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Diez Años Después de Esquipulas: - acuns

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ACUNSREPORTES y ENSAYOS • 1997 No. 4<strong>Diez</strong> <strong>Años</strong> <strong>Después</strong> <strong>de</strong> <strong>Esquipulas</strong>:Mirando Hacia el FuturoS.E. Dr. Oscar Arias SánchezLa Serie <strong>de</strong> Discursos <strong>de</strong>Distinguidos Lí<strong>de</strong>res MundialesEl Consejo Académico para el Sistema <strong>de</strong> las Naciones Unidas


El Consejo Académico para el Sistema <strong>de</strong> lasNaciones UnidasEl Consejo Académico Para el Sistema <strong>de</strong> las Naciones Unidas fue creado en 1987.El Consejo “es una asociación internacional <strong>de</strong> instituciones educativas y <strong>de</strong>investigación, académicos, profesores, profesionales y otras personas que participanen el trabajo y el estudio <strong>de</strong> las organizaciones internacionales.”Todos ellos comparten “un interés profesional en la promoción y el apoyo <strong>de</strong> laenseñanza y la investigación que profundizan y amplían nuestro conocimiento <strong>de</strong> lacooperación internacional.” Para alcanzar sus objetivos, “el Consejo <strong>de</strong>dica especialatención a los programas y órganos <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> las Naciones Unidas y otrasorganizaciones inter-gubernamentales y no gubernamentales.”La administración <strong>de</strong>l Consejo es la responsabilidad <strong>de</strong> un Consejo <strong>de</strong>Administración, elejido por los miembros en la reunión anual. El Consejo, comosus miembros, es <strong>de</strong> carácter internacional. El Consejo tiene su se<strong>de</strong> central en elInstituto Thomas J. Watson Jr. <strong>de</strong> los Estudios Internacionales <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong>Brown en Provi<strong>de</strong>nce, Rho<strong>de</strong> Island con una oficina <strong>de</strong> enlace en el InstitutoBunche <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Nueva York. El Consejo tiene una serie<strong>de</strong> programas, incluyendo reuniones <strong>de</strong> investigación y política, una reunión anual,sesiones <strong>de</strong> entrenamiento, seminarios <strong>de</strong> verano para investigadores yprofesionales jóvenes, becas para los estudios doctorales, así como un servicio“internet.”El Consejo mantiene estrechas relaciones con la Secretaría <strong>de</strong> las NacionesUnidas y la secretaria <strong>de</strong> otras instituciones <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> las Naciones Unidas,como también con organizaciones inter-gubernamentales y no-gubernamentales.Una revista en inglés, titulada Global Governance: A Review of Multilateralismand International Organizations, <strong>de</strong>signaba “La mejor revista nueva <strong>de</strong> 1996” porla Asociación <strong>de</strong> los Editores Americanos en las áreas <strong>de</strong> empresas, cienciassociales, y humanida<strong>de</strong>s. Todos los miembros recibirán una subscripción. ElConsejo también informa <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s a los miembros a través <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong>Memorando <strong>de</strong> Información, así como mediante las publicaciones que resultan <strong>de</strong>su programa <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s.Uno <strong>de</strong> sus objetivos principales es fortalecer el estudio <strong>de</strong> las organizacionesinternacionales a medida que aumentan en número, activida<strong>de</strong>s, complejidad eimportancia en las relaciones internacionales. El programa <strong>de</strong>sarollado por elConsejo, está diseñado para promover la investigación, preparar nuevos materiales<strong>de</strong> enseñanza, favorecer la formación profesional <strong>de</strong> futuros especialistas yestablecer sólidos lazos entre funcionarios internacionales y universitarios.El Consejo está abierto a individuos e instituciones <strong>de</strong> todos los países.DIEZ AÑOS DESPUÉS DE ESQUIPULAS:MIRANDO HACIA EL FUTUROS.E. Dr. Oscar Arias SánchezPrimer Discurso Pronunciadopor un Distinguido Lí<strong>de</strong>r Mundialpresentado en laDécima Asamblea Anual <strong>de</strong> ACUNS25 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong> 1997 • San José, Costa RicaReportes y Ensayos1997 No. 4


ACUNSBrown University, Box 1983Provi<strong>de</strong>nce, RI 02912-1983Teléfono: 401/863-1274Fax: 401/863-3808E-Mail: ACUNS@brown.eduInternet: http://www.brown.edu/Departments/ACUNSThomas G. Weiss, Ph.D., Director EjecutivoMelissa Phillips, Coordinadora <strong>de</strong> ProgramaJanet Kalunian, Asistente <strong>de</strong> ProgramaKevin W. Dahl, Asistente <strong>de</strong> Recursos HumanosÍNDICESobre la Serie <strong>de</strong> Discursos <strong>de</strong>Distinguidos Lí<strong>de</strong>res MundialesSobre el Autor<strong>Diez</strong> <strong>Años</strong> <strong>Después</strong> <strong>de</strong> <strong>Esquipulas</strong>: 1Mirando Hacia el FuturoiiiLos reportes y los ensayos son publicados y distribuidospor El Consejo Académico por el Sistema <strong>de</strong> las NacionesUnidas son parte <strong>de</strong> su programa <strong>de</strong> expansión <strong>de</strong>lconocimiento sobre los problemas <strong>de</strong> la cooperacióninternacional y el rol <strong>de</strong> instituciones internacionales. Sinembargo, los autores son responsables <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong>ltrabajo presentado.Todos los <strong>de</strong>rechos están reservados bajo lasconvenciones internacionales y panamericanas. Ningunaparte <strong>de</strong> este reportaje podrá ser reproducido por medioalguno: electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia,grabado, o cualquier sistema <strong>de</strong> almacenamiento yrecuperación <strong>de</strong> información, sin permiso previo <strong>de</strong>l editor.Cualquier pregunta <strong>de</strong>berá ser dirigida a ACUNS.ISBN 1-880660-14-8


