desde Nazca a Guayaquil y 300<br />

km al este tierra adentro en un área de 350 000 km 2 ,<br />

fue seguido de un aluvión en el Callejón de Huaylas.<br />

Ambos eventos causaron el deceso a 65 000 personas<br />

y heridas a otras 160 000 siendo catalogado como<br />

el terremoto más mortífero del siglo en el continente<br />

americano (18-20) .<br />

1974: Terremoto, litoral sur<br />

Se produjo el sismo el 3 de octubre a las 09.31 h con<br />

epicentro localizado a 70 km al S-SO de Lima registró<br />

aceleraciones máximas de 0,26 g y período dominante<br />

de 0,2 segundos. Los mayores daños ocurrieron en<br />

La Molina VIII-IX MM, donde dos edificios de concreto<br />

armado colapsaron y otros resultaron muy dañados. En el<br />

Callao y Chorrillos VII –VIII MM, algunas construcciones<br />

de concreto armado sufrieron daños y las de adobe<br />

colapsaron (21).<br />

1980-2000: Subversión armada<br />

Se inició en 1980 con la destrucción de ánforas<br />

electorales en Chuschi, Ayacucho, en las inmediaciones<br />

aparecieron pintas de índole política, poco después se<br />

conoció la existencia de un movimiento subversivo que<br />

se autodenominó Partido Comunista-Sendero Luminoso<br />

(PCP-SL). En 1981 se inició el asesinato sistemático de<br />

policías y la voladura de torres de alta tensión, ese año<br />

ocurrieron 700 atentados terroristas, en marzo de 1982<br />

fue atacada la cárcel de Ayacucho de donde fugaron 130<br />

acusados de terrorismo, en represalia fueron victimados<br />

varios supuestos terroristas internados en el hospital de<br />

la ciudad, la caída de Vilcashuamán en agosto mostró<br />

las limitaciones de la policía por lo que se movilizó<br />

personal de las Fuerzas Armadas a Ayacucho. En 1983<br />

se produce el asesinato de periodistas en Uchuraccay-<br />

Ayacucho, en 1984 la lucha se intensifica y aparece la<br />

primera fosa clandestina con 50 cadáveres con signos<br />

de muerte violenta. En 1985 estalla un coche-bomba<br />

al lado del Ministerio del Interior, al iniciarse un nuevo<br />

gobierno en 1986 se produce una insurrección en los<br />

penales donde murieron 126 presos en Lurigancho, 138<br />

126


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Grandes desastres…grandes respuestas<br />

presos en El Frontón y dos en Santa Bárbara. En 1989 el<br />

gobierno entrega armamento a las Rondas Campesinas<br />

e interviene la seguridad al interior de las universidades,<br />

se producen posteriormente asesinatos de civiles en el<br />

jirón Huanta y la Universidad La Cantuta, en 1992 ocurre<br />

un atentado con 500 kg de explosivos en la calle Tarata<br />

en Miraflores que deja 23 muertos, 132 heridos (64 de<br />

ellos graves). El 12 de setiembre de 1992 es capturado<br />

el líder del movimiento subversivo PCP-SL. El 25 de<br />

mayo del 2001 el gobierno aprobó la creación de una<br />

Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) para<br />

analizar el fenómeno subversivo y sus efectos y formular<br />

un programa de reparaciones; en su informe establece<br />

que la cifra de víctimas entre muertos y desaparecidos<br />

llegó a 69 280 personas, 40% de ellos se concentró<br />

en Ayacucho, 79% fueron campesinos y 75% tenía el<br />

quechua como idioma materno (22,23) .<br />

1982-83: Fenómeno El Niño<br />

Catalogado como “muy intenso”, intensidad 5 (en la<br />

escala de 1 a 5) con efectos catastróficos. Los efectos<br />

devastadores alcanzaron a 16 departamentos del país<br />

y duraron 210 días. Se registró lluvias torrenciales,<br />

desborde de ríos, inundaciones, huaicos y sequías<br />

(particularmente graves en el altiplano sur), siendo los<br />

departamentos más afectados los de Piura y Puno.<br />

Se registró 1 267 720 afectados, 512 muertos, 1 304<br />

heridos y 25 100 enfermos, 587 120 personas quedaron<br />

sin vivienda. Se afectaron 111 000 viviendas y se<br />

destruyeron otras 98 000. Se exacerbaron la malaria y la<br />

peste, paralelamente se afectaron 260 establecimientos<br />

de salud. Se calcularon las pérdidas en 1 000 millones<br />

de dólares y se afectó el PBI en -12% (24) .<br />

1986: Terremoto, Cusco<br />

A horas 15.14 h del 5 de abril de 1986 se produjo un<br />

sismo con magnitud 5,4 Mb, intensidad máxima VI-VII<br />

MM con hipocentro a 57 km de profundidad (Latitud<br />

13,48°, Longitud 71,91° grados), epicentro a 8 km al<br />

NE de la ciudad. El evento causó daños de mediana<br />

gravedad, produjo la muerte de siete personas, 80<br />

heridos y unos 13 000 damnificados; se percibió en<br />

11 000 km 2 observándose deslizamientos y algunos<br />

hundimientos. El hipocentro se habría originado en el<br />

área de fallas activas de Tambomachay, localizado al NE<br />

de la ciudad. Se registraron las mayores intensidades en<br />

la plazoleta Belén del distrito de Santiago, Universidad<br />

San Antonio Abad, Hospital Regional del Ministerio de<br />

Salud y Seguro Social, el Coliseo Cerrado y el Parque<br />

Zonal (18) .<br />

1991: Epidemia de Cólera<br />

Las pobres condiciones de saneamiento ambiental<br />

fueron propicias para que en la última semana de<br />

enero se presentaran los primeros casos en el barrio<br />

La Candelaria en Chancay, casi en simultáneo se<br />

registraron casos en Chimbote en cuyos tres hospitales<br />

se atendieron 900 pacientes en la primera semana<br />

y unos 300 diarios durante el mes de febrero, en que<br />

se extendió a la costa y la sierra llegando a la selva en<br />

marzo. Al finalizar el año se reportaron 322 mil enfermos<br />

y unos tres mil fallecidos (25) .<br />

1997-98: Fenómeno El Niño<br />

Catalogado como muy intenso, intensidad: 5 (en la escala<br />

de intensidad 1 a 5), con efectos catastróficos. Los efectos<br />

devastadores alcanzaron a 23 departamentos del país,<br />

duraron 180 días y se cuantificaron 647 eventos adversos.<br />

Se registraron en gran intensidad y número lluvias<br />

torrenciales, desborde de ríos, inundaciones, huaicos<br />

y sequías (particularmente graves en el altiplano sur),<br />

siendo los departamentos más afectados los de Piura y<br />

Puno. Se registraron 549 000 personas afectadas, 1 146<br />

fallecidos, 168 575 enfermos (1 423 012 episodios de<br />

diarrea y 140 134 de cólera, 24 609 casos de dengue).<br />

Se afectaron 108 000 viviendas y se destruyeron otras<br />

42 342; se dañaron 511 establecimientos de salud. Las<br />

pérdidas económicas se estimaron en 1 800 millones de<br />

dólares (1 200 millones en bienes públicos) (24,26) .<br />

2001: Terremoto, litoral sur<br />

El 23 de junio a las 15.30 h se produjo un sismo de<br />

gran intensidad con epicentro marino a 83 km de Atico,<br />

norte de Arequipa, hipocentro de 33 km, magnitud<br />

de 8,4 Mw, aceleración horizontal máxima de 250<br />

gals e intensidades de VI–VII MM, afectó a unos 200<br />

mil habitantes en una extensión de 40 000 km 2 en<br />

los departamentos de Tacna, Moquegua, Arequipa y<br />

Ayacucho. Treinta minutos después del sismo la costa de<br />

Camaná, Arequipa, fue golpeada por un maremoto. El<br />

Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) reportó 65<br />

muertes, 2 700 heridos, 220 000 damnificados y 24 500<br />

viviendas colapsadas, en su mayoría construcciones de<br />

adobe (27) .<br />

2001: Incendio en Mesa Redonda, Lima<br />

A las 19.15 horas del 29 de diciembre la demostración<br />

de un artefacto pirotécnico, hecha por un vendedor<br />

informal, desató un incendio que alcanzó proporciones<br />

dantescas en el centro de Lima comprometiendo unas<br />

cinco cuadras de galerías comerciales en Mesa Redonda<br />

en las cuales, además de la extendida tugurización,<br />

hacinamiento y sobreocupación de mercadería se<br />

almacenaban unas 900 toneladas de pirotécnicos. El<br />

evento causó la muerte a 277 personas, heridas a otras<br />

600 (gran parte de ellos graves), 352 desaparecidos y<br />

pérdidas materiales por unos diez millones de dólares.<br />

En la zona central del incendio se habrían producido<br />

temperaturas de hasta 1200 ºC lo cual carbonizó a las<br />

víctimas, una bola de fuego de 800 ºC se desplazó por la<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Morales Soto NR<br />

calles atrapando personas y vehículos. La investigación<br />

preliminar mostró negligencia de autoridades,<br />

comerciantes y compradores y el total incumplimiento<br />

de las normas de seguridad constructiva a pesar de las<br />

repetidas denuncias de los bomberos (28) .<br />

INSTITUCIONES, INNOVACIONES Y<br />

CONTRIBUCIONES<br />

1912: La Asistencia Pública: inauguración<br />

El 25 de febrero fue inaugurada la Asistencia Pública con<br />

sede central en la calle León de Andrade como respuesta<br />

a la necesidad de este tipo de atenciones y la presión de<br />

la opinión pública, asignándole ambientes para cirugía,<br />

sala para niños, un servicio de camillas e instrumental<br />

de cirugía y personal constituido por un médico, cirujano,<br />

traumatólogo y un médico domiciliario. Fueron creados<br />

en total seis puestos de socorro en otros distritos. En<br />

1956 ya disponía de 36 médicos organizados en tres<br />

equipos que llegaban a atender hasta 500 pacientes<br />

en los días comunes y 1500 en domingos y feriados.<br />

El Puesto Central, ubicado entonces en la avenida<br />

Grau, fue cerrado el 20 de julio de 1980 y al ocurrir<br />

esto se evidenció el insuficiente desarrollo alcanzado<br />

por los servicios de emergencia de algunos hospitales,<br />

hecho que se hacía más patente por la visible falta de<br />

coordinación entre las instituciones (29) .<br />

1965: Plan hospitalario para desastres<br />

La primera versión identificada fue redactada con el<br />

título de “Plan operativo para grandes emergencias” en<br />

el Hospital de Policía. Su aplicación en el terremoto de<br />

1966 permitió establecer mejoras sustanciales respecto<br />

a volumen, concisión, flexibilidad y difusión requerida<br />

por el documento. Cuatro años después el terremoto<br />

de 1970 mostró las proporciones descomunales que<br />

podía alcanzar una catástrofe y desnudó la falta de<br />

preparación reinante en la región. Un tercer terremoto<br />

en 1974 permitió validar el plan el cual fue difundido<br />

con el título de “Procedimientos operativos vigentes<br />

en desastres” sirviendo como insumo para los planes<br />

hospitalarios para desastre en América Latina. La<br />

versión más reciente “Seguridad en hospitales. Plan<br />

hospitalario para desastres. Procedimientos operativos:<br />

Preparativos, respuesta y tarjetas de acción” fue editado<br />

en el 2001 por la Universidad Nacional Mayor de San<br />

Marcos (30) .<br />

1970: Hospital de Campaña, del Instituto Peruano de<br />

Seguridad Social<br />

Fundado el 3 de junio de 1970, por el doctor Donald<br />

Morote como respuesta inmediata a la necesidad de<br />

socorrer a los damnificados del terremoto de Huaraz,<br />

viajaron 22 médicos, 10 enfermeros y 15 técnicos<br />

de enfermería como voluntarios. En 1983 atendió a<br />

la población afectada por los efectos climatológicos<br />

e inundaciones causadas en el norte del país por el<br />

Fenómeno El Niño (31) .<br />

1972: El Sistema Nacional de Defensa Civil, INDECI<br />

Se crea por Decreto Ley N.º 19338 del 28 de marzo de<br />

1972. El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) es<br />

el órgano rector. Tiene como objetivos evitar o mitigar<br />

la pérdida de vidas, bienes materiales y el deterioro<br />

del medio ambiente, que como consecuencia de la<br />

manifestación de los peligros naturales o tecnológicos<br />

en cualquier ámbito del territorio nacional, pueda<br />

convertirse en emergencia o desastre, atentando contra<br />

el desarrollo sostenible del Perú. El Reglamento de la<br />

Ley del Sistema Nacional de Defensa Civil se promulga<br />

el 17 de mayo de 1988 por Decreto Supremo N.º 005-<br />

88-SGMD (32) .<br />

1978: Primeras asociaciones profesionales: Medicina<br />

para casos de catástrofe<br />

En 1978 se fundó la “Sociedad Peruana de Medicina<br />

para Casos de Catástrofe” la cual organizó el “Primer<br />

Congreso Internacional de Medicina para Caso de<br />

Catástrofe”, “Primer Congreso Peruano de Medicina<br />

para Caso de Catástrofe”, “Primer Curso Internacional<br />

y Primer Curso Nacional de Medicina para Caso de<br />

Catástrofe” y “Primer Curso Nacional de Medicina para<br />

casos de Catástrofe de Proyección Médica a la Industria”,<br />

actividades que se desarrollaron en Lima entre el 18 al<br />

25 de abril de 1979 (33) .<br />

1980: Hospital de Emergencias “José Casimiro<br />

Ulloa”, inauguración<br />

El 16 de julio fue inaugurado en su sede de la Av.<br />

República de Panamá, sobre una planta física<br />

hospitalaria (2 sótanos y 6 pisos) que fue construida<br />

por el Club de Leones de Miraflores; el nuevo local<br />

ampliaba los servicios a la comunidad que brindó por<br />

largos años la Asistencia Pública de la avenida Grau<br />

para lo cual desde su creación contó con 4 quirófanos,<br />

100 camas de internamiento, unidad de cuidados<br />

intensivos, exámenes auxiliares y tecnología adecuada<br />

a su tiempo. Con el tiempo se sumaron especialistas de<br />

otros campos para completar los equipos de guardia y<br />

asegurar una atención calificada en la que privilegia la<br />

oportunidad (34) .<br />

1981: Programas de preparativos para desastres,<br />

OPS/OMS, USAID/OFDA<br />

En julio el Programa de Preparativos para Desastres<br />

y Coordinación de la Ayuda Internacional, PED, de la<br />

Organización Panamericana de Salud (OPS) destacó un<br />

asesor para la subregión Sudamérica con sede en Lima,<br />

siendo el primer asesor subregional el doctor Miguel Gueri,<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Grandes desastres…grandes respuestas<br />

fue reemplazado por el Dr. Luis Jorge Pérez Calderón.<br />

El Consejo Directivo de la OPS, en su Resolución X<br />

de octubre de 1976, había establecido la necesidad de<br />

tener un programa de Preparativos para Desastres y<br />

Coordinación del Socorro. Las Resoluciones XXXVI, de<br />

octubre de 1979, y XL, octubre de 1980, recomendaron<br />

al Director la conveniencia de fortalecer el programa en<br />

su componente de colaboración técnica y la actuación<br />

rectora del sector salud en el campo de la atención de<br />

víctimas, saneamiento ambiental, nutrición, vigilancia<br />

epidemiológica con posterioridad a los desastres. Se<br />

contó además con el apoyo de USAID que, en 1964,<br />

designó un Coordinador para Asistencia de Desastres<br />

en el Exterior, posteriormente la Office Foreign Disaster<br />

Assistance (USAID-OFDA), agencia cuyo mandato era<br />

reducir el impacto económico y social de los desastres;<br />

en sus primeros 40 años de gestión proporcionó atención<br />

a dos mil declaraciones de desastre (35,36) .<br />

1982: Plan operativo para las atenciones de<br />

emergencia médico-quirúrgicas en la VI Región de<br />

Salud de Lima”<br />

Aprobado por Resolución Viceministerial N.º 0025-82-<br />

SA/DVM del 24 de abril de 1982, la cual expresa en<br />

sus Considerandos: “Que, de acuerdo a la concepción<br />

moderna y universal de las emergencias médicoquirúrgicas,<br />

existe el planteamiento de la necesidad de<br />

una atención inmediata y eficiente al paciente en situación<br />

de emergencia, en el mismo lugar de los hechos para<br />

su traslado oportuno al hospital más adecuado para su<br />

recuperación…”, y en su parte resolutiva: “Aprobar el<br />

texto del plan de atención en foco y traslado de pacientes<br />

en Lima Metropolitana, presentado por el Director del<br />

Hospital de Emergencias…”. Se constituyó en el estudio<br />

más sólido de la atención de emergencias en Lima,<br />

situación que consideró como insatisfactoria (37) .<br />

1982: Sociedad Peruana de Medicina de Emergencias<br />

y Desastres<br />

El 25 de mayo de 1982 los jefes y médicos de los servicios<br />

de Emergencia de los Hospitales de Lima, quienes se<br />

reunían con alguna regularidad para revisar temas de<br />

su especialidad, definieron su interés en formalizar una<br />

sociedad médica especializada y promover el interés de las<br />

universidades para la implementación de especialidades<br />

profesionales en emergencias. Esta es considerada la<br />

fecha fundacional de la Sociedad Peruana de Medicina<br />

de Emergencias, el 13 de abril de 1983 se redactó el acta<br />

de la primera reunión de los médicos emergencistas de<br />

las Fuerzas Armadas, Fuerzas Policiales, Ministerio de<br />

Salud y Seguro Social del Perú (38) .<br />

1983: Unidades de shock-trauma<br />

Al concluir el año 1982 se había duplicado la atención<br />

de 1978 pero la incidencia de pacientes graves y<br />

demanda masiva de víctimas de explosiones había<br />

crecido exponencialmente en el servicio de emergencia<br />

el cual generaba hasta 55% de los internamientos<br />

nosocomiales. Se decidió crear unidades altamente<br />

especializadas para atención de la grave urgencia<br />

generada por la violencia, las Unidades de Shock-<br />

Trauma. El espectro e incremento constante del<br />

volumen y gravedad de la demanda estaban plenamente<br />

configurados y en medio del conflicto bélico los recursos<br />

materiales serían menos accesibles. Quedó claro que<br />

era la oferta de servicios la tenía que mejorarse a<br />

través de la tecnología y de las competencias de las<br />

personas. Para ello había que implementar un proceso<br />

que secuencialmente separara al ingreso los graves de<br />

los leves para privilegiar la oportuna atención de los<br />

primeros (triage en emergencia), había que darles luego<br />

un servicio de estabilización cardiorrespiratoria (Unidad<br />

de shock-trauma), lo cual no era simplemente disponer<br />

de un ambiente físico con un determinado equipamiento<br />

y recursos humanos y logísticos, era más bien crear una<br />

actitud compartida, protegida y practicada por todo el<br />

equipo destinada a salvar al grave, a lograr la máxima<br />

eficiencia de los servicios y asegurar la atención de<br />

todos los usuarios (39) .<br />

1985: Oficina de Defensa Nacional, MINSA:<br />

Creación<br />

En 1985, por D.S. N.º 057-89-SA, el Ministerio de Salud<br />

creó la Unidad de Preparación contra Desastres (UPCD),<br />

como un servicio dependiente de la Alta Dirección y<br />

con alcance nacional. En 1986 aprueba su Manual de<br />

Organización y Funciones por R.M. N.º 0069-86-SA/<br />

DVM, definiéndola como un órgano normativo, asesor y<br />

supervisor, encargándosele la planificación, coordinación<br />

y ejecución de las acciones de salud necesarias para<br />

afrontar las situaciones de desastre e intervenir en<br />

aquellos fenómenos que amenazaran la vida o la salud<br />

de la población y excedieran la capacidad de respuesta<br />

de la comunidad afectada. El 28 de abril de 1987, por<br />

D.S. Nº 022-87-SA, la Unidad pasa a depender de la<br />

Oficina de Defensa Nacional (ODN-MINSA), organismo<br />

integrante de la Alta Dirección cuya función principal<br />

era conducir la formulación del Plan Sectorial de Acción<br />

contra Desastres y Emergencias en labor coordinada<br />

con los gobiernos locales y regionales. En el año 2001<br />

las funciones de la Oficina de Defensa Nacional, ODN,<br />

fueron incorporadas al Reglamento de la Organización<br />

y Funciones del Ministerio de Salud a través de la<br />

Resolución Ministerial N.º 410-2001-SA/DM (40) .<br />

1986: La Comisión SELICA<br />

En el año 1986 la Resolución Ministerial N.º 597-86-<br />

SA/DM designó la “Comisión permanente del sistema<br />

de atención de emergencias de Lima-Callao”, con la<br />

finalidad de diseñar la estructura organizativa del sistema<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Morales Soto NR<br />

