Sobrecubierta Quiroga (Page 1)

More documents

Recommendations

Info

cuentos
Page 1: Horacio QuirogaCUENTOSBIBLIOTECAAYA
Page 9 and 10: consejo directivoHumberto MataPresi
Page 11 and 12: de disimular el hecho de que Quirog
Page 13 and 14: en un volumen, Los arrecifes de cor
Page 15 and 16: que se perfecciona, en sus más sut
Page 17 and 18: Eustasio Rivera con su Vorágine (1
Page 19 and 20: literaria porteña en la que impone
Page 21 and 22: dar mejor su esfuerzo sobrehumano a
Page 23 and 24: Ud. sabe (le dice a Julio E. Payró
Page 25 and 26: electura minuciosa permite distingu
Page 27 and 28: estas duras narraciones que el blan
Page 29 and 30: Casi todo mi pensar actual al respe
Page 31 and 32: ajar el alambre de púa y pasar el
Page 33 and 34: Else vio otra vez asomar en la puer
Page 35 and 36: Por eso, todo lo que es elemento sa
Page 37 and 38: tal como la registra la crónica de
Page 39 and 40: cada línea, y que este hombre Quir
Page 41 and 42: de exagerar, y sabiendo que exagera
Page 43 and 44: matizar con ellos, cuando convenga
Page 45 and 46: Montevideo, Asir, 1961, o en un art
Page 48: CUENTOS
Page 51 and 52: Aquella tarde húmeda y nublada, ha
Page 53 and 54:
el muerto, allí, a tres pasos, le
Page 55 and 56:
el cuento, pero todo, todo, todo. N
Page 57 and 58:
preocupaciones musculares, dar un c
Page 59 and 60:
pertados a sazón:—En cuanto al p
Page 61 and 62:
endemoniada lógica de gestos repet
Page 63 and 64:
miradilla vanidosa. Pretendía afro
Page 65 and 66:
Nos detuvimos delante de la pareja.
Page 67 and 68:
docemento. En pos de cada acción a
Page 69 and 70:
Los perseguidosUna noche que estaba
Page 71 and 72:
ningún dependiente llamó con los
Page 73 and 74:
pecho libre lo sentía más alto. N
Page 75 and 76:
* * *Díaz Vélez continuaba camina
Page 77 and 78:
Nos callamos, mirándonos.—¿Cóm
Page 79 and 80:
la mesa y la cara entre las manos.
Page 81 and 82:
—¿Algo? No, todo.Volvimos a reí
Page 83 and 84:
Y todo era obra de Díaz; me había
Page 85 and 86:
con aquél, pronto estuvo agotado e
Page 87 and 88:
trás del ropero, en el techo -ahí
Page 89 and 90:
Sentía que me hablaban.—¡Oiga,
Page 91 and 92:
caución, ¿cómo Ud. dice? ¡No pu
Page 93 and 94:
tarde pudo salir al jardín apoyada
Page 95 and 96:
—Parecen picaduras -murmuró la s
Page 97 and 98:
Entretanto, el oriente comenzaba a
Page 99 and 100:
Los fox-terriers volvieron al paso
Page 101 and 102:
mal humor.Los perros lo acompañaro
Page 103 and 104:
El monte negroCuando los asuntos se
Page 105 and 106:
vieron que acampar sobre el terreno
Page 107 and 108:
Braccamonte y Banker, parados uno a
Page 109 and 110:
llegar hasta la linde del pasto car
Page 111 and 112:
La gallina degolladaTodo el día, s
Page 113 and 114:
normal. Ya no pedían más belleza
Page 115 and 116:
Con estos sentimientos, no hubo ya
Page 117 and 118:
vertical el mueble, con lo cual tri
Page 119 and 120:
El perro rabiosoEl 20 de marzo de e
Page 121 and 122:
provocáronle verdaderas alucinacio
Page 123 and 124:
Recorrí los corredores. No se oía
Page 125 and 126:
esurrección de las locuras.. . . .
Page 127 and 128:
¡Qué grito ha dado! Le erré...
Page 129 and 130:
modo Benincasa quiso honrar su vida
Page 131 and 132:
Pero entre él -Benincasa- y las bo
Page 133 and 134:
Una estación de amorPrimaveraEra e
Page 135 and 136:
de cuerpo; y he aquí que desde el
Page 137 and 138:
—¡Tan pronto, ya! -le dijo la se
Page 139 and 140:
