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Comentarios teóricos sobre la reestructuración ... - Publicaciones

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trabajo, el capitalismo y el neoestructuralismo. A pesarde <strong>la</strong> riqueza del debate teórico y discusión conceptualen <strong>la</strong>s anteriores corrientes, podemos afirmar que esen estos años recientes, específicamente a partir de <strong>la</strong>década de 1980 que se e<strong>la</strong>boraban trabajos queexplican los efectos de estos cambios en el capitalismodesde <strong>la</strong> perspectiva de <strong>la</strong> subjetividad, accionescolectivas o directamente desde <strong>la</strong> cultura que segenera en <strong>la</strong>s empresas, en los mercados de trabajo,<strong>la</strong> organización o <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>la</strong>borales.Las explicaciones <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> reestructuración hanenfocado su interés en <strong>la</strong> cuestión de los cambiostecnológicos y sus efectos en <strong>la</strong> productividad y <strong>la</strong>calidad de <strong>la</strong> producción de <strong>la</strong>s empresas. Una de <strong>la</strong>sformas que más utiliza el discurso empresarial en loreferente a que se entiende por productividad en Méxicoes el empleo eficaz y eficiente de todos los recursos yno considerar<strong>la</strong> como el uso intensivo de éstos, ya queproductividad no significa incremento o intensidad detrabajo. En nuestro caso podemos a firmar que esto semanifiesta en varios de los espacios fabriles yempresariales de nuestro país.Por otro <strong>la</strong>do y en lo que se refiere el aspectotecnológico, vemos que: “El desarrollo de nuevastecnologías en <strong>la</strong> reestructuración del proceso de trabajotiene cuatro grandes implicaciones:a) La eliminación virtual del trabajo directo,b) La expansión de <strong>la</strong> subcontratación (trabajotemporal),c) La disolución de los trabajos tradicionales y <strong>la</strong>demarcación de habilidades,d) La degradación del trabajo a través de <strong>la</strong>descalificación”. (Montaño, Hirose. s/f.).Estas cuatro implicaciones, tienen efectos directos<strong>sobre</strong> los trabajadores, tanto en su comportamiento comoen <strong>la</strong> organización de su lugar de trabajo. Bajo estoselementos, es valido volverse a preguntar ¿Qué tan reales el determinismo tecnológico en <strong>la</strong> organización deltrabajo?. Ciertamente el contestar esta interrogante nosdistraería en este momento, pero consideramosnecesario hacer<strong>la</strong>, pues sin duda nos amplía <strong>la</strong>problemática que estamos comentando. Junto a <strong>la</strong>pregunta anterior hay otra polémica implícita. Es el casode <strong>la</strong> calificación: “El debate actual <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> calificacióntoma como eje de discusión <strong>la</strong> amplitud y los efectos delos actuales cambios tecnológicos <strong>sobre</strong> <strong>la</strong>s formasorganizativas del trabajo. Bajo esta perspectiva, <strong>la</strong>spreocupaciones fundamentales de los análisis hacenreferencia a <strong>la</strong> nueva dimensión que adquiere el contenidodel trabajo y <strong>la</strong>s tareas, a <strong>la</strong> desaparición y <strong>la</strong>recomposición de los saberes de los trabajadores, y <strong>la</strong>necesidad de adecuar el sistema de formaciónprofesional vinculándolo con el aparato productivo»(Vil<strong>la</strong>cencio, Daniel. 1993. pp. 83).GUZMÁN-RÍOS JC.La aplicación de <strong>la</strong>s tecnologías también ha traídoconsigo saberes informales que en el proceso deautomatización ha conducido a los trabajadores a unaprendizaje, los ergonomistas han brindado diversoselementos con estudios muy detal<strong>la</strong>dos <strong>sobre</strong> lostrabajadores en sus procesos de trabajo, en donde handistinguido el proceso real y el proceso racional dictadopor <strong>la</strong> empresa. Además, estas políticas demodernización productivas, no eran exclusivos enMéxico, sino que abarcaban a América Latina en suconjunto y según especialistas atribuyen los cambios atres procesos: La apertura externa , <strong>la</strong> desregu<strong>la</strong>ción delos mercados y <strong>la</strong> privatización de <strong>la</strong>s empresaspúblicas, no sin dejar de anotar que «América Latinaconoció los grandes costos sociales resultantes delproceso de ajuste y reestructuración productiva,<strong>sobre</strong>llevado principalmente por los trabajadores»(Wugaft, José. 1992, pp. 291). Los cuales han tenidodistintas respuestas como es el caso de algunasempresas en Brasil: «El profundo impacto del actualproceso de modernización tecnológica en el trabajo haido acompañado por reg<strong>la</strong> general de reacciones bastanteambiguas por parte de los trabajadores. Desde atracciónpor los nuevos equipamientos hasta rechazo a co<strong>la</strong>borarmuchas veces con <strong>la</strong>s nuevas formas de organizacióndel trabajo, los obreros han demostrado a través de suconducta que los nuevos conceptos de producción tieneefectos no menos profundos en su subjetividad,llevándolo a reaccionar de manera no siemprecomprensible para <strong>la</strong> patronal» (De Pau<strong>la</strong> Leite, Marcía.1993, pp. 3-4).Las anteriores transformaciones tendrán profundasimplicaciones en esta década de los noventa. En el casode México «Las reformas neoliberales y los procesosde apertura avanzaron significativamente entre 1983-1993(...) el proceso de privatización (... ) duró ocho años, fuegradual y su mayor repercusión <strong>la</strong> dio al final: cuandoya se hab<strong>la</strong> realizado el ajuste fiscal, alcanzado ciertaestabilidad en los precios e iniciado una ciertarecuperación. Las etapas fueron tres:I. En 1983-1985 se liquidaron empresas públicas noviables.II. En 1986-1988 se privatizaron empresas medianas ypequeñas.III. En 1989-1992 se privatizaron <strong>la</strong>s grandes empresasmineras y siderúrgicas, <strong>la</strong> empresa telefónica y losbancos que se habían estatizado en 1982. (Diaz,Alvaro. 