Huach

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La división
de lo divino
Por: Ana Carmen López
Golubowska
Bien es cierto que los mayas
eran seres muy complejos,
aun tratándose de creencias.
Sin embargo lector, ¿alguna
vez te has puesto a pensar
que la mayoría de las
creencias que han tenido y
tienen los seres humanos se
debe al entorno en el que
habitan? Tal vez no pueda ser
muy visible hoy, ya que
muchas regiones en el mundo
creen en lo mismo y están
esparcidas por la tierra, como
los cristianos, judíos o
musulmanes. Sin embargo,
en el pasado, en un mundo
lejos de globalización y lleno
de sorpresas inexplicables
por la lógica de la naturaleza,
las creencias de cada etnia se diferenciarían en el lugar en el que estuviesen
desarrollándose. Por ejemplo no es lo mismo comparar las deidades griegas con las
mayas, ya que sus propósitos surgieron de ideas diferentes y sus conceptos fueron
utilizados para llenar cuestiones regionales (como atenea quien ayudaba a los
guerreros en las batallas para vencer, en el caso de los griegos, o Itzamná, dios de la
sabiduría y el sol con los mayas).
Para entender las divinidades mayas habrás de recordar la zona en dónde se
desarrollaron los mismos. Como nos recuerda la Revista de la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México (2004), los mayas se encontraban en el sur de México
(Yucatán, Quintana Roo, Tabasco, Campeche y Chiapas) así como en Guatemala y en
Belice. Las características de estos lugares se conjuntan en que tienen temperaturas
de entre 25° y 35°, así como también poseen abundante precipitación, lo que fomenta
el crecimiento de selvas en la región y un suelo fértil con capacidades agricultoras
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