04.05.2015 Views

BOLETÍN-EMBAJADA-del-27-Abril-al-3-de-Mayo-2015

BOLETÍN-EMBAJADA-del-27-Abril-al-3-de-Mayo-2015

BOLETÍN-EMBAJADA-del-27-Abril-al-3-de-Mayo-2015

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

…Nuestras re<strong>de</strong>s internacion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos respondían <strong>de</strong> inmediato a nuestros comunicados y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

exterior ofrecían acciones internacion<strong>al</strong>es. Des<strong>de</strong> Chile en particular repudiaban la muerte <strong>de</strong> Julio García, quien<br />

había escapado <strong>de</strong> la dictadura militar chilena para refugiarse en Ecuador, su patria adoptiva a la que le ofrendó<br />

la vida. ¡Qué ironía: s<strong>al</strong>varse <strong>de</strong> Pinochet, pero no <strong>de</strong> Gutiérrez! Ya en la c<strong>al</strong>le, acudí primeramente a reportar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la avenida <strong>de</strong> Los Shyris don<strong>de</strong> se preveía el <strong>de</strong>sembarco <strong>de</strong> autobuses agresores. En su lugar encontré<br />

una concentración <strong>de</strong> estudiantes, adolescentes <strong>de</strong> colegios privados <strong>al</strong>edaños, mujeres en su gran mayoría,<br />

que habían respondido a la convocatoria <strong>de</strong> “La Luna” <strong>al</strong> <strong>de</strong>nominado “mochilazo”, es <strong>de</strong>cir, la participación <strong>de</strong><br />

las y los jóvenes estudiantes <strong>de</strong> secundaria en la revuelta. En inusu<strong>al</strong> y emotiva forma <strong>de</strong> protesta, mochila en la<br />

esp<strong>al</strong>da, los casi niños se sentaban en la mitad <strong>de</strong> la vía para bloquear el tráfico. En ese momento me dije a mí<br />

mismo que las horas <strong>de</strong> Gutiérrez estaban contadas, más aún cuando luego, cogidos <strong>de</strong> las manos a manera <strong>de</strong><br />

ronda infantil, cantaban eufóricos: “¡Vamos a ver…, vamos a ver… quién lleva la batuta, si el pueblo organizado,<br />

o el Lucio hijo <strong>de</strong> puta!”<br />

Sintonía “lunática”<br />

Los observadores <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong>bíamos extremarnos para medianamente cumplir nuestro cometido;<br />

las coberturas para la radio tendríamos que hacerlas en solitario, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diversos y dispersos focos <strong>de</strong><br />

enfrentamientos a lo largo <strong>de</strong> la ciudad. El escenario <strong><strong>de</strong>l</strong> día 20 <strong>de</strong> abril se planteaba diferente <strong>al</strong> día anterior: <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

ataque, habíamos pasado <strong>de</strong> pronto a la <strong>de</strong>fensa.<br />

El tráfico estaba caótico por los múltiples piquetes “forajidos” en esquinas estratégicas. La sintonía con “La<br />

Luna” era tot<strong>al</strong>: la escuchaban en los autobuses, en los taxis, en las tiendas; en muchos loc<strong>al</strong>es comerci<strong>al</strong>es<br />

tenían <strong>al</strong>toparlantes expuestos a la c<strong>al</strong>le, con “La Luna” arengando a todo volumen. Un taxista se negó a<br />

cobrarme la carrera cuando, <strong>al</strong> escucharme reportar por el handy, se dio cuenta que “La Luna” se le había<br />

metido a bordo. Acudí a cubrir lo que acontecía en la Politécnica Nacion<strong>al</strong>, frente <strong>al</strong> coliseo <strong>de</strong>portivo que lleva<br />

el nombre <strong>de</strong> Rumiñahui, el li<strong>de</strong>r indígena <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> Quito ante los españoles. Los estudiantes politécnicos le<br />

habían hecho honor <strong>al</strong> guerrero inca; en una escena que parecía haber sido trasladada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los territorios<br />

ocupados en P<strong>al</strong>estina, un autobús <strong>de</strong> los “invasores”, atravesado en media vía, tot<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>strozado, había<br />

sido incendiado con su propio combustible, por la infranqueable barricada <strong>de</strong> jóvenes que ahora s<strong>al</strong>taban<br />

victoriosos en el techo <strong>de</strong> un esqueleto metálico, <strong>al</strong> tiempo que on<strong>de</strong>aban ban<strong>de</strong>ras patrias y coreaban<br />

consignas contra Gutiérrez. Pu<strong>de</strong> recabar varios testimonios <strong>de</strong> lo que había sido el enfrentamiento y constatar<br />

las heridas <strong>de</strong> arma corto punzante que mostraba en su brazo uno <strong>de</strong> los v<strong>al</strong>ientes. Todos los tripulantes <strong><strong>de</strong>l</strong> bus<br />

ya habían puesto pies en polvorosa, s<strong>al</strong>vo el pobre y asustado chofer que impotente contemplaba el flagelo <strong>de</strong><br />

lo que, minutos antes, fuera la fuente <strong>de</strong> su sustento. Con rabia y arrepentimiento me contó que había sido<br />

contratado por un político gobiernista para transportar gente a lo que, supuestamente, sería una pacífica y<br />