1994, pp. g).Lo anterior se logró ante un sindicalismo corporativo yun sindicalismo débil, además del papel protagónico delempresariado, el cual ante esta situación, adquirió mayorprestigio social, no sólo como símbolo de poder, sinoMAYO-AGOSTO 2003. Año 9, Número 24. 85


COMENTARIOS TEÓRICOS SOBRE LA REESTRUCTURACIÓN PRODUCTIVA Y CULTURA LABORALcomo el prototipo de <strong>la</strong> modernidad, teniendo susprincipios fundamentados en «<strong>la</strong> ganancia como calculoeconómico, el mercado, <strong>la</strong> competencia 4 y elindividualismo posesivo, fueron relegitimizados ante toda<strong>la</strong> sociedad» (op. cit. 1994 pp. 22). Junto a esto sepresentó el aumento de <strong>la</strong> pobreza en amplios sectoresde <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción en México, siendo sumamente evidente<strong>la</strong>s desigualdades sociales.El fenómeno de <strong>la</strong> reestructuración productiva significócambios en el trabajo y p<strong>la</strong>nteó distintas interrogantesa <strong>la</strong> sociología del trabajo. Estas políticasmodernizadoras se desarrol<strong>la</strong>ban de diferentes formasen donde se aplicaba; es decir, son muchos los factoresque influyen <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> manera de elegir <strong>la</strong> estrategia dereestructuración en una empresa, en muchos casosdependía del tipo de re<strong>la</strong>ciones de trabajo existentes,principalmente entre empresa y sindicato, pudiéndosemanifestar de diferente forma, por ejemplo: como unanegociación de concesiones, decisión uni<strong>la</strong>teral porparte de <strong>la</strong> empresa, cooperación entre empresarios ysindicatos o gestión de recursos humanos sinparticipación sindical, así estas transformacionesindicaban que «<strong>la</strong>s teorías disponibles para explicar eltrabajo se muestran cada vez más incapaces de darcuenta de los problemas surgidos por <strong>la</strong>stransformaciones acaecidas en <strong>la</strong>s últimas décadassurgiendo <strong>la</strong> necesidad de re<strong>la</strong>cionar <strong>la</strong>s actualesdificultades de <strong>la</strong> Sociología del Trabajo a una crisismás general de los modelos teóricos en los que estánfundamentados <strong>la</strong> teoría sociológica y <strong>la</strong> ciencia engeneral» (De Pau<strong>la</strong> Leite, Marcia. 1995, pp. 4).Los procesos de reestructuración productiva que sedesarrol<strong>la</strong>ron no fueron so<strong>la</strong>mente en México y América<strong>la</strong>tina, sino a nivel mundial, fueron bajo <strong>la</strong> óptica de losproyectos neoliberales, en donde el mercado es eldeterminante en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones económicas, basadasen <strong>la</strong> utilidad y <strong>la</strong> competitividad, no obstante el éxitode estos proyectos, se lograr<strong>la</strong> por medio de <strong>la</strong>cooperación entre patrón y trabajador, generandotransformaciones en los procesos productivos y <strong>la</strong>sre<strong>la</strong>ciones <strong>la</strong>borales existentes, en que para muchosse construía un nuevo sistema industrial posfordista,como seña<strong>la</strong> Marcia de Pau<strong>la</strong> Leite, <strong>la</strong> especializaciónflexible según Piore y Sabel en (1984) producción ligerapara Womack y otros en (1992) y el sistema red paraHoffman y Kaplinsky (1988) significaba sustituir elfordismo, por una organización del proceso de trabajoque comprometía a los trabajadores con los programas4.Este ambiente de competencia encontró en <strong>la</strong>s empresas ysectores distintas respuestas, para enfrentarse a este procesode modernización productiva, como son «La reducción de costos,especialmente de los costos <strong>la</strong>borales y el refuerzo de <strong>la</strong> capacidadde innovación (...) Reestructuración productiva con o sinparticipación sindical» (Sengenberger, Werner. 1992. pp. 280empresariales. No faltó quien comentara <strong>la</strong>s limitacionesde estas concepciones:«En primer lugar, todos ellos parten del análisis dealgunos sectores estratégicos de <strong>la</strong> economía como<strong>la</strong> industria automovilística o industria metalmecánica,y a partir de ellos, se generaliza <strong>la</strong>s tendenciasencontradas para el conjunto de <strong>la</strong> economía.En segundo lugar, al centrar el análisis en los aspectostécnicos y económicos, ignoran los demás factoresque interfieren en <strong>la</strong>s características del sistemaindustrial como aspectos políticos sociales y culturales<strong>sobre</strong> cuyo amparo se viene dando el proceso dereestructuración productiva en varios países, inclusivelos re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong>s prácticas sociales de losdiferentes actores implicados en estos estudios tienenuna visión extremadamente óptima del proceso encurso, ignorando totalmente los problemas socialesque le acompañan» (Pau<strong>la</strong> Leite, Marcia. 