SOBRE LA SERIE DE DISCURSOS DEDISTINGUIDOS LÍDERES MUNDIALESLa serie <strong>de</strong> Discursos <strong>de</strong> Distinguidos Lí<strong>de</strong>resMundiales fue inaugurada en 1997 por el ConsejoDirectivo <strong>de</strong> ACUNS. De acuerdo a los objetivos<strong>de</strong>l Consejo Académico, esta serie expone el pensamiento<strong>de</strong> distinguidos lí<strong>de</strong>res a los académicos, abogados,practicantes, y otros individuos interesados en asuntosinternacionales y la gobernabilidad global.i


SOBRE EL AUTORDIEZ AÑOS DESPUÉS DE ESQUIPULAS:MIRANDO HACIA EL FUTUROEl Dr. Oscar Arias Sánchez, Ex- Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>Costa Rica, y Premio Nobel <strong>de</strong> la Paz <strong>de</strong> 1987,posee un gran prestigio internacional como vocero<strong>de</strong> los países en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y como <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l<strong>de</strong>sarrollo humano, la <strong>de</strong>mocracia y la <strong>de</strong>smilitarización.El Dr. Arias estudió Leyes y Economía en laUniversidad <strong>de</strong> Costa Rica. En 1974, él recibió elDoctorado en Ciencias Políticas en la Universidad <strong>de</strong>Essex, Inglaterra. Fue profesor <strong>de</strong> Ciencias Políticas en laUniversidad <strong>de</strong> Costa Rica y <strong>de</strong>sempeñó el cargo <strong>de</strong>Ministro <strong>de</strong> Planificación y Política Económica. Fue electoDiputado <strong>de</strong> la Asamblea Legislativa <strong>de</strong> Costa Rica en1978, y en 1981 pasó a ocupar la posición <strong>de</strong> SecretarioGeneral <strong>de</strong>l Partido Liberación Nacional. Su elección comoPresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República tuvo lugar en 1986.En 1987, el Presi<strong>de</strong>nte Arias diseño un plan <strong>de</strong> paz paraponer fin a la crisis regional. Ampliamente reconocidocomo el Plan <strong>de</strong> Paz Arias, su iniciativa culminó en losAcuerdos <strong>de</strong> <strong>Esquipulas</strong> II o el Procedimiento paraestablecer la paz firme y dura<strong>de</strong>ra en Centroamérica, el cualfue firmado por todos los presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong>Centroamérica el 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1987. En este mismo añole fue concedido el Premio Nobel <strong>de</strong> la Paz. En 1988, Arias<strong>de</strong>stinó el contenido económico <strong>de</strong>l Premio Nobel paraestablecer la Fundación Arias para la Paz y el ProgresoHumano.iiS.E. Dr. Oscar Arias SánchezAgra<strong>de</strong>zco profundamente a las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lConsejo Académico <strong>de</strong>l Sistema <strong>de</strong> lasNaciones Unidas (ACUNS) por haber escogido aCosta Rica como se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Décima Reunión Anual <strong>de</strong> esteorganismo. Me complace darles a todos uste<strong>de</strong>s labienvenida a nuestro país y les expreso mi <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> queesta reunión sea, para todas y todos uste<strong>de</strong>s, una fructíferaexperiencia.Su honrosa presencia en Costa Rica se produce enmomentos en que nos preparamos a conmemorar el décimoaniversario <strong>de</strong> la firma <strong>de</strong>l Plan <strong>de</strong> Paz, marco <strong>de</strong> unproceso <strong>de</strong> pacificación y <strong>de</strong>mocratización que, si bien noha concluido todavía, nos permite <strong>de</strong>cir que, por primeravez en muchas décadas, las mujeres y los hombres <strong>de</strong>nuestra región po<strong>de</strong>mos esperar un futuro sin violencia.Queda, ciertamente, mucho por hacer, pero no <strong>de</strong>bemosocultar la satisfacción <strong>de</strong> saber que se ha puesto fin alúltimo conflicto militar <strong>de</strong> Centroamérica, la guerra civilque <strong>de</strong>vastó a Guatemala durante casi cuatro décadas.aA Centroamérica se le <strong>de</strong>scribe con frecuencia medianteun conjunto <strong>de</strong> lugares comunes, <strong>de</strong> percepcionesprejuiciadas y algunas realida<strong>de</strong>s caricaturizables. Hacemuy poco tiempo, la novela <strong>de</strong> gran éxito El ParqueJurásico, cuya trama se <strong>de</strong>sarrolla en Costa Rica,1


principalmente en una <strong>de</strong> sus islas, situada en el OcéanoPacífico, dio origen a una película que lleva el mismotítulo. Para no romper con los estereotipos, Hollywood hizoque San José, nuestra capital, apareciera como un puertomarítimo adormecido bajo una pobre vegetación <strong>de</strong>palmeras.Como uste<strong>de</strong>s han tenido la oportunidad <strong>de</strong> constatarlo,San José se levanta en un valle situado a más <strong>de</strong> 1.000metros <strong>de</strong> altura y, para llegar al litoral es necesario alejarse<strong>de</strong> aquí no menos <strong>de</strong> 100 kilómetros. En cuanto a lavegetación que nos circunda, espero que todos uste<strong>de</strong>shayan echado un vistazo a través <strong>de</strong> las ventanas <strong>de</strong> sushabitaciones y hayan comprobado que consiste en algo másque algunas especies <strong>de</strong> palmeras.Po<strong>de</strong>mos fácilmente