cuyas bases preliminares habían sido diseñadas en el<br />

“Plan operativo para las atenciones de emergencias<br />

médico-quirúrgicas en la VI Región de Salud de Lima”,<br />

propuesto por la comisión designada por R.V.M. 0026-<br />

82 y publicado en 1983. La nueva comisión fue presidida<br />

por el representante del Ministerio de Salud y contó con<br />

delegados de instituciones de salud que acreditaron<br />

sus expertos en emergencias. El intenso trabajo de<br />

la comisión se volcó en su informe final el cual fue<br />

publicado en 1988. El documento proporcionó valiosos<br />

elementos de juicio para la toma de decisiones en una<br />

etapa en que la atención de emergencia, adoptaba ya un<br />

enfoque sistémico y concordaba con la voluntad política<br />

para impulsar ese campo, conforme lo ratificaron las<br />

palabras del Ministro de Salud aparecidas en el prefacio<br />

del documento. Desafortunadamente el proyecto no<br />

se implementó pese al esfuerzo y buena voluntad del<br />

presidente y los miembros de la comisión (41) .<br />

1987: Estudios de vulnerabilidad sísmica de<br />

hospitales en el Perú<br />

A propuesta de la Comunidad Económica Europea y<br />

con fondos de ésta, de la Organización Panamericana<br />

de Salud, del Ministerio de Salud y del Seguro Social<br />

del Perú se hizo un estudio técnico de la vulnerabilidad<br />

sísmica de 15 grandes hospitales públicos del país<br />

en sus aspectos físicos (componentes estructural, no<br />

estructural, líneas vitales) y funcionales (organización y<br />

procesos). Los resultados mostraron importante grado<br />

de vulnerabilidad en establecimientos públicos. En el<br />

estudio participaron profesionales de la Universidad<br />

Nacional de Ingeniería, CISMID, Universidad Nacional<br />

Mayor de San Marcos y otras instituciones (42) .<br />

1992: Segunda especialización en medicina de<br />

emergencias y desastres: Creación del programa en<br />

la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima<br />

En abril de 1983 el autor presentó a la Sociedad<br />

Peruana de Medicina de Emergencias el “Plan educativo<br />

piloto para el residentado médico en emergencias”<br />

instalado con éxito en el Hospital de la Sanidad de las<br />

Fuerzas Policiales para la creación de la especialidad,<br />

la propuesta fue aprobada y se inició la gestión de<br />

creación. En la Facultad de Medicina de San Fernando,<br />

el 10 de setiembre de 1992, el Consejo de Facultad por<br />

Acuerdo N.º 468 tomado en su sesión XXVIII aprobó la<br />

creación de la especialidad de medicina de emergencias<br />

y desastres y el plan curricular respectivo. Se convocó<br />

el ingreso de la primera promoción de en el verano de<br />

1993 (43) .<br />

1999: Consejo Peruano de Reanimación, CPR<br />

En noviembre de 1999 se fundó el Consejo Peruano de<br />

Reanimación (CPR) por encargo del Consejo Directivo<br />

del Consejo Latinoamericano de Resucitación (CLAR),<br />

miembro del International Liaisson Committee on<br />

Resuscitation (ILCOR), actual Comité Científico de la<br />

Fundación Interamericana del Corazón (FIAC). Se le<br />

asignó la misión de promover la conservación de la vida<br />

y la salud de las personas en riesgo de sufrir muerte<br />

súbita a través de la promoción, prevención, certificación<br />

y atención del paro cardiorrespiratorio en todos los<br />

niveles estableciendo normas para el tratamiento y<br />

tratando de disminuir la morbimortalidad (44) .<br />

2002: Acreditación de la calidad en la formación y el<br />

ejercicio profesional de la especialidad<br />

En cumplimiento de la normal legal la Comisión Nacional<br />

de Residentado Médico (CONAREME), inició en el año<br />

2000 el proceso para la implementación de los estándares<br />

mínimos en segunda especialización con la aprobación<br />

de las “Normas y procedimientos de acreditación de<br />

programas de segunda especialización en medicina”, los<br />

“Estándares mínimos institucionales para la acreditación<br />

de programas de segunda especialización en medicina<br />

humana” y los “Estándares mínimos de formación<br />

profesional en segunda especialización”. Los estándares<br />

de formación profesional en la especialidad comprenden<br />

competencias en las áreas social (se prioriza el ámbito<br />

de los valores), asistencial, proyección social, docente,<br />

investigación y gerencial y fueron aprobadas en el año<br />

2001. Ambos programas de estándares se han aplicado<br />

desde su creación (45) .<br />

2002: Medicina de emergencias y desastres en el<br />

pregrado universitario<br />

La conjunción de fenómenos naturales extremos, como<br />

el terremoto de Huaraz que produjo 65 000 muertes y<br />

150 000 heridos o las inundaciones de El Niño, que en<br />

1982-1983 ocasionaron una caída del PBI en -12%, y los<br />

eventos antrópicos como la violencia terrorista iniciada<br />

en los años 80 que causó la muerte o desaparición de<br />

69 000 personas y pérdidas por unos 30 000 millones<br />

de US dólares aunados a la accidentalidad cotidiana del<br />

transporte terrestre que ocasiona unas 3000 muertes<br />

anuales justificaron plenamente la inclusión de un<br />

curso de emergencias y desastres en el plan curricular<br />

de los estudios de medicina. Implementar este paso<br />

exigió un largo proceso de formación de especialistas<br />

que pudieran convertirse en docentes conforme lo<br />

exigen las normas de acreditación universitaria. Unos<br />

mil estudiantes de medicina han recibido y aprobado<br />

este curso desde su implementación en la Universidad<br />

Nacional Mayor de San Marcos de donde se extenderá<br />

a otras universidades (46) .<br />

2003: Consejo Nacional de Salud y propuesta de<br />

creación del Sistema Nacional de Protección y<br />

Asistencia Médica para Emergencias y Desastres<br />

La Ley 27813, 13 de agosto del 2002, crea el Sistema<br />

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Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 125-32. Grandes desastres…grandes respuestas<br />

Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud<br />

(SNCDS), al que encarga coordinar la aplicación de la<br />

política nacional de salud; el Consejo Nacional de Salud,<br />

parte del SNCDS, es un órgano consultivo del Ministerio<br />

de Salud que cuenta con un Comité de Emergencias y<br />

Desastres, el cual, durante las gestiones 2002 al 2004,<br />

acordó priorizar la creación de un Sistema Nacional<br />

de Protección y Asistencia Médica de Emergencias y<br />

Desastres incluyendo a las Centrales de Regulación<br />

de la Atención Médica de Emergencias y Desastres<br />

en grandes ciudades, una Dirección General de<br />

Emergencias y Desastres y un Fondo Nacional para la<br />

Atención Médica de Emergencias (47) .<br />

2006: Se reconoce al especialista en medicina de<br />

emergencias y desastres como Jefe del Servicio de<br />

Emergencia de los establecimientos de salud<br />

El 20 de abril se aprueba la NTS N.º 042-MINSA/<br />

DGSP.V.01 “Norma técnica de salud de los servicios<br />

de emergencia” mediante Resolución Ministerial<br />

N.º 386-2006/MINSA la cual establece que en los<br />

Establecimientos de Salud II-1, II-2, III-1 y III-2 el médico<br />

jefe de servicio es un médico con título de segunda<br />

especialización en medicina de emergencias y desastres<br />

o medicina interna inscrito en el registro de especialistas<br />

del Colegio Médico del Perú, con constancia de<br />

recertificación y participación en educación médica<br />

continua expedidas por instituciones reconocidas, y<br />

constancia de labor continua mayor de tres años en el<br />

servicio de emergencia para hospitales II y III, y con<br />

estudios en gestión o administración de servicios de<br />

salud u hospitales, mínimo tres meses para hospital II y<br />

seis meses para hospital III (48) .<br />

Hoy se reconoce que gran parte de los desastres tienen<br />

un carácter cíclico, algunos por la constancia de las<br />

amenazas, otras por el crecimiento de las vulnerabilidades.<br />

En una u otra forma, debemos fortalecer los organismos,<br />

mecanismos y recursos necesarios para desarrollar una<br />

efectiva gestión del riesgo y preparar las ciudades para<br />

enfrentar los efectos de eventos catastróficos.<br />

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Lima: MINSA; 2006. NTS N.º 042-MINSA/DGSP.V.01<br />

Correspondencia: Dr. Nelson Raúl Morales Soto, Sociedad<br />

Peruana de Emergencias y Desastres. Lima, Perú.<br />

Dirección: Av. Alameda La Molina Vieja N.° 695, Dpto. 206. La<br />

Molina, Lima.<br />

Teléfono: (511) 365 8891<br />

Correo electrónico: moralessotonelson@gmail.com<br />

132


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 133-37.<br />

simposio: emergenciaS y desastres<br />

PROBLEMÁTICA SANITARIA Y SOCIAL DE LA<br />

ACCIDENTALIDAD DEL TRANSPORTE TERRESTRE<br />

Daniel Alfaro-Basso 1,2,a<br />

RESUMEN<br />

Los accidentes de tránsito son un problema de salud pública mundial. En el Perú entre los años 2000 y 2006 han muerto<br />

18 879 personas, tres de cada cuatro fueron varones, y 16,7% menores de edad. En este artículo se revisan los factores<br />

asociados a la letalidad y las medidas para reducirla, las estadísticas nacionales y lo que se viene realizando para<br />

afrontar esta problemática.<br />

Palabras claves: Accidentes de tránsito; Servicios de transporte; Cinturones de seguridad; Perú (fuente: DeCS<br />

BIREME).<br />

HEALTH CONCERNS AND SOCIAL OF THE ACCIDENTALITY IN LAND<br />

TRANSPORT<br />

ABSTRACT<br />

The traffic accidents are a worldwide public health problem. In Peru between 2000 and 2006 have killed 18 879 personas,<br />

three of every four were male and 16.7% are under 18 years. This article reviews the associate factors with lethality and<br />

measures to reduce it, the national statistics and what has been done to address this problem.<br />

Key words: Traffic accidents; Transport service; Seat belts; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La sociedad considera que los accidentes son producto<br />

de la casualidad, desgracia, contratiempo, catástrofe,<br />

infortunio, desventura o cualquier otra situación<br />

relacionada al azar, a lo inevitable y que poco se puede<br />

hacer para prevenirlos o evitarlos. Sin embargo, se<br />

define al accidente como el hecho súbito que ocasiona<br />

daños a la salud y que se produce por la ocurrencia de<br />

condiciones potencialmente prevenibles (1,2) .<br />

Conforme a la Clasificación Internacional de<br />

Enfermedades, los accidentes se clasifican dentro de las<br />

lesiones no Intencionales, diferenciándose claramente<br />

de las lesiones intencionales como los homicidios,<br />

suicidios y otros tipos de violencia.<br />

Se estima que en el 2002 murieron más de 1,2 millones<br />

de personas en el mundo, por accidentes de tránsito,<br />

además es la segunda causa de muerte entre personas<br />

de 5 a 25 años y en su mayoría son varones, ya sea<br />

como peatones, ciclistas, motociclistas, conductores o<br />

pasajeros. Cada día pierden la vida unos 1000 jóvenes<br />

de entre 15 y 19 años en el mundo (3) . Las proyecciones<br />

revelan que continuará una tendencia al aumento al<br />

2030 (4) .<br />

Los accidentes de tránsito son un problema global (5) ,<br />

de particular importancia en los países en desarrollo,<br />

donde se ha observado una mayor mortalidad debido<br />

a un aumento del parque automotor y a la urbanización<br />

desordenada (6,7) . Diversas iniciativas han manifestado la<br />

importancia de mejorar la seguridad vial (8) , pero advierten<br />

la necesidad de contar con recursos humanos que<br />

aborden esta problemática (vigilancia epidemiológica,<br />

prevención, seguridad vial y atención traumatológica),<br />

los cuales no han avanzado en la misma medida que<br />

otros problemas de salud (9) .<br />

1<br />

2<br />

a<br />

Hospital Regional del Sur, Fuerza Aérea Peruana, Arequipa, Perú.<br />

Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Médico especialista en Medicina de Emergencias y Desastres.<br />

Fecha de recepción: 10-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

133


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 133-37. Alfaro-Basso D<br />

Tabla 1. Causas de accidentes de tránsito (10) .<br />

Causa<br />

Porcentaje<br />

Sólo factor humano 65,0%<br />

Factor humano + vía 24,0%<br />

Factor humano + vehículo 4,5%<br />

Factor humano + vía + vehículo 1,2%<br />

Sólo factores viales 2,5%<br />

Factores viales + vehículo 0,3%<br />

Sólo factores del vehículo 2,5%<br />

Se ha identificado que el factor humano está relacionado<br />

a más del 90% de los accidentes de tránsito (Tabla 1) (10) .<br />

Las percepciones de la población sobre la causalidad de<br />

éstos, refleja que son debido a la irresponsabilidad de<br />

los conductores donde el alcohol, falta de respeto por<br />

las señales de tránsito, exceso de velocidad, uso de<br />

móviles, entre otros, son factores que desencadenan los<br />

accidentes (11-14) ; por otro lado, los peatones también son<br />

percibidos como responsables (15) . Los medios de prensa<br />

desempeñan una función importante, pero comunican<br />

más los accidentes que la forma cómo prevenirlos (16) .<br />

Los accidentes por automóviles ocupan la mayoría<br />

de casos –por su volumen en el parque automotor–<br />

de lesiones en vías públicas (17) , pero las motocicletas<br />

generan una mayor proporción de accidentados entre<br />

sus usuarios. Se ha encontrado que las personas<br />

que han tenido la experiencia de un accidente tienen<br />

una menor percepción de riesgo que los que no han<br />

sufrido (18) .<br />

Los hombres jóvenes tienen más probabilidades de morir<br />

o sufrir traumatismos en los accidentes de tránsito que<br />

las mujeres. Existe una serie de factores que incrementan<br />

la posibilidad de ser víctima de un accidente de tránsito,<br />

entre ellos destaca el conducir bajo la influencia del<br />

alcohol y la velocidad (19-22) .<br />

En un estudio realizado en México sobre 1152<br />

defunciones por atropellamiento se analizaron los sitios<br />

de mayor ocurrencia, en uno de ellos había un puente<br />

peatonal alejado de los puntos de cruce y sólo era<br />

usado por algunos pocos peatones, también habían<br />

semáforos y señales pero sólo para conductores, el<br />

tránsito vehicular era en su mayoría de transporte<br />

público y autos particulares, en el otro punto no habían<br />

semáforos ni para conductores ni para peatones, en<br />

un tramo de autopista la velocidad y tipo de vehículos<br />

(camiones de carga y de pasajeros) eran diferentes de<br />

los que transitaban en el resto del área urbana de la<br />

ciudad, en ambos puntos se observó que no existían<br />

barreras entre el tránsito vehicular y los peatones, de<br />

tal forma que obligaran a éstos a utilizar los puentes<br />

peatonales (23) .<br />

Para el caso de los accidentes en rutas largas (viajes<br />

interprovinciales) se ha demostrado que los turnos<br />

excesivos sin horas de descanso adecuadas, así como<br />

los viajes nocturnos, generan cansancio y somnolencia<br />

en los conductores incrementando el riesgo de tener un<br />

accidente (24-26) .<br />

En lo que respecta a las medidas de prevención, en los<br />

países con los mayores descensos en la mortalidad por<br />

atropellamiento, las medidas de prevención se basan<br />

en modificaciones del ambiente inseguro más que en<br />

mejorar las habilidades de los peatones para evitar ser<br />

atropellados (27) .<br />

Diversos estudios demuestran que las muertes por<br />

lesiones en los pasajeros se reducirían entre 36 y 75%<br />

por el uso del cinturón de seguridad (28,29) . Por ello se<br />

han implementado políticas para el uso de cinturón de<br />

seguridad, lo que ha incrementado su uso en diversos<br />

países (30) . En Italia se midió el efecto de esta intervención<br />

logrando una reducción del 19% de muertes (31) .<br />

Otra medida, como el uso de cámaras de velocidad ha<br />

demostrado reducir los choques en 5 a 69%, las lesiones<br />

de 12 a 65% y las muertes de 17 a 71% en las zonas<br />

circundantes (32) .<br />

SITUACIÓN EN EL PERÚ<br />

En el Perú, durante los años 1990 al 2000, se registraron<br />

692 848 accidentes de tránsito, los cuales ocasionaron<br />

la muerte a 31 555 personas y lesiones en 210 313<br />

Personas (miles)<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

2001 2002 2003 2004<br />

Accidentados<br />

Heridos<br />

Letalidad<br />

2005 2006<br />

Figura 1. Evolución de la letalidad por accidentes de tránsito en<br />

el Perú, 2001-2006.<br />

Fuente: Policía Nacional del Perú (34) .<br />

50<br />

45<br />

40<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

N°. muertos x 100 accidentados<br />

134


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 133-37. Accidentes de tránsito<br />

Tabla 2. Relación entre volumen del parque automotor e incidencia de muertos y heridos por<br />

accidentes de tránsito, 2004.<br />

País Parque Automotor Muertos<br />

Muertos por cada<br />

10 000 vehículos<br />

Muertos por cada<br />

100 000 habitantes<br />

Argentina 10 583 613 4 111 4 10<br />

Colombia 3 702 086 5 207 14 11<br />

Chile 2 398 418 1 622 7 10<br />

Perú 1 379 671 4 015 29 14<br />

Sudáfrica 7 500 000 12 727 17 27<br />

India* 67 033 000 85 998 128 8<br />

Fuente: Defensoría del Pueblo (33) .<br />

* Datos correspondientes al año 2003.<br />

casos. La tasa de mortalidad por accidentes de tránsito<br />

en el país es una de la más alta de Latinoamérica,<br />

cada año se registra en promedio 3150 fallecidos. Ello,<br />

corresponde a una tasa de mortalidad de 27 por 10 000<br />

vehículos durante el 2004 (33) .<br />

En cuanto a la relación de la accidentalidad del transporte<br />

terrestre respecto al volumen del parque automotor<br />

se puede apreciar que, a pesar de su limitado tamaño<br />

se produce mayor accidentalidad que en otros países<br />

(Tabla 2) (33) .<br />

Podemos analizar en más detalle cómo se comportan<br />

los accidentes de tránsito a partir del año 2001 a partir<br />

de los registros de la Policía Nacional del Perú (34) .<br />

Resultaron heridos, por accidentes de tránsito, en el<br />

periodo 2001 - 2006, 211 447 personas, lo que equivale<br />

a aproximadamente 97 heridos por día, murieron<br />

18 879 personas, en promedio de nueve muertos diarios.<br />

Si bien, no se ve una tendencia al aumento del número<br />

de accidentados, si hay una mayor letalidad que pasó<br />

de 41,9 a 46,5 muertos por mil accidentados del 2001<br />

al 2006 (Figura 1).<br />

En este periodo murieron 14 752 varones y 4 127 a<br />

mujeres, el porcentaje de mujeres que fallecieron se<br />

redujo de 24,8 a 19,6% (Figura 2a). Por otro lado, los<br />

menores de edad representaron entre el 15,0 (2006) a<br />

19,4% (2002) de las muertes (Figura 2b) (34) .<br />

En materia de tránsito, existe desconocimiento y<br />

desinterés de la población acerca de las normas y<br />

reglamentación en las responsabilidades y uso de las<br />

vías, se carece de un sistema de información geográfica<br />

digital estadístico de registro de hechos de tránsito y no<br />

se ha dado una participación activa de organismos y<br />

empresas en la promoción de educación vial.<br />

Hay una carencia de señalamiento semafórico adecuado<br />

sobre los principales corredores viales y de sistemas<br />

de respaldos de energía eléctrica en los cruceros, lo<br />

cual implica un alto riesgo para el tránsito. La previsión<br />

de espacios para estacionamiento al público ha sido<br />

nula en gran parte de la ciudad. Es necesario brindar<br />

alternativas ante esta situación, para beneficio de la<br />

circulación vehicular, sin afectar la actividad económica<br />

de ninguna zona.<br />

4000<br />

3500<br />

Varones<br />

Mujeres<br />

A<br />

4000<br />

3500<br />

Mayores de 18 Menores de 18 B<br />

3000<br />

3000<br />

Fallecidos<br />

2500<br />

2000<br />

Fallecidos<br />

2500<br />

2000<br />

1500<br />

1500<br />

1000<br />

1000<br />

500<br />

500<br />

0<br />

2001 2002 2003 2004 2005 2006<br />

2001 2002 2003 2004 2005 2006<br />

Figura 2. Personas fallecidas en accidentes de tránsito según sexo (A) y grupo de edad (B), Perú 2001-2006.<br />

Fuente: Policía Nacional del Perú (35) .<br />

0<br />

135


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 133-37. Alfaro-Basso D<br />

Cómo estamos enfrentando el<br />

problema<br />

Son escasas las investigaciones realizadas en el país<br />

sobre este problema de salud pública (21,22,24-26) , a<br />

pesar que se ha encontrado que en el año 2006, los<br />

accidentes de tránsito demostraron ser la tercera causa<br />

de muerte en el Perú (35) . Sin embargo, es positivo que<br />

este problema ya se encuentre en la agenda pública y se<br />

estén realizando diversas acciones para su prevención<br />

y control.<br />

Creación de la Estrategia Sanitaria Nacional de<br />

Accidentes de Tránsito<br />

Con la resolución ministerial N.º 1053-2004/MINSA el<br />

Ministerio de Salud creó la Estrategia Sanitaria Nacional<br />

a cargo de la Oficina General de Defensa Nacional, que<br />

entre sus principales funciones destaca la generación<br />

de conocimientos sobre la situación de los accidentes<br />

de tránsito en el Perú, generar cambio de actitudes para<br />

reducir la accidentalidad vial, promocionar conductas<br />

saludables en la población y brindar una atención de<br />

salud oportuna (36) .<br />

Directiva “Promoción de la Seguridad Vial y Cultura<br />

de Tránsito en el Marco de las Políticas Públicas<br />

Saludables”<br />

En agosto de 2005 el Ministerio de Salud a través de la<br />

RM 662-2005-MINSA, aprobó esta directiva es difundir<br />

y orientar la seguridad vial en el individuo, familia y<br />

comunidad, desde el escenario de los municipios e<br />

instituciones educativas (37) .<br />

Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Salud<br />

Pública de lesiones por Accidentes de Tránsito<br />

En abril de 2007 se aprobó con RM N.° 308-2007-<br />

MINSA, la “Norma técnica de salud para la vigilancia<br />

epidemiológica de lesiones por accidentes de tránsito”,<br />

cuyo objetivo es implementar el sistema de vigilancia<br />

epidemiológica en salud pública, que permite disponer<br />

de información, adecuada y confiable de los efectos<br />

directos e indirectos producidos por los accidentes de<br />

tránsito a la salud de las personas que deriven de dicho<br />

evento, para orientar las intervenciones de prevención,<br />

control e investigación frente a este daño. La cual está<br />

a cargo de la Dirección General de Epidemiología, y<br />

cuenta con el apoyo de otros estamentos del MINSA,<br />

la Organización Panamericana de la Salud, la Sociedad<br />

de la Cruz Roja Peruana y la Facultad de Salud Pública<br />

y Administración de la Universidad Peruana Cayetano<br />

Heredia (38) .<br />

Plan Nacional de Seguridad Vial 2007 – 2011<br />

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones aprobó<br />

en abril de 2007 con el Decreto Supremo N.° 013-2007-<br />

MTC este plan, el cual incluye en sus políticas el Plan<br />

Tolerancia Cero, que genera una serie de regulaciones<br />

para reducir los accidentes en las carreteras.<br />

Accidentes de Tránsito como Prioridad de<br />

Investigación en Salud<br />

El Instituto Nacional de Salud estableció dentro de<br />

las prioridades de investigación en salud estudiar la<br />

epidemiología, control y prevención de los accidentes<br />

de tránsito, actualmente está financiando un programa<br />

de investigación por 1,2 millones de soles (40) .<br />

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Inj Prev. 2002; 8(4): 338-41.<br />

