PH Boletín 34194Información: Patrimonio Histórico Andaluzpue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado ingenuamente como unaherencia es elección; a veces, dolorosa elección.Este discurso nos sitúa irremediablemente ante elconflicto como teoría 16 . No pue<strong>de</strong> existir elección sinconflicto. La constitución <strong>de</strong> los bienes patrimonialesy su perdurabilidad en el tiempo está íntimamenteunida al resultado <strong>de</strong> confluencias entre diversos interesescolectivos o particulares, a veces no menos legítimosque los artísticos o los históricos y siempre,claro está, constreñidos por la i<strong>de</strong>ología dominante.La obsolescencia irreversible, los cambios <strong>de</strong> mentalidadsocial, la caducidad <strong>de</strong> materiales son buenosejemplos <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> estos factores que inci<strong>de</strong>nsobre la configuración <strong>de</strong>l Patrimonio 17 .La protección <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paradigma Historico / Artísticoo Cultural sumativo, cree conseguir la conservación <strong>de</strong>lbien cuando apenas alcanza para él una simple moratoria,al estar <strong>de</strong>sligada en esta práctica la protección<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad. Un paradigma más integral <strong>de</strong>be perseguir,frente a la conservación, la pervivencia <strong>de</strong>lbien, asegurando su reconocimiento significativo porla sociedad y su mantenimiento. Pero poco habríamosavanzado si, tras reivindicar la “i<strong>de</strong>ntidad cultural”como objeto <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>, seguimos reservandoal ámbito académico o a la administración enexclusiva, los criterios <strong>de</strong> <strong>de</strong>marcación <strong>de</strong> los bienesque la configuran. Se trataría <strong>de</strong> un discurso <strong>de</strong>magógicosi reivindicándolo se ignorara el papel <strong>de</strong>terminantey legítimo que los ciudadanos, el auténticocírculo <strong>de</strong> afectados, juegan en la configuración <strong>de</strong>finitiva<strong>de</strong> todo Patrimonio.Pero, evitemos la confusión y el pesimismo. La alternativano aleja a los profesionales y técnicos <strong>de</strong> suparticipación en el <strong>patrimonio</strong>. Les convoca exigiéndoles,eso sí, una modificación profunda <strong>de</strong>lobjeto formal <strong>de</strong> su estudio y <strong>de</strong> las prácticas teóricasque emplean para abordarlo. Les implica,igualmente, a una convivencia cada vez mayor, en laaceptación <strong>de</strong> que los profesionales especializados,al igual que la administración, han perdido ya laexclusiva <strong>de</strong>l Patrimonio; en cuanto que los agentesque participan realmente en él se han diversificado,aglutinando a<strong>de</strong>más más fuerzas y sectores.Respecto a la administración, es preciso actualizartanto ciertos conceptos como sus procedimientos.La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la tutela patrimonial y sus accionesya tradicionales, asimiladas <strong>de</strong> la teoría y praxis italiana<strong>de</strong> los Bienes Culturales, ha cumplido bien unaetapa. Pero parece el momento <strong>de</strong> re<strong>de</strong>finirla,como ya indicó en Andalucía el Plan General <strong>de</strong>Bienes Culturales 1996-2000. La práctica tutelar <strong>de</strong>l<strong>patrimonio</strong>, que la administración se reserva aúncasi en exclusiva, precisa actualizarse a la realidad<strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>: incorporando nuevos conceptostales como el <strong>de</strong> gestión patrimonial o el <strong>de</strong> recurso(cultural pero también económico) y consi<strong>de</strong>randoel carácter sistémico y contextual que poseetodo <strong>patrimonio</strong>. Es preciso revisar muchas actuacionesadministrativas en la tutela <strong>de</strong>l Patrimonio,excesivamente <strong>de</strong>scontextualizada y alejada <strong>de</strong> unaintervención integral.En este mismo sentido, los instrumentos administrativos<strong>de</strong> protección precisan también ser revisados, siqueremos que realmente sean efectivos y veraces. Enprincipio, sería conveniente apostar como requisito<strong>de</strong> obligado cumplimiento, al menos a planificacionesestratégicas, en una doble vertiente: por una parte, aenunciar sus objetivos hacia alcanzar la gestión integral<strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>, en su