AUSENCIA - Departamento Académico de Contabilidad

enmascarar el endeudamiento real de
Grecia, que ascendió a honorarios de
300 millones de dólares. Sin duda esto
resultó en bonificaciones importantes
para los banqueros involucrados.
Una noticia del New York Times, que
apareció el 25 de febrero de 2010 con el
titular “Los bancos apuestan al incumplimiento
de Grecia sobre la deuda que
ayudaron a ocultar”, describe la forma
en que los mismos bancos que crearon
los instrumentos de deuda artificial
que Grecia utilizó para enmascarar su
verdadera liquidez, también apostaron
al incumplimiento de esos mismos
instrumentos a través de los CDS. Estos
bancos de inversión se beneficiaron
por ambos lados de la mesa del casino
–apostando al jugador y a la casa–, y se
beneficiaron sin importar el resultado.
Los líderes europeos están presionando
por una iniciativa para reprimir el
mercado de CDS. José Manuel Barroso,
presidente de la Comisión Europea, indicó
que “es difícil justificar por qué los
jugadores del mercado deberían comprar
seguros contra riesgos a los que
ellos mismos no estén expuestos”.
PARA AMPLIAR EL ABANICO
Otro producto de Wall Street que representa
un juego de apuestas es la Obligación
de Deuda Colateralizada (CDO,
por sus siglas en inglés). Cada CDO
es un producto único estructurado o
creado por el vendedor, o un agrupamiento
de valores con respaldo de activos
(ABS, por sus siglas en inglés). El
valor y el flujo de efectivo de una CDO
se basan en una recolección de un fondo
común subyacente de activos de ingreso
fijo. Comúnmente, el soporte de
activos consiste en hipotecas, pero los
activos subyacentes pueden ser cuentas
por cobrar de tarjetas de crédito u
otra deuda. El fondo común de activos
en una CDO se divide en varias categorías
de riesgo calificadas independientemente,
llamadas rebanadas.
No es ético
ni justo para
el público en
general que los
bancos tomen
riesgos en juegos
de apuestas.
La más antigua o sólida de las rebanadas
tiene las calificaciones de más
alto riesgo y recibe la primera opción
de compra sobre el interés y pagos
del principal. Las rebanadas de menor
calificación reciben flujo de efectivo
únicamente después de que se logra
satisfacer la demanda de rebanadas de
riesgo de mayor antigüedad y las intermedias
o mezzanine. Como es de esperar,
una rebanada calificada con el
crédito más alto recibe una tasa de interés
más baja, pero es la última en la
línea para absorber los incumplimientos
o los pagos no utilizados.
La justificación que se utiliza para
crear las CDO, en primer término, es
que se supone que éstos hacen más
barato el proceso de préstamo agregado.
Esta situación se debe a que los
grandes inversionistas institucionales
pueden estar dispuestos a aceptar niveles
más altos de riesgo al perseguir
también los más altos rendimientos.
Al cortar en piezas las hipotecas con
riesgos variables y madurez por rebanada,
los prestamistas consideran que
llegarán grandes inversionistas adicionalmente
y absorberán más de lo
que son los costos y las ganancias de
los creadores de las CDO. Pero hay poca
evidencia empírica que respalde esta
contención. Un hecho ineludible es
que los bancos inversionistas obtienen
grandes comisiones por crear y vender
estos productos.
Existe una variable de CDO que consiste
en un dispositivo para juego de
apuestas conocido como CDO sintético.
En este caso, la CDO está respaldada
solamente por derivados de crédito
y por las CDS que están disponibles
en el mercado, no por alguna hipoteca
real u otros activos. En realidad
es un activo artificial. Dado que esos
productos pueden también involucrar
un apalancamiento para aumentar los
rendimientos, las caídas pueden acentuar
las pérdidas inherentes en pagos
no utilizados e incumplimientos.
La mentalidad de los banqueros inversionistas
de Wall Street, que señala que
“cualquier cosa se convierte en una utilidad”,
junto con la proporcionalmente
alta compensación que obtienen aquellos
que tienen éxito, puede resultar
aceptable para los accionistas que eligen
convertirse en propietarios de dichas
empresas. Pero no es ético ni justo
para el público en general que los bancos
tomen riesgos en juegos de apuestas
que tengan poca o ninguna sustancia
económica, al tiempo que reciben fondos
de rescate de los contribuyentes y
otros subsidios del gobierno con base en
la doctrina de que son “demasiado grandes
para quebrar”. Los bancos inversionistas
tienen la obligación de actuar de
manera responsable como forma de corresponder
al apoyo social que reciben y
que les permite existir.
Texto original: “Should Wall Street Gambling Be
Forbidden?” (Strategic Finance, abril 2010). Traducido
para el Colegio de Contadores Públicos de México por
Pilar Vidal.
* Curtis C. Verschoor es profesor emérito
de investigación de Ledger & Quill en la
Escuela de Contabilidad y Sistemas de Manejo
de Información (MIS, por sus siglas en
inglés) y es Investigador Honorario Senior
Wicklander en el Instituto de Negocios y
Ética Profesional, ambos en la Universidad
DePaul de Chicago. También es investigador
en el Centro de Ética Empresarial en
la Universidad Bentley, Waltham, MA, y
es miembro del Instituto de Contadores
Administrativos (ICA). John Wiley & Sons
publicó su último libro Audit Committee
Essentials [Aspectos principales del Comité
de Auditoría]. Su dirección electrónica es
curtisverschoor@sbcglobal.net.
DICIEMBRE 2010 • VERITAS 17