imaginarlo: si la película nohubiera tratado <strong>de</strong> dinosaurios, nos habría recordado que laregión centroamericana ha sufrido a lo largo <strong>de</strong> su historiauna abundancia <strong>de</strong> golpes <strong>de</strong> estado y guerras civiles tal vezsólo superada por el Africa postcolonial. Tal vezexageradamente, una caricatura convertida en lugar comúnllama a nuestra región “los Balcanes <strong>de</strong> América”. Si bienes cierto que a mediados <strong>de</strong>l siglo XIX estalló en pedazosla República Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Centroamérica, y <strong>de</strong> ahí ena<strong>de</strong>lante fueron frecuentes los conflictos militares entre losEstados in<strong>de</strong>pendientes que la sucedieron, no podríahallarse en nuestra historia un capítulo comparable a lasatrocida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la limpieza étnica <strong>de</strong> la antigua Yugoslavia,o a los crímenes urdidos en los Balcanes en el transcurso <strong>de</strong>la Segunda Guerra Mundial.En cierto momento estalló, a causa <strong>de</strong> una disputaterritorial entre dos estados centroamericanos, un conflictomilitar que la prensa internacional llamó, con ligereza, laguerra <strong>de</strong>l fútbol, con motivo <strong>de</strong> la coinci<strong>de</strong>ncia entre unagitado encuentro <strong>de</strong>portivo y el inicio <strong>de</strong> las hostilida<strong>de</strong>s.Como a casi todas las guerras, en especial a aquellas que seoriginan en <strong>de</strong>sacuerdos que podrían ser zanjados frente aun tribunal internacional, a la guerra <strong>de</strong>l fútbol se le pue<strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rar producto <strong>de</strong> la irresponsabilidad <strong>de</strong> losgobernantes <strong>de</strong> los países en pugna; sin embargo, no sehizo una caricatura similar cuando, años más tar<strong>de</strong>, unciego e irracional estallido nacionalista produjo docenas <strong>de</strong>muertos en las gra<strong>de</strong>rías <strong>de</strong> un estadio europeo.Con todo, lo importante es que, en la década <strong>de</strong> losochentas, las cuestiones <strong>de</strong> la guerra y la paz <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser,en nuestra región, un tema marginal, un problema <strong>de</strong> cuyasolución se encargaría el gobierno <strong>de</strong> Estados Unidosmediante una intervención militar que pasaría inadvertidapara el resto <strong>de</strong>l mundo. Una crisis política y militar, <strong>de</strong>connotaciones globales, sobrevino a causa <strong>de</strong> las guerrasciviles <strong>de</strong> Nicaragua, El Salvador y Guatemala, <strong>de</strong>l choque<strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> la Unión Soviética y <strong>de</strong> Estados Unidos enaquellos conflictos, <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sestabilización que amenazabaa Costa Rica y a Panamá, y <strong>de</strong>l inminente choque armadoentre Honduras y Nicaragua.La sombra <strong>de</strong> la Guerra Fría, ya en su última etapa, fueun factor exacerbante <strong>de</strong> los conflictos militares y políticos<strong>de</strong> la región, especialmente a partir <strong>de</strong> 1979, con eladvenimiento <strong>de</strong> un régimen marxista en Nicaragua. Nofue por simple casualidad que, entre los pequeños Estadoscaribeños que se in<strong>de</strong>pendizaron <strong>de</strong>l Reino Unido <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial, el único que se vio envueltoen un conflicto político resuelto por la vía militar fueGrenada, Estado <strong>de</strong> minúsculas dimensiones don<strong>de</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la perspectiva estadouni<strong>de</strong>nse, se habría instalado unrégimen marxista aliado <strong>de</strong> Cuba y <strong>de</strong> la Unión Soviética.La intervención <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s potencias era el mayorobstáculo al que nos enfrentábamos los dirigentescentroamericanos en la búsqueda <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong>2 3


diálogo y negociación para poner fin a las guerras yamenazas <strong>de</strong> nuevas guerras en la región.Por supuesto, el origen <strong>de</strong> aquella crisiscentroamericana no se encuentra exclusivamente en laGuerra Fría. El enfrentamiento Este-Oeste tan sólocontribuyó a la internacionalización <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong>conflictos internos cuyas raíces se encontraban en <strong>de</strong>cenios<strong>de</strong> dictadura, marginación y explotación. La llegada <strong>de</strong>lsandinismo al po<strong>de</strong>r fue la culminación <strong>de</strong> una larga lucha<strong>de</strong>l pueblo nicaragüense contra la dictadura <strong>de</strong> la familiaSomoza, impuesta a Nicaragua, cincuenta años antes, trasuna intervención <strong>de</strong> Estados Unidos. Aquella dictadurahabía reprimido todo intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> lasociedad nicaragüense y había perpetuado condiciones <strong>de</strong>miseria y explotación que, en toda lógica, tenían que<strong>de</strong>sembocar en el levantamiento armado <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong>Nicaragua.Los conflictos armados <strong>de</strong> El Salvador y Guatemalatambién fueron, en sus inicios, expresión <strong>de</strong> lasreivindicaciones populares contra la explotación y laopresión. Es así como, en 1986, las guerras civiles, laintervención extranjera y la ausencia <strong>de</strong> condiciones parael <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, habían