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X CONGRESO MISIONEROparientes y amigos íntimos, a quienes había invitado»(Hch 10, 1-43). En otro texto, Lucas nos dice <strong>de</strong> Pablo:«Todo el tiempo he estado entre uste<strong>de</strong>s, sirviendo alSeñor con toda humildad, con muchas pruebas que mevinieron por lo que me querían hacer <strong>los</strong> judíos. Pero no<strong>de</strong>jé <strong>de</strong> anunciarles a uste<strong>de</strong>s nada <strong>de</strong> lo que era parasu bien, enseñándoles públicamente y en sus casas»(Hch 20, 19-20). Y Pablo nos dice que muchas mujeresy sus familias proclamaban y testimoniaban a Jesúsresucitado en las casas, iglesias domésticas, como erala costumbre en la Iglesia primitiva (Rm 16, 1-23).Po<strong>de</strong>mos preguntar, con María: ¿cómo podrá seresto? La vocación <strong>de</strong> <strong>los</strong> jóvenes se <strong>de</strong>sarrolla comobúsqueda conjunta con otros jóvenes <strong>de</strong> sentido y ubicaciónen la vida, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el servicio al Reino. Losadultos, en cambio, realizan tareas misioneras <strong>de</strong>s<strong>de</strong>diversas opciones vocacionales y hasta la etapa <strong>de</strong> latercer y cuarta edad. La misión se realiza en la familia,como Iglesia doméstica, fundamento <strong>de</strong> la comunidadhumana. También la tarea se realiza en todos <strong>los</strong> lugares<strong>de</strong> reunión, trabajo o recreo. Su lugar se ubica enmedio <strong>de</strong> las profesiones y compromisos ciudadanos.Todos, hombres y mujeres, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su peculiaridad <strong>de</strong>género, <strong>de</strong>ben saberse enviados.Aunque Dios nos envía para ir «más allá <strong>de</strong> lasfronteras» y espera todo <strong>de</strong> nosotros, la opción <strong>de</strong>seguir <strong>los</strong> pasos <strong>de</strong> Jesús en esta tarea es libre. Diossigue invitando a hombres y mujeres, niños, jóvenes oadultos mayores a anunciar la Buena Noticia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sucomunidad civil, su escuela o trabajo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su comunidadpolítica y económica, en libertad y con la mayorentrega posible.Desgraciadamente, hay muchos cristianos bautizadoscuyas posibilida<strong>de</strong>s para realizar su vocación misionerason muy limitadas pues viven en tales situacionesque no tienen la posibilidad <strong>de</strong> hacerse planteamientosvocacionales o <strong>de</strong> futuro. Muchas veces las situaciones<strong>de</strong> pobreza, <strong>de</strong>bido a la injusta distribución <strong>de</strong> las riquezas<strong>de</strong> nuestra tierra o a la avaricia <strong>de</strong> algunos, limitana tantas personas <strong>de</strong> buena voluntad en la realización<strong>de</strong> una vida humana digna. Muchas veces <strong>los</strong> pecadossociales como el racismo, el sexismo, el machismo y elclasismo, así como las «enfermeda<strong>de</strong>s sociales» comoel alcoholismo, la drogadicción, la pedofilia o el SIDA,afectan la vida e <strong>los</strong> adultos, <strong>los</strong> cuales tienen gran<strong>de</strong>sdificulta<strong>de</strong>s para seguir <strong>los</strong> caminos <strong>de</strong>l Señor; asimismo,se limita a su vida cristiana. O, como en el caso <strong>de</strong>la pedofilia, <strong>los</strong> adultos enfermos hacen mucho daño apersonas inocentes. Muchas veces, cuando la madretiene que tomar el papel <strong>de</strong> padre y madre, no se cuentacon suficientes recursos para la <strong>de</strong>bida educación yformación <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos; cuando <strong>los</strong> padres no ejercenuna paternidad y maternidad responsables para teneruna familia <strong>de</strong> acuerdo con sus posibilida<strong>de</strong>s, no haysuficiente dinero o tiempo para la educación y formaciónque cada joven necesita; cuando <strong>los</strong> gobiernos noproveen lo necesario para satisfacer las necesida<strong>de</strong>s alas que cada ciudadano tiene <strong>de</strong>recho, se limitan gran<strong>de</strong>mentelas posibilida<strong>de</strong>s para una vida plena. Cuando<strong>los</strong> niños y jóvenes crecen en ambientes ina<strong>de</strong>cuados,es mucho más difícil acoger la propia vocación misionera.Sin embargo, Dios llama <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pobreza, porlo cual es sumamente importante que cada cristianotome la iniciativa para hacia todas estas personas conmenos posibilida<strong>de</strong>s y reproponga una y otra vez lallamada a la vida misionera.Asimismo, hay cristianos que no han escuchado ono han respondido a la llamada <strong>de</strong> servicio <strong>de</strong> Dios.Aunque hayan tenido una formación apta para respon<strong>de</strong>r<strong>de</strong> forma generosa a la voz <strong>de</strong>l Señor, muchasveces hacen planteamientos vocacionales en términos<strong>de</strong> beneficio personal y no <strong>de</strong> servicio. Los bienes <strong>de</strong>la tierra y todas las oportunida<strong>de</strong>s que ofrece el mundodistraen a jóvenes y adultos. Como el hombre rico, quehabía cumplido con <strong>los</strong> mandamientos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su juventud,pero cuyo amor a las riquezas no le permitióaceptar la invitación más gran<strong>de</strong> que un ser humanopue<strong>de</strong> recibir. Así, una vida llena <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s, quedatriste y frustrada. En cambio, una persona muylimitada, como la suegra <strong>de</strong> Pedro, se levanta <strong>de</strong> sulecho <strong>de</strong> enferma y comienza a aten<strong>de</strong>r a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más,porque compren<strong>de</strong> que la felicidad <strong>de</strong> esta vida resi<strong>de</strong>en el servicio al prójimo.También hay muchas familias <strong>de</strong> cristianos bautizadosque viven aisladas <strong>de</strong> la comunidad. Muchas sonlas razones: el orgullo, el miedo, la <strong>de</strong>sconfianza, etc.,pero el resultado es el mismo ya que no se entregan enla comunidad cristiana. La Iglesia se empobrece y sereduce cuando sus familias viven aisladas <strong>de</strong> la comunidadque se reúne en nombre <strong>de</strong> Jesucristo. Iclusoexisten situaciones <strong>de</strong> odio con la consecuencia <strong>de</strong>peleas, guerras, enfrentamientos <strong>de</strong> cristianos contracristianos, hijos <strong>de</strong> un solo Dios matando otros sereshumanos, incluso hasta víctimas inocentes, que tambiénson hijos <strong>de</strong>l mismo Dios. Estas situaciones son unescándalo para la fe. El Espíritu <strong>San</strong>to nos anima a<strong>de</strong>nunciar estas situaciones y a retomar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todasestas situaciones, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que niños, jóvenes yadultos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propia familia, construyan la granfamilia <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong>l mismo Dios.Bol-<strong>236</strong>pág.81