24.11.2015 Views

El Origen de la Especies Charles Darwin - traducido al Castellano

Cuando estaba como naturalista a bordo del Beagle, buque de la marina real, me impresionaron mucho ciertos hechos que se presentan en la distribución geográfica de los seres orgánicos que viven en América del Sur y en las relaciones geológicas entre los habitantes actuales y los pasados de aquel continente. Estos hechos, como se verá en los últimos capítulos de este libro, parecían dar alguna luz sobre el origen de las especies, este misterio de los misterios, como lo ha llamado uno de nuestros mayores filósofos. A mi regreso al hogar ocurrióseme en 1837 que acaso se podría llegar a descifrar algo de esta cuestión acumulando pacientemente y reflexionando sobre toda clase de hechos que pudiesen tener quizá alguna relación con ella. Después de cinco años de trabajo me permití discurrir especulativamente sobre esta materia y redacté unas breves notas; éstas las amplié en 1844, formando un bosquejo de las conclusiones que entonces me parecían probables. Desde este período hasta el día de hoy me he dedicado invariablemente al mismo asunto; espero que se me puede excusar el que entre en estos detalles personales, que los doy para mostrar que no me he precipitado al decidirme.

Cuando estaba como naturalista a bordo del Beagle, buque de la marina
real, me impresionaron mucho ciertos hechos que se presentan en la distribución
geográfica de los seres orgánicos que viven en América del Sur
y en las relaciones geológicas entre los habitantes actuales y los pasados
de aquel continente. Estos hechos, como se verá en los últimos capítulos
de este libro, parecían dar alguna luz sobre el origen de las especies, este
misterio de los misterios, como lo ha llamado uno de nuestros mayores
filósofos. A mi regreso al hogar ocurrióseme en 1837 que acaso se podría
llegar a descifrar algo de esta cuestión acumulando pacientemente y reflexionando
sobre toda clase de hechos que pudiesen tener quizá alguna
relación con ella. Después de cinco años de trabajo me permití discurrir
especulativamente sobre esta materia y redacté unas breves notas; éstas
las amplié en 1844, formando un bosquejo de las conclusiones que entonces
me parecían probables. Desde este período hasta el día de hoy me he
dedicado invariablemente al mismo asunto; espero que se me puede excusar
el que entre en estos detalles personales, que los doy para mostrar
que no me he precipitado al decidirme.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

<strong>Darwin</strong>, <strong>Charles</strong><br />

(Trans<strong>la</strong>tor: Antonio <strong>de</strong> Zulueta)<br />

Published: 1859<br />

Type(s): Non-Fiction, Essay, Science<br />

Source: http://es.wikisource.org/wiki/<strong>Charles</strong>_<strong>Darwin</strong>,<br />

http://www.cervantesvirtu<strong>al</strong>.com<br />

1


Note: This book is brought to you by Feedbooks.<br />

http://www.feedbooks.com<br />

Strictly for person<strong>al</strong> use, do not use this file for commerci<strong>al</strong> purposes.<br />

2


Introducción<br />

Cuando estaba como natur<strong>al</strong>ista a bordo <strong>de</strong>l Beagle, buque <strong>de</strong> <strong>la</strong> marina<br />

re<strong>al</strong>, me impresionaron mucho ciertos hechos que se presentan en <strong>la</strong> distribución<br />

geográfica <strong>de</strong> los seres orgánicos que viven en América <strong>de</strong>l Sur<br />

y en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones geológicas entre los habitantes actu<strong>al</strong>es y los pasados<br />

<strong>de</strong> aquel continente. Estos hechos, como se verá en los últimos capítulos<br />

<strong>de</strong> este libro, parecían dar <strong>al</strong>guna luz sobre el origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, este<br />

misterio <strong>de</strong> los misterios, como lo ha l<strong>la</strong>mado uno <strong>de</strong> nuestros mayores<br />

filósofos. A mi regreso <strong>al</strong> hogar ocurrióseme en 1837 que acaso se podría<br />

llegar a <strong>de</strong>scifrar <strong>al</strong>go <strong>de</strong> esta cuestión acumu<strong>la</strong>ndo pacientemente y reflexionando<br />

sobre toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> hechos que pudiesen tener quizá <strong>al</strong>guna<br />

re<strong>la</strong>ción con el<strong>la</strong>. Después <strong>de</strong> cinco años <strong>de</strong> trabajo me permití discurrir<br />

especu<strong>la</strong>tivamente sobre esta materia y redacté unas breves notas; éstas<br />

<strong>la</strong>s amplié en 1844, formando un bosquejo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conclusiones que entonces<br />

me parecían probables. Des<strong>de</strong> este período hasta el día <strong>de</strong> hoy me he<br />

<strong>de</strong>dicado invariablemente <strong>al</strong> mismo asunto; espero que se me pue<strong>de</strong> excusar<br />

el que entre en estos <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les person<strong>al</strong>es, que los doy para mostrar<br />

que no me he precipitado <strong>al</strong> <strong>de</strong>cidirme.<br />

Mi obra está ahora (1859) casi terminada; pero como el completar<strong>la</strong> me<br />

llevará aún muchos años y mi s<strong>al</strong>ud dista <strong>de</strong> ser robusta, he sido instado,<br />

para que publicase este resumen. Me ha movido, especi<strong>al</strong>mente a hacerlo<br />

el que míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, que está actu<strong>al</strong>mente estudiando <strong>la</strong> historia natur<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, ha llegado casi exactamente a <strong>la</strong>s mismas<br />

conclusiones gener<strong>al</strong>es a que he llegado yo sobre el origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies.<br />

En 1858: me envió una Memoria sobre este asunto, con ruego <strong>de</strong> que<br />

<strong>la</strong> transmitiese a sir <strong>Charles</strong> Lyell, quien <strong>la</strong> envió a <strong>la</strong> Linnean Society y<br />

está publicada en el tercer tomo <strong>de</strong>l Journ<strong>al</strong> <strong>de</strong> esta Sociedad. Sir C. Lyell<br />

y el doctor Hooker, que tenían conocimiento <strong>de</strong> mi trabajo, pues este último<br />

había leído mi bosquejo <strong>de</strong> 1844, me honraron, juzgando, pru<strong>de</strong>nte<br />

publicar, junto con <strong>la</strong> excelente Memoria <strong>de</strong> míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, <strong>al</strong>gunos breves<br />

extractos <strong>de</strong> mis manuscritos.<br />

Este resumen que publico ahora tiene necesariamente que ser imperfecto.<br />

No puedo dar aquí referencias y textos en favor <strong>de</strong> mis diversas<br />

afirmaciones, y tengo que contar con que el lector pondrá <strong>al</strong>guna confianza<br />

en mi exactitud. Sin duda se habrán <strong>de</strong>slizado errores, aunque espero<br />

que siempre he sido pru<strong>de</strong>nte en dar crédito tan sólo a buenas autorida<strong>de</strong>s.<br />

No puedo dar aquí más que <strong>la</strong>s conclusiones gener<strong>al</strong>es a que he<br />

3


llegado con <strong>al</strong>gunos; hechos como ejemplos, que espero, sin embargo, serán<br />

suficientes en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos. Nadie pue<strong>de</strong> sentir más<br />

que yo <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> publicar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>damente, y con referencias,<br />

todos los hechos sobre que se han fundado mis conclusiones, y que<br />

espero hacer esto en una obra futura; pues sé perfectamente que apenas<br />

se discute en este libro un solo punto acerca <strong>de</strong>l cu<strong>al</strong> no puedan aducirse<br />

hechos que con frecuencia llevan, <strong>al</strong> parecer, a conclusiones directamente<br />

opuestas a aquel<strong>la</strong>s a que yo he llegado. Un resultado justo pue<strong>de</strong> obtenerse<br />

sólo exponiendo y pesando perfectamente los hechos y argumentos<br />

<strong>de</strong> ambas partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuestión, y esto aquí no es posible.<br />

Siento mucho que <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> espacio me impida tener <strong>la</strong> satisfacción <strong>de</strong><br />

dar <strong>la</strong>s gracias por el generoso auxilio que he recibido <strong>de</strong> muchísimos natur<strong>al</strong>istas,<br />

a <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es no conozco person<strong>al</strong>mente. No puedo,<br />

sin embargo, <strong>de</strong>jar pasar esta oportunidad sin expresar mi profundo<br />

agra<strong>de</strong>cimiento <strong>al</strong> doctor Hooker, quien durante los últimos quince años<br />

me ha ayudado <strong>de</strong> todos los modos posibles, con su gran cúmulo <strong>de</strong> conocimientos<br />

y su excelente criterio.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar el origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies se concibe perfectamente que<br />

un natur<strong>al</strong>ista, reflexionando sobre <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s mutuas <strong>de</strong> los seres orgánicos,<br />

sobre sus re<strong>la</strong>ciones embriológicas, su distribución geográfica,<br />

sucesión geológica y otros hechos semejantes, pue<strong>de</strong> llegar a <strong>la</strong> conclusión<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies no han sido in<strong>de</strong>pendientemente creadas, sino<br />

que han <strong>de</strong>scendido, como <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> otras especies. Sin embargo,<br />

esta conclusión, aunque estuviese bien fundada, no sería satisfactoria<br />

hasta tanto que pudiese <strong>de</strong>mostrarse cómo <strong>la</strong>s innumerables especies<br />

que habitan el mundo se han modificado hasta adquirir esta perfección<br />

<strong>de</strong> estructuras y esta adaptación mutua que causa, con justicia, nuestra<br />

admiración. Los natur<strong>al</strong>istas continuamente <strong>al</strong>u<strong>de</strong>n a condiciones externas,<br />

t<strong>al</strong>es como clima, <strong>al</strong>imento, etc., como <strong>la</strong> so<strong>la</strong> causa posible <strong>de</strong> variación.<br />

En un sentido limitado, como veremos <strong>de</strong>spués, pue<strong>de</strong> esto ser verdad;<br />

pero es absurdo atribuir a causas puramente externas <strong>la</strong> estructura,<br />

por ejemplo, <strong>de</strong>l pájaro carpintero, con sus patas, co<strong>la</strong>, pico y lengua tan<br />

admirablemente adaptados para capturar insectos bajo <strong>la</strong> corteza <strong>de</strong> los<br />

árboles. En el caso <strong>de</strong>l muérdago, que saca su <strong>al</strong>imento <strong>de</strong> ciertos árboles,<br />

que tiene semil<strong>la</strong>s que necesitan ser transportadas por ciertas aves y que<br />

tiene flores con sexos separados que requieren absolutamente <strong>la</strong> mediación<br />

<strong>de</strong> ciertos insectos para llevar polen <strong>de</strong> una flor a otra, es igu<strong>al</strong>mente<br />

absurdo explicar <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> este parásito y sus re<strong>la</strong>ciones con varios<br />

seres orgánicos distintos, por efecto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones externas, <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

costumbre o <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta misma.<br />

4


Es, por consiguiente, <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia llegar a un juicio c<strong>la</strong>ro<br />

acerca <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> modificación y <strong>de</strong> adaptación mutua. Al principio<br />

<strong>de</strong> mis observaciones me pareció probable que un estudio cuidadoso<br />

<strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas cultivadas ofrecería <strong>la</strong>s mayores<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> resolver este obscuro problema. No he sido <strong>de</strong>fraudado:<br />

en éste y en todos los otros casos dudosos he h<strong>al</strong><strong>la</strong>do invariablemente<br />

que nuestro conocimiento, aun imperfecto como es, <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación<br />

en estado doméstico proporciona <strong>la</strong> guía mejor y más segura. Puedo<br />

aventurarme a manifestar mi convicción sobre el gran v<strong>al</strong>or <strong>de</strong> estos estudios,<br />

aunque han sido muy comúnmente <strong>de</strong>scuidados por los<br />

natur<strong>al</strong>istas.<br />

Por estas consi<strong>de</strong>raciones, <strong>de</strong>dicaré el primer capítulo <strong>de</strong> este resumen<br />

a <strong>la</strong> variación en estado doméstico. Veremos que es, por lo menos, posible<br />

una gran modificación hereditaria, y, lo que es tanto o más importante,<br />

veremos cuán gran<strong>de</strong> es el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l hombre <strong>al</strong> acumu<strong>la</strong>r por su selección<br />

ligeras variaciones sucesivas. Pasaré luego a <strong>la</strong> variación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies en estado natur<strong>al</strong> pero, <strong>de</strong>sgraciadamente, me veré obligado a<br />

tratar este asunto con <strong>de</strong>masiada brevedad, pues sólo pue<strong>de</strong> ser tratado<br />

a<strong>de</strong>cuadamente dando <strong>la</strong>rgos catálogos <strong>de</strong> hechos. Nos será dado, sin<br />

embargo, discutir qué circunstancias son más favorables para <strong>la</strong> variación.<br />

En el capítulo siguiente se examinará <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia entre<br />

todos los seres orgánicos en todo el mundo, lo cu<strong>al</strong> se sigue inevitablemente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> elevada razón geométrica <strong>de</strong> su aumento. Es ésta <strong>la</strong> doctrina<br />

<strong>de</strong> M<strong>al</strong>thus aplicada <strong>al</strong> conjunto <strong>de</strong> los reinos anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>. Como <strong>de</strong><br />

cada especie nacen muchos más individuos <strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n sobrevivir,<br />

y como, en consecuencia, hay una lucha por <strong>la</strong> vida, que se repite frecuentemente,<br />

se sigue que todo ser, si varía, por débilmente que sea, <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>gún modo provechoso para él bajo <strong>la</strong>s complejas y a veces variables<br />

condiciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, tendrá mayor probabilidad <strong>de</strong> sobrevivir y <strong>de</strong> ser<br />

así natur<strong>al</strong>mente seleccionado. Según el po<strong>de</strong>roso principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia,<br />

toda variedad seleccionada ten<strong>de</strong>rá a propagar su nueva y modificada<br />

forma.<br />

Esta cuestión fundament<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> será tratada con <strong>al</strong>guna<br />

extensión en el capítulo IV, y entonces veremos cómo <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> produce casi inevitablemente gran extinción <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> vida<br />

menos perfeccionadas y conduce a lo que he l<strong>la</strong>mado divergencia <strong>de</strong> caracteres.<br />

En el capítulo siguiente discutiré <strong>la</strong>s complejas y poco conocidas<br />

leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación. En los cinco capítulos siguientes se presentarán <strong>la</strong>s<br />

dificulta<strong>de</strong>s más aparentes y graves para aceptar <strong>la</strong> teoría; a saber: primero,<br />

<strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s transiciones, o cómo un ser sencillo o un<br />

5


órgano sencillo pue<strong>de</strong> transformarse y perfeccionarse, hasta convertirse<br />

en un ser sumamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do o en un órgano complicadamente<br />

construido; segundo, el tema <strong>de</strong>l instinto o <strong>de</strong> <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es; tercero, <strong>la</strong> hibridación o <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies y fecundidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s cuando se cruzan; y cuarto, <strong>la</strong> imperfección<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> crónica geológica. En el capítulo siguiente consi<strong>de</strong>raré <strong>la</strong> sucesión<br />

geológica <strong>de</strong> los series en el tiempo; en los capítulos XII y XIII, su c<strong>la</strong>sificación<br />

y afinida<strong>de</strong>s mutuas, tanto <strong>de</strong> adultos como en estado embrionario.<br />

En el último capítulo daré un breve resumen <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> obra, con <strong>al</strong>gunas<br />

observaciones fin<strong>al</strong>es.<br />

Nadie <strong>de</strong>be sentirse sorprendido por lo mucho que queda todavía<br />

inexplicado respecto <strong>al</strong> origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies y varieda<strong>de</strong>s, si se hace el<br />

cargo <strong>de</strong>bido <strong>de</strong> nuestra profunda ignorancia respecto a <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

mutuas <strong>de</strong> los muchos seres que viven a nuestro <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor. ¿Quién pue<strong>de</strong><br />

explicar por qué una especie se extien<strong>de</strong> mucho y es numerosísima y<br />

por qué otra especie afín tiene una dispersión reducida y es rara? Sin embargo,<br />

estas re<strong>la</strong>ciones son <strong>de</strong> suma importancia, pues <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong><br />

prosperidad presente y, a mi parecer, <strong>la</strong> futura fortuna y variación <strong>de</strong> cada<br />

uno <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l mundo. Todavía sabemos menos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

mutuas <strong>de</strong> los innumerables habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra durante <strong>la</strong>s diversas<br />

épocas geológicas pasadas <strong>de</strong> su historia. Aunque mucho permanece<br />

y permanecerá <strong>la</strong>rgo tiempo obscuro, no puedo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l más<br />

reflexionado estudio y <strong>de</strong>sapasionado juicio <strong>de</strong> que soy capaz, abrigar<br />

duda <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> que <strong>la</strong> opinión que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas<br />

mantuvieron hasta hace poco, y que yo mantuve anteriormente -o sea<br />

que cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente-, es errónea. Estoy<br />

completamente convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies no son inmutables y <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong>s que pertenecen a lo que se l<strong>la</strong>ma el mismo género son <strong>de</strong>scendientes<br />

directos <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna otra especie, gener<strong>al</strong>mente extinguida, <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma manera que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s reconocidas <strong>de</strong> una especie son los<br />

<strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> ésta. A<strong>de</strong>más, estoy convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

ha sido el medio más importante, pero no el único, <strong>de</strong> modificación.<br />

6


Capítulo 1<br />

La variación en estado doméstico<br />

Causas <strong>de</strong> variabilidad<br />

Cuando comparamos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad o subvariedad<br />

<strong>de</strong> nuestras p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es cultivados más antiguos, una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

primeras cosas que nos impresionan es que gener<strong>al</strong>mente difieren más<br />

entre sí que los individuos <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier especie en estado natur<strong>al</strong>; y si reflexionamos<br />

en <strong>la</strong> gran diversidad <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es que han sido<br />

cultivados y que han variado durante todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s bajo los más diferentes<br />

climas y tratos, nos vemos llevados a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que esta<br />

gran variabilidad se <strong>de</strong>be a que nuestras producciones domésticas se han<br />

criado en condiciones <strong>de</strong> vida menos uniformes y <strong>al</strong>go diferentes <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s<br />

a que ha estado sometida en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>la</strong> especie madre. Hay,<br />

pues, <strong>al</strong>go <strong>de</strong> probable en <strong>la</strong> opinión propuesta por Andrew Knight, <strong>de</strong><br />

que esta variabilidad pue<strong>de</strong> estar re<strong>la</strong>cionada, en parte, con el exceso <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>imento. Parece c<strong>la</strong>ro que los seres orgánicos, para que se produzca <strong>al</strong>guna<br />

variación importante, tienen que estar expuestos durante varias generaciones<br />

a condiciones nuevas, y que, una vez que el organismo ha<br />

empezado a variar, continúa gener<strong>al</strong>mente variando durante muchas generaciones.<br />

No se ha registrado un solo caso <strong>de</strong> un organismo variable<br />

que haya cesado <strong>de</strong> variar sometido a cultivo. Las p<strong>la</strong>ntas cultivadas más<br />

antiguas, t<strong>al</strong>es como el trigo, producen todavía nuevas varieda<strong>de</strong>s; los<br />

anim<strong>al</strong>es domésticos más antiguos son capaces <strong>de</strong> modificación y perfeccionamiento<br />

rápidos.<br />

Hasta don<strong>de</strong> puedo yo juzgar <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> prestar mucho tiempo atención<br />

a este asunto, <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida parecen actuar <strong>de</strong> dos modos<br />

directamente, sobre todo el organismo o sobre ciertas partes sólo, e indirectamente,<br />

obrando sobre el aparato reproductor. Respecto a <strong>la</strong> acción<br />

directa, <strong>de</strong>bemos tener presente que en cada caso, como el profesor<br />

Weismann ha seña<strong>la</strong>do hace poco y como yo he expuesto inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

en mi obra sobre <strong>la</strong> Variation un<strong>de</strong>r Domestication, hay dos factores, a<br />

7


saber: <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo y <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong><br />

vida. <strong>El</strong> primero parece ser, con mucho, el más importante, pues variaciones<br />

muy semejantes se originan a veces, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>rnos juzgar,<br />

en condiciones diferentes; y, por el contrario, variaciones diferentes se<br />

originan en condiciones que parecen ser casi igu<strong>al</strong>es. Los efectos en <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia son <strong>de</strong>terminados o in<strong>de</strong>terminados. Se pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rar<br />

como <strong>de</strong>terminados cuando todos, o casi todos, los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> individuos<br />

sometidos a ciertas condiciones, durante varias generaciones,<br />

están modificados <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera. Es sumamente difícil llegar a<br />

una conclusión acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> extensión <strong>de</strong> los cambios que se han producido<br />

<strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong> este modo. Sin embargo, apenas cabe duda por lo<br />

que se refiere a muchos cambias ligeros, como el tamaño, mediante <strong>la</strong><br />

cantidad <strong>de</strong> comida; el color, mediante <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> comida; el grueso <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

piel y <strong>de</strong>l pe<strong>la</strong>je, según el clima, etc. Cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s infinitas variaciones<br />

que vemos en el plumaje <strong>de</strong> nuestras g<strong>al</strong>linas <strong>de</strong>be haber tenido <strong>al</strong>guna<br />

causa eficiente; y si <strong>la</strong> misma causa actuase uniformemente durante una<br />

<strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> generaciones sobre muchos individuos, todos, probablemente,<br />

se modificarían <strong>de</strong>l mismo modo. Hechos t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong> compleja<br />

y extraordinaria excrecencia que invariablemente sigue a <strong>la</strong> introducción<br />

<strong>de</strong> una diminuta gota <strong>de</strong> veneno por un insecto productor <strong>de</strong> ag<strong>al</strong><strong>la</strong>s nos<br />

muestran <strong>la</strong>s singu<strong>la</strong>res modificaciones que podrían resultar, en el caso<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, por un cambio químico en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> savia.<br />

La variabilidad in<strong>de</strong>terminada es un resultado mucho más frecuente<br />

<strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> condiciones que <strong>la</strong> variabilidad <strong>de</strong>terminada, y ha <strong>de</strong>sempeñado,<br />

probablemente, un papel más importante en <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

razas domésticas. Vemos variabilidad in<strong>de</strong>terminada en <strong>la</strong>s innumerables<br />

particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s pequeñas que distinguen a los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie y que no pue<strong>de</strong>n explicarse por herencia, ni <strong>de</strong> sus padres,<br />

ni <strong>de</strong> ningún antecesor más remoto. Incluso diferencias muy marcadas<br />

aparecen <strong>de</strong> vez en cuando entre los pequeños <strong>de</strong> una misma camada<br />

y en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo fruto. Entre los<br />

millones <strong>de</strong> individuos criados en el mismo país y <strong>al</strong>imentados casi con<br />

el mismo <strong>al</strong>imento, aparecen muy <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong> anom<strong>al</strong>ías <strong>de</strong> estructura<br />

tan pronunciadas, que merecen ser l<strong>la</strong>madas monstruosida<strong>de</strong>s; pero<br />

<strong>la</strong>s monstruosida<strong>de</strong>s no pue<strong>de</strong>n separarse por una línea precisa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

variaciones más ligeras. Todos estos cambios <strong>de</strong> conformación, ya sumamente<br />

ligeros, ya notablemente marcados, que aparecen entre muchos<br />

individuos que viven juntos, pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como los efectos in<strong>de</strong>terminados<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida sobre cada organismo dado, casi<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que un enfriamiento obra en hombres diferentes <strong>de</strong> un<br />

8


modo in<strong>de</strong>terminado, según <strong>la</strong> condición <strong>de</strong>l cuerpo o constitución, causando<br />

toses o resfriados, reumatismo o inf<strong>la</strong>mación <strong>de</strong> diferentes<br />

órganos.<br />

Respecto a lo que he l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> acción indirecta <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> condiciones,<br />

o sea mediante el aparato reproductor <strong>al</strong> ser influido, po<strong>de</strong>mos inferir<br />

que <strong>la</strong> variabilidad se produce <strong>de</strong> este modo, en parte por el hecho<br />

<strong>de</strong> ser este aparato sumamente sensible a cu<strong>al</strong>quier cambio en <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> vida, y en parte por <strong>la</strong> semejanza que existe -según Kölreuter y<br />

otros autores han seña<strong>la</strong>do- entre <strong>la</strong> variabilidad que resulta <strong>de</strong>l cruzamiento<br />

<strong>de</strong> especies distintas y <strong>la</strong> que pue<strong>de</strong> observarse en p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

criados en condiciones nuevas o artifici<strong>al</strong>es. Muchos hechos <strong>de</strong>muestran<br />

c<strong>la</strong>ramente lo muy sensible que es el aparato reproductor para ligerísimos<br />

cambios en <strong>la</strong>s condiciones ambientes. Nada más fácil que amansar<br />

un anim<strong>al</strong>, y pocas cosas hay más difíciles que hacerle criar ilimitadamente<br />

en cautividad, aun cuando el macho y <strong>la</strong> hembra se unan.<br />

¡Cuántos anim<strong>al</strong>es hay que no quieren criar aun tenidos en estado casi libre<br />

en su país nat<strong>al</strong>! Esto se atribuye en gener<strong>al</strong>, aunque erróneamente, a<br />

instintos viciados. ¡Muchas p<strong>la</strong>ntas cultivadas muestran el mayor vigor<br />

y, sin embargo, rara vez o nunca producen semil<strong>la</strong>s! En un corto número<br />

<strong>de</strong> casos se ha <strong>de</strong>scubierto que un cambio muy insignificante, como un<br />

poco más o menos <strong>de</strong> agua en <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>l crecimiento,<br />

<strong>de</strong>termina el que una p<strong>la</strong>nta produzca o no semil<strong>la</strong>s. No puedo dar<br />

aquí los <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les que he recogido y publicado en otra parte sobre este curioso<br />

asunto pero para <strong>de</strong>mostrar lo extrañas que son <strong>la</strong>s leyes que <strong>de</strong>terminan<br />

<strong>la</strong> reproducción <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es en cautividad, puedo indicar que<br />

los mamíferos carnívoros, aun los <strong>de</strong> los trópicos, crían en nuestro país<br />

bastante bien en cautividad, excepto los p<strong>la</strong>ntígrados, o familia <strong>de</strong> los<br />

osos, que rara vez dan crías; mientras que <strong>la</strong>s aves carnívoras, s<strong>al</strong>vo rarísimas<br />

excepciones, casi nunca ponen huevos fecundos. Muchas p<strong>la</strong>ntas<br />

exóticas tienen polen completamente inútil, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma condición que el<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas híbridas más estériles. Cuando, por una parte, vemos p<strong>la</strong>ntas<br />

y anim<strong>al</strong>es domésticos que, débiles y enfermizos muchas veces, crían<br />

ilimitadamente en cautividad, y cuando, por otra parte, vemos individuos<br />

que, aun sacados jóvenes <strong>de</strong>l estado natur<strong>al</strong>, perfectamente amansados,<br />

habiendo vivido bastante tiempo y sanos -<strong>de</strong> lo que podría dar yo<br />

numerosos ejemplos-, tienen, sin embargo, su aparato reproductor tan<br />

gravemente perjudicado, por causas <strong>de</strong>sconocidas, que <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> funcionar,<br />

no ha <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos que este aparato, cuando funciona en cautividad,<br />

lo haga irregu<strong>la</strong>rmente y produzca <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>al</strong>go diferente <strong>de</strong><br />

sus padres. Puedo añadir que, así como <strong>al</strong>gunos organismos crían<br />

9


ilimitadamente en <strong>la</strong>s condiciones más artifici<strong>al</strong>es -por ejemplo los hurones<br />

y los conejos tenidos en cajones-, lo que muestra que sus órganos reproductores<br />

no son tan fácilmente <strong>al</strong>terados, así también <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es<br />

y p<strong>la</strong>ntas resistirán <strong>la</strong> domesticación y el cultivo y variarán muy ligeramente,<br />

quizá apenas más que en estado natur<strong>al</strong>.<br />

Algunos natur<strong>al</strong>istas han sostenido que todas <strong>la</strong>s variaciones están re<strong>la</strong>cionadas<br />

con el acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción sexu<strong>al</strong>; pero esto seguramente<br />

es un error, pues he dado en otra obra una <strong>la</strong>rga lista <strong>de</strong> sporting p<strong>la</strong>nts,<br />

como los l<strong>la</strong>man los jardineros y horte<strong>la</strong>nos; esto es: <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que han<br />

producido súbitamente un solo brote con caracteres nuevos y a veces<br />

muy diferentes <strong>de</strong> los <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más brotes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta. Estas variaciones<br />

<strong>de</strong> brotes, como pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>márseles, pue<strong>de</strong>n ser propagadas por<br />

injertos, acodos, etc., y <strong>al</strong>gunas veces por semil<strong>la</strong>. Estas variaciones ocurren<br />

pocas veces en estado natur<strong>al</strong>, pero distan <strong>de</strong> ser raras en los cultivos.<br />

Como entre los muchos miles <strong>de</strong> brotes producidos, año tras año, en<br />

el mismo árbol, en condiciones uniformes, se ha visto uno sólo que tome<br />

súbitamente caracteres nuevos, y como brotes <strong>de</strong> distintos árboles que<br />

crecen en condiciones diferentes han producido a veces casi <strong>la</strong>s mismas<br />

varieda<strong>de</strong>s, por ejemplo, brotes <strong>de</strong> melocotonero que producen nectarinas,<br />

y brotes <strong>de</strong> ros<strong>al</strong> común que producen rosas <strong>de</strong> musgo, vemos c<strong>la</strong>ramente<br />

que <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones es <strong>de</strong> importancia secundaria,<br />

en comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo, para <strong>de</strong>terminar cada<br />

forma particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> variedad, quizá <strong>de</strong> importancia no mayor que <strong>la</strong> que<br />

tiene <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> chispa con que se encien<strong>de</strong> una masa <strong>de</strong> materia<br />

combustible en <strong>de</strong>terminar <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas.<br />

Efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> costumbre y <strong>de</strong>l uso y <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los órganos; variación<br />

corre<strong>la</strong>tiva; herencia<br />

<strong>El</strong> cambio <strong>de</strong> condiciones produce un efecto hereditario, como en <strong>la</strong> é-<br />

poca <strong>de</strong> florecer <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas cuando se <strong>la</strong>s transporta <strong>de</strong> un clima a otro.<br />

En los anim<strong>al</strong>es, el creciente uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> órganos ha tenido una influencia<br />

más marcada; así, en el pato doméstico, encuentro que, en proporción<br />

a todo el esqueleto, los huesos <strong>de</strong>l a<strong>la</strong> pesan menos y los huesos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> pata más que los mismos huesos <strong>de</strong>l pato s<strong>al</strong>vaje, y este cambio<br />

pue<strong>de</strong> atribuirse seguramente a que el pato doméstico vue<strong>la</strong> mucho menos<br />

y anda más que sus progenitores s<strong>al</strong>vajes. <strong>El</strong> gran<strong>de</strong> y hereditario <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s ubres en <strong>la</strong>s vacas y cabras en países don<strong>de</strong> son habitu<strong>al</strong>mente<br />

or<strong>de</strong>ñadas, en comparación con estos órganos en otros países, es,<br />

probablemente, otro ejemplo <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>l uso. No pue<strong>de</strong> citarse un<br />

anim<strong>al</strong> doméstico que no tenga en <strong>al</strong>gún país <strong>la</strong>s orejas caídas, y parece<br />

10


probable <strong>la</strong> opinión, que se ha indicado, <strong>de</strong> que el tener <strong>la</strong>s orejas caídas<br />

se <strong>de</strong>be <strong>al</strong> <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong> <strong>la</strong> oreja, porque estos anim<strong>al</strong>es raras<br />

veces se sienten muy a<strong>la</strong>rmados.<br />

Muchas leyes regu<strong>la</strong>n <strong>la</strong> variación, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s pue<strong>de</strong>n ser vislumbradas<br />

y serán <strong>de</strong>spués brevemente discutidas. Sólo me referiré aquí a lo<br />

que pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse variación corre<strong>la</strong>tiva. Cambios importantes en el embrión<br />

o <strong>la</strong>rva ocasionarán probablemente cambios en el anim<strong>al</strong> adulto.<br />

En <strong>la</strong>s monstruosida<strong>de</strong>s son curiosísimas <strong>la</strong>s corre<strong>la</strong>ciones entre órganos<br />

por completo distintos, y se citan <strong>de</strong> ello muchos ejemplos en <strong>la</strong> gran<br />

obra <strong>de</strong> Isidore Geoffroy Saint-Hi<strong>la</strong>ire sobre esta materia. Los criadores<br />

creen que <strong>la</strong>s patas <strong>la</strong>rgas van casi siempre acompañadas <strong>de</strong> cabeza a<strong>la</strong>rgada.<br />

Algunos ejemplos <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción son muy caprichosos: así, los gatos<br />

que son <strong>de</strong>l todo b<strong>la</strong>ncos y tienen los ojos azules, gener<strong>al</strong>mente son<br />

sordos; pero últimamente míster Tait ha mostrado que esto está limitado<br />

a los machos. <strong>El</strong> color y particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> constitución van juntos, <strong>de</strong> lo<br />

que podrían citarse muchos casos notables en anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas. De los<br />

hechos reunidos por Heusinger resulta que a <strong>la</strong>s ovejas y cerdos b<strong>la</strong>ncos<br />

les dañan ciertas p<strong>la</strong>ntas, <strong>de</strong> lo que se s<strong>al</strong>van los individuos <strong>de</strong> color obscuro.<br />

<strong>El</strong> profesor Wyman me ha comunicado recientemente un buen<br />

ejemplo <strong>de</strong> este hecho: preguntando a <strong>al</strong>gunos <strong>la</strong>bradores <strong>de</strong> Virginia<br />

por qué era que todos sus cerdos eran negros, le informaron que los cerdos<br />

comieron paint-root (Lachnanthes), que tiñó sus huesos <strong>de</strong> color <strong>de</strong><br />

rosa e hizo caer <strong>la</strong>s pesuñas <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, menos <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> negra;<br />

y uno <strong>de</strong> los crackers -colonos usurpadores <strong>de</strong> Virginia- añadió:<br />

«<strong>El</strong>egimos para <strong>la</strong> cría los individuos negros <strong>de</strong> una carnada, pues sólo<br />

ellos tienen probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vida». Los perros <strong>de</strong> poco pelo tienen los<br />

dientes imperfectos; los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> pelo <strong>la</strong>rgo y basto son propensos a<br />

tener, según se afirma, <strong>la</strong>rgos cuernos; <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas c<strong>al</strong>zadas tienen piel<br />

entre sus <strong>de</strong>dos externos; <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas con pico corto tienen pies pequeños,<br />

y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> pico <strong>la</strong>rgo, pies gran<strong>de</strong>s. Por lo tanto, si se continúa seleccionando<br />

y haciendo aumentar <strong>de</strong> este modo cu<strong>al</strong>quier particu<strong>la</strong>ridad, casi<br />

con seguridad se modificarán involuntariamente otras partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura,<br />

<strong>de</strong>bido a <strong>la</strong>s misteriosas leyes <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción.<br />

Los resultados <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas leyes, ignoradas u obscuramente conocidas,<br />

<strong>de</strong> variación son infinitamente complejos y variados. V<strong>al</strong>e bien <strong>la</strong><br />

pena el estudiar cuidadosamente los diversos tratados <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong><br />

nuestras p<strong>la</strong>ntas cultivadas <strong>de</strong> antiguo, como el jacinto, <strong>la</strong> patata, hasta <strong>la</strong><br />

d<strong>al</strong>ia, etc., y es verda<strong>de</strong>ramente sorpren<strong>de</strong>nte observar el sinfín <strong>de</strong> puntos<br />

<strong>de</strong> estructura y <strong>de</strong> constitución en que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s y<br />

11


subvarieda<strong>de</strong>s difieren ligeramente unas <strong>de</strong> otras. Toda <strong>la</strong> organización<br />

parece haberse vuelto plástica y se <strong>de</strong>svía ligeramente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>l tipo<br />

progenitor.<br />

Toda variación que no es hereditaria carece <strong>de</strong> importancia para nosotros.<br />

Pero es infinito el número y diversidad <strong>de</strong> variaciones <strong>de</strong> estructura<br />

hereditarias, tanto <strong>de</strong> pequeña como <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rable importancia fisiológica.<br />

<strong>El</strong> tratado, en dos gran<strong>de</strong>s volúmenes, <strong>de</strong>l doctor Prosper Lucas es<br />

el más completo y el mejor sobre este asunto. Ningún criador duda <strong>de</strong> lo<br />

enérgica que es <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> herencia; que lo semejante produce lo<br />

semejante es su creencia fundament<strong>al</strong>; so<strong>la</strong>mente autores teóricos han<br />

suscitado dudas sobre este principio. Cuando una anom<strong>al</strong>ía cu<strong>al</strong>quiera<br />

<strong>de</strong> estructura aparece con frecuencia y <strong>la</strong> vemos en el padre y en el hijo,<br />

no po<strong>de</strong>mos afirmar que esta <strong>de</strong>sviación no pueda ser <strong>de</strong>bida a una misma<br />

causa que haya actuado sobre ambos; pero cuando entre individuos<br />

evi<strong>de</strong>ntemente sometidos a <strong>la</strong>s mismas condiciones <strong>al</strong>guna rarísima anom<strong>al</strong>ía,<br />

<strong>de</strong>bida a <strong>al</strong>guna extraordinaria combinación <strong>de</strong> circunstancias,<br />

aparece en el padre -por ejemplo: una vez entre varios millones <strong>de</strong> individuos-<br />

y reaparece en el hijo, <strong>la</strong> simple doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<br />

casi nos obliga a atribuir a <strong>la</strong> herencia su reaparición. Todo el mundo tiene<br />

que haber oído hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> casos <strong>de</strong> <strong>al</strong>binismo, <strong>de</strong> piel con púas, <strong>de</strong><br />

cuerpo cubierto <strong>de</strong> pelo, etc., que aparecen en varios miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

familia. Si <strong>la</strong>s variaciones <strong>de</strong> estructura raras y extrañas se heredan<br />

re<strong>al</strong>mente, pue<strong>de</strong> admitirse sin reserva que <strong>la</strong>s variaciones más comunes<br />

y menos extrañas son heredables. Quizá el modo justo <strong>de</strong> ver todo este<br />

asunto sería consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> herencia <strong>de</strong> todo carácter, cu<strong>al</strong>quiera que sea,<br />

como reg<strong>la</strong>, y <strong>la</strong> no herencia, como excepción.<br />

Las leyes que rigen <strong>la</strong> herencia son, en su mayor parte, <strong>de</strong>sconocidas.<br />

Nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir por qué <strong>la</strong> misma articu<strong>la</strong>ridad en diferentes individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie o en diferentes especies es unas veces heredada<br />

y otras no; por qué muchas veces el niño, en ciertos caracteres, vuelve a<br />

su abuelo o abue<strong>la</strong>, o un antepasado más remoto; por qué muchas veces<br />

una particu<strong>la</strong>ridad es transmitida <strong>de</strong> un sexo a los dos sexos, o a un sexo<br />

so<strong>la</strong>mente, y en este caso, más comúnmente, aunque no siempre, <strong>al</strong> mismo<br />

sexo. Es un hecho <strong>de</strong> cierta importancia para nosotros el que particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s<br />

que aparecen en los machos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s castas domésticas, con frecuencia<br />

se transmiten a los machos exclusivamente, o en grado mucho<br />

mayor. Una reg<strong>la</strong> mucho más importante, a <strong>la</strong> que yo espero se dará crédito,<br />

es que, cu<strong>al</strong>quiera que sea el período <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en que aparece por<br />

vez primera <strong>al</strong>guna peculiaridad, ésta tien<strong>de</strong> a reaparecer en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

a <strong>la</strong> misma edad, aunque, a veces, un poco antes. En muchos<br />

12


casos, esto no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> otra manera; así, <strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s hereditarias<br />

en los cuernos <strong>de</strong>l ganado vacuno so<strong>la</strong>mente podían aparecer en <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia cerca <strong>de</strong>l término <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo; <strong>de</strong> particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s en el<br />

gusano <strong>de</strong> <strong>la</strong> seda se sabe que aparecen en <strong>la</strong> fase correspondiente <strong>de</strong><br />

oruga o <strong>de</strong> capullo. Pero <strong>la</strong>s enfermeda<strong>de</strong>s hereditarias y <strong>al</strong>gunos otros<br />

hechos me hacen creer que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> tiene una gran extensión, y que, aun<br />

cuando no exista ninguna razón manifiesta para que una particu<strong>la</strong>ridad<br />

haya <strong>de</strong> aparecer a una edad <strong>de</strong>terminada, no obstante, tien<strong>de</strong> a aparecer<br />

en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia en el mismo período en que apareció por vez primera<br />

en el antecesor. Creo que esta reg<strong>la</strong> es <strong>de</strong> suma importancia para explicar<br />

<strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> embriología. Estas advertencias están, natur<strong>al</strong>mente, limitadas<br />

a <strong>la</strong> primera aparición <strong>de</strong> <strong>la</strong> particu<strong>la</strong>ridad, y no a <strong>la</strong> causa primera<br />

que pue<strong>de</strong> haber obrado sobre los óvulos o sobre el elemento masculino;<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que <strong>la</strong> mayor longitud <strong>de</strong> los cuernos en los hijos <strong>de</strong><br />

una vaca <strong>de</strong> cuernos cortos con un toro <strong>de</strong> cuernos <strong>la</strong>rgos, aunque aparece<br />

en un período avanzado <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, se <strong>de</strong>be evi<strong>de</strong>ntemente <strong>al</strong> elemento<br />

masculino.<br />

Habiendo <strong>al</strong>udido a <strong>la</strong> cuestión <strong>de</strong> <strong>la</strong> reversión, <strong>de</strong>bo referirme a una<br />

afirmación hecha frecuentemente por los natur<strong>al</strong>istas, o sea, que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

domésticas, cuando pasan <strong>de</strong> nuevo <strong>al</strong> estado s<strong>al</strong>vaje, vuelven<br />

gradu<strong>al</strong>, pero invariablemente, a los caracteres <strong>de</strong> su tronco primitivo.<br />

De aquí se ha argüido que no pue<strong>de</strong>n sacarse <strong>de</strong>ducciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas<br />

domésticas para <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong>. En vano me he esforzado<br />

en <strong>de</strong>scubrir con qué hechos <strong>de</strong>cisivos se ha formu<strong>la</strong>do tan frecuente y<br />

tan osadamente <strong>la</strong> afirmación anterior. Sería muy difícil probar su verdad:<br />

po<strong>de</strong>mos con seguridad sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que muchísimas <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas más marcadas no podrían quizá vivir en estado<br />

s<strong>al</strong>vaje. En muchos casos no conocemos cuál fue el tronco primitivo,<br />

y, así, no podríamos <strong>de</strong>cir si había ocurrido o no reversión casi perfecta.<br />

Sería necesario, para evitar los efectos <strong>de</strong>l cruzamiento, que una so<strong>la</strong> variedad<br />

únicamente se hubiese vuelto silvestre en su nueva patria. Sin embargo,<br />

como nuestras varieda<strong>de</strong>s ciertamente revierten a veces, en <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> sus caracteres, a formas precursoras, no me parece improbable<br />

que, si lográsemos natur<strong>al</strong>izar, o se cultivasen durante muchas generaciones,<br />

<strong>la</strong>s varias razas, por ejemplo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> col, en suelo muy pobre -en<br />

cu<strong>al</strong> caso, sin embargo, <strong>al</strong>gún efecto se habría <strong>de</strong> atribuir a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>terminada<br />

<strong>de</strong>l suelo pobre-, volverían en gran parte, o hasta completamente,<br />

<strong>al</strong> primitivo tronco s<strong>al</strong>vaje. Que tuviese o no buen éxito el experimento,<br />

no es <strong>de</strong> gran importancia para nuestra argumentación, pues, por<br />

el experimento mismo, <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida han cambiado. Si pudiese<br />

13


<strong>de</strong>mostrarse que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas manifiestan una enérgica<br />

ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> reversión -esto es, a per<strong>de</strong>r los caracteres adquiridos cuando<br />

se <strong>la</strong>s mantiene en <strong>la</strong>s mismas condiciones y en grupo consi<strong>de</strong>rable,<br />

<strong>de</strong> modo que el cruzamiento libre pueda contrarrestar, mezclándo<strong>la</strong>s entre<br />

sí, cu<strong>al</strong>esquiera ligeras <strong>de</strong>sviaciones <strong>de</strong> su estructura-; en este caso,<br />

convengo en que <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas no podríamos sacar <strong>de</strong>ducción<br />

<strong>al</strong>guna por lo que toca a <strong>la</strong>s especies. Pero no hay ni una sombra<br />

<strong>de</strong> prueba en favor <strong>de</strong> esta opinión: el afirmar que no podríamos criar,<br />

por un número ilimitado <strong>de</strong> generaciones, nuestros cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> tiro y <strong>de</strong><br />

carrera, ganado vacuno <strong>de</strong> astas <strong>la</strong>rgas y <strong>de</strong> astas cortas, aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> diferentes castas y p<strong>la</strong>ntas comestibles, sería contrario a toda<br />

experiencia.<br />

Caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas; dificultad <strong>de</strong> <strong>la</strong> distinción entre<br />

varieda<strong>de</strong>s y especies; origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas a partir<br />

<strong>de</strong> una o <strong>de</strong> varias especies<br />

Cuando consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s hereditarias o razas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

y anim<strong>al</strong>es domésticos, y <strong>la</strong>s comparamos con especies muy afines,<br />

vemos gener<strong>al</strong>mente en cada raza doméstica, como antes se hizo observar,<br />

menos uniformidad <strong>de</strong> caracteres que en <strong>la</strong>s especies verda<strong>de</strong>ras.<br />

Las razas domésticas tienen con frecuencia un carácter <strong>al</strong>go monstruoso;<br />

con lo cu<strong>al</strong> quiero <strong>de</strong>cir que, aunque difieren entre sí y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras especies<br />

<strong>de</strong>l mismo género en diferentes puntos poco importantes, con frecuencia<br />

difieren en sumo grado en <strong>al</strong>guna parte cuando se comparan entre<br />

sí, y más aún cuando se comparan con <strong>la</strong> especie en estado natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong><br />

que son más afines. Con estas excepciones -y con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> perfecta fecundidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s cuando se cruzan, asunto para discutido más<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte-, <strong>la</strong>s razas domésticas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie difieren entre sí <strong>de</strong>l<br />

mismo modo que <strong>la</strong>s especies muy afines <strong>de</strong>l mismo género en estado<br />

natur<strong>al</strong>; pero <strong>la</strong>s diferencias, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, son en grado<br />

menor. Esto ha <strong>de</strong> admitirse como cierto, pues <strong>la</strong>s razas domésticas <strong>de</strong><br />

muchos anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas han sido c<strong>la</strong>sificadas por varias autorida<strong>de</strong>s<br />

competentes como <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> especies primitivamente distintas, y<br />

por otras autorida<strong>de</strong>s competentes, como simples varieda<strong>de</strong>s. Si existiese<br />

<strong>al</strong>guna diferencia bien marcada entre una raza doméstica y una especie,<br />

esta causa <strong>de</strong> duda no se presentaría tan continuamente. Se ha dicho muchas<br />

veces que <strong>la</strong>s razas domésticas no difieren entre sí por caracteres <strong>de</strong><br />

v<strong>al</strong>or genérico. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que esta afirmación no es exacta, y los<br />

natur<strong>al</strong>istas discrepan mucho <strong>al</strong> <strong>de</strong>terminar qué caracteres son <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or<br />

genérico, pues todas estas v<strong>al</strong>oraciones son <strong>al</strong> presente empíricas.<br />

14


Cuando se exponga <strong>de</strong> qué modo los géneros se originan en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

se verá que no tenemos <strong>de</strong>recho <strong>al</strong>guno a esperar h<strong>al</strong><strong>la</strong>r muchas veces<br />

en <strong>la</strong>s razas domésticas un grado genérico <strong>de</strong> diferencia.<br />

Al intentar apreciar el grado <strong>de</strong> diferencia estructur<strong>al</strong> entre razas domésticas<br />

afines, nos vemos pronto envueltos en <strong>la</strong> duda, por no saber si<br />

han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> una o <strong>de</strong> varias especies madres. Este punto, si pudiese<br />

ser ac<strong>la</strong>rado, sería interesante; si, por ejemplo, pudiese <strong>de</strong>mostrarse<br />

que el g<strong>al</strong>go, el bloodhound, el terrier, el spaniel y el bull-dog, que todos<br />

sabemos que propagan su raza sin variación, eran <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

una so<strong>la</strong> especie, entonces estos hechos tendrían gran peso para hacernos<br />

dudar <strong>de</strong> <strong>la</strong> inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s muchas especies natur<strong>al</strong>es muy afines -<br />

por ejemplo, los muchos zorros- que viven en diferentes regiones <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

tierra. No creo, como luego veremos, que toda <strong>la</strong> diferencia que existe<br />

entre <strong>la</strong>s diversas castas <strong>de</strong> perros se haya producido en domesticidad;<br />

creo que una pequeña parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> diferencia es <strong>de</strong>bida a haber <strong>de</strong>scendido<br />

<strong>de</strong> especies distintas. En el caso <strong>de</strong> razas muy marcadas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

otras especies domésticas hay <strong>la</strong> presunción, o hasta pruebas po<strong>de</strong>rosas,<br />

<strong>de</strong> que todas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un solo tronco s<strong>al</strong>vaje.<br />

Se ha admitido con frecuencia que el hombre ha escogido para <strong>la</strong> domesticación<br />

anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas que tienen una extraordinaria ten<strong>de</strong>ncia<br />

intrínseca a variar y también a resistir climas diferentes. No discuto que<br />

estas condiciones han añadido mucho <strong>al</strong> v<strong>al</strong>or <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

nuestras producciones domésticas; pero ¿cómo pudo un s<strong>al</strong>vaje, cuando<br />

domesticó por vez primera un anim<strong>al</strong>, conocer si éste variaría en <strong>la</strong>s generaciones<br />

sucesivas y si soportaría o no otros climas? La poca variabilidad<br />

<strong>de</strong>l asno y el ganso, <strong>la</strong> poca resistencia <strong>de</strong>l reno para el c<strong>al</strong>or, o <strong>de</strong>l<br />

camello común para el frío, ¿han impedido su domesticación? No puedo<br />

dudar que si otros anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas, en igu<strong>al</strong> número que nuestras producciones<br />

domésticas y pertenecientes a c<strong>la</strong>ses y regiones igu<strong>al</strong>mente diversas,<br />

fuesen tomados <strong>de</strong>l estado natur<strong>al</strong> y se pudiese hacerles criar en<br />

domesticidad, en un número igu<strong>al</strong> <strong>de</strong> generaciones, variarían, por término<br />

medio, tanto como han variado <strong>la</strong>s especies madres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones<br />

domésticas hoy existentes.<br />

En el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es domésticos <strong>de</strong><br />

antiguo, no es posible llegar a una conclusión precisa acerca <strong>de</strong> si han<br />

<strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> una o varias especies s<strong>al</strong>vajes. <strong>El</strong> argumento con que<br />

cuentan princip<strong>al</strong>mente los que creen en el origen múltiple <strong>de</strong> nuestros<br />

anim<strong>al</strong>es domésticos es que en los tiempos más antiguos, en los monumentos<br />

<strong>de</strong> Egipto y en <strong>la</strong>s habitaciones <strong>la</strong>custres <strong>de</strong> Suiza encontramos<br />

gran diversidad <strong>de</strong> razas, y que muchas <strong>de</strong> estas razas antiguas se<br />

15


parecen mucho, o hasta son idénticas, a <strong>la</strong>s que existen todavía. Pero esto<br />

hace sólo retroce<strong>de</strong>r <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> civilización y <strong>de</strong>muestra que los anim<strong>al</strong>es<br />

fueron domesticados en tiempo mucho más antiguo <strong>de</strong> lo que hasta<br />

ahora se ha supuesto. Los habitantes <strong>de</strong> los <strong>la</strong>gos <strong>de</strong> Suiza cultivaron<br />

diversas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> trigo y <strong>de</strong> cebada, el guisante, <strong>la</strong> adormi<strong>de</strong>ra para aceite<br />

y el lino, y poseyeron diversos anim<strong>al</strong>es domesticados. También mantuvieron<br />

comercio con otras naciones. Todo esto muestra c<strong>la</strong>ramente, como<br />

ha seña<strong>la</strong>do Heer, que en esta remota edad habían progresado consi<strong>de</strong>rablemente<br />

en civilización, y esto significa a<strong>de</strong>más un prolongado período<br />

previo <strong>de</strong> civilización menos a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntada, durante el cu<strong>al</strong> los anim<strong>al</strong>es<br />

domésticos tenidos en diferentes regiones por diferentes tribus pudieron<br />

haber variado y dado origen a diferentes razas. Des<strong>de</strong> el <strong>de</strong>scubrimiento<br />

<strong>de</strong> los objetos <strong>de</strong> sílex en <strong>la</strong>s formaciones superfici<strong>al</strong>es <strong>de</strong> muchas<br />

partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, todos los geólogos creen que el hombre s<strong>al</strong>vaje existió<br />

en un período enormemente remoto, y sabemos que hoy día apenas hay<br />

una tribu tan s<strong>al</strong>vaje que no tenga domesticado, por lo menos, el perro.<br />

<strong>El</strong> origen <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> nuestros anim<strong>al</strong>es domésticos, probablemente<br />

quedará siempre dudoso. Pero puedo <strong>de</strong>cir que, consi<strong>de</strong>rando<br />

los perros domésticos <strong>de</strong> todo el mundo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una <strong>la</strong>boriosa recopi<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> todos los datos conocidos, he llegado a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que<br />

han sido amansadas varias especies s<strong>al</strong>vajes <strong>de</strong> cánidos, y que su sangre,<br />

mezc<strong>la</strong>da en <strong>al</strong>gunos casos, corre por <strong>la</strong>s venas <strong>de</strong> nuestras razas domésticas.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s ovejas y cabras no puedo formar opinión<br />

<strong>de</strong>cidida. Por los datos que me ha comunicado míster Blyth sobre <strong>la</strong>s costumbres,<br />

voz, constitución y estructura <strong>de</strong>l ganado vacuno indio <strong>de</strong> joroba,<br />

es casi cierto que <strong>de</strong>scendió <strong>de</strong> diferente rama primitiva que nuestro<br />

ganado vacuno europeo, y <strong>al</strong>gunas autorida<strong>de</strong>s competentes creen que<br />

este último ha tenido dos o tres progenitores s<strong>al</strong>vajes, merezcan o no el<br />

nombre <strong>de</strong> especies. Esta conclusión, lo mismo que <strong>la</strong> distinción específica<br />

entre el ganado vacuno común y el <strong>de</strong> joroba, pue<strong>de</strong> re<strong>al</strong>mente consi<strong>de</strong>rarse<br />

como <strong>de</strong>mostrada por <strong>la</strong>s admirables investigaciones <strong>de</strong>l profesor<br />

Rütimeyer. Respecto a los cab<strong>al</strong>los, por razones que no puedo dar<br />

aquí, me inclino, con dudas, a creer, en oposición a diversos autores, que<br />

todas <strong>la</strong>s razas pertenecen a <strong>la</strong> misma especie. Habiendo tenido vivas casi<br />

todas <strong>la</strong>s razas inglesas <strong>de</strong> g<strong>al</strong>linas, habiéndo<strong>la</strong>s criado y cruzado y<br />

examinado sus esqueletos, me parece casi seguro que todas son <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> g<strong>al</strong>lina s<strong>al</strong>vaje <strong>de</strong> <strong>la</strong> India, G<strong>al</strong>lus bankiva, y ésta es <strong>la</strong> conclusión<br />

<strong>de</strong> míster Blyth y <strong>de</strong> otros que han estudiado esta ave en <strong>la</strong> India.<br />

Respecto a los patos y conejos, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> cuyas razas difieren mucho<br />

16


entre sí, son c<strong>la</strong>ras <strong>la</strong>s pruebas <strong>de</strong> que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n todas <strong>de</strong>l pato y <strong>de</strong>l conejo<br />

comunes s<strong>al</strong>vajes.<br />

La doctrina <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> nuestras diversas razas domésticas a partir<br />

<strong>de</strong> diversos troncos primitivos ha sido llevada a un extremo absurdo por<br />

<strong>al</strong>gunos autores. Creen que cada raza que cría sin variaciones, por ligeros<br />

que sean los caracteres distintivos, ha tenido su prototipo s<strong>al</strong>vaje. A este<br />

paso, tendrían que haber existido, por lo menos, una veintena <strong>de</strong> especies<br />

<strong>de</strong> ganado vacuno s<strong>al</strong>vaje, otras tantas ovejas y varias cabras sólo en<br />

Europa, y varias aun <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma Gran Bretaña. ¡Un autor cree<br />

que en otro tiempo existieron once especies s<strong>al</strong>vajes <strong>de</strong> ovejas peculiares<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña! Si tenemos presente que <strong>la</strong> Gran Bretaña no tiene actu<strong>al</strong>mente<br />

ni un mamífero peculiar, y Francia muy pocos, distintos <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong> Alemania, y que <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo ocurre con Hungría, España, etc., y<br />

que cada uno <strong>de</strong> estos países posee varias castas peculiares <strong>de</strong> vacas,<br />

ovejas, etc., tenemos que admitir que muchas razas domésticas se han<br />

originado en Europa, pues ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>, si no, pudieron haber <strong>de</strong>scendido?<br />

Lo mismo ocurre en <strong>la</strong> India. Aun en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong>l perro doméstico<br />

<strong>de</strong>l mundo entero, que admito que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> diversas especies<br />

s<strong>al</strong>vajes, no pue<strong>de</strong> dudarse que ha habido una cantidad inmensa <strong>de</strong><br />

variaciones hereditarias, pues ¿quién creerá que anim<strong>al</strong>es que se pareciesen<br />

mucho <strong>al</strong> g<strong>al</strong>go it<strong>al</strong>iano, <strong>al</strong> bloodhound, <strong>al</strong> bull-dog, <strong>al</strong> pug-dog o <strong>al</strong><br />

spaniel Blenheim, etc. -tan distintos <strong>de</strong> todos los cánidos s<strong>al</strong>vajes- existieron<br />

<strong>al</strong>guna vez en estado natur<strong>al</strong>? Con frecuencia se ha dicho vagamente<br />

que todas nuestras razas <strong>de</strong> perros han sido producidas por el cruzamiento<br />

<strong>de</strong> unas pocas especies primitivas; pero mediante cruzamiento po<strong>de</strong>mos<br />

sólo obtener formas intermedias en <strong>al</strong>gún grado entre sus padres,<br />

y si explicamos nuestras diversas razas domésticas por este procedimiento<br />

tenemos que admitir <strong>la</strong> existencia anterior <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas más extremas,<br />

como el g<strong>al</strong>go it<strong>al</strong>iano, el bloodhound, el bull-dog, etc., en estado s<strong>al</strong>vaje.<br />

Es más: se ha exagerado mucho <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> producir razas distintas<br />

por cruzamiento. Muchos casos se han registrado que muestran que una<br />

raza pue<strong>de</strong> ser modificada por cruzamientos ocasion<strong>al</strong>es si se ayuda mediante<br />

<strong>la</strong> elección cuidadosa <strong>de</strong> los individuos que presentan el carácter<br />

<strong>de</strong>seado; pero obtener una raza intermedia entre dos razas completamente<br />

distintas sería muy difícil. Sir J. Sebright hizo expresamente experimentos<br />

con este objeto, y no tuvo buen éxito. La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l primer<br />

cruzamiento entre dos razas puras es <strong>de</strong> carácter bastante uniforme,<br />

y a veces -como he observado en <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas- uniforme por completo, y<br />

todo parece bastante sencillo; pero cuando estos mestizos se cruzan entre<br />

17


sí durante varias generaciones, apenas dos <strong>de</strong> ellos son igu<strong>al</strong>es, y entonces<br />

<strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor se hace patente.<br />

Razas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma doméstica. Sus diferencias y origen<br />

Creyendo que es siempre mejor estudiar <strong>al</strong>gún grupo especi<strong>al</strong>, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>liberar, he elegido <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas domésticas. He tenido todas<br />

<strong>la</strong>s razas que pu<strong>de</strong> comprar o conseguir y he sido muy amablemente favorecido<br />

con pieles <strong>de</strong> diversas regiones <strong>de</strong>l mundo, especi<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

India, por el Honorable W. <strong>El</strong>iot, y <strong>de</strong> Persia, por el Honorable C. Murray.<br />

Se han publicado muchos tratados en diferentes lenguas sobre p<strong>al</strong>omas,<br />

y <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> ellos son importantísimos, por ser <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rable antigüedad.<br />

Me he re<strong>la</strong>cionado con diferentes aficionados eminentes y he<br />

sido admitido en dos clubs colombófilos <strong>de</strong> Londres. La diversidad <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s razas es una cosa asombrosa: compárense <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma carrier o mensajera<br />

inglesa y <strong>la</strong> volteadora o tumbler <strong>de</strong> cara corta, y véase <strong>la</strong> portentosa<br />

diferencia en sus picos, que imponen <strong>la</strong>s diferencias correspondientes en<br />

los cráneos. La carrier, especi<strong>al</strong>mente el macho, es también notable por el<br />

prodigioso <strong>de</strong>sarrollo, en <strong>la</strong> cabeza, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s carúncu<strong>la</strong>s nas<strong>al</strong>es, a lo que<br />

acompañan párpados muy extendidos, orificios externos <strong>de</strong> <strong>la</strong> nariz muy<br />

gran<strong>de</strong>s y una gran abertura <strong>de</strong> boca. La volteadora <strong>de</strong> cara corta tiene<br />

un pico cuyo perfil es casi como el <strong>de</strong> un pinzón, y <strong>la</strong> volteadora común<br />

tiene una costumbre particu<strong>la</strong>r hereditaria <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r a gran <strong>al</strong>tura, en bandada<br />

compacta, y dar volteretas en el aire. La p<strong>al</strong>oma runt es un ave <strong>de</strong><br />

gran tamaño, con pico <strong>la</strong>rgo y sólido y pies gran<strong>de</strong>s; <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s subrazas<br />

<strong>de</strong> runt tienen el cuello muy <strong>la</strong>rgo: otras, a<strong>la</strong>s y co<strong>la</strong> muy <strong>la</strong>rgas;<br />

otras, cosa rara, co<strong>la</strong> corta. La p<strong>al</strong>oma barb es afín <strong>de</strong> <strong>la</strong> mensajera inglesa;<br />

pero, en vez <strong>de</strong>l pico <strong>la</strong>rgo, tiene un pico cortísimo y ancho. La buchona<br />

inglesa tiene el cuerpo, <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y <strong>la</strong>s patas muy <strong>la</strong>rgos, y su buche,<br />

enormemente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do, que <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma se enorgullece <strong>de</strong> hinchar,<br />

pue<strong>de</strong> muy bien producir asombro y hasta risa. La p<strong>al</strong>oma turbit tiene<br />

un pico corto y cónico, con una fi<strong>la</strong> <strong>de</strong> plumas vuelta <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l pecho, y<br />

tiene <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> disten<strong>de</strong>r ligeramente <strong>la</strong> parte superior <strong>de</strong>l esófago.<br />

La capuchina tiene <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l cuello <strong>la</strong>s plumas tan vueltas, que forman<br />

una capucha, y, re<strong>la</strong>tivamente a su tamaño, tiene <strong>la</strong>rgas <strong>la</strong>s plumas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong>. La trumpeter y <strong>la</strong> <strong>la</strong>ugher, como sus nombres expresan,<br />

emiten un arrullo muy diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras razas. La colipavo<br />

tiene treinta o hasta cuarenta plumas rectrices, en vez <strong>de</strong> doce o catorce,<br />

número norm<strong>al</strong> en todos los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran familia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas;<br />

estas plumas se mantienen extendidas, y el anim<strong>al</strong> <strong>la</strong>s lleva tan levantadas,<br />

que en los ejemp<strong>la</strong>res buenos <strong>la</strong> cabeza y <strong>la</strong> co<strong>la</strong> se tocan; <strong>la</strong><br />

18


glándu<strong>la</strong> oleosa está casi atrofiada. Podrían especificarse otras varias castas<br />

menos diferentes.<br />

En los esqueletos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas razas, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los huesos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> cara difiere enormemente en longitud, anchura y curvatura. La forma,<br />

lo mismo que el ancho y <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ramas <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior, varía<br />

<strong>de</strong> un modo muy notable. Las vértebras caud<strong>al</strong>es y sacras varían en<br />

número; lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s costil<strong>la</strong>s, que varían, también en su anchura<br />

re<strong>la</strong>tiva y en <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> apófisis. <strong>El</strong> tamaño y forma <strong>de</strong> los orificios<br />

<strong>de</strong>l esternón es sumamente variable; lo es también el grado <strong>de</strong> divergencia<br />

y el tamaño re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos ramas <strong>de</strong>l hueso furcu<strong>la</strong>r. La<br />

anchura re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong> abertura <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca, <strong>la</strong> longitud re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> los párpados,<br />

<strong>de</strong> los orificios nas<strong>al</strong>es, <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua -no siempre en corre<strong>la</strong>ción rigurosa<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l pico-, el tamaño <strong>de</strong>l buche y <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte superior<br />

<strong>de</strong>l esófago, el <strong>de</strong>sarrollo o atrofia <strong>de</strong> <strong>la</strong> glándu<strong>la</strong> oleosa, el número <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s rémiges primarias y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rectrices, <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l a<strong>la</strong>, en re<strong>la</strong>ción<br />

con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> y con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l cuerpo; <strong>la</strong> longitud re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong> pata y <strong>de</strong>l<br />

pie, el número <strong>de</strong> escu<strong>de</strong>tes en los <strong>de</strong>dos, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> piel entre los<br />

<strong>de</strong>dos, son todos puntos <strong>de</strong> conformación variables. Varía el período en<br />

que adquieren el plumaje perfecto, como también el estado <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelusa<br />

<strong>de</strong> que están vestidos los polluelos <strong>al</strong> s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l huevo. La forma y tamaño<br />

<strong>de</strong> los huevos varía. La manera <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r y, en <strong>al</strong>gunas razas, <strong>la</strong> voz y el<br />

carácter difieren notablemente. Por último, en ciertas razas, los machos y<br />

hembras han llegado a diferir entre sí ligeramente.<br />

En junto, podrían escogerse, por lo menos, una veintena <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas<br />

que, si se enseñaran a un ornitólogo y se le dijese que eran aves s<strong>al</strong>vajes,<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sificaría seguramente como especies bien <strong>de</strong>finidas. Más aún, no<br />

creo que ningún ornitólogo, en este caso, inclúyese <strong>la</strong> carrier o mensajera<br />

inglesa, <strong>la</strong> tumbler o volteadora <strong>de</strong> cara corta, <strong>la</strong> runt, <strong>la</strong> barb, <strong>la</strong> buchona<br />

inglesa y <strong>la</strong> colipavo en el mismo género, muy especi<strong>al</strong>mente por cuanto<br />

podrían serle presentadas en cada una <strong>de</strong> estas razas varias sub-razas cuyos<br />

caracteres se heredan sin variación, o especies, como él <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>maría.<br />

Con ser gran<strong>de</strong>s como lo son <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas,<br />

estoy plenamente convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong> opinión común <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas<br />

es justa, o sea que todas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre<br />

(Columba livia), incluyendo en esta <strong>de</strong>nominación diversas razas geográficas<br />

o subespecies que difieren entre sí en puntos muy insignificantes.<br />

Como varias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razones que me han conducido a esta creencia<br />

son aplicables, en <strong>al</strong>gún grado, a otros casos, <strong>la</strong>s expondré aquí brevemente.<br />

Si <strong>la</strong>s diferentes razas no son varieda<strong>de</strong>s y no han procedido <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

p<strong>al</strong>oma silvestre, tienen que haber <strong>de</strong>scendido, por lo menos, <strong>de</strong> siete u<br />

19


ocho troncos primitivos, pues es imposible obtener <strong>la</strong>s actu<strong>al</strong>es razas domésticas<br />

por el cruzamiento <strong>de</strong> un número menor; ¿cómo, por ejemplo,<br />

podría producirse una buchona cruzando dos castas, a no ser que uno <strong>de</strong><br />

los troncos progenitores poseyese el enorme buche característico? Los supuestos<br />

troncos primitivos <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> haber sido todos p<strong>al</strong>omas <strong>de</strong> roca;<br />

esto es: que no criaban en los árboles ni tenían inclinación a posarse en<br />

ellos. Pero, aparte <strong>de</strong> Columba livia con sus subespecies geográficas, sólo<br />

se conocen otras dos o tres especies <strong>de</strong> p<strong>al</strong>oma <strong>de</strong> roca, y éstas no tienen<br />

ninguno <strong>de</strong> los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas domésticas. Por lo tanto, los supuestos<br />

troncos primitivos, o bien tienen que existir aún en <strong>la</strong>s regiones<br />

don<strong>de</strong> fueron domesticados primitivamente, siendo todavía <strong>de</strong>sconocidos<br />

por los ornitólogos, y esto, teniendo en cuenta su tamaño, costumbres<br />

y caracteres, parece improbable, o bien tienen que haberse extinguido<br />

en estado s<strong>al</strong>vaje. Pero aves que crían en precipicios y son buenas vo<strong>la</strong>doras<br />

no son a<strong>de</strong>cuadas para ser exterminadas, y <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre,<br />

que tiene <strong>la</strong>s mismas costumbres que <strong>la</strong>s razas domésticas, no ha sido exterminada<br />

enteramente ni aun en <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los pequeños islotes británicos<br />

ni en <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong>l Mediterráneo. Por consiguiente, el supuesto exterminio<br />

<strong>de</strong> tantas especies que tienen costumbres semejantes a <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre parece una suposición muy temeraria. Es más: <strong>la</strong>s diversas<br />

castas domésticas antes citadas han sido transportadas a todas <strong>la</strong>s partes<br />

<strong>de</strong>l mundo, y, por consiguiente, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> haber sido llevadas<br />

<strong>de</strong> nuevo a su país nat<strong>al</strong>; pero ninguna se ha vuelto s<strong>al</strong>vaje o bravía,<br />

si bien <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma ordinaria <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omar, que es <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre ligerísimamente<br />

modificada, se ha hecho bravía en <strong>al</strong>gunos sitios. A<strong>de</strong>más,<br />

todas <strong>la</strong>s experiencias recientes muestran que es difícil lograr que<br />

los anim<strong>al</strong>es s<strong>al</strong>vajes críen ilimitadamente en domesticidad, y en <strong>la</strong> hipótesis<br />

<strong>de</strong>l origen múltiple <strong>de</strong> nuestras p<strong>al</strong>omas habría que admitir que siete<br />

u ocho especies, por lo menos, fueron domesticadas tan por completo<br />

en tiempos antiguos por el hombre semicivilizado, que son perfectamente<br />

prolíficas en cautividad.<br />

Un argumento <strong>de</strong> gran peso, y aplicable en otros varios casos, es que<br />

<strong>la</strong>s castas antes especificadas, aunque coinci<strong>de</strong>n gener<strong>al</strong>mente con <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre en constitución, costumbres, voz, color, y en <strong>la</strong>s más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

partes <strong>de</strong> su estructura, son, sin embargo, ciertamente, muy anóma<strong>la</strong>s en<br />

otras partes; en vano po<strong>de</strong>mos buscar por toda <strong>la</strong> gran familia <strong>de</strong> los colúmbidos<br />

un pico como el <strong>de</strong> <strong>la</strong> carrier o mensajera inglesa, o como el <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> tumbler o volteadora <strong>de</strong> cara corta, o el <strong>de</strong> <strong>la</strong> barb; plumas vueltas como<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> capuchina, buche como el <strong>de</strong> <strong>la</strong> buchona inglesa, plumas<br />

rectrices como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> colipavo. Por lo tanto, habría que admitir, no sólo<br />

20


que el hombre semicivilizado consiguió domesticar por completo diversas<br />

especies, sino que, intencionadamente o por casu<strong>al</strong>idad, tomó especies<br />

extraordinariamente anóma<strong>la</strong>s, y, a<strong>de</strong>más, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces estas<br />

mismas especies han venido todas a extinguirse o a ser <strong>de</strong>sconocidas.<br />

Tantas casu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s extrañas son en grado sumo inverisímiles.<br />

Algunos hechos referentes <strong>al</strong> color <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas merecen bien ser tenidos<br />

en consi<strong>de</strong>ración. La p<strong>al</strong>oma silvestre es <strong>de</strong> color azul <strong>de</strong> pizarra,<br />

con <strong>la</strong> parte posterior <strong>de</strong>l lomo b<strong>la</strong>nca; pero <strong>la</strong> subespecie india, Columba<br />

intermedia <strong>de</strong> Strick<strong>la</strong>nd, tiene esta parte azu<strong>la</strong>da. La co<strong>la</strong> tiene en el extremo<br />

una faja obscura y <strong>la</strong>s plumas externas con un filete b<strong>la</strong>nco en <strong>la</strong><br />

parte exterior, en <strong>la</strong> base. Las a<strong>la</strong>s tienen dos fajas negras. Algunas razas<br />

semidomésticas y <strong>al</strong>gunas razas verda<strong>de</strong>ramente silvestres tienen, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> estas dos fajas negras, <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s moteadas <strong>de</strong> negro. Estos diferentes<br />

caracteres no se presentan juntos en ninguna otra especie <strong>de</strong> toda <strong>la</strong><br />

familia. Ahora bien: en todas <strong>la</strong>s razas domésticas, tomando ejemp<strong>la</strong>res<br />

por completo <strong>de</strong> pura raza, todos los caracteres dichos, incluso el filete<br />

b<strong>la</strong>nco <strong>de</strong> <strong>la</strong>s plumas rectrices externas, aparecen a veces perfectamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos. Más aún: cuando se cruzan ejemp<strong>la</strong>res pertenecientes a<br />

dos o más razas distintas, ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es es azul ni tiene ninguno<br />

<strong>de</strong> los caracteres arriba especificados, <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia mestiza propen<strong>de</strong><br />

mucho a adquirir <strong>de</strong> repente estos caracteres. Para dar un ejemplo <strong>de</strong> los<br />

muchos que he observado: crucé <strong>al</strong>gunas colipavos b<strong>la</strong>ncas, que criaban<br />

por completo sin variación, con <strong>al</strong>gunas barbs negras -y ocurre que <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s azules <strong>de</strong> barb son tan raras, que nunca he oído <strong>de</strong> ningún caso<br />

en Ing<strong>la</strong>terra-, y los híbridos fueron negros, castaños y moteados. Crucé<br />

también una barb con una spot -que es una p<strong>al</strong>oma b<strong>la</strong>nca, con co<strong>la</strong><br />

rojiza y una mancha rojiza en <strong>la</strong> frente, y que notoriamente cría sin variación-;<br />

los mestizos fueron obscuros y moteados. Entonces crucé uno <strong>de</strong><br />

los mestizos colipavo-barb con un mestizo spot-barb, y produjeron un<br />

ave <strong>de</strong> tan hermoso color azul, con <strong>la</strong> parte posterior <strong>de</strong>l lomo b<strong>la</strong>nca,<br />

doble faja negra en <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y plumas rectrices con or<strong>la</strong> b<strong>la</strong>nca y faja,<br />

¡como cu<strong>al</strong>quier p<strong>al</strong>oma silvestre! Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r estos hechos<br />

mediante el principio, tan conocido, <strong>de</strong> <strong>la</strong> reversión o vuelta a los caracteres<br />

<strong>de</strong> los antepasados, si todas <strong>la</strong>s castas domésticas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

p<strong>al</strong>oma silvestre. Pero si negamos esto tenemos que hacer una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos<br />

hipótesis siguientes, sumamente inverisímiles: O bien -primera-, todas<br />

<strong>la</strong>s diferentes ramas primitivas supuestas tuvieron el color y dibujos como<br />

<strong>la</strong> silvestre -aun cuando ninguna otra especie viviente tiene este color<br />

y dibujos-, <strong>de</strong> modo que en cada casta separada pudo haber una ten<strong>de</strong>ncia<br />

a volver a los mismísimos colores y dibujos; o bien -segunda<br />

21


hipótesis- cada casta, aun <strong>la</strong> más pura, en el transcurso <strong>de</strong> una docena, o<br />

a lo sumo una veintena, <strong>de</strong> generaciones, ha estado cruzada con <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre: y digo en el espacio <strong>de</strong> doce a veinte generaciones, porque<br />

no se conoce ningún caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes cruzados que vuelvan a un<br />

antepasado <strong>de</strong> sangre extraña separado por un número mayor <strong>de</strong> generaciones.<br />

En una casta que haya sido cruzada sólo una vez, <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a<br />

volver a <strong>al</strong>gún carácter <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> este cruzamiento irá haciéndose natur<strong>al</strong>mente<br />

cada vez menor, pues en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s generaciones sucesivas<br />

habrá menos sangre extraña; pero cuando no ha habido cruzamiento<br />

<strong>al</strong>guno y existe en <strong>la</strong> casta una ten<strong>de</strong>ncia a volver a un carácter que fue<br />

perdido en <strong>al</strong>guna generación pasada, esta ten<strong>de</strong>ncia, a pesar <strong>de</strong> todo lo<br />

que podamos ver en contrario, pue<strong>de</strong> transmitirse sin disminución durante<br />

un número in<strong>de</strong>finido <strong>de</strong> generaciones. Estos dos casos diferentes<br />

<strong>de</strong> reversión son frecuentemente confundidos por los que han escrito sobre<br />

herencia.<br />

Por último, los híbridos o mestizos que resultan entre todas <strong>la</strong>s razas<br />

<strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas son perfectamente fecundos, como lo puedo afirmar por mis<br />

propias observaciones, hechas <strong>de</strong> intento con <strong>la</strong>s razas más diferentes.<br />

Ahora bien, apenas se ha averiguado con certeza ningún caso <strong>de</strong> híbridos<br />

<strong>de</strong> dos especies completamente distintas <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es que sean perfectamente<br />

fecundos. Algunos autores creen que <strong>la</strong> domesticidad continuada<br />

<strong>la</strong>rgo tiempo elimina esta po<strong>de</strong>rosa ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> esterilidad. Por <strong>la</strong><br />

historia <strong>de</strong>l perro y <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos otros anim<strong>al</strong>es domésticos, esta conclusión<br />

es probablemente <strong>de</strong>l todo exacta, si se aplica a especies muy próximas;<br />

pero exten<strong>de</strong>rlo tanto, hasta suponer que especies primitivamente<br />

tan diferentes como lo son ahora <strong>la</strong>s mensajeras inglesas, volteadoras,<br />

buchonas inglesas y colipavos han <strong>de</strong> producir <strong>de</strong>scendientes perfectamente<br />

fecundos inter se, sería en extremo temerario.<br />

Por estas diferentes razones, a saber: <strong>la</strong> imposibilidad <strong>de</strong> que el hombre<br />

haya hecho criar sin limitación en domesticidad a siete u ocho supuestas<br />

especies <strong>de</strong>sconocidas en estado s<strong>al</strong>vaje, y por no haberse vuelto<br />

s<strong>al</strong>vajes en ninguna parte; el presentar estas especies ciertos caracteres<br />

muy anóm<strong>al</strong>os comparados con todos los otros colúmbidos, no obstante<br />

ser tan parecidas a <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre por muchos conceptos; <strong>la</strong> reaparición<br />

acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong>l color azul y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes señ<strong>al</strong>es negras en todas<br />

<strong>la</strong>s castas, lo mismo mantenidas puras que cruzadas y, por último, el ser<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia mestiza perfectamente fecunda; por todas estas razones,<br />

tomadas juntas, po<strong>de</strong>mos con seguridad llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que todas<br />

nuestras razas domésticas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre o Columba<br />

livia, con sus subespecies geográficas.<br />

22


En favor <strong>de</strong> esta, opinión puedo añadir: primero, que <strong>la</strong> Columba livia<br />

silvestre se ha visto que es capaz <strong>de</strong> domesticación en Europa y en <strong>la</strong> India,<br />

y que coinci<strong>de</strong> en costumbres y en un gran número <strong>de</strong> caracteres <strong>de</strong><br />

estructura con todas <strong>la</strong>s castas domésticas; segundo, que, aunque una carrier<br />

o mensajera inglesa y una tumbler o volteadora <strong>de</strong> cara corta difieren<br />

inmensamente en ciertos caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre, sin embargo,<br />

comparando <strong>la</strong>s diversas sub-razas <strong>de</strong> estas dos razas, especi<strong>al</strong>mente<br />

<strong>la</strong>s traídas <strong>de</strong> regiones distantes, po<strong>de</strong>mos formar entre el<strong>la</strong>s y <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre una serie casi perfecta; tercero, aquellos caracteres que son princip<strong>al</strong>mente<br />

distintivos <strong>de</strong> cada casta son en cada una eminentemente variables,<br />

por ejemplo: <strong>la</strong>s carúncu<strong>la</strong>s y <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong> <strong>la</strong> carrier o<br />

mensajera inglesa, lo corto <strong>de</strong> éste en <strong>la</strong> tumbler o volteadora <strong>de</strong> cara corta<br />

y el número <strong>de</strong> plumas <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> en <strong>la</strong> colipavo, y, <strong>la</strong> explicación <strong>de</strong><br />

este hecho será c<strong>la</strong>ra cuando tratemos <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección; cuarto, <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas<br />

han sido observadas y atendidas con el mayor cuidado y estimadas por<br />

muchos pueblos. Han estado domesticadas durante miles <strong>de</strong> años en diferentes<br />

regiones <strong>de</strong>l mundo; el primer testimonio conocido <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas<br />

pertenece a <strong>la</strong> quinta dinastía egipcia, próximamente tres mil años antes<br />

<strong>de</strong> Jesucristo, y me fue seña<strong>la</strong>do por el profesor Lepsius; pero míster<br />

Birch me informa que <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas aparecen en una lista <strong>de</strong> manjares <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> dinastía anterior. En tiempo <strong>de</strong> los romanos, según sabemos por Plinio,<br />

se pagaban precios enormes por <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas; «es más: han llegado<br />

hasta t<strong>al</strong> punto, que pue<strong>de</strong> explicarse su gene<strong>al</strong>ogía y raza». Las p<strong>al</strong>omas<br />

fueron muy apreciadas por Akber Khan en <strong>la</strong> India el año 1600: nunca se<br />

llevaban con <strong>la</strong> corte menos <strong>de</strong> veinte mil p<strong>al</strong>omas. «Los monarcas <strong>de</strong><br />

Irán y Turán le enviaron ejemp<strong>la</strong>res rarísimos» y, continúa el historiador<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> corte, «Su Majestad, cruzando <strong>la</strong>s castas, método que nunca se había<br />

practicado antes, <strong>la</strong>s ha perfeccionado asombrosamente». Hacia <strong>la</strong><br />

misma época, los ho<strong>la</strong>n<strong>de</strong>ses eran tan entusiastas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas como lo<br />

fueron los antiguos romanos. La suma importancia <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones<br />

para explicar <strong>la</strong> inmensa variación que han experimentado <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas<br />

quedará igu<strong>al</strong>mente c<strong>la</strong>ra cuando tratemos <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección. También<br />

veremos entonces cómo es que <strong>la</strong>s diferentes razas tienen con tanta<br />

frecuencia un carácter <strong>al</strong>go monstruoso. Es también una circunstancia<br />

muy favorable para <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> razas diferentes el que el macho y<br />

<strong>la</strong> hembra pue<strong>de</strong>n ser fácilmente apareados para toda <strong>la</strong> vida, y así, pue<strong>de</strong>n<br />

tenerse juntas diferentes razas en el mismo p<strong>al</strong>omar.<br />

He discutido el origen probable <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas domésticas con <strong>al</strong>guna<br />

extensión, aunque muy insuficiente, porque cuando tuve por vez primera<br />

p<strong>al</strong>omas y observé <strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses, viendo bien lo<br />

23


invariablemente que crían, encontré exactamente <strong>la</strong> misma dificultad en<br />

creer que, puesto que habían sido domesticadas, habían <strong>de</strong>scendido todas<br />

<strong>de</strong> un progenitor común que <strong>la</strong> que podría tener cu<strong>al</strong>quier natur<strong>al</strong>ista<br />

en llegar a una conclusión semejante para <strong>la</strong>s muchas especies <strong>de</strong> fringílidos<br />

o <strong>de</strong> otros grupos <strong>de</strong> aves, en estado natur<strong>al</strong>. Un hecho me causó<br />

mucha impresión, y es que casi todos los criadores <strong>de</strong> los diferentes anim<strong>al</strong>es<br />

domésticos y los cultivadores <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas con los que he tenido trato<br />

o cuyas obras he leído están firmemente convencidos <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s diferentes<br />

castas que cada uno ha cuidado <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otras tantas especies<br />

primitivamente distintas. Preguntad, como yo he preguntado, a un<br />

renombrado criador <strong>de</strong> ganado vacuno <strong>de</strong> Hereford si su ganado no podría<br />

haber <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong>l longhorn, o ambos <strong>de</strong> un tronco común, y se<br />

os reirá con <strong>de</strong>sprecio. No he encontrado nunca aficionados a p<strong>al</strong>omas,<br />

g<strong>al</strong>linas, patos o conejos que no estuviesen completamente convencidos<br />

<strong>de</strong> que cada raza princip<strong>al</strong> <strong>de</strong>scendió <strong>de</strong> una especie distinta. Van Mons,<br />

en su tratado sobre peras y manzanas, muestra que no cree en modo <strong>al</strong>guno<br />

en que <strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses, por ejemplo, el manzano Ribston-pippin,<br />

o el Codlin, pudieron nunca haber procedido <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo<br />

árbol. Podrían citarse otros innumerables ejemplos. La explicación, creo<br />

yo, es sencil<strong>la</strong>: por el estudio continuado durante mucho tiempo están<br />

muy impresionados por <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s diversas razas; y, aunque<br />

saben bien que cada raza varía ligeramente, pues ellos ganan sus premios<br />

seleccionando estas ligeras diferencias, sin embargo, ignoran todos<br />

los razonamientos gener<strong>al</strong>es y rehúsan sumar ment<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s ligeras diferencias<br />

acumu<strong>la</strong>das durante muchas generaciones sucesivas. ¿No podrían<br />

esos natur<strong>al</strong>istas, que, sabiendo mucho menos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia<br />

<strong>de</strong> lo que saben los criadores, y no sabiendo más que lo que éstos<br />

saben <strong>de</strong> los es<strong>la</strong>bones intermedios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rgas líneas gene<strong>al</strong>ógicas, admiten,<br />

sin embargo, que muchas especies <strong>de</strong> nuestras razas domésticas<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los mismos padres, no podrían apren<strong>de</strong>r una lección <strong>de</strong><br />

pru<strong>de</strong>ncia cuando se bur<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong><br />

sean <strong>de</strong>scendientes directos <strong>de</strong> otras especies?<br />

Principios <strong>de</strong> selección seguidos <strong>de</strong> antiguo y sus efectos<br />

Consi<strong>de</strong>remos ahora brevemente los grados por que se han producido<br />

<strong>la</strong>s razas domésticas, tanto partiendo <strong>de</strong> una como <strong>de</strong> varias especies afines.<br />

Alguna eficacia pue<strong>de</strong> atribuirse a <strong>la</strong> acción directa y <strong>de</strong>terminada<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones externas <strong>de</strong> vida, y <strong>al</strong>guna a <strong>la</strong>s costumbres; pero sería<br />

un temerario quien explicase por estos agentes <strong>la</strong>s diferencias entre un<br />

cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carro y uno <strong>de</strong> carreras, un g<strong>al</strong>go y un bloodhund, una<br />

24


p<strong>al</strong>oma mensajera inglesa y una volteadora <strong>de</strong> cara corta. Uno <strong>de</strong> los rasgos<br />

característicos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas domésticas es que vemos en el<strong>la</strong>s adaptaciones,<br />

no ciertamente para él propio bien <strong>de</strong>l anim<strong>al</strong> o p<strong>la</strong>nta, sino para<br />

el uso y capricho <strong>de</strong>l hombre. Algunas variaciones útiles <strong>al</strong> hombre, probablemente,<br />

se han originado <strong>de</strong> repente o <strong>de</strong> un s<strong>al</strong>to; muchos natur<strong>al</strong>istas,<br />

por ejemplo, creen que el cardo <strong>de</strong> cardar, con sus garfios, que no<br />

pue<strong>de</strong>n ser igua<strong>la</strong>dos por ningún artificio mecánico, no es más que una<br />

variedad <strong>de</strong>l Dipsacus silvestre, y este cambio pue<strong>de</strong> haberse originado<br />

bruscamente en una p<strong>la</strong>ntita. Así ha ocurrido, probablemente, con el perro<br />

turnspit, y se sabe que así ha ocurrido en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> oveja ancon.<br />

Pero si comparamos el cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carro y el <strong>de</strong> carreras, el dromedario y<br />

el camello, <strong>la</strong>s diferentes castas <strong>de</strong> ovejas a<strong>de</strong>cuadas tanto para tierras<br />

cultivadas como para pastos <strong>de</strong> montañas, con <strong>la</strong> <strong>la</strong>na en una casta, útil<br />

para un caso, y en <strong>la</strong> otra, útil para el otro; cuando comparamos <strong>la</strong>s muchas<br />

razas <strong>de</strong> perros, cada una útil <strong>al</strong> hombre <strong>de</strong> diferente modo; cuando<br />

comparamos el g<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> pelea, tan pertinaz en <strong>la</strong> lucha, con otras castas<br />

tan poco pen<strong>de</strong>ncieras, con <strong>la</strong>s «ponedoras perpetuas» -ever<strong>la</strong>sting <strong>la</strong>yers-<br />

que nunca quieren empol<strong>la</strong>r, y con <strong>la</strong> bantam, tan pequeña y elegante;<br />

cuando comparamos <strong>la</strong> multitud <strong>de</strong> razas <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas agríco<strong>la</strong>s, culinarias,<br />

<strong>de</strong> huerta y <strong>de</strong> jardín, utilísimas <strong>al</strong> hombre en <strong>la</strong>s diferentes estaciones<br />

y para diferentes fines, o tan hermosas a sus ojos, tenemos, creo<br />

yo, que ver <strong>al</strong>go más que simple variabilidad. No po<strong>de</strong>mos suponer que<br />

todas <strong>la</strong>s castas se produjeron <strong>de</strong> repente tan perfectas y tan útiles como<br />

ahora <strong>la</strong>s vemos; re<strong>al</strong>mente, en muchos casos sabemos que no ha sido ésta<br />

su historia. La c<strong>la</strong>ve está en <strong>la</strong> facultad que tiene el hombre <strong>de</strong> seleccionar<br />

acumu<strong>la</strong>ndo; <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza da variaciones sucesivas; el hombre <strong>la</strong>s<br />

suma en cierta dirección útil para él. En este sentido pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que<br />

ha hecho razas útiles para él.<br />

La gran fuerza <strong>de</strong> este principio <strong>de</strong> selección no es hipotética. Es seguro<br />

que varios <strong>de</strong> nuestros más eminentes gana<strong>de</strong>ros, aun <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

tiempo que abraza <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> un solo hombre, modificaron en gran medida<br />

sus razas <strong>de</strong> ganado vacuno y <strong>de</strong> ovejas. Para darse cuenta completa<br />

<strong>de</strong> lo que ellos han hecho es casi necesario leer varios <strong>de</strong> los muchos tratados<br />

consagrados a este objeto y examinar los anim<strong>al</strong>es. Los gana<strong>de</strong>ros<br />

hab<strong>la</strong>n habitu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> como <strong>de</strong> <strong>al</strong>go<br />

plástico que pue<strong>de</strong>n mo<strong>de</strong><strong>la</strong>r casi como quieren. Si tuviese espacio, podría<br />

citar numerosos pasajes a este propósito <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s competentísimas.<br />

Youatt, que probablemente estaba mejor enterado que casi nadie<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> los agricultores, y que fue él mismo un excelente conocedor<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es, hab<strong>la</strong> <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección como <strong>de</strong> «lo que<br />

25


permite <strong>al</strong> agricultor, no sólo modificar los caracteres <strong>de</strong> su rebaño, sino<br />

cambiar éstos por completo. Es <strong>la</strong> vara mágica mediante <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> pue<strong>de</strong><br />

l<strong>la</strong>mar a <strong>la</strong> vida cu<strong>al</strong>quier forma y mo<strong>de</strong><strong>la</strong>r lo que quiere». Lord Somerville,<br />

hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong> lo que los gana<strong>de</strong>ros han hecho con <strong>la</strong> oveja, dice:<br />

«parecería como si hubiesen dibujado con yeso en una pared una forma<br />

perfecta en sí misma y <strong>de</strong>spués le hubiesen dado existencia». En Sajonia,<br />

<strong>la</strong> importancia <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección, por lo que se refiere a <strong>la</strong> oveja<br />

merina, está reconocido tan por completo, que se ejerce como un oficio:<br />

<strong>la</strong>s ovejas son colocadas sobre una mesa y estudiadas como un cuadro<br />

por un perito; esto se hace tres veces, con meses <strong>de</strong> interv<strong>al</strong>o, y <strong>la</strong>s ovejas<br />

son marcadas y c<strong>la</strong>sificadas cada vez, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s mejores <strong>de</strong> todas<br />

pue<strong>de</strong>n ser por fin seleccionadas para <strong>la</strong> cría.<br />

Lo que los criadores ingleses han hecho positivamente está probado<br />

por los precios enormes pagados por anim<strong>al</strong>es con buena gene<strong>al</strong>ogía, y<br />

éstos han sido exportados a casi todas <strong>la</strong>s regiones <strong>de</strong>l mundo. Gener<strong>al</strong>mente,<br />

el perfeccionamiento no se <strong>de</strong>be, en modo <strong>al</strong>guno, <strong>al</strong> cruce <strong>de</strong> diferentes<br />

razas; todos los mejores criadores son muy opuestos a esta práctica,<br />

excepto, a veces, entre sub-razas muy afines; y cuando se ha hecho<br />

un cruzamiento, una rigurosísima selección es aún mucho más indispensable<br />

que en los casos ordinarios. Si <strong>la</strong> selección consistiese simplemente<br />

en separar <strong>al</strong>guna variedad muy distinta y hacer cría <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, el principio<br />

estaría tan c<strong>la</strong>ro que apenas sería digno <strong>de</strong> mención; pero su importancia<br />

consiste en el gran efecto producido por <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción, en una dirección,<br />

durante generaciones sucesivas, <strong>de</strong> diferencias absolutamente inapreciables<br />

para una vista no educada, diferencias que yo, por ejemplo,<br />

intenté inútilmente apreciar. Ni un hombre entre mil tiene precisión <strong>de</strong><br />

vista y criterio suficiente para llegar a ser un criador eminente. Si, dotado<br />

<strong>de</strong> estas cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s, estudia durante años el asunto y consagra toda su<br />

vida a ello con perseverancia inquebrantable, triunfará y pue<strong>de</strong> obtener<br />

gran<strong>de</strong>s mejoras; si le f<strong>al</strong>ta <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> estas cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s, fracasará seguramente.<br />

Pocos creerían fácilmente en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong> capacidad y años que se<br />

requieren para llegar a ser no más que un hábil criador <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas.<br />