29. Zhu M, Cumming P, Chu H, Cook LJ. Association of rear<br />

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tercera causa de muerte en el país [página de internet].<br />

Lima: MINSA; 2007. [Fecha de acceso: febrero 2008].<br />

Disponible en: http://www.minsa.gob.pe/portal/ogc/notas.<br />

asp?nota=5403.<br />

36. Perú, Ministerio de Salud. Estrategia sanitaria nacional:<br />

accidentes de tránsito [página en internet]. Lima: MINSA;<br />

2007. Fecha de acceso: febrero 2008]. Disponible en:<br />

http://www.minsa.gob.pe/portal/03Estrategias-Nacionales/<br />

07ESN-AccidentesTransito/accidentes.asp<br />

37. Perú, Ministerio de Salud. Promoción de la seguridad vial<br />

y cultura de tránsito en el marco de las políticas públicas<br />

saludables. Lima: MINSA; 2005. RM 662-2005-MINSA.<br />

38. Perú, Ministerio de Salud. Sistema de vigilancia<br />

epidemiológica en salud pública de lesiones por accidentes<br />

de tránsito. Lima: MINSA; 2007. NTS 055-MINSA/DGE-V.<br />

39. Perú, Ministerio de Transportes y Comunicaciones.<br />

Plan Nacional de Seguridad Vial 2007-2001. Lima: MTC;<br />

2007. Decreto Supremo 013-2007-MTC.<br />

40. Instituto Nacional de Salud. Prioridades de investigación<br />

en salud en el Perú: análisis del proceso. Lima: INS; 2007.<br />

Correspondencia: Dr. Daniel Alfaro Basso.<br />

Dirección: Jr. Iquique 755, Breña, Lima, Perú<br />

Teléfono: (511) 423 7338<br />

Correo electrónico: rodaalba@yahoo.es<br />

137


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 138-43. simposio: emergenciaS y desastres<br />

ENSAYO CLÍNICO PRÁGMATICO EN TRAUMA: EL ESTUDIO<br />

CRASH-2 EN EL PERÚ<br />

Alonso Soto 1,a , Elfi Torres 1,b , José Caballero 2,c , Wenceslao Azabache-Puente 2,c ,<br />

César E. Malca-Polo 3,b , Marco Gonzáles-Portillo 4,d , Diana Rodríguez-Hurtado 5,a ,<br />

Juan Vélez-Temoche 6,c , Edgar Núñez-Huerta 7,c , Anselmo Moya-Charcape 8,c ,<br />

Jorge Flores del Pozo 9,c , Pedro J. Lagos-Poma 10,b , Hernán Cruz-Yupanqui 11,c ,<br />

J. Jaime Miranda 12,e<br />

RESUMEN<br />

El estudio CRASH-2 es un ensayo clínico pragmático que busca evaluar la eficacia de un antifibrinolítico de bajo costo<br />

y ampliamente disponible para la prevención de mortalidad y sangrado en pacientes con trauma. En este artículo<br />

presentamos algunos conceptos relacionados a la magnitud del problema y la necesidad de investigación en trauma en<br />

el contexto peruano. Asimismo se discute las bases teóricas y practicas del ensayo CRASH-2 así como la experiencia<br />

peruana hasta el momento.<br />

Palabras clave: Antifibrinolíticos, Ácido tranexámico; Ensayo clínico; Accidentes de tránsito (fuente: DeCS BIREME).<br />

PRAGMATIC CLINICAL TRIAL IN TRAUMA: CRASH 2 TRIAL IN PERU<br />

ABSTRACT<br />

CRASH-2 is a pragmatic clinical trial which evaluates the efficacy of a widely available, low cost antifibrinolytic for the<br />

prevention of mortality and bleeding in patients with trauma. In this article we present some issues related to the magnitude<br />

of the problem as well as the need for research in trauma relevant to the Peruvian context. The rationale for the CRASH-2<br />

trial and the Peruvian experience up to date are also discussed.<br />

Key words: Antifibrynolitics, Tranexamic acid; Clinical trial; Traffic accidents (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN: EL IMPACTO DEL<br />

TRAUMA EN EL PERÚ Y LA NECESIDAD DE<br />

INVESTIGACIÓN<br />

El trauma puede describirse como el daño físico<br />

producido por la transferencia de energía cinética,<br />

térmica, química o eléctrica. Trauma debe diferenciarse<br />

del término accidente, el cual se define como “un hecho<br />

que sucede por azar o por causas desconocidas” o<br />

“como un hecho desafortunado por falta de atención,<br />

despreocupación o ignorancia”. La mayoría de las<br />

muertes y lesiones traumáticas corresponden a la<br />

segunda definición y son evitables (1) .<br />

Cada año a nivel mundial, más de 100 millones de<br />

personas sufren traumatismos. De estos, más de cinco<br />

1<br />

Hospital Nacional Hipólito Unanue. Lima, Perú<br />

2<br />

Hospital Regional Docente. Trujillo, Perú<br />

3<br />

Clínica Santa Ana. Trujillo, Perú<br />

4<br />

Hospital Nacional Dos de Mayo. Lima, Perú<br />

5<br />

Hospital Nacional Arzobispo Loayza. Lima, Perú<br />

6<br />

Hospital La Caleta. Chimbote, Perú.<br />

7<br />

Hospital Nacional Cayetano Heredia. Lima, Perú.<br />

8<br />

Hospital José Cayetano Heredia. Piura, Perú.<br />

9<br />

Hospital Municipal Los Olivos. Lima, Perú.<br />

10 Hospital III EsSalud. Huancayo, Perú.<br />

11 Hospital de Apoyo de Sullana. Piura, Perú.<br />

12 London School of Hygiene and Tropical Medicine. Londres, United Kingdom.<br />

a Médico internista; b Médico emergenciólogo; c Cirujano general; d Neurocirujano; e Médico epidemiólogo.<br />

Fecha de recepción: 10-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

138


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 138-43. Estudio CRASH-2<br />

millones de personas mueren por causa de la violencia<br />

y los traumatismos (2) . Las proyecciones de la OMS<br />

indican que para el año 2020 las lesiones causadas por<br />

accidentes de tránsito podrían ser la tercera causa de<br />

muerte y discapacidad (3) .<br />

En el Perú, el trauma se debe fundamentalmente a<br />

lesiones de tránsito, siendo menos frecuentes los<br />

homicidios, suicidios, violencia social o familiar y víctimas<br />

de incendios. Entre los años 1998 y 2006 fallecieron un<br />

total de 28 534 personas a consecuencia de lesiones de<br />

tránsito. Adicionalmente hubo 299 387 heridos y miles de<br />

discapacitados, afectando principalmente a la población<br />

económicamente activa. (4) .<br />

Para el año 2006 el trauma representó la tercera causa<br />

de muerte en el Perú, expresado en su mayoría por<br />

lesiones vehiculares (4) . La Policía Nacional del Perú<br />

durante el año 2006 registró un total de 77 840 casos<br />

de lesiones de tránsito, reflejando un incremento del<br />

3,8% con relación al año anterior. Los incidentes más<br />

frecuentes fueron los choques con 31 611 casos (40,6%),<br />

atropellos 17 523 casos (22,5%), choque y fuga 12 920<br />

casos (16,6%) y atropellos con fuga 5101 casos (6,6%).<br />

Las principales causas de las lesiones de tránsito<br />

fueron el exceso de velocidad 31,8%, la imprudencia<br />

del conductor 25,4%, ebriedad del conductor 9,4% e<br />

imprudencia del peatón 9,1% (5) .<br />

Los costos sociales ascendieron a 50 313 víctimas, de<br />

los cuales 3 481 fallecieron (6,9%) y 46 832 quedaron<br />

lesionadas (93.1%) con diversos grados de discapacidad.<br />

Muchas de estas víctimas eran el principal sostén de<br />

su familia (5) . La muerte o la discapacidad tienen graves<br />

consecuencias para las víctimas y sus familias por la<br />

disminución de la calidad de vida, sufrimiento y pobreza<br />

en la que se sumergen.<br />

Durante las últimas décadas se han extraído importantes<br />

enseñanzas acerca del trauma; una de ellas es que es<br />

prevenible. Muchas estrategias han demostrado ser<br />

eficaces para la prevención del trauma. Entre las medidas<br />

que han contribuido a reducir la carga de traumatismos<br />

se encuentran: el uso de cinturones de seguridad<br />

cuando se viaja en automóvil y de cascos cuando se<br />

viaja en motocicleta, la moderación de la velocidad del<br />

tráfico en beneficio de la seguridad de los peatones, la<br />

observancia de políticas contra la conducción en estado<br />

de ebriedad o contra el exceso de velocidad, entre otras.<br />

Sin embargo, la evaluación de estrategias clínicas para<br />

el manejo del traumatismo ya establecido, es un terreno<br />

donde la investigación es aún escasa.<br />

Desde un punto de vista estrictamente económico,<br />

los costos de la cirugía, la hospitalización prolongada<br />

y la rehabilitación a largo plazo de las víctimas por<br />

trauma, así como los de la pérdida de productividad,<br />

representan decenas de millones de dólares cada año.<br />

En el Perú, para propósitos de estimación general, los<br />

costos mínimos absolutos de accidentes viales pueden<br />

ser calculados en no menos de uno por ciento del PBI<br />

anual. Bajo estas cifras, los accidentes viales estarían<br />

costando al Perú alrededor de 350 millones de dólares<br />

cada año (6) . Las pérdidas continuarán creciendo, en<br />

relación directa con el crecimiento del PBI, año tras<br />

año, a menos que una efectiva acción sea tomada para<br />

resolver este creciente problema nacional (6) .<br />

A pesar de la magnitud del problema, la asignación<br />

de recursos específicos para el trauma es muy<br />

pequeña en comparación con los fondos orientados<br />

a otros problemas de salud. Fraade-Blanarn et al.<br />

(7)<br />

en un estudio para América Latina, observaron<br />

que el trauma representó la causa más importante<br />

de carga de morbilidad en términos de años de vida<br />

productiva potencial perdidos y años de vida potencial<br />

perdidos, ubicando al trauma por encima de las<br />

enfermedades infecciosas, enfermedades del aparato<br />

circulatorio y neoplasias. Pese a ello se encontró una<br />

clara discrepancia entre los fondos asignados por los<br />

sistemas de salud para ésta área y la magnitud de la<br />

carga de enfermedad por traumatismo (7) . De hecho,<br />

según la Organización Panamericana de la Salud, el<br />

presupuesto asignado a enfermedades infecciosas<br />

para el periodo 2006-2007 es de alrededor de 50 veces<br />

el monto asignado a lesiones, violencia y discapacidad<br />

(8) . Más aun, excepto por iniciativas como la del<br />

Instituto de Investigaciones y Desarrollo en Prevención<br />

de Violencia y Promoción de la Convivencia Social,<br />

CISALVA con sede en Cali, Colombia, son pocas<br />

las instituciones latinoamericanas dedicadas a la<br />

investigación en trauma.<br />

Existe entonces la necesidad de desarrollar programas<br />

de investigación en trauma, pasando por investigación<br />

operativa y de aplicación de intervenciones específicas<br />

a nuestro medio. Para tal fin, es necesario conocer<br />

primero la epidemiología de los factores de riesgo<br />

específicos a nuestro contexto, así como investigar en<br />

el Perú aspectos relacionados a la evaluación inicial<br />

del trauma, el cuidado intensivo, la supervivencia, la<br />

rehabilitación y las consecuencias para abordar la<br />

creciente carga de morbimortalidad por trauma. Resulta<br />

imprescindible tomar conciencia de la necesidad de<br />

hacer investigación en trauma y fomentar el desarrollo<br />

de estudios que permitan no sólo prevenir, sino además<br />

manejar en forma efectiva al paciente traumatizado. Para<br />

ello, la evaluación de procedimientos y fármacos es un<br />

importante aspecto que hasta el momento ha recibido<br />

poca atención.<br />

139


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 138-43. Soto A et al.<br />

POTENCIALIDAD DEL USO DE<br />

ANTIFIBRINOLÍTICOS EN TRAUMA<br />

Uno de los principales factores asociados con alta<br />

mortalidad en trauma lo constituye el sangrado y el<br />

proceso de coagulopatía inducido por la exposición de<br />

elementos tisulares asociado al consumo de factores<br />

de coagulación y activación del sistema de fibrinólisis<br />

(9) . La inhibición de dicha activación a través del uso<br />

de fármacos antifibrinolíticos podría asociarse con una<br />

disminución del volumen de sangrado y secundariamente<br />

a la mortalidad. Las bases para el planteamiento de esta<br />

hipótesis lo constituyen principalmente el efecto benéfico<br />

del uso de antifibrinolíticos en cirugía para la reducción<br />

del volumen de sangrado (10,11) .<br />

Considerando que tanto la cirugía como el trauma<br />

comparten mecanismos fisiopatológicos similares en<br />

cuanto a la exposición tisular y activación del sistema<br />

fibrinolítico, es razonable suponer que la administración<br />

de antifibrinolíticos pudiera disminuir el volumen<br />

de sangrado y por consiguiente la morbimortalidad<br />

asociada a trauma. En una revisión sistemática sobre<br />

el uso de antifibrinolíticos en trauma, sólo se halló un<br />

ensayo clínico pequeño en 70 pacientes el cual encontró<br />

0 frente a 3 fallecidos en los grupos asignados a ácido<br />

tranexámico y placebo (12) . Sin embargo, no existen<br />

estudios aleatorizados a gran escala que hayan buscado<br />

de responder a esta interrogante.<br />

Dentro de los antifibrinolíticos disponibles el ácido<br />

(13)<br />

tranexámico es un molécula muy segura y<br />

económica, por lo que de ser efectiva, representaría<br />

una intervención de gran impacto en salud pública. El<br />

efecto antifibrinolítico del ácido tranexámico resulta de la<br />

Plasmina<br />

Plasmina<br />

Fibrina<br />

Ac. Tranexámico<br />

Fibrina<br />

Plasmina Fibrina<br />

Figura 1. Efecto antifibrinolítico del ácido tranexámico.<br />

La fibrinolisis es desencadenada por la unión de la plasmina a<br />

la fibrina. El ácido tranexámico (en amarillo) se une a uno de los<br />

sitios ligadores de lisina del plasminógeno y plasmina evitando<br />

su unión a la fibrina y la consiguiente fibrinolisis.<br />

formación de un complejo reversible del fármaco con el<br />

plasminógeno. El plasminógeno humano contiene sitios<br />

ligadores de lisina, uno de los cuales tiene alta afinidad<br />

por el ácido tranexámico. La unión del ácido tranexámico<br />

impide la interacción del plasminógeno con la fibrina<br />

evitando de ese modo la fibrinolisis (Figura 1).<br />

Un reciente metanálisis (14) ha demostrado la utilidad de<br />

dicho fármaco en el caso de cirugía electiva reduciendo<br />

el volumen de sangrado y mostrando una tendencia<br />

a la disminución de la mortalidad. Ello alienta aún<br />

más la posibilidad del uso del ácido tranexámico en el<br />

manejo del trauma. Sin embargo, la demostración de<br />

la utilidad real del fármaco requiere la evaluación de<br />

un gran número de pacientes con trauma en riesgo de<br />

hemorragia significativa.<br />

EL ESTUDIO CRASH-2<br />

El estudio CRASH-2 (Clinical Randomisation of an<br />

Antifibrinolytic in Significant Haemorrhage, http://www.<br />

crash2.lshtm.ac.uk/Spanish/index.php) es un gran<br />

ensayo clínico pragmático randomizado controlado con<br />

placebo en pacientes con trauma, que busca evaluar los<br />

efectos de la administración temprana del antifibrinolítico<br />

ácido tranexámico en la mortalidad y requerimiento de<br />

transfusiones.<br />

Los ensayos clínicos pragmáticos, son aquellos estudios<br />

que buscan encontrar diferencias en un efecto moderado<br />

en problemas importantes de salud pública (15) . Este<br />

estudio, busca encontrar una disminución del 2% en<br />

mortalidad. Si bien esta diferencia puede ser mínima,<br />

su impacto es considerable al tratarse de un problema<br />

de salud pública mundial, tal como se ha descrito<br />

anteriormente. Para ello, el CRASH-2 busca reclutar<br />

20 000 pacientes a nivel mundial, y responder a la siguiente<br />

pregunta clínica: ¿tienen o no los antifibrinolíticos un<br />

papel en el manejo del paciente con sangrado debido<br />

a trauma?<br />

El ensayo es de tipo pragmático, es decir se lleva a<br />

cabo bajo las condiciones más cercanas posibles al<br />

quehacer clínico habitual. Esto resulta en una ventaja<br />

en comparación a la mayoría de ensayos clínicos que<br />

utilizan poblaciones altamente seleccionadas. En estos<br />

últimos, debido a la alta selectividad de sus criterios de<br />

inclusión resulta difícil extrapolar los resultados al común<br />

general de los pacientes vistos en la práctica diaria.<br />

Por ello el protocolo es sumamente sencillo e incluye<br />

la administración del ácido tranexámico o placebo<br />

en una dosis inicial de 1 g en bolo, seguido de 1 g en<br />

500 mL de cloruro de sodio al 0,9%, en infusión de ocho<br />

horas (Figura 2). Más aun, como se ha mencionado el<br />

140


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 138-43. Estudio CRASH-2<br />

Pacientes, que aparentan tener, por lo menos, 16 años,<br />

con trauma y hemorragia significativa (presión sistólica menor<br />

de 90 mmHg y/o frecuencia cardíaca mayor de 110 por minuto),<br />

o aquellos que son considerados estar en riesgo de hemorragia<br />

significativa y están dentro de las 8 horas de la lesión.<br />

EL MÉDICO ESTÁ<br />

RAZONABLEMENTE<br />

SEGURO QUE LOS<br />

AGENTES<br />

ANTIFIBRINOLÍTICOS<br />

ESTÁN INDICADOS<br />

NO ELEGIBLE<br />

DAR AGENTES<br />

ANTIFIBRINOLÍTICOS<br />

NO ALEATORIZAR.<br />

POTENCIALMENTE ELEGIBLE<br />

Figura 2. Flujograma del estudio CRASH-2.<br />

ácido tranexámico es un fármaco muy económico, seguro<br />

y disponible desde hace más de 40 años, por lo que de<br />

encontrarse un efecto benéfico del mismo el impacto de<br />

la intervención en términos de costo efectividad y costo<br />

beneficio es potencialmente enorme.<br />

El protocolo de investigación completo esta disponible<br />

en la página Web del estudio (ver http://www.crash2.<br />

lshtm.ac.uk/Spanish/index.php). Asimismo, adelantando<br />

el proceso de revisión por pares y asegurando una<br />

potencial publicación una vez terminado el estudio,<br />

dicho protocolo ha sido también aceptado y publicado<br />

en la página Web de la revista Lancet (ver http://www.<br />

thelancet.com/journals/lancet/misc/protocol/05PRT-1).<br />

Dado que no se cuenta con el auspicio de la industria<br />

farmacéutica, el estudio no ofrece una compensación<br />

económica. Esta medida suele incrementar el<br />

reclutamiento de pacientes en los ensayos clínicos<br />

habitualmente financiados por la industria farmacéutica.<br />

Pese a ello, existe un importante reclutamiento a nivel<br />

mundial, siendo más de 8 000 los pacientes enrolados<br />

a la fecha, lo que es un indicador de la buena voluntad<br />

médica a favor de la investigación en problemas de<br />

relevancia para la salud pública.<br />

EL CRASH-2 EN EL PERÚ<br />

EL MÉDICO ESTÁ<br />

RAZONABLEMENTE<br />

SEGURO<br />

QUE LOS AGENTES<br />

ANTIFIBRINOLÍTICOS<br />

ESTÁN<br />

CONTRAINDICADOS<br />

NO ELEGIBLE<br />

NO DAR AGENTES<br />

ANTIFIBRINOLÍTICOS<br />

NO ALEATORIZAR.<br />

El médico está “SUSTANCIALMENTE INDECISO”<br />

sobre si es apropiado administrar agentes antifibrinolíticos<br />

en este paciente.<br />

ALEATORIZACIÓN TELEFÓNICO<br />

O NO TELEFÓNICO<br />

ÁCIDO TRANEXÁMICO<br />

PLACEBO<br />

Concretamente, existe un desfase entre carga de<br />

enfermedad relacionada a trauma y cantidad de<br />

investigación en esta área (16) . El estudio CRASH-2 se<br />

plantea como una alternativa práctica y sencilla que<br />

contribuye a cerrar esta brecha.<br />

El protocolo del estudio CRASH-2 ha sido revisado por<br />

decenas de Comités de Ética en distintas partes del<br />

mundo. Ha sido también aprobado por el Comité de Ética<br />

de la Organización Mundial de la Salud. Esta organización<br />

técnica internacional ha dado su pleno respaldo a este<br />

estudio, sobretodo por su potencial impacto en trauma.<br />

El estudio CRASH-2 es una iniciativa multinacional<br />

de médicos comprometidos con la investigación, y se<br />

viene ejecutando en cinco continentes, tanto en países<br />

desarrollados como en desarrollo (ver http://www.crash2.<br />

lshtm.ac.uk/Spanish/index.php).<br />

En nuestro país, el protocolo de este estudio ha sido<br />

aprobado por varias instituciones y por el Instituto Nacional<br />

de Salud (www.ins.gob.pe), dentro del marco del nuevo<br />

reglamento de ensayos clínicos vigentes a partir del año<br />

2006. Si bien ha sido un reto el presentar un ensayo clínico<br />

académico en un medio donde predominan los estudios<br />

que tienen a la industria farmacéutica como patrocinadora,<br />

ha sido satisfactorio el lograr conseguir todas las<br />

aprobaciones dentro de un marco regulatorio estricto. Su<br />

impacto inmediato, en términos de aspectos regulatorios<br />

de ensayos clínicos y en el fomento de la investigación, ha<br />

resultado positivo para el Perú por dos motivos. Primero,<br />

este estudio demuestra que en la planificación de normas y<br />

regulaciones no se debe olvidar el considerar y promocionar<br />

la investigación en ensayos clínicos liderados por el sector<br />

académico. Segundo, el CRASH-2 contribuye a levantar<br />

el perfil casi ausente de investigación en trauma en el<br />

Perú, y se nutre de una red muy activa y comprometida<br />

de colaboradores, en un marco de una investigación<br />

estandarizada y de calidad a nivel internacional.<br />

Concretamente, a enero de 2008, luego de casi de once<br />

meses de trámites y evaluaciones en distintas instancias,<br />

son diez centros a nivel nacional -cinco en Lima y cinco<br />

en provincias incluyendo Chimbote, Huancayo, Trujillo<br />

y Piura- los que cuentan con la autorización respectiva<br />

otorgada por el Instituto Nacional de Salud. Para llegar<br />

a este nivel se requiere previamente de la aprobación<br />

respectiva de cada una de las instituciones, así como<br />

de un comité de ética. Esta autorización es el permiso<br />

último que todo centro de investigación debe tener para<br />

poder iniciar en el estudio.<br />

Operativamente, además de la autorización por parte<br />

del Instituto Nacional de Salud se requiere de una<br />

autorización por parte de la Dirección General de<br />

Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID), instancia<br />

que evalúa la calidad del medicamento a ser utilizado en<br />

el estudio, de acuerdo a lo indicado en el reglamento de<br />

ensayos clínicos vigentes en nuestro medio. Habiéndose<br />

141


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 138-43. Soto A et al.<br />

