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By, by, Brother por Eduardo Morena Valdenebro - Círculo de Bellas ...

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<strong>By</strong>, <strong>by</strong>, <strong>Brother</strong><strong>por</strong> <strong>Eduardo</strong> <strong>Morena</strong> <strong>Val<strong>de</strong>nebro</strong>


“En un lugar <strong>de</strong> La Mancha, <strong>de</strong> cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo quevivía un hidalgo <strong>de</strong> los <strong>de</strong> lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…”Válame dios que nada más empezar afloren disculpas, pues acontece que un ino<strong>por</strong>tuno so<strong>por</strong>,<strong>de</strong> esos que barruntan extrañas ensoñaciones, se ha adueñando <strong>de</strong> mis sentidos y creo queempieza a confiarme en brazos <strong>de</strong> Morfeo…«El rugido <strong>de</strong> la venenosa muchedumbre en las gra<strong>de</strong>rías <strong>de</strong>l Flagler, sacome <strong>de</strong> miensimismamiento al inicio <strong>de</strong> la sexta carrera. Obtenía yo así algún capital arrastrándome <strong>de</strong>canódromo en canódromo junto a mi fiel greyhound Sancho en tierras rendidas al Rey <strong>de</strong>España <strong>por</strong> Ponce <strong>de</strong> León y a las que, sin saber cómo ni <strong>por</strong> qué he recalado, sobreviviendo aduras penas pues apenas parloteo su proscrita jerigonza.A falta <strong>de</strong> más compañía he dado en llamar Sancho al famélico perro que me mantiene, pues elfiel animal se ha ganado cierta fama <strong>por</strong> su habilidad en ser the one en mor<strong>de</strong>r con avi<strong>de</strong>z laliebre <strong>de</strong> trapo. Y como el hambre aguza su ingenio, doy fe que roe las canillas <strong>de</strong> los otroscanes antes <strong>de</strong> entrar al cajón <strong>de</strong> salida con el fin <strong>de</strong> esquilmar sus fuerzas. Antes que fuese así,probé fortuna training jamelgos en los racetracks <strong>de</strong> Tallahassee, pues el nombre <strong>de</strong> Rocinantellamome po<strong>de</strong>rosamente la atención al verlo anotado en las listas <strong>de</strong> bets <strong>de</strong>l Miami Herald.Mas, sucedió que acercándome al jockey para prestarle consejo <strong>de</strong> que mejor arrendara elpenco; y como aconteciere que éste terminara last one la carrera, resolvió el esmirriadocaballero endosarlo en renting a un pica<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Santa Rosa, en vez <strong>de</strong> sujetar altas las riendaspara alargarle el trote, como correspondía. Tras este episodio, viendo que yo allí andaba <strong>de</strong>nones, hice mutis y recalé más al sur, junto a la costa.Campan a sus anchas <strong>por</strong> ella los infieles en esta próspera y <strong>de</strong>sconcertante corte, o paréceme amí, pues en su mayoría son <strong>de</strong> oscura tez si bien los he tratado <strong>de</strong> las más variopintas razas.Visten como estrambotes, sobre todo uno muy relamido, <strong>de</strong> nombre Clark Kent, que gustan <strong>de</strong>retratar <strong>por</strong>tando un herreruelo rojo con calzas a tono, que le convierte en pájaro. No es ésta, ensuma, la única locura que me tiene a duelo <strong>de</strong> esta disparatada gente, pues su cordialidad nopue<strong>de</strong> ponerse en duda y andan rematando casi todas sus frases en brother, expresión que he<strong>de</strong>ducido genera confianza y hermandad. De largo me afligen más los carros que transitan con