Los mismos principios siguen los horticultores, pero <strong>la</strong>s variaciones,<br />

con frecuencia, son más bruscas. Nadie supone que nuestros productos<br />

más selectos se hayan producido por una so<strong>la</strong> variación <strong>de</strong>l tronco primitivo.<br />

Tenemos pruebas <strong>de</strong> que esto no ha sido así en diferentes casos en<br />

que se han conservado datos exactos; así, para dar un ejemplo muy sencillo,<br />

pue<strong>de</strong> citarse el tamaño, cada vez mayor, <strong>de</strong> <strong>la</strong> grosel<strong>la</strong>. Vemos un<br />

asombroso perfeccionamiento en muchas flores <strong>de</strong> los floristas cuando se<br />

comparan <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> hoy día con dibujos hechos hace veinte o treinta<br />

26


años so<strong>la</strong>mente. Una vez que una raza <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas está bastante bien establecida,<br />

<strong>la</strong>s productores <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s no cogen <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas mejores, sino<br />

que, simplemente, pasan por sus semilleros y arrancan los rogues, como<br />

l<strong>la</strong>man ellos a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que se apartan <strong>de</strong>l tipo conveniente. En anim<strong>al</strong>es<br />

también se sigue, <strong>de</strong> hecho, esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> selección, pues casi nadie es<br />

tan <strong>de</strong>scuidado que saque cría <strong>de</strong> sus anim<strong>al</strong>es peores.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas hay otro modo <strong>de</strong> observar el efecto<br />

acumu<strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección, que es comparando, en el jardín, <strong>la</strong> diversidad<br />

<strong>de</strong> flores en <strong>la</strong>s diferentes varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies; en <strong>la</strong><br />

huerta, <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> hojas, cápsu<strong>la</strong>s, tubérculos o cu<strong>al</strong>quier otra parte,<br />

si se aprecia en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas varieda<strong>de</strong>s;<br />

y en el huerto, <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> frutos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie en comparación<br />

con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas y flores <strong>de</strong>l mismo grupo <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s. Véase lo<br />

diferentes que son <strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong> <strong>la</strong> col y qué parecidísimas <strong>la</strong>s flores; qué<br />

diferentes <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong>l pensamiento y qué semejantes <strong>la</strong>s hojas; lo mucho<br />

que difieren en tamaño, color, forma y pilosidad los frutos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes<br />

c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> grosel<strong>la</strong>s, y, sin embargo, <strong>la</strong>s flores presentan diferencias<br />

ligerísimas. No es que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que difieren mucho en un punto<br />

no difieran en absoluto en otros; esto no ocurre casi nunca -hablo <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> cuidadosa observación- o quizá nunca. La ley <strong>de</strong> variación corre<strong>la</strong>tiva,<br />

cuya importancia no <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>scuidada, asegura <strong>al</strong>gunas diferencias;<br />

pero, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, no se pue<strong>de</strong> dudar que <strong>la</strong> selección continuada<br />

<strong>de</strong> ligeras variaciones, tanto en <strong>la</strong>s hojas como en <strong>la</strong>s flores o frutos,<br />

producirá razas que difieran entre sí princip<strong>al</strong>mente en estos<br />

caracteres.<br />

Pue<strong>de</strong> hacerse <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección ha sido reducido<br />

a práctica metódica durante poco más <strong>de</strong> tres cuartos <strong>de</strong> siglo;<br />

ciertamente, ha sido más atendida en los últimos años y se han publicado<br />

muchos tratados sobre este asunto, y el resultado ha sido rápido e importante<br />

en <strong>la</strong> medida correspondiente. Pero está muy lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad el<br />

que el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección sea un <strong>de</strong>scubrimiento mo<strong>de</strong>rno. Podría<br />

dar yo referencias <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> gran antigüedad en <strong>la</strong>s que se reconoce toda<br />

<strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> este principio. En períodos turbulentos y bárbaros<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra fueron importados muchas veces anim<strong>al</strong>es selectos<br />

y se dieron leyes para impedir su exportación; fue or<strong>de</strong>nada <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los inferiores a cierta <strong>al</strong>zada, y esto pue<strong>de</strong> compararse<br />

<strong>al</strong> roguing, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, por los que cuidan <strong>de</strong> los semilleros. <strong>El</strong><br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección lo encuentro dado c<strong>la</strong>ramente en una antigua<br />

enciclopedia china. Algunos <strong>de</strong> los escritores clásicos romanos dieron reg<strong>la</strong>s<br />

explícitas. Por pasajes <strong>de</strong>l Génesis es evi<strong>de</strong>nte que en aquel tiempo<br />

27


antiquísimo se prestó atención <strong>al</strong> color <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos. Actu<strong>al</strong>mente<br />

los s<strong>al</strong>vajes cruzan a veces sus perros con cánidos s<strong>al</strong>vajes para<br />

mejorar <strong>la</strong> raza, y antiguamente lo hacían así, según lo atestiguan pasajes<br />

<strong>de</strong> Plinio. Los s<strong>al</strong>vajes, en el sur <strong>de</strong> África, emparejan por el color su ganado<br />

vacuno <strong>de</strong> tiro, como lo hacen con sus tiros <strong>de</strong> perros <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

los esquim<strong>al</strong>es. Livingstone afirma que <strong>la</strong>s buenas razas domésticas son<br />

muy estimadas por los negros <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l África que no han tenido<br />

re<strong>la</strong>ción con europeos. Algunos <strong>de</strong> estos hechos no <strong>de</strong>muestran selección<br />

positiva; pero muestran que en los tiempos antiguos se atendió cuidadosamente<br />

a <strong>la</strong> cría <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es domésticos y que hoy es atendida por los<br />

s<strong>al</strong>vajes más inferiores. Habría sido re<strong>al</strong>mente un hecho extraño que no<br />

se hubiese prestado atención a <strong>la</strong> cría, pues es tan evi<strong>de</strong>nte <strong>la</strong> herencia <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s buenas y ma<strong>la</strong>s.<br />

Selección inconsciente<br />

Actu<strong>al</strong>mente, criadores eminentes procuran, mediante selección metódica,<br />

en vista <strong>de</strong> un fin <strong>de</strong>terminado, obtener una nueva línea o sub-raza<br />

superior a todo lo <strong>de</strong> su c<strong>la</strong>se en el país. Pero para nuestro objeto es más<br />

importante una forma <strong>de</strong> selección que pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse inconsciente, y<br />

que resulta <strong>de</strong> que cada uno procura poseer y sacar crías <strong>de</strong> los mejores<br />

individuos. Así, uno que intenta tener pointers, natur<strong>al</strong>mente, procura<br />

adquirir tan buenos perros como pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>spués obtiene crías <strong>de</strong> sus<br />

mejores perros, pero sin tener <strong>de</strong>seo ni esperanza <strong>de</strong> modificar permanentemente<br />

<strong>la</strong>s razas. Sin embargo, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>ducir que este procedimiento,<br />

seguido durante siglos, mejoraría y modificaría cu<strong>al</strong>quier raza, <strong>de</strong>l<br />

mismo modo que Bakewell, Collins, etc., por este mismo procedimiento,<br />

pero llevado con más método, modificaron mucho, sólo con el tiempo <strong>de</strong><br />

su vida, <strong>la</strong>s formas y cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su ganado vacuno. Cambios lentos e<br />

insensibles <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se no pue<strong>de</strong>n nunca reconocerse, a menos que mucho<br />

tiempo antes se hayan hecho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas en cuestión medidas positivas<br />

y dibujos cuidadosos que puedan servir <strong>de</strong> comparación. En <strong>al</strong>gunos<br />

casos, sin embargo, individuos no modificados, o poco modificados, <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma raza existen en distritos menos civilizados don<strong>de</strong> <strong>la</strong> raza ha sido<br />

menos mejorada. Hay motivo para creer que el f<strong>al</strong><strong>de</strong>ro King <strong>Charles</strong><br />

ha sido inconscientemente modificado en sumo grado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo<br />

<strong>de</strong> aquel monarca. Algunas autorida<strong>de</strong>s competentísimas están convencidas<br />

<strong>de</strong> que el perro setter <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> directamente <strong>de</strong>l spaniel, y probablemente<br />

ha sido lentamente modificado a partir <strong>de</strong> éste. Es sabido que<br />

el pointer inglés ha cambiado mucho en el último siglo, y en este caso el<br />

cambio se ha efectuado, según se cree, mediante cruzamiento con el<br />

28


foxhound; pero lo que nos interesa es que el cambio se ha efectuado inconsciente<br />

y gradu<strong>al</strong>mente, y, sin embargo, es tan positivo que, aunque<br />

el antiguo pointer español vino seguramente <strong>de</strong> España, míster Borrow,<br />

según me ha informado, no ha visto ningún perro indígena en España<br />

semejante a nuestro pointer.<br />

Mediante un sencillo procedimiento <strong>de</strong> selección y un amaestramiento<br />

cuidadoso, los cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> carrera ingleses han llegado a aventajar en velocidad<br />

y tamaño a los progenitores árabes, hasta el punto <strong>de</strong> que estos<br />

últimos, en el reg<strong>la</strong>mento para <strong>la</strong>s carreras <strong>de</strong> Goodwood, están favorecidos<br />

en los pesos que llevan. Lord Spencer y otros han <strong>de</strong>mostrado cómo<br />

el ganado vacuno <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra ha aumentado en peso y precocidad,<br />

comparado con el ganado que se tenía antes en este país. Comparando<br />

los informes dados en varios tratados antiguos sobre <strong>la</strong> condición, en<br />

tiempos pasados, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas mensajera y volteadora con <strong>la</strong> condición<br />

actu<strong>al</strong> en Ing<strong>la</strong>terra, India y Persia po<strong>de</strong>mos seguir <strong>la</strong>s fases por que<br />

han pasado insensiblemente hasta llegar a diferir tanto <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre.<br />

Youatt da un excelente ejemplo <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> una selección que<br />

pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada como inconsciente, en cuanto que los criadores<br />

nunca podían haber esperado, ni aun <strong>de</strong>seado, producir el resultado que<br />

ocurrió, que fue <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> dos castas diferentes. Los dos rebaños<br />

<strong>de</strong> ovejas <strong>de</strong> Leicester, <strong>de</strong> míster Buckley y míster Brugess, según míster<br />

Youatt hace observar, «han venido criando, sin mezc<strong>la</strong>, a partir <strong>de</strong>l tronco<br />

primitivo, <strong>de</strong> míster Bakewell, durante más <strong>de</strong> cincuenta años. No<br />

existe ni sospecha, absolutamente en nadie enterado <strong>de</strong> este asunto, <strong>de</strong><br />

que el dueño <strong>de</strong> ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos castas se haya apartado ni una so<strong>la</strong><br />

vez <strong>de</strong> <strong>la</strong> sangre pura <strong>de</strong>l rebaño <strong>de</strong> míster Bakewell, y, sin embargo, <strong>la</strong><br />

diferencia entre <strong>la</strong>s ovejas propiedad <strong>de</strong> aquellos dos señores es tan gran<strong>de</strong>,<br />

que tienen el aspecto <strong>de</strong> ser varieda<strong>de</strong>s completamente diferentes».<br />

Aunque existan s<strong>al</strong>vajes tan bárbaros que no piensen nunca en el carácter<br />

hereditario <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> sus anim<strong>al</strong>es domésticos, no<br />

obstante, cu<strong>al</strong>quier anim<strong>al</strong> particu<strong>la</strong>rmente útil a ellos para un objeto especi<strong>al</strong><br />

tiene que ser cuidadosamente conservado en tiempo <strong>de</strong> hambre u<br />

otros acci<strong>de</strong>ntes a los que tan expuestos se h<strong>al</strong><strong>la</strong>n los s<strong>al</strong>vajes, y estos anim<strong>al</strong>es<br />

escogidos <strong>de</strong>jarían <strong>de</strong> este modo más <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que los <strong>de</strong> c<strong>la</strong>se<br />

inferior, <strong>de</strong> modo que en este caso se iría produciendo una especie <strong>de</strong><br />

selección inconsciente. Vemos el v<strong>al</strong>or atribuido a los anim<strong>al</strong>es aun por<br />

los s<strong>al</strong>vajes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego, cuando matan y <strong>de</strong>voran sus mujeres<br />

viejas en tiempos <strong>de</strong> escasez, como <strong>de</strong> menos v<strong>al</strong>or que sus perros.<br />

29


En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, este mismo proceso gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> perfeccionamiento, mediante<br />

<strong>la</strong> conservación acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> los mejores individuos -sean o no lo<br />

bastante diferentes para ser c<strong>la</strong>sificados por su primera apariencia como<br />

varieda<strong>de</strong>s distintas, y se hayan o no mezc<strong>la</strong>do entre sí por cruzamiento<br />

dos o más especies o razas-, se pue<strong>de</strong> c<strong>la</strong>ramente reconocer en el aumento<br />

<strong>de</strong> tamaño y belleza que vemos actu<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s pensamientos,<br />

rosas, geranios <strong>de</strong> jardín, d<strong>al</strong>ias y otras p<strong>la</strong>ntas cuando <strong>la</strong>s comparamos<br />

con <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s antiguas o con sus troncos primitivos. Nadie<br />

esperaría siquiera obtener un pensamiento o d<strong>al</strong>ia <strong>de</strong> primera c<strong>al</strong>idad <strong>de</strong><br />

una p<strong>la</strong>nta silvestre. Nadie esperaría obtener una pera <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> primera<br />

c<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> un per<strong>al</strong> silvestre, aun cuando lo podría conseguir<br />

<strong>de</strong> una pobre p<strong>la</strong>ntita, creciendo silvestre, si había provenido <strong>de</strong><br />

un árbol <strong>de</strong> cultivo. La pera, aunque cultivada en <strong>la</strong> época clásica, por <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> Plinio, parece haber sido un fruto <strong>de</strong> c<strong>al</strong>idad muy inferior.<br />

En <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> horticultura he visto manifestada gran sorpresa por<br />

<strong>la</strong> prodigiosa habilidad <strong>de</strong> los horticultores <strong>al</strong> haber producido tan espléndidos<br />

resultados <strong>de</strong> materi<strong>al</strong>es tan pobres; pero <strong>al</strong> arte ha sido sencillo,<br />

y, por lo que se refiere <strong>al</strong> resultado fin<strong>al</strong>, se ha seguido casi inconscientemente.<br />

Ha consistido en cultivar siempre <strong>la</strong> variedad más renombrada,<br />

sembrando sus semil<strong>la</strong>s, y cuando por casu<strong>al</strong>idad apareció una<br />

variedad ligeramente mejor, en seleccionar ésta, y así progresivamente.<br />

Pero los horticultores <strong>de</strong> <strong>la</strong> época clásica que cultivaron <strong>la</strong>s mejores peras<br />

que pudieron procurarse, jamás pensaron en los espléndidos frutos que<br />

comeríamos nosotros, aun cuando, en <strong>al</strong>gún pequeño grado, <strong>de</strong>bemos<br />

nuestros excelentes frutos a haber ellos natur<strong>al</strong>mente escogido y conservado<br />

<strong>la</strong>s mejores varieda<strong>de</strong>s que pudieron don<strong>de</strong>quiera encontrar.<br />

Muchas modificaciones acumu<strong>la</strong>das así, lenta e inconscientemente, explican,<br />

a mi parecer, el hecho bien conocido <strong>de</strong> que en cierto número <strong>de</strong><br />

casos no podamos reconocer -y, por consiguiente, no conozcamos- el<br />

tronco primitivo silvestre <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas cultivadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> más antiguo en<br />

nuestros jardines y huertas. Si el mejorar o modificar <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

nuestras p<strong>la</strong>ntas hasta su tipo actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> utilidad, para el hombre ha exigido<br />

cientos y miles <strong>de</strong> años, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que, ni Austr<strong>al</strong>ia,<br />

ni el Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza, ni ninguna otra región pob<strong>la</strong>da<br />

por hombres por completo sin civilizar nos haya aportado ni una so<strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>nta digna <strong>de</strong> cultivo. No es que estos países, tan ricos en especies, no<br />

posean, por una extraña casu<strong>al</strong>idad, los troncos primitivos <strong>de</strong> muchas<br />

p<strong>la</strong>ntas útiles, sino que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas indígenas no han sido mejoradas mediante<br />

selección continuada hasta llegar a un tipo <strong>de</strong> perfección comparable<br />

con el adquirido por <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas en países <strong>de</strong> antiguo civilizados.<br />

30


Por lo que se refiere a los anim<strong>al</strong>es domésticos pertenecientes a hombres<br />

no civilizados, no ha <strong>de</strong> pasar inadvertido que estos anim<strong>al</strong>es, casi<br />

siempre, han <strong>de</strong> luchar por su propia comida, a lo menos durante ciertas<br />

temporadas. Y en dos países <strong>de</strong> condiciones muy diferentes, individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, que tienen constitución y estructura ligeramente diferente<br />

muchas veces, medrarán más en un país que en otro, y así, por un<br />

proceso <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>, como se explicará <strong>de</strong>spués más completamente,<br />

pudieron formarse dos sub-razas. Esto quizá explica, en parte,<br />

por qué <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que poseen los s<strong>al</strong>vajes -como han hecho observar<br />

varios autores- tienen más <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies verda<strong>de</strong>ras que <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s tenidas en los países civilizados.<br />

Según <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a expuesta aquí <strong>de</strong>l importante papel que ha representado<br />

<strong>la</strong> selección hecha por el hombre, resulta en seguida evi<strong>de</strong>nte por qué<br />

nuestras razas domésticas muestran en su conformación y sus costumbres<br />

adaptación a <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s o caprichos <strong>de</strong>l hombre. Po<strong>de</strong>mos, creo<br />

yo, compren<strong>de</strong>r a<strong>de</strong>más el carácter frecuentemente anorm<strong>al</strong> <strong>de</strong> nuestras<br />

razas domésticas, e igu<strong>al</strong>mente que sus diferencias sean tan gran<strong>de</strong>s en<br />

los caracteres exteriores y re<strong>la</strong>tivamente tan pequeñas en partes u órganos<br />

internos. <strong>El</strong> hombre apenas pue<strong>de</strong> seleccionar o sólo pue<strong>de</strong> hacerlo<br />

con mucha dificultad, <strong>al</strong>guna variación <strong>de</strong> conformación, excepto <strong>la</strong>s que<br />

son exteriormente visibles, y re<strong>al</strong>mente rara vez se preocupa por lo que<br />

es interno. No pue<strong>de</strong> nunca actuar mediante selección, excepto con variaciones<br />

que en <strong>al</strong>gún grado le da <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza. Nadie pensaría siquiera<br />

en obtener una p<strong>al</strong>oma colipavo hasta que vio una p<strong>al</strong>oma con <strong>la</strong> co<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da en <strong>al</strong>gún pequeño grado <strong>de</strong> un modo extraño, o una buchona<br />

hasta que vio una p<strong>al</strong>oma con un buche <strong>de</strong> tamaño <strong>al</strong>go extraordinario;<br />

y cuanto más anorm<strong>al</strong> y extraordinario fue un carácter <strong>al</strong> aparecer por<br />

vez primera, tanto más fácilmente hubo <strong>de</strong> atraer <strong>la</strong> atención. Pero usar<br />

expresiones t<strong>al</strong>es como «intentar hacer una colipavo» es para mí, indudablemente,<br />

en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, por completo incorrecto. <strong>El</strong><br />

hombre que primero eligió una p<strong>al</strong>oma con co<strong>la</strong> ligeramente mayor,<br />

nunca soñó lo que los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma llegarían a ser<br />

mediante muy prolongada selección, en parte inconsciente y en parte<br />

metódica. Quizá el progenitor <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s colipavos tuvo so<strong>la</strong>mente catorce<br />

plumas rectrices <strong>al</strong>go separadas, como <strong>la</strong> actu<strong>al</strong> colipavo <strong>de</strong> Java o<br />

como individuos <strong>de</strong> otras diferentes razas, en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es se han contado<br />

hasta diez y siete plumas rectrices. Quizá <strong>la</strong> primera p<strong>al</strong>oma buchona no<br />

hinchó su buche mucho más que <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma turbit hincha <strong>la</strong> parte superior<br />

<strong>de</strong> su esófago, costumbre que es <strong>de</strong>spreciada por todos los criadores,<br />

porque no es uno <strong>de</strong> los puntos característicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> casta.<br />

31


Ni hay que creer tampoco que sería necesaria una gran divergencia <strong>de</strong><br />

estructura para atraer <strong>la</strong> vista <strong>al</strong> criador <strong>de</strong> aves; éste percibe diferencias<br />

sumamente pequeñas, y está en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza humana el encapricharse<br />

con cu<strong>al</strong>quiera novedad, por ligera que sea, en <strong>la</strong>s cosas propias. Ni <strong>de</strong>be<br />

juzgarse el v<strong>al</strong>or que se habría atribuido antiguamente a <strong>la</strong>s ligeras diferencias<br />

entre los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie por el v<strong>al</strong>or que se les<br />

atribuye actu<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong>spués que han sido bien establecidas diversas<br />

razas. Es sabido que en <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas aparecen actu<strong>al</strong>mente muchas diferencias<br />

ligeras; pero éstas son rechazadas como <strong>de</strong>fectos o como <strong>de</strong>sviaciones<br />

<strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> perfección <strong>de</strong> cada casta. <strong>El</strong> ganso común no ha dado<br />

origen a ninguna variedad marcada; <strong>de</strong> aquí que <strong>la</strong> casta <strong>de</strong> Tolosa y <strong>la</strong><br />

casta común, que difieren sólo en el color -el más fugaz <strong>de</strong> los caracteres-,<br />

han sido presentadas recientemente como distintas en nuestras exposiciones<br />

<strong>de</strong> aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong>.<br />

Esta opinión parece explicar lo que se ha indicado varias veces, o sea<br />

que apenas conocemos nada <strong>de</strong>l origen o historia <strong>de</strong> ninguna <strong>de</strong> nuestras<br />

razas domésticas. Pero, <strong>de</strong> hecho, <strong>de</strong> una casta, como <strong>de</strong> un di<strong>al</strong>ecto <strong>de</strong><br />

una lengua, difícilmente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que tenga un origen <strong>de</strong>finido. Alguien<br />

conserva un individuo con <strong>al</strong>guna diferencia <strong>de</strong> conformación y<br />

obtiene cría <strong>de</strong> él, o pone mayor cuidado que <strong>de</strong> ordinario en aparear sus<br />

mejores anim<strong>al</strong>es y así los perfecciona, y los anim<strong>al</strong>es perfeccionados se<br />

extien<strong>de</strong>n lentamente por los <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dores inmediatos; pero difícilmente<br />

tendrán todavía un nombre distinto y, por no ser muy estimados, su historia<br />

habrá pasado inadvertida. Cuando mediante el mismo método, lento<br />

y gradu<strong>al</strong>, hayan sido más mejorados, se exten<strong>de</strong>rán más lejos y serán<br />

reconocidos como una cosa distinta y estimable, y recibirán entonces por<br />

vez primera un nombre region<strong>al</strong>. En países semicivilizados, <strong>de</strong> comunicación<br />

poco libre, <strong>la</strong> difusión <strong>de</strong> una nueva sub-raza sería un proceso lentísimo.<br />

Tan pronto como los rasgos característicos son conocidos, el principio,<br />

como lo he l<strong>la</strong>mado yo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección inconsciente ten<strong>de</strong>rá<br />

siempre -quizá más en un período que en otro, según que <strong>la</strong> raza esté<br />

más o menos <strong>de</strong> moda; quizá más en una comarca que en otra, según el<br />

estado <strong>de</strong> civilización <strong>de</strong> los habitantes- a aumentar lentamente los rasgos<br />

característicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> raza, cu<strong>al</strong>esquiera que sean éstos. Pero serán infinitamente<br />

pequeñas <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que se haya conservado <strong>al</strong>guna<br />

historia <strong>de</strong> estos cambios lentos, variantes e insensibles.<br />

Circunstancias favorables <strong>al</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre<br />

Diré ahora <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras sobre <strong>la</strong>s circunstancias favorables o <strong>de</strong>sfavorables<br />

<strong>al</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre. Un grado elevado <strong>de</strong><br />

32


variabilidad es evi<strong>de</strong>ntemente favorable, pues da sin limitación los materi<strong>al</strong>es<br />

para que trabaje <strong>la</strong> selección; no es esto <strong>de</strong>cir que simples diferencias<br />

individu<strong>al</strong>es no sean lo bastante gran<strong>de</strong>s para permitir, con sumo cuidado,<br />

que se acumule <strong>de</strong> una modificación muy intensa en casi todas <strong>la</strong>s<br />

direcciones <strong>de</strong>seadas. Y como <strong>la</strong>s variaciones manifiestamente útiles o<br />

agradables <strong>al</strong> hombre aparecen sólo <strong>de</strong> vez en cuando, <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> su aparición aumentarán mucho cuando se tenga un gran número<br />

<strong>de</strong> individuos; <strong>de</strong> aquí que el número sea <strong>de</strong> suma importancia para el é-<br />

xito. Según este principio, Marsh<strong>al</strong>l hizo observar anteriormente, por lo<br />

que se refiere a <strong>la</strong>s ovejas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas comarcas <strong>de</strong> Yorkshire, que, «como<br />

gener<strong>al</strong>mente pertenecen a gente pobre y están comúnmente en pequeños<br />

lotes, nunca pue<strong>de</strong>n ser mejoradas». Por el contrario, los jardineros<br />

encargados <strong>de</strong> los semilleros, por tener gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

p<strong>la</strong>nta tienen gener<strong>al</strong>mente mejor éxito que los aficionados <strong>al</strong> producir<br />

varieda<strong>de</strong>s nuevas y v<strong>al</strong>iosas. Un gran número <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong><br />

o p<strong>la</strong>nta sólo pue<strong>de</strong> criarse cuando <strong>la</strong>s condiciones para su propagación<br />

sean favorables. Cuando los individuos son escasos se les <strong>de</strong>jará a<br />

todos criar, cu<strong>al</strong>quiera que sea su c<strong>al</strong>idad, y esto impedirá <strong>de</strong> hecho <strong>la</strong> selección.<br />

Pero, probablemente, el elemento más importante es que el anim<strong>al</strong><br />

o p<strong>la</strong>nta sea tan estimado por el hombre, que se conceda <strong>la</strong> mayor<br />

atención aun a <strong>la</strong> más ligera variación en sus cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s o estructura. Sin<br />

poner esta atención, nada pue<strong>de</strong> hacerse. He visto seña<strong>la</strong>do seriamente<br />

que fue una gran fortuna que <strong>la</strong> fresa empezase a variar precisamente<br />

cuando los horte<strong>la</strong>nos empezaron a prestar atención a esta p<strong>la</strong>nta. Indudablemente,<br />

<strong>la</strong> fresa ha variado siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fue cultivada; pero<br />

<strong>la</strong>s ligeras variaciones habían sido <strong>de</strong>spreciadas. Sin embargo, tan pronto<br />

como los horte<strong>la</strong>nos cogieron p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>terminadas con frutos ligeramente<br />

mayores, más precoces y mejores, y obtuvieron p<strong>la</strong>ntitas <strong>de</strong> ellos,<br />

y otra vez escogieron <strong>la</strong>s mejores p<strong>la</strong>ntitas y sacaron <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

el<strong>la</strong>s, entonces -con <strong>al</strong>guna ayuda, mediante cruzamiento <strong>de</strong> especies distintas-,<br />

se originaron <strong>la</strong>s numerosas y admirables varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fresa que<br />

han aparecido durante los últimos cincuenta años.<br />

En los anim<strong>al</strong>es, <strong>la</strong> facilidad en evitar los cruzamientos es un importante<br />

elemento en <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> nuevas razas; por lo menos, en un país<br />

que está ya provisto <strong>de</strong> otras. En este concepto, el ais<strong>la</strong>miento <strong>de</strong>l país representa<br />

<strong>al</strong>gún papel. Los s<strong>al</strong>vajes errantes y los habitantes <strong>de</strong> l<strong>la</strong>nuras<br />

abiertas rara vez poseen más <strong>de</strong> una raza <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. Las p<strong>al</strong>omas<br />

pue<strong>de</strong>n ser apareadas para toda su vida, y esto es una gran ventaja<br />

para el criador, pues así muchas razas pue<strong>de</strong>n ser mejoradas y mantenidas<br />

puras, aunque estén mezc<strong>la</strong>das en el mismo p<strong>al</strong>omar, y esta<br />

33


circunstancia <strong>de</strong>be <strong>de</strong> haber favorecido mucho <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> nuevas<br />

razas. Las p<strong>al</strong>omas, <strong>de</strong>bo añadir, pue<strong>de</strong>n propagarse mucho en número<br />

y en progresión rapidísima, y los ejemp<strong>la</strong>res inferiores pue<strong>de</strong>n rechazarse<br />

sin limitación, pues muertos sirven para <strong>al</strong>imento. Por otra parte, los<br />

gatos, por sus costumbres <strong>de</strong> vagar <strong>de</strong> noche, no pue<strong>de</strong>n ser apareados<br />

fácilmente, y, aunque tan estimados por <strong>la</strong>s mujeres y níños, rara vez vemos<br />

una raza distinta conservada mucho tiempo; <strong>la</strong>s razas que vemos <strong>al</strong>gunas<br />

veces son casi siempre importadas <strong>de</strong> otros países. Aun cuando no<br />

dudo que unos anim<strong>al</strong>es domésticos varían menos que otros, sin embargo,<br />

<strong>la</strong> escasez o ausencia <strong>de</strong> razas distintas <strong>de</strong>l gato, <strong>de</strong>l asno, pavo re<strong>al</strong>,<br />

<strong>de</strong>l ganso, etc., pue<strong>de</strong> atribuirse, en gran parte, a que no se ha puesto en<br />

juego <strong>la</strong> selección: en los gatos, por <strong>la</strong> dificultacl <strong>de</strong> aparearlos; en los asnos,<br />

porque los tiene sólo en corto número <strong>la</strong> gente pobre y se presta poca<br />

atención a su cría, pues recientemente, en <strong>al</strong>gunas partes <strong>de</strong> España y<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos, este anim<strong>al</strong> ha sido sorpren<strong>de</strong>ntemente modificado<br />

y mejorado mediante cuidadosa selección; en los pavos re<strong>al</strong>es, porque<br />

no se crían muy fácilmente y no se tienen gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s; en los gansos,<br />

por ser estimados sólo para dos objetos, <strong>al</strong>imento y plumas, y especi<strong>al</strong>mente<br />

por no haber sentido gusto en <strong>la</strong> exhibición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s distintas razas;<br />

y el ganso, en <strong>la</strong>s condiciones a que está sometido cuando está domesticado,<br />

parece tener una organización singu<strong>la</strong>rmente inflexible, aunque<br />

ha variado en pequeña medida, como he <strong>de</strong>scrito en otra parte.<br />

Algunos autores han sostenido que, en nuestras producciones domésticas,<br />

pronto se llega <strong>al</strong> tot<strong>al</strong> <strong>de</strong> variación, y que éste no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>spués,<br />

<strong>de</strong> ningún modo, ser rebasado. Sería <strong>al</strong>go temerario afirmar que en <strong>al</strong>gún<br />

caso se ha llegado <strong>al</strong> límite, pues casi todos nuestros anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas<br />

han sido muy mejorados en distintos aspectos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un período reciente,<br />

y esto significa variación. Sería igu<strong>al</strong>mente temerario afirmar que<br />

caracteres aumentados actu<strong>al</strong>mente hasta su límite usu<strong>al</strong> no puedan,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> permanecer fijos durante muchos siglos, variar <strong>de</strong> nuevo en<br />

nuevas condiciones <strong>de</strong> vida. Indudablemente, como míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce ha<br />

hecho observar con mucha verdad, un límite será <strong>al</strong> fin <strong>al</strong>canzado; por<br />

ejemplo: ha <strong>de</strong> haber un límite para <strong>la</strong> velocidad <strong>de</strong> todo anim<strong>al</strong> terrestre,<br />

pues estará <strong>de</strong>terminado por el rozamiento que tiene que vencer, el<br />

peso <strong>de</strong>l cuerpo que tiene que llevar y <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> contracción en <strong>la</strong>s fibras<br />

muscu<strong>la</strong>res; pero lo que nos interesa es que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie difieren entre sí en casi todos los caracteres a que<br />

el hombre ha prestado atención y que ha seleccionado más <strong>de</strong> lo que difieren<br />

<strong>la</strong>s distintas especies <strong>de</strong> los mismos géneros. Isidore Geoffroy<br />

Saint-Hi<strong>la</strong>ire ha <strong>de</strong>mostrado esto en cuanto <strong>al</strong> peso, y lo mismo ocurre<br />

34


con el color y, probablemente, con <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l pelo. Por lo que se refiere<br />

a <strong>la</strong> velocidad, que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> muchos caracteres <strong>de</strong>l cuerpo, Eclipse<br />

fue mucho más veloz, y un cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> tiro pesado es incomparablemente<br />

más fuerte que cu<strong>al</strong>esquiera dos especies natur<strong>al</strong>es pertenecientes<br />

<strong>al</strong> mismo género. De igu<strong>al</strong> modo, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> judía o <strong>de</strong>l maíz probablemente difieren más en<br />

tamaño que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> distintas especies <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier género <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

dos mismas familias. La misma observación pue<strong>de</strong> hacerse respecto <strong>al</strong><br />

fruto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l ciruelo y, todavía con mayor motivo,<br />

para el melón, lo mismo que en muchos otros casos análogos.<br />

Resumamos lo dicho acerca <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas domésticas <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es<br />

y p<strong>la</strong>ntas. <strong>El</strong> cambio <strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong> vida es <strong>de</strong> suma importancia<br />

en <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> <strong>la</strong> variabilidad, tanto actuando directamente sobre<br />

el organismo como indirectamente influyendo en el aparato reproductor.<br />

No es probable que <strong>la</strong> variabilidad sea una contingencia inherente<br />

y necesaria en todas <strong>la</strong>s circunstancias. La fuerza mayor o menor <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

herencia y reversión <strong>de</strong>terminan qué variaciones serán dura<strong>de</strong>ras. La variabilidad<br />

está regida por muchas leyes <strong>de</strong>sconocidas, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong> <strong>de</strong>l<br />

crecimiento corre<strong>la</strong>tivo es probablemente <strong>la</strong> más importante. Algo -cuánto,<br />

no lo sabemos- pue<strong>de</strong> atribuirse a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>terminada <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> vida. Algún efecto -quizá gran<strong>de</strong>- pue<strong>de</strong> atribuirse <strong>al</strong> creciente<br />

uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los diversos órganos. <strong>El</strong> resultado fin<strong>al</strong> se hace así infinitamente<br />

complejo. En muchos casos, el cruzamiento <strong>de</strong> especies primitivamente<br />

distintas parece haber representado un papel importante en el<br />

origen <strong>de</strong> nuestras razas. Una vez que en un país se han formado diferentes<br />

razas, su cruzamiento casu<strong>al</strong>, con ayuda <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección, ha ayudado,<br />

sin duda, mucho a <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> nuevas sub-razas; pero se ha exagerado<br />

mucho <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong>l cruzamiento, tanto por lo que toca a los<br />

anim<strong>al</strong>es como respecto a aquel<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que se propagan por semil<strong>la</strong>s.<br />

En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que se propagan tempor<strong>al</strong>mente por esquejes, injertos,<br />

etc., es inmensa <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong>l cruzamiento, pues el cultivador pue<strong>de</strong><br />

en este caso <strong>de</strong>saten<strong>de</strong>r <strong>la</strong> extrema variabilidad, tanto <strong>de</strong> los híbridos<br />

como <strong>de</strong> los mestizos, y <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos; pero <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

que no se propagan por semil<strong>la</strong>s son <strong>de</strong> poca importancia para nosotros,<br />

pues su duración es sólo tempor<strong>al</strong>. Por encima <strong>de</strong> todas estas causas <strong>de</strong><br />

cambio, <strong>la</strong> acción acumu<strong>la</strong>da <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección, ya aplicada metódica y activamente,<br />

ya inconsciente y lentamente, pero con más eficacia, parece haber<br />

sido <strong>la</strong> fuerza predominante.<br />

35


Capítulo 2<br />

La variación en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

Variabilidad<br />

Antes <strong>de</strong> aplicar a los seres orgánicos en estado natur<strong>al</strong> los principios a<br />

que hemos llegado en el capítulo pasado, po<strong>de</strong>mos discutir brevemente<br />

si estos seres están sujetos a <strong>al</strong>guna variación. Para tratar bien este asunto<br />

se <strong>de</strong>bería dar un <strong>la</strong>rgo catálogo <strong>de</strong> áridos hechos; pero reservaré éstos<br />

para una obra futura. Tampoco discutiré aquí <strong>la</strong>s varias <strong>de</strong>finiciones que<br />

se han dado <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra especie. Ninguna <strong>de</strong>finición ha satisfecho a todos<br />

los natur<strong>al</strong>istas; sin embargo, todo natur<strong>al</strong>ista sabe vagamente lo que<br />

él quiere <strong>de</strong>cir cuando hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> una especie. Gener<strong>al</strong>mente, esta pa<strong>la</strong>bra<br />

encierra el elemento <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> un acto distinto <strong>de</strong> creación. La pa<strong>la</strong>bra<br />

variedad es casi tan difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir; pero en el<strong>la</strong> se sobrentien<strong>de</strong><br />

casi univers<strong>al</strong>mente comunidad <strong>de</strong> origen, aunque ésta rara vez pueda<br />

ser probada. Tenemos a<strong>de</strong>más lo que se l<strong>la</strong>ma monstruosida<strong>de</strong>s; pero éstas<br />

pasan gradu<strong>al</strong>mente a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s. Por monstruosidad supongo<br />

que se entien<strong>de</strong> <strong>al</strong>guna consi<strong>de</strong>rable anom<strong>al</strong>ía <strong>de</strong> conformación, gener<strong>al</strong>mente<br />

perjudici<strong>al</strong> o inútil para <strong>la</strong> especie. Algunos autores usan <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

variación en un sentido técnico, simplificando una modificación <strong>de</strong>bida<br />

directamente a <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida; y <strong>la</strong>s variaciones en<br />

este sentido se supone que no son hereditarias; pero ¿quién pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />

que el nanismo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aguas s<strong>al</strong>obres <strong>de</strong>l Báltico, o <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas enanas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cumbres <strong>al</strong>pinas, o <strong>la</strong> mayor espesura <strong>de</strong>l pe<strong>la</strong>je <strong>de</strong><br />

un anim<strong>al</strong> <strong>de</strong>l extremo Norte no hayan <strong>de</strong> ser en <strong>al</strong>gunos casos hereditarios,<br />

por lo menos durante <strong>al</strong>gunas generaciones? Y en este caso, presumo<br />

yo que <strong>la</strong> forma se <strong>de</strong>nominaría variedad.<br />

Pue<strong>de</strong> dudarse si <strong>la</strong>s anom<strong>al</strong>ías súbitas y consi<strong>de</strong>rables <strong>de</strong> estructura,<br />

como <strong>la</strong>s que vemos <strong>de</strong> vez en cuando en nuestros productos domésticos,<br />

y especi<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, se propagan <strong>al</strong>guna vez con permanencia<br />

en estado natur<strong>al</strong>. Casi todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> todo ser orgánico están<br />

tan hermosamente re<strong>la</strong>cionadas con sus complejas condiciones <strong>de</strong> vida,<br />

36


que parece tan improbable el que una parte haya sido producida súbitamente<br />

perfecta, como el que una máquina complicada haya sido inventada<br />

por el hombre en estado perfecto. En domesticidad, <strong>al</strong>gunas veces,<br />

aparecen monstruosida<strong>de</strong>s que se asemejan a conformaciones norm<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es muy diferentes. Así, <strong>al</strong>guna vez han nacido cerdos con una<br />

especie <strong>de</strong> trompa, y si <strong>al</strong>guna especie s<strong>al</strong>vaje <strong>de</strong>l mismo género hubiese<br />

tenido natur<strong>al</strong>mente trompa podría haberse dicho que ésta había aparecido<br />

como una monstruosidad; pero hasta ahora no he podido encontrar,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> diligente indagación, casos <strong>de</strong> monstruosida<strong>de</strong>s que se asemejen<br />

a conformaciones norm<strong>al</strong>es en formas próximas, y sólo estos casos<br />

tienen re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> cuestión. Si <strong>al</strong>guna vez aparecen en estado natur<strong>al</strong><br />

formas monstruosas <strong>de</strong> estas c<strong>la</strong>ses y son capaces <strong>de</strong> reproducción (lo<br />

que no siempre ocurre), como se presentan rara vez y en un solo individuo,<br />

su conservación <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> circunstancias extraordinariamente<br />

favorables. A<strong>de</strong>más, durante <strong>la</strong> primera generación y <strong>la</strong>s siguientes se<br />

cruzarían con <strong>la</strong> forma ordinaria, y así su carácter anorm<strong>al</strong> se per<strong>de</strong>ría<br />

casi inevitablemente. Pero en otro capítulo tendré que insistir sobre <strong>la</strong><br />

conservación y perpetuación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s variaciones ais<strong>la</strong>das o acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es.<br />

Diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

Las muchas diferencias ligeras que aparecen en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />

mismos padres, o que pue<strong>de</strong> presumirse que han surgido así por haberse<br />

observado en individuos <strong>de</strong> una misma especie que habitan una misma<br />

loc<strong>al</strong>idad confinada, pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse diferencias individu<strong>al</strong>es. Nadie supone<br />

que todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie estén fundidos absolutamente<br />

en el mismo mol<strong>de</strong>. Estas diferencias individu<strong>al</strong>es son <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

mayor importancia para nosotros, porque frecuentemente, como es muy<br />

conocido <strong>de</strong> todo el mundo, son hereditarias, y aportan así materi<strong>al</strong>es<br />

para que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> actúe sobre el<strong>la</strong>s y <strong>la</strong>s acumule, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

manera que el hombre acumu<strong>la</strong> en una dirección dada <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> sus producciones domésticas. Estas diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

afectan gener<strong>al</strong>mente a lo que los natur<strong>al</strong>istas consi<strong>de</strong>ran como partes<br />

sin importancia; pero podría <strong>de</strong>mostrar, mediante un <strong>la</strong>rgo catálogo <strong>de</strong><br />

hechos, que partes que <strong>de</strong>ben l<strong>la</strong>marse importantes, tanto sí se <strong>la</strong>s mira<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto fisiológico como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, varían <strong>al</strong>gunas<br />

veces en los individuos <strong>de</strong> una misma especie. Estoy convencido <strong>de</strong><br />

que el más experimentado natur<strong>al</strong>ista se sorpren<strong>de</strong>ría <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> casos<br />

<strong>de</strong> variación, aun en partes importantes <strong>de</strong> estructura, que podría recopi<strong>la</strong>r<br />

autorizadamente, como los he recopi<strong>la</strong>do yo durante el transcurso<br />

<strong>de</strong> años. Hay que recordar que los sistemáticos están lejos <strong>de</strong><br />

37


comp<strong>la</strong>cerse <strong>al</strong> h<strong>al</strong><strong>la</strong>r variabilidad en caracteres importantes, y que no<br />

hay muchas personas que quieran examinar trabajosamente órganos internos<br />

e importantes y comparar éstos en muchos ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

especie. Nunca se hubiera esperado que <strong>la</strong>s ramificaciones <strong>de</strong> los nervios<br />

princip<strong>al</strong>es junto <strong>al</strong> gran ganglio centr<strong>al</strong> <strong>de</strong> un insecto fuesen variables<br />

en <strong>la</strong> misma especie; podría haberse pensado que cambios <strong>de</strong> esta<br />

natur<strong>al</strong>eza sólo se habían efectuado lenta y gradu<strong>al</strong>mente, y, sin embargo,<br />

Sir J. Lubbock ha mostrado <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> variabilidad<br />

en estos nervios princip<strong>al</strong>es en Coccus, que casi pue<strong>de</strong> compararse con <strong>la</strong><br />

ramificación irregu<strong>la</strong>r <strong>de</strong>l tronco <strong>de</strong> un árbol. Puedo añadir que este natur<strong>al</strong>ista<br />

filósofo ha mostrado también que los músculos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>gunos insectos distan mucho <strong>de</strong> ser uniformes. Algunas veces, los autores<br />

ratonan en un círculo vicioso cuando dicen que los órganos importantes<br />

nunca varían, pues, como lo han confesado honradamente <strong>al</strong>gunos<br />

natur<strong>al</strong>istas, estos mismos autores c<strong>la</strong>sifican prácticamente como importantes<br />

aquel<strong>la</strong>s partes que no varían y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, nunca<br />

se h<strong>al</strong><strong>la</strong>rá ningún caso <strong>de</strong> una parte importante que varíe; pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

cu<strong>al</strong>quier otro punto <strong>de</strong> vista se pue<strong>de</strong>n presentar seguramente muchos<br />

ejemplos.<br />

Existe un punto re<strong>la</strong>cionado con <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es que es en<br />

extremo <strong>de</strong>sconcertante: me refiero a aquellos géneros que han sido l<strong>la</strong>mados<br />

proteos o polimorfos, en los cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s especies presentan una extraordinaria<br />

variación. Por lo que se refiere a muchas <strong>de</strong> estas formas, difícilmente<br />

dos natur<strong>al</strong>istas se ponen <strong>de</strong> acuerdo en c<strong>la</strong>sificar<strong>la</strong>s como especies<br />

o como varieda<strong>de</strong>s. Po<strong>de</strong>mos poner como ejemplo Rubus, Rosa y<br />

Hieracium, entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas; <strong>al</strong>gunos géneros <strong>de</strong> insectos y <strong>de</strong> braquiópodos.<br />

En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los géneros polimorfos, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

tienen caracteres fijos y <strong>de</strong>finidos. Los géneros que son polimorfos<br />

en un país parecen ser, con pocas excepciones, polimorfos en otros países,<br />

y también -a juzgar por los braquiópodos- en períodos anteriores.<br />

Estos hechos son muy <strong>de</strong>sconcertantes, porque parecen <strong>de</strong>mostrar que<br />

esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> variabilidad es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida.<br />

Me inclino a sospechar que, por lo menos en <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> estos géneros<br />

polimorfos, vemos variaciones que no son ni <strong>de</strong> utilidad ni <strong>de</strong> perjuicio<br />

para <strong>la</strong> especie, y que, por consiguiente, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no ha recogido<br />

ni precisado, según se explicará más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte.<br />

Como todo el mundo sabe, los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie presentan<br />

muchas veces, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación, gran<strong>de</strong>s diferencias<br />

<strong>de</strong> conformación, como ocurre en los dos sexos <strong>de</strong> diversos anim<strong>al</strong>es,<br />

en <strong>la</strong>s dos o tres c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hembras estériles u obreras en los insectos, y<br />

38


en los estados joven y <strong>la</strong>rvario <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es inferiores.<br />

Existen también casos <strong>de</strong> dimorfismo y trimorfismo, tanto en los anim<strong>al</strong>es<br />

como en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Así, míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, que ha l<strong>la</strong>mado recientemente<br />

<strong>la</strong> atención sobre este asunto, ha seña<strong>la</strong>do que <strong>la</strong>s hembras <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

especies <strong>de</strong> mariposas en el Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, aparecen norm<strong>al</strong>mente<br />

bajo dos, y aun bajo tres, formas notablemente distintas, no<br />

en<strong>la</strong>zadas por varieda<strong>de</strong>s intermedias. Fritz Müller ha <strong>de</strong>scrito casos<br />

análogos, pero aún más extraordinarios, en los machos <strong>de</strong> ciertos crustáceos<br />

<strong>de</strong>l Brasil: así, el macho <strong>de</strong> un Tanais se presenta norm<strong>al</strong>mente bajo<br />

dos formas distintas: una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s tiene pinzas fuertes y <strong>de</strong> diferente hechura,<br />

y <strong>la</strong> otra tiene <strong>la</strong>s antenas provistas <strong>de</strong> pelos olfativos mucho más<br />

abundantes. Aunque en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> estos casos <strong>la</strong>s dos o tres formas,<br />

tanto en los anim<strong>al</strong>es como en los veget<strong>al</strong>es, no están hoy unidas<br />

por gradaciones intermedias, es probable que en otro tiempo estuviesen<br />

unidas <strong>de</strong> este modo. Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, por ejemplo, <strong>de</strong>scribe cierta mariposa<br />

que, en <strong>la</strong> misma is<strong>la</strong>, presenta una gran serie <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s unidas<br />

por es<strong>la</strong>bones intermedios, y los es<strong>la</strong>bones extremos <strong>de</strong> <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na se asemejan<br />

a <strong>la</strong>s dos formas <strong>de</strong> una especie próxima dimorfa que habita en<br />

otra parte <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo. Así también, en <strong>la</strong>s hormigas, <strong>la</strong>s varias<br />

c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> obreras son gener<strong>al</strong>mente por completo distintas; pero en<br />

<strong>al</strong>gunos casos, como veremos <strong>de</strong>spués, están unidas entre sí por varieda<strong>de</strong>s<br />

suavemente graduadas. Lo mismo ocurre en <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas dimorfas,<br />

como yo mismo lo he observado. Ciertamente, <strong>al</strong> principio, parece<br />

un hecho muy notable que <strong>la</strong> misma mariposa hembra tenga <strong>la</strong> facultad<br />

<strong>de</strong> producir <strong>al</strong> mismo tiempo tres formas distintas femeninas y una masculina,<br />

y que una p<strong>la</strong>nta hermafrodita produzca por <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo<br />

fruto tres formas distintas hermafroditas que lleven tres c<strong>la</strong>ses diferentes<br />

<strong>de</strong> hembras y tres -o hasta seis- c<strong>la</strong>ses diferentes <strong>de</strong> machos. Sin<br />

embargo, estos casos son tan sólo exageraciones <strong>de</strong>l hecho común <strong>de</strong> que<br />

<strong>la</strong> hembra produzca <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> ambos sexos, que a veces difieren<br />

entre sí <strong>de</strong> un modo portentoso.<br />

<strong>Especies</strong> dudosas<br />

Las formas que poseen en grado <strong>al</strong>go consi<strong>de</strong>rable el carácter <strong>de</strong> especie,<br />

pero que son tan semejantes a otras formas, o que están tan estrechamente<br />

unidas a el<strong>la</strong>s por gradaciones intermedias, que los natur<strong>al</strong>istas no<br />

quieren c<strong>la</strong>sificar<strong>la</strong>s como especies distintas, son, por varios conceptos,<br />

<strong>la</strong>s más importantes para nosotros. Tenemos todo fundamento para creer<br />

que muchas <strong>de</strong> estas formas dudosas y muy afines han conservado fijos<br />

sus caracteres durante <strong>la</strong>rgo tiempo, tan <strong>la</strong>rgo, hasta don<strong>de</strong> nosotros<br />

39


po<strong>de</strong>mos saberlo, como <strong>la</strong>s buenas y verda<strong>de</strong>ras especies. Prácticamente,<br />

cuando el natur<strong>al</strong>ista pue<strong>de</strong> unir mediante formas intermedias dos formas<br />

cu<strong>al</strong>esquiera, consi<strong>de</strong>ra <strong>la</strong> una como variedad <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra, c<strong>la</strong>sificando<br />

<strong>la</strong> más común -o a veces <strong>la</strong> <strong>de</strong>scrita primero- como especie, y <strong>la</strong> otra<br />

como variedad. Pero a veces surgen casos <strong>de</strong> gran dificultad, que yo no<br />

enumeraré aquí, <strong>al</strong> <strong>de</strong>cidir si hay que c<strong>la</strong>sificar o no una forma como variedad<br />

<strong>de</strong> otra, aun cuando estén estrechamente unidas por formas intermedias;<br />

y tampoco suprimirá siempre <strong>la</strong> dificultad <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza híbrida -<br />

comúnmente admitida- <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas intermedias. En muchísimos casos,<br />

sin embargo, se c<strong>la</strong>sifica una forma como variedad <strong>de</strong> otra, no porque se<br />

hayan encontrado re<strong>al</strong>mente los es<strong>la</strong>bones intermedios, sino porque <strong>la</strong><br />

an<strong>al</strong>ogía lleva <strong>al</strong> observador a suponer que éstos existen actu<strong>al</strong>mente en<br />

<strong>al</strong>guna parte o pue<strong>de</strong>n haber existido antes, y aquí queda abierta una<br />

amplia puerta para dar entrada a <strong>la</strong>s conjeturas y a <strong>la</strong> duda.<br />

De aquí que, <strong>al</strong> <strong>de</strong>terminar si una forma ha <strong>de</strong> ser c<strong>la</strong>sificada como especie<br />

o como variedad, <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas <strong>de</strong> buen juicio y<br />

amplia experiencia parece <strong>la</strong> única guía que seguir. En muchos casos, sin<br />

embargo, tenemos que <strong>de</strong>cidir por mayoría <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>istas, pues pocas<br />

varieda<strong>de</strong>s bien conocidas y caracterizadas pue<strong>de</strong>n mencionarse que no<br />

hayan sido c<strong>la</strong>sificadas como especies, a lo menos por <strong>al</strong>gunos jueces<br />

competentes.<br />

Es indiscutible que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza dudosa distan<br />

mucho <strong>de</strong> ser raras. Compárense <strong>la</strong>s diversas floras <strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña,<br />

<strong>de</strong> Francia y <strong>de</strong> los Estados Unidos, escritas por diferentes natur<strong>al</strong>istas, y<br />

véase qué número tan sorpren<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> formas han sido c<strong>la</strong>sificadas por<br />

un botánico como buenas especies y por otro como simples varieda<strong>de</strong>s.<br />

Míster H. C. Watson, <strong>al</strong> cu<strong>al</strong> estoy muy obligado por auxilios <strong>de</strong> todas<br />

c<strong>la</strong>ses, me ha seña<strong>la</strong>do 182 p<strong>la</strong>ntas británicas que son consi<strong>de</strong>radas gener<strong>al</strong>mente<br />

como varieda<strong>de</strong>s, pero que han sido todas c<strong>la</strong>sificadas como especies<br />

por <strong>al</strong>gunos botánicos, y <strong>al</strong> hacer esta lista omitió muchas varieda<strong>de</strong>s<br />

insignificantes que, no obstante, han sido c<strong>la</strong>sificadas por <strong>al</strong>gunos<br />

botánicos como especies, y ha omitido por completo varios géneros sumamente<br />

polimorfos. En los géneros que encierran <strong>la</strong>s formas más poliformas,<br />

míster Babington cita 251 especies, mientras que míster Bentha<br />

cita so<strong>la</strong>mente 112. ¡Una diferencia <strong>de</strong> 139 formas dudosas! Entre los anim<strong>al</strong>es<br />

que se unen para cada cría y que cambian mucho <strong>de</strong> lugar, rara<br />

vez pue<strong>de</strong>n h<strong>al</strong><strong>la</strong>rse en un mismo país formas dudosas c<strong>la</strong>sificadas por<br />

un zoólogo como especies y por otro como varieda<strong>de</strong>s; pero son comunes<br />

en territorios separados. ¡Cuántos pájaros e insectos <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l<br />

Norte y <strong>de</strong> Europa que difieren entre sí ligerísimamente han sido<br />

40


c<strong>la</strong>sificados por un natur<strong>al</strong>ista eminente como especies dudosas y por<br />

otro como varieda<strong>de</strong>s, o razas geográficas, como frecuentemente se <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>ma! Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, en varios estimables trabajos sobre diferentes anim<strong>al</strong>es,<br />

especi<strong>al</strong>mente sobre lepidópteros, que viven en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go<br />

Ma<strong>la</strong>yo, expone que éstos pue<strong>de</strong>n c<strong>la</strong>sificarse en cuatro grupos; a<br />

saber: formas variables, formas loc<strong>al</strong>es, razas geográficas o subespecies, y<br />

verda<strong>de</strong>ras especies típicas. Las primeras, o formas variables, varían mucho<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma is<strong>la</strong>. Las formas loc<strong>al</strong>es son medianamente<br />

constantes y distintas en cada is<strong>la</strong>, tomada por separado; pero<br />

cuando se comparan juntas todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas is<strong>la</strong>s se ve que <strong>la</strong>s diferencias<br />

son tan ligeras y graduadas, que es imposible <strong>de</strong>finir<strong>la</strong>s o <strong>de</strong>scribir<strong>la</strong>s,<br />

aunque <strong>al</strong> mismo tiempo <strong>la</strong>s formas extremas sean suficientemente<br />

distintas. Las razas geográficas, o subespecies, son formas loc<strong>al</strong>es<br />

completamente fijas y ais<strong>la</strong>das; pero como no difieren entre sí por caracteres<br />

importantes y muy marcados, «no hay criterio posible, sino sólo<br />

opinión particu<strong>la</strong>r, para <strong>de</strong>terminar cuáles tienen que ser consi<strong>de</strong>radas<br />

como especies y cuáles como varieda<strong>de</strong>s». Por último, <strong>la</strong>s especies típicas<br />

ocupan el mismo lugar en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> cada is<strong>la</strong> que <strong>la</strong>s formas<br />

loc<strong>al</strong>es y subespecies; pero, como se distinguen entre sí con mayor<br />

diferencia que <strong>la</strong> que existe entre <strong>la</strong>s formas loc<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s subespecies, son<br />

casi univers<strong>al</strong>mente c<strong>la</strong>sificadas por los natur<strong>al</strong>istas como especies verda<strong>de</strong>ras.<br />

Sin embargo, no es posible dar un criterio seguro por el cu<strong>al</strong><br />

puedan ser reconocidas <strong>la</strong>s formas variables, <strong>la</strong>s formas loc<strong>al</strong>es, <strong>la</strong>s subespecies<br />

y <strong>la</strong>s especies típicas.<br />

Hace muchos años, comparando y viendo comparar a otros <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s -muy próximas entre sí- <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, unas<br />

con otras y con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l continente americano, quedé muy sorprendido <strong>de</strong><br />

lo completamente arbitraria y vaga que es <strong>la</strong> distinción entre especies y<br />

varieda<strong>de</strong>s. En <strong>la</strong>s islitas <strong>de</strong>l pequeño grupo <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra existen muchos<br />

insectos c<strong>la</strong>sificados como varieda<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> admirable obra <strong>de</strong> míster<br />

Wol<strong>la</strong>ston, pero que seguramente serían c<strong>la</strong>sificados como especies<br />

distintas por muchos entomólogos. Hasta Ir<strong>la</strong>nda tiene <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es<br />

consi<strong>de</strong>rados ahora gener<strong>al</strong>mente como varieda<strong>de</strong>s, pero que han sido<br />

c<strong>la</strong>sificados como especies por <strong>al</strong>gunos zoólogos. Varios ornitólogos experimentados<br />

consi<strong>de</strong>ran nuestra perdiz <strong>de</strong> Escocia (Lagopus scoticus)<br />

sólo como una raza muy caracterizada <strong>de</strong> una especie noruega, mientras<br />

que el mayor número <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sifica como una especie indubitable, propia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña. Una gran distancia entre <strong>la</strong>s loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dos formas<br />

dudosas lleva a muchos natur<strong>al</strong>istas a c<strong>la</strong>sificar éstas como dos especies<br />

distintas; pero se ha preguntado con razón: ¿qué distancia<br />

41


astará? Si <strong>la</strong> distancia entre América y Europa es cumplida, ¿será suficiente<br />

<strong>la</strong> que hay entre Europa y <strong>la</strong>s Azores, o Ma<strong>de</strong>ra, o <strong>la</strong>s Canarias, o<br />

entre <strong>la</strong>s varias islitas <strong>de</strong> estos pequeños archipié<strong>la</strong>gos?<br />

Míster B. D. W<strong>al</strong>sh, distinguido entomólogo <strong>de</strong> los Estados Unidos, ha<br />

<strong>de</strong>scrito lo que él l<strong>la</strong>ma varieda<strong>de</strong>s fitofágicas y especies fitofágicas. La<br />

mayor parte <strong>de</strong> los insectos que se mantienen <strong>de</strong> veget<strong>al</strong>es viven a expensas<br />

<strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> p<strong>la</strong>nta o <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas; <strong>al</strong>gunos comen<br />

indistintamente <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses, pero no varían a consecuencia <strong>de</strong> ello.<br />

En <strong>al</strong>gunos casos, sin embargo, míster W<strong>al</strong>sh ha observado insectos, encontrados<br />

viviendo sobre diferentes p<strong>la</strong>ntas, que presentan en su estado<br />

<strong>la</strong>rvario, en el perfecto, o en ambos, diferencias ligeras, pero constantes,<br />

en el color, tamaño o en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> sus secreciones. Se observó que<br />

en <strong>al</strong>gunos casos sólo los machos; en otros casos, los machos y <strong>la</strong>s hembras<br />

diferían así en pequeño grado; pero ningún observador pue<strong>de</strong> fijar<br />

para otro, aun dado que pueda hacerlo para sí mismo, cuáles <strong>de</strong> estas<br />

formas fitofágicas <strong>de</strong>ben ser l<strong>la</strong>madas especies y cuáles varieda<strong>de</strong>s. Míster<br />

W<strong>al</strong>sh c<strong>la</strong>sifica como varieda<strong>de</strong>s <strong>la</strong>s formas que pue<strong>de</strong> suponerse quo<br />

se cruzarían entre sí ilimitadamente, y como especies <strong>la</strong>s que parece que<br />

han perdido esta facultad. Como <strong>la</strong>s diferencias <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que los insectos<br />

han comido mucho tiempo p<strong>la</strong>ntas distintas, no pue<strong>de</strong> esperarse<br />

que se encuentren es<strong>la</strong>bones intermedios que unan <strong>la</strong>s diversas formas.<br />

<strong>El</strong> natur<strong>al</strong>ista pier<strong>de</strong> así su mejor guía para <strong>de</strong>terminar si ha <strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificar<br />

<strong>la</strong>s formas dudosas como especies o como varieda<strong>de</strong>s. Esto, necesariamente,<br />

ocurre también con organismos muy afines que habitan en distintos<br />

continentes o is<strong>la</strong>s. Cuando, por el contrario, un anim<strong>al</strong> o p<strong>la</strong>nta se<br />

extien<strong>de</strong> por el mismo continente, o habita varias is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo archipié<strong>la</strong>go,<br />

y presenta diferentes formas en los diferentes territorios, hay<br />

siempre muchas probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>scubrirán formas intermedias<br />

que en<strong>la</strong>cen los citados extremos, y éstos quedan entonces reducidos<br />

a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s.<br />

Un corto número <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>istas sostiene que los anim<strong>al</strong>es nunca presentan<br />

varieda<strong>de</strong>s, y entonces, estos mismos natur<strong>al</strong>istas c<strong>la</strong>sifican como<br />

<strong>de</strong> v<strong>al</strong>or específico <strong>la</strong> más leve diferencia, y cuando <strong>la</strong> misma forma idéntica<br />

se ha encontrado en dos países distantes o en dos formaciones geológicas,<br />

creen que dos especies distintas están ocultas bajo <strong>la</strong> misma vestidura.<br />

La pa<strong>la</strong>bra especie viene <strong>de</strong> este modo a ser una mera abstracción<br />

inútil, que implica y supone un acto separado <strong>de</strong> creación. Lo positivo es<br />

que muchas formas consi<strong>de</strong>radas como varieda<strong>de</strong>s por autorida<strong>de</strong>s competentísimas<br />

parecen, por su índole, tan por completo especies, que han<br />

sido c<strong>la</strong>sificadas así por otros competentísimos jueces; pero discutir si<br />

42


<strong>de</strong>ben l<strong>la</strong>marse especies o varieda<strong>de</strong>s antes <strong>de</strong> que haya sido aceptada<br />

gener<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>guna <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> estos términos es dar inútilmente p<strong>al</strong>os<br />

<strong>al</strong> aire.<br />

Muchos <strong>de</strong> estos casos <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s muy acentuadas o especies dudosas<br />

merecen ciertamente reflexión, pues se han aducido diversas e interesantes<br />

c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> razones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución geográfica,<br />

variación an<strong>al</strong>ógica, hibridismo, etcétera, intentando <strong>de</strong>terminar su categoría;<br />

pero el espacio no me permite discutir<strong>la</strong>s aquí. Una atenta investigación<br />

llevará, sin duda, a los natur<strong>al</strong>istas a ponerse <strong>de</strong> acuerdo en muchos<br />

casos sobre <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> formas dudosas; no obstante, hay que<br />

confesar que en los países mejor conocidos es don<strong>de</strong> encontramos el mayor<br />

número <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. Me ha sorprendido el hecho <strong>de</strong> que si un anim<strong>al</strong> o<br />

p<strong>la</strong>nta en estado silvestre es muy útil <strong>al</strong> hombre, o si por cu<strong>al</strong>quier motivo<br />

atrae mucho su atención, se encontrarán casi siempre registradas varieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong>. A<strong>de</strong>más, estas variedad serán c<strong>la</strong>sificadas frecuentemente<br />

como especies por <strong>al</strong>gunos autores. Fijémonos en el roble común, que<br />

tan atentamente ha sido estudiado; sin embargo, un autor <strong>al</strong>emán distingue<br />

más <strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> especies basadas en formas que son casi univers<strong>al</strong>mente<br />

consi<strong>de</strong>radas como varieda<strong>de</strong>s por otros botánicos, y en<br />

nuestro país pue<strong>de</strong>n citarse <strong>la</strong>s más elevadas autorida<strong>de</strong>s botánicas y los<br />

prácticos para <strong>de</strong>mostrar que el roble <strong>de</strong> frutos sentados y el roble <strong>de</strong><br />

frutos peduncu<strong>la</strong>dos son buenas y distintas especies o que son simples<br />

varieda<strong>de</strong>s.<br />

Puedo referirme aquí a <strong>la</strong> notable memoria publicada recientemente<br />

por A. <strong>de</strong> Candolle sobre los robles <strong>de</strong>l mundo entero. Nadie tuvo nunca<br />

materi<strong>al</strong>es más abundantes para <strong>la</strong> distinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, ni pudo haber<br />

trabajado sobre ellos con mayor celo y perspicacia. Da primero <strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>damente<br />

los numerosos pormenores <strong>de</strong> conformación, que varían en<br />

<strong>la</strong>s diversas especies, y c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong> numéricamente <strong>la</strong> frecuencia re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s variaciones. Det<strong>al</strong><strong>la</strong> más <strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> caracteres que pue<strong>de</strong>n h<strong>al</strong><strong>la</strong>rse<br />

variando aun en <strong>la</strong> misma rama, a veces según <strong>la</strong> edad o <strong>de</strong>sarrollo,<br />

a veces sin causa <strong>al</strong>guna a que puedan atribuirse. Estos caracteres no<br />

son, natur<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or específico; pero, como ha advertido Asa Gray<br />

<strong>al</strong> comentar esta Memoria, son como los que entran gener<strong>al</strong>mente en<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. De Candolle pasa a <strong>de</strong>cir que él da <strong>la</strong> categoría<br />

<strong>de</strong> especie a <strong>la</strong>s formas que difieren por caracteres, que nunca varían<br />

en el mismo árbol y que nunca se h<strong>al</strong><strong>la</strong>n unidas por grados intermedios.<br />

Después <strong>de</strong> esta discusión, resultado <strong>de</strong> tanto trabajo, hace observar<br />

expresamente: «Están equivocados los que repiten que <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> nuestras especies se h<strong>al</strong><strong>la</strong>n c<strong>la</strong>ramente limitadas y que <strong>la</strong>s especies<br />

43


dudosas están en pequeña minoría. Esto parecía ser verdad mientras que<br />

un género estaba imperfectamente conocido y sus especies se fundaban<br />

en unos pocos ejemp<strong>la</strong>res, es <strong>de</strong>cir, mientras eran provision<strong>al</strong>es; <strong>al</strong> momento<br />

en que llegamos a conocer<strong>la</strong>s mejor surgen formas intermedias y<br />

aumentan <strong>la</strong>s dudas respecto a los límites específicos».<br />

Aña<strong>de</strong> también que <strong>la</strong>s especies mejor conocidas son precisamente <strong>la</strong>s<br />

que presentan el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s espontáneas y subvarieda<strong>de</strong>s.<br />

Así, el Quercus robur tiene veintiocho varieda<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es se<br />

agrupan todas, excepto seis, <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> tres subespecies, que son: Q.<br />

peduncu<strong>la</strong>ta, sessiliflora y pubescens. Las formas que en<strong>la</strong>zan estas tres<br />

subespecies son re<strong>la</strong>tivamente raras, y, como Asa Gray advierte por otra<br />

parte, si estas formas <strong>de</strong> en<strong>la</strong>ce que hoy son raras llegaran a extinguirse<br />

por completo, <strong>la</strong>s tres subespecies guardarían entre sí exactamente <strong>la</strong><br />

misma re<strong>la</strong>ción que guardan <strong>la</strong>s cuatro o cinco especies provision<strong>al</strong>mente<br />

admitidas, y que están <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor y muy cerca <strong>de</strong>l Quercus robur típico.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, De Candolle admite que, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s trescientas especies que<br />

se enumerarán en su Pródromo como pertenecientes a <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> los<br />

robles, dos tercios, por lo menos, son especies provision<strong>al</strong>es; esto es: que<br />

no se sabe que llenen exactamente <strong>la</strong> <strong>de</strong>finición dada arriba <strong>de</strong> especie<br />

verda<strong>de</strong>ra. Habría que añadir que De Candolle no cree ya más el que <strong>la</strong>s<br />

especies sean creaciones inmutables, y llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> teoría<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>rivación es <strong>la</strong> más natur<strong>al</strong> «y <strong>la</strong> más conforme con los hechos<br />

conocidos <strong>de</strong> p<strong>al</strong>eontología, geografía botánica y zoológica, estructura<br />

anatómica y c<strong>la</strong>sificación».<br />

Cuando un joven natur<strong>al</strong>ista empieza el estudio <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> organismos<br />

completamente <strong>de</strong>sconocido para él, <strong>al</strong> principio vaci<strong>la</strong> mucho en<br />

<strong>de</strong>terminar qué diferencias ha <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como específicas y cuáles<br />

como <strong>de</strong> variedad, porque nada sabe acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad y modo <strong>de</strong><br />

variación a que está sujeto el grupo, y esto muestra, por lo menos, cuán<br />

gener<strong>al</strong> es el que haya <strong>al</strong>go <strong>de</strong> variación; pero si limita su atención a una<br />

c<strong>la</strong>se <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un país, formará pronto juicio sobre cómo ha <strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificar<br />

<strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas dudosas. Su ten<strong>de</strong>ncia gener<strong>al</strong> será hacer<br />

muchas especies, pues -lo mismo que el criador <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas y aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong>,<br />

<strong>de</strong> que antes se habló- llegaría a impresionarse por <strong>la</strong> diferencia que<br />

existe en <strong>la</strong>s formas que está continuamente estudiando, y tiene poco conocimiento<br />

gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> variaciones análogas en otros grupos o en otros<br />

paises con el que po<strong>de</strong>r corregir sus primeras impresiones. A medida<br />

que extienda el campo <strong>de</strong> sus observaciones tropezará con nuevos casos<br />

dificultosos, pues encontrará mayor número <strong>de</strong> formas sumamente afines;<br />

pero si sus observaciones se extien<strong>de</strong>n mucho podrá gener<strong>al</strong>mente<br />

44


e<strong>al</strong>izar por fin su i<strong>de</strong>a, mas esto lo conseguirá a costa <strong>de</strong> admitir mucha<br />

variación, y <strong>la</strong> re<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> esta admisión será muchas veces discutida por<br />

otros natur<strong>al</strong>istas. Cuando pase <strong>al</strong> estudio <strong>de</strong> formas afines traídas <strong>de</strong> países<br />

que hoy no están unidos -caso en el cu<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> tener <strong>la</strong> esperanza<br />

<strong>de</strong> encontrar es<strong>la</strong>bones intermedios- se verá obligado a fiarse casi por<br />

completo <strong>de</strong> <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía, y sus dificulta<strong>de</strong>s llegarán <strong>al</strong> máximum.<br />

Indudablemente, no se ha trazado todavía una línea c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong> <strong>de</strong>marcación<br />

entre especies y subespecies -o sean <strong>la</strong>s formas que, en opinión <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas, se acercan mucho, aunque no llegan completamente,<br />

a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies-, ni tampoco entre subespecies y varieda<strong>de</strong>s<br />

bien caracterizadas, o entre varieda<strong>de</strong>s menores y diferencias individu<strong>al</strong>es.<br />

Estas diferencias pasan <strong>de</strong> unas a otras, formando una serie continua,<br />

y una serie imprime en <strong>la</strong> mente <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un tránsito re<strong>al</strong>.<br />

De aquí que yo consi<strong>de</strong>re <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es, a pesar <strong>de</strong> su<br />

pequeño interés para el c<strong>la</strong>sificador, como <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia para<br />

nosotros, por ser los primeros pasos hacia aquel<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que apenas<br />

se <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>ra dignas <strong>de</strong> ser consignadas en <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> Historia<br />

Natur<strong>al</strong>. Y consi<strong>de</strong>ro yo <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que son en <strong>al</strong>gún modo más distintas<br />

y permanentes como pasos hacia varieda<strong>de</strong>s más intensamente caracterizadas<br />

y permanentes, y estas últimas como conduciendo a <strong>la</strong>s subespecies<br />

y luego a <strong>la</strong>s especies. <strong>El</strong> tránsito <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> diferencia a<br />

otro pue<strong>de</strong> ser en muchos casos el simple resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l<br />

organismo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes condiciones físicas a que haya estado expuesto<br />

<strong>la</strong>rgo tiempo; pero, por lo que se refiere a los caracteres más importantes<br />

<strong>de</strong> adaptación, el paso <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> diferencia a otro pue<strong>de</strong> atribuirse<br />

seguramente a <strong>la</strong> acción acumu<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, que<br />

se explicará más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, y a los resultados <strong>de</strong>l creciente uso o <strong>de</strong>suso<br />

<strong>de</strong> los órganos. Una variedad bien caracterizada pue<strong>de</strong>, por consiguiente,<br />

<strong>de</strong>nominarse especie incipiente, y si esta suposición está o no justificada,<br />

<strong>de</strong>be ser juzgado por el peso <strong>de</strong> los diferentes hechos y consi<strong>de</strong>raciones<br />

que se expondrán en toda esta obra.<br />

No es necesario suponer que todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s o especies incipientes<br />

<strong>al</strong>cancen <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies. Pue<strong>de</strong>n extinguirse o pue<strong>de</strong>n continuar<br />

como varieda<strong>de</strong>s durante <strong>la</strong>rguísimos períodos, como míster Wol<strong>la</strong>ston<br />

ha <strong>de</strong>mostrado que ocurre en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ciertos moluscos<br />

terrestres fósiles <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, y Gaston <strong>de</strong> Saporta en los veget<strong>al</strong>es.<br />

Si una variedad llegase a florecer <strong>de</strong> t<strong>al</strong> modo que excediese en número<br />

a <strong>la</strong> especie madre, aquél<strong>la</strong> se c<strong>la</strong>sificaría como especie y <strong>la</strong> especie<br />

como variedad; y podría llegar a sup<strong>la</strong>ntar y exterminar <strong>la</strong> especie<br />

45


madre, o ambas podrían coexistir y ambas se c<strong>la</strong>sificarían como especies<br />

in<strong>de</strong>pendientes. Pero más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte insistiremos sobre este asunto.<br />

Por estas observaciones se verá que consi<strong>de</strong>ro <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra especie como<br />

dada arbitrariamente, por razón <strong>de</strong> conveniencia, a un grupo <strong>de</strong> individuos<br />

muy semejantes y que no difiere esenci<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra variedad,<br />

que se da a formas menos precisas y más fluctuantes. A su vez, <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra variedad, en comparación con meras diferencias individu<strong>al</strong>es, se<br />

aplica también arbitrariamente por razón <strong>de</strong> conveniencia.<br />

Las especies comunes, muy difundidas y muy extendidas son <strong>la</strong>s que<br />

más varían<br />

Guiado por consi<strong>de</strong>raciones teóricas, pensé que podrían obtenerse resultados<br />

interesantes respecto a <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza y re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

que más varían, formando listas <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> diversas flores<br />

bien estudiadas. Al pronto parecía esto un trabajo sencillo; pero míster<br />

H. C. Watson, a quien estoy muy obligado por v<strong>al</strong>iosos servicios y<br />

consejos sobre este asunto, me convenció en seguida <strong>de</strong> que había muchas<br />

dificulta<strong>de</strong>s, como también lo hizo <strong>de</strong>spués el doctor Hooker, todavía<br />

en términos más enérgicos. Reservaré para una obra futura <strong>la</strong> discusión<br />

<strong>de</strong> estas dificulta<strong>de</strong>s y los cuadros <strong>de</strong> los números proporcion<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies variables. <strong>El</strong> doctor Hooker me autoriza a añadir que, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber leído atentamente mi manuscrito y examinado los cuadros,<br />

cree que <strong>la</strong>s siguientes conclusiones están bien e imparci<strong>al</strong>mente<br />

fundadas. Todo este asunto, sin embargo, tratado con mucha brevedad,<br />

como es aquí necesario, es <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sconcertante, y no pue<strong>de</strong>n evitarse <strong>la</strong>s<br />

<strong>al</strong>usiones a <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia, divergencia <strong>de</strong> caracteres y otras<br />

cuestiones que han <strong>de</strong> ser discutidas más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte.<br />

Alphonse <strong>de</strong> Candolle y otros han <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que tienen<br />

una gran dispersión presentan gener<strong>al</strong>mente varieda<strong>de</strong>s, lo que podía<br />

ya esperarse por estar expuestas a diferentes condiciones físicas y<br />

porque entran en competencia con diferentes conjuntos <strong>de</strong> seres orgánicos,<br />

lo cu<strong>al</strong>, como veremos <strong>de</strong>spués, es una circunstancia tanto o más importante.<br />

Pero mis cuadros muestran a<strong>de</strong>más que en todo país limitado<br />

<strong>la</strong>s especies que son más comunes -esto es, más abundante en individuos-<br />

y <strong>la</strong>s especies muy difundidas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo país -y éste es un<br />

concepto diferente <strong>de</strong> ocupar mucha extensión y, hasta cierto punto, <strong>de</strong><br />

ser común- son <strong>la</strong>s que con más frecuencia originan varieda<strong>de</strong>s lo suficientemente<br />

caracterizadas para ser registradas en <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> botánica.<br />

De aquí el que <strong>la</strong>s especies más florecientes o, como pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse,<br />

46


especies predominantes -<strong>la</strong>s que ocupan mayor extensión, son <strong>la</strong>s más<br />

difundidas en su propio país y <strong>la</strong>s más numerosas en individuos- sean<br />

<strong>la</strong>s que con más frecuencia producen varieda<strong>de</strong>s bien caracterizadas o,<br />

como yo <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>ro, especies incipientes. Y esto podría quizá haber sido<br />

previsto; pues como <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, para hacerse en <strong>al</strong>gún modo permanentes,<br />

necesariamente tienen que luchar con los otros habitantes <strong>de</strong><br />

su país, <strong>la</strong>s especies que son ya predominantes serán <strong>la</strong>s más aptas para<br />

producir <strong>de</strong>scendientes, los cu<strong>al</strong>es, aunque modificados sólo en muy débil<br />

grado, heredan, sin embargo, <strong>la</strong>s ventajas que hicieron capaces a sus<br />

padres <strong>de</strong> llegar a predominar entre sus compatriotas.<br />

En estas observaciones sobre el predominio ha <strong>de</strong> sobrenten<strong>de</strong>rse que<br />

sólo se hace referencia a <strong>la</strong>s formas que entran en mutua competencia, y<br />

especi<strong>al</strong>mente a los miembros <strong>de</strong>l mismo género o c<strong>la</strong>se que tienen costumbres<br />

casi semejantes. Respecto <strong>al</strong> número <strong>de</strong> individuos, o a ser común<br />

una especie, <strong>la</strong> comparación, natur<strong>al</strong>mente, se refiere sólo a los<br />

miembros <strong>de</strong>l mismo grupo. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que una p<strong>la</strong>nta superior es<br />

predominante si es más numerosa en individuos y está más difundida<br />

que otras p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>l mismo país que vivan casi en <strong>la</strong>s mismas condiciones.<br />

Una p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser predominante porque <strong>al</strong>guna<br />

conferva que vive en el agua o <strong>al</strong>gún hongo parásito sean infinitamente<br />

más numerosos en individuos y estén más difundidos. Pero si <strong>la</strong> conferva<br />

o el hongo parásito supera a sus semejantes por los conceptos antedichos,<br />

será entonces predominante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su propia c<strong>la</strong>se.<br />

Las especies <strong>de</strong> los géneros mayores en cada país varían más frecuentemente<br />

que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros menores<br />

Si <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que viven en un país, según aparecen <strong>de</strong>scritas en una<br />

flora, se divi<strong>de</strong>n en dos grupos igu<strong>al</strong>es, colocando a un <strong>la</strong>do todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

los géneros mayores -esto es, los que contienen más especies- y a otro <strong>la</strong>do<br />

todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los géneros menores, se verá que el primer grupo compren<strong>de</strong><br />

un número <strong>al</strong>go mayor <strong>de</strong> especies comunísimas y muy difundidas,<br />

o especies predominantes. Esto podía haber sido ya previsto, pues el<br />

mero hecho <strong>de</strong> que muchas especies <strong>de</strong>l mismo género vivan en un país<br />

<strong>de</strong>muestra que en <strong>la</strong>s condiciones orgánicas e inorgánicas <strong>de</strong> aquel país<br />

existe <strong>al</strong>go favorable para el género, y, por consiguiente, podíamos haber<br />

esperado encontrar en los géneros mayores -o que compren<strong>de</strong>n más especies-<br />

un número re<strong>la</strong>tivo mayor <strong>de</strong> especies predominantes. Pero son<br />

tantas <strong>la</strong>s causas que tien<strong>de</strong>n a obscurecer el resultado, que estoy sorprendido<br />

<strong>de</strong> que mis cuadros muestren siquiera una pequeña mayoría<br />

<strong>de</strong>l <strong>la</strong>do <strong>de</strong> los géneros mayores. Me referiré aquí a dos causas sólo <strong>de</strong><br />

47


obscuridad. Las p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> agua dulce y <strong>la</strong>s h<strong>al</strong>ófi<strong>la</strong>s están gener<strong>al</strong>mente<br />

muy extendidas y muy difundidas; pero esto parece estar re<strong>la</strong>cionado<br />

con <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los lugares en que viven y tienen poca o ninguna re<strong>la</strong>ción<br />

con <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong> los géneros a que pertenecen <strong>la</strong>s especies.<br />

A<strong>de</strong>más, los veget<strong>al</strong>es inferiores en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización están, en<br />

gener<strong>al</strong>, mucho más difundidos que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas superiores, y en este caso,<br />

a<strong>de</strong>más, no hay inmediata re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong> los géneros.<br />

La causa <strong>de</strong> que los veget<strong>al</strong>es <strong>de</strong> organización inferior estén muy extendidos<br />

se discutirá en el capítulo sobre <strong>la</strong> distribución geográfica.<br />

<strong>El</strong> consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s especies tan sólo como varieda<strong>de</strong>s bien <strong>de</strong>finidas y<br />

muy caracterizadas me llevó a anticipar que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros<br />

mayores en cada país presentarían con más frecuencia varieda<strong>de</strong>s que<br />

<strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros menores, pues don<strong>de</strong>quiera que se hayan formado<br />

muchas especies sumamente afines -es <strong>de</strong>cir, especies <strong>de</strong>l mismo<br />

género- <strong>de</strong>ben, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, estarse formando actu<strong>al</strong>mente muchas<br />

varieda<strong>de</strong>s o especies incipientes. Don<strong>de</strong> crecen muchos árboles gran<strong>de</strong>s<br />

esperamos encontrar retoños; don<strong>de</strong> se han formado por variación muchas<br />

especies <strong>de</strong> un género, <strong>la</strong>s circunstancias han sido favorables para <strong>la</strong><br />

variación, y, por consiguiente, po<strong>de</strong>mos esperar que, en gener<strong>al</strong>, lo serán<br />

todavía. Por el contrario, si consi<strong>de</strong>ramos cada especie como un acto especi<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> creación, no aparece razón <strong>al</strong>guna para que se presenten más<br />

varieda<strong>de</strong>s en un grupo que tenga muchas especies que en otro que tenga<br />

pocas.<br />

Para probar <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> esta i<strong>de</strong>a que anticipo he or<strong>de</strong>nado <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

<strong>de</strong> veinte países y los insectos coleópteros <strong>de</strong> dos regiones en dos grupos<br />

aproximadamente igu<strong>al</strong>es, poniendo a un <strong>la</strong>do <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros<br />

mayores y a otro <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los géneros menores, y esto ha <strong>de</strong>mostrado<br />

siempre que en el <strong>la</strong>do <strong>de</strong> los géneros mayores era mayor el tanto por<br />

ciento <strong>de</strong> especies que presentaban varieda<strong>de</strong>s, que en el <strong>la</strong>do <strong>de</strong> los géneros<br />

menores. A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros gran<strong>de</strong>s que presentan<br />

varieda<strong>de</strong>s presentan siempre un número re<strong>la</strong>tivo mayor <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s,<br />

que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros pequeños. Ambos resultados subsisten<br />

cuando se hace otra división y cuando se excluyen por completo <strong>de</strong><br />

los cuadros todos los géneros muy pequeños que sólo compren<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

una a cuatro especies.<br />

Estos hechos tienen c<strong>la</strong>ra significación en <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies<br />

son tan sólo varieda<strong>de</strong>s permanentes muy caracterizadas, pues don<strong>de</strong>quiera<br />

que se han formado muchas especies <strong>de</strong>l mismo género, o<br />

don<strong>de</strong> -si se nos permite emplear <strong>la</strong> frase- <strong>la</strong> fabricación <strong>de</strong> especies ha<br />

sido muy activa, <strong>de</strong>bemos, en gener<strong>al</strong>, encontrar todavía <strong>la</strong> fábrica en<br />

48


movimiento; tanto más, cuanto que tenemos todas <strong>la</strong>s razones para suponer<br />

que el procedimiento <strong>de</strong> fabricación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies nuevas es un procedimiento<br />

lento. Y esto, ciertamente, resulta exacto si se consi<strong>de</strong>ran <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s como especies incipientes, pues mis cuadros muestran c<strong>la</strong>ramente,<br />

como reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, que don<strong>de</strong>quiera que se han formado muchas<br />

especies <strong>de</strong> un género, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> este género presentan un número<br />

<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s, o sea <strong>de</strong> especies incipientes, mayor que el promedio.<br />

No es que todos los géneros gran<strong>de</strong>s estén ahora variando mucho y<br />

estén aumentando el número <strong>de</strong> sus especies, ni que ningún género pequeño<br />

esté ahora variando y aumentando; pues si esto fuese así sería fat<strong>al</strong><br />

para mi teoría, puesto que <strong>la</strong> Geología c<strong>la</strong>ramente nos dice que frecuentemente<br />

géneros pequeños, en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, han aumentado<br />

mucho, y que con frecuencia géneros gran<strong>de</strong>s han llegado a su máximum,<br />

han <strong>de</strong>clinado y <strong>de</strong>saparecido. Todo lo que teníamos que <strong>de</strong>mostrar<br />

es que don<strong>de</strong> se han formado muchas especies <strong>de</strong> un género, <strong>de</strong> ordinario<br />

se están formando todavía muchas, y esto, ciertamente, queda<br />

establecido.<br />

Muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies incluidas en los géneros mayores parecen varieda<strong>de</strong>s<br />

por ser entre sí muy afines, aunque no igu<strong>al</strong>mente, y por tener<br />

distribución geográfica restringida<br />

Entre <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros gran<strong>de</strong>s y sus varieda<strong>de</strong>s registradas<br />

existen otras re<strong>la</strong>ciones dignas <strong>de</strong> mención. Hemos visto que no hay un<br />

criterio inf<strong>al</strong>ible para distinguir <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s bien marcadas;<br />

y cuando no se han encontrado es<strong>la</strong>bones <strong>de</strong> en<strong>la</strong>ce entre formas<br />

dudosas, los natur<strong>al</strong>istas se ven forzados a <strong>de</strong>cidirse por el conjunto <strong>de</strong><br />

diferencias entre el<strong>la</strong>s, juzgando por an<strong>al</strong>ogía si este conjunto es o no suficiente<br />

para elevar una forma, o ambas, a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies. De<br />

aquí que <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> diferencia es un criterio importantísimo para <strong>de</strong>cidir<br />

si dos formas han <strong>de</strong> ser c<strong>la</strong>sificadas como especies o como varieda<strong>de</strong>s.<br />

Ahora bien: Fries ha observado, por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, y<br />

Westwood, por lo que toca a los insectos, que en los géneros gran<strong>de</strong>s <strong>la</strong><br />

cantidad <strong>de</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s especies es con frecuencia sumamente<br />

pequeña. Me he esforzado en comprobar esto numéricamente mediante<br />

promedios que, hasta don<strong>de</strong> <strong>al</strong>canzan mis imperfectos resultados, confirman<br />

dicha opinión. He consultado también con <strong>al</strong>gunos sagaces y experimentados<br />

observadores, y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberar, coinci<strong>de</strong>n en esta opinión.<br />

En este respecto, pues, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros mayores se parecen<br />

a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, más que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros menores. O el<br />

caso pue<strong>de</strong> interpretarse <strong>de</strong> otro modo: pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que en los géneros<br />

49


mayores, en los cu<strong>al</strong>es se está ahora fabricando un número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

o especies incipientes mayor que el promedio, muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies ya<br />

fabricadas parecen, hasta cierto punto, varieda<strong>de</strong>s, pues difieren entre sí<br />

menos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad habitu<strong>al</strong> <strong>de</strong> diferencia.<br />

A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros mayores están re<strong>la</strong>cionadas unas<br />

con otras, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera que están re<strong>la</strong>cionadas entre sí <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier especie. Ningún natur<strong>al</strong>ista preten<strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong> un género estén igu<strong>al</strong>mente distantes unas <strong>de</strong> otras; gener<strong>al</strong>mente,<br />

pue<strong>de</strong>n ser divididas en subgéneros, o secciones, o grupos menores.<br />

Como Fries ha seña<strong>la</strong>do muy bien, grupos pequeños <strong>de</strong> especies están<br />

gener<strong>al</strong>mente reunidos como satélites <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> otras especies; y<br />

¿qué son <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s sino grupos <strong>de</strong> formas <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>mente re<strong>la</strong>cionadas<br />

entre sí y agrupadas <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ciertas formas, o sea <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

sus especies madres? Indudablemente, existe un punto <strong>de</strong> diferencia importantísimo<br />

entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s y <strong>la</strong>s especies; y es que <strong>la</strong> diferencia entre<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s cuando se comparan entre sí o con especie madre es<br />

mucho menor que <strong>la</strong> que existe entre <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género. Pero<br />

cuando lleguemos a discutir el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres,<br />

como yo lo l<strong>la</strong>mo, veremos cómo pue<strong>de</strong> explicarse esto y cómo <strong>la</strong>s diferenecias<br />

menores que existen entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s tien<strong>de</strong>n a acrecentarse y<br />

llegan a ser <strong>la</strong>s diferencias mayores existentes entre <strong>la</strong>s especies.<br />

Existe otro punto que merece indicarse. Las varieda<strong>de</strong>s ocupan por lo<br />

gener<strong>al</strong> una extensión muy restringida: esta afirmación, re<strong>al</strong>mente, es casi<br />

una evi<strong>de</strong>ncia, pues si se viese que una variedad tiene una extensión<br />

mayor que <strong>la</strong> <strong>de</strong> su supuesta especie madre se invertirían sus <strong>de</strong>nominaciones.<br />

Pero hay fundamento para suponer que <strong>la</strong>s especies que son muy<br />

afines a otras -en lo cu<strong>al</strong> parecen mucho varieda<strong>de</strong>s- ocupan con frecuencia<br />

extensiones muy limitadas. Míster H. C. Watson me ha seña<strong>la</strong>do en el<br />

bien fundamentado London Cat<strong>al</strong>ogue of p<strong>la</strong>nts (4.ª edición) 63 p<strong>la</strong>ntas<br />

que aparecen <strong>al</strong>lí c<strong>la</strong>sificadas como especies, pero que él consi<strong>de</strong>ra tan<br />

sumamente afines a otras especies, que llegan a ser <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or dudoso; estas<br />

63 supuestas especies se extien<strong>de</strong>n, por término medio, por 6,9 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

provincias en que míster Watson ha dividido <strong>la</strong> Gran Bretaña. Ahora<br />

bien: en el mismo Catálogo están anotadas 53 varieda<strong>de</strong>s admitidas, y éstas<br />

se extien<strong>de</strong>n por 7,7 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s provincias, mientras que <strong>la</strong>s especies a que<br />

estas varieda<strong>de</strong>s pertenecen se extien<strong>de</strong>n por 14,3 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s provincias. De<br />

modo que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s admitidas como t<strong>al</strong>es tienen próximamente el<br />

mismo promedio <strong>de</strong> extensión restringido que <strong>la</strong>s formas muy afines<br />

marcadas para mí por Mr. Watson como especies dudosas, pero que los<br />

50


otánicos ingleses c<strong>la</strong>sifican casi unánimemente como buenas y verda<strong>de</strong>ras<br />

especies.<br />

Resumen<br />

En conclusión, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s no pue<strong>de</strong>n ser distinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies,<br />

excepto: primero, por el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> formas intermedias <strong>de</strong><br />

en<strong>la</strong>ce, y segundo, por cierta cantidad in<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> diferencia entre<br />

el<strong>la</strong>s, pues si dos formas difieren muy poco son gener<strong>al</strong>mente c<strong>la</strong>sificadas<br />

como varieda<strong>de</strong>s, a pesar <strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong>n ser reunidas sin solución<br />

<strong>de</strong> continuidad; pero no es posible <strong>de</strong>terminar <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> diferencia<br />

necesaria para conce<strong>de</strong>r a dos formas <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies. En los géneros<br />

que en un país tienen un número <strong>de</strong> especies mayor que el promedio,<br />

<strong>la</strong>s especies tienen más varieda<strong>de</strong>s que el promedio. En los géneros<br />

gran<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s especies son susceptibles <strong>de</strong> ser reunidas, estrecha pero <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>mente,<br />

formando grupos <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> otras especies. Las especies<br />

sumamente afines a otras ocupan, <strong>al</strong> parecer, extensiones restringidas.<br />

Por todos estos conceptos, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros gran<strong>de</strong>s presentan<br />

suma an<strong>al</strong>ogía con <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s. Y po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r c<strong>la</strong>ramente<br />

estas an<strong>al</strong>ogías si <strong>la</strong>s especies existieron en otro tiempo como varieda<strong>de</strong>s<br />

y se originaron <strong>de</strong> este modo; mientras que estas an<strong>al</strong>ogías son completamente<br />

inexplicables si <strong>la</strong>s especies son creaciones in<strong>de</strong>pendientes.<br />

Hemos visto también que <strong>la</strong>s especies más florecientes, o especies predominantes,<br />

<strong>de</strong> los géneros mayores, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se, son <strong>la</strong>s que,<br />

proporcion<strong>al</strong>mente, dan mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s, y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s,<br />

como veremos <strong>de</strong>spués, tien<strong>de</strong>n a convertirse en especies nuevas y distintas.<br />