cumplido satisfactoriamente también con este requisito,<br />

el estudio inició el reclutamiento de pacientes en<br />

septiembre 2007. A la fecha son cerca de 70 los<br />

pacientes enrolados en el estudio en nuestro medio y<br />

se espera un aumento de la participación peruana en el<br />

estudio, el cual durará hasta finales del año 2009.<br />

REFLEXIONES SOBRE LOS ENSAYOS<br />

CLÍNICOS EN EL PERÚ: A PROPÓSITO DEL<br />

CRASH-2<br />

La realización de ensayos clínicos en el Perú está<br />

fuertemente influenciada por su relación con la industria<br />

farmacéutica. El desarrollo de nuevos fármacos que<br />

demuestren eficacia representa un importante blanco<br />

comercial y ha llevado a un incremento exponencial en<br />

el número de ensayos clínicos realizados en nuestro<br />

país (17) .<br />

Las buenas prácticas clínicas motivan el empleo de<br />

rigurosas medidas para garantizar la protección del<br />

individuo frente a posibles efectos adversos de fármacos<br />

en desarrollo, incluyendo la cobertura de seguros frente<br />

a potenciales daños atribuibles al medicamento en<br />

estudio, entre otras consideraciones. Esto ha generado<br />

que las condiciones necesarias para la realización de<br />

ensayos clínicos determinadas en base al marco legal<br />

existente a nivel nacional (18,19) impliquen por lo general<br />

soportes logísticos y económicos insostenibles para<br />

instituciones o personas sin el respaldo financiero de<br />

grandes transnacionales.<br />

En países en vías de desarrollo, sin embargo, es<br />

importante la evaluación e investigación del impacto de<br />

fármacos o intervenciones médicas de bajo costo que<br />

pudieran marcar cambios importantes en la práctica<br />

médica habitual. En ese contexto el estudio CRASH-<br />

2 marca un importante hito en la evaluación de una<br />

nueva alternativa en la terapéutica de pacientes con una<br />

condición de alta frecuencia, como lo es el trauma.<br />

Un aspecto de importancia trascendental y poco evaluado<br />

en el contexto de los ensayos clínicos es la evaluación<br />

de fármacos ya existentes para nuevas indicaciones.<br />

Dado que muchos de estos fármacos no cuentan con<br />

patentes vigentes, su investigación no se ve reflejada<br />

en ganancias para las compañías farmacéuticas y por lo<br />

tanto no son incluidos en los ensayos clínicos habituales.<br />

Sería interesante que el reglamento de ensayos clínicos<br />

pudiera contemplar casos especiales, particularmente<br />

aquellos conducidos por instituciones sin fines de lucro y<br />

orientados a evaluar fármacos ya conocidos, accesibles<br />

a nuestro sistema de salud y que buscan resolver<br />

preguntas relevantes a nuestro medio.<br />

¿CÓMO PARTICIPAR DEL ESTUDIO CRASH-2<br />

EN EL PERÚ?<br />

El estudio CRASH-2 se beneficia del interés y dedicación<br />

de investigadores locales. Es por ello que son más de<br />

cien las instituciones que vienen participando en todos<br />

los continentes, incluyendo Europa, Oceanía, Africa,<br />

Asia y Latinoamérica.<br />

El estudio CRASH-2 está abierto a la participación de<br />

todos los centros que tengan un volumen importante de<br />

pacientes con trauma. En el Perú son diez hospitales,<br />

cinco en Lima y cinco en provincia, los que vienen<br />

participando del estudio en este momento. Varios<br />

otros se encuentran en proceso de incorporarse a este<br />

grupo.<br />

El impacto del medicamento que se evalúa en el estudio,<br />

el ácido tranexámico, se medirá en los requerimientos<br />

de transfusión sanguínea y mortalidad en pacientes<br />

con sangrado por trauma. Debido a este perfil, las<br />

especialidades de emergencia, trauma, trauma-shock<br />

y cirugía serían las ideales para conformar un equipo<br />

CRASH-2. Todos los materiales del estudio son enviados<br />

desde el centro coordinador del estudio en Inglaterra<br />

a los equipos participantes, sin costo alguno para el<br />

equipo.<br />

Todos aquellos que tengan un interés en iniciar el<br />

estudio en sus instituciones, pueden hacerlo, dado que<br />

el estudio continuará hasta finales del 2009. Sólo tienen<br />

que enviar un mensaje a crash.peru@gmail.com o<br />

Crash.Mail@lshtm.ac.uk indicando su nombre, datos de<br />

su institución, teléfonos, dirección y correo electrónico.<br />

Alternativamente, puede llenar sus datos en el formato<br />

online del estudio en la siguiente página Web: http://<br />

www.crash2.lshtm.ac.uk/Spanish/index.php.<br />

Agradecimientos<br />

A los doctores Ian Roberts y Pablo Perel por su revisión<br />

y sugerencias.<br />

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en el Perú. Lima: Instituto Nacional de Salud; 2006.<br />

19. Perú, Ministerio de Salud. Modificatoria del reglamento<br />

de ensayos clínicos en el Perú. Lima: Instituto Nacional de<br />

Salud; 2007.<br />

Correspondencia: Dr. Alonso Soto Tarazona.<br />

Dirección: Calle Mariano de los Santos 157, Santa Ana, San<br />

Isidro. Lima, Perú.<br />

Teléfono: (511) 222 1265<br />

Correo electrónico: sotosolari@yahoo.com<br />

143


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 144-48. comunicación corta<br />

DETECCIÓN DE PARÁSITOS INTESTINALES EN AGUA Y<br />

ALIMENTOS DE TRUJILLO, PERÚ<br />

Gregorio Pérez-Cordón 1,a , María J. Rosales 1,a , Renzo A. Valdez 2,a ,<br />

Franklin Vargas-Vásquez 2,a , Ofelia Cordova 2,a<br />

RESUMEN<br />

Detectamos distintas especies de parásitos intestinales, tanto protozoos como helmintos, presentes en muestras de<br />

agua provenientes de acequias y pozos (Giardia lamblia, Blastocystis hominis, Entamoeba coli, Cyclospora cayetanensis,<br />

Cryptosporidium spp. y Balantidium coli), así como en alimentos crudos y cocidos (Giardia lamblia, Cyclospora<br />

cayetanensis., Endolimax nana, Iodamoeba butschlii y Blastocystis hominis Fasciola hepatica y Ascaris lumbricoides)<br />

recolectadas en varios distritos de la provincia de Trujillo, Perú.<br />

Palabras clave: Abastecimiento de agua; Parasitología de los alimentos; Contaminación de los alimentos, Agua potable<br />

(fuente: DeCS BIREME).<br />

ABSTRACT<br />

DETECTION OF WATER-BORNE AND FOOD-BORNE INTESTINAL<br />

PARASITES OF TRUJILLO, PERU<br />

We report the detection of different intestinal parasites, protozoan and helminthes, in samples of water from ditches<br />

and wells (Giardia lamblia, Blastocystis hominis, Entamoeba coli, Cyclospora cayetanensis, Cryptosporidium spp. y<br />

Balantidium coli), as well as in raw and cooked foods (Giardia lamblia, Cyclospora cayetanensis., Endolimax nana,<br />

Iodamoeba butschlii y Blastocystis hominis Fasciola hepatica y Ascaris lumbricoides) collected in several districts of the<br />

province of Trujillo, Peru.<br />

Keywords: Water supply; Food parasitology; Food contamination; Potable water (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA)<br />

constituyen uno de los problemas de salud más<br />

extendidos en el mundo contemporáneo y son un factor<br />

de gran importancia en la reducción de la productividad<br />

económica (1) , debido a que determinan una alta tasa<br />

de morbilidad afectando la salud y calidad de vida. Son<br />

muchos los organismos incluyendo bacterias, virus y<br />

parásitos que infectan a los seres humanos y causan<br />

enfermedades específicas después de que se ingieren<br />

en alimentos contaminados (2) .<br />

La mayoría de los parásitos intestinales se transmiten<br />

por contaminación del ambiente y en este aspecto, el<br />

agua y los alimentos juegan un papel importante. Si las<br />

heces no se eliminan de manera apropiada, los quistes,<br />

ooquistes y huevos de los parásitos intestinales pueden<br />

quedar en el ambiente de las casas o contaminar fuentes<br />

de agua o cultivos regados con aguas residuales (3) .<br />

Por lo que se estima que 4% del total de muertes en<br />

el mundo se deben a problemas relacionados al agua,<br />

desagüe e higiene (4) .<br />

Por su apreciable contenido de ácido ascórbico,<br />

carotenos y fibra dietética, los vegetales son ampliamente<br />

recomendados como parte de la dieta diaria. Diversos<br />

estudios de campo y laboratorio, han mostrado que los<br />

patógenos presentes en la tierra de cultivo en las aguas<br />

de irrigación de vegetales pueden sobrevivir hasta por<br />

1<br />

2<br />

a<br />

Departamento de Parasitología, Instituto de Biotecnología, Universidad de Granada. Granada, España.<br />

Instituto de Investigación en Microbiología y Parasitologia Tropical, Universidad Nacional de Trujillo. Trujillo, Perú.<br />

Biólogo microbiólogo.<br />

Fecha de recepción: 29-12-07 Fecha de aceptación: 13-02-08<br />

144


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 144-48. Parásitos intestinales en agua y alimentos<br />

dos meses, periodo suficiente para que alcancen en<br />

forma viable al consumidor (5) . Este problema no solo<br />

afecta a los países en vías de desarrollo. Estudios<br />

procedentes de países desarrollados indican que la<br />

mayoría de las aguas superficiales tienen niveles de<br />

contaminación parasitaria que deben ser considerados<br />

en los procesos de tratamiento y desinfección del agua<br />

de consumo humano (6,7) . Se estima que el 60% de los<br />

casos de giardiasis ocurridos en Estados Unidos han<br />

sido transmitidos por vía hídrica (7) .<br />

En Perú, las prevalencias de enteroparasitosis<br />

alcanzan valores muy elevados, tal como muestran los<br />

trabajos recientemente realizados (8,9) . Las elevadas<br />

prevalencias, son reflejo de los bajos niveles de vida y de<br />

las condiciones deficientes de saneamiento ambiental y<br />

hábitos higiénico-alimentarios (10) .<br />

El presente estudio tuvo como finalidad determinar el<br />

grado de contaminación por enteroparásitos en muestras<br />

de agua y alimentos recolectados en diferentes distritos<br />

de la provincia de Trujillo, Perú.<br />

EL ESTUDIO<br />

Los alimentos se recolectaron en mercados y en<br />

puestos de venta situados tanto en el interior como en el<br />

exterior de los centros educativos “Cesar Vallejo” y “La<br />

Caridad” de los distritos de La Esperanza y El Porvenir,<br />

respectivamente, localizados en la periferia de la ciudad<br />

de Trujillo, Perú.<br />

Se recolectaron un total de 352 muestras de alimentos<br />

tanto crudos o frescos (hortalizas y moluscos), como<br />

cocinados o preparados. El periodo de muestreo<br />

estuvo comprendido entre agosto de 2005 y abril de<br />

2006. Las muestras de alimentos se recolectaron tal<br />

como se ofrecen a los consumidores y luego fueron<br />

colocadas en bolsas de plástico etiquetadas, selladas<br />

y depositadas en neveras con hielo para su transporte<br />

a los laboratorios del Instituto de Investigaciones en<br />

Microbiología y Parasitología Tropical de la Universidad<br />

Nacional de Trujillo, Perú. En el distrito de La Esperanza<br />

se obtuvieron 220 muestras: 111 de mercado y 109 de<br />

puestos de venta en los centros educativos (Tabla 1).<br />

Las muestras de alimentos se sometieron a lavado con<br />

solución salina fisiológica (0,85% NaCl), en proporción<br />

1:2 (alimento/solución salina) y en agitación durante<br />

dos horas. El lavado se filtró a través de doble gasa y<br />

colador. El filtrado se sometió a centrifugación durante<br />

cinco minutos a 3000 rpm y se repitió varias veces<br />

hasta quedar el sobrenadante claro. El sedimento se<br />

sometió a concentración mediante las técnicas de<br />

flotación de Willis, Sheater o Ritchie, esta última en caso<br />

de que el alimento contuviera grasas. Seguidamente<br />

el concentrado se observó con lupa binocular y<br />

posteriormente al microscopio óptico por examen<br />

directo, tras lo cual se realizó una tinción de Giemsa y<br />

Ziehl-Neelsen modificada.<br />

En el caso de los moluscos: Donax marincovinchi,<br />

Anadara tuberculosa y Aulacomya ater, el procesamiento<br />

se realizó en base a las técnicas descritas por otros<br />

investigadores (11,12) . Brevemente, se procesaron por<br />

separado las branquias y tracto digestivo, sometiéndose<br />

a lavado por agitación en buffer fosfato salino (PBS),<br />

y posteriormente el lavado se filtró a través de malla<br />

de 100 µm de tamaño de poro para su observación al<br />

microscopio óptico en fresco y tras tinción de Giemsa y<br />

Ziehl-Neelsen. Los alimentos líquidos se sometieron al<br />

mismo procedimiento, pero añadiendo menos cantidad<br />

de solución salina fisiológica (proporción 3:1, alimento:<br />

solución salina fisiológica).<br />

Por otro lado, se tomó muestras de agua para bebida a<br />

partir de pozos en los centros escolares anteriormente<br />

citados, y en el centro de educación inicial “1683 Mi<br />

Pequeño Mundo” localizado en el poblado de Buenos<br />

Aires, en el distrito de Víctor Larco, provincia de Trujillo<br />

(Perú). Las muestras de agua destinadas a cultivo<br />

fueron tomadas de acequias en las campiñas de Moche<br />

y Laredo, situados al sur y este de la ciudad de Trujillo,<br />

respectivamente. El muestreo de aguas se realizó<br />

durante los meses de septiembre, octubre y noviembre<br />

de 2005 y febrero, marzo y abril de 2006. Las muestras<br />

de agua de los centros escolares se tomaron en ambos<br />

períodos y las muestras procedentes de las campiñas de<br />

Laredo y Moche, durante los meses correspondientes al<br />

año 2006.<br />

Las muestras se tomaron utilizando frascos de<br />

vidrio y plástico de uno a tres litros de capacidad y<br />

convenientemente etiquetados. Posteriormente fueron<br />

trasladadas al laboratorio en neveras con hielo y<br />

conservadas a 4 ºC. De cada punto de muestreo se<br />

recogió un total de 20 litros (Tabla 2). Las muestras<br />

de agua fueron filtradas a través de filtro de acetato<br />

de celulosa de 0,2 µm de tamaño de poro utilizando<br />

una bomba de aspiración portátil. Los filtros se fueron<br />

renovando en el momento que empezaban a obstruirse<br />

y se comenzaba a interrumpir el filtrado.<br />

Tras el filtrado, cada filtro fue cortado en tiras de 0,5 cm<br />

de ancho que se depositaron en placas petri de 10 cm<br />

de diámetro para su lavado con 50 mL de Tween 80 (0,1<br />

%), mediante agitación. El lavado era filtrado por doble<br />

gasa y colador y después centrifugado por diez minutos<br />

a 3 000 rpm. El sedimento fue resuspendido en 0,5 mL<br />

145


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 144-48. Pérez-Cordón G et al.<br />

de solución salina fisiológica (NaCl 0,85%), observado<br />

directamente al microscopio óptico y se tiñeron varias<br />

láminas tanto con Giemsa como con Zielhl-Neelsen,<br />

también para su observación. A continuación se procedió<br />

a concentrar la muestra por flotación mediante solución<br />

de Sheater. El producto obtenido de la concentración se<br />

observó al microscopio óptico por examen directo y tras<br />

tinción de Ziehl-Neelsen modificado y Giemsa.<br />

Hallazgos<br />

El análisis de los alimentos permitió aislar protozoos<br />

como Giardia lamblia, Cyclospora cayetanensis.,<br />

Endolimax nana, Iodamoeba butschlii y Blastocystis<br />

hominis, este último detectado también en bivalvos<br />

moluscos del género Donax. Por su parte, el análisis de<br />

los otros tipos de moluscos (choros y conchas negras)<br />

Tabla 1. Resultado del análisis parasitológico de muestras de alimentos de mercados y colegios de<br />

Trujillo, Perú.<br />

Tipo de alimento<br />

N<br />

Volumen<br />

(mg /mL)<br />

Parásito % M+<br />

Prevalencia de<br />

especies<br />

La Esperanza: Mercados<br />

Lechuga 22 200 F. hepatica 18,1 10,5<br />

Chochos 20 200 C. cayetanensis 10,0 5,3<br />

Perejil 22 100 -<br />

Culantro 25 100 -<br />

Cebolla china 20 250 -<br />

Choros 2 52* -<br />

La Esperanza: Colegios<br />

Cebiche 23 100 E. nana 17,4 10,5<br />

Pasta con pescado y lechuga 2 250 G. lamblia 100,0 5,3<br />

Huevo con ají 1 100 E. nana 100,0 5,3<br />

I. bütschlii 16,7 5,3<br />

Chochos 12 200 I. bütschlii 100,0 2,6<br />

Helado de frutas 2 150 -<br />

Zumo de frutas 12 250 -<br />

Galletas 12 25 -<br />

El Porvenir: Mercados<br />

Culantro 22 100 A. lumbricoides 18,2 18,4<br />

Cebolla china 20 250 G. lamblia 15,0 13,2<br />

Palabritas 2 634* B. hominis**<br />

Lechuga 20 200 -<br />

Chochos 18 200 -<br />

Repollo 15 200 -<br />

Concha negra 1 47* -<br />

El Porvenir: Colegios<br />

Chochos 30 300 E. nana 10,0 7,9<br />

B. hominis 6,7 5,3<br />

Cebiche 24 100 -<br />

Choclo hervido 16 50 -<br />

Pasta y lechuga 11 250 -<br />

Pollo con lechuga 11 250 -<br />

Helado de frutas 2 150 -<br />

Jugo de frutas 2 250 -<br />

Papa rellena 1 50 -<br />

* N.° Especimenes. ** No cuantificado. (%M+) Porcentaje muestras positivas.<br />

146


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 144-48. Parásitos intestinales en agua y alimentos<br />

