el C.D.E. del P.R.I. Moreira, y el camino de

leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetrosun partido de futbol… «Y es que no obstante que el discurso de Carolina versósobre la mayor importancia que tiene en México el fútbol(por poner un ejemplo), por sobre la ciencia y la educación,y fue bien recibido por una gran audiencia, hubo detractoresa sus ideas, hasta el grado de ofenderla, como el matemáticoLeonardo Jiménez quien la crítico acremente en una páginade Internet, con los siguientes argumentos:«Pobre niña, qué ridículo tan grande. Niña Carolina, laGeografía no estudia a los planetas, ¿eso te enseñan en elLiceo Japones?, caray, tus papás han de estar muy avergonzadosy si no es así, qué triste, de la educación que recibesahí. No quiero hacer falacia ad hominem, por tu comentariode lo que entiendes por geografía. A la niña le gusta laciencia. ¿sabe la niña que es la ciencia?. Aún nosotros losque estudiamos matemáticas no nos hemos podido ponerde acuerdo si las matemáticas son una ciencia o no. ¿Sabeque es una ciencia formal, que es la ciencia de facto?, nadamenciona sobre el asunto. Que triste que haga evidente esaoscura forma de salir al estrellato, una con el apoyo detelevisa, y esto es evidente, otra ocupando la banderade la Ciencia, que desconoce. Es evidente también quela niña es una excelente «oradora» , como son muchosniños a esa edad. También es evidente qué repite undiscurso bastante exangüe. Si, la ciencia anda por lossuelos es verdad, yo como matemático lo se y es verdadque en futball andamos por los suelos, y no soyincha, pero hacer un escándalo panfletario utilizandoa una niña, y una disculpa al Dr. René Drucker Colín,nos muestra el bajo perfil intelectual que México tiene.Creo que se pueden plantear otras metodologías parahacer conciencia científica. (SIC)Pero lo anterior lo aseveró porque en su discursola niña mencionó: «Gracias a los científicos mexicanospodemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabricanlos mejores lentes de astronomía del mundo. Hace unaño el Instituto de Astronomía de la UNAM envió alas Islas Canarias un instrumento de precisión para elque será el observatorio más importante del mundo.Tiene nueve lentes y 270 piezas. Y mirar astros nosdebe importar porque somos, como escribió CarlSagan, «polvo de estrellas», de allí venimos.¿Estabanenterados de este reconocimiento mundial» Qué tal,¿les parece que esto no es ciencia?En todo caso, cuando ignoramos a quien osa formulartales afirmaciones o a quien nos «toca la puerta»para llamar la atención de que aquí existen científicosno reconocidos por sus compatriotas, es porque nuestrosvalores más esenciales están también «guardadosen algún cajón», ya que como afirma Carolina «paísesdesarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japóninvierten mucho apoyo en ciencia. México cada vezinvierte menos, y pese a ello contamos con grandescientíficos como Guillermo Haro que vivió y murió siendoun desconocido. El premio Nobel de Química, Mario Molinanació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos,»para sobrevivir.Porque realmente es penoso que exista tanta inversiónen espectáculos, como los del bicentenario que han sidoaltamente criticados, o en algo como el fútbol aunque«seamos tan malos»; desdeñando lo más esencial que esla ciencia y la educación, donde la inversión «es tan poca»aunque «seamos tan buenos», como afirmó Carolina,reiterando en su discurso: «tenemos la mejor Universidadde Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez ledamos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a loque ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia yeducación siempre será un País pobre ¿Queremos un Méxicopobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros científicos comoMario Molina se vayan a otros países?»Acaso por eso terminó sus deliberaciones con una frasereveladora: Pobre México nuestro tan «cerca» del futbol ytan lejos de la Ciencia.Hop’ Ki’n • 10