De este modo, los géneros gran<strong>de</strong>s tien<strong>de</strong>n a hacerse mayores, y<br />

en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>la</strong>s formas orgánicas que son ahora predominantes<br />

tien<strong>de</strong>n a hacerse más predominantes aún, <strong>de</strong>jando muchos <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados y predominantes. Pero, por grados que se explicarán<br />

más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, los géneros mayores tien<strong>de</strong>n también a fragmentarse en<br />

géneros menores, y así, en todo el universo, <strong>la</strong>s formas orgánicas quedan<br />

divididas en grupos subordinados a otros grupos.<br />

51


Capítulo 3<br />

La lucha por <strong>la</strong> existencia<br />

Su re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

Antes <strong>de</strong> entrar en el asunto <strong>de</strong> este capítulo <strong>de</strong>bo hacer <strong>al</strong>gunas observaciones<br />

preliminares para mostrar cómo <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia se re<strong>la</strong>ciona<br />

con <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

Se vio en el capítulo pasado que entre los seres orgánicos en estado natur<strong>al</strong><br />

existe <strong>al</strong>guna variabilidad individu<strong>al</strong>, y, en verdad, no tengo noticia<br />

<strong>de</strong> que esto haya sido nunca discutido. Y si se admite <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

bien marcadas, no tiene importancia para nosotros el que una<br />

multitud <strong>de</strong> formas dudosas sean l<strong>la</strong>madas especies, subespecies o varieda<strong>de</strong>s,<br />

ni qué categoría, por ejemplo, tengan <strong>de</strong>recho a ocupar <strong>la</strong>s doscientas<br />

o trescientas formas dudosas <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas británicas. Pero <strong>la</strong> simple<br />

existencia <strong>de</strong> variabilidad individu<strong>al</strong> y <strong>de</strong> unas pocas varieda<strong>de</strong>s bien<br />

marcadas, aunque necesaria como fundamento para esta obra, nos ayuda<br />

poco a compren<strong>de</strong>r cómo aparecen <strong>la</strong>s especies en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. ¿Cómo<br />

se han perfeccionado todas esas exquisitas adaptaciones <strong>de</strong> una parte <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> organización a otra o a <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida, o <strong>de</strong> un ser orgánico a<br />

otro ser orgánico? Vemos estas hermosas adaptaciones mutuas <strong>de</strong>l modo<br />

más evi<strong>de</strong>nte en el pájaro carpintero y en el muérdago, y sólo un poco<br />

menos c<strong>la</strong>ramente en el más humil<strong>de</strong> parásito que se adhiere a los pelos<br />

<strong>de</strong> un cuadrúpedo o a <strong>la</strong>s plumas <strong>de</strong> un ave; en <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong>l coleóptero<br />

que bucea en el agua, en <strong>la</strong> simiente plumosa, a <strong>la</strong> que transporta <strong>la</strong><br />

más suave brisa; en una pa<strong>la</strong>bra, vemos hermosas adaptaciones don<strong>de</strong>quiera<br />

y en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo orgánico.<br />

A<strong>de</strong>más pue<strong>de</strong> preguntarse cómo es que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que hemos l<strong>la</strong>mado<br />

especies incipientes quedan transformadas fin<strong>al</strong>mente en buenas y<br />

distintas especies, que en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos difieren c<strong>la</strong>ramente<br />

entre sí mucho más que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie; cómo se<br />

52


originan estos grupos <strong>de</strong> especies, que constituyen lo que se l<strong>la</strong>man géneros<br />

distintos y que difieren entre sí más que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género.<br />

Todos estos resultados, como veremos más extensamente en el capitulo<br />

próximo, son consecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida. Debido a esta<br />

lucha, <strong>la</strong>s variaciones, por ligeras que sean y cu<strong>al</strong>quiera que sea <strong>la</strong> causa<br />

<strong>de</strong> que procedan, si son en <strong>al</strong>gún grado provechosas a los individuos <strong>de</strong><br />

una especie en sus re<strong>la</strong>ciones infinitamente complejas con otros seres orgánicos<br />

y con sus condiciones físicas <strong>de</strong> vida, ten<strong>de</strong>rán a <strong>la</strong> conservación<br />

<strong>de</strong> estos individuos y serán, en gener<strong>al</strong>, heredadas por <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.<br />

La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia también tendrá así mayor probabilidad <strong>de</strong> sobrevivir;<br />

pues <strong>de</strong> los muchos individuos <strong>de</strong> una especie cu<strong>al</strong>quiera que nacen periódicamente,<br />

sólo un pequeño número pue<strong>de</strong> sobrevivir. Este principio,<br />

por el cu<strong>al</strong> toda ligera variación, si es útil, se conserva, lo he <strong>de</strong>nominado<br />

yo con el término <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>, a fin <strong>de</strong> seña<strong>la</strong>r su re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong><br />

facultad <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre; pero <strong>la</strong> expresión frecuentemente usada<br />

por míster Herbert Spencer <strong>de</strong> <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados<br />

es más exacta y es <strong>al</strong>gunas veces igu<strong>al</strong>mente conveniente. Hemos visto<br />

que el hombre pue<strong>de</strong>, indudablemente, producir por selección gran<strong>de</strong>s<br />

resultados y pue<strong>de</strong> adaptar los seres orgánicos a sus usos particu<strong>la</strong>res<br />

mediante <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> variaciones, ligeras pero útiles, que le son<br />

dadas por <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza; pero <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, como veremos<br />

más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, es una fuerza siempre dispuesta a <strong>la</strong> acción y tan inconmensurablemente<br />

superior a los débiles esfuerzos <strong>de</strong>l hombre como<br />

<strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza lo son a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Arte.<br />

Discutiremos ahora, con <strong>al</strong>go más <strong>de</strong> <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia;<br />

en mi obra futura este asunto será tratado, como bien lo merece, con mayor<br />

extensión. Aug. P. <strong>de</strong> Candolle y Lyell han expuesto amplia y filosóficamente<br />

que todos los seres orgánicos están sujetos a rigurosa competencia.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, nadie ha tratado este asunto con<br />

mayor energía y capacidad que W. Herbert, <strong>de</strong>án <strong>de</strong> Manchester; lo que,<br />

evi<strong>de</strong>ntemente, es resultado <strong>de</strong> su gran conocimiento en horticultura.<br />

Nada más fácil que admitir <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha univers<strong>al</strong><br />

por <strong>la</strong> vida, ni más difícil -por lo menos, así lo he experimentado yo- que<br />

tener siempre presente esta conclusión; y, sin embargo, si no se fija por<br />

completo en <strong>la</strong> mente <strong>la</strong> economía entera <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, con todos los<br />

hechos <strong>de</strong> distribución, rareza, abundancia, extinción y variación, serán<br />

vistos confusamente o serán por completo m<strong>al</strong> comprendidos. Contemp<strong>la</strong>mos<br />

<strong>la</strong> faz <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza resp<strong>la</strong>n<strong>de</strong>ciente <strong>de</strong> <strong>al</strong>egría, vemos a menudo<br />

superabundancia <strong>de</strong> <strong>al</strong>imentos; pero no vemos, u olvidamos, que los<br />

pájaros que cantan ociosos a nuestro <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor viven en su mayor parte<br />

53


<strong>de</strong> insectos o semil<strong>la</strong>s y están así constantemente <strong>de</strong>struyendo vida; olvidamos<br />

con qué abundancia son <strong>de</strong>struídos estos cantores, sus huevos y<br />

sus polluelos por <strong>la</strong>s aves y mamíferos rapaces; no siempre tenemos presente<br />

que, aun cuando el <strong>al</strong>imento pue<strong>de</strong> ser en este momento muy sobrado,<br />

no ocurre esto así en todas <strong>la</strong>s estaciones <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los años<br />

sucesivos.<br />

La expresión «lucha por <strong>la</strong> existencia» se usa en sentido amplio<br />

Debo advertir ante todo que uso esta expresión en un sentido amplio y<br />

metafórico, que incluye <strong>la</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un ser respecto, <strong>de</strong> otro y -lo<br />

que es más importante- incluye no sólo <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l individuo, sino también<br />

el éxito <strong>al</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. De dos cánidos, en tiempo <strong>de</strong> hambre,<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse verda<strong>de</strong>ramente que luchan entre sí por cuál conseguirá<br />

comer o vivir; pero <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta en el límite <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sierto se dice<br />

que lucha por <strong>la</strong> vida contra <strong>la</strong> sequedad, aunque más propio sería <strong>de</strong>cir<br />

que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> humedad. De una p<strong>la</strong>nta que produce anu<strong>al</strong>mente un<br />

mil<strong>la</strong>r <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que, por término medio, sólo una llega a completo<br />

<strong>de</strong>sarrollo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, con más exactitud, que lucha con <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se o <strong>de</strong> otras que ya cubrían el suelo. <strong>El</strong> muérdago<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l manzano y <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos otros árboles; mas sólo en un sentido<br />

muy amplio pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que lucha con estos árboles, pues si sobre<br />

un mismo árbol crecen <strong>de</strong>masiados parásitos <strong>de</strong> éstos, se extenúa y muere;<br />

pero <strong>de</strong> varias p<strong>la</strong>ntitas <strong>de</strong> muérdago que crecen muy juntas sobre <strong>la</strong><br />

misma rama pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse con más exactitud que luchan mutuamente.<br />

Como el muérdago es diseminado por los pájaros, su existencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> ellos, y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse metafóricamente que lucha con otras p<strong>la</strong>ntas<br />

frut<strong>al</strong>es, tentando a los pájaros a tragar y diseminar <strong>de</strong> este modo sus semil<strong>la</strong>s.<br />

En estos varios sentidos, que pasan insensiblemente <strong>de</strong> uno a<br />

otro, empleo por razón <strong>de</strong> conveniencia <strong>la</strong> expresión gener<strong>al</strong> lucha por <strong>la</strong><br />

existencia.<br />

Progresión geométrica <strong>de</strong>l aumento<br />

De <strong>la</strong> rápida progresión en que tien<strong>de</strong>n a aumentar todos los seres orgánicos<br />

resulta inevitablemente una lucha por <strong>la</strong> existencia. Todo ser que<br />

durante el curso natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> su vida produce varios huevos o semil<strong>la</strong>s tiene<br />

que sufrir <strong>de</strong>strucción durante <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong> su vida, o durante <strong>al</strong>guna<br />

estación, o <strong>de</strong> vez en cuando en <strong>al</strong>gún año, pues, <strong>de</strong> otro modo, según<br />

el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> progresión geométrica, su número sería pronto tan<br />

extraordinariamente gran<strong>de</strong>, que ningún país podría mantener el<br />

54


producto. De aquí que, como se producen más individuos que los que<br />

pue<strong>de</strong>n sobrevivir, tiene que haber en cada caso una lucha por <strong>la</strong> existencia,<br />

ya <strong>de</strong> un individuo con otro <strong>de</strong> su misma especie o con individuos<br />

<strong>de</strong> especies distintas, ya con <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> vida. Esta es <strong>la</strong><br />

doctrina <strong>de</strong> M<strong>al</strong>thus, aplicada con doble motivo, <strong>al</strong> conjunto <strong>de</strong> los reinos<br />

anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>, pues en este caso no pue<strong>de</strong> haber ningún aumento artifici<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>imentos, ni ninguna limitación pru<strong>de</strong>nte por el matrimonio.<br />

Aunque <strong>al</strong>gunas especies puedan estar aumentando numéricamente en<br />

<strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad con más o menos rapi<strong>de</strong>z, no pue<strong>de</strong>n hacerlo todas, pues<br />

no cubrían en el mundo.<br />

No existe excepción <strong>de</strong> <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> que todo ser orgánico aumenta natur<strong>al</strong>mente<br />

en progresión tan <strong>al</strong>ta y rápida, que, si no es <strong>de</strong>struido, estaría<br />

pronto cubierta <strong>la</strong> tierra por <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> pareja. Aun<br />

el hombre, que es lento en reproducirse, se ha duplicado en veinticinco<br />

años, y, según esta progresión, en menos <strong>de</strong> mil años, su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

no tendría liter<strong>al</strong>mente sitio para estar en pie. Linneo ha c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>do que si<br />

una p<strong>la</strong>nta anu<strong>al</strong> produce tan sólo dos semil<strong>la</strong>s -y no hay p<strong>la</strong>nta tan poco<br />

fecunda- y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas s<strong>al</strong>idas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s producen en el año siguiente dos,<br />

y así sucesivamente, a los treinta años habría un millón <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas. <strong>El</strong> elefante<br />

es consi<strong>de</strong>rado como el anim<strong>al</strong> que se reproduce más <strong>de</strong>spacio <strong>de</strong><br />

todos los conocidos, y me he tomado el trabajo <strong>de</strong> c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> progresión<br />

mínima probable <strong>de</strong> su aumento natur<strong>al</strong>; será lo más seguro admitir que<br />

empieza a criar a los treinta años, y que continúa criando hasta los noventa,<br />

produciendo en este interv<strong>al</strong>o seis hijos, y que sobrevive hasta los<br />

cien años; y siendo así, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un período <strong>de</strong> 740 a 750 años habría<br />

aproximadamente diez y nueve millones <strong>de</strong> elefantes vivos <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> primera pareja.<br />

Pero sobre esta materia tenemos pruebas mejores que los cálculos puramente<br />

teóricos, y son los numerosos casos registrados <strong>de</strong> aumento<br />

asombrosamente rápido <strong>de</strong> varios anim<strong>al</strong>es en estado s<strong>al</strong>vaje cuando <strong>la</strong>s<br />

circunstancias han sido favorables para ellos durante dos o tres años consecutivos.<br />

Todavía más sorpren<strong>de</strong>nte es <strong>la</strong> prueba <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos<br />

<strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses que se han hecho s<strong>al</strong>vajes en diversas partes<br />

<strong>de</strong>l mundo; los datos sobre <strong>la</strong> rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l aumento en América <strong>de</strong>l Sur, y<br />

últimamente en Austr<strong>al</strong>ia, <strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los y ganado vacuno -anim<strong>al</strong>es tan<br />

lentos en reproducirse- no habrían sido creíbles si no hubiesen estado<br />

muy satisfactoriamente autorizados. Lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas;<br />

podrían citarse casos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas introducidas que han llegado a ser comunes<br />

en is<strong>la</strong>s enteras en un período <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> diez años. Algunas <strong>de</strong><br />

estas p<strong>la</strong>ntas, t<strong>al</strong>es como el cardo común y un cardo <strong>al</strong>to, que son<br />

55


actu<strong>al</strong>mente comunísimas en <strong>la</strong>s vastas l<strong>la</strong>nuras <strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta, cubriendo<br />

leguas cuadradas casi con exclusión <strong>de</strong> toda otra p<strong>la</strong>nta, han sido introducidas<br />

<strong>de</strong> Europa, y hay p<strong>la</strong>ntas que, según me dice el doctor F<strong>al</strong>coner,<br />

se extien<strong>de</strong>n actu<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong> India <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cabo Comorín hasta el Hima<strong>la</strong>ya,<br />

<strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es han sido importadas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scubrimiento.<br />

En estos casos -y podrían citarse otros infinitos- nadie supone<br />

que <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas haya aumentado súbita y transitoriamente<br />

en grado sensible. La explicación evi<strong>de</strong>nte es que <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> vida han sido sumamente favorables y que, a consecuencia <strong>de</strong><br />

ello, ha habido menos <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> adultos y jóvenes, y que casi todos<br />

los jóvenes han podido criar. Su progresión geométrica <strong>de</strong> aumento -cuyo<br />

resultado nunca <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>r- explica sencil<strong>la</strong>mente su aumento<br />

extraordinariamente rápido y <strong>la</strong> amplia difusión en <strong>la</strong> nueva patria.<br />

En estado natur<strong>al</strong>, casi todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, una vez <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das, producen<br />

semil<strong>la</strong>s cada año, y entre los anim<strong>al</strong>es son muy pocos los que no se<br />

aparean anu<strong>al</strong>mente. Por lo cu<strong>al</strong> po<strong>de</strong>mos afirmar confiadamente que todas<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es tien<strong>de</strong>n a aumentar en progresión geométrica,<br />

que todos pob<strong>la</strong>rían con rapi<strong>de</strong>z cu<strong>al</strong>quier sitio en el cu<strong>al</strong> puedan existir<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo, y que esta ten<strong>de</strong>ncia geométrica <strong>al</strong> aumento ha <strong>de</strong> ser<br />

contrarrestada por <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción en <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. <strong>El</strong> estar familiarizados<br />

con los gran<strong>de</strong>s anim<strong>al</strong>es domésticos tien<strong>de</strong>, creo yo, a <strong>de</strong>spistarnos;<br />

vemos que no hay en ellos gran <strong>de</strong>strucción, pero no tenemos<br />

presente que anu<strong>al</strong>mente se matan mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> ellos para <strong>al</strong>imento, y que<br />

en estado natur<strong>al</strong> un número igu<strong>al</strong> tendría que invertirse <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo.<br />

La so<strong>la</strong> diferencia entre los organismos que anu<strong>al</strong>mente producen huevos<br />

y semil<strong>la</strong>s por mil<strong>la</strong>res y los que producen muy pocos es que los que<br />

crían lentamente requerirían <strong>al</strong>gunos años más para pob<strong>la</strong>r en condiciones<br />

favorables un distrito entero, aunque fuese grandísimo. <strong>El</strong> cóndor<br />

pone un par <strong>de</strong> huevos, y el avestruz <strong>de</strong> América una veintena, y, sin<br />

embargo, en el mismo país, el cóndor pue<strong>de</strong> ser el más numeroso <strong>de</strong> los<br />

dos; el petrel, Fulmarus g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>is, no pone más que un huevo, y, no obstante,<br />

se cree que es el ave más numerosa <strong>de</strong>l mundo. Una especie <strong>de</strong><br />

mosca <strong>de</strong>posita centenares <strong>de</strong> huevos, y otra, como <strong>la</strong> Hippobosca, uno<br />

solo; pero esta diferencia no <strong>de</strong>termina cuántos individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

especie pue<strong>de</strong>n mantenerse en una comarca. Un gran número <strong>de</strong> huevos<br />

tiene <strong>al</strong>guna importancia para <strong>la</strong>s especies que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una cantidad<br />

variable <strong>de</strong> comida, pues esto les permite aumentar rápidamente en<br />

número; pero <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra importancia <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> huevos o<br />

semil<strong>la</strong>s es compensar <strong>la</strong> mucha <strong>de</strong>strucción en <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida,<br />

y este período, en <strong>la</strong> gran mayoría <strong>de</strong> los casos, es un período temprano.<br />

56


Si un anim<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo proteger sus propios huevos y crías,<br />

pue<strong>de</strong>n producirse un corto número, y, sin embargo, el promedio <strong>de</strong> pob<strong>la</strong>ción<br />

pue<strong>de</strong> mantenerse perfectamente; pero si son <strong>de</strong>struídos muchos<br />

huevos y crías, tienen que producirse muchos, o <strong>la</strong> especie acabará por<br />

extinguirse. Para mantener el número completo <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> una especie<br />

<strong>de</strong> árbol que viviese un promedio <strong>de</strong> mil años sería suficiente el<br />

que se produjese una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong> una vez cada mil años, suponiendo<br />

que esta semil<strong>la</strong> no fuese nunca <strong>de</strong>struída y que tuviese seguridad <strong>de</strong><br />

germinar en un lugar a<strong>de</strong>cuado. Así, pues, en todos los casos el promedio<br />

<strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> o p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> sólo indirectamente <strong>de</strong> sus huevos o<br />

semil<strong>la</strong>s.<br />

Al contemp<strong>la</strong>r <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza es muy necesario tener siempre presente<br />

<strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>raciones prece<strong>de</strong>ntes; no olvidar que todos y cada uno <strong>de</strong> los<br />

seres orgánicos pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que están esforzándose hasta el extremo<br />

por aumentar en número, que cada uno vive merced a una lucha en <strong>al</strong>gún<br />

período <strong>de</strong> su vida; que inevitablemente los jóvenes o los adultos,<br />

durante cada generación o repitiéndose a interv<strong>al</strong>os, pa<strong>de</strong>cen importante<br />

<strong>de</strong>strucción. Disminúyase cu<strong>al</strong>quier obstáculo, mitíguese <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción,<br />

aunque sea poquísimo, y el número <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie crecerá<br />

casi instantáneamente hasta llegar a cu<strong>al</strong>quier cantidad.<br />

Natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los obstáculos para el aumento<br />

Las causas que contienen <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> cada especie <strong>al</strong> aumento<br />

son obscurísimas. Consi<strong>de</strong>remos <strong>la</strong> especie más vigorosa: cuanto<br />

mayor sea su número, tanto más ten<strong>de</strong>rá a aumentar todavía. No sabemos<br />

exactamente cuáles sean los obstáculos, ni siquiera en un solo caso.<br />

Y no sorpren<strong>de</strong>rá esto a nadie que reflexione cuán ignorantes somos en<br />

este punto, aun en lo que se refiere a <strong>la</strong> humanidad, a pesar <strong>de</strong> que está<br />

tan incomparablemente mejor conocida que cu<strong>al</strong>quier otro anim<strong>al</strong>. Este<br />

asunto <strong>de</strong> los obstáculos <strong>al</strong> aumento ha sido competentemente tratado<br />

por varios autores, y espero discutirlo con consi<strong>de</strong>rable extensión en una<br />

obra futura, especi<strong>al</strong>mente en lo que se refiere a los anim<strong>al</strong>es s<strong>al</strong>vajes <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Sur. Aquí haré sólo <strong>al</strong>gunas observaciones, nada más que<br />

para recordar <strong>al</strong> lector <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los puntos capit<strong>al</strong>es. Los huevos o los<br />

anim<strong>al</strong>es muy jóvenes parece que gener<strong>al</strong>mente sufren mayor <strong>de</strong>strucción,<br />

pero no siempre es así. En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas hay una gran <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong><br />

semil<strong>la</strong>s; pero, <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas observaciones que he hecho, resulta que <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntitas sufren más por <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse en terreno ocupado ya <strong>de</strong>nsamente<br />

por otras p<strong>la</strong>ntas. Las p<strong>la</strong>ntitas, a<strong>de</strong>más, son <strong>de</strong>struídas en gran número<br />

por diferentes enemigos; por ejemplo: en un trozo <strong>de</strong> terreno <strong>de</strong> tres<br />

57


pies <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo y dos <strong>de</strong> ancho, cavado y limpiado, y don<strong>de</strong> no pudiese haber<br />

ningún obstáculo por parte <strong>de</strong> otras p<strong>la</strong>ntas, señ<strong>al</strong>é todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas<br />

<strong>de</strong> hierbas indígenas a medida que nacieron, y, <strong>de</strong> 357, nada menos<br />

que 295 fueron <strong>de</strong>struidas, princip<strong>al</strong>mente por babosas e insectos. Si se<br />

<strong>de</strong>ja crecer césped que haya sido bien guadañado -y lo mismo sería con<br />

césped rozado por cuadrúpedos-, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas más vigorosas matarán a<br />

<strong>la</strong>s menos vigorosas, a pesar <strong>de</strong> ser p<strong>la</strong>ntas completamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das;<br />

así, <strong>de</strong> veinte especies que crecían en un pequeno espacio <strong>de</strong> césped<br />

segado -<strong>de</strong> tres pies por cuatro-, nueve especies perecieron porque se pemitió<br />

a <strong>la</strong>s otras crecer sin limitación.<br />

La cantidad <strong>de</strong> <strong>al</strong>imento para cada especie seña<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>mente el límite<br />

extremo a que cada especie pue<strong>de</strong> llegar; pero con mucha frecuencia,<br />

lo que <strong>de</strong>termina el promedio numérico <strong>de</strong> una especie no es el obtener<br />

<strong>al</strong>imento, sino el servir <strong>de</strong> presa a otros anim<strong>al</strong>es. Así, parece que apenas<br />

hay duda <strong>de</strong> que <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> perdices y liebres en una gran hacienda<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> princip<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>al</strong>imañas. Si durante los<br />

próximos veinte años no se matase en Ing<strong>la</strong>terra ni una pieza <strong>de</strong> caza, y<br />

si, <strong>al</strong> mismo tiempo, no fuese <strong>de</strong>struída ninguna <strong>al</strong>imaña, habría, según<br />

toda probabilidad, menos caza que ahora, aun cuando actu<strong>al</strong>mente se<br />

matan cada año centenares <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> piezas. Por el contrario, en <strong>al</strong>gunos<br />

casos, como el <strong>de</strong>l elefante, ningún individuo es <strong>de</strong>struído por anim<strong>al</strong>es<br />

carnívoros, pues aun el tigre en <strong>la</strong> India rarísima vez se atreve a<br />

atacar a un elefante pequeño protegido por su madre.<br />

<strong>El</strong> clima <strong>de</strong>sempeña un papel importante en <strong>de</strong>terminar el promedio<br />

<strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> una especie, y <strong>la</strong>s épocas periódicas <strong>de</strong> frío o sequedad<br />

extremos parecen ser el más eficaz <strong>de</strong> todos los obstáculos para el aumento<br />

<strong>de</strong> individuos. C<strong>al</strong>culé -princip<strong>al</strong>mente por el número reducidísimo<br />

<strong>de</strong> nidos en <strong>la</strong> primavera- que el invierno <strong>de</strong> 1854-5 había <strong>de</strong>struido<br />

cuatro quintas partes <strong>de</strong> los pájaros en mi propia finca, y ésta es una <strong>de</strong>strucción<br />

enorme cuando recordamos que el diez por ciento es una mort<strong>al</strong>idad<br />

sumamente gran<strong>de</strong> en <strong>la</strong>s epi<strong>de</strong>mias <strong>de</strong>l hombre. La acción <strong>de</strong>l clima<br />

parece, a primera vista, por completo in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha por<br />

<strong>la</strong> existencia; pero en tanto en cuanto el clima obra princip<strong>al</strong>mente reduciendo<br />

el <strong>al</strong>imento, lleva a <strong>la</strong> más severa lucha entre los individuos, ya <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma especie, ya <strong>de</strong> especies distintas, que viven <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>imento. Aun en los casos en que el clima, por ejemplo, extraordinariamente<br />

frío, obra directamente, los individuos que sufrirán más serán<br />

los menos vigorosos o los que hayan conseguido menos <strong>al</strong>imento <strong>al</strong> ir<br />

avanzando el invierno. Cuando viajamos <strong>de</strong> Sur a Norte, o <strong>de</strong> una región<br />

húmeda a otra seca, vemos invariablemente que <strong>al</strong>gunas especies van<br />

58


siendo gradu<strong>al</strong>mente cada vez más raras, y por fin <strong>de</strong>saparecen; y, como,el<br />

cambio <strong>de</strong> clima es visible, nos vemos tentados <strong>de</strong> atribuir todo el<br />

efecto a su acción directa. Pero ésta es una i<strong>de</strong>a errónea; olvidamos que<br />

cada especie, aun don<strong>de</strong> abunda más, está sufriendo constantemente<br />

enorme <strong>de</strong>strucción en <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong> su vida, a causa <strong>de</strong> enemigos o<br />

<strong>de</strong> competidores por el mismo lugar y <strong>al</strong>imento; y si estos enemigos o<br />

competidores son favorecidos, aun en el menor grado, por un ligero<br />

cambio <strong>de</strong> clima, aumentarán en número y, como cada área está ya completamente<br />

provista <strong>de</strong> habitantes, <strong>la</strong>s otras especies tendrán que disminuir.<br />

Cuando viajamos hacia el Sur y vemos una especie <strong>de</strong>crecer en número<br />

po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong> que <strong>la</strong> causa estriba exactamente lo mismo<br />

en que otras especies son favorecidas como en que aquél<strong>la</strong> es perjudicada.<br />

Lo mismo ocurre cuando viajamos hacia el Norte, pero en grado <strong>al</strong>go<br />

menor, porque el número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses, y, por consiguiente,<br />

<strong>de</strong> competidores, <strong>de</strong>crece hacia el Norte; <strong>de</strong> aquí que, yendo hacia<br />

el Norte o subiendo a una montaña, nos encontramos con mucho mayor<br />

frecuencia con formas <strong>de</strong>smedradas, <strong>de</strong>bidas a <strong>la</strong> acción directamente<br />

perjudici<strong>al</strong> <strong>de</strong>l clima, que dirigiéndonos hacia el Sur o <strong>de</strong>scendiendo <strong>de</strong><br />

una montaña. Cuando llegamos a <strong>la</strong>s regiones árticas, o <strong>la</strong>s cumbres coronadas<br />

<strong>de</strong> nieve, o a los <strong>de</strong>siertos absolutos, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida es casi<br />

exclusivamente con los elementos.<br />

Que el clima obra sobre todo indirectamente, favoreciendo a otras especies,<br />

lo vemos c<strong>la</strong>ramente en el prodigioso número <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que en<br />

los jardines pue<strong>de</strong>n soportar perfectamente nuestro clima, pero que nunca<br />

llegan a natur<strong>al</strong>izarse, porque no pue<strong>de</strong>n competir con nuestras p<strong>la</strong>ntas<br />

indígenas ni resistir <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> que son objeto por parte <strong>de</strong><br />

nuestros anim<strong>al</strong>es indígenas.<br />

Cuando una especie, <strong>de</strong>bido a circunstancias favorables, aumenta extraordinariamente<br />

en número en una pequeña comarca, sobrevienen frecuentemente<br />

apizootias -por lo menos, esto parece ocurrir gener<strong>al</strong>mente<br />

con nuestros anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> caza-, y tenemos aquí un obstáculo limitante<br />

in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida. Pero <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas epizootias<br />

parece que son <strong>de</strong>bidas a gusanos parásitos que por <strong>al</strong>guna causa<br />

-quizá, en parte, por <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> difusión entre los anim<strong>al</strong>es aglomerados-<br />

han sido <strong>de</strong>sproporcionadamente favorecidos, y en este caso se presenta<br />

una especie <strong>de</strong> lucha entre el parásito y su víctima.<br />

Por el contrario, en muchos casas, una gran cantidad <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma especie, en re<strong>la</strong>ción con el número <strong>de</strong> sus enemigos, es absolutamente<br />

necesaria para su conservación. Así po<strong>de</strong>mos fácilmente obtener<br />

en los campos gran cantidad <strong>de</strong> trigo, <strong>de</strong> simiente <strong>de</strong> colza, etc., porque<br />

59


<strong>la</strong>s simientes están en gran exceso en comparación con el número <strong>de</strong> pájaros<br />

que se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, y no pue<strong>de</strong>n los pájaros, a pesar <strong>de</strong> tener<br />

una superabundancia <strong>de</strong> comida en esta estación <strong>de</strong>l año, aumentar en<br />

número proporcion<strong>al</strong>mente a <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> simientes, porque su número<br />

fue limitado durante el invierno; pero cu<strong>al</strong>quiera que tenga experiencia<br />

sabe cuán penoso es llegar a obtener simiente <strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> trigo o <strong>de</strong><br />

otras p<strong>la</strong>ntas semejantes en un jardín; en este caso yo he perdido todos<br />

los granos que sembré solos.<br />

Esta opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> una gran cantidad <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie para su conservación explica, creo yo, <strong>al</strong>gunos hechos extraños<br />

en estado natur<strong>al</strong>, como el <strong>de</strong> que p<strong>la</strong>ntas muy raras sean <strong>al</strong>gunas<br />

veces sumamente abundantes en los pocos manchones don<strong>de</strong> existen, y<br />

el <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas soci<strong>al</strong>es sean soci<strong>al</strong>es -esto es, abundantes en<br />

individuos- aun en el límite extremo <strong>de</strong> su área <strong>de</strong> dispersión, pues en<br />

estos casos po<strong>de</strong>mos creer que una p<strong>la</strong>nta pudo vivir so<strong>la</strong>mente don<strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> su vida fueron tan favorables que muchas pudieron<br />

vivir juntas y s<strong>al</strong>var <strong>de</strong> este modo <strong>la</strong> especie <strong>de</strong> una <strong>de</strong>strucción tot<strong>al</strong>. He<br />

<strong>de</strong> añadir que los buenos efectos <strong>de</strong>l cruzamiento y los m<strong>al</strong>os efectos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> unión entre individuos parientes próximos, indudablemente entran en<br />

juego en muchos <strong>de</strong> estos casos; pero no quiero exten<strong>de</strong>rme aquí sobre<br />

este asunto.<br />

Complejas re<strong>la</strong>ciones mutuas <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong><br />

existencia<br />

Muchos casos se han registrado que muestran lo complejo e inesperado<br />

<strong>de</strong> los obstáculos y re<strong>la</strong>ciones entre los seres orgánicos que tienen que<br />

luchar entre sí en el mismo país. Daré únicamente un solo ejemplo, que,<br />

aunque sencillo, me interesó en Staffordshire, en <strong>la</strong> hacienda <strong>de</strong> un pariente,<br />

don<strong>de</strong> tenía abundantes medios <strong>de</strong> investigación. Había un brez<strong>al</strong><br />

gran<strong>de</strong> y sumamente estéril, que no había sido tocado por <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l<br />

hombre; pero varios acres, exactamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma natur<strong>al</strong>eza, habían<br />

sido cercados veinticinco años antes y p<strong>la</strong>ntados <strong>de</strong> pino silvestre. <strong>El</strong><br />

cambio en <strong>la</strong> vegetación espontánea <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte p<strong>la</strong>ntada <strong>de</strong>l brez<strong>al</strong> era<br />

muy notable, más <strong>de</strong> lo que se ve gener<strong>al</strong>mente, <strong>al</strong> pasar <strong>de</strong> un terreno a<br />

otro completamente diferente: no sólo el número re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

<strong>de</strong> brezo variaba por completo, sino que doce especies <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas -sin<br />

contar <strong>la</strong>s gramíneas y los carex- que no podían encontrarse en el brez<strong>al</strong><br />

florecían en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntaciones. <strong>El</strong> efecto en los insectos <strong>de</strong>bió haber sido<br />

mayor, pues seis aves insicetívoras que no se podían encontrar en el brez<strong>al</strong><br />

eran muy comunes en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntaciones, y el brez<strong>al</strong> era frecuentado<br />

60


por dos o tres aves insectívoras distintas. Vemos aquí qué po<strong>de</strong>roso ha<br />

sido el efecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> introducción <strong>de</strong> un solo árbol, no habiéndose hecho<br />

otra cosa más, excepto el haber cercado <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> modo que no pudiese<br />

entrar el ganado. Pero cuán importante elemento es el cercado lo vi c<strong>la</strong>ramente<br />

cerca <strong>de</strong> Farnham, en Surrey. Hay <strong>al</strong>lí gran<strong>de</strong>s brez<strong>al</strong>es con <strong>al</strong>gunos<br />

grupos <strong>de</strong> viejos pinos silvestres en <strong>la</strong>s apartadas cimas <strong>de</strong> los cerros;<br />

en los últimos diez años han sido cercados gran<strong>de</strong>s espacios, y multitud<br />

<strong>de</strong> pinos sembrados natur<strong>al</strong>mente están creciendo tan <strong>de</strong>nsos, que no<br />

pue<strong>de</strong>n vivir todos. Cuando me cercioré <strong>de</strong> que estos arbolitos no habían<br />

sido sembrados ni p<strong>la</strong>ntados quedé tan sorprendido, por su número, que<br />

fui a situarme en diferentes puntos <strong>de</strong> vista, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> pu<strong>de</strong> observar<br />

centenares <strong>de</strong> acres <strong>de</strong>l brez<strong>al</strong> no cercado, y no pu<strong>de</strong>, liter<strong>al</strong>mente, ver un<br />

solo pino silvestre, excepto los grupos viejos p<strong>la</strong>ntados; pero examinando<br />

atentamente entre los t<strong>al</strong>los <strong>de</strong> los brezos, encontré una multitud <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>ntitas y arbolitos que habían sido continuamente rozados por el ganado<br />

vacuno. En una yarda cuadrada, en un sitio distante unas cien yardas<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los grupos viejos <strong>de</strong> pinos, conté veintidós arbolillos, y uno <strong>de</strong><br />

ellos, con veintiséis anillos <strong>de</strong> crecimiento, había durante varios años intentado<br />

levantar su copa por encima <strong>de</strong> los t<strong>al</strong>los <strong>de</strong>l brezo y no lo había<br />

conseguido. No es maravilloso que, en cuanto <strong>la</strong> tierra fue cercada, quedase<br />

<strong>de</strong>nsamente cubierta <strong>de</strong> pinitos creciendo vigorosos. Sin embargo,<br />

el brez<strong>al</strong> era tan sumamente estéril y tan extenso, que nadie hubiera imaginado<br />

nunca que el ganado hubiese buscado su comida tan atenta y<br />

eficazmente.<br />

Vemos aquí que el ganado <strong>de</strong>termina en absoluto <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong>l pino;<br />

pero en diferentes regiones <strong>de</strong>l mundo los insectos <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong><br />

existencia <strong>de</strong>l ganado. Quizá el Paraguay ofrece el ejemplo más curioso<br />

<strong>de</strong> esto, pues <strong>al</strong>lí, ni el ganado vacuno, ni los cab<strong>al</strong>los, ni los perros se<br />

han hecho nunca cimarrones, a pesar <strong>de</strong> que <strong>al</strong> norte y <strong>al</strong> sur abundan en<br />

estado s<strong>al</strong>vaje, y Azara y Rengger han <strong>de</strong>mostrado que esto es <strong>de</strong>bido a<br />

ser más numerosa en el Paraguay cierta mosca que pone sus huevos en el<br />

ombligo <strong>de</strong> estos anim<strong>al</strong>es cuando acaban <strong>de</strong> nacer. <strong>El</strong> aumento <strong>de</strong> estas<br />

moscas, con ser numerosas como lo son, <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar habitu<strong>al</strong>mente<br />

contenido <strong>de</strong> varios modos, probablemente por otros insectos parásitos.<br />

De aquí que si ciertas aves insectívoras disminuyesen en el Paraguay, los<br />

insectos parásitos probablemente aumentarían, y esto haría disminuir el<br />

número <strong>de</strong> <strong>la</strong>s moscas <strong>de</strong>l ombligo; entonces el ganado vacuno y los cab<strong>al</strong>los<br />

llegarían a hacerse s<strong>al</strong>vajes, lo cu<strong>al</strong>, sin duda, <strong>al</strong>teraría mucho <strong>la</strong><br />

vegetación, como positivamente lo he observado en regiones <strong>de</strong> América<br />

<strong>de</strong>l Sur; esto, a<strong>de</strong>más, influiría mucho en los insectos, y esto -como<br />

61


acabamos <strong>de</strong> ver en Staffordshire- en <strong>la</strong>s aves insectívoras, y así, progresivamente,<br />

en círculos <strong>de</strong> complejidad siempre creciente. No quiero <strong>de</strong>cir<br />

que en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sean siempre tan sencil<strong>la</strong>s como éstas.<br />

Bat<strong>al</strong><strong>la</strong>s tras bat<strong>al</strong><strong>la</strong>s han <strong>de</strong> repetirse continuamente con diferente éxito,<br />

y, sin embargo, tar<strong>de</strong> o temprano, <strong>la</strong>s fuerzas quedan tan perfectamente<br />

equilibradas, que el aspecto <strong>de</strong>l mundo permanece uniforme durante <strong>la</strong>rgos<br />

períodos <strong>de</strong> tiempo, a pesar <strong>de</strong> que <strong>la</strong> cosa más insignificante daría <strong>la</strong><br />

victoria a un ser orgánico sobre otro. Sin embargo, tan profunda es nuestra<br />

ignorancia y tan gran<strong>de</strong> nuestra presunción, que nos maravil<strong>la</strong>mos<br />

cuando oímos hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> un ser orgánico, y, como no vemos<br />

<strong>la</strong> causa, invocamos cataclismos para <strong>de</strong>so<strong>la</strong>r <strong>la</strong> tierra o inventamos<br />

leyes sobre <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida.<br />

Estoy tentado <strong>de</strong> dar un ejemplo más, que muestre cómo p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

muy distantes en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza están unidas entre sí<br />

por un tejido <strong>de</strong> complejas re<strong>la</strong>ciones. Más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte tendré ocasión <strong>de</strong><br />

mostrar que <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta exótica Lobelia fulgens nunca es visitada en mi jardín<br />

por los insectos, y que, por consiguiente, a causa <strong>de</strong> su peculiar estructura,<br />

jamás produce ni una semil<strong>la</strong>. Casi todas nuestras p<strong>la</strong>ntas<br />

orquí<strong>de</strong>as requieren absolutamente visitas <strong>de</strong> insectos que tras<strong>la</strong><strong>de</strong>n sus<br />

masas polínicas y <strong>de</strong> este modo <strong>la</strong>s fecun<strong>de</strong>n. He averiguado por experimentos<br />

que los abejorros son casi indispensables para <strong>la</strong> fecundación <strong>de</strong>l<br />

pensamiento (Vio<strong>la</strong> tricolor), pues otros himenópteros no visitan esta<br />

flor. También he encontrado que <strong>la</strong>s visitas <strong>de</strong> los himenópteros son necesarias<br />

para <strong>la</strong> fecundación <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> trébol; por ejemplo, 20<br />

cabezas <strong>de</strong> trébol b<strong>la</strong>nco (Trifolium repens) produjeron 2.290 semil<strong>la</strong>s,<br />

pero otras 20 cabezas resguardadas <strong>de</strong> los himenópteros no produjeron<br />

ni una. A<strong>de</strong>más, 100 cabezas <strong>de</strong> trébol rojo (T. pratense) produjeron 2.700<br />

semil<strong>la</strong>s, pero el mismo número <strong>de</strong> cabezas resguardadas no produjo ni<br />

una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong>. Sólo los abejorros visitan el trébol rojo, pues los otros<br />

himenópteros no pue<strong>de</strong>n <strong>al</strong>canzar <strong>al</strong> néctar. Se ha indicado que <strong>la</strong>s mariposas<br />

pue<strong>de</strong>n fecundar los tréboles; pero dudo cómo podrían hacerlo en<br />

el caso <strong>de</strong>l trébol rojo, pues su peso no es suficiente para <strong>de</strong>primir los pét<strong>al</strong>os<br />

l<strong>la</strong>mados a<strong>la</strong>s. De aquí po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir como sumamente probable<br />

que si todo el género <strong>de</strong> los abejorros llegase a extinguirse o a ser<br />

muy raro en Ing<strong>la</strong>terra, los pensamientos y el trébol rojo <strong>de</strong>saparecerían<br />

por completo. <strong>El</strong> número <strong>de</strong> abejorros en una comarca <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en gran<br />

medida <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> ratones <strong>de</strong> campo, que <strong>de</strong>struyen sus nidos, y el<br />

coronel Newman, que ha prestado mucha atención a <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> los abejorros,<br />

cree que «más <strong>de</strong> dos terceras partes <strong>de</strong> ellos son <strong>de</strong>struídos así en<br />

toda Ing<strong>la</strong>terra». Ahora bien: el número <strong>de</strong> ratones <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mucho,<br />

62


como todo el mundo sabe, <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> gatos, y el coronel Newman<br />

dice: «Junto, a <strong>la</strong>s <strong>al</strong><strong>de</strong>as y pob<strong>la</strong>ciones pequeñas he encontrado los nidos<br />

<strong>de</strong> abejorros en mayor número que en cu<strong>al</strong>quier otra parte, lo que atribuyo<br />

<strong>al</strong> número <strong>de</strong> gatos que <strong>de</strong>struyen a los ratones.» Por consiguiente, es<br />

completamente verosímil que <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> un felino muy abundante<br />

en una comarca pueda <strong>de</strong>terminar, mediante <strong>la</strong> intervención primero <strong>de</strong><br />

los ratones y luego <strong>de</strong> los himenópteros, <strong>la</strong> frecuencia <strong>de</strong> ciertas flores en<br />

aquel<strong>la</strong> comarca.<br />

En cada especie probablemente entran en juego muchos obstáculos diferentes,<br />

obrando en diferentes períodos <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y durante diferentes<br />

estaciones o años, siendo por lo gener<strong>al</strong> un obstáculo, o unos pocos, los<br />

más po<strong>de</strong>rosos, pero concurriendo todos a <strong>de</strong>terminar el promedio <strong>de</strong> individuos<br />

y aun <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. En <strong>al</strong>gunos casos pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse<br />

que obstáculos muy diferentes actúan sobre <strong>la</strong> misma especie<br />

en diferentes regiones. Cuando contemp<strong>la</strong>mos <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y arbustos que<br />

cubren una intrincada <strong>la</strong><strong>de</strong>ra estamos tentados <strong>de</strong> atribuir sus c<strong>la</strong>ses y<br />

número re<strong>la</strong>tivo a lo que l<strong>la</strong>mamos casu<strong>al</strong>idad. Pero ¡cuán errónea opinión<br />

es ésta! Todo el mundo ha oído que cuando se <strong>de</strong>smonta un bosque<br />

americano surge una vegetación muy diferente; pero se ha observado<br />

que <strong>la</strong>s antiguas ruinas <strong>de</strong> los indios en los Estados Unidos <strong>de</strong>l Sur, que<br />

<strong>de</strong>bieron <strong>de</strong> estar antiguamente <strong>de</strong>sembarazadas <strong>de</strong> árboles, muestran<br />

ahora <strong>la</strong> misma diversidad y proporción <strong>de</strong> especies que <strong>la</strong> selva virgen<br />

que los ro<strong>de</strong>a. ¡Qué lucha <strong>de</strong>be <strong>de</strong> haberse efectuado durante <strong>la</strong>rgos siglos<br />

entre <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> árboles esparciendo cada uno sus semil<strong>la</strong>s<br />

por mil<strong>la</strong>res! ¡Qué guerra entre insectos e insectos, entre insectos,<br />

caracoles y otros anim<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s aves y mamíferos <strong>de</strong> presa, esforzándose<br />

todos por aumentar, <strong>al</strong>imentándose todos unos <strong>de</strong> otros, o <strong>de</strong> los árboles,<br />

sus semil<strong>la</strong>s y pimpollos, o <strong>de</strong> otras p<strong>la</strong>ntas que cubrieron antes el suelo<br />

e impidieron así el crecimiento <strong>de</strong> los árboles! Echese <strong>al</strong> aire un puñado<br />

<strong>de</strong> plumas, y todas caen <strong>al</strong> suelo, según leyes <strong>de</strong>finidas; pero ¡qué sencillo<br />

es el problema <strong>de</strong> cómo caerá cada una comparado con el <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción<br />

y reacción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s innumerables p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es que han <strong>de</strong>terminado<br />

en el transcurso <strong>de</strong> siglos los números proporcion<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> árboles<br />

que crecen actu<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>s antiguas ruinas indias!<br />

La <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un ser orgánico respecto <strong>de</strong> otro, como <strong>la</strong> <strong>de</strong> un parásito<br />

respecto <strong>de</strong> su víctima, existe gener<strong>al</strong>mente entre seres distantes en<br />

<strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. En este caso están también a veces los seres <strong>de</strong><br />

que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse rigurosamente que luchan entre sí por <strong>la</strong> existencia,<br />

como en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>ngosta y los cuadrúpedos<br />

herbívoros. Pero <strong>la</strong> lucha será casi siempre muy severa entre los<br />

63


individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, pues frecuentan <strong>la</strong>s mismas regiones,<br />

necesitan <strong>la</strong> misma comida y están expuestos a los mismos peligros. En<br />

el caso <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, <strong>la</strong> lucha será por lo gener<strong>al</strong> igu<strong>al</strong>mente<br />

severa, y <strong>al</strong>gunas veces vemos pronto <strong>de</strong>cidida <strong>la</strong> contienda;<br />

por ejemplo: si se siembran juntas diferentes varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> trigo y <strong>la</strong> simiente<br />

mezc<strong>la</strong>da se siembra <strong>de</strong> nuevo, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que<br />

mejor se acomo<strong>de</strong>n <strong>al</strong> suelo y clima, o que sean natur<strong>al</strong>mente más fértiles,<br />

vencerán a <strong>la</strong>s otras, y producirán así más simiente, y, en consecuencia,<br />

sup<strong>la</strong>ntarán en pocos años a <strong>la</strong>s otras varieda<strong>de</strong>s. Para conservar un<br />

conjunto mezc<strong>la</strong>do, aun cuando sea <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s tan próximas como<br />

los guisantes <strong>de</strong> olor <strong>de</strong> diferentes colores, hay que recoger el fruto separadamente<br />

cada año y mezc<strong>la</strong>r entonces <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> proporción <strong>de</strong>bida;<br />

<strong>de</strong> otro modo, <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses más débiles <strong>de</strong>crecerían en número invariablemente<br />

y <strong>de</strong>saparecerían. Lo mismo ocurre también con <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> ovejas; se ha afirmado que ciertas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> monte harían<br />

morir <strong>de</strong> hambre a otras varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> monte, <strong>de</strong> modo que no se les<br />

pue<strong>de</strong> tener juntas. <strong>El</strong> mismo resultado ha ocurrido por tener juntas diferentes<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> sanguijue<strong>la</strong> medicin<strong>al</strong>. Hasta pue<strong>de</strong> dudarse si<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas o anim<strong>al</strong>es domésticos tienen tan<br />

exactamente <strong>la</strong>s mismas fuerza, costumbres y constitución que pudieran<br />

conservarse por media docena <strong>de</strong> generaciones <strong>la</strong>s proporciones primitivas<br />

<strong>de</strong> un conjunto mezc<strong>la</strong>do -estando evitado el cruzamiento-, si se les<br />

permitiese luchar entre sí, <strong>de</strong>l mismo modo que los seres en estado natur<strong>al</strong>,<br />

y si <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s o crías no fuesen conservadas anu<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida<br />

proporción.<br />

La lucha por <strong>la</strong> vida es rigurosísima entre individuos y varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma especie<br />

Como <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un mismo género tienen por lo común -aunque<br />

no, en modo <strong>al</strong>guno, constantemente- mucha semejanza en costumbres y<br />

constitución y siempre en estructura, <strong>la</strong> lucha, si entran en mutua competencia,<br />

será, en gener<strong>al</strong>, más rigurosa entre el<strong>la</strong>s, que entre especies <strong>de</strong><br />

géneros distintos. Vemos esto en <strong>la</strong> extensión reciente, por regiones <strong>de</strong><br />

los Estados Unidos, <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> golondrina que ha causado diminución<br />

<strong>de</strong> otra especie. <strong>El</strong> reciente aumento <strong>de</strong> <strong>la</strong> char<strong>la</strong> en regiones <strong>de</strong><br />

Escocia ha causado <strong>la</strong> disminución <strong>de</strong>l zorz<strong>al</strong>. ¡Con qué frecuencia oímos<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> rata que ha ocupado el lugar <strong>de</strong> otra especie en<br />

climas los más diferentes! En Rusia, <strong>la</strong> cucaracha pequeña asiática ha ido<br />

empujando ante sí por todas partes a su congénere gran<strong>de</strong>. En Austr<strong>al</strong>ia,<br />

<strong>la</strong> abeja común importada está exterminando rápidamente <strong>la</strong> abeja<br />

64


indígena, pequeña y sin aguijón. Se ha conocido una especie <strong>de</strong> mostaza<br />

sup<strong>la</strong>ntar a otra especie. Po<strong>de</strong>mos entrever por qué tiene que ser severísima<br />

<strong>la</strong> competencia entre formas afines que ocupan exactamente el mismo<br />

lugar en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza; pero probablemente en ningún<br />

caso podríamos <strong>de</strong>cir con precisión por qué una especie ha vencido a<br />

otra en <strong>la</strong> gran bat<strong>al</strong><strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida.<br />

Un coro<strong>la</strong>rio <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducirse <strong>de</strong> <strong>la</strong>s observaciones<br />

prece<strong>de</strong>ntes, y es que <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> todo ser orgánico está re<strong>la</strong>cionada<br />

<strong>de</strong> modo esenci<strong>al</strong>ísimo, aunque frecuentemente oculto, con <strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

todos los otros seres orgánicos con que entra en competencia por el <strong>al</strong>imento<br />

o resi<strong>de</strong>ncia, o <strong>de</strong> los que tiene que escapar, o <strong>de</strong> los que hace presa.<br />

Esto es evi<strong>de</strong>nte en <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> los dientes y garras <strong>de</strong>l tigre y en<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas y garfios <strong>de</strong>l parásito que se adhiere <strong>al</strong> pelo <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>l<br />

tigre. Pero en <strong>la</strong> simiente, con lindo vi<strong>la</strong>no, <strong>de</strong>l diente <strong>de</strong> león y en <strong>la</strong>s patas<br />

ap<strong>la</strong>stadas y or<strong>la</strong>das <strong>de</strong> pelos <strong>de</strong>l ditisco, <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción parece <strong>al</strong> pronto<br />

limitada a los elementos aire y agua. Sin embargo, <strong>la</strong> ventaja <strong>de</strong> <strong>la</strong>s simientes<br />

con vi<strong>la</strong>no se h<strong>al</strong><strong>la</strong> indudablemente en estrechísima re<strong>la</strong>ción con el<br />

estar <strong>la</strong> tierra cubierta ya <strong>de</strong>nsamente <strong>de</strong> otras p<strong>la</strong>ntas, pues <strong>la</strong>s simientes<br />

pue<strong>de</strong>n repartirse más lejos y caer en terreno no ocupado. En el ditisco,<br />

<strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> sus patas, tan bien adaptadas para bucear, le permite<br />

competir con otros insectos acuáticos, cazar presas para él y escapar <strong>de</strong><br />

servir <strong>de</strong> presa a otros anim<strong>al</strong>es.<br />

La provisión <strong>de</strong> <strong>al</strong>imento <strong>al</strong>macenada en <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> muchas p<strong>la</strong>ntas<br />

parece a primera vista que no tiene ninguna c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ción con<br />

otras p<strong>la</strong>ntas; pero, por el activo crecimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas jóvenes producidas<br />

por esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, como los guisantes y <strong>la</strong>s judías, cuando<br />

se siembran entre hierba <strong>al</strong>ta, pue<strong>de</strong> sospecharse que <strong>la</strong> utilidad princip<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> este <strong>al</strong>imento en <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> es favorecer el crecimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntitas mientras que están luchando con otras p<strong>la</strong>ntas que crecen vigorosamente<br />

a todo su <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor.<br />

Consi<strong>de</strong>ramos una p<strong>la</strong>nta en el centro <strong>de</strong> su área <strong>de</strong> dispersión. ¿Por<br />

qué no duplica o cuadruplica su número? Sabemos que pue<strong>de</strong> perfectamente<br />

resistir bien un poco más <strong>de</strong> c<strong>al</strong>or o <strong>de</strong> frío, <strong>de</strong> humedad o <strong>de</strong> sequedad,<br />

pues en cu<strong>al</strong>quier otra parte se extien<strong>de</strong> por comarcas un poco<br />

más c<strong>al</strong>urosas o más frías, más húmedas o más secas. En este caso po<strong>de</strong>mos<br />

ver c<strong>la</strong>ramente que si queremos con <strong>la</strong> imaginación conce<strong>de</strong>r a <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>nta el po<strong>de</strong>r aumentar en número tendremos que conce<strong>de</strong>rle <strong>al</strong>guna<br />

ventaja sobre sus competidores o sobre los anim<strong>al</strong>es que <strong>la</strong> <strong>de</strong>voran. En<br />

los confines <strong>de</strong> su distribución geográfica, un cambio <strong>de</strong> constitución re<strong>la</strong>cionado<br />

con el clima sería evi<strong>de</strong>ntemente una ventaja para nuestra<br />

65


p<strong>la</strong>nta; pero tenemos motivo para creer que muy pocas p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

se extien<strong>de</strong>n tan lejos que sean <strong>de</strong>struidos por el rigor <strong>de</strong>l clima. La<br />

competencia no cesará hasta que <strong>al</strong>cancemos los límites extremos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

vida en <strong>la</strong>s regiones árticas, o en <strong>la</strong>s oril<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sierto absoluto. La<br />

tierra pue<strong>de</strong> ser extremadamente fría o seca, y, sin embargo, habrá competencia<br />

entre <strong>al</strong>gunas especies, o entre los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie,<br />

por los lugares más c<strong>al</strong>ientes o más húmedos.<br />

Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos ver que cuando una p<strong>la</strong>nta o un anim<strong>al</strong> es<br />

colocado en un nuevo país entre nuevos competidores, <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> su vida cambiarán gener<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> un modo esenci<strong>al</strong>, aun cuando<br />

pueda el clima ser exactamente el mismo que en su país anterior. Si su<br />

promedio <strong>de</strong> individuos ha <strong>de</strong> aumentar en el nuevo país, tendríamos<br />

que modificar este anim<strong>al</strong> o p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong> un modo diferente <strong>de</strong>l que habríamos<br />

tenido que hacerlo en su país nat<strong>al</strong>, pues habríamos <strong>de</strong> darle ventaja<br />

sobre un conjunto diferente <strong>de</strong> competidores o enemigos.<br />

Es conveniente el intentar dar <strong>de</strong> este modo, con <strong>la</strong> imaginación, a una<br />

especie cu<strong>al</strong>quiera, una ventaja sobre otra. Es probable que ni en un solo<br />

caso sabríamos cómo hacerlo. Esto <strong>de</strong>biera convencernos <strong>de</strong> nuestra ignorancia<br />

acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones mutuas <strong>de</strong> todos los seres orgánicos,<br />

convicción tan necesaria como difícil <strong>de</strong> adquirir. Todo lo que po<strong>de</strong>mos<br />

hacer es tener siempre presente que todo ser orgánico está esforzándose<br />

por aumentar en razón geométrica, que todo ser orgánico, en <strong>al</strong>gún período<br />

<strong>de</strong> su vida, durante <strong>al</strong>guna estación <strong>de</strong>l año, durante todas <strong>la</strong>s generaciones<br />

o con interv<strong>al</strong>os, tiene que luchar por <strong>la</strong> vida y sufrir gran <strong>de</strong>strucción.<br />

Cuando reflexionamos sobre esta lucha nos po<strong>de</strong>mos conso<strong>la</strong>r<br />

con <strong>la</strong> completa seguridad <strong>de</strong> que <strong>la</strong> guerra en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza no es incesante,<br />

que no se siente ningún miedo, que <strong>la</strong> muerte es gener<strong>al</strong>mente rápida<br />

y que el vigoroso, el sano, el feliz, sobrevive y se multiplica.<br />

66


Capítulo 4<br />

La selección natur<strong>al</strong> o <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más<br />

aptos<br />

Selección natur<strong>al</strong><br />

La lucha por <strong>la</strong> existencia, brevemente discutida en el capítulo anterior,<br />

¿cómo obrará en lo que se refiere a <strong>la</strong> variación? <strong>El</strong> principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección,<br />

que hemos visto es tan potente en <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong>l hombre, ¿pue<strong>de</strong><br />

tener aplicación en <strong>la</strong>s condiciones natur<strong>al</strong>es? Creo que hemos <strong>de</strong> ver<br />

que pue<strong>de</strong> obrar muy efiieazmente. Tengamos presente el sinnúmero <strong>de</strong><br />

variaciones pequeñas y <strong>de</strong> diferencias individu<strong>al</strong>es que aparecen en<br />

nuestras producciones domésticas, y en menor grado en <strong>la</strong>s que están en<br />

condiciones natur<strong>al</strong>es, así como también <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia hereditaria.<br />

Verda<strong>de</strong>ramente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que, en domesticidad, todo el organismo<br />

se hace plástico en <strong>al</strong>guna medida. Pero <strong>la</strong> variabilidad que encontramos<br />

casi univers<strong>al</strong>mente en nuestras producciones domésticas no está<br />

producida directamente por el hombre, según han hecho observar muy<br />

bien Hooker y Asa Gray; el hombre no pue<strong>de</strong> crear varieda<strong>de</strong>s ni impedir<br />

su aparición; pue<strong>de</strong> únicamente conservar y acumu<strong>la</strong>r aquel<strong>la</strong>s que<br />

aparezcan. Involuntariamente, el hombre somete los seres vivientes a<br />

nuevas y cambiantes condiciones <strong>de</strong> vida, y sobreviene <strong>la</strong> variabilidad;<br />

pero cambios semejantes <strong>de</strong> condiciones pue<strong>de</strong>n ocurrir, y ocurren, en <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza. Tengamos también presente cuán infinitamente complejas y<br />

rigurosamente adaptadas son <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> todos los seres orgánicos<br />

entre sí y con condiciones físicas <strong>de</strong> vida, y, en consecuencia, qué infinitamente<br />

variadas diversida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> estructura serían útiles a cada ser en<br />

condiciones cambiantes <strong>de</strong> vida. Viendo que indudablemente se han presentado<br />

variaciones útiles <strong>al</strong> hombre, ¿pue<strong>de</strong>, pues, parecer improbable<br />

el que, <strong>de</strong>l mismo modo, para cada ser, en <strong>la</strong> gran<strong>de</strong> y compleja bat<strong>al</strong><strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, tengan que presentarse otras variaciones útiles en el transcurso<br />

<strong>de</strong> muchas generaciones sucesivas? Si esto ocurre, ¿po<strong>de</strong>mos dudar -<br />

recordando que nacen muchos más individuos <strong>de</strong> los que acaso pue<strong>de</strong>n<br />

67


sobrevivir- que <strong>la</strong>s individuos que tienen ventaja, por ligera que sea, sobre<br />

otros tendrían más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir y procrear su especie?<br />

Por el contrario, po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong> que toda variación en el<br />

menor grado perjudici<strong>al</strong> tiene que ser rigurosamente <strong>de</strong>struida. A esta<br />

conservación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias y variaciones individu<strong>al</strong>mente favorables<br />

y <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que son perjudici<strong>al</strong>es <strong>la</strong> he l<strong>la</strong>mado yo selección<br />

natur<strong>al</strong> o supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados. En <strong>la</strong>s variaciones ni útiles<br />

ni perjudici<strong>al</strong>es no influiría <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, y quedarían abandonadas<br />

como un elemento fluctuante, como vemos quizá en ciertas especies<br />

poliformas, o llegarían fin<strong>al</strong>mente a fijarse a causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

<strong>de</strong>l organismo y <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong>l medio ambiente.<br />

Varios autores han entendido m<strong>al</strong> o puesto reparos <strong>al</strong> término selección<br />

natur<strong>al</strong>. Algunos hasta han imaginado que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> produce<br />

<strong>la</strong> variabilidad, siendo así que implica so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que aparecen y son beneficiosas <strong>al</strong> ser en sus condiciones<br />

<strong>de</strong> vida. Nadie pone reparos a los agricultores que hab<strong>la</strong>n <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>rosos<br />

efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección <strong>de</strong>l hombre, y en este caso <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

dadas por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, que el hombre elige con <strong>al</strong>gún objeto,<br />

tienen necesariamente que existir antes. Otros han opuesto que el término<br />

selección implica elección consciente en los anim<strong>al</strong>es que se modifican,<br />

y hasta ha sido argüido que, como <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas no tienen voluntad, <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong> no es aplicable a el<strong>la</strong>s. En el sentido liter<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra,<br />

indudablemente, selección natur<strong>al</strong> es una expresión f<strong>al</strong>sa; pero<br />

¿quién pondrá nunca reparos a los químicos que hab<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s<br />

electivas <strong>de</strong> los diferentes elementos? Y, sin embargo, <strong>de</strong> un ácido no<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse rigurosamente que elige una base con <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> se combina<br />

<strong>de</strong> preferencia. Se ha dicho que yo hablo <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> como <strong>de</strong><br />

una potencia activa o divinidad; pero ¿quién hace cargos a un autor que<br />

hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> atracción <strong>de</strong> <strong>la</strong> gravedad como si regu<strong>la</strong>se los movimientos<br />

<strong>de</strong> los p<strong>la</strong>netas? Todos sabemos lo que se entien<strong>de</strong> e implican t<strong>al</strong>es expresiones<br />

metafóricas, que son casi necesarias para <strong>la</strong> brevedad. Del mismo<br />

modo, a<strong>de</strong>más, es difícil evitar el personificar <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra Natur<strong>al</strong>eza;<br />

pero por Natur<strong>al</strong>eza quiero <strong>de</strong>cir sólo <strong>la</strong> acción y el resultado tot<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

muchas leyes natur<strong>al</strong>es, y por leyes, <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> hechos, en cuanto son<br />

conocidos con seguridad por nosotros. Familiarizándose un poco, estas<br />

objeciones tan superfici<strong>al</strong>es quedarán olvidadas.<br />

Compren<strong>de</strong>remos mejor <strong>la</strong> marcha probable <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> tomando<br />

el caso <strong>de</strong> un país que experimente <strong>al</strong>gún ligero cambio físico,<br />

por ejemplo, <strong>de</strong> clima. Los números proporcion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> sus habitantes experimentarán<br />

casi inmediatamente un cambio, y <strong>al</strong>gunas especies<br />

68


llegarán probablemente a extinguirse. De lo que hemos visto acerca <strong>de</strong>l<br />

modo íntimo y complejo como están unidos entre sí los habitantes <strong>de</strong> cada<br />

país po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que cu<strong>al</strong>quier cambio en <strong>la</strong>s proporciones<br />

numéricas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas especies afectaría seriamente a los otros<br />

habitantes, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong>l clima mismo. Si el país estaba<br />

abierto en sus límites, inmigrarían seguramente formas nuevas, y esto<br />

perturbaría también gravemente <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes<br />

anteriores. Recuér<strong>de</strong>se que se ha <strong>de</strong>mostrado cuán po<strong>de</strong>rosa es <strong>la</strong><br />

influencia <strong>de</strong> un solo árbol o mamífero introducido. Pero en el caso <strong>de</strong><br />

una is<strong>la</strong> o <strong>de</strong> un país parci<strong>al</strong>mente ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> barreras, en el cu<strong>al</strong> no<br />

puedan entrar libremente formas nuevas y mejor adaptadas, tendríamos<br />

entonces lugares en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza que estarían con seguridad<br />

mejor ocupados si <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los primitivos habitantes se modificasen<br />

en <strong>al</strong>gún modo; pues si el territorio hubiera estado abierto a <strong>la</strong> inmigración,<br />

estos mismos puestos hubiesen sido cogidos por los intrusos. En<br />

estos casos, modificaciones ligeras, que en modo <strong>al</strong>guno favorecen a los<br />

individuos <strong>de</strong> una especie, ten<strong>de</strong>rían a conservarse, por adaptarlos mejor<br />

a <strong>la</strong>s condiciones modificadas, y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> tendría campo libre<br />

para <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor <strong>de</strong> perfeccionamiento.<br />

Tenemos buen fundamento para creer, como se ha <strong>de</strong>mostrado en el<br />

capítulo tercero, que los cambios en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida producen<br />

una ten<strong>de</strong>ncia a aumentar <strong>la</strong> variabilidad, y en los casos prece<strong>de</strong>ntes <strong>la</strong>s<br />

condiciones han cambiado, y esto sería evi<strong>de</strong>ntemente favorable a <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, por aportar mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que aparezcan<br />

variaciones útiles. Si no aparecen éstas, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> hacer<br />

nada. No se <strong>de</strong>be olvidar nunca que en el término variaciones están<br />

incluidas simples diferencias individu<strong>al</strong>es. Así como el hombre pue<strong>de</strong><br />

producir un resultado gran<strong>de</strong> en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es domésticos sumando<br />

en una dirección dada diferencias individu<strong>al</strong>es, también lo pudo<br />

hacer <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, aunque con mucha más facilidad, por tener<br />

tiempo incomparablemente mayor para obrar.<br />

No es que yo crea que un gran cambio físico, <strong>de</strong> clima, por ejemplo, o<br />

<strong>al</strong>gún grado extraordinario <strong>de</strong> ais<strong>la</strong>miento que impida <strong>la</strong> inmigración, es<br />

necesario para que tengan que quedar nuevos puestos vacantes para que<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> los llene, perfeccionando <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes<br />

que varían; pues como todos los habitantes <strong>de</strong> cada región están luchando<br />

entre sí con fuerzas <strong>de</strong>licadamente equilibradas, modificaciones ligerísimas<br />

en <strong>la</strong> conformación o en <strong>la</strong>s costumbres <strong>de</strong> una especie le habrán<br />

<strong>de</strong> dar muchas veces ventaja sobre otras, y aun nuevas modificaciones <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se aumentarán con frecuencia todavía más <strong>la</strong> ventaja,<br />

69


mientras <strong>la</strong> especie continúe en <strong>la</strong>s mismas condiciones <strong>de</strong> vida y saque<br />

provecho <strong>de</strong> medios parecidos <strong>de</strong> subsistencia y <strong>de</strong>fensa. No pue<strong>de</strong> citarse<br />

ningún país en el que todos los habitantes indígenas estén en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad<br />

tan perfectamente adaptados entre sí y a <strong>la</strong>s condiciones físicas en<br />

que viven que ninguno <strong>de</strong> ellos pueda estar todavía mejor adaptado o<br />

perfeccionado; pues en todos los países los habitantes indígenas han sido<br />

hasta t<strong>al</strong> punto conquistados por producciones natur<strong>al</strong>izadas, que han<br />

permitido a <strong>al</strong>gunos extranjeros tomar posesión firme <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra. Y como<br />

<strong>la</strong>s extranjeros han <strong>de</strong>rrotado así en todos los países a <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los<br />

indígenas, po<strong>de</strong>mos seguramente sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que los indígenas<br />

podían haber sido modificados más ventajosamente, <strong>de</strong> modo que<br />

hubiesen resistido mejor a los invasores.<br />

Si el hombre pue<strong>de</strong> producir, y seguramente ha producido, resultados<br />

gran<strong>de</strong>s con sus modos metódicos o inconscientes <strong>de</strong> selección, ¿qué no<br />

podrá efectuar <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>? <strong>El</strong> hombre pue<strong>de</strong> obrar sólo sobre caracteres<br />

externos y visibles. La Natur<strong>al</strong>eza -si se me permite personificar<br />

<strong>la</strong> conservación o supervivencia natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados- no atien<strong>de</strong><br />

a nada por <strong>la</strong>s apariencias, excepto en <strong>la</strong> medida que son útiles a los<br />

seres. Pue<strong>de</strong> obrar sobre todos los órganos internos, sobre todos los matices<br />

<strong>de</strong> diferencia <strong>de</strong> constitución, sobre el mecanismo entero <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida.<br />

<strong>El</strong> hombre selecciona so<strong>la</strong>mente para su propio bien; <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza lo hace<br />

sólo para el bien <strong>de</strong>l ser que tiene a su cuidado. La Natur<strong>al</strong>eza hace<br />

funcionar plenamente todo carácter seleccionado, como lo implica el hecho<br />

<strong>de</strong> su selección. <strong>El</strong> hombre retiene en un mismo país los seres natur<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> varios climas; raras veces ejercita <strong>de</strong> modo peculiar y a<strong>de</strong>cuado cada<br />

carácter elegido; <strong>al</strong>imenta con <strong>la</strong> misma comida una p<strong>al</strong>oma <strong>de</strong> pico<br />

<strong>la</strong>rgo y una <strong>de</strong> pico corto; no ejercita <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo especi<strong>al</strong> un cuadrúpedo<br />

<strong>de</strong> lomo a<strong>la</strong>rgado o uno <strong>de</strong> patas <strong>la</strong>rgas; somete <strong>al</strong> mismo clima<br />

ovejas <strong>de</strong> <strong>la</strong>na corta y <strong>de</strong> <strong>la</strong>na <strong>la</strong>rga; no permite a los machos más vigorosos<br />

luchar por <strong>la</strong>s hembras; no <strong>de</strong>struye con rigi<strong>de</strong>z todos los individuos<br />

inferiores, sino que, en <strong>la</strong> medida en que pue<strong>de</strong>, protege todos sus productos<br />

en cada cambio <strong>de</strong> estación; empieza con frecuencia su selección<br />

por <strong>al</strong>guna forma semimonstruosa o, por lo menos, por <strong>al</strong>guna modificación<br />

lo bastante s<strong>al</strong>iente para que atraiga <strong>la</strong> vista o para que le sea francamente<br />

útil. En <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza, <strong>la</strong>s más ligeras diferencias <strong>de</strong> estructura o<br />

constitución pue<strong>de</strong>n muy bien inclinar <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>nza, tan <strong>de</strong>licadamente equilibrada,<br />

en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia y ser así conservadas. ¡Qué fugaces<br />

son los <strong>de</strong>seos y esfuerzos <strong>de</strong>l hombre! ¡Qué breve su tiempo!, y, por<br />

con,siguiente, ¡qué pobres serán sus resultados, en comparación con los<br />

acumu<strong>la</strong>dos en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza durante períodos geológicos enteros!<br />

70


¿Po<strong>de</strong>mos, pues, maravil<strong>la</strong>rnos <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza<br />

hayan <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> condición mucho más re<strong>al</strong> que <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong>l<br />

hombre; <strong>de</strong> que hayan <strong>de</strong> estar infinitamente mejor adaptadas a <strong>la</strong>s más<br />

complejas condiciones <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> que hayan <strong>de</strong> llevar c<strong>la</strong>ramente el sello<br />

<strong>de</strong> una fabricación superior?<br />

Metafóricamente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> está buscando<br />

cada día y cada hora por todo el mundo <strong>la</strong>s más ligeras variaciones; rechazando<br />

<strong>la</strong>s que son ma<strong>la</strong>s; conservando y sumando todas <strong>la</strong>s que son<br />

buenas; trabajando silenciosa e insensiblemente, cuandoquiera y don<strong>de</strong>quiera<br />

que se ofrece <strong>la</strong> oportunidad, por el perfeccionamiento <strong>de</strong> cada<br />

ser orgánico en re<strong>la</strong>ción con sus condiciones orgánicas e inorgánicas <strong>de</strong><br />

vida. Nada vemos <strong>de</strong> estos cambios lentos y progresivos hasta que <strong>la</strong> mano<br />

<strong>de</strong>l tiempo ha marcado el transcurso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s; y entonces, tan<br />

imperfecta es nuestra visión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s remotas eda<strong>de</strong>s geológicas, que vemos<br />

sólo que <strong>la</strong>s formas orgánicas son ahora diferentes <strong>de</strong> lo que fueron<br />

en otro tiempo.<br />

Para que en una especie se efectúe <strong>al</strong>guna modificación gran<strong>de</strong>, una<br />

variedad ya formada tuvo que variar <strong>de</strong> nuevo -quizá <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un<br />

gran interv<strong>al</strong>o <strong>de</strong> tiempo-, o tuvo que presentar diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> natur<strong>al</strong>eza que antes, y éstas tuvieron que ser <strong>de</strong> nuevo conservadas,<br />

y así, progresivamente, paso a paso. Viendo que diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se vuelven a presentarse siempre <strong>de</strong> nuevo, difícilmente<br />

pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse esto como una suposición injustificada. Pero<br />

el que sea cierta o no sólo po<strong>de</strong>mos juzgarlo viendo hasta qué punto <strong>la</strong><br />

hipótesis explica y concuerda con los fenómenos gener<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza.<br />

Por otra parte, <strong>la</strong> creencia ordinaria <strong>de</strong> que <strong>la</strong> suma <strong>de</strong> varación posible<br />

es una cantidad estrictamente limitada es igu<strong>al</strong>mente una simple<br />

suposición.<br />

Aun cuando <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> obrar so<strong>la</strong>mente por el bien y<br />

para el bien <strong>de</strong> cada ser, sin embargo, caracteres y estructuras que estamos<br />

inclinados a consi<strong>de</strong>rar como <strong>de</strong> importancia insignificante pue<strong>de</strong>n<br />

ser influídos por el<strong>la</strong>. Cuando vemos ver<strong>de</strong>s los insectos que comen hojas,<br />

y moteados <strong>de</strong> gris los que se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong> cortezas, b<strong>la</strong>nco en invierno<br />

el Lagopus mutus o perdiz <strong>al</strong>pina, y <strong>de</strong>l color <strong>de</strong> los brezos el Lagopus<br />

scoticus o perdiz <strong>de</strong> Escocia, hemos <strong>de</strong> creer que estos colores son <strong>de</strong><br />

utilidad a estos insectos y aves para librarse <strong>de</strong> peligros. Los Lagopus, si<br />

no fuesen <strong>de</strong>struídos en <strong>al</strong>gún período <strong>de</strong> su vida, aumentarían hasta ser<br />

innumerables; pero se sabe que sufren mucho por <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> rapiña, y<br />

los h<strong>al</strong>cones se dirigen a sus presas por el sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> vista, tanto, que<br />

en <strong>al</strong>gunos sitios <strong>de</strong>l continente se aconseja no conservar p<strong>al</strong>omas<br />

71


<strong>la</strong>ncas, por ser <strong>la</strong>s más expuestas a <strong>de</strong>strucción. Por consiguiente, <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> pudo ser efiicaz para dar el color conveniente a cada especie<br />

<strong>de</strong> Lagopus y en conservar este color justo y constante una vez adquirido.<br />

No <strong>de</strong>bemos creer que <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

un color particu<strong>la</strong>r haya <strong>de</strong> producir pequeño efecto; hemos <strong>de</strong> recordar<br />

lo importante que es en un rebaño <strong>de</strong> ovejas b<strong>la</strong>ncas <strong>de</strong>struir todo cor<strong>de</strong>ro<br />

con <strong>la</strong> menor señ<strong>al</strong> <strong>de</strong> negro. Hemos visto cómo el color <strong>de</strong> los cerdos<br />

que se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong> paint-root (Lachnanthes tinctoria) en Virginia <strong>de</strong>termina<br />

el que hayan <strong>de</strong> morir o vivir. En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>la</strong> vellosidad <strong>de</strong>l fruto<br />

y el color <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne son consi<strong>de</strong>rados por los botánicos como caracteres<br />

<strong>de</strong> importancia <strong>la</strong> más insignificante; sin embargo, sabemos por un excelente<br />

horticultor, Downing, que en los Estados Unidos <strong>la</strong>s frutas <strong>de</strong> piel<br />

lisa son mucho más atacadas por un coleóptero, un Curculio, que <strong>la</strong>s que<br />

tienen vello, y que <strong>la</strong>s cirue<strong>la</strong>s moradas pa<strong>de</strong>cen mucho más cierta enfermedad<br />

que <strong>la</strong>s cirue<strong>la</strong>s amaril<strong>la</strong>s, mientras que otra enfermedad ataca a<br />

los melocotones <strong>de</strong> carne amaril<strong>la</strong> mucho más que a los que tienen <strong>la</strong> carne<br />

<strong>de</strong> otro color. Si con todos los auxilios <strong>de</strong>l arte estas ligeras diferencias<br />

producen una gran diferencia <strong>al</strong> cultivar <strong>la</strong>s distintas varieda<strong>de</strong>s, seguramente<br />

que, en estado natur<strong>al</strong>, en el que los árboles tendrían que luchar<br />

con otros árboles y con una legión <strong>de</strong> enemigos, estas diferencias <strong>de</strong>cidirían<br />

re<strong>al</strong>mente el que hubiese <strong>de</strong> triunfar un fruto liso o pubescente, un<br />

fruto <strong>de</strong> carne amaril<strong>la</strong> o <strong>de</strong> carne morada.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s muchas diferencias pequeñas que existen entre<br />

especies -diferencias que, hasta don<strong>de</strong> nuestra ignorancia nos permite<br />

juzgar, parecen completamente insignificantes- no hemos <strong>de</strong> olvidar que<br />

el clima, comida etc. han producido indudablemente <strong>al</strong>gún efecto directo.<br />

También es necesario tener presente que, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción,<br />

cuando una parte varía y <strong>la</strong>s variaciones se acumu<strong>la</strong>n por selección<br />

natur<strong>al</strong>, sobrevendrán otras rnodificaciones, muchas veces <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

<strong>la</strong> más inesperada.<br />

Así como vemos que <strong>la</strong>s variaciones que aparecen en domesticidad en<br />

un período <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida tien<strong>de</strong>n a reaparecer en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

en el mismo período -por ejemplo: <strong>la</strong>s variaciones en <strong>la</strong> forma, tamaño<br />

y sabor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s numerosas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestras p<strong>la</strong>ntas<br />

culinarias y agríco<strong>la</strong>s, en los estados <strong>de</strong> oruga y crisálida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l gusano <strong>de</strong> seda, en los huevos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong> y en el color<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> pelusa <strong>de</strong> sus polluelos, en <strong>la</strong>s astas <strong>de</strong> los carneros y ganado<br />

vacuno cuando son casi adultos-, <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo, en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> podrá influir en los seres orgánicos y modificarlos en<br />

cu<strong>al</strong>quier edad por <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción, en esta edad, <strong>de</strong> variaciones útiles, y<br />

72


por su herencia en <strong>la</strong> edad correspondiente. Si es útil a una p<strong>la</strong>nta el que<br />

sus semil<strong>la</strong>s sean diseminadas por el viento a distancia cada vez mayor,<br />

no puedo ver yo mayor dificultad en que esto se efectúe por selección<br />

natur<strong>al</strong> que en que el cultivador <strong>de</strong> <strong>al</strong>godón aumente y mejore por selección<br />

los pelos <strong>la</strong>nosos en <strong>la</strong>s cápsu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> sus <strong>al</strong>godoneros. La selección<br />

natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> modificar y adaptar <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva <strong>de</strong> un insecto a una porción<br />

<strong>de</strong> circunstancias completamente diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que conciernen <strong>al</strong> insecto<br />

adulto, y estas modificaciones pue<strong>de</strong>n influir, por corre<strong>la</strong>ción, en <strong>la</strong><br />

estructura <strong>de</strong>l adulto. También, inversamente, modificaciones en el adulto<br />

pue<strong>de</strong>n influir en <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva; pero en todos los casos <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong> garantizará que no sean perjudici<strong>al</strong>es, pues si lo fuesen,<br />

<strong>la</strong> especie llegaría a extinguirse.<br />

La selección natur<strong>al</strong> modificará <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong>l hijo en re<strong>la</strong>ción con el<br />

padre, y <strong>la</strong> <strong>de</strong>l padre en re<strong>la</strong>ción con el hijo. En los anim<strong>al</strong>es soci<strong>al</strong>es<br />

adaptará <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> cada individuo para beneficio <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> comunidad,<br />

si ésta saca provecho <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación seleccionada. Lo que no pue<strong>de</strong><br />

hacer <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> es modificar <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> una especie sin<br />

darle <strong>al</strong>guna ventaja para el bien <strong>de</strong> otra especie; y, aunque pue<strong>de</strong>n h<strong>al</strong><strong>la</strong>rse<br />

en los libros <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong> manifestaciones en este sentido,<br />

yo no puedo h<strong>al</strong><strong>la</strong>r un solo caso que resista <strong>la</strong> comprobación. Una conformación<br />

utilizada sólo una vez en <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong>, si es <strong>de</strong> suma<br />

importancia para él, pudo ser modificada hasta cu<strong>al</strong>quier extremo por<br />

selección natur<strong>al</strong>; por ejemplo: <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s que poseen ciertos<br />

insectos utilizadas exclusivamente para abrir el capullo, o <strong>la</strong> punta<br />

dura <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves antes <strong>de</strong> nacer, empleada para romper el huevo.<br />

Se ha afirmado que, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mejores p<strong>al</strong>omas tumbler o volteadoras <strong>de</strong> pico<br />

corto, un gran número perecen en el huevo porque son incapaces <strong>de</strong><br />

s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong> él; <strong>de</strong> manera que los avicultores ayudan en el acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> s<strong>al</strong>ida.<br />

Ahora bien: si <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza hubiese <strong>de</strong> hacer cortísimo el pico <strong>de</strong>l p<strong>al</strong>omo<br />

adulto para ventaja <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma ave, el proceso <strong>de</strong> modificación tendría<br />

que ser lentísimo, y habría simultáneamente, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l huevo, <strong>la</strong><br />

selección más rigurosa <strong>de</strong> todos los polluelos que tuviesen el pico más<br />

potente y duro, pues todos los <strong>de</strong> pico b<strong>la</strong>ndo perecerían inevitablemente,<br />

o bien podrían ser seleccionadas <strong>la</strong>s cáscaras más <strong>de</strong>licadas y más fácilmente<br />

rompibles, pues es sabido que el grueso <strong>de</strong> <strong>la</strong> cáscara varía como<br />

cu<strong>al</strong>quier otra estructura.<br />

Será conveniente hacer observar aquí que en todos los seres ha <strong>de</strong> haber<br />

mucha <strong>de</strong>strucción fortuita, que poca o ninguna influencia pue<strong>de</strong> tener<br />

en el curso <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>; por ejemplo: un inmenso número<br />

<strong>de</strong> huevos y semil<strong>la</strong>s son <strong>de</strong>vorados anu<strong>al</strong>mente, y éstos sólo podrían ser<br />

73


modificados por selección natur<strong>al</strong> si variasen <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo que los protegiese<br />

<strong>de</strong> sus enemigos. Sin embargo, muchos <strong>de</strong> estos huevos o semil<strong>la</strong>s,<br />

si no hubiesen sido <strong>de</strong>struídos, habrían producido quizá individuos<br />

mejor adaptados a sus condiciones <strong>de</strong> vida que ninguno <strong>de</strong> los que tuvieron<br />

<strong>la</strong> suerte <strong>de</strong> sobrevivir. También, a<strong>de</strong>más, un número inmenso <strong>de</strong><br />

anim<strong>al</strong>es, y p<strong>la</strong>ntas adultos, sean o no los mejor adaptados a sus condiciones,<br />

tiene que ser <strong>de</strong>struido anu<strong>al</strong>mente por causas acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es que no<br />

serían mitigadas ni en lo más mínimo por ciertos cambios <strong>de</strong> estructura o<br />

constitución que serían, por otros conceptos, beneficiosos para <strong>la</strong> especie.<br />

Pero, aunque <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los adultos sea tan consi<strong>de</strong>rable -siempre<br />

que el número que pue<strong>de</strong> existir en un distrito no esté por completo limitado<br />

por esta causa-, o aunque <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> huevos y semil<strong>la</strong>s sea<br />

tan gran<strong>de</strong> que sólo una centésima o una milésima parte se <strong>de</strong>sarrolle,<br />

sin embargo, <strong>de</strong> los individuos que sobrevivan, los mejor adaptados -suponiendo<br />

que haya <strong>al</strong>guna variabilidad en sentido favorable- ten<strong>de</strong>rán a<br />

propagar su c<strong>la</strong>se en mayor número que los menos bien adaptados. Si el<br />

número está completamente limitado por <strong>la</strong>s causas que se acaban <strong>de</strong> indicar,<br />

como ocurrirá muchas veces, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> será impotente<br />

para <strong>de</strong>terminadas direcciones beneficiosas; pero esto no es una objeción<br />

válida contra su eficacia en otros tiempos y <strong>de</strong> otros modos, pues estamos<br />

lejos <strong>de</strong> tener <strong>al</strong>guna razón para suponer que muchas especies experimenten<br />

continuamente modificaciones y perfeccionamiento <strong>al</strong> mismo<br />

tiempo y en <strong>la</strong> misma región.<br />

Selección sexu<strong>al</strong><br />

Puesto, que en domesticidad aparecen con frecuencia particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s<br />

en un sexo que quedan hereditariamente unidas a este sexo, lo mismo<br />

suce<strong>de</strong>rá, sin duda, en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. De este modo se hace posible que<br />

los dos sexos se modifiquen, mediante selección natur<strong>al</strong>, en re<strong>la</strong>ción con<br />

sus diferentes costumbres, como es muchas veces el caso, o que un sexo<br />

se modifique con re<strong>la</strong>ción <strong>al</strong> otro, como ocurre comúnmente. Esto me lleva<br />

a <strong>de</strong>cir <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras sobre lo que he l<strong>la</strong>mado selección sexu<strong>al</strong>. Esta<br />

forma <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, no <strong>de</strong> una lucha por <strong>la</strong> existencia en re<strong>la</strong>ción<br />

con otros seres orgánicos o con condiciones externas, sino <strong>de</strong> una lucha<br />

entre los individuos <strong>de</strong> un sexo -gener<strong>al</strong>mente, los machos- por <strong>la</strong><br />

posesión <strong>de</strong>l otro sexo. <strong>El</strong> resultado no es <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong>l competidor <strong>de</strong>safortunado,<br />

sino el que <strong>de</strong>ja poca o ninguna <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. La selección sexu<strong>al</strong><br />

es, por lo tanto, menos rigurosa que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Gener<strong>al</strong>mente,<br />

los machos más vigorosos, los que están mejor a<strong>de</strong>cuados a su situación<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, <strong>de</strong>jarán más <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia; pero en muchos<br />

74


casos <strong>la</strong> victoria <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> no tanto <strong>de</strong>l vigor natur<strong>al</strong> como <strong>de</strong> <strong>la</strong> posesión<br />

<strong>de</strong> armas especi<strong>al</strong>es limitadas <strong>al</strong> sexo masculino. Un ciervo sin cuernos,<br />

un g<strong>al</strong>lo sin espolones, habrían <strong>de</strong> tener pocas probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar<br />

numerosa <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. La selección sexu<strong>al</strong>, <strong>de</strong>jando siempre criar <strong>al</strong><br />

vencedor, pudo, seguramente, dar v<strong>al</strong>or indomable, longitud a los espolones,<br />

fuerza <strong>al</strong> a<strong>la</strong> para empujar <strong>la</strong> pata armada <strong>de</strong> espolón, casi <strong>de</strong>l mismo<br />

modo que lo hace el brut<strong>al</strong> g<strong>al</strong>lero mediante <strong>la</strong> cuidadosa selección<br />

<strong>de</strong> sus mejores g<strong>al</strong>los.<br />

Hasta qué grado, en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> los seres natur<strong>al</strong>es, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>la</strong> ley<br />

<strong>de</strong>l combate, no lo sé; se ha <strong>de</strong>scrito que los cocodrilos riñen, rugen y giran<br />

<strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor -como los indios en una danza guerrera- por <strong>la</strong> posesión<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras. Se ha observado que los s<strong>al</strong>mones machos riñen durante<br />

todo el día; los ciervos vo<strong>la</strong>ntes machos, a veces llevan heridas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

enormes mandíbu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los otros machos; el inimitable observador monsieur<br />

Fabre ha visto muchas veces los machos <strong>de</strong> ciertos insectos himenópteros<br />

riñendo por una hembra <strong>de</strong>terminada que está posada <strong>al</strong> <strong>la</strong>do,<br />

espectador en apariencia indiferente <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha, <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> se retira <strong>de</strong>spués<br />

con el vencedor. La guerra es quizá más severa entre los machos <strong>de</strong> los<br />

anim<strong>al</strong>es polígamos, y parece que éstos están provistos muy frecuentemente<br />

<strong>de</strong> armas especi<strong>al</strong>es. Los machos <strong>de</strong> los carnívoros están siempre<br />

bien armados, aun cuando a ellos y a otros pue<strong>de</strong>n ser dados medios especi<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa mediante <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, como <strong>la</strong> melena <strong>de</strong>l<br />

león o <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> ganchuda <strong>de</strong>l s<strong>al</strong>món macho, pues tan importante<br />

pue<strong>de</strong> ser para <strong>la</strong> victoria el escudo como <strong>la</strong> espada o <strong>la</strong> <strong>la</strong>nza.<br />

Entre <strong>la</strong>s aves, <strong>la</strong> contienda es muchas veces <strong>de</strong> carácter más pacífico.<br />

Todos los que se han ocupado <strong>de</strong> este asunto creen que entre los machos<br />

<strong>de</strong> muchas especies existe <strong>la</strong> riv<strong>al</strong>idad más gran<strong>de</strong> por atraer cantando a<br />

<strong>la</strong>s hembras. <strong>El</strong> tordo rupestre <strong>de</strong> Guayana, <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong>l paraíso y <strong>al</strong>gunas<br />

otras se reúnen, y los machos, sucesivamente, <strong>de</strong>spliegan con el más<br />

minucioso cuidado y exhiben <strong>de</strong> <strong>la</strong> mejor manera su esplendoroso plumaje;<br />

a<strong>de</strong>más ejecutan extraños movimientos ante <strong>la</strong>s hembras, que, asistiendo<br />

como espectadores, escogen <strong>al</strong> fin el compañero más atractivo.<br />

Los que han prestado mucha atención a <strong>la</strong>s aves cautivas saben perfectamente<br />

que éstas, con frecuencia, tienen preferencias y aversiones individu<strong>al</strong>es;<br />

así, sir R. Heron ha <strong>de</strong>scrito cómo un pavo re<strong>al</strong> manchado era<br />

sumamente atractivo para todas sus pavas. No puedo entrar aquí en los<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong>les necesarios; pero si el hombre pue<strong>de</strong> en corto tiempo dar hermosura<br />

y porte elegante a sus g<strong>al</strong>linas bantam conforme a su standard o tipo<br />

<strong>de</strong> belleza, no se ve ninguna razón legítima para dudar <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

aves hembras, eligiendo durante miles <strong>de</strong> generaciones los machos más<br />

75


hermosos y melodiosos según sus tipos <strong>de</strong> belleza, puedan producir un<br />

efecto seña<strong>la</strong>do. Algunas leyes muy conocidas respecto <strong>al</strong> plumaje <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

aves machos y hembras en comparación <strong>de</strong>l plumaje <strong>de</strong> los polluelos<br />

pue<strong>de</strong>n explicarse, en parte, mediante <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección sexu<strong>al</strong> sobre<br />

variaciones que se presentan en diferentes eda<strong>de</strong>s y se transmiten sólo<br />

a los machos, o a los dos sexos, en <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes; pero<br />

no tengo aquí espacio para entrar en este asunto.<br />

Así es que, a mi parecer, cuando los machos y <strong>la</strong>s hembras tienen <strong>la</strong>s<br />

mismas costumbres gener<strong>al</strong>es, pero difieren en conformación, color o<br />

adorno, estas diferencias han sido producidas princip<strong>al</strong>mente por selección<br />

sexu<strong>al</strong>, es <strong>de</strong>cir: mediante individuos machos que han tenido en generaciones<br />

sucesivas <strong>al</strong>guna ligera ventaja sobre otros machos, en sus armas,<br />

medios <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa o encantos, que han transmitido a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

masculina so<strong>la</strong>mente. Sin embargo, no quisiera atribuir todas <strong>la</strong>s diferencias<br />

sexu<strong>al</strong>es a esta acción, pues en los anim<strong>al</strong>es domésticos vemos<br />

surgir en el sexo masculino y quedar ligadas a él particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s que<br />

evi<strong>de</strong>ntemente no han sido acrecentadas mediante selección por el hombre.<br />