—¡No! Ni me importa, porque aunq
Page 141 and 142:
paterno, y la madre apremiaba este
Page 143 and 144:
María S. de Arrizabalaga.”Era un
Page 145 and 146:
¡Ah, tenía que ser así -clamó e
Page 147 and 148:
—Sí, está un poco débil... Y c
Page 149 and 150:
caer la tarde, y como las fieras qu
Page 151 and 152:
abrió una carta.—¿Noticias? -pr
Page 153 and 154:
A la derivaEl hombre pisó algo bla
Page 155 and 156:
dola de nuevo, la llevó velozmente
Page 157 and 158:
El alambre de púaDurante quince d
Page 159 and 160:
nuevo alambrado contuvo a la pareja
Page 161 and 162:
toro. Y ante aquella chata y obstin
Page 163 and 164:
—¿Qué pone?—Alambre de púa..
Page 165 and 166:
Pero a la mañana siguiente, bastan
Page 167 and 168:
Pero de su lomo y de su vientre, pr
Page 169 and 170:
Pasado el ataque, él quedó un rat
Page 171 and 172:
Nuestro primer cigarroNinguna époc
Page 173 and 174:
gozamos horas enteras el orgullo de
Page 175 and 176:
—¡No... ni a mí tampoco! -apoy
Page 177 and 178:
—¡Alfonso! -sonó de pronto la v
Page 179 and 180:
ves que no tiene nada!—¡Ah! -rep
Page 181 and 182:
—Si usted querés venderme... -co
Page 183 and 184:
—¿Cuánto? -preguntó Castelhum
Page 185 and 186:
amontonadas sobre un raigón. Algú
Page 187 and 188:
El solitarioKassim era un hombre en
Page 189 and 190:
llegar a decir a su marido cosas in
Page 191 and 192:
—Dámelo.La bola montó de nuevo
Page 193 and 194:
YaguaíAhora bien, no podía ser si
Page 195 and 196:
de un palo...Cooper prestó la esco
Page 197 and 198:
y pescuezo, no era un perro cualqui
Page 199 and 200:
luna salía entonces, con su amaril
Page 201 and 202:
del Yabebirí ardiendo con la sequ
Page 203 and 204:
Los MensúCayetano Maidana y Esteba
Page 205 and 206:
to si un mensú no estuviera perfec
Page 207 and 208:
Ocupábanse entonces los mensú en
Page 209 and 210:
—Debo veinte pesos todavía... El
Page 211 and 212:
tudinalmente con lianas, llevando e
Page 213 and 214:
Una bofetadaAcosta, mayordomo del M
Page 215 and 216:
logró contenerse y subió, lanzand
Page 217 and 218:
Luego el trabajo en el río, a nado
Page 219 and 220:
no decía una palabra, pero el lát
Page 221 and 222:
La gama ciegaHabía una vez un vena
Page 223 and 224:
hombres en el monte, para ver con m
Page 225 and 226:
—¡Ah, ah! -dijo el hombre, abrie
Page 227 and 228:
Un peónUna tarde, en Misiones, aca
Page 229 and 230:
chaba bien. Me asomé a ver qué pa
Page 231 and 232:
primitivo mal hecho o de afán de t
Page 233 and 234:
quiere, pero que refresca por evapo
Page 235 and 236:
—¡Barbaridade!...—Bueno, dejem
Page 237 and 238:
—¡Me picó!... ¡Víbora negra!
Page 239 and 240:
colmillo, casi dos gramos de veneno
Page 241 and 242:
El trabajado de Olivera quedaba a m
Page 243 and 244:
No objeté nada, y fui a recibir el
Page 245 and 246:
Miss Dorothy Phillips, mi esposaYo
Page 247 and 248:
Los pintores odian el cinematógraf
Page 249 and 250:
llama, ni qué probabilidades tiene
Page 251 and 252:
ción de ministerio no es común po
Page 253 and 254:
Por fin en Nueva York, desde hace c
Page 255 and 256:
el Arizona. No se fíe, si va allá
Page 257 and 258:
como ella a mí un momento antes:
Page 259 and 260:
más o menos bien un amor fingido.
Page 261 and 262:
efusión. Dolly quiere almorzar ma
Page 263 and 264:
—Dése el gusto.—Me lo doy.Nuev
Page 265 and 266:
—Gracias, pero se equivoca.—No.
Page 267 and 268:
—Míreme bien en los ojos... así
Page 269 and 270:
¿Matrimonio, Grant? No es malo. Do
Page 271 and 272:
Pero en el camino me ha observado:
Page 273 and 274:
Y más lento:—Yo le hablé una ve
Page 275 and 276:
—Enseguida.—Bien hecho. Hasta l
Page 277 and 278:
ensenada. Espesan el agua, cobran a
Page 279 and 280:
aron de nuevo la invisible masa del
Page 281 and 282:
agua revuelta en pesado moaré de r
Page 283 and 284:
vez de agua; los cuales cruzaban so
Page 285 and 286:
superior a aquél. Pero cuando la c
Page 287 and 288:
frente muy estrecha en mechones con
Page 289 and 290:
esperar, nada más; esperar a cada
Page 291 and 292:
vencidos del negocio. Cuando conclu
Page 293 and 294:
ah, tanto da.Y escupió. Usted sabe
Page 295 and 296:
manos, runruneó de contento, porqu
Page 297 and 298:
más, el primer alumno de la escuel
Page 299 and 300:
—¡En los bigotes! -dijo con voz
Page 301 and 302:
—¡Devóralo! ¡Es un tigre! ¡To
Page 303 and 304:
querían. En vez de la criatura ino
Page 305 and 306:
al costado de muchas cruces y lápi
Page 307 and 308:
La muerte. En el transcurso de la v
Page 309 and 310:
Y ése es su bananal; y ése es su
Page 311 and 312:
Tacuara-MansiónFrente al rancho de
Page 313 and 314:
un piano, se supo recién entonces
Page 315 and 316:
cuales contaba naturalmente a don J
Page 317 and 318:
tibio debía estar ya blanco de vap
Page 319 and 320:
La cámara oscuraUna noche de lluvi
Page 321 and 322:
con el hilo de talabartero de su ma
Page 323 and 324:
ana, y como si no lo hallara, hinca
Page 325 and 326:
horror.Yo no pensaba ir al cementer
Page 327 and 328:
madera, todo blanqueado. En torno s
Page 329 and 330:
dominio real en el país puede pres
Page 331 and 332:
La proposición era tan razonable,
Page 333 and 334:
vía en la casa. Por las puertas, a
Page 335 and 336:
casa, cuando oyó...—En cambio, l
Page 337 and 338:
portaban a ella y sus hermanas las
Page 339 and 340:
alquitranados servían de bañadera
Page 341 and 342:
—Así es... Y por esto justamente
Page 343 and 344:
solo minuto de vida y llego a tiemp
Page 345 and 346:
—¡Compañeras! No olviden que es
Page 347 and 348:
—¡Somos hermanas! -se apresuró
Page 349 and 350:
—Sí, a ti -repuso mansamente la
Page 351 and 352:
XEl personal del Instituto velaba a
Page 353 and 354:
La súbita oscuridad que siguiera a
Page 355 and 356:
cobra real que avanzaba lentamente
Page 357 and 358:
vengado a su manera. Si logramos sa
Page 359 and 360:
tablillas secas y barreneadas de an
Page 361 and 362:
—De cierto ha muerto anoche... -m
Page 363 and 364:
—Esto es otra cosa; que espere un
Page 365 and 366:
Orgaz ascendió sin prisa el pedreg
Page 367 and 368:
de las sierras escalonadas del Para
Page 369 and 370:
cuadrilátero blanco durante doce h
Page 371 and 372:
El desiertoLa canoa se deslizaba co
Page 373 and 374:
Regresaban por fin a casa, contento
Page 375 and 376:
de sus fuerzas, y jamás lo sobrepa
Page 377 and 378:
A la[s] diez los ceramistas daban p
Page 379 and 380:
una grieta tumefacta y dolorosísim
Page 381 and 382:
desagotar con el achicador habitual
Page 383 and 384:
había hecho olvidar del café de s
Page 385 and 386:
criaturas, sin leche y solas, queda
Page 387 and 388:
Los destiladores de naranjaEl hombr
Page 389 and 390:
Sus inventos, cierto es, no prosper
Page 391 and 392:
en Iviraromí.* * *El manco había
Page 393 and 394:
isas. Paseaban así horas enteras a
Page 395 and 396:
desde la barba a los pies. Pero cua
Page 397 and 398:
nada bueno, tras mes y medio de seq
Page 399 and 400:
El médico hundió de nuevo la cabe
