CABRERA Y ARRUTI, - PGA of Spain

F I N A N Z A S , T R I B U T O S Y G O L F
José Mª Gay Saludas. Profesor Titular de Economía Financiera y Contabilidad,
Universidad de Barcelona. Profesor de EAE. Miembro de la Asociación Española
de Asesores Fiscales (AEDAF).
¿QUÉ ES UN CLUB DE GOLF? undécima parte
Le voy a dar un sabio consejo: antes de hacerse socio de un
club de golf, píselo, tóquelo, véalo, pálpelo. Y aún más. Si no se
lo digo yo seguro que alguno de mis alumnos se lo contará. En
cualquier club, sea de golf o no lo sea, el secreto de la calidad
del club, de qué tal es, si va o no va bien, si chuta o no chuta, si
está en decadencia o vibra con su “status” tiene que buscarse
en los servicios, ¡sí, sí, en los WC, en los lavabos, en la toilette!
¡Cómo lo oye! Vaya usted siempre al baño de un club deportivo.
Preste atención a todo un detalle: qué tal anda de papel higiénico.
¿Poco y contado, escaso? ¿Presiente que en caso de que
se encuentre usted mismo apurado, el stock de papel higiénico
podría ser insuficiente? ¿La calidad del papel higiénico es vulgar,
demasiado estándar, al estilo del viejo y entrañable papel
Elefante de mi niñez, de los felices años 50 que, en el fondo, no
dejaban de ser años de postguerra, o sea, después de los 40?
¿Huelen mal los retretes? ¿No están en perfecto estado de
revista? ¿No hay jabón? Vamos, los lavabos están un poco guarros,
¿no? ¡No se haga socio, amigo mío! Y si se hace, asuma
usted toda la responsabilidad habida y por haber: el futuro de
ese club se escribirá a golpe de derrama o quizás aumentando
la masa social para lo cual los derechos de entrada tendrán que
rebajarse considerablemente y ser socio de ese club será algo
EL CÍRCULO VIRTUOSO DEL CLUB DE GOLF
al alcance de todo el mundo. O ponga en solfa sus gastos de los
próximos años porque los reajustes de cuotas sociales serán de
tomo y lomo. ¡Dios me libre, que soltaría mi abuela en este
mismo instante, de hacerme socio de un club de tan baja estofa!
Entre nosotros, un club de golf ha de ser siempre un club de
golf y al precio que sea ha de defender su pedigrí ofreciendo
unos mínimos incuestionables de calidad. La ranciedad suele
ser compañera fiel de la escasez. Y eso en el mundo del golf
donde las inversiones, por definición, son a largo plazo, sembrándose
hoy para recoger mañana, pasa factura, elevada, muy
exagerada. En caso contrario, dése de baja, amigo mío, o no se
dé de alta.
¿Baños relucientes? ¿Papel higiénico tipo couché de altísima
calidad y finísima textura? ¿Muchos rollos en cada retrete? ¡El
mejor aroma del mejor jabón! Alguien preparado para en cuanto
salga usted y haya hecho sus necesidades, entrar y limpiar a
fondo los lavabos. ¡He aquí todo un club señor, de rompe y
rasga! No se preocupe por los derechos de entrada: ¡serán elevados!
¡No pregunte en la secretaría del club por la cuota mensual!
¡Será una cuota señora y señorial! Seguro, seguro que
nada de recibo electrónico ni por el estilo. Recibo como imponen
los cánones emitido sobre papel de alto gramaje, de esos
que cuando los recibes por correo en casa ya sabes de qué se
trata. Su peso es más o menos equivalente al cargo que te han
hecho en la cuenta bancaria. Club de alta estofa, con sillones
mullidos, local social “comme il faut”… No lo piense ni dos minutos.
En él está su futuro. Cuota fuerte, sí, pero no habrá derramas.
Mire las cuentas del club, eche una ojeada a los ingresos,
atisbe los gastos, seguro que por ahí asomará un superávit.
Ahora, mire, tranquilamente, el balance, fíjese bien en los inmovilizados,
serán nuevos o antiguos remozados, lo que significará
que el club va haciendo modernizaciones, actualizaciones,
puestas a punto, conservación como Dios manda, mantenimiento
como debe de ser, ampliaciones… ¡Está usted, amigo
mío, dando un paso grande, qué caray un paso grande, un gran
paso, un paso de gigante…! ¡Enhorabuena!
Los activos circulantes son los generados a través de la explotación
económica del club. Las existencias no tienen un gran
peso específico y se limitan a lo que sería productos para el
mantenimiento y conservación del campo – abonos, herbicidas,
combustibles para la maquinaria y coches, otros aprovisionamientos
– y existencias comerciales tales como el material
deportivo que tenga el club para la venta, en el supuesto de que
la propia entidad explote la tienda, cosa que no sucede siempre,
y, en su caso, otros artículos para la venta: corbatas, polos, agujas,
gemelos, relojes… ¡Ay, la tienda! Una cavilación: ¿se le
saca todo el jugo habido y por haber o simplemente va tirando!
En ocasiones, pisando clubs de golf y sacando la cabeza por
sus tiendas concluyo que podrían gestionar mucho mejor sus
potencialidades. Pero no sé… las veo un poco desanimadas.
Como si ya se contentaran con lo que hay y no existe un ánimo
innovador. ¡Faltan fórmulas imaginativas en las tiendas de
muchos clubes de golf, una mayor diversificación de productos,
tomar conciencia de sus grandes posibilidades!
jj
Boletín Oficial de la Asociación de Profesionales de Golf www: pgaspain.com