convertido aCentroamérica en un peligroso foco <strong>de</strong> tensióninternacional. El obstáculo más importante queenfrentábamos los presi<strong>de</strong>ntes centroamericanos, en elempeño <strong>de</strong> terminar con la violencia, era la intención <strong>de</strong> laAdministración Reagan <strong>de</strong> buscarle una solución militar alproblema específico <strong>de</strong> Nicaragua, reducido simplistamentea la necesidad <strong>de</strong> eliminar un régimen marxista.Sin embargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra perspectiva, un rápido<strong>de</strong>senlace militar en Nicaragua era poco menos queimposible, dado que otras potencias extrarregionales sedisponían a mantener in<strong>de</strong>finidamente la ayuda económica4y militar al gobierno sandinista. Consi<strong>de</strong>rábamos, a<strong>de</strong>más,que aun en el supuesto <strong>de</strong> que las fuerzas rebel<strong>de</strong>santimarxistas, los entonces <strong>de</strong>nominados contras, pudieranalcanzar una victoria militar con la ayuda <strong>de</strong> EstadosUnidos, el conjunto <strong>de</strong> los problemas centroamericanosquedaría sin resolver y la violencia seguiría agudizándolosen el futuro.En estas circunstancias, tomamos la iniciativa <strong>de</strong> abrir unproceso <strong>de</strong> negociación estrictamente regional, en el cualse pudiera ventilar todos los factores que dieron origen alconflicto. Aun cuando tal iniciativa no gozó en principio<strong>de</strong>l apoyo <strong>de</strong> los Estados Unidos, y fue recibida conescepticismo por muchos sectores centroamericanos,pudimos, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un laborioso proceso <strong>de</strong>convencimiento, obtener el respaldo y la simpatía <strong>de</strong>numerosos gobiernos <strong>de</strong> todo el mundo y <strong>de</strong> la opiniónpública internacional. Gracias a ello, tras la firma <strong>de</strong> losacuerdos <strong>de</strong> <strong>Esquipulas</strong>, en agosto <strong>de</strong> 1987, fue posibleiniciar lo que hoy po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar un exitoso proyecto<strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización y pacificación <strong>de</strong> Centroamérica.Un aspecto singular <strong>de</strong> aquel proceso <strong>de</strong> negociación fuela temprana aceptación, por parte <strong>de</strong> todos los gobiernos<strong>de</strong>l área, <strong>de</strong>l principio según el cual la paz y el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> Centroamérica no serían posibles sin la vigencia <strong>de</strong> la<strong>de</strong>mocracia en toda la región. Hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mosrecordar, no había antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong>negociación multilateral, en el que este principio <strong>de</strong>primacía <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia se convirtiera en requisito previoa la resolución <strong>de</strong> un conflicto internacional.Es cierto que los países ocupados por Estados Unidos ysus aliados occi<strong>de</strong>ntales al final <strong>de</strong> la Segunda GuerraMundial vieron condicionada la recuperación <strong>de</strong> suin<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia a la instauración <strong>de</strong> regímenes<strong>de</strong>mocráticos. Pero aquel fue el diktat <strong>de</strong> los vencedores y5


no un acuerdo negociado entre partes dotadas <strong>de</strong> igualgrado <strong>de</strong> autonomía. Por otro lado, al mismo tiempoocurría la incorporación <strong>de</strong> varios países <strong>de</strong> Europa a laesfera <strong>de</strong> influencia <strong>de</strong> la Unión Soviética, lo que loscon<strong>de</strong>naba ineluctablemente al totalitarismo. De tal modoque la subyugación <strong>de</strong> unos pueblos fue el precio que<strong>de</strong>bió pagarse por la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> otros.En Centroamérica, por el contrario, fue prioritaria lagarantía <strong>de</strong> respeto a la <strong>de</strong>mocracia en todos los países, yeste logro fue un importante aporte centroamericano alfortalecimiento mundial <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y una muestraprometedora <strong>de</strong> la capacidad que tenemos <strong>de</strong> enfrentar,pacíficamente, los gran<strong>de</strong>s retos políticos <strong>de</strong> nuestrotiempo. Si añadimos a esto la voluntad <strong>de</strong> integraciónpolítica, social y económica expresada en el Plan <strong>de</strong> Paz <strong>de</strong>Centroamérica, nuestra experiencia ponía a prueba laorganización <strong>de</strong> respuestas auténticamentelatinoamericanas a las nuevas condiciones creadas por elfin <strong>de</strong> la Guerra Fría. Es un hecho alentador que la<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l bloque socialista haya coincidido con elfortalecimiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en nuestra región, y nocon la consolidación <strong>de</strong> regímenes <strong>de</strong> fuerza como los que,en el pasado, hicieron <strong>de</strong>l anticomunismo su razón <strong>de</strong> ser.aEn último resultado, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que en la regióncentroamericana se dan actualmente condiciones quepodrían garantizar la paz y la vigencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia alargo plazo. En efecto, no existen motivos <strong>de</strong> tensióninternacional, salvo por exiguos diferendos territoriales quepue<strong>de</strong>n ser resueltos mediante el recurso al arbitraje o,siguiendo el ejemplo <strong>de</strong> la última disputa territorial entre ElSalvador y Honduras, al fallo <strong>de</strong> un tribunal internacional.Esta evaluación <strong>de</strong> las perspectivas <strong>de</strong> paz se veenriquecida por los avances que hemos logrado en elámbito <strong>de</strong> la <strong>de</strong>smilitarización. Costa Rica es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1948,un Estado in<strong>de</strong>pendiente que no tiene ejército. Estacondición <strong>de</strong> país <strong>de</strong>sarmado se consolidó en una normaconstitucional adoptada en 1949, que prohíbe la creación <strong>de</strong>fuerzas armadas y pone la seguridad ciudadana en manos<strong>de</strong> cuerpos civiles <strong>de</strong> policía. Pues bien, a sabiendas <strong>de</strong> quela eliminación total <strong>de</strong> las fuerzas armadas no es posible entodos los Estados <strong>de</strong> la región -al menos por el momento<strong>de</strong>s<strong>de</strong>la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humanollevamos a cabo, en Panamá, a partir <strong>de</strong> 1990, unaprolongada y laboriosa campaña para convencer al pueblopanameño y a sus dirigentes <strong>de</strong> que había llegado la hora <strong>de</strong>adoptar, en aquella república vecina, una disposiciónconstitucional semejante. A esta campaña se unierondiversos grupos in<strong>de</strong>pendientes y órganos <strong>de</strong> prensapanameños y, para no <strong>de</strong>scribir todas las inci<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>lproceso, me complace recordar que, a finales <strong>de</strong> 1994,quedó incorporada a la Constitución Política <strong>de</strong> Panamá lacláusula que proscribe las fuerzas armadas. Existe, pues,una frontera entre dos países sin fuerzas armadas que,precisamente por eso, es la más segura <strong>de</strong>l mundo.Habríamos querido lograr lo mismo en Nicaragua,país en el que se propuso que la abolición <strong>de</strong>l ejércitotuviera lugar <strong>de</strong> manera paulatina. Lamentablemente, en loque consi<strong>de</strong>ramos un acto equivocado, más bien seprocedió a institucionalizar el ejército mediante laaprobación <strong>de</strong> un código militar, a nuestro juicioinnecesario y anticuado. Pero, con todo, un avance fundamentalfue la reducción <strong>de</strong>l Ejército Popular Sandinista -hoy Ejército Nacional <strong>de</strong> Nicaragua- <strong>de</strong> unos 90 milefectivos a solamente alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 14 mil. De igualmanera, el ejército salvadoreño experimentó una consi<strong>de</strong>r-67


able disminución y, a la luz <strong>de</strong> los acuerdos que pusieronfin a la guerra civil en ese país, es <strong>de</strong> esperar que en elfuturo se <strong>de</strong>n mayores reducciones. En Guatemala seacordó reducir en una tercera parte el tamaño <strong>de</strong> las fuerzasarmadas, y en Honduras la sociedad civil pugna por reducirla influencia política y económica <strong>de</strong> unas fuerzas armadasque adquirieron preeminencia y privilegios excesivosdurante la crisis centroamericana.aEn lo que se refiere a la <strong>de</strong>mocratización, es muyalentador el hecho <strong>de</strong> que, a partir <strong>de</strong> 1990, todos losgobiernos <strong>de</strong> Centroamérica se hayan originado enprocesos electorales legítimos, la mayoría <strong>de</strong> ellosrealizados bajo rigurosa observación internacional. Estalegitimidad electoral <strong>de</strong> los diversos regímenes, y elsignificativo proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>smilitarización que he <strong>de</strong>scrito,son dos factores <strong>de</strong> mucha importancia para laconsolidación <strong>de</strong> la paz en la región. Sin embargo, nopo<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que las causas profundas <strong>de</strong> la inestabilidady la guerra hayan sido superadas.La paz no es simplemente la ausencia <strong>de</strong> guerra. La pazse alcanzará realmente cuando se hayan eliminado lascausas más profundas <strong>de</strong> la violencia. Mientras prevalezcanla miseria y la injusticia, la violencia tendrá su propiajustificación. Para los pueblos <strong>de</strong> Centroamérica, al igualque para el resto <strong>de</strong> los países en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, laconsolidación <strong>de</strong> la paz no será posible mientras no sehayan superado la <strong>de</strong>sigualdad y la pobreza.Los gran<strong>de</strong>s problemas <strong>de</strong> miseria, enfermedad,ignorancia, opresión y violencia que agobian a nuestraregión requerirán, en el mejor <strong>de</strong> los casos, <strong>de</strong>cenios antes<strong>de</strong> ser superados. Es urgente encontrar nuevos caminos queconduzcan cuanto antes a la solución <strong>de</strong> esos problemas,pues en las condiciones actuales nuestros pueblos podríanser empujados, por la frustración y la impaciencia, abuscarle alternativas a la <strong>de</strong>mocracia.Descubrimos ahora que, si bien la primacía <strong>de</strong>l sistema<strong>de</strong>mocrático no se discute, nos ha llegado la hora <strong>de</strong>preguntarnos por cuánto tiempo y en qué medida están lospueblos dispuestos a soportar la miseria para no estorbar ala <strong>de</strong>mocracia. Y las socieda<strong>de</strong>s más <strong>de</strong>sarrolladas, aquellasque más esperarían ganar con la estabilidad global, les llególa hora <strong>de</strong> preguntarse cuán permanentes serán su esplendory su opulencia en un mundo en el que las mayorías recorrenel camino <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo humano en sentido equivocado.Descubrimos que nuestra nueva <strong>de</strong>mocracia estánaciendo <strong>de</strong> un parto lleno <strong>de</strong> dolor, contaminado por laviolencia, el hambre, el crimen, la droga, la falta <strong>de</strong>vivienda, la corrupción, la insalubridad, la insuficienciaeducativa, la <strong>de</strong>satención <strong>de</strong>l niño, la mujer y el anciano, laexplosión <strong>de</strong>mográfica, y el <strong>de</strong>terioro ambiental.Pero lo que constituye el peligro fundamental paranuestra <strong>de</strong>mocracia es el abismo creciente entre laabundancia <strong>de</strong> unos pocos y la carencia <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>smayorías. Tras casi dos siglos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, enAmérica Latina hay cien millones <strong>de</strong> personas obligadas avivir con un ingreso diario <strong>de</strong> un dólar, mientras que encualquier lista <strong>de</strong> las fortunas más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundoaparecen las <strong>de</strong> muchos latinoamericanos. En cierto paíslatinoamericano, veinticuatro multimillonarios poseen másriqueza que los veinticuatro millones <strong>de</strong> ciudadanos máspobres.La pobreza y la <strong>de</strong>sigualdad constituyen, sin duda, elmayor reto al que <strong>de</strong>berán enfrentarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora mismo89


nuestras socieda<strong>de</strong>s. Debemos aceptar que, con el fracaso<strong>de</strong> la economía planificada -fracaso económico por nohaber alcanzado la eficiencia, y fracaso político porrevelarse incapaz <strong>de</strong> dar sustento a la <strong>de</strong>mocracia-, revive eli<strong>de</strong>al <strong>de</strong> más <strong>de</strong> doscientos años <strong>de</strong> que la economía <strong>de</strong>mercado y el libre comercio ofrecen las mejoresposibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aumentar los niveles <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollohumano. Hago énfasis en que el mercado y la aperturacomercial generan posibilida<strong>de</strong>s, no certezas. Latransformación <strong>de</strong> esas posibilida<strong>de</strong>s en certezas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá<strong>de</strong> que no se sustituya el maniqueísmo <strong>de</strong> la Guerra Fríapor un mundo monocromático, fatalmente resignado a la<strong>de</strong>sigualdad. La suerte <strong>de</strong> las personas y <strong>de</strong> las naciones nopue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r exclusivamente <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> lacompetencia entre intereses y egoísmos particulares.aEn el diagnóstico sobre los males <strong>de</strong> nuestra región y,en general, <strong>de</strong>l mundo en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, hay un lugarespecial para la corrupción. En cualquier intento por darle anuestro futuro una meta y un sentido, <strong>de</strong>be figurar la luchapor la transparencia, la veracidad y la credibilidad <strong>de</strong>quienes dirigen la vida política y económica.Si la corrupción ha traído inestabilidad a algunas <strong>de</strong> lasconsolidadas <strong>de</strong>mocracias parlamentarias <strong>de</strong> Europa, paralas vulnerables o nacientes <strong>de</strong>mocracias latinoamericanasrepresenta una grave amenaza. Es lamentable que todavíaexista en algunos países <strong>de</strong>sarrollados la práctica fiscal <strong>de</strong>reconocer a sus empresas, como gastos legítimos, losmontos <strong>de</strong>dicados a pagar comisiones y sobornos adirigentes y funcionarios gubernamentales extranjeros. Estapráctica estimula la corrupción, <strong>de</strong> manera especial en lospaíses en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Tal vez resulte ocioso repetir,ante tan culto público español, aquellos conocidos versos<strong>de</strong> la poeta mexicana Sor Juana Inés <strong>de</strong> la Cruz:¿A cuál es más <strong>de</strong> culparaunque cualquiera mal haga:el que peca por la pagao el que paga por pecar?aUste<strong>de</strong>s se han reunido aquí inspirados en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>promover, mediante el fortalecimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rechointernacional y la institucionalidad <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> losestados, la paz y la justicia, fines fundamentales <strong>de</strong>lSistema <strong>de</strong> las Naciones Unidas. Los costarricensessabemos, por experiencia propia, que los países en vías <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo son los que más <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la vigencia <strong>de</strong>l<strong>de</strong>recho internacional. Son nuestros países los llamados apropiciar el fortalecimiento <strong>de</strong> las instituciones jurídicasque lo garantizan.El proceso <strong>de</strong> pacificación <strong>de</strong> Centroamérica tuvo comobase jurídica, no solo la soberanía <strong>de</strong> cinco pequeñosestados, sino un acuerdo <strong>de</strong> paz que contó con el másamplio reconocimiento <strong>de</strong> la comunidad internacional. Eseinstrumento fue moralmente superior a todas las presionesexternas que se oponían a la causa <strong>de</strong> la paz. He repetidoque el primer muro en caer no fue el <strong>de</strong> Berlín. El primermuro que se <strong>de</strong>rrumbó fue el muro <strong>de</strong> la incomprensión enCentroamérica. La <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> mitos y prejuicios sobrela invariabilidad <strong>de</strong> los límites i<strong>de</strong>ológicos y sobre laimposibilidad <strong>de</strong>l cambio no violento comenzó enCentroamérica. Fue aquí don<strong>de</strong>, por primera vez, unrégimen marxista, producto <strong>de</strong> una revolución violenta, sesometió a la buena fe <strong>de</strong>l diálogo y a las reglas <strong>de</strong>l juego1011