1995. pp. 12).Hay otros estudios de <strong>la</strong> sociología del trabajo, que noson tan optimistas y tan tajantes, en <strong>la</strong> imposición de<strong>la</strong> modernización productiva del trabajo, algunosestudios seña<strong>la</strong>n <strong>la</strong> convivencia entre <strong>la</strong>s nuevas formasde organización del trabajo, con <strong>la</strong>s viejas formasbasadas en el fordismo, Otros estudios han puesto suatención en los aspectos del género y su inserción enestos procesos de reestructuración productiva. Ademásse han e<strong>la</strong>borado investigaciones en donde no solohacen una lectura positiva de <strong>la</strong> industria, sino que hacenénfasis en los problemas de pobreza y exclusión, estosinvestigadores realizan análisis <strong>sobre</strong> los problemassociales que provocan estos procesos de modernizacióncon su objetivo de lograr una mayor productividad ycalidad, no pudiendo evitar ver «los graves problemasque el actual proceso de reconversión esta provocandoa nivel mundial como: Segmentación del mercado detrabajo, aumento del desempleo, <strong>la</strong> concentración de <strong>la</strong>riqueza, el aumento de <strong>la</strong> miseria, el debilitamiento deimportantes formas de organización de <strong>la</strong> sociedad ,como sindicatos y comités de empresa «(op. cit. 1995.pp. 17-18). También vale <strong>la</strong> pena decir que estos modelosorganizativos aplicados en <strong>la</strong>s empresas en sus afánde eficiencia , no han podido evitar que «con todo, parececompartiese <strong>la</strong> convicción de que el éxito de cualquierorganización depende significativamente de variables noestrictamente económicas» (Garmendia, José A. 1995,p.p. 85). Igualmente es necesario rebasar <strong>la</strong> concepciónde que «El proceso de reestructuración productiva comoalgo determinado por <strong>la</strong> tecnología y no como un procesode construcción social y, de otro, <strong>la</strong> superposición de <strong>la</strong>razón técnica <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> razón social» (De Pau<strong>la</strong> Leite,Marcia, 1995. pp. 18). Este es justamente uno de losdesafíos que tiene <strong>la</strong> sociología del trabajo: abrir <strong>la</strong>investigación <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> reestructuración productiva,superando los determinismos tecnológicos yeconómicos, recuperando otros elementos de carácter86 HITOS DE CIENCIAS ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS


GUZMÁN-RÍOS JC.social, político y cultural que convergen en los universos<strong>la</strong>borales, abarcando <strong>la</strong> interacción entre éstos y <strong>la</strong>complejidad que envuelve el mundo del trabajo.Es importante hacer notar que si bien es cierto que eldebate de <strong>la</strong> modernización productiva se ha centradoen <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong> productividad, los cambiostecnológicos, <strong>la</strong> flexibilidad y otras temáticas, creemosque vale <strong>la</strong> pena ir poniendo mayor atención a <strong>la</strong>s formasen que están reaccionando los trabajadores, lo cualimplicaría que: «<strong>la</strong>s discusiones volverán a situar altrabajador como sujeto del proceso de trabajo» (op. cit.1995. pp. 6). Esto indica que hay una necesidad deampliar los horizontes de análisis, especialmente de <strong>la</strong>disciplina que nos ocupa, <strong>la</strong> sociología del trabajointentando explicar e interpretar los elementos subjetivosque envuelve <strong>la</strong> reestructuración productiva y suinteracción con <strong>la</strong> Cultura Laboral que se estámanifestando.Podemos afirmar que <strong>la</strong> reestructuración productiva enMéxico, ha tenido efectos directos en los trabajadores,en sus re<strong>la</strong>ciones <strong>la</strong>borales con <strong>la</strong>s máquinas, en sustareas, con sus compañeros. Con respecto a <strong>la</strong>flexibilidad y su aplicación, en muchos casos es todauna realidad, teniendo consecuencias directas en suscostumbres y en <strong>la</strong> cultura <strong>la</strong>boral, <strong>la</strong> que sin duda hatenido varios cambios, y como subraya Enrique de <strong>la</strong>Garza, nos vemos ante una...» cultura de <strong>la</strong> competenciay de <strong>la</strong> incertidumbre». Por lo tanto consideramospertinente el investigar estas transformaciones desdeuna perspectiva que nos permita conocer esa cultura<strong>la</strong>boral que se está presentando en los centros detrabajo.