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ACTUALIDAD ECONOMICAEl precio de la carne y las medidas antiinflacionariasPor Santiago Gastaldi y Flavio E. BuchieriLa semana económica tiene como temas destacados la profundización de las relaciones con Venezuela,el alza preocupante de los precios de los bienes de primera necesidad, el movimiento alcista hacia los $3del dólar y los rumores de cambio de ministro de economía.En cuanto a la relación con Venezuela, intensificada luego de la reciente cumbre hemisférica y del viajedel Presidente Kirchner a Caracas, existen promesas del Presidente Chávez de comprar más bonosargentinos –ya lo ha hecho por U$S 950 millones-. Esto le permite a Argentina pagarle con más holgura lacuenta al FMI y no depender críticamente de la renovación del acuerdo suspendido. De parte de Kirchner,el compromiso es impulsar la incorporación de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, a partir delmes de diciembre.Adicionalmente, ambos se han comprometido a licitar los estudios de prefactibilidad técnica para laconstrucción de un gasoducto de 4.000 kilómetros que una a Caracas con la Argentina, y la constituciónde un fondo de financiamiento sudamericano que apoye el desarrollo de infraestructura en la región. Losacuerdos celebrados buscan U$S 1.000 millones anuales de intercambio bilateral para el próximo año.En el documento final se destacan estos negocios: la repotenciación de la represa de Macagua por partede la empresa Impsa, la venta de maquinaria agrícola argentina por U$S 113 millones por cinco años y elenvío de 5 millones de barriles de gasoil venezolano para la cosecha agrícola. Además, Venezuelacompraría 20.000 toneladas de leche en polvo, 8000 toneladas de carne bovina, 20.000 toneladas deaceites de girasol y soja y 12.000 toneladas de pollo. Así, los dos países redoblan su alianza estratégica yson observados por Estados Unidos, con los que ambos atraviesan tensiones diplomáticas.La inflación, los gremios y los consejosLos dichos de Hugo Moyano, anunciando que no se quedará corto en el momento de hacer reclamos desalarios, dado el deterioro que sufren las retribuciones por la inflación presente, muestran que esteproblema es el principal que debe enfrentar la política económica.Lo lamentable es que se la podría haber evitado, en gran medida, si no se hubiera hecho tanta políticaexpansiva de la demanda agregada, inductora finalmente de la generación de expectativas de inflaciónque ya tiene incorporada la sociedad, y actuado con tanta rémora para abordar los requerimientos paraampliar la oferta de los bienes y servicios críticos, ligados a las empresas privatizadas; si a su debidotiempo el gobierno hubiera escuchado las observaciones de los economistas por él más criticados, demás de un año atrás, relativos a los riesgos de la política que ensayaba.El gobierno pudo haber sido mucho más prudente de lo que fue en materia de gasto y políticas deingreso, pero priorizó el logro de un resultado electoral importante, finalmente obtenido, y ahora debelidiar con el diseño de un conjunto de políticas que contengan las expectativas de inflación sin afectargrandemente la actividad económica.Teniendo en cuenta la historia inflacionaria del país, no se dice algo extraño cuando se manifiesta que esnecesario darle un combate frontal a la situación a los fines de evitar que la inflación se desmadre,seguramente aplicando política antipática, que será estigmatizada como neoliberal, pero no existenmuchas alternativas a estas medidas que más tarde o más temprano deberán suceder. Sólo un granpacto social, de fuertes compromisos de los sectores intervinientes –puede verse el SuplementoEconomía, Gobierno y Sociedad nº 127- podría atemperar las políticas restrictivas.


