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La Conducta Homosexual - Ministerio Cristo te Ama

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enfermo se agrave cada día más y su estado sea cada vez más difícil y complicadode solucionar. Para que sigan enganchados a las cadenas del error y de laexplotación en la que viven.Pero el mensaje del evangelio, que trae el amor de Dios a las personas perdidas, y losabemos bien los que hemos servido duran<strong>te</strong> años en prisiones, es aquel que seaproxima con cariño a los pecadores, no para decirles que están sanos, sino parahacerles ver que están enfermos y que necesitan ayuda, pero que hay una esperanzaen el horizon<strong>te</strong>. Es un amor que trae una ayuda incomparable al pecador porque elevangelio es po<strong>te</strong>ncia de Dios para salvación y, operando con el poder del EspírituSanto, rompe todo tipo de ataduras, y lo conduce a la verdadera libertad. <strong>La</strong> libertadcon que el Hijo nos hizo libres. En la prisión donde yo he trabajado, había personascuyas conductas eran absolutamen<strong>te</strong> reprobables: violadores, homicidas, <strong>te</strong>rroristas,trafican<strong>te</strong>s de drogas, proxenetas, atracadores, etc. El mensaje del amor de Dios noconsistía en hacernos simpáticos a base de reírles las gracias, minimizar la maldadde sus actos, ó justificarlos. El mensaje es que Dios en su amor, y en su misericordiaestá siendo pacien<strong>te</strong> porque no quiere que ninguno se pierda, y que todos procedanal arrepentimiento. Que Dios quiere salvar sus almas y transformar sus vidas y susmen<strong>te</strong>s. Pero que Dios no ofrece la salvación, ni <strong>Cristo</strong> murió, para que las personassigan viviendo en la vida vieja de los tiempos de su ignorancia, sino para las buenasobras que ha preparado para que andemos por ellas. Su deseo es que nosconduzcamos en es<strong>te</strong> mundo sobria y piadosamen<strong>te</strong> haciendo Su voluntad yrepudiando aquello que le es abominable y que ya conocemos por su Palabrarevelada. Para que anhelemos y busquemos la santidad, “sin la cual ninguno verá alSeñor” (Heb. 12:14). No, para que sigamos con la men<strong>te</strong> carnal, sirviendo a losinstintos de la carne, sino con la renovación de nuestra forma de pensar paraconocer la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom. 12:2).Basados en la lectura de 1ª corintios que hemos leído, podremos decir que loshomosexuales no heredarán el reino de los cielos, pero tampoco los he<strong>te</strong>rosexualeslo heredaran sino se arrepien<strong>te</strong>n de sus pecados y acuden a <strong>Cristo</strong>. <strong>La</strong> conductahomosexual no es el condicionan<strong>te</strong> que divide a los hombres entre salvos yperdidos. Tampoco es el pecado imperdonable. Lo que divide a los hombres entresalvos y perdidos es el nuevo nacimiento. Los que no han nacido de nuevo nopueden ni ver, ni entrar en el reino de Dios (Jn. 3:3,5). <strong>La</strong> sangre de la cruz es eficazpara perdonar todos los pecados por más groseros y degenerados que fuesen (Is.1:16-20). Y Dios no vino para buscar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento(Luc. 5:32). Vino a buscar a personas que convictas de su pecado y del juicio que suculpa merece, incapaces de relacionarse en su condición natural con un Dios santo,del que son enemigos de ánimo en malas obras, anhelan reconciliarse, y vienen a<strong>Cristo</strong> en busca de salvación, encontrándose con su Redentor, su Maestro, su Guía,su Abogado, su Auxilio en las pruebas y tribulaciones. Y a partir de ese momento,de arrepentimiento, de cambio de men<strong>te</strong>, pueden conseguir por medio del don deDios, el Espíritu Santo, romper los lazos de la esclavitud del pecado que lesaprisionan, para servir y agradar a Dios en todo. Como escribe Pablo a los efesios(5:3-11 ), de aquellos deseos del viejo hombre como fornicación, y toda inmoralidad,ó avaricia, ni siquiera se nombre entre vosotros, como corresponde a santos. Porqueningún fornicario, o impuro, ó avaro ó idólatra (ya hemos dicho lo que abarca el

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