12.07.2015 Views

Caminando por antiguas y nuevas rutas - Ministero degli Affari Esteri

Caminando por antiguas y nuevas rutas - Ministero degli Affari Esteri

Caminando por antiguas y nuevas rutas - Ministero degli Affari Esteri

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Caminando</strong> <strong>por</strong> <strong>antiguas</strong> y <strong>nuevas</strong> <strong>rutas</strong>:10 años del Proyecto Takesi en el Sud Yungas de La PazPatrizia Di CosimoWilliam Castellón


<strong>Caminando</strong> <strong>por</strong> <strong>antiguas</strong> y <strong>nuevas</strong> <strong>rutas</strong>:10 años del Proyecto Takesi en el Sud Yungas de La Paz


El proyecto es apoyado <strong>por</strong> el Minsiterio de AsuntosExteriores de Italia y <strong>por</strong> la Embajada de Italia en La Pazgracias al compromiso del Embajador Luigi De Chiara.


Patrizia Di Cosimo, Directora del Proyecto Takesi, Dipartimento di Storie e Metodiper la Conservazione dei Beni Culturali, Universitá di Bologna 1 .William Castellón, Codirector del Proyecto Takesi, Asociación de ConsultoresPara el Desarrollo, ACUDE 2 .1 Escribe los capítulos de 1 a 62 Escribe los capítulos de 7 a 1006


EL ETERNO CAMINOEn el corazón de la ciudad se abre como una puerta imaginaria, entre murosbi-milenarios, opus reticulatum y opus latericium, rombos de piedras queparecen celdas de un panal, rectángulos de ladrillo desteñido <strong>por</strong> el viento yel sol de los siglos, hiedras que trepan apoyándose en sus dedos minúsculosde racimos. Allí comienza un camino, la vía Appia, que desde el centro deRoma llevaba hasta la extremidad de la península, en Brindisi, asomándose almar Iónico, que se proyecta hacia Grecia. La piedras de basalto, pulcras, pulimentadas,han sido consumidas <strong>por</strong> las pisadas de millones de seres humanos,viajando <strong>por</strong> sus comercios o quizá huyendo de guerras y devastaciones. Enmuchos lugares aún se encuentran las marcas de las ruedas de los carros queforman heridas rectas en las piedras.Cruzo unos turistas, unas familias: miro alrededor lápidas con inscripcionesen latín, nombres de cónsules o de emperadores, frases de buena suerteo amenazadoras, monumentos, tumbas. El mausoleo de Cecilia Metella, uncilindro perfectamente guardado de piedras con epígrafes, adornos, mármoles,la iglesia de Santa María in Palmis, construida en la Edad Media en el lugardonde según la tradición San Pedro dijo a Jesús las famosas palabras «Quo vadis?»,«¿Adónde vas?», eternizadas en la novela de Sienkiewicz y en la películade 1951 con Robert Taylor y Peter Ustinov.07


Sin embargo ahora, antes de llegar a la villa de la familia de los Quintilii,una neblina se levanta y envuelve todo alrededor mío, menos el piso, laspiedras consumidas <strong>por</strong> generaciones de transeúntes. Allí viene alguien haciamí, sus pasos parecen algo más cansados, y de hecho el camino ya es másduro, diríase empinado.Los picos oscuros y los nevados de un blanco azulado me observan, másbien que ser objeto de mis miradas. Pero, ¿qué pasa? ¿dónde me encuentro?Tan solo hace unos instantes estaba cruzando la vía Appia en Roma, y sin embargoestas rocas alpinas nada tienen que ver con la Ciudad Eterna. El hombrelleva un bastón, un sombrero ancho, gris, y un enorme bulto en su espalda.«Buenos días», me dice con amabilidad.«Buenos días», contesto, y: «<strong>por</strong> favor, ¿sería usted tan amable de decirmedónde estamos?».«¿Se ha perdido, pues? Este es el puente de la Laguna Calzado».El puente prehispánico de la Laguna Calzado. Estoy en el camino delKhasiri, en Wara Warani, unos cuatro mil metros más arriba y unos diez milkilómetros más a sur-oeste de Roma. Estoy en mis amados Andes, en Bolivia.El nevado frente a nosotros es un dios, otro dios: no es Venus, la protectora deRoma, la eternamente joven bisabuela de Rómulo, ni es el poderoso y caprichosoJúpiter ni Hermes, el que siempre cambia su apariencia, el multiforme dios de losmensajeros y de los ladrones. Este es el Illimani, el apu del agua, el gran hermanode Illampu, el Señor de la Luz, y de Wayna Potosí, el Señor de Piedra.08


Pues, no sé si esta es realidad o se trate de un sueño, de unos de losmuchos espejismo que habitan las mágicas tierras andinas. Lo que es cierto esque existen vínculos culturales, intelectuales, hasta sentimentales entre la culturaromana e italiana y la cultura boliviana y en especial modo de Tiwanaku.Dos culturas que han cruzado los siglos y hasta los milenios, que han fundadouna parte notable de su desarrollo en los caminos. Romanos y tiwanakotasfueron constructores de <strong>rutas</strong>, y en las vías edificaron ciudades, castillos,fortalezas, templos, tumbas.Los caminos han sido históricamente instrumentos de conocimiento, de intercambios,de comercios, de desarrollo y <strong>por</strong> supuesto de invasión, conquistay poder. La investigación científica demuestra hoy en día la existencia de unarelación directa entre el movimiento y el lenguaje: en los niños, <strong>por</strong> ejemplo, elpropio acto de desplazarse, incluso antes de lograr ganar la posición erecta,influye en el aprendizaje de la palabra. De manera parecida, los caminos romanos,tiwanakotas, inkas han sido herramientas para el desarrollo de idiomas,de historias, de literaturas, y entonces para la formación de entornos culturalesque juntaron diferentes poblaciones en un amalgama nuevo y más rico.Bolivia e Italia creen hoy en día en la necesidad de fortalecer el significadopositivo de las vías, metáforas de un mundo que se vuelve cada vez más una red deinterconexiones, que deben ser pacíficas y que pueden producir mutuas ventajas.No es entonces ninguna casualidad que la Universidad de Bolonia, depaso la primera y más antigua universidad del mundo, haya pensado, desa-09


ollado y realizado el proyecto Takesi, inicialmente gracias a la intuición de laprofesora Laura Laurencich Minelli, luego gracias al gran trabajo de la profesoraPatrizia Di Cosimo. No es sorpresivo que haya habido una excelente cooperacióncon la ACUDE y con su codirector William Castellón, y es simplementelógico y consecuente que la Embajada de Italia y el Embajador De Chiaraapoyen el proyecto.Nació un proyecto de investigación pero también con un corte de desarrollo:estudio arqueológico de salvaguardia, lo definen muy correctamentePatrizia Di Cosimo y William Castellón en las siguientes páginas. El turismo sostenibley el patrimonio cultural material (arqueológico) e inmaterial (<strong>por</strong> ejemploel festival de música y danza autóctona) son el punto de llegada de un caminolargo, complejo y fascinante.Como lo es el camino de los Yungas, abrupto, duro y a la vez hermoso: ysi su conexión mágica con los caminos que llevan a Roma era quizá el resultadode un sueño, no es imposible que gracias a la mediación de Hermes y delIllimani el espejismo pueda hacerse realidad.Silvio Mignano010


AgradecimientosA la Profesora Laura Laurencich-Minelli queremos expresar una honda gratitud,<strong>por</strong> habernos ofrecido su apoyo incondicional y la o<strong>por</strong>tunidad de emprenderlos estudios en el Sud Yungas, así como al Profesor Giorgio Gruppioni, de laFacoltá di Conservazione dei Beni Culturali, Polo Scientifico e Didattico di Ravenna(Universidad de Bolonia), que hace efectiva la realización del proyecto.Gracias a la Embajada de Italia en La Paz y al Ministerio de Asuntos Exterioresde Italia que otorga buena parte de los fondos para la investigación. Igualmentea los funcionarios y personal de la UNAR (ahora UDAM) de La Paz y alMinisterio de Culturas del Estado Plurinacional de Bolivia que han otorgado lospermisos y convenios para realizar los trabajos.Infinitas gracias a todos los guías, trabajadores y trabajadoras de lascomunidades del Sud Yungas, que ofrecieron hospitalidad y sus conocimientossobre el territorio y su cultura, siempre con gran cariño y generosidad, y enparticular a Julio Velarde, Edmundo Cuentas y Genaro Rivero. A todas las autoridadesde la Federación de Campesinos y Trabajadores del Sector Lambate,hombres y mujeres, en especial a Bernardo Mamani. Agradecemos tambiénal Honorable Consejo Municipal del Gobierno Autónomo del Municipio deIrupana <strong>por</strong> su apoyo institucional y al siempre disponible Alcalde ClementeMamani Condorena. De igual forma nos apoyan el Gobierno Autónomo de la011