<strong>de</strong>mocrático. Hasta entonces, esta posibilidad se tenía porimpracticable, al atribuírsele al marxismo una fortaleza yuna voluntad <strong>de</strong> supervivencia que más tar<strong>de</strong> se revelaronfalsas en todo el mundo. En la mesa <strong>de</strong> negociaciones <strong>de</strong><strong>Esquipulas</strong>, los presi<strong>de</strong>ntes centroamericanos asociamospor primera vez, <strong>de</strong> manera efectiva, la libertad electoral, elrespeto a los <strong>de</strong>rechos humanos y la renuncia expresa al uso<strong>de</strong> la fuerza, con el concepto <strong>de</strong> legitimidad <strong>de</strong> losgobiernos. En aquella oportunidad, manifestamos <strong>de</strong>manera explícita la necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarmar y <strong>de</strong>smilitarizarnuestras socieda<strong>de</strong>s. Aquella <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> bajar almáximo el gasto militar en nuestros países y <strong>de</strong>dicar elahorro a la inversión social partió, obviamente, <strong>de</strong> un juicioético. Pero su origen también se hallaba en una reflexiónsobre la importancia <strong>de</strong> la educación en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> lospueblos.Mientras nuestras socieda<strong>de</strong>s no estén dispuestas arealizar un esfuerzo masivo <strong>de</strong> inversión en la educaciónpermanecerán inevitablemente ancladas en el sub<strong>de</strong>sarrolloeconómico, el autoritarismo político y la <strong>de</strong>sintegraciónsocial.Existe un virtual consenso, hoy, en afirmar que el niveleducativo es la variable más <strong>de</strong>terminante para pre<strong>de</strong>cir laprosperidad económica futura <strong>de</strong> individuos y naciones.Asimismo, la disparidad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s educativas es elfactor que mayor peso tiene en la generación <strong>de</strong><strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales. Es imprescindible educar paraconsolidar la <strong>de</strong>mocracia, para que los habitantes seconviertan en ciudadanos, para que <strong>de</strong>sechemos, <strong>de</strong> una vezpor todas, una ficción que viene arrastrando América Latina<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los días <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: la creencia <strong>de</strong> que esposible fundar repúblicas sin republicanos.Es necesario educar para evitar, hasta don<strong>de</strong> seaposible, que nuestros pueblos sucumban al verbo fácil <strong>de</strong>12<strong>de</strong>magogos y déspotas, para que conozcan sus <strong>de</strong>rechos yresponsabilida<strong>de</strong>s cívicas, reclamando los unos ycumpliendo las otras con plena conciencia <strong>de</strong> susignificado.Nuestro futuro <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, más que <strong>de</strong> cualquier otrofactor, <strong>de</strong> que nuestras socieda<strong>de</strong>s entiendan la urgencia <strong>de</strong>empren<strong>de</strong>r esta cruzada. De que nuestros lí<strong>de</strong>rescomprendan que esta tarea requiere <strong>de</strong> recursos abundantes,cuya obtención, sin ser imposible, sí va a <strong>de</strong>mandar elcoraje <strong>de</strong> tomar <strong>de</strong>cisiones políticas difíciles, comoreformar los sistemas tributarios y reducir al mínimo elgasto militar. Ello solo será posible si nuestros políticosasumen una visión histórica, si son capaces <strong>de</strong> plantearse elfuturo mucho más allá <strong>de</strong> las próxima elecciones. Nuestrosdirigentes <strong>de</strong>ben enten<strong>de</strong>r que, hoy más que nunca,gobernar es educar.aHoy, muchos <strong>de</strong> los pueblos más pobres <strong>de</strong>l mundocontinúan sufriendo los efectos <strong>de</strong> innumerables conflictosbélicos, exacerbados por la avi<strong>de</strong>z comercial <strong>de</strong> losproveedores <strong>de</strong> armas. En el momento actual el mayorven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> armamentos es Estados Unidos, pero cadaguerra civil o internacional contemporánea es unabigarrado catálogo <strong>de</strong> armas fabricadas, principalmente,por los cinco miembros permanentes <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong>Seguridad <strong>de</strong> las Naciones Unidas. Por ello, hoy <strong>de</strong>dicobuena parte <strong>de</strong> mi tiempo y mis energías a promover laadopción <strong>de</strong> un Código Internacional <strong>de</strong> Ética sobre laTransferencia <strong>de</strong> Armas. A este esfuerzo se han unido uncomité integrado por numerosas personas y organizacioneslaureadas con el Premio Nobel <strong>de</strong> la Paz. Hace pocos días,varios miembros <strong>de</strong> ese comité me acompañaron, en Nueva13