<strong>El</strong> mechón <strong>de</strong> fi<strong>la</strong>mentos en el pecho <strong>de</strong>l pavo s<strong>al</strong>vaje no pue<strong>de</strong> tener<br />

ningún uso, y es dudoso que pueda ser ornament<strong>al</strong> a los ojos <strong>de</strong> <strong>la</strong> hembra;<br />

re<strong>al</strong>mente, si el mechón hubiese aparecido en estado doméstico se le<br />

habría c<strong>al</strong>ificado <strong>de</strong> monstruosidad.<br />

Ejemplos <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> o <strong>de</strong> <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong><br />

los más a<strong>de</strong>cuados<br />

Para que que<strong>de</strong> más c<strong>la</strong>ro cómo obra, en mi opinión, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

suplicaré que se me permita dar uno o dos ejemplos imaginarios: Tomemos<br />

el caso <strong>de</strong> un lobo que hace presa en diferentes anim<strong>al</strong>es, cogiendo<br />

a unos por astucia, a otros por fuerza y a otros por ligereza, y supongamos<br />

que <strong>la</strong> presa más ligera, un ciervo, por ejemplo, por <strong>al</strong>gún cambio<br />

en el país, hubiese aumentado en número <strong>de</strong> individuos, o que otra presa<br />

hubiese disminuido durante <strong>la</strong> estación <strong>de</strong>l año en que el lobo estuviese<br />

más duramente apurado por <strong>la</strong> comida. En estas circunstancias, los lobos<br />

más veloces y más ágiles tendrían <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir<br />

y <strong>de</strong> ser así conservados o seleccionados, dado siempre que conservasen<br />

fuerza para dominar sus presas en esta o en otra época <strong>de</strong>l año,<br />

cuando se viesen obligados a apresar otros anim<strong>al</strong>es. No <strong>al</strong>canzo a ver<br />

que haya más motivo para dudar <strong>de</strong> que éste sería el resultado, que para<br />

dudar <strong>de</strong> que el hombre sea capaz <strong>de</strong> perfeccionar <strong>la</strong> ligereza <strong>de</strong> sus g<strong>al</strong>gos<br />

por selección cuidadosa y metódica, o por aquel<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> selección<br />

inconsciente que resulta <strong>de</strong> que todo hombre procura conservar los<br />

76


mejores perros, sin i<strong>de</strong>a <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> modificar <strong>la</strong> casta. Puedo añadir que,<br />

según míster Pierce, existen dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l lobo en los montes Catskill,<br />

en los Estados Unidos: una, <strong>de</strong> forma ligera, como <strong>de</strong> g<strong>al</strong>go, que persigue<br />

<strong>al</strong> ciervo, y <strong>la</strong> otra, más gruesa, con patas más cortas, que ataca con<br />

más frecuencia a los rebaños <strong>de</strong> los pastores.<br />

Habría que advertir que en el ejemplo anterior hablo <strong>de</strong> los individuos<br />

lobos más <strong>de</strong>lgados, y no <strong>de</strong> que haya sido conservada una so<strong>la</strong> variación<br />

sumamente marcada. En ediciones anteriores <strong>de</strong> esta obra he hab<strong>la</strong>do<br />

<strong>al</strong>gunas veces como si esta última posibilidad hubiese ocurrido frecuentemente.<br />

Veía <strong>la</strong> gran importancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es, y<br />

esto me condujo a discutir ampliamente los resultados <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección inconsciente<br />

<strong>de</strong>l hombre, que estriba en <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> todos los individuos<br />

más o menos v<strong>al</strong>iosos y en <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los peores. Veía también<br />

que <strong>la</strong> conservación en estado natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> una <strong>de</strong>sviación acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> estructura, t<strong>al</strong> como una monstruosidad, tenía que ser un acontecimiento<br />

raro, y que, si se conservaba <strong>al</strong> principio, se per<strong>de</strong>ría gener<strong>al</strong>mente<br />

por los cruzamientos ulteriores con individuos ordinarios. Sin embargo,<br />

hasta leer un estimable y autorizado artículo en <strong>la</strong> North British Review<br />

(1867) no aprecié lo raro que es el que se perpetúen <strong>la</strong>s variaciones únicas,<br />

tanto si son poco marcadas como si lo son mucho. <strong>El</strong> autor toma el<br />

caso <strong>de</strong> una pareja <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es que produzca durante el transcurso <strong>de</strong> su<br />

vida doscientos <strong>de</strong>scendientes, <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es, por diferentes causas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>strucción, sólo dos, por término medio, sobreviven para reproducir su<br />

especie. Esto es un cálculo más bien exagerado para los anim<strong>al</strong>es superiores;<br />

pero no, en modo <strong>al</strong>guno, para muchos <strong>de</strong> los organismos inferiores.<br />

Demuestra entonces el autor que si naciese un solo individuo que variase<br />

en <strong>al</strong>gún modo que le diese dobles probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vida que a los<br />

otros individuos, <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que sobreviviera serían todavía<br />

sumamente escasas. Suponiendo que éste sobreviva y críe, y que <strong>la</strong> mitad<br />

<strong>de</strong> sus crías here<strong>de</strong>n <strong>la</strong> variación favorable, todavía, según sigue exponiendo<br />

el autor <strong>la</strong>s crías tendrían una probabilidad tan sólo ligeramente<br />

mayor <strong>de</strong> sobrevivir y criar, y esta probabilidad iría <strong>de</strong>creciendo en <strong>la</strong>s<br />

generaciones sucesivas. Lo justo <strong>de</strong> estas observaciones no pue<strong>de</strong>, creo<br />

yo, ser discutido. Por ejemplo: si un ave <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna especie pudiese procurarse<br />

el <strong>al</strong>imento con mayor facilidad por tener el pico curvo, y si naciese<br />

un individuo con el pico sumamente curvo y que a consecuencia <strong>de</strong><br />

ello prosperase, habría, sin embargo, poquísimas probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que<br />

este solo individuo perpetuase <strong>la</strong> variedad hasta <strong>la</strong> exclusión <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma<br />

común; pero, juzgando por lo que vemos que ocurre en estado doméstico,<br />

apenas pue<strong>de</strong> dudarse que se seguiría este resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

77


conservación, durante muchas generaciones, <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> individuos<br />

<strong>de</strong> pico más o menos marcadamente curvo, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong><br />

un número todavía mayor <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> pico muy recto.<br />

Sin embargo, no habría que <strong>de</strong>jar pasar inadvertido que ciertas variaciones<br />

bastante marcadas, que nadie c<strong>la</strong>sificaría como simples diferencias<br />

individu<strong>al</strong>es, se repiten con frecuencia <strong>de</strong>bido a que organismos semejantes<br />

experimentan influencias semejantes, hecho <strong>de</strong>l que podrían citarse<br />

numerosos ejemplos en nuestras producciones domésticas. En t<strong>al</strong>es<br />

casos, si el individuo que varía no transmitió positivamente a sus <strong>de</strong>scendientes<br />

el carácter recién adquirido, indudablemente les transmitiría -<br />

mientras <strong>la</strong>s condiciones existentes permaneciesen igu<strong>al</strong>es- una ten<strong>de</strong>ncia<br />

aún más enérgica a variar <strong>de</strong>l mismo modo. También apenas pue<strong>de</strong><br />

caber duda <strong>de</strong> que <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a variar <strong>de</strong>l mismo modo ha sido a veces<br />

tan enérgica, que se han modificado <strong>de</strong> un modo semejante, sin ayuda <strong>de</strong><br />

ninguna forma <strong>de</strong> selección, todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, o<br />

pue<strong>de</strong> haber sido modificada así sólo una tercera parte o una décima<br />

parte <strong>de</strong> los individuos; hecho <strong>de</strong>l que podrían citarse diferentes ejemplos.<br />

Así, Graba c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong> que una quinta parte aproximadamente <strong>de</strong> los<br />

aranes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Feroé son <strong>de</strong> una variedad tan seña<strong>la</strong>da, que antes era<br />

c<strong>la</strong>sificada como una especie distinta, con el nombre <strong>de</strong> Uria <strong>la</strong>crymans.<br />

En casos <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se, si <strong>la</strong> variación fuese <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza ventajosa, <strong>la</strong><br />

forma primitiva sería pronto sup<strong>la</strong>ntada por <strong>la</strong> forma modificada, a causa<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados.<br />

He <strong>de</strong> insistir sobre los efectos <strong>de</strong>l cruzamiento en <strong>la</strong> eliminación <strong>de</strong><br />

variaciones <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses; pero pue<strong>de</strong> hacerse observar aquí que <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas se mantienen en sus propios países y<br />

no van <strong>de</strong> un país a otro innecesariamente; vemos esto hasta en <strong>la</strong>s aves<br />

migratorias, que casi siempre vuelven <strong>al</strong> mismo sitio. Por consiguiente,<br />

toda variedad recién formada tendría que ser gener<strong>al</strong>mente loc<strong>al</strong> <strong>al</strong> principio,<br />

como parece ser <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> ordinaria en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s en estado natur<strong>al</strong>;<br />

<strong>de</strong> manera que pronto existirían reunidos en un pequeño grupo individuos<br />

modificados <strong>de</strong> un modo semejante, y con frecuencia criarían<br />

juntos. Si <strong>la</strong> nueva variedad era afortunada en su lucha por <strong>la</strong> vida, lentamente<br />

se propagaría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una región centr<strong>al</strong>, compitiendo con los individuos<br />

no modificados y venciéndolos en los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un círculo siempre<br />

creciente.<br />

V<strong>al</strong>dría <strong>la</strong> pena <strong>de</strong> dar otro ejemplo más complejo <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>. Ciertas p<strong>la</strong>ntas segregan un jugo dulce, <strong>al</strong> parecer, con<br />

objeto <strong>de</strong> eliminar <strong>al</strong>go nocivo <strong>de</strong> su savia; esto se efectúa, por ejemplo,<br />

por glándu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estípu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas leguminosas y <strong>de</strong>l<br />

78


envés <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong>l <strong>la</strong>urel común. Este jugo, aunque poco en cantidad,<br />

es codiciosamente buscado por insectos; pero sus visitas no benefician en<br />

modo <strong>al</strong>guno a <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta. Ahora bien: supongamos que el jugo o néctar<br />

fue segregado por el interior <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> un cierto número <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas<br />

<strong>de</strong> una especie; los insectos, <strong>al</strong> buscar el néctar, quedarían empolvados<br />

<strong>de</strong> polen, y con frecuencia lo transportarían <strong>de</strong> una flor a otra; <strong>la</strong>s flores<br />

<strong>de</strong> dos individuos distintos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie quedarían así cruzadas,<br />

y el hecho <strong>de</strong>l cruzamiento, como pue<strong>de</strong> probarse plenamente, origina<br />

p<strong>la</strong>ntas vigorosas, que, por consiguiente, tendrán <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> florecer y sobrevivir. Las p<strong>la</strong>ntas que produjesen flores con <strong>la</strong>s<br />

glándu<strong>la</strong>s y nectarios mayores y que segregasen más néctar serían <strong>la</strong>s visitadas<br />

con mayor frecuencia por insectos y <strong>la</strong>s más frecuentemente cruzadas;<br />

y, <strong>de</strong> este modo, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, adquirirían ventaja y formarían una<br />

variedad loc<strong>al</strong>. Del mismo modo, <strong>la</strong>s flores que, en re<strong>la</strong>ción con el tamaño<br />

y costumbres <strong>de</strong>l insecto <strong>de</strong>terminado que <strong>la</strong>s visitase, tuviesen sus<br />

estambres y pistilos colocados <strong>de</strong> modo que facilitase en cierto grado el<br />

transporte <strong>de</strong>l polen, serían también favorecidas. Pudimos haber tomado<br />

el caso <strong>de</strong> insectos que visitan flores con objeto <strong>de</strong> recoger el polen, en<br />

vez <strong>de</strong> néctar; y, como el polen está formado con el único fin <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundación,<br />

su <strong>de</strong>strucción parece ser una simple pérdida para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta; sin<br />

embargo, el que un poco <strong>de</strong> polen fuese llevado <strong>de</strong> una flor a otra, primero<br />

acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente y luego habitu<strong>al</strong>mente, por los insectos comedores<br />

<strong>de</strong> polen, efectuándose <strong>de</strong> este modo un cruzamiento, aun cuando nueve<br />

décimas partes <strong>de</strong>l polen fuesen <strong>de</strong>struidas, podría ser todavía un gran<br />

beneficio para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta el ser robada <strong>de</strong> este modo, y los individuos que<br />

produjesen más y más polen y tuviesen mayores anteras serían<br />

seleccionados.<br />

Cuando nuestra p<strong>la</strong>nta, mediante el proceso anterior, continuado por<br />

mucho tiempo, se hubiese vuelto -sin intención <strong>de</strong> su parte- sumamente<br />

atractiva para los insectos, llevarían éstos regu<strong>la</strong>rmente el polen <strong>de</strong> flor<br />

en flor; y que esto hacen positivamente, podría <strong>de</strong>mostrarlo fácilmente<br />

por muchos hechos sorpren<strong>de</strong>ntes. Daré sólo uno que sirve a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

ejemplo <strong>de</strong> un paso en <strong>la</strong> separación <strong>de</strong> los sexos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Unos<br />

acebos llevan so<strong>la</strong>mente flores masculinas que tienen cuatro estambres,<br />

que producen una cantidad <strong>al</strong>go pequeña <strong>de</strong> polen, y un pistilo rudimentario;<br />

otros acebos llevan sólo flores femeninas; éstas tienen un pistilo<br />

completamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do y cuatro estambres con anteras arrugadas,<br />

en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es no se pue<strong>de</strong> encontrar ni un grano <strong>de</strong> polen. Habiendo<br />

h<strong>al</strong><strong>la</strong>do un acebo hembra exactamente a sesenta yardas <strong>de</strong> un acebo macho,<br />

puse <strong>al</strong> microscopio los estigmas <strong>de</strong> veinte flores, tomadas <strong>de</strong><br />

79


diferentes ramas, y en todas, sin excepción, había unos cuantos granos<br />

<strong>de</strong> polen, y en <strong>al</strong>gunos una profusión. Como el viento había sop<strong>la</strong>do durante<br />

varios días <strong>de</strong>l acebo hembra <strong>al</strong> acebo macho, el polen no pudo ser<br />

llevado por este medio. <strong>El</strong> tiempo había sido frío y borrascoso, y, por<br />

consiguiente, <strong>de</strong>sfavorable a <strong>la</strong>s abejas, y, sin embargo, todas <strong>la</strong>s flores<br />

femeninas que examiné habían sido positivamente fecundadas por <strong>la</strong>s<br />

abejas que habían vo<strong>la</strong>do <strong>de</strong> un acebo a otro en busca <strong>de</strong> néctar. Pero,<br />

volviendo a nuestro caso imaginario, tan pronto como <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta se hubiese<br />

vuelto tan atractiva para los insectos que el polen fuese llevado regu<strong>la</strong>rmente<br />

<strong>de</strong> flor en flor, pudo comenzar otro proceso. Ningún natur<strong>al</strong>ista<br />

duda <strong>de</strong> lo que se ha l<strong>la</strong>mado división fisiológica <strong>de</strong>l trabajo; por consiguiente,<br />

po<strong>de</strong>mos creer que sería ventajoso para una p<strong>la</strong>nta el producir estambres<br />

solos en una flor o en toda una p<strong>la</strong>nta, y pistilos solos en otra<br />

flor o en otra p<strong>la</strong>nta. En p<strong>la</strong>ntas cultivadas o colocadas en nuevas condiciones<br />

<strong>de</strong> vida, los órganos masculinos, unas veces, y los femeninos otras,<br />

se vuelven más o menos importantes; ahora bien: si suponemos que esto<br />

ocurre, aunque sea en grado pequeñísimo, en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, entonces, como<br />

el polen es llevado ya regu<strong>la</strong>rmente <strong>de</strong> flor en flor, y como una separación<br />

completa <strong>de</strong> los sexos <strong>de</strong> nuestra p<strong>la</strong>nta sería ventajosa por el<br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> división <strong>de</strong>l trabajo, los individuos con esta ten<strong>de</strong>ncia, aumentando<br />

cada vez más, serían continuamente favorecidos o seleccionados,<br />

hasta que <strong>al</strong> fin pudiese quedar efectuada una separación completa<br />

<strong>de</strong> los sexos. Llenaría <strong>de</strong>masiado espacio mostrar los diversos grados -<br />

pasando por el dimorfismo y otros medios- por los que <strong>la</strong> separación <strong>de</strong><br />

los sexos, en p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> varias c<strong>la</strong>ses, se está efectuando evi<strong>de</strong>ntemente<br />

en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad. Pero puedo añadir que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> acebo<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte están, según Asa Gray, en un estado exactamente<br />

intermedio o, según él se expresa, con más o menos dioicamente<br />

polígamas.<br />

Volvamos ahora a los insectos que se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong> néctar; po<strong>de</strong>mos<br />

suponer que <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta en que hemos hecho aumentar el néctar por selección<br />

continuada sea una p<strong>la</strong>nta común, y que ciertos insectos <strong>de</strong>pendan<br />

princip<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> su néctar para <strong>al</strong>imentarse. Podría citar muchos hechos<br />

que <strong>de</strong>muestran lo codiciosos que son los himenópteros por ahorrar<br />

tiempo; por ejemplo: su costumbre <strong>de</strong> hacer agujeros y chupar el néctar<br />

en <strong>la</strong> base <strong>de</strong> ciertas flores, en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, con muy poco <strong>de</strong> molestia más,<br />

pue<strong>de</strong>n entrar por <strong>la</strong> garganta. Teniendo presentes estos hechos, pue<strong>de</strong><br />

creerse que, en ciertas circunstancias, diferencias individu<strong>al</strong>es en <strong>la</strong> curvatura<br />

o longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua, etcétera, <strong>de</strong>masiado ligeras para ser apreciadas<br />

por nosotros, podrían aprovechar a una abeja u otro insecto <strong>de</strong><br />

80


modo que ciertos individuos fuesen capaces <strong>de</strong> obtener su <strong>al</strong>imento más<br />

rápidamente que otros; y así, <strong>la</strong>s comunida<strong>de</strong>s a que ellos perteneciesen<br />

prosperarían y darían muchos enjambres que heredarían <strong>la</strong>s mismas<br />

cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s.<br />

<strong>El</strong> tubo <strong>de</strong> <strong>la</strong> coro<strong>la</strong> <strong>de</strong>l trébol rojo común y <strong>de</strong>l trébol encarnado<br />

(Trifolium pratense y T. incarnatum) no parecen a primera vista diferir<br />

en longitud; sin embargo, <strong>la</strong> abeja común pue<strong>de</strong> fácilmente chupar el<br />

néctar <strong>de</strong>l trébol encarnado, pero no el <strong>de</strong>l trébol rojo, que es visitado sólo<br />

por los abejorros; <strong>de</strong> modo que campos enteros <strong>de</strong> trébol rojo ofrecen<br />

en vano una abundante provisión <strong>de</strong> precioso néctar a <strong>la</strong> abeja común.<br />

Que este néctar gusta mucho a <strong>la</strong> abeja común es seguro, pues yo he visto<br />

repetidas veces -pero sólo en otoño- muchas abejas comunes chupando<br />

<strong>la</strong>s flores por los agujeros hechos por los abejorros mordiendo en <strong>la</strong><br />

base <strong>de</strong>l tubo. La diferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> coro<strong>la</strong> en <strong>la</strong>s dos especies<br />

<strong>de</strong> trébol, que <strong>de</strong>termina <strong>la</strong>s visitas da <strong>la</strong> abeja común, tiene que ser<br />

muy insignificante, pues se me ha asegurado que cuando el trébol rojo<br />

ha sido segado, <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong> segunda cosecha son <strong>al</strong>go menores y que<br />

éstas son muy visitadas por <strong>la</strong> abeja común. Yo no sé si este dato es exacto,<br />

ni si pue<strong>de</strong> darse crédito a otro dato publicado, o sea que <strong>la</strong> abeja <strong>de</strong><br />

Liguria, que es consi<strong>de</strong>rada gener<strong>al</strong>mente como una simple variedad <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> abeja común ordinaria, y que espontáneamente se cruza con el<strong>la</strong>, es capaz<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>canzar y chupar el néctar <strong>de</strong>l trébol rojo. Así, en un país don<strong>de</strong><br />

abunda esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> trébol pue<strong>de</strong> ser una gran ventaja para <strong>la</strong> abeja común<br />

el tener <strong>la</strong> lengua un poco más <strong>la</strong>rga o diferentemente constituida.<br />

Por otra parte, como <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> este trébol <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en absoluto <strong>de</strong><br />

los himenópteros que visitan <strong>la</strong>s flores, si los abejorros llegasen a ser raros<br />

en <strong>al</strong>gún país, podría ser una gran ventaja para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta el tener una<br />

coro<strong>la</strong> más corta o más profundamente dividida, <strong>de</strong> suerte que <strong>la</strong> abeja<br />

común pudiese chupar sus flores. Así puedo compren<strong>de</strong>r yo cómo una<br />

flor y una abeja pudieron lentamente -ya simultáneamente, ya una <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> otra- modificarse y adaptarse entre sí <strong>de</strong>l modo más perfecto<br />

mediante <strong>la</strong> conservación continuada <strong>de</strong> todos los individuos que presentaban<br />

ligeras variaciones <strong>de</strong> conformación mutuamente favorables.<br />

Bien sé que esta doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> <strong>la</strong> que son ejemplo<br />

los casos imaginarios anteriores, está expuesta a <strong>la</strong>s mismas objeciones<br />

que se suscitaron <strong>al</strong> principio contra <strong>la</strong>s elevadas teorías <strong>de</strong> sir <strong>Charles</strong><br />

Lyell acerca <strong>de</strong> los cambios mo<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra como explicaciones <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> geología; pero hoy pocas veces oímos ya hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> los agentes que vemos<br />

todavía en actividad como <strong>de</strong> causas inútiles o insignificantes,<br />

81


cuando se emplean para explicar <strong>la</strong> excavación <strong>de</strong> los v<strong>al</strong>les más profundos<br />

o <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgas líneas <strong>de</strong> acanti<strong>la</strong>dos en el interior <strong>de</strong> un<br />

país.<br />

La selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente mediante <strong>la</strong> conservación y acumu<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> pequeñas modificaciones heredadas, provechosas todas <strong>al</strong><br />

ser conservado; y así como <strong>la</strong> geología mo<strong>de</strong>rna casi ha <strong>de</strong>sterrado opiniones<br />

t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong> excavación <strong>de</strong> un gran v<strong>al</strong>le por una so<strong>la</strong> honda diluvi<strong>al</strong>,<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>sterrará <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación<br />

continua <strong>de</strong> nuevos seres orgánicos o <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier modificación<br />

gran<strong>de</strong> y súbita en su estructura.<br />

Sobre el cruzamiento <strong>de</strong> los individuos<br />

Interca<strong>la</strong>ré aquí una breve digresión. En el caso <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas<br />

con sexos separados es, por supuesto, evi<strong>de</strong>nte que para criar tienen<br />

siempre que unirse dos individuos, excepto en los casos curiosos y no<br />

bien conocidos <strong>de</strong> partenogénesis; pero en los hermafroditas esto dista<br />

mucho <strong>de</strong> ser evi<strong>de</strong>nte. Sin embargo, hay razones para creer que en todos<br />

los seres hermafroditas concurren, acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> o habitu<strong>al</strong>mente, dos<br />

individuos para <strong>la</strong> reproducción <strong>de</strong> su especie. Esta i<strong>de</strong>a fue hace mucho<br />

tiempo sugerida, con duda, por Sprengel, Knight y Kölreuter. Ahora veremos<br />

su importancia; pero tendré que tratar aquí el asunto con suma<br />

brevedad, a pesar <strong>de</strong> que tengo preparados los materi<strong>al</strong>es para una amplia<br />

discusión.<br />

Todos los vertebrados, todos los insectos y <strong>al</strong>gunos otros gran<strong>de</strong>s grupos<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es se aparean para cada vez que se reproducen. Las investigaciones<br />

mo<strong>de</strong>rnas han hecho disminuir mucho el número <strong>de</strong> hermafroditas,<br />

y un gran número <strong>de</strong> los hermafroditas verda<strong>de</strong>ros se aparean,<br />

o sea: dos individuos se unen norm<strong>al</strong>mente para <strong>la</strong> reproducción, que es<br />

lo que nos interesa. Pero, a pesar <strong>de</strong> esto, hay muchos anim<strong>al</strong>es hermafroditas<br />

que positivamente no se aparean habitu<strong>al</strong>mente, y una gran mayoría<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas son hermafroditas. Pue<strong>de</strong> preguntarse ¿qué razón existe<br />

para suponer que en aquellos casos concurren siempre dos individuos en<br />

<strong>la</strong> reproducción?<br />

En primer lugar, he reunido un cúmulo tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> casos, y he hecho<br />

tantos experimentos que <strong>de</strong>muestran, <strong>de</strong> conformidad con <strong>la</strong> creencia<br />

casi univers<strong>al</strong> <strong>de</strong> los criadores, que en los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas el cruzamiento<br />

entre varieda<strong>de</strong>s distintas, o entre individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad,<br />

pero <strong>de</strong> otra estirpe, da vigor y fecundidad a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y, por<br />

el contrario, que <strong>la</strong> cría entre parientes próximos disminuye el vigor y<br />

82


fecundidad, que estos hechos, por sí solos, me inclinan a creer que es una<br />

ley gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza el que ningún ser orgánico se fecun<strong>de</strong> a sí<br />

mismo durante un número infinito <strong>de</strong> generaciones, y que, <strong>de</strong> vez en<br />

cuando, quizá con <strong>la</strong>rgos <strong>de</strong> tiempo, es indispensable un cruzamiento<br />

con otro individuo.<br />

Admitiendo que esto es una ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, podremos, creo yo,<br />

explicar varias c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos muy numerosos, como los siguientes,<br />

que inexplicables <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otro punto <strong>de</strong> vista. Todo horticultor<br />

que se ocupa <strong>de</strong> cruzamientos sabe lo <strong>de</strong>sfavorable que es para <strong>la</strong> fecundación<br />

<strong>de</strong> una flor el que esté expuesta a mojarse, y, sin embargo, ¡qué<br />

multitud <strong>de</strong> flores tienen sus anteras y estigmas completamente expuestos<br />

a <strong>la</strong> intemperie! Pero si es indispensable <strong>de</strong> vez en cuando <strong>al</strong>gún cruzamiento,<br />

aun a pesar <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s anteras y pistilos <strong>de</strong> <strong>la</strong> propia p<strong>la</strong>nta están<br />

tan próximos que casi aseguran <strong>la</strong> autofecundación o fecundación<br />

por sí misma, <strong>la</strong> completa libertad para <strong>la</strong> entrada <strong>de</strong> polen <strong>de</strong> otros individuos<br />

explicará lo que se acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir sobre <strong>la</strong> exposición <strong>de</strong> los órganos.<br />

Muchas flores, por el contrario, tienen sus órganos <strong>de</strong> fructificación<br />

completamente encerrados, como ocurre en <strong>la</strong> gran familia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s papilionáceas,<br />

o familia <strong>de</strong> los guisantes; pero estas flores presentan casi siempre<br />

bel<strong>la</strong>s y curiosas adaptaciones a <strong>la</strong>s visitas <strong>de</strong> los insectos. Tan necesarias<br />

son <strong>la</strong>s visitas <strong>de</strong> los himenópteros para muchas flores papilionáceas,<br />

que su fecundidad disminuye mucho si se impi<strong>de</strong>n estas visitas.<br />

Ahora bien: apenas es posible a los insectos que van <strong>de</strong> flor en flor <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> llevar polen <strong>de</strong> una a otra, con gran beneficio para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta. Los insectos<br />

obran como un pincel <strong>de</strong> acuare<strong>la</strong>, y para asegurar <strong>la</strong> fecundación<br />

es suficiente tocar nada más con el mismo pincel <strong>la</strong>s anteras <strong>de</strong> una flor y<br />

luego el estigma <strong>de</strong> otra; pero no hay que suponer que los himenópteros<br />

produzcan <strong>de</strong> este modo una multitud <strong>de</strong> híbridos entre distintas especies,<br />

pues si se colocan en el mismo estigma el propio polen <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta<br />

y el <strong>de</strong> otra especie, el primero es tan prepotente, que, invariablemente,<br />

<strong>de</strong>struye por completo <strong>la</strong> influencia <strong>de</strong>l polen extraño, según ha sido <strong>de</strong>mostrado<br />

por Gärtner.<br />

Cuando los estambres <strong>de</strong> una flor se <strong>la</strong>nzan súbitamente hacia el pistilo<br />

o se mueven lentamente, uno tras otro, hacia él, el artificio parece<br />

adaptado exclusivamente para asegurar <strong>la</strong> autofecundación, y es indudablemente<br />

útil para este fin; pero muchas veces se requiere <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> los<br />

insectos para hacer que los estambres se echen hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte, como Kölreuter<br />

ha <strong>de</strong>mostrado que ocurre en el agracejo; y en este mismo género,<br />

que parece tener una disposición especi<strong>al</strong> para <strong>la</strong> autofecundación, es<br />

bien sabido que si se p<strong>la</strong>ntan unas cerca <strong>de</strong> otras formas o varieda<strong>de</strong>s<br />

83


muy próximas, es casi imposible obtener semil<strong>la</strong>s que <strong>de</strong>n p<strong>la</strong>ntas puras:<br />

tanto se cruzan natur<strong>al</strong>mente.<br />

En otros numerosos casos, lejos <strong>de</strong> estar favorecida <strong>la</strong> autofecundación,<br />

hay disposiciones especi<strong>al</strong>es que impi<strong>de</strong>n eficazmente que el estigma<br />

reciba polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma flor, como podría <strong>de</strong>mostrar por <strong>la</strong>s obras<br />

<strong>de</strong> Sprengel y otros autores, lo mismo que por mis propias observaciones:<br />

en Lobelia fulgens, por ejemplo, hay un mecanismo verda<strong>de</strong>ramente<br />

primoroso y acabado, mediante el cu<strong>al</strong> los granos <strong>de</strong> polen, infinitamente<br />

numerosos, son barridos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s anteras reunidas <strong>de</strong> cada flor antes <strong>de</strong><br />

que el estigma <strong>de</strong> el<strong>la</strong> esté dispuesto para recibirlos; y como esta flor<br />

nunca es visitada -por lo menos, en mi jardín- por los insectos, nunca<br />

produce semil<strong>la</strong> <strong>al</strong>guna, a pesar <strong>de</strong> que colocando polen <strong>de</strong> una flor sobre<br />

el estigma <strong>de</strong> otra obtengo multitud <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s. Otra especie <strong>de</strong> Lobelia,<br />

que es visitada por abejas, produce semil<strong>la</strong>s espontáneamente en<br />

mi jardín.<br />

En muchísimos otros casos, aun cuando no existe ninguna disposición<br />

mecánica para impedir que el estigma reciba polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma flor, sin<br />

embargo, como han <strong>de</strong>mostrado Sprengel, y más recientemente Hiel<strong>de</strong>brand<br />

y otros, y como puedo yo confirmar, o bien <strong>la</strong>s anteras est<strong>al</strong><strong>la</strong>n antes<br />

<strong>de</strong> que el estigma esté dispuesto para <strong>la</strong> fecundación, o bien el estigma<br />

lo está antes <strong>de</strong> que lo esté el polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor; <strong>de</strong> modo que estas<br />

p<strong>la</strong>ntas, l<strong>la</strong>madas dicógamas, tienen <strong>de</strong> hecho sexos separados y necesitan<br />

habitu<strong>al</strong>mente cruzarse. Lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas recíprocamente<br />

dimorfas y trimorfas, a que anteriormente se ha <strong>al</strong>udido. ¡Qué extraños<br />

son estos hechos! ¡Qué extraño que él polen y <strong>la</strong> superficie estigmática<br />

<strong>de</strong> una misma flor, a pesar <strong>de</strong> estar situados tan cerca, como precisamente<br />

con objeto <strong>de</strong> favorecer <strong>la</strong> autofecundación, hayan <strong>de</strong> ser en<br />

tantos casos mutuamente inútiles! ¡Qué sencil<strong>la</strong>mente se explican estos<br />

hechos en <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que un cruzamiento acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> con un individuo<br />

distinto sea ventajoso, o indispensable!<br />

Si a diferentes varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> col, rábano, cebol<strong>la</strong> y <strong>al</strong>gunas otras<br />

p<strong>la</strong>ntas se les <strong>de</strong>ja dar semil<strong>la</strong>s unas junto a otras, una gran mayoría <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas así obtenidas resultarán mestizas, según he comprobado;<br />

por ejemplo: obtuve 233 p<strong>la</strong>ntitas <strong>de</strong> col <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> diferentes<br />

varieda<strong>de</strong>s que habían crecido unas junto a otras, y <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s so<strong>la</strong>mente 78<br />

fueron <strong>de</strong> raza pura, y aun <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> éstas no lo fueron <strong>de</strong>l todo. Y, sin<br />

embargo, el pistilo <strong>de</strong> cada flor <strong>de</strong> col está ro<strong>de</strong>ado no sólo por sus seis<br />

estambres propios, sino también por los <strong>de</strong> otras muchas flores <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

p<strong>la</strong>nta, y el polen <strong>de</strong> cada flor se <strong>de</strong>posita fácilmente encima <strong>de</strong> su<br />

propio estigma sin <strong>la</strong> mediación <strong>de</strong> los insectos, pues he comprobado<br />

84


que p<strong>la</strong>ntas cuidadosamente protegidas contra los insectos producen el<br />

número correspondiente <strong>de</strong> frutos. ¿Cómo suce<strong>de</strong>, pues, que un número<br />

tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntitas son mestizas? Esto tiene que provenir <strong>de</strong> que el<br />

polen <strong>de</strong> una variedad distinta tenga un efecto predominante sobre el<br />

propio polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor, y esto es una parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley gener<strong>al</strong> <strong>de</strong>l resultado<br />

ventajoso <strong>de</strong> los cruzamientos entre distintos individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie.<br />

Cuando se cruzan especies distintas, el caso se invierte, pues el polen<br />

propio <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta es casi siempre predominante sobre el polen extraño;<br />

pero acerca <strong>de</strong> este asunto hemos <strong>de</strong> insistir en otro capítulo.<br />

En el caso <strong>de</strong> un árbol gran<strong>de</strong> cubierto <strong>de</strong> innumerables flores, se pue<strong>de</strong><br />

hacer <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que el polen raras veces pudo ser llevado <strong>de</strong> un<br />

árbol a otro, y gener<strong>al</strong>mente sólo <strong>de</strong> una flor a otra <strong>de</strong>l mismo árbol, y <strong>la</strong>s<br />

flores <strong>de</strong>l mismo árbol sólo en un sentido limitado pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse<br />

como individuos distintos. Creo que esta objeción es válida, pero creo<br />

también que <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza lo ha precavido ampliamente dando a los árboles<br />

una marcada ten<strong>de</strong>ncia a llevar flores <strong>de</strong> sexos separados. Cuando<br />

los sexos están separados, aunque <strong>la</strong>s flores masculinas y femeninas puedan<br />

ser producidas en el mismo árbol, el polen tiene que ser llevado regu<strong>la</strong>rmente<br />

<strong>de</strong> una flor a otra, y esto aumentará <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

que el polen sea <strong>de</strong> vez en cuando llevado <strong>de</strong> un árbol a otro. Observo<br />

que en nuestro país ocurre el que los árboles pertenecientes a todos los<br />

ór<strong>de</strong>nes tienen los sexos separados con más frecuencia que <strong>la</strong>s otras<br />

p<strong>la</strong>ntas, y, a petición mía, el doctor Hooker hizo una estadística <strong>de</strong> los árboles<br />

<strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, y el doctor Asa Gray otra <strong>de</strong> los árboles <strong>de</strong> los<br />

Estados Unidos, y el resultado fue como yo había previsto. Por el contrario,<br />

Hooker me informa <strong>de</strong> que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> no se confirma en Austr<strong>al</strong>ia; pero<br />

si <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los árboles austr<strong>al</strong>ianos son dicógamos, tiene que<br />

producirse el mismo resultado que si llevasen flores con los sexos separados.<br />

He hecho estas pocas observaciones sobre los árboles simplemente<br />

para l<strong>la</strong>mar <strong>la</strong> atención hacia el asunto.<br />

Volviendo por un momento a los anim<strong>al</strong>es: diferentes especies terrestres<br />

son hermafroditas, como los moluscos terrestres y <strong>la</strong>s lombrices <strong>de</strong><br />

tierra; pero todos ellos se aparean. Hasta ahora no he encontrado un solo<br />

anim<strong>al</strong> terrestre que pueda fecundarse a sí mismo. Este hecho notable,<br />

que ofrece tan vigoroso contraste con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas terrestres, es inteligible<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que es indispensable <strong>de</strong> vez en cuando un cruzamiento,<br />

pues, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l elemento fecundante, no hay<br />

en este caso medios análogos a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> los insectos y <strong>de</strong>l viento en<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas por los cu<strong>al</strong>es pueda efectuarse en los anim<strong>al</strong>es terrestres un<br />

cruzamiento acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> sin el concurso <strong>de</strong> dos individuos. De los<br />

85


anim<strong>al</strong>es acuáticos hay muchos hermafroditas que se fecundan a sí mismos;<br />

pero aquí <strong>la</strong>s corrientes <strong>de</strong> agua ofrecen un medio manifiesto para<br />

el cruzamiento acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>. Como en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores, hasta ahora no<br />

he conseguido -<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> consultar con una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más <strong>al</strong>tas autorida<strong>de</strong>s,<br />

el profesor Huxley- <strong>de</strong>scubrir un solo anim<strong>al</strong> hermafrodita con los<br />

órganos <strong>de</strong> reproducción tan perfectamente encerrados que pueda <strong>de</strong>mostrarse<br />

que es físicamente imposible el acceso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera y <strong>la</strong> influencia<br />

acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> un individuo distinto. Los cirrípedos me parecieron<br />

durante mucho tiempo constituir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, un caso dificilísimo;<br />

pero, por una feliz casu<strong>al</strong>idad, me ha sido posible probar que<br />

dos individuos -aun cuando ambos son hermafroditas capaces <strong>de</strong> fecundarse<br />

a sí mismos- se cruzan positivamente <strong>al</strong>gunas veces.<br />

Tiene que haber l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> atención <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas,<br />

como una anom<strong>al</strong>ía extraña, el que, tanto en los anim<strong>al</strong>es como en<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, unas especies <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia, y hasta <strong>de</strong>l mismo género,<br />

sean hermafroditas y otras unisexu<strong>al</strong>es, a pesar <strong>de</strong> asemejarse mucho entre<br />

sí en toda su organización. Pero si <strong>de</strong> hecho todos los hermafroditas<br />

se cruzan <strong>de</strong> vez en cuando, <strong>la</strong> diferencia entre ellos y <strong>la</strong>s especies unisexu<strong>al</strong>es<br />

es pequeñísima por lo que se refiere a <strong>la</strong> función.<br />

De estas varias consi<strong>de</strong>raciones y <strong>de</strong> muchos hechos especi<strong>al</strong>es que he<br />

reunido, pero que no puedo dar aquí, resulta que, en los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas,<br />

el cruzamiento acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> entre individuos distintos es una ley muy<br />

gener<strong>al</strong> -si no es univers<strong>al</strong>- <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza.<br />

Circunstancias favorables o <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> nuevas formas por selección<br />

natur<strong>al</strong><br />

Es éste un asunto sumamente complicado. Una gran variabilidad -y en<br />

esta <strong>de</strong>nominación se incluyen siempre <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es- será<br />

evi<strong>de</strong>ntemente favorable. Un gran número <strong>de</strong> individuos, por aumentar<br />

<strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s ventajosas en un período<br />

dado, compensará una variabilidad menor en cada individuo, y, es, a<br />

mí parecer, un elemento importantísimo <strong>de</strong> éxito. Aunque <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza<br />

conce<strong>de</strong> <strong>la</strong>rgos períodos <strong>de</strong> tiempo para <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

no conce<strong>de</strong> un período in<strong>de</strong>finido; pues como todos los seres orgánicos<br />

se esfuerzan por ocupar todos los puestos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

cu<strong>al</strong>quier especie que no se modifique y perfeccione en el grado correspondiente<br />

con re<strong>la</strong>ción a sus competidores será exterminada. Si <strong>la</strong>s<br />

variaciones favorables no son heredadas, por lo menos, por <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>scendientes, nada pue<strong>de</strong> hacer <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. La ten<strong>de</strong>ncia a<br />

86


<strong>la</strong> reversión pue<strong>de</strong> muchas veces dificultar o impedir <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor; pero no<br />

habiendo esta ten<strong>de</strong>ncia impedido <strong>al</strong> hombre formar por selección numerosas<br />

razas domésticas, ¿por qué habrá <strong>de</strong> prev<strong>al</strong>ecer contra <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>?<br />

En el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección metódica, un criador selecciona con un objeto<br />

<strong>de</strong>finido, y si a los individuos se les <strong>de</strong>ja cruzarse libremente, su obra fracasará<br />

por completo. Pero cuando muchos hombres, sin intentar modificar<br />

<strong>la</strong> raza, tienen un standard o tipo <strong>de</strong> perfección próximamente igu<strong>al</strong><br />

y todos tratan <strong>de</strong> procurarse los mejores anim<strong>al</strong>es y obtener crías <strong>de</strong><br />

ellos, segura, aunque lentamente, resultará mejora <strong>de</strong> este proceso inconsciente<br />

<strong>de</strong> selección, a pesar <strong>de</strong> que en este caso no hay separación <strong>de</strong><br />

individuos elegidos. Así ocurrirá en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza; pues <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una región<br />

limitada, con <strong>al</strong>gún puesto en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong> no bien ocupado,<br />

todos los individuos que varíen en <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong>bida, aunque en grados<br />

diferentes, ten<strong>de</strong>rán a conservarse. Pero, si <strong>la</strong> región es gran<strong>de</strong>, sus diferentes<br />

distritos presentarán casi con seguridad condiciones diferentes <strong>de</strong><br />

vida, y entonces, si <strong>la</strong> misma especie sufre modificación en distintas distritos,<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s recién formadas se cruzarán entre sí en los límites<br />

<strong>de</strong> ellos. Pero veremos en el capítulo VI que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias,<br />

que habitan en distritos intermedios serán, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, gener<strong>al</strong>mente, sup<strong>la</strong>ntadas<br />

por <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que viven contiguas. <strong>El</strong> cruzamiento<br />

influirá princip<strong>al</strong>mente en aquellos anim<strong>al</strong>es que se unen para cada<br />

cría, que van mucho <strong>de</strong> unos sitios a otros y que no crían <strong>de</strong> un modo<br />

muy rápido. De aquí que en anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se -por ejemplo, aves<strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s estarán en gener<strong>al</strong> confinadas en países separados, y encuentro<br />

que así ocurre. En los organismos hermafroditas que se cruzan sólo<br />

<strong>de</strong> vez en cuando, y también en los anim<strong>al</strong>es que se unen para cada<br />

cría, pero que vagan poco y pue<strong>de</strong>n aumentar <strong>de</strong> un modo rápido, una<br />

variedad nueva y mejorada pue<strong>de</strong> formarse rápidamente en cu<strong>al</strong>quier sitio,<br />

y pue<strong>de</strong> mantenerse formando un grupo, y exten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>spués, <strong>de</strong><br />

modo que los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> nueva variedad tendrán que cruzarse<br />

princip<strong>al</strong>mente entre sí. Según este principio, los horticultores prefieren<br />

guardar semil<strong>la</strong>s proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> una gran p<strong>la</strong>ntación, porque <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> cruzamiento disminuyen <strong>de</strong> este modo.<br />

Aun en los anim<strong>al</strong>es que se unen para cada cría y que no se propagan<br />

rápidamente, no hemos <strong>de</strong> admitir que el cruzamiento libre haya <strong>de</strong> eliminar<br />

siempre los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, pues puedo presentar<br />

una serie consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> hechos que <strong>de</strong>muestran que, en un mismo territorio,<br />

dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mismo anim<strong>al</strong> pue<strong>de</strong>n permanecer distintas<br />

mucho tiempo por frecuentar sitios diferentes, por criar en épocas <strong>al</strong>go<br />

87


diferentes o porque los individuos <strong>de</strong> cada variedad prefieran unirse entre<br />

sí.<br />

<strong>El</strong> cruzamiento representa en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza un papel importantísimo<br />

conservando en los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie o <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma varledad<br />

el carácter puro y unifprme. Evi<strong>de</strong>ntemente, el cruzamiento obrará<br />

así con mucha más eficacia en los anim<strong>al</strong>es que se unen para cada cría;<br />

pero, como ya se ha dicho, tenemos motivos para creer que en todos los<br />

anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas ocurren cruzamientos acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es. Aun cuando éstos<br />

tengan lugar sólo tras <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo, <strong>la</strong>s crias producidas<br />

<strong>de</strong> este modo aventajarán tanto en vigor y fecundidad a los <strong>de</strong>scendientes<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> autofecundación continuada durante mucho tiempo,<br />

que tendrán más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sobrevivir y propagar su especie<br />

y variedad, y así, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, <strong>la</strong> influencia <strong>de</strong> los cruzamientos, aun ocurriendo<br />

<strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, será gran<strong>de</strong>.<br />

Respecto a los seres orgánicos muy inferiores en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong>, que no se<br />

propagan sexu<strong>al</strong>mente ni se conjugan, y que no pue<strong>de</strong>n cruzarse, si continúan<br />

en <strong>la</strong>s mismas condiciones <strong>de</strong> vida pue<strong>de</strong>n conservar <strong>la</strong> uniformidad<br />

<strong>de</strong> caracteres sólo por el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia y por <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, que <strong>de</strong>struirá todo individuo que se aparte <strong>de</strong>l tipo propio. Si <strong>la</strong>s<br />

condiciones <strong>de</strong> vida cambian y <strong>la</strong> forma experimenta modificación, <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada pue<strong>de</strong> adquirir <strong>la</strong> uniformidad <strong>de</strong> caracteres<br />

simplemente conservando <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> variaciones favorables<br />

análogas.<br />

<strong>El</strong> ais<strong>la</strong>miento también es un elemento importante en <strong>la</strong> modificación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies por selección natur<strong>al</strong>. En un territorio cerrado o ais<strong>la</strong>do, si<br />

no es muy gran<strong>de</strong>, <strong>la</strong>s condiciones orgánicas e inorgánicas <strong>de</strong> vida serán<br />

gener<strong>al</strong>mente casi uniformes, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>rá a<br />

modificar <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo todos los individuos que varíen <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie.<br />

A<strong>de</strong>más, el cruzamiento con los habitantes <strong>de</strong> los distritos vecinos<br />

estará en este caso evitado. Moritz Wagner, recientemente, ha publicado<br />

un interesante ensayo sobre este asunto y ha <strong>de</strong>mostrado que el servicio<br />

que presta el ais<strong>la</strong>miento <strong>al</strong> evitar cruzamientos entre varieda<strong>de</strong>s recién<br />

formadas es probablemente aún mayor <strong>de</strong> lo que yo supuse; pero, por<br />

razones ya expuestas, no puedo, en modo <strong>al</strong>guno, estar conforme con este<br />

natur<strong>al</strong>ista en que <strong>la</strong> migración y el ais<strong>la</strong>miento sean elementos necesarios<br />

para <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> especies nuevas. La importancia <strong>de</strong>l ais<strong>la</strong>miento<br />

es igu<strong>al</strong>mente gran<strong>de</strong> <strong>al</strong> impedir, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún cambio físico<br />

en <strong>la</strong>s condiciones -como un cambio <strong>de</strong> clima, <strong>de</strong> elevación <strong>de</strong>l suelo,<br />

etc.-, <strong>la</strong> inmigración <strong>de</strong> organismos mejor adaptados, y <strong>de</strong> este modo<br />

quedarán vacantes nuevos puestos en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>l distrito<br />

88


para ser llenados mediante modificaciones <strong>de</strong> los antiguos habitantes. Fin<strong>al</strong>mente,<br />

el ais<strong>la</strong>miento dará tiempo para que se perfeccione lentamente<br />

una nueva variedad, y esto, a veces, pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> mucha importancia.<br />

Sin embargo, si un territorio ais<strong>la</strong>do es muy pequeño, ya por estar ro<strong>de</strong>ado<br />

<strong>de</strong> barreras, ya porque tenga condiciones físicas muy peculiares, el<br />

número tot<strong>al</strong> <strong>de</strong> los habitantes será pequeño, y esto retardará <strong>la</strong> producción<br />

<strong>de</strong> nuevas especies mediante selección natur<strong>al</strong>, por disminuir <strong>la</strong>s<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que aparezcan variaciones favorables.<br />

<strong>El</strong> simple transcurso <strong>de</strong>l tiempo, por sí mismo, no hace nada en favor<br />

ni en contra <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Digo esto porque se ha afirmado<br />

erróneamente que he dado por sentado que el elemento tiempo representa<br />

un papel importantísimo en modificar <strong>la</strong>s especies, como si todas <strong>la</strong>s<br />

formas <strong>de</strong> vida estuviesen necesariamente experimentando cambios por<br />

<strong>al</strong>guna ley innata. <strong>El</strong> transcurso <strong>de</strong>l tiempo es sólo importante -y su importancia<br />

en este concepto es gran<strong>de</strong>- en cuanto que da mayores probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> que aparezcan variaciones ventajosas y <strong>de</strong> que sean seleccionadas,<br />

acumu<strong>la</strong>das y fijadas. <strong>El</strong> transcurso <strong>de</strong>l tiempo contribuye también<br />

a aumentar <strong>la</strong> acción directa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> vida en re<strong>la</strong>ción<br />

con <strong>la</strong> constititición <strong>de</strong> cada organismo.<br />

Si nos dirigimos a <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza para comprobar <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> estas<br />

afirmaciones y consi<strong>de</strong>ramos <strong>al</strong>gún pequeño territorio ais<strong>la</strong>do, como una<br />

is<strong>la</strong> oceánica, aunque el número <strong>de</strong> especies que lo habitan sea muy pequeño,<br />

como veremos en nuestro capítulo sobre distribución geográfica,<br />

sin embargo, un tanto por ciento grandísimo <strong>de</strong> estas especies es peculiar,<br />

esto es, se ha producido <strong>al</strong>lí, y en ninguna otra parte <strong>de</strong>l mundo. De<br />

aquí el que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas, a primera vista, parecen haber sido sumamente<br />

favorables para <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> especies nuevas; pero po<strong>de</strong>mos<br />

engañarnos, pues para <strong>de</strong>cidir si ha sido más favorable para <strong>la</strong> producción<br />

<strong>de</strong> nuevas formas orgánicas un pequeño territorio ais<strong>la</strong>do o un gran<br />

territorio abierto, como un continente, tenemos que hacer <strong>la</strong> comparación<br />

en igu<strong>al</strong>dad <strong>de</strong> tiempo, y esto no po<strong>de</strong>mos hacerlo.<br />

Aunque el ais<strong>la</strong>miento es <strong>de</strong> gran importancia en <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> especies<br />

nuevas, en gener<strong>al</strong> me inclino a creer que <strong>la</strong> extensión <strong>de</strong>l territorio<br />

es todavía más importante, especi<strong>al</strong>mente para producción <strong>de</strong> especies<br />

que resulten capaces <strong>de</strong> subsistir durante un <strong>la</strong>rgo período y <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse<br />

a gran distancia. En un territorio gran<strong>de</strong> y abierto no sólo habrá<br />

más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que surjan variaciones favorables <strong>de</strong> entre el gran<br />

número <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especíe que lo habitan, sino que también<br />

<strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida son mucho más complejas, a causa <strong>de</strong>l gran<br />

número <strong>de</strong> especies ya existentes; y si <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> estas muchas especies se<br />

89


modifica y perfecciona, otras tendrán que perfeccionarse en <strong>la</strong> medida<br />

correspondiente, o serán exterminadas. Cada forma nueva, a<strong>de</strong>más, tan<br />

pronto como se haya perfeccionado mucho, será capaz <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse por<br />

el territorio abierto y continuo, y <strong>de</strong> este modo entrará en competencia<br />

con otras muchas formas. A<strong>de</strong>más, gran<strong>de</strong>s territorios actu<strong>al</strong>mente continuos,<br />

en muchos casos <strong>de</strong>bido a osci<strong>la</strong>ciones anteriores <strong>de</strong> nivel, habrán<br />

existido antes en estado fraccionado; <strong>de</strong> modo que gener<strong>al</strong>mente habrán<br />

concurrido, hasta cierto punto, los buenos efectos <strong>de</strong>l ais<strong>la</strong>miento. Por último,<br />

llego a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, aun cuando los territorios pequeños<br />

ais<strong>la</strong>dos han sido en muchos conceptos sumamente favorables para <strong>la</strong><br />

producción <strong>de</strong> nuevas especies, sin embargo, el curso <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación<br />

habrá sido gener<strong>al</strong>mente más rápido en los gran<strong>de</strong>s territorios, y, lo que<br />

es más importante, que <strong>la</strong>s nuevas especies producidas en territorios<br />

gran<strong>de</strong>s, que ya han sido vencedoras <strong>de</strong> muchos competidores, serán <strong>la</strong>s<br />

que se exten<strong>de</strong>rán más lejos y darán origen a mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

y especies; <strong>de</strong> este modo representarán el papel más importante en <strong>la</strong><br />

historia, tan variada, <strong>de</strong>l mundo orgánico.<br />

De conformidad con esta opinión, po<strong>de</strong>mos quizá compren<strong>de</strong>r <strong>al</strong>gunos<br />

hechos, sobre los que insistiremos <strong>de</strong> nuevo en nuestro capítulo sobre<br />

distribución geográfica; por ejemplo: el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s producciones<br />

<strong>de</strong>l pequeño continente austr<strong>al</strong>iano cedan ante <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l gran territorio<br />

europeo asiático. Así también ha ocurrido que <strong>la</strong>s producciones continent<strong>al</strong>es<br />

en todas partes se han llegado a natur<strong>al</strong>izar en tan gran número<br />

en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s. En una is<strong>la</strong> pequeña, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida habrá sido menos<br />

severa, y habrá habido menos modificación y menos exterminio. Por esto<br />

po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo <strong>la</strong> flora <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ra, según Osw<strong>al</strong> Heer, se<br />

parece, hasta cierto punto, a <strong>la</strong> extinguida flora terciaria <strong>de</strong> Europa. Todas<br />

<strong>la</strong>s masas <strong>de</strong> agua dulce, tomadas juntas, constituyen una extensión<br />

pequeña, comparada con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l mar o con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra. Por consiguiente,<br />

<strong>la</strong> competencia entre <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> agua dulce habrá sido menos<br />

dura que en parte <strong>al</strong>guna; <strong>la</strong>s nuevas formas se habrán producido,<br />

por consiguiente, con más lentitud y <strong>la</strong>s formas viejas habrán sido más<br />

lentamente exterminadas. Y es precisamente en <strong>la</strong>s aguas dulces don<strong>de</strong><br />

encontramos siete géneros <strong>de</strong> peces ganoi<strong>de</strong>os, resto <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n prepon<strong>de</strong>rante<br />

en otro tiempo, y en agua dulce encontramos <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

formas más anóma<strong>la</strong>s conocidas hoy en el mundo, como Ornithorhynchus<br />

y Lepidosiren, que, como los fósiles, unen, hasta cierto punto, ór<strong>de</strong>nes<br />

actu<strong>al</strong>mente muy separados en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>. Estas formas anóma<strong>la</strong>s<br />

pue<strong>de</strong>n ser l<strong>la</strong>madas fósiles vivientes:han resistido hasta hoy por<br />

90


haber vivido en <strong>la</strong>s regiones confinadas y por haber estado expuestos a<br />

competencia menos variada y, por consiguiente, menos severa.<br />

Resumiendo, hasta don<strong>de</strong> <strong>la</strong> extrema complicación <strong>de</strong>l asunto lo permite,<br />

<strong>la</strong>s circunstancias favorables y <strong>de</strong>sfavorables para <strong>la</strong> producción <strong>de</strong><br />

nuevas especies por selección natur<strong>al</strong>, llego a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, para<br />

<strong>la</strong>s producciones terrestres, un gran territorio continent<strong>al</strong> que haya experimentado<br />

muchas osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel habrá sido lo más favorable para<br />

<strong>la</strong> producción <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong> vida, capaces <strong>de</strong> durar mucho tiempo<br />

y <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse mucho. Mientras el territorio existió como un continente,<br />

los habitantes habrán sido numerosos en individuos y especies, y<br />

habrán estado sometidos a competencia rigurosa. Cuando por <strong>de</strong>presión<br />

se convirtió en gran<strong>de</strong>s is<strong>la</strong>s separadas, habrán subsistido muchos individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie en cada is<strong>la</strong>; el cruzamiento en los límites <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> extensión ocupada por cada nueva especie habrá quedado impedido;<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cambios físicos <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier c<strong>la</strong>se, <strong>la</strong> inmigración habrá estado<br />

evitada, <strong>de</strong> modo que los nuevos puestos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> cada is<strong>la</strong><br />

habrán tenido que ser ocupados mediante <strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> los antiguos<br />

habitantes, y habrá habido tiempo para que se modificasen y perfeccionasen<br />

bien <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s en cada is<strong>la</strong>. Al convertirse, por nueva elevación,<br />

<strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s otra vez en un territorio continent<strong>al</strong>, habrá habido <strong>de</strong><br />

nuevo competencia rigurosísima; <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más favorecidas o perfeccionadas<br />

habrán podido exten<strong>de</strong>rse, se habrán extinguido muchas <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s formas menos perfeccionadas, y <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones numéricas entre los diferentes<br />

habitantes <strong>de</strong>l continente reconstituido habrán cambiado <strong>de</strong><br />

nuevo, y <strong>de</strong> nuevo habrá habido un campo favorable para que <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> perfeccione todavía más los habitantes y produzca <strong>de</strong> este<br />

modo nuevas especies.<br />

Que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra gener<strong>al</strong>mente con extrema lentitud, lo<br />

admito por completo. Sólo pue<strong>de</strong> obrar cuando en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> una región haya puestos que puedan estar mejor ocupados mediante<br />

<strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes que en el<strong>la</strong> viven. La existencia<br />

<strong>de</strong> t<strong>al</strong>es puestos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá con frecuencia <strong>de</strong> cambios físicos, que<br />

gener<strong>al</strong>mente se verifican con gran lentitud, y <strong>de</strong> que sea impedida <strong>la</strong> inmigración<br />

<strong>de</strong> formas mejor adaptadas. A medida que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los antiguos<br />

habitantes se modifiquen, <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones mutuas <strong>de</strong> los otros, muchas<br />

veces quedarán perturbadas, y esto creará nuevos puestos a punto<br />

para ser ocupados por formas mejor adaptadas; pero todo esto se efectuará<br />

muy lentamente. Aunque todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie<br />

difieren entre sí en <strong>al</strong>gún pequeño grado, con frecuencia habría <strong>de</strong> pasar<br />

mucho tiempo antes <strong>de</strong> que pudiesen presentarse, en <strong>la</strong>s diversas partes<br />

91


<strong>de</strong> <strong>la</strong> organización, diferencias <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza conveniente. Con frecuencia,<br />

el cruzamiento libre tiene que retardar mucho el resultado. Muchos<br />

dirán que estas diferentes causas son muy suficientes para neutr<strong>al</strong>izar el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>: no lo creo así. Lo que creo es que <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> obrará, en gener<strong>al</strong>, con mucha lentitud, y sólo con <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os<br />

y sólo sobre <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma región. Creo<br />

a<strong>de</strong>más que estos lentos e intermitentes resultados concuerdan bien con<br />

lo que <strong>la</strong> Geología nos dice acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> velocidad y manera como han<br />

cambiado los seres que habitan <strong>la</strong> tierra.<br />

Por lento que pueda ser el proceso <strong>de</strong> selección, si el hombre, tan débil,<br />

es capaz <strong>de</strong> hacer mucho por selección artifici<strong>al</strong>, no puedo ver ningún límite<br />

para <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> variación, para <strong>la</strong> belleza y complejidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

adaptaciones <strong>de</strong> todos los seres orgánicos entre sí, o con sus condiciones<br />

físicas <strong>de</strong> vida, que pue<strong>de</strong>n haber sido re<strong>al</strong>izadas, en el <strong>la</strong>rgo transcurso<br />

<strong>de</strong> tiempo, mediante el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza; esto es:<br />

por <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados.<br />

Extinción producida por selección natur<strong>al</strong><br />

Este asunto será discutido con mayor amplitud en el capítulo sobre<br />

Geología; pero hay que <strong>al</strong>udir a él en este lugar, por estar íntimamente<br />

re<strong>la</strong>cionado con <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. La selección natur<strong>al</strong> obra sólo mediante<br />

<strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> variaciones en <strong>al</strong>gún modo ventajosas, y que,<br />

por consiguiente, persisten. Debido a <strong>la</strong> elevada progresión geométrica<br />

<strong>de</strong> aumento <strong>de</strong> todos los seres vivientes, cada territorio está ya provisto<br />

por completo <strong>de</strong> habitantes, y <strong>de</strong> esto se sigue que, <strong>de</strong>l mismo modo que<br />

<strong>la</strong>s formas favorecidas aumentan en número <strong>de</strong> individuos, así también<br />

<strong>la</strong>s menos favorecidas, gener<strong>al</strong>mente disminuirán y llegarán a ser raras.<br />

La rareza, según <strong>la</strong> Geología nos enseña, es precursora <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción.<br />

Po<strong>de</strong>mos ver que toda forma que esté representada por pocos individuos<br />

corre mucho riesgo <strong>de</strong> extinción completa durante <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s fluctuaciones<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estaciones, o por un aumento tempor<strong>al</strong> en el<br />

número <strong>de</strong> sus enemigos. Pero po<strong>de</strong>mos ir más lejos todavía; pues, como<br />

se producen nuevas formas, muchas formas viejas tienen que extinguirse,<br />

a menos que admitamos que el número <strong>de</strong> formas específicas pue<strong>de</strong><br />

ir aumentando in<strong>de</strong>finidamente. Y que el número <strong>de</strong> formas específicas<br />

no ha aumentado in<strong>de</strong>finidamente, nos lo enseña c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong> Geología;<br />

e intentaremos ahora <strong>de</strong>mostrar cómo es que el número <strong>de</strong> especies en el<br />

mundo no ha llegado a ser inconmensurablemente gran<strong>de</strong>.<br />

92


Hemos visto que <strong>la</strong>s especies que son más numerosas en individuos<br />

tienen <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> producir variaciones favorables en<br />

un espacio <strong>de</strong> tiempo dado. Tenemos pruebas <strong>de</strong> esto en los hechos manifestados<br />

en el capítulo segundo, que <strong>de</strong>muestran que <strong>la</strong>s especies comunes<br />

y difundidas, o predominantes, son precisamente <strong>la</strong>s que ofrecen<br />

el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s registradas. De aquí que <strong>la</strong>s especies raras<br />

se modificarán y perfeccionarán con menor rapi<strong>de</strong>z en un tiempo dado<br />

y, por consiguiente, serán <strong>de</strong>rrotadas en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida por los<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados y perfeccionados <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies más<br />

comunes.<br />

De estas diferentes consi<strong>de</strong>raciones creo que se sigue inevitablemente<br />

que, a medida que en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo se forman por selección<br />

natur<strong>al</strong> especies nuevas, otras se irán haciendo más y más raras, y, por<br />

último, se extinguirán. Las formas que están en competencia más inmediata<br />

con <strong>la</strong>s que experimentan modificación y perfeccionamiento sufrirán,<br />

natur<strong>al</strong>mente, más; y hemos visto en el capítulo sobre <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong><br />

existencia que <strong>la</strong>s formas más afines -varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie y<br />

especies <strong>de</strong>l mismo género o <strong>de</strong> géneros próximos- son <strong>la</strong>s que, por tener<br />

casi <strong>la</strong> misma estructura, constitución y costumbres, entran gener<strong>al</strong>mente<br />

en competencia mutua <strong>la</strong> más rigurosa. En consecuencia, cada nueva variedad<br />

o especie, durante su proceso <strong>de</strong> formación, luchará con <strong>la</strong> mayor<br />

dureza con sus parientes más próximos y ten<strong>de</strong>rá a exterminarlos. Vemos<br />

esbe mismo proceso <strong>de</strong> exterminio en nuestras producciones domésticas<br />

por <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> formas perfeccionadas hecha por el hombre.<br />

Podrían citarse muchos ejemplos curiosos que muestran <strong>la</strong> rapi<strong>de</strong>z con<br />

que nuevas castas <strong>de</strong> ganado vacuno, ovejas y otros anim<strong>al</strong>es y nuevas<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> flores reemp<strong>la</strong>zan a <strong>la</strong>s antiguas e inferiores. Se sabe históricamente<br />

que en Yorkshire el antiguo ganado vacuno negro fue <strong>de</strong>s<strong>al</strong>ojado<br />

por el long-horn, y éste fue «barrido por el short-horn» -cito <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras<br />

textu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> un agrónomo- «como por una peste mort<strong>al</strong>».<br />

Divergencia <strong>de</strong> caracteres<br />

<strong>El</strong> principio que he <strong>de</strong>signado con estos términos es <strong>de</strong> suma importancia<br />

y explica, a mi parecer, diferentes hechos importantes. En primer<br />

lugar, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, aun <strong>la</strong>s muy marcadas, aunque tengan <strong>al</strong>go <strong>de</strong> carácter<br />

<strong>de</strong> especies -como lo <strong>de</strong>muestran <strong>la</strong>s continuas dudas, en muchos<br />

casos, para c<strong>la</strong>sificar<strong>la</strong>s-, difieren ciertamente mucho menos entre sí que<br />

<strong>la</strong>s especies verda<strong>de</strong>ras y distintas. Sin embargo, en mi opinión, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

son especies en vías <strong>de</strong> formación o, como <strong>la</strong>s he l<strong>la</strong>mado, especies<br />

incipientes. ¿De qué modo, pues, <strong>la</strong> diferencia pequeña que existe entre<br />

93


<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s aumenta hasta convertirse en <strong>la</strong> diferencia mayor que hay<br />

entre <strong>la</strong>s especies? Que esto ocurre habitu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>bemos inferirlo <strong>de</strong><br />

que en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s innumerables especies<br />

presenta diferencias bien marcadas, mientras que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s -los supuestos<br />

prototipos y progenitores <strong>de</strong> futuras especies bien marcadaspresentan<br />

diferencias ligeras y m<strong>al</strong> <strong>de</strong>finidas. Simplemente, <strong>la</strong> suerte, como<br />

po<strong>de</strong>mos l<strong>la</strong>mar<strong>la</strong>, pudo hacer que una variedad difiriese en <strong>al</strong>gún<br />

carácter <strong>de</strong> sus progenitores y que <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta variedad difiera<br />

<strong>de</strong> ésta precisamente en el mismo carácter, aunque en grado mayor;<br />

pero esto solo no explicaría nunca una diferencia tan habitu<strong>al</strong> y gran<strong>de</strong><br />

como <strong>la</strong> que existe entre <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género.<br />

Siguiendo mi costumbre, he buscado <strong>al</strong>guna luz sobre este particu<strong>la</strong>r<br />

en <strong>la</strong>s producciones domésticas. Encontraremos en el<strong>la</strong>s <strong>al</strong>go análogo. Se<br />

admitirá que <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> razas tan diferentes como el ganado<br />

vacuno short-horn y el <strong>de</strong> Hereford, los cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> carrera y <strong>de</strong> tiro, <strong>la</strong>s<br />

diferentes razas <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas, etc., no pudo efectuarse en modo <strong>al</strong>guno<br />

por <strong>la</strong> simple acumu<strong>la</strong>ción casu<strong>al</strong> <strong>de</strong> variaciones semejantes durante muchas<br />

generaciones sucesivas. En <strong>la</strong> práctica l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> atención <strong>de</strong> un cultivador<br />

una p<strong>al</strong>oma con el pico ligeramente más corto; a otro criador l<strong>la</strong>ma<br />

<strong>la</strong> atención una p<strong>al</strong>oma con el pico un poco más <strong>la</strong>rgo, y -según el principio<br />

conocido <strong>de</strong> que «los criadores no admiran ni admirarán un tipo medio,<br />

sino que les gustan los extremos»- ambos continuarán, como positivamente<br />

ha ocurrido con <strong>la</strong>s sub-razas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma volteadora, escogiendo<br />

y sacando crías <strong>de</strong> los individuos con pico cada vez más <strong>la</strong>rgo y<br />

con pico cada vez más corto. Más aún: po<strong>de</strong>mos suponer que, en un período<br />

remoto <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia, los hombres <strong>de</strong> una nación o país necesitaron<br />

los cab<strong>al</strong>los más veloces, mientras que los <strong>de</strong> otro necesitaron cab<strong>al</strong>los<br />

más fuertes y corpulentos. Las primeras diferencias serían pequeñísimas;<br />

pero en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, por <strong>la</strong> selección continuada <strong>de</strong> cab<strong>al</strong>los<br />

más veloces en un caso, y más fuertes en otro, <strong>la</strong>s diferencias se harían<br />

mayores y se distinguirían como formando dos sub-razas. Por último,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> siglos, estas dos sub-razas llegarían a convertirse en dos razas<br />

distintas y bien establecidas. Al hacerse mayor <strong>la</strong> diferencia, los individuos<br />

inferiores con caracteres intermedios, que no fuesen ni muy veloces<br />

ni muy corpulentos, no se utilizarían para <strong>la</strong> cría y, <strong>de</strong> este modo, han<br />

tendido a <strong>de</strong>saparecer. Vemos, pues, en <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong>l hombre <strong>la</strong><br />

acción <strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse el principio <strong>de</strong> divergencia, produciendo<br />

diferencias, primero apenas apreciables, que aumentan continuamente,<br />

y que <strong>la</strong>s razas se separan, por sus caracteres, unas <strong>de</strong> otras y también<br />

<strong>de</strong>l tronco común.<br />

94


Pero podría preguntarse: ¿cómo pue<strong>de</strong> aplicarse a <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza un<br />

principio análogo? Creo que pue<strong>de</strong> aplicarse, y que se aplica muy<br />

eficazmente -aun cuando pasó mucho tiempo antes <strong>de</strong> que yo viese cómo-,<br />

por <strong>la</strong> simple circunstancia <strong>de</strong> que cuanto más se diferencian los<br />

<strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> una especie cu<strong>al</strong>quiera en estructura, constitución y<br />

costumbres, tanto más capaces serán <strong>de</strong> ocupar muchos y más diferentes<br />

puestos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, y así podrán aumentar en<br />

número.<br />

Po<strong>de</strong>mos ver esto c<strong>la</strong>ramente en el caso <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> costumbres<br />

sencil<strong>la</strong>s. Tomemos el caso <strong>de</strong> un cuadrúpedo carnívoro cuyo número <strong>de</strong><br />

individuos haya llegado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo <strong>al</strong> promedio que pue<strong>de</strong> mantenerse<br />

en un país cu<strong>al</strong>quiera. Si se <strong>de</strong>ja obrar a su facultad natur<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

aumento, este anim<strong>al</strong> sólo pue<strong>de</strong> conseguir aumentar -puesto que el país<br />

no experimenta cambio <strong>al</strong>guno en sus condiciones- porque sus <strong>de</strong>scendientes<br />

que varíen se apo<strong>de</strong>ren <strong>de</strong> los puestos actu<strong>al</strong>mente ocupados por<br />

otros anim<strong>al</strong>es: unos, por ejemplo, por po<strong>de</strong>r <strong>al</strong>imentarse <strong>de</strong> nuevas c<strong>la</strong>ses<br />

<strong>de</strong> presas, muertas o vivas; otros, por habitar nuevos parajes, trepar a<br />

los árboles o frecuentar el agua, y otros, quizá por haberse hecho menos<br />

carnívoros. Cuanto más lleguen a diferenciarse en costumbres y conformación<br />

los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> nuestros anim<strong>al</strong>es carnívoros, tantos más<br />

puestos serán capaces <strong>de</strong> ocupar.<br />

Lo que se aplica a un anim<strong>al</strong> se aplicará en todo tiempo a todos los anim<strong>al</strong>es,<br />

dado que varíen, pues, en otro caso, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong><br />

hacer nada.<br />

Lo mismo ocurrirá con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Se ha <strong>de</strong>mostrado experiment<strong>al</strong>mente<br />

que si se siembra una parce<strong>la</strong> <strong>de</strong> terreno con una so<strong>la</strong> especie <strong>de</strong><br />

gramínea, y otra parce<strong>la</strong> semejante con varios géneros distintos <strong>de</strong> gramíneas,<br />

se pue<strong>de</strong> obtener en este último caso un peso mayor <strong>de</strong> hierba<br />

seca que en el primero. Se ha visto que este mismo resultado subsiste<br />

cuando se han sembrado en espacios igu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tierra una variedad y varias<br />

varieda<strong>de</strong>s mezc<strong>la</strong>das <strong>de</strong> trigo. De aquí que si una especie cu<strong>al</strong>quiera<br />

<strong>de</strong> gramínea fuese variando, y fuesen seleccionadas constantemente<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que difiriesen entre sí <strong>de</strong>l mismo modo -aunque en grado<br />

ligerísimo- que difieren <strong>la</strong>s distintas especies y géneros <strong>de</strong> gramíneas, un<br />

gran número <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> esta especie, incluyendo sus <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados, conseguiría vivir en <strong>la</strong> misma parca<strong>la</strong> <strong>de</strong> terreno. Y sabemos<br />

que cada especie y cada variedad <strong>de</strong> gramínea da anu<strong>al</strong>mente casi<br />

innumerables simientes, y está <strong>de</strong> este modo, por <strong>de</strong>cirlo así, esforzándose<br />

hasta lo sumo por aumentar en número <strong>de</strong> individuos. En consecuencia,<br />

en el transcurso <strong>de</strong> muchos miles <strong>de</strong> generaciones, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más<br />

95


diferentes <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> gramínea tendrían <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> triunfar y aumentar el número <strong>de</strong> sus induviduos y <strong>de</strong> sup<strong>la</strong>ntar<br />

así a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s menos diferentes; y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, cuando se han<br />

hecho muy diferentes entre sí, <strong>al</strong>canzan <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies.<br />

La verdad <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que <strong>la</strong> cantidad máxima <strong>de</strong> vida pue<strong>de</strong> ser<br />

sostenida mediante una gran diversidad <strong>de</strong> conformaciones se ve en muchas<br />

circunstancias natur<strong>al</strong>es. En una región muy pequeña, en especi<strong>al</strong> si<br />

está por completo abierta a <strong>la</strong> inmigración, don<strong>de</strong> <strong>la</strong> contienda entre individuo<br />

e individuo tiene que ser severísima, encontramos siempre gran<br />

diversidad en sus habitantes. Por ejemplo: he observado que un pedazo<br />

<strong>de</strong> césped, cuya superficie era <strong>de</strong> tres pies por cuatro, que había estado<br />

expuesto durante muchos años exactamente a <strong>la</strong>s mismas condiciones,<br />

contenía veinte especies <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas, y éstas pertenecían a diez y ocho géneros<br />

y a ocho ór<strong>de</strong>nes; lo que <strong>de</strong>muestra lo mucho que estas p<strong>la</strong>ntas diferían<br />

entre sí. Lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas e insectos en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s pequeñas<br />

y uniformes, y también en <strong>la</strong>s charcas <strong>de</strong> agua dulce. Los agricultores<br />

observan que pue<strong>de</strong>n obtener más productos mediante una rotación<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas pertenecientes a ór<strong>de</strong>nes los más diferentes: <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

sigue lo que podría l<strong>la</strong>marse una rotación simultánea. La mayor parte <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es o p<strong>la</strong>ntas que viven <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un pequeño pedazo <strong>de</strong> terreno<br />

podrían vivir en él -suponiendo que su natur<strong>al</strong>eza no sea, <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún<br />

modo, extraordinaria-, y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que están esforzándose, hasta lo<br />

sumo, para vivir <strong>al</strong>lí; pero se ve que, cuando entran en competencia más<br />

viva, <strong>la</strong>s ventajas <strong>de</strong> <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> estructura, junto con <strong>la</strong>s diferencias<br />

<strong>de</strong> costumbres y constitución que <strong>la</strong>s acompañan, <strong>de</strong>terminan el que los<br />

habitantes que <strong>de</strong> este modo pugnaron empeñadamente pertenezcan,<br />

por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, a lo que l<strong>la</strong>mamos géneros y ór<strong>de</strong>nes diferentes.<br />

<strong>El</strong> mismo principio se observa en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>ización <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas, mediante<br />

<strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l hombre, en países extranjeros. Podía esperarse que <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas que consiguieron llegar a natur<strong>al</strong>izarse en un país cu<strong>al</strong>quiera tenían<br />

que haber sido, en gener<strong>al</strong>, muy afines <strong>de</strong> <strong>la</strong>s indígenas, pues éstas,<br />

por lo común, son consi<strong>de</strong>radas como especi<strong>al</strong>mente creadas y adaptadas<br />

para su propio país. También quizá podría esperarse que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

natur<strong>al</strong>izadas hubiesen pertenecido a un corto número <strong>de</strong> grupos más<br />

especi<strong>al</strong>mente adaptados a ciertos parajes en sus nuevas loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s. Pero<br />

el caso es muy otro; y Alph. <strong>de</strong> Candolle ha hecho observar acertadamente,<br />

en su gran<strong>de</strong> y admirable obra, que <strong>la</strong>s floras, en proporción <strong>al</strong><br />

número <strong>de</strong> géneros y especies indígenas, aumentan, por natur<strong>al</strong>ización,<br />

mucho más en nuevos géneros que en nuevas especies. Para dar un solo<br />

ejemplo: en <strong>la</strong> última edición <strong>de</strong>l Manu<strong>al</strong> of the Flora of the Northern<br />

96


United States, <strong>de</strong>l doctor Asa Gray, se enumeran 260 p<strong>la</strong>ntas natur<strong>al</strong>izadas,<br />

y éstas pertenecen a 162 géneros. Vemos en este caso que estas p<strong>la</strong>ntas<br />

natur<strong>al</strong>izadas son <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza sumamente diversa. A<strong>de</strong>más, difieren<br />

mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas indígenas, pues <strong>de</strong> los 162 géneros natur<strong>al</strong>izados,<br />

no menos <strong>de</strong> cien géneros no son indígenas <strong>al</strong>lí, y <strong>de</strong> este modo se<br />

ha añadido un número re<strong>la</strong>tivamente gran<strong>de</strong> a los géneros que viven actu<strong>al</strong>mente<br />

en los Estados Unidos.<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es que en un país<br />

han luchado con buen éxito con los indígenas y que han llegado a aclimatarse<br />

en él, po<strong>de</strong>mos adquirir una tosca i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l modo como <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> los seres orgánicos indígenas tendrían que modificarse para obtener<br />

ventaja sobre sus compatriotas, o po<strong>de</strong>mos, por lo menos, inferir qué diversidad<br />

<strong>de</strong> conformación, llegando hasta nuevas diferencias genéricas,<br />

les sería provechosa.<br />

La ventaja <strong>de</strong> <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> estructura en los habitantes <strong>de</strong> una misma<br />

región es, en el fondo, <strong>la</strong> misma que <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> división fisiológica <strong>de</strong>l<br />

trabajo en los órganos <strong>de</strong> un mismo individuo, asunto tan bien dilucidado<br />

por Milne Edwards. Ningún fisiólogo duda <strong>de</strong> que un estómago<br />

adaptado a digerir sólo materias veget<strong>al</strong>es, o sólo carne, saca más <strong>al</strong>imento<br />

<strong>de</strong> estas substancias. De igu<strong>al</strong> modo, en <strong>la</strong> economía gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> un<br />

país, cuanto más extensa y perfectamente diversificados para diferentes<br />

costumbres estén los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas, tanto mayor será el número <strong>de</strong><br />

individuos que puedan mantenerse. Un conjunto <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es cuyos organismos<br />

sean poco diferentes apenas podría competir con otro <strong>de</strong> organismos<br />

más diversificados. Pue<strong>de</strong> dudarse, por ejemplo, si los marsupi<strong>al</strong>es<br />

austr<strong>al</strong>ianos, que están divididos en grupos que difieren muy poco<br />

entre sí y que, como Mr. Waterhouse y otros autores han hecho observar,<br />

representan débilmente a nuestros carnívoros, rumiantes y roedores, podrían<br />

competir con buen éxito con estos ór<strong>de</strong>nes bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos. En<br />

los mamíferos austr<strong>al</strong>ianos vemos el proceso <strong>de</strong> diversificación en un estado<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo primitivo e incompleto.<br />

Efectos probables <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, mediante divergencia<br />

<strong>de</strong> caracteres y extinción, sobre los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un antepasado<br />

común<br />

Después <strong>de</strong> <strong>la</strong> discusión prece<strong>de</strong>nte, que ha sido muy con<strong>de</strong>nsada, po<strong>de</strong>mos<br />

admitir que los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier especie<br />

prosperarán tanto mejor cuanto más diferentes lleguen a ser en su conformación<br />

y sean <strong>de</strong> este modo capaces <strong>de</strong> usurpar los puestos ocupados<br />

97


por otros seres. Veamos ahora cómo tien<strong>de</strong> a obrar este principio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

ventajas que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias <strong>de</strong> caracteres, combinado con<br />

los principios <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> y <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción.<br />

<strong>El</strong> cuadro adjunto nos ayudará a compren<strong>de</strong>r este asunto, <strong>al</strong>go complicado.<br />

Supongamos que <strong>la</strong>s letras A a L representan <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un género<br />

gran<strong>de</strong> en su propio país; se supone que estas especies se asemejan<br />

entre sí en grados <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es, como ocurre gener<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

y como está representado en el cuadro, por estar <strong>la</strong>s letras a distancias<br />

<strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es. He dicho un género gran<strong>de</strong> porque, como vimos en el capítulo<br />

segundo, en proporción, varían más especies en los géneros gran<strong>de</strong>s<br />

que en los géneros pequeños, y <strong>la</strong>s especies que varían pertenecientes a<br />

los géneros gran<strong>de</strong>s presentan un número mayor <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s. Hemos<br />

visto también que <strong>la</strong>s especies más comunes y difundidas varían más<br />

que <strong>la</strong>s especies raras y limitadas. Sea A una especie común muy difundida<br />

y variable, perteneciente a un género gran<strong>de</strong> en su propia región.<br />

Las líneas <strong>de</strong> puntos ramificados y divergentes <strong>de</strong> longitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es,<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> A, pue<strong>de</strong>n representar su variable <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Se supone<br />

que <strong>la</strong>s variaciones son ligerísimas, pero <strong>de</strong> <strong>la</strong> más diversa natur<strong>al</strong>eza;<br />

no se supone que todas aparezcan simultáneamente, sino, con frecuencia,<br />

tras <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo; ni tampoco se supone que persistan<br />

durante períodos igu<strong>al</strong>es. Sólo <strong>la</strong>s variaciones que sean en <strong>al</strong>gún<br />

modo ventajosas serán conservadas o natur<strong>al</strong>mente seleccionadas. Y en<br />

este caso aparece <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> ventaja <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres, pues esto llevará, en gener<strong>al</strong>, a que se conserven<br />

y acumulen por selección natur<strong>al</strong> <strong>la</strong>s variaciones más diferentes o<br />

divergentes, representadas por <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> puntos más externas. Cuando<br />

una línea <strong>de</strong> puntos llega a una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s líneas horizont<strong>al</strong>es y está <strong>al</strong>lí<br />

marcada con una letra minúscu<strong>la</strong> con número, se supone que se ha acumu<strong>la</strong>do<br />

una cantidad suficiente <strong>de</strong> variación para constituir una variedad<br />

bien marcada; tanto, que se <strong>la</strong> juzgaría digna <strong>de</strong> ser registrada en<br />

una obra sistemática.<br />

Los interv<strong>al</strong>os entre <strong>la</strong>s líneas horizont<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l cuadro pue<strong>de</strong> representar<br />

cada uno un mil<strong>la</strong>r <strong>de</strong> generaciones o más. Después <strong>de</strong> un mil<strong>la</strong>r <strong>de</strong><br />

generaciones se supone que <strong>la</strong> especie A ha producido dos varieda<strong>de</strong>s<br />

perfectamente marcadas, que son a1 y m2. Estas dos varieda<strong>de</strong>s estarán,<br />

por lo gener<strong>al</strong>, sometidas todavía a <strong>la</strong>s mismas condiciones que hicieron<br />

variar a sus antepasados, y <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> variabilidad es en sí misma<br />

hereditaria; por consiguiente, ten<strong>de</strong>rán también a variar, y, por lo común,<br />

casi <strong>de</strong>l mismo modo que lo hicieron sus padres. Es más: estas dos<br />

98


varieda<strong>de</strong>s, como son sólo formas ligeramente modificadas, ten<strong>de</strong>rán a<br />

heredar <strong>la</strong>s ventajas que hicieron a su tronco común A más numeroso<br />

que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los otros habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma región; participarán<br />

el<strong>la</strong>s también <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s ventajas más gener<strong>al</strong>es que hicieron <strong>de</strong>l género<br />

a que perteneció <strong>la</strong> especie madre A un género gran<strong>de</strong> en su propia<br />

región, y todas estas circunstancias son favorables a <strong>la</strong> producción <strong>de</strong><br />

nuevas varieda<strong>de</strong>s.<br />

Si estas dos varieda<strong>de</strong>s son, pues, variables, <strong>la</strong>s más divergentes <strong>de</strong> sus<br />

variaciones se conservarán, por lo común, durante <strong>la</strong>s mil generaciones<br />

siguientes. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> este interv<strong>al</strong>o se supone que <strong>la</strong> variedad a1 <strong>de</strong>l<br />

cuadro ha producido <strong>la</strong> variedad a2, que, <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> divergencia,<br />

diferirá más <strong>de</strong> A que difirió <strong>la</strong> variedad a1. La variedad m1 se<br />

supone que ha producido dos varieda<strong>de</strong>s, a saber: m2 y s2, que difieren<br />

entre sí y aun más <strong>de</strong> su antepasado común A. Po<strong>de</strong>mos continuar el<br />

proceso, por grados semejantes, durante cu<strong>al</strong>quier espacio <strong>de</strong> tiempo:<br />

produciendo <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cada mil<strong>la</strong>r <strong>de</strong> generaciones<br />

sólo una variedad, pero <strong>de</strong> condición cada vez más modificada;<br />

produciendo otras, dos o tres varieda<strong>de</strong>s, y no consiguiendo otras producir<br />

ninguna. De este modo, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s o <strong>de</strong>scendientes modificados<br />

<strong>de</strong>l tronco común A continuarán, en gener<strong>al</strong>, aumentando en número<br />

y divergiendo en caracteres. En el cuadro, el proceso está representado<br />

hasta <strong>la</strong> diezmilésima generación, y en una forma con<strong>de</strong>nsada y simplificada,<br />

hasta <strong>la</strong> catorcemilésima generación.<br />

Pero he <strong>de</strong> hacer observar aquí que no supongo yo que el proceso continúe<br />

siempre tan regu<strong>la</strong>rmente como está representado en el cuadro -<br />

aunque éste es ya <strong>al</strong>go irregu<strong>la</strong>r-, ni que se <strong>de</strong>sarrolle sin interrupción; es<br />

mucho más probable que cada forma permanezca in<strong>al</strong>terable durante<br />

<strong>la</strong>rgos períodos y experimente <strong>de</strong>spués otra vez modificación. Tampoco<br />

supongo que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más divergentes, invariablemente se conserven;<br />

con frecuencia, una forma media pue<strong>de</strong> durar mucho tiempo y pue<strong>de</strong><br />

o no producir más <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong>scendiente modificada; pues <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> obra según <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los puestos que estén <strong>de</strong>socupados,<br />

u ocupados imperfectamente, por otros seres, y esto <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá<br />

<strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones infinitamente complejas. Pero, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, cuanto<br />

más diferente pueda hacerse <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong><br />

una especie, tantos más puestos podrán apropiarse y tanto más aumentará<br />

su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada. En nuestro cuadro, <strong>la</strong> línea <strong>de</strong> sucesión<br />

está interrumpida a interv<strong>al</strong>os regu<strong>la</strong>res por letras minúscu<strong>la</strong>s con número,<br />

que seña<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s formas sucesivas que han llegado a ser lo bastante<br />

distintas para ser registradas como varieda<strong>de</strong>s. Pero estas interrupciones<br />

99


son imaginarias y podrían haberse puesto en cu<strong>al</strong>quier punto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

interv<strong>al</strong>os suficientemente <strong>la</strong>rgos para permitir <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> una<br />

consi<strong>de</strong>rable variación divergente.<br />

Como todos los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> una especie común y<br />

muy difundida perteneciente a un género gran<strong>de</strong>, ten<strong>de</strong>rán a participar<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas ventajas que hicieron a sus padres triunfar en <strong>la</strong> vida, continuarán<br />

gener<strong>al</strong>mente multiplicándose en número, así como también divergiendo<br />

en caracteres: esto está representado en el cuadro por <strong>la</strong>s varias<br />

ramas divergentes que parten <strong>de</strong> A. La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s ramas más mo<strong>de</strong>rnas y más perfeccionadas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

probablemente ocuparán con frecuencia el lugar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ramas más<br />

antiguas y menos perfeccionadas, <strong>de</strong>struyéndo<strong>la</strong>s así, lo que está representado<br />

en el cuadro por <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ramas inferiores que no <strong>al</strong>canza a<br />

<strong>la</strong>s líneas horizont<strong>al</strong>es superiores. En <strong>al</strong>gunos casos, indudablemente, el<br />

proceso <strong>de</strong> modificación estará limitado a una so<strong>la</strong> línea <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia,<br />

y el número <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes modificados no aumentará, aunque<br />

pue<strong>de</strong> haber aumentado <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación. Este caso estaría<br />

representado en el diagrama si todas <strong>la</strong>s líneas que parten <strong>de</strong> A fuesen<br />

suprimidas, excepto <strong>la</strong> que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a1 hasta <strong>al</strong> a10. De este modo, el<br />

cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carreras inglés y el pointer inglés han ido evi<strong>de</strong>ntemente divergiendo<br />

poco a poco en sus caracteres <strong>de</strong> los troncos primitivos, sin<br />

que hayan dado ninguna nueva rama o raza.<br />

Se supone que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> diez mil generaciones, <strong>la</strong> especie A ha producido<br />

tres formas -a10, f10 y m10- que, por haber divergido en los caracteres<br />

durante <strong>la</strong>s generaciones sucesivas, habrán llegado a diferir mucho,<br />

aunque quizá <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>mente, unas <strong>de</strong> otras y <strong>de</strong> su tronco común. Si<br />

suponemos que el cambio entre dos líneas horizont<strong>al</strong>es <strong>de</strong> nuestro cuadro<br />

es pequeñísimo, estas tres formas podrían ser todavía sólo varieda<strong>de</strong>s<br />

bien seña<strong>la</strong>das; pero no tenemos más que suponer que los pasos en<br />

el proceso <strong>de</strong> modificación son más numerosos o mayores para que estas<br />

tres formas se conviertan en especies dudosas o, por lo menos, en varieda<strong>de</strong>s<br />

bien <strong>de</strong>finidas. De este modo, el cuadro muestra los grados por los<br />

que <strong>la</strong>s diferencias pequeñas que distinguen <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s crecen hasta<br />

convertirse en <strong>la</strong>s diferencias mayores que distinguen <strong>la</strong>s especies. Continuando<br />

el mismo proceso durante un gran número <strong>de</strong> generaciones -como,<br />

muestra el cuadro <strong>de</strong> un modo con<strong>de</strong>nsado y simplificado-, obtenemos<br />

ocho especies, seña<strong>la</strong>das por <strong>la</strong>s letras a14 a m14, <strong>de</strong>scendientes todas<br />

<strong>de</strong> A. De este modo, creo yo, se multiplican <strong>la</strong>s especies y se forman<br />

los géneros.<br />

100


En un género gran<strong>de</strong> es probable que más <strong>de</strong> una especie tenga que<br />

variar. En el cuadro he supuesto que otra especie I ha producido por etapas<br />

análogas, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> diez mil generaciones, dos varieda<strong>de</strong>s bien<br />

caracterizadas -w1O y z1O-, o dos especies, según <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l cambio<br />

que se suponga representada entre <strong>la</strong>s líneas horizont<strong>al</strong>es. Después<br />

<strong>de</strong> catorce mil generaciones, se supone que se han producido seis especies<br />

nuevas, seña<strong>la</strong>das por <strong>la</strong>s letras n14 a z14. En todo género, <strong>la</strong>s especies<br />

que sean ya muy diferentes entre sí ten<strong>de</strong>rán en gener<strong>al</strong> a producir el<br />

mayor número <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes modificados, pues son <strong>la</strong>s que tendrán<br />

más probabilidad <strong>de</strong> ocupar puestos nuevos y muy diferentes en <strong>la</strong> economía<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza; por esto, en el cuadro he escogido <strong>la</strong> especie extrema<br />

A y <strong>la</strong> especie casi extrema I, como <strong>la</strong>s que han variado más y han<br />

dado origen a nuevas varieda<strong>de</strong>s y especies. Las otras nueve especies -<br />

seña<strong>la</strong>das por letras mayúscu<strong>la</strong>s- <strong>de</strong> nuestro género primitivo pue<strong>de</strong>n<br />

continuar dando durante períodos <strong>la</strong>rgos, aunque <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es, <strong>de</strong>scendientes<br />

no modificados, lo que se representa en el cuadro por <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong><br />

puntos que se prolongan <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>mente hacia arriba.<br />

Pero durante el proceso <strong>de</strong> modificación representado en el cuadro,<br />

otro <strong>de</strong> nuestros principios, el <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción, habrá representado un papel<br />

importante. Como en cada país completamente pob<strong>la</strong>do <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> necesariamente obra porque <strong>la</strong> forma seleccionada tiene <strong>al</strong>guna<br />

ventaja en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida sobre otras formas, habrá una ten<strong>de</strong>ncia<br />

constante en los <strong>de</strong>scendientes perfeccionados <strong>de</strong> una especie cu<strong>al</strong>quiera<br />

a sup<strong>la</strong>ntar y exterminar en cada generación a sus precursores y a su<br />

tronco primitivo. Para esto hay que recordar que <strong>la</strong> lucha será, en gener<strong>al</strong>,<br />

más rigurosa entre <strong>la</strong>s formas que estén más re<strong>la</strong>cionadas entre sí en<br />

costumbres, constitución y estructura. De aquí que todas <strong>la</strong>s formas intermedias<br />

entre el estado primitivo y los más recientes, esto es, entre los<br />

estados menos perfeccionados y los más perfeccionados <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie,<br />

así como también <strong>la</strong> especie madre primitiva misma, ten<strong>de</strong>rán, en<br />

gener<strong>al</strong>, a extinguirse. Así ocurrirá probablemente con muchas ramas co<strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es,<br />

que serán vencidas por ramas más mo<strong>de</strong>rnas mejoradas. Sin<br />

embargo, si los <strong>de</strong>scendientes mejorados <strong>de</strong> una especie penetran en un<br />

país distinto o se adaptan rápidamente a una estación nueva por completo,<br />

en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia y el tipo primitivo no entren en competencia,<br />

pue<strong>de</strong>n ambos continuar viviendo.<br />

Si se admite, pues, que nuestro cuadro representa una cantidad consi<strong>de</strong>rable<br />

<strong>de</strong> modificación, <strong>la</strong> especie A y todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s primitivas<br />

se habrán extinguido, estando reemp<strong>la</strong>zadas por ocho especies nuevas-<br />

101


a14 a m14- y <strong>la</strong> especie I estará reemp<strong>la</strong>zada por seis especies nuevas -<br />

n14 a z14-.<br />

Pero po<strong>de</strong>mos ir aún más lejos. Las especies primitivas <strong>de</strong> nuestro género<br />

se suponía que se asemejaban unas a otras en grados <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es, como<br />

ocurre gener<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, siendo <strong>la</strong> especie A más próxima<br />

a B, C y D que a <strong>la</strong>s otras especies, y <strong>la</strong> especie I más próxima a G, H,<br />