pleno concepto <strong>de</strong> recursoy no únicamente su i<strong>de</strong>ntificación jurídica y, por otra,a ser capaces <strong>de</strong> contextualizar, en el más amplio sentido,el reconocimiento, las actuaciones e interpretaciones<strong>de</strong> los bienes culturales. Convencidos, una vezmás, que el objetivo último ya no pue<strong>de</strong> ser entendidocomo evitar la <strong>de</strong>saparición física <strong>de</strong>l bien, sinocomo su incorporación en las prácticas significativas<strong>de</strong> nuestro mundo contemporáneo. Pervivencia éstapara la que se necesita conocer (investigar, documentar),elegir(i<strong>de</strong>ntificar los recursos), valorar (interpretarsus significados y posibilida<strong>de</strong>s estratégicas), conservar/preservary gestionar (intervenir/gestionar) ycomunicar <strong>de</strong> una forma más implicada y más abiertaa la cooperación que hasta ahora.La protección <strong>de</strong>l Patrimonio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una concepcióncontemporánea se hace inabarcable. Ya no se trata<strong>de</strong> objetos singulares, <strong>de</strong> lugares don<strong>de</strong> han sucedidoacontecimientos relevantes. Se pue<strong>de</strong> tratar casi<strong>de</strong> cualquier cosa, <strong>de</strong> cualquier expresión, que poseaun carácter significativo, que testimonie peculiarida<strong>de</strong>slocales, que transmita hábitos y tradiciones, quesuponga una adaptación genuina y propia al lugar. El<strong>patrimonio</strong> ya no es lo único (como el arte) sino quepue<strong>de</strong> ser lo repetido, lo tradicional, hasta lo cotidiano,la propia manera <strong>de</strong> asentarse y usar los territorios.La protección <strong>de</strong> un <strong>patrimonio</strong> como el actualse nos escapa casi irremediablemente; pese al empeño,apenas se llega. Nunca se termina <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar,<strong>de</strong> reconocer, <strong>de</strong> seleccionar. Más aún si hablamos nosólo <strong>de</strong> lo que pervive al paso <strong>de</strong>l tiempo (por supropia perdurabilidad o sobreviviendo incluso a losconflictos, sino <strong>de</strong> la protección administrativa: <strong>de</strong>esa actuación dispuesta a i<strong>de</strong>ntificar en base a valoresextrajurídicos, <strong>de</strong> discrecionalidad técnica y a otorgarun régimen jurídico propio a lo que se reconocecomo singular y relevante, como imprescindible <strong>de</strong>conservar. La protección administrativa <strong>de</strong>lPatrimonio permite otorgar a estos bienes seleccionadosun régimen jurídico propio, que limita su uso,que controla las intervenciones y transformaciones<strong>de</strong>l mismo y que preten<strong>de</strong> su disfrute colectivo. Acambio, es imprescindible su catalogación en alguna<strong>de</strong> las tipologías vigentes <strong>de</strong> las legislaciones <strong>de</strong>Patrimonio u otras legislaciones con competenciasconcurrentes en la protección, como el Urbanismo ola legislación Medioambiental, por ejemplo. La actuación<strong>de</strong> la Administración, en este sentido, no estáexenta <strong>de</strong> complicación. En principio, porque comoya hemos señalado, la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los bienesrelevantes o singulares con un concepto actual <strong>de</strong>Patrimonio no es tarea fácil. Evaluar y priorizar es unverda<strong>de</strong>ro trance. Hablamos <strong>de</strong> valorar i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s yexpresiones culturales, <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> recurso <strong>de</strong>lPatrimonio; pero nuestros indicadores para protegerse encuentran absoletos (siguen siendo útiles para
PH Boletín 34 195i<strong>de</strong>ntificar un <strong>patrimonio</strong> histórico artístico, pero difícilmenteun <strong>patrimonio</strong> cultural). Hablamos <strong>de</strong> laimportancia <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el <strong>patrimonio</strong> en su propiocontexto, pero nuestros instrumentos evalúanaisladamente cada bien sin aten<strong>de</strong>r a los parámetrosterritoriales <strong>de</strong>l lugar a que dicho <strong>patrimonio</strong> pertenece.A esto se suman otras cuestiones: la pesa<strong>de</strong>z<strong>de</strong> las propias tramitaciones administrativas; la <strong>de</strong>satenciónque ciertos instrumentos <strong>de</strong> ámbito territorial(como el Planeamiento urbanístico) prestan aúnal