Joven callejero transformado en mensajero de Dios
Joven callejero transformado en mensajero de Dios
Joven callejero transformado en mensajero de Dios
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
18 <strong>de</strong> noviembre<strong>Jov<strong>en</strong></strong> <strong>callejero</strong> <strong>transformado</strong> <strong>en</strong>m<strong>en</strong>sajero <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>N. Willy GachambaUn criminal peligroso <strong>en</strong>contró la horma <strong>de</strong> su zapato cuando quiso robarle a una jov<strong>en</strong> que rehusót<strong>en</strong>erle miedo.K<strong>en</strong>iaPatricio y su pandilla vieron a tresmuchachas cruzar el camino y <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> laoscuridad nocturna <strong>de</strong>l parque <strong>de</strong> la ciudad.Miró a sus amigos y les hizo una señacon la cabeza, y sil<strong>en</strong>ciosam<strong>en</strong>te com<strong>en</strong>zarona caminar hacia don<strong>de</strong> habían ido lasmuchachas. Unos minutos más tar<strong>de</strong>,mi<strong>en</strong>tras las jóv<strong>en</strong>es continuaban sucamino, los tres jóv<strong>en</strong>es les bloquearon elpaso.—¡Siént<strong>en</strong>se! —les ord<strong>en</strong>ó Patriciocon voz am<strong>en</strong>azante.Las muchachas titubearon un pocohasta que vieron el arma <strong>de</strong> Patricio, y<strong>en</strong>tonces rápidam<strong>en</strong>te le obe<strong>de</strong>cieron.D<strong>en</strong>me su dinero y cualquier cosa <strong>de</strong>valor que t<strong>en</strong>gan —<strong>de</strong>mandó <strong>de</strong> ellas.Patricio y sus amigos eran ladrones <strong>de</strong>experi<strong>en</strong>cia, <strong>de</strong> corazones fríos y am<strong>en</strong>azantes.Dos <strong>de</strong> las jóv<strong>en</strong>es obe<strong>de</strong>cieron, perola tercera rehusó darle su cartera aPatricio.—¡Ya verás! —dijo Patricio jalándolabruscam<strong>en</strong>te hasta que se puso <strong>de</strong> pie.Después la llevó a empujones a un cuartooscuro que había <strong>en</strong> el parque y la tiró alsuelo—. No vas a ir a ningún lado hastaque me dé la gana <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarte ir, y no t<strong>en</strong>goningún apuro —le dijo cínicam<strong>en</strong>te.La jov<strong>en</strong> no mostró ningún temor,aunque sabía que estaba <strong>en</strong> serios problemas.—Mi <strong>Dios</strong> me protegerá —le dijo.Luego le ofreció parte <strong>de</strong> una meri<strong>en</strong>daque llevaba <strong>en</strong> una bolsa. Mi<strong>en</strong>tras él recibíael alim<strong>en</strong>to, ella le preguntó:—¿Quieres que ore por la comida?Esto lo tomó <strong>de</strong>sprev<strong>en</strong>ido, y no pudomás que <strong>de</strong>cirle que sí, y la muchachacom<strong>en</strong>zó a orar. Durante la oración,Patricio sintió que su jactancia se <strong>de</strong>bilitabapoco a poco, y ya no era el muchachobravucón que se aprovechaba <strong>de</strong> las mujeresy los niños y que les quitaba lo que sele antojaba. De rep<strong>en</strong>te sintió muchotemor.—P-p-por f-f-favor, lo s-s-si<strong>en</strong>to —tartamu<strong>de</strong>óPatricio—. Pue<strong>de</strong>s irte. Porfavor, perdóname.—Ya te he perdonado —le contestó lamuchacha—. Y también lo ha hecho<strong>Dios</strong>. Ahora, ¿podrías acompañarme hastami carro?Patricio, el abusador, le <strong>de</strong>volvió a lamuchacha su cartera y su reloj, ¡hasta sudinero!—<strong>Dios</strong> te ama —le dijo—. Y si me lopermites, puedo regresar y contarte unpoco más acerca <strong>de</strong> él.Patricio asintió con la cabeza nuevam<strong>en</strong>te.Salió <strong>de</strong>l cuarto y la acompañóhasta su carro.Unos días más tar<strong>de</strong>, esta misma jov<strong>en</strong>regresó al área, buscó a Patricio, y com<strong>en</strong>zóa hablarle acerca <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Le dijo:—Me gustaría que me acompañaras ala iglesia—. Patricio estuvo <strong>de</strong> acuerdo.Ella lo llevó a la iglesia y se s<strong>en</strong>tó a su ladomi<strong>en</strong>tras el pastor predicaba acerca <strong>de</strong>lperdón. Patricio escuchó cuidadosam<strong>en</strong>teMISIÓN OCTUBRE-DICIEMBRE, 2006 15
