www.designpics.com“EncontrandoShalom<strong>La</strong> paz interna que sólo Jesús puede dar.por Candy Mayer <strong>se</strong>gún le contó a Muriel <strong>La</strong>rsonVamos a llevarte a un psiquiatra,”me dijeron mispadres. “Quizá él puedaayudarte.”“Pero todos pensarán que estoyloca, ” protesté.“Bueno, nosotros tenemos quehacer algo querida,” dijo mi padre,“Hemos tratado todo lo posible.”Yo siempre me había <strong>se</strong>ntidonerviosa. Cuando pequeña, mispadres me llevaron al psicólogopara menores. Durante los primerosaños de mi adolescencia, mellevaron a un hipno-terapeuta. Másrecientemente, mi padre me pusoen medicamento para ayudarmecon mis nervios, pero nada funcionó.18 • Abogado de la Biblia - www.cog7.org/BASiempre me había <strong>se</strong>ntido solay triste. Algunas veces <strong>se</strong>ntía comoque estaba viviendo en el infierno.Nunca lograba dormir durantetoda una noche y con frecuenciatenía horribles pesadillas. Pensabaen suicidarme, pero le temía a lamuerte.¡Cómo anhelaba hablar máscon mis padres acerca de mi depresión!Pero ambos estaban ocupadoscon sus profesiones. Una <strong>se</strong>riede niñeras cuidaban a mis doshermanas mayores y a mí durantenuestro crecimiento. No fue hastaque Eleonor vino a nosotros, cuandoyo tenía 13 años, que encontréa alguien con quien hablar.Una niñera solícitaEleanor Stoppe era diferente:ella siempre estaba alegre.Después de un tiempo, yo fui aella con mis problemas. A vece<strong>se</strong>lla invitaba a mis hermanas y amí a ir a su casa a comer. ¡Quélugar tan cálido y placentero! Yosiempre me <strong>se</strong>ntía tensa en nuestracasa, pero en la casa de Eleonorme <strong>se</strong>ntía a tranquila.Cuando cumplí los 16 años,Eleonor me llevó a un avivamientojuvenil Cristiano. <strong>La</strong> fra<strong>se</strong> de uncántico, “Señor, complétame,” meimpactó de forma muy especial.¿Era la “llenura” lo que hacía unadiferencia entre Eleonor y yo?Mis padres son Judíos, pero,como muchos de ellos, los mío<strong>se</strong>ran agnósticos. Aunque ellosiban a la sinagoga sólo dos o tresveces al año, <strong>se</strong> cercioraban quemis hermanas y yo asistiéramos aun entrenamiento religioso cadaSábado en la Sinagoga Reformada.Después dejé estas cla<strong>se</strong>s y meinteresé en el arte.Ahora me daba cuenta de queyo había sido religiosa, pero nuncahabía conocido la paz y el gozoque Eleonor experimentaba enJesucristo.Salvación MilagrosaNo mucho después de la reunión,toda mi familia asistió a unbaile benéfico. Pero Yo no fui. “Noquiero dejarte sola” dijo mi madre,“¿Quién te gustaría que te hicieracompañía?”Opté para ir a casa de Eleonor,y mi madre estuvo de acuerdo.Eleonor me recogió la tarde delsiguiente día. Mientras conducíahacia un centro comercial, dosautomóviles repentinamente rechinaronhacia nosotros. Eleanor <strong>se</strong>desvió, salvándonos de pegarle alos automóviles.Mi corazón latía rápidamente.“¡Wow, que cerca estuvo eso!”
