Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
46<br />
portamientos y demandas “comunitaristas”, movimientos revalorizadores<br />
de la familia y de la religión, una recuperación de las identidades<br />
culturales perdidas y manifestaciones de arraigo y defensa del territorio<br />
del que se quieren reapropiar. En conjunto se pueden considerar<br />
unos “viejos-nuevos” valores de civismo que no siempre son la expresión<br />
de valores universalistas.<br />
ESPACIO PÚBLICO: EL LUGAR DEL CIVISMO 12<br />
Josep Pla decía: “[...] de las ciudades, lo que más me gusta son las<br />
calles, las plazas, la gente que pasa ante mí y que probablemente no<br />
veré nunca más” (Prólogo a Cartas de lejos, 1927). André Breton estaba<br />
fascinado por la magia de la ciudad, por la aventura posible que uno<br />
puede encontrar al torcer la esquina de cualquier calle (Nadja).<br />
La buena fama de Barcelona, y en general de la ciudad europea, se<br />
debe, principalmente, a su urbanismo ciudadano, a la calidad del espacio<br />
público y a la vida urbana que permite. También es posible hacer<br />
una lectura positiva de las recientes tendencias del urbanismo.<br />
. La calle y la plaza son el espacio colectivo por excelencia y una parte<br />
importante del urbanismo moderno lo ha revalorizado, tal vez más<br />
bien desde el punto de vista cultura que del diseño. De todos modos,<br />
se han mantenido y valorizado los ensanches, se ha renovado el concepto<br />
de manzana para hacerlo menos rígido, se han criticado y, con<br />
LOS MONOGRÁFICOS DE B.MM NÚMERO 6<br />
“El ciudadano-usuario de la ciudad metropolitana es atópico, no es de un<br />
lugar concreto, y la conciencia cívica tiende a diluirse, a debilitarse. Aunque<br />
esta tendencia es menos evidente en las ciudades catalanas que en otras<br />
regiones, también se va manifestando aquí con más fuerza cada día”.<br />
Carlos Bosch<br />
frecuencia, rectificado las concepciones de las plazas como lugares de<br />
distribución de la circulación. En muchos casos se ha superado la concepción<br />
del espacio público o espacio verde como espacios segregados<br />
y especializados y se ha considerado que tanto las plazas como los jardines<br />
y los parques urbanos deben ser referentes tanto físicos como<br />
simbólicos que marquen límites y que establezcan continuidad, que<br />
sean polivalentes y accesibles y sean lugares de paso y de reposo.<br />
. La relación con la circulación se va modificando poco a poco. Si en<br />
los años sesenta se reducían las aceras y se suprimían los bulevares o<br />
calles ajardinadas para facilitar la circulación motorizada, a partir de<br />
los ochenta se inicia una tendencia de signo contrario. Se piensa más<br />
en la circulación a pie y se peatonalizan (o semipeatonalizan) calles y<br />
plazas. La consigna es “tranquilizar” el tráfico urbano, separar vías más<br />
que segregarlas, contabilizar todas las modalidades de circulación y<br />
priorizar las modalidades más integrables en la vida urbana, como el<br />
tranvía. En Barcelona y en otras ciudades europeas se tiende a que una<br />
parte importante de la movilidad diaria se realice a pie (actualmente,<br />
un tercio en Barcelona). Al igual que en el transporte público, el trayecto<br />
a pie requiere calidad, en este caso del entorno. El camino más<br />
corto entre dos puntos es a menudo el más bonito.<br />
. Las grandes infraestructuras de comunicación (puertos, estaciones<br />
ferroviarias y de autobuses, ejes viarios, etc.) han sido zonas históricamente<br />
marginales o rupturas del tejido urbano. Hoy contamos con<br />
ejemplos positivos de que estas áreas pueden convertirse en un factor<br />
de calificación urbana y contribuir a crear ciudad, como la Stazione<br />
Termini en Roma, las renovaciones urbanas de puertos, como el de<br />
Baltimore o Cape Town, o las Rondas de Barcelona. Se puede hacer un<br />
razonamiento similar en relación con los grandes equipamientos culturales<br />
o universitarios, incluso hospitalarios o de empresas de servicios,<br />
que pueden convertirse en elementos de centralidad o de animación<br />
urbanas, atraer nuevas actividades y ser compatibles con<br />
viviendas y comercios. Los “no lugares”, como se ha puesto de moda<br />
llamarlos, pueden convertirse en lugares.<br />
. La reconversión de zonas industriales obsoletas y la regeneración de<br />
barrios degradados o marginales pueden “crear ciudad” o contribuir a<br />
deshacerla. Ya hemos hablado de las dinámicas segregadoras y especializadoras,<br />
de los barrios cerrados y de los parques temáticos. En<br />
Barcelona es posible encontrar en la actualidad algunos ejemplos<br />
negativos en el caso de Diagonal Mar y en la zona Forum, aunque aún<br />
es posible llevar a cabo su reconversión ciudadana. En todo el mundo<br />
podemos hallar ejemplos interesantes de reconversiones realizadas<br />
mediante grandes proyectos urbanos o planes integrales que reconstruyen<br />
unos ámbitos de vida ciudadana basados en la diversidad de<br />
actividades y poblaciones, en el compromiso con la historia urbana del