Revista No. 023 - 25 de noviembre de 2004 Editorial UN NUEVO ...

sobre las cabezas de todos los colombianos. No han pasado de discusiones ypropósitos menos que tibios, incluso el proyecto de la ley espejo ha quedado enveremos. Ya decíamos que desde su óptica se han preocupado más algunoscongresistas estadounidenses ante las consecuencias que el TLC traerá.Quien está bien claro en todo este asunto es el pueblo trabajador y los sintrabajo. De ahí la firme oposición que obreros, empleados, maestros,académicos, científicos, campesinos, indígenas, camioneros, afrocolombianoshan expresado a lo largo y ancho del país, en numerosas marchas, paros,huelgas. Saben perfectamente la debacle que nos espera si ese tratado llega afirmarse a comienzos del 2005.El desempleo, el hambre, las enfermedades aumentarán exponencialmente la yaescandalosa miseria que padecemos el 67% de los habitantes de este país ricoy diverso. A la entrada triunfante y rampante de las transnacionales, éstasimpondrán legalmente sus condiciones productivas, laborales y jurídicas. Lasoberanía en nuestro propio territorio será una idea lejana, como de cuento.Todo el proyecto neoliberal ha estado acompañado de una represión sin límites yuna impunidad rayana en lo increíble. De otro modo no hubieran podidoprivatizar empresas utilizando los sucios métodos que han inventado, ni echar ala calle a miles de trabajadores, ni cerrar hospitales y universidades.Con el TLC firmado no sabemos hasta dónde puede llegar la brutalidad imperialbien sea por mano directa o por manos de los oficiales y soldados del ejército yla policía, ayudados por paramilitares. De hecho en nuestro país no soloabundan las fosas comunes en campos y ciudades, sino que mientras se cierrancentros de estudio y hospitales, se construyen cárceles al estilo norteamericano.Vivimos un momento de altísimo riesgo para la vida del pueblo colombiano.Nadie puede permanecer ajeno a esta situación a que nos han llevado laoligarquía y su gobierno, especialmente el actual, en manos de un destacadolacayo de los intereses estadounidenses.La visita de Bush reafirma la prioridad que le dan a Colombia dentro de susplanes geoeconómicos y geopolíticos.Los sectores privados defienden y defenderán sus intereses y por ello apuestanal mejor postor. Los intereses nacionales y populares los defendemos esamayoría que es donde residen la fuerza y la soberanía. Es un reto ante el cualno podemos ser inferiores pues está en juego nuestro futuro y nuestra dignidad,no solo como colombianos sino como seres humanos.Es el momento de deponer cualquier discusión que no sea relativa a lo que estáen juego y de limpiar de obstáculos el camino de las alianzas y de la unidad porla existencia de Colombia como nación.Es el momento de exigir la suspensión de las negociaciones del TLC, con plenaconciencia de que este país no pertenece al gobierno ni a los grandes gremioseconómicos, sino a todos nosotros y por ello tenemos la obligación de decidirsobre su destino.

Si llegara a firmarse el TLC, el gobierno y todos quienes han sido cómplices ymezquinos beneficiarios del mismo, deben ser juzgados por traición a la patria,ésta debe ser una exigencia de todos los que tenemos sentido de pertenencia aeste, nuestro país.Coyuntura NacionalCOLOMBIA SIN RADIO Y TELEVISION PUBLICA PIERDE OTRO BASTION DESOBERANIALos trabajadores colombianos no pueden permanecer inermes ante la actitudprepotente del presidente Álvaro Uribe Vélez, quien dotado de tanta seviciaprivatizadora sigue sumiendo en la incertidumbre laboral a la poblacióncolombianaCuatrocientos trabajadores de INRAVISIÓN (Instituto Nacional de Radio yTelevisión) y Audiovisuales, fueron lanzados a la calle. Sobre sus espaldasrecayeron no solo el desalojo violento de la policía, sino también el decreto queel gobierno sancionó de manera inconstitucional, ordenando la nueva masacrelaboral y con ella, el acabose de la televisión pública caracterizada por la opinióncomo uno de los bastiones de la cultura y educación nacional.Esta liquidación se impuso por el gobierno de Uribe Vélez, sin siquiera concertarcon los trabajadores la posibilidad de explorar alternativas que salvaran aINRAVISIÓN y Audiovisuales. No importaron los argumentos de los trabajadoresal demostrar que la entidad poseía los recursos para mantenerseeconómicamente viva y que, además, gozaba de la suficiente capacidad técnica yprofesional para coordinar el manejo de la red y la programación de los canalespúblicos.De nuevo la mentira y el engaño son armas que esgrime el gobierno parajustificar la no-rentabilidad económica y la ineficacia de nuestros trabajadores,con el fin de liquidar y entregar a empresas privadas, nacionales y/oextranjeras, los recursos de nuestro país.La liquidación de la radio y la televisión nacional constituyen otro irrespeto alpatrimonio nacional. La Televisión Nacional cumplió 50 años de fundada.Otro tanto acontece con Audiovisuales que siempre apoyó e incentivó lacreatividad artística y el cine nacional.Los trabajadores y familiares de estas dos importantes entidades se enfrentan ala misma encrucijada de millones de familias que hoy deambulan por las callesde nuestras ciudades. Cuatrocientos trabajadores más, resistiendo con rabiacontenida las embestidas de esta dictadura uribista que arrebata de un plumazolas conquistas laborales producto de años de luchas.Los trabajadores de INRAVISIÓN como los de Audiovisuales, al igual que todoscolombianos nos enfrentamos hoy a la sensación de no tener país y la certeza dehaber perdido la seguridad social, salud, educación, empleo, y ahora para elcolmo, el derecho a la radio y a la televisión públicas.