Gobernación de La Paz, y en particular la Honorable Doris Pinto de la AsambleaDepartamental.A las contrapartes, arqueólogos y arqueólogas bolivianas, que han compartidoalegrías y dificultades del andar <strong>por</strong> tierras de Yungas: a Paloma ClavijoPrieto, Alejandra Sejas Portillo, Pablo Soruco Guzmán va nuestra gratitud, asícomo a las estudiantes voluntarias de la Universdad de Bolonia, que se enfrentaroncon entusiasmo a las exigencias de la vida de campo, que escribieron sustesis y que comentaron alguna vez el carácter del proyecto, situándolo entre unainvestigación científica y un curso de sobrevivencia: Flavia Micucci, Elsa Caroli,Elisa Cont, Giulia Borghi, Tiziana Gambini, Layla Buzzi.Al Instituto de Investigaciones Antropológicas Arqueológicas de la UniversidadMayor de San Andrés (La Paz), a la Hidroeléctrica Boliviana S. A., a laRadio Qhana y RHP <strong>por</strong> su apoyo logístico, y en particular a Lucy Condori, FélixHuarina y a la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) <strong>por</strong> la difusión denuestras labores. Gracias a Marcelo Maldonado y Oscar Porcel de ACUDE,y a Alberto Schiappapietra de GVC, que se han sumado con pasión, y <strong>por</strong> suamistad a Antonio Koriyama y a María del Pilar Lima Tórrez que siempre nosbrinda su amplio conocimiento sobre la arqueología boliviana.012


ResumenExponemos los resultados de 10 años de investigación del Proyecto Takesi dela Universidad de Bolonia (Italia) en el Sud Yungas de La Paz, sintetizando lainformación arqueológica, antropológica y etnohistórica adquirida durante todosestos años. Con el intento de encontrar un sentido actual y concreto en lasinvestigaciones científicas, y de armar un dialogo fructuoso entre el pasado, elpresente y el futuro, ponemos énfasis en la realidad actual de las comunidadesde la zona y de su relación y percepción del patrimonio arqueológico presenteen el territorio, remarcando su potencial de rescate cultural, histórico y económico,a través del turismo.013


014Fig. 1 - El círculo indica laubicación del área de estudio.Foto satelital de Google Earth.


1.IntroducciónEn este ensayo queremos contar diez años de trabajos del Proyecto Takesi enel Sud Yungas de La Paz (Fig. 1), transmitiendo una experiencia científica y ala vez humana.Esperamos poder transferir, en esta ocasión que gentilmente nos otorga laEmbajada de Italia en La Paz, la esencia de un trabajo que nos ha llevado aconocer no sólo huellas de un pasado lejano, sino la realidad presente de unterritorio y de sus gentes que nos han abierto con gran generosidad las puertasde su mundo.En el 2001, mi estimada profesora de la Universidad de Bolonia,Laura Laurencich Minelli, me llevó consigo al Valle de Takesi para emprenderun estudio arqueológico, en un área a mí desconocida hastaentonces y sobre la cual habían pocos artículos e informes (Stothert Stockman1967, Ovando Sanz 1970, DINAAR 1999). Fue un gran desafíoy con la fuerza de la pasión <strong>por</strong> la profesión, entré poco a poco en lostemas de la arqueología boliviana, en la geografía abrupta y encantadorade los Yungas, en las casas de campesinos y campesinas que meofrecieron hospedaje o simplemente una charla.A partir del Valle de Takesi, y del estudio del camino incaico que en élse desarrolla, decidí ampliar la zona de estudio para contextualizar esta vía015


monumental. Primero a la zona de Chulumani e Irupana, y luego hacia el SectorIllimani, un área que abarca las vertientes orientales del Mururata y del Illimani,rica en vestigios prehispánicos de gran extensión, entre los cuales existen muchoscaminos antiguos. Esta área del Cantón Lambate (Municipio de Irupana),que comprende un territorio de alrededor de 300 km 2 , y que desciende de los4000 hasta los 1300 msnm, se identifica en la percepción actual común, comoun lugar que está “adentro”, entendiendo algo alejado y de difícil acceso, desarrollándosea lo largo del río Chungamayu hasta su confluencia con el río LaPaz, comprendiendo una <strong>por</strong>ción de este valle.Los paisajes son de lo más variados, con cadenas y valles que disfuman alhorizonte, y luces del cielo, nieblas y vientos que mudan repentinamente (Fig. 2).Fig. 2 – El ‘Inka dormido’:silueta en las serranías delvalle de Chungamayu.016


2. Los YungasLa realidad histórica de estás tierras, como en general de la región de LosYungas (Fig. 3), se puede resumir en las palabras del gran historiador ThierrySaignes que tituló su obra “Andes Orientales: historia de un olvido”.Por mucho tiempo, hasta bien entrado el siglo XX, se consideró lazona como marginal, espacio periférico, frontera de guerra y refugio paraocultarse del poder vigente. Lo que me sorprende, y que de año en año voyaveriguando, es que esta situación sigue actual en muchos aspectos todavía,y espero que <strong>por</strong> medio de iniciativas como esta y sobre todo a travésdel conocimiento y puesta en valor del patrimonio custodiado en toda laregión, el sentido de aislamiento y abandono pueda mudarse muy pronto,en una integración plena que pueda parar el despoblamiento en curso delas comunidades yungueñas.Este fue en cambio, en tiempos prehispánicos, un territorio muy vivo ypoblado donde se desarrolló un sistema económico y social basado sobre lacomplementariedad entre zonas de alturas y climas diferentes, dando lugar auna rica dinámica histórica entre las “tierras altas” y las “tierras bajas”, queimplicó intercambios de largas distancias para aprovechar de los productos detoda altitud. Esto permitió a la zona “nuclear” (altiplánica) desarrollarse y articularseen sociedades complejas. Al mismo tiempo se hace siempre más evidente017


la existencia de sociedades locales y autónomas, con sus centros principales enel proprio Sud Yungas.Nuestra zona pertenecía, antes de la llegada de los Inkas, a la mitad Umade los tres grandes reinos aymara asentados en el altiplano alrededor del Titicaca,territorio que constituía la mitad Urcu (Bouysse Cassagne 1978) 1 . Los tresreinos eran los Colla con capital en Hatuncolla, los Lupacas con capital en Chucuitoy los Pacajes con su pueblo principal en Caquiaviri. Estos grandes señoríostenían sus capanas o enclaves dispersos en los valles orientales, conocidoscomo Manca Yungas, a diferencia de Alaa Yungas de la costa pacífica, dondeconvivían con moradores “autóctonos” llamados Yungas y Quiruas (Saignes1986), formando un mosaico de asentamientos multiétnicos donde los linderosentre etnias y territorios no coincidieron, modelo de asentamientos y organizaciónsocio-económica llamado <strong>por</strong> Murra (1975) “archipiélagos verticales”.Sabemos algo de los Quiruas los cuales vivían a lo largo del río La Paz y enlos territorios de la actual Chulumani, cuyo nombre se relaciona con la actividadde intermediarios de coca (Loza 1984). Su cabecera, antes de las reduccionesespañolas, fue Uyuni (actual Huni), para convertirse luego en Palca. Además seasignó en los documentos coloniales, el nombre de Chapi a Los Yungas de laregión de Chulumani, llamados también Yungas de Callapa para identificar alas enclaves pacajes de la zona, cuya cerámica hemos encontrado en las exca-1 Hay que recordar que la división entre urcu (seco) y uma (húmedo) corresponde a la división ecológica entre puna y valle.018


Fig. 3 - Mapa deNor y Sud Yungastomada de Meneses(1945), dondeaparecen los puebloscitados en el texto.vaciones arqueológicas del sitio de Ch”ijjtapata (Chuñavi). Este territorio pasó aser parte del corregimiento de Caracollo (o Sica Sica) bajo la reorganizaciónespañola (Barragan 1982).La colonización inka afectó grandemente a los valles interandinos del Collao,y especialmente a Los Yungas orientales, <strong>por</strong> tres razones: 1) para podercontrolar desde los valles, <strong>por</strong> medio del control de la producción, a los poderososseñoríos aymaras del altiplano; 2) para cortar las relaciones directasentre altiplano y llanos amazónicos, proveedores de bienes im<strong>por</strong>tantes paralos rituales andinos (Saignes 1986, pp. 37-38); 3) para poderse defender deaquellas poblaciones amazónicas que de vez en cuando incursionaban a lazona (Murra 1991), amenazando los depósitos imperiales.Los sitios que hemos estudiado en la zona confirman estos hechos, e inclusivepodemos adscribir a estos propósitos incaicos la construcción de lugares de019


control a lo largo de los caminos antiguos, así como los sitios de Quilambaya yPasto Grande con sus extensas terrazas de cultivo, lo que demuestra también lapotencialidad agrícola de la región, explotada en pleno <strong>por</strong> los Inkas.Las informaciones de los documentos etnohistóricos, aprendidas en librosy artículos, tenía que aplicarlas a lugares y vivencias concretas, tenía que averiguarlasaño tras año con el avanzar de la investigación arqueológica, traduciéndolasde alguna manera en una comprensión actualizada. Para lograr estorecurrí a varios tipos de lecturas de esta realidad, pasada y presente, <strong>por</strong>quéuna tentación fuerte fue y es hallar “restos” del pasado en el presente, con laesperanza de encontrar respuestas a muchas preguntas. La primera obviamentefue la arqueología, <strong>por</strong> lo que concierne los restos antiguos, luego la cienciadel paisaje, en el cual quedan escritos y estratificados los gestos, los trabajos,los significados atribuidos a lugares especiales <strong>por</strong> hombres y mujeres. Tambiénrecurrí a la búsqueda de documentos de archivos, a la etimología de los lugaresy a los cuentos y leyendas tradicionales, así como a las fiestas y ceremoniasmestizas aún florecientes.020