Patrimonio; la <strong>de</strong>sconexión <strong>de</strong> las actuacionesadministrativas con los mecanismos reales que <strong>de</strong>terminanque los bienes se mantengan o <strong>de</strong>saparezcan,se usen o se olvi<strong>de</strong>n, se conserven o se arruinen.III. ¿Cómo proteger las pinturas murales?La pintura mural configura el aspecto, la imagen, elcolor y <strong>de</strong>coración, el maquillaje <strong>de</strong> un inmueble (normalmentearquitectura). Por su propia condición yesencia posee una serie <strong>de</strong> circunstancias intrínsecasque siempre han <strong>de</strong> ser tenidas en cuenta para plantearsu protección:7. Casa <strong>de</strong>l administrador. Málaga.Antes <strong>de</strong> su <strong>de</strong>molición8. Casa <strong>de</strong>l administrador. Málaga1. en primera instancia, nunca tiene sentido consi<strong>de</strong>rarla<strong>de</strong> manera aislada, sino vinculada al edificio quele da sustento, o al contexto urbano o ambiental enel que se inscribe, porque sus significados (valoresdocumentales que aporta su propia materia y técnica,su discurso iconográfico, las propias connotacionesestéticas <strong>de</strong>l color y figuración) suponen un valory discurso añadido al inmueble que las acoge sin elque su lectura sería incompleta. Por eso, los instrumentos<strong>de</strong> protección no <strong>de</strong>ben plantearse sobrelos <strong>fragmentos</strong> pictóricos en exclusividad sino conmayor alcance.El ejemplo <strong>de</strong> la llamada Casa <strong>de</strong>l Administrador <strong>de</strong>Málaga pue<strong>de</strong> servir para cuestionar el sentido <strong>de</strong>ciertas actuaciones, que pese a la buena voluntad yel esfuerzo que conllevan, generan resultados que espreciso reflexionar. Entre los años 1992 y 1994 se<strong>de</strong>bate en la ciudad el interés <strong>de</strong> las pinturas murales<strong>de</strong> un inmueble <strong>de</strong> arquitectura doméstica posiblemente<strong>de</strong>l siglo XVIII, existente en las inmediaciones<strong>de</strong>l antiguo Convento <strong>de</strong> Santo Domingo, en elBarrio <strong>de</strong>l Perchel. Las intervenciones <strong>de</strong> limpieza yconsolidación realizadas por encargo <strong>de</strong> laConsejería <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong>jó al <strong>de</strong>scubierto el interés<strong>de</strong> sus fachadas pintadas con motivos <strong>de</strong> estéticabarroca y una iconografía sugerente representadapor motivos vegetales, arquitectura fingida y representaciónfigurativa <strong>de</strong> inspiración clásica. Ni la<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l interés que presentaban estas pinturasmurales 18 , ni los trabajos históricos que sustentaronsu valoración 19 , pudieron cambiar el rumbo <strong>de</strong> las<strong>de</strong>cisiones administrativas ya tomadas (el PERI PER-CHEL NORTE <strong>de</strong>terminaba la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>linmueble por una nueva or<strong>de</strong>nación que afectaba ala parcela <strong>de</strong>l inmueble por la ubicación <strong>de</strong> un nuevovial e instalaciones <strong>de</strong> infraestructuras subterráneas).La Administración Cultural, dispuesta a no permitir lapérdida <strong>de</strong> estas pinturas murales, inició los trámites<strong>de</strong> un expediente <strong>de</strong> protección únicamente <strong>de</strong> losparamentos <strong>de</strong>l inmueble y encargó los trabajos <strong>de</strong>arranque y consolidación <strong>de</strong> las pinturas. Hasta el día<strong>de</strong> hoy, ha constituido una preocupación fundamentalla búsqueda <strong>de</strong> lugares idóneos para colocar laspinturas <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong>l Administrador, en base aunos criterios esenciales tales como la preferencia <strong>de</strong>un edificio <strong>de</strong> uso público (que facilite el acceso ycontemplación <strong>de</strong> las mismas) y una ubicación cercanaal inmueble original, que no <strong>de</strong>scontextualice enexceso las pinturas. La construcción reciente <strong>de</strong> unedificio educativo <strong>de</strong>stinado a ConservatorioSuperior <strong>de</strong> Danza en el solar <strong>de</strong>l antiguo Convento,ha permitido cumplir esas premisas. En estosmomentos, se encarga el proyecto para estudiar suinstalación en el inmueble. Esta historia nos ha hechoreflexionar y apren<strong>de</strong>r mucho. Las pinturas no han