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HISTORIA DE LOS PATRIARCAS Y PROFETAS - Loud-cry.com

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santuario será liberado, o limpiado, de los registros del pecado. En el símbolo, esta gran obra de expiación, oel acto de borrar los pecados, estaba representada por los servicios del día de la expiación, o sea de lapurificación del santuario terrenal, la cual se realizaba en virtud de la sangre de la víctima y por la eliminaciónde los pecados que lo manchaban.Así <strong>com</strong>o en la expiación final los pecados de los arrepentidos han de borrarse de los registros celestiales, parano ser ya recordados, en el símbolo terrenal eran enviados al desierto y separados para siempre de lacongregación.Puesto que Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de todos los pecados que causaron lamuerte del Hijo de Dios, la justicia exige que Satanás sufra el castigo final. La obra de Cristo en favor de laredención del hombre y la purificación del pecado del universo, será concluida quitando el pecado delsantuario celestial y colocándolo sobre Satanás, quien sufrirá el castigo final. Así en el servicio simbólico, elciclo anual del ministerio se <strong>com</strong>pletaba con la purificación del santuario y la confesión de los pecados sobrela cabeza del macho cabrío símbolo de Azazel.De este modo, en el servicio del tabernáculo, y en el del templo que posteriormente ocupó su lugar, seenseñaban diariamente al pueblo las grandes verdades relativas a la muerte y al ministerio de Cristo, y una vezal año sus pensamientos eran llevados hacia los acontecimientos finales de la gran controversia entre Cristo ySatanás, y hacia la purificación final del universo, que lo limpiará del pecado y de los pecadores. 373CAPÍTULO 21. El Pecado de Nadab y Abiú<strong>DE</strong>SPUES de la dedicación del tabernáculo fueron consagrados los sacerdotes para su oficio sagrado. Estosservicios requirieron siete días, y en cada uno de ellos se cumplieron importantes ceremonias. Al octavo díaprincipiaron su ministerio. Ayudado por sus hijos, Aarón ofreció los sacrificios que Dios estipulaba, y alzó susmanos y bendijo al pueblo. Todo se había hecho conforme a las instrucciones de Dios, y el Señor aceptó elsacrificio y reveló su gloria de una manera extraordinaria: descendió fuego de Dios y consumió la víctima queestaba sobre el altar. El pueblo vio estas maravillosas manifestaciones del poder divino, con reverencia y sumointerés. Las tuvo por señal de la gloria y el favor de Dios, y todos a una elevaron sus voces en alabanza yadoración, y se postraron <strong>com</strong>o si estuviesen en la inmediata presencia de Jehová.Pero bien pronto cayó una calamidad repentina y terrible sobre la familia del sumo sacerdote. A la hora delculto, cuando las oraciones y las alabanzas del pueblo ascendían a Dios, dos de los hijos de Aarón tomaroncada uno su incensario, y quemaron incienso, para que ascendiera <strong>com</strong>o agradable perfume ante el Señor. Peroviolaron las órdenes de Dios usando "fuego extraño." Para quemar el incienso se valieron de fuego <strong>com</strong>ún enlugar del fuego sagrado que Dios mismo había encendido, y cuyo uso había ordenado para este objeto. Acausa de este Pecado, salió fuego de delante del Señor y los devoró a la vista del pueblo.Después de Moisés y de Aarón, Nadab y Abiú ocupaban la posición más elevada en Israel. Habían sidoespecialmente honrados por el Señor, y juntamente con los setenta ancianos 374 se les había permitidocontemplar su gloria en el monte. Pero su transgresión no debía disculparse ni considerarse con ligereza. Todoaquello hacía su pecado aun más grave. Por el hecho de que los hombres hayan recibido gran luz, y <strong>com</strong>o lospríncipes de Israel, hayan ascendido al monte, hayan gozado de la <strong>com</strong>unión con Dios y hayan morado en laluz de su gloria, no deben lisonjearse de que pueden después pecar impunemente; no deben creer que porquefueron así honrados, Dios no castigará estrictamente su iniquidad. Este es un engaño fatal. La gran luz y losprivilegios otorgados demandan reciprocidad, que debe manifestarse en una virtud y santidadcorrespondientes a la luz recibida. Dios no aceptará nada menos que esto. Las grandes bendiciones oprivilegios no debieran adormecer a los hombres en la seguridad o la negligencia. Nunca debieran dar licenciapara pecar, ni debieran creer los favorecidos que Dios no será estricto con ellos. Todas las ventajas que Diosconcede son medios suyos para dar ardor al espíritu, celo al esfuerzo y vigor en el cumplimiento de su santavoluntad.En su juventud, Nadab y Abiú no habían sido educados para que desarrollaran hábitos de dominio propio. Ladisposición indulgente del padre, su falta de firmeza en lo recto, le habían llevado a descuidar la disciplina desus hijos. Les había permitido seguir sus propias inclinaciones. Los hábitos de <strong>com</strong>placencia propia,practicados durante mucho tiempo, los dominaban de tal manera que ni la responsabilidad del cargo mássagrado tenía poder para romperlos. No se les había enseñado a respetar la autoridad de su padre, y por eso no<strong>com</strong>prendían la necesidad de ser estrictos en su obediencia a los requisitos de Dios. La equivocadaindulgencia de Aarón respecto a sus hijos, preparó a éstos para que fueran objeto del castigo divino,Dios quiso enseñar al pueblo que debía acercarse a él con toda reverencia y veneración y exactamente <strong>com</strong>o élindicaba. El Señor no puede aceptar una obediencia parcial. No bastaba 375 que en el solemne tiempo delculto casi todo se hiciera <strong>com</strong>o él había ordenado. Dios ha pronunciado una maldición sobre los que se alejan

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