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Gestión en las artes Ciudad de México / México
Becas, prestigios y la disidencia
condicionada del arte
emergente
L as
becas, como cualquier estímulo económico suelen tener
un doble trasfondo, por un lado son mecanismos que además
de favorecer la creación del arte, lo legitiman y lo difunden,
pero por otro lado, responden a los ambivalentes intereses
de las instituciones o los particulares que las financian, o como se
suele decir, “Los premios se dan a la gente correcta por las razones
incorrectas”; este aplastante condicionamiento político, en ecosistemas
culturales en perenne construcción como el del arte en
México, y donde las oportunidades escasean, se revela como una
función determinante e inevitable en la carrera de cualquier artista
emergente.
A partir de 1995, a manera de reflejo tardío del auge que tuvo el mercado
del arte en México unos cuantos años antes, se creó el Salón de Arte
Bancomer, el cual fungió como un híbrido entre la tradicional convocatoria
de la bienal por invitación, y una feria de arte sin galerías donde anualmente
los artistas seleccionados podían ofrecer su trabajo en venta, al
mismo tiempo, que entraban en consideración de una indeterminada elite
de pudientes coleccionistas. Después de diez ediciones y ante la obsolescencia
de su formato, ello debido a la segmentación del mercado del
arte gracias a la emergencia de Zona Maco y la regular presencia de las
galerías mexicanas en ferias internacionales, este salón llegó en el 2004
a su término, transformándose en las becas del programa Bancomer/
MACG Arte Actual 1 , que desde el 2008 y en conjunción con el Museo de
Arte Carrillo Gil han creado un archivo de artistas emergentes, y desde el
cual se selecciona y sigue desde sus primeros bocetos, su posterior producción
y hasta su exhibición, aquellas propuestas a las que se considera
merecedoras de un apoyo.
El ecosistema del mundo del arte contemporáneo en México, si bien ya
tiene un gran avance en su configuración, opera todavía como un lento
e insuficiente mecanismo de incorporación de sus artistas emergentes:
El mercado es muy raquítico, las instituciones no generan proyectos curatoriales
que sean respaldados por un sólido discurso y que se acompañen
de su respectivo catálogo en edición bilingüe, además de que tanto
museos como escuelas no han logrado al momento de introducir programas,
conocimientos, artistas o proyectos relevantes del primer mundo,
igualmente, legitimar y exportar arte mexicano a los centros neurálgicos
del arte global.
A partir de la expansión del arte contemporáneo hacia cualquier cosa o
disciplina, los artistas emergentes se enfrentan a la compleja necesidad
de dar unidad a sus discursos, no sólo para materializar una sólida práctica
generadora de conocimientos específicos, sino incluso para concentrarse
en lograr una elemental y competitiva diferenciación respecto
a otros artistas, circunstancia que trae consigo el buscar procurarse
recursos, legitimación y visibilidad, tal y como los que proporcionan las
becas y premios; de tal modo, que esfuerzos de gestión, apoyo y difusión
cultural como los que implican Ars-tesauro 2 , las becas Bancomer-MACG
o programas como Arte Shock, se constituyen ambivalentemente tanto
como valiosas herramientas de apoyo al arte emergente, y que contribuyen
en parte a consolidar el ecosistema del arte contemporáneo en
México, como mecanismos restrictivos que establecen jerarquías de
unos artistas sobre otros, lo cual funge como un condicionamiento curricular
por medio del cual se pasa a segundo término las cualidades y méritos
creativos de los artistas; una evidencia de esta ecuación de poder
entre apoyos, becas y premios, es el que Ars-tesauro, un diccionario en
línea de artistas emergentes (62 de ellos hasta la fecha), solo proporciona
visibilidad a los artistas elegidos, mientras que las becas Bancomer-
MACG, requieren un mayor nivel curricular (visibilidad previa), así como
someterse al rígido cumplimiento que se exige a los becados seleccionados
de los tiempos y las formas en el rendimiento de cuentas, situación
que obliga al artista a dividirse entre concentrarse en su propio proceso
creativo, y cumplir a su vez con los desgastantes lineamientos de la beca,
para poder así continuar recibiendo el apoyo financiero.
1 http://www.museodeartecarrillogil.com/j_creadores/indexac.html
2 http://www.ars-tesauro.com.mx
Por / by
Por Eduardo Egea
Investigador en arte y editor de www.
artgenetic.blogspot.com
Zonas evasivas: La ampliación del arte y las vicisitudes de su promoción.
El arte que busca regresar al flujo de lo cotidiano social a través de la
participación simbólica o activa de la comunidad, es uno de los caminos
que con mayor fuerza ha cooperado a diversificar los comportamientos
y recursos del arte actual, pero a su vez, es uno de sus recursos más huidizos,
y aun cuando se encuentra en paradójico proceso de institucionalización,
es de los que más dificultades experimentan en su clasificación
y consecuente promoción y legitimación: Dos de los becarios del último
programa Bancomer/MACG consecuentes con este perfil, son Fritzia
Irizar (1977) e Idaid Rodríguez Romero (1975), este último artista, ha venido
desarrollando desde el 2003 el proyecto, La Fama Perdida, en el que
busca reconstruir la memoria de la fábrica de Hilados y Tejidos, La Fama
Montañesa, lugar en el que trabajaron sus abuelos y que fue cerrado en
1998; así, Rodríguez ha implementado el uso de relatos, dibujos, fotografías
y documentos comunitarios, además de vídeos de ex-obreros de
este sitio de trabajo.