<strong>Comentarios</strong> <strong>sobre</strong> algunos estudios en torno a <strong>la</strong>Cultura y Sociología Industrial.En esta segunda parte, vamos a rescatar algunosestudios <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> cultura, especialmente los que se hane<strong>la</strong>borado a partir del discurso sociológico y el discursoantropológico, los cuales: «han sido de tipo descriptivo,c<strong>la</strong>sificatorio y explicativos. Estos últimos podrían serc<strong>la</strong>sificados de acuerdo a un doble eje: entre dosextremos encontrándose los paradigmas o modeloseconómicas y lingüísticos, y en un segundo ejeencontramos los estudios que emplean metodologíaspositivas u objetivistas y <strong>la</strong>s hermenéuticas». (Giménez,Gilberto. 1994, p.p. 3)Esta c<strong>la</strong>sificación es e<strong>la</strong>borada por Giménez a partir deuna evaluación de los estudios <strong>sobre</strong> el análisis de <strong>la</strong>cultura desde el punto de vista epistemológico ymetodológico, centrando su atención en <strong>la</strong>sinvestigaciones que se han realizado en el ámbitoanglosajón. Además, explica, si aplicamos en una formarigurosamente científica los parámetros que <strong>la</strong> sociologíay <strong>la</strong> antropología han utilizado para el concepto cultura,su estatuto ha sido poco riguroso, asi notamos que:«En efecto, en torno al concepto de cultura se ha idocristalizando cierto número de términos cuyaimportancia está atestiguada por <strong>la</strong> frecuencia de suuso: v.g., socialización, aculturación, código cultura¡,visión del mundo, ideología, identidad, mentalidades,hábitos, símbolos, valores, normas, orientaciónvalorativa, pautas de comportamiento, desnivelesculturales, sincretismo o hibridismo, dinámica cultural,etc..» ( op. cit. 1994. pp. 5).Lo anterior nos lleva a notar que estos términos nosofrecen a lo más nociones con respecto a <strong>la</strong> cultura oen dado caso son una especie de conceptosexploratorios. Esto no es tan solo un problema de <strong>la</strong>utilidad del concepto cultura. Al tratar de convertirse enun objeto central de <strong>la</strong> antropología o de una sociologíade <strong>la</strong> cultura, éste se nos muestra de una maneraheterogéneo sin abordar un nivel específico defenómenos. Esto no ha impedido que desde susorígenes, los estudios de <strong>la</strong> cultura hayan tratado deencontrar una definición que ubique los campos deestudio de <strong>la</strong> cultura, así como una definición propia.Dentro de esos esfuerzos encontrarnos primeroconcepciones clásicas o humanistas e<strong>la</strong>boradas porfilósofos e historiadores germanos de los siglos XVII yXIX, contraponiéndolo al concepto de civilización. Cuandoaparece <strong>la</strong> Antropología en el siglo XIX, ésta e<strong>la</strong>boratambién definiciones <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> cultura, una de <strong>la</strong>s másconocidas es de Edward Burnet Taylor y <strong>la</strong> define como:«La cultura en su sentido etnográfico, es ese todocomplejo que comprende conocimiento, creencias, arte,moral, derecho, costumbres y otras capacidades,hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembrode <strong>la</strong> sociedad» (Harrís, Marvin.1990, p.p. 20-21).Podemos observar que esta definición es altamentedescriptiva e incompleta. Esto no quitó que tuviera suinfluencia durante mucho tiempo y su influencia en otrostiempos y en otros antropólogos como son Boas,Malinowski.El estudio de <strong>la</strong> cultura en estas últimas décadas hal<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> atención de otros científicos sociales entrelos que destaca Clifford Geertz, con su concepción quepodríamos l<strong>la</strong>mar simbólica de <strong>la</strong> cultura, ya quesostiene que los fenómenos culturales sonesencialmente simbólicos, algunos de sus precursoresson L.A. White y Lévy-Strauss. De una manera muygeneral podemos definir esta concepción de <strong>la</strong> siguienteforma: «La cultura designa pautas de significadoshistóricamente transmitidos y encarnados en formassimbólicas (que comprenden acciones, expresiones yobjetos significantes de <strong>la</strong> más variada especie), envirtud de los cuales los individuos se comunican entresi y comparten sus experiencias, concepciones yMAYO-AGOSTO 2003. 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COMENTARIOS TEÓRICOS SOBRE LA REESTRUCTURACIÓN PRODUCTIVA Y CULTURA LABORALcreencias»(Gimenez, Gilberto. 1994. pp. 5). Otro autorque se interesa por <strong>la</strong>s cuestiones simbólicas y que seubica dentro de una corriente neo-marxista es John B.Thompson, este autor, destaca <strong>la</strong> manera en cómodefine los componentes y dimensiones del contextosocial y <strong>la</strong> cultura, en donde se percibe <strong>la</strong> utilización decategorías de los p<strong>la</strong>nteamientos de Gramsci, de los«desniveles» de Gírese y de los campos de Bourdieu.En esta concepción se subraya que <strong>la</strong> cultura no sepuede estudiar como algo ais<strong>la</strong>do, sino que forma partede todas <strong>la</strong>s prácticas sociales. Hasta este momentoen los análisis de <strong>la</strong> cultura notamos que <strong>la</strong> mayoríason de carácter descriptivo y no explicativo;distinguiéndose un carácter de constatación de <strong>la</strong>existencia de los fenómenos culturales analizados.Dentro de los estudios explicativos encontramos eltrabajo de Bourdieu, cuando e<strong>la</strong>bora <strong>la</strong> explicación de<strong>la</strong>s prácticas por el Hábitus, éste entendido como <strong>la</strong>interiorización de <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s