3. Los caminosUsando una metáfora, surgida de la percepción aún actual del territorio como unser vivo, dotado de cabeza, piernas, brazos, vientre, imagino que los caminos fueronlas venas de este inmenso cuerpo, <strong>por</strong> donde fluían incesablemente seres y mercancíasque alimentaban las relaciones económicas, sociales, políticas, culturales yreligiosas da las sociedades prehispánicas. Ellos conducían a las grandes pukaras,a los asentamientos dispersos en vastas zonas de producción agrícola, a minas, alagunas sagradas de altura, a grandes cementerios y sitios ceremoniales, a lugaresde control, a vías fluviales que conducían a las tierras bajas. Los caminos, cualfiguras altamente visibles del paisaje, destacan simbólicamente las relaciones entrelas comunidades, conectadas físicamente <strong>por</strong> medio de ellos. Es decir cumplían unpapel activo en la estructura de la vida diaria de las personas y de los grupos y amenudo se convirtieron en “lugares” formalizados en sí mismos pues han tomado elcarácter de rasgos monumentales sobre el paisaje (Erickson 2000).Registramos 5 caminos principales (Fig. 4), el Takesi (una de estas obrasmonumentales), el Khasiri, el Yunga Cruz, el Chungamayu, parte del camino deTaca y otros tramos secundarios. Cada uno de ellos tiene características propias,en las técnicas y formas de construcción, en su ancho, en la pendiente, enlos sitios y lugares atravesados, que nos pueden guiar en la comprensión de sufunción y de su edad (Di Cosimo 2001-2010).021


Fig. 4 – Los caminos prehispánicos y los sitios estudiados <strong>por</strong> el ProyectoTakesi citados en el texto:violeta el CaminoTakesi, amarillo el Yunga Cruz, azul el Khasiri, verde el Chungamayu,fucsiael deTaca. Mapaelaborado sobre plataforma GIS <strong>por</strong> F. Micucci y P. Di Cosimo.


El punto de partida de todos estos caminos es la zona de Palca 2 , desdedonde buscan los pasos para superar los nevados del Mururata e Illimani (RiveraSundt 1995). Son dos los caminos que se originan en Palca, uno se dirigehacia el Abra Pacuani, bordeando el Illimani <strong>por</strong> el norte, y el otro, conocidocomo Camino de Taca o de Pasto Grande (Estevez Castillo, sin fecha), rodea elnevado <strong>por</strong> el lado sur. De este último pudimos registrar algunos tramos: desdela comunidad de Tarujumaña a Kokani, y desde Taca al sitio de Inkataca. Luegobaja <strong>por</strong> la loma en donde surge este sitio, vadea el río Chungamayu y siguehasta Pasto Grande <strong>por</strong> la ladera izquierda del río La Paz.Otro punto im<strong>por</strong>tante de partida de caminos es Chuñavi (Cantón Lambate,Municipio de Irupana) que en la actualidad es una pequeña comunidadaymara, ubicada en una zona de poca pendiente y panorámica, dominandoel cruce de tres valles. Además de una plaza trapezoidal de claro origen incaico,numerosos son los sitios prehispánicos que rodean el pueblo, y que surgenexactamente al comienzo de los 4 caminos que aquí se encuentran: el sitio deTuyu Tuyu, sobre una colina natural <strong>por</strong> donde pasa el camino antiguo que sedirige hasta Lambate y de aquí hacia los poblados de la ladera derecha delvalle de Chungamayu. El sitio de Pukara, igualmente ubicado en la cima de unaaltura, sobre el camino Chungamayu que va a Pasto Grande. Los sitios de Inkapatay Ch”ijjtapata bordean el camino que es tramo inicial sea del Yunga Cruz2 Pallqa en quechua es la bifurcación de una cosa en dos, y es reversible, o sea se puede recorrer en una dirección o la otra. A diferenciade tinku que es una bifurcación irreversible, como <strong>por</strong> ejemplo la entrada de un afluente en un rio (Laurencich Minelli 1989: 9-10)023


que del Khasiri. De las excavaciones en el sitio de Ch”ijjtapata sabemos quehubo una larga frecuentación ininterrumpida de la zona, a partir <strong>por</strong> lo menosdel Intermedio Tardío hasta la Colonia Inicial, aunque registramos materiales desuperficie de la época Tiwanaku (Micucci 2007).Llama la atención que tres de los caminos se dirigen hacia las principalesciudades de Sud Yungas de nuestros días: Yanacachi, Chirca, Chulumani,Irupana. Esto apunta a considerar que esas ciudades surgen sobre antiguosasentamientos y, según los pocos datos arqueológicos a nuestro alcance, setienen efectivamente evidencias de poblamiento a partir del Horizonte Mediohasta el periodo incaico.También en un pequeño ensayo estratigráfico del Camino de Takesi,que efectuamos en el año de 2003 en el sitio de El Vigilante (Fig. 5), pudimosencontrar algunos tiestos cerámicos preincaicos, demostrando su construccióna partir del Intermedio Tardío (alrededor del XII siglo d. C.). Parala cronología de los otros caminos podemos inferir su contem<strong>por</strong>aneidadcon los sitios a lo largo de su recorrido. El Chungamayu, llegando a PastoGrande, funcionó desde <strong>por</strong> lo menos la época de Tiwanaku Imperial. ElCamino de Khasiri es el único entre los 4 estudiados que no tiene elementosde construcción incaica, mostrando todavía largos tramos constituidos <strong>por</strong>graderías de piedra. Este camino se dirige hasta la actual Irupana donde,según los estudios de Dennise Rodas (2006), se encuentran sitios y materialescerámicos del Intermedio Tardío.024


Fig. 5 – Dibujo de la planimetría general de El Vigilante (Yanacachi) y ejemplo de cerámica preincaicaprocedente de las excavaciones.025


Bajamos al terreno y veamos la singularidad de cada camino.El Camino de Khasiri muestra un recorrido más dificultoso que los otros,de bajadas y subidas y cuya construcción creemos buscó un carácter sagrado(Fig. 6). Efectivamente el camino cruza <strong>por</strong> 5 lagunas las cuales tenían, y tienentodavía, un papel im<strong>por</strong>tante en los ritos para llamar a la lluvia en tiempos desequía (ver más adelante).En su recorrido se sube hasta 5 apachetas, éstas también lugares sagradosde contacto entre el hombre y los espíritus protectores de los cerros. En laapacheta más alta de Wara Warani, 4200 msnm, se goza de una vista especialhacia los cerros más sagrados de la cultura originaria boliviana de todoslos tiempos: el Illimani y el Mururata hacia el oeste y el Sajama hacia el este. EnFig. 6 – Camino de Khasiri:puente prehispánico sobre laLaguna Calzado, al fondo elIllimani.026


cada apacheta se efectúa todavía un rito individual que cada caminante hace,desde los tiempos más antiguos, al llegar allí, como bien refiere Garcilaso dela Vega (1609, Libro II, Capítulo IV):[apachita] quiere decir demos gracias y ofrezcamos algo al quehace llevar estas cargas, dándonos fuerzas y vigor para subir <strong>por</strong>cuestas tan ásperas como ésta, y nunca lo decían sino cuando estabanya en lo alto de la cuesta, y <strong>por</strong> esto dicen los historiadoresespañoles que llamaban Apachitas a las cumbres de las cuestas,entendiendo que hablaban con ellas, <strong>por</strong>que allí le oían decir estapalabra Apachecta, y, como no entienden lo que quiere decir, dánselo<strong>por</strong> nombre a las cuestas. Entendían los indios, con lumbrenatural, que se debían dar gracias y hacer alguna ofrenda al Pachacámac,Dios no conocido que ellos adoraban mentalmente, <strong>por</strong>haberles ayudado en aquel trabajo. [...] No miraban al Sol cuandohacían aquellas ceremonias, <strong>por</strong>que no era la adoración a él, sinoal Pachacámac. […] De todo lo cual soy testigo, que lo vi caminandocon ellos muchas veces. Y más digo, que no lo hacían losindios que iban descargados, sino los que llevaban carga. Ahora,en estos tiempos, <strong>por</strong> la misericordia de Dios en lo alto de aquellascuestas tienen puestas cruces, que adoran en nacimiento de graciasde habérseles comunicado Cristo Nuestro Señor.027


