CUARESMA - PASCUA 2011indispensable en las transformaciones individuales ycolectivas; precipitaron el torrente <strong>de</strong> la Revoluciónsobre el trono y sobre Francia y fue más la sangre<strong>de</strong>rramada, mayor, mucho mayor el número <strong>de</strong> lasvíctimas, <strong>de</strong> cruelda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> locuras consumados queel <strong>de</strong> <strong>los</strong> instantes que duró el régimen <strong>de</strong> Danton yRobespierre para hundirse y <strong>de</strong>jar que se levantarasobre <strong>los</strong> escombros hacinados la figura <strong>de</strong>l emperadorNapoleón. El fracaso fue completo, ruidosísimo; elpueblo francés cayó rendido a <strong>los</strong> pies <strong>de</strong>l gran capitánporque las transformaciones sociales no son obra <strong>de</strong>un día, ni <strong>de</strong> un instante, sino <strong>de</strong> <strong>los</strong> sig<strong>los</strong>. Quenuestra sociedad necesita ser transformada es cosaclara, evi<strong>de</strong>nte; pero ¿cómo podrá ser llevada a feliztérmino esa transformación?Obrando sobre las costumbres, sobre las i<strong>de</strong>as,apoyándose sobre el tiempo y haciendo esfuerzos<strong>de</strong>cididos por formar una generación que se parezcamuy poco a la presente. Ésta, entre otros <strong>de</strong>fectostiene el imperdonable <strong>de</strong> no saber ser fuerte para loque exige siempre una vida noble, levantada y virtuosa:el sacrificio, la inmolación <strong>de</strong> nosotros mismos hastadon<strong>de</strong> sea posible. Las generaciones <strong>de</strong> nuestros díassolo saben gozar y divertirse. Muy semejantes alpueblo <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong> Augusto solo pi<strong>de</strong>n pan ydiversiones, y por esto, impotentes para sacrificarse,lo son inevitablemente para lanzarse sin miedo y sinvacilaciones a conquistar la verdad, la virtud y lalibertad.Urge, pues, formar una nueva generación, que sepay pueda hacerles frente a todas las catástrofes <strong>de</strong> lavida y que muy lejos <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse arrastrar por lacorriente <strong>de</strong> las circunstancias y <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos <strong>los</strong>modifiquen hasta don<strong>de</strong> sea necesario para ser gran<strong>de</strong>sy ser fuertes.Ésta tarea <strong>de</strong>be ser realizada por nosotros, y paraesto es preciso hacer que nuestras i<strong>de</strong>as caigan sobretodos <strong>los</strong> espíritus para conquistar<strong>los</strong>, sobre lascostumbres para señalarles un nuevo <strong>de</strong>rrotero; almismo tiempo, <strong>de</strong>bemos esperar que <strong>los</strong> sig<strong>los</strong> coronennuestra obra.No cabe, pues, ni <strong>de</strong>be caber el <strong>de</strong>saliento; cabensi, una acción vigorosa, constante, inacabable y lafirme esperanza <strong>de</strong> que el tiempo nos llevará a larealización <strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>seos.De la Carta Pastoral <strong>de</strong> <strong>los</strong> Obispos <strong>de</strong> México«Conmemorar nuestra historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fe parapág.22comprometernos hoy con nuestra patria», vernúmeros 71, 74, 75, 77, 85 y 95.La presencia real <strong>de</strong> Jesucristo entre nosotrosvence <strong>los</strong> límites <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo para alcanzarel corazón <strong>de</strong> cada hombre y mujer. Él es una presenciacontemporánea a cada uno <strong>de</strong> nosotros, que nos libera<strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong> la muerte.Es urgente que la buena noticia <strong>de</strong>l Evangeliofecun<strong>de</strong> hoy <strong>los</strong> proyectos más diversos a favor <strong>de</strong> ladignidad humana y <strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>. A nuestra generaciónle correspon<strong>de</strong> continuar la larga tradición <strong>de</strong> trabajoa favor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y la promoción humana, que hacaracterizado en tantas ocasiones a quienes profesamosla fe en Jesucristo.La Iglesia Católica propone, con respeto a la libertad<strong>de</strong> cada persona, una cultura a favor <strong>de</strong> la vida y ladignidad <strong>de</strong> cada