mi<strong>en</strong>tras el pastor ofrecía una solución a suvida <strong>de</strong> crim<strong>en</strong>.La historia <strong>de</strong> PatricioPatricio era el mayor <strong>de</strong> ocho hijos. Supadre trabajaba cuando estaba sobrio, perola mayor parte <strong>de</strong>l tiempo andaba borracho.Patricio odiaba a su padre, especialm<strong>en</strong>tecuando trataba a su madre con viol<strong>en</strong>cia.Tan pronto como pudo, abandonóla escuela y fue a vivir a Nairobi. Encontróun trabajo, pero el dinero ap<strong>en</strong>as le alcanzabapara comprar comida. Cuando conocióa unos muchachos que ofrecieron <strong>en</strong>señarlecómo conseguir dinero verda<strong>de</strong>ro,estuvo <strong>de</strong> acuerdo.Sus nuevos amigos lo introdujeron almundo <strong>de</strong>l crim<strong>en</strong>. Apr<strong>en</strong>dió a robar y av<strong>en</strong><strong>de</strong>r las cosas robadas. P<strong>en</strong>só que le estabay<strong>en</strong>do muy bi<strong>en</strong> hasta que lo arrestarony lo s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciaron a seis meses <strong>de</strong> prisión.Sin embargo, la prisión no lo rehabilitó.En vez, Patricio apr<strong>en</strong>dió a evitar que loarrestaran, a cuidarse, y a ser más fuerte.Para cuando lo soltaron, Patricio estabaseguro <strong>de</strong> que no lo volverían a agarrar.Com<strong>en</strong>zó a robar nuevam<strong>en</strong>te. Usó unpoco <strong>de</strong>l dinero obt<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> sus robos paracomprar drogas con el fin <strong>de</strong> adormecer suss<strong>en</strong>tidos. Al poco tiempo empezó a v<strong>en</strong><strong>de</strong>rdrogas también. Con el tiempo, la policíalo volvió a arrestar, y esta vez lo metieron<strong>en</strong> una cárcel durante dos años más. Allícontinuó su educación <strong>en</strong> la escuela <strong>de</strong>lcrim<strong>en</strong>.Cuando lo pusieron <strong>en</strong> libertad porsegunda vez, se casó. Pero al poco tiemporegresó a la vida <strong>de</strong>l crim<strong>en</strong>. Cierta nocheabrió un carro a la fuerza, y una multitud<strong>de</strong> g<strong>en</strong>te <strong>en</strong>ojada lo golpeó brutalm<strong>en</strong>teantes <strong>de</strong> <strong>en</strong>tregarlo a la policía. Nuevam<strong>en</strong>tese <strong>en</strong>contró <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las rejas. Al<strong>de</strong>jarlo libre por tercera vez, <strong>en</strong>contró quesu esposa estaba vivi<strong>en</strong>do con otra persona.Patricio sintió que t<strong>en</strong>ía muy poco porlo cual vivir, excepto el crim<strong>en</strong>.Un vistazo a una vida difer<strong>en</strong>tePatricio se unió con otros ladrones, yjuntos com<strong>en</strong>zaron a robar a personas inoc<strong>en</strong>tes.Luego él y sus amigos les robaron alas jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> el parque; don<strong>de</strong> una <strong>de</strong>ellas, tercam<strong>en</strong>te, rehusó t<strong>en</strong>erle miedo alo que podría hacerle, y finalm<strong>en</strong>te lo condujoa Jesús.Patricio nunca había oído hablarmucho acerca <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, pero a medida queescuchaba el sermón <strong>de</strong>l pastor sobre elperdón, com<strong>en</strong>zó a abrigar la esperanza <strong>de</strong>que <strong>Dios</strong> pudiera revertir el rumbo <strong>de</strong> suvida. Com<strong>en</strong>zó a asistir a la iglesia todoslos domingos y a estudiar la Biblia con elpastor.Pero Patricio <strong>en</strong>contró que era muydifícil cambiar; <strong>de</strong>jar sus hábitos malos leresultó más difícil <strong>de</strong> lo que se había imaginado.A m<strong>en</strong>udo s<strong>en</strong>tía que los miembros<strong>de</strong> la iglesia lo miraban con recelo acausa <strong>de</strong> su pasado. Para <strong>de</strong>squitarse <strong>de</strong>ellos les com<strong>en</strong>zó a robar. Al poco tiempohabía regresado a su vida antigua.Entonces cierto día, mi<strong>en</strong>tras Patriciocaminaba por uno <strong>de</strong> los parques más gran<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Nairobi, notó que una gran multitud<strong>de</strong> g<strong>en</strong>te estaba <strong>de</strong> pie escuchando aalgui<strong>en</strong> hablar. Se abrió paso <strong>en</strong>tre la multitudpara ver lo que sucedía y escuchó aun pastor hablar sobre las profecías <strong>de</strong>lApocalipsis. Patricio nunca antes habíaoído hablar <strong>de</strong> estos temas, por lo tanto se<strong>de</strong>tuvo para escuchar. Algo <strong>de</strong> lo que elpastor dijo captó su at<strong>en</strong>ción y le tocó elcorazón. Patricio le rindió su vida a <strong>Dios</strong>;esta vez, para siempre.El pastor invitó a los que escuchabanpara que lo acompañaran a adorar a <strong>Dios</strong><strong>en</strong> la iglesia el sábado. Patricio <strong>de</strong>cidióasistir. Encontró la Iglesia Adv<strong>en</strong>tista yfue, sin preguntar por qué la mayoría <strong>de</strong> loscristianos no adoran <strong>en</strong> este día. Los feligreseslo aceptaron como un hermano y ledieron la diestra <strong>de</strong> bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ida a su grupo.CONTINÚA EN LA P. 3116 MISIÓN OCTUBRE-DICIEMBRE, 2006