K y L que a <strong>la</strong>s otras. Se suponía también que <strong>la</strong>s dos especies A e I eran<br />

especies comunísimas y muy difundidas, <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong>bían haber tenido<br />

primitivamente <strong>al</strong>guna ventaja sobre <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras especies<br />

<strong>de</strong>l género. Sus <strong>de</strong>scendientes modificados, en número <strong>de</strong> catorce,<br />

a <strong>la</strong> catorcemilésima generación habrán heredado probablemente <strong>al</strong>gunas<br />

ventajas; se habrán a<strong>de</strong>más modificado y perfeccionado <strong>de</strong> un modo<br />

diverso en cada generación, <strong>de</strong> modo que habrán llegado a adaptarse a<br />

muchos puestos a<strong>de</strong>cuados en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>l país. Parece, por<br />

lo tanto, sumamente probable que habrán ocupado los puestos, no sólo<br />

<strong>de</strong> sus antepasados A e I, sino también <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies primitivas<br />

que eran más semejantes a sus padres, exterminándo<strong>la</strong>s así. Por<br />

consiguiente poquísimas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies primitivas habrán transmitido<br />

<strong>de</strong>scendientes a <strong>la</strong> catorcemilésima generación. Po<strong>de</strong>mos suponer que<br />

sólo una -F- <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos especies -E y F- que eran <strong>la</strong>s menos afines <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

otras nueve especies primitivas ha dado <strong>de</strong>scendientes hasta esta última<br />

generación.<br />

Las nuevas especies <strong>de</strong> nuestro cuadro, que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong>s once especies<br />

primitivas, serán ahora en número <strong>de</strong> quince. Debido a <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia<br />

divergente <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>la</strong> divergencia máxima <strong>de</strong> caracteres<br />

entre <strong>la</strong>s especies a14 y z14 será mucho mayor que entre <strong>la</strong>s más diferentes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s once especies primitivas. Las nuevas especies, a<strong>de</strong>más, estarán<br />

re<strong>la</strong>cionadas entre sí <strong>de</strong> modo muy diferente. De <strong>la</strong>s ocho <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> A, <strong>la</strong>s tres seña<strong>la</strong>das por a14, q14 y p14 estarán muy re<strong>la</strong>cionadas<br />

por haberse separado recientemente <strong>de</strong> a10; b14 y f14, por haberse<br />

separado en un período anterior <strong>de</strong> a5, serán bastante distintas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres<br />

especies primero mencionadas, y, por último, o14, e14 y m14 estarán<br />

muy re<strong>la</strong>cionadas entre sí; pero por haberse separado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo<br />

principio <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> modificación serán muy diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras<br />

cinco especies, y pue<strong>de</strong>n constituir un subgénero o un género distinto.<br />

Los seis <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I formarán dos subgéneros o géneros; pero<br />

como <strong>la</strong> especie primitiva I difería mucho <strong>de</strong> A, por estar casi en el otro<br />

extremo <strong>de</strong>l género, los seis <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I, sólo por <strong>la</strong> herencia, diferirán<br />

ya consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong> los ocho <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> A; pero, a<strong>de</strong>más,<br />

se supone que los dos grupos continúan divergiendo en direcciones<br />

102


distintas. Las especies intermedias -y esto es una consi<strong>de</strong>ración importantísima-<br />

que unían <strong>la</strong>s especies primitivas A e I, exceptuando F, se han<br />

extinguido todas y no han <strong>de</strong>jado ningún <strong>de</strong>scendiente. Por consiguiente,<br />

<strong>la</strong>s seis especies nuevas <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I y <strong>la</strong>s ocho <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> A tendrán que ser c<strong>la</strong>sificadas como géneros muy distintos y hasta como<br />

subfamilias distintas.<br />

Así es, a mi parecer, como dos o más géneros se originan, por <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

con modificación, <strong>de</strong> dos o más especies <strong>de</strong>l mismo género. Y <strong>la</strong>s<br />

dos o más especies madres se supone que han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> una especie<br />

<strong>de</strong> un género anterior. En nuestro cuadro se ha indicado esto por <strong>la</strong>s líneas<br />

interrumpidas <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s letras mayúscu<strong>la</strong>s, líneas que por abajo<br />

convergen en grupos hacia un punto común; este punto representa una<br />

especie: el progenitor supuesto <strong>de</strong> nuestros diferentes subgéneros y géneros<br />

nuevos.<br />

V<strong>al</strong>e <strong>la</strong> pena reflexionar un momento sobre el carácter <strong>de</strong> <strong>la</strong> nueva especie<br />

f14, que se supone que no ha variado mucho y que ha conservado<br />

<strong>la</strong> forma <strong>de</strong> F sin <strong>al</strong>teración, o <strong>al</strong>terada sólo ligeramente. En este caso, sus<br />

afinida<strong>de</strong>s con <strong>la</strong>s otras catorce especies nuevas serán <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza curiosa<br />

e indirecta. Por <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una forma situada entre <strong>la</strong>s especies<br />

madres A e I, que se suponen actu<strong>al</strong>mente extinguidas y <strong>de</strong>sconocidas,<br />

será, en cierto modo, intermedia entre los dos grupos <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong><br />

estas dos especies. Pero como estos dos grupos han continuado divergiendo<br />

en sus caracteres <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> sus progenitores, <strong>la</strong> nueva especie f14<br />

no será directamente intermedia entre ellos, sino más bien entre tipos <strong>de</strong><br />

los dos grupos, y todo natur<strong>al</strong>ista podrá recordar casos semejantes.<br />

Hasta ahora se ha supuesto que en el cuadro cada línea horizont<strong>al</strong> representa<br />

un mil<strong>la</strong>r <strong>de</strong> generaciones; pero cada una pue<strong>de</strong> representar un<br />

millón <strong>de</strong> generaciones, o más, o pue<strong>de</strong> también representar una sección<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s capas sucesivas <strong>de</strong> <strong>la</strong> corteza terrestre, que contienen restos <strong>de</strong> seres<br />

extinguidos. Cuando lleguemos <strong>al</strong> capítulo sobre <strong>la</strong> Geología tendremos<br />

que insistir en este asunto, y creo que entonces veremos que el cuadro<br />

da luz sobre <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los seres extinguidos, que, aunque pertenezcan<br />

a los mismos ór<strong>de</strong>nes, familias y géneros que los hoy vivientes,<br />

sin embargo, son con frecuencia intermedios en cierto grado entre los<br />

grupos existentes, y po<strong>de</strong>mos explicarnos este hecho porque <strong>la</strong>s especies<br />

extinguidas vivieron en diferentes épocas remotas, cuando <strong>la</strong>s ramificaciones<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia se habían separado menos.<br />

No veo razón <strong>al</strong>guna para limitar el proceso <strong>de</strong> ramificación, como<br />

queda explicado, a <strong>la</strong> formación sólo <strong>de</strong> géneros. Si en el cuadro<br />

103


suponemos que es gran<strong>de</strong> el cambio representado por cada grupo sucesivo<br />

<strong>de</strong> líneas divergentes <strong>de</strong> puntos, <strong>la</strong>s formas a14 a p14, <strong>la</strong>s formas b14<br />

y f14 y <strong>la</strong>s formas o14 a m14 constituirán tres géneros muy distintos.<br />

Tendremos también dos géneros muy distintos <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I, que<br />

diferirán mucho <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> A. Estos dos grupos <strong>de</strong> géneros<br />

formarán <strong>de</strong> este modo dos familias u ór<strong>de</strong>nes distintos, según <strong>la</strong> cantidad<br />

<strong>de</strong> modificación divergente que se suponga representada en el cuadro.<br />

Y <strong>la</strong>s dos nuevas familias u ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> dos especies <strong>de</strong>l<br />

género primitivo, y se supone que éstas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma <strong>de</strong>sconocida<br />

aún más antigua.<br />

Hemos visto que en cada país <strong>la</strong>s especies que pertenecen a los géneros<br />

mayores son precisamente <strong>la</strong>s que con más frecuencia presentan varieda<strong>de</strong>s<br />

o especies incipientes. Esto, re<strong>al</strong>mente, podía esperarse, pues como<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra mediante formas que tienen <strong>al</strong>guna ventaja<br />

sobre otras en <strong>la</strong> luchapor <strong>la</strong> existencia, obrará princip<strong>al</strong>mente sobre aquel<strong>la</strong>s<br />

que tienen ya <strong>al</strong>guna ventaja, y <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong> un grupo cu<strong>al</strong>quiera<br />

muestra que sus especies han heredado <strong>de</strong> un antepasado común <strong>al</strong>guna<br />

ventaja en común. Por consiguiente, <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> producción <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scendientes nuevos y modificados será princip<strong>al</strong>mente entre los grupos<br />

mayores, que están todos esforzándose por aumentar en número. Un<br />

grupo gran<strong>de</strong> vencerá lentamente a otro grupo gran<strong>de</strong>, lo reducirá en<br />

número y hará disminuir así sus probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ulterior variación y<br />

perfeccionamiento. Dentro <strong>de</strong>l mismo grupo gran<strong>de</strong>, los subgrupos más<br />

recientes y más perfeccionados, por haberse separado y apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong><br />

muchos puestos nuevos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, ten<strong>de</strong>rán constantemente<br />

a sup<strong>la</strong>ntar y <strong>de</strong>struir a los subgrupos más primitivos y menos<br />

perfeccionados. Los grupos y subgrupos pequeños y fragmentarios<br />

<strong>de</strong>saparecerán fin<strong>al</strong>mente. Mirando <strong>al</strong> porvenir po<strong>de</strong>mos pre<strong>de</strong>cir que<br />

los grupos <strong>de</strong> seres orgánicos actu<strong>al</strong>mente gran<strong>de</strong>s y triunfantes y que<br />

están poco interrumpidos, o sea los que hasta ahora han sufrido menos<br />

extinciones, continuarán aumentando durante un <strong>la</strong>rgo período; pero nadie<br />

pue<strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir qué grupos prev<strong>al</strong>ecerán fin<strong>al</strong>mente, pues sabemos<br />

que muchos grupos muy <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos en otros tiempos han acabado<br />

por extinguirse. Mirando aún más a lo lejos en el porvenir po<strong>de</strong>mos pre<strong>de</strong>cir<br />

que, <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> crecimiento continuo y seguro <strong>de</strong> los grupos mayores,<br />

una multitud <strong>de</strong> grupos pequeños llegará a extinguirse por completo<br />

y no <strong>de</strong>jará <strong>de</strong>scendiente <strong>al</strong>guno modificado, y que, por consiguiente, <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies que viven en un período cu<strong>al</strong>quiera, sumamente pocas transmitirán<br />

<strong>de</strong>scendientes a un futuro remoto. Tendré que insistir sobre este<br />

asunto en el capítulo sobre <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación; pero puedo añadir que, según<br />

104


esta hipótesis, poquísimas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies más antiguas han dado <strong>de</strong>scendientes<br />

hasta el día <strong>de</strong> hoy; y como todos los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> una misma<br />

especie forman una c<strong>la</strong>se, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que existen<br />

tan pocas c<strong>la</strong>ses en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s divisiones princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los reinos<br />

anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>. Aunque pocas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies más antiguas hayan <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados, sin embargo, en períodos geológicos remotos<br />

<strong>la</strong> tierra pudo haber estado casi tan bien pob<strong>la</strong>da como actu<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> especies <strong>de</strong> muchos géneros, familias, ór<strong>de</strong>nes y c<strong>la</strong>ses.<br />

Sobre el grado a que tien<strong>de</strong> a progresar <strong>la</strong> organización<br />

La selección natur<strong>al</strong> obra exclusivamente mediante <strong>la</strong> conservación y<br />

acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> variaciones que sean provechosas, en <strong>la</strong>s condiciones orgánicas<br />

e inorgánicas a que cada ser viviente está sometido en todos los<br />

períodos <strong>de</strong> su vida. <strong>El</strong> resultado fin<strong>al</strong> es que todo ser tien<strong>de</strong> a perfeccionarse<br />

más y más, en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s condiciones. Este perfeccionamiento<br />

conduce inevitablemente <strong>al</strong> progreso gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización <strong>de</strong>l mayor<br />

número <strong>de</strong> seres vivientes, en todo el mundo. Pero aquí entramos en<br />

un asunto complicadísimo, pues los natur<strong>al</strong>istas no han <strong>de</strong>finido, a satisfacción<br />

<strong>de</strong> todos, lo que se entien<strong>de</strong> por progreso en <strong>la</strong> organización.<br />

Entre los vertebrados entran en juego, evi<strong>de</strong>ntemente, el grado <strong>de</strong> inteligencia<br />

y <strong>la</strong> aproximación a <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong>l hombre. Podría creerse<br />

que <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l cambio que <strong>la</strong>s diferentes partes y órganos experimentan<br />

en su <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el embrión <strong>al</strong> estado adulto bastaría como<br />

tipo <strong>de</strong> comparación; pero hay casos, como el <strong>de</strong> ciertos crustáceos parásitos,<br />

en que diferentes partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura se vuelven menos perfectas,<br />

<strong>de</strong> modo que no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el anim<strong>al</strong> adulto sea superior a su<br />

<strong>la</strong>rva. <strong>El</strong> tipo <strong>de</strong> comparación <strong>de</strong> von Baer parece el mejor y el <strong>de</strong> mayor<br />

aplicación: consiste en el grado <strong>de</strong> diferenciación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mismo<br />

ser orgánico -en estado adulto, me inclinaría a añadir yo- y su especi<strong>al</strong>ización<br />

para funciones diferentes o, según lo expresaría Milne Edwards,<br />

en el perfeccionamiento en <strong>la</strong> división <strong>de</strong>l trabajo fisiológico.<br />

Pero veremos lo obscuro <strong>de</strong> este asunto si observamos, por ejemplo,<br />

los peces, entre los cu<strong>al</strong>es <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas consi<strong>de</strong>ran como superiores<br />

a los que, como los escu<strong>al</strong>os, se aproximan más a los anfibios, mientras<br />

que otros natur<strong>al</strong>istas consi<strong>de</strong>ran como superiores los peces óseos<br />

comunes, o peces teleósteos, por cuanto son éstos los más estrictamente<br />

pisciformes y difieren más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> vertebrados. Notamos<br />

aún más <strong>la</strong> obscuridad <strong>de</strong> este asunto fijándonos en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, en <strong>la</strong>s<br />

cu<strong>al</strong>es queda natur<strong>al</strong>mente excluido por completo el criterio <strong>de</strong><br />

105


inteligencia, y, en este caso, <strong>al</strong>gunas botánicos consi<strong>de</strong>ran como superiores<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que tienen todos los órganos, como sép<strong>al</strong>os, pét<strong>al</strong>os, estambres<br />

y pistilo, completamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos en cada flor, mientras<br />

que otros botánicos, probablemente con mayor razón, consi<strong>de</strong>ran como<br />

los superiores <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que tienen sus diferentes órganos muy modificados<br />

y reducidos en número.<br />

Si tomamos como tipo <strong>de</strong> organización superior <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> diferenciación<br />

y especi<strong>al</strong>ización <strong>de</strong> los diferentes órganos en cada ser cuando<br />

es adulto -y esto compren<strong>de</strong>rá el progreso <strong>de</strong>l cerebro para los fines<br />

intelectu<strong>al</strong>es-, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> conduce evi<strong>de</strong>ntemente a este tipo,<br />

pues todos los fisiólogos admiten que <strong>la</strong> especi<strong>al</strong>ización <strong>de</strong> los órganos,<br />

en tanto en cuanto en este estado re<strong>al</strong>izan mejor sus funciones, es una<br />

ventaja para todo ser, y, por consiguiente, <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> variaciones<br />

que tiendan a <strong>la</strong> especi<strong>al</strong>ización está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>. Por otra parte, po<strong>de</strong>mos ver -teniendo presente que todos<br />

los seres orgánicos se están esforzando por aumentar en una progresión<br />

elevada y por apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier puesto <strong>de</strong>socupado, o menos<br />

bien ocupado, en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza- que es por completo posible<br />

a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> adaptar un ser a una situación en <strong>la</strong> que diferentes<br />

órganos sean superfluos o inútiles; en estos casos habría retrocesos<br />

en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> organización. En el capítulo sobre <strong>la</strong> sucesión geológica se<br />

discutirá más oportunamente si <strong>la</strong> organización en conjunto ha progresado<br />

re<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los períodos geológicos más remotos hasta hoy día.<br />

Pero, si todos los seres orgánicos tien<strong>de</strong>n a elevarse <strong>de</strong> este modo en <strong>la</strong><br />

esca<strong>la</strong>, pue<strong>de</strong> hacerse <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> ¿cómo es que, por todo él mundo,<br />

existen todavía multitud <strong>de</strong> formas inferiores, y cómo es que en todas <strong>la</strong>s<br />

gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses hay formas muchísimo más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que otras? ¿Por<br />

qué <strong>la</strong>s formas más perfeccionadas no han sup<strong>la</strong>ntado ni exterminado en<br />

todas partes a <strong>la</strong>s inferiores? Lamarck, que creía en una ten<strong>de</strong>ncia innata<br />

e inevitable hacia <strong>la</strong> perfección en todos los seres orgánicos, parece haber<br />

sentido tan vivamente esta dificultad, que fue llevado a suponer que <strong>de</strong><br />

continuo se producen, por generación espontánea, formas nuevas y sencil<strong>la</strong>s.<br />

Hasta ahora, <strong>la</strong> ciencia no ha probado <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> esta hipótesis,<br />

sea lo que fuere lo que el porvenir pueda reve<strong>la</strong>rnos. Según nuestra teoría,<br />

<strong>la</strong> persistencia <strong>de</strong> organismos inferiores no ofrece dificultad <strong>al</strong>guna,<br />

pues <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, o <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados, no<br />

implica necesariamente <strong>de</strong>sarrollo progresivo; saca sólo provecho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

variaciones a medida que surgen y son beneficiosas para cada ser en sus<br />

complejas re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> vida. Y pue<strong>de</strong> preguntarse: ¿qué ventaja habría -<br />

en lo que nosotros podamos compren<strong>de</strong>r- para un animálculo infusorio,<br />

106


para un gusano intestin<strong>al</strong>, o hasta para una lombriz <strong>de</strong> tierra, en tener<br />

una organización superior? Si no hubiese ventaja, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

tendría que <strong>de</strong>jar estas formas sin perfeccionar, o <strong>la</strong>s perfeccionaría muy<br />

poco, y podrían permanecer por tiempo in<strong>de</strong>finido en su condición inferior<br />

actu<strong>al</strong>. Y <strong>la</strong> Geología nos dice que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas inferiores,<br />

como los infusorios y rizópodos, han permanecido durante un período<br />

enorme casi en su estado actu<strong>al</strong>. Pero suponer que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

muchas formas inferiores que hoy existen no ha progresado en lo más<br />

mínimo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> primera aparición <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida sería sumamente temerario,<br />

pues todo natur<strong>al</strong>ista que haya disecado <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s seres c<strong>la</strong>sificados<br />

actu<strong>al</strong>mente como muy inferiores en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> tiene que haber quedado<br />

impresionado por su organización, re<strong>al</strong>mente admirable y hermosa.<br />

Casi <strong>la</strong>s mismas observaciones son aplicables si consi<strong>de</strong>ramos los diferentes<br />

grados <strong>de</strong> organización <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los grupos mayores; por<br />

ejemplo: <strong>la</strong> coexistencia <strong>de</strong> mamíferos y peces en los vertebrados; <strong>la</strong> coexistencia<br />

<strong>de</strong>l hombre y el Ornithorhynchus en los mamíferos; <strong>la</strong> coexistencia,<br />

en los peces, <strong>de</strong>l tiburón y el Amphioxus, pez este último que, por<br />

<strong>la</strong> extrema sencillez <strong>de</strong> su estructura, se aproxima a los invertebrados.<br />

Pero mamíferos y peces apenas entran en competencia mutua; el progreso<br />

<strong>de</strong> toda <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los mamíferos y <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados miembros <strong>de</strong> esta<br />

c<strong>la</strong>se hasta el grado más elevado no les llevaría a ocupar el lugar <strong>de</strong> los<br />

peces. Los fisiólogos creen que el cerebro necesita estar bañado por sangre<br />

c<strong>al</strong>iente para estar en gran actividad, y esto requiere respiración aérea;<br />

<strong>de</strong> modo que los mamíferos, anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> sangre c<strong>al</strong>iente, cuando viven<br />

en el agua están en situación <strong>de</strong>sventajosa, por tener que ir continuamente<br />

a <strong>la</strong> superficie para respirar. Entre los peces, los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

familia <strong>de</strong> los tiburones no han <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r a sup<strong>la</strong>ntar <strong>al</strong> Amphioxus,<br />

pues éste, según me manifiesta Fritz Müller, tiene por único compañero<br />

y competidor, en <strong>la</strong> pobre costa arenosa <strong>de</strong>l Brasil meridion<strong>al</strong>, un anélido<br />

anóm<strong>al</strong>o. Los tres ór<strong>de</strong>nes inferiores <strong>de</strong> mamíferos, o sean los marsupi<strong>al</strong>es,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntados y roedores, coexisten en América <strong>de</strong>l Sur en <strong>la</strong> misma<br />

región con numerosos monos, y probablemente hay pocos conflictos entre<br />

ellos. Aun cuando <strong>la</strong> organización, en conjunto, pueda haber avanzado<br />

y está todavía avanzando en todo el mundo, sin embargo, <strong>la</strong> esca<strong>la</strong><br />

presentará siempre muchos grados <strong>de</strong> perfección, pues el gran progreso<br />

<strong>de</strong> ciertas c<strong>la</strong>ses enteras, o <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados miembros <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se, no<br />

conduce en modo <strong>al</strong>guno necesariamente a <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> los grupos<br />

con los cu<strong>al</strong>es aquéllos no entran en competencia directa. En <strong>al</strong>gunos casos,<br />

como <strong>de</strong>spués veremos, formas <strong>de</strong> organización inferior parece que<br />

se han conservado hasta hoy día por haber vivido en estaciones<br />

107


educidas o peculiares, don<strong>de</strong> han estado sujetas a competencia menos<br />

severa y don<strong>de</strong> su escaso número ha retardado <strong>la</strong> casu<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> que hayan<br />

surgido variaciones favorables.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, creo que, por diferentes causas, existen todavía en el mundo<br />

muchas formas <strong>de</strong> organización inferior. En <strong>al</strong>gunos casos pue<strong>de</strong>n no<br />

haber aparecido nunca variaciones o diferencias individu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

favorable para que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> actúe sobre el<strong>la</strong>s y <strong>la</strong>s acumule.<br />

En ningún caso, probablemente, el tiempo ha sido suficiente para<br />

permitir todo el <strong>de</strong>sarrollo posible. En <strong>al</strong>gunos casos ha habido lo que<br />

po<strong>de</strong>mos l<strong>la</strong>mar retroceso <strong>de</strong> organización. Pero <strong>la</strong> causa princip<strong>al</strong> estriba<br />

en el hecho <strong>de</strong> que, en condiciones sumamente sencil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> vida, una<br />

organización elevada no sería <strong>de</strong> utilidad <strong>al</strong>guna; quizá sería un positivo<br />

perjuicio, por ser <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza más <strong>de</strong>licada y más susceptible <strong>de</strong> <strong>de</strong>scomponerse<br />

y ser <strong>de</strong>struida.<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> primera aparición <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, cuando todos los seres<br />

orgánicos, según po<strong>de</strong>mos creer, presentaban estructura sencillísima, se<br />

ha preguntado cómo pudieron originarse los primeros pasos en el progreso<br />

o diferenciación <strong>de</strong> partes. Míster Herbert Spencer contestaría probablemente<br />

que tan pronto como un simple organismo unicelu<strong>la</strong>r llegó,<br />

por crecimiento o división, a estar compuesto <strong>de</strong> diferentes célu<strong>la</strong>s, o llegó<br />

a estar adherido a cu<strong>al</strong>quier superficie <strong>de</strong> sostén, entrar<strong>la</strong> en acción su<br />

ley: «que <strong>la</strong>s unida<strong>de</strong>s homólogas <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier or<strong>de</strong>n se diferencian a<br />

medida que sus re<strong>la</strong>ciones con <strong>la</strong>s fuerzas inci<strong>de</strong>ntes se hacen diferentes»;<br />

pero como no tenemos hechos que nos guíen, <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción sobre<br />

este asunto es casi inútil. Es, sin embargo, un error suponer que no habría<br />

lucha por <strong>la</strong> existencia, ni, por consiguiente, selección natur<strong>al</strong>, hasta<br />

que se produjesen muchas formas: <strong>la</strong>s variaciones <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> especie<br />

que vive en una estación ais<strong>la</strong>da pudieron ser beneficiosas, y <strong>de</strong> este modo<br />

todo el conjunto <strong>de</strong> individuos pudo modificarse, o pudieron originarse<br />

dos formas distintas. Pero, como hice observar hacia el fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

introducción, nadie <strong>de</strong>be sorpren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> lo mucho que todavía queda<br />

inexplicado sobre el origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, si nos hacemos el cargo <strong>de</strong>bido<br />

<strong>de</strong> nuestra profunda ignorancia sobre <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong>l mundo en los tiempos presentes, y todavía más en <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s<br />

pasadas.<br />

Convergencia <strong>de</strong> caracteres<br />

Míster H. C. Watson piensa que he exagerado <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> divergencia<br />

<strong>de</strong> caracteres -en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong>, sin embargo, parece creer- y que <strong>la</strong><br />

108


convergencia, como pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse, ha representado igu<strong>al</strong>mente su papel.<br />

Si dos especies pertenecientes a dos géneros distintos, aunque próximos,<br />

hubiesen producido un gran número <strong>de</strong> formas nuevas y divergentes,<br />

se concibe que éstas pudieran asemejarse tanto mutuamente que tuviesen<br />

que ser c<strong>la</strong>sificadas todas en el mismo género y, <strong>de</strong> este modo, los<br />

<strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> dos géneros distintos convergirían en uno. Pero en <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los casos sería sumamente temerario atribuir a <strong>la</strong> convergencia<br />

<strong>la</strong> semejanza íntima y gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> estructura entre los <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados <strong>de</strong> formas muy diferentes. La forma <strong>de</strong> un crist<strong>al</strong> está<br />

<strong>de</strong>terminada únicamente por <strong>la</strong>s fuerzas molecu<strong>la</strong>res, y no es sorpren<strong>de</strong>nte<br />

que substancias <strong>de</strong>semejantes hayan <strong>de</strong> tomar <strong>al</strong>gunas veces <strong>la</strong><br />

misma forma; pero para los seres orgánicos hemos <strong>de</strong> tener presente que<br />

<strong>la</strong> forma <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una infinidad <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones complejas,<br />

a saber: <strong>de</strong> <strong>la</strong>s variaciones que han sufrido, <strong>de</strong>bidas a causas <strong>de</strong>masiado<br />

intrincadas para ser indagadas; <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s variaciones que se<br />

han conservado o seleccionado -y esto <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones físicas<br />

ambientes, y, en un grado todavía mayor, <strong>de</strong> los organismos que ro<strong>de</strong>an<br />

a cada ser, y con los cu<strong>al</strong>es entran en competencia- y, fin<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

herencia -que en sí misma es un elemento fluctuante- <strong>de</strong> innumerables<br />

progenitores, cada uno <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es ha tenido su forma, <strong>de</strong>terminada<br />

por re<strong>la</strong>ciones igu<strong>al</strong>mente complejas. No es creíble que los <strong>de</strong>scendientas<br />

<strong>de</strong> los dos organismos que primitivamente habían diferido <strong>de</strong> un modo<br />

seña<strong>la</strong>do convirgiesen <strong>de</strong>spués tanto que llevase a toda su organización a<br />

aproximarse mucho a <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad. Si esto hubiese ocurrido, nos encontraríamos<br />

con <strong>la</strong> misma forma, que se repetiría, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong><br />

conexiones genéticas, en formaciones geológicas muy separadas; y <strong>la</strong><br />

comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pruebas se opone a semejante admisión.<br />

Míster Watson ha hecho también <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que <strong>la</strong> acción continua<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, junto con <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres, ten<strong>de</strong>ría a<br />

producir un número in<strong>de</strong>finido <strong>de</strong> formas específicas. Por lo que se refiere<br />

a <strong>la</strong>s condiciones puramente inorgánicas, parece probable que un número<br />

suficiente <strong>de</strong> especies se adaptaría pronto a todas <strong>la</strong>s diferencias<br />

tan consi<strong>de</strong>rables <strong>de</strong> c<strong>al</strong>or, humedad, etc.; pero yo admito por completo<br />

que son más importantes <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones mutuas <strong>de</strong> los seres orgánicos, y,<br />

como el número <strong>de</strong> especies en cu<strong>al</strong>quier país va aumentando, <strong>la</strong>s condiciones<br />

orgánicas <strong>de</strong> vida tienen que irse haciendo cada vez más complicadas.<br />

Por consiguiente, parece a primera vista que no hay límite para <strong>la</strong><br />

diversificación ventajosa <strong>de</strong> estructura, ni, por tanto, para el número <strong>de</strong><br />

especies que puedan producirse. No sabemos que esté completamente<br />

pob<strong>la</strong>do <strong>de</strong> formas específicas, ni aun el territorio más fecundo: en el<br />

109


Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza y en Austr<strong>al</strong>ia, don<strong>de</strong> vive un número <strong>de</strong> especies<br />

tan asombroso, se han aclimatado muchas p<strong>la</strong>ntas europeas, y <strong>la</strong><br />

Geología nos muestra que el número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> conchas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />

tiempo muy antiguo <strong>de</strong>l período terciario, y el número <strong>de</strong> mamíferos,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong>l mismo período, no ha aumentado mucho, si es que ha<br />

aumentado <strong>al</strong>go. ¿Qué es, pues, lo que impi<strong>de</strong> un aumento in<strong>de</strong>finido en<br />

el número <strong>de</strong> especies? La cantidad <strong>de</strong> vida -no me refiero <strong>al</strong> número <strong>de</strong><br />

formas específicas- mantenida por un territorio <strong>de</strong>pendiendo tanto como<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones físicas ha <strong>de</strong> tener un límite, y, por consiguiente,<br />

si un territorio está habitado por muchísimas especies, todas o casi<br />

todas estarán representadas por pocos individuos y estas especies estarán<br />

expuestas a <strong>de</strong>strucción por <strong>la</strong>s fluctuaciones acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es que ocurran<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estaciones o en el número <strong>de</strong> sus enemigos.<br />

<strong>El</strong> proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción en estos casos sería rápido, mientras que <strong>la</strong><br />

producción <strong>de</strong> especies nuevas tiene que ser lenta. Imaginémonos el caso<br />

extremo <strong>de</strong> que hubiese en Ing<strong>la</strong>terra tantas especies como individuos, y<br />

el primer invierno crudo o el primer verano seco exterminaría miles y<br />

miles <strong>de</strong> especies. Las especies raras -y toda especie llegará a ser rara si el<br />

número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> un país aumenta in<strong>de</strong>finidamente- presentarán,<br />

según el principio tantas veces explicado, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un período dado,<br />

pocas variaciones favorables; en consecuencia, se retardaría <strong>de</strong> este modo<br />

el proceso <strong>de</strong> dar nacimiento a nuevas formas específicas.<br />

Cuando una especie llega a hacerse rarísima, los cruzamientos consanguíneos<br />

ayudarán a exterminar<strong>la</strong>; <strong>al</strong>gunos autores han pensado que esto<br />

contribuye a explicar <strong>la</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los bisontes en Lituania, <strong>de</strong>l ciervo<br />

en Escocia y <strong>de</strong> los osos en Noruega, etc. Por último -y me inclino a pensar<br />

que éste es el elemento más importante-, una especie dominante que<br />

ha vencido ya a muchos competidores en su propia patria ten<strong>de</strong>rá a exten<strong>de</strong>rse<br />

y a sup<strong>la</strong>ntar a muchas otras. Alph. <strong>de</strong> Candolle ha <strong>de</strong>mostrado<br />

que <strong>la</strong>s especies que se extien<strong>de</strong>n mucho tien<strong>de</strong>n gener<strong>al</strong>mente a exten<strong>de</strong>rse<br />

muchísimo; por consiguiente, ten<strong>de</strong>rán a sup<strong>la</strong>ntar y exterminar a<br />

diferentes especies en diferentes territorios, y <strong>de</strong> este modo, contendrán<br />

el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado aumento <strong>de</strong> formas específicas en el mundo. <strong>El</strong> doctor<br />

Hooker ha <strong>de</strong>mostrado recientemente que en el extremo su<strong>de</strong>ste <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia,<br />

don<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ntemente hay muchos invasores proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> diferentes<br />

partes <strong>de</strong>l globo, el número <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies peculiares austr<strong>al</strong>ianas<br />

se ha reducido mucho. No pretendo <strong>de</strong>cir qué importancia hay que atribuir<br />

a estas diferentes consi<strong>de</strong>raciones; pero en conjunto tienen que limitar<br />

en cada país <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a un aumento in<strong>de</strong>finido <strong>de</strong> formas<br />

específicas.<br />

110


Resumen <strong>de</strong>l capítulo<br />

Si en condiciones variables <strong>de</strong> vida los seres orgánicos presentan diferencias<br />

individu<strong>al</strong>es en casi todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> su estructura- y esto es indiscutible-;<br />

si hay, <strong>de</strong>bido a su progresión geométrica, una rigurosa lucha<br />

por <strong>la</strong> vida en <strong>al</strong>guna edad, estación o año -y esto, ciertamente, es indiscutible-;<br />

consi<strong>de</strong>rando entonces <strong>la</strong> complejidad infinita <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

<strong>de</strong> los seres orgánicos entre sí y con sus condiciones <strong>de</strong> vida, que hacen<br />

que sea ventajoso para ellos una infinita diversidad <strong>de</strong> estructura, constitución<br />

y costumbres, sería un hecho el más extraordinario que no se hubiesen<br />

presentado nunca variaciones útiles a <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> cada ser,<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que se han presentado tantas variaciones útiles <strong>al</strong> hombre.<br />

Pero si <strong>la</strong>s variaciones útiles a un ser orgánico ocurren <strong>al</strong>guna vez,<br />

los individuos caracterizados <strong>de</strong> este modo tendrán seguramente <strong>la</strong>s mayores<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> conservarse en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, y, por el po<strong>de</strong>roso<br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, ten<strong>de</strong>rán a producir <strong>de</strong>scendientes con<br />

caracteres semejantes. A este principio <strong>de</strong> conservación o supervivencia<br />

<strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados lo he l<strong>la</strong>mado selección natur<strong>al</strong>. Conduce este<br />

principio <strong>al</strong> perfeccionamiento <strong>de</strong> cada ser en re<strong>la</strong>ción con sus condiciones<br />

<strong>de</strong> vida orgánica e inorgánica, y, por consiguiente, en <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> los casos, a lo que pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como un progreso en <strong>la</strong> organización.<br />

Sin embargo, <strong>la</strong>s formas inferiores y sencil<strong>la</strong>s persistirán mucho<br />

tiempo si están bien a<strong>de</strong>cuadas a sus condiciones sencil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> vida.<br />

La selección natur<strong>al</strong>, por el principio <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s se heredan<br />

a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes, pue<strong>de</strong> modificar el huevo, <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> o el<br />

individuo joven tan fácilmente como el adulto. En muchos anim<strong>al</strong>es, <strong>la</strong><br />

selección sexu<strong>al</strong> habrá prestado su ayuda a <strong>la</strong> selección ordinaria, asegurando<br />

a los machos más vigorosos y mejor adaptados el mayor número<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes. La selección sexu<strong>al</strong> dará también caracteres útiles sólo<br />

a los machos en sus luchas o riv<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s con otros machos, y estos caracteres;<br />

se transmitirán a un sexo, o a ambos sexos, según <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> herencia<br />

que predomine.<br />

Si <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ha obrado positivamente <strong>de</strong> este modo, adaptando<br />

<strong>la</strong>s diferentes formas orgánicas a <strong>la</strong>s diversas condiciones y estaciones,<br />

es cosa que tiene que juzgarse por el contenido gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> los capítulos<br />

siguientes y por <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pruebas que en ellos se dan.<br />

Pero ya hemos visto que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ocasiona extinción, y <strong>la</strong> Geología<br />

manifiesta c<strong>la</strong>ramente el importante papel que ha <strong>de</strong>sempeñado <strong>la</strong><br />

extinción en <strong>la</strong> historia <strong>de</strong>l mundo. La selección natur<strong>al</strong> lleva también a<br />

<strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres, pues cuanto más difieren los seres orgánicos<br />

111


en estructura, costumbres y constitución, tanto mayor es el número que<br />

pue<strong>de</strong> sustentar un territorio, <strong>de</strong> lo que vemos una prueba consi<strong>de</strong>rando<br />

los habitantes <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier región pequeña y <strong>la</strong>s producciones aclimatadas<br />

en países extraños. Por consiguiente, durante <strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> una especie y durante <strong>la</strong> incesante lucha <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s<br />

especies por aumentar en número <strong>de</strong> individuos, cuanto más diversos<br />

lleguen a ser los <strong>de</strong>scendientes, tanto más aumentarán sus probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> triunfo en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida. De este modo, <strong>la</strong>s pequeñas diferencias<br />

que distinguen <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una misma especie tien<strong>de</strong>n<br />

constantemente a aumentar hasta que igua<strong>la</strong>n a <strong>la</strong>s diferencias mayores<br />

que existen entre <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un mismo género o aun <strong>de</strong> géneros<br />

distintos.<br />

Hemos visto que <strong>la</strong>s especies comunes, muy difundidas, que ocupan<br />

gran<strong>de</strong>s extensiones y que pertenecen a los géneros mayores <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

cada c<strong>la</strong>se, son precisamente <strong>la</strong>s que más varían, y éstas tien<strong>de</strong>n a transmitir<br />

a su modificada <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia aquel<strong>la</strong> superioridad que <strong>la</strong>s hace<br />

ahora predominantes en su propio país. La selección natur<strong>al</strong>, como se<br />

acaba <strong>de</strong> hacer observar, conduce a <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres y a mucha<br />

extinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas menos perfeccionadas y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s intermedias.<br />

Según estos principios, pue<strong>de</strong> explicarse <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

afinida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias, gener<strong>al</strong>mente bien <strong>de</strong>finidas, que existen<br />

entre los innumerables seres orgánicos <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se en todo el mundo.<br />

Es un hecho verda<strong>de</strong>ramente maravilloso -lo maravilloso <strong>de</strong>l cu<strong>al</strong> propen<strong>de</strong>mos<br />

a <strong>de</strong>jar pasar inadvertido por estar familiarizados con él- que<br />

todos los anim<strong>al</strong>es y todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, en todo tiempo y lugar, estén re<strong>la</strong>cionados<br />

entre sí en grupos subordinados a otros grupos, <strong>de</strong>l modo que<br />

observamos en todas partes, o sea: <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una misma especie,<br />

muy estrechamente re<strong>la</strong>cionadas entre sí; <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género,<br />

menos re<strong>la</strong>cionadas y <strong>de</strong> modo <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>, formando secciones o subgéneros;<br />

<strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> géneros distintos, mucho menos re<strong>la</strong>cionadas; y los<br />

géneros, re<strong>la</strong>cionados en grados diferentes, formando subfamilias, familias,<br />

ór<strong>de</strong>nes, subc<strong>la</strong>ses y c<strong>la</strong>ses. Los diferentes grupos subordinados no<br />

pue<strong>de</strong>n ser or<strong>de</strong>nados en una so<strong>la</strong> fi<strong>la</strong>, sino que parecen agrupados <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> puntos, y éstos <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> otros puntos, y así, sucesivamente,<br />

en círculos casi infinitos. Si <strong>la</strong>s especies hubiesen sido creadas in<strong>de</strong>pendientemente,<br />

no hubiera habido explicación posible <strong>de</strong> este género <strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificación,<br />

que se explica mediante <strong>la</strong> herencia y <strong>la</strong> acción compleja <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong>, que producen <strong>la</strong> extinción y <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres,<br />

como lo hemos visto gráficamente en el cuadro.<br />

112


Las afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todos los seres <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se se han representado<br />

<strong>al</strong>gunas veces por un gran árbol. Creo que este ejemplo expresa mucho<br />

<strong>la</strong> verdad; <strong>la</strong>s ramitas ver<strong>de</strong>s y que dan brotes pue<strong>de</strong>n representar<br />

especies vivientes, y <strong>la</strong>s producidas durante años anteriores pue<strong>de</strong>n representar<br />

<strong>la</strong> <strong>la</strong>rga sucesión <strong>de</strong> especies extinguidas. En cada período <strong>de</strong><br />

crecimiento, todas <strong>la</strong>s ramitas que crecen han procurado ramificarse por<br />

todos <strong>la</strong>dos y sobrepujar y matar a los brotes y ramas <strong>de</strong> <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor, <strong>de</strong>l<br />

mismo modo que <strong>la</strong>s especies y grupos <strong>de</strong> especies, en todo tiempo han<br />

dominado a otras especies en <strong>la</strong> gran bat<strong>al</strong><strong>la</strong> por <strong>la</strong> vida. Las ramas mayores,<br />

que arrancan <strong>de</strong>l tronco y se divi<strong>de</strong>n en ramas gran<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es<br />

se subdivi<strong>de</strong>n en ramas cada vez menores, fueron en un tiempo, cuando<br />

el árbol era joven, ramitas que brotaban, y esta re<strong>la</strong>ción entre los brotes<br />

pasados y los presentes, mediante <strong>la</strong> ramificación, pue<strong>de</strong> representar<br />

bien <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s especies vivientes y extinguidas en grupos<br />

subordinados unos a otros.<br />

De <strong>la</strong>s muchas ramitas que florecieron cuando el árbol era un simple<br />

arbolillo, sólo dos o tres, convertidas ahora en ramas gran<strong>de</strong>s, sobreviven<br />

todavía y llevan <strong>la</strong>s otras ramas; <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que vivieron<br />

durante períodos geológicos muy antiguos, poquísimas han <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong>scendientes vivos modificados. Des<strong>de</strong> el primer crecimiento <strong>de</strong>l árbol,<br />

muchas ramas <strong>de</strong> todos tamaños se han secado y caído, y estas ramas caídas,<br />

<strong>de</strong> varios tamaños, pue<strong>de</strong>n representar todos aquellos ór<strong>de</strong>nes, familias<br />

y géneros enteros que no tienen actu<strong>al</strong>mente representantes vivientes<br />

y que nos son conocidos tan sólo en estado fósil. Del mismo modo<br />

que, <strong>de</strong> vez en cuando, vemos una ramita perdida que s<strong>al</strong>e <strong>de</strong> una ramificación<br />

baja <strong>de</strong> un árbol, y que por <strong>al</strong>guna circunstancia ha sido favorecida<br />

y está todavía viva en su punta, también <strong>de</strong> vez en cuando encontramos<br />

un anim<strong>al</strong>, como el Ornithorhynchus o el Lepidosiren, que, hasta<br />

cierto punto, en<strong>la</strong>za, por sus afinida<strong>de</strong>s, dos gran<strong>de</strong>s ramas <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, y<br />

que, <strong>al</strong> parecer, se ha s<strong>al</strong>vado <strong>de</strong> competencia fat<strong>al</strong> por haber vivido en<br />

sitios protegidos. Así como los brotes, por crecimiento, dan origen a nuevos<br />

brotes, y éstos, si son vigorosos, se ramifican y sobrepujan por todos<br />

<strong>la</strong>dos a muchas ramas más débiles, así también, a mi parecer, ha ocurrido,<br />

mediante generación, en el gran Árbol <strong>de</strong> <strong>la</strong> Vida, que con sus ramas<br />

muertas y rotas llena <strong>la</strong> corteza <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, cuya superficie cubre con sus<br />

hermosas ramificaciones, siempre en nueve división.<br />

113


Capítulo 5<br />

Leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación<br />

Efectos <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> condiciones<br />

Hasta aquí he hab<strong>la</strong>do <strong>al</strong>gunas veces como si <strong>la</strong>s variaciones, tan comunes<br />

en los seres orgánicos en domesticidad, y en menor grado en los<br />

que se h<strong>al</strong><strong>la</strong>n en estado natur<strong>al</strong>, fuesen <strong>de</strong>bidas a <strong>la</strong> casu<strong>al</strong>idad. Esto, por<br />

supuesto, es una expresión completamente incorrecta, pero sirve para<br />

confesar francamente nuestra ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s causas <strong>de</strong> cada variación<br />

particu<strong>la</strong>r. Algunos autores creen que el producir diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

o variaciones ligeras <strong>de</strong> estructura es tan función <strong>de</strong>l aparato reproductor<br />

como el hacer <strong>al</strong> hijo semejante a sus padres. Pero el hecho <strong>de</strong> que<br />

<strong>la</strong>s variaciones ocurran con mucha más frecuencia en domesticidad que<br />

en estado natur<strong>al</strong> y <strong>la</strong> mayor variabilidad en <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> distribución<br />

geográfica muy extensa que en <strong>la</strong>s <strong>de</strong> distribución geográfica reducida,<br />

llevan a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> variabilidad está gener<strong>al</strong>mente re<strong>la</strong>cionada<br />

con <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida a que ha estado sometida cada especie<br />

durante varias generaciones sucesivas. En el capítulo primero procuré<br />

<strong>de</strong>mostrar que los cambios <strong>de</strong> condiciones obran <strong>de</strong> dos modos: directamente<br />

sobre todo el organismo, o sólo sobre <strong>de</strong>terminados órganos, e indirectamente<br />

sobre el aparato reproductor. En todos los casos existen das<br />

factores: <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo -que, <strong>de</strong> los dos, es el más importante-<br />

y <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida. La acción directa <strong>de</strong>l<br />

cambio <strong>de</strong> condiciones conduce a resultados <strong>de</strong>finidos e in<strong>de</strong>finidos. En<br />

este último caso, el organismo parece hacerse plástico, y tenemos una<br />

gran variabilidad fluctuante. En el primer caso, <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo<br />

es t<strong>al</strong>, que ce<strong>de</strong> fácilmente cuando está sometida a <strong>de</strong>terminadas condiciones,<br />

y todos o casi todos los individuos quedan modificados <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma manera.<br />

Es dificilísimo <strong>de</strong>terminar hasta qué punto el cambio <strong>de</strong> condiciones<br />

t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> clima, <strong>al</strong>imentación, etc., ha obrado <strong>de</strong> un modo <strong>de</strong>finido.<br />

Hay motivos para creer que en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo los efectos<br />

114


han sido mayores <strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong> probarse con pruebas evi<strong>de</strong>ntes. Pero<br />

po<strong>de</strong>mos, seguramente, sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong>n atribuirse<br />

simplemente a esta acción <strong>la</strong>s complejas e innumerables adaptaciones<br />

mutuas <strong>de</strong> conformación entre diferentes seres orgánicos que vemos por<br />

toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. En los casos siguientes, <strong>la</strong>s condiciones parecen haber<br />

producido <strong>al</strong>gún ligero efecto <strong>de</strong>finido. E. Forbes afirma que <strong>la</strong>s conchas,<br />

en el límite sur <strong>de</strong> <strong>la</strong> región que habitan y cuando viven en aguas poco<br />

profundas, son <strong>de</strong> colores más vivos que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies más<br />

<strong>al</strong> Norte o a mayor profundidad; pero esto, indudablemente, no siempre<br />

se confirma. Míster Gould cree que <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> una misma especie son <strong>de</strong><br />

colores más bril<strong>la</strong>ntes en don<strong>de</strong> <strong>la</strong> atmósfera es muy c<strong>la</strong>ra que cuando viven<br />

en <strong>la</strong> costa o en is<strong>la</strong>s, y Wol<strong>la</strong>ston está convencido <strong>de</strong> que el vivir<br />

cerca <strong>de</strong>l mar influye en los colores <strong>de</strong> los insectos. Moquin-Tandon da<br />

una lista <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que cuando crecen cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> <strong>de</strong>l mar tienen<br />

sus hojas <strong>al</strong>go carnosas, a pesar <strong>de</strong> no serlo en cu<strong>al</strong>quier otro sitio. Estos<br />

organismos que varían ligeramente son interesantes, por cuanto presentan<br />

caracteres análogos a los que poseen <strong>la</strong>s especies que están limitadas<br />

a lugares <strong>de</strong> condiciones parecidas.<br />

Cuando una variación ofrece <strong>la</strong> más pequeña utilidad a un ser cu<strong>al</strong>quiera,<br />

no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir cuánto hay que atribuir a <strong>la</strong> acción acumu<strong>la</strong>dora<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> y cuánto a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>finida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong><br />

vida. Así, es bien conocido <strong>de</strong> los peleteros que anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> una misma<br />

especie tienen un pe<strong>la</strong>je más abundante y mejor cuanto más <strong>al</strong> Norte viven;<br />

pero ¿quién pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir qué parte <strong>de</strong> esta diferencia se <strong>de</strong>ba a que<br />

los individuos mejor abrigados hayan sido favorecidos y conservados<br />

durante muchas generaciones, y qué parte a <strong>la</strong> cru<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l clima? Pues<br />

parece que el clima tiene <strong>al</strong>guna acción directa sobre el pelo <strong>de</strong> nuestros<br />

cuadrúpedos domésticos.<br />

Se podría dar ejemplos <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s semejantes producidas por una<br />

misma especie en condiciones <strong>de</strong> vida iban diferentes como puedan concebirse,<br />

y por el contrario, <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s diferentes producidas en condiciones<br />

externas igu<strong>al</strong>es <strong>al</strong> parecer. A<strong>de</strong>más, todo natur<strong>al</strong>ista conoce innumerables<br />

ejemplos <strong>de</strong> especies que se mantienen constantes, esto es, que<br />

no varían en absoluto, a pesar <strong>de</strong> vivir en climas los más opuestos. Consi<strong>de</strong>raciones<br />

t<strong>al</strong>es como éstas me inclinan a atribuir menos importancia a<br />

<strong>la</strong> acción directa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones ambientes que a una ten<strong>de</strong>ncia a variar<br />

<strong>de</strong>bida a causas que ignoramos por completo.<br />

En un cierto sentido pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida no so<strong>la</strong>mente<br />

<strong>de</strong>terminan, directa o indirectamente, <strong>la</strong> variabilidad, sino también<br />

que compren<strong>de</strong>n <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, pues <strong>la</strong>s condiciones<br />

115


<strong>de</strong>terminan si ha <strong>de</strong> sobrevivir esta o aquel<strong>la</strong> variedad. Pero cuando es el<br />

hombre el agente que selecciona vemos c<strong>la</strong>ramente que los dos elementos<br />

<strong>de</strong> modificación son distintos: <strong>la</strong> variabilidad está, en cierto modo,<br />

excitada; pero es <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong>l hombre <strong>la</strong> que acumu<strong>la</strong> <strong>la</strong>s variaciones<br />

en direcciones <strong>de</strong>terminadas, y esta última acción es <strong>la</strong> que correspon<strong>de</strong><br />

a <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados en estado natur<strong>al</strong>.<br />

Efectos <strong>de</strong>l mayor uso y <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los órganos en cuanto están sometidos<br />

a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

Por los hechos referidos en el capítulo primero creo que no pue<strong>de</strong> caber<br />

duda <strong>de</strong> que el uso ha fort<strong>al</strong>ecido y <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do ciertos órganos en<br />

los anim<strong>al</strong>es domésticos, <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>suso los ha hecho disminuir y <strong>de</strong><br />

que estas modificaciones son hereditarias. En <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza libre no tenemos<br />

tipo <strong>de</strong> comparación con que juzgar los efectos <strong>de</strong>l uso y <strong>de</strong>suso<br />

prolongados, pues no conocemos <strong>la</strong>s formas madres; pero muchos anim<strong>al</strong>es<br />

presentan conformaciones que el mejor modo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<strong>la</strong>s explicar<br />

es por los efectos <strong>de</strong>l uso y <strong>de</strong>suso. Como ha hecho observar el profesor<br />

Owen, no existe mayor anom<strong>al</strong>ía en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza que <strong>la</strong> <strong>de</strong> que un ave<br />

no pueda vo<strong>la</strong>r, y, sin embargo, hay varias en este estado. <strong>El</strong> Micropterus<br />

brachypterus, <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, pue<strong>de</strong> sólo batir <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l agua,<br />

y tiene sus a<strong>la</strong>s casi en el mismo estado que el pato doméstico <strong>de</strong> Aylesbrury;<br />

es un hecho notable el que los individuos jóvenes, según míster<br />

Cunningham, pue<strong>de</strong>n vo<strong>la</strong>r, mientras que los adultos han perdido esta<br />

facultad. Como <strong>la</strong>s aves gran<strong>de</strong>s que encuentran su <strong>al</strong>imento en el suelo<br />

rara vez echan a vo<strong>la</strong>r, excepto para escapar <strong>de</strong>l peligro, es probable que<br />

el no tener casi a<strong>la</strong>s varias aves que actu<strong>al</strong>mente viven, o que vivieron recientemente,<br />

en varias is<strong>la</strong>s oceánicas don<strong>de</strong> no habita ningún mamífero<br />

<strong>de</strong> presa haya sido producido por el <strong>de</strong>suso. Las avestruces, es verdad,<br />

viven en continentes y están expuestos a peligros <strong>de</strong> los que no pue<strong>de</strong>n<br />

escapar por el vuelo; pero pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> sus enemigos a patadas,<br />

con tanta eficacia como cu<strong>al</strong>quier cuadrúpedo. Po<strong>de</strong>mos creer que el antepasado<br />

<strong>de</strong> los avestruces tuvo costumbres parecidas a <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abutarda,<br />

y que, a medida que fueron aumentando el tamaño y peso <strong>de</strong> su<br />

cuerpo en <strong>la</strong>s generaciones sucesivas, usó más sus patas y menos sus<br />

a<strong>la</strong>s, hasta que llegaron a ser inservibles para el vuelo.<br />

Kirby ha seña<strong>la</strong>do -y yo he observado el mismo hecho- que los tarsos o<br />

pies anteriores <strong>de</strong> coleópteros coprófagos machos están frecuentemente<br />

rotos: examinó diez y siete ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong> su propia colección, y en ninguno<br />

quedaba ni siquiera un resto <strong>de</strong> tarso. En el Onites apelles es tan<br />

habitu<strong>al</strong> que los tarsos estén perdidos, que el insecto ha sido <strong>de</strong>scrito<br />

116


corno no teniéndolos. En <strong>al</strong>gunos otros géneros, los tarsos se presentan,<br />

pero en estado rudimentario. En el Ateuchus, o escarabajo sagrado <strong>de</strong> los<br />

egipcios, f<strong>al</strong>tan por completo. La prueba <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s muti<strong>la</strong>ciones acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es<br />

pue<strong>de</strong>n ser heredadas actu<strong>al</strong>mente no es <strong>de</strong>cisiva; pero, los notables<br />

casos <strong>de</strong> efectos hereditarios <strong>de</strong> operaciones observados por Brown-Séquard<br />

en los conejillos <strong>de</strong> Indias nos obligan a ser pru<strong>de</strong>ntes en negar esta<br />

ten<strong>de</strong>ncia. Por consiguiente, quizá sea lo más seguro consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> completa<br />

ausencia <strong>de</strong> tarsos anteriores en el Ateuchus y su condición rudimentaria<br />

en <strong>al</strong>gunos otros géneros, no como casos <strong>de</strong> muti<strong>la</strong>ciones heredadas,<br />

sino como <strong>de</strong>bidos a los efectos <strong>de</strong>l prolongado <strong>de</strong>suso, pues, como<br />

muchos coleópteros coprófagos se encuentran gener<strong>al</strong>mente con sus<br />

tarsos perdidos, esto tuvo que haber ocurrido <strong>al</strong> principio <strong>de</strong> su vida, por<br />

lo cu<strong>al</strong> los tarsos no pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> mucha importancia ni muy usados en<br />

estos insectos.<br />

En <strong>al</strong>gunos casos podríamos fácilmente atribuir <strong>al</strong> <strong>de</strong>suso modificaciones<br />

<strong>de</strong> estructura <strong>de</strong>bidas por completo o princip<strong>al</strong>mente a <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>. Míster Wol<strong>la</strong>ston ha <strong>de</strong>scubierto el notable hecho <strong>de</strong> que 200 especies<br />

<strong>de</strong> coleópteros, entre <strong>la</strong>s 550 -hoy se conocen más- que viven en <strong>la</strong><br />

is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, tienen <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s tan <strong>de</strong>ficientes que no pue<strong>de</strong>n vo<strong>la</strong>r, y<br />

que, <strong>de</strong> 29 géneros endémicos, nada menos que 23 tienen todas sus especies<br />

en este estado. Varios hechos, a saber: que los coleópteros, en muchas<br />

partes <strong>de</strong>l mundo, son con frecuencia arrastrados por el viento <strong>al</strong><br />

mar y mueren; que los coleópteros en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, según ha observado<br />

míster Wol<strong>la</strong>ston, permanecen muy escondidos hasta que el<br />

viento se c<strong>al</strong>ma y bril<strong>la</strong> el sol; que <strong>la</strong> proporción <strong>de</strong> coleópteros sin a<strong>la</strong>s<br />

es mayor en <strong>la</strong>s Is<strong>la</strong>s Desertas, expuestas a los vientos, que en <strong>la</strong> misma<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra; y especi<strong>al</strong>mente, el hecho extraordinario, sobre el que con<br />

tanta energía insiste míster Wol<strong>la</strong>ston, <strong>de</strong> que <strong>de</strong>terminados grupos<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> coleópteros, sumamente numerosos en todas partes, que necesitan<br />

absolutamente usar <strong>de</strong> sus a<strong>la</strong>s, f<strong>al</strong>tan <strong>al</strong>lí casi por completo; todas<br />

estas varias consi<strong>de</strong>raciones me hacen creer que <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> a<strong>la</strong>s en<br />

tantos coleópteros <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra se <strong>de</strong>be princip<strong>al</strong>mente a <strong>la</strong> acción<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, combinada probablemente con el <strong>de</strong>suso;<br />

pues durante muchas generaciones sucesivas todo individuo que vo<strong>la</strong>se<br />

menos, ya porque sus a<strong>la</strong>s se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do un poco menos perfectamente,<br />

ya por su condición indolente, habrá tenido <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> sobrevivir, por no ser arrastrado por el viento <strong>de</strong>l mar, y,<br />

por el contrario, aquellos coleópteros que más fácilmente emprendiesen<br />

el vuelo tendrían que haber sido con más frecuencia arrastrados <strong>al</strong> mar<br />

por el viento, y <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong>struídos.<br />

117


Los insectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra que no encuentran su <strong>al</strong>imento en<br />

el suelo y que, como ciertos coleópteros y lepidópteros que se <strong>al</strong>imentan<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores, tienen que usar habitu<strong>al</strong>mente sus a<strong>la</strong>s para conseguir su<br />

sustento, según sospecha míster Wol<strong>la</strong>ston, no tienen sus a<strong>la</strong>s en modo<br />

<strong>al</strong>guno reducidas, sino incluso más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das. Esto es perfectamente<br />

compatible con <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, pues cuando un nuevo insecto llegó<br />

por vez primera a una is<strong>la</strong>, <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r<br />

o reducir <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> que se s<strong>al</strong>vase un número mayor <strong>de</strong><br />

individuos luchando felizmente con los vientos, o <strong>de</strong>sistiendo <strong>de</strong> intentarlo<br />

y vo<strong>la</strong>ndo raras veces o nunca. Es lo que ocurre con los marineros<br />

que naufragan cerca <strong>de</strong> una casta: habría sido mejor para los buenos nadadores<br />

el haber podido nadar todavía más, mientras que habría sido<br />

mejor para los m<strong>al</strong>os nadadores el que no hubiesen sabido nadar en absoluto<br />

y se hubiesen agarrado tenazmente a los restos <strong>de</strong>l naufragio.<br />

Los ojos <strong>de</strong> los topos y <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos roedores minadores son rudimentarios<br />

por su tamaño, y en <strong>al</strong>gunos casos están por completo cubiertos por<br />

piel y pelos. Este estado <strong>de</strong> los ojos se <strong>de</strong>be probablemente a reducción<br />

gradu<strong>al</strong> por <strong>de</strong>suso, aunque ayudada quizá por selección natur<strong>al</strong>. En<br />

América <strong>de</strong>l Sur, un roedor minador, el tuco-tuco, o Ctenomys, es en sus<br />

costumbres aún más subterráneo que el topo, y me aseguró un español,<br />

que los había cazado muchas veces, que con frecuencia eran ciegos. Un<br />

ejemp<strong>la</strong>r que conservé vivo se encontraba positivamente en este estado,<br />

habiendo sido <strong>la</strong> causa, según se vio en <strong>la</strong> disección, <strong>la</strong> inf<strong>la</strong>mación <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

membrana nictitante. Como <strong>la</strong> inf<strong>la</strong>mación frecuente <strong>de</strong> los ojos tiene<br />

que ser perjudici<strong>al</strong> a cu<strong>al</strong>quier anim<strong>al</strong>, y como los ojos, seguramente, no<br />

son necesarios a los anim<strong>al</strong>es que tienen costumbres subterráneas, una<br />

reducción en el tamaño, unida a <strong>la</strong> adherencia <strong>de</strong> los párpados y <strong>al</strong> crecimiento<br />

<strong>de</strong> pelo sobre ellos, pudo en este caso ser una ventaja, y, si es así,<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ayudaría a los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suso.<br />

Es bien conocido que son ciegos varios anim<strong>al</strong>es pertenecientes a c<strong>la</strong>ses<br />

<strong>la</strong>s más diferentes que viven en <strong>la</strong>s grutas <strong>de</strong> Carnio<strong>la</strong> y <strong>de</strong> Kentucky.<br />

En <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los crustáceos, el pedúnculo subsiste, aun cuando el ojo ha<br />

<strong>de</strong>saparecido; el pie para el telescopio está <strong>al</strong>lí, pero el telescopio, con sus<br />

lentes, ha <strong>de</strong>saparecido. Como es difícil imaginar que los ojos, aunque sean<br />

inútiles, puedan ser en modo <strong>al</strong>guno perjudici<strong>al</strong>es a los anim<strong>al</strong>es que<br />

viven en <strong>la</strong> obscuridad, su pérdida ha <strong>de</strong> atribuirse <strong>al</strong> <strong>de</strong>suso. En uno <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es ciegos, <strong>la</strong> rata <strong>de</strong> mina (Neotoma), dos ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong>l cu<strong>al</strong><br />

fueron capturados por el profesor Silliman a una media mil<strong>la</strong> <strong>de</strong> distancia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> entrada <strong>de</strong> <strong>la</strong> cueva, y, por consiguiente, no en <strong>la</strong>s mayores profundida<strong>de</strong>s,<br />

los ojos eran lustrosos y <strong>de</strong> gran tamaño, y estos anim<strong>al</strong>es,<br />

118


según me informa el profesor Silliman, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estado sometidos<br />

durante un mes aproximadamente a luz cada vez más intensa, adquirieron<br />

una confusa percepción <strong>de</strong> los objetos.<br />

Es difícil imagrinar condiciones <strong>de</strong> vida más semejantes que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

cavernas profundas <strong>de</strong> c<strong>al</strong>iza <strong>de</strong> climas casi igu<strong>al</strong>es; <strong>de</strong> modo que, según<br />

<strong>la</strong> antigua teoría <strong>de</strong> que los anim<strong>al</strong>es ciegos han sido creados separadamente<br />

para <strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong> América y <strong>de</strong> Europa, habría <strong>de</strong> esperarse<br />

una estrecha semejanza en <strong>la</strong> organización y afinida<strong>de</strong>s entre ellos. Pero<br />

no ocurre así, ciertamente, si nos fijamos en el conjunto <strong>de</strong> ambas faunas;<br />

y por lo que se refiere sólo a los insectos, Schiödte ha hecho observar:<br />

«No po<strong>de</strong>mos, pues, consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> tort<strong>al</strong>idad <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong> otro modo<br />

que como una cosa puramente loc<strong>al</strong>, y <strong>la</strong> semejanza que se manifiesta entre<br />

<strong>al</strong>gunas formas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Cueva <strong>de</strong>l Mamut, en Kentucky, y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuevas<br />

<strong>de</strong> Carnio<strong>la</strong>, más que como una sencillísima expresión <strong>de</strong> <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía que<br />

existe, en gener<strong>al</strong>, entre <strong>la</strong> fauna <strong>de</strong> Europa y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> América <strong>de</strong>l Norte».<br />

En mi opinión, tenemos que suponer que los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> América<br />

dotados en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> vista ordinaria emigraron lentamente,<br />

mediante generaciones sucesivas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mundo exterior, a lugares<br />

cada vez más profundos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuevas <strong>de</strong> Kentucky, como lo hicieron<br />

los anim<strong>al</strong>es europeos en <strong>la</strong>s cuevas <strong>de</strong> Europa. Tenemos <strong>al</strong>gunas pruebas<br />

<strong>de</strong> esta gradación <strong>de</strong> costumbres, pues, como observa Schiödte:<br />

«Consi<strong>de</strong>ramos, pues, <strong>la</strong>s faunas subterráneas como pequeñas ramificaciones,<br />

que han penetrado en <strong>la</strong> tierra, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s faunas geográficamente<br />

limitadas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s comarcas adyacentes, y que a medida que se extendieron<br />

en <strong>la</strong> obscuridad se han acomodado a <strong>la</strong>s circunstancias que<br />

<strong>la</strong>s ro<strong>de</strong>an. Anim<strong>al</strong>es no muy diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas ordinarias preparan<br />

<strong>la</strong> transición <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz a <strong>la</strong> obscuridad. Siguen luego los que están<br />

conformados para media luz, y, por último, los <strong>de</strong>stinados a <strong>la</strong> obscuridad<br />

tot<strong>al</strong>, y cuya conformación es completamente peculiar». Estas observaciones<br />

<strong>de</strong> Schiödte, entiéndase bien, no se refieren a una misma especie,<br />

sino a especies distintas. Cuando un anim<strong>al</strong> ha llegado, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

numerosas generaciones, a los rincones más profundos, el <strong>de</strong>suso, según<br />

esta opinión, habrá atrofiado más o menos completamente sus ojos, y<br />

muchas veces <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> habrá efectuado otros cambios, como<br />

un aumento en <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong>s antenas o p<strong>al</strong>pos, como compensación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> ceguedad. A pesar <strong>de</strong> estas modificaciones, podíamos esperar el ver<br />

todavía en los anim<strong>al</strong>es cavernícolos <strong>de</strong> América afinida<strong>de</strong>s con los otros<br />

habitantes <strong>de</strong> aquel continente, y en los <strong>de</strong> Europa, afinida<strong>de</strong>s con los habitantes<br />

<strong>de</strong>l continente europeo; y así ocurre con <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es<br />

caverníco<strong>la</strong>s <strong>de</strong> América, según me dice el profesor Dana, y <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

119


los insectos caverníco<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Europa son muy afines a los <strong>de</strong>l país circundante.<br />

Según <strong>la</strong> opinión común <strong>de</strong> su creación in<strong>de</strong>pendiente, sería difícil<br />

dar una explicación racion<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es caverníco<strong>la</strong>s<br />

ciegos con los <strong>de</strong>más habitantes <strong>de</strong> los dos continentes. Por <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción,<br />

bien conocida, <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s.producciones podíamos esperar<br />

que serían muy afines <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuevas <strong>de</strong>l<br />

mundo antiguo y <strong>de</strong>l nuevo. Como una especie ciega <strong>de</strong> Bathyscia se encuentra<br />

en abundancia en rocas sombrías lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuevas, <strong>la</strong> pérdida<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> vista en <strong>la</strong>s especies caverníco<strong>la</strong>s <strong>de</strong> este género no ha tenido, probablemente,<br />

re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> obscuridad <strong>de</strong>l lugar en que viven, pues es<br />

natur<strong>al</strong> que un insecto privado ya <strong>de</strong> vista tenga que adaptarse fácilmente<br />

a <strong>la</strong>s obscuras cavernas. Otro género ciego, Anophth<strong>al</strong>mus, ofrece, según<br />

hace observar míster Murray, <strong>la</strong> notable particu<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> que sus<br />

especies no se han encontrado todavía en ninguna otra parte más que en<br />

<strong>la</strong>s cuevas; a<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s que viven en <strong>la</strong>s diferentes cuevas <strong>de</strong> Europa y<br />

América son distintas; pero es posible que los progenitores <strong>de</strong> estas diferentes<br />

especies, cuando estaban provistos <strong>de</strong> ojos, pudieron exten<strong>de</strong>rse<br />

por ambos continentes y haberse extinguido <strong>de</strong>spués, excepto en los retirados<br />

lugares don<strong>de</strong> actu<strong>al</strong>mente viven. Lejos <strong>de</strong> experimentar sorpresa<br />

porque <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es caverníco<strong>la</strong>s sean muy anóm<strong>al</strong>os -como<br />

ha hecho observar Agassiz respecto <strong>de</strong>l pez ciego, el Amblyopsis, o como<br />

ocurre en el Proteus, ciego también, comparándolo con los reptiles <strong>de</strong><br />

Europa-, me sorpren<strong>de</strong> sólo que no se hayan conservado más restos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

vida antigua, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> competencia menos severa a que habrán estado<br />

sometidos los escasos habitantes <strong>de</strong> estas obscuras moradas.<br />

Aclimatación<br />

Es hereditaria en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>la</strong> costumbre en <strong>la</strong> época <strong>de</strong> florecer, en el<br />

tiempo <strong>de</strong> sueño, en <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> lluvia necesaria para que germinen<br />

<strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s, etc., y esto me conduce a <strong>de</strong>cir <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras sobre <strong>la</strong><br />

aclimatación. Es muy frecuente que especies distintas pertenecientes <strong>al</strong><br />

mismo género habiten en países cálidos y fríos; y si es verdad que todas<br />

<strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> forma madre, <strong>la</strong><br />

aclimatación hubo <strong>de</strong> llevarse a cabo fácilmente durante una <strong>la</strong>rga serie<br />

<strong>de</strong> generaciones. Es notorio que cada especie está adaptada <strong>al</strong> clima <strong>de</strong><br />

su propia patria: <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> una región temp<strong>la</strong>da no pue<strong>de</strong>n resistir<br />

un clima tropic<strong>al</strong>, y viceversa; <strong>de</strong>l mismo modo, a<strong>de</strong>más, muchas p<strong>la</strong>ntas<br />

crasas no pue<strong>de</strong>n resistir un clima húmedo; pero se exagera muchas veces<br />

el grado <strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies a los climas en que viven. Po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>ducir esto <strong>de</strong> <strong>la</strong> imposibilidad en que nos encontramos con<br />

120


frecuencia <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir si una p<strong>la</strong>nta importada resistirá o no nuestro clima,<br />

y <strong>de</strong>l gran número <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es traídos <strong>de</strong> diferentes países,<br />

que viven aquí con perfecta s<strong>al</strong>ud.<br />

Tenemos motivos para creer que <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong> están<br />

estrictamente limitadas a <strong>la</strong>s regiones que habitan por <strong>la</strong> competencia <strong>de</strong><br />

otros seres orgánicos, tanto o más que por <strong>la</strong> adaptación a climas <strong>de</strong>terminados.<br />

Pero, sea o no esta adaptación muy rigurosa, en <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> los casos tenemos pruebas <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas han llegado natur<strong>al</strong>mente<br />

a acostumbrarse, en cierta medida, a diferentes temperaturas,<br />

esto es, a aclimatarse; así, los pinos y rodo<strong>de</strong>ndros nacidos <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s<br />

recogidas por el doctor Hooker en p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies que<br />

crecían a diferentes <strong>al</strong>titu<strong>de</strong>s en el Hima<strong>la</strong>ya, se ha observado que poseen<br />

diferente fuerza <strong>de</strong> constitución para resistir el frío. Míster Thwaites<br />

me informa que ha observado hechos semejantes en Ceilán; observaciones<br />

análogas han sido hechas por míster H. C. Watson en especies europeas<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas traídas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Azores a Ing<strong>la</strong>terra, y podría citar<br />

otros casos. Por lo que se refiere a los anim<strong>al</strong>es, podrían presentarse <strong>al</strong>gunos<br />

ejemplos auténticos <strong>de</strong> especies que en los tiempos históricos han<br />

extendido mucho su distribución geográfica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s c<strong>al</strong>ientes a<br />

<strong>la</strong>s frías, y viceversa; pero no sabemos <strong>de</strong> un modo positivo que estos<br />

anim<strong>al</strong>es estuviesen rigurosamente adaptados a sus climas primitivos,<br />

aun cuando en todos los casos ordinarios admitimos que así ocurre; ni<br />

tampoco sabemos que <strong>de</strong>spués se hayan aclimatado especi<strong>al</strong>mente a sus<br />

nuevos países <strong>de</strong> t<strong>al</strong> modo que sean más a<strong>de</strong>cuados a vivir en ellos <strong>de</strong> lo<br />

que <strong>al</strong> principio lo fueron.<br />

Como po<strong>de</strong>mos suponer que nuestros anim<strong>al</strong>es domésticos fueron primitivamente<br />

elegidos por el hombre s<strong>al</strong>vaje porque eran útiles y porque<br />

criaban fácilmente en cautividad, y no porque se viese <strong>de</strong>spués que podían<br />

ser transportados a gran<strong>de</strong>s distancias, <strong>la</strong> extraordinaria capacidad<br />

común a los anim<strong>al</strong>es domésticos, no sólo <strong>de</strong> resistir los climas diferentes,<br />

sino también <strong>de</strong> ser en ellos completamente fecundos -criterio éste<br />

mucho más seguro-, pue<strong>de</strong> ser utilizada como un argumento en tavor <strong>de</strong><br />

que un gran número <strong>de</strong> otros anim<strong>al</strong>es, actu<strong>al</strong>mente en estado s<strong>al</strong>vaje,<br />

podrían fácilmente acostumbrarse a soportar climas muy diferentes. No<br />

<strong>de</strong>bemos, sin embargo, llevar <strong>de</strong>masiado lejos este argumento, teniendo<br />

en cuenta que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> nuestros anim<strong>al</strong>es domésticos tienen probablemente<br />

su origen en varios troncos s<strong>al</strong>vajes; <strong>la</strong> sangre <strong>de</strong> un lobo tropic<strong>al</strong><br />

y <strong>de</strong> uno ártico pue<strong>de</strong>n quizá estar mezc<strong>la</strong>das en nuestras razas domésticas.<br />

La rata y el ratón no pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como anim<strong>al</strong>es domésticos,<br />

pero han sido transportados por el hombre a muchas partes <strong>de</strong>l<br />

121


mundo y tienen hoy una distribución geográfica mucho mayor que cu<strong>al</strong>quier<br />

otro roedor, pues viven en el frío clima <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Feroé, <strong>al</strong> Norte,<br />

y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s F<strong>al</strong>k<strong>la</strong>nd, <strong>al</strong> Sur, y en muchas is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> zona tórrida; por consiguiente,<br />

<strong>la</strong> adaptación especi<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como una cu<strong>al</strong>idad<br />

que se injerta fácilmente en una gran flexibilidad innata <strong>de</strong> constitución,<br />

común a <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es. Según esta opinión, <strong>la</strong> capacidad<br />

<strong>de</strong> resistir el hombre mismo y sus anim<strong>al</strong>es domésticos los climas<br />

más diferentes, y el hecho <strong>de</strong> que el elefante y el rinoceronte extinguidos<br />

hayan resistido en otro tiempo un clima g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>, mientras que <strong>la</strong>s especies<br />

vivientes son todas tropic<strong>al</strong>es o subtropic<strong>al</strong>es, no <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse como<br />

anom<strong>al</strong>ías, sino como ejemplos <strong>de</strong> una flexibilidad muy común <strong>de</strong><br />

constitución, puesta en acción en circunstancias especi<strong>al</strong>es.<br />

Es un problema obscuro el <strong>de</strong>terminar qué parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> aclimatación <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies a un clima <strong>de</strong>terminado es <strong>de</strong>bida simplemente a <strong>la</strong> costumbre,<br />

qué parte a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s que tienen diferente<br />

constitución congénita y qué parte a estas dos causas combinadas. Que el<br />

hábito o costumbre tiene <strong>al</strong>guna influencia, he <strong>de</strong> creerlo, tanto por <strong>la</strong><br />

an<strong>al</strong>ogía como por el consejo dado incesantemente en <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong><br />

agricultura -incluso en <strong>la</strong>s antiguas enciedopedias <strong>de</strong> China- <strong>de</strong> tener<br />

gran pru<strong>de</strong>ncia <strong>al</strong> transportar anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> un país a otro. Y como no es<br />

probable que el hombre haya conseguido seleccionar tantas razas y subrazas<br />

<strong>de</strong> constitución especi<strong>al</strong>mente a<strong>de</strong>cuadas para sus respectivos países,<br />

el resultado ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bido, creo yo, a <strong>la</strong> costumbre. Por otra parte,<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>ría inevitablemente a conservar aquellos individuos<br />

que naciesen con constitución mejor adaptada <strong>al</strong> país que habitasen.<br />

En tratados sobre muchas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas cultivadas se dice que<br />

<strong>de</strong>terminadas varieda<strong>de</strong>s resisten mejor que otras ciertos climas; esto se<br />

ve <strong>de</strong> un modo l<strong>la</strong>mativo en obras sobre árboles frut<strong>al</strong>es publicadas en<br />

los Estados Un:dos, en <strong>la</strong>s que se recomiendan habitu<strong>al</strong>mente ciertas varieda<strong>de</strong>s<br />

para los Estados <strong>de</strong>l Norte y otras para los <strong>de</strong>l Sur; y como <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s son <strong>de</strong> origen reciente, no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>ber a<br />

<strong>la</strong> costumbre sus diferencias <strong>de</strong> constitución. <strong>El</strong> caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> pataca, que<br />

nunca se propaga en Ing<strong>la</strong>terra por <strong>la</strong> semil<strong>la</strong>, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> cu<strong>al</strong>, por consiguiente,<br />

no se han producido nuevas varieda<strong>de</strong>s, ha sido propuesto como<br />

prueba <strong>de</strong> que <strong>la</strong> aclimatación no pue<strong>de</strong> re<strong>al</strong>izarse, pues esta p<strong>la</strong>nta es<br />

ahora tan <strong>de</strong>licada como siempre lo fue. También el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> judía se ha<br />

citado frecuentemente con el mismo objeto y con mucho mayor fundamento;<br />

pero no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el experimento haya sido comprobado,<br />

hasta que <strong>al</strong>guien, durante una veintena <strong>de</strong> generaciones, siembre judías<br />

tan temprano que una gran parte sea <strong>de</strong>struida por el frío y recoja<br />

122


entonces semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pocas p<strong>la</strong>ntas supervivientes, cuidando <strong>de</strong> evitar<br />

cruzamientos acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es, y, con <strong>la</strong>s mismas precauciones, obtenga <strong>de</strong><br />

nuevo semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas nacidas <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s. Y no se suponga<br />

tampoco que no aparecen nunca diferencias en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas <strong>de</strong> <strong>la</strong> judía,<br />

pues se ha publicado una nota acerca <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntitas son<br />

mucho más resistentes que otras, y <strong>de</strong> este hecho yo mismo he observado<br />

ejemplos notables.<br />

En gener<strong>al</strong>, po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que el hábito, o sea el uso<br />

y <strong>de</strong>suso, ha representado en <strong>al</strong>gunos casos papel importante en <strong>la</strong> modificación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> constitución y estructura, pero que sus efectos con frecuencia<br />

se han combinado ampliamente con <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> variaciones<br />

congénitas, y <strong>al</strong>gunas veces han sido dominados por el<strong>la</strong>.<br />

Variación corre<strong>la</strong>tiva<br />

Con esta expresión quiero <strong>de</strong>cir que toda <strong>la</strong> organización está tan ligada<br />

entre sí durante su crecimiento y <strong>de</strong>sarrollo, que, cuando ocurren pequeñas<br />

variaciones en <strong>al</strong>gún órgano y son acumu<strong>la</strong>das por selección natur<strong>al</strong>,<br />

otros órganos se modifican. Es este asunto importantísimo, conocido<br />

muy imperfectamente, y, sin duda, pue<strong>de</strong>n confundirse fácilmente aquí<br />

hechos <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n completamente distintos. Veremos ahora que <strong>la</strong> so<strong>la</strong> herencia<br />

da muchas veces una apariencia f<strong>al</strong>sa <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción.<br />

Uno <strong>de</strong> los casos re<strong>al</strong>es más evi<strong>de</strong>ntes es el que <strong>la</strong>s variaciones <strong>de</strong> estructura<br />

que se originan en <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas o en los jóvenes tien<strong>de</strong>n natur<strong>al</strong>mente<br />

a modificar <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong>l anim<strong>al</strong> adulto. Las diferentes partes<br />

<strong>de</strong>l cuerpo que son homólogas, y que <strong>al</strong> principio <strong>de</strong>l período embrionario<br />

son <strong>de</strong> estructura idéntica, y que están sometidas necesariamente a<br />

condiciones semejantes, parecen propen<strong>de</strong>r mucho a variar <strong>de</strong>l mismo<br />

modo; vemos esto en los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong>recho e izquierdo <strong>de</strong>l cuerpo, que varían<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera, en los miembros anteriores y posteriores, y hasta<br />

en <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s y miembros que varían juntos, pues <strong>al</strong>gunos anatómicos<br />

creen que <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior es homóloga <strong>de</strong> los miembros. Estas<br />

ten<strong>de</strong>ncias, no lo dudo, pue<strong>de</strong>n ser dominadas por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>:<br />

así, existió una vez una familia <strong>de</strong> ciervos con sólo el cuerno <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do,<br />

y si esto hubiese sido <strong>de</strong> gran utilidad para <strong>la</strong> casta, es probable que pudiera<br />

haber sido hecho permanente por selección.<br />

Los órganos homólogos, como ha sido seña<strong>la</strong>do por <strong>al</strong>gunos autores,<br />

tien<strong>de</strong>n a soldarse, según se ve con frecuencia en p<strong>la</strong>ntas monstruosas, y<br />

nada más común que <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> partes homólogas en estructuras norm<strong>al</strong>es,<br />

como <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> los pét<strong>al</strong>os formando un tubo. Las partes duras<br />

123


parecen influir en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes b<strong>la</strong>ndas contiguas; <strong>al</strong>gunos autores<br />

creen que, en <strong>la</strong>s aves, <strong>la</strong> diversidad en <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelvis produce<br />

<strong>la</strong> notable diversidad en <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> sus riñones. Otros creen que, en<br />

<strong>la</strong> especie humana, <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelvis <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre influye, por presión,<br />

en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong>l niño. En <strong>la</strong>s culebras, según Schlegel, <strong>la</strong> forma<br />

<strong>de</strong>l cuerpo y <strong>la</strong> manera <strong>de</strong> tragar <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong> posición y forma <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s vísceras más importantes.<br />

La natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción es con frecuencia completamente obscura.<br />

Monsieur Isid. Geoffroy Saint Hi<strong>la</strong>ire ha seña<strong>la</strong>do con insistencia que<br />

ciertas conformaciones anóma<strong>la</strong>s coexisten con frecuencia, y otras, raras<br />

veces, sin que podamos seña<strong>la</strong>r razón <strong>al</strong>guna. ¿Qué pue<strong>de</strong> haber más<br />

singu<strong>la</strong>r que <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que existe en los gatos entre <strong>la</strong> b<strong>la</strong>ncura completa<br />

y los ojos azules con <strong>la</strong> sor<strong>de</strong>ra, o entre <strong>la</strong> coloración mariposa y el sexo<br />

femenino; y, en <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas, entre <strong>la</strong>s patas c<strong>al</strong>zadas y <strong>la</strong> piel que une<br />

los <strong>de</strong>dos externos, o entre <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> más o menos pelusa en los pichones<br />

<strong>al</strong> s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l huevo y el futuro color <strong>de</strong> su plumaje; y también <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción<br />

entre el pelo y los dientes en el perro turco <strong>de</strong>snudo, aun cuando<br />

en este caso, indudablemente, <strong>la</strong> homología entra en juego? Por lo que se<br />

refiere a este <strong>al</strong>timo caso <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción, creo que difícilmente pue<strong>de</strong> ser<br />

casu<strong>al</strong> el que los dos ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> mamíferos que son más anóm<strong>al</strong>os en su<br />

envoltura dérmica, los cetáceos -b<strong>al</strong>lenas, etc.- y los <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntados -armadillos,<br />

pangolines, etc.- sean también, en gener<strong>al</strong>, los más anóm<strong>al</strong>os en <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>ntadura; pero hay tantísimas excepciones <strong>de</strong> esta reg<strong>la</strong>, según ha hecho<br />

observar míster Mivart, que tiene poco v<strong>al</strong>or.<br />

No conozco caso más a<strong>de</strong>cuado para <strong>de</strong>mostrar <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

leyes <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción y variación, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> utilidad y,<br />

por consiguiente, <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, que el <strong>de</strong> <strong>la</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s<br />

flores exteriores y <strong>la</strong>s interiores <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas compuestas y umbelíferas.<br />

Todo el mundo está familiarizado con <strong>la</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s<br />

periféricas y <strong>la</strong>s centr<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> margarita, por ejemplo, y esta diferencia<br />

va acompañada muchas veces <strong>de</strong> <strong>la</strong> atrofia parci<strong>al</strong> o tot<strong>al</strong> <strong>de</strong> los<br />

órganos reproductores. Pero en <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> estas p<strong>la</strong>ntas los frutos difieren<br />

también en forma <strong>de</strong> relieves. Estas diferencias se han atribuido <strong>al</strong>gunas<br />

veces a <strong>la</strong> presión <strong>de</strong>l involucro sobre <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s o a <strong>la</strong> presión<br />

mutua <strong>de</strong> éstas, y <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> los aquenios en <strong>la</strong>s flores periféricas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

compuestas apoya esta opinión; pero en <strong>la</strong>s umbelíferas, según me<br />

informa el doctor Hooker, no son, <strong>de</strong> modo <strong>al</strong>guno, <strong>la</strong>s especies con inflorescencias<br />

más <strong>de</strong>nsas <strong>la</strong>s que con más frecuencia muestran diferencias<br />

entre sus flores interiores y exteriores. Podría creerse que el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> los pét<strong>al</strong>os periféricos, quitando <strong>al</strong>imento <strong>de</strong> los órganos<br />

124


eproductores, produce su aborto; pero esto difícilmente pue<strong>de</strong> ser <strong>la</strong><br />

causa única, pues en <strong>al</strong>gunas compuestas son diferentes los frutos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

florecil<strong>la</strong>s interiores y exteriores, sin que haya diferencia <strong>al</strong>guna en <strong>la</strong>s<br />

coro<strong>la</strong>s. Es posible que estas varias diferencias estén re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>sigu<strong>al</strong> afluencia <strong>de</strong> substancias nutritivas hacia <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s centr<strong>al</strong>es<br />

y <strong>la</strong>s externas; sabemos, por lo menos, que, en flores irregu<strong>la</strong>res, <strong>la</strong>s que<br />

están más próximas <strong>al</strong> eje están más sujetas a peloria, esto es, a ser anorm<strong>al</strong>mente<br />

simétricas. Puedo añadir, como ejemplo <strong>de</strong> este hecho y como<br />

un caso notable <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción, que en muchos geranios <strong>de</strong> jardín<br />

(Pe<strong>la</strong>rgonium) los dos pét<strong>al</strong>os superiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor centr<strong>al</strong> <strong>de</strong>l grupo<br />

pier<strong>de</strong>n mucnas veces sus manchas <strong>de</strong> color más obscuro, y, cuando esto<br />

ocurre, el nectario contiguo está completamente abortado, haciéndose <strong>de</strong><br />

este modo <strong>la</strong> flor centr<strong>al</strong> pelórica o regu<strong>la</strong>r. Cuando f<strong>al</strong>ta el color en uno<br />

solo <strong>de</strong> los dos pét<strong>al</strong>os superiores, el nectario no está por completo abortado,<br />

pero se encuentra muy reducido.<br />

Respecto <strong>al</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> coro<strong>la</strong>, muy probablemente es justa <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> Sprengel <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s periféricas sirven para atraer los insectos,<br />

cuyo concurso es sumamente ventajoso, o necesario, para <strong>la</strong> fecundación<br />

<strong>de</strong> estas p<strong>la</strong>ntas; y si es así, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> haber entrado<br />

en juego. Pero, por lo que se refiere a los frutos, parece imposible que sus<br />

diferencias <strong>de</strong> forma, que no siempre son corre<strong>la</strong>tivas <strong>de</strong> diferencias en <strong>la</strong><br />

coro<strong>la</strong>, puedan ser en modo <strong>al</strong>guno beneficiosas; sin embargo, en <strong>la</strong>s umbelíferas<br />

estas diferencias son <strong>de</strong> importancia tan visible -los frutos son a<br />

veces ortospermos en <strong>la</strong>s flores exteriores y celospermos en <strong>la</strong>s flores<br />

centr<strong>al</strong>es-, que Ang. Pyr. <strong>de</strong> Candolle basó en estos caracteres <strong>la</strong>s divisiones<br />

princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n. Por consiguiente, modificaciones <strong>de</strong> estructura,<br />

consi<strong>de</strong>radas por los sistemáticos como <strong>de</strong> gran v<strong>al</strong>or, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>berse<br />

por completo a <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> variación y corre<strong>la</strong>ción, sin que sean, hasta<br />

don<strong>de</strong> nosotros po<strong>de</strong>mos juzgar, <strong>de</strong> <strong>la</strong> menor utilidad para <strong>la</strong>s especies.<br />

Muchas veces po<strong>de</strong>mos atribuir erróneamente a variación corre<strong>la</strong>tiva<br />

estructuras que son comunes a grupos enteros <strong>de</strong> especies y que, en re<strong>al</strong>idad,<br />

son simplemente <strong>de</strong>bidas a <strong>la</strong> herencia; pues un antepasado remoto<br />

pue<strong>de</strong> haber adquirido por selección natur<strong>al</strong> <strong>al</strong>guna modificación en<br />

su estructura, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> generaciones, otra modificación<br />

in<strong>de</strong>pendiente, y estas dos modificaciones, habiéndose transmitido a todo<br />

un grupo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> costumbres diversas, se creería, natur<strong>al</strong>mente,<br />

que son corre<strong>la</strong>tivas <strong>de</strong> un modo necesario.<br />

Otras corre<strong>la</strong>ciones son evi<strong>de</strong>ntemente <strong>de</strong>bidas <strong>al</strong> único modo como<br />

pue<strong>de</strong> obrar <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Por ejemplo: Alph. <strong>de</strong> Candolle ha seña<strong>la</strong>do<br />

que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s a<strong>la</strong>das no se encuentran nunca en frutos que no<br />

125


se abren. Explicaría yo esta reg<strong>la</strong> por <strong>la</strong> imposibilidad <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s<br />

lleguen a ser gradu<strong>al</strong>mente a<strong>la</strong>das por selección natur<strong>al</strong>, sin que <strong>la</strong>s cápsu<strong>la</strong>s<br />

se abran, pues sólo en este caso <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s que fuesen un poco<br />

más a<strong>de</strong>cuadas para ser llevadas por el viento pudieron adquirir ventaja<br />

sobre otras menos a<strong>de</strong>cuadas para una gran dispersión.<br />

Compensación y economía <strong>de</strong> crecimiento<br />

Etienne Geoffroy Saint-Hi<strong>la</strong>ire y Goethe propusieron, casi <strong>al</strong> mismo<br />

tiempo, su ley <strong>de</strong> compensación o equilibrio <strong>de</strong> crecimiento, o, según <strong>la</strong><br />

expresión <strong>de</strong> Goethe, «<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, para gastar en un <strong>la</strong>do, está obligada<br />

a economizar en otro». Creo yo que esto se confirma, en cierta medida,<br />

en nuestros productos domésticos: si <strong>la</strong> substancia nutritiva afluye en<br />

exceso a una parte u órgano, rara vez afluye, por lo menos en exceso, a<br />

otra parte; y así, es difícil hacer que una vaca <strong>de</strong> mucha leche y engor<strong>de</strong><br />

con facilidad. Las mismas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> col no producen abundantes y<br />

nutritivas hojas y una gran cantidad <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s oleaginosas. Cuando <strong>la</strong>s<br />

semil<strong>la</strong>s se atrofian en nuestras frutas, <strong>la</strong> fruta misma gana mucho, en tamaño<br />

y c<strong>al</strong>idad. En <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong>, un moño gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> plumas va<br />

acompañado gener<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> cresta reducida, y una barba o corbata,<br />

gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong> barbil<strong>la</strong>s reducidas. Para <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong>, difícilmente<br />

se pue<strong>de</strong> sostener que esta ley sea <strong>de</strong> aplicación univers<strong>al</strong>; pero<br />

muchos buenos observadores, botánicos especi<strong>al</strong>mente, creen en su exactitud.<br />

Sin embargo, no daré aquí ningún ejemplo, pues apenas veo medio<br />

<strong>de</strong> distinguir entre que resulte que un órgano se ha <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do mucho<br />

por selección natur<strong>al</strong> y otro contiguo se ha reducido por este mismo proceso,<br />

o por <strong>de</strong>suso, y los resultados <strong>de</strong> <strong>la</strong> retirada efectiva <strong>de</strong> substancias<br />

nutritivas <strong>de</strong> un órgano <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> exceso <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> otro<br />

contiguo.<br />

Sospecho también que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> compensación que se<br />

han indicado, lo mismo que <strong>al</strong>gunas otros hechos, pue<strong>de</strong>n quedar comprendidos<br />

en un principio más gener<strong>al</strong>, o sea: que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> se<br />

está esforzando continuamente por economizar todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización.<br />

Si en nuevas condiciones <strong>de</strong> vida una estructura, antes útil,<br />

llega a serlo menos, su diminución será favorecida, pues aprovechará <strong>al</strong><br />

individuo no <strong>de</strong>rrochar su <strong>al</strong>iento en conservar una estructura inútil. So<strong>la</strong>mente<br />

así puedo compren<strong>de</strong>r un hecho que me l<strong>la</strong>mó mucho <strong>la</strong> atención<br />

cuando estudiaba los cirrípedos, y <strong>de</strong>l que podrían citarse muchos<br />

ejemplos parecidos; o sea que cuando un cirrípedo es parásito en el interior<br />

<strong>de</strong> otro cirrípedo, y está <strong>de</strong> este modo protegido, pier<strong>de</strong> más o menos<br />

por completo su propia concha o caparazón. Así suce<strong>de</strong> en el macho <strong>de</strong><br />

126


Ib<strong>la</strong> y, <strong>de</strong> un modo verda<strong>de</strong>ramente extraordinario, en Proteolepas, pues<br />

el caparazón en todos los otros cirrípedos está formado por los tres importantísimos<br />

segmentos anteriores <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza, enormemente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos<br />

y provistos <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s nervios y músculos, mientras que en el<br />

Proteolepas, parásito y protegido, toda <strong>la</strong> parte anterior <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza está<br />

reducida a un simple rudimento unido a <strong>la</strong>s bases <strong>de</strong> <strong>la</strong>s antenas prensiles.<br />