sociales. Otro concepto quetrata de tener una función explicativa es precisamenteel de Identidad, cuya definición es <strong>la</strong> autopercepción deun sujeto en re<strong>la</strong>ción con otros, partiendo de <strong>la</strong>diferenciación a partir de pautas culturales como son<strong>la</strong>s creencias, los valores y <strong>la</strong>s ideologías. Otrosdiscursos que han tratado de analizar <strong>la</strong> cultura desde<strong>la</strong> perspectiva sociológica son los de corte positivista uobjetivistas y <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas hermenéuticas, los primerosconsideran que los fenómenos culturales pueden tratarsecomo cosas, en donde destacan autores como RobertWuthnow y Margaret Archer, los segundos consideranlos fenómenos culturales como formas simbólicas quepueden ser comprendidas e interpretadas, destacándoseautores ya citados anteriormente como son Geertz yThompson. Hay otros trabajos como el de JeffreyAlexander «Analytic debates: Understanding the re<strong>la</strong>tiveautonomy of culture», en donde se destaca que paraestudiar <strong>la</strong> cultura no podemos dejar de tomar en cuentalos elementos objetivos y los subjetivos; es decir, nopodernos entender <strong>la</strong> cultura sin tener referencia de loselementos subjetivos y tampoco sin tener referencia alos elementos objetivos. Jeffrey es enfático en susconclusiones al seña<strong>la</strong>r que no se puede estudiar <strong>la</strong>cultura dentro de una so<strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, derivada ya sea de<strong>la</strong> Antropología, Historia, Ciencia Política , Sociología ,Filosofia , lingüistica , pues cada una ha hechocontribuciones distintas al estudio de <strong>la</strong> cultura, anteesto se percibe <strong>la</strong> necesidad de una perspectiva másabarcadora en re<strong>la</strong>ción al estudio de <strong>la</strong> cultura, con elfin de comprender sus distintas dimensiones.Pasando a comentar otros trabajos que abordan elestudio de <strong>la</strong> cultura, pero especialmente en losuniversos que estudia <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada Sociología Industrial yque de manera especial nos interesa recuperar en estetrabajo, vemos que a partir de <strong>la</strong> década de los añossesenta y setenta, comienzan a surgir algunos autoresque sostienen <strong>la</strong> idea <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> convergencia industrialGoldthorpe (1964,1971), Arquero y Giner (1971),Westergaard (1972), Mann (1970) y Bottomore (1973),entre otros. En estos años se percibe en los argumentosvertidos un fuerte determinismo tecnológico y ubicandoa <strong>la</strong> cultura como una variable independiente,precisamente en estos procesos de modernización,vernos c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong> diferenciación entre estructura ycultura es más, es precisamente durante estos mismosaños que se comienza hab<strong>la</strong>r ya de una sociedad postindustrial.Otros autores como Alvin Tofier (1981), hab<strong>la</strong>nya de una sociedad de <strong>la</strong> información.Es en estos últimos 20 años en donde cada vez esmás común ver como <strong>la</strong>s computadoras van supliendoen sus funciones al obrero, presentándose el escenarioen donde <strong>la</strong>s computadoras dominan el reino delconocimiento. lo que podemos notar en este tipo detrabajos de <strong>la</strong> sociología industrial es lo siguiente: «decualquier modo <strong>la</strong>s teorías de <strong>la</strong> sociedad industrialpertenecen a esa parte de <strong>la</strong> tradición sociológica quese han separado de los enfoques filosófico y ético, yque subordinan sus estudios a <strong>la</strong> cuestión tecnológica»(S. Archer, Margaret. 1990, P.P. 110)Es importante seña<strong>la</strong>r que de los autores citados esGoldthorpe el que sostiene una posición critica enre<strong>la</strong>ción al determinismo tecnológico además de quelos estudios que se han e<strong>la</strong>borado desde <strong>la</strong> perspectivade <strong>la</strong> Sociología Industrial y que han subordinado losaspectos culturales, han demostrado sus limitacionesy una ausencia total de imaginación y un marcadoénfasis estructural.Es también cierto, que ha habido otros trabajos queabordan el tema de <strong>la</strong> cultura en <strong>la</strong> fábrica desde otralente, y dan «c<strong>la</strong>ramente un uso especial al conceptocultura» como es el trabajo de Paul Willis «Mascuiinityand Fact» Labor», en donde se nos advierte que eltrabajo no so<strong>la</strong>mente puede ser analizado desde el puntode vista cultural, sino que puede ocupar un lugar centralen lo que respecta a <strong>la</strong> cultura, pues mucha gente dedicamuchas horas a un trabajo y basa su identidad <strong>sobre</strong>sus actividades <strong>la</strong>borales, y define sus re<strong>la</strong>cionesesencialmente a través de su trabajo. En su argumentación,Willis sostiene que <strong>la</strong>s formas culturales juegan un papelimportante en el desarrollo de <strong>la</strong>s potencialidadeshumanas, logrando una mayor valorización y teniendosus efectos en <strong>la</strong> productividad y en una forma generalen <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada acumu<strong>la</strong>ción de capital.Volviendo a comentar trabajos que se han e<strong>la</strong>borado apartir de los enfoques de <strong>la</strong> Sociología industrial,queremos destacar el estudio de John H. Goldthorpe,el que ciertamente es una monografía de corte88 HITOS DE CIENCIAS ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS


descriptiva de <strong>la</strong>s actitudes del obrero en el contexto desu empleo industrial. La tesis que se quería demostraren esa investigación era <strong>la</strong> siguiente: «Cómo los obrerosmanuales y sus familias alcanzan ingresos re<strong>la</strong>tivamentealtos y cómo asumen normas y modos de vida máscaracterísticos de c<strong>la</strong>se media y cómo estosprogresivamente los va asimi<strong>la</strong>ndo en <strong>la</strong> sociedad <strong>la</strong>c<strong>la</strong>se media»( Goldthorpe, John H. 1968. pp. l).Para realizar dicha investigación se estudiaron variasempresas, también advierte que sus métodos deinvestigación no fueron tan rigurosos y que para realizareste tipo de investigaciones se necesita llevar a caboobservaciones más sistemáticas, además de algunasentrevistas fuera de los espacios <strong>la</strong>borales. los obrerosque se estudian pertenecen a <strong>la</strong>s sociedades de <strong>la</strong>abundancia, estos asa<strong>la</strong>riados se dividen en empleadosde cuello b<strong>la</strong>nco y obreros manuales, siendo este génerode corte más tradicional. Goldthorpe construye unatipología que contrasta <strong>la</strong>s orientaciones que expresanal trabajar los obreros, distinguiendo el empleadoasa<strong>la</strong>riado (Obrero de cuello b<strong>la</strong>nco) y el obrero tradicional(Trabajador manual). Estas orientaciones <strong>la</strong>s divide entres tipos: A) Instrumental, B) Burocrático y C) Solidario.La característica de <strong>la</strong> orientación instrumental es queel obrero actúa como «horno económicos, busca hacerun esfuerzo mínimo y lograr un máximo en los ingresoseconómicos. El significado de¡ trabajo es como un mediopara lograr un fin. El trabajo lo define como algoesencialmente obligatorio. El trabajo no es <strong>la</strong> partecentral de su vida, no forma parte esencial de susexperiencias emocionales, ni tampoco es una fuentede re<strong>la</strong>ciones sociales.Con respecto al obrero con orientación burocrática,manifiesta un interés por mostrar una actitud de servicioen el trabajo, esperando a cambio un ingreso firme e irsubiendo su estatus, además que a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo asciendaen su carrera profesional. En muchos casos no leinteresa <strong>la</strong> cuestión económica sino asegurar <strong>la</strong>rgamentesu empleo. Este tipo de obrero tiene c<strong>la</strong>ramentedefinidos sus elementos morales: es fiel a <strong>la</strong>administración, tratará de ser lo más positivo al efectuar<strong>la</strong>s tareas que le asigna <strong>la</strong> empresa. Al tomar en cuentasu futuro, su posición y sus perspectivas; el trabajo sevuelve una fuente fundamental de su identidad social.En lo referente al trabajador con orientación solidaria,ciertamente el trabajo tiene un significado económicopero no es el fin, es otro el interés de este obrero y esprecisamente que funcione el grupo, este grupo deobreros que se identifican por medio de <strong>la</strong> empresa,tiene varias expresiones una de éstas es que en eltrabajo su desenvolvimiento sea positivo y en otroscasos se expresen como fuente de poder ante el patrón.En el caso de estos obreros el centro de trabajo es unGUZMÁN-RÍOS JC.medio para tener más re<strong>la</strong>ciones sociales, el espacio<strong>la</strong>boral es el centro para lograr sus satisfacciones y enmuchos casos hay expresiones efectivas. Este tipo detrabajadores formará sus propios grupos profesionalesy el trabajo expresará una manera completa de su vida.Goldthorpe nos dice que estos tipos no se cumplenestrictamente, pero el que más se adecua es el obreroinstrumental en re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong>s sociedades de los paísesindustrializados, tomando en cuenta que el obreroburocrático y el solidario muchas veces son desviacionesdel instrumental, su propuesta de análisis apunta aconocer <strong>la</strong>s similitudes básicas de los obreros pero sinperder de vista el desarrol<strong>la</strong>r perspectivas más ampliasen los estudios <strong>sobre</strong> <strong>la</strong>s actitudes de los trabajadoresen sus espacios de trabajo.La entrada de <strong>la</strong> sociología industrial en el estudio yanálisis de <strong>la</strong> industria significó un avance de <strong>la</strong>s cienciassociales, aunque fue notorio que obedecía a ciertosintereses de consolidar <strong>la</strong>s metas de <strong>la</strong>s gerencias,obteniendo un obrero funcional, ya en estos momentos<strong>la</strong> sociología industrial es reconocida como un áreaparticu<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> comunidad de sociólogos, además enesos tiempos era <strong>la</strong> mayor consolidación de <strong>la</strong> razóntécnica, en donde el corte cultural bril<strong>la</strong> por su ausencia.Con respecto a los estudios de <strong>la</strong> cultura podemosadvertir que es un ejercicio complejo y que <strong>la</strong> antropologíadesde sus orígenes ha hecho aportacionesfundamentales.En los siguientes apartados del presente ensayo, vamosa