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principalmente en una <strong>de</strong> sus islas, situada en el OcéanoPacífico, dio origen a una película que lleva el mismotítulo. Para no romper con los estereotipos, Hollywood hizoque San José, nuestra capital, apareciera como un puertomarítimo adormecido bajo una pobre vegetación <strong>de</strong>palmeras.Como uste<strong>de</strong>s han tenido la oportunidad <strong>de</strong> constatarlo,San José se levanta en un valle situado a más <strong>de</strong> 1.000metros <strong>de</strong> altura y, para llegar al litoral es necesario alejarse<strong>de</strong> aquí no menos <strong>de</strong> 100 kilómetros. En cuanto a lavegetación que nos circunda, espero que todos uste<strong>de</strong>shayan echado un vistazo a través <strong>de</strong> las ventanas <strong>de</strong> sushabitaciones y hayan comprobado que consiste en algo másque algunas especies <strong>de</strong> palmeras.Po<strong>de</strong>mos fácilmente imaginarlo: si la película nohubiera tratado <strong>de</strong> dinosaurios, nos habría recordado que laregión centroamericana ha sufrido a lo largo <strong>de</strong> su historiauna abundancia <strong>de</strong> golpes <strong>de</strong> estado y guerras civiles tal vezsólo superada por el Africa postcolonial. Tal vezexageradamente, una caricatura convertida en lugar comúnllama a nuestra región “los Balcanes <strong>de</strong> América”. Si bienes cierto que a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX estalló en pedazosla República Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Centroamérica, y <strong>de</strong> ahí ena<strong>de</strong>lante fueron frecuentes los conflictos militares entre losEstados in<strong>de</strong>pendientes que la sucedieron, no podríahallarse en nuestra historia un capítulo comparable a lasatrocida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la limpieza étnica <strong>de</strong> la antigua Yugoslavia,o a los crímenes urdidos en los Balcanes en el transcurso <strong>de</strong>la Segunda Guerra Mundial.En cierto momento estalló, a causa <strong>de</strong> una disputaterritorial entre dos estados centroamericanos, un conflictomilitar que la prensa internacional llamó, con ligereza, laguerra <strong>de</strong>l fútbol, con motivo <strong>de</strong> la coinci<strong>de</strong>ncia entre unagitado encuentro <strong>de</strong>portivo y el inicio <strong>de</strong> las hostilida<strong>de</strong>s.Como a casi todas las guerras, en especial a aquellas que seoriginan en <strong>de</strong>sacuerdos que podrían ser zanjados frente aun tribunal internacional, a la guerra <strong>de</strong>l fútbol se le pue<strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rar producto <strong>de</strong> la irresponsabilidad <strong>de</strong> losgobernantes <strong>de</strong> los países en pugna; sin embargo, no sehizo una caricatura similar cuando, años más tar<strong>de</strong>, unciego e irracional estallido nacionalista produjo docenas <strong>de</strong>muertos en las gra<strong>de</strong>rías <strong>de</strong> un estadio europeo.Con todo, lo importante es que, en la década <strong>de</strong> losochentas, las cuestiones <strong>de</strong> la guerra y la paz <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser,en nuestra región, un tema marginal, un problema <strong>de</strong> cuyasolución se encargaría el gobierno <strong>de</strong> Estados Unidosmediante una intervención militar que pasaría inadvertidapara el resto <strong>de</strong>l mundo. Una crisis política y militar, <strong>de</strong>connotaciones globales, sobrevino a causa <strong>de</strong> las guerrasciviles <strong>de</strong> Nicaragua, El Salvador y Guatemala, <strong>de</strong>l choque<strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> la Unión Soviética y <strong>de</strong> Estados Unidos enaquellos conflictos, <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sestabilización que amenazabaa Costa Rica y a Panamá, y <strong>de</strong>l inminente choque armadoentre Honduras y Nicaragua.La sombra <strong>de</strong> la Guerra Fría, ya en su última etapa, fueun factor exacerbante <strong>de</strong> los conflictos militares y políticos<strong>de</strong> la región, especialmente a partir <strong>de</strong> 1979, con eladvenimiento <strong>de</strong> un régimen marxista en Nicaragua. Nofue por simple casualidad que, entre los pequeños Estadoscaribeños que se in<strong>de</strong>pendizaron <strong>de</strong>l Reino Unido <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial, el único que se vio envueltoen un conflicto político resuelto por la vía militar fueGrenada, Estado <strong>de</strong> minúsculas dimensiones don<strong>de</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la perspectiva estadouni<strong>de</strong>nse, se habría instalado unrégimen marxista aliado <strong>de</strong> Cuba y <strong>de</strong> la Unión Soviética.La intervención <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s potencias era el mayorobstáculo al que nos enfrentábamos los dirigentescentroamericanos en la búsqueda <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong>2 3