Comenzamos a hablar de lamuerte. “Si hubie<strong>se</strong> muerto ahorita,”dijo Eleonor, “sé que viviríaen la eternidad con el Señor undía porque he recibido a Jesucristocomo mi Salvador.”Yo no entendía e<strong>se</strong> tipo de conversación.Ni tampoco entendía suextrema confianza.No compramos nada e<strong>se</strong> día;sólo platicamos. Y cuando regresamosa casa de Eleonor, <strong>se</strong>guimosplaticando.Discusión espiritualEl esposo e hijos de Eleonor regresarona casa de un juego de pelotaen la iglesia, <strong>se</strong> <strong>se</strong>ntaron en lacocina, y platicaron con nosotras.“He aquí yo una Judía, pensé, aunasí esta gente conoce a Dios mejorque yo!”El <strong>se</strong>ñor Stoppe sacó una Bibliay me mostró versos que decíanque todos hemos pecado y queJesús murió por nuestros pecados.También me explicó lo que significabacreer en Jesús.Cuando los hijos de los <strong>se</strong>ñoresStroppe <strong>se</strong> fueron a dormir,nosotros <strong>se</strong>guimos hablando deDios, de Jesucristo, y de la Biblia.Después me di cuenta que sushijos estaban orando por mí en susrecamaras.“¡Yo quiero creer!” finalmentedije. “Pero soy Judía. Una persona,o es Judía o es Gentil. Si yo aceptosu religión, <strong>se</strong>ré una traidora y desterradade mi gente”! Por algunarazón yo no podía dar e<strong>se</strong> paso,aunque quería tanto lo que la familiaStoppe tenía.Alrededor de las 2 de la mañana<strong>se</strong>ntada sola en la recamara<strong>se</strong>ntía el de<strong>se</strong>o de ver hacia arriba.Vi a Jesucristo — ¡sí, realmente lovi!* Él tenía su mano extendidahacia mí; y ¡qué compasión y amor<strong>se</strong>ntí!“Toma Mi mano,” dijo. “Cree enMí. Yo reemplazaré tu vida mi<strong>se</strong>rablecon una nueva y te daré paz.”“¡Eleonor, yo creo!” grité.Eleonor corrió hacia la recamara.“¿Qué dijiste?”“Yo creo!” repetí.“¡Alabado <strong>se</strong>a el Señor!” exclamóella.<strong>La</strong> pesada carga fue levantadade mi corazón. Por primera vez enmi vida, me <strong>se</strong>ntía feliz. Eleonorme pidió que orara, y para sorpresamía, conocí al Señor, y pudeorarle a Él.“ Yo he estado orando por tusalvación durante varios años,” medijo Eleonor.Cuando el <strong>se</strong>ñor Stoppe regresóy me vio, él supo lo que habíasucedido.Aunque dormí en el piso en unabolsa de dormir esa noche, por primeravez tuve una noche de sueñopacífico.Profesión y pazCuando regresé a casa elsiguiente día, no sabía cómo decír<strong>se</strong>loa mis padres. Mi madresólo me veía de una manera muypeculiar. “Te ves diferente. ¿Qué tesucedió?”“Encontré algo, mamá,” contesté.“¡Ahora soy Cristiana; y creo enJesucristo!”Para sorpresa mía, mis padrestomaron la noticia bien. Piensoque simplemente <strong>se</strong> <strong>se</strong>ntían felicesde verme a mí feliz y en paz al fin.Hasta el psiquiatra pensó que erauna cosa buena. Yo le dije queJesucristo me había cambiado.Inmediatamente comencé aasistir a la iglesia con la familiaStoppe. Los <strong>se</strong>rvicios eran nuevosy extraños para mí, pero aún asíhice público mi compromiso con<strong>Cristo</strong>. Quería bautizarme, perome detuve. Si me bautizaba, mifamilia <strong>se</strong> convencería inmediatamenteque ahora yo era unaCristiana. ¿Me rechazarían?Finalmente decidí tomar mi posiciónpor Jesucristo y me bauticé.Mi familia, prudentemente, no merechazó como yo había temido.Yo siempre había sido unapersona auto-céntrica, pero ahoracomo Cristiana, comencé a pensaren otros. Eventualmente, Dios mecondujo a asistir a una universidadCristiana, donde crecí en mi fe yaprendí más de la Biblia.Un saludo favorito de los Judío<strong>se</strong>s “Shalom” (paz), pero la genterealmente no sabe lo que significahasta que conocen al Mesías,Jesucristo. Gracias a Dios, ahorapor fin sé lo que significa. ¡Tengola paz que de<strong>se</strong>speradamente habíade<strong>se</strong>ado por tantos años!• Nota del autor: Varios otros CristianosJudíos que he entrevistadome han contado de experienciasnotables parecidas a la Candypoco antes de haber<strong>se</strong> rendido aJesucristo.Muriel <strong>La</strong>rson escribe desdeGreenville, SC.Aunque yo había sido religiosa,nunca había conocido la paz ygozo que Eleonor experimentaba enJesucristo.Septiembre 2007 • 19