Page 401 and 402:
cuaré. La tormenta venía.Estos ce
Page 403 and 404:
fogón, indiferentes. Les hablamos
Page 405 and 406:
El regreso de AnacondaCuando Anacon
Page 407 and 408:
do el río, desde el sur...A muchas
Page 409 and 410:
—Somos nosotros quienes tenemos m
Page 411 and 412:
flotando en vapores; y lo que fuera
Page 413 and 414:
del agua a flor de ojo, girando en
Page 415 and 416:
¡Al agua! Y ténganlo bien present
Page 417 and 418:
cobertizo de paja, hombre herido y
Page 419 and 420:
del ambiente, los camalotes cedían
Page 421 and 422:
El vampiroSon estas líneas las úl
Page 423 and 424:
Yo apenas recordaba, como he dicho,
Page 425 and 426:
Y con las cruzadas manos siempre ca
Page 427 and 428:
diente ineludible y fatal a que esa
Page 429 and 430:
su servidumbre, hasta llegar a la a
Page 431 and 432:
su cubierto.—¡Oh, no, señor! -m
Page 433 and 434:
arma de caza, la imaginación es el
Page 435 and 436:
solo errante gemido de esa joven.
Page 437 and 438:
* * *Cuando volví en mí me hallé
Page 439 and 440:
visible.—He hallado por fin lo qu
Page 441 and 442:
—¿Me dejarán ustedes sola mucho
Page 443 and 444:
El hijoEs un poderoso día de veran
Page 445 and 446:
amor su hijo parece haber heredado,
Page 447 and 448:
—¡Chiquito!... ¡Mi hijo!...Las
Page 449 and 450:
Los precursoresYo soy ahora, che pa
Page 451 and 452:
Asimismo se alborotamos la muchacha
Page 453 and 454:
y los guainos a aprovistarnos.La co
Page 455 and 456:
La serpiente de cascabelLa serpient
Page 457 and 458:
Fui a lavarme las manos. Mi compañ
Page 459 and 460:
Las moscas(Réplica de “El hombre
Page 461 and 462:
—¿Moscas?...—Sí -responde-; m
Page 463 and 464:
Decálogo del Perfecto CuentistaICr
Page 466 and 467:
VNo empieces a escribir sin saber d
Page 468 and 469:
La retórica del cuentoEn estas mis
Page 470 and 471:
Los cuentos chinos y persas, los gr
Page 472 and 473:
y no porque son sus esclavos, y que
Page 474 and 475:
ola’e oro relumbroso colgada en e
Page 476 and 477:
las aguas canalizadas se precipitan
Page 478 and 479:
los insurrectos, en la convicción
Page 480 and 481:
anza alguna de absolución-. Yo sos
Page 482 and 483:
iblioteca ayacucho435
Page 484:
cronología
Page 487 and 488:
Horacio lee entonces con avidez El
Page 489 and 490:
mismos se llamaban. Publica en Rojo
Page 491 and 492:
temáticas. Lo novedoso es la apari
Page 493 and 494:
el noventa por ciento de las planta
Page 495 and 496:
de la fortaleza del Cerro- su consa
Page 497 and 498:
María Elena, a quien llamará fami
Page 499 and 500:
también salteño, Enrique Amorim l
Page 502:
ibliografía
Page 505 and 506:
II. Obras póstumasDiario de viaje
Page 507 and 508:
Todos los cuentos. Edición crític
Page 509 and 510:
Montevideo: Claudio García Editor,
Page 511 and 512:
Galerna, 1970.___________. “Pról
Page 513 and 514:
Rivera, Jorge B. “Horacio Quiroga
Page 515 and 516:
Guarania, 1954-1959.___________. La
Page 517 and 518:
deo), IV (1959): 220-241.Cortázar,
Page 519 and 520:
nos (Madrid), N o 443 (mayo de 1987
Page 521 and 522:
Rosser, Harry Enrique. “Quiroga y
Page 523 and 524:
Ocampo, Aurora. Novelistas iberoame
Page 526 and 527:
ÍndicePrólogo, por Emir Rodrígue
Page 528 and 529:
TÍTULOS PUBLICADOSDE CUENTISTAS LA
Page 530 and 531:
Este volumen, el LXXXVIII de la Bib
Page 532:
Horacio QuirogaLOS CUENTOS DE HORAC
show all

Sobrecubierta Quiroga (Page 1)

Create successful ePaper yourself

Delete template?

Save as template?