en Cantón federal libre é independiente á su m anera, luista la madrufíadadel 4 de Agosto, en la cual un m ovim iento operado en favordel orden por la fuerza del 2.® reírim iento de A rtillería ft pie yacorrido con júbilo inm enso en la población, facilitó la cn traáa enella en la propia m añana á la benem érita fuerza de Infantería deM arina que tan enérgica como valerosam ente había deléndido elA rsenal de la C arraca de los continuados y furiosos ataques de losinsurrectos, las que por disposición del diírno C apitán General delD epartam ento el Excmo. Sr. I). José Ignacio Hodrí^ruez de A riascondujo desde San Fernando el bizarro Mariscal de Campo de A rtilleríade la A rm ada Excmo. Sr. D. José R ivera, y en la tarde delpropio día á una colum na del ejército de operaciones de Andalucíaá las órdenes de su denodado G eneral en jefe el Excmo. Sr. D. ManuelP avía y Rodríguez de A lburquerque: con lo cual se libertó áCádiz de la inm inencia de un ataque combinado por m a r y tie rra ,quedó en lo posible restablecido en su recinto el im perio de la leyy term inada una in ten to n a que tal cúmulo de daños y perjuiciosirrogó á toda la ciudad, en aquellos días llam ados del Cantón, porhaber sido una intentona de República Federal.P or estas algaradas en que fué idealizado Ferm ín Salvochea, enlas que no hubo robos y en las que aquellos hom bres procedían debuena fé en equivocadas opiniones, cayeron p ara siem pre los conventosde C andelaria y Descalzos, de ías hoy plazas de C astelar yP arque de Salud. Las joyas y cuadros de las iglesias pasaron alMuseo Provincial, y los nom bres de las calles sé cam biaron porotros alegóricos del libre pensam iento. Cayeron tam bién las estátuas de la V irgen, San Francisco Javier y los Patronos; comenzó elderribo del convento de San Francisco y se ocultaron los retablosreligiosos de los barrios populares, cuyos vecinos se dividieron endos bandos ]>olíticos, uno capitaneado por la famosa G uillerm ina yo tra m ujer que se titu lab a Consuelo de Aragón.E xistía una m ilicia v o luntaria provista de los K em ington, entusiastadel general Eguía, y no fué desarm ada h asta que llegó consus tropas C aballero'de Rodas.U na pléyade ilu stre de gaditanos virtuosos, sabios, hom bres deciencia, ilorecían en aquel entonces p ara bonra nuestra. F ra y FélixM aría de A rríete y Llanos, Obispo de la Diócesis, el que nunca tuvomedios ni aun para su m anutención propia, porque todo se lo dabaá los pobres: D. Javier de U rrutia, alcalde ejem plar, a rtista pintor,varón de relevantes virtudes cívicas; el nunca bien alabado médicoDoctor lim o. Sr. I). José B enjum eda y Gens, de feliz m em oria; elprohom bre liberal Sr. González de la Vega, ém ulos de aquellos gaditanosque flguran en la galería de retra to s de la Casa Consistorial, hicieron por Cádiz valiosos é im portantísim os beneficios.Al mism o tiem po, las costum bres conservaban lo típico del paísandaluz: celebrábase el C arnaval en el centro y en los barrios populares;en éstos se instalaban colum pios para las m uchachas de la
V iña y de Santa M aría y era de ver la fiesta y el regocijo que seform aba en ellos.La Velada de los Angeles nació en esa época; fué su origen la Veladadel Corpus, que se trasladó al paseo de las Delicias, y viéndoseel éxito y el efecto, se pensó en organizaría por Agosto.Tam ayo, la Boldúm, M atilde Diez, escuchaban las ovaciones delpúblico gaditano en los teatros; El Gordito en la plaza de toros; losacróbatas Onzalo (uno de ellos se m ató en un ejercicio) en la Veladade los Angeles, y la m úsica sostenida por el inolvidable señorD. Bernardo D arhán tenía su tem plo en el Colegio de San Felipedesde el año 1K.38 y adquiría toda la grandeza y protección que m erece en las cultas capitales.H abla m ás que hay ahora: existió una Facultad de Farm acia,elem ento de vida local, y se gestionaba o tra Facultad de Derecho,y como si para el resplandor de ta n ta vida la N aturaleza quisieracoadyuvar al efecto, dos fenómenos grandiosos se presentaron enCádiz. En Febrero del 72, la aurora boreal que describió A rcim is,como en Marzo una nevada tan copiosa, que coronó la ciudad deblanquísim os copos en las to rres y azoteas.En el año 75 se inauguró la m agnílica y expléndida capilla decoradapor Jover y que hoy es Sagrario de la iglesia de San Antonio,costeada la obra por la respetable Sra. D.* Ju sta López M artínez.Hubo un incendio de im portancia en el ediücio Aduana y GobiernoCivil: otro fuego en la cerería de P astrana, otro m ás en una fábricade aguardientes, evocando el ocurrido dos años antes en la fábricade muebles de los Sres. G arcía Ilubet, en la calle Abreu.La j)rim era Junta de Puerto se organizó entonces con el titu lo deSociedad del Puerto M ercantil de Cddis, form ada por los Sres. LaCalle. Viesca, Kroff, Joly y Velasco, A ram buru, liudolph, Pinillos,Cerero, Sobrino, Salazar, Conde de T orres U rm eneta, Don AngelUrzáiz (exm inistro á quien debiera recordársele ahora), Quirell,Gazzoio, Haynes, Abenoja, Fernández (I). Cárlos), l^kshave, M ier yTerún, Zulueta y Franco de T erán, encargándose de la concesión delas obras.En ^9 de Diciem bre, la noticia de la R estauración y el g rito deS h u n to fué acogida en Cádiz con verdadero entusiasm o, lum inariasy grandes fiestas de júbilo general. Foco después, cam biada lafaz política del país, fué nom brado alcalde de Cádiz I). José de laViesca.La iglesia gaditana tuvo tam bién otro día de júbilo con las eleccionespara Obis]K) de S antander del virtuoso I). Vicente Calvo yValero, y de Cuenca el luego Cardenal 1). Sebastián H errero, ambosfallecidos recientem ente; la caridad cristiana vió levantarse el Asilode la Infóncia; las letras y gay saí>er, la Asociación de C ervantistas;la m úsica, el m aestro V entura Sánchez de M adrid; las artes delpincel, los comienzos de la Academia, los sports, regatas y carrerasde caballos.Kn 1877 se celebraron por Real Orden conferencias agrícolas dominicales, en el A yuntam iento, por los Sres. Lizaur, La Orden,Moreno Espinosa y otros com petentes hom bres de estudios. LaAcademia de Ciencias y L etras proseguía sus sesiones, y en este
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