gran ligereza <strong>por</strong> calles y highways movidos a saber <strong>por</strong> qué siniestros encantos, pues carecen<strong>de</strong> tiro <strong>de</strong> mulas alguno sin levantar polvareda. En mayor medida son conducidos <strong>por</strong> doncellaso damas, que aquí se miran <strong>de</strong> igual a igual y sin distinción con los hombres; y a su vez todostienen igual trato cuando satisfacen a una corte invisible cuya nobleza ni quita ni pone rey, sinoque son los súbditos, los brothers entiendo yo, los que eligen al regente. Bien es cierto que nosiempre se mantienen todos en la misma lin<strong>de</strong>, que ya en más <strong>de</strong> un lance invoqué alaguardador hasta el punto <strong>de</strong> tener que echar mano <strong>de</strong> las artes aprendidas en el Amadís,repartiendo algún que otro tapaboca para evitar un Lepanto. Pues algunos, con nombresimposibles <strong>de</strong> spelear, pertenecen a la ganga y andan garbeando y trapicheando errantes confiltros; que lejos <strong>de</strong> ser bálsamos <strong>de</strong> Fierabrás, se tornan apetites para los más infelices. A más<strong>de</strong> uno he tenido que tomarle la sangre <strong>por</strong> querer hacer moma en un dime <strong>de</strong> una perla <strong>de</strong>crack, pues dicen los <strong>de</strong>alers que no están los tiempos para chanzas. De mayor rigor fue la bazaen la que intercediendo <strong>por</strong> mi brother Luther, al que unos disciplinantes <strong>de</strong> blanco capirotetomaron <strong>por</strong> homeless, tuve que ir a la mano; pues ante una magnum la lanza en astillero se mehizo corta y acabé siendo introducido a empellones en el Subway <strong>por</strong> Luther para salvar eltrance. Allí es don<strong>de</strong> reparé sobre cuan exagerado y en <strong>de</strong>smedido beneficio es el yantar <strong>de</strong> estepueblo, que escatima en llenar <strong>de</strong> grorecías el freezer y se <strong>de</strong>spacha a gusto con apenas uncheeseburger y frutas <strong>de</strong> sartén a modo <strong>de</strong> aros a los que hubieran sisado hábilmente el mismocorazón.Andábame yo fuyendo <strong>de</strong> riñas y pen<strong>de</strong>ncias <strong>por</strong> más que me trasteasen la hidalguía, hasta unbuen día en que me topé con un vizcaíno que da show en el Jai-Alai estrellando bolas comocantos contra una pared. Al final todo quedó en bravatas tomando tragos en la covachuela máspestilente y oscura que cristiano imaginarse pueda; don<strong>de</strong> una <strong>de</strong>sacompasada cantinela <strong>de</strong>tambores, rabeles y escabuches nos atronó mientras quedábamos hechos uva. Acertó acaso entantear otra posada a solo dos cuadras <strong>de</strong> allí don<strong>de</strong>, bene qui<strong>de</strong>m, una moza entrada en carnes,que más se me antojaba parecido a Teresa Cascajo que a la <strong>de</strong>l Toboso, me chequeó el cash <strong>por</strong>un trabajo overtime mientras mi brother se trajinaba a una honey que más tenía pinta <strong>de</strong>eskipeada <strong>de</strong> la High School. Ay, si maese Pedro Pérez y mi buen barbero pudiesen verme, puesaunque conservo la golilla, he mudado hábitos y llevo gorra vuelta y camiseta <strong>de</strong> los Lakers


para pasar inadvertido en los market y el cinema, pues no alcanzo a dominar la técnica <strong>de</strong> vermovies en el vcr. Por lo <strong>de</strong>más, esta city don<strong>de</strong> los skyscrapers no son tan gigantes como los quecuentan <strong>de</strong> NY o LA, se me hace cada día más menguada; pues un hidalgo como yo no ha <strong>de</strong>quedarse ensimismado en tan limitada gran<strong>de</strong>za, sino que ha <strong>de</strong> aspirar a más.Mañana, si la ventura me guía, confiaré mi fiel Sancho a Luther y, <strong>by</strong>, <strong>by</strong>, brother, tomaré unbus hasta Manhattan pues, aun sumando leguas para cubrir una jornada, meréceme másconfianza que esos inciertos charter, siendo como soy yo propenso a asentar los pies en la tierra.Media noche era, <strong>por</strong> filo, poco más o menos, cuando llegué a la gran manzana, apodo quecontrasta sobradamente <strong>por</strong> la escasez <strong>de</strong> arboleda y abundancia <strong>de</strong> altos muros. Deambulé sinrumbo mientras se me asentaba la bilis, en busca <strong>de</strong> esos castillos que yo adivino gigantes y querozan, dicen, las mismísimas barbas <strong>de</strong>l apóstol San Pedro. Cansado y hungry como estaba, me<strong>de</strong>splomé en un banco <strong>de</strong> Lafayette St., muy cerca <strong>de</strong> City Hall Park. Allí pernocté hasta clarearel día que, si no recuerdo mal, era 11 <strong>de</strong> septiembre. Reflexionaba yo entre los lamentos <strong>de</strong> misesquilmadas tripas sobre mi futuro en esta inmensa ínsula, cuando ¡Válame God!, escuchose unfuerte estruendo que me <strong>de</strong>volvió a la razón. Levanté la vista y allí estaba, uno <strong>de</strong> los dosgigantes más ingentes y estilizados que mente aviesa hubiera imaginado, herido <strong>de</strong> muerte conaquel enorme boquete humeante en su pecho, sin po<strong>de</strong>r divisar yo enemigo aparente. Creosegran caos y confusión <strong>por</strong> tan inesperada embestida y yo, quedé tan impactado y débil, quereculé sobre el banco azotado <strong>por</strong> un ligero vahído. No habría transcurrido ni un santiamén,cuando un segundo estampido me <strong>de</strong>volvió a la vida…»Como bien habrán colegido, aquí fue don<strong>de</strong> me <strong>de</strong>sperté <strong>de</strong> tamaño <strong>de</strong>svarío. Despabilado y yamás lúcido, rasgué el pliego previamente garabateado, y empuñando <strong>de</strong> nuevo la plumilla inicié<strong>de</strong> nuevo mi relato…“In un placete <strong>de</strong> La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago,uno <strong>de</strong> esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinnycaballo y un grayhound para el chase…” (1)(1) Ian Stavans.

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