Ahora bien: el economizarse una estructura gran<strong>de</strong> y compleja cuando<br />

se ha hecho superflua tiene que ser una ventaja <strong>de</strong>cisiva para todos<br />

los sucesivos individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, pues en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, a que<br />

todo anim<strong>al</strong> está expuesto, han <strong>de</strong> tener más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mantenerse,<br />

por ser m<strong>al</strong>gastada menos substancia nutritiva.<br />

De este modo, a mi parecer, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>rá, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, a<br />

reducir cu<strong>al</strong>quier parte <strong>de</strong>l organismo tan pronto como llegue a ser superflua<br />

por el cambio <strong>de</strong> costumbres, sin que, en modo <strong>al</strong>guno, sea esto<br />

causa <strong>de</strong> que otro órgano se <strong>de</strong>sarrolle mucho en <strong>la</strong> proporción correspondiente,<br />

y recíprocamente, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> perfectamente<br />

conseguir que se <strong>de</strong>sarrolle mucho un órgano sin exigir como compensación<br />

necesaria <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong> ninguna parte contigua.<br />

Las conformaciones múltiples rudimentarias y <strong>de</strong> organización inferior<br />

son variables<br />

Según señ<strong>al</strong>ó Isidore Geoffroy Saint-Hi<strong>la</strong>ire, parece ser una reg<strong>la</strong>, tanto<br />

en <strong>la</strong>s especies como en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, que cuando <strong>al</strong>guna parte u órgano<br />

se repite muchas veces en el mismo individuo -como <strong>la</strong>s vértebras en<br />

<strong>la</strong>s culebras y los estambres en <strong>la</strong>s flores poliándricas-, el número es variable,<br />

mientras que <strong>la</strong> misma parte u órgano, cuando se presenta en número<br />

menor, es constante. <strong>El</strong> mismo autor, igu<strong>al</strong>mente que <strong>al</strong>gunos botánicos,<br />

ha observado a<strong>de</strong>más que <strong>la</strong>s partes múltiples están muy sujetas a<br />

variar <strong>de</strong> conformación. Como <strong>la</strong> «repetición vegetativa» -para usar <strong>la</strong><br />

expresión <strong>de</strong>l profesor Owen- es una señ<strong>al</strong> <strong>de</strong> organización inferior, <strong>la</strong><br />

afirmación prece<strong>de</strong>nte concuerda con <strong>la</strong> opinión común <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas<br />

<strong>de</strong> que los seres que ocupan lugar inferior en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

son más variables que los que están más arriba. Supongo que <strong>la</strong> inferioridad<br />

significa aquí que <strong>la</strong>s diferentes partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización están<br />

muy poco especi<strong>al</strong>izadas para funciones particu<strong>la</strong>res, y, mientras que<br />

una misma parte tiene que re<strong>al</strong>izar <strong>la</strong>bor diversa, po<strong>de</strong>mos quizá compren<strong>de</strong>r<br />

por qué tenga que permanecer variable, o sea porque <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> no conserve o rechace cada pequeña variación <strong>de</strong> forma tan<br />

cuidadosamente como cuando <strong>la</strong> parte ha <strong>de</strong> servir para <strong>al</strong>gún objeto especi<strong>al</strong>,<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que un cuchillo que ha <strong>de</strong> cortar toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong><br />

127


cosas pue<strong>de</strong> tener una forma cu<strong>al</strong>quiera, mientras que un instrumento<br />

<strong>de</strong>stinado a un fin <strong>de</strong>terminado tiene que ser <strong>de</strong> una forma especi<strong>al</strong>. La<br />

selección natur<strong>al</strong>, no hay que olvidarlo, pue<strong>de</strong> obrar so<strong>la</strong>mente mediante<br />

<strong>la</strong> ventaja y para <strong>la</strong> ventaja <strong>de</strong> cada ser.<br />

Los órganos rudimentarios, según se admite gener<strong>al</strong>mente, propen<strong>de</strong>n<br />

a ser muy variables. Insistiremos sobre este asunto, y sólo añadiré aquí<br />

que su variación parece resultar <strong>de</strong> su inutilidad y <strong>de</strong> que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

por consiguiente, no ha tenido po<strong>de</strong>r para impedir <strong>la</strong>s variaciones<br />

<strong>de</strong> su estructura.<br />

Los órganos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos en una especie en grado o modo extraordinarios,<br />

en comparación <strong>de</strong>l mismo órgano en especies afines, tien<strong>de</strong>n a<br />

ser sumamente variables<br />

Hace <strong>al</strong>gunos años me l<strong>la</strong>mó mucho <strong>la</strong> atención una observación hecha<br />

por míster Waterhouse sobre el hecho anterior. <strong>El</strong> profesor Owen también<br />

parece haber llegado a una conclusión casi igu<strong>al</strong>. No hay que esperar<br />

el intentar convencer a nadie <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong> proposición prece<strong>de</strong>nte<br />

sin dar <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> hechos que he reunido y que no pue<strong>de</strong>n<br />

exponerse aquí. Puedo únicamente manifestar mi convicción <strong>de</strong> que es<br />

esta una reg<strong>la</strong> muy gener<strong>al</strong>. Sé que existen diversas causas <strong>de</strong> error, mas<br />

espero que me he hecho bien cargo <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. Ha <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse bien que <strong>la</strong><br />

reg<strong>la</strong> en modo <strong>al</strong>guno se aplica a ningún órgano, aun cuando esté extraordinariamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do, si no lo está en una o varias especies, en<br />

comparación con el mismo órgano en muchas especies afines. Así, el a<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>l murcié<strong>la</strong>go es una estructura anóma<strong>la</strong> en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los mamíferos;<br />

pero <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> no se aplicaría en este caso, pues todo el grupo <strong>de</strong> los murcié<strong>la</strong>gos<br />

posee a<strong>la</strong>s; se aplicaría sólo si <strong>al</strong>guna especie tuviese a<strong>la</strong>s <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong> un modo notable en comparación con <strong>la</strong>s otras especies <strong>de</strong>l<br />

mismo género.<br />

La reg<strong>la</strong> se aplica muy rigurosamente en el caso <strong>de</strong> los caracteres sexu<strong>al</strong>es<br />

secundarios cuando se manifiestan <strong>de</strong> modo extraordinario. La expresión<br />

caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios empleada por Hunter se refiere a<br />

los caracteres que van unidos a un sexo, pero no están re<strong>la</strong>cionadas directamente<br />

con el acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción. La reg<strong>la</strong> se aplica a machos y<br />

hembras, pero con menos frecuencia a <strong>la</strong>s hembras, pues éstas ofrecen<br />

pocas veces caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios notables. <strong>El</strong> que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> se<br />

aplique tan c<strong>la</strong>ramente en el caso <strong>de</strong> los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios<br />

pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> gran variabilidad <strong>de</strong> estos caracteres -<br />

128


manifiéstense o no <strong>de</strong> modo extraordinario-; hecho <strong>de</strong>l que creo que apenas<br />

pue<strong>de</strong> caber duda.<br />

Pero que nuestra reg<strong>la</strong> no está limitada a los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios<br />

se ve c<strong>la</strong>ramente en el caso <strong>de</strong> los cirrípedos hermafroditas; cuando<br />

estudiaba yo este or<strong>de</strong>n presté particu<strong>la</strong>r atención a <strong>la</strong> observación <strong>de</strong><br />

míster Waterhouse, y estoy plenamente convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> casi<br />

siempre se confirma. En una obra futura daré una lista <strong>de</strong> todos los casos<br />

más notables; aquí citaré solo uno, porque sirve <strong>de</strong> ejemplo <strong>de</strong> <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> en<br />

su aplicación más amplia. Las v<strong>al</strong>vas opercu<strong>la</strong>res <strong>de</strong> los cirrípedos sesiles<br />

(ba<strong>la</strong>nos) son, en toda <strong>la</strong> extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, estructuras importantísimas<br />

y difieren poquísimo, aun en géneros distintos; pero en <strong>la</strong>s diferentes<br />

especies <strong>de</strong> un género, Pyrgoma, estas v<strong>al</strong>vas presentan una maravillosa<br />

diversidad, siendo <strong>al</strong>gunas veces <strong>la</strong>s v<strong>al</strong>vas homólogas en <strong>la</strong>s diferentes<br />

especies <strong>de</strong> forma completamente distinta, y <strong>la</strong> variación en los individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie es tan gran<strong>de</strong>, que no hay exageración en<br />

<strong>de</strong>cir que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una misma especie difieren más entre sí en<br />

los caracteres <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> estos importantes órganos que difieren <strong>la</strong>s especies<br />

pertenecientes a otros géneros distintos.<br />

Como en <strong>la</strong>s aves los individuos <strong>de</strong> una misma especie que viven en el<br />

mismo país varían poquísimo, he prestado a ellos particu<strong>la</strong>r atención, y<br />

<strong>la</strong> reg<strong>la</strong> parece ciertamente confirmarse en esta c<strong>la</strong>se. No he podido llegar<br />

a comprobar si <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> se aplica a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, y esto me haría vaci<strong>la</strong>r<br />

seriamente en mi creencia en su exactitud, si <strong>la</strong> gran variabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas no hubiese hecho especi<strong>al</strong>mente difícil comparar sus grados re<strong>la</strong>tivos<br />

<strong>de</strong> variabilidad.<br />

Cuando vemos una parte u órgano <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en un grado o modo<br />

notables en una especie, <strong>la</strong> presunción razonable es que el órgano o parte<br />

es <strong>de</strong> suma importancia para esta especie, y, sin embargo, en este caso está<br />

muy sujeto a variación. ¿Por qué ha <strong>de</strong> ser así? Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que<br />

cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente, con todas sus partes t<strong>al</strong><br />

como ahora <strong>la</strong>s vemos, no puedo h<strong>al</strong><strong>la</strong>r explicación <strong>al</strong>guna; pero con <strong>la</strong><br />

teoría <strong>de</strong> que grupos <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otras especies y han sido<br />

modificados por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, creo que po<strong>de</strong>mos conseguir <strong>al</strong>guna<br />

luz. Permítaseme hacer primero <strong>al</strong>gunas observaciones preliminares:<br />

Si en los anim<strong>al</strong>es domésticos cu<strong>al</strong>quier parte <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>, o el anim<strong>al</strong> entero,<br />

son <strong>de</strong>satendidos y no se ejerce selección <strong>al</strong>guna, esta parte -por<br />

ejemplo, <strong>la</strong> cresta <strong>de</strong> <strong>la</strong> g<strong>al</strong>lina Dorking-, o toda <strong>la</strong> raza, cesará <strong>de</strong> tener<br />

carácter uniforme, y se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que <strong>la</strong> raza <strong>de</strong>genera. En los órganos<br />

rudimentarios y en los que se han especi<strong>al</strong>izado muy poco para un fin<br />

<strong>de</strong>terminado, y quizá en los grupos polimorfos, vemos un caso casi<br />

129


par<strong>al</strong>elo, pues en t<strong>al</strong>es casos <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no ha entrado, o no ha<br />

podido entrar, <strong>de</strong> lleno en juego, y el organismo ha quedado así en un estado<br />

fluctuante. Pero lo que nos interesa aquí más particu<strong>la</strong>rmente es<br />

que aquel<strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos que actu<strong>al</strong>mente están<br />

experimentando rápido cambio por selección continuada son también<br />

muy propensas a variación. Considérense los individuos <strong>de</strong> una misma<br />

raza <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas y véase qué prodigiosa diferencia hay en los picos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

tumblers o volteadoras, en los picos y carúncu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s carriers o mensajeras<br />

inglesas, en el porte y co<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s colipavos, etc., puntos que son<br />

ahora atendidos princip<strong>al</strong>mente por los avicultores ingleses. Hasta en<br />

una misma sub-raza, como en <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma volteadora <strong>de</strong> cara corta, hay<br />

notoria dificultad para obtener individuos casi perfectos, pues muchos se<br />

apartan consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong>l standard o tipo adoptado. Verda<strong>de</strong>ramente<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que hay una constante lucha entre <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a<br />

volver a un estado menos perfecto, junto con una ten<strong>de</strong>ncia innata a nuevas<br />

variaciones, <strong>de</strong> una parte, y, <strong>de</strong> otra, <strong>la</strong> influencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> continua selección<br />

para conservar <strong>la</strong> raza pura. A <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, <strong>la</strong> selección triunfa, y<br />

nunca esperamos fracasar tan completamente que <strong>de</strong> una buena casta <strong>de</strong><br />

volteadoras <strong>de</strong> cara corta obtengamos una p<strong>al</strong>oma tan basta como una<br />

volteadora común. Pero mientras <strong>la</strong> selección avance rápidamente hay<br />

que esperar siempre mucha variación en <strong>la</strong>s partes que experimentan<br />

modificación.<br />

Volvamos ahora a <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. Cuando una parte se ha <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong> un modo extraordinario en una especie, en comparación con <strong>la</strong>s otras<br />

especies <strong>de</strong>l mismo género, po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que esta parte<br />

ha experimentado extraordinaria modificación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período en<br />

que <strong>la</strong>s diferentes especies se separaran <strong>de</strong>l tronco común <strong>de</strong>l género. Este<br />

período poas veces será extremadamente remoto, pues <strong>la</strong>s especies rara<br />

vez persisten durante más <strong>de</strong> un período geológico. Modificaciones<br />

muy gran<strong>de</strong>s implican variabilidad grandísima, muy continuada, que se<br />

ha ido acumu<strong>la</strong>ndo constantemente por selección natur<strong>al</strong> para beneficio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. Pero como <strong>la</strong> variabilidad <strong>de</strong>l órgano o parte extraordinariamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos ha sido tan gran<strong>de</strong> y continuada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un período<br />

no <strong>de</strong>masiado remoto, tenemos que esperar encontrar todavía, por<br />

reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, más variabilidad en estas partes que en otras <strong>de</strong>l organismo<br />

que han permanecido casi constantes durante un período mucho más<br />

<strong>la</strong>rgo, y yo estoy convencido <strong>de</strong> que ocurre así.<br />

No veo razón para dudar <strong>de</strong> que <strong>la</strong> lucha entre <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong><br />

una parte, y <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a reversión y <strong>la</strong> variabilidad, <strong>de</strong> otra, cesarán<br />

con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, y que los órganos más extraordinariamente<br />

130


<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos pue<strong>de</strong>n hacerse constantes. Por consiguiente, cuando un<br />

órgano, por anóm<strong>al</strong>o que sea, se ha transmitido, aproximadamente en el<br />

mismo estado, a muchos <strong>de</strong>scendientes modificados, como en el caso <strong>de</strong>l<br />

a<strong>la</strong> <strong>de</strong>l murcié<strong>la</strong>go, tiene que haber existido, según nuestra teoría, durante<br />

un inmenso período, casi en el mismo estado, y <strong>de</strong> este modo, ha llegado<br />

a no ser más variable que cu<strong>al</strong>quier otra estructura. Sólo en estos casos,<br />

en los cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong> modificación ha sido re<strong>la</strong>tivamente reciente y extraordinariamente<br />

gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong>bemos esperar encontrar <strong>la</strong> variabilidad generativa,<br />

como pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>mársele, presente todavía en sumo grado, pues, en<br />

este caso, <strong>la</strong> variabilidad raras veces habrá sido fijada todavía por <strong>la</strong> selección<br />

continuada <strong>de</strong> los individuos que varíen <strong>de</strong>l modo y en el grado<br />

requeridos y por <strong>la</strong> exclusión continuada <strong>de</strong> los que tiendan a volver a<br />

un estado anterior y menos modificado.<br />

Los caracteres específicos son más variables que los caracteres<br />

genéricos<br />

<strong>El</strong> principio discutido bajo el epígrafe anterior pue<strong>de</strong> aplicarse a <strong>la</strong><br />

cuestión presente. Es evi<strong>de</strong>nte que los caracteres específicos son mucho<br />

más variables que los genéricos. Explicaré con un solo ejemplo lo que esto<br />

quiere <strong>de</strong>cir: si en un género gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas unas especies tuviesen<br />

<strong>la</strong>s flores azules y otras <strong>la</strong>s flores rojas, el color sería un carácter so<strong>la</strong>mente<br />

específico y nadie se extrañaría <strong>de</strong> que una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies azules se<br />

convirtiese en roja, o viceversa; pero si todas <strong>la</strong>s especies tuviesen flores<br />

azules, el color pasaría a ser un carácter genérico, y su variación sería un<br />

hecho más extraordinario. He elegido este ejemplo porque no es aplicable<br />

en este caso <strong>la</strong> explicación que darían <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas,<br />

o sea: que los caracteres específicos son más variables que los genéricos,<br />

<strong>de</strong>bido a que están tomados <strong>de</strong> partes <strong>de</strong> menos importancia fisiológica<br />

que los utilizados comúnmente para c<strong>la</strong>sificar los géneros. Creo que<br />

esta explicación es, en parte, exacta, aunque sólo <strong>de</strong> un modo indirecto;<br />

como quiera que sea, insistiré sobre este punto en el capítulo sobre <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>sificación.<br />

Sería casi superfluo aducir pruebas en apoyo <strong>de</strong> <strong>la</strong> afirmación <strong>de</strong> que<br />

los caracteres específicos ordinarios son más variables que los genéricos;<br />

pero, tratándose <strong>de</strong> caracteres importantes, he observado repetidas veces<br />

en obras <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong>, que cuando un autor observa con sorpresa<br />

que un órgano o parte importante, que gener<strong>al</strong>mente es muy constante<br />

en todo un grupo gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> especies, difiere consi<strong>de</strong>rablemente en especies<br />

muy próximas, este carácter es con frecuencia variable en los individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. Y este hecho muestra que un carácter que es<br />

131


ordinariamente <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or genérico, cuando <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> en v<strong>al</strong>or y llega a<br />

hacerse sólo <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or específico, muchas veces se vuelve variable, aun<br />

cuando su importancia fisiológica pue<strong>de</strong> seguir siendo <strong>la</strong> misma. Algo<br />

<strong>de</strong> esto se aplica a <strong>la</strong>s monstruosida<strong>de</strong>s; por lo menos, Isidore Geoffroy<br />

Saint-Hi<strong>la</strong>ire no tiene, <strong>al</strong> parecer, duda <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> que, cuanto más difiere<br />

norm<strong>al</strong>mente un órgano en <strong>la</strong>s diversas especies <strong>de</strong> un mismo grupo,<br />

tanto más sujeto a anom<strong>al</strong>ías está en los individuos.<br />

Según <strong>la</strong> teoría ordinaria <strong>de</strong> que cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente,<br />

¿por qué <strong>la</strong> parte <strong>de</strong>l organismo que difiere <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma parte<br />

<strong>de</strong> otras especies creadas in<strong>de</strong>pendientemente tendría que ser más variable<br />

que aquel<strong>la</strong>s partes que son muy semejantes en <strong>la</strong>s diversas especies?<br />

No veo que pueda darse explicación <strong>al</strong>guna. Pero, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong>s especies son so<strong>la</strong>mente varieda<strong>de</strong>s muy seña<strong>la</strong>das y <strong>de</strong>terminadas,<br />

po<strong>de</strong>mos esperar encontrar<strong>la</strong>s con frecuencia variando todavía en<br />

aquel<strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> su organización que han variado en un período bastante<br />

reciente y que <strong>de</strong> este modo han llegado a diferir. O, para exponer<br />

el caso <strong>de</strong> otra manera: los puntos en que todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l género se<br />

asemejan entre sí y en que difieren <strong>de</strong> los géneros próximos se l<strong>la</strong>man caracteres<br />

genéricos, y estos caracteres se pue<strong>de</strong>n atribuir a herencia <strong>de</strong> un<br />

antepasado común, pues rara vez pue<strong>de</strong> haber ocurrido que <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> haya modificado exactamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera varias especies<br />

distintas adaptadas a costumbres más o menos diferentes; y como estos<br />

caracteres, l<strong>la</strong>mados genéricos, han sido heredados antes <strong>de</strong>l período<br />

en que <strong>la</strong>s diversas especies se separaron <strong>de</strong> su antepasado común, y, por<br />

consiguiente, no han variado o llegado a diferir en grado <strong>al</strong>guno, o sólo<br />

en pequeño grado, no es probable que varíen actu<strong>al</strong>mente. Por el contrario,<br />

los puntos en que unas especies difieren <strong>de</strong> otras <strong>de</strong>l mismo género<br />

se l<strong>la</strong>man caracteres específicos; y como estos caracteres específicos han<br />

variado y llegado a diferir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período en que <strong>la</strong>s especies se separaron<br />

<strong>de</strong>l antepasado común, es probable que con frecuencia sean todavía<br />

variables en <strong>al</strong>gún grado; por lo menos, más variables que aquel<strong>la</strong>s partes<br />

<strong>de</strong>l organismo que han permanecido constantes durante un período<br />

<strong>la</strong>rguísimo.<br />

Los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios son variables<br />

Creo que los natur<strong>al</strong>istas admitirán, sin que entre en <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les, que los<br />

caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios son sumamente variables. También se<br />

admitirá que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un mismo grupo difieren entre sí por sus caracteres<br />

sexu<strong>al</strong>es secundarios más que en otras partes <strong>de</strong> su organización;<br />

compárese, por ejemplo, <strong>la</strong> diferencia que existe entre los machos<br />

132


<strong>de</strong> <strong>la</strong>s g<strong>al</strong>lináceas, en los que los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios están<br />

po<strong>de</strong>rosamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, con <strong>la</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s hembras. La<br />

causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> variabilidad primitiva <strong>de</strong> estos caracteres no es manifiesta;<br />

pero po<strong>de</strong>mos ver que no se han hecho tan constantes y uniformes como<br />

otros, pues se acumu<strong>la</strong>n por selección sexu<strong>al</strong>, que es menos rígida en su<br />

acción que <strong>la</strong> selección ordinaria, pues no acarrea <strong>la</strong> muerte, sino que da<br />

sólo menos <strong>de</strong>scendientes a los machos menos favorecidos. Cu<strong>al</strong>quiera<br />

que sea <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> variabilidad <strong>de</strong> los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios,<br />

como son sumamente variables, <strong>la</strong> selección sexu<strong>al</strong> habrá tenido un extenso<br />

campo <strong>de</strong> acción, y <strong>de</strong> este modo pue<strong>de</strong> haber conseguido dar a <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong>l mismo grupo diferencias mayores en estos caracteres que en<br />

los <strong>de</strong>más.<br />

Es un hecho notable que <strong>la</strong>s diferencias secundarias entre los dos sexos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie se manifiestan, por lo común, precisamente en <strong>la</strong>s<br />

mismas partes <strong>de</strong>l organismo en que difieren entre sí <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l<br />

mismo género. De este hecho daré como ejemplos los dos casos que, por<br />

casu<strong>al</strong>idad, son los primeros en mi lista; y como <strong>la</strong>s diferencias en estos<br />

casos son <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza muy extraordinaria, <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción difícilmente pue<strong>de</strong><br />

ser acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>. <strong>El</strong> tener un mismo número <strong>de</strong> artejos en los tarsos es<br />

un carácter común a grupos grandísimos <strong>de</strong> coleópteros; pero en los éngidos,<br />

como ha hecho observar Westwood, el número varia mucho, y el<br />

número difiere también en los dos sexos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. A<strong>de</strong>más,<br />

en los himenópteros cavadores, <strong>la</strong> nerviación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s es un carácter <strong>de</strong><br />

suma importancia, por ser común a gran<strong>de</strong>s grupos; pero, en ciertos géneros,<br />

<strong>la</strong> nerviación difiere mucho en <strong>la</strong>s diversas especies, y también en<br />

los dos sexos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. Sir J. Lubbock ha seña<strong>la</strong>do recientemente<br />

que diferentes crustáceos pequeños ofrecen excelentes ejemplos<br />

<strong>de</strong> esta ley. «En Pontel<strong>la</strong>, por ejemplo, <strong>la</strong>s antenas y el quinto par <strong>de</strong> patas<br />

proporcionan princip<strong>al</strong>mente los caracteres sexu<strong>al</strong>es; estos órganos<br />

dan también princip<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s diferencias específicas». Esta explicación<br />

tiene una significación c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi teoría: consi<strong>de</strong>ro todas <strong>la</strong>s especies<br />

<strong>de</strong> un mismo género como <strong>de</strong>scendientes tan indudables <strong>de</strong> un<br />

antepasado común como lo son los dos sexos <strong>de</strong> una especie. Por consiguiente,<br />

si una parte cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong>l organismo <strong>de</strong>l antepasado común, o<br />

<strong>de</strong> sus primeros <strong>de</strong>scendientes, se hizo variable, es sumamente probable<br />

que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> y <strong>la</strong> selección sexu<strong>al</strong> se aprovechasen <strong>de</strong> variaciones<br />

<strong>de</strong> esta parte para adaptar <strong>la</strong>s diferentes especies a sus diferentes<br />

lugares en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, y también para adaptar uno a<br />

otro los dos sexos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, o para adaptar los machos a <strong>la</strong> lucha<br />

con otros machos por <strong>la</strong> posesión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras.<br />

133


Fin<strong>al</strong>mente, pues, llego a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> variabilidad mayor en<br />

los caracteres específicos -o sean aquellos que distinguen unas especies<br />

<strong>de</strong> otras- que en los caracteres genéricos -o sean los que poseen todas <strong>la</strong>s<br />

especies-; <strong>la</strong> variabilidad frecuentemente extrema <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier parte que<br />

está <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da en una especie <strong>de</strong> modo extraordinario, en comparación<br />

con <strong>la</strong> misma parte en sus congéneres, y <strong>la</strong> escasa variabilidad <strong>de</strong><br />

una parte, por extraordinariamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da que esté, si es común a<br />

todo un grupo <strong>de</strong> especies; <strong>la</strong> gran variabilidad <strong>de</strong> los caracteres sexu<strong>al</strong>es<br />

secundarios y su gran diferencia en especies muy próximas, y el manifestarse<br />

gener<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>s mismas partes <strong>de</strong>l organismo <strong>la</strong>s diferencias<br />

sexu<strong>al</strong>es secundarias y <strong>la</strong>s diferencias específicas ordinarias, son todos<br />

principios íntimamente ligados entre sí. Todos ellos se <strong>de</strong>ben a que <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong>l mismo grupo <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un antepasado común, <strong>de</strong>l cu<strong>al</strong><br />

han heredado mucho en común; a que partes que han variado mucho, y<br />

recientemente, son más a propósito para continuar todavía variando que<br />

partes que han sido heredadas hace mucho tiempo y no han variado; a<br />

que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ha dominado, más o menos completamente, según<br />

el tiempo transcurrido, <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a reversión y a ulterior variabilidad;<br />

a que <strong>la</strong> selección sexu<strong>al</strong> es menos rígida que <strong>la</strong> ordinaria, y a que<br />

<strong>la</strong>s variaciones en <strong>la</strong>s mismas partes se acumu<strong>la</strong>n por selección natur<strong>al</strong> y<br />

sexu<strong>al</strong> y se han adaptado <strong>de</strong> este modo a los fines sexu<strong>al</strong>es secundarios y<br />

a los ordinarios.<br />

<strong>Especies</strong> distintas presentan variaciones análogas, <strong>de</strong> modo que una<br />

variedad <strong>de</strong> una especie toma frecuentemente caracteres propios <strong>de</strong><br />

otra especie próxima, o vuelve a <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los caracteres <strong>de</strong> un antepasado<br />

lejano<br />

Estas proposiciones se compren<strong>de</strong>rán más fácilmente fijándonos. en<br />

<strong>la</strong>s razas domésticas. Las razas más diferentes <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas, en países<br />

muy distantes, presentan subvarieda<strong>de</strong>s con plumas vueltas en <strong>la</strong> cabeza<br />

y con plumas en los pies, caracteres que no posee <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre<br />

(Columba livia), siendo éstas, pues, variaciones análogas en dos o más<br />

razas distintas. La presencia frecuente <strong>de</strong> catorce y aun diez y seis plumas<br />

rectrices en <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma buchona pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como una variación<br />

que representa <strong>la</strong> conformación norm<strong>al</strong> <strong>de</strong> otra raza, <strong>la</strong> colipavo.<br />

Creo que nadie dudará <strong>de</strong> que todas estas variaciones análogas se <strong>de</strong>ben<br />

a que <strong>la</strong>s diferentes ramas <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas han heredado <strong>de</strong> un antepasado<br />

común <strong>la</strong> misma constitución y ten<strong>de</strong>ncia a variar cuando obran sobre<br />

el<strong>la</strong>s influencias semejantes <strong>de</strong>sconocidas.<br />

134


En el reino veget<strong>al</strong> tenemos un caso análogo <strong>de</strong> variación en los t<strong>al</strong>los<br />

engruesados, comúnmente l<strong>la</strong>mados raíces, <strong>de</strong>l nabo <strong>de</strong> Suecia y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

rutabaga, p<strong>la</strong>ntas que <strong>al</strong>gunos botánicos consi<strong>de</strong>ran como varieda<strong>de</strong>s<br />

producidas por cultivo, <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un antepasado común; si esto<br />

no fuese así, sería entonces un caso <strong>de</strong> variación análoga en dos pretendidas<br />

especies distintas, y a éstas podría añadirse una tercera, el nabo común.<br />

Según <strong>la</strong> teoría ordinaria <strong>de</strong> que cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente,<br />

tendríamos que atribuir esta semejanza en los t<strong>al</strong>los engruesados<br />

<strong>de</strong> estas tres p<strong>la</strong>ntas, no a <strong>la</strong> vera causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia y a <strong>la</strong> consiguiente ten<strong>de</strong>ncia a variar <strong>de</strong> modo semejante,<br />

sino a tres actos <strong>de</strong> creación separados, aunque muy re<strong>la</strong>cionados. Naudin<br />

ha observado muchos casos semejantes <strong>de</strong> variación análoga en <strong>la</strong><br />

extensa familia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cucurbitáceas, y diferentes autores los han observado<br />

en nuestros cere<strong>al</strong>es. Casos semejantes que se presentan en insectos<br />

en condiciones natur<strong>al</strong>es han sido discutidos con gran competencia por<br />

míster W<strong>al</strong>sh, quien los ha agrupado en su ley <strong>de</strong> variabilidad uniforme.<br />

En <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas también tenemos otro caso: el <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparición acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>,<br />

en todas <strong>la</strong>s razas, <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> color azul <strong>de</strong> pizarra, con dos fajas<br />

negras en <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s, con <strong>la</strong> parte posterior <strong>de</strong>l lomo b<strong>la</strong>nca, una faja en<br />

el extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, y <strong>la</strong>s plumas exteriores <strong>de</strong> ésta or<strong>la</strong>das exteriormente<br />

<strong>de</strong> b<strong>la</strong>nco junto a su arranque. Como todas estas señ<strong>al</strong>es son características<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre progenitora, creo que nadie dudará <strong>de</strong><br />

que éste es un caso <strong>de</strong> reversión y no <strong>de</strong> una nueva variación análoga<br />

que aparece en diferentes castas. Creo que po<strong>de</strong>mos llegar confiadamente<br />

a esta conclusión, porque hemos visto que estos caracteres <strong>de</strong> color<br />

propen<strong>de</strong>n mucho a aparecer en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia cruzada <strong>de</strong> dos razas<br />

distintas y <strong>de</strong> coloraciones diferentes; y en este caso, aparte <strong>de</strong> <strong>la</strong> influencia<br />

<strong>de</strong>l simple hecho <strong>de</strong>l cruzamiento sobre <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, nada<br />

hay en <strong>la</strong>s condiciones externas <strong>de</strong> vida que motive <strong>la</strong> reaparición <strong>de</strong>l color<br />

azul <strong>de</strong> pizarra con <strong>la</strong>s vanas señ<strong>al</strong>es.<br />

Indudablemente, es un hecho muy sorpren<strong>de</strong>nte que los caracteres reaparezcan<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estado perdidos durante muchas generaciones;<br />

probablemente, durante centenares <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. Pero cuando una raza<br />

se ha cruzado sólo una vez con otra, los <strong>de</strong>scendientes muestran acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

una ten<strong>de</strong>ncia a volver a los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> raza extraña por<br />

muchas generaciones; <strong>al</strong>gunos dicen que durante una docena o hasta<br />

una veintena. Al cabo <strong>de</strong> doce generaciones, <strong>la</strong> porción <strong>de</strong> sangre -para<br />

emplear <strong>la</strong> expresión vulgar- proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un antepasado es tan sólo<br />

1/2048 y, sin embargo, como vemos, se cree gener<strong>al</strong>mente que <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia<br />

a reversión es conservada por este resto <strong>de</strong> sangre extraña. En una<br />

135


casta no cruzada, pero en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> ambos progenitores hayan perdido <strong>al</strong>gún<br />

carácter que sus antepasados poseyeron, <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia, enérgica o débil,<br />

a reproducir el carácter perdido pue<strong>de</strong> transmitirse durante un número<br />

casi ilimitado <strong>de</strong> generaciones, según se hizo observar antes, a pesar<br />

<strong>de</strong> cuanto podamos ver en contrario. Cuando un carácter perdido en<br />

una raza reaparece <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> generaciones, <strong>la</strong> hipótesis<br />

más probable no es que un individuo, <strong>de</strong> repente, se parezca a un<br />

antepasado <strong>de</strong>l que dista <strong>al</strong>gunos centenares <strong>de</strong> generaciones, sino que el<br />

carácter en cuestión ha permanecido <strong>la</strong>tente en todas <strong>la</strong>s generaciones<br />

sucesivas, y que, <strong>al</strong> fin, se ha <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en condiciones favorables <strong>de</strong>sconocidas.<br />

En <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma barb, por ejemplo, que rara vez da individuos<br />

azules, es probable que haya en cada generación una ten<strong>de</strong>ncia <strong>la</strong>tente a<br />

producir plumaje azul. La improbabilidad teórica <strong>de</strong> que esta ten<strong>de</strong>ncia<br />

se transmita durante un número gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> generaciones no es mayor<br />

que <strong>la</strong> <strong>de</strong> que se transmitan <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo órganos rudimentarios o<br />

completamente inútiles. La simple ten<strong>de</strong>ncia a producir un rudimento se<br />

hereda, en verdad, <strong>al</strong>gunas veces <strong>de</strong> este modo.<br />

Como se supone que todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l género <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un<br />

progenitor común, se podría esperar que variasen acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente <strong>de</strong><br />

una manera análoga, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dos o más especies<br />

se asemejasen entre sí, o que una variedad <strong>de</strong> una especie se asemejase<br />

en ciertos caracteres a otra especie distinta, no siendo esta otra especie,<br />

según nuestra teoría, más que una variedad permanente y bien marcada.<br />

Pero los caracteres <strong>de</strong>bidos exclusivamente a variaciones análogas serían<br />

probablemente <strong>de</strong> poca importancia, pues <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> todos los<br />

caracteres funcion<strong>al</strong>mente importantes habrá sido <strong>de</strong>terminada por <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, según <strong>la</strong>s diferentes costumbres <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. Se podría<br />

a<strong>de</strong>más esperar que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género presentasen <strong>de</strong> vez en<br />

cuando reversiones a caracteres perdidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho tiempo. Sin embargo,<br />

como no conocemos el antepasado común <strong>de</strong> ningún grupo natur<strong>al</strong>,<br />

no po<strong>de</strong>mos distinguir los caracteres <strong>de</strong>bidos a variación análoga y<br />

los <strong>de</strong>bidos a reversión. Si no supiésemos, por ejemplo, que <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre, progenitora <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas domésticas, no tiene plumas en <strong>la</strong>s<br />

pies ni plumas vueltas en <strong>la</strong> cabeza, no podríamos haber dicho si estos<br />

caracteres, en <strong>la</strong>s razas domésticas, eran reversiones o so<strong>la</strong>mente variaciones<br />

análogas; pero podríamos haber inferido que el color azul era un<br />

caso <strong>de</strong> reversión, por <strong>la</strong>s numerosas señ<strong>al</strong>es re<strong>la</strong>cionadas con este color,<br />

que probablemente no hubiesen aparecido todas juntas por simple variación,<br />

y especi<strong>al</strong>mente podríamos haber inferido esto por aparecer con<br />

tanta frecuencia el color azul y <strong>la</strong>s diferentes señ<strong>al</strong>es cuando se cruzan<br />

136


azas <strong>de</strong> diferente color. Por consiguiente, aun cuando en estado natur<strong>al</strong><br />

ha <strong>de</strong> quedar casi siempre en duda qué casos son reversiones o caracteres<br />

que existieron antes, y cuáles son variaciones nuevas y análogas, sin<br />

embargo, según nuestra teoría, <strong>de</strong>beríamos encontrar a veces en <strong>la</strong> variante<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> una especie caracteres que se presentan todavía en<br />

otros miembros <strong>de</strong>l mismo grupo, e indudablemente ocurre así.<br />

La dificultad <strong>de</strong> separar <strong>la</strong>s especies variables se <strong>de</strong>be, en gran parte, a<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que imitan, por <strong>de</strong>cirlo así, a otras especies <strong>de</strong>l mismo género.<br />

Se podría presentar también un catálogo consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> formas intermedias<br />

entre otras dos formas, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, a su vez, sólo con duda pue<strong>de</strong>n<br />

ser c<strong>la</strong>sificadas como especies y esto -a menos que todas estas formas<br />

tan próximas sean consi<strong>de</strong>radas como creadas in<strong>de</strong>pendientemente<strong>de</strong>muestra<br />

que <strong>al</strong> variar han tomado <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

otras. Pero <strong>la</strong> prueba mejor <strong>de</strong> variaciones análogas nos <strong>la</strong> proporcionan<br />

los órganos o partes que gener<strong>al</strong>mente son constantes, pero que a veces<br />

varían <strong>de</strong> modo que se asemejan en <strong>al</strong>gún grado a los mismos órganos o<br />

partes <strong>de</strong> una especie próxima. He reunido una <strong>la</strong>rga lista <strong>de</strong> estos casos,<br />

pero en esta ocasión, como antes, tengo <strong>la</strong> gran <strong>de</strong>sventaja <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r<br />

citarlos. Puedo sólo repetir que es seguro que ocurren estos casos y que<br />

me parecen muy notables.<br />

Citaré, sin embargo, un caso complejo y curioso, no ciertamente porque<br />

presente ningún carácter importante, sino porque se presenta en diferentes<br />

especies <strong>de</strong>l mismo género: unas, domésticas; otras, en estado natur<strong>al</strong>.<br />

Casi con seguridad, se trata <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong> reversión. <strong>El</strong> asno tiene a<br />

veces en <strong>la</strong>s patas rayas transvers<strong>al</strong>es muy distintas, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> cebra; se ha afirmado que son muy visibles mientras es pequeño<br />

y, por averiguaciones que he hecho, creo que esto es exacto. La raya <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>, o raya escapu<strong>la</strong>r es, a veces doble, y es muy variable en extensión<br />

y contorno. Se ha <strong>de</strong>scrito un asno b<strong>la</strong>nco, pero no <strong>al</strong>bino, sin raya<br />

escapu<strong>la</strong>r ni dors<strong>al</strong>, y estas rayas son a veces muy confusas o f<strong>al</strong>tan por<br />

completo en los asnos <strong>de</strong> color obscuro. Se dice que se ha observado el<br />

ku<strong>la</strong>n <strong>de</strong> P<strong>al</strong><strong>la</strong>s con <strong>la</strong> raya escapu<strong>la</strong>r doble. Míster Blyth ha visto un<br />

ejemp<strong>la</strong>r <strong>de</strong> hemión con una c<strong>la</strong>ra raya escapu<strong>la</strong>r, aun cuando típicamente<br />

no <strong>la</strong> tiene, y el coronel Poole me ha confirmado que los potros <strong>de</strong> esta<br />

especie gener<strong>al</strong>mente son rayados en <strong>la</strong>s patas y débilmente en <strong>la</strong> esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>.<br />

<strong>El</strong> cuaga, aunque tiene el cuerpo tan listado como <strong>la</strong> cebra, no tiene<br />

rayas en <strong>la</strong>s patas; pero el profesor Gray ha dibujado un ejemp<strong>la</strong>r con rayas<br />

como <strong>de</strong> cebra muy visibles en los corvejones.<br />

Respecto <strong>al</strong> cab<strong>al</strong>lo he reunido casos en Ing<strong>la</strong>terra <strong>de</strong> raya dors<strong>al</strong> en cab<strong>al</strong>los<br />

<strong>de</strong> razas <strong>la</strong>s más diferentes y <strong>de</strong> todos colores: <strong>la</strong>s rayas<br />

137


transvers<strong>al</strong>es en <strong>la</strong>s patas no son raras en los bayos, en los pelo <strong>de</strong> rata y,<br />

en un caso, <strong>la</strong>s he observado en un a<strong>la</strong>zán obscuro; una débil raya dors<strong>al</strong><br />

se pue<strong>de</strong> observar <strong>al</strong>gunas veces en los bayos, y he visto indicios en un<br />

cab<strong>al</strong>lo castaño. Mi hijo examinó cuidadosamente e hizo para mí un dibujo<br />

<strong>de</strong> un cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> tiro belga bayo, con raya doble en cada esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong> y<br />

con patas rayadas; yo mismo he visto una jaca <strong>de</strong> Devonshire baya, y me<br />

han <strong>de</strong>scrito cuidadosamente una jaquita g<strong>al</strong>esa baya, ambos con tres rayas<br />

par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s en cada esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>.<br />

En <strong>la</strong> región noroeste <strong>de</strong> <strong>la</strong> India, <strong>la</strong> raza <strong>de</strong> cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> Kativar es tan<br />

gener<strong>al</strong> que tenga rayas, que, según me dice el coronel Poole, que examinó<br />

esta casta para el Gobierno <strong>de</strong> <strong>la</strong> India, un cab<strong>al</strong>lo sin rayas no es consi<strong>de</strong>rado<br />

como puro. La raya dors<strong>al</strong> existe siempre; <strong>la</strong>s patas, gener<strong>al</strong>mente,<br />

son listadas, y <strong>la</strong> raya escapu<strong>la</strong>r, que a veces es doble y a veces<br />

triple, existe por lo común; a<strong>de</strong>más, los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara tienen a veces rayas.<br />

Frecuentemente, <strong>la</strong>s rayas son más visibles en los potros; a veces <strong>de</strong>saparecen<br />

por completo en los cab<strong>al</strong>los viejos. <strong>El</strong> coronel Poole ha visto<br />

cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> Kativar, tanto tordos como castaños, con rayas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento<br />

<strong>de</strong> su nacimiento. Tengo también fundamento para suponer, por<br />

noticias que me ha dado míster W. W. Edwards, que en el cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carreras<br />

inglés <strong>la</strong> raya dors<strong>al</strong> es más frecuente en el potro que en el adulto.<br />

Recientemente, yo mismo he obtenido un potro <strong>de</strong> una yegua castaña -<br />

hija <strong>de</strong> un cab<strong>al</strong>lo turcomano y una yegua f<strong>la</strong>menca- y un cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carreras<br />

inglés castaño; este potro, cuando tenía una semana, presentaba en<br />

su cuarto trasero y en su frente rayas numerosas, muy estrechas, obscuras,<br />

como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> cebra, y sus patas tenían rayas débiles; todas <strong>la</strong>s rayas<br />

<strong>de</strong>saparecieron pronto por completo. Sin entrar aquí en más <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les,<br />

puedo <strong>de</strong>cir que he reunido casos <strong>de</strong> patas y esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>s con rayas en cab<strong>al</strong>los<br />

<strong>de</strong> razas muy diferentes, <strong>de</strong> diversos países, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra hasta<br />

el Oriente <strong>de</strong> China, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Noruega, <strong>al</strong> Norte, hasta el Archipié<strong>la</strong>go<br />

Ma<strong>la</strong>yo, <strong>al</strong> Sur. En todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo estas rayas se presentan<br />

con mucha más frecuencia en los bayos y en los pelo <strong>de</strong> rata, comprendiendo<br />

con <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra bayos una gran serie <strong>de</strong> colores, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un color entre<br />

castaño y negro hasta acercarse mucho <strong>al</strong> color <strong>de</strong> crema.<br />

Sé que el coronel Hamilton Smith, que ha escrito sobre este asunto,<br />

cree que <strong>la</strong>s diferentes razas <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> diversas especies<br />

primitivas, una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, <strong>la</strong> baya, tenía rayas, y que los casos<br />

<strong>de</strong> aparición <strong>de</strong> éstas antes <strong>de</strong>scritos son todos <strong>de</strong>bidos a cruzamientos<br />

antiguos con el tronco bayo. Pero esta opinión pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>secharse con seguridad,<br />

pues es sumamente improbable que el pesado cab<strong>al</strong>lo belga <strong>de</strong><br />

tiro, <strong>la</strong> jaca g<strong>al</strong>esa, el cob noruego, <strong>la</strong> <strong>de</strong>scarnada raza <strong>de</strong> Kativar, etc.,<br />

138


que viven en partes <strong>la</strong>s más distintas <strong>de</strong>l mundo, hayan sido cruzados<br />

con un supuesto tronco primitivo.<br />

Volvamos ahora a los efectos <strong>de</strong>l cruzamiento <strong>de</strong> diferentes especies<br />

<strong>de</strong>l género cab<strong>al</strong>lo. Rollin asegura que <strong>la</strong> mu<strong>la</strong> común, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> asno<br />

y yegua, propen<strong>de</strong> especi<strong>al</strong>mente a tener rayas en sus patas; según<br />

míster Gosse, en <strong>al</strong>gunas partes <strong>de</strong> los Estados Unidos, <strong>de</strong> cada diez mu<strong>la</strong>s,<br />

nueve tienen <strong>la</strong>s patas listadas. Una vez vi una mu<strong>la</strong> con <strong>la</strong>s patas tan<br />

listadas, que cu<strong>al</strong>quiera hubiese creído que era un híbrido <strong>de</strong> cebra, y<br />

míster W. C. Martin, en su excelente tratado <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo, ha dado un dibujo<br />

<strong>de</strong> una mu<strong>la</strong> semejante. En cuatro dibujos en color que he visto <strong>de</strong><br />

híbridos <strong>de</strong> asno y cebra, <strong>la</strong>s patas estaban mucho más visiblemente listadas<br />

que el resto <strong>de</strong>l cuerpo, y en uno <strong>de</strong> ellos había una raya doble en <strong>la</strong><br />

esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>. En el caso <strong>de</strong>l famoso híbrido <strong>de</strong> lord Morton, nacido <strong>de</strong> una<br />

yegua a<strong>la</strong>zana obscura y un cuaga macho, el híbrido, y aun <strong>la</strong> cría pura<br />

producida <strong>de</strong>spués por <strong>la</strong> misma yegua y un cab<strong>al</strong>lo árabe negro, tenían<br />

en <strong>la</strong>s patas rayas mucho más visibles que en el mismo cuaga puro. Por<br />

último, y éste es otro caso importantísimo, el doctor Gray ha representado<br />

un híbrido <strong>de</strong> asno y hemión -y me comunica que conoce otro caso- y<br />

éste híbrido -aun cuando el asno sólo a veces tiene rayas en <strong>la</strong>s patas, y el<br />

hemión no <strong>la</strong>s tiene nunca y ni siquiera tiene raya escapu<strong>la</strong>r- tenía, sin<br />

embargo, <strong>la</strong>s cuatro patas con rayas y a<strong>de</strong>más tres rayas cortas en <strong>la</strong>s esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>s,<br />

como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s jacas bayas g<strong>al</strong>esas y <strong>de</strong> Devonshire, y hasta tenía<br />

a los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara <strong>al</strong>gunas rayas como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> cebra. Acerca <strong>de</strong><br />

este último hecho estaba yo tan convencido <strong>de</strong> que ni una seda raya <strong>de</strong><br />

color aparece por lo que comúnmente se l<strong>la</strong>ma casu<strong>al</strong>idad, que <strong>la</strong> so<strong>la</strong><br />

presencia <strong>de</strong> estas rayas <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara en este híbrido <strong>de</strong> asno y hemión me<br />

llevó a preguntar <strong>al</strong> coronel Poole si estas rayas en <strong>la</strong> cara se presentaban<br />

<strong>al</strong>guna vez en <strong>la</strong> raza <strong>de</strong> Kativar eminentemente rayada, y <strong>la</strong> respuesta,<br />

como hemos visto, fue afirmativa.<br />

Ahora bien: ¿qué diremos <strong>de</strong> estos diferentes hechos? Vemos varias especies<br />

distintas <strong>de</strong>l género cab<strong>al</strong>lo que, por simple variación, presentan<br />

rayas en <strong>la</strong>s patas como una cebra, y rayas en el lomo como un asno. En<br />

el cab<strong>al</strong>lo vemos esta ten<strong>de</strong>ncia muy marcada siempre que aparece un<br />

color bayo, color que se acerca <strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> coloración gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras especies<br />

<strong>de</strong>l género. La aparición <strong>de</strong> rayas no va acompañada <strong>de</strong> cambio<br />

<strong>al</strong>guno <strong>de</strong> forma ni <strong>de</strong> ningún otro carácter nuevo. Esta ten<strong>de</strong>ncia a presentar<br />

rayas se manifiesta más intensamente en híbridos <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies más distintas. Examinemos ahora el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes razas<br />

<strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas: <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> p<strong>al</strong>oma -incluyendo dos o<br />

tres subespecies o razas geográficas- <strong>de</strong> color azu<strong>la</strong>do con <strong>de</strong>terminadas<br />

139


fajas y otras señ<strong>al</strong>es, y cuando una casta cu<strong>al</strong>quiera toma por simple variación<br />

color azu<strong>la</strong>do, estas listas y señ<strong>al</strong>es reaparecen invariablemente,<br />

sin ningún otro cambio <strong>de</strong> forma o <strong>de</strong> caracteres. Cuando se cruzan <strong>la</strong>s<br />

razas más antiguas y constantes <strong>de</strong> diversos colores, vemos en los híbridos<br />

una po<strong>de</strong>rosa ten<strong>de</strong>ncia <strong>al</strong> color azul y a <strong>la</strong> reaparición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s listas y<br />

señ<strong>al</strong>es. He sentado que <strong>la</strong> hipótesis más probable para explicar <strong>la</strong> reaparición<br />

<strong>de</strong> caracteres antiquísimos es que en los jóvenes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sucesivas<br />

generaciones existe una ten<strong>de</strong>ncia a presentar el carácter perdido <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

hace mucho tiempo, y que esta ten<strong>de</strong>ncia, por causas <strong>de</strong>sconocidas <strong>al</strong>gunas<br />

veces, prev<strong>al</strong>ece. Y acabamos <strong>de</strong> ver que en diferentes especies <strong>de</strong>l<br />

género cab<strong>al</strong>lo <strong>la</strong>s rayas son más manifiestas, o aparecen con más frecuencia,<br />

en los jóvenes que en los adultos. L<strong>la</strong>memos especies a <strong>la</strong>s razas<br />

<strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es han criado sin variación durante siglos,<br />

y ¡qué par<strong>al</strong>elo resulta este caso <strong>de</strong>l <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l género cab<strong>al</strong>lo!<br />

Por mi parte, me atrevo a dirigir confiadamente <strong>la</strong> vista a miles y miles<br />

<strong>de</strong> generaciones atrás, y veo un anim<strong>al</strong> listado como una cebra, aunque,<br />

por otra parte, construido quizá <strong>de</strong> modo muy diferente, antepasado<br />

común <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo doméstico -haya <strong>de</strong>scendido o no <strong>de</strong> uno o más troncos<br />

s<strong>al</strong>vajes-, <strong>de</strong>l asno, <strong>de</strong>l hemión, <strong>de</strong>l cuaga y <strong>de</strong> <strong>la</strong> cebra.<br />

<strong>El</strong> que crea que cada especie equina fue creada in<strong>de</strong>pendientemente<br />

afirmará, supongo yo, que cada especie ha sido creada con ten<strong>de</strong>ncia a<br />

variar, tanto en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza como en domesticidad, <strong>de</strong> este modo especi<strong>al</strong>,<br />

<strong>de</strong> manera que con frecuencia se presente con rayas, como <strong>la</strong>s otras<br />

especies <strong>de</strong>l género, y que todas han sido creadas con po<strong>de</strong>rosa<br />

ten<strong>de</strong>ncia -cuando se cruzan con especies que viven en puntos distantes<br />

<strong>de</strong>l mundo- a producir híbridos que por sus rayas se parecen, no a sus<br />

propios padres, sino a otras especies <strong>de</strong>l género. Admitir esta opinión es,<br />

a mi parecer, <strong>de</strong>sechar una causa re<strong>al</strong> por otra imaginaria, o, por lo menos,<br />

por otra <strong>de</strong>sconocida. Esta opinión convierte <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> Dios en<br />

una pura bur<strong>la</strong> y engaño; casi preferiría yo creer, con los antiguos e ignorantes<br />

cosmogonistas, que <strong>la</strong>s conchas fósiles no han vivido nunca, sino<br />

que han sido creadas <strong>de</strong> piedra para imitar <strong>la</strong>s conchas que viven en <strong>la</strong>s<br />

oril<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mar.<br />

Resumen<br />

Nuestra ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación es profunda. Ni en un<br />

solo caso entre ciento po<strong>de</strong>mos preten<strong>de</strong>r seña<strong>la</strong>r una razón por <strong>la</strong> que<br />

esta o aquel<strong>la</strong> parte ha variado; pero, siempre que tenemos medio <strong>de</strong> establecer<br />

comparación, parece que han obrado <strong>la</strong>s mismas leyes <strong>al</strong><br />

140


producir <strong>la</strong>s pequeñas diferencias entre varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una especie y <strong>la</strong>s<br />

diferencias mayores entre especies <strong>de</strong>l mismo género.<br />

<strong>El</strong> cambio <strong>de</strong> condiciones, gener<strong>al</strong>mente, produce simples variaciones<br />

fluctuantes; pero <strong>al</strong>gunas veces produce efectos directos y <strong>de</strong>terminados,<br />

y éstos, con el tiempo, pue<strong>de</strong>n llegar a ser muy acentuados, aun cuando<br />

no tenemos pruebas suficientes sobre este punto.<br />

La costumbre, produciendo particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> constitución; el uso,<br />

fortificando los órganos, y el <strong>de</strong>suso, <strong>de</strong>bilitándolos y reduciéndolos, parecen<br />

haber sido en muchos casos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rosa eficacia.<br />

Las partes homólogas tien<strong>de</strong>n a variar <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera y tien<strong>de</strong>n a<br />

soldarse. Las modificaciones en partes externas influyen a veces en partas<br />

b<strong>la</strong>ndas e internas.<br />

Cuando una parte está muy <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da, quizá tien<strong>de</strong> a atraer substancia<br />

nutritiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes contiguas; y toda parte <strong>de</strong>l organismo que<br />

pueda ser economizada sin <strong>de</strong>trimento será economizada.<br />

Los cambios <strong>de</strong> conformación en una edad temprana pue<strong>de</strong>n influir en<br />

partes que se <strong>de</strong>sarrollen <strong>de</strong>spués, e indudablemente ocurren muchos casos<br />

<strong>de</strong> variaciones corre<strong>la</strong>tivas cuya natur<strong>al</strong>eza no po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r.<br />

Los órganos múltiples son variables en número y estructura, qüizá <strong>de</strong>bido<br />

a que t<strong>al</strong>es órganos no se han especi<strong>al</strong>izado mucho para una función<br />

<strong>de</strong>terminada, <strong>de</strong> manera que sus modificaciones no han sido rigurosamente<br />

refrenadas por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Se <strong>de</strong>be probablemente a <strong>la</strong><br />

misma causa el que los seres orgánicos inferiores en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> son más variables<br />

que los superiores, que tienen todo su organismo más<br />

especi<strong>al</strong>izado.<br />

Los órganos rudimentarios, por ser inútiles, no están regu<strong>la</strong>dos por <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong>, siendo, por tanto, variables.<br />

Los caracteres específicos -esto es, los caracteres que se han diferenciado<br />

<strong>de</strong>spués que <strong>la</strong>s diversas especies <strong>de</strong>l mismo género se separaron <strong>de</strong><br />

su antepasado común- son más variables que los caracteres genéricos, o<br />

sea aquellos que han sido heredados <strong>de</strong> antiguo y no se han diferenciado<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este período.<br />

En estas observaciones nos referimos a partes u órganos <strong>de</strong>terminados<br />

que son todavía variables, <strong>de</strong>bido a que han variado recientemente y, <strong>de</strong><br />

este modo, llegado a diferir; pero hemos visto en el capítulo segundo que<br />

el mismo principio se aplica a todo el individuo, pues en una región don<strong>de</strong><br />

se encuentran muchas especies <strong>de</strong> un mismo género -esto es, don<strong>de</strong><br />

ha habido anteriormente mucha variación y diferenciación, o don<strong>de</strong> ha<br />

141


trabajado activamente <strong>la</strong> fábrica <strong>de</strong> esencias nuevas-, en esta región y en<br />

estas especies encontramos ahora, por término medio, el mayor número<br />

<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s.<br />

Los caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios son muy variables y difieren mucho<br />

en <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo grupo. La variabilidad en <strong>la</strong>s mismas partes<br />

<strong>de</strong>l organismo ha sido gener<strong>al</strong>mente aprovechada dando diferencias<br />

sexu<strong>al</strong>es secundarias a los dos sexos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, y diferencias<br />

específicas a <strong>la</strong>s diversas especies <strong>de</strong> un mismo género.<br />

Un órgano o parte <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da en grado o modo extraordinario, en<br />

comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma parte u órgano en <strong>la</strong>s especies afines, <strong>de</strong>be haber<br />

experimentado modificación extraordinaria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se originó el<br />

género, y así po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué muchas veces hayan <strong>de</strong> ser<br />

todavía mucho más variables que otras partes, pues <strong>la</strong> variación es un<br />

proceso lento y <strong>de</strong> mucha duración, y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, en estos casos,<br />

no habrá tenido aún tiempo <strong>de</strong> superar <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a más variación y a<br />

reversión a un estado menos modificado. Pero cuando una especie que<br />

tiene un órgano extraordinariamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>lo ha llegado a ser madre<br />

<strong>de</strong> muchos <strong>de</strong>scendientes modificados -lo cu<strong>al</strong>, según nuestra teoría, tiene<br />

que ser un proceso lentísimo que requiere un gran <strong>la</strong>pso <strong>de</strong> tiempo-,<br />

en este caso, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ha logrado dar un carácter fijo <strong>al</strong> órgano,<br />

por muy extraordinario que sea el modo en que pueda haberse<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do.<br />

Las especies que heredan casi <strong>la</strong> misma constitución <strong>de</strong> un antepasado<br />

común y están expuestas a influencias parecidas tien<strong>de</strong>n natur<strong>al</strong>mente a<br />

presentar variaciones análogas, o pue<strong>de</strong>n a veces volver a <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los<br />

caracteres <strong>de</strong> sus antepasados. Aun cuando <strong>de</strong> <strong>la</strong> reversión y variación<br />

análoga no pue<strong>de</strong>n originarse modificaciones nuevas e importantes, estas<br />

modificaciones aumentarán <strong>la</strong> hermosa y armónica diversidad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza.<br />

Cu<strong>al</strong>quiera que pueda ser <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ligeras diferencias<br />

entre los hijos y sus padres -y tiene que existir una causa para cada<br />

una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s-, tenemos fundamento para creer que <strong>la</strong> continua acumu<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> diferencias favorables es <strong>la</strong> que ha dado origen a todas <strong>la</strong>s modificaciones<br />

más importantes <strong>de</strong> estructura en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s costumbres<br />

<strong>de</strong> cada especie.<br />

142


Capítulo 6<br />

Dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría<br />

Dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificaciones<br />

Mucho antes <strong>de</strong> que el lector haya llegado a esta parte <strong>de</strong> mi obra se le<br />

habrán ocurrido una multitud <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s. Algunas son tan graves,<br />

que aun hoy dia apenas puedo reflexionar sobre el<strong>la</strong>s sin vaci<strong>la</strong>r <strong>al</strong>go; pero,<br />

según mi le<strong>al</strong> saber y enten<strong>de</strong>r, <strong>la</strong> mayor parte son sólo aparentes, y<br />

<strong>la</strong>s que son re<strong>al</strong>es no son, creo yo, funestas para mi teoría.<br />

Estas dificulta<strong>de</strong>s y objeciones pue<strong>de</strong>n c<strong>la</strong>sificarse en los siguientes<br />

grupos:<br />

1.º Si <strong>la</strong>s especies han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> otras especies por suaves gradaciones,<br />

¿por qué no encontramos en todas partes innumerables formas <strong>de</strong><br />

transición? ¿Por qué no está toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza confusa, en lugar <strong>de</strong> estar<br />

<strong>la</strong>s especies bien <strong>de</strong>finidas según <strong>la</strong>s vemos?<br />

2.º ¿Es posible que un anim<strong>al</strong> que tiene, por ejemplo, <strong>la</strong> confirmación y<br />

costumbres <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go pueda haber sido formado por modificación<br />

<strong>de</strong> otro anim<strong>al</strong> <strong>de</strong> costumbres y estructura muy diferentes?<br />

¿Po<strong>de</strong>mos creer que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pueda producir, <strong>de</strong> una parte,<br />

un órgano insignificante, t<strong>al</strong> como <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> jirafa, que sirve <strong>de</strong> mosqueador,<br />

y, <strong>de</strong> otra, un órgano tan maravilloso como el ojo?<br />

3.º ¿Pue<strong>de</strong>n los instintos adquirirse y modificarse por selección natur<strong>al</strong>?<br />

¿Qué diremos <strong>de</strong>l instinto que lleva a <strong>la</strong> abeja a hacer celdas y que<br />

prácticamente se ha anticipado a los <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> profundos<br />

matemáticos?<br />

4.º ¿Cómo po<strong>de</strong>mos explicar que cuando se cruzan <strong>la</strong>s especies son estériles<br />

o producen <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia estéril, mientras que cuando se cruzan<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s su fecundidad es sin igu<strong>al</strong>?<br />

Los dos primeros grupos se discutirán ahora, <strong>al</strong>gunas objeciones diversas<br />

en el capitulo próximo, el instinto y <strong>la</strong> hibridación en los dos capítulos<br />

siguientes.<br />

143


Sobre <strong>la</strong> ausencia o rareza <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> transición<br />

Como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente por <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> modificaciones<br />

útiles, toda forma nueva, en un país bien pob<strong>la</strong>do, ten<strong>de</strong>rá a<br />

sup<strong>la</strong>ntar, y fin<strong>al</strong>mente a exterminar, a su propia forma madre, menos<br />

perfeccionada, y a otras formas menos favorecidas con que entre en competencia.<br />

De este modo <strong>la</strong> extinción y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> van <strong>de</strong> acuerdo.<br />

Por consiguiente, si consi<strong>de</strong>ramos cada especie como <strong>de</strong>scendiente<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma <strong>de</strong>sconocida, tanto <strong>la</strong> forma madre como todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> transición habrán sido, en gener<strong>al</strong>, exterminadas precisamente<br />

por el mismo proceso <strong>de</strong> formación y perfeccionamiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s nuevas<br />

formas.<br />

Pero como, según esta teoría, tienen que haber existido innumerables<br />

formas <strong>de</strong> transición, ¿por qué no <strong>la</strong>s encontramos enterradas en número<br />

sin fin en <strong>la</strong> corteza terrestre? Será más conveniente discutir esta cuestión<br />

en el capítulo sobre <strong>la</strong> «Imperfección <strong>de</strong> los Registros Geológicos», y aquí<br />

diré sólo que creo que <strong>la</strong> respuesta estriba princip<strong>al</strong>mente en que los registros<br />

son incomparablemente menos perfectos <strong>de</strong> lo que gener<strong>al</strong>mente<br />

se supone. La corteza terrestre es un inmenso museo; pero <strong>la</strong>s colecciones<br />

natur<strong>al</strong>es han sido hechas <strong>de</strong> un modo imperfecto y sólo a <strong>la</strong>rgos<br />

interv<strong>al</strong>os.<br />

Pero pue<strong>de</strong> argüirse que cuando diferentes especies muy afines viven<br />

en el mismo territorio <strong>de</strong>biéramos encontrar seguramente hoy día muchas<br />

formas <strong>de</strong> transición. Tomemos un caso sencillo: recorriendo <strong>de</strong><br />

norte a sur un continente, nos encontramos <strong>de</strong> ordinario, a interv<strong>al</strong>os sucesivos,<br />

con especies muy afines o representativas, que evi<strong>de</strong>ntemente<br />

ocupan casi el mismo lugar en <strong>la</strong> economía natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>l país. Con frecuencia<br />

estas especies representativas se encuentran y entremezc<strong>la</strong>n, y a medida<br />

que <strong>la</strong> una se va haciendo más rara, <strong>la</strong> otra se hace cada vez más frecuente,<br />

hasta que una reemp<strong>la</strong>za a <strong>la</strong> otra. Pero si comparamos estas especies<br />

don<strong>de</strong> se entremezc<strong>la</strong>n, son, por lo gener<strong>al</strong>, en absoluto tan distintas<br />

en todos los <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les <strong>de</strong> conformación, como lo son los ejemp<strong>la</strong>res tomados<br />

en el centro <strong>de</strong> <strong>la</strong> región habitada por cada una. Según mi teoría,<br />

estas especies afines <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un antepasado común, y durante el<br />

proceso <strong>de</strong> modificación se ha adaptado cada una a <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong><br />

vida <strong>de</strong> su propia región y ha sup<strong>la</strong>ntado y exterminado a su forma madre<br />

primitiva y a todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> transición entre su estado presente<br />

y su estado pasado. De aquí que no <strong>de</strong>bamos esperar encontrarnos<br />

actu<strong>al</strong>mente con numerosas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> transición en cada región, aun<br />

cuando éstas tengan que haber existido <strong>al</strong>lí y pue<strong>de</strong>n estar <strong>al</strong>lí enterradas<br />

144


en estado fósil. Pero en <strong>la</strong>s regiones intermedias que tienen condiciones<br />

intermedias <strong>de</strong> vida, ¿por qué no encontramos actu<strong>al</strong>mente varieda<strong>de</strong>s<br />

intermedias <strong>de</strong> íntimo en<strong>la</strong>ce? Esta dificultad, durante mucho tiempo,<br />

me confundió por completo; pero creo que pue<strong>de</strong> explicarse en gran<br />

parte.<br />

En primer lugar, tendríamos que ser muy pru<strong>de</strong>ntes <strong>al</strong> admitir que un<br />

área haya sido continua durante un <strong>la</strong>rgo período, porque lo sea actu<strong>al</strong>mente.<br />

La geología nos llevaría a creer que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los continentes,<br />

aun durante los últimos períodos terciarios, han estado divididos<br />

formando is<strong>la</strong>s, y en estas is<strong>la</strong>s pudieron haberse formado separadamente<br />

especies distintas, sin posibilidad <strong>de</strong> que existiesen variaciones intermedias<br />

en zonas intermedias. Mediante cambios en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra<br />

y en el clima, regiones marinas hoy continuas tienen que haber existido<br />

muchas veces, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los tiempos recientes, en disposición mucho<br />

menos continua y uniforme que actu<strong>al</strong>mente. Pero <strong>de</strong>jaré a un <strong>la</strong>do este<br />

modo <strong>de</strong> eludir <strong>la</strong> dificultad, pues creo que muchas especies perfectamente<br />

<strong>de</strong>finidas se han formado en regiones por completo continuas,<br />

aun cuando no dudo que <strong>la</strong> antigua condición dividida <strong>de</strong> regiones ahora<br />

continuas ha <strong>de</strong>sempeñado un papel importante en <strong>la</strong> formación <strong>de</strong><br />

especies nuevas, sobre todo en anim<strong>al</strong>es errantes y que se cruzan con<br />

facilidad.<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong>s especies según están distribuidas en una vasta región,<br />

<strong>la</strong>s encontramos por lo gener<strong>al</strong> bastante numerosas en un gran territorio,<br />

haciéndose luego, casi <strong>de</strong> repente, más y más raras en los límites,<br />

y <strong>de</strong>sapareciendo por último. De aquí que el territorio neutr<strong>al</strong> entre dos<br />

especies representativas es gener<strong>al</strong>mente pequeño, en comparación con<br />

el territorio propio <strong>de</strong> cada una. Vemos el mismo hecho subiendo a <strong>la</strong>s<br />

montañas, y a veces es muy notable lo súbitamente que <strong>de</strong>saparece una<br />

especie <strong>al</strong>pina común, como ha hecho observar Alph. <strong>de</strong> Candolle. <strong>El</strong><br />

mismo hecho ha sido observado por E. Forbes <strong>al</strong> explorar con <strong>la</strong> draga<br />

<strong>la</strong>s profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mar. A los que consi<strong>de</strong>ran el clima y <strong>la</strong>s condiciones<br />

físicas <strong>de</strong> vida como elementos importantísímos <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong><br />

los seres orgánicos, estos hechos <strong>de</strong>bieran causarles sorpresa, pues el clima<br />

y <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura y <strong>la</strong> profundidad varían gradu<strong>al</strong> e insensiblemente. Pero<br />

cuando tenemos presente que casi todas <strong>la</strong>s especies, incluso en sus regiones<br />

primitivas, aumentarían inmensamente en número <strong>de</strong> individuos<br />

si no fuese por otras especies que están en competencia con el<strong>la</strong>s; que casi<br />

todas <strong>la</strong>s especies hacen presa <strong>de</strong> otras o les sirven <strong>de</strong> presa; en una pa<strong>la</strong>bra,<br />

que cada ser orgánico está directa o indirectamente re<strong>la</strong>cionado<br />

<strong>de</strong>l modo más importante con otros seres orgánicos, vemos que <strong>la</strong><br />

145


superficie ocupada por los individuos <strong>de</strong> una especie en un país cu<strong>al</strong>quiera<br />

no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en modo <strong>al</strong>guno exclusivamente <strong>de</strong>l cambio gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s condiciones físicas, sino que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, en gran parte, <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia<br />

<strong>de</strong> otras especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que vive aquél<strong>la</strong>, o por <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es es <strong>de</strong>struida, o<br />

con <strong>la</strong>s que entra en competencia; y como estas especies son ya entida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>finidas que no pasan <strong>de</strong> una a otra por gradaciones insensibles, <strong>la</strong> extensión<br />

ocupada por una especie, <strong>de</strong>pendiendo como <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> extensión<br />

ocupada por <strong>la</strong>s otras, ten<strong>de</strong>rá a ser rigurosamente limitada. Es<br />

más: toda especie, en los confines <strong>de</strong> <strong>la</strong> extensión que ocupa, don<strong>de</strong> existe<br />

en número más reducido, estará muy expuesta a completo exterminio,<br />

<strong>al</strong> variar el número <strong>de</strong> sus enemigos o <strong>de</strong> sus presas o <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l<br />

clima y, <strong>de</strong> este modo, su distribución geográfica llegará a estar todavía<br />

más <strong>de</strong>finidamente limitada.<br />

Como <strong>la</strong>s especies próximas o representativas, cuando viven en una<br />

región continua, están, por lo gener<strong>al</strong>, distribuidas <strong>de</strong> t<strong>al</strong> modo que cada<br />

una ocupa una gran extensión con un territorio neutr<strong>al</strong> re<strong>la</strong>tivamente estrecho<br />

entre el<strong>la</strong>s en el cu<strong>al</strong> se hacen casi <strong>de</strong> repente más y más raras, y<br />

como <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s no difieren esenci<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, <strong>la</strong> misma<br />

reg<strong>la</strong> se aplicará probablemente a unas y otras: y si tomamos una especie<br />

que varía y que vive en una región muy gran<strong>de</strong>, tendrá que haber dos<br />

varieda<strong>de</strong>s adaptadas a dos espacios gran<strong>de</strong>s y una tercera a una zona<br />

intermedia estrecha. La variedad intermedia, por consiguiente, existirá<br />

con número menor <strong>de</strong> individuos, por habitar una región menor y más<br />

estrecha, y prácticamente, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos averiguar, esta reg<strong>la</strong> se<br />

comprueba en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s en estado natur<strong>al</strong>. Me he encontrado con<br />

ejemplos notables <strong>de</strong> esta reg<strong>la</strong> en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias<br />

que existen entre varieda<strong>de</strong>s bien seña<strong>la</strong>das en el género Ba<strong>la</strong>nus, y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s noticias que me han dado míster Watson, el doctor Asa Gray y míster<br />

Wol<strong>la</strong>ston, resultaría que, por lo gener<strong>al</strong>, cuando se presentan varieda<strong>de</strong>s<br />

intermedias entre dos formas, son mucho más escasas en número <strong>de</strong><br />

individuos que <strong>la</strong>s formas que en<strong>la</strong>zan. Ahora bien: si po<strong>de</strong>mos dar crédito<br />

a estos hechos e inducciones y llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

que en<strong>la</strong>zan otras dos varieda<strong>de</strong>s han existido gener<strong>al</strong>mente con<br />

menor número <strong>de</strong> individuos que <strong>la</strong>s formas que en<strong>la</strong>zan, entonces po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r por qué <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias no resisten durante<br />

períodos muy <strong>la</strong>rgos; porque, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, son exterminadas<br />

y <strong>de</strong>saparecen más pronto que <strong>la</strong>s formas que primitivamente en<strong>la</strong>zaron.<br />

En efecto todas <strong>la</strong>s formas que existen representadas por un corto número<br />

<strong>de</strong> individuos, corren, según vimos, mayor riesgo <strong>de</strong> ser exterminadas<br />

que <strong>la</strong>s que están representadas por un gran número, y, en este caso<br />

146


particu<strong>la</strong>r, <strong>la</strong> forma intermedia estaría sumamente expuesta a invasiones<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas muy afines que viven a ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> el<strong>la</strong>. Pero es una<br />

consi<strong>de</strong>ración mucho más importante el que, durante el proceso <strong>de</strong> modificación<br />

posterior, por el que se supone que dos varieda<strong>de</strong>s se transforman<br />

y perfeccionan hasta constituir dos especies distintas, <strong>la</strong>s dos que<br />

tienen número mayor <strong>de</strong> individuos por vivir en regiones mayores, llevarán<br />

una gran ventaja sobre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias que tienen un<br />

menor número <strong>de</strong> individuos en una zona menor e intermedia. En un período<br />

dado, <strong>la</strong>s formas con mayor número tendrán más probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> presentar nuevas variaciones favorables para que se apo<strong>de</strong>re <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, que <strong>la</strong>s formas más raras, que tienen menos individuos.<br />

Por consiguiente <strong>la</strong>s formas más comunes ten<strong>de</strong>rán, en <strong>la</strong> lucha por<br />

<strong>la</strong> vida, a vencer y a sup<strong>la</strong>ntar a <strong>la</strong>s formas menos comunes, pues éstas se<br />

modificarán y perfeccionarán más lentamente. Es el mismo principio,<br />

creo yo, que explica el que <strong>la</strong>s especies comunes en cada país, según se<br />

<strong>de</strong>mostró en el capítulo segundo, presenten por término medio un número<br />

mayor <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s bien seña<strong>la</strong>das que <strong>la</strong>s especies más raras.<br />

Puedo ac<strong>la</strong>rar lo que pienso suponiendo que se tienen tres varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

ovejas, una adaptada a una gran región montañosa, otra a una zona re<strong>la</strong>tivamente<br />

estrecha y <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>, y una tercera a <strong>la</strong>s extensas l<strong>la</strong>nuras<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> base, y que los habitantes se están todos esforzando con igu<strong>al</strong> constancia<br />

y habilidad para mejorar por selección sus rebaños. En este caso,<br />

<strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s estarán muy en favor <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s propietarios <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s montañas y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras, que mejoran sus castas más rápidamente<br />

que los pequeños propietarios <strong>de</strong> <strong>la</strong> zona intermedia estrecha y <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>,<br />

y, por consiguiente, <strong>la</strong> casta mejorada <strong>de</strong> <strong>la</strong> montaña o <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> l<strong>la</strong>nura<br />

ocupará pronto el lugar <strong>de</strong> <strong>la</strong> casta menos mejorada <strong>de</strong> <strong>la</strong> f<strong>al</strong>da <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> montaña, y así <strong>la</strong>s dos castas que primitivamente existieron, representadas<br />

por gran número <strong>de</strong> individuos, llegarán a ponerse completamente<br />

en contacto, sin <strong>la</strong> interposición <strong>de</strong> <strong>la</strong> variedad intermedia <strong>de</strong> <strong>la</strong> f<strong>al</strong>da,<br />

que habrá sido sup<strong>la</strong>ntada.<br />

Resumiendo, creo que <strong>la</strong>s especies llegan a ser entida<strong>de</strong>s bastante bien<br />

<strong>de</strong>finidas, y no se presentan en ningún período como un inextricable caos<br />

<strong>de</strong> es<strong>la</strong>bones variantes e intermedios:<br />

Primero. Porque <strong>la</strong>s nuevas varieda<strong>de</strong>s se forman muy lentamente,<br />

pues <strong>la</strong> variación es un proceso lento, y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> hacer<br />

nada hasta que se presenten diferencias y variaciones individu<strong>al</strong>es favorables,<br />

y hasta que un puesto en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> un país pue<strong>de</strong> estar<br />

mejor ocupado por <strong>al</strong>guna modificación <strong>de</strong> <strong>al</strong>guno o <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> sus habitantes;<br />

y estos nuevos puestos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rán <strong>de</strong> cambios lentos <strong>de</strong> clima<br />

147


o <strong>de</strong> <strong>la</strong> inmigración acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> nuevos habitantes, y, probablemente en<br />

grado aún mucho mayor, <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los antiguos se modifiquen<br />

lentamente, obrando y reaccionando mutuamente <strong>la</strong>s nuevas formas producidas<br />

<strong>de</strong> este modo y <strong>la</strong>s antiguas. Así, pues, en toda región y en todo<br />

tiempo, hemos <strong>de</strong> ver muy pocas especies que presenten ligeras modificaciones<br />

<strong>de</strong> estructura, hasta cierto punto permanentes, y esto es seguramente<br />

lo que vemos.<br />

Segundo. En muchos casos, territorios actu<strong>al</strong>mente continuos <strong>de</strong>ben<br />

haber existido, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período mo<strong>de</strong>rno, como partes ais<strong>la</strong>das, en <strong>la</strong>s<br />

cu<strong>al</strong>es muchas formas, sobre todo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses que se unen para cada<br />

cría y vagan mucho <strong>de</strong> un lugar a otro, pue<strong>de</strong>n haberse vuelto separadamente<br />

lo bastante distintas para ser consi<strong>de</strong>radas como especies representativas.<br />

En este caso tienen que haber existido anteriormente, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> cada parte ais<strong>la</strong>da <strong>de</strong> tierra, varieda<strong>de</strong>s intermedias entre <strong>la</strong>s diferentes<br />

especies representativas y su tronco común; pero estos es<strong>la</strong>bones, durante<br />

el proceso <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>, habrán sido sup<strong>la</strong>ntados y exterminados<br />

<strong>de</strong> modo que ya no se encontrarán en estado viviente.<br />

Tercero. Cuando se han formado dos o más varieda<strong>de</strong>s en regiones diferentes<br />

<strong>de</strong> un territorio rigurosamente continuo, es probable que se hayan<br />

formado <strong>al</strong> principio varieda<strong>de</strong>s intermedias en <strong>la</strong>s zonas intermedias;<br />

pero gener<strong>al</strong>mente habrán sido <strong>de</strong> corta duración, pues estas varieda<strong>de</strong>s<br />

intermedias, por razones ya expuestas -o sea por lo que sabemos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies representativas o muy afines, e<br />

igu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s reconocidas-, existirán en <strong>la</strong>s zonas intermedias<br />

con menor número <strong>de</strong> individuos que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que tien<strong>de</strong>n<br />

a en<strong>la</strong>zar. Por esta causa, sólo <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias están expuestas<br />

a exterminio acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y, durante el proceso <strong>de</strong> modificación ulterior<br />

mediante selección natur<strong>al</strong>, serán casi con seguridad vencidas y sup<strong>la</strong>ntadas<br />

por <strong>la</strong>s formas que en<strong>la</strong>zan, pues éstas, por estar representadas por<br />

mayor número <strong>de</strong> individuos, presentarán en conjunto más varieda<strong>de</strong>s,<br />

y así mejorarán aún más por selección natur<strong>al</strong> y conseguirán nuevas<br />

ventajas.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, consi<strong>de</strong>rando, no un tiempo <strong>de</strong>terminado, sino todo el<br />

tiempo, si mi teoría es cierta, tienen que haber existido innumerables varieda<strong>de</strong>s<br />

intermedias que en<strong>la</strong>cen estrechamente todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l<br />

mismo grupo; pero el mismo proceso <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong> tien<strong>de</strong> constantemente,<br />

como tantas veces se ha hecho observar, <strong>al</strong> exterminio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

formas madres y <strong>de</strong> los es<strong>la</strong>bones intermedios. En consecuencia, sólo<br />

pue<strong>de</strong>n encontrarse pruebas <strong>de</strong> su pasada existencia en los restos fósiles,<br />

los cu<strong>al</strong>es, como intentaremos <strong>de</strong>mostrar en uno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s capítulos<br />

148


siguientes, están conservados en registros sumamente imperfectos e<br />

interrumpidos.<br />

Del origen y transiciones <strong>de</strong> los seres orgánicos que tienen costumbres<br />

y conformación peculiares<br />

Los adversarios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as que sostengo han preguntado cómo pudo,<br />

por ejemplo, un anim<strong>al</strong> carnívoro terrestre convertirse en un anim<strong>al</strong> con<br />

costumbres acuáticas; porque ¿cómo pudo subsistir el anim<strong>al</strong> <strong>de</strong> su estado<br />

transitorio? Fácil sería <strong>de</strong>mostrar que existen actu<strong>al</strong>mente anim<strong>al</strong>es<br />

carnívoros que presentan todos los grados intermedios entre <strong>la</strong>s costumbres<br />

rigurosamente terrestres y <strong>la</strong>s acuáticas, y si todos estos anim<strong>al</strong>es<br />

existen en medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, es evi<strong>de</strong>nte que cada uno tiene<br />

que estar bien adaptado a su lugar en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. Consi<strong>de</strong>remos <strong>la</strong><br />

Muste<strong>la</strong> vison <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte, que tiene los pies con membranas<br />

interdigit<strong>al</strong>es, y que se asemeja a <strong>la</strong> nutria por su pelo, por sus patas cortas<br />

y por <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong>. Durante el verano, el anim<strong>al</strong> se zambulle<br />

para apresar pescado, pero durante el <strong>la</strong>rgo invierno abandona <strong>la</strong>s aguas<br />

he<strong>la</strong>das y, como los otros mustélidos, <strong>de</strong>vora ratones y anim<strong>al</strong>es terrestres.<br />

Si se hubiese tomado un caso diferente y se hubiese preguntado cómo<br />

un cuadrúpedo insectívoro pudo probablemente convertirse en murcié<strong>la</strong>go<br />

que vue<strong>la</strong>, <strong>la</strong> pregunta hubiera sido mucho más difícil <strong>de</strong> contestar.<br />

Sin embargo, creo que t<strong>al</strong>es dificulta<strong>de</strong>s son <strong>de</strong> poco peso.<br />

En esta ocasión, como en otras, me encuentro en una situación muy<br />

<strong>de</strong>sventajosa; pues <strong>de</strong> los muchos casos notables que he reunido, sólo<br />

puedo dar un ejemplo o dos <strong>de</strong> costumbres y conformaciones <strong>de</strong> transición<br />

en especies afines y <strong>de</strong> costumbres diversas, constantes o acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es<br />

en <strong>la</strong> misma especie. Y me parece que sólo una <strong>la</strong>rga lista <strong>de</strong> estos casos<br />

pue<strong>de</strong> ser suficiente para aminorar <strong>la</strong> dificultad en un caso dado como<br />

el <strong>de</strong>l murcié<strong>la</strong>go.<br />

Consi<strong>de</strong>remos <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ardil<strong>la</strong>s; en el<strong>la</strong> tenernos <strong>la</strong> más <strong>de</strong>licada<br />

gradación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es con <strong>la</strong> co<strong>la</strong> sólo un poco ap<strong>la</strong>stada, y, según<br />

ha seña<strong>la</strong>do Sir J. Richardson, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es con <strong>la</strong> parte posterior <strong>de</strong>l<br />

cuerpo un poco ancha y con <strong>la</strong> piel <strong>de</strong> los <strong>la</strong>dos <strong>al</strong>go holgada, hasta <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>madas ardil<strong>la</strong>s vo<strong>la</strong>doras; y <strong>la</strong>s ardil<strong>la</strong>s vo<strong>la</strong>doras tienen sus miembros,<br />

y aun <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, unidos por una ancha expansión <strong>de</strong> piel<br />

que sirve como <strong>de</strong> paracaídas y les permite <strong>de</strong>slizarse en el aire, hasta<br />

una asombrosa distancia, entre un árbol y otro. Es indudable que cada<br />

conformación es <strong>de</strong> utilidad para cada c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> ardil<strong>la</strong> en su propio país,<br />

permitiéndole escapar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y mamíferos <strong>de</strong> presa y procurarse<br />

149


más rápidamente <strong>la</strong> comida, disminuyendo el peligro <strong>de</strong> caídas acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es,<br />

como fundadamente po<strong>de</strong>mos creer. Pero <strong>de</strong> este hecho no se sigue<br />

que <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> cada ardil<strong>la</strong> sea <strong>la</strong> mejor concebible para todas <strong>la</strong>s<br />

condiciones posibles. Supongamos que cambien el clima y <strong>la</strong> vegetación;<br />

supongamos que emigren otros roedores riv<strong>al</strong>es o nuevos anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

presa, o que los antiguos se modifiquen, y <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía nos llevaría a creer<br />

que <strong>al</strong>gunas por lo menos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ardil<strong>la</strong>s disminuirían en número <strong>de</strong> individuos<br />

o se extinguirían, a menos que se modificasen y perfeccionasen<br />

su conformación <strong>de</strong>l modo correspondiente. No se ve, por consiguiente,<br />

dificultad -sobre todo si cambian <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida- en <strong>la</strong> continua<br />

conservación <strong>de</strong> individuos con membranas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es cada vez más amplias,<br />

siendo útil y propagándose cada modificación hasta que, por <strong>la</strong><br />

acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> este proceso <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>, se<br />

produjo una ardil<strong>la</strong> vo<strong>la</strong>dora perfecta.<br />

Consi<strong>de</strong>remos ahora el G<strong>al</strong>eopithecus, el l<strong>la</strong>mado lémur vo<strong>la</strong>dor, que<br />

antes se c<strong>la</strong>sificaba entre los murcié<strong>la</strong>gos, aunque hoy se cree que pertenece<br />

a los insectívoros. Una membrana <strong>la</strong>ter<strong>al</strong> sumamente ancha se extien<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ángulos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> hasta <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, y compren<strong>de</strong> los<br />

miembros con sus <strong>la</strong>rgos <strong>de</strong>dos. Esta membrana <strong>la</strong>ter<strong>al</strong> posee un músculo<br />

extensor. Aun cuando no existan anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> conformación a<strong>de</strong>cuada<br />

para <strong>de</strong>slizarse por el aire, que unan en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad el G<strong>al</strong>eopilhecus<br />

con los insectívoros, sin embargo, no hay dificultad en suponer que estas<br />

formas <strong>de</strong> unión han existido en otro tiempo y que cada una se <strong>de</strong>sarrolló<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que en <strong>la</strong>s ardil<strong>la</strong>s, que se <strong>de</strong>slizan en el aire con menos<br />

perfección, pues cada grado fue útil <strong>al</strong> anim<strong>al</strong> que lo poseía. Tampoco<br />

sé ver dificultad insuperable en creer a<strong>de</strong>más que los <strong>de</strong>dos y el antebrazo<br />

<strong>de</strong>l G<strong>al</strong>eopithecus, unidos por membrana, pudiesen haberse a<strong>la</strong>rgado<br />

mucho por selección natur<strong>al</strong>, y esto -por lo que a los órganos <strong>de</strong>l<br />

vuelo se refiere- hubiera convertido este anim<strong>al</strong> en un murcié<strong>la</strong>go. En<br />

ciertos murcié<strong>la</strong>gos en que <strong>la</strong> membrana <strong>de</strong>l a<strong>la</strong> se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> parte<br />

<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> <strong>la</strong> esp<strong>al</strong>da hasta <strong>la</strong> co<strong>la</strong> y compren<strong>de</strong> los miembros posteriores,<br />

encontramos, quizás, vestigios <strong>de</strong> un aparato primitivamente dispuesto<br />

para <strong>de</strong>slizarse por aire, más bien que para el vuelo.<br />

Si se hubiesen extinguido una docena <strong>de</strong> géneros <strong>de</strong> aves, ¿quién se<br />

hubiera atrevido a imaginar que podían haber existido aves que usaban<br />

<strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s únicamente a modo <strong>de</strong> p<strong>al</strong>etas, como el logger-hea<strong>de</strong>d duck<br />

(Micropterus <strong>de</strong> Eyton), o <strong>de</strong> <strong>al</strong>etas en el agua y <strong>de</strong> patas anteriores en<br />

tierra, como el pájaro bobo, o <strong>de</strong> ve<strong>la</strong>s, como el avestruz, o prácticamente<br />

para ningún objeto, como el Apteryx. Sin embargo, <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong><br />

cada una <strong>de</strong> estas aves es buena para el ave respectiva, en <strong>la</strong>s<br />

150


condiciones <strong>de</strong> vida a que se encuentra sujeta, pues todas tienen que luchar<br />

para vivir; pero esta conformación no es necesariamente <strong>la</strong> mejor<br />

posible en todas <strong>la</strong>s condiciones posibles. De estas observaciones no hay<br />

que <strong>de</strong>ducir que <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> conformación <strong>de</strong> a<strong>la</strong>s a que se<br />

ha hecho referencia -los cu<strong>al</strong>es pue<strong>de</strong>n, quizás, ser todos resultados <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>suso- indique <strong>la</strong>s etapas por <strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s aves adquirieron positivamente<br />

su perfecta facultad <strong>de</strong> vuelo; pero sirven para mostrar cuán diversos<br />

modos <strong>de</strong> transición son, por lo menos, posibles.<br />

Viendo que <strong>al</strong>gunos miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> respiración acuática,<br />

como los crustáceos y moluscos, están adaptados a vivir en tierra, y viendo<br />

que tenemos aves y mamíferos vo<strong>la</strong>dores, insectos vo<strong>la</strong>dores <strong>de</strong> los tipos<br />

más diversos, y que en otro tiempo hubo reptiles que vo<strong>la</strong>ban, se<br />

concibe que los peces vo<strong>la</strong>dores que actu<strong>al</strong>mente se <strong>de</strong>slizan por el aire,<br />

elevándose un poco y girando con ayuda <strong>de</strong> sus trému<strong>la</strong>s <strong>al</strong>etas, pudieron<br />

haberse modificado hasta llegar a ser anim<strong>al</strong>es perfectamente a<strong>la</strong>dos.<br />

Si esto hubiese ocurrido ¿quién hubiera siquiera imaginado que en un<br />

primer estado <strong>de</strong> transición habían sido habitantes <strong>de</strong>l océano y habían<br />

usado sus incipientes órganos <strong>de</strong> vuelo exclusivamente -por lo que sabemos-<br />

para escapar <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vorados por los peces?<br />

Cuando vemos una estructura sumamente perfeccionada para una<br />

costumbre particu<strong>la</strong>r, como <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un ave para el vuelo, hemos <strong>de</strong> tener<br />

presente que raras veces habrán sobrevivido hasta hoy día anim<strong>al</strong>es<br />

que muestren los primeros grados <strong>de</strong> transición, pues habrán sido sup<strong>la</strong>ntados<br />

por sus sucesores, que gradu<strong>al</strong>mente se fueron volviendo más<br />

perfectos mediante <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Es más, po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión<br />

<strong>de</strong> que los estados <strong>de</strong> transición entre conformaciones a<strong>de</strong>cuadas a<br />

modos muy diferentes <strong>de</strong> vida raras veces se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en gran<br />

abundancia ni presentado muchas formas subordinadas, en un período<br />

primitivo. Así, pues, volviendo a nuestro ejemplo imaginario <strong>de</strong>l pez vo<strong>la</strong>dor,<br />

no parece probable que se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do peces capaces <strong>de</strong><br />

verda<strong>de</strong>ro vuelo, con muchas formas subordinadas para capturar <strong>de</strong> muchos<br />

modos, presas <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses en tierra y en el agua, hasta que sus<br />

órganos <strong>de</strong> vuelo hubiesen llegado a un grado <strong>de</strong> perfección lo bastante<br />

elevado para darles, en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, una ventaja <strong>de</strong>cisiva sobre<br />

otros anim<strong>al</strong>es. De aquí que <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir en estado fósil<br />

especies que presenten transiciones <strong>de</strong> estructura serán siempre menores,<br />

por haber existido estas especies en menor número que en el caso<br />

<strong>de</strong> especies con estructuras completamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das.<br />

Daré ahora dos o tres ejemplos, tanto <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> costumbres como<br />

<strong>de</strong> diversidad <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s en individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. En ambos<br />

151


casos sería fácil a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> adaptar <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong>l anim<strong>al</strong> a<br />

sus nuevas costumbres o exclusivamente a una <strong>de</strong> sus diferentes costumbres.<br />

Es, sin embargo, difícil <strong>de</strong>cidir, y sin importancia para nosotros, si<br />

cambian en gener<strong>al</strong> primero <strong>la</strong>s costumbres y <strong>de</strong>spués <strong>la</strong> estructura, o si<br />

ligeras modificaciones <strong>de</strong> conformación llevan <strong>al</strong> cambio <strong>de</strong> costumbres;<br />

siendo probable que ambas cosas ocurran casi simultáneamente. En<br />

cuanto a casos <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> costumbres, será suficiente mencionar tan<br />

sólo el <strong>de</strong> los muchos insectos británicos que se <strong>al</strong>imentan actu<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas exóticas o exclusivamente <strong>de</strong> substancias artifici<strong>al</strong>es. De diversidad<br />

<strong>de</strong> costumbres podrían citarse innumerables ejemplos; con frecuencia<br />

he observado en América <strong>de</strong>l Sur a un tiránido (Saurophagus<br />

sulphuratus) cerniéndose sobre un punto y yendo <strong>de</strong>spués a otro, como<br />

lo haría un cerníc<strong>al</strong>o, y en otras ocasiones lo he visto inmóvil a <strong>la</strong> oril<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>l agua, y luego <strong>la</strong>nzarse a ésta tras un pez, como lo haría un martín<br />

pescador. En nuestro propio país se pue<strong>de</strong> observar el carbonero (Parus<br />

major) trepando por <strong>la</strong>s ramas, casi como un gateador; a veces, como un<br />

<strong>al</strong>caudón, mata pájaros pequeños, dándoles golpes en <strong>la</strong> cabeza, y muchas<br />

veces le he oído martil<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s simientes <strong>de</strong>l tejo sobre una rama y<br />

romper<strong>la</strong>s así, como lo haría un trepatroncos. Hearne ha visto en América<br />