York, en la presentación <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong> ese código, queesperamos sea introducido algún día en la agenda <strong>de</strong> lasNaciones Unidas.América Latina y el Caribe es la región <strong>de</strong>l mundo quemás se ha <strong>de</strong>sarmado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Guerra Fría. Pero estehecho no <strong>de</strong>be ser tomado como argumento para <strong>de</strong>scartarnuevas reducciones <strong>de</strong>l gasto militar ni, mucho menos, parajustificar adquisiciones <strong>de</strong> armas <strong>de</strong> alta tecnología,susceptibles <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar una dispendiosa carreraarmamentista. Todavía existen en la región arsenales ycontingentes exagerados, absolutamente innecesarios ycuyo mantenimiento representa una lamentable <strong>de</strong>sviación<strong>de</strong> los escasos recursos que se podrían <strong>de</strong>stinar a lasatisfacción <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s más básicas <strong>de</strong> nuestrassocieda<strong>de</strong>s. En tales circunstancias, la pobreza, el mayorenemigo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo humano <strong>de</strong>nuestros países, no cesa <strong>de</strong> crecer.En el momento actual también se dan en nuestra regiónexcelentes condiciones para promover acuerdosmultilaterales y regionales que limiten la adquisición <strong>de</strong>armas. Siempre hemos con<strong>de</strong>nado a los países productoresy exportadores <strong>de</strong> armas, cuya avi<strong>de</strong>z comercial es la causamás importante <strong>de</strong>l elevado gasto militar <strong>de</strong> los países envías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Las adquisiciones <strong>de</strong> armas en nuestraregión se originan muchas veces en la gestión <strong>de</strong> contratospor parte <strong>de</strong> las industrias productoras y, con frecuencia, enla cínica presión diplomática <strong>de</strong> los países don<strong>de</strong> estánestablecidas esas industrias. Es paradójico que las naciones<strong>de</strong>sarrolladas justifiquen el tráfico <strong>de</strong> armas presentándolocomo su respuesta natural a una <strong>de</strong>manda existente, entanto que, en el caso <strong>de</strong>l tráfico <strong>de</strong> drogas, exigen que lasrestricciones se <strong>de</strong>n en el lado <strong>de</strong> la oferta.Hace pocas semanas, en una reunión <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong>Mandatarios Libremente Electos <strong>de</strong> América, efectuada en14la ciudad <strong>de</strong> Atlanta, Georgia, propuse que ese Consejosolicite a los países exportadores <strong>de</strong> armas que ponganfreno a la incitación al armamentismo que mantienen sobrelas naciones más pobres <strong>de</strong>l mundo. Creo que ha llegado lahora <strong>de</strong> que los países compradores pongan <strong>de</strong> su parte,mediante acuerdos regionales que, por encima <strong>de</strong> laspresiones publicitarias o diplomáticas, permitan reducir ycontrolar la compra <strong>de</strong> armas. Propuse, a<strong>de</strong>más, que lospaíses latinoamericanos adopten una moratoria <strong>de</strong> dos añossobre la adquisición <strong>de</strong> armas <strong>de</strong> alta tecnología, tiempoque <strong>de</strong>berá ser aprovechado para negociar un tratado quecomprometa a los gobiernos <strong>de</strong> la región a no adquirir esetipo <strong>de</strong> armas.Estas iniciativas, acogidas por el Consejo y sometidas<strong>de</strong> inmediato a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong>América Latina y el Caribe, son <strong>de</strong> urgente necesidad porcuanto se vislumbra como inminente el levantamiento, porparte <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Estados Unidos, <strong>de</strong> la prohibición <strong>de</strong>suministrar aviones <strong>de</strong> alta tecnología a América Latina. Dehecho, la empresa Lokheed-Martin ya ha sido autorizadapara que inicie una negociación preliminar con Chile parala venta <strong>de</strong> 24 aviones F-16 al costo <strong>de</strong> no menos <strong>de</strong> 25millones <strong>de</strong> dólares por aparato. Eliminar esta restricción,adoptada por la Administración Carter cuando la regiónestaba salpicada <strong>de</strong> dictaduras, tendría como consecuenciael inicio <strong>de</strong> una trágica carrera armamentista en América<strong>de</strong>l Sur. Trágica, no solo porque reaparecerían las ahoracasi inexistentes posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que estallen en la regiónconflictos internacionales, sino también porque esosignificaría inevitablemente un aumento <strong>de</strong> la pobreza y el<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> loslatinoamericanos. Las <strong>de</strong>mocracias que han emergido ennuestra región continúan siendo frágiles. Nuestros niñosnecesitan escuelas y no tanques ni aviones <strong>de</strong> combate.15


aEl respaldo <strong>de</strong>l sector académico a las Naciones Unidases, hoy más que nunca, indispensable. Debemos lamentarque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> importantes instituciones políticas, como elCongreso <strong>de</strong> Estados Unidos, haya todavía dirigentes quepersistan en socavar el Sistema <strong>de</strong> la ONU mediante elcondicionamiento <strong>de</strong> las contribuciones financieras. Talactitud dista mucho <strong>de</strong>l ejemplo constructivo que lecorrespon<strong>de</strong> dar a la nación que hoy ejerce un indiscutibleli<strong>de</strong>razgo mundial. Sin embargo, tengo fe en la capacidad<strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s para contrarrestar, con su apoyo a la ONU, laspresiones y las amenazas provenientes <strong>de</strong> los políticos pococomprensivos. Por ello, me uno con entusiasmo a lasexpresiones <strong>de</strong> reconocimiento a la labor <strong>de</strong> ACUNS quefiguran en el mensaje enviado a esta Asamblea por el señorSecretario General <strong>de</strong> la ONU.16

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