Tabla 2. Resultados del análisis de las muestras de<br />

agua, Trujillo.<br />

Distrito / Punto de<br />

muestreo<br />

La Esperanza<br />

arrojó resultados negativos. Mientras que en agua<br />

no encontramos helmintos, en alimentos aparecieron<br />

huevos de Fasciola hepatica y Ascaris lumbricoides<br />

(Tabla 1).<br />

Por otra parte, son muchos los parásitos que se han<br />

identificado en agua (Tabla 2), entre ellos Giardia lamblia,<br />

Blastocystis hominis, Entamoeba coli, Cyclospora<br />

cayetanensis, Cryptosporidium spp. y Balantidium coli. Es<br />

destacable que los tres protozoos patógenos G. lamblia,<br />

C. cayetanensis, y Cryptosporidium spp. estuvieron<br />

presentes en el agua analizada y sin embargo no se<br />

encontraron ni huevos ni larvas de helmintos.<br />

DISCUSIÓN<br />

Muestra<br />

(Litros)<br />

Parásitos (número)<br />

Número /<br />

Litros<br />

Pozo en colegio 20 B. hominis (2) 0,10<br />

El Porvenir<br />

G. lamblia(5) 0,25<br />

Pozo en colegio 20 G. lamblia (4) 0,20<br />

Buenos Aires<br />

Pozo en colegio 20 Cryptosporidium (2) 0,10<br />

Moche<br />

Acequia junto a<br />

viviendas<br />

G. lamblia (3) 0,15<br />

10 E. coli (2) 0,20<br />

G. lamblia (6) 0,60<br />

Pozo 10 C. cayetanenis (4) 0,40<br />

Laredo<br />

Acequia en<br />

cultivo<br />

Acequia junto a<br />

viviendas<br />

10 B. hominis (3) 0,30<br />

E. coli (3) 0,30<br />

Cryptosporidium (2) 0,20<br />

10 B. coli (4) 0,40<br />

E. coli (6) 0,60<br />

El estudio de las enfermedades transmitidas por<br />

alimentos y su vigilancia en general, son esenciales<br />

para caracterizar la dinámica epidemiológica y dirigir los<br />

planes de control, estrategias y políticas de prevención.<br />

Son también herramientas importantes para evaluar<br />

el impacto de los programas de inocuidad de los<br />

alimentos e identificar aquellas áreas que requieren<br />

de una investigación urgente, particularmente a nivel<br />

local. En este estudio, el análisis de algunos alimentos<br />

consumidos habitualmente por los pobladores de los<br />

distritos estudiados nos permitieron aislar parásitos<br />

como G. lamblia, Cyclospora spp., Endolimax nana,<br />

Iodamoeba bütschlii, B. hominis, Fasciola hepatica y<br />

Ascaris lumbricoides, observaciones similares se han<br />

encontrado particularmente en lechugas expendidas en<br />

mercados de Lima y Venezuela (13,14) .<br />

El uso indiscriminado de aguas residuales crudas en el<br />

riego de cultivos de consumo humano está relacionado<br />

con las altas tasas de morbilidad y mortalidad por<br />

gastroenteritis y disentería. En la zona costera del Perú<br />

se estima que existe un total de 4000 ha de terrenos<br />

agrícolas sometidos a riego con aguas residuales<br />

crudas, cantidad que puede llegar a 11200 ha si se<br />

utilizara el total de las aguas residuales descargadas por<br />

las ciudades ubicadas en la costa peruana (15) .<br />

De forma similar a otras áreas deprimidas, en los distritos<br />

estudiados las aguas superficiales están expuestas a un<br />

gran número de factores que posibilitan la contaminación<br />

con enteroparásitos. En el desarrollo de nuestro estudio<br />

pudimos comprobar que en el distrito de La Esperanza<br />

sólo el 48,8% de la población contaba con agua potable,<br />

el 68,2% en El porvenir y el 69% en Buenos Aires,<br />

el resto se abastecía de agua de fuentes públicas o<br />

camiones cisterna. De igual forma en los tres distritos<br />

estudiados más de la mitad de la población carecía de<br />

servicio higiénico conectado a la red pública o desagües<br />

haciendo uso el resto de pozos ciegos o letrinas. En<br />

nuestro estudio, el análisis de agua de pozos y acequias<br />

de riego destinada al consumo y al riego de cultivos nos<br />

permitió identificar los siguientes protozoos parásitos:<br />

Giardia lamblia, Blastocystis hominis, Entamoeba<br />

coli, Cyclospora cayetanensis, Cryptosporidium spp. y<br />

Balandidium coli.<br />

Estos resultados nos permiten recomendar la vigilancia<br />

periódica a todo puesto de venta de alimentos, el cual<br />

debe estar a cargo de las entidades competentes.<br />

Así mismo, se deben establecer mecanismos básicos<br />

de control y prevención respecto al procesamiento de<br />

alimentos en los hogares, en especial de productos de<br />

consumo crudo y de fuentes de agua expuestas a una<br />

eventual contaminación.<br />

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10. Davelois K, Córdova O, Cubas R, Escalante, H, Reyes<br />

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seawater and Eastern oysters (Crassostrea virginica) in<br />

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13. Devera R, Blanco Y, González H, García L. Parásitos<br />

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populares y supermercados de Ciudad Bolívar, Estado<br />

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100-7.<br />

14. Tananta I, Chávez A, Casas E, Suárez F, Serrano E.<br />

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cercado de Lima. Rev Inv Vet Peru. 2004; 15(2): 157-62.<br />

15. Castro de Esparza ML, Sáenz R. Evaluación de riesgos<br />

para la salud por el uso de aguas residuales en agricultura.<br />

Volumen I: Aspectos microbiológicos. Lima: CEPIS/OPS;<br />

1990.<br />

Correspondencia. Gregorio Pérez Cordón. Departamento<br />

de Parasitología, Instituto de Biotecnología, Universidad de<br />

Granada.<br />

Dirección: C/ Severo Ochoa, s/n, C.P: 18071, Granada,<br />

España.<br />

Teléfono - Fax: (34-664) 612348/34<br />

Correo electrónico: grego@ugr.es<br />

Consulte las ediciones anteriores de la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública<br />

en WWW.SCIELO.ORG.PE<br />

148


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 149-52.<br />

comunicación corta<br />

ENCUESTA SEROLÓGICA PARA HIDATIDOSIS HUMANA POR<br />

LA PRUEBA DE DOBLE DIFUSIÓN ARCO 5 EN LA PROVINCIA<br />

DE CHUPACA, JUNÍN, PERU<br />

Pilar Alva 1,2,a , William Cornejo 1,2,b , Carlos Sevilla 1,a , Alina Huiza 1,2,b<br />

RESUMEN<br />

Para determinar la frecuencia de hidatidosis en escolares de la provincia de Chupaca, departamento de Junín, en<br />

setiembre del 2000, se tomó 160 muestras de sangre de escolares aparentemente sanos, de 12 a 19 años, de los cuales<br />

89 (55,6%) fueron varones. Los sueros fueron evaluados por la prueba de doble difusión arco 5 (DD5). Se detectó 11<br />

(6,8%) casos seropositivos de hidatidosis, cinco fueron mujeres. La hidatidosis aún constituye un problema de salud<br />

importante en la provincia de Chupaca, donde la crianza de ovinos está muy difundida.<br />

Palabras clave: Equinococosis; Estudios seroepidemiológicos; Peru (fuente: DeCS BIREME).<br />

A SEROSURVEY FOR HUMAN HYDATIDOSIS BY THE ARC 5 DOUBLE-<br />

DIFFUSION TEST IN CHUPACA PROVINCE, JUNIN, PERU<br />

ABSTRACT<br />

To determine the frequency of hydatidosis in school children in Chupaca province, Junin department (central Andes<br />

from Peru), in September 2000. One hundred and sixty blood samples were taken from health school students with<br />

ages between 12 to 19 years old, 89 (55.6%) were male. Sera were tested by the arc 5 double-diffusion (DD5) test. It<br />

was detected 11 (6.8%) seropositives cases of hydatidosis, 5 were female. Hydatidosis infection remains a major health<br />

problem in Chupaca province, where sheep raising is widely practiced.<br />

Key words: Echinococcosis; Seroepidemiological studies; Peru (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La hidatidosis quística es una zoonosis producida por el<br />

estadio larval de Echinococcus granulosus, es frecuente<br />

en zonas ganaderas (particularmente de ovinos) del<br />

Perú, más del 95% de los casos notificados provienen<br />

de la sierra central y sur del país (1) . La hidatidosis es<br />

considerada endémica en el departamento de Junín, la<br />

incidencia anual estimada para el año 1984 fue 700 x<br />

100 000 (1) , y para el año 1994 fue 1 900 x 100 000<br />

habitantes (2) .<br />

Las cifras oficiales probablemente subestiman la<br />

verdadera extensión de la hidatidosis, factores como la<br />

distancia y falta de comunicación con zonas alejadas<br />

del país, y la situación de violencia que se vivió en el<br />

país, más aguda en la sierra (3) , donde el problema<br />

de hidatidosis es muy grave, han impedido que<br />

tengamos una información más completa al momento<br />

actual. Además, los datos del Ministerio de Salud<br />

representan sólo a aquellas personas que acuden a la<br />

consulta debido a la presencia de signos o síntomas<br />

resultantes del crecimiento o complicación del quiste,<br />

pero no identifica a los portadores asintomáticos. De<br />

ahí que los estudios de frecuencia o seroprevalencia<br />

de hidatidosis sean los más adecuados para estimar<br />

las tasas de infección, pero estos estudios son escasos<br />

en el Perú (2,4-6) .<br />

1<br />

2<br />

a<br />

Departamento de Microbiología Médica, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Instituto de Medicina Tropical “Daniel A. Carrión”, Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Tecnólogo médico; b Biólogo.<br />

Fuente de financiamiento: Consejo Superior de Investigaciones, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. Código:<br />

000101241. 2000.<br />

Fecha de recepción: 07-11-07 Fecha de aceptación: 30-01-08<br />

149


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 149-52. Alva P et al.<br />

Las pruebas serológicas más usadas en estos<br />

estudios han sido la hemaglutinación indirecta, la<br />

inmunoelectroforesis y la doble difusión (DD5). Estas<br />

dos últimas pruebas detectan la reacción antígenoanticuerpo<br />

conocida como arco 5 (2) . En nuestro país,<br />

la DD5 es la prueba comúnmente usada debido a su<br />

simplicidad, bajo costo y elevada especificidad (7,8) .<br />

Otras pruebas serológicas empleadas para determinar la<br />

seroprevalencia de hidatidosis son el ELISA y la inmunoelectrotransferencia<br />

o inmunoblot (western blot) (8-10) .<br />

El objetivo del estudio fue determinar la frecuencia de<br />

hidatidosis en escolares de la provincia de Chupaca,<br />

departamento de Junín, mediante la aplicación de la<br />

DD5 para la detección de anticuerpos circulantes contra<br />

antígenos del estadio larval de E. granulosus.<br />

EL ESTUDIO<br />

La provincia de Chupaca se encuentra ubicada en el<br />

departamento de Junín, a 3263 msnm y a 297 km<br />

de Lima; el clima es templado y seco. Para el 2000<br />

se estimó una población de 54 874 habitantes (11) . La<br />

principal actividad económica es la ganadería, crían<br />

principalmente ovinos pero también vacunos y cerdos.<br />

Se eligió esta provincia por ser zona de crianza de<br />

ovinos, por el empleo del perro para el pastoreo del<br />

ganado y por no contarse con información reciente<br />

acerca de casos de hidatidosis.<br />

Se colectaron 160 muestras de sangre venosa de<br />

escolares asintomáticos del Centro Educativo “19 de<br />

Abril” de la provincia de Chupaca, quienes accedieron<br />

voluntariamente, con el consentimiento informado por<br />

sus padres para ser evaluados. La residencia de los<br />

participantes se ubicó en zonas urbanas y suburbanas<br />

de diferentes localidades, principalmente del distrito<br />

de Chupaca. Se incluyó en el estudio a los escolares<br />

de 12 años o más, de ambos sexos y que fueran<br />

aparentemente sanos. La selección de los escolares<br />

se realizó mediante un muestreo no probabilístico, por<br />

cuotas, hasta completar el tamaño muestral. Se llenó<br />

una encuesta para cada escolar, documentando datos<br />

personales (nombre, sexo, edad) y estado de salud. Los<br />

resultados de la evaluación fueron comunicados a sus<br />

padres, aquellos que tuvieron un resultado DD5 positivo,<br />

fueron referidos al centro de salud de Chupaca para su<br />

evaluación médica.<br />

Se obtuvo 5 mL de sangre venosa de cada escolar, en<br />

el centro de salud de Chupaca se separó el suero, y<br />

fue transportado en cadena de frío a los laboratorios del<br />

Servicio de Inmunología del Instituto de Medicina Tropical<br />

“Daniel A. Carrión” en Lima, para su almacenamiento<br />

a -10 ºC hasta la realización del examen serológico<br />

correspondiente.<br />

La prueba se realizó e interpretó según lo descrito<br />

previamente (7) , los reactivos empleados (antígeno de<br />

origen ovino, suero control positivo y solución salina<br />

amortiguada) fueron producidos por el Instituto Nacional<br />

de Salud (Lima, Perú). Se utilizó como criterio diagnóstico<br />

la presencia de arco 5 que mostró identidad con el suero<br />

control.<br />

HALLAZGOS<br />

El estudio se realizó en el mes de septiembre del año<br />

2000 sobre un total de 160 escolares, 89 (55,6%)<br />

varones, con un promedio de edad de 16,2 ± 1,8 años<br />

(rango 12-19). La frecuencia total de anticuerpos contra<br />

el estadio larval de E. granulosus fue 6,8% (11 casos<br />

DD5 positivos). Fue similar la proporción de casos<br />

según sexo, pero según edad se observó más casos en<br />

el grupo de 12 a 15 años (Tabla 1) .<br />

Tabla 1. Frecuencia de la seropositividad de hidatidosis en escolares según<br />

sexo y edad, provincia de Chupaca, Junín, Perú. Septiembre 2000<br />

Frecuencia<br />

Total<br />

(n = 160)<br />

Positivos<br />

(n = 11)<br />

Resultados<br />

Negativos<br />

(n = 149)<br />

%<br />

Positividad<br />

Sexo<br />

Femenino 71 5 66 7,0%<br />

Masculino 89 6 83 6,7%<br />

Grupo de edad<br />

12-15 años 49 6 43 12,2%<br />

16-19 años 111 5 106 4,5%<br />

150


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 149-52. Seroprevalencia de hidatidosis en Chupaca<br />

DISCUSIÓN<br />

La frecuencia de hidatidosis en escolares de Chupaca<br />

es de 6,8% con la aplicación de la DD5, lo cual sugiere<br />

que la hidatidosis podría ser tan común ahora como<br />

lo fue hace dos décadas atrás, en que se reportó una<br />

seroprevalencia de 7% (1) . Estudios previos realizados<br />

en las Unidades de Producción de la Sociedad Agrícola<br />

de Interés Social (SAIS) Túpac Amaru en 1974 y 1976,<br />

y en la SAIS Pachacutec en 1976, ubicadas en el<br />

departamento de Junín, demostraron mediante la IEF<br />

prevalencias de 0,1% y 0,98%, respectivamente (4) . Otro<br />

estudio en la SAIS Túpac Amaru en 1989, empleando<br />

la DD5 y el inmunoblot, reveló una prevalencia de<br />

1,9% (2) , la cual más que se triplicó para los años<br />

1994-1995 en que se reportó una seroprevalencia de<br />

6,4% para la misma localidad (12) , este aumento de la<br />

seroprevalencia de hidatidosis humana es explicable<br />

por los altos porcentajes de prevalencia de infección<br />

hidatídica en ovejas (89%) y perros (33%), los dos<br />

hospederos más importantes para mantener el ciclo<br />

biológico del parásito (12) .<br />

El grupo etario más afectado fue el de menores de 15<br />

años (12,2%), otros estudios en la misma zona han<br />

notificado que 20,9% de los infectados son menores de<br />

11 años (12) , lo cual pone de manifiesto una temprana<br />

exposición al parásito. Asimismo, en otra zona de la<br />

sierra central del Perú (Ninacaca, Pasco) se observó<br />

una prevalencia de 37-43% en el grupo de edad menor<br />

de 20 años (6) .<br />

La frecuencia de hidatidosis fue similar en mujeres<br />

(7,0%) y en varones (6,7%), hallazgo que ha sido<br />

reportado por Núñez et al. (6) , quienes no encontraron<br />

diferencias significativas.<br />

La inmunoelectroforesis y la DD5 tienen alta<br />

especificidad, aparentemente similar al western blot<br />

(8) , pero la sensibilidad de las pruebas es relativamente<br />

baja, en especial en quistes hidatídicos pulmonares<br />

(8,13) , los cuales son detectados por serología en menos<br />

del 50% de los casos. Considerando la alta frecuencia<br />

de hidatidosis pulmonar en la población peruana (1,13)<br />

y la baja sensibilidad de las pruebas serológicas de<br />

precipitación para su detección, es probable que la<br />

frecuencia de hidatidosis de 6,8% encontrada en el<br />

grupo de estudio sea mayor.<br />

A pesar que las reacciones positivas a la DD5 confirman<br />

serológicamente la enfermedad, se ha demostrado<br />

que la prueba da reacción cruzada en pacientes con<br />

cisticercosis (8,9,13) . En estudios seroepidemiológicos en<br />

regiones endémicas para cisticercosis e hidatidosis, la<br />

aplicación del inmunoblot sería mejor que la DD5 debido<br />

a su mayor sensibilidad y menor número de reacciones<br />

cruzadas (9) . Las desventajas del western blot son la<br />

necesidad de contar con un equipamiento especializado<br />

y personal muy bien entrenado en la realización de la<br />

técnica, lo que hace a la DD5 una prueba de elección<br />

para países en desarrollo, en especial en zonas donde<br />

no coexisten hidatidosis y cisticercosis, debido a su<br />

simplicidad, escasa infraestructura y entrenamiento<br />

para su ejecución (7,14) . Sin embargo, recientemente se<br />

ha evaluado una prueba de ELISA que emplea líquido<br />

de quiste hidatídico como antígeno, la cual ha sido<br />

recomendada como prueba de tamizaje en los estudios<br />

de seroprevalencia a gran escala (15) .<br />

La DD5 reveló que la provincia de Chupaca, en el<br />

departamento de Junín, es aún una importante área<br />

endémica para hidatidosis. Investigaciones adicionales<br />

empleando la prueba de Western blot son necesarias<br />

para confirmar este hallazgo. La implementación de<br />

un programa integral (incluyendo población canina y<br />

ganado) de control de la enfermedad en la sierra central<br />

del país, con carácter permanente, permitirá reducir este<br />

problema de salud pública.<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

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el Perú, 1980-1996. Lima: Fondo Editorial del Congreso del<br />

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factores de riesgo de hidatidosis en población general del<br />

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8. Moro PL, Gilman RH, Wilson M, Schantz PM, Verástegui<br />

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11. Instituto Nacional de Estadística e Informática.<br />

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2005]. Disponible en http://www.inei.gob.pe/biblioineipub/<br />

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Malqui V et al. Epidemiology of Echinococcus granulosus<br />

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limitaciones de los métodos inmunológicos y detección de<br />

imágenes para el diagnóstico de la hidatidosis. Bol Oficina<br />

Sanit Panam 1986; 100: 369-383.<br />

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Machado-Silva JR, Correa D. Notes on human cases<br />

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2006; 101: 335-337.<br />

15. Lorenzo C, Ferreira HB, Monteiro KM, Rosenzvit M,<br />

Kamenetzky L, García HH et al. Comparative analysis<br />

of the diagnostic performance of six major Echinococcus<br />

granulosus antigens assessed in a double-blind, randomized<br />

multicenter study. J Clin Microbiol. 2005; 43(6): 2764-70.<br />

Correspondencia: Tecnóloga Médica Pilar F. Alva Betalleluz.<br />

Departamento de Microbiología Médica, Facultad de Medicina,<br />

Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Dirección: Calle José Santos Chocano 199. Urb. San Joaquín,<br />

Callao 02, Perú.<br />

Teléfono: (511) 619-7000 anexo: 4404<br />

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152


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 153-56. reporte de caso<br />

FIEBRE PROLONGADA COMO MANIFESTACIÓN DE<br />

ASPERGILOMA PULMONAR EN UN PACIENTE CON<br />

ANTECEDENTE DE TUBERCULOSIS<br />

Leonidas Carrillo-Ñañez 1,2,a , Carlos Canelo-Aybar 1,2,b , José Cuadra-Urteaga 1,2,b ,<br />

Cinthya Zegarra-Del Alamo 1,3,c<br />

RESUMEN<br />

Reportamos el caso de un varón de 50 años con antecedente de tuberculosis pulmonar que presenta síndrome febril<br />

durante 66 días, sin tos, hemoptisis o dolor torácico. La presencia de fiebre y síntomas generales (disnea, baja de peso)<br />

se ha asociado a menos del 7% de casos de aspergiloma pulmonar, y el síndrome febril prolongado como única forma<br />

de presentación no ha sido descrita adecuadamente con anterioridad. Por lo que el caso que presentamos constituye<br />

una forma de presentación infrecuente de aspergiloma pulmonar. Al paciente se le practicó lobectomía superior derecha<br />

como tratamiento definitivo con remisión del cuadro febril.<br />

Palabras clave: Aspergillus; Enfermedades pulmonares fúngicas; Fiebre; Tuberculosis (fuente: DeCS BIREME).<br />

LONG FEVER AS MANIFESTATION OF PULMONARY ASPERGILLOMA IN<br />

A PATIENT WITH TUBERCULOSIS ANTECEDENT<br />

ABSTRACT<br />

We report the case of a 50-year-old male with antecedent of pulmonary tuberculosis who presents with fever syndrome<br />

for 66 days, without cough, hemoptisis or thoracic pain. The presence of fever and general symptoms (dyspnea, loss of<br />

weight) has been associated with less than 7 % of cases of pulmonary aspergilloma, and the long fever syndrome as the<br />

only way of presentation has not been described adequately before. Therefore, this case constitutes a form of infrequent<br />

presentation of pulmonary aspergiloma. An upper right lobectomy was practiced as definitive treatment with remission<br />

of the fever.<br />

Key Word: Aspergillus, Fungal lung diseases; Fever; Tuberculosis (source: DeCS BIREME).<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La especie Aspergillus es un hongo saprofítico que se<br />

le puede encontrar en agua, tierra y materia orgánica en<br />

descomposición, se conocen alrededor de 200 especies,<br />

sin embargo sólo unas pocas son conocidas por ser<br />

patogénicas al ser humano, entre éstas: Aspergillus<br />

fumigatus , Aspergillus flavus y Aspergillus niger son las<br />

especies mayormente encontradas (1) .<br />

Las diferentes manifestaciones clínicas de la aspergilosis<br />

pulmonar van estar influenciadas por la condición del<br />

hospedero, así la aspergilosis pulmonar invasiva ocurre<br />

en paciente inmunocomprometidos especialmente<br />

infección por VIH, granulocitopénicos, o tratamiento<br />

quimioterápico; la aspergilosis bronco-pulmonar alérgica<br />

es una hiperreactividad a los antigenos del Aspergillus<br />

observado en paciente con asma, fibrosis quística<br />

o tratamiento crónico con corticoides; en pacientes<br />

con cavidades pulmonares preformadas se pueden<br />

desarrollar un cúmulo de micelios, detritus fibrina y<br />

células inflamatorias conocido como aspergiloma, ésta<br />

ultima debe diferenciarse de la aspergilosis crónica<br />

necrotizante en la cual se produce una invasión local<br />

con necrosis (1,2) .<br />

1 Hospital Nacional Arzobispo Loayza, Ministerio de Salud. Lima, Perú.<br />

2 Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

3 Facultad de Medicina, Universidad San Martín de Porres. Lima, Perú.<br />

a Medico internista ;<br />

b Médico residente de medicina interna;<br />

c Interna de medicina.<br />

Fecha de recepción: 12-02-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

153


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 153-56. Carrillo-Núñez L et al.<br />