<strong>de</strong>l Norte <strong>al</strong> oso negro nadar durante horas con <strong>la</strong> boca muy abierta,<br />

cogiendo así, casi como una b<strong>al</strong>lena, insectos en el agua.<br />

Como <strong>al</strong>gunas veces vemos individuos que siguen costumbres diferentes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s propias <strong>de</strong> su especie y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s restantes especies <strong>de</strong>l mismo<br />

género, podríamos esperar que estos individuos diesen a veces origen a<br />

nuevas especies, <strong>de</strong> costumbres anóma<strong>la</strong>s, y cuya estructura se separaría,<br />

más o menos consi<strong>de</strong>rablemente, <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> su tipo. Y ejemplos <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se<br />

ocurren en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza. ¿Pue<strong>de</strong> darse un ejemplo más notable <strong>de</strong><br />

adaptación a trepar a los árboles y coger insectos en <strong>la</strong>s grietas <strong>de</strong> su corteza<br />

que el <strong>de</strong>l pájaro carpintero? Sin embargo, en América <strong>de</strong>l Norte hay<br />

pájaros carpinteros que se <strong>al</strong>imentan en gran parte <strong>de</strong> frutos, y otros con<br />

<strong>la</strong>rgas a<strong>la</strong>s que cazan insectos <strong>al</strong> vuelo. En <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras <strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta, don<strong>de</strong><br />

apenas crece un árbol, hay un pájaro carpintero (Co<strong>la</strong>ptes campestris)<br />

que tiene dos <strong>de</strong>dos hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte y dos hacia <strong>de</strong>trás, <strong>la</strong> lengua <strong>la</strong>rga y<br />

puntiaguda, <strong>la</strong>s plumas rectrices puntiagudas, lo suficientemente rígidas<br />

para sostener el anim<strong>al</strong> su posición vertic<strong>al</strong> en un poste, aunque no tan<br />

rígidas como en los pájaros carpinteros típicos, y el pico recto y fuerte. <strong>El</strong><br />

pico, sin embargo, no es tan recto o no es tan fuerte como en los pájaros<br />

carpinteros típicos, pero es lo suficientemente fuerte para ta<strong>la</strong>drar <strong>la</strong> ma<strong>de</strong>ra.<br />

Por consiguiente, este Co<strong>la</strong>ptes es un pájaro carpintero en todas <strong>la</strong>s<br />

partes esenci<strong>al</strong>es <strong>de</strong> su conformación. Aun en caracteres tan<br />

152


insignificantes como <strong>la</strong> coloración, el timbre <strong>de</strong>sagradable <strong>de</strong> <strong>la</strong> voz y el<br />

vuelo ondu<strong>la</strong>do, se manifiesta c<strong>la</strong>ramente su parentesco con nuestro pájaro<br />

carpintero común, y, sin embargo -como puedo afirmar, no sólo por<br />

mis propias observaciones, sino también por <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Azara, tan exacto- en<br />

<strong>al</strong>gunos gran<strong>de</strong>s distritos no trepa a los árboles y hace sus nidos en agujeros<br />

en márgenes. En otros distritos, sin embargo, este mismo pájaro carpintero,<br />

según manifiesta míster Hudson, frecuenta los árboles y hace<br />

agujeros en el tronco para anidar. Puedo mencionar, como otro ejemplo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s costumbres diversas <strong>de</strong> este género, que De Saussure ha <strong>de</strong>scrito,<br />

que un Co<strong>la</strong>ptes <strong>de</strong> Méjico hace agujeros en ma<strong>de</strong>ra dura para <strong>de</strong>positar<br />

una provisión <strong>de</strong> bellotas.<br />

Los petreles son <strong>la</strong>s aves más aéreas y oceánicas que existen; pero en<br />

<strong>la</strong>s bahías tranqui<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego <strong>la</strong> Puffinuria berardi, por sus<br />

costumbres gener<strong>al</strong>es, por su asombrosa facultad <strong>de</strong> zambullirse, por su<br />

manera <strong>de</strong> nadar y <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r cuando se <strong>la</strong> obliga a tomar el vuelo, cu<strong>al</strong>quiera<br />

<strong>la</strong> confundiría con un pingüino o un somormujo, y, sin embargo,<br />

esenci<strong>al</strong>mente es un petrel, pero con muchas partes <strong>de</strong> su organismo modificadas<br />

profundamente, en re<strong>la</strong>ción con su nuevo género <strong>de</strong> vida,<br />

mientras que <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong>l pájaro carpintero <strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta se ha modificado<br />

tan sólo ligeramente. En el caso <strong>de</strong>l tordo <strong>de</strong> agua, el más perspicaz<br />

observador, examinando el cuerpo muerto, jamás hubiese sospechado<br />

sus costumbres semiacuáticas, y, sin embargo, esta ave, re<strong>la</strong>cionada<br />

con <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> los tordos, encuentra su <strong>al</strong>imento buceando, para lo<br />

que utiliza sus a<strong>la</strong>s bajo el agua y se agarra a <strong>la</strong>s piedras con <strong>la</strong>s patas.<br />

Todos los miembros <strong>de</strong>l gran or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los insectos himenópteros son terrestres,<br />

excepto el género Proctotrupes, que sir John Lubbock ha <strong>de</strong>scubierto<br />

que es <strong>de</strong> costumbres acuáticas; con frecuencia entra en el agua y<br />

bucea, utilizando, no sus patas, sino sus a<strong>la</strong>s, y permanece hasta cuatro<br />

horas <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l agua; sin embargo, no muestra modificación <strong>al</strong>guna en<br />

su estructura re<strong>la</strong>cionada con sus costumbres anóma<strong>la</strong>s.<br />

<strong>El</strong> que crea que cada ser viviente ha sido creado t<strong>al</strong> como ahora lo vemos,<br />

se tiene que haber visto <strong>al</strong>gunas veces sorprendido <strong>al</strong> encontrarse<br />

con un anim<strong>al</strong> cuyas costumbres y conformación no están <strong>de</strong> acuerdo.<br />

¿Qué pue<strong>de</strong> haber más evi<strong>de</strong>nte que el que los pies con membranas interdigit<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> los patos y gansos están hechos para nadar y, sin embargo,<br />

existen los gansos <strong>de</strong> tierra, que tienen membranas interdigit<strong>al</strong>es,<br />

aunque rara vez se acercan <strong>al</strong> agua, y nadie, excepto Andubon, ha visto<br />

<strong>al</strong> rabihorcado, que tiene sus cuatro <strong>de</strong>dos unidos por membranas, posarse<br />

en <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l mar. Por el contrario, los somormujos y <strong>la</strong>s fochas<br />

son eminentemente acuáticos, aun cuando sus <strong>de</strong>dos están tan sólo<br />

153


or<strong>la</strong>dos por membranas. ¿Qué cosa parece más evi<strong>de</strong>nte que el que los<br />

<strong>de</strong>dos <strong>la</strong>rgos, <strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong> membranas, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s zancudas, están hechos<br />

para andar por <strong>la</strong>s charcas y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas flotantes? La pol<strong>la</strong> <strong>de</strong> agua y el<br />

rey <strong>de</strong> codornices son miembros <strong>de</strong>l mismo or<strong>de</strong>n: <strong>la</strong> primera es casi tan<br />

acuática como <strong>la</strong> focha y el segundo, casi tan terrestre como <strong>la</strong> codorniz y<br />

<strong>la</strong> perdiz. En estos casos, y en otros muchos que podrían citarse, <strong>la</strong>s costumbres<br />

han cambiado, sin el correspondiente cambio <strong>de</strong> estructura.<br />

Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong>s patas con membranas interdigit<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l ganso <strong>de</strong><br />

tierra se han vuelto casi rudimentarias en función, pero no en estructura.<br />

En el rabihorcado, <strong>la</strong> membrana profundamente escotada entre los <strong>de</strong>dos<br />

muestra que <strong>la</strong> conformación ha empezado a modificarse.<br />

<strong>El</strong> que crea en actos separados e innumerables <strong>de</strong> creación, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />

que en estos casos le ha p<strong>la</strong>cido <strong>al</strong> Creador hacer que un ser <strong>de</strong> un tipo<br />

ocupe el lugar <strong>de</strong> otro que pertenece a otro tipo; pero esto me parece<br />

tan sólo enunciar <strong>de</strong> nuevo el hecho con expresión más digna. Quien<br />

crea en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia y el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, sabrá<br />

que todo ser orgánico se está esforzando continuamente por aumentar<br />

en número <strong>de</strong> individuos, y que si un ser cu<strong>al</strong>quiera varía, aunque<br />

sea muy poco, en costumbres o conformación, y obtiene <strong>de</strong> este modo<br />

ventaja sobre otros que habitan en el mismo país, se apropiará el puesto<br />

<strong>de</strong> estos habitantes, por diferente que éste pueda ser <strong>de</strong> su propio puesto.<br />

Por consiguiente no le causará sorpresa que existan gansos y rabihorcados<br />

con patas con membranas interdigit<strong>al</strong>es, que vivan en tierra seca o<br />

que rara vez se posen en el agua; que haya guiones <strong>de</strong> codornices con <strong>de</strong>dos<br />

<strong>la</strong>rgos que vivan en los prados, en lugar <strong>de</strong> vivir en <strong>la</strong>gunas; que haya<br />

pájaros carpinteros don<strong>de</strong> apenas existe un árbol; que haya tordos e<br />

himenópteros que buceen y petreles con costumbres <strong>de</strong> pingüinos.<br />

Órganos <strong>de</strong> perfección y complicación extremas<br />

Parece absurdo <strong>de</strong> todo punto -lo confieso espontáneamente- suponer<br />

que el ojo, con todas sus inimitables disposiciones para acomodar el foco<br />

a diferentes distancias, para admitir cantidad variable <strong>de</strong> luz y para <strong>la</strong><br />

corrección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aberraciones esférica y cromática, pudo haberse formado<br />

por selección natur<strong>al</strong>. Cuando se dijo por vez primera que el Sol estaba<br />

quieto y <strong>la</strong> tierra giraba a su <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor, el sentido común <strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad<br />

<strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró f<strong>al</strong>sa esta doctrina; pero el antiguo adagio <strong>de</strong> vox populi,<br />

vox Dei, como sabe todo filósofo, no pue<strong>de</strong> admitirse en <strong>la</strong> ciencia. La razón<br />

me dice que si se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar que existen muchas gradaciones,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un ojo sencillo e imperfecto a un ojo complejo y perfecto, siendo<br />

cada grado útil <strong>al</strong> anim<strong>al</strong> que lo posea, como ocurre ciertamente; si<br />

154


a<strong>de</strong>más el ojo <strong>al</strong>guna vez varía y <strong>la</strong>s variaciones son heredadas, como<br />

ocurre también ciertamente; y si estas variaciones son útiles a un anim<strong>al</strong><br />

en condiciones variables <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, entonces <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> creer que<br />

un ojo perfecto y complejo pudo formarse por selección natur<strong>al</strong>, aun<br />

cuando insuperable para nuestra imaginación, no tendría que consi<strong>de</strong>rarse<br />

como <strong>de</strong>structora <strong>de</strong> nuestra teoría. <strong>El</strong> saber cómo un nervio ha llegado<br />

a ser sensible a <strong>la</strong> luz, apenas nos concierne más que saber cómo se<br />

ha originado <strong>la</strong> vida misma, pero puedo seña<strong>la</strong>r que, como quiera que <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> los organismos inferiores, en los cu<strong>al</strong>es no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>scubrirse<br />

nervios, son capaces <strong>de</strong> percibir <strong>la</strong> luz, no es imposible que ciertos elementos<br />

sensitivos <strong>de</strong> su sarcoda llegasen a reunirse y <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse hasta<br />

constituir nervios dotados <strong>de</strong> esta especi<strong>al</strong> sensibilidad.<br />

Al buscar <strong>la</strong>s gradaciones mediante <strong>la</strong>s que se ha perfeccionado un órgano<br />

cu<strong>al</strong>quiera, <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar exclusivamente sus antepasados en<br />

línea directa; pero esto casi nunca es posible, y nos vemos obligados a tener<br />

en cuenta otras especies y géneros <strong>de</strong>l mismo grupo, esto es, los <strong>de</strong>scendientes<br />

co<strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma forma madre, para ver qué gradaciones<br />

son posibles y por si acaso <strong>al</strong>gunas gradaciones se han transmitido<br />

in<strong>al</strong>teradas o con poca <strong>al</strong>teración. Y el estado <strong>de</strong>l mismo órgano en distintas<br />

c<strong>la</strong>ses pue<strong>de</strong>, a veces, arrojar luz sobre <strong>la</strong>s etapas por que se ha ido<br />

perfeccionando.<br />

<strong>El</strong> órgano más sencillo, <strong>al</strong> que se pue<strong>de</strong> dar el nombre <strong>de</strong> ojo, consiste<br />

en un nervio óptico ro<strong>de</strong>ado por célu<strong>la</strong>s pigmentarias y cubierto por piel<br />

translúcida, pero sin crist<strong>al</strong>ino ni otro cuerpo refrigente. Po<strong>de</strong>mos, sin<br />

embargo, según monsieur Jourdain, <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r todavía un grado más y<br />

encontrar agregados <strong>de</strong> célu<strong>la</strong>s pigmentarias, que parecen servir como<br />

órganos <strong>de</strong> vista sin nervios, y que <strong>de</strong>scansen simplemente sobre tejido<br />

sarcódico. Ojos <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza tan sencil<strong>la</strong> como los que se acaban <strong>de</strong> indicar,<br />

son incapaces <strong>de</strong> visión distinta, y sirven tan sólo para distinguir <strong>la</strong><br />

luz <strong>de</strong> <strong>la</strong> obscuridad. En ciertas estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar, pequeñas <strong>de</strong>presiones<br />

en <strong>la</strong> capa <strong>de</strong> pigmento que ro<strong>de</strong>a el nervio están llenas, según <strong>de</strong>scribe<br />

el autor citado, <strong>de</strong> una substancia ge<strong>la</strong>tinosa transparente, que sobres<strong>al</strong>e,<br />

formando una superficie convexa, como <strong>la</strong> córnea <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es superiores.<br />

Sugiere monsieur Jourdain que esto sirve, no para formar una imagen,<br />

sino sólo para concentrar los rayos luminosos y hacer su percepción<br />

más fácil. Con esta concentración <strong>de</strong> rayos conseguimos dar el primer<br />

paso, <strong>de</strong> mucho el más importante, hacia <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> un ojo verda<strong>de</strong>ro,<br />

formador <strong>de</strong> imágenes, pues no tenemos mas que colocar a <strong>la</strong> distancia<br />

<strong>de</strong>bida <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong> concentración <strong>la</strong> extremidad <strong>de</strong>snuda <strong>de</strong>l<br />

nervio óptico, que en unos anim<strong>al</strong>es inferiores se encuentra<br />

155


profundamente escondida en el cuerpo y en otros cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie,<br />

y se formará sobre aquél<strong>la</strong> una imagen.<br />

En <strong>la</strong> extensa c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los articu<strong>la</strong>dos encontramos como punto <strong>de</strong> partida<br />

un nervio óptico simplemente cubierto <strong>de</strong> pigmento, formando a veces<br />

este último una especie <strong>de</strong> pupi<strong>la</strong>, pero <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> crist<strong>al</strong>ino o <strong>de</strong><br />

otra parte óptica. Se sabe actu<strong>al</strong>mente que, en los insectos, <strong>la</strong>s numerosas<br />

facetas <strong>de</strong> <strong>la</strong> córnea <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s ojos compuestos forman verda<strong>de</strong>ros<br />

crist<strong>al</strong>inos, y que los conos encierran fi<strong>la</strong>mentos nerviosos, curiosamente<br />

modificados. Pero estos órganos en los articu<strong>la</strong>dos están tan diversificados,<br />

que Müller, tiempo ha, los dividió en tres c<strong>la</strong>ses princip<strong>al</strong>es, con siete<br />

subdivisiones, aparte <strong>de</strong> una cuarta c<strong>la</strong>se princip<strong>al</strong> <strong>de</strong> ojos sencillos<br />

agregados.<br />

Cuando reflexionamos sobre estos hechos, expuestos aquí <strong>de</strong>masiado<br />

brevemente, re<strong>la</strong>tivos a <strong>la</strong> extensión, diversidad y gradación <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura<br />

<strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es inferiores, y cuando tenemos presente lo<br />

pequeño que <strong>de</strong>be ser el número <strong>de</strong> formas vivientes en comparación<br />

con <strong>la</strong>s que se han extinguido, entonces <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser muy gran<strong>de</strong> <strong>la</strong> dificultad<br />

<strong>de</strong> creer que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> haber convertido un sencillo<br />

aparato, formado por un nervio vestido <strong>de</strong> pigmento y cubierto <strong>al</strong> exterior<br />

por una membrana transparente, en un instrumento óptico tan<br />

perfecto como el que poseen todos los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los<br />

articu<strong>la</strong>dos.<br />

Quien llegue hasta este punto, no <strong>de</strong>berá dudar en dar otro paso más<br />

si, <strong>al</strong> terminar este volumen, encuentra que por <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación<br />

por selección natur<strong>al</strong> se pue<strong>de</strong>n explicar gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> hechos<br />

inexplicables <strong>de</strong> otro modo; <strong>de</strong>berá admitir que una estructura, aunque<br />

sea tan perfecta como el ojo <strong>de</strong> un águi<strong>la</strong>, pudo formarse <strong>de</strong> este modo,<br />

aun cuando en este caso no conozca los estados <strong>de</strong> transición.<br />

Se ha hecho <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que para que se modificase el ojo y para<br />

que, a pesar <strong>de</strong> ello, se conservase como un instrumento perfecto, tendrían<br />

que efectuarse simultáneamente muchos cambios, lo cu<strong>al</strong> se supone<br />

que no pudo hacerse por selección natur<strong>al</strong>; pero, como he procurado<br />

mostrar en mi obra sobre <strong>la</strong> variación <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos, no es<br />

necesario suponer que todas <strong>la</strong>s modificaciones fueron simultáneas, si<br />

fueron muy lentas y gradu<strong>al</strong>es. C<strong>la</strong>ses diferentes <strong>de</strong> modificación servirían,<br />

pues, para el mismo fin gener<strong>al</strong>. Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce ha hecho observar<br />

que si una lente tiene el foco <strong>de</strong>masiado corto o <strong>de</strong>masiado <strong>la</strong>rgo, pue<strong>de</strong><br />

ser corregida mediante una variación <strong>de</strong> curvatura o mediante una variación<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>nsidad; si <strong>la</strong> curvatura es irregu<strong>la</strong>r y los rayos no convergen en<br />

156


un punto, entonces todo aumento <strong>de</strong> regu<strong>la</strong>ridad en <strong>la</strong> curvatura será un<br />

perfeccionamiento. Así, ni <strong>la</strong> contracción <strong>de</strong>l iris ni los movimientos<br />

muscu<strong>la</strong>res <strong>de</strong>l ojo son esenci<strong>al</strong>es para <strong>la</strong> visión, sino sólo perfeccionamientos<br />

que pudieron haber sido añadidos y completados en cu<strong>al</strong>quier estado<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong>l instrumento. En <strong>la</strong> división más elevada <strong>de</strong>l<br />

reino anim<strong>al</strong>, los vertebrados, encontramos como punto <strong>de</strong> partida un<br />

ojo tan sencillo, que consiste, como en el anfioxo, en un saquito <strong>de</strong> membrana<br />

transparente, provisto <strong>de</strong> un nervio y revestido <strong>de</strong> pigmento, pero<br />

<strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otro aparato. En los peces y reptiles, como<br />

Owen ha hecho observar, «<strong>la</strong> serie <strong>de</strong> gradaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estructuras<br />

dióptricas es muy gran<strong>de</strong>». Es un hecho significativo que aun en el hombre,<br />

según <strong>la</strong> gran autoridad <strong>de</strong> Virchow, <strong>la</strong> hermosa lente que constituye<br />

el crist<strong>al</strong>ino está formada en el embrión por un cúmulo <strong>de</strong> célu<strong>la</strong>s epidérmicas<br />

situadas en una <strong>de</strong>presión <strong>de</strong> <strong>la</strong> piel en forma <strong>de</strong> saco, y el humor<br />

vítreo está formado por tejido embrionario subcutáneo. Para llegar,<br />

sin embargo, a una conclusión justa acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> formación <strong>de</strong>l ojo, con<br />

todos sus caracteres maravillosos, aunque no absolutamente perfectos, es<br />

indispensable que <strong>la</strong> razón venza a <strong>la</strong> imaginación; pero he sentido <strong>de</strong>masiado<br />

vivamente <strong>la</strong> dificultad para que me sorprenda <strong>de</strong> que otros titubeen<br />

en dar tan enorme extensión <strong>al</strong> principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

Apenas es posible <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> comparar el ojo con un telescopio. Sabemos<br />

que este instrumento se ha perfeccionado por los continuos esfuerzos <strong>de</strong><br />

los hombres <strong>de</strong> mayor t<strong>al</strong>ento, y, natur<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong>ducimos que el ojo se<br />

ha formado por un procedimiento <strong>al</strong>go análogo; pero ¿esta <strong>de</strong>ducción no<br />

será quizá presuntuosa? ¿Tenemos <strong>al</strong>gún <strong>de</strong>recho a suponer que el Creador<br />

trabaja con fuerzas intelectu<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l hombre? Si hemos <strong>de</strong><br />

comparar el ojo con un instrumento óptico, <strong>de</strong>bemos imaginar una capa<br />

gruesa <strong>de</strong> tejido transparente con espacios llenos <strong>de</strong> líquido y con un<br />

nervio sensible a <strong>la</strong> luz, situado <strong>de</strong>bajo, y entonces suponer que todas <strong>la</strong>s<br />

partes <strong>de</strong> esta capa están <strong>de</strong> continuo cambiando lentamente <strong>de</strong> <strong>de</strong>nsidad<br />

hasta separarse en capas <strong>de</strong> diferentes gruesos y <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s, colocadas<br />

a distancias diferentes unas <strong>de</strong> otras, y cuyas superficies cambian<br />

continuamente <strong>de</strong> forma. A<strong>de</strong>más tenemos que suponer que existe una<br />

fuerza representada por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, o supervivencia <strong>de</strong> los más<br />

a<strong>de</strong>cuados, que acecha atenta y constantemente, toda ligera variación en<br />

<strong>la</strong>s capas transparentes y conserva cuidadosamente aquel<strong>la</strong>s que en <strong>la</strong>s<br />

diversas circunstancias tien<strong>de</strong>n a producir, <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo o en <strong>al</strong>gún<br />

grado, una imagen más c<strong>la</strong>ra. Tenemos que suponer que cada nuevo estado<br />

<strong>de</strong>l instrumento se multiplica por un millón, y se conserva hasta<br />

que se produce otro mejor, siendo entonces <strong>de</strong>struídos los antiguos. En<br />

157


los cuerpos vivientes, <strong>la</strong> variación producirá <strong>la</strong>s ligeras modificaciones,<br />

<strong>la</strong> generación <strong>la</strong>s multiplicará casi hasta el infinito y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

entresacará con inf<strong>al</strong>ible <strong>de</strong>streza todo perfeccionamiento. Supongamos<br />

que este proceso continúa durante millones <strong>de</strong> años, y cada año en millones<br />

<strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses, ¿podremos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> creer que pueda<br />

formarse <strong>de</strong> este modo un instrumento óptico viviente tan superior a<br />

uno <strong>de</strong> vidrio como <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong>l Creador lo son a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l hombre?<br />

Modos <strong>de</strong> transición<br />

Si se pudiese <strong>de</strong>mostrar que existió un órgano complejo que no pudo<br />

haber sido formado por modificaciones pequeñas, numerosas y sucesivas,<br />

mi teoría se <strong>de</strong>struiría por completo; pero no puedo encontrar ningún<br />

caso <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se.<br />

Indudablemente existen muchos órganos cuyos grados <strong>de</strong> transición<br />

conocemos, sobre todo si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s especies muy ais<strong>la</strong>das, <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es ha habido mucha <strong>de</strong>strucción, o también si tomamos<br />

un órgano común a todos los miembros <strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se, pues, en este último<br />

caso, el órgano tiene que haberse formado en un período remoto,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l cu<strong>al</strong> se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do todos los numerosos miembros <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se y, para <strong>de</strong>scubrir los primeros grados <strong>de</strong> transición por los que<br />

ha pasado el órgano, tendríamos que buscar formas precursoras antiquísimas,<br />

extinguidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo.<br />

Hemos <strong>de</strong> ser muy pru<strong>de</strong>ntes en llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que un órgano<br />

no pudo haberse formado por transiciones gradu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> ninguna especie.<br />

En los anim<strong>al</strong>es inferiores se podrían citar numerosos casos <strong>de</strong> un<br />

mismo órgano que a un mismo tiempo re<strong>al</strong>iza funciones completamente<br />

distintas; así, en <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lito <strong>de</strong>l diablo y en el pez Cobites, el tubo<br />

digestivo respira, digiere y excreta. En <strong>la</strong> Hydra pue<strong>de</strong> el anim<strong>al</strong> ser<br />

vuelto <strong>de</strong>l revés, y entonces <strong>la</strong> superficie exterior digerirá y el estómago<br />

respirará. En estos casos, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pudo especi<strong>al</strong>izar para una<br />

so<strong>la</strong> función, si <strong>de</strong> este modo se obtenía <strong>al</strong>guna ventaja, <strong>la</strong> tot<strong>al</strong>idad o<br />

parte <strong>de</strong> un órgano que anteriormente hab<strong>la</strong> re<strong>al</strong>izado dos funciones, y<br />

entonces, por grados insensibles, pudo cambiar gran<strong>de</strong>mente su natur<strong>al</strong>eza.<br />

Se conocen muchas p<strong>la</strong>ntas que producen <strong>al</strong> mismo tiempo flores<br />

diferentemente constituidas, y si estas p<strong>la</strong>ntas tuviesen que producir flores<br />

<strong>de</strong> una so<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se, se efectuaría un gran cambio, re<strong>la</strong>tivamente brusco,<br />

en los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. Es, sin embargo, probable que <strong>la</strong>s dos c<strong>la</strong>ses<br />

<strong>de</strong> flores producidas por <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta se fueron diferenciando<br />

158


primitivamente por transiciones muy gradu<strong>al</strong>es, que todavía pue<strong>de</strong>n seguirse<br />

en <strong>al</strong>gunos casos.<br />

A<strong>de</strong>más, dos órganos distintos, o el mismo órgano con dos formas diferentes,<br />

pue<strong>de</strong>n re<strong>al</strong>izar simultáneamente en el mismo individuo <strong>la</strong> misma<br />

función, y éste es un modo <strong>de</strong> transición importantísimo. Pongamos<br />

un ejemplo: hay peces que mediante ag<strong>al</strong><strong>la</strong>s o branquias respiran el aire<br />

disuelto en el agua, <strong>al</strong> mismo tiempo que respiran el aire libre en su vejiga<br />

natatoria, por estar dividido este órgano por tabiques sumamente vascu<strong>la</strong>rizados<br />

y tener un conducto neumático para <strong>la</strong> entrada <strong>de</strong>l aire. Pongamos<br />

otro ejemplo tomado <strong>de</strong>l reino veget<strong>al</strong>: <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepan <strong>de</strong> tres<br />

modos diferentes, enroscándose en espir<strong>al</strong>, cogiéndose a un soporte con<br />

los zarcillos sensitivos y mediante <strong>la</strong> emisión <strong>de</strong> raicitas aéreas. Estos tres<br />

modos se encuentran <strong>de</strong> ordinario en grupos distintos; pero <strong>al</strong>gunas especies<br />

presentan dos <strong>de</strong> estos modos, y aun los tres, combinados en el<br />

mismo individuo. En todos estos casos, uno <strong>de</strong> los dos pudo modificarse<br />

y perfeccionarse rápidamente hasta re<strong>al</strong>izar toda <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor, siendo ayudado<br />

por el otro órgano, durante el proceso <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación, y entonces<br />

este otro órgano pudo modificarse para otro fin completamente distinto<br />

o atrofiarse por completo.<br />

<strong>El</strong> ejemplo <strong>de</strong> <strong>la</strong> vejiga natatoria <strong>de</strong> los peces es bueno, porque nos<br />

muestra c<strong>la</strong>ramente el hecho importantísimo <strong>de</strong> que un órgano construido<br />

primitivamente para un fin (<strong>la</strong> flotación) pue<strong>de</strong> convertirse en un órgano<br />

para un fin completamente diferente (<strong>la</strong> respiración). La vejiga natatoria,<br />

a<strong>de</strong>más, se ha transformado como un accesorio <strong>de</strong> los órganos<br />

auditivos <strong>de</strong> ciertos peces. Todos los fisiólogos admiten que <strong>la</strong> vejiga natatoria<br />

es homóloga, o «i<strong>de</strong><strong>al</strong>mente semejante» en posición y estructura,<br />

<strong>de</strong> los pulmones <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es vertebrados superiores; por consiguiente,<br />

no hay razón para dudar que <strong>la</strong> vejiga natatoria se ha convertido positivamente<br />

en pulmones, o sea, en un órgano utilizado exclusivamente<br />

por <strong>la</strong> respiración.<br />

De acuerdo con esta opinión, pue<strong>de</strong> inferirse que todos los anim<strong>al</strong>es<br />

vertebrados con verda<strong>de</strong>ros pulmones <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n por generación ordinaria<br />

<strong>de</strong> un antiguo prototipo <strong>de</strong>sconocido que estaba provisto <strong>de</strong> un<br />

aparato <strong>de</strong> flotación o vejiga natatoria. Así po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, según<br />

<strong>de</strong>duzco <strong>de</strong> <strong>la</strong> interesante <strong>de</strong>scripción que Owen ha dado <strong>de</strong> estos órganos,<br />

el hecho extraño <strong>de</strong> que toda partícu<strong>la</strong> <strong>de</strong> comida o bebida que tragamos<br />

tenga que pasar por encima <strong>de</strong>l orificio <strong>de</strong> <strong>la</strong> tráquea con <strong>al</strong>gún<br />

peligro <strong>de</strong> caer en los pulmones, a pesar <strong>de</strong>l precioso mecanismo mediante<br />

el cu<strong>al</strong> se cierra <strong>la</strong> glotis. En los vertebrados superiores, <strong>la</strong>s branquias<br />

han <strong>de</strong>saparecido por completo; pero en el embrión, <strong>la</strong>s hen<strong>de</strong>duras a<br />

159


los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l cuello y el recorrido, a modo <strong>de</strong> asa, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s arterias, seña<strong>la</strong><br />

todavía su posición primitiva. Pero se concibe que <strong>la</strong>s branquias, en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad<br />

perdidas por completo, pudieron ser gradu<strong>al</strong>mente modificadas<br />

para <strong>al</strong>gún fin distinto por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>; por ejemplo, Landois ha<br />

<strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los insectos provienen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tráqueas, y es,<br />

por consiguiente, muy probable que, en esta extensa c<strong>la</strong>se, órganos que<br />

sirvieron en un tiempo para <strong>la</strong> respiración, se hayan convertido re<strong>al</strong>mente<br />

en órganos <strong>de</strong> vuelo.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s transiciones entre los órganos, es tan importante tener<br />

presente <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> conversión <strong>de</strong> una función en otra, que citará<br />

otro ejemplo. Los cirrípedos peduncu<strong>la</strong>dos tienen dos pequeños pliegues<br />

<strong>de</strong> tegumento, que yo he l<strong>la</strong>mado frenos ovígeros, los cu<strong>al</strong>es, mediante<br />

una secreción pegajosa, sirven para retener los huevos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

manto hasta <strong>la</strong> eclosión. Estos cirrípedos no tienen branquias: toda <strong>la</strong> superficie<br />

<strong>de</strong>l cuerpo y <strong>de</strong>l manto, junto con los pequeños frenos, sirve para<br />

<strong>la</strong> respiración. Los b<strong>al</strong>ánidos o cirrípedos sesiles, por el contrario, no tienen<br />

frenos ovígeros, quedando los huevos sueltos en el fondo <strong>de</strong>l manto,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> bien cerrada concha; pero, en <strong>la</strong> misma posición re<strong>la</strong>tiva que<br />

los frenos, tienen membranas gran<strong>de</strong>s y muy plegadas, que comunican<br />

libremente con <strong>la</strong>s <strong>la</strong>gunas circu<strong>la</strong>torias <strong>de</strong>l manto y cuerpo, y que todos<br />

los natur<strong>al</strong>istas han consi<strong>de</strong>rado que funcionan como branquias. Ahora<br />

bien: creo que nadie discutirá que los frenos ovígeros en una familia son<br />

rigurosamente homólogos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s branquias en <strong>la</strong> otra; re<strong>al</strong>mente existen<br />

todas <strong>la</strong>s gradaciones entre ambos órganos. Por consiguiente, no hay que<br />

dudar que los dos pequeños pliegues <strong>de</strong> tegumento que primitivamente<br />

sirvieron <strong>de</strong> frenos ovígeros, pero que ayudaban también muy débilmente<br />

<strong>al</strong> acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> respiración, se han convertido poco a poco en branquias<br />

por selección natur<strong>al</strong>, simplemente por aumento <strong>de</strong> tamaño y atrofia <strong>de</strong><br />

sus glándu<strong>la</strong>s adhesivas. Si todos los cirrípedos peduncu<strong>la</strong>dos se hubiesen<br />

extinguido -y han experimentado una extinción mucho mayor que<br />

los cirrípedos sesiles- ¿quién hubiera imaginado siquiera que <strong>la</strong>s branquias<br />

<strong>de</strong> esta última familia hubiesen existido primitivamente como órganos<br />

para evitar que los huevos fuesen arrastrados por el agua fuera <strong>de</strong>l<br />

manto?<br />

Existe otro modo posible <strong>de</strong> transición, o sea, por <strong>la</strong> aceleración o retardo<br />

<strong>de</strong>l período <strong>de</strong> reproducción, sobre lo cu<strong>al</strong> han insistido últimamente<br />

el profesor Cope y otros en los Estados Unidos. Se sabe hoy día<br />

que <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es son capaces <strong>de</strong> reproducirse a una edad muy temprana,<br />

antes <strong>de</strong> que hayan adquirido sus caracteres perfectos, y, si esta<br />

facultad llegase a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse por completo en una especie, parece<br />

160


probable que, más pronto o más tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>saparecería el estado adulto, y<br />

en este caso, especi<strong>al</strong>mente si <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva difiere mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma adulta,<br />

los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie cambiarían y se <strong>de</strong>gradarían consi<strong>de</strong>rablemente.<br />

A<strong>de</strong>más, no pocos anim<strong>al</strong>es, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber llegado a <strong>la</strong> edad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> madurez sexu<strong>al</strong>, continúan modificando sus caracteres casi durante<br />

toda su vida. En los mamíferos, por ejemplo, <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l cráneo frecuentemente<br />

se <strong>al</strong>tera mucho con <strong>la</strong> edad, <strong>de</strong> lo que el doctor Murie ha citado<br />

<strong>al</strong>gunos notables ejemplos en <strong>la</strong>s focas; todos sabemos que <strong>la</strong>s cuernas <strong>de</strong><br />

los ciervos se ramifican cada vez más y <strong>la</strong>s plumas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas aves se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n<br />

más hermosamente a medida que estos anim<strong>al</strong>es se vuelven<br />

más viejos. <strong>El</strong> profesor Cope afirma que los dientes <strong>de</strong> ciertos saurios<br />

cambian mucho <strong>de</strong> forma con los años; en los crustáceos, según ha <strong>de</strong>scrito<br />

Fritz Müller, no sólo muchas partes insignificantes, sino también <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> importancia, toman caracteres nuevos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> madurez<br />

sexu<strong>al</strong>. En todos estos casos -y podrían citarse muchos-, si <strong>la</strong> edad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

reproducción se retardase, los caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, por lo menos en<br />

estado adulto, se modificarían, y también es probable que estados anteriores<br />

y primeros <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo se precipitasen y, fin<strong>al</strong>mente, se perdiesen.<br />

No puedo formar opinión acerca <strong>de</strong> si <strong>la</strong>s especies se han modificado con<br />

frecuencia -si es que lo han hecho <strong>al</strong>guna vez- por este modo <strong>de</strong> transición<br />

re<strong>la</strong>tivamente súbito; pero, si esto ha ocurrido, es probable que <strong>la</strong>s<br />

diferencias entre el joven y el adulto y entre el adulto y el viejo fueron<br />

primitivamente adquiridas por grados.<br />

Dificulta<strong>de</strong>s especi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

Aun cuando hemos <strong>de</strong> ser muy pru<strong>de</strong>ntes en admitir que un órgano<br />

no pudo haberse producido por grados pequeños y sucesivos <strong>de</strong> transición,<br />

sin embargo, es indudable que ocurren casos <strong>de</strong> grave dificultad.<br />

Uno <strong>de</strong> los más graves es el <strong>de</strong> los insectos neutros, que, con frecuencia,<br />

son <strong>de</strong> conformación diferente que <strong>la</strong>s hembras fecundas y que los<br />

machos; pero este caso se tratará en el capítulo próximo.<br />

Los órganos eléctricos <strong>de</strong> los peces nos ofrecen otro caso <strong>de</strong> especi<strong>al</strong><br />

dificultad, pues no es posible concebir por qué grados se han producido<br />

estos maravillosos órganos; pero esto no es sorpren<strong>de</strong>nte, pues ni siquiera<br />

conocemos cuál sea su uso. En el Gymnotus y en el Torpedo, indudablemente<br />

sirven como medios po<strong>de</strong>rosos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, y quizás para asegurar<br />

sus presas; pero en <strong>la</strong> raya, según ha seña<strong>la</strong>do Mateucci, un órgano<br />

análogo en <strong>la</strong> co<strong>la</strong> manifiesta muy poca electricidad, aun cuando el anim<strong>al</strong><br />

esté muy irritado; tan poca, que apenas pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> utilidad <strong>al</strong>guna<br />

161


para los fines antedichos. Es más, en <strong>la</strong> raya, aparte <strong>de</strong>l órgano a que nos<br />

acabamos <strong>de</strong> referir, existe, como ha <strong>de</strong>mostrado el doctor R. M'Donnell,<br />

otro órgano cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza que no se sabe que sea eléctrico, pero que<br />

parece ser el verda<strong>de</strong>ro homólogo <strong>de</strong> <strong>la</strong> batería eléctrica <strong>de</strong>l Torpedo. Se<br />

admite gener<strong>al</strong>mente que entre estos órganos y los músculos ordinarios<br />

existe una estrecha an<strong>al</strong>ogía en <strong>la</strong> estructura íntima, en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong><br />

los nervios y en <strong>la</strong> acción que sobre ellos ejercen diferentes reactivos.<br />

Hay también que observar especi<strong>al</strong>mente que <strong>la</strong> contracción muscu<strong>la</strong>r va<br />

acompañada <strong>de</strong> una <strong>de</strong>scarga eléctrica, y, como afirma el doctor Radcliffe,<br />

«en el aparato eléctrico <strong>de</strong>l torpedo, durante el reposo, parece que hay<br />

una carga igu<strong>al</strong> por todos conceptos a <strong>la</strong> que se encuentra en el músculo<br />

y nervio durante el reposo, y <strong>la</strong> <strong>de</strong>scarga <strong>de</strong>l torpedo, en lugar <strong>de</strong> ser peculiar,<br />

pue<strong>de</strong> ser so<strong>la</strong>mente otra forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scarga que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

acción <strong>de</strong>l músculo y <strong>de</strong>l nervio motor». No po<strong>de</strong>mos actu<strong>al</strong>mente pasar<br />

<strong>de</strong> aquí en el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> explicación; pero, como sabemos tan poco<br />

acerca <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> estos órganos y no sabemos nada sobre <strong>la</strong>s costumbres<br />

y conformación <strong>de</strong> los antepasados <strong>de</strong> los peces eléctricos vivientes, sería<br />

muy temerario sostener que no son posibles transiciones útiles mediante<br />

<strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es estos órganos pudieran haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do gradu<strong>al</strong>mente.<br />

Estos órganos parecen <strong>al</strong> pronto ofrecer otra dificultad muchísimo más<br />

grave, pues se presentan como en una docena <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> peces, <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es son <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s muy remotas. Cuando el mismo órgano<br />

se encuentra en diferentes miembros <strong>de</strong> un mismo grupo, especi<strong>al</strong>mente<br />

si tienen costumbres muy diferentes, po<strong>de</strong>mos en gener<strong>al</strong> atribuir<br />

su presencia a herencia <strong>de</strong> un antepasado común, y su ausencia en <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> los miembros a pérdida por <strong>de</strong>suso o selección natur<strong>al</strong>. De manera<br />

que, si los órganos eléctricos hubiesen sido heredados <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún remoto<br />

antepasado, podríamos haber esperado que todos los peces eléctricos<br />

fuesen muy afines entre sí, lo cu<strong>al</strong> está muy lejos <strong>de</strong> ocurrir. Tampoco <strong>la</strong><br />

geología nos lleva, en modo <strong>al</strong>guno, a creer que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los peces<br />

poseyeran en otro tiempo órganos eléctricos que hayan perdido sus<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados. Pero cuando examinamos más <strong>de</strong> cerca <strong>la</strong><br />

cuestión, vemos que en los distintos peces provistos <strong>de</strong> órganos eléctricos<br />

están éstos situados en partes diferentes <strong>de</strong>l cuerpo y que difieren en<br />

su estructura, así como también en <strong>la</strong> disposición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas y, según<br />

Pacini, en el procedimiento o medio <strong>de</strong> producir <strong>la</strong> electricidad y, fin<strong>al</strong>mente,<br />

en estar provistos <strong>de</strong> nervios que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> diferentes orígenes,<br />

siendo ésta quizás <strong>la</strong> más importante <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s diferencias. De<br />

aquí que los órganos eléctricos <strong>de</strong> los diferentes peces no pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse<br />

como homólogos, sino sólo como análogos en su función. Por<br />

162


consiguiente, no hay razón para suponer que hayan sido heredados <strong>de</strong><br />

su antepasado común, pues si hubiese sido así, se hubieran parecido mucho<br />

por todos conceptos. Así, pues, se <strong>de</strong>svanece <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> que un<br />

órgano, en apariencia el mismo, se origine en diferentes especies remotamente<br />

afines, quedando sólo <strong>la</strong> dificultad menor, aunque todavía gran<strong>de</strong>,<br />

<strong>de</strong> por qué gradación insensible se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do estos órganos en<br />

cada uno <strong>de</strong> los distintos grupos <strong>de</strong> peces.<br />

Los órganos luminosos que se presentan en <strong>al</strong>gunos insectos <strong>de</strong> familias<br />

muy distintas, y que están situados en diferentes partes <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

ofrecen, en nuestro estado actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> ignorancia, una dificultad casi exactamente<br />

par<strong>al</strong>e<strong>la</strong> a <strong>la</strong> <strong>de</strong> los órganos eléctricos. Podrían citarse otros casos<br />

semejantes; por ejemplo, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>la</strong> curiosísima disposición <strong>de</strong><br />

una masa <strong>de</strong> granos <strong>de</strong> polen llevados por un pedúnculo con una glándu<strong>la</strong><br />

adhesiva, es evi<strong>de</strong>ntemente <strong>la</strong> misma en Orchis y Asclepias, géneros<br />

casi los más distantes posible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fanerógamas; pero tampoco<br />

aquí son homólogos órganos. En todos los casos <strong>de</strong> seres muy separados<br />

en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización que tienen órganos peculiares semejantes,<br />

se encontrará que, a pesar <strong>de</strong> que el aspecto gener<strong>al</strong> y <strong>la</strong> función<br />

<strong>de</strong> los órganos pue<strong>de</strong>n ser igu<strong>al</strong>es, sin embargo, pue<strong>de</strong>n siempre <strong>de</strong>scubrirse<br />

diferencias fundament<strong>al</strong>es entre ellos. Por ejemplo: los ojos <strong>de</strong> los<br />

cef<strong>al</strong>ópodos y los <strong>de</strong> los vertebrados parecen portentosamente semejantes,<br />

y en estos grupos tan distantes nada <strong>de</strong> esta semejanza pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bido<br />

a herencia <strong>de</strong> un antepasado común. Míster Mivart ha presentado<br />

éste como un caso <strong>de</strong> especi<strong>al</strong> dificultad; pero yo no sé ver <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong><br />

su argumento. Un órgano <strong>de</strong> visión tiene que estar formado <strong>de</strong> tejido<br />

transparente y tiene que compren<strong>de</strong>r <strong>al</strong>guna c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> lente para formar<br />

una imagen en el fondo <strong>de</strong> una cámara obscura. Aparte <strong>de</strong>l parecido superfici<strong>al</strong>,<br />

apenas hay semejanza <strong>al</strong>guna re<strong>al</strong> entre los ojos <strong>de</strong> los cef<strong>al</strong>ópodos<br />

y los <strong>de</strong> los vertebrados, como pue<strong>de</strong> verse consultando <strong>la</strong> admirable<br />

memoria <strong>de</strong> Hensen acerca <strong>de</strong> estos órganos en los cef<strong>al</strong>ópodos. Me es<br />

imposible entrar aquí en <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les; pero puedo, sin embargo, indicar <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> los puntos en que difieren. <strong>El</strong> crist<strong>al</strong>ino, en los cef<strong>al</strong>ópodos superiores,<br />

consta <strong>de</strong> dos partes, colocadas una tras otra, como dos lentes, teniendo<br />

ambas disposición y estructura muy diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que se encuentran<br />

en los vertebrados. La retina es completamente diferente, con<br />

una verda<strong>de</strong>ra inversión <strong>de</strong> los elementos y con un ganglio nervioso<br />

gran<strong>de</strong> encerrado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s membranas <strong>de</strong>l ojo, Las re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> los<br />

músculos son lo más diferentes que pueda imaginarse, y así en los <strong>de</strong>más<br />

puntos. Por consiguiente, no es pequeña dificultad los el <strong>de</strong>cidir hasta<br />

qué punto <strong>de</strong>ban emplearse los mismos términos <strong>al</strong> <strong>de</strong>scribir los ojos <strong>de</strong><br />

163


los cef<strong>al</strong>ópodos y los <strong>de</strong> los vertebrados. Cada cu<strong>al</strong>, natur<strong>al</strong>mente, es libre<br />

<strong>de</strong> negar que el ojo pudo haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en uno y otro caso por<br />

selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> ligeras variaciones sucesivas; pero, si se admite esto<br />

para un caso, es evi<strong>de</strong>ntemente posible en el otro, y, <strong>de</strong> acuerdo con esta<br />

opinión acerca <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> formación, se podían haber previsto ya diferencias<br />

fundament<strong>al</strong>es <strong>de</strong> estructura entre los órganos visu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> ambos<br />

grupos. Así como <strong>al</strong>gunas veces dos hombres han llegado in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>al</strong> mismo invento, así también, en los diferentes casos prece<strong>de</strong>ntes,<br />

parece que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, trabajando por el bien <strong>de</strong> cada ser<br />

y sacando ventaja <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s variaciones favorables, ha producido, en<br />

seres orgánicos distintos, órganos semejantes, por lo que se refiere a <strong>la</strong><br />

función, los cu<strong>al</strong>es no <strong>de</strong>ben nada <strong>de</strong> su estructura común a <strong>la</strong> herencia<br />

<strong>de</strong> un común antepasado.<br />

Fritz Müller, con objeto <strong>de</strong> comprobar <strong>la</strong>s conclusiones a que se llega<br />

en este libro, ha seguido con mucha diligencia un razonamiento casi análogo.<br />

Diferentes familias <strong>de</strong> crustáceos compren<strong>de</strong>n un corto número <strong>de</strong><br />

especies que poseen un aparato <strong>de</strong> respiración aérea y están conformadas<br />

para vivir fuera <strong>de</strong>l agua. En dos <strong>de</strong> estas familias, que fueron estudiadas<br />

más especi<strong>al</strong>mente por Müller y que son muy afines entre sí, <strong>la</strong>s especies<br />

se asemejan mucho en todos los caracteres importantes, o sea, en<br />

los órganos <strong>de</strong> los sentidos, en el aparato circu<strong>la</strong>torio, en <strong>la</strong> posición <strong>de</strong><br />

los grupos <strong>de</strong> pelos en el interior <strong>de</strong> su complicado estómago y, fin<strong>al</strong>mente,<br />

en toda <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> <strong>la</strong>s branquias mediante <strong>la</strong>s que respiran<br />

en el agua, incluso en los microscópicos garfios, mediante los cu<strong>al</strong>es se<br />

limpian. Por consiguiente, se podía esperar que, en el corto número <strong>de</strong><br />

especies <strong>de</strong> ambas familias, que viven en tierra, los aparatos igu<strong>al</strong>mente<br />

importantes <strong>de</strong> respiración aérea tendrían que ser igu<strong>al</strong>es; pues ¿por qué<br />

estos aparatos <strong>de</strong>stinados <strong>al</strong> mismo fin tendrían que haber sido hechos<br />

diferentes, mientras que todos los otros órganos importantes son muy semejantes<br />

o casi idénticos?<br />

Fritz Müller sostiene que esta estrecha semejanza en tantos puntos <strong>de</strong><br />

estructura tiene que explicarse, <strong>de</strong> conformidad con <strong>la</strong>s opiniones expuestas<br />

por mí, por herencia <strong>de</strong> un antepasado común; pero como <strong>la</strong> inmensa<br />

mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos familias anteriores, como <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los otros crustáceos, son <strong>de</strong> costumbres acuáticas, es sumamente<br />

improbable que su antepasado común haya estado adaptado a<br />

respirar en el aire. Müller fue así llevado a examinar cuidadosamente el<br />

aparato respiratorio en <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> respiración aérea, y encontró que<br />

difiere en cada una en varios puntos importantes, como <strong>la</strong> posición <strong>de</strong><br />

los orificios, el modo como se abren y se cierran y en <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les<br />

164


accesorios. Ahora bien; estas diferencias se explican, y, hasta podían esperarse,<br />

en <strong>la</strong> suposición <strong>de</strong> que especies pertenecientes a familias distintas<br />

se hubieran ido adaptando lentamente a vivir cada vez más fuera <strong>de</strong>l<br />

agua y a respirar el aire; pues estas especies, por pertenecer a familias<br />

distintas, habrían sido, hasta cierto punto, diferentes, y -según el principio<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> cada variación <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> dos factores, a saber:<br />

<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones ambientes- su<br />

modo <strong>de</strong> variar, con seguridad, no habría sido exactamente el mismo.<br />

Por consiguiente, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> habría tenido materi<strong>al</strong>es o variaciones<br />

diferentes con que trabajar para llegar <strong>al</strong> mismo resultado funcion<strong>al</strong>,<br />

y <strong>la</strong>s conformaciones <strong>de</strong> este modo adquiridas tendrían, casi necesariamente,<br />

que ser diferentes. En <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> actos separados <strong>de</strong> creación,<br />

toda <strong>la</strong> cuestión permanece ininteligible. Este razonamiento parece haber<br />

sido <strong>de</strong> gran peso para llevar a Fritz Müller a aceptar <strong>la</strong>s opiniones sostenidas<br />

por mí en este libro.<br />

Otro distinguido zoólogo, el difunto profesor C<strong>la</strong>parè<strong>de</strong>, ha razonado<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo y ha llegado <strong>al</strong> mismo resultado. Demuestra que existen<br />

ácaros parásitos, pertenecientes a subfamil<strong>la</strong>s y familias distintas, que están<br />

provistos <strong>de</strong> órganos para agarrarse <strong>al</strong> pelo. Estos órganos tienen que<br />

haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do in<strong>de</strong>pendientemente, pues no pudieron haber sido<br />

heredados <strong>de</strong> un antepasado común, y, en los diferentes grupos, están<br />

formados por modificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas anteriores, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas posteriores,<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s maxi<strong>la</strong>s o <strong>la</strong>bios y <strong>de</strong> apéndices <strong>de</strong>l <strong>la</strong>do ventr<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte<br />

posterior <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

En los casos prece<strong>de</strong>ntes vemos, en seres nada o remotamente afines,<br />

conseguido el mismo fin y ejecutada <strong>la</strong> misma función por órganos muy<br />

semejantes por su apariencia, aunque no por su <strong>de</strong>sarrollo. Por otra parte,<br />

es una reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong> en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza que el mismo fin se consiga,<br />

aun a veces en el caso <strong>de</strong> seres muy afines, por medios los más diversos.<br />

¡Qué diferencia <strong>de</strong> construcción entre el a<strong>la</strong> con plumas <strong>de</strong> un ave y el<br />

a<strong>la</strong> cubierta <strong>de</strong> membrana <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go, y todavía más entre <strong>la</strong>s cuatro<br />

a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> una mariposa, <strong>la</strong>s dos <strong>de</strong> una mosca y <strong>la</strong>s dos a<strong>la</strong>s con élitros<br />

<strong>de</strong> un coleóptero! Las conchas biv<strong>al</strong>vas están hechas para abrir y cerrar;<br />

pero, ¡cuantísimos mo<strong>de</strong>los existen en <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> <strong>la</strong> charme<strong>la</strong>,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga fi<strong>la</strong> <strong>de</strong> dientes que engranan primorosamente en una Nucu<strong>la</strong><br />

hasta el simple ligamento <strong>de</strong> un mejillón! Las simientes se diseminan<br />

por su pequeñez; por estar su cápsu<strong>la</strong> convertida en una ligera cubierta,<br />

como un globo; por estar envueltas en una pulpa o carne, formada<br />

por partes <strong>la</strong>s más diversas, y hecha nutritiva y coloreada a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> modo<br />

l<strong>la</strong>mativo, <strong>de</strong> suerte que atraiga y sea comida por <strong>la</strong>s aves; por tener<br />

165


ganchos y garfios <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses y aristas <strong>de</strong>ntadas, con que se adhieran<br />

<strong>al</strong> pelo <strong>de</strong> los cuadrúpedos, y por estar provistas <strong>de</strong> a<strong>la</strong>s y penachos<br />

tan diferentes en forma como elegantes en estructura, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s<br />

arrastre <strong>la</strong> menor brisa. Daré otro ejemplo, pues esta cuestión <strong>de</strong> que el<br />

mismo fin se obtenga por los más diversos medios es bien digna <strong>de</strong> atención.<br />

Algunos autores sostienen que los seres orgánicos han sido formados<br />

<strong>de</strong> muchas maneras, simplemente por variar, casi como los <strong>la</strong> juguetes<br />

en una tienda; pero t<strong>al</strong> concepción <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza es inadmisible. En<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que tienen los sexos separados y en aquel<strong>la</strong>s que, aun siendo<br />

hermafroditas, el polen no cae espontáneamente sobre el estigma, es necesaria<br />

<strong>al</strong>guna ayuda para su fecundación. En distintas c<strong>la</strong>ses esto se<br />

efectúa porque los granos <strong>de</strong> polen, que son ligeros e incoherentes, son<br />

arrastrados por el viento, por pura casu<strong>al</strong>idad, <strong>al</strong> estigma, y éste es el<br />

medio más sencillo, que pue<strong>de</strong> concebirse. Un medio casi tan sencillo,<br />

aunque muy diferente, se presenta en muchas p<strong>la</strong>ntas, en <strong>la</strong>s que una<br />

flor simétrica segrega <strong>al</strong>gunas gotas <strong>de</strong> néctar, por lo cu<strong>al</strong> es visitada por<br />

los insectos, y éstos transportan el polen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s anteras <strong>al</strong> estigma.<br />

Partiendo <strong>de</strong> este estado tan sencillo, po<strong>de</strong>mos pasar por un interminable<br />

número <strong>de</strong> disposiciones, todas con el mismo objeto y re<strong>al</strong>izadas<br />

fundament<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera, pero que ocasionan cambios en<br />

todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor. <strong>El</strong> néctar pue<strong>de</strong> acumu<strong>la</strong>rse en receptáculos <strong>de</strong><br />

diversa forma, con los estambres y pistilos modificados <strong>de</strong> muchas maneras,<br />

formando a veces mecanismos como trampas y siendo a veces capaces,<br />

por irritabilidad o e<strong>la</strong>sticidad, <strong>de</strong> movimientos primorosamente<br />

adaptados. Des<strong>de</strong> estas estructuras, po<strong>de</strong>mos avanzar hasta llegar a un<br />

caso <strong>de</strong> adaptación tan extraordinario como el <strong>de</strong>scrito últimamente por<br />

el doctor Crüger en el Coryanthes. Esta orquí<strong>de</strong>a tiene parte <strong>de</strong> su <strong>la</strong>belo<br />

o <strong>la</strong>bio inferior excavado, formando un gran cubo, en el cu<strong>al</strong> caen continuamente<br />

gotas <strong>de</strong> agua casi pura, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> dos cuernecillos secretores<br />

que están encima <strong>de</strong> él, y cuando el cubo está medio lleno <strong>de</strong> agua se<br />

<strong>de</strong>rrama por un conducto <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>. La base <strong>de</strong>l <strong>la</strong>belo queda encima <strong>de</strong>l<br />

cubo, y está a.su vez excavada, formando una especie <strong>de</strong> cámara con dos<br />

entradas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta cámara hay unos curiosos pliegues<br />

carnosos. <strong>El</strong> hombre más astuto, si no hubiese sido testigo <strong>de</strong> lo que ocurre,<br />

no podría nunca haber imaginado para qué sirven todas estas partes;<br />

pero el doctor Crüger vio multitud <strong>de</strong> abejorros que visitaban <strong>la</strong>s gigantescas<br />

flores <strong>de</strong> esta orquí<strong>de</strong>a, no para chupar néctar, sino para mor<strong>de</strong>r<br />

los pliegues <strong>de</strong> <strong>la</strong> cámara <strong>de</strong> encima <strong>de</strong>l cubo; <strong>al</strong> hacer esto, muchas veces<br />

se empujan unos a otros y caen en el agua, y como sus a<strong>la</strong>s quedan<br />

así mojadas, no pue<strong>de</strong>n escapar vo<strong>la</strong>ndo, y se ven obligados a s<strong>al</strong>ir<br />

166


arrastrándose por el paso que forma el can<strong>al</strong> o <strong>al</strong>ivia<strong>de</strong>ro. <strong>El</strong> doctor Crüger<br />

vio una procesión continua <strong>de</strong> abejorros que s<strong>al</strong>ían, arrastrándose así,<br />

<strong>de</strong> su involuntario baño. <strong>El</strong> paso es estrecho y está cubierto superiormente<br />

por <strong>la</strong> columna, <strong>de</strong> modo que un abejorro, <strong>al</strong> abrirse camino, frota su<br />

dorso, primero con el estigma, que es viscoso, y <strong>de</strong>spués con <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s<br />

viscosas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s masas polínicas. Las masas polínicas se pegan así <strong>al</strong><br />

dorso <strong>de</strong>l abejorro, que casu<strong>al</strong>mente fue el primero en s<strong>al</strong>ir arrastrándose<br />

por el conducto <strong>de</strong> una flor recién abierta, y <strong>de</strong> este modo son transportadas.<br />

<strong>El</strong> doctor Crüger me mandó, en <strong>al</strong>cohol, una flor con un abejorro,<br />

que mató antes <strong>de</strong> que hubiese acabado <strong>de</strong> s<strong>al</strong>ir, con una masa polínica<br />

todavía pegada en el dorso. Cuando el abejorro así provisto vue<strong>la</strong> a otra<br />

flor, o <strong>de</strong> nuevo a <strong>la</strong> misma por segunda vez, y es empujado por sus<br />

compañeros <strong>al</strong> cubo y s<strong>al</strong>e arrastrándose por el conducto, <strong>la</strong> masa <strong>de</strong> polen<br />

necesariamente se pone primero en contacto con el estigma, que es<br />

viscoso, y se adhiere a él, y <strong>la</strong> flor queda fecundada. Por fin, vemos toda<br />

<strong>la</strong> utilidad <strong>de</strong> cada parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor, <strong>de</strong> los cuernecillos que segregan agua,<br />

<strong>de</strong>l cubo medio lleno <strong>de</strong> agua, que impi<strong>de</strong> que los abejorros se escapen<br />

vo<strong>la</strong>ndo, y les obliga a s<strong>al</strong>ir arrastrándose por el can<strong>al</strong> y a frotarse con <strong>la</strong>s<br />

masas <strong>de</strong> polen viscosas y el estigma viscoso, tan oportunamente<br />

situados.<br />

La estructura <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor en otra orquí<strong>de</strong>a muy próxima, el Catasetum,<br />

es muy diferente, aunque sirve para el mismo fin, y es igu<strong>al</strong>mente curiosa.<br />

Los himenópteros visitan sus flores, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Coryanthes, para<br />

mor<strong>de</strong>r su <strong>la</strong>belo; <strong>al</strong> hacer esto, tocan inevitablemente un s<strong>al</strong>iente <strong>la</strong>rgo,<br />

afi<strong>la</strong>do y sensible, o antena, como lo he <strong>de</strong>nominado. Esta antena, <strong>al</strong> ser<br />

tocada, transmite una sensación o vibración a cierta membrana, que se<br />

rompe instantáneamente; esto suelta un resorte, mediante el cu<strong>al</strong> <strong>la</strong> masa<br />

<strong>de</strong> polen es <strong>la</strong>nzada en línea recta como una flecha, y se pega por su extremidad,<br />

que es viscosa, el dorso <strong>de</strong>l himenóptero. Las masas <strong>de</strong> polen<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta masculina -pues los sexos están separados <strong>de</strong> esta orquí<strong>de</strong>ason<br />

transportadas <strong>de</strong> este modo a <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta femenina, don<strong>de</strong> se ponen en<br />

contacto con el estigma, que es lo bastante viscoso para romper unos hilos<br />

elásticos, y, reteniendo el polen, se efectúa <strong>la</strong> fecundación.<br />

Se pue<strong>de</strong> preguntar cómo po<strong>de</strong>mos explicar en el ejemplo prece<strong>de</strong>nte,<br />

y en otros innumerables, <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> complicación y los múltiples<br />

medios para <strong>al</strong>canzar el mismo fin. La respuesta indudablemente es,<br />

como antes se ha indicado, que cuando varían dos formas que difieren<br />

ya entre sí en <strong>al</strong>gún grado, <strong>la</strong> variación no será exactamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

natur<strong>al</strong>eza, y, por consiguiente, los resultados obtenidos por selección<br />

natur<strong>al</strong> para el mismo objeto gener<strong>al</strong> no serán los mismos. Hemos <strong>de</strong><br />

167


tener a<strong>de</strong>más presente que todo organismo muy <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do ha pasado<br />

por muchos cambios y que toda conformación modificada tien<strong>de</strong> a ser<br />

heredada, <strong>de</strong> manera que cada modificación no se per<strong>de</strong>rá en seguida<br />

por completo, sino que pue<strong>de</strong> modificarse todavía más y más. Por consiguiente,<br />

<strong>la</strong> conformación <strong>de</strong> cada parte <strong>de</strong> una especie, cu<strong>al</strong>quiera que<br />

sea el objeto para que pueda servir, es <strong>la</strong> suma <strong>de</strong> muchos cambios heredados,<br />

por los que ha pasado <strong>la</strong> especie durante sus adaptaciones sucesivas<br />

<strong>al</strong> cambio <strong>de</strong> costumbres y condiciones <strong>de</strong> vida.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, pues, aunque en muchos casos es dificilísimo aún el conjeturar<br />

por qué transiciones han llegado los órganos a su estado presente;<br />

sin embargo, consi<strong>de</strong>rando el pequeño número <strong>de</strong> formas vivientes y conocidas<br />

en comparación con el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas extinguidas y <strong>de</strong>sconocidas,<br />

me he asombrado <strong>de</strong> lo raro que es el po<strong>de</strong>r citar un órgano para el cu<strong>al</strong><br />

no se conozca <strong>al</strong>gún grado <strong>de</strong> transición. Ciertamente es una verdad que<br />

rara vez, o nunca, se presentan en un ser viviente órganos nuevos que<br />

parezcan como creados para un fin especi<strong>al</strong>, según enseña también <strong>la</strong><br />

vieja y <strong>al</strong>go exagerada reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> Natura non facit s<strong>al</strong>tum.<br />

La encontramos admitida en los escritos <strong>de</strong> casi todos los natur<strong>al</strong>istas<br />

experimentados, o, como Milne Edwards lo ha expresado muy bien,<br />

<strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza es pródiga en variedad, pero tacaña en innovación. Según<br />

<strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación, ¿por qué ha <strong>de</strong> haber tanta variedad y tan poca<br />

verda<strong>de</strong>ra novedad? Suponiendo que todas <strong>la</strong>s partes y órganos <strong>de</strong> tantos<br />

seres in<strong>de</strong>pendientes hayan sido creados separadamente para su propio<br />

lugar en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza, ¿por qué han <strong>de</strong> estar con tanta frecuencia en<strong>la</strong>zados<br />

entre sí por series <strong>de</strong> gradaciones? ¿Por qué <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza no ha<br />

dado un s<strong>al</strong>to brusco <strong>de</strong> conformación a conformación? Según <strong>la</strong> teoría<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r c<strong>la</strong>ramente por qué no lo<br />

hace, pues <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente aprovechando pequeñas<br />

variaciones sucesivas; no pue<strong>de</strong> dar nunca un gran s<strong>al</strong>to brusco, sino que<br />

tiene que a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntar por pasos pequeños y seguros, aunque sean lentos.<br />

Influencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> en órganos <strong>al</strong> parecer <strong>de</strong> poca<br />

importancia<br />

Como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra mediante <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong> muerte - mediante<br />

<strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> los individuos más a<strong>de</strong>cuados y <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong><br />

los menos a<strong>de</strong>cuados-, he encontrado <strong>al</strong>gunas veces gran dificultad en<br />

compren<strong>de</strong>r el origen o formación <strong>de</strong> partes <strong>de</strong> poca importancia; dificultad<br />

casi tan gran<strong>de</strong>, aunque <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza muy diferente, como <strong>la</strong> que<br />

existe en el caso <strong>de</strong> los órganos más perfectos y complejos.<br />

168


En primer lugar, nuestra ignorancia por lo que toca <strong>al</strong> conjunto <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

economía <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier ser orgánico es <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong> para <strong>de</strong>cir qué<br />

modificaciones pequeñas serán <strong>de</strong> importancia y cuáles no. En un capítulo<br />

anterior he dado ejemplos <strong>de</strong> caracteres insignificantes -como el vello<br />

<strong>de</strong> los frutos y el color <strong>de</strong> su carne, el color <strong>de</strong> <strong>la</strong> piel y pelo <strong>de</strong> los mamíferos-<br />

sobre los cu<strong>al</strong>es, bien por estar re<strong>la</strong>cionados con diferencias constitucion<strong>al</strong>es,<br />

bien por <strong>de</strong>terminar el ataque <strong>de</strong> los insectos, podía seguramente<br />

haber obrado <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. La co<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> jirafa parece como<br />

un mosqueador construido artifici<strong>al</strong>mente, y, a primera vista, parece increíble<br />

que pueda haberse adaptado a su objeto actu<strong>al</strong> por pequeñas modificaciones<br />

sucesivas, cada vez más a<strong>de</strong>cuadas para un objeto tan trivi<strong>al</strong><br />

como el <strong>de</strong> ahuyentar <strong>la</strong>s moscas; sin embargo, tenemos que <strong>de</strong>tenernos<br />

antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>masiado categóricos, aun en este caso, pues sabemos que<br />

<strong>la</strong> distribución y existencia <strong>de</strong>l ganado vacuno y otros anim<strong>al</strong>es en América<br />

<strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en absoluto <strong>de</strong> su facultad <strong>de</strong> resistir los ataques <strong>de</strong><br />

los insectos, <strong>de</strong> modo que, los individuos que <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo pudiesen<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> estos pequeños enemigos, serían capaces <strong>de</strong> ocupar nuevos<br />

pastos y <strong>de</strong> conseguir <strong>de</strong> este modo una gran ventaja. No es que los<br />

gran<strong>de</strong>s cuadrúpedos sean positivamente <strong>de</strong>struidos -excepto en <strong>al</strong>gunos<br />

raros casos- por moscas, pero se ven <strong>de</strong> continuo atormentados, y su<br />

fuerza disminuye <strong>de</strong> manera que están más sujetos a enfermeda<strong>de</strong>s, o no<br />

son tan capaces <strong>de</strong> buscar <strong>al</strong>imento en cuanto venga un tiempo <strong>de</strong> escasez,<br />

o <strong>de</strong> escapar <strong>de</strong> los ataques <strong>de</strong> los carnívoros.<br />

Órganos hoy <strong>de</strong> escasa importancia han sido, probablemente, en <strong>al</strong>gunos<br />

casos, <strong>de</strong> importancia suma a un antepasado remoto, y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haberse perfeccionado lentamente en un período anterior, se han transmitido<br />

a <strong>la</strong>s especies actu<strong>al</strong>es, casi en el mismo estado, aunque sean ahora<br />

<strong>de</strong> poquísimo uso; pero cu<strong>al</strong>quier modificación en su estructura re<strong>al</strong>mente<br />

perjudici<strong>al</strong> habría sido, sin duda, impedida por selección natur<strong>al</strong>.<br />

De este modo, viendo <strong>la</strong> importancia que tiene <strong>la</strong> co<strong>la</strong> como órgano <strong>de</strong><br />

locomoción en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es acuáticos, pue<strong>de</strong> quizás<br />

explicarse su presencia gener<strong>al</strong> y su uso para muchos fines en tantos anim<strong>al</strong>es<br />

terrestres que, con sus pulmones o vejigas natatorias modificadas,<br />

<strong>de</strong>nuncian su origen acuático. Habiéndose formado en un anim<strong>al</strong> acuático<br />

una co<strong>la</strong> bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da, pudo ésta <strong>de</strong>spués llegar a ser modificada<br />

para toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> usos, como un mosqueador, un órgano <strong>de</strong> prensión, o<br />

como ayuda para volverse, según ocurre en el caso <strong>de</strong>l perro, aun cuando<br />

<strong>la</strong> ayuda en este último caso ha <strong>de</strong> ser muy pequeña, pues <strong>la</strong> liebre,<br />

que apenas tiene co<strong>la</strong>, pue<strong>de</strong> dar vuelta aún más <strong>de</strong> prisa.<br />

169


En segundo lugar, po<strong>de</strong>mos equivocarnos con facilidad <strong>al</strong> atribuir importancia<br />

a los caracteres y <strong>al</strong> creer que se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do por selección<br />

natur<strong>al</strong>. En modo <strong>al</strong>guno tenemos que per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

acción <strong>de</strong>finida <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida; los <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas<br />

variaciones espontáneas, que parecen <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> modo muy secundario<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones; los <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a reversión<br />

a caracteres perdidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo; los <strong>de</strong> <strong>la</strong>s complejas<br />

leyes <strong>de</strong> crecimiento, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción, compensación, presión<br />

<strong>de</strong> una parte sobre otra, etc., y, fin<strong>al</strong>mente, los <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección sexu<strong>al</strong>, por<br />

<strong>la</strong> cu<strong>al</strong> muchas veces se consiguen caracteres <strong>de</strong> utilidad para un sexo,<br />

que <strong>de</strong>spués son transmitidas más o menos perfectamente <strong>al</strong> otro, aun<br />

cuando no sean <strong>de</strong> utilidad para éste. Y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conformaciones obtenidas<br />

<strong>de</strong> este modo, aun cuando <strong>al</strong> pronto no sean ventajosas para una especie,<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spués haber sacado ventaja sus <strong>de</strong>scendientes modificados en<br />

nuevas condiciones <strong>de</strong> vida y con costumbres nuevamente adquiridas.<br />

Si sólo hubiesen existido los pájaros carpinteros ver<strong>de</strong>s y no hubiésemos<br />

sabido que había muchas especies negras y <strong>de</strong> varios colores, me<br />

atrevo a <strong>de</strong>cir que hubiéramos creído que el color ver<strong>de</strong> era una hermosa<br />

adaptación para ocultar <strong>de</strong> sus enemigos estas aves que viven en los árboles,<br />

y, en consecuencia, que era éste un carácter <strong>de</strong> importancia que había<br />

sido adquirido mediante selección natur<strong>al</strong>, siendo así que el color<br />

probablemente es <strong>de</strong>bido en su mayor parte a selección sexu<strong>al</strong>. Una p<strong>al</strong>mera<br />

rastrera, en el Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, trepa a los más <strong>al</strong>tos árboles<br />

con ayuda <strong>de</strong> garfios primorosamente construidos, agrupados en <strong>la</strong> extremidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s ramas, y esta disposición es indudablemente <strong>de</strong> suma<br />

utilidad para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta; pero, como vemos garfios casi igu<strong>al</strong>es en muchos<br />

árboles que no son trepadores y que -según tenemos motivo para creer,<br />

por <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies espinosas en África y América <strong>de</strong>l Sursirven<br />

corno <strong>de</strong>fensa contra los cuadrúpedos ramoneadores, también los<br />

garfios <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>mera pue<strong>de</strong>n <strong>al</strong> principio haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do para este<br />

objeto, y <strong>de</strong>spués haberse perfeccionado y haber sacado provecho <strong>de</strong><br />

ellos <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, cuando ésta experimentó nuevas modificaciones y se hizo<br />

trepadora. Se consi<strong>de</strong>ra gener<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> piel <strong>de</strong>snuda <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong>l<br />

buitre como una adaptación directa para revolver en <strong>la</strong> podredumbre, y<br />

pue<strong>de</strong> ser que sea así, o quizá pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bida a <strong>la</strong> acción directa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

substancias en putrefacción; pero hemos <strong>de</strong> ser muy pru<strong>de</strong>ntes en llegar<br />

a esta conclusión, cuando vemos que <strong>la</strong> piel <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong>l pavo macho,<br />

que se <strong>al</strong>imenta muy pulcramente, es también <strong>de</strong>snuda. Se han seña<strong>la</strong>do<br />

<strong>la</strong>s suturas <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> los mamíferos jóvenes como una hermosa<br />

adaptación para ayudar <strong>al</strong> parto, e indudablemente lo facilitan o<br />

170


pue<strong>de</strong>n ser indispensables en este acto; pero como <strong>la</strong>s suturas se presentan<br />

en los cráneos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y reptiles jóvenes, que no tienen más que<br />

s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong> un huevo que se rompe, hemos <strong>de</strong> inferir que esta estructura se<br />

ha originado en virtud <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento, y se ha sacado provecho<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong> en el parto <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es superiores.<br />

Ignoramos por completo <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pequeñas variaciones o diferencias<br />

individu<strong>al</strong>es, y nos damos inmediatamente cuenta <strong>de</strong> ello reflexionando<br />

sobre <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es domésticos en<br />

diferentes países, especi<strong>al</strong>mente en los menos civilizados, don<strong>de</strong> ha habido<br />

poca selección metódica. Los anim<strong>al</strong>es que tienen los s<strong>al</strong>vajes en diferentes<br />

países han <strong>de</strong> luchar con frecuencia por su propio sustento, y están<br />

sometidos, hasta cierto punto, a selección natur<strong>al</strong>, e individuos <strong>de</strong><br />

constitución un poco diferente tienen que prosperar más en climas diversos.<br />

En el ganado vacuno, <strong>la</strong> susceptibilidad a los ataques <strong>de</strong> <strong>la</strong>s moscas<br />

es corre<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong>l color, como lo es el riesgo <strong>de</strong> envenenarse con ciertas<br />

p<strong>la</strong>ntas, <strong>de</strong> manera que hasta el color estaría <strong>de</strong> este modo sujeto a <strong>la</strong> acción<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Algunos observadores están convencidos <strong>de</strong><br />

que un clima húmedo influye en el crecimiento <strong>de</strong>l pelo y <strong>de</strong> que los<br />

cuernos son corre<strong>la</strong>tivos <strong>de</strong>l pelo. Las razas <strong>de</strong> montaña siempre difieren<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong>l l<strong>la</strong>no, y un país montañoso probablemente influiría en<br />

los miembros posteriores, por obligarles a mayor ejercicio y, quizás, hasta<br />

en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelvis; y entonces, por <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> variación homóloga,<br />

los miembros anteriores y <strong>la</strong> cabeza experimentarían probablemente <strong>la</strong><br />

influencia. La forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelvis podría, a<strong>de</strong>más, influir por presión en <strong>la</strong><br />

forma <strong>de</strong> ciertas partes <strong>de</strong>l feto en el útero. La respiración fatigosa, necesaria<br />

en <strong>la</strong>s regiones elevadas, tien<strong>de</strong>, según tenemos motivo fundado<br />

para creerlo, a aumentar el tamaño <strong>de</strong>l pecho, y <strong>de</strong> nuevo entraría en juego<br />

<strong>la</strong> corre<strong>la</strong>ción. Los efectos, en todo el organismo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> disminución<br />

<strong>de</strong>l ejercicio, junto con <strong>la</strong> comida abundante, son probablemente aún más<br />

importantes, y esto, como H. von Nathusius ha <strong>de</strong>mostrado recientemente<br />

en su excelente tratado, es evi<strong>de</strong>ntemente una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s causas princip<strong>al</strong>es<br />

en <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s modificaciones que han experimentado <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong><br />

cerdos. Pero nuestra ignorancia es <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong> para discutir <strong>la</strong> importancia<br />

re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas causas conocidas y <strong>de</strong>sconocidas <strong>de</strong> variación,<br />

y he hecho estas observaciones para mostrar que, si somos incapaces<br />

<strong>de</strong> explicar <strong>la</strong>s diferencias características <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas razas domésticas<br />

que, sin embargo, se admite que se han originado por generación<br />

ordinaria a partir <strong>de</strong> uno o <strong>de</strong> un corto número <strong>de</strong> troncos primitivos,<br />

no <strong>de</strong>bemos dar <strong>de</strong>masiada importancia a nuestra ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

171


causa precisa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pequeñas diferencias análogas entre <strong>la</strong>s especies<br />

verda<strong>de</strong>ras.<br />

Doctrina utilitaria, hasta qué punto es verda<strong>de</strong>ra; belleza, cómo se<br />

adquiere<br />

Las observaciones prece<strong>de</strong>ntes me llevan a <strong>de</strong>cir <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras<br />

acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> reciente protesta <strong>de</strong> varios natur<strong>al</strong>istas contra <strong>la</strong> doctrina utilitaria,<br />

según <strong>la</strong> cu<strong>al</strong>, cada <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le <strong>de</strong> conformación ha sido producido para<br />

bien <strong>de</strong> su posesor. Creen estos natur<strong>al</strong>istas que muchas conformaciones<br />

han sido creadas con un fin <strong>de</strong> belleza, para <strong>de</strong>leite <strong>de</strong>l hombre o <strong>de</strong>l<br />

Creador -aunque este último punto está fuera <strong>de</strong>l <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> <strong>la</strong> discusión<br />

científica-, o simplemente por variedad, opinión ésta ya discutida. Estas<br />

doctrinas, si fuesen verda<strong>de</strong>ras, serían en absoluto funestas para mi teoría.<br />

Admito, por completo, que muchas estructuras no son actu<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> utilidad directa a sus poseedores, y pue<strong>de</strong>n no haber sido nunca <strong>de</strong><br />

utilidad <strong>al</strong>guna a sus antepasados; pero esto no prueba que fueron formadas<br />

únicamente por belleza o variedad. Es indudable que <strong>la</strong> acción<br />

<strong>de</strong>finida <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> condiciones y <strong>la</strong>s diversas causas <strong>de</strong> modificación<br />

últimamente seña<strong>la</strong>das han producido <strong>al</strong>gún efecto, y probablemente<br />

gran<strong>de</strong>, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier ventaja en estos casos adquirida.<br />

Pero una consi<strong>de</strong>ración aun más importante es que <strong>la</strong> parte princip<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> organización <strong>de</strong> todo ser viviente es <strong>de</strong>bida a <strong>la</strong> herencia y, por consiguiente,<br />

aunque cada ser seguramente está bien a<strong>de</strong>cuado a su lugar en <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza, muchas estructuras no tienen re<strong>la</strong>ción directa y estrecha con<br />

<strong>la</strong>s costumbres actu<strong>al</strong>es. Así, difícilmente po<strong>de</strong>mos creer que <strong>la</strong>s patas<br />

p<strong>al</strong>meadas <strong>de</strong>l ganso <strong>de</strong> tierra o <strong>de</strong>l rabihorcado sean <strong>de</strong> utilidad especi<strong>al</strong><br />

a estos anim<strong>al</strong>es; no po<strong>de</strong>mos creer que los huesos semejantes en el<br />

brazo <strong>de</strong>l mono, en <strong>la</strong> pata anterior <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo, en el a<strong>la</strong> <strong>de</strong>l murcié<strong>la</strong>go,<br />

en <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta <strong>de</strong> <strong>la</strong> foca, sean <strong>de</strong> utilidad especi<strong>al</strong> a estos anim<strong>al</strong>es. Po<strong>de</strong>mos<br />

atribuir con seguridad estas estructuras a herencia. Pero <strong>la</strong>s patas p<strong>al</strong>meadas,<br />

indudablemente, fueron tan útiles a los antepasados <strong>de</strong>l ganso <strong>de</strong><br />

tierra y <strong>de</strong>l rabihorcado, como lo son en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad a <strong>la</strong>s aves vivientes<br />

más acuáticas. Así po<strong>de</strong>mos creer que el antepasado <strong>de</strong> <strong>la</strong> foca no poseyó<br />

<strong>al</strong>etas, sino patas con cinco <strong>de</strong>dos a<strong>de</strong>cuados para andar o coger, y po<strong>de</strong>mos<br />

a<strong>de</strong>más aventurarnos a creer que los diversos huesos en <strong>la</strong>s extremida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l mono, cab<strong>al</strong>lo y murcié<strong>la</strong>go se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ron primitivamente,<br />

según el principio <strong>de</strong> utilidad, probablemente por reducción <strong>de</strong> huesos,<br />

más numerosos en <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún remoto antepasado, común a toda <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>se, semejante a un pez. Casi no es posible <strong>de</strong>cidir qué parte <strong>de</strong>be asignarse<br />

a causas <strong>de</strong> cambio t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>finida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

172


externas, <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas variaciones espontáneas y <strong>la</strong>s complejas leyes <strong>de</strong><br />

crecimiento; pero, hechas estas importantes excepciones, po<strong>de</strong>mos llegar<br />

a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> todos los seres vivientes es actu<strong>al</strong>mente,<br />

o fue en otro tiempo, <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna utilidad, directa o indirecta, a su<br />

posesor. En cuanto a <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> que los seres orgánicos han sido creados<br />

hermosos para <strong>de</strong>leite <strong>de</strong>l hombre -opinión que, como se ha dicho, es<br />

ruinosa para toda mi teoría-, puedo hacer observar, en primer lugar, que<br />

el sentido <strong>de</strong> belleza es evi<strong>de</strong>nte que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> mente,<br />

con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> toda cu<strong>al</strong>idad re<strong>al</strong> en el objeto admirado, y que<br />

<strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> qué es hermoso no es innata o invariable. Vemos esto, por<br />

ejemplo, en que los hombres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diversas razas admiran un tipo <strong>de</strong> belleza<br />

por completo diferente en sus mujeres. Si los objetos bellos hubiesen<br />

sido creados únicamente para satisfacción <strong>de</strong>l hombre, sería necesario<br />

<strong>de</strong>mostrar que, antes <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong>l hombre, había menos belleza<br />

sobre <strong>la</strong> tierra que <strong>de</strong>spués que aquél entró en <strong>la</strong> escena. Las hermosas<br />

conchas <strong>de</strong> los géneros Voluta y Conus <strong>de</strong> <strong>la</strong> época eocena y los amonites,<br />

tan elegantemente esculpidos, <strong>de</strong>l período secundario, ¿fueron creados<br />

para que el hombre pudiese admirarlos eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>spués en su gabinete?<br />

Pocos objetos hay más hermosos que los pequeños caparazones silíceos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s diatomeas; ¿fueron creadas éstas para que pudiesen ser examinadas<br />

y admiradas con los mayores aumentos <strong>de</strong>l microscopio? La belleza,<br />

en este último caso y en otros muchos, parece <strong>de</strong>bida por completo<br />

a <strong>la</strong> simetría <strong>de</strong> crecimiento. Las flores se cuentan entre <strong>la</strong>s más hermosas<br />

producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza; pero <strong>la</strong>s flores se han vuelto visibles formando<br />

contraste con <strong>la</strong>s hojas ver<strong>de</strong>s y, por consiguiente, hermosas <strong>al</strong><br />

mismo tiempo, <strong>de</strong> modo que puedan ser observadas fácilmente por los<br />

insectos. He llegado a esta conclusión porque he encontrado como reg<strong>la</strong><br />

invariable que, cuando una flor es fecundada por el viento, no tiene nunca<br />

una coro<strong>la</strong> <strong>de</strong> color l<strong>la</strong>mativo. Diferentes p<strong>la</strong>ntas producen habitu<strong>al</strong>mente<br />

flores <strong>de</strong> dos c<strong>la</strong>ses: unas abiertas, <strong>de</strong> color, <strong>de</strong> manera que atraigan<br />

los insectos, y <strong>la</strong>s otras cerradas, no coloreadas, <strong>de</strong>sprovistas <strong>de</strong> néctar<br />

y que nunca visitan los insectos. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos llegar a<br />

<strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, si los insectos no se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do sobre <strong>la</strong><br />

tierra, nuestras p<strong>la</strong>ntas no se habrían cubierto <strong>de</strong> hermosas flores, y habrían<br />

producido so<strong>la</strong>mente pobres flores, como <strong>la</strong>s que vemos en el abeto,<br />

roble, nog<strong>al</strong> y fresno, y en <strong>la</strong>s gramíneas, espinacas, ace<strong>de</strong>ras y ortigas,<br />

que son fecundos todos por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l viento. Un razonamiento<br />

semejante pue<strong>de</strong> aplicarse a los frutos: todo el mundo admitirá que una<br />

fresa o cereza madura es tan agradable a <strong>la</strong> vista como <strong>al</strong> pa<strong>la</strong>dar, que el<br />

fruto tan l<strong>la</strong>mativamente coloreado <strong>de</strong>l evónimo y los rojos frutos <strong>de</strong>l<br />

173


acebo son cosas hermosas; pero esta belleza sirve sólo <strong>de</strong> guía a <strong>la</strong>s aves<br />

y los mamíferos, para que el fruto pueda ser <strong>de</strong>vorado y <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s diseminadas<br />

por los excrementos. Deduzco que es así <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que<br />

hasta el presente no he encontrado excepción <strong>al</strong>guna a <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

semil<strong>la</strong>s son siempre diseminadas <strong>de</strong> este modo cuando están encerradas<br />

en un fruto <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier c<strong>la</strong>se -esto es, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una envoltura pulposa<br />

o carnosa-, si tiene un color bril<strong>la</strong>nte o se hace visible por ser b<strong>la</strong>nco o<br />

negro.<br />

Por otra parte, admito gustoso que un gran número <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es machos,<br />

lo mismo que todas nuestras aves más vistosas, muchos peces, reptiles<br />

y mamíferos y una multitud <strong>de</strong> mariposas <strong>de</strong> colores espléndidos, se<br />

han vuelto hermosos por el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> hermosura; pero esto se ha efectuado<br />

por selección sexu<strong>al</strong>, o sea, porque los machos más hermosos han sido<br />

continuamente preferidos por <strong>la</strong>s hembras, y no para <strong>de</strong>leite <strong>de</strong>l hombre.<br />

Lo mismo ocurre con el canto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves. De todo esto podríamos sacar<br />

<strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que un gusto casi igu<strong>al</strong> para los colores hermosos y para<br />

los sonidos music<strong>al</strong>es se extien<strong>de</strong> a una gran parte <strong>de</strong>l reino anim<strong>al</strong>.<br />

Cuando <strong>la</strong> hembra tiene tan hermosa coloración como el macho, lo que<br />

no es raro en <strong>la</strong>s aves y mariposas, <strong>la</strong> causa parece estar en que se han<br />

transmitido a los dos sexos los colores adquiridos por selección natur<strong>al</strong>,<br />

en lugar <strong>de</strong> haberse transmitido sólo a los machos. Es una cuestión obscurísima<br />

cómo el sentimiento <strong>de</strong> belleza, en su forma más simple -esto<br />

es, el recibir una c<strong>la</strong>se peculiar <strong>de</strong> p<strong>la</strong>cer por ciertos colores, formas y sonidos-,<br />

se <strong>de</strong>sarrolló por vez primera en <strong>la</strong> mente <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong> los<br />

anim<strong>al</strong>es superiores. La misma dificultad se presenta si preguntamos cómo<br />

es que ciertos olores y sabores dan gusto y otros <strong>de</strong>sagradan. En todos<br />

estos casos parece que <strong>la</strong> costumbre ha entrado en juego; pero <strong>de</strong>be<br />

haber <strong>al</strong>guna causa fundament<strong>al</strong> en <strong>la</strong> constitución <strong>de</strong>l sistema nervioso,<br />

en cada especie.<br />

La selección natur<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> producir ninguna modificación en una<br />

especie exclusivamente para provecho <strong>de</strong> otra, aun cuando en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza,<br />

incesantemente, unas especies sacan ventaja y se aprovechan <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

conformación <strong>de</strong> otras. Pero <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> producir, y produce<br />

con frecuencia, estructuras, para perjuicio directo <strong>de</strong> otros anim<strong>al</strong>es,<br />

como vemos en los dientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> víbora y en el oviscapto <strong>de</strong>l icneumón,<br />

mediante el cu<strong>al</strong> <strong>de</strong>posita sus huevos en el cuerpo <strong>de</strong> otros insectos<br />

vivos. Si se pudiese probar que una parte cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong>l organismo <strong>de</strong><br />

una especie había sido formada para ventaja exclusiva <strong>de</strong> otra especie,<br />

esto <strong>de</strong>struiría mi teoría, pues esta parte no podría haber sido producida<br />

por selección natur<strong>al</strong>. Aun cuando en <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong> se<br />

174


encuentran muchos ejemplos sobre esto, no he podido encontrar ni uno<br />

siquiera que me parezca <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún v<strong>al</strong>or. Se admite que <strong>la</strong> serpiente <strong>de</strong><br />

cascabel tiene dientes venenosos para su propia <strong>de</strong>fensa y para aniqui<strong>la</strong>r<br />

su presa; pero <strong>al</strong>gunos autores suponen que, <strong>al</strong> mismo tiempo, está provista<br />

como <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> cascabel, para su propio perjuicio, o sea para<br />

avisar a su presa. Yo casi estaría tan dispuesto a creer que el gato,<br />

cuando se prepara a s<strong>al</strong>tar, arquea <strong>la</strong> punta <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> para avisar <strong>al</strong> ratón<br />

sentenciado a muerte. Es una opinión mucho más probable que <strong>la</strong> serpiente<br />

<strong>de</strong> cascabel utiliza éste, que <strong>la</strong> cobra distien<strong>de</strong> su cuello y que <strong>la</strong> víbora<br />

bufadora se hincha mientras silba tan ruidosa y estri<strong>de</strong>ntemente,<br />

para espantar a <strong>la</strong>s muchas aves y mamíferos que, como se sabe, atacan<br />

aun a <strong>la</strong>s especies más venenosas. Los ofidios obran según el mismo<br />

principio que hace que <strong>la</strong> g<strong>al</strong>lina ahueque sus plumas y abra <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s<br />

cuando un perro se acerca a sus polluelos; pero no tengo espacio aquí para<br />

exten<strong>de</strong>rme sobre los diversos medios por los que los anim<strong>al</strong>es procuran<br />

ahuyentar a sus enemigos.<br />

La selección natur<strong>al</strong> no producirá nunca en un ser ninguna conformación,<br />

más perjudici<strong>al</strong> que beneficiosa para él, pues <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

obra so<strong>la</strong>mente mediante el bien <strong>de</strong> cada ser. No se formará ningún órgano,<br />

como P<strong>al</strong>ey ha hecho notar, con el fin <strong>de</strong> causar dolor, o para hacer<br />

un perjuicio <strong>al</strong> ser que lo posee. Si se hace un ba<strong>la</strong>nce exacto <strong>de</strong>l bien y<br />

<strong>de</strong>l m<strong>al</strong> causado por cada parte, se encontrará que cada una es, en conjunto,<br />

ventajosa. Después <strong>de</strong> pasado <strong>al</strong>gún tiempo, en condiciones <strong>de</strong> vida<br />

nuevas, si <strong>al</strong>guna parte llega a ser perjudici<strong>al</strong>, se modificará, y, si no<br />

ocurre así, el ser se extinguirá, como millones se han extinguido.<br />

La selección natur<strong>al</strong> tien<strong>de</strong> sólo a hacer a cada ser orgánico tan perfecto<br />

como los otros habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma comarca, con los que entra en<br />

competencia, o un poco más perfecto que ellos. Y vemos que éste es el tipo<br />

<strong>de</strong> perfección a que se llega en estado natur<strong>al</strong>. Las producciones peculiares<br />

<strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, por ejemplo, son perfectas comparadas entre<br />

sí; pero ce<strong>de</strong>n rápidamente ante <strong>la</strong>s legiones invasoras <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

importados <strong>de</strong> Europa. La selección natur<strong>al</strong> no producirá perfección<br />

absoluta, ni, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos juzgar, nos encontraremos siempre<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza con este tipo superior. La corrección <strong>de</strong> <strong>la</strong> aberración<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> luz, dice Müller que no es perfecta ni aun en el ojo humano, este órgano<br />

perfectísimo. Helmholtz, cuyos juicios nadie discutirá, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scribir en los términos más expresivos el maravilloso po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l ojo humano,<br />

aña<strong>de</strong> estas notables pa<strong>la</strong>bras: «Lo que hemos <strong>de</strong>scubierto, por lo<br />

que se refiere a inexactitud e imperfección en <strong>la</strong> máquina óptica y en <strong>la</strong><br />

imagen sobre <strong>la</strong> retina, es nada en comparación con <strong>la</strong>s incongruencias<br />

175


con que acabamos <strong>de</strong> tropezar en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sensaciones. Se podría<br />

<strong>de</strong>cir que <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza se ha comp<strong>la</strong>cido en acumu<strong>la</strong>r contradicciones<br />

para quitar todo fundamento a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> armonía preexistente entre<br />

el mundo exterior y el interior». Si nuestra razón nos lleva a admirar con<br />

entusiasmo una multitud <strong>de</strong> inimitables mecanismos en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

esta misma razón nos dice -aun cuando fácilmente po<strong>de</strong>mos equivocarnos<br />

en ambos casos- que otros mecanismos son menos perfectos. ¿Pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rarse perfecto el aguijón <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja, que, cuando ha sido empleado<br />

contra enemigos <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas c<strong>la</strong>ses, no pue<strong>de</strong> ser retirado, <strong>de</strong>bido a los<br />

dientes dirigidos hacia atrás, y causa así inevitablemente <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong>l<br />

insecto, arrancándole sus vísceras?<br />

Si consi<strong>de</strong>ramos el aguijón <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja como si hubiere existido en un<br />

antepasado remoto en forma <strong>de</strong> instrumento perforante y serrador, como<br />

ocurre en tantos insectos <strong>de</strong> su extenso or<strong>de</strong>n, y como si <strong>de</strong>spués, sin perfeccionarse,<br />

se hubiese modificado para su uso actu<strong>al</strong> mediante el<br />

veneno -primitivamente adaptado a <strong>al</strong>gún otro objeto, como producir<br />

ag<strong>al</strong><strong>la</strong>s- que <strong>de</strong>spués hubiese aumentado, po<strong>de</strong>mos quizá compren<strong>de</strong>r<br />

cómo es que el uso <strong>de</strong>l aguijón causa con tanta frecuencia <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong>l<br />

propio insecto pues si en conjunto el empleo <strong>de</strong>l aguijón es útil a <strong>la</strong> comunidad<br />

soci<strong>al</strong>, el aguijón llenará todos los requisitos <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

aun cuando pueda ocasionar <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos miembros. Si<br />

admiramos el olfato, verda<strong>de</strong>ramente maravilloso, mediante el cu<strong>al</strong> los<br />

machos <strong>de</strong> muchos insectos encuentran a sus hembras, ¿podremos admirar<br />