El Camino de Takesi es claramente la vía principal de la región, considerandola gran inversión de trabajos realizados en la época incaica. Su empedradopuede alcanzar el ancho de 8 metros (Fig. 7), los muros de contención el altode 3-4 metros, los canales de desagüe se suceden con frecuencia y pueden sersuperficiales o enterrados y siguen funcionando perfectamente después de 5siglos, permitiendo la conservación de la calzada. Las áreas de fuerte pendientesfueron superadas con la construcción de gradas y recorridos en zig-zag (DiCosimo 2004, 2006).¿Cuales fueron los motivos <strong>por</strong> los cuales los Inkas la escogieron como víaprincipal?En términos geográficos notamos que su recorrido es el más corto (2 díasde camino con animales <strong>por</strong> 65 km.) y cómodo para llegar a los poblados ytierras que se encuentran a los 2000 msnm, donde se encuentran los rasgosclimáticos que hacen posible el cultivo de coca y muchas otras especies vegetales.Este hecho está respaldado <strong>por</strong> las innumerables takanas o terrazasFig. 7 – Particular de lacalzada del Camino de Takesia los 4000 msnm.028


pequeñas prehispánicas que cubren las laderas de los cerros alrededor delpueblo de Yanacachi y que son los solares donde se ponen a secar las hojas decoca. Su etimología puede derivar de cachi = explanada, yana = negra. A lolargo del Takesi hemos ubicado más de 40 sitios con estructuras pertenecientesa varias épocas y de diferente función. Consideramos que el Camino de Takesicontinúa hacia el pueblo de Chirca, aunque en nuestros días no todo el tramoYanacachi-Chirca se ha conservado, quedando bien visible el recorrido haciaPuente Villa, y algunos tramos al llegar a Chirca.Por el ancho y los rasgos del camino antes mencionados pensamos quelos Inkas ampliaron su construcción para el tránsito de tropas militares (Hyslop1984) y de caravanas numerosas que trans<strong>por</strong>taban los preciados productosde Los Yungas.El Camino de Yunga Cruz se desarrolla aproximadamente <strong>por</strong> 70Km. de Chuñavi a Chulumani y fue una vía de comunicación principal. Sucaracterística principal es la de ser un doble camino, con una breve subidade fuerte pendiente en su parte inicial mientras que en general sigue lasladeras de los cerros, permitiendo un cómodo andar. Estos rasgos, más lagran cantidad de trabajo invertido en la construcción de las dos calzadas(que corren siempre una a la vista de la otra y que de vez en cuando secruzan), hacen de él una clara obra incaica. El ancho de la calzada semantiene mediamente alrededor de los 2-4 m y los muros de contención llegan,en ciertos lugares muy empinados como en la zona de Qala Ciudad029


(Ciudad de Piedra), a los 3-4 m. de alto (Fig. 8). Registramos la presenciade muchos puentes, un tramo sobre elevado, largas gradas entalladas enla roca (Di Cosimo, Prieto, Micucci, <strong>por</strong> ed.) y dos sitios con estructuras rectangulares.Uno de ellos es el tambo Achatayawillke, que ocupa un área de20 x 30 m a lado del camino, está ubicado en una posición panorámica yestratégica para su control, justo en el punto de transición entre la serraníay el bosque nublado de Los Yungas.El motivo de la construcción de un doble camino reside en el flujo degente, animales y mercancías que transitaban <strong>por</strong> él y en la conformación geológicade la zona, de paredones verticales altísimos, que no permitió construiruna calzada más amplia como el Camino de Takesi.Fig. 8 – Graderías delCamino Yunga Cruz en lazona de Qala Ciudad.030


Para el Yunga Cruz tenemos también información de un documento de Composiciónde las tierras de Yungas conservado en el Archivo de La Paz 3 , fechado1716 y redactado <strong>por</strong> Don Juan Montes de Oca, Cura y Vicario de Carabuco,donde encontramos la prueba de la conexión de nuestros caminos a las vías fluvialesque llevaban a los llanos. El camino es llamado Camino Real de Laderas, yse menciona el tramo que baja a Vila Vila pasando <strong>por</strong> Irupana en dirección deLaza y continuando <strong>por</strong> el lugar de atraque sobre el Río Sulacama (hoy Solocama)donde desembarcan los Infieles, llamados en otras partes del documento Chunchos,nombre general con que se denominaban las etnias de los llanos.El Yunga Cruz, así como todos los otros caminos estudiados en la zona,presenta muchos desvíos y ramificaciones que permiten alcanzar la mayor partede los pueblos de los Yungas, dando vida a una red capilar de comunicaciónentre los mismos valles yungueños. Este dato alude a las complejas relacionesque existían en tiempos prehispánicos entre las diversas etnias que poblabanesta y las regiones vecinas (Nor Yungas y Valle de Cochabamba): los vallesyungueños no fueron solamente una zona “pasiva” y lugar de asentamientos delos “archipiélagos” altiplánicos, sino teatro de una rica historia de relaciones ymovimientos horizontales entre las poblaciones originarias (los Quiruas, Yungas,Lecos, Chunchos, Chapis de las fuentes coloniales), que cruzaban sus pasoscon las transitadas vías que bajaban del altiplano.3 ALP EC C 51 E8, foja 353, 1716031


Pudimos recorrer aproximadamente 40 Km. del Camino de Chungamayu,desde Chuñavi hasta la ex-hacienda Santa Ana.El camino se desarrolla <strong>por</strong> completo en hábitat de Yungas, diferenciándosede los otros que corren <strong>por</strong> gran parte en las altas serranías, y en muchaparte de su recorrido cruza terrazas, plataformas y pequeñas construccionescuadrangulares de uso agrícola. El Camino de Chungamayu conserva su construcciónformal solo en algunos tramos, debido a la fuerte erosión ocasionada<strong>por</strong> las lluvias, <strong>por</strong> las actividades agrícolas y el continuo tránsito de ganado.Aún con ello, identificamos largas graderías, muros de contención de la calzaday de contención y protección a monte para resguardar de la caída de tierra.En algunos tramos encontramos un rasgo común a muchos caminos de LosYungas, el de presentarse en forma hundida (Fig. 9). Este rasgo no es fruto de laFig. 9 – CaminoChungamayu: aspectotípico de un caminoprehispánico en zonade Yungas, hundidoy con empedradoen parcial estado deconservación.032


erosión del agua o del paso de personas y animales, sino fue escarbado intencionalmente,como demuestran las gradas de piedra en su fondo aún visibles.Algo notable y peculiar de este camino es el cruce de muchos ríos, <strong>por</strong> mediode puentes de troncos de árboles todavía en uso, los cuales se apoyan sobrelos antiguos estribos de piedra.A lo largo del recorrido se pueden apreciar im<strong>por</strong>tantes sitios (Fig. 10):Lacaypata que muestra varios sectores emplazados en diferentes niveles, desdelas grandes plataformas (de uso agrícola) en la parte más alta, a una zona deviviendas y lugares ceremoniales en la parte media de la época preinka, a lugaresabiertos con plazas y construcciones de época colonial en la parte baja;Fig. 10 – Sitios del Camino Chungamayu. Arriba Ranchopata, al centro Pasana,abajo Lakaypata.033


Ranchopata, una estructura monumental de piedra de 10 x 6 m. y muros altos4/5 m, probable kallanca incaica, asociada a un puente y a un tambo de lamisma época con construcciones rectangulares de puertas trapezoidales; lapukara de Rica Rica, las plataformas concéntricas de la loma Cau Cau y el sitiode Pasana que presenta una grande plataforma colindante con el camino,sobre la cual se elevan varias estructuras rectangulares con hornacinas en losmuros interiores de los cuartos. En correspondencia con este sitio el caminomuestra un tramo bien conservado de 3 m de ancho, completamente empedradoy con altos muros de contención en las partes altas y bajas, gradasbien elaboradas en las curvas, canales y sistemas de drenaje, característicassimilares a las del Camino de Takesi en la zona de Chojllita.Una característica del Camino de Chungamayu que nos llama la atenciónes que su recorrido es paralelo al Camino de Khasiri, asunto que noslleva a considerar la hipótesis de que los dos caminos puedan haber sidocomplementarios, y quizás transitables en diferentes estaciones del año. Larelación entre los dos caminos, esta vez en términos geográficos y paisajísticos,surge también del hecho que mientras el Camino de Khasiri corre enaltura y cruza diferentes lagunas, el del Chungamayu corre abajo y cruza losríos que salen de aquellas mismas lagunas.034