El aspergiloma se manifiesta de forma clásica por tos<br />

productiva y hemoptisis que se produce de la fricción de<br />

la masa de micelios y detritus con la pared y los vasos<br />

circundantes, en menos del 7% se ven asociados a<br />

un cuadro febril, pérdida ponderal y disnea (3-5) , el que<br />

éstos constituyan los únicos síntomas de la enfermedad<br />

es una presentación sumamente infrecuente. Nosotros<br />

reportamos el caso de un paciente con antecedente<br />

de tuberculosis pulmonar hace 28 años que presentó<br />

durante 66 días fiebre y baja de peso como únicas<br />

manifestaciones de un aspergiloma pulmonar.<br />

REPORTE DE CASO<br />

Paciente varón de 50 años natural de Puno, procedente<br />

de Lima con antecedente de haber presentado<br />

tuberculosis pulmonar hace 28 años habiendo recibido<br />

en esa ocasión tratamiento por seis meses, con<br />

respuesta favorable y sin episodios de tos productiva,<br />

hemoptisis o recaídas posteriores.<br />

En los 45 días previos al ingreso presentó hiporexia<br />

marcada, astenia y sensación de alza térmica vespertina<br />

a lo que se asoció sudoración, cefalea y naúseas pocos<br />

días antes del ingreso, durante este periodo no presentó<br />

tos, disnea, dolor toráxico o hemoptisis.<br />

Al examen físico se le encontró adelgazado, en regular<br />

estado general, palidez en piel y mucosas, frecuencia<br />

cardiaca de 90 por minuto, frecuencia respiratoria de<br />

20 por minuto, temperatura 38,5 ºC, sin adenomegalias,<br />

en el aparato respiratorio se auscultó crepitantes en<br />

el ápice de pulmón derecho, no se evidenció cianosis,<br />

acropaquias, ni masas en el abdomen, neurológicamente<br />

no presentó alteraciones.<br />

En los estudios de laboratorio se encontró Hb 9,30 g/<br />

dL, leucocitos 8 800 cel/mL, eosinófilos 0%, plaquetas<br />

690 000/mm 3 , albúmina 2,60 g/dL, globulina 4,52 g/dL,<br />

tiempo de protrombina 15,6 segundos, ELISA-VIH no<br />

reactivo, aglutinaciones febriles negativas, se realizó BK<br />

en esputo y hemocultivos seriados así como urocultivos<br />

que salieron negativos.<br />

En la radiografía de tórax (Figura 1) se encontró una<br />

imagen cavitaria en ápice derecho, que en la tomografía<br />

muestra halo periférico y engrosamiento pleural<br />

asociado, que son signos sugestivos de aspergiloma<br />

(Figura 2).<br />

El paciente persistió febril durante todo el transcurso de<br />

su hospitalización con alza térmica de forma interdiaria<br />

(38,5 -39,5 ºC) de predominio vespertino, por el<br />

cuadro clínico y radiológico se coordinó con el servicio<br />

de cirugía de tórax para el tratamiento quirúrgico con<br />

resección del ápice del lóbulo derecho en el día 21 de<br />

su hospitalización, momento en el cual cursaba con 66<br />

días en total del cuadro febril. Previa a la intervención<br />

quirúrgica no recibió tratamiento antimicrobiano ni<br />

antifungico alguno. Al examen microscópico de la<br />

pieza quirúrgica se encontraron hifas de Aspergillus sp.<br />

(Figura 3), no se demostró invasión del tejido pulmonar<br />

periférico ni de los vasos adyacentes.<br />

El paciente evolucionó favorablemente con remisión<br />

del cuadro febril posterior a la resección quirúrgica<br />

encontrándose afebril al día quinto, no se le administró<br />

tratamiento antifúngico posterior a la operación. En sus<br />

controles el paciente ha permanecido afebril con una<br />

ganancia ponderal evidente.<br />

Figura 1. Radiografía de tórax. Se observa lesión cavitaria en<br />

ápice del pulmón derecho.<br />

Figura 2. Tomografía pulmonar. Se observa lesión cavilaria<br />

con halo periférico y engrosamiento pleural asociado en ápice<br />

pulmonar derecho.<br />

154


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 153-56. Fiebre prolongada en aspergiloma pulmonar<br />

casos y se puede presentar de forma masiva con<br />

cifras de letalidad del 25 al 30% (1-5,8,9,12) , el tamaño y<br />

localización de la lesión no aparenta guardar relación<br />

con la gravedad del sangrado (13) . Las posibles causas<br />

para el desarrollo de hemoptisis incluyen: invasión local<br />

de los vasos adyacentes, liberación de endotoxinas con<br />

propiedad hemolítica y fricción mecánica (2) .<br />

Figura 3. Histología de la pieza operatoria extraída del ápice<br />

pulmonar derecho en tinción HE. Se observan hifas compatibles<br />

con Aspergillus sp.<br />

DISCUSIÓN<br />

El Aspergillus, al igual que otros hongos filamentosos se<br />

puede adquirir de la inhalación de esporas de reservorios<br />

inanimados como suelo, agua y detritus orgánicos.<br />

Crece a temperaturas de 37 ºC y sus esporas de 2 -<br />

3 μm facilitan su depósito en el pulmón. La forma clínica<br />

mas frecuente es el aspergiloma, el que se desarrolla<br />

sobre cavidades quísticas o dilataciones bronquiales<br />

preexistente (1,2) .<br />

La incidencia de esta lesión en pulmones con secuelas<br />

cavitarias no ha sido precisada con exactitud, en una<br />

serie de pacientes con antecedente de tuberculosis,<br />

hemoptisis y baciloscopia negativa se encontró una<br />

prevalencia del 43% (6) , en otro estudio en pacientes<br />

con enfermedad pulmonar crónica, mayoritariamente<br />

con carcinoma broncogénico, utilizando como método<br />

diagnostico detección de anticuerpo por ELISA se<br />

encontró que 30% mostraban anticuerpos positivos (7) .<br />

En aquellos pacientes con diagnóstico de aspergiloma se<br />

encuentra antecedente de tuberculosis en un 70 a 80%<br />

de los casos (3-9) , lo que es de suma importancia en un<br />

país con una distribución alta de la enfermedad como el<br />

Perú. También se ha reportado su asociación a cavidades<br />

producidas por bronquiectasias, quistes bronquiales,<br />

sarcoidosis, cáncer, espondilitis anquilosante e infartos<br />

pulmonares (2) .<br />

El aspergiloma pulmonar puede permanecer estable y<br />

sin presentar síntomas por periodos prolongados con<br />

periodos de crecimiento lento e incluso lisis espontánea<br />

en un 5-10% de los casos (10,11) , la tasa de mortalidad se<br />

ha calculado en 6% por año, usualmente por insuficiencia<br />

ventilatoria y hemoptisis masiva (12) .<br />

El síntoma de presentación más frecuente es la<br />

hemoptisis, que puede variar de 62 al 100% de los<br />

Otro síntoma frecuente es la tos productiva que puede<br />

oscilar de 40 a 70%, con menor frecuencia se presenta<br />

asociado a síntomas generales como disnea dolor<br />

toráxico y fiebre hasta en 7% de las series reportadas<br />

(1-5,8,9,12) , en un estudio, esta forma de presentación<br />

fue más frecuente en pacientes con infección VIH<br />

no encontrándose en seronegativos (5) ; sin embargo,<br />

la presencia de fiebre de forma prolongada como<br />

único síntoma por un periodo de más de 60 días no<br />

ha sido descrita en las series de casos presentados<br />

en la literatura hasta donde tenemos conocimiento.<br />

Radiológicamente se observa una masa intracavitaria<br />

rodeada de aire, la pleura adyacente esta engrosada de<br />

forma variable en 27% de casos.<br />

La masa es solitaria en 97% de veces y compromete el<br />

ápice derecho, ápice izquierdo y lóbulo medio derecho<br />

en 53 %, 34% y 10% de casos (14) , lo que concuerda<br />

con nuestro caso donde la presentación se localizo en el<br />

ápice del pulmón derecho. El examen de esputo puede<br />

revelar la presencia de Aspergillus en 10% a 50% de<br />

casos, la determinación de anticuerpos Aspergillus son<br />

de gran utilidad, ya que el 90% de pacientes poseen<br />

anticuerpos detectables siendo la técnica más utilizada<br />

la de inmunodifusión; sin embargo, su rendimiento<br />

es menor en pacientes inmunocomprometidos y en<br />

aquellos con infección por Aspergillus distintos a A.<br />

fumigatus (1,8) .<br />

El tratamiento definitivo es la resección quirúrgica que<br />

no sólo provee control sintomático, sino que confiere<br />

ventajas en supervivencia y se ha usado incluso en<br />

casos asintomáticos para prevenir el desarrollo de<br />

sangrado masivo. Se ha reportado una disminución<br />

en las tasas de morbimortalidad de 7-23% a 0,4-<br />

1,5% relacionadas con este procedimiento (11,14) , la<br />

embolización de la arteria bronquial raramente controla<br />

la hemoptisis dado el gran numero de colaterales pero<br />

puede considerarse como una medida temporal (15) . La<br />

respuesta a medicamentos antifúngicos es variable y<br />

raramente alcanzan las concentraciones mínimamente<br />

inhibitorias dentro de la cavidad (15) . Por este motivo se<br />

procedió a realizar la extirpación quirúrgica de la lesión,<br />

posterior al cual el paciente curso sin complicaciones<br />

y con remisión del cuadro, no requiriendo tratamiento<br />

antifúngico posterior y evidenciando mejoría clínica en<br />

los controles subsiguientes.<br />

155


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 153-56. Carrillo-Núñez L et al.<br />

En conclusión reportamos un caso donde el principal<br />

síntoma fue la fiebre y baja de peso manifestaciones poco<br />

frecuentes en esta entidad, por lo que debe considerarse<br />

la aspergiliosis en el diagnostico diferencial de un<br />

paciente con síndrome febril prolongado y antecedente<br />

de tuberculosis.<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

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CM, Oliveira ES, et al. Bronchial artery embolization in the<br />

management of hemoptysis: technical aspects and longterm<br />

results. Radiology. 1985; 157(3): 637-44.<br />

Correspondencia: Dr. Leonidas Carrillo Ñañez.<br />

Departamento de Medicina, Hospital Nacional Arzobispo<br />

Loayza. Lima, Perú.<br />

Dirección; Calle Los Picus 136, Urbanización Jardines Virú.<br />

Bellavista, Callao.<br />

Correo electrónico: lchcarn@yahoo.es<br />

156


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 157-59. sección especial<br />

destacadas personalidades de la<br />

salud pública en el Perú<br />

dr. CARLOS CARRILLO PARODI<br />

(1932 – 2008)<br />

César Cabezas 1,2 , Zuño Burstein 1,2<br />

Carlos Carrillo Parodi<br />

Carlos Carrillo Parodi, nació en Lima el 12 de agosto<br />

de 1932. Sus estudios secundarios los realizó en el<br />

Colegio Anglo-Peruano San Andrés. Estudió Ciencias<br />

en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional<br />

Mayor de San Marcos hasta 1952, luego continuó sus<br />

estudios de Medicina Humana, y recibió el titulo de<br />

Médico-Cirujano en 1960 en la Facultad de Medicina de<br />

San Fernando de la misma Universidad; se graduó de<br />

Doctor en Medicina en 1973 en la Universidad Peruana<br />

Cayetano Heredia.<br />

Su preocupación por la actualización profesional lo llevó<br />

a obtener una importante formación en microbiología<br />

y en salud pública en prestigiosas instituciones<br />

extranjeras, dentro de las cuales podemos citar sus<br />

estudios en microbiología que en 1968 siguió en la<br />

Universidad de Michigan, EEUU, mediante una beca<br />

de la Fundación Kellog; los seguidos en Salud Pública<br />

durante 1969 en el Instituto Adolfo Lutz, en Sao Paulo,<br />

Brasil luego en 1970 en el Connaught Medical Research<br />

Laboratories, University of Toronto, Canadá y en ese<br />

mismo año en el NCDC/CDC, Atlanta, Georgia,EEUU.<br />

Posteriormente, en 1979, obtuvo una beca de la OPS/<br />

OMS para hacer una pasantía en CEPANZO, Buenos<br />

Aires, Argentina; en el año 1988 estuvo en el Walter<br />

Reed Army Research Institute, Washington, EEUU,<br />

el año 1997 en en el Instituto Oswaldo Cruz, Rio de<br />

Janeiro, Brasil capacitándose en enterobacterias y<br />

microbiología molecular, finalmente, el año 1998 siguió<br />

el Programa de Alta Dirección, en la Universidad de<br />

Piura.<br />

Como docente universitario, podemos mencionar<br />

que muy joven, en 1958, fue designado coordinador<br />

del Departamento de Bacteriología de la Facultad de<br />

Medicina de San Fernando en la sede docente del<br />

Hospital Dos de Mayo; luego de ahí en adelante tuvo<br />

una ascendente carrera que lo llevó a ser Profesor<br />

1<br />

Comité Editor, Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública. Instituto Nacional de Salud. Lima, Perú.<br />

2<br />

Facultad de Medicina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.<br />

Dirección: Cápac Yupanqui 1400, Lima 11.<br />

Correos electrónicos: ccabezas@ins.gob.pe ; zburstein_2000@yahoo.com<br />

Fecha de recepción: 04-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

157


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 157-59. Cabezas C & Burstein Z<br />

Principal de Microbiología de la Universidad Peruana<br />

Cayetano Heredia (UPCH). También ha formado<br />

parte del Departamento de Microbiología, entre otros<br />

cargos académicos en las unidades de postgrado,<br />

también perteneció al Comité de Evaluación de Grados<br />

Académicos de la Maestría y Doctorado en Ciencias de<br />

la UPCH.<br />

Paralelamente y como parte de su responsabilidad<br />

docente, ha ejercido con gran eficiencia cargos académico<br />

administrativos en la UPCH, de la que fue miembro<br />

fundador, desempeñándose en su momento como<br />

Vicerrector, Director de Presupuesto y Administración,<br />

miembro del Comité Directivo del Instituto de Medicina<br />

Tropical “Alexander von Humboldt” y Vicedecano de la<br />

Facultad de Ciencias.<br />

Además de la actividad docente, académica,<br />

administrativa y de investigación universitaria, el<br />

doctor Carlos Carrillo ha hecho una larga carrera en el<br />

sector público de salud, tanto en el organismo central<br />

del Ministerio de Salud, como, y prioritariamente,<br />

en el Instituto Nacional de Salud, brazo científico de<br />

dicho Ministerio, donde, después de haber tenido<br />

bajo su responsabilidad laboratorios de producción de<br />

biológicos, particularmente de vacuna antivariólica,<br />

entre otras funciones, ocupó hasta en dos oportunidades<br />

la Jefatura de este importante centro dedicado a la<br />

investigación, prestación de servicios especializados a<br />

la comunidad, capacitación especializada del personal<br />

de salud, difusión de la investigación y procedimientos<br />

científicos, así como al control y producción de biológicos,<br />

constituyendo el más importante organismo público en<br />

estas funciones y que el Dr. Carlos Carrillo, se propuso,<br />

durante su gestión, impulsar al nivel que le corresponde<br />

en servicio del país.<br />

Desde 1961 se desempeñó como asistente en la<br />

División de Vacunas y Productos Biológicos del Instituto<br />

Nacional de Salud (INS), para luego en 1964 ser jefe<br />

de dicha división. En 1965 fue designado Jefe del<br />

Departamento de Vacuna contra la Viruela y en 1970<br />

coordinador Nacional del Programa de erradicación de<br />

la Viruela, auspiciada por la OPS/OMS. En 1973 se<br />

desempeñó como Coordinador Nacional e Intersectorial<br />

del Programa para la erradicación de la Brucelosis. En<br />

1977 asumió la jefatura de la División de Microbiología<br />

del Centro de Control de Calidad del INS, dos años<br />

después fue Jefe de la División de Productos Biológicos<br />

del INS. Cuando ejercía su primera gestión como Jefe<br />

del INS y con motivo de la epidemia del cólera en el<br />

Perú, organizó la Primera reunión de directores de los<br />

Institutos Nacionales de Salud, desarrollando también<br />

el I Taller de estandarización del diagnóstico laboratorial<br />

del cólera.<br />

El doctor Carrillo ha publicado en revistas médicocientíficas<br />

nacionales y extranjeras más de 58 trabajos;<br />

ha contribuido con 27 publicaciones en libros, capítulos<br />

de libros y manuales científicos y ha participado en 51<br />

congresos, seminarios y talleres. El año 1991 recibió<br />

un Diploma, otorgado por la Alcaldía de Managua,<br />

declarándolo “Benefactor del pueblo de Nicaragua por<br />

su intervención en la campaña de prevención de la<br />

epidemia de cólera”. El año 1998 CONCYTEC le otorgó<br />

dos premios por sus trabajos sobre fiebre amarilla y<br />

dengue y el año 2000 recibió el Premio Hipólito Unanue<br />

por trabajos de investigación sobre Hepatitis B en el<br />

área de ciencias de la salud.<br />

En el campo de la microbiología tuvo aportes importantes<br />

para la salud pública como es el desarrollo de la vacuna<br />

antivariólica, la cual ayudó a erradicar la viruela no sólo<br />

en el país, si no también se ayudó a hacer lo propio en<br />

el Brasil y la India. Otra enfermedad a la que le dedicó<br />

mucho esfuerzo fue la Brucelosis, desarrollando, sobre<br />

todo, las pruebas para su diagnóstico y la producción de<br />

vacunas para controlar esta zoonosis. Posteriormente,<br />

tuvo mucho interés y trabajó en las pruebas para el<br />

diagnóstico de los enteropatógenos como la salmonella,<br />

la shigella y particularmente del Vibrio cholerae.<br />

Su capacidad personal y alto grado de responsabilidad<br />

le han merecido el reconocimiento de instituciones<br />

nacionales, extranjeras e internacionales, en<br />

numerosas oportunidades, con nominaciones como<br />

las de Coordinador, Comisionado, Asesor, Supervisor,<br />

Representante oficial, Organizador y Experto, entre<br />

otras designaciones.<br />

El Dr. Carrillo fue miembro fundador de la Asociación<br />

Peruana de Microbiología y de la Sociedad Peruana<br />

de Enfermedades Infecciosas y Tropicales; miembro<br />

de la American Society for Microbiology , de la New<br />

York Academy of Science , de la American Society of<br />

tropical Medicine and Higiene.<br />

El 11 de agosto de 2003 el Dr. Carlos carrillo, que había<br />

sido invitado años atrás a pertenecer a la Academia<br />

Nacional de Medicina del Perú como Académico<br />

Asociado, se incorporó como nuevo Académico de<br />

Número de esta docta Institución y a ocupar uno de los<br />

ya establecidos 40 sillones numerados correspondientes<br />

a los mas prestigiosos Médicos del Perú.<br />

Como antiguos amigos y colegas de Carlos Carrillo,<br />

conocíamos sus virtudes y defectos, siguiendo de cerca<br />

con interés su trayectoria profesional, reconociendo<br />

sus méritos y felicitando sus éxitos; pero, también,<br />

manifestando, con espíritu constructivo, las discrepancias<br />

en ocasiones pertinentes. Así un tema que fue y sigue<br />

158


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 157-59. Carlos Carrillo Parodi<br />