Los anuncios antiinflacionariosLos anuncios de las últimas semanas más los de la presente muestran que el gobierno prefiere másinflación antes que menos reactivación, siempre que no se supere una banda de 12 – 15%. Loselementos de la política anti inflacionaria, surgida de forma aluvional, está constituido por: el no consumodel exceso de recaudación sobre lo presupuestado para el período noviembre 2005 – abril 2006 + lasuspensión de los reintegros a la exportación de alimentos + la suba sugerida de encajes bancarios +las medidas reductoras del costo laboral (una indemnización y media y no dos por despido y una reformadel régimen de ART) + la suba de las retenciones a las exportaciones de carne (desde el 5 al 15%) + lossubsidios al transporte de pasajeros para evitar que suba el boleto (tren, subte o colectivo).El gobierno pretende con esas medidas, una inflación que no induzca a generalizar la indexación y que, ala par, no deteriore velozmente el tipo de cambio real (poder adquisitivo de las divisas en el mercadolocal). Esto es el sueño del ministro feliz, que es mantener la inflación constante sin tener que frenar lareactivación.El problema es que, por una parte, los anuncios son débiles para revertir –en el corto plazo- lasexpectativas de inflación ya desarrolladas en la sociedad y, por otro lado, el hecho que mientras lareactivación económica siga al elevado ritmo actual es difícil que el gobierno cambie el estilo de la políticapresente, que no aborda frontalmente la cuestión inflacionaria. La intensidad de las herramientas antiinflacionariassería mayor si hubieran alzas de precios al nivel del 20 % en términos anuales, o si enalgunos meses se superase el 2%.Pero, además, no podemos dejar de señalar que hay en el menú instrumentos negativos para elcrecimiento de la economía argentina, como son las retenciones a las exportaciones, por una parte, einstrumentos que faltan, como son los incentivos para que se oferten de forma abundante bienes yservicios críticos para la estructura productiva.Los anuncios cárnicosNoviembre será un mes que superará el 1% de alza del costo de vida, siendo los precios de la carne almostrador los más expuestos a la hora de buscar los responsables para el registro inflacionario. Tambiénson señalados por el gobierno las grandes empresas de la cadena alimentaria, que en su apreciaciónestarían cartelizadas, con acuerdos implícitos entre ellas como para configurar un comportamientomonopólico. Coto, Jumbo y otras, han merecido el duro castigo del discurso presidencial por estos días.Lavagna, para atemperar el problema del alza del precio de la carne en el mercado interno aumentó lasretenciones a las exportaciones cárnicas del 5 al 15%, y eliminó los reintegros que las beneficiaban.Esas medidas, anunciadas el día 17, fueron rechazadas por todo el arco de la cadena de ganados ycarnes. Es que el aumento de las retenciones tendrá un efecto reducido en los valores de los cortes deconsumo masivo y es una mala señal para el mediano y largo plazo para el sector ganadero y para elresto de la cadena, porque desincentiva la producción e inversión.La carne sube no porque haya monopolios u oligopolios, sino porque no hay oferta suficiente frente a lacreciente demanda internacional y local. La consecuencia directa de las medidas, pasado un ciertotiempo, será una caída de la oferta de hacienda. Se trata de una medida a favor de la soja, aunque elgobierno no lo quiera.Las ventas externas de carne, que hasta septiembre pasado habían sido casi US$ 1000 millones, un 30%más que en igual período de 2004, podrían frenarse si estas medidas no son revisadas. Con toda lógica,los perjudicados se preguntan si este aumento de ventas externas no es positivo para el país; si laapertura de nuevos mercados sigue ocurriendo, ¿se va a seguir aumentando las retenciones?. Esto esuna muestra de la inconsistencia de la política que se ensaya.


En la visión gubernamental, la suba de las retenciones es una medida de redistribución de la rentaextraordinaria de un sector y vía las retenciones se captura una parte de esa renta, manteniendo el tipode cambio competitivo. El Estado no estaría cambiando las reglas del juego por esta suba sinopriorizando la equidad. La suspensión de los reintegros a los productos alimenticios también tendría unaexplicación más redistributiva que antiinflacionaria. Desde esta columna no compartimos esasapreciaciones, porque hay muchos mejores instrumentos para atender ese objetivo, entre otros, elimpuesto a las ganancias.Algunas propuestas que podrían implementarseDetener la suba de precios de la carne, dada la preocupación oficial por el alza del costo de vida, puedeser lo que haga volver atrás el aumento de las retenciones a las exportaciones anunciado. No podríadescartarse un acuerdo de los frigoríficos para suspender en forma transitoria las exportaciones de carnea Europa, para incrementar la oferta interna y lograr bajar los precios. Los grandes frigoríficos que tienenel 76% de la cuota Hilton realizaron esta propuesta, aunque es difícil que el resto de los frigoríficostambién lo compartan. Otra que podrían sugerir es pagar U$S 2.500 por tonelada de carne de cuotaHilton, como pago a hacer al fisco para evitar que éste aplique el aumento de retenciones.Otra que podría ser sugerida es la eliminación definitiva de la restricción de peso de los vacunos para ir afaena. Es que en referencia a esta última medida, fue implementada para inducir la entrada de haciendade forma anticipada, abultando la oferta de corto plazo, de manera de no tener sobresaltos de preciosprevio a las elecciones de octubre. El productor es el que mejor sabe cuál es el momento óptimo paraentrar sus animales para la faena, dada las restricciones a que se enfrentan. Difícilmente un funcionariogubernamental sepa más que el productor implicado.

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