4. Los sitiosLos sitios registrados durante estos diez años de proyecto son alrededor de 90,y la mayoría de ellos merecen ser estudiados detenidamente, habiendo podidoejecutar con el Proyecto Takesi siete sondeos estratigráficos en seis sitios.Las evidencias arqueológicas registradas hasta ahora, nos muestran unaocupación a partir de la época Tiwanaku. A esta época podemos adscribirseguramente los sitios agrícolas de Pasto Grande (Estévez Castillo 1992) y Quilambaya,que muestran terrazas de cultivo con sistemas de canales de riego.Además se encuentran, sobre todo en el área del Sector Illimani, algunos rasgosconstructivos y vasijas de uso funerario y ceremonial de estilo Tiwanaku Expansivo,o sea de los últimos siglos de florecimiento de esta cultura. Queda todavía<strong>por</strong> aclarar qué tipo de relaciones se establecieron entre el centro nuclear deTiwanaku y las sociedades locales, pero nos atrevemos a pensar, tomando encuenta también otros estudios en zonas bolivianas de valle consideradas áreas“periféricas” (Lima 2004; Rivera Casanovas, Strecker 2005), que la presenciaTiwanaku en nuestra zona se da en concomitancia con un desarrollo de sociedadeslocales ya altamente complejas.Estas sociedades, conocidas como los Señoríos Aymaras, se desarrollaroncompletamente en el periodo Intermedio Tardío, que abarca del siglo XII al XVd. C., o sea del colapso de Tiwanaku hasta la llegada de los Inkas. A esta035


época pertenecen la mayoría de los sitios estudiados. En nuestras excavacioneshemos podido averiguar la presencia de la cultura Pacajes, pero nos queda<strong>por</strong> aclarar si hubo o menos la ocupación de otros señoríos, lo cual advertimoscomo muy probable dada la gran variedad de estilos cerámicos registrados.La mayoría de los sitios se vinculan a los caminos resaltando los tambos olugares de posta, asentamientos ubicados a un día de caminata uno del otro,entendiendo un recorrido hecho con recuas de llamas cargadas, lo cual mediamentecorresponde a unos 20 km. dependiendo de las características geográficasdel terreno. Solitamente se presentan con estructuras de piedra construidassobre terrazas y plataformas, en la cercanía de una fuente de agua. Uno de lostambos más impresionantes <strong>por</strong> su conservación, habitado hasta nuestros días,es la Estancia Takesi, ubicada exactamente a la mitad del recorrido del Caminohomónimo (Fig. 11).Fig. 11 - La Estancia Takesi,antiguo tambo del homónimocamino.036


El patrón más difundido en el Cantón Lambate es el de las pukaras, terminocon el cual se denota generalmente la ubicación geográfica del sitio enla cumbre de una loma, aludiendo en realidad a una variedad de formas yfunciones. Las pukaras se difunden en toda el área andina en el IntermedioTardío, época de fragmentación social y política de los Señoríos Aymaras, yse le atribuye una función de defensa y control del territorio, sin descartar finesceremoniales. Resulta de nuestros estudios que existía una forma de comunicacióna distancia entre las pukaras, ya que desde cada una de ellas se puededivisar <strong>por</strong> lo menos a otra. Este sistema se valía quizás de fogatas, según unacostumbre, aún en uso, que hemos podido atestiguar recientemente entre los comunariosde Curihuati, que al caminar <strong>por</strong> parajes alejados de su comunidad,pero a la vista de esta, encienden fuegos para comunicar su posición.Una de las pukaras estudiadas es la de Markapata (Fig. 12) de la comunidadde Santiago de Taca, la cual muestra tres grandes murallas defensivas,altas alrededor de 6 metros, zonas de plataformas y terrazas con estructurasrectangulares, un área de estructuras circulares y semicirculares, y un canallargo más de 600 metros que abastecía de agua el sitio. Pensamos que aquíse almacenaban en toda seguridad los productos de los campos en terrazasde la zona. Pudimos ejecutar un ensayo estratigráfico en una de las estructurassemicirculares, que presenta un pequeño muro de reparo hacia el norte (dedonde soplan los vientos fríos del Illimani) el cual so<strong>por</strong>taba un techo, una divisióninterna <strong>por</strong> medio de un muro de adobe y otra pequeña estructura circular037


Fig. 12 – La pukara de Markapata (Santiago de Taca).Se indican los sectores en que se dividió el sitio: A-canal deabastecimiento de agua;B-plataformas; C-estructuras circulares de almacenamiento; D-murallas y estructurasrectangulares; E-pequeñas terrazas con estructuras rectangulares (¿viviendas?).


delimitada en su circunferencia <strong>por</strong> piedras de mediano tamaño (Fig. 13). Sehallaron pocos fragmentos de cerámica doméstica de tipo local, sobre las superficiesde uso que se presentaron muy limpias, como es típico de lugares dealmacenamiento y silos.Un sitio único en su género, y todavía en proceso de estudio, esInkataca, conocido como Callejón Loma en algunas publicaciones einformes (Estévez Castillo 1988, 1992, Rivera Sundt 1995, PROMA-RENA 2006), perteneciente a la comunidad de Taca (Fig.14). Existenlugares cuya belleza se puede explicar solo en parte. Inkataca esuno de estos: tiene una atmosfera especial, que se puede apreciarsolo estando allí. Los lugareños lo conocen también con el nombre deEncanto, ya que dicen que pueden acontecer fenómenos raros, comoescuchar campanas, cantos de gallo o músicas de bombos y flautas.Uno de los pocos cuentos que quedan en la historia oral, es el queve en el sitio la cabeza de una víbora, cuyo cuerpo se extiende sobreel cerro de Taca llegando hasta el Illimani, enorme serpiente que enciertas horas del día puede tomar movimiento.Su posición en el cruce de los ríos Chungamayu y La Paz, encuentro(tinku) de fuerzas diferentes y complementarias, lo convirtió en el centro delmundo, en el momento en que fue escogido para las sepulturas de grandesdignatarios, y como, quizás, la demora aislada e inexpugnable de unaelite especial preincaica.039


Fig. 13 –Dibujo de planta de un nivel de excavación de estructuras circulares ysemicirculares, probables silos de la pukara de Markapata.040


Fig. 14 – Área central del sitiode Inkataca, nótese la densidady conservación de las estructurasde piedra.Es un sitio muy extenso y complejo (alrededor de 3 ha), que nos sorprendió<strong>por</strong> su ubicación, estado de conservación y que hasta el momento podemosrelacionar <strong>por</strong> su singularidad con Iskanwaya, el centro principal de la culturaMollo (Ponce Sanginés 1957, 1977, Arellano López 1977), presentándosecomo un asentamiento con un centenar de estructuras en piedra y varios sectoresde diferentes funciones (Fig.15).Tenemos hasta ahora datos preliminares que no nos permiten entender completamentesu función y cronología y <strong>por</strong> esto planteamos aquí algunas hipótesis. Eltipo de construcción con lajas de piedra pizarra ligadas con un mortero de arcillay gravas es un aspecto local, así como la arquitectura, que presenta, <strong>por</strong> ejemplo,grandes plataformas escalonadas a resguardo de la entrada del sitio y los grandesnichos trapezoidales que se abren a nivel del suelo en el interior de algunas de las041


estructuras. También un fragmento de cerámica hallado en un ensayo estratigráficoes de tipo local pre-inka. A pesar de esto hallamos algunos fragmentos de cerámicainkaica procedentes de entierros saqueados y probablemente posteriores a las estructuras,lo que deja entender que el sitio fue reocupado <strong>por</strong> los Inkas.En todo caso fue un sitio excepcional, inexpugnable, lugar de asentamientode una elite, quizás con funciones administrativas y seguramente ceremoniales.042


Fig. 15 –Planimetria preliminar del sitio Inkataca.043


5. El paisaje y la religiónUna de las riquezas más grandes de la región, y fuente de inmenso placerpara los ojos y el espíritu, es el paisaje. En él se encierran muchos significados,estratificados durante siglos de ocupación humana, y que podemosllegar a leer como si fuera un texto enorme y complejo. En el podemos encontrarla “memoria colectiva” sobre todo concentrada en lugares especialeso sagrados, donde el tiempo se nos visibiliza a través del espacio (Venturoli2005, Holtorf 2007).Sabemos que con la “Extirpación” de la Idolatría muchos de los lugaressagrados, o wak”as, de las sociedades andinas fueron destruidos <strong>por</strong> los Conquistadores(Duviols 2003). Al mismo tiempo el paisaje de los cerros en alturaes el que mejor conserva sus valencias sagradas, <strong>por</strong> una mera cuestión objetiva:las armas de los extirpadores nada pudieron en contra de lagunas, picosnevados, cuevas, vertientes de agua, etc. (Di Cosimo 2007).Como escribe Astvaldsson (2000: 155): “Los wak”as son una fuente deinformación histórica, una fuente que hay que “leer” e interpretar de una formasimilar a los documentos coloniales”.Quiero aquí presentar, para ejemplificar, algunas observaciones, algunasobservaciones e informaciones que pudimos recoger durante nuestros recorridos<strong>por</strong> los caminos de Sud Yungas, las cuales, además de otorgarnos im<strong>por</strong>tantes045


