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Tú eres lo que eres, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> lo que digan o piensen los <strong>de</strong>más. Las formas, las actitu<strong>de</strong>s, los<br />
pensamientos y los sentimientos cambian y tú sigues siendo tú, y <strong>de</strong> la misma forma cambian los pensamientos,<br />
actitu<strong>de</strong>s y sentimientos <strong>de</strong> las otras personas mientras ellas siguen siendo lo que son.<br />
Entonces, ¿qué es lo que te ofen<strong>de</strong>, la persona o sus formas? Las formas no te pue<strong>de</strong>n ofen<strong>de</strong>r, porque son<br />
cosas cambiables que no existen. Los juicios que las personas hacen <strong>de</strong> ti nos expresan mucho más <strong>de</strong> sus<br />
formas, <strong>de</strong> su programación, que <strong>de</strong> ti. No tiene sentido que te ofendas. Y si no, acuérdate <strong>de</strong> Buda, al que una<br />
vez insultaron y él no se inmutó, y dijo que no podía afectarlo; y explicó que si alguien le traía un regalo, y él no<br />
lo aceptaba, ¿<strong>de</strong> quién era el regalo? De la persona que lo trajo, ¿verdad? "Pues si no quieres enfadarte, no<br />
aceptes el insulto ni el regalo."<br />
El enfado, ¿qué es? Que tú no te conformas con las exigencias <strong>de</strong> mi programación. Que no te gusta mi forma<br />
<strong>de</strong> actuar. No tiene lógica. Pue<strong>de</strong> que tengas buena intención, pero no pue<strong>de</strong>s hacer al otro según tu buena<br />
voluntad. Resulta que, mirado claramente, lo que está ocurriendo es que, porque uno se porta mal, al otro le<br />
sube la presión. El enten<strong>de</strong>r esto bien, sin i<strong>de</strong>ntificaciones, es una liberación.<br />
En la violencia <strong>de</strong>l místico no entra nada personal. No hay en él violencia que venga <strong>de</strong>l miedo, ni <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>sprecio, ni <strong>de</strong> exigencia alguna.<br />
Pue<strong>de</strong> violentarse con el otro para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l mal <strong>de</strong>l otro, pero lo hará sin emociones, aunque estará lleno<br />
<strong>de</strong> amor.<br />
Solemos reaccionar ante las imágenes que nos reflejan los otros. Vemos en el otro lo que estamos <strong>de</strong>seando<br />
ver (lo i<strong>de</strong>alizamos), o ponemos en él nuestros miedos (lo rechazamos), y así nos impedimos conocer al otro<br />
en su realidad.<br />
¿Qué es el pecado? Cuanto más libre albedrío tengas, menos posibilidad <strong>de</strong> pecar. El pecado es una enfermedad<br />
<strong>de</strong> la esclavitud: pecas si eres esclavo <strong>de</strong> la Ley; pero si eres consciente <strong>de</strong> que Cristo te liberó, eres libre,<br />
y la libertad <strong>de</strong> la que habla Jesucristo es la <strong>de</strong> estar <strong>de</strong>spierto.<br />
Antes <strong>de</strong> cambiar a los <strong>de</strong>más, cambia tú. Limpia tu ventana para ver mejor. Pon la atención en la causa<br />
negativa que te ha hecho sufrir, no en el que te ha ofendido. La causa es la programación. Esa programación te<br />
la metieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño, tú no tienes la culpa <strong>de</strong> ello, como tampoco la tiene el otro.<br />
Al llegar a este estado, verás que todo lo que te suce<strong>de</strong> es bueno. Como el agricultor que tiene pozos <strong>de</strong> agua<br />
y está tranquilo porque ya no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> que llueva o no. Todo lo verás bien y con sosiego. Si no sabes el origen<br />
<strong>de</strong> tu enfermedad, no la curas, sino que la reprimes y siempre estarás sufriendo por ella. Si sabes su origen,<br />