hombre y mujer que participa en laNación Mexicana. Hoy vivimos un Cambio <strong>de</strong> Épocaen el que la cultura y la vida cristiana están siendocuestionadas, afectando la valoración <strong>de</strong>l hombre y surelación con Dios.La mayor amenaza a nuestra cultura está en querereliminar toda referencia o relación con Dios,provocando con ello un enorme vacío existencial;quien excluye a Dios <strong>de</strong> su horizonte, falsifica elconcepto <strong>de</strong> la realidad y en consecuencia sólo pue<strong>de</strong>terminar en caminos equivocados y recetas<strong>de</strong>structivas. La síntesis entre cultura y fe no es sólouna exigencia <strong>de</strong> la cultura, sino también <strong>de</strong> la fe. Unafe que no se hace cultura es una fe no plenamenteacogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida.Los creyentes <strong>de</strong>bemos volver nuestra mirada no sóloa <strong>los</strong> hechos <strong>de</strong>l pasado, sino a Cristo comoacontecimiento presente. Es Él quien nos sostiene entodo momento, quien nos acompaña con predileccióny en cuyas manos está colocado nuestro <strong>de</strong>stinotrascen<strong>de</strong>nte.Hoy nosotros, ante esta situación, po<strong>de</strong>mosmotivarnos con el ejemplo <strong>de</strong> Anacleto, a quien leentusiasmaba la causa libertaria; parecía transfigurarseen sus exposiciones hondas y apasionadas y su enormeelocuencia y enérgica expresión convencían yentusiasmaban a las multitu<strong>de</strong>s. La <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> <strong>los</strong>humil<strong>de</strong>s le apasionaba. La voz austera <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber lollamaba continuamente. Percibió el peligro en que seencontraba la Iglesia y se lanzó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla sinreservas. A ello se consagró en cuerpo y alma en todos<strong>los</strong> campos a su alcance.Bol-342
CUARESMA - PASCUA 2011ACTUEMOS(VER DA 406)- ¿Cómo vivimos <strong>los</strong> católicos <strong>de</strong> hoy?- ¿Cuál es tu relación <strong>de</strong> fe y compromiso social conlas personas más cercanas que te ro<strong>de</strong>an: familia,amigos, etc.?- ¿Hacemos notar nuestra i<strong>de</strong>ntidad propia, comobautizados?¿Qué aspectos tenemos que mejorar en nuestra vidacristiana?Tarea concreta.En el trabajo que <strong>de</strong>sempeñamos cada día, actuarcon responsabilidad, tratando a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más como nosgustaría que nos trataran. Compartir la experiencia <strong>de</strong>este tema en nuestra familia.CELEBREMOSEn solemne procesión llevando en alto la imagen<strong>de</strong> Cristo, la Virgen <strong>de</strong> Guadalupe, la <strong>de</strong>l BeatoAnacleto, el Cirio y la Ban<strong>de</strong>ra mexicana. Cantamos¡Que viva mi Cristo! Y <strong>de</strong>spués dos lectores intercalanesta oración a nuestros mártires.Todos respon<strong>de</strong>mos:R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Lector 1.Al crisol <strong>de</strong>l verano aciagocuando maduran <strong>los</strong> camposalzaron la fe en su vozen <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> lo que amaron.R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Lector 2.Enarbolada la fe en lo altoa un grito sonoro y profundo:¡que viva <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!¡Que viva Cristo Rey amado!R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Lector 1.En amor el corazón encendidotiñeron la tierra con su sangreen virtud <strong>de</strong> la gracia <strong>de</strong>l bautismo<strong>de</strong> la santa Iglesia nuestra madre.R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Lector 2.La misericordia compartieron,la Eucaristía celebrarony el combate resistieron,fieles testigos <strong>de</strong> Cristo crucificado.R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Lector 1.Danos Padre amorosoel valor <strong>de</strong> estos hermanospara <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la fe en Jesucristocon la fuerza <strong>de</strong> tu Espíritu.R. ¡Viva Cristo Rey y <strong>San</strong>ta María <strong>de</strong> Guadalupe!Canto: «Tu reinarás».P. Apolonio Ramírez T.EVALUEMOSSe les pregunta brevemente a <strong>los</strong> participantes quéfue lo más les gustó y qué es lo que concretamente sellevan para la vida.Bol-342pág.23