datos al fin de nuestra investigación, nos deleitaron durante la pausa de nuestrascaminatas.Entre los lugares más sagrados están las lagunas glaciales, originadas <strong>por</strong>los nevados perenes de los cerros más altos (Fig. 16). Cuenta la tradición localque es mejor no pasar de noche en sus inmediaciones, y mucho menos quedarse,ya que pueden pasar eventos extraordinarios: oír instrumentos musicales,ver luces, venir raptados o fascinados <strong>por</strong> algún espíritu que tiene su demora enla laguna (a menudo una sirena). Por esto hay que pasar con mucho cuidadocerca de ellas, y congraciarse esas presencias, dejando ofrendas y ch”allando.La Laguna Alpakana, la última bordeada <strong>por</strong> el Camino de Khasiri antesde bajar a los valles yungueños, es lugar de ceremonias utilizado <strong>por</strong> los habitantesde Irupana para llamar a la lluvia en los periodos críticos de sequía. Nosdescribió la ceremonia nuestro guía de Irupana, el señor Julio Velarde: los cam-Fig. 16 – Laguna sagrada de Lorocota (Camino de Takesi), objeto de muchos cuentosy leyendas.046


pesinos suben a la Laguna Alpakana para recoger su agua, en medio de unaacción ritual que prevé rezos y ofrendas. Esta agua se trans<strong>por</strong>ta luego, bajandorápidamente, hasta verterla en los ríos y vertientes que riegan los campos deIrupana. Ritos similares están difundidos en todos Los Yungas de La Paz, comorefiere Spedding (1990: 309). Otra versión de este rito, recogida en 2011en Curihuati, relata que se recogen las aguas sea de la Laguna Alpakana quedel río La Paz, para luego mezclarlas y verterlas en los campos. Encontramos,en este breve relato, muchos de los elementos fundamentales de los ritos parallamar a la lluvia, bien documentados en la región Kallawaya, en el norte deBolivia <strong>por</strong> Rösing (1992). Lo que sorprende es que estos rituales se conservancasi idénticos desde los tiempos prehispánicos, y pensamos que una de las razonessea su vinculación con la principal actividad económica de subsistencia,ligada a la productividad de los campos y especialmente al cultivo de la hojade coca, típico de las tierras yungueñas, cual se realiza sin riego y necesita delas lluvias apenas brotan las plantas (Spedding 1990: 308).Durante nuestra prospección del Camino de Khasiri en el año 2005, hemossido testigos, como nos comentaron nuestros acompañantes de Chuñavi,de los “poderes” de traer a la lluvia <strong>por</strong> parte de la Laguna Alpakana: pocodespués de haber recogido el agua de una vertiente cercana a la laguna,empezaron a llegar las nubes y se desató un tremendo tem<strong>por</strong>al que duró todala noche. Nos explicaron que nuestro gesto había molestado fuertemente alespíritu de la laguna, que nos castigó de este modo. Esta interpretación resulta047


especular a lo que Rösing registra en el ritual de los Kallawayas para llamara la lluvia: ya terminando la ceremonia, el yatiri pone debajo de una roca laofrenda a la laguna, mientras los demás participantes del rito provocan fuertesruidos, gritos, enturbiando el agua con el intento de molestar a la laguna demodo que mande la lluvia (Rösing 1992: 226).048


6. Arte rupestre y piedras grabadasDurante nuestras investigaciones en Pasto Grande el joven Randy Santos de lahacienda en la localidad nos habló del “Mapa”, una piedra grande, con figurasgrabadas de manera incisa. Se trata de la única evidencia de arte rupestreen el Sud Yungas de La Paz conocida hasta la fecha, y si bien son necesariosmás estudios sobre ella, queremos aquí darla a conocer.Subimos entonces hasta la cresta del cerro, conocido con el nombre deEl Calvario y donde se encuentran estructuras ceremoniales que dominan lasterrazas de cultivo de Pasto Grande. De allí se pasa al valle del río Jucumariniy se puede apreciar la construcción del canal de riego principal (Fig. 17) quellevaba el agua a todo el conjunto agrícola prehispánico, construido al interiorde una plataforma que alberga también un camino.Una roca enorme de forma trapezoidal de 230 x 180 cm, se encuentra aorillas del canal, parada sobre uno de los lados (Fig. 18). Está casi completamentecubierta <strong>por</strong> líneas rectas y entrecruzadas entre sí, dando forma a motivoscuadriculados. Las muchas grietas naturales de la misma fueron incor<strong>por</strong>adas aeste diseño. Se aprecian además una zona con cúpulas, unidas <strong>por</strong> líneas rectas,dos sectores con llamas y figuras antropomorfas, y otras figuras geométricasen forma de reticulados.049


050Fig. 17 – Plataforma quealberga un camino y el canalde riego principal de PastoGrande. A la derecha senotan las lajas de piedrapizarra clavadas que danforma al canal.


Fig. 19 – Lajas grabadas. El fragmento a laderecha arriba mide 10 cm de largo, el de arribaizquierda 28 cm.Fig. 18 – La grande roca de PastoGrande, ‘El Mapa’, con petroglifos yel relieve de las figuras. Dibujo P. DiCosimo.051


Es probable que sobre la roca se ejecutara algún tipo de ceremonia,durante la cual un liquido (¿agua?) era vertido para que corriera <strong>por</strong> las “canaletas”del grabado que son todas comunicantes entre sí y terminan en los bordesde la piedra. Por esta razón pensamos que originalmente la roca yacía en posiciónhorizontal. Dada su asociación al canal de riego podría quizás tratarse deun so<strong>por</strong>te que sirvió para algún tipo de actividad relacionada con el manejodel agua y con su distribución a las terrazas agrícolas de Pasto Grande.El manejo y control de la distribución del agua era una de las prerrogativasde las elites prehispánicas, ya que permitía dominar la vida material, elacceso al poder político, económico y organizativo. Además el desarrollo de laingeniería hidráulica en aquellos tiempos, fue uno de los avances más notorios,que incluía un complejo sistema de conocimientos sobre el territorio y sus recursos,una organización refinada del trabajo comunitario, así como prácticas ycreencias religiosas (Escalante 1999).En el Sector Lambate encontramos otras evidencias de piedras con grabados,o sea algunos ejemplares de lajas de piedra pizarra, usadas como tapasde antiguos entierros, halladas en trabajos agrícolas <strong>por</strong> los comunarios (Fig. 19).Las únicas referencias de hallazgos similares vienen de un estudio de OswaldoRivera Sundt (1996) que encontró un objeto parecido “al termino del Camino delTakesi”, y lo interpretó como una estela representante un ídolo Tiwanaku. Ademáscontamos con la comunicación personal del Investigador Marcelo Maldonadoque vio algo similar en una prospección en la región de Inquisivi.052


La iconografía predominante son círculos concéntricos, divididos en 6sectores, y tiras que corren <strong>por</strong> toda la superficie de la piedra, formadas <strong>por</strong>pequeños triángulos. Se hallan también motivos escalonados y en un caso unafigura triangular que podría ser un atributo zoomorfo (quizás una serpiente). Laprimera impresión que se tiene es de una mezcla de estilos altiplánicos, comolas formas escalonadas, y de tierras bajas, los círculos. Lo cual no estaría fuerade lugar en un territorio, el Sud Yungas, que fue <strong>por</strong> su posición geográfica,lugar de paso y contacto entre los dos territorios mencionados.Se trata de características muy locales, que podemos atribuir a una sociedadque se situaría entre la época Tiwanaku y el Intermedio Tardío, la mismaque edificó la pukara de Markapata en cuyas inmediaciones fueron encontradasestas piedras.Una iconografía parecida se encuentra en objetos que proceden de lascolonias Tiwanaku del Noroeste Argentino (cultura de la Aguada), de San Pedrode Atacama (Chile), Moquegua (Perú) y de Cochabamba (González 1998),donde se registran materiales arqueológicos que mezclan formas e iconografíasTiwanaku y locales, fenómeno que se da también en nuestra zona y que planteahipótesis interesantísimas <strong>por</strong> averiguar en futuras investigaciones.053


7. Consideraciones sobre el patrimonioarqueológico y su conservaciónQueremos presentar algunas consideraciones sobre el patrimonio arqueológico,que como parte del patrimonio cultural, puede ser entendido en formaamplia como “aquel constituido <strong>por</strong> todos los restos materiales de culturas delpasado” (Endere, en Norrild 2002:16). La idea de patrimonio y la de biencultural sugieren que se está ante algo que tiene valor, en el sentido de valía, esdecir, algo del que percibimos cualidades estimables (Ballart 1997: 61). Estepatrimonio adquiere distintos valores según la sociedad en que está inserto ysus distintos sectores.Partimos del principio que debe existir la identificación, valoración y apropiacióndel patrimonio <strong>por</strong> parte de las comunidades locales, solo entoncespuede ocurrir la participación activa de éstas para que la conservación delpatrimonio arqueológico sea posible. Las comunidades en las que se alojanlos bienes arqueológicos deben observarse como una parte fundamental paraestas labores de conservación. Por tal motivo debe conformarse en ellos un sentidode pertenencia vinculado a su comunidad, y con ello garantizar el interés<strong>por</strong> su desarrollo y conservación. Una vez que las comunidades se identificancon estos valores y reconocen la im<strong>por</strong>tancia de su conservación, entonces es055


posible el aprovechamiento del patrimonio cultural en beneficio del desarrolloeconómico, cultural y de la identidad de las mismas. De esta manera promovemosla ejecución de proyectos incluyentes e influyentes, en los que se realicela participación activa de los grupos locales bajo la perspectiva de un planeamientopara una adecuada protección del patrimonio arqueológico, que tomeen cuenta también su relación con el entorno natural y el paisaje.El patrimonio cultural, desde hace mucho tiempo, constituye una razóncapaz de generar desplazamientos de personas con intereses específicos, movimientoque pone en contacto culturas diferentes, lo que se puede traduciren el respeto <strong>por</strong> la diversidad cultural (Salemme et al. 1999: 60). Este es elcaso de los sitios arqueológicos cuya diversidad y riqueza puede ser mostrada,creando espacios que pueden ser utilizados <strong>por</strong> las comunidades locales y <strong>por</strong>los visitantes con el objetivo común de acercar el pasado al presente. En esteacercamiento es factible la adjudicación de nuevos y diversos valores - formales,simbólicos, significativos y de uso - entre los visitantes y, principalmente,entre los habitantes de las comunidades locales.056