La comunidad de la Radio y la Televisión no solo está conmovida por laliquidación del Instituto, sino también por el fallecimiento de Enrique Urrea, lídersindical y comunicador social de la Asociación Colombiana de Trabajadores deTelevisión (ACOTV), ocurrido el mismo día que se liquidó a INRAVISIÓN, y quehoy es materia de investigación, pues sus causas no están claras.El cierre de la radio y la televisión pública no solo ha producido un nuevodesplazamiento laboral, sino que también constituye en un grave atentado a lasoberanía nacional por cuanto la comunicación toma cuerpo en una nacióncuando trasciende como derecho público, susceptible de ser gozado por todoslos ciudadanos.Sin embargo el proceso privatizador en el campo de la televisión veníadándose desde 1998 cuando surgieron los dos canales privados quebarrieron las pequeñas programadoras y dejaron sin posibilidades a los doscanales del Estado. Cuando la red se puso al servicio de los dos grandesmonopolios, que fundieron, con su poder económico y sus manejos, laposibilidad de una televisión de carácter nacional y transformadora.Ahora, este acto de autoritarismo gubernamental, crea un ente que no tieneninguna carga laboral y que funciona con solo setenta y tres trabajadores,desprovistos, seguramente, de garantías laborales dentro del nuevo modelode contratación flexible.Con este nuevo paso privatizador se entrega a terceros la producción deprogramas. La radio y la televisión pasan ahora a representar los intereses dequienes se mueven detrás de los medios de comunicación, a los que se lesdeben favores de las campañas, a quienes realizan los estudios de factibilidad- léase imposibilidad-, para después aprovecharse de los resultados de susmaniobras deshonrosas.El Estado colombiano fue incapaz de consolidar una televisión nacional, conraíces en nuestros valores y que potenciara los talentos y creadorescolombianos. Siempre convirtieron las empresas en botines burocráticos y nolevantaron alrededor de la televisión un proyecto comunicacional, que animarala cultura y la identidad nacional.La televisión en este mundo audiovisual, se convirtió en parte consustancialde la vida de los colombianos. El régimen ha hecho de ésta un instrumentode perpetuación de la mentira y de control ideológico, de constantemanipulación y, con contadas excepciones, de promoción de los másdeleznables antivalores humanos. La entrega, ahora total, a manos dellucro privado de la producción de programas profundizará la crisis de la yamediocre oferta de los canales de la televisión en nuestro país.Pequeños intentos, que jamás hicieron verano, destellaron en la producciónde Audiovisuales y de la Señal Colombia. Comunicadores y técnicos, lucharonpor el derecho a una auténtica comunicación soberana y transformadora queexpresara el desarrollo de una cultura nacional unificadora de los colombianos.