siendo un problema son los recursos humanos en las<br />

entidades estatales, el Dr. Carrillo en su afán por mejorar<br />

la calidad planteó la evaluación permanente al que el<br />

personal del INS tuvo que someterse, sin embargo esto<br />

no dio los resultados esperados y creemos que dentro<br />

de todos los aciertos en su gestión, esta fue una de las<br />

decisiones controversiales, pero que se entiende fueron<br />

tomadas para mejorar el desarrollo institucional para el<br />

desarrollo del país.<br />

El análisis crítico de estas últimas apreciaciones nos<br />

lleva al recuerdo de las reuniones que, en la pausa<br />

del mediodía, teníamos en su laboratorio del Instituto<br />

Nacional de Salud, en las que conversábamos de<br />

problemas de carácter social e institucional, con los que<br />

teníamos identidad de planteamientos ideológicos. En<br />

aquel entonces, hablamos del año 1965, Carlos Carrillo<br />

era el Jefe del Departamento de Producción de Vacuna<br />

Antivariólica del Instituto Nacional de Salud, cargo que<br />

desempeñó hasta 1972. Su oficina quedaba en los<br />

altos de una sección del edificio, en cuya planta baja<br />

se encontraban las vacas inoculadas para la producción<br />

de la vacuna. La disciplina y el rigor en el trabajo que<br />

realizaba Carlos Carrillo era ejemplar, porque así lo<br />

requería la responsabilidad asumida por un conjunto de<br />

profesionales de la salud pública a nivel mundial, del que<br />

él formaba parte, y que se habían propuesto erradicar la<br />

viruela, una de las más peligrosas y mortíferas pestes<br />

que diezmó la humanidad por milenios.<br />

Todos sabemos que el éxitos más destacable del<br />

sanitarismo mundial en toda su historia fue la erradicación<br />

de la viruela y esto se debió al trabajo riguroso, tenaz,<br />

sin concesiones, de los planificadores, productores de la<br />

vacuna y ejecutores del programa de vacunación a nivel<br />

mundial, que culminó con el éxito deseado, en beneficio<br />

de la humanidad entera.<br />

Uno de los héroes de esta extraordinaria gesta en el Perú<br />

fue el Dr. Carlos Carrillo Parodi, quien, del año 1970 al<br />

1972 fue Coordinador Nacional del Programa Mundial<br />

de Erradicación de la Viruela en el Perú, designado por<br />

la Organización Mundial de la Salud; y del año 1973<br />

a 1977 se desempeñó como Supervisor Principal de<br />

la Comisión Nacional de Erradicación de la Viruela.<br />

Toda esta responsabilidad fue otorgada y asumida<br />

en función a sus condiciones personales, no sólo de<br />

competencia técnico científica, sino, también, a factores<br />

caracterológicos de responsabilidad, extraordinario celo<br />

y firmeza, que son, en realidad, virtudes y no defectos,<br />

cuando se ejercen en beneficio de una función pública<br />

y con profunda vocación de servicio como la que<br />

acostumbró ofrecer el Dr. Carrillo.<br />

Si quisiéramos sintetizar los valiosos aportes del<br />

Dr Carrillo a la Salud Pública del país, podríamos<br />

mencionar; su contribución a la erradicación de la viruela<br />

en el país; el desarrollo de la microbiología bacteriana<br />

para la salud pública, como es el caso de la Brucelosis<br />

y el cólera. A partir de la epidemia del cólera impulsó el<br />

desarrollo de la Red Nacional de Laboratorios de Salud<br />

Pública, para lo cual fue decisiva no solo la concepción<br />

de dicha red, si no el impulso inicial a través de los<br />

gobiernos regionales de transición en ese entonces y<br />

la cooperación internacional como el JICA y USAID. El<br />

impulso de esta Red significó también la modernización<br />

de los Laboratorios de Referencia Nacional ubicados en<br />

la sede central del Instituto Nacional de Salud, mejorando<br />

su infraestructura, la capacitación del personal y<br />

la paulatina inserción en la comunidad científica<br />

internacional. Según las conversaciones que se tenía<br />

con el Dr. Carrillo los Laboratorios Regionales de la<br />

Red eran los embriones de polos de desarrollo para la<br />

investigación científica que sustentara en evidencias las<br />

intervenciones sanitarias, concepto incólume en estos<br />

días dentro del irreversible proceso de descentralización,<br />

proceso para el cual la Red Nacional de Laboratorios<br />

fue pionera y aun sigue ese difícil pero factible proceso<br />

de construcción.<br />

También es de destacar el interés y el impulso que le dio<br />

el Dr. Carrillo a las publicaciones científicas en el INS y<br />

solo para poner una muestra mencionaremos, durante su<br />

gestión se retomó la publicación de la Revista Peruana<br />

de Medicina Experimental, que en 1996 salió como II<br />

Época, luego de décadas de ausencia. Esta revista<br />

entre 1942 y 1960 fue una de las que por su calidad tuvo<br />

un lugar preponderante en el ámbito científico no sólo<br />

nacional si no también internacional.<br />

Al margen de la actividad profesional médica, el Dr. Carlos<br />

Carrillo Parodi, fue una persona de gran sensibilidad<br />

artística, estimulado cotidianamente por su esposa, la<br />

Sra. Ena Mora Palacios, con quien tuvo dos hijos Carlos<br />

G. Carrillo Mora y Virginia E. Carrillo Mora.<br />

El Dr. Carlos Carrillo falleció el 23 de enero de 2008,<br />

dejando para la posteridad no sólo sus aportes a la<br />

salud pública del país, sino también una pléyade de<br />

profesionales microbiólogos y sanitaristas que siempre<br />

tendrán presente la línea trazada por él a través de sus<br />

casi cinco décadas de servicio al país.<br />

159


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 160-62.<br />

galería fotográfica<br />

LESIONES OCULARES COMO CONSECUENCIA<br />

DE LA VIOLENCIA EN EL PERÚ<br />

[OCULAR INJURIES AS CONSEQUENCE OF VIOLENCE IN PERU]<br />

Daniel Haro*<br />

Al igual que en tiempos remotos, la violencia en el Perú<br />

está presente por el sistema sociopolítico existente<br />

que conlleva desigualdad, pobreza, pobreza extrema,<br />

incultura, etc; y por las pugnas interpersonales o de<br />

grupos y lo más grave, por el terrorismo del siglo pasado,<br />

con su ferocidad ilimitada, perversa y maligna que hizo<br />

mucho daño a la gente de nuestro país.<br />

En esta galería se presentan algunos casos registrados<br />

en el Servicio de Oftalmología del Hospital Arzobispo<br />

Loayza (Lima, Perú) en los largos años de trabajo, que<br />

son un ejemplo de lesiones oculares que jamás deberían<br />

existir.<br />

Son heridas y contusiones de toda índole por armas<br />

corto-punzantes y de fuego, objetos contundentes,<br />

bombas molotov, cargas de dinamita, coches bomba<br />

con anfo y otras.<br />

Las lesiones se localizan en todos los segmentos del ojo,<br />

en los párpados y conjuntiva, en el segmento anterior,<br />

en los medios refringentes, segmento posterior y órbita,<br />

muchas de ellas de tanta gravedad que llevan consigo el<br />

peligro de ceguera.<br />

Correspondencia : Dr. Daniel Enrique Haro Haro<br />

Dirección: Paseo Parodi 520, San Isidro. Lima, Perú.<br />

Email: deharo@speedy.com.pe<br />

Figura 1. Quemadura de la cara y los ojos por incendio, luego<br />

de la explosión de un coche bomba.<br />

Figura 2. Traumatismo, herida de párpado y hemorragia<br />

intraocular por objeto contundente. Ceguera.<br />

* Médico oftalmólogo, Doctor en medicina. Profesor principal, Facultad de Medicina, Universidad Peruana Cayetano Heredia.<br />

Lima, Perú.<br />

Fecha de recepción: 06-03-08 Fecha de aceptación: 19-03-08<br />

160


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 160-62. Lesiones oculares por violencia<br />

Figura 3. Múltiples esquirlas en la córnea y catarata por la<br />

explosión de dinamita.<br />

Figura 4. Cuerpo extraño corneal profundo y catarata por la<br />

explosión de un coche bomba.<br />

Figura 5. Múltiples lesiones del párpado, la conjuntiva y<br />

presencia de catarata traumática por la explosión de un coche<br />

bomba.<br />

Figura 6. Herida escleral, pérdida del vítreo y salida del iris y<br />

coroides por corte con vidrio de botella. Ceguera.<br />

Figura 7. Herida de bala que ingresa por el lado derecho y<br />

sale por el lado izquierdo lesionando los dos nervios ópticos.<br />

Ceguera total.<br />

Figura 8. Perdigones alojados en el ojo como consecuencia de<br />

una disputa entre dos comunidades andinas.<br />

161


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 160-62.<br />

Haro D<br />

Figura 9. Catarata traumática luego de la explosión a un coche<br />

bomba.<br />

Figura 10. Hemorragia masiva intraocular con desprendimiento<br />

de retina. Ceguera<br />

Figura 11. Herida escleral profunda, con exposición de la úvea<br />

y oftalmía simpática contralateral producida con una arma<br />

punzo cortante.<br />

Figura 12. Ruptura traumática del iris y desprendimiento de<br />

retina después de la explosión de un coche bomba.<br />

Figura 13. Ceguera como consecuencia de una herida<br />

profunda con oclusión pupilar y atrofia del ojo.<br />

Figura 14. Ptisis bulbi como consecuencia de la pérdida del<br />

contenido ocular por la explosión de dinamita.<br />

162


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 163-64. carta al editor<br />

Esta sección esta abierta para todos los lectores de la Revista, a la que pueden enviar sus preguntas, comentarios<br />

o críticas a los artículos que hayan sido publicados en los últimos números, teniendo en cuenta la posibilidad de<br />

que los autores aludidos puedan responder. Podrá aceptarse la comunicación de investigaciones preliminares, o de<br />

intervenciones en brotes que no hayan sido publicados ni sometidos a publicación en otra revista; así como, algunos<br />

comentarios sobre problemas de salud pública, ética y educación médica. La extensión máxima aceptable es de 1000<br />

palabras, con un máximo de seis referencias bibliográficas (incluyendo la referencia del artículo que la motivó, cuando<br />

sea el caso) y una tabla o figura. Esta puede ser enviada a revmedex@ins.gob.pe.<br />

EFECTO DE UNA INTERVENCIÓN EDUCATIVA SOBRE HIGIENE<br />

ALIMENTARIA EN ESCOLARES DE CAJAMARCA<br />

[Effect of an educational intervention on food hygiene in<br />

students from Cajamarca]<br />

Marco Rivera-Jacinto 1,a , Claudia Rodríguez-Ulloa 1,a , Luisa Zarpán-Arias 1,a<br />

Sr. Editor. Queremos compartir la experiencia obtenida al<br />

desarrollar una intervención educativa durante los meses<br />

de junio y julio de 2007 para modificar los conocimientos<br />

sobre higiene alimentaria en escolares del sexto grado<br />

de primaria de la institución educativa “La Inmaculada<br />

Concepción - Magna Vallejo” Cajamarca, con el propósito<br />

de fortalecer la participación escolar en el cuidado de su<br />

propia salud y de adquirir un instrumento a validar para<br />

efecto de trabajo escolar.<br />

Se aplicó un pretest para el diagnóstico de conocimientos<br />

para enfocar los aspectos a reforzar. El contenido<br />

desarrollado fue adaptado del manual “Las cinco<br />

claves para mantener los alimentos seguros” elaborado<br />

por la Organización Panamericana de la Salud (1) , se<br />

desarrolló varias técnicas participativo-comunicativas<br />

para garantizar la participación de todos los alumnos.<br />

Al final se aplicó una prueba para medir los logros<br />

obtenidos. Se estableció dos niveles de calificación:<br />

inadecuado (0 - 14) y adecuado (15 - 20). Los cambios<br />

de la intervención se evidenciaron con la prueba de<br />

McNemar, considerando un p < 0,05.<br />

Se trabajó con 37 escolares, antes de la intervención<br />

aproximadamente 30% tenían conocimientos<br />

inadecuados sobre el lavado de manos, 60% en<br />

contaminación cruzada de alimentos, 51% en cocción de<br />

alimentos, 43% poseían nociones inadecuadas acerca<br />

de la importancia de la refrigeración de los alimentos<br />

y 76% desconocía de los agentes causales de las<br />

enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). Una vez<br />

efectuada la intervención educativa estas proporciones<br />

disminuyeron aproximadamente a 3%, 32%, 3%, 19% y<br />

30% respectivamente. Al final de la intervención, 92%<br />

manifestaron conocimientos generales adecuados,<br />

incluido el 46% de los escolares que mejoraron o<br />

modificaron sus conocimientos antes inadecuados.<br />

Algunos de los cambios observados fueron altamente<br />

significativos. (Tabla 1).<br />

Ante los problemas de salud generados por la falta<br />

de hábitos de higiene, principalmente de los niños en<br />

edad escolar, se han diseñado e implantado estrategias<br />

de educación para la salud dentro del ámbito escolar<br />

(1-3) . Muchas de éstas han demostrado ser efectivas<br />

herramientas de aprendizaje permitiendo que los niños<br />

adquirieran conocimientos relevantes sobre el tema de<br />

higiene de los alimentos (4) . Como en este trabajo, donde<br />

más del 90% obtuvieron conocimientos generales<br />

adecuados, las actividades basadas en prácticas y<br />

1<br />

a<br />

Departamento de Ciencias Biológicas. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Nacional de Cajamarca. Cajamarca, Perú.<br />

Biólogo microbiólogo.<br />

Fecha de recepción: 28-11-07 Fecha de aceptación: 13-02-08<br />

163


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 163-64.<br />

Rivera-Jacinto M et al.<br />

Tabla 1. Nivel de conocimientos sobre higiene alimentaria<br />

antes y después de la intervención educativa en alumnos<br />

del nivel primario en Cajamarca.<br />

Antes<br />

Después<br />

Total<br />

Adecuado Inadecuado<br />

N (%) N (%) N (%)<br />

Conocimiento General<br />

Adecuado 17 (46,0) 2 (5,4) 19 (51,4)<br />

Inadecuado 17 (46,0) 1 (2,7) 18 (48,7)<br />

Total 34 (91,9) 3 (8,1) 37 (100)<br />

Lavado de manos**<br />

Adecuado 26 (70,3) 0 (0,0) 26 (70,3)<br />

Inadecuado 10 (27,0) 1 (2,7) 11 (29,7)<br />

Total 36 (97,3) 1 (2,7) 37 (100)<br />

Contaminación cruzada*<br />

Adecuado 09 (24,3) 6 (16,2) 15 (40,5)<br />

Inadecuado 16 (43,2) 6 (16,2) 22 (59,5)<br />

Total 25 (67,6) 12 (32,4) 37 (100)<br />

Cocción de alimentos**<br />

Adecuado 17 (46,0) 1 (2,7) 18 (48,7)<br />

Inadecuado 19 (51,4) 0 (0,0) 19 (51,4)<br />

Total 36 (97,3) 1 (2,7) 37 (100)<br />

Refrigeración de alimentos*<br />

Adecuado 18 (48,7) 3 (8,1) 21 (56,8)<br />

Inadecuado 12 (32,4) 4 (10,8) 16 (43,2)<br />

Total 30 (81,1) 7 (18,9) 37 (100)<br />

Agentes causales de ETA**<br />

Adecuado 07 (18,9) 2 (5,4) 9 (24,3)<br />

Inadecuado 19 (51,4) 9 (24,3) 28 (75,7)<br />

Total 26 (70,3) 11 (29,7) 37 (100)<br />

* p


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1):<br />

INSTRUCCIONES PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS EN LA<br />

REVISTA PERUANA DE MEDICINA EXPERIMENTAL Y SALUD PÚBLICA<br />

La Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública<br />

(Rev Peru Med Exp Salud Publica) órgano oficial de difusión<br />

científica del INSTITUTO NACIONAL DE SALUD (INS), Lima,<br />

Perú. Es una publicación de periodicidad trimestral y sus artículos<br />

son arbitrados, tiene como objetivo la publicación de la<br />

producción científica en el contexto biomédico social, especialmente<br />

los aportes prácticos con el fin de contribuir a mejorar la<br />

situación de salud del país y de la región, además, propicia el<br />

intercambio con entidades similares en el país y en el extranjero,<br />

a fin de promover el avance y la aplicación de la investigación<br />

y la experiencia científica en salud.<br />

NORMAS GENERALES<br />

Los artículos científicos deben adecuarse a las siguientes<br />

normas:<br />

• Tratar sobre temas biomédico sociales<br />

• Ser original e inédito<br />

• Pertenecer a una de las siguientes categorías:<br />

- Editorial.<br />

- Artículos Originales.<br />

- Comunicaciones Cortas.<br />

- Reporte de Casos.<br />

- Tema de Revisión.<br />

- Sección Especial<br />

- Galería Fotográfica.<br />

- Cartas al Editor.<br />

• Estar redactado en español, impreso en papel bond blanco<br />

A4, en una sola cara, a doble espacio, con márgenes de 3<br />

cm.<br />

• Cada sección del manuscrito empezará en página aparte,<br />

las que se numerarán en forma consecutiva.<br />

• Se entregarán tres originales impresos y la versión electrónica<br />

del texto grabado en un diskette o CD, en el programa<br />

Word para Windows 97/2000 o XP y los gráficos (figuras)<br />

en MS-Excel, las imágenes y mapas deben ser grabados<br />

en formato TIFF a una resolución mayor de 500 dpi. De<br />

preferencia se debe adjuntar fotografías convencionales<br />

con buena resolución.<br />

• Se consideran figuras a los dibujos, mapas, fotografías o<br />

gráficos ordenados con números arábigos, en el caso de<br />

que sean fotografías convencionales o dibujos en la parte<br />

posterior de cada una se debe anotar su número, ubicándolo<br />

arriba y a la derecha, así como el autor y el título del<br />

artículo. Las leyendas deben ser escritas en una hoja aparte;<br />

las leyendas de microfotografías deberán indicar también<br />

el aumento y el método de coloración. Los mapas también<br />

deben tener una escala. El Comité Editor de la revista se<br />

reserva el derecho de limitar el número de ilustraciones.<br />

• En la primera página del original se consignará:<br />

- Identificación del autor o autores en el siguiente orden:<br />

nombre, apellido paterno e inicial del apellido materno,<br />

filiación institucional, ciudad y país.<br />

- Nombre de la institución o instituciones en las que se<br />

realizó el trabajo.<br />

- Nombre y dirección del autor responsable de la correspondencia,<br />

apartado postal, teléfono, fax y correo<br />

electrónico.<br />

• El título del artículo debe ser corto y claro en castellano e<br />

inglés. Además, debe agregar un título corto referido al tema<br />

principal del estudio.<br />

• Las referencias bibliográficas serán únicamente las que<br />

han sido citadas en el texto, se ordenarán correlativamente<br />

según su aparición y se redactará siguiendo las normas<br />

del Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to<br />

Biomedical Journals del Comité Internacional de Editores de<br />

Revistas Médicas, en su versión actualizada de noviembre<br />

de 2003.<br />

- Revistas: Si son más de seis se agrega «et al» separado<br />

por una coma.<br />

Yábar VC, Choque PJ, Montoya PY. Evaluación serológica<br />

de una proteína recombinante a partir de una<br />

cepa aislada del virus de la fiebre amarilla en el Perú: un<br />

estudio piloto. Rev Peru Med Exp Salud Publica 2003;<br />

20(4):193-9.<br />

- Libros y otras monografías:<br />

Autores individuales:<br />

Sternberg S. Non neoplasic liver diseases. Philadelphia:<br />

J.B Lippincott Co; 1993.<br />

Libro por capítulos:<br />

Farmer J. Enterobacteriaceae: introduction and identification.<br />

En: Murray PR, Baron EJ, Pfaller MA, Tenover FC,<br />

Yolken RH, editors. Manual of clinical microbiology. 7th<br />

ed. Washington DC: American Society for Microbiology;<br />

1999. p. 442 -58.<br />

Monografías:<br />

Perú, Ministerio de Salud. Influenza. Lima: Instituto<br />

Nacional de Salud, Oficina General de Epidemiología;<br />

2000. Módulos técnicos. Serie de Documentos Monográficos<br />

Nº 4.<br />

Tesis:<br />

Pesce H. La epidemiología de la lepra en el Perú. [Tesis<br />

Doctoral]. Lima: Facultad de Medicina, Universidad<br />

Nacional Mayor de San Marcos; 1961.<br />

Artículos ORIGINALES<br />

Deben estar redactadas según el siguiente esquema:<br />

• Resumen: En español e inglés. No debe contener más de<br />

250 palabras. Este resumen debe incluir de manera concisa:<br />

objetivos, materiales y métodos, resultados y conclusiones.<br />

Al final de cada resumen se consignarán las palabras clave<br />

respectivas de acuerdo con los descriptores en ciencias de<br />

la salud (Disponible en: http://decs.bvs.br/E/decswebe.<br />

htm).<br />

• Introducción: Exposición breve de la situación actual del<br />

problema y objetivo del trabajo o hipótesis.<br />

• Materiales y métodos: Describir las características y<br />

selección de la muestra y la metodología utilizada en el<br />

165


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 469-70.<br />

estudio. Evitar describir en detalle los procedimientos<br />

conocidos.<br />

• Resultados: Presentación de los hallazgos, en forma clara,<br />

sin opiniones ni interpretaciones, salvo, en las de alcance<br />

estadístico. Se pueden complementar con tablas o figuras<br />

(gráficos, fotografías, etc.).<br />

• Discusión: Interpretación de los resultados, comparándolos<br />

con los hallazgos de otros autores, exponiendo las sugerencias,<br />

postulados o conclusiones a las que llegue el autor.<br />

• Referencias bibliográficas: De acuerdo con las normas del<br />

Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical<br />

Journals del Comité Internacional de Editores de<br />

Revistas Médicas, en su versión actualizada de noviembre<br />

de 2003.<br />

La extensión total del manuscrito no debe ser mayor de 15<br />

páginas. Se aceptará como máximo seis tablas o figuras. Las<br />

tablas deben estar a doble espacio, con título claro, en lo posible<br />

sólo con tres líneas horizontales.<br />

REPORTE DE CASOS<br />

Deben ser redactadas de acuerdo con la siguiente estructura:<br />

• Resumen en español e inglés.<br />

• Introducción.<br />

• Reporte.<br />

• Discusión.<br />

• Referencias bibliográficas.<br />

La extensión del trabajo, incluyendo las referencias bibliográficas<br />

(máximo 15), no debe ser mayor de 6 páginas y no más de 2<br />

tablas o figuras. El resumen no debe exceder 100 palabras.<br />

COMUNICACIONES CORTAS<br />

Deben ser redactadas según el esquema siguiente:<br />

• Resumen en español e inglés.<br />

• Introducción.<br />

• El estudio (incluye metodología y resultados).<br />

• Conclusiones.<br />

• Referencias bibliográficas.<br />

Este tipo de artículo se redacta a manera de una carta sin<br />

subtítulos de un artículo original. La extensión total del trabajo,<br />

incluyendo las referencias (máximo 15), no debe ser mayor<br />

de 6 páginas A-4 escritas a doble espacio y por una cara. El<br />

resumen no tendrá más de 100 palabras. Se aceptará como<br />

máximo 2 tablas o figuras.<br />

TEMA DE REVISIÓN<br />

• Resumen en español e inglés.<br />

• Introducción.<br />

• Texto de la revisión.<br />

• Conclusiones.<br />

• Referencias bibliográficas.<br />

La extensión total del trabajo, incluyendo las referencias bibliográficas,<br />

no debe ser mayor de 25 páginas. Se aceptará como<br />

máximo 4 tablas o figuras.<br />

SECCIÓN ESPECIAL<br />

En esta sección se incluirán los homenajes a los profesionales<br />

que han contribuido a la salud pública del país; asimismo, se<br />

incluirán los artículos que no se ajusten a las secciones consideradas<br />

en la revista.<br />

GALERÍA FOTOGRÁFICA<br />

Se podrán enviar fotos de interés sobre un tema de salud en<br />

particular, acompañado de un breve resumen del tema y una<br />

explicación del origen de las ilustraciones presentadas. Además,<br />

las fotos deberán acompañarse de una leyenda explicativa. El<br />

Comité Editor de la revista se reserva el derecho de limitar el<br />

número de ilustraciones.<br />

CARTAS AL EDITOR<br />

Esta sección esta abierta para todos los lectores de la Revista,<br />

a la que pueden enviar sus preguntas, comentarios o críticas<br />

a los artículos que hayan sido publicados en los últimos números,<br />

teniendo en cuenta la posibilidad de que los autores<br />

aludidos puedan responder. Podrá aceptarse la comunicación<br />

de investigaciones preliminares, o de intervenciones en brotes<br />

que no hayan sido publicados ni sometidos a publicación en<br />

otra revista; así como, algunos comentarios sobre problemas de<br />

salud pública, ética y educación médica. La extensión máxima<br />

aceptable es de 1000 palabras, con un máximo de seis referencias<br />

bibliográficas (incluyendo la referencia del artículo que<br />

la motivó, cuando sea el caso) y una tabla o figura.<br />

ENVÍO DE ARTÍCULOS<br />

Los artículos de los miembros del Instituto Nacional de Salud<br />

se enviarán a través de los directores de los centros nacionales<br />

a la Oficina General de Información y Sistemas del INS, ésta a<br />

su vez lo derivará a la Oficina de Publicaciones. Los artículos<br />

elaborados por investigadores externos, sean éstos nacionales<br />

o internacionales se enviarán directamente a la Jefatura del<br />

Instituto Nacional de Salud. Jr. Cápac Yupanqui 1400. Lima 11.<br />

Lima, Perú. Se recomienda antes del envío impreso del artículo,<br />

remitirlo al correo electrónico: revmedex@ins.gob.pe<br />

166


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 471-72.<br />

DECLARACIÓN JURADA DE AUTORÍA Y AUTORIZACIÓN<br />

PARA LA PUBLICACIÓN DEL ARTÍCULO CIENTÍFICO<br />

Fecha: ...............................<br />

Titulo:<br />

DECLARACIÓN:<br />

• En caso que el artículo fuese aprobado para su publicación en la Revista Peruana de Medicina Experimental y<br />

