La Conducta Homosexual - Ministerio Cristo te Ama
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ebelión contra Dios por par<strong>te</strong> del ser humano en general, no de los romanos ó losgriegos en particular. Así pues, el <strong>te</strong>rmino correcto es igualmen<strong>te</strong> el universal, el denaturaleza como bien está traducido en el <strong>te</strong>xto. Aquí Pablo menciona, y es deresaltar que de forma específica y a la vez única en toda la Biblia, la conductalésbica, de modo que queda perfectamen<strong>te</strong> cubierta sin que quepa la ambigüedadque pudiera derivarse del hecho de que en el Antiguo Testamento únicamen<strong>te</strong> semencionaba la homosexualidad masculina. A esta se refiere también Pablo de formaprecisa en el versículo 27, en el que dice que los varones dejaron el uso natural delas mujeres y se abrasaron en deseos unos por los otros (traducción BJ).Además de ello, Pablo dice que esta rebeldía contra Dios, que se manifiesta en estoscomportamientos contra la naturaleza, son a su vez fuen<strong>te</strong>s de todo tipo deperversiones. Cuando el <strong>te</strong>mor de Dios se quita de la men<strong>te</strong> de los hombres. Cuandose rompen las reglas que instituyó para sus criaturas, esto en lugar de constituir elfin del camino, se convier<strong>te</strong> en el origen y fuen<strong>te</strong> para continuar en la pérdida detodos demás los valores que Dios estableció. El problema no es la homosexualidadcomo trauma, del que hemos hablado, que necesita como muchos otros traumas lanecesaria <strong>te</strong>rapia, ayuda y corrección, para la que la Iglesia de Dios tiene un mensajede ayuda, dones y el auxilio del Espíritu Santo. El problema consis<strong>te</strong> en la decididaactuación en contra de la voluntad de Dios, de querer rebelarse y seguir la idolatríaque en nuestros días tiene como centro de culto la personalidad del individuo, y uncoro de adoradores que le dicen: No hay Dios. Tú eres tu propio dios. Nadie tienederecho sobre ti para decir<strong>te</strong> como debes vivir. Rompe las ligaduras. Enorgulléce<strong>te</strong>de ser como quieres ser. Es<strong>te</strong> tipo de pensamiento fue el que llevó a Nabucodonosora vivir como los animales, y solo pudo recuperar la razón y la dignidad cuandovolvió los ojos a Dios. El <strong>te</strong>ma está claro en las Sagradas Escrituras, solo los que noquieren conformarse a la justicia de Dios y pre<strong>te</strong>nden establecer la suya propia seconvier<strong>te</strong>n en adversarios de la voluntad de Dios.Finalmen<strong>te</strong> <strong>te</strong>nemos un <strong>te</strong>xto en la epístola de Judas, aunque al hilo de lo queestamos tratando sería necesario que el lector la leyese completa varias veces,porque estamos viviendo en un ambien<strong>te</strong> también dentro de las iglesias cristianasque tiene un reflejo meridiano en todo el <strong>te</strong>xto. Se trata de defender ardien<strong>te</strong>men<strong>te</strong>la fe que una vez ha sido dada a los santos, por causa de algunos hombres impíosque han entrado encubiertamen<strong>te</strong> entre los santos para pervertir desde adentro lasverdades de Dios, promoviendo la disolución y libertinaje bajo el pre<strong>te</strong>xto de lagracia, pero en el fondo lo que pre<strong>te</strong>nden minar y socavar es la Soberanía de Dios yel Señorío de <strong>Cristo</strong> (Jud. 3-5). Centrándonos específicamen<strong>te</strong> en la cuestión quevenimos tratando, y que ya mencionamos en el apartado de Sodoma y Gomorra,encontramos aquí una nueva referencia al asunto, que conviene mencionar. Es elversículo 7, que dice: Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, lascuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carneextraña, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el juicio del fuego e<strong>te</strong>rno.El asunto ya lo hemos tratado ex<strong>te</strong>nsamen<strong>te</strong> en su momento, pero el deba<strong>te</strong> aquí secentra en la cuestión de la “carne extraña”. Los defensores de la homosexualidaddicen aquí que por el término carne extraña debe en<strong>te</strong>nderse que se refiere a querer<strong>te</strong>ner un contacto sexual no con varones, sino con los seres celestiales, los ángeles.