ya tienes su curación a mano.<br />
Todo cambio auténtico se efectúa sin esfuerzo alguno. La persona humana tiene unas energías fabulosas en<br />
reserva, para cuando necesita ponerlas en marcha. Lo importante es <strong>de</strong>scubrir lo que está ocurriendo en ti y a<br />
tu alre<strong>de</strong>dor para saber lo que anda mal y sus causas. Importa el estar <strong>de</strong>spierto.<br />
El ir al templo no te va a cambiar, ni el hacer novenas a los santos. Eres tú el que ha <strong>de</strong> cambiar. Recuerda que<br />
no sirve el <strong>de</strong>cir ¡Señor, Señor!, sino hacer la voluntad <strong>de</strong>l Padre. Y la voluntad <strong>de</strong>l Padre es que seamos fieles<br />
a la verdad, porque sólo la verdad nos hará libres.<br />
Hace falta <strong>de</strong>spertar. El miedo sólo se te quita buscando el origen <strong>de</strong>l miedo. El que se porta bien en base al<br />
miedo es que lo ha domesticado, pero no ha cambiado el origen <strong>de</strong> sus problemas: está dormido.<br />
Todo cambio auténtico se efectúa sin esfuerzo alguno. La persona humana tiene unas energías fabulosas en<br />
reserva, para cuando necesita ponerlas en marcha.<br />
6<br />
EL TESORO ESTÁ DENTRO DE TI<br />
Nadie sabe quién es Dios, y lo dice santo Tomás <strong>de</strong> Aquino: “Como es imposible saber la naturaleza <strong>de</strong> Dios,<br />
es imposible hablar <strong>de</strong> Dios”. No es posible compren<strong>de</strong>r a Dios, porque escapa a todo razonamiento. Me<br />
preguntan si lo que yo explico es la teología <strong>de</strong> la liberación y yo contesto que lo que yo explico es la liberación<br />
<strong>de</strong> toda teología. Yo estoy <strong>de</strong> acuerdo con la liberación, pero no con la palabra teología, para hablar <strong>de</strong> la<br />
liberación. Para liberarte, lo que necesitas es darte cuenta <strong>de</strong> tu programación y <strong>de</strong> las premisas falsas en que<br />
apoyas tus acciones.<br />
Te enfadas. ¿Por qué te enfadas? Porque eres exigente. ¿Eres capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar esas exigencias y darte cuenta<br />
<strong>de</strong> todo esto? El conflicto viene <strong>de</strong> las insatisfacciones e intolerancias que tienes contigo mismo. Si no te<br />
aceptas a ti mismo, ¿cómo vas a tolerar a los <strong>de</strong>más? Andarás exigiéndote a ti y a los <strong>de</strong>más continuamente, y<br />
siempre insatisfecho. Si no cambias, ¡ay <strong>de</strong> ti y <strong>de</strong> los que te ro<strong>de</strong>an!, pues te convertirás en un fariseo<br />
intolerante. El secreto <strong>de</strong> la liberación te llegará cuando te hartes <strong>de</strong> sufrir. Necesitas encontrar el tesoro<br />
escondido que sólo está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti.<br />
Al hombre sabio es imposible hacerlo esclavo. La verda<strong>de</strong>ra libertad está por encima <strong>de</strong> las leyes, <strong>de</strong> las razas,<br />
<strong>de</strong> políticas, <strong>de</strong> fronteras y <strong>de</strong> idiomas. Recordad aquellas palabras que dijo un sabio griego cuando iban a<br />
ven<strong>de</strong>rlo como esclavo: "Aquí está un maestro, ¿hay algún esclavo que <strong>de</strong>see comprarme?"<br />
Gandhi <strong>de</strong>cía que la libertad <strong>de</strong> la patria le importaba un bledo, porque lo importante era la libertad <strong>de</strong>l hombre.<br />
Tenía una visión clarísima <strong>de</strong> las priorida<strong>de</strong>s: primero Dios y <strong>de</strong>scubrir ese tesoro que está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l hombre.<br />
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