8. Las comunidades hacia el uso y lavalorización del patrimonioSe ha visto con la experiencia de trabajo en las comunidades de la región,un creciente interés en lo que respecta a la intención de la puesta en valorde los yacimientos arqueológicos, principalmente en las comunidades deSantiago de Taca y Taca, a través de la promoción de un Festival de Culturay Danza (Fig. 20), involucrando a instituciones como la Gobernación (exPrefectura) del Departamento de La Paz y la Alcaldía de Irupana. Esteevento se realiza con mucho entusiasmo cada septiembre, pero aún no haencontrado los canales adecuados para una difusión más amplia. Ademásse están tomando iniciativas para la declaratoria de patrimonio municipaly departamental de varios sitios arqueológicos del Municipio de Irupana,y se ha constituido la Comisión de Turismo y Cultura de la Central deTrabajadores del Sector Lambate, la cual se ocupa de impulsar la proteccióny la conservación del patrimonio arqueológico.Es de suma im<strong>por</strong>tancia, aprovechando de estas iniciativas de las poblacioneslocales que quieren conocer, mantener y recuperar su identidad histórica,implementar la ejecución de proyectos incluyentes. Cuando una comunidadse ha visto adecuadamente involucrada y se han difundido los valores que el057


patrimonio encierra, es asegurada su participación activa en la conservación.Cuando el grupo está convencido de ser partícipe de esta expresión cultural,iniciará <strong>por</strong> sí mismo los procesos de acercamiento que, bien asesorados, puedellevar a resultados favorables.Fig. 20 – Afiche de la iniciativarealizada en Santiago de Tacaen el año 2010.058


9. Viabilidad de turismo sostenibleen la regiónYa desde inicios de la Arqueología Nacionalista Boliviana impulsada <strong>por</strong> CarlosPonce Sanjinez, diferentes factores y situaciones favorecieron el desarrollo yel arraigo de ideas que conjugaron el conservacionismo con la rehabilitacióno restauración de algunos sitios arqueológicos considerados Monumentales.Actualmente se apunta a la creación de una “conciencia colectiva” sobre lapreservación. La cuestión del medio ambiente, el patrimonio cultural o la ecologíase convirtieron en aspectos consustanciales al mercado, a la política y a lavida cotidiana. De toda forma, el turismo no se quedó al margen, sino surgieron<strong>nuevas</strong> formas de practicarlo, con nuevos subproductos como el ecoturismo,el turismo rural y cultural, produciendo diversos efectos sobre las poblacioneslocales. Sin embargo, el a<strong>por</strong>te del turismo al medio rural no debe valorarseúnicamente desde la óptica económica, ya que también puede suponer im<strong>por</strong>tantesbeneficios tanto desde una perspectiva social y medioambiental, comoen los valores de las comunidades involucradas. Por lo tanto, para alcanzar estosobjetivos es necesario actuar bajo los criterios de sustentabilidad que hacenposible pensar un desarrollo continuado en el tiempo, preservando los recursossin afectar negativamente a la sociedad, a la cultura y al medio ambiente local.059


Siguiendo las máximas del desarrollo sostenible, el uso turístico de los bienesculturales conllevará una serie de aspectos beneficiosos tanto a lo que se refierea los bienes culturales, al entorno natural, a las culturas tradicionales, comoa los aspectos sociales y económicos. De esta forma, las poblaciones localesse verían beneficiadas a través de la generación de ingresos complementarios,la reducción de la emigración y la construcción de infraestructuras tales comoalojamiento, trans<strong>por</strong>tes, vías de comunicación, centros de interpretación y museosentre otros, que no obtendrían para sí mismos sin la “necesidad” generada<strong>por</strong> la afluencia turística. De lo contrario, un sitio arqueológico o bien culturaldel pasado sin una planificación en su uso social y económico - o con una malaplanificación - podría tener como resultado un menor respeto <strong>por</strong> parte de losvisitantes y sobre todo de la población local.El turismo se ha convertido <strong>por</strong> diversas razones en una actividad que generauno de los mayores movimientos masivos de personas desde la mitad delsiglo XX. El patrimonio cultural, y en particular modo los sitios arqueológicos, nohan estado ajenos a este proceso, que más bien ha sido uno de los primerosmotivos aún antes de que se pudiera hablar de turismo tal como se lo entiendeactualmente.El turismo en Bolivia es una actividad emergente. Durante los últimos 5años el flujo de turistas extranjeros pasó de 319.000 a 503.000 visitantesy el turismo interno pasó de 658.000 a 933.000 visitantes. Esto indica queesta actividad ha iniciado un proceso de despegue que promete un creci-060


miento sostenido en los próximos años. Los principales emisores de turismoen Bolivia son los países latinoamericanos, seguidos <strong>por</strong> los europeos, ensegundo lugar, y los norteamericanos. Estos serían los principales mercadospara el turismo de Bolivia.061


062


BibliografíaAndrade Rivero, Sandra, 1995, Vialidad prehispánica en el área andina ysu vigencia actual, en “Reunión Anual de Etnología 1994”, Serie Anales de laReunión Anual de Etnología, Tomo 1, MUSEF, La Paz, Bolivia, pp. 13-21.Arellano López, Jorge, 1977, La cultura Mollo: ensayo de síntesis arqueológica,presentado en “Primer Congreso Nacional de Antropología del Hombre Puneño”,5-9 de Diciembre de 1977, Puno, Perú.1985, Mollo. Investigaciones Arqueológicas, Imprenta Nacional, La Paz.Astvaldsson, Astvaldur, 2000, Jesus de Machaca: La marka rebelde 4. LasVoces de los wak”a. Fuentes principales del poder político aymara, Cuadernode Investigación 54, CIPCA, La Paz, Bolivia.Augustin Morales, José, 1929, Monografía de las Provincias de Nor y SudYungas (Departamento de La Paz), Imp. Artística, Ayacucho, pp. 8 -29.Ballart, Josep, 1997, El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso, Ed.Ariel, Barcelona.063


Barragan R., Rossana, 1982, Etnicidad y verticalidad ecológica de Sicasica,Ayo-Ayo, Calamarca. Siglos XVI-XVII y El acceso vertical y el nacimiento de lahacienda de Palca (1596-1644), Museo Nacional de Etnografía y Folklore,Avances de Investigación N° 1, La Paz.Bouysse Cassagne, Thérèse, 1978, L”Espace Aymara: Urco et Uma, en Annales-Anthropologie Historique des Sociétès Andines, 33 (5-6), Paris.Calle, Felipa, Arturo Alvizuri, Hayda Campos, 2003, Nosotros los Yungueños.Testimonios de los yungueños del Siglo XX, recopilados <strong>por</strong> Alison Spedding eAbraham Colque Jiménez, Instituto Mama Huaco, La Paz.de la Vega Inca, Garcilaso, 2004 [1977], Comentarios Reales de los Incas, 1609,Edición de Carlos Araníbar, Tomos I-II, Fondo de Cultura Económica, México.Di Cosimo, Patrizia, 2001-2010, Informes. Proyecto Takesi, Fases I-X, Universitádi Bologna (Italia), <strong>Ministero</strong> <strong>degli</strong> <strong>Affari</strong> <strong>Esteri</strong> d”Italia.2004, Las arterias de los Yungas bolivianos: un estudio arqueoantropológicodel Valle del Takesi, en “Atti del XXV CongressoInternazionale d”Americanistica”, Perugia (Italia) 9-10-11maggio 2003, pp. 101-122.064


2006, Valle del Takesi, Bolivia, nuovi dati sulla rete viariapreispanica e conseguenze culturali, Giornata di studio sulleMissioni Archeologiche, Antropologiche, Etnologiche Italianenell”America Latina, IILA (Istituto Italo-Latino Americano), 30Marzo 2006, Roma.2007, Il Camino del Khasiri: una via sacra verso le yungasdi La Paz?, en “Atti del XXVIII Convegno Internazionale diAmericanistica”, Perugia (Italia), 3-7 maggio 2006.Di Cosimo, Patrizia, Paloma Prieto, Flavia Micucci, (<strong>por</strong> editar) El Yunga Cruz y suAsociación a Sitios Multicomponentes, presentado en el “Primer Seminario sobreCaminos Precolombinos de Bolivia”, Instituto de Investigaciones AntropológicasArqueológicas de la Universidad Mayor de San Andrés, 2-3 octubre de 2007,La Paz.DINAAR, 1999, Proyecto Hidroeléctrico del Takesi. Informe de prospecciónarqueológica. Tomo l, La Paz, Bolivia.Duviols, Pierre, 2003, Procesos y Visitas de Idolatrías. Cajatambo, siglo XVII,IFEA - Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú.065