comentar como algunas disciplinas de <strong>la</strong>s CienciasSociales han abordado <strong>la</strong> temática de <strong>la</strong> cultura poniendoatención a los estudios que se han preocupado porinvestigar aspectos del mundo del trabajo.La Historia Social Británica y <strong>la</strong> Cultura Obrera.Hay algunas disciplinas que se han interesado porestudiar <strong>la</strong> cultura de los obreros como son <strong>la</strong> historia,<strong>la</strong> antropología y <strong>la</strong> sociología por nombrar algunas, cadauna ha tenido su forma particu<strong>la</strong>r de realizar sus estudios.Dentro de los trabajos que han sido e<strong>la</strong>borados por loshistoriadores podemos encontrar los escritos <strong>sobre</strong> <strong>la</strong>c<strong>la</strong>se obrera británica. libros como el de Richard HoggartUses of literacv (1957), el de Raymond Williams Cultureand Society (1958) y el de Edward Thompson The Makinof the English workino c<strong>la</strong>ss (1963), podemos notar queestas obras son escritas por <strong>la</strong> década de los añoscincuenta y principios de los años sesenta y lospodemos considerar como una verdadera transformaciónde <strong>la</strong> historiografía que se escribía en aquellos años:«El más importante cambio en primer orden fue que loshistoriadores comenzaron a escribir seriamente y consimpatía <strong>sobre</strong> <strong>la</strong>s creencias y comportamientos de <strong>la</strong>smasas de pob<strong>la</strong>ción histórica: lo que hicieron, en unMAYO-AGOSTO 2003. 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COMENTARIOS TEÓRICOS SOBRE LA REESTRUCTURACIÓN PRODUCTIVA Y CULTURA LABORALsentido importante, fue leer sus corazones a <strong>la</strong> gente»(Johnson, Richard. 1979. pp. 58).Esto no sucedió gratuitamente, fue producto de poneratención de una manera distinta al concepto de cultura,así vemos en los trabajos de Wil<strong>la</strong>ms y de Hoggart unenfoque diferente: «un nuevo regreso a <strong>la</strong> noción decultura que fue rescatada de los usos elitistas yestrechamente literarios y artísticos y un rompimientocon <strong>la</strong>s categorías restringidas de <strong>la</strong> historia <strong>la</strong>boral y,lo que a menudo era lo mismo, con suposicionesmecánicas o triunfalistas acerca del destino históricoadecuado y del último estado de conciencia delproletariado»(Johnson, Richard. Op. Cit. pp. 14).Es de notarse lo anterior, especialmente en el trabajo,de Hoggart, en el cual vemos como rescata <strong>la</strong>s formascreativas del estilo de vida con sus valores morales, elestilo es altamente descriptivo y es en eso donde radicasu riqueza. El resultado es que nos presenta de unamanera muy distinta <strong>la</strong> cultura de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora;es decir, fuera de toda visión ideologizante y en especialde los comunistas de su época.El trabajo de Edward Thompson tiene gran importanciapues aportó <strong>la</strong> construcción de todo un paradigma parael estudio histórico de <strong>la</strong> cultura, Algunos autores handescrito a Thompson de <strong>la</strong> siguiente manera:«Historiador, ensayista y activista político, E.P.Thompson es posiblemente el historiador marxistabritánico más ampliamente conocido y el más polémico.Conocido como historiador <strong>sobre</strong> todo por su libro TheMaking of the Englísh Working C<strong>la</strong>ss (1963), tambiénes autor de una serie de artículos influyentes, as! comode¡ libro Whiqs and Hunters (1975), <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> historia y<strong>la</strong> sociedad inglesa de¡ siglo dieciocho, y un importanteestudio biográfico, William Morris: Romantic toRevolutionary, (1955). En una amplia colección deensayos trata temas como <strong>la</strong> experiencia históricamoderna y <strong>la</strong> defensa de <strong>la</strong> historia, específicamentedel Materialismo Histórico, frente a <strong>la</strong>s ciencias socialesy filosofías históricas. los más significativos entre ellosse han publicado juntos en the Povertv of theory (1978)».(Harvey J., Kaye. 1989, pp. 155).Podemos afirmar que Thompson junto con Hobsbawm,han hecho una reconstrucción de <strong>la</strong> historia social de <strong>la</strong>revolución industrial. En los escritos históricos,Thompson ha sostenido una lucha intelectual contra losenfoques que se sostienen en el determinismoeconómico y los que niegan <strong>la</strong> acción humana. Porotro <strong>la</strong>do no podemos dejar de seña<strong>la</strong>r que los trabajosde Hobsbawm también tienen aportaciones para <strong>la</strong>Historia Social aunque mucho más apegados a losp<strong>la</strong>nteamientos del marxismo en donde trata problemascomo el de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora, el de conciencia dec<strong>la</strong>se, refiriéndonos especialmente al trabajo deMarxismo e Historia Social, aunque sus estudiosabarcan distintos elementos <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> sociedad industrialdel siglo XIX y sus puntos de vista <strong>sobre</strong> el capitalismoy su obra <strong>la</strong> Revolución Burguesa, se perciben elementosmuy creativos, además de descripciones muy finas <strong>sobre</strong>esos hechos históricos, un ejemplo de esto seria sutrabajo «los insurrectos primitivos, bandidos y los SmíingRioters, completamente distinto en muchos sentidosde ensayos anteriores»(Johnson, Richard. 