En estos años se consolidó el archivo fílmico y de audio, donde quedaconsignada buena parte de la historia de Colombia. La educación a distancia yla complementaria a los cursos básicos fue otra experiencia importanteAhora nuestro país queda a expensas –de nuevo- de los gigantescos imperioscomerciales, donde la dinámica del lucro y el consumismo hará su festín entreinversores, anunciantes, financieras, empresas tecnológicas, que en nadacontribuirán a mejorar la calidad de vida de los colombianos, ni a la consolidaciónde nuestra identidad y la defensa de nuestros intereses.Para los comunicadores y transformadores sociales, nos queda la tarea urgentede fortalecer los medios alternativos y comunitarios y la lucha por la defensa delderecho a la comunicación. Elaborar propuestas que aglutinen y promuevanlos espacios de diálogo y proyecten nuestra realidad y nuestros sueñosdentro de un concepto solidario y humanista, serán algunas de las búsquedasnecesarias.El gobierno de Uribe dio el zarpazo. Lo mueve una concepción neoliberal, lacercanía del acuerdo del TLC con los gigantes del norte y la carencia de visióny de la necesidad de construir patria e identidad. La desregulación, piedraangular del modelo neoliberal, está sometiendo desde ya a lastelecomunicaciones mediante la rapiña descomunal del tratado bilateral quetanta miseria y oprobio traerá a nuestro país.La desaparición de TELECOM y la Empresa de Teléfonos de Barranquilla(ETB), las acciones contra EMCALI (Empresas Municipales de Cali) y a EPM(Empresas Públicas de Medellín), hacen parte de esta misma condiciónantipatriota del gobierno de Uribe.Detener la jauría privatizadora que el imperio impone y que Uribe acata y laimposición del TLC, constituyen razón fundamental para que el movimientosocial se siga reunificando.Se ponen al orden del día la construcción de un movimiento nacional de todoslos sectores sociales, identificados en la defensa y rescate de las conquistas delos trabajadores, como el derecho de asociación, convenciones colectivas,estabilidad laboral, la defensa de la industria nacional en beneficio de supoblación.Los colombianos tenemos que movilizarnos con más bríos de UNIDAD dentro delmarco de la confrontación. Reiteramos la necesidad de coordinar esfuerzos ynutrirnos de experiencias y legados que desde diferentes escenarios hanenriquecido nuestra combatividad y resistencia.Seguimos convocando a toda la nación para que JUNTOS levantemos lasbanderas por una democracia verdadera, por la paz con justicia social, para quela vida de todos los colombianos esté rodeada de plenas garantías sociales.El ELN mantiene la antorcha de la esperanza, por eso aplaude la luz que estáirradiando la configuración de un gran movimiento social que se proyecta sólido ymaduro en la construcción de un BLOQUE DE OPOSICION que haga frente y

salga victorioso ante las políticas neoliberales y terroristas de Estado que elgobierno de Uribe Vélez pretende prolongar y profundizar.Si no nos aglutinamos en un bloque fuerte que ofrezca resistencia sólida alpoder económico y militar de la oligarquía colombiana, al empuje delimperialismo, en la defensa del patrimonio de todos los colombianos, se seguirágolpeando a más trabajadores y sindicatos, tal como últimamente lo volvió ahacer el gobierno de Álvaro Uribe Vélez con INRAVISIÓN y Audiovisuales.Coyuntura InternacionalIRAQ: EN FALUYA LA GUERRA AL INVASOR ES A MUERTEAún ebrio del triunfo, el reelecto emperador Bush Jr. firmó su primeraorden ejecutiva: la operación Furia Fantasma. Destruir a Faluya, es parte delplan que formuló el procónsul Jhon Dimitri Negroponte, con el fin de aniquilarla resistencia patriótica que se mantiene y crece por todo el territorio iraquícontra esta guerra de rapiña.Para las elecciones programadas en enero del 2005, Iraq debe estar en paz asísea la de los sepulcros, pues los Estados Unidos necesitan legitimar la invasióny la barbarie. Se debe alcanzar el máximo de control por parte del ejércitocolaboracionista y el aniquilamiento de los principales focos de resistencia.Faluya y Samara son las primeras de las treinta ciudades a ser “pacificadas”.Faluya es el espejo donde deben verse las ciudades insurrectas. El terrorismollevado a su máxima expresión.La conciencia universal recuerda a Guernica arrasada por los aviones de laLegión Cóndor en 1937 en España, al Gueto de Varsovia destruido por losnazis, a Jenin o Ramalla en Palestina, despedazadas por las tropas sionistasde ocupación.La operación militar que vino precedida de la ley marcial en el territorioiraquí, excepto para el área kurda, dictada por el espurio gobiernocolaboracionista, no tiene nada que envidiarle a la barbarie de las hordasnazis contra los pueblos de la antigua Unión Soviética, durante la SegundaGuerra Mundial.La tierra arrasada, la masacre de las familias iraquíes, los bombardeosindiscriminados de la aviación, la toma a sangre y fuego de mezquitas, elasesinato de los patriotas heridos, son algunas de las tácticas utilizadas porestos nuevos conquistadores del mundo.Se impide la evacuación de los heridos o la entrada de toda ayuda. Barriosenteros han sido reducidos a escombros y los cadáveres se descomponen en lascalles. Dos hospitales han sido destruidos en los bombardeos y el HospitalGeneral ha sido asaltado y ocupado por las tropas invasoras, que han detenido aheridos y miembros de la misión médica.