El proyecto de Fritzia Irizar para esta beca, tiende a ser ambiguo e inmaterial,
es algo así como un ejercicio de “conceptualismo popular” ya que
consiste en la creación de un sistema de asistencia social, sin fines de
lucro, que a la postre ponga a circular un bien intangible como la buena
suerte, “Voy a comprar al público amuletos para la buena suerte, después
estos amuletos serán analizados científicamente, y finalmente volverán a
ser depositados de nuevo en el público, con la condición que las personas
interesadas demuestren que está pasando por una mala racha”. 3
Edgardo Aragón, Tinieblas, 2009, 13 channel video color, sound
La acción llevada a cabo por trece músicos en trece puntos que demarcan los límites de
un pueblo en conflicto constante con respecto a sus fronteras en el sur de México. Los
músicos interpretan una melodía para cortejo fúnebre conocido como Tinieblas.
3 http://www.conaculta.gob.mx/sala_prensa_detalle.php?id=7152
24 www. artealdiamexico.com
Edgardo Aragón, Matamoros, 2009
single channel video, color, sound, 23’’
En esta obra Aragón recrea el viaje de Pedro Vásquez Reyes por
una ruta usada durante los años ochenta para el tráfico de marihuana
de Oaxaca en el sur de México, a Matamoros, Tamaulipas
en la frontera norte del país.
Sin embargo, un artista como Edgardo Aragón (1985), quien fue becario
de la primera convocatoria de Bancomer, muestra diversos retos para su
promoción oficial 4 , ya que entrelaza en su obra circunstancias sociopolíticas
con referencias personales, mezclando conflictos sociales como
corrupción, violencia, ilegalidad, crimen organizado, con recuerdos y
reliquias familiares: En su serie, Efectos de Familia, Edgardo recoge un
fragmento de su historia familiar a partir de la recreación de hechos violentos;
en el vídeo, Matamoros, el artista vuelve a recorrer una ruta entre
Oaxaca y Tamaulipas, trayecto por el cual su padre solía traficar drogas
hacia los Estados Unidos.
Fritzia Irizar, Sin Título (Fuerza Bruta), 2010
La obra consiste en una caja fuerte que tiene inscrita en su superficie externa un cálculo
matemático sin resolver cuya solución equivale a la combinación que abre la caja fuerte y
en su interior un valor por descubrir. La caja fue emplazada en un área pública de la ciudad
de México y monitoreada las 24 horas por cámaras ocultas de video, cuya transmisión fue
presentada en tiempo real en el espacio de exposición, en un monitor al medio de una sala
toda cubierta en sus paredes del cálculo que se encuentra sobre la caja fuerte hecho en
pintura blanca sobre fondo gris.
Estas condiciones y características, evidencian el contradictorio, pero
vivo momento del arte actual y en particular el del emergente, para el
cual su plena aceptación y éxito comercial son todavía una incierta y remota
posibilidad, circunstancia que se contrapone a la zona de confort
que representa la inserción meramente técnica y temporal de artistas
jóvenes en la economía paralela 5 que representan las iniciativas institucionales
o de gestión cultural, cuyos ineludibles procesos entran en
un irresoluto conflicto con la extensa e inaprensible naturaleza del arte
contemporáneo del último medio siglo. Este limbo que es la visibilidad y
legitimación a medias del arte emergente, es consecuente con un ecosistema
en permanente construcción como el del arte en México, ejemplo
que sirve en el presente ensayo para revelar la encrucijada que tarde
o temprano tiene que encarar todo artista: Hasta qué punto los alcances
de sus logros y carrera se determinan por la solidez de su arte, o por el
ilusorio estatus que le proporciona el recibir premios o becas.
4 Aragón al haber sido becario de Bancomer y a su vez ser seleccionado en Ars-tesauro,
tanto por su edad como por el perfil de su obra puede verse como un creador que sirve
de puente entre ambas iniciativas y la naturaleza expansiva y a veces incomoda del arte
actual, tal y como sucede más radicalmente con dos artistas incluidos solo en Ars-tesauro:
Juan Caloca (1985), quien en su serie, Vísceras de Nación, cuestiona los símbolos y la identidad
nacional, ya que en su vídeo acción 3, utiliza una fúnebre bandera mexicana con los
colores rojo y verde cancelados a negro, y la cual ondea afuera de dependencias como la
ALDF, el Palacio de Bellas Artes, en el techo de la SEP, e incluso, desde una ventana de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación; a su vez, Yollotl Manuel Gómez Alvarado (1989),
propone en su Proyecto X, hackear las páginas web de galerías o instituciones para insertar
el currículo falso de una inventada generación de artistas.
5 El mercado o economía paralela opera de manera alterna al mercado del arte, se regula
desde las instituciones, y es regido sobre todo por curadores y funcionarios, quienes adjudican
a los artistas de su elección, premios, becas, comisiones, exposiciones, residencias,
talleres, etc., para una mejor puesta en contexto, consultar Arte al día México No. 50, abril
– mayo del 2011, ensayo, Repensando al artista como creador de conocimiento. Replica
al simposio “Between Theory and Practice: Rethinking Latinamerican Art in the 21st Century”.
Págs. 38 y 39.