<strong>al</strong>egórica marcha <strong>de</strong> apoyo <strong>al</strong> Gobierno:<br />

- “Si hubiera sabido a lo que me traían, nunca lo hubiese aceptado”- lamentaba.<br />

Si los ecuatorianos hubiéramos sabido quién era en re<strong>al</strong>idad Gutiérrez, nunca hubiera sido Presi<strong>de</strong>nte.<br />

Julio García no fue la única víctima mort<strong>al</strong> <strong>de</strong> la rebelión. Una incauta señora, cuya única culpa <strong>de</strong>bió haber sido<br />

ser tan pobre, y tan ingenua, como para aceptar la oferta <strong>de</strong> por una mísera recompensa sumarse a las huestes<br />

<strong>de</strong> apoyo <strong>al</strong> Gobierno, cayó acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y fat<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un camión militar. Con vergüenza constato ahora que<br />

ni mi memoria, ni mis archivos, logran recuperar el nombre <strong>de</strong> aquella inocente víctima, como triste prueba <strong>de</strong><br />

que la historia está escrita por los vencedores.<br />

Recuerdo, en todo caso, que en los infructuosos intentos que posteriormente hiciéramos por establecer las<br />

responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la represión, se incluía entre las víctimas a la ahora anónima mujer, y a una pequeña niña<br />

que perdió su ojo por causa <strong><strong>de</strong>l</strong> impacto <strong>de</strong> una bomba lacrimógena. Avancé hasta el tradicion<strong>al</strong> parque El<br />

Arbolito, don<strong>de</strong> se encontraban cientos <strong>de</strong> indígenas que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día anterior habían sido traídos a la ciudad<br />

para apoyar, paradójicamente, <strong>al</strong> mismo régimen cuyo peor legado quizás fue la fractura <strong><strong>de</strong>l</strong> otrora po<strong>de</strong>roso<br />

movimiento indígena, sobre el cu<strong>al</strong> bien podría <strong>de</strong>cirse que una vez fuera el sujeto soci<strong>al</strong> mejor organizado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

continente. Gutiérrez los había usado como plataforma para ganar las elecciones y en <strong><strong>de</strong>l</strong>iberada estrategia los<br />

dividió con clientelismo y cuotas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Ahora, en <strong>de</strong>primente espectáculo, una parte ellos servían <strong>de</strong> peones<br />

prescindibles para fines nada emancipadores. Pronto <strong>de</strong>tecté que, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la hoy Corte Constitucion<strong>al</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

vehículos ofici<strong>al</strong>es <strong><strong>de</strong>l</strong> Gobierno se repartían refrigerios a cientos <strong>de</strong> hambrientos y sedientos “incondicion<strong>al</strong>es”.<br />

Si el símil anterior fue con P<strong>al</strong>estina, el <strong>de</strong> aquí bien podía ser el <strong>de</strong> un campo <strong>de</strong> refugiados en el África,<br />

pujando por asegurarse una humanitaria ración <strong>de</strong> humillación, antes <strong>de</strong> que esta se agotara. No f<strong>al</strong>tó el más<br />

avezado que, cu<strong>al</strong> intrépida hiena, se sustrajo una caja <strong>de</strong> gaseosas para huir en el acto y po<strong>de</strong>r repartirlas a su<br />

grupo en el otro costado <strong><strong>de</strong>l</strong> parque. La ley <strong><strong>de</strong>l</strong> más vivo, es <strong>de</strong>cir: “sin novedad” en el frente gutiérrista.<br />

En medio <strong>de</strong> mis correrías se me había extraviado un pequeño radio portátil que me permitía escuchar la<br />

transmisión <strong>de</strong> “La Luna”, sin el cu<strong>al</strong> me sería muy difícil coordinar mis s<strong>al</strong>idas <strong>al</strong> aire con el handy. Ingresé a un<br />

<strong>al</strong>macén para buscar un reemplazo, pero lo que yo requería escapaba <strong>al</strong> <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> mi bolsillo. Justo en el<br />

momento en que regateaba el precio y me aprestaba a ofrecer mi reloj como parte <strong>de</strong> pago, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “La Luna” se<br />

me requirió s<strong>al</strong>ir con un reporte <strong>al</strong> aire. En el <strong>al</strong>macén también escuchaban la emisora y los <strong>de</strong>pendientes se…<br />

45

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!