Escalante, Carmen, 1999, El Agua en la Cultura Andina, Programa de Agua ySaneamiento, Banco Mundial, Lima.Erickson, Clark L, 2000, Los caminos prehispánicos de la Amazonía boliviana,en Herrera Leonor y Marianne Cardale de Schrimpff eds., “Caminos precolombinos:las vías, los ingenieros y los viajeros”, Instituto Colombiano de Antropología yHistoria, Bogotá, Colombia, pp. 15-42.Estévez Castillo, José, 1988, Evidencias de asentamientos precolombinos en lasprovincias de Sud Yungas y Murillo, en “Arqueología Boliviana”, n. 3, La Paz.1992, Pasto Grande: centro productivo Tiwanaku e Inka en las SudYungas bolivianas, en Gaceta Arqueológica Andina, vol. VI, n. 21, pp.109-137.(sin fecha) http://www.perure<strong>por</strong>ta.pe/explorperu/noticias/qapaqnan/626-qhapaq-nan-en-bolivia-la-red-vial-prehispanica.htmlGisbert, Teresa, 1991, Diego Ortiz, Yanacachi y la entrada a Vilcabamba,presentado en el “II Congreso Internacional de Etnohistoria”, Coroico,Departamento de La Paz, julio de 1991.066


González, Luis, A sangre y fuego, nuevos datos sobre la metalurgia Aguada,en http://www.raulybarra.com/notijoya/archivosnotijoya8/8metalurgia_aguada.htmGonzález A., Rex, 1998, Cultura la Aguada: arqueología y diseños, BuenosAires, Valero.Hyslop, John, 1992 [1984], Qhapaqñan - EI sistema vial inkaico, InstitutoAndino de Estudios Arqueológicos, Petróleos del Perú, ed. en castellano, Lima.Holtorf, Cornelius, 2007, https://tspace.library.utoronto.ca/citd/holtorf/0.1.htmlLaurencich Minelli, Laura, 1989, Il mondo magico-religioso <strong>degli</strong> Inca, SocietàEditrice Esculapio srl, Bologna.Lima Tórrez, María del Pilar, 2004, Los Andes Orientales: la historia del olvidoo una historia de interacción, Reunión Anual de Etnología, MUSEF, La Paz.Loza, Carmen Beatriz, 1984, Los Quiruas de los valles paceños: una tentativade identificación en la época prehispánica, “Revista Andina”, n° 4, Centro“Bartolomé de las Casas”, Cusco, pp. 591-604.067


Micucci, Flavia, 2007, Relazione Altipiano-Yungas all”interno del modello di“complementarità ecologica” andina. Studi preliminari sulla rete stradale e imodelli di insediamento preispanici della provincia Sud Yungas (Bolivia), Tesisde Licenciatura, Facoltà di Lettere Moderne, Universitá di Bologna, Sessione I,A.A. 2006/2007.Murra, John V., 1975, Formaciones económicas y políticas del mundo andino,Instituto de Estudios Peruanos, Lima.(Editor) 1991, Visita de los valles de Sonqo en los yunkasde coca de La Paz [1568-1570], Instituto de InvestigacionesAndinas, Monografías, Economía Quinto Centenario, Madrid.Norrild, Juana, 2002, Patrimonio. Características y uso, en R. Schlüter y J.Norrild (coord.), en “Turismo y Patrimonio en el Siglo XXI”, CIET, Buenos Aires,pp. 11-26.Ovando Sanz, Jorge Alejandro, 1970, EI histórico camino de Yanacachi, enPukara, Revista de cultura, Prefectura del Departamento, La Paz, Año 1, vol. II,nos. 3 y 4, septiembre-diciembre.068


Pärssinen, Martti, Ari Siiriänen, 2003, Andes Orientales y Amazonía Occidental:Ensayos entre la historia y la arqueología de Bolivia, Brasil y Perú, ColegioNacional de Historiadores de Bolivia, Maestría en Historias Andinas yAmazónicas (UMSA), Producciones CIMA, La Paz, Bolivia.Pärssinen, Martti, 2005, Caquiaviri y la Provincia Pacasa: desde el Alto-Formtivohasta la Conquista Española (1-1533), Colegio Nacional de Historiadores deBolivia, Maestría en Historias Andinas y Amazónicas (UMSA), ProduccionesCIMA, La Paz, Bolivia.Pinto Cuellar ,Edwin, 2000, EI control inca de la zona de ceja de selva através de la identificación de su patrón de asentamiento en los Yungas deInquisivi-Prospección arqueológica del Noroeste de la Provincia de Inquisivi,Dep. de La Paz, Tesis de Licenciatura, Facultad de Ciencias Sociales, Carrerade Arqueología, Universidad Mayor de San Andrés, Docente de Taller de TesisLic. Javier Escalante, La Paz, abril 2000.Ponce Sanginés, Carlos, 1957, La cerámica Mollo, Biblioteca Paceña, La Paz.1977, Reflexiones sobre la ciudad precolombina de Iskanwaya, INAR,Nr. 24, La Paz.069


Portugal Ortiz, Max, 1972, Apuntes para la arqueología de Yungas yRurrenabaque, en Pumapunku, Instituto de Cultura Aymara de la H. Municipalidadde La Paz, n. 5, pp. 17-21.PROMARENA, 2006, Informe.Rivera Casanovas, Claudia, Matthias Strecker, 2005, Arqueología y ArteRupestre de Bolivia. Introducción y Bibliografía, Ibero-Bibliographien 3, Ibero-Amerikanisches Institut Preussischer Kulturbesitz.Rivera Casanovas, Claudia (Ed.), 2008, Arqueología de las tierras altas, vallesinterandinos y tierras bajas de Bolivia. Memorias del I Congreso de Arqueologíade Bolivia, Instituto de Investigaciones Antropológicas y Arqueológicas (UMSA),Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), Bolivia.Rivera Sundt Oswaldo, 1995, Rutas prehispánicas hacia los Yungas, en RevistaEncuentro, N. 11, Año V, Fundación BHN, La Paz, diciembre 1995, pp. 58-63.Rodas Sangines, Dennise Mildred, 2006, Organización y AdministraciónInca en Zonas de Producción. Un Análisis del área de Irupana en los YungasPaceños, Tesis de Licenciatura, Facultad de Ciencias Sociales, Carrera deArqueología, Universidad Mayor de San Andrés, Tutor Arqueólogo José LuisPaz Soria, La Paz.070


Rösing, Ina, 1992, Rituales para llamar la lluvia. Segundo CICLO DE ANKARI:rituales colectivos de la Región Kallawaya en los Andes bolivianos, MUNDOANKARI 5, Estudios Callawayas 6, Los Amigos del Libro, La Paz.Saignes, Thierry, 1981, El piedemonte amazónico de los Andes Meridionales:estado de la cuestión y problemas relativos a su ocupación en los Siglos XVIy XVII, en Bulletin de l”Institute Frances de Etudes Andine, X, N° 3-4, pp. 141-176.1985, Los Andes Orientales: historia de un olvido, IFEA, CERES,Estudios Históricos, n. 2, Cochabamba, Bolivia.1986, En busca del poblamiento étnico de los Andes boliviano (SiglosXV y XVI), Avances de Investigación N° 3, MUSEF, La Paz.Spedding, Alison, 1990, Almas, anchanchus y alaridos en la noche: el paisajevivificado de un valle yungueño, en Silvia Arze, Rossana Barragán, LauraEscobari, Ximena Medinaceli, “Etnicidad, economía y simbolismo en los Andes. IICongreso Internacional de Etnohistoria, Coroico”, HISBOL – IFEA – SBH-ASUR,La Paz, pp. 299-330.1994, Wachu Wachu - Cultivo de coca e identidad en Ios Yunkas deLa Paz, HISBOL-CIPCA, Cocayapu, La Paz.071


Stothert Stockman, Karen, 1967, Pre-Colonial Highways of Bolivia. Part I: TheLa Paz-Yungas Route Via Palca, Academia Nacional de Ciencias de Bolivia,Publicación n. 17, La Paz.UNESCO, 2004, Tejiendo los lazos de un legado-Qhapaq Ñan - CaminoPrincipal Andino - Hacia la nominación de un patrimonio común, rico y diverso,de valor universal.Venturoli, Sofia (a cura di), 2005, Appunti di campo. Nuovi studi diamericanistica in omaggio a Laura Laurencich Minelli, DPM Quaderni, Ricerchee strumenti 2, CLUEB, Bologna.072

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!