1979. pp. 59)La Historia Social británica nos ofrece una comprensión<strong>sobre</strong> <strong>la</strong>s culturas popu<strong>la</strong>res y <strong>la</strong>s formas particu<strong>la</strong>resen que los trabajadores fueron integrándose a <strong>la</strong> sociedadindustrial. Si bien es cierto nos hemos referido a losautores anteriormente citados, esto no quiere decir quesean los únicos, existen otros, como por ejemplo: «eltrabajo de Hill <strong>sobre</strong> los puritanos, levilers y milenaristas,los estudios de Hilton <strong>sobre</strong> los movimientoscampesinos, <strong>la</strong>s examinaciones de Genovés de <strong>la</strong>cultura esc<strong>la</strong>va; los estudios de Rudé de <strong>la</strong>s multitudespreindustriales, y los muchos derivados en Francia yen Ing<strong>la</strong>terra de este trabajo (...) los estudios de J:F:C.Harrison, Harold Silver, Brian Simon acerca delOwenismo y de <strong>la</strong>s tradiciones educacionales primitivasde <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora; el interés primero, en losestudios cerrados locales del carlismo y de otrosmovimientos de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora y finalmente, en suteoría, lenguaje y rituales característicos» (op. cit. 1979.pp.59) El marxismo tuvo una fuerte influencia en <strong>la</strong>sobras de <strong>la</strong> historia social inglesa, pero a <strong>la</strong> vez tambiénse e<strong>la</strong>boraron otras obras desde <strong>la</strong> misma ópticamarxista aportando «definiciones <strong>sobre</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se (...) araíz de los cambios sociales y tecnológicos que sepresenciaban: <strong>la</strong> vigencia de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera (...) cuatroimportantes vertientes: a) «nueva c<strong>la</strong>se obrera» MalletDabrendorft y Gortz. b) «Tecnocraticas», derivadas de<strong>la</strong> noción postindustrial Bell y Touraine. c) Estudiososen los procesos de trabajo en <strong>la</strong>s fabricas (...) Panzieriy Negri. d) (...)una posición intermedia (...) <strong>la</strong> influenciade <strong>la</strong> fabrica y los cambios tecnológicos operados enésta, en <strong>la</strong> formación de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera (...) Touraine yNaville, Braverman, Shaíken, Burawoy» (Melgoza, Javier,De <strong>la</strong> 0, Maria Eugenia y De <strong>la</strong> Garza, Enrique., 1999.Pp. 8), esos trabajos surgieron en medio de un ambientede mucho interés por los estudios <strong>sobre</strong> cultura, tocandodistintos «campos culturales», siendo uno de los quemas atención despertó y a despertado el de <strong>la</strong> «culturade c<strong>la</strong>se», aunque es conveniente decir que «El análisis<strong>sobre</strong> <strong>la</strong> «cultura de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera» representa en simismo gran dificultad para su definición, tanto por loscambios sociales como por el intenso debate teóricoen torno a los términos «cultura», «conciencia» e«ideología» (Op. cit. 1 999. pp. 42).En verdad creemos que los estudios <strong>sobre</strong> cultura obrera90 HITOS DE CIENCIAS ECONÓMICO ADMINISTRATIVAS


GUZMÁN-RÍOS JC.que les interese aplicar «el concepto de c<strong>la</strong>se, y el decultura de c<strong>la</strong>se, pensamos, no puede circunscribirsesólo al ámbito de <strong>la</strong> fabrica, sino también al de <strong>la</strong>«formación de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se a partir de los elementosculturales». Podemos en este sentido, aceptar comopunto de partida <strong>la</strong> fábrica, pero tratando de rescataraún ahí los elementos tanto subjetivos como objetivos.<strong>la</strong> experiencia en el trabajo y el «ser obrero» no se agotaen <strong>la</strong> fábrica, sino que se extiende al ámbito de <strong>la</strong> vidacotidiana, de <strong>la</strong> familia, el barrio y los valoresintroyectados» (Op. cit. pp. 59-60 ). Sin duda en estasúltimas recomendaciones y trabajos citados podemosencontrar una gran cantidad de herramientas de análisispara el estudio de <strong>la</strong> cultura de los trabajadoresrespetando el contexto y <strong>la</strong>s características de losespacios y los tiempos de nuestras investigaciones.REFERENCIASAlexander, Jeffrey C. “Culture And Society” ContemporanyDebates, Cambridge University Press, E.U.A., 1990.Archer,Margaret S. “Theory, Culture & Society (SAGE, London,Newbury Park and New Delhi), Vol. 7, 1990.Breno Carmen. “La promoción oficial de empresascooperativas en Ciudad Sahagún, Hidalgo, Mexico”, tesisde licenciatura en Antropología Social, UniversidadIberoamericana, 1972.Barbosa Cano, Fabio. «La Reconversión de <strong>la</strong> IndustriaPetrolera en México», UNAM, México, 1990.Bell, Daniel. «Las Contradicciones Culturales delCapitalismo», CONACULTA-ALIANZA EDITORIALMEXICANA, México, 1993.Cuel<strong>la</strong>r Vázquez, Angélica. «Los obreros de tornel frente ados procesos políticos», en De <strong>la</strong> Garza Toledo, Enrique,De <strong>la</strong> 0 M, Maria Eugenia, Melgoza V Javier; «Los estudios<strong>sobre</strong> <strong>la</strong> cultura obrera en México. 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