Salud Pública, cedo mis derechos patrimoniales y autorizo al INSTITUTO NACIONAL DE SALUD la publicación y<br />

divulgación del documento en las condiciones, procedimientos y medios que disponga el INSTITUTO NACIONAL<br />

DE SALUD.<br />

• Certifico que he contribuido directamente al contenido intelectual de este manuscrito, a la génesis y análisis de sus<br />

datos, por lo cual estoy en condiciones de hacerme públicamente responsable de él y acepto que mi nombre figure<br />

en la lista de autores.<br />

• Garantizo que el artículo es un documento original y no ha sido publicado, total ni parcialmente, en otra revista<br />

científica, salvo en forma de resumen o tesis (en cuyo caso adjunto copia del resumen o carátula de la tesis).<br />

• En caso de que se haya sido publicado previamente, adjunto la autorización original de la Revista donde se realizó<br />

la publicación primaria, para su publicación duplicada en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud<br />

Pública.<br />

• No recibiré regalías ni ninguna otra compensación monetaria de parte del INSTITUTO NACIONAL DE SALUD por<br />

la publicación del artículo en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública.<br />

• No he incurrido en fraude científico, plagio o vicios de autoría; en caso contrario eximo de toda responsabilidad a la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública y al INSTITUTO NACIONAL DE SALUD; y me declaro<br />

como el único responsable.<br />

• Me comprometo a no presentar este artículo a otra revista para su publicación, hasta recibir la decisión editorial de<br />

la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública sobre su publicación.<br />

• Adjunta a mi firma, incluyo cuál fue mi participación en la elaboración del artículo que presento para publicar a la<br />

Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública (Según tabla de códigos de participación).<br />

(FIRMA)<br />

(FIRMA)<br />

Nombre : Nombre :<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

NO SE OLVIDE DE COLOCAR SUS CÓDIGOS DE PARTICIPACIÓN<br />

✂<br />

167


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 471-72.<br />

(FIRMA)<br />

(FIRMA)<br />

Nombre : Nombre :<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

(FIRMA)<br />

(FIRMA)<br />

Nombre : Nombre :<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

(FIRMA)<br />

(FIRMA)<br />

Nombre : Nombre :<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

Código participación:<br />

DNI:<br />

Fecha:<br />

Tabla: Códigos de Participación<br />

a Concepción y diseño del trabajo.<br />

g Aporte de pacientes o material de estudio.<br />

b Recolección / obtención de resultados. h Obtención de financiamiento.<br />

c Análisis e interpretación de datos. i Asesoría estadística.<br />

d Redacción del manuscrito. j Asesoría técnica o administrativa.<br />

e Revisión crítica del manuscrito. k Otras contribuciones (definir).<br />

f Aprobación de su versión final.<br />

168


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 473-74.<br />

LISTA DE VERIFICACIÓN PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS ORIGINALES<br />

Antes de presentar el manuscrito debe verificar el cumplimiento de cada uno de los requisitos señalados (coloque un «visto<br />

bueno» en cada uno de los recuadros):<br />

REQUISITOS GENERALES<br />

c El manuscrito se ajusta a las instrucciones para la publicación de artículos en la Revista Peruana de Medicina Experimental<br />

y Salud Pública (Rev Peru Med Exp Salud Publica).<br />

Se envían tres juegos completos en versión impresa del artículo propuesto y el archivo electrónico del texto en word y<br />

las figuras en Excel o imágenes en formato TIFF grabados en CD o diskette.<br />

c Se adjunta la solicitud de publicación firmada por todos los autores y la cesión de derechos de autoría.<br />

c Está redactado a doble espacio, con márgenes de 3 cm, escrito en arial 12 y las páginas están numeradas consecutivamente.<br />

En el caso de un artículo original consta de los siguientes componentes: título en español, título inglés, nombre de los<br />

autores (Primer nombre seguido del apellido paterno y la inicial del apellido materno). No se debe incluir grados académicos<br />

ni títulos. Resumen en español, palabras clave, abstract en inglés, key words, introducción, material y métodos,<br />

resultados, discusión, agradecimientos (opcional) y referencias bibliográficas.<br />

c Cada componente del artículo propuesto empieza en una página aparte.<br />

c La extensión del artículo original no debe ser mayor de 15 páginas incluyendo las tablas y figuras, en caso de la comunicación<br />

corta y el reporte de caso no mayor de 6 páginas, y la carta al editor dos páginas.<br />

PRIMERA PÁGINA<br />

c Título del trabajo, nombre(s) del (de los) autor(es).<br />

c Escribir el nombre completo científico del género y de la especie (cuando corresponda).<br />

RESUMEN<br />

c No debe exceder más de 250 palabras en el caso de un artículo original y revisión de tema, y no más de 100 palabras<br />

cuando es una comunicación corta y reporte de caso. Las cartas al editor y galería fotográfica sin resumen.<br />

c En español y en inglés. Es estructurado en un artículo original con los siguientes subtítulos escritos sin punto aparte en<br />

negrita y en cursiva: Objetivo, material y métodos, resultados y conclusiones.<br />

c Las palabras clave / key words de acuerdo con los descriptores en ciencias de la salud (Disponible en: http://decs.bvs.<br />

br/E/decswebe.htm)<br />

c La filiación institucional y la fuente de financiamiento del estudio debajo de una línea después del resumen y las palabras<br />

clave.<br />

TABLAS Y FIGURAS<br />

c No excede seis (6) tablas o figuras en el caso de un artículo original y revisión de tema, y no más de cuatro tablas o<br />

figuras en el caso de una comunicación corta o reporte de caso.<br />

c Las tablas presentan un título, no tienen líneas verticales y en lo posible sólo tres líneas horizontales. Están ordenadas<br />

con números arábigos de acuerdo al texto.<br />

c Los gráficos diseñados en una computadora, las fotos, dibujos y mapas son figuras; cuentan con su leyenda y están<br />

numeradas como en el caso anterior.<br />

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

c Se ordenan consecutivamente según su aparición en el texto y al final se redactan de acuerdo con los Requisitos uniformes<br />

para preparar los manuscritos enviados a revistas biomédicas elaborado por el Comité Internacional de Editores<br />

de Revistas Médicas actualizado en el mes de noviembre de 2003.<br />

c El artículo original no excede de 25 referencias bibliográficas, no más de 15 en una comunicación corta y reporte de<br />

caso y no excede seis referencias en una carta al editor.<br />

CORRESPONDENCIA<br />

c Con una línea debajo de las referencias bibliográficas. Los nombres y apellidos como se ha descrito anteriormente,<br />

además, dirección laboral o del domicilio a donde desea que reciba las correspondencias, apartado postal, teléfono, fax<br />

y correo electrónico del autor responsable de la correspondencia.<br />

✂<br />

169


Rev Peru Med Exp Salud Publica. 2008; 25(1): 473-74.<br />

REVISTA PERUANA DE MEDICINA EXPERIMENTAL Y SALUD PÚBLICA<br />

LISTAS DE VERIFICACIÓN<br />

PRESENTACIÓN DE COMUNICACIONES CORTAS<br />

1. REQUISITOS GENERALES<br />

c El manuscrito se ajusta a las instrucciones para la publicación<br />

de artículos en la Revista peruana de medicina<br />

experimental y salud pública.<br />

c Se envían tres juegos completos del manuscrito.<br />

c Se adjunta la “carta de cesión de derecho de autor”<br />

firmada por todos los autores.<br />

c Está redactado a doble espacio, con márgenes de 25<br />

mm, con letra Arial 12 y las páginas están numeradas<br />

consecutivamente.<br />

c Consta de los siguientes componentes: resumen /<br />

abstract, introducción, el estudio (incluye metodología<br />

y resultados), conclusiones, y referencias.<br />

c Cada componente del manuscrito empieza en una página<br />

aparte.<br />

c La extensión del manuscrito no es mayor de 6 páginas.<br />

2. PRIMERA PÁGINA<br />

c Se ha escrito el título (en español y en inglés), los<br />

nombre(s) del (de los) autor(es) (apellidos paterno y materno<br />

y primer nombre de cada uno), su(s) filiación(es),<br />

su(s) grado(s) académico(s) y la fuente de financiamiento<br />

del estudio.<br />

c Se indica el nombre completo, dirección, apartado postal,<br />

teléfono, fax y correo electrónico del autor responsable<br />

de la correspondencia.<br />

c Se ha incluido un título corto del manuscrito (no más de<br />

40 caracteres).<br />

3. RESUMEN<br />

c No excede las 100 palabras.<br />

c Es presentado en español y en inglés.<br />

c Se han escrito las palabras clave / keys word de acuerdo<br />

con el BIREME (disponible en: http://www.bireme.br/).<br />

4. TABLAS Y FIGURAS<br />

c No excede las 4 tablas o figuras.<br />

c Las Tablas presentan un título, no tienen rayas verticales<br />

y en lo posible sólo 3 rayas horizontales.<br />

c Las figuras cuentan con su respectiva leyenda.<br />

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

c Se ordenan correlativamente según su aparición y se<br />

redactan de acuerdo con el Index Medicus Internacional<br />

(disponible en: http://www.fisterra.com/recursos_web/<br />

mbe/vancouver.htm/).<br />

c No excede las 15 referencias.<br />

PRESENTACIÓN DE REPORTES DE CASOS<br />

1. REQUISITOS GENERALES<br />

c El manuscrito se ajusta a las instrucciones para la publicación<br />

de artículos de la Revista Peruana de Medicina<br />

Experimental y Salud Pública.<br />

c Se envían tres juegos completos del manuscrito.<br />

c Se adjunta la “carta de cesión de derecho de autor”<br />

firmada por todos los autores.<br />

c Está redactado a doble espacio, con márgenes de 25<br />

mm, con letra Arial 12 y las páginas están numeradas<br />

consecutivamente.<br />

c Consta de los siguientes componentes: resumen / abstract,<br />

introducción, presentación del caso, discusión,<br />

agradecimientos (opcional) y referencias.<br />

c Cada componente del manuscrito empieza en una página<br />

aparte.<br />

c La extensión del manuscrito no es mayor de 6 páginas.<br />

2. PRIMERA PÁGINA<br />

c Se ha escrito el título (en español y en inglés), los<br />

nombre(s) del (de los) autor(es)(Apellidos paterno y materno<br />

y primer nombre de cada uno), su(s) filiación(es),<br />

su(s) grado(s) académico(s) y la fuente de financiamiento<br />

del estudio.<br />

c Se indica el nombre completo, dirección, apartado postal,<br />

teléfono, fax y correo electrónico del autor responsable<br />

de la correspondencia.<br />

c Se ha incluido un título corto del manuscrito (no más de<br />

40 caracteres).<br />

3. RESUMEN<br />

c No excede las 100 palabras.<br />

c Es presentado en español y en inglés.<br />

c Se han escrito las palabras clave / keys word de acuerdo<br />

con el BIREME (disponible en: http://www.bireme.br/).<br />

4. TABLAS Y FIGURAS<br />

c No excede las 4 tablas o figuras.<br />

c Las tablas presentan un título, no tienen rayas verticales<br />

y en lo posible sólo 3 rayas horizontales.<br />

c Las figuras cuentan con su respectiva leyenda.<br />

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />

c Se ordenan correlativamente según su aparición y se<br />

redactan de acuerdo con el Index Medicus Internacional<br />

(disponible en: http://www.fisterra.com/recursos_web/<br />

mbe/vancouver.htm/).<br />

c No excede las 15 referencias.<br />

170


MINISTERIO DE SALUD<br />

INSTITUTO NACIONAL DE SALUD<br />

72 AÑOS AL SERVICIO DEL PAÍS<br />

SEDE CENTRAL<br />

Cápac Yupanqui 1400, Jesús María<br />

Lima, Perú<br />

Central Telefónica: (511) 471-9920<br />

Fax: (511) 4717443<br />

Defensores del Morro 2268 (ex Av. Huaylas), Chorrillos<br />

Central Telefónica: (511) 251-6151<br />

Fax: (511) 251-6151 Anexo 464<br />

Correo electrónico: postmaster@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE PRODUCTOS BIOLÓGICOS<br />

I. BIOLÓGICOS DE USO HUMANO<br />

• Vacunas •Antígenos<br />

• Sueros hiperinmunes antiponzoñosos<br />

• Reactivos de diagnóstico y venta de animales<br />

de experimentación<br />

II. BIOLÓGICOS DE USO VETERINARIO<br />

• Vacunas •Antígenos<br />

• Bacterinas<br />

• Animales de laboratorio<br />

III. ASESORÍA EN PRODUCCIÓN DE BIOLÓGICOS<br />

Defensores del Morro 2268 (ex Av. Huaylas), Chorrillos<br />

Central telefónica: (511) 467-4499<br />

Directo: (511) 467-0552<br />

Fax: (511) 467-0878<br />

Correo electrónico: cnpb@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE CONTROL DE CALIDAD<br />

Análisis físico-químico, microbiológico y toxicológico<br />

para control de calidad de:<br />

• Medicamentos • Cosméticos<br />

• Artículos médicos • Productos biológicos •Insumos<br />

para la industria farmacéutica<br />

• Material médico químico<br />

Defensores del Morro 2268 (ex Av. Huaylas), Chorrillos<br />

Central telefónica: (511) 467-6696<br />

Fax: 467-1216<br />

Correo electrónico: cncc@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE SALUD PÚBLICA<br />

• Diagnóstico referencial e investigación en<br />

bacteriología, biología molecular, entomología, micología,<br />

parasitología, patología y virología.<br />

• Centro de Vacunación Internacional<br />

y servicios especiales<br />

Cápac Yupanqui 1400, Jesús María<br />

Central telefónica: (511) 471-9920<br />

Fax: (511) 471-2529<br />

Correo electrónico: cnsp@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE SALUD OCUPACIONAL Y PROTECCIÓN DEL<br />

AMBIENTE PARA LA SALUD<br />

• Examen ocupacional y preocupacional •Diagnóstico de<br />

enfermedades ocupacionales<br />

• Análisis clínicos en general<br />

• Evaluación de agentes químicos y biológicos<br />

en ambientes de trabajo<br />

• Identificación, evaluación, prevención y control de<br />

riesgos químicos, físicos, ergonómicos y biológicos<br />

en ambientes de trabajo.<br />

Las Amapolas 350, Lince<br />

Central telefónica: (511) 421-0146<br />

Fax: (511) 421-0146<br />

Correo electrónico: censopas@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN<br />

• Informes de ensayo y certificados físico-químicos,<br />

microbiológicos de alimentos y muestras biológicas<br />

• Informes de inspección de plantas<br />

• Muestreo<br />

• Evaluaciones biológicas de alimentación en modelo animal<br />

• Certificado de inocuidad de envases<br />

• Certificado de evaluación sensorial / panel adultos<br />

• Evaluación nutricional de canastas y menúes<br />

Tizón y Bueno 276, Jesús María<br />

Central telefónica: (511) 463-9588<br />

Directo: (511) 261-1131<br />

Fax: (511) 463-9617<br />

Correo electrónico: cenan@ins.gob.pe<br />

CENTRO NACIONAL<br />

DE SALUD INTERCULTURAL<br />

• Medicina tradicional alternativa y complementaria<br />

• Promoción y desarrollo de programas de salud<br />

• Elaboración del herbario nacional y la farmacopea de plantas<br />

medicinales y afines<br />

• Promoción de los complementos nutricionales para el<br />

desarrollo alternativo<br />

Defensores del Morro 2268 (ex Av. Huaylas), Chorrillos<br />

Central telefónica: (511) 467-6696<br />

Fax: 467-1216<br />

Correo electrónico: censi@ins.gob.pe<br />

«INVESTIGAR PARA PROTEGER LA SALUD»


• Emergencias y desastres 7, 101, 125<br />

• Triatominos 9, 17<br />

• Insecticidas 26, 74<br />

• Influenza 35<br />

• Papanicolao 44<br />

Contenido<br />

• Genotoxicidad 51<br />

• Chacho 59<br />

• Salud mental y desastres 66, 109<br />

• Incendios urbanos 118<br />

• Accidentes de tránsito 133, 138<br />

• Enteroparasitosis 144<br />

• Hidatidosis 149<br />

• Aspergiloma 153<br />

• Violencia 160<br />

• Higiene alimentaria 163<br />

revista peruana de medicina experimental<br />

y salud pÚblica<br />

volumen 25 nÚmero 1 enero - marzo 2008<br />

Editoriales<br />

• Simposios y números temáticos en la revista. ..................................................................................................................<br />

• Simposio: emergencia y desastres. ...................................................................................................................................<br />

Artículos Originales<br />

• Eficacia y residualidad de dos insecticidas piretroides contra Triatoma infestans en tres tipos de vivienda. Evaluación de<br />

campo en Arequipa, Perú. ................................................................................................................................................<br />

• Características morfométricas, genéticas, alimenticias y vectoriales de Pastrongylus herrri procedentes de Jaén<br />

(Cajamarca) y Cajaruro (Amazonas), Perú. ......................................................................................................................<br />

• Respuesta conductual de Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) frente a adulticidas piretroides de uso frecuente en salud<br />

pública. ..............................................................................................................................................................................<br />

• Características clínicas y moleculares de un brote de Influenza en dos bases militares, Tumbes Perú 2007. ................<br />

• Conocimientos y actitudes sobre la toma de Papanicolau en mujeres de Lima, Perú 2007. ............................................<br />

• Efecto genotóxico del dicromato de potasio en eritrocitos de sangre periférica de Oreochromis niloticus (tilapia). .........<br />

• El Chacho (Alcanzo, Hapiruzqa), síndrome cultural andino: frecuencia, características y tratamientos tradicionales en<br />

Ayacucho, Perú. ................................................................................................................................................................<br />

• Trastorno de estrés agudo y episodio depresivo mayor en víctimas de una inundación en Tingo María: prevalencia y<br />

efectos de su desplazamiento a un albergue. ...................................................................................................................<br />

Artículo de Revisión<br />

• Uso de insecticidas: contexto y consecuencias ecológicas. ..............................................................................................<br />

Simposio: Emergencias y Desastres (Parte 1)<br />

• Génesis de las contingencias catastróficas: etiopatogenia del desastre. ..........................................................................<br />

• Lecciones aprendidas durante desastres naturales: 1970-2007. ......................................................................................<br />

• Grandes incendios urbanos: Mesa redonda, Lima 2001. ..................................................................................................<br />

• Grandes desastres … grandes respuestas. ......................................................................................................................<br />

• Problemática sanitaria y social de la accidentalidad del transporte terrestre. ...................................................................<br />

• Ensayo clínico pragmático en trauma: el estudio CRASH-2 en el Perú. ...........................................................................<br />

Comunicaciones Cortas<br />

• Detección de parásitos intestinales en agua y alimentos de la provincia de Trujillo, Perú. ...............................................<br />

• Seroprevalencia de hidatidosis humana por la prueba de doble difusión arco 5 (DD5) en Chupaca, Junín. ....................<br />

Reporte de Caso<br />

• Fiebre prolongada como manifestación de aspergiloma pulmonar en paciente con antecedente de tuberculosis. .........<br />

Sección Especial<br />

Destacadas Personalidades de la Salud Pública en el Perú<br />

• Carlos Carrillo Parodi (1932-2008). ...................................................................................................................................<br />

Galería Fotográfica<br />

• Lesiones oculares como consecuencia de la violencia en el Perú. ...................................................................................<br />

Cartas al Editor<br />

• Efecto de una intervención educativa sobre higiene alimentaria en escolares de Cajarmarca. .......................................<br />

5<br />

7<br />

9<br />

17<br />

26<br />

35<br />

44<br />

51<br />

59<br />

66<br />

74<br />

101<br />

109<br />

118<br />

125<br />

133<br />

138<br />

144<br />

149<br />

153<br />

157<br />

160<br />

163<br />

Revista indizada en:<br />

Instituto Nacional de Salud<br />

Calle Cápac Yupanqui 1400, Lima 11, Perú<br />

Apartado Postal 471 Telf.: (0511) 471 9920 - Fax: (0511) 471-0179<br />

Correo electrónico: revmedex@ins.gob.pe<br />

Página web: www.ins.gob.pe

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