ZOCO*Lecturas: Postales antiguas, retrato de escritores y dos guíasOrigen y devenir histórico del fútbol en Brasila través de más de 400 fotografías. ENFRENTEUna entrada al partido Vasco vs. Santos, en elMaracaná. La maqueta del estadio Pacaembu.vitrina, en concesión por diez años.Esta historia tiene su lado oscuro. En ese partidoBrasil-Italia, ambos estaban parejos para ganarla copa. Tres kilos ochocientos de oro puro. Elvencedor se la llevaría, físicamente hablando,y así ocurrió: Brasil ganó y la recibió el capitándel equipo, Carlos Alberto Torres. La copa fueguardada en la sede de la Confederación de Fútbol(la AFA de Brasil), cuyo presidente actual es, desdehace más de 20 años, Ricardo Texeira. La copa,misteriosamente, desapareció, fue robada antesde la presidencia de Texeira; el escándalo fuemayúsculo, pero de la copa ni rastros. Se presumeque se fundió para ser vendida como metal.Personajes y momentosHay un recinto dedicado en exclusiva a Pelé y aGarrincha, dos grandes igualados en su grandezacomo artistas del fútbol pero absolutamentedisímiles en sus modos de jugar… y de vivir.En la sala contigua las visitas se muestranmuy contentas y no porque estén viendo otrohistórico triunfalismo brasileño, no. Sólo seentretienen con las entrevistas realizadas a lasmadres de los árbitros, las más vituperadas enlos partidos de fútbol. “Soy una mujer decente”,dice una, “y mi hijo tiene un solo padre”.Metegoles, descripción ilustrada de lasjugadas que componen el juego, “islas”facetadas en forma de pelotas con videosde cada tipo de jugada, una sala lúdica, elfútbol virtual, showmovie con patada realdel visitante y su consiguiente retrato, fotoshistóricas del estadio y colorín colorado, este“viaje” se ha terminado.Arrancó bien, con la muestra de fotografíasde todos los clubes del país (una joya: el golnúmero cien de Pelé en el estadio Maracanáel 19 de noviembre de 1969), y las obras de lasmuestras que merecen atención aparte. Peroantes del largo y sinuoso pasaje aquí detalladoen parte, sucede un rito iniciático: el visitantees conducido al nivel de los cimientos delestadio, donde la atmósfera es umbría y huele ahumedad terrenal. Entre los pilares enterradosque se elevan como columnas de una catedral,un video sonorizado de 17’ y 22” proyectamegaimágenes de las 30 mayores “torcidas”(hinchadas) del fútbol brasileño, de 1ª, 2ª, 3ªy 4ª división. Es ensordecedor, y no es comoestar ahí. Es más. Pone los pelos de punta.DATOS ÚTILESEstadio Paulo Machado de Carvalho PacaembuEntrada por la Praça Charles MillerT: 11 3664-3848www.museodofutebol.org.brNo prescinda de la inestimable guía que elmuseo ofrece. Los jóvenes a cargo de esa tareano son guías convencionales. Por empezar,se los llama educadores y cada uno tieneuna especialidad: historia, medios audiovisuales,etcétera. Y todos tienen cierto entrenamiento condiscapacitados de diversa índole.El museo está preparado para ciegos.Entrada, R$ 6. Estudiantes, residentes y mayoresde 60, pagan la mitad. Los jueves, gratis.Recorrido guiado, sólo con previa reserva,T: 11 36612273, de lunes a viernes de 9 a 13.16 . lugaresdeviaje.com