Los Convenios de Ginebra firmados para regular las guerras volaron por losaires, dinamitados por la prepotencia y la ausencia de humanidad de las tropasyanquis.Esta es la segunda Batalla de Faluya. Los agresores ya habían sido derrotadosen abril de este mismo año. Allí se consolidó la resistencia.A partir del 8 de noviembre, 15.000 soldados yanquis y dos mil traidoresiraquíes participan en este ataque iniciado después de dos meses debombardeos indiscriminados. Los combates continúan en algunos barrios de la“ciudad de las mil mezquitas” como se le conoce a esta urbe de 300.000habitantes, situada a 50 Km. al occidente de Bagdad.En Faluya las tropas de los Estados Unidos de América, han mostrado sudesprecio por la humanidad y su brutalidad atacando a los pobladoresindefensos. Niños, ancianos y mujeres han sido asesinados por las bombas ypor el fuego agresor de la soldadesca yanqui. El plan de pacificación nocuenta los muertos, solo necesita del silencio de la resistencia patriótica.Esta ilusión de la cúpula neofascista se estrella con la realidad de unaResistencia organizada y en crecimiento, cada vez más coordinada ycentralizada, que realiza un promedio de 100 acciones diarias de diversaenvergadura, con el apoyo creciente de todos los sectores organizados delpueblo y controla territorios que incluyen la tercera ciudad más grande deIraq, Mosul, la capital del departamento de Al-Anbar (el más grande de Iraq),Ramadi, y vastas zonas de la capital, Bagdad. Hay más de 30 ciudades enpoder de los patriotas iraquíes.Ya son más de 1200 los soldados yanquis aniquilados, según los datos delDepartamento de Estado, y casi 9000 los heridos. Según la resistenciapatriótica iraquí estas cifras deben multiplicarse por lo menos por tres.En menos de dos años los iraquíes patriotas han desplegado un trabajopolítico militar que no permitirá el control del país, ni la exacción de susrecursos naturales. La más grande refinería de Iraq, la de Badi, fuesaboteada por ataques de los patriotas, que han inutilizado también elprincipal oleoducto hacia Turquía. En Iraq, ni siquiera la llamada franja verdedonde están el gobierno títere y las embajadas de los países de la coalicióninvasora, es segura.Faluya se ha convertido para el pueblo iraquí en motor de unidad y rebeldía.El Partido Iraquí Islamista, el más grande de este tipo en Iraq, que habíaparticipado en el gobierno colaboracionista, abandonó el gobierno y se sumó aquienes se oponen a la invasión. Los ulemas (sacerdotes) hablan de Jihad,(guerra santa), como respuesta a la inhumana acción contra esta ciudadheroica y sus habitantes.La Batalla de Faluya se considera estratégica en la búsqueda del control delpaís por los agresores. Las tropas yanquis están avanzando y es posible quehagan replegar la resistencia.

Palabras como las del diario estadounidense USA TODAY escritas en el mes deabril durante la primera batalla de Faluya, suenan premonitorias: Al ganar labatalla de Faluya, los Estados Unidos corren el riesgo de perder la guerra enIraq.El asunto es que el control del país sí parece irremediablemente perdido yesta operación fortalece la resistencia patriótica, une a los iraquíes de todoslos credos y etnias y profundiza el odio a los soldados invasores.El total desprecio por la población y sus vidas, el irrespeto a la cultura, alos lugares sagrados, a las familias iraquíes, van allanando el camino para laderrota segura de un imperio sin futuro. Según un estudio realizado por larevista científica The Lancet, de Inglaterra, las víctimas de la criminalagresión imperialista en Iraq ya llegan a 100.000, en su mayor parte civilesinermes.Los mujaidines de Faluya, son los mismos de todo Iraq. Hay una jihad que soloterminará cuando salga el ultimo soldado invasor de su suelo sagrado. Losguerreros iraquíes combaten por su patria y por la humanidad.La lucha es por la Liberación Nacional y su contenido patriótico está vinculado aun sentimiento histórico arraigado en un pueblo que no resiste sometimientos.El pueblo iraquí no lucha por restituir un régimen o porque Hussein vuelva a serpresidente. La lucha es por la libertad y por la dignidad nacional.Para los pueblos del mundo, entre ellos el colombiano, esta agresión vislumbraun futuro amenazante. Somos parte de esos “oscuros parajes” que el emperadorBush Jr. determinó como atacables. Los patriotas colombianos tenemos el deberde prepararnos para cualquier agresión imperialista.Los combatientes iraquíes nos muestran el camino. Faluya es Iraq. Allí seconstruye la única respuesta. La guerra al invasor es a muerte.