<strong>la</strong> producción para este solo fin <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>res <strong>de</strong> zánganos, que son enteramente<br />

inútiles a <strong>la</strong> comunidad para cu<strong>al</strong>quier otro objeto, y que son<br />

fin<strong>al</strong>mente asesinados por sus industriosas y estériles hermanas? Pue<strong>de</strong><br />

ser difícil; pero tenemos que admirar el odio s<strong>al</strong>vaje instintivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja<br />

reina, que le impulsa a <strong>de</strong>struir a <strong>la</strong>s reinas nuevas, sus hijas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

nacen, o a perecer el<strong>la</strong> en el combate; y el amor matern<strong>al</strong> o el odio<br />

matern<strong>al</strong> -aun cuando este último, afortunadamente, es más raro- es todo<br />

lo mismo para el inexorable principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Si admiramos<br />

los diferentes ingeniosos mecanismos mediante los que <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as<br />

y otras muchas p<strong>la</strong>ntas son fecundadas por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> los insectos,<br />

¿podremos consi<strong>de</strong>rar como igu<strong>al</strong>mente perfecta <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> <strong>de</strong>nsas<br />

nubes <strong>de</strong> polen en nuestros abetos <strong>de</strong> modo que unos pocos granos<br />

pue<strong>de</strong>n ser llevados por el aire casu<strong>al</strong>mente a los óvulos?<br />

Resumen: <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> unidad <strong>de</strong> tipo y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> existencia<br />

están comprendidas en <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

176


En este capítulo hemos discutido varias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s y objeciones<br />

que pue<strong>de</strong>n presentarse contra <strong>la</strong> teoría. Algunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s son graves; pero<br />

creo que en <strong>la</strong> discusión se ha proyectado <strong>al</strong>guna luz sobre diferentes<br />

hechos que son tot<strong>al</strong>mente obscuros <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> creencia en actos in<strong>de</strong>pendientes<br />

<strong>de</strong> creación. Hemos visto que <strong>la</strong>s especies, en un período dado,<br />

no son in<strong>de</strong>finidamente variables y no están en<strong>la</strong>zadas entre sí por<br />

una multitud <strong>de</strong> gradaciones intermedias, en parte <strong>de</strong>bido a que el proceso<br />

<strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong> es siempre lentísimo y en un tiempo dado obra<br />

sólo sobre unas pocas formas, y en parte porque el mismo proceso <strong>de</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> implica <strong>la</strong> continua sup<strong>la</strong>ntación y extinción <strong>de</strong> gradaciones<br />

anteriores intermedias. <strong>Especies</strong> muy afines, que viven hoy en un territorio<br />

continuo, muchas veces hubieron <strong>de</strong> formarse cuando el territorio<br />

no era continuo y cuando <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida no variaban <strong>de</strong> una<br />

parte a otra por gradaciones insensibles. Cuando en dos distritos <strong>de</strong> un<br />

territorio continuo se forman dos varieda<strong>de</strong>s, muchas veces se formará<br />

una variedad intermedia a<strong>de</strong>cuada a una zona intermedia; pero, por <strong>la</strong>s<br />

razones expuestas, <strong>la</strong> variedad intermedia existirá por lo común con menor<br />

número <strong>de</strong> individuos que <strong>la</strong>s dos formas que une, y, por consiguiente,<br />

estas dos últimas, durante el transcurso <strong>de</strong> nuevas modificaciones,<br />

tendrán una gran ventaja, por tener mayor número <strong>de</strong> individuos, sobre<br />

<strong>la</strong> variedad intermedia menos numerosa, y <strong>de</strong> este modo conseguirán,<br />

por lo gener<strong>al</strong>, sup<strong>la</strong>ntar<strong>la</strong> y exterminar<strong>la</strong>.<br />

Hemos visto en este capitulo lo pru<strong>de</strong>ntes que tenemos que ser en llegar<br />

a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que no pudo haber un cambio gradu<strong>al</strong> entre costumbres<br />

<strong>la</strong>s más diferentes; <strong>de</strong> que un murcié<strong>la</strong>go, por ejemplo, no se pudo<br />

haber formado por selección natur<strong>al</strong>, partiendo <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> que <strong>al</strong><br />

principio sólo se <strong>de</strong>slizaba por el aire.<br />

Hemos visto que una especie, en condiciones nuevas <strong>de</strong> vida, pue<strong>de</strong><br />

cambiar <strong>de</strong> costumbres, y que una especie pue<strong>de</strong> tener costumbres<br />

diversas -<strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s muy diferentes- <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong> sus congéneres más<br />

próximos. Por consiguiente, teniendo presente que todo ser orgánico se<br />

esfuerza por vivir don<strong>de</strong>quiera que pue<strong>de</strong> hacerlo, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

cómo ha ocurrido que hay gansos <strong>de</strong> tierra con patas p<strong>al</strong>meadas, pájaros<br />

carpinteros que no viven en los árboles, tordos que bucean y petreles<br />

con costumbres <strong>de</strong> pingüinos.<br />

Aun cuando <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que un órgano tan perfecto como el ojo pudo<br />

haberse formado por selección natur<strong>al</strong> es para hacer vaci<strong>la</strong>r a cu<strong>al</strong>quiera,<br />

sin embargo, en el caso <strong>de</strong> un órgano cu<strong>al</strong>quiera, si tenemos noticia <strong>de</strong><br />

una <strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> gradaciones <strong>de</strong> complicación, buena cada una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s<br />

para su posesor, no hay imposibilidad lógica <strong>al</strong>guna -variando <strong>la</strong>s<br />

177


condiciones <strong>de</strong> vida- en <strong>la</strong> adquisición, por selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier<br />

grado <strong>de</strong> perfección concebible. En los casos en que no tenemos conocimiento<br />

<strong>de</strong> estados intermedios o <strong>de</strong> transición, hemos <strong>de</strong> ser sumamente<br />

pru<strong>de</strong>ntes en llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong>n haber existido,<br />

pues <strong>la</strong>s transformaciones <strong>de</strong> muchos órganos muestran qué maravillosos<br />

cambios <strong>de</strong> función son, por lo menos, posibles. Por ejemplo: una vejiga<br />

natatoria parece haberse convertido en un pulmón para respirar en<br />

el aire. Con frecuencia <strong>de</strong>be haber facilitado mucho <strong>la</strong>s transiciones el<br />

que un mismo órgano haya re<strong>al</strong>izado simultáneamente funciones muy<br />

diferentes y luego se haya especi<strong>al</strong>izado, tot<strong>al</strong> o parci<strong>al</strong>mente, para una<br />

función; o el que <strong>la</strong> misma función haya sido efectuada por dos órganos<br />

distintos, habiéndose perfeccionado uno <strong>de</strong> ellos mientras el otro le ha<br />

auxiliado.<br />

Hemos visto que en dos seres muy distantes en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> natur<strong>al</strong> se<br />

pue<strong>de</strong>n haber formado, separada o in<strong>de</strong>pendientemente, órganos que<br />

sirven para el mismo objeto y son muy semejantes en apariencia externa;<br />

pero cuando se examina atentamente estos órganos, casi siempre pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>scubrirse en su estructura diferencias esenci<strong>al</strong>es, lo que natur<strong>al</strong>mente<br />

se sigue <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Por otra parte, <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong><br />

en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza es <strong>la</strong> infinita diversidad <strong>de</strong> estructuras para<br />

obtener el mismo fin, lo cu<strong>al</strong> también se sigue natur<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>l mismo<br />

principio fundament<strong>al</strong>.<br />

En muchos casos nuestra ignorancia es <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong> para que<br />

podamos afirmar que un órgano o parte es <strong>de</strong> tan poca importancia para<br />

<strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> una especie, que no puedan haberse acumu<strong>la</strong>do lentamente<br />

modificaciones en su estructura por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

En otros muchos casos, <strong>la</strong>s modificaciones son probablemente resultado<br />

directo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> variación y <strong>de</strong> crecimiento, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> que se haya conseguido así <strong>al</strong>guna ventaja. Pero aun estas conformaciones,<br />

muchas veces, han sido <strong>de</strong>spués aprovechadas y modificadas todavía<br />

<strong>de</strong> nuevo, para bien <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, en nuevas condiciones <strong>de</strong> vida.<br />

Po<strong>de</strong>mos también creer que un órgano que fue en un tiempo <strong>de</strong> gran importancia<br />

se ha conservado con frecuencia -como <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong><br />

acuático ensus <strong>de</strong>scendientes terrestres-, aun cuando haya llegado a ser<br />

<strong>de</strong> tan poca importancia, que no pudo haber sido adquirido en su estado<br />

actu<strong>al</strong> por selección natur<strong>al</strong>.<br />

La selección natur<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> producir nada en una especie exclusivamente<br />

para ventaja o perjuicio <strong>de</strong> otra, aun cuando pue<strong>de</strong> muy bien producir<br />

partes, órganos o excreciones utilísimas, y aun indispensables, o<br />

también sumamente perjudici<strong>al</strong>es, a otra especie, pero en todos los casos<br />

178


útiles <strong>al</strong> mismo tiempo <strong>al</strong> posesor. En todo país bien pob<strong>la</strong>do, <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> obra mediante <strong>la</strong> competencia <strong>de</strong> los habitantes, y, por consiguiente,<br />

lleva a <strong>la</strong> victoria en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida sólo ajustándose <strong>al</strong> tipo<br />

<strong>de</strong> perfección <strong>de</strong> cada país <strong>de</strong>terminado. De aquí el que los habitantes<br />

<strong>de</strong> un país -gener<strong>al</strong>mente los <strong>de</strong>l país menor- sucumban ante los habitantes<br />

<strong>de</strong> otro, gener<strong>al</strong>mente el mayor; pues en el país mayor habrán existido<br />

más individuos y formas más diversificadas, y <strong>la</strong> competencia habrá<br />

sido más severa, y <strong>de</strong> este modo el tipo <strong>de</strong> perfección se habrá elevado.<br />

La selección natur<strong>al</strong> no conducirá necesariamente a <strong>la</strong> perfección absoluta,<br />

ni <strong>la</strong> perfección absoluta -hasta don<strong>de</strong> nos es dado juzgar con nuestras<br />

limitadas faculta<strong>de</strong>s- pue<strong>de</strong> afirmarse que exista en parte <strong>al</strong>guna.<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r c<strong>la</strong>ramente<br />

todo el sentido <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> antigua ley <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong>: Natura<br />

non facit s<strong>al</strong>tum. Esta ley, si consi<strong>de</strong>ramos sólo los habitantes actu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong>l mundo, nos es rigurosamente exacta; pero si incluimos todos los <strong>de</strong><br />

los tiempos pasados, ya conocidos, ya <strong>de</strong>sconocidos, tiene que ser, según<br />

nuestra teoría, rigurosamente verda<strong>de</strong>ra.<br />

Se reconoce gener<strong>al</strong>mente que todos los seres orgánicos han sido formados<br />

según dos gran<strong>de</strong>s leyes: <strong>la</strong> <strong>de</strong> unidad <strong>de</strong> tipo y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> existencia. Por unidad <strong>de</strong> tipo se entien<strong>de</strong> <strong>la</strong> concordancia gener<strong>al</strong><br />

en <strong>la</strong> conformación que vemos en los seres orgánicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, y<br />

que es completamente in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> sus costumbres. Según mi teoría,<br />

<strong>la</strong> unidad <strong>de</strong> tipo se explica por <strong>la</strong> unidad <strong>de</strong> origen. La expresión<br />

condiciones <strong>de</strong> existencia, sobre <strong>la</strong> que tantas veces insistió el ilustre Cuvier,<br />

queda por completo comprendida en el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>;<br />

pues <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra, o bien adaptando actu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s<br />

partes, que varían en cada ser a sus condiciones orgánicas o inorgánicas<br />

<strong>de</strong> vida, o bien por haber adaptado éstas durante períodos <strong>de</strong> tiempos<br />

anteriores, siendo ayudadas en muchos casos <strong>la</strong>s adaptaciones por el creciente<br />

uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes, y estando influidas por <strong>la</strong> acción directa<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones externas <strong>de</strong> vida, y sujetas, en todos los casos, a <strong>la</strong>s<br />

diferentes leyes <strong>de</strong> crecimiento y variación. Por consiguiente, <strong>de</strong> hecho,<br />

<strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> existencia es <strong>la</strong> ley superior, pues mediante <strong>la</strong><br />

herencia <strong>de</strong> variaciones anteriores compren<strong>de</strong> a <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> unidad <strong>de</strong> tipo.<br />

179


Capítulo 7<br />

Objeciones a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

Consagrará este capítulo a <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> diversas objeciones que<br />

se han presentado contra mis opiniones, pues <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s discusiones<br />

prece<strong>de</strong>ntes pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong> este modo quedar más c<strong>la</strong>ras; pero sería inútil<br />

discutir todas <strong>la</strong>s objeciones, pues muchas han sido hechas por autores<br />

que no se han tomado <strong>la</strong> molestia <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el asunto. Así, un distinguido<br />

natur<strong>al</strong>ista <strong>al</strong>emán ha afirmado que <strong>la</strong> parte más débil <strong>de</strong> mi teoría<br />

es que consi<strong>de</strong>ro todos los seres orgánicos como imperfectos: lo que<br />

re<strong>al</strong>mente he dicho yo es que todos no son tan perfectos como podían haberlo<br />

sido en re<strong>la</strong>ción a sus condiciones <strong>de</strong> vida, y prueban que esto es<br />

así <strong>la</strong>s muchas formas indígenas <strong>de</strong> diferentes partes <strong>de</strong>l mundo que han<br />

cedido su lugar a invasores extranjeros. A<strong>de</strong>más, los seres orgánicos, aun<br />

en caso <strong>de</strong> que estuviesen en <strong>al</strong>gún tiempo perfectamente adaptados a<br />

sus condiciones <strong>de</strong> vida, tampoco pudieron haber continuado estándolo<br />

cuando cambiaron éstas, a menos que ellos mismos cambiasen igu<strong>al</strong>mente,<br />

y nadie discutirá que <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> cada país, lo mismo<br />

que el número y c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> sus habitantes, han experimentado muchos<br />

cambios.<br />

Un crítico ha sostenido recientemente, con cierto a<strong>la</strong>r<strong>de</strong> <strong>de</strong> exactitud<br />

matemática, que <strong>la</strong> longevidad es una gran ventaja para todas <strong>la</strong>s especies;<br />

<strong>de</strong> modo que el que crea en <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> «tiene que arreg<strong>la</strong>r su<br />

árbol gene<strong>al</strong>ógico» <strong>de</strong> manera que todos los <strong>de</strong>scendientes tengan vida<br />

más <strong>la</strong>rga que sus antepasados. ¿No pue<strong>de</strong> concebir nuestro critico que<br />

una p<strong>la</strong>nta bien<strong>al</strong> o un anim<strong>al</strong> inferior pudo exten<strong>de</strong>rse a un clima frío,y<br />

perecer <strong>al</strong>lí cada invierno, y, sin embargo, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong>s ventajas conseguidas<br />

por selección natur<strong>al</strong>, pudo sobrevivir <strong>de</strong> año en año por medio <strong>de</strong><br />

sus semil<strong>la</strong>s o huevos? Míster E. Ray Lankester, recientemente, ha discutido<br />

este asunto, y llega a <strong>la</strong> conclusión -hasta don<strong>de</strong> <strong>la</strong> extrema complejidad<br />

le permite juzgar- que <strong>la</strong> longevidad está comúnmente re<strong>la</strong>cionada<br />

con el tipo <strong>de</strong> cada especie en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> organización, así como también<br />

con el <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción y en <strong>la</strong> actividad gener<strong>al</strong>. Y estas<br />

180


condiciones probablemente han sido <strong>de</strong>terminadas en gran medida por<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

Se ha argüido que ninguno <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> Egipto, <strong>de</strong> los<br />

que tenemos <strong>al</strong>gún conocimiento, ha cambiado durante los últimos tres o<br />

cuatro mil años, y que, <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo, probablemente no ha cambiado<br />

ninguno en ninguna parte <strong>de</strong>l mundo. Pero, como ha hecho observar<br />

míster G. H. Lewes, este modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostración prueba <strong>de</strong>masiado, pues<br />

<strong>la</strong>s antiguas razas domésticas, representadas en los antiguos monumentos<br />

egipcios o emb<strong>al</strong>samadas, son sumamente semejantes y hasta idénticas<br />

a <strong>la</strong>s que viven ahora, y, sin embargo, todos los natur<strong>al</strong>istas admiten<br />

que estas razas se han producido por modificación <strong>de</strong> sus tipos primitivos.<br />

Los numerosos anim<strong>al</strong>es que han permanecido sin variación <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el principio <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong> hubiesen constituido un caso incomparablemente<br />

más seña<strong>la</strong>do, pues estos anim<strong>al</strong>es han estado sometidos a<br />

gran<strong>de</strong>s cambios <strong>de</strong> climas y han emigrado a gran<strong>de</strong>s distancias, mientras<br />

que en Egipto, durante los últimos miles <strong>de</strong> años, <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong><br />

vida, hasta don<strong>de</strong> <strong>al</strong>canza nuestro conocimiento, han permanecido absolutamente<br />

uniformes. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong> se haya<br />

producido poca o ninguna modificación, habría sido <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna utilidad<br />

contra los que creen en una ley innata y necesaria <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo; pero no<br />

tiene fuerza <strong>al</strong>guna contra <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> o <strong>de</strong> <strong>la</strong> supervivencia<br />

<strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados, que enseña que, cuando ocurre que<br />

aparecen variaciones o diferencias individu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza útil, éstas<br />

se conservarán; pero esto se efectuará sólo en ciertas circunstancias<br />

favorables.<br />

<strong>El</strong> célebre p<strong>al</strong>eontólogo Bronn, <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> su traducción <strong>al</strong>emana <strong>de</strong> esta<br />

obra, pregunta cómo pue<strong>de</strong>, según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

vivir una variedad <strong>al</strong> <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie madre. Si ambas se han adaptado<br />

a costumbres o condiciones ligeramente diferentes, pue<strong>de</strong>n ambas vivir<br />

juntas; y si <strong>de</strong>jamos a un <strong>la</strong>do <strong>la</strong>s especies poliformas, en <strong>la</strong>s que <strong>la</strong> variación<br />

parece ser <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza peculiar, y todas <strong>la</strong>s variaciones puramente<br />

tempor<strong>al</strong>es, como tamaño, <strong>al</strong>binismo, etc., <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más permanentes<br />

se encuentran por lo gener<strong>al</strong> -hasta don<strong>de</strong> yo he podido ver- habitando<br />

estaciones distintas, como regiones elevadas y regiones bajas, distritos<br />

secos y distritos húmedos. Es más: en el caso <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es que se tras<strong>la</strong>dan<br />

mucho <strong>de</strong> un lugar a otro y que se cruzan sin limitación, sus variaciones<br />

parecen estar confinadas, por lo gener<strong>al</strong>, a regiones distintas.<br />

Bronn insiste también en que <strong>la</strong>s especies distintas no difieren nunca<br />

entre sí por un solo carácter, sino en muchas partes, y pregunta cómo<br />

ocurre siempre que muchas partes <strong>de</strong>l organismo se tengan que haber<br />

181


modificado <strong>al</strong> mismo tiempo por variación y selección natur<strong>al</strong>. Pero no<br />

hay necesidad <strong>de</strong> suponer que todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> un ser se han modificado<br />

simultáneamente. Las modificaciones más l<strong>la</strong>mativas, excelentemente<br />

adaptadas a <strong>al</strong>gún fin, pudieron ser adquiridas, como se indicó anteriormente,<br />

por variaciones sucesivas, aunque fuesen ligeras, primero en una<br />

parte y luego en otra; y corno han <strong>de</strong> transmitirse todas juntas, nos tienen<br />

que parecer como si se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do simultáneamente. La<br />

mejor respuesta, sin embargo, a <strong>la</strong> objeción prece<strong>de</strong>nte <strong>la</strong> proporcionan<br />

<strong>la</strong>s razas domésticas, que han sido modificadas princip<strong>al</strong>mente por el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre para <strong>al</strong>gún fin especi<strong>al</strong>. Consi<strong>de</strong>remos el cab<strong>al</strong>lo<br />

<strong>de</strong> carreras y el <strong>de</strong> tiro, el g<strong>al</strong>go y el mastín. Toda su constitucióny<br />

hasta sus características ment<strong>al</strong>es se han modificado; pero, si pudiésemos<br />

seguir todos los pasos <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> su transformación -y los últimos<br />

pasos pue<strong>de</strong>n ser seguidos-, no veríamos cambios gran<strong>de</strong>s y simultáneos,<br />

sino primero una parte y luego otra, ligeramente modificadas y perfeccionadas.<br />

Aun cuando <strong>la</strong> selección ha sido aplicada por el hombre a<br />

un carácter sólo -<strong>de</strong> lo que nuestras p<strong>la</strong>ntas cultivadas ofrecen los mejores<br />

ejemplos- se encontrará invariablemente que, si bien esta parte, ya<br />

sea <strong>la</strong> flor, el fruto o <strong>la</strong>s hojas, ha cambiado gran<strong>de</strong>mente, casi todas <strong>la</strong>s<br />

otras se han modificado un poco. Esto pue<strong>de</strong> atribuirse, en parte, <strong>al</strong> principio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> corre<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> crecimiento, y, en parte, a <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada variación<br />

espontánea.<br />

Una objeción mucho más grave ha sido presentada por Bronn, y recientemente<br />

por Broca, o sea, que muchos caracteres parecen no servir <strong>de</strong><br />

nada absolutamente a sus poseedores, y, por consiguiente, no pue<strong>de</strong>n<br />

haber sido influídos por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Bronn cita <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

orejas y <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> en <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> liebres y ratones, los complicados<br />

pliegues <strong>de</strong>l esm<strong>al</strong>te en los dientes <strong>de</strong> muchos mamíferos y una<br />

multitud <strong>de</strong> casos análogos. Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, este asunto<br />

ha sido discutido por Nägeli en un admirable trabajo. Admite que <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong> ha hecho mucho, pero insiste en que <strong>la</strong>s familias <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>ntas difieren entre sí princip<strong>al</strong>mente por caracteres morfológicos que<br />

parecen no tener importancia <strong>al</strong>guna para <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies.<br />

Cree, por consiguiente, en una ten<strong>de</strong>ncia innata hacia el <strong>de</strong>sarrollo progresivo<br />

y más perfecto. Seña<strong>la</strong> <strong>la</strong> disposición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s en los tejidos<br />

y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas en el eje como casos en que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no pudo<br />

haber obrado. A éstos pue<strong>de</strong>n añadirse <strong>la</strong>s divisiones numéricas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor, <strong>la</strong> posición <strong>de</strong> los óvulos, <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> cuando<br />

no es <strong>de</strong> utilidad <strong>al</strong>guna para <strong>la</strong> diseminación, etc.<br />

182


Muy po<strong>de</strong>rosa es <strong>la</strong> objeción anterior. Sin embargo, <strong>de</strong>bemos, en primer<br />

lugar, ser extremadamente pru<strong>de</strong>ntes <strong>al</strong> <strong>de</strong>cidir qué conformaciones<br />

son ahora, o han sido en otro tiempo, <strong>de</strong> utilidad a cada especie. En segundo<br />

lugar, tendríamos que tener siempre presente que, cuando se modifica<br />

un órgano, se modificarán los otros, por ciertas causas que vislumbramos<br />

confusamente, como un aumento o diminución en <strong>la</strong> substancia<br />

nutritiva que llega a un órgano, presión recíproca, influencia <strong>de</strong> un órgano<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do precozmente sobre otro que se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> <strong>de</strong>spués, etc.,<br />

lo mismo que por otras causas que nos conducen a los muchos casos misteriosos<br />

<strong>de</strong> corre<strong>la</strong>ción, que no compren<strong>de</strong>mos en lo más mínimo. Estas<br />

causas pue<strong>de</strong>n agruparse todas, por brevedad, con <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong> leyes<br />

<strong>de</strong> crecimiento. En tercer lugar, hemos <strong>de</strong> tener en cuenta <strong>la</strong> acción directa<br />

y <strong>de</strong>finida <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong> vida y <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas variaciones<br />

espontáneas, en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones parece representar<br />

un papel muy secundario. Las variaciones <strong>de</strong> brotes -como <strong>la</strong><br />

aparición <strong>de</strong> una rosa <strong>de</strong> musgo en un ros<strong>al</strong> común, o <strong>de</strong> una nectarine<br />

en un melocotonero- ofrecen buenos ejemplos <strong>de</strong> variaciones espontáneas;<br />

pero, aun en estos casos, si tenemos presente <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> una pequeña<br />

gota <strong>de</strong> veneno <strong>al</strong> producir complicadas ag<strong>al</strong><strong>la</strong>s, no <strong>de</strong>bemos sentirnos<br />

muy seguros <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s variaciones citadas no sean efecto <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún<br />

cambio loc<strong>al</strong> en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> savia, <strong>de</strong>bido a <strong>al</strong>gún cambio en <strong>la</strong>s<br />

condiciones <strong>de</strong>l medio ambiente. Tiene que haber una causa eficiente para<br />

cada pequeña diferencia individu<strong>al</strong>, lo mismo que para <strong>la</strong>s variaciones<br />

más marcadas que aparecen acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente, y si <strong>la</strong> causa <strong>de</strong>sconocida<br />

actuase <strong>de</strong> continuo, es casi seguro que todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie<br />

se modificarían <strong>de</strong> modo semejante.<br />

En <strong>la</strong>s primeras ediciones <strong>de</strong> esta obra he dado poco v<strong>al</strong>or, según parece<br />

ahora probable, a <strong>la</strong> frecuencia e importancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s modificaciones<br />

<strong>de</strong>bidas a variabilidad espontánea; pero no es posible atribuir a esta causa<br />

<strong>la</strong>s innumerables conformaciones que tan bien adaptadas están a <strong>la</strong>s<br />

costumbres <strong>de</strong> cada especie. Tan imposible me es creer en esto como explicar<br />

<strong>de</strong> este modo <strong>la</strong>s formas tan bien adaptadas <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carreras<br />

y <strong>de</strong>l g<strong>al</strong>go, que tanto asombro producían a los antiguos natur<strong>al</strong>istas antes<br />

<strong>de</strong> que fuese bien conocido el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección efectuada por<br />

el hombre.<br />

Merecerá <strong>la</strong> pena ac<strong>la</strong>rar con ejemplos <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s observaciones<br />

anteriores. Por lo que se refiere a <strong>la</strong> pretendida inutilidad <strong>de</strong> varias partes<br />

y órganos, casi no es necesario hacer observar que, aun en los anim<strong>al</strong>es<br />

superiores y mejor conocidos, existen muchas estructuras que están<br />

tan <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que nadie duda que son <strong>de</strong> importancia, cuyo uso no<br />

183


ha sido averiguado o lo ha sido recientemente. Como Bronn cita <strong>la</strong> longitud<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s orejas y <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> en <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> ratones como<br />

ejemplos, aunque insignificantes, <strong>de</strong> diferencias <strong>de</strong> conformación que no<br />

pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> utilidad especi<strong>al</strong> <strong>al</strong>guna, <strong>de</strong>bo recordar que, según el doctor<br />

Schöbl, <strong>la</strong>s orejas <strong>de</strong>l ratón común están extraordinariamente provistas<br />

<strong>de</strong> nervios, <strong>de</strong> manera que indudablemente sirven como órganos tactiles,<br />

y, por consiguiente, <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orejas es dificil que pueda carecer<br />

por completo <strong>de</strong> importancia. Veremos luego, a<strong>de</strong>más, que <strong>la</strong> co<strong>la</strong><br />

es un órgano prensil utilisimo a <strong>al</strong>gunas especies, y su longitud tiene que<br />

influir mucho en su utilidad.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas -respecto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, teniendo en<br />

cuenta <strong>la</strong> memoria <strong>de</strong> Nägeli, me limitaré a <strong>la</strong>s siguientes observaciones-,<br />

se admitirá que <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as presentan multitud <strong>de</strong> conformaciones<br />

curiosas, que hace <strong>al</strong>gunos años se habrían consi<strong>de</strong>rado como<br />

simples diferencias morfológicas sin función <strong>al</strong>guna especi<strong>al</strong>, pero actu<strong>al</strong>mente<br />

se sabe que son <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia para <strong>la</strong> fecundación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, con ayuda <strong>de</strong> los insectos, y que probablemente han sido<br />

conseguidas por selección natur<strong>al</strong>. Hasta hace poco nadie hubiera imaginado<br />

que en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas dimorfas y trimorfas <strong>la</strong> diferente longitud <strong>de</strong> los<br />

estambres y pistilos y su disposición pudiese haber sido <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna utilidad;<br />

pero actu<strong>al</strong>mente sabemos que es así.<br />

En ciertos grupos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas, los óvulos están <strong>de</strong>rechos, y en otras, colgantes,<br />

y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo ovario en <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas, un óvulo tiene <strong>la</strong><br />

primera posición y otro <strong>la</strong> segunda. Estas posiciones parecen <strong>al</strong> pronto<br />

puramente morfológicas, o <strong>de</strong> ninguna significación fisiológica; pero el<br />

doctor Hooker me informa que, en un mismo ovario, en unos casos sólo<br />

los óvulos superiores son fecundados y en otros casos sólo los inferiores,<br />

e indica el doctor Hooker que esto probablemente <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> dirección<br />

en que los tubos polínicos penetran en el ovario. Si es así, <strong>la</strong> posición<br />

<strong>de</strong> los óvulos, aun en el caso en que uno esté <strong>de</strong>recho y el otro colgante,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo ovario, resultaría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s pequeñas<br />

<strong>de</strong>sviaciones <strong>de</strong> posición que favoreciesen su fecundación y <strong>la</strong> producción<br />

<strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s.<br />

Algunas p<strong>la</strong>ntas que pertenecen a distintos ór<strong>de</strong>nes producen habitu<strong>al</strong>mente<br />

flores <strong>de</strong> dos c<strong>la</strong>ses: unas, abiertas, <strong>de</strong> conformación ordinaria,<br />

y otras, cerradas e imperfectas. Estas dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> flores a veces difieren<br />

prodigiosamente en su conformación, aun cuando pue<strong>de</strong> verse que se<br />

pasa gradu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> una a otra en <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta. Las flores ordinarias<br />

y abiertas pue<strong>de</strong>n cruzarse, y los beneficios que seguramente resultan<br />

<strong>de</strong> este proceso están así asegurados. Las flores cerradas e imperfectas,<br />

184


sin embargo, son evi<strong>de</strong>ntemente <strong>de</strong> gran importancia, pues producen<br />

con <strong>la</strong> mayor seguridad una gran cantidad <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s con un gasto<br />

asombrosamente pequeño <strong>de</strong> polen. Las dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> flores, como se<br />

acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, con frecuencia difieren mucho, en su conformación. En<br />

<strong>la</strong>s flores imperfectas, los pét<strong>al</strong>os consisten casi siempre en simples rudimentos,<br />

y los granos <strong>de</strong> polen son <strong>de</strong> diámetro reducido. En Ononis columnae,<br />

cinco <strong>de</strong> los estambres <strong>al</strong>ternos son rudimentarios, y en <strong>al</strong>gunas<br />

especies <strong>de</strong> Vio<strong>la</strong>, tres estambres se encuentran en este estado, conservando<br />

dos su función propia, aunque son <strong>de</strong> tamaño muy reducido. De<br />

treinta flores cerradas <strong>de</strong> una violeta india -cuyo nombre me es <strong>de</strong>conocido,<br />

pues <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta nunca ha producido en mi po<strong>de</strong>r flores perfectas-, en<br />

seis los sép<strong>al</strong>os están reducidos a tres en vez <strong>de</strong>l número norm<strong>al</strong> <strong>de</strong> cinco.<br />

En una sección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s m<strong>al</strong>pighiáceas, según A. <strong>de</strong> Jussieu, <strong>la</strong>s flores<br />

cerradas están todavía más modificadas, pues los cinco estambres opuestos<br />

a los sép<strong>al</strong>os están todos abortados, y está sólo <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do un sexto<br />

estambre opuesto a un pét<strong>al</strong>o, estambre que no se presenta en <strong>la</strong>s flores<br />

ordinarias <strong>de</strong> esta especie; el estilo está abortado, y los ovarios están reducidos<br />

<strong>de</strong> tres a dos. Ahora bien; aun cuando <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pue<strong>de</strong><br />

perfectamente haber tenido po<strong>de</strong>r para impedir que se abriesen <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores y para reducir <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> polen cuando se hizo superfluo<br />

por <strong>la</strong> c<strong>la</strong>usura <strong>de</strong> éstas, sin embargo, difícilmente pue<strong>de</strong> haber sido<br />

<strong>de</strong>terminada así ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s modificaciones especi<strong>al</strong>es anteriores, sino<br />

que <strong>de</strong>ben haber resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento, incluyendo <strong>la</strong><br />

inactividad funcion<strong>al</strong> <strong>de</strong> órganos durante el proceso <strong>de</strong> <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong>l<br />

polen y <strong>la</strong> c<strong>la</strong>usura <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores.<br />

Es tan necesario apreciar los importantes efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento,<br />

que citaré <strong>al</strong>gunos casos más <strong>de</strong> otra natur<strong>al</strong>eza, o sea, <strong>de</strong> diferencias<br />

entre <strong>la</strong>s mismas partes u órganos, <strong>de</strong>bidas a diferencias en sus<br />

posiciones re<strong>la</strong>tivas en <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta. En el castaño común y en ciertos<br />

abetos, según Schacht, los ángulos <strong>de</strong> divergencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas son diferentes<br />

en <strong>la</strong>s ramas casi horizont<strong>al</strong>es y en <strong>la</strong>s vertic<strong>al</strong>es. En <strong>la</strong> ruda común<br />

y <strong>al</strong>gunas otras p<strong>la</strong>ntas, una flor -por lo común <strong>la</strong> centr<strong>al</strong> o termin<strong>al</strong>-<br />

se abre primero, y tiene cinco sép<strong>al</strong>os y pét<strong>al</strong>os y cinco divisiones en<br />

el ovario, mientras que todas <strong>la</strong>s otras flores <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta son tetrámeras.<br />

En <strong>la</strong> Adoxa inglesa, <strong>la</strong> flor superior tiene gener<strong>al</strong>mente el cáliz bilobado<br />

y los otros órganos tetrámeros, mientras que <strong>la</strong>s flores que <strong>la</strong> ro<strong>de</strong>an tienen,<br />

por lo común, el cáliz trilobado y los otros órganos pentámeros. En<br />

muchas compuestas y umbelíferas -y en <strong>al</strong>gunas otras p<strong>la</strong>ntas-, <strong>la</strong>s flores<br />

periféricas tienen sus coro<strong>la</strong>s mucho más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l centro,<br />

y esto parece re<strong>la</strong>cionado con frecuencia con el aborto <strong>de</strong> los órganos<br />

185


eproductores. Es un hecho muy curioso, seña<strong>la</strong>do ya, que los aquenios o<br />

simientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> circunferencia se diferencian, a veces mucho, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l<br />

centro en forma, color y otros caracteres. En Carthamus y en <strong>al</strong>gunas<br />

otras compuestas, los aquenios centr<strong>al</strong>es solos están provistos <strong>de</strong> vi<strong>la</strong>no,<br />

y en Hyoseris, <strong>la</strong> misma inflorescencia produce aquenios <strong>de</strong> tres formas<br />

diferentes. En ciertas umbelíferas, los frutos exteriores, según Tausch,<br />

son ortospermos y el centr<strong>al</strong> celospermo, y éste es un carácter que había<br />

sido consi<strong>de</strong>rado por De Candolle, en otras especies, como <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor<br />

importancia sistemática. <strong>El</strong> profesor Braun menciona un género <strong>de</strong> fumariáceas<br />

en el que <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> espiga producen como<br />

nuececil<strong>la</strong>s ov<strong>al</strong>es con una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong>, y en <strong>la</strong> parte superior <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

espiga, silicuas <strong>la</strong>nceo<strong>la</strong>das <strong>de</strong> dos v<strong>al</strong>vas y con dos semil<strong>la</strong>s. En estos diferentes<br />

casos -excepto en el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s periféricas muy <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das,<br />

que son <strong>de</strong> utilidad por hacer <strong>la</strong>s flores muy visibles para los insectos-<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, hasta don<strong>de</strong> nosotros po<strong>de</strong>mos juzgar, no ha podido<br />

entrar en juego, o lo ha hecho sólo <strong>de</strong> un modo completamente secundario.<br />

Todas estas modificaciones resultan <strong>de</strong> <strong>la</strong> posición re<strong>la</strong>tiva y<br />

acción mutua <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes, y apenas pue<strong>de</strong> dudarse que si todas <strong>la</strong>s flores<br />

y hojas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta hubiesen estado sometidas a <strong>la</strong>s mismas condiciones<br />

externas e internas que lo están <strong>la</strong>s flores y hojas en <strong>de</strong>terminadas<br />

posiciones, todas se habrían modificado <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera.<br />

En muchos otros casos encontramos modificaciones <strong>de</strong> estructura, consi<strong>de</strong>radas<br />

gener<strong>al</strong>mente por los botánicos como <strong>de</strong> gran importancia, que<br />

afectan tan sólo a <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> una misma p<strong>la</strong>nta, o que se presentan<br />

en distintas p<strong>la</strong>ntas que crecen juntas en <strong>la</strong>s mismas condiciones.<br />

Como estas variaciones parecen no ser <strong>de</strong> utilidad especi<strong>al</strong> para <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas,<br />

no pue<strong>de</strong>n haber sido modificadas por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. De su<br />

causa nada sabemos; no po<strong>de</strong>mos ni siquiera atribuirlo, como en los casos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> última c<strong>la</strong>se, a una acción inmediata, t<strong>al</strong> como <strong>la</strong> posición re<strong>la</strong>tiva.<br />

Citaré sólo <strong>al</strong>gunos ejemplos. Es tan común observar en <strong>la</strong> misma<br />

p<strong>la</strong>nta indistintamente flores tetrámeras, pentámeras, etc., que no necesito<br />

dar ejemplos; pero como <strong>la</strong>s variaciones númericas son re<strong>la</strong>tivamente<br />

raras cuando son pocas <strong>la</strong>s partes, puedo citar que, según De Candolle,<br />

<strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> Papaver bracteatum presentan, o dos sép<strong>al</strong>os y cuatro<br />

pét<strong>al</strong>os -que es el tipo común en los Papaver-, o tres sép<strong>al</strong>os y seis pét<strong>al</strong>os.<br />

<strong>El</strong> modo como los pét<strong>al</strong>os están plegados en capullo es, en <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los grupos, un carácter morfológico muy constante; pero el profesor<br />

Asa Gray ha comprobado que <strong>al</strong>gunas especies <strong>de</strong> Mimulus casi<br />

con tanta frecuencia presentan <strong>la</strong> estivación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rinantí<strong>de</strong>as como <strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s antirriní<strong>de</strong>as, tribu esta última a <strong>la</strong> que pertenece el género. Ang. St.<br />

186


Hi<strong>la</strong>ire cita los casos siguientes: el género Zanthoxylon pertenece a una<br />

división <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rutáceas con un solo ovario; pero en <strong>al</strong>gunas especies<br />

pue<strong>de</strong>n encontrarse flores en <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta y aun en el mismo panículo,<br />

ya con uno, ya con dos ovarios. En Helianthemum se ha <strong>de</strong>scrito <strong>la</strong><br />

cápsu<strong>la</strong> como unilocu<strong>la</strong>r o trilocu<strong>la</strong>r; pero en H. mutabile: «Une <strong>la</strong>me,<br />

plus ou moins <strong>la</strong>rge, s'étend entre le pericarpe et le p<strong>la</strong>centa». En <strong>la</strong>s flores<br />

<strong>de</strong> Saponaria officin<strong>al</strong>is, el doctor Masters ha observado ejemplos,<br />

tanto <strong>de</strong> p<strong>la</strong>centación margin<strong>al</strong> como <strong>de</strong> p<strong>la</strong>centación centr<strong>al</strong> libre. Fin<strong>al</strong>mente,<br />

St. Hi<strong>la</strong>ire encontró, hacia el extremo sur <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> dispersión<br />

<strong>de</strong> Gomphia oleaeformis, dos formas que, <strong>al</strong> pronto, no dudó que fuesen<br />

especies distintas; pero <strong>de</strong>spués vio que crecían juntas en el mismo arbusto,<br />

y entonces aña<strong>de</strong>: «Voilà donc dans un même individu <strong>de</strong>s loges<br />

et un style que se rattachent tantôt à un axe vertic<strong>al</strong>e et tantôt à un<br />

gynobase».<br />

Vemos, pues, que, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, muchos cambios morfológicos pue<strong>de</strong>n<br />

ser atribuidos a <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento y <strong>de</strong> acción reciproca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

partes, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Pero, por lo que se<br />

refiere a <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> Nägeli <strong>de</strong> una ten<strong>de</strong>ncia innata hacia <strong>la</strong> perfección<br />

o <strong>de</strong>sarrollo progresivo, ¿pue<strong>de</strong> afirmarse, en el caso <strong>de</strong> estas variaciones<br />

tan pronunciadas, que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas han sido sorprendidas en el acto<br />

<strong>de</strong> pasar a un estado superior <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo? Por el contrario, <strong>de</strong>l solo hecho<br />

<strong>de</strong> diferir o variar mucho en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta <strong>la</strong>s partes en cuestión, inferiría<br />

yo que t<strong>al</strong>es modificaciones eran <strong>de</strong> importancia muy pequeña para <strong>la</strong>s<br />

mismas p<strong>la</strong>ntas, cu<strong>al</strong>quiera que sea <strong>la</strong> importancia que para nosotros<br />

puedan tener, en gener<strong>al</strong>, para <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sificaciones. La adquisición <strong>de</strong> una<br />

parte inútil, difícilmente pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que eleva un organismo en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>, y el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores imperfectas antes <strong>de</strong>scrito, si no se invoca<br />

un principio nuevo, pue<strong>de</strong> ser un caso <strong>de</strong> retroceso más bien que <strong>de</strong><br />

progreso, y lo mismo <strong>de</strong>be ser en muchos anim<strong>al</strong>es parásitos y <strong>de</strong>gradados.<br />

Ignoramos <strong>la</strong> causa que provoca <strong>la</strong>s modificaciones antes seña<strong>la</strong>das;<br />

pero si <strong>la</strong> causa <strong>de</strong>sconocida hubiese <strong>de</strong> obrar <strong>de</strong> modo casi uniforme durante<br />

un <strong>la</strong>rgo espacio <strong>de</strong> tiempo, podríamos inferir que el resultado sería<br />

casi uniforme, y, en este caso, todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie<br />

se modificarían <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera.<br />

Por el hecho <strong>de</strong> ser los caracteres anteriores sin importancia para <strong>la</strong><br />

prosperidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, <strong>la</strong>s ligeras variaciones que se presentan en<br />

ellos no habrían sido acumu<strong>la</strong>das y aumentadas por selección natur<strong>al</strong>.<br />

Una conformación que se ha <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do por selección continuada durante<br />

mucho tiempo, cuando cesa <strong>de</strong> ser útil a una especie, por lo común<br />

se hace variable, como vemos en los órganos rudimentarios, pues ya no<br />

187


estará, en lo sucesivo, regu<strong>la</strong>da por <strong>la</strong> misma fuerza <strong>de</strong> selección. Pero,<br />

por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida, se han producido<br />

modificaciones que son sin importancia para <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

especie; estas modificaciones pue<strong>de</strong>n ser transmitidas -y <strong>al</strong> parecer lo<br />

han sido muchas veces- casi en el mismo estado, a numerosos <strong>de</strong>scendientes<br />

diferentemente modificados. No pue<strong>de</strong> haber sido <strong>de</strong> gran importancia<br />

para <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los mamíferos, aves y reptiles el estar cubiertos<br />

<strong>de</strong> pelo, <strong>de</strong> pluma o <strong>de</strong> escamas, y, sin embargo, el pelo se ha<br />

transmitido a casi todos los mamíferos, <strong>la</strong>s plumas a todas <strong>la</strong>s aves y <strong>la</strong>s<br />

escamas a todos los reptiles verda<strong>de</strong>ros. Una estructura, cu<strong>al</strong>quiera que<br />

sea, común a muchas formas afines, <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ramos como <strong>de</strong> gran importancia<br />

sistemática, y, por consiguiente, con frecuencia se da por sentado<br />

que es <strong>de</strong> gran importancia vit<strong>al</strong> para <strong>la</strong> especie. Así, según me inclino<br />

a creer, diferencias morfológicas que consi<strong>de</strong>ramos como importantes<br />

-t<strong>al</strong>es como el modo <strong>de</strong> estar dispuestas <strong>la</strong>s hojas, <strong>la</strong>s divisiones <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor<br />

o <strong>de</strong>l ovario, <strong>la</strong> posición <strong>de</strong> los óvulos, etc.- aparecieron primero, en muchos<br />

casos, como variaciones fluctuantes, que, más pronto o más tar<strong>de</strong>,<br />

se hicieron constantes por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l organismo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

ambientes, como también por el cruzamiento <strong>de</strong> individuos distintos,<br />

pero no por selección natur<strong>al</strong>, pues como estos caracteres morfológicos<br />

no influyen en <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, <strong>la</strong>s pequeñas <strong>de</strong>sviaciones en<br />

ellos no pudieron haber sido regu<strong>la</strong>das y acumu<strong>la</strong>das por este último<br />

medio. Es extraño el resultado a que llegamos <strong>de</strong> este modo, o sea, que<br />

caracteres <strong>de</strong> poca importancia vit<strong>al</strong> para <strong>la</strong> especie son los más importantes<br />

para el sistemático; pero esto, según veremos <strong>de</strong>spués, cuando tratemos<br />

<strong>de</strong>l fundamento genético <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, no es, en modo <strong>al</strong>guno,<br />

tan paradójico como <strong>al</strong> pronto pue<strong>de</strong> parecer.<br />

Aun cuando no tenemos ninguna prueba buena <strong>de</strong> que exista en los<br />

seres orgánicos una ten<strong>de</strong>ncia innata hacia el <strong>de</strong>sarrollo progresivo, sin<br />

embargo, esto se sigue necesariamente, como he procurado <strong>de</strong>mostrar en<br />

el capitulo cuarto, <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción continua <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, pues <strong>la</strong><br />

mejor <strong>de</strong>finición que se ha dado <strong>de</strong> un tipo superior <strong>de</strong> organización es<br />

el grado en que los órganos se han especi<strong>al</strong>izado o diferenciado, y <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> tien<strong>de</strong> hacia este fin, en cuanto que los órganos son <strong>de</strong> este<br />

modo capaces <strong>de</strong> re<strong>al</strong>izar sus funciones más eficazmente.<br />

Un distinguido zoólogo, míster St.George Mivart, ha reunido recientemente<br />

todas <strong>la</strong>s objeciones que se han hecho, en todo tiempo, por mí<br />

mismo y por otros, a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, t<strong>al</strong> como ha sido<br />

propuesta por míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce y por mí, y los ha expuesto con arte y energía<br />

admirables. Or<strong>de</strong>nadas así, constituyen un formidable ejército, y<br />

188


como no entra en el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> míster Mivart el citar los diferentes hechos y<br />

consi<strong>de</strong>raciones opuestos a sus conclusiones, queda no pequeño esfuerzo<br />

<strong>de</strong> razonamiento, y <strong>de</strong> memoria para el lector que quiera pesar <strong>la</strong>s pruebas<br />

<strong>de</strong> ambas partes. Discutiendo casos especi<strong>al</strong>es, míster Mivart pasa<br />

por <strong>al</strong>to los efectos <strong>de</strong>l creciente uso y <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los órganos, quehe sostenido<br />

siempre que son importantisimos, y que he tratado en mi obra Variation<br />

un<strong>de</strong>r Domestication con mayor extensión, creo yo, que ningún<br />

otro autor. Del mismo modo supone que no atribuyo nada a <strong>la</strong> variación<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, siendo así que, en <strong>la</strong> obra<br />

acabada <strong>de</strong> citar, he reunido un número <strong>de</strong> casos bien comprobados, mayor<br />

que el que pueda encontrarse en cu<strong>al</strong>quier obra que yo conozca. Mi<br />

opinión podrá no ser digna <strong>de</strong> crédito; pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber leído con<br />

cuidado el libro <strong>de</strong> míster Mivart y <strong>de</strong> comparar cada sección con lo que<br />

he dicho yo sobre el mismo punto, nunca me hab<strong>la</strong> sentido tan firmemente<br />

convencido <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conclusiones a que he llegado,<br />

sujetas evi<strong>de</strong>ntemente, en asunto tan complicado, a muchos errores<br />

parci<strong>al</strong>es.<br />

Todas <strong>la</strong>s objeciones <strong>de</strong> míster Mivart serán, o han sido ya, examinadas<br />

en el presente libro. Un punto nuevo, que parece haber l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong><br />

atención <strong>de</strong> muchos lectores, es «que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> es incapaz <strong>de</strong><br />

explicar los estados incipientes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estructuras útiles». Este asunto está<br />

íntimamente unido <strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> gradación <strong>de</strong> caracteres, acompañada frecuentemente<br />

<strong>de</strong> un cambio <strong>de</strong> función -por ejemplo: <strong>la</strong> transformación <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> vejiga natatoria en pulmones-; puntos que fueron discutidos en el capitulo<br />

anterior bajo dos epígrafes. Sin embargo, examinaré aquí, con <strong>al</strong>gún<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong>le, varios <strong>de</strong> los casos propuestos por mister Mivart, eligiendo<br />

aquellos que son más <strong>de</strong>mostrativos, pues <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> espacio me impi<strong>de</strong><br />

examinarlos todos.<br />

La jirafa, por su elevada estatura y por su cuello, miembros anteriores,<br />

cabeza y lengua muy a<strong>la</strong>rgados, tiene toda su conformación admirablemente<br />

adaptada para ramonear en <strong>la</strong>s ramas más <strong>al</strong>tas <strong>de</strong> los árboles. La<br />

jirafa pue<strong>de</strong> así obtener comida fuera <strong>de</strong>l <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> los otros ungu<strong>la</strong>dos,<br />

o anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> cascos y <strong>de</strong> pesuñas, que viven en el mismo país, y esto<br />

tiene que serle <strong>de</strong> gran ventaja en tiempos <strong>de</strong> escasez. <strong>El</strong> ganado vacuno<br />

ñato <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur nos muestra qué pequeña pue<strong>de</strong> ser <strong>la</strong> diferencia<br />

<strong>de</strong> conformación que <strong>de</strong>termine, en tiempos <strong>de</strong> escasez, una gran diferencia<br />

en <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong>. Este ganado pue<strong>de</strong> rozar,<br />

igu<strong>al</strong> que los otros, <strong>la</strong> hierba; pero por <strong>la</strong> prominencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong><br />

inferior no pue<strong>de</strong>, durante <strong>la</strong>s frecuentes sequías, ramonear <strong>la</strong>s ramitas<br />

<strong>de</strong> los árboles, <strong>la</strong>s cañas, etcétera, <strong>al</strong>imento <strong>al</strong> que se ven obligados<br />

189


a recurrir el ganado vacuno común y los cab<strong>al</strong>los; <strong>de</strong> modo que en los<br />

tiempos <strong>de</strong> sequía los ñatos mueren si no son <strong>al</strong>imentados por sus<br />

dueños.<br />

Antes <strong>de</strong> pasar a <strong>la</strong>s objeciones <strong>de</strong> míster Mivart, pue<strong>de</strong> ser conveniente<br />

explicar, todavía otra vez, cómo obrará <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> en todos<br />

los casos ordinarios. <strong>El</strong> hombre ha modificado <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> sus anim<strong>al</strong>es,<br />

sin que necesariamente haya atendido a puntos <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong> estructura,<br />

simplemente conservando y obteniendo cría <strong>de</strong> los individuos más<br />

veloces, como en el cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carreras y el g<strong>al</strong>go, o <strong>de</strong> los individuos victoriosos,<br />

como en el g<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> pelea. Del mismo modo en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, <strong>al</strong><br />

originarse <strong>la</strong> jirafa, los individuos que ramoneasen más <strong>al</strong>to y que durante<br />

los tiempos <strong>de</strong> escasez fuesen capaces <strong>de</strong> <strong>al</strong>canzar aunque sólo fuesen<br />

una pulgada o dos más arriba que los otros, con frecuencia se s<strong>al</strong>varían,<br />

pues recorrerían todo el país en busca <strong>de</strong> <strong>al</strong>imento. <strong>El</strong> que los individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie muchas veces difieren un poco en <strong>la</strong> longitud re<strong>la</strong>tiva<br />

<strong>de</strong> todas sus partes, pue<strong>de</strong> comprobarse en muchas obras <strong>de</strong> Historia<br />

Natur<strong>al</strong>, en <strong>la</strong>s que se dan medidas cuidadosas. Estas pequeñas diferencias<br />

en <strong>la</strong>s proporciones, <strong>de</strong>bidas a <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento y variación, no<br />

tienen <strong>la</strong> menor importancia ni utilidad en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies.<br />

Pero <strong>al</strong> originarse <strong>la</strong> jirafa habrá sido esto diferente, teniendo en cuenta<br />

sus costumbres probables, pues aquellos individuos que tuviesen <strong>al</strong>guna<br />

parte o varias partes <strong>de</strong> su cuerpo un poco más a<strong>la</strong>rgadas <strong>de</strong> lo corriente<br />

hubieron, en gener<strong>al</strong>, <strong>de</strong> sobrevivir. Estos se habrán unido entre sí y habrán<br />

<strong>de</strong>jado <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que habrá heredado, o bien <strong>la</strong>s mismas particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s<br />

corpóreas, o bien <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a variar <strong>de</strong> nuevo <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

manera, mientras que los individuos menos favorecidos por los mismos<br />

conceptos habrán sido los más propensos a perecer.<br />

Vemos, pues, que no es necesario separar por parejas, como hace el<br />

hombre cuando metódicamente mejora una casta; <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

conservará, y <strong>de</strong> este modo separará, todos los individuos superiores,<br />

permitiéndoles cruzarse libremente, y <strong>de</strong>struirá todos los individuos inferiores.<br />

Continuando durante mucho tiempo este proceso -que correspon<strong>de</strong><br />

exactamente a lo que he l<strong>la</strong>mado selección inconsciente por el<br />

hombre-, combinado, sin duda, <strong>de</strong> modo muy importante, con los efectos<br />

hereditarios <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> los órganos, me parece casi seguro<br />

que un cuadrúpedo ungu<strong>la</strong>do ordinario pudo convertirse en jirafa.<br />

Contra esta conclusión presenta míster Mivart dos objeciones. Una es<br />

que el aumento <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong>l cuerpo exigiría evi<strong>de</strong>ntemente un aumento<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>imento, y consi<strong>de</strong>ra como «muy problemático el que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sventajas<br />

que por este motivo se originan no hubiesen <strong>de</strong> contrapesar con<br />

190


exceso, en tiempos <strong>de</strong> escasez, a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sventajas». Pero como <strong>la</strong> jirafa<br />

existe actu<strong>al</strong>mente muy numerosa en el Sur <strong>de</strong> África, y como <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

los antílopes mayores <strong>de</strong>l mundo, tan gran<strong>de</strong>s como un toro, abundan<br />

<strong>al</strong>lí, ¿por qué tendremos que dudar <strong>de</strong> que, por lo que se refiere <strong>al</strong> tamaño,<br />

pudieran haber existido <strong>al</strong>lí, en otro tiempo, gradaciones intermedias,<br />

sometidas como ahora a veces a rigurosa escasez? Seguramente el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>al</strong>canzar en cada estado <strong>de</strong> aumento <strong>de</strong> tamaño una cantidad <strong>de</strong> comida<br />

<strong>de</strong>jada intacta por los otros cuadrúpedos ungu<strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l país tuvo que<br />

haber sido ventajoso para <strong>la</strong> jirafa en formación, y tampoco <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>jar<br />

pasar inadvertido el hecho <strong>de</strong> que el aumento <strong>de</strong> tamaño obraría como<br />

una protección contra casi todos los cuadrúpedos <strong>de</strong> presa, excepto<br />

el león, y, como ha hecho observar míster Chauncey Wright, contra este<br />

anim<strong>al</strong> serviría su <strong>al</strong>to cuello -y cuanto más <strong>al</strong>to, tanto mejor- como una<br />

ata<strong>la</strong>ya. Esta es <strong>la</strong> causa, como hace observar sir S. Baker, por <strong>la</strong> que ningún<br />

anim<strong>al</strong> es más difícil <strong>de</strong> cazar <strong>al</strong> acecho que <strong>la</strong> jirafa. Este anim<strong>al</strong><br />

también utiliza su <strong>la</strong>rgo cuello como un arma ofensiva y <strong>de</strong>fensiva, moviendo<br />

violentamente su cabeza armada como <strong>de</strong> muñones <strong>de</strong> cuernos. La<br />

conservación <strong>de</strong> cada especie raras veces pue<strong>de</strong> estar <strong>de</strong>terminada por<br />

una so<strong>la</strong> ventaja, sino por <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> todas, gran<strong>de</strong>s y pequeñas.<br />

Míster Mivart pregunta entonces -y ésta es su segunda objeción-: Si <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong> es tan potente, y si el ramonear <strong>al</strong>to es una ventaja tan<br />

gran<strong>de</strong>, ¿por qué no ha adquirido un <strong>la</strong>rgo cuello y una estatura gigantesca<br />

ningún otro cuadrúpedo ungu<strong>la</strong>do, aparte <strong>de</strong> <strong>la</strong> jirafa y, en menor<br />

grado, el camello, el guanaco y <strong>la</strong> Macrauchenia? Y también, ¿por qué no<br />

ha adquirido ningún miembro <strong>de</strong>l grupo una <strong>la</strong>rga trompa? Por lo que se<br />

refiere <strong>al</strong> África <strong>de</strong>l Sur, que estuvo en otro tiempo habitada por numerosos<br />

rebaños <strong>de</strong> jirafas, <strong>la</strong> respuesta no es difícil, y el modo mejor <strong>de</strong> dar<strong>la</strong><br />

es mediante un ejemplo. En todos los prados <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra en que hay árboles,<br />

vemos <strong>la</strong>s ramas inferiores recortadas o rapadas hasta un nivel<br />

preciso, por efecto <strong>de</strong>l ramoneo <strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los o <strong>de</strong>l ganado vacuno; y<br />

¿qué ventaja habría, por ejemplo, para <strong>la</strong>s ovejas, si <strong>la</strong>s hubiese <strong>al</strong>lí en adquirir<br />

un poco más <strong>de</strong> longitud en el cuello? En toda región, es casi seguro<br />

que <strong>al</strong>guna c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> anim<strong>al</strong> será capaz <strong>de</strong> ramonear más <strong>al</strong>to que los<br />

otros, y es igu<strong>al</strong>mente casi seguro que esta c<strong>la</strong>se so<strong>la</strong> pudo haber a<strong>la</strong>rgado<br />

su cuello con este objeto, mediante <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> y los efectos<br />

<strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong>l uso. En África <strong>de</strong>l Sur, <strong>la</strong> competencia para ramonear en<br />

<strong>la</strong>s ramas más <strong>al</strong>tas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s acacias y otros árboles tuvo que ser entre jirafa<br />

y jirafa, y no con los otros ungu<strong>la</strong>dos.<br />

No pue<strong>de</strong> contestarse exactamente por qué en otras partes <strong>de</strong>l mundo<br />

han adquirido un cuello a<strong>la</strong>rgado o una trompa diferentes anim<strong>al</strong>es que<br />

191


pertenecen <strong>al</strong> mismo or<strong>de</strong>n; pero es tan fuera <strong>de</strong> razón esperar una respuesta<br />

precisa a esta pregunta, como a <strong>la</strong> <strong>de</strong> por qué, en <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

humanidad, no se produjo en un siglo un acontecimiento, mientras que<br />

se produjo en otro. Ignoramos <strong>la</strong>s condiciones que <strong>de</strong>terminan el número<br />

<strong>de</strong> individuos y <strong>la</strong> distribución geográfica <strong>de</strong> una especie, y no po<strong>de</strong>mos<br />

ni siquiera conjeturar qué cambios <strong>de</strong> estructura serían favorables a su<br />

<strong>de</strong>sarrollo en un nuevo país. Po<strong>de</strong>mos, sin embargo, ver <strong>de</strong> un modo gener<strong>al</strong><br />

<strong>la</strong>s diferentes causas que pue<strong>de</strong>n haber impedido el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

un <strong>la</strong>rgo cuello o trompa. <strong>El</strong> <strong>al</strong>canzar el fol<strong>la</strong>je a una <strong>al</strong>tura consi<strong>de</strong>rable -<br />

sin trepar, para lo que los ungu<strong>la</strong>dos están especi<strong>al</strong>mente m<strong>al</strong> constituidos-<br />

exige un gran aumento en el tamaño <strong>de</strong>l cuerpo, y sabemos que <strong>al</strong>gunos<br />

territorios mantienen poquísimos cuadrúpedos gran<strong>de</strong>s, por ejemplo,<br />

América <strong>de</strong>l Sur, a pesar <strong>de</strong> ser tan exuberante, mientras que en el<br />

Sur <strong>de</strong> África abundan <strong>de</strong> un modo sin igu<strong>al</strong>; por qué ha <strong>de</strong> ser esto así,<br />

no lo sabemos, y tampoco sabemos por qué los últimos períodos terciarios<br />

tuvieron que haber sido mucho más favorables para su existencia que<br />

<strong>la</strong> época actu<strong>al</strong>. Cu<strong>al</strong>esquiera que puedan haber sido <strong>la</strong>s causas, po<strong>de</strong>mos<br />

ver que ciertos distritos y tiempos han <strong>de</strong> haber sido mucho más favorables<br />

que otros para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> cuadrúpedos tan gran<strong>de</strong>s como<br />

<strong>la</strong> jirafa.<br />

Para que en un anim<strong>al</strong> <strong>al</strong>guna estructura adquiera un <strong>de</strong>sarrollo gran<strong>de</strong><br />

y especi<strong>al</strong>, es casi indispensable que varias otras partes se modifiquen<br />

y adapten a esta estructura. Aun cuando todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l cuerpo varíen<br />

ligeramente, no se sigue que <strong>la</strong>s partes necesarias varíen siempre en <strong>la</strong><br />

dirección o grados <strong>de</strong>bidos. En <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es domésticos<br />

vemos que los órganos varían en modo y grado diferentes, y<br />

que unas especies son mucho más variables que otras. Aun cuando se<br />

originen <strong>la</strong>s variaciones convenientes, no se sigue que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

pueda actuar sobre el<strong>la</strong>s y producir una conformación que, <strong>al</strong> parecer,<br />

sea ventajosa para <strong>la</strong> especie. Por ejemplo, si el número <strong>de</strong> individuos<br />

que existen en un país está <strong>de</strong>terminado princip<strong>al</strong>mente por <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción<br />

por los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> presa, por los parásitos externos o internos,<br />

etcétera -caso que parece ser frecuente-, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> podrá servir<br />

poco o se <strong>de</strong>tendrá gran<strong>de</strong>mente en modificar cu<strong>al</strong>quier conformación<br />

particu<strong>la</strong>r propia para obtener <strong>al</strong>imento. Fin<strong>al</strong>mente, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

es un proceso lento, y <strong>la</strong>s mismas condiciones favorables tienen que dudar<br />

mucho, para que tenga que producir así un efecto seña<strong>la</strong>do. Si no es<br />

atribuyéndolo a estas razones gener<strong>al</strong>es y vagas, no po<strong>de</strong>mos explicar<br />

por qué en varias partes <strong>de</strong>l mundo los cuadrúpedos ungu<strong>la</strong>dos no han<br />

192


adquirido cuellos muy a<strong>la</strong>rgados u otros medios para ramonear en <strong>la</strong>s<br />

ramas <strong>al</strong>tas <strong>de</strong> los árboles.<br />

Objeciones <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> natur<strong>al</strong>eza que <strong>la</strong>s prece<strong>de</strong>ntes han sido presentadas<br />

por muchos autores. En cada caso, diferentes causas, aparte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

gener<strong>al</strong>es que se acaban <strong>de</strong> indicar, se han opuesto probablemente a <strong>la</strong><br />

adquisición <strong>de</strong> conformaciones que se supone serían beneficiosas a <strong>de</strong>terminadas<br />

especies. Un autor pregunta por qué no ha adquirido el avestruz<br />

<strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r; pero un momento <strong>de</strong> reflexión hará ver qué<br />

enorme cantidad <strong>de</strong> comida sería necesaria para dar a esta ave <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto<br />

fuerza para mover su enorme cuerpo en el aire. Las is<strong>la</strong>s oceánicas<br />

están habitadas por murcié<strong>la</strong>gos y focas, pero no por mamíferos terrestres;<br />

y como <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> estos murcié<strong>la</strong>gos son especies peculiares, tienen<br />

que haber habitado mucho tiempo en sus loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s actu<strong>al</strong>es. Por esta<br />

razón, sir C. Lyell pregunta -y da <strong>al</strong>gunas razones como respuesta- por<br />

qué <strong>la</strong>s focas y los murcié<strong>la</strong>gos no han dado origen en estas is<strong>la</strong>s a formas<br />

a<strong>de</strong>cuadas para vivir en tierra. Pero <strong>la</strong>s focas tendrían necesariamente<br />

que transformarse primero en anim<strong>al</strong>es carnívoros terrestres <strong>de</strong><br />

tamaño consi<strong>de</strong>rable, y los murcié<strong>la</strong>gos en anim<strong>al</strong>es insectivos terrestres;<br />

para los primeros no habría presas; para los murcié<strong>la</strong>gos, los insectos terrestres<br />

los servirían como <strong>al</strong>imento; pero éstos habrían estado ya muy<br />

perseguidos por los reptiles y aves que colonizan primero <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas<br />

y abundan en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. Las gradaciones <strong>de</strong> conformación,<br />

cuyos estados sean todos útiles a una especie que cambia, serán<br />

favorecidas so<strong>la</strong>mente en ciertas condiciones particu<strong>la</strong>res. Un anim<strong>al</strong> estrictamente<br />

terrestre, cazando a veces en aguas poco profundas, luego en<br />

ríos y <strong>la</strong>gos, pudo, <strong>al</strong> fin, convertirse en un anim<strong>al</strong> tan acuático que <strong>de</strong>safiase<br />

<strong>al</strong> océano. Pero <strong>la</strong>s focas no encontrarían en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas <strong>la</strong>s<br />

condiciones favorables a su conversión gradu<strong>al</strong> en formas terrestres. Los<br />

murcié<strong>la</strong>gos, como se expuso antes, adquirieron probablemente sus a<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong>slizándose primero por el aire <strong>de</strong> un árbol a otro, como <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas<br />

ardil<strong>la</strong>s vo<strong>la</strong>doras, con objeto <strong>de</strong> escapar <strong>de</strong> sus enemigos o para evitar<br />

caídas; pero, una vez que fue adquirida <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong>l vuelo verda<strong>de</strong>ro,<br />

ésta no hubo <strong>de</strong> volverse a convertir nunca, por lo menos para los fines<br />

antes indicados, en <strong>la</strong> facultad menos eficaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizarse por el aire. Re<strong>al</strong>mente,<br />

en los murcié<strong>la</strong>gos, como en muchas aves, pudieron <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s haber<br />

disminuido mucho <strong>de</strong> tamaño o haberse perdido completamente por<br />

<strong>de</strong>suso; pero, en este caso, hubiera sido necesario que hubiesen adquirido<br />

primero <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> correr rápidamente por el suelo mediante solos<br />

sus miembros posteriores, <strong>de</strong> manera que compitiesen con aves y otros<br />

anim<strong>al</strong>es terrico<strong>la</strong>s; pero un murcié<strong>la</strong>go parece especi<strong>al</strong>mente<br />

193


ina<strong>de</strong>cuado para t<strong>al</strong> cambio. Estas conjeturas se han hecho simplemente<br />

para <strong>de</strong>mostrar que una transición <strong>de</strong> conformación, con todos sus grados<br />

ventajosos, es cosa muy compleja, y que no tiene nada <strong>de</strong> extraño el<br />

que, en cu<strong>al</strong>quier caso particu<strong>la</strong>r, no haya ocurrido una transformación.<br />

Por último, más <strong>de</strong> un autor ha preguntado por qué en unos anim<strong>al</strong>es<br />

se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es más que en otros, cuando t<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo hubiese sido ventajoso para todos; por qué no han adquirido<br />

los monos <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s intelectu<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l hombre. Podrían asignarse diferentes<br />

causas; pero, como son conjeturas y su probabilidad re<strong>la</strong>tiva no<br />

pue<strong>de</strong> ser aqui<strong>la</strong>tada, sería inútil citar<strong>la</strong>s. Una respuesta <strong>de</strong>finitiva a <strong>la</strong><br />

última pregunta no <strong>de</strong>be esperarse, viendo que nadie pue<strong>de</strong> resolver el<br />

problema más sencillo <strong>de</strong> por qué, <strong>de</strong> dos razas <strong>de</strong> s<strong>al</strong>vajes, una ha ascendido<br />

más que <strong>la</strong> otra en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> civilización, y esto evi<strong>de</strong>ntemente<br />

implica aumento <strong>de</strong> fuerza cerebr<strong>al</strong>.<br />

Volvamos a <strong>la</strong>s otras objeciones <strong>de</strong> míster Mivart. Los insectos muchas<br />

veces se asemejan para protección a diferentes objetos, t<strong>al</strong>es como hojas<br />

ver<strong>de</strong>s o secas, ramitas muertas, pedazos <strong>de</strong> liquen, flores, espinas, excrementos<br />

<strong>de</strong> aves o insectos vivos; pero sobre este último punto insistiré<br />

<strong>de</strong>spués. La semejanza es muchas veces maravillosa, y no se limita <strong>al</strong> color,<br />

sino que se extien<strong>de</strong> a <strong>la</strong> forma y hasta a <strong>la</strong>s actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los insectos.<br />

Las orugas, que se mantienen inmóviles, sobres<strong>al</strong>iendo como ramitas<br />

muertas en <strong>la</strong>s ramas en que se <strong>al</strong>imentan, ofrecen un excelente ejemplo<br />

<strong>de</strong> semejanza <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se. Los casos <strong>de</strong> imitación <strong>de</strong> objetos, t<strong>al</strong>es como<br />

el excremento <strong>de</strong> los pájaros, son raros y excepcion<strong>al</strong>es. Sobre este punto<br />

hace observar míster Mivart: «Como, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> míster <strong>Darwin</strong>,<br />

hay una ten<strong>de</strong>ncia constante a <strong>la</strong> variación in<strong>de</strong>finida, y como <strong>la</strong>s pequeñas<br />

variaciones incipientes <strong>de</strong>ben ser en todas direcciones, tienen que<br />

ten<strong>de</strong>r a neutr<strong>al</strong>izarse mutuamente y a formar <strong>al</strong> principio modificaciones<br />

tan inestables, que es difícil, si no imposible, compren<strong>de</strong>r cómo estas<br />

osci<strong>la</strong>ciones in<strong>de</strong>finidas, infinitamente pequeñas <strong>al</strong> principio, puedan<br />

nunca constituir semejanzas con una hoja, caña u otro objeto lo suficientemente<br />

apreciables para que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> se apo<strong>de</strong>re <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s y<br />

<strong>la</strong>s perpetúe».<br />

Pero en todos los casos prece<strong>de</strong>ntes los insectos, en su estado primitivo,<br />

presentaban indudablemente <strong>al</strong>guna tosca semejanza acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> con<br />

<strong>al</strong>gún objeto común en los parajes por ellos frecuentados; lo cu<strong>al</strong> no es,<br />

en modo <strong>al</strong>guno, improbable, si se consi<strong>de</strong>ra el número casi infinito <strong>de</strong><br />

objetos que los ro<strong>de</strong>an y <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> formas y colores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s legiones<br />

<strong>de</strong> insectos existentes. Como es necesaria <strong>al</strong>guna tosca semejanza para el<br />

primer paso, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué es que los anim<strong>al</strong>es mayores<br />

194


y superiores -con <strong>la</strong> excepción, hasta don<strong>de</strong> <strong>al</strong>canza mi conocimiento, <strong>de</strong><br />

un pez- no se asemejan para protección a objetos <strong>de</strong>terminados, sino tan<br />

sólo a <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> lo que comúnmente les ro<strong>de</strong>a, y esto, sobre todo,<br />

por el color. Admitiendo que primitivamente ocurriese que un insecto se<br />

asemejase <strong>al</strong>go a una ramita muerta o a una hoja seca, y que este insecto<br />

variase ligeramente <strong>de</strong> muchos modos, todas <strong>la</strong>s variaciones que hiciesen<br />

a este insecto en <strong>al</strong>gún modo más semejante a <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> t<strong>al</strong>es objetos, favoreciendo<br />

así el que se s<strong>al</strong>vase <strong>de</strong> sus enemigos, tendrían que conservarse,<br />

mientras que otras variaciones tendrían que ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñadas, y fin<strong>al</strong>mente<br />

perdidas, o, si hacían <strong>al</strong> insecto en <strong>al</strong>gún modo menos parecido<br />

<strong>al</strong> objeto imitado, serían eliminadas. Verda<strong>de</strong>ramente, tendría fuerza <strong>la</strong><br />

objeción <strong>de</strong> míster Mivart si tuviésemos que explicar estas semejanzas<br />

por simple variabilidad fluctuante, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>; pero t<strong>al</strong> como es el caso no <strong>la</strong> tiene.<br />

Tampoco puedo yo encontrar fuerza <strong>al</strong>guna en <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> míster<br />

Mivart referente a «los últimos toques <strong>de</strong> perfección en el mimetismo»,<br />

como en el caso citado por míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce <strong>de</strong> un insecto fásmido<br />

(Creoxy1us <strong>la</strong>ceratus), que se asemeja a «un tronquito cubierto por un<br />

musgo reptante o Jungermannia». Tan completa era <strong>la</strong> semejanza, que un<br />

indígena daiac sostenía que <strong>la</strong>s excrecencias foliáceas eran re<strong>al</strong>mente<br />

musgo. Los insectos son presa <strong>de</strong> pájaros y otros enemigos, cuya vista<br />

probablemente es más aguda que <strong>la</strong> nuestra, y todo grado <strong>de</strong> semejanza<br />

que ayu<strong>de</strong> a un insecto a escapar <strong>de</strong> ser observado o <strong>de</strong>scubierto, ten<strong>de</strong>rá<br />

a conservarse, y cuanto más perfecta sea <strong>la</strong> semejanza, tanto mejor para<br />

el insecto. Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s especies<br />

en el grupo que compren<strong>de</strong> el Creoxylus citado, no es improbable<br />

que en este insecto hayan variado <strong>la</strong>s irregu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su superficie, y<br />

que éstas hayan llegado a tomar un color más o menos ver<strong>de</strong>; pues, en<br />

cada grupo, los caracteres que difieren en <strong>la</strong>s distintas especies son los<br />

más a<strong>de</strong>cuados para variar, mientras que los caracteres genéricos, o sea,<br />

los comunes a todas <strong>la</strong>s especies, son los más constantes.<br />

La b<strong>al</strong>lena franca es uno <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es más maravillosos <strong>de</strong>l mundo,<br />

y sus barbas una <strong>de</strong> sus mayores particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s. Las barbas forman, a<br />

cada <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior, una fi<strong>la</strong> <strong>de</strong> unas 300 láminas o p<strong>la</strong>cas<br />

muy juntas, dispuestas transvers<strong>al</strong>mente con re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong>l eje mayor<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> boca. Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> fi<strong>la</strong> princip<strong>al</strong> hay <strong>al</strong>gunas fi<strong>la</strong>s secundarias. La<br />

extremidad y el bor<strong>de</strong> interno <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas están <strong>de</strong>shi<strong>la</strong>chadas,<br />

formando cerdas rígidas, que cubren todo el gigantesco pa<strong>la</strong>dar y sirven<br />

para tamizar o filtrar el agua y, <strong>de</strong> este modo, retener <strong>la</strong>s pequeñas presas<br />

<strong>de</strong> que viven estos gran<strong>de</strong>s anim<strong>al</strong>es. La lámina <strong>de</strong> en medio, que es<br />

195


<strong>la</strong> más <strong>la</strong>rga, en <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena franca tiene diez, doce y hasta quince pies <strong>de</strong><br />

longitud; pero en <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> cetáceos hay gradaciones en<br />

<strong>la</strong> longitud, teniendo, según Scoresby, <strong>la</strong> lámina <strong>de</strong> en medio cuatro pies<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo en una especie, tres en otra, diez y ocho pulgadas en otra, y en<br />

<strong>la</strong> Ba<strong>la</strong>enoptera rostrata sólo unas nueve pulgadas. La c<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s barbas<br />

varía también en <strong>la</strong>s diferentes especies.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s barbas, míster Mivart hace observar que, si<br />

éstas «hubiesen <strong>al</strong>canzado <strong>al</strong>guna vez un tamaño y <strong>de</strong>sarrollo t<strong>al</strong>es que<br />

<strong>la</strong>s hiciesen útiles en <strong>al</strong>gún modo, entonces <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> sólo habría<br />

fomentado su conservación y aumento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites utilizables;<br />

pero ¿cómo obtener el principio <strong>de</strong> este <strong>de</strong>sarrollo útil?» En respuesta,<br />

pue<strong>de</strong> preguntarse por qué los remotos antepasados <strong>de</strong> <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas no<br />

habrían tenido <strong>la</strong> boca constituida <strong>de</strong> modo <strong>al</strong>go parecido <strong>al</strong> pico con <strong>la</strong>minitas<br />

<strong>de</strong>l pato. Los patos, como <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas, se sustentan tamizando el<br />

cieno y el agua, y <strong>la</strong> familia ha sido l<strong>la</strong>mada <strong>al</strong>gunas veces <strong>de</strong> los Crib<strong>la</strong>tores,<br />

o cribadores. Espero que no se me interpretará torcidamente, diciendo<br />

que los progenitores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas tuvieron re<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> boca con<br />

láminas, como el pico <strong>de</strong> un pato. Quiero so<strong>la</strong>mente exponer que esto no<br />

es increíble, y que <strong>la</strong>s inmensas láminas que constituyen <strong>la</strong>s barbas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

b<strong>al</strong>lena franca podrían haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do, a partir <strong>de</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s, por<br />

pasos gradu<strong>al</strong>es, <strong>de</strong> utilidad todos para su posesor. <strong>El</strong> pico <strong>de</strong>l pato cucharetero<br />

(Spatu<strong>la</strong> clypeata) es <strong>de</strong> estructura más hermosa y compleja<br />

que <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> una b<strong>al</strong>lena. La mandíbu<strong>la</strong> superior está provista a cada<br />

<strong>la</strong>do <strong>de</strong> una fi<strong>la</strong> o peine formado -en el ejemp<strong>la</strong>r examinado por mí- por<br />

188 <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>lgadas y elásticas, cortadas <strong>al</strong> sesgo <strong>de</strong> modo que terminen<br />

en punta y colocadas transvers<strong>al</strong>mente con re<strong>la</strong>ción <strong>al</strong> eje mayor <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> boca. Estas <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s nacen <strong>de</strong>l pa<strong>la</strong>dar, y están sujetas a los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> por una membrana flexible. Las que están hacia en medio<br />

son <strong>la</strong>s más <strong>la</strong>rgas, teniendo <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo aproximadamente un tercio <strong>de</strong> pulgada,<br />

y s<strong>al</strong>en 0,14 <strong>de</strong> pulgada por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong>. En sus bases hay una<br />

corta fi<strong>la</strong> secundaria <strong>de</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s oblicuamente transversas. Por estos<br />

varios conceptos se asemejan a <strong>la</strong>s barbas <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena; pero<br />

hacia <strong>la</strong> extremidad <strong>de</strong>l pico difieren mucho, pues se proyectan hacia<br />

<strong>de</strong>ntro, en vez <strong>de</strong> hacerlo vertic<strong>al</strong>mente hacia abajo. La cabeza entera <strong>de</strong><br />

este pato -aunque incomparablemente menos voluminosa- mi<strong>de</strong> aproximadamente<br />

un dieciochoavo <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> una Ba<strong>la</strong>enoptera<br />

rostrata medianamente gran<strong>de</strong>, especie en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> <strong>la</strong>s barbas tienen<br />

sólo nueve pulgadas <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo; <strong>de</strong> manera que si hiciésemos <strong>la</strong> cabeza<br />

<strong>de</strong>l pato cucharetero tan <strong>la</strong>rga como <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ba<strong>la</strong>enoptera, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s<br />

tendrían seis pulgadas <strong>de</strong> longitud, o sea, dos tercios <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong><br />

196


<strong>la</strong>s barbas en esta especie <strong>de</strong> b<strong>al</strong>lena. La mandíbu<strong>la</strong> inferior <strong>de</strong>l pato cucharetero<br />

está provista <strong>de</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> longitud que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> arriba,<br />

pero más finas, y por estar provista <strong>de</strong> estas <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s, difiere notoriamente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena que está <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong> barbas.<br />

Por otra parte, los extremos <strong>de</strong> estas <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s inferiores están como<br />

<strong>de</strong>shi<strong>la</strong>chados, formando finas puntas hirsutas, <strong>de</strong> modo que, lo que es<br />

curioso, se asemejan así a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas que constituyen <strong>la</strong>s barbas <strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena.<br />

En el género Prion, que pertenece a <strong>la</strong> familia distinta <strong>de</strong> los petreles,<br />

<strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior sólo está provista <strong>de</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s que están bien<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das y s<strong>al</strong>en por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong>, <strong>de</strong> modo que el pico <strong>de</strong> esta<br />

ave se parece, por este concepto, a <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> propiedad <strong>de</strong> tamizar -según he sabido por<br />

noticias y ejemp<strong>la</strong>res que me han sido remitidos por mister S<strong>al</strong>vin-, po<strong>de</strong>mos<br />

pasar, sin gran interrupción, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> conformación, sumamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da, <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong>l pato cucharetero -mediante el pico <strong>de</strong> <strong>la</strong> Merganetta<br />

armata y, en <strong>al</strong>gunos conceptos, mediante el <strong>de</strong> Aix sponsa- <strong>al</strong><br />

pico <strong>de</strong>l pato común. En esta última especie <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s son mucho<br />

más toscas que en el cucharetero, y están firmemente adheridas a los dos<br />

<strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong>; son tan sólo en número <strong>de</strong> 50 a cada <strong>la</strong>do, y no<br />

s<strong>al</strong>en nunca por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l bor<strong>de</strong>. Su terminación es rectangu<strong>la</strong>r, y están<br />

guarnecidas <strong>de</strong> tejido resistente translúcido, como si fuesen para triturar<br />

comida. Los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior están cruzados por numerosos<br />

plieguecillos, que sobres<strong>al</strong>en muy poco. Aun cuando el pico es así<br />

muy inferior como tamiz <strong>al</strong> <strong>de</strong>l cucharetero, sin embargo, el pato, como<br />

todo el mundo sabe, lo utiliza constantemente para este objeto. Según me<br />

dice míster S<strong>al</strong>vin, hay otras especies en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s están<br />

mucho menos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que en el pato común; pero yo no sé si estas<br />

aves usan su pico para tamizar el agua.<br />

Pasando a otro grupo <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia, en el ganso <strong>de</strong> Egipto<br />

(Chen<strong>al</strong>opex) el pico se parece mucho <strong>al</strong> <strong>de</strong>l pato común; pero <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s<br />

no son tan numerosas, tan distintas, si sobres<strong>al</strong>en tanto hacia <strong>de</strong>ntro;<br />

sin embargo, este ganso, según me informa míster E. Bartlett, «utiliza su<br />

pico como un pato, expulsando el agua por los <strong>la</strong>dos». Su princip<strong>al</strong> <strong>al</strong>imento<br />

es hierba, que corta como el ganso común. En esta ave <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior son mucho más toscas que en el pato común,<br />

casi unidas, en número <strong>de</strong> unas 27 a cada <strong>la</strong>do, cubiertas da protuberancias<br />

como dientes. <strong>El</strong> pa<strong>la</strong>dar está también cubierto <strong>de</strong> protuberancias<br />

redondas y duras. Los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior son serrados,<br />

con dientes mucho más prominentes, toscos y agudos que en el pato. <strong>El</strong><br />

ganso común no tamiza el agua, y utiliza su pico exclusivamente para<br />

197


arrancar o cortar <strong>la</strong> hierba, uso para el cu<strong>al</strong> está tan bien adaptado, que<br />

pue<strong>de</strong> cortar el césped más <strong>al</strong> ras casi que cu<strong>al</strong>quier otro anim<strong>al</strong>. Hay<br />

otras especies <strong>de</strong> gansos, según me dice míster Bartlett, en los cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s<br />

<strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s están menos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que en el ganso común.<br />

Vemos, pues, que una especie <strong>de</strong> <strong>la</strong>s familias <strong>de</strong> los patos, con el pico<br />

constituido como el <strong>de</strong>l ganso común y adaptado exclusivamente a herbajear,<br />

o hasta una especie con pico con <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s poco <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das,<br />

pudo convertirse, por pequeños cambios, en una especie como el ganso<br />

egipcio; ésta, en una como el pato común, y fin<strong>al</strong>mente, en una como el<br />

cucharetero provista <strong>de</strong> pico, adaptado, casi exclusivamente, para tamizar<br />

el agua, puesto que esta ave apenas podría usar ninguna parte <strong>de</strong> su<br />

pico, excepto <strong>la</strong> punta ganchuda, para coger o <strong>de</strong>sgarrar <strong>al</strong>imentos sólidos.<br />

Puedo añadir que el pico <strong>de</strong>l ganso pudo convertirse, por pequeños<br />

cambios, en un pico provisto <strong>de</strong> dientes prominentes encorvados, como<br />

los <strong>de</strong> Merganser -que pertenece a <strong>la</strong> misma familia-, que sirven para el<br />

muy diferente objeto <strong>de</strong> coger peces vivos.<br />

Volviendo a los cetáceos, el Hyperoodon bi<strong>de</strong>ns está <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong><br />

verda<strong>de</strong>ros dientes en condiciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ser eficaces; pero su pa<strong>la</strong>dar,<br />

según Lacepè<strong>de</strong>, está erizado <strong>de</strong> puntas córneas pequeñas, <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es y<br />

duras. Por consiguiente, no hay nada <strong>de</strong> improbable en suponer que <strong>al</strong>guna<br />

forma <strong>de</strong> cetáceo primitiva tuvo el pa<strong>la</strong>dar provisto <strong>de</strong> puntas córneas<br />

semejantes, aunque dispuestas con <strong>al</strong>go menos <strong>de</strong> regu<strong>la</strong>ridad, que,<br />

como <strong>la</strong>s prominencias <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong>l ganso, le ayudaban a coger o <strong>de</strong>sgarrar<br />

su <strong>al</strong>imento. Siendo así, difícilmente se negará que <strong>la</strong>s puntas, por<br />

variación y selección natur<strong>al</strong>, pudieron convertirse en <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s tan bien<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l ganso <strong>de</strong> Egipto, en cuyo caso habrían sido<br />

usadas, tanto para coger objetos como para tamizar el agua; <strong>de</strong>spués, en<br />

<strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l pato común, y así, progresivamente, hasta que<br />

llegaron a estar tan bien construidas como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l cucharetero, en cuyo<br />

caso habrían servido exclusivamente como un aparato para tamizar. Partiendo<br />

<strong>de</strong> este estado, en el que <strong>la</strong>s láminas tendrían dos tercios <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s barbas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ba<strong>la</strong>enoptera rostrata, <strong>la</strong>s gradaciones que pue<strong>de</strong>n<br />

observarse en cetáceos vivientes nos llevan hasta <strong>la</strong>s enormes barbas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena franca. Tampoco hay razón <strong>al</strong>guna para dudar <strong>de</strong> que cada<br />

grado <strong>de</strong> esta esca<strong>la</strong> pudo haber sido tan útil a ciertos cetáceos antiguos,<br />

en los cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s funciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes cambiaron lentamente durante el<br />

transcurso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo, como lo son <strong>la</strong>s gradaciones en los picos <strong>de</strong> los<br />

diferentes representantes actu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> los patos. Hemos <strong>de</strong><br />

tener presente que cada especie <strong>de</strong> pato está sometida a una rigurosa<br />

198


lucha por <strong>la</strong> existencia, y que <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong> cada parte <strong>de</strong> su organización<br />

tiene que estar bien adaptada a sus condiciones <strong>de</strong> vida.<br />

Los pleuronéctidos o peces p<strong>la</strong>nos son notables por <strong>la</strong> asimetria <strong>de</strong> su<br />

cuerpo. Permanecen acostados sobre un <strong>la</strong>do, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies sobre el izquierdo, pero en <strong>al</strong>gunas sobre el <strong>de</strong>recho, y, a veces,<br />

se presentan ejemp<strong>la</strong>res adultos inversos. <strong>El</strong> <strong>la</strong>do inferior o superficie <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scanso parece, a primera vista, el <strong>la</strong>do ventr<strong>al</strong> <strong>de</strong> un pez ordinario: es<br />

<strong>de</strong> un color b<strong>la</strong>nco y está, por muchos conceptos, menos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

que el <strong>la</strong>do superior, y frecuentemente tiene <strong>la</strong>s <strong>al</strong>etas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tamaño<br />

menor. Pero los ojos ofrecen una particu<strong>la</strong>ridad notabilísima, pues<br />

ambos están situados en el <strong>la</strong>do superior <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza. En <strong>la</strong> primera<br />

edad, sin embargo, los ojos están opuestos uno a otro, y todo el cuerpo es<br />

entonces simétrico, teniendo ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> color. Pronto el ojo<br />

propio <strong>de</strong>l <strong>la</strong>do inferior empieza a resba<strong>la</strong>r lentamente <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

cabeza hacia el <strong>la</strong>do superior, pero no pasa a través <strong>de</strong>l cráneo, como antes<br />

se creyó que ocurría. Es evi<strong>de</strong>nte que, a menos que el ojo inferior girase<br />

<strong>de</strong> esta manera, no podría ser usado por el pez mientras yace en su<br />

posición habitu<strong>al</strong> sobre un <strong>la</strong>do. <strong>El</strong> ojo inferior, a<strong>de</strong>más, habría estado expuesto<br />

a rozarse con el fondo arenoso. Es evi<strong>de</strong>nte que los pleuronéctidos<br />

están admirablemente adaptados a su modo <strong>de</strong> vida mediante su<br />

conformación ap<strong>la</strong>stada y asimétrica, pues diferentes especies, como los<br />

lenguados, p<strong>la</strong>tijas, etc., son comunísimas. Las princip<strong>al</strong>es ventajas obtenidas<br />

<strong>de</strong> este modo parecen ser protección contra sus enemigos y facilidad<br />

para <strong>al</strong>imentarse en el fondo. Los diferentes miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia<br />

presentan, sin embargo, como hace observar Schiödte, «una <strong>la</strong>rga serie<br />

<strong>de</strong> formas que muestran una transición gradu<strong>al</strong>, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Hippoglossus<br />

pinguis, que no cambia mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma en que abandona el huevo,<br />

hasta los lenguados, que están enteramente echados sobre un <strong>la</strong>do».<br />

Míster Mivart ha recogido este caso, y hace observar que difícilmente<br />

es concebible una transformación espontánea, súbita, en <strong>la</strong> posición <strong>de</strong><br />

los ojos, en lo cu<strong>al</strong> estoy por completo <strong>de</strong> acuerdo con él. Después aña<strong>de</strong>:<br />

«Si <strong>la</strong> transformación fue gradu<strong>al</strong>, entonces verda<strong>de</strong>ramente dista mucho<br />

<strong>de</strong> estar c<strong>la</strong>ro cómo pudo ser beneficioso <strong>al</strong> individuo el que un ojo hiciese<br />

una pequeña parte <strong>de</strong>l viaje hacia el <strong>la</strong>do opuesto <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza. Hasta<br />

parece que esta transformación incipiente <strong>de</strong>bió haber sido más bien perjudici<strong>al</strong>».<br />

Pero pudo míster Mivart haber encontrado una respuesta a esta<br />

objeción en <strong>la</strong>s excelentes observaciones publicadas por M<strong>al</strong>m en 1867.<br />

Los pleuronéctidos, mientras son muy jóvenes y todavía simétricos, con<br />

sus ojos situados en los <strong>la</strong>dos opuestos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza, no pue<strong>de</strong>n conservar<br />

durante mucho tiempo su posición vertic<strong>al</strong>, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura<br />

199


excesiva <strong>de</strong> su cuerpo, <strong>al</strong> pequeño tamaño <strong>de</strong> sus <strong>al</strong>etas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es y a que<br />

están <strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong> vejiga natatoria. Por consiguiente, pronto se cansan<br />

y caen <strong>al</strong> fondo sobre un costado. Mientras <strong>de</strong>scansan así, vuelven<br />

con frecuencia, según observó M<strong>al</strong>m, el ojo inferior hacia arriba, para ver<br />

encima <strong>de</strong> ellos; y hacen esto tan vigorosamente, que se produce una<br />

fuerte presión <strong>de</strong>l ojo contra <strong>la</strong> parte superior <strong>de</strong> <strong>la</strong> órbita. A consecuencia<br />

<strong>de</strong> esto, <strong>la</strong> parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> frente comprendida entre los ojos se estrecha pasajeramente,<br />

según pudo verse con toda c<strong>la</strong>ridad. En una ocasión M<strong>al</strong>m<br />

vio a un pez joven que levantaba y bajaba el ojo inferior una distancia angu<strong>la</strong>r<br />

<strong>de</strong> 70 grados, aproximadamente.<br />

Debemos recordar que el cráneo, en esta temprana edad, es carti<strong>la</strong>ginoso<br />

y flexible, <strong>de</strong> modo que ce<strong>de</strong> fácilmente a <strong>la</strong> acción muscu<strong>la</strong>r. También<br />

es sabido que en los anim<strong>al</strong>es superiores, aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> primera<br />

juventud, el cráneo ce<strong>de</strong> y cambia <strong>de</strong> forma si <strong>la</strong> piel y los músculos están<br />

constantemente contraídos por enfermedad o <strong>al</strong>gún acci<strong>de</strong>nte. En los<br />

conejos <strong>de</strong> orejas <strong>la</strong>rgas, si una oreja está caída hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte, su peso<br />

arrastra hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte todos los huesos <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong>l mismo <strong>la</strong>do, <strong>de</strong> lo<br />

cu<strong>al</strong> he dado una figura. M<strong>al</strong>m afirma que <strong>la</strong>s crías recién nacidas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

percas, s<strong>al</strong>món y varios otros peces simétricos tienen <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scansar sobre un costado en el fondo, y ha observado que entonces con<br />

frecuéncia tuercen el ojo inferior para mirar hacia arriba, y <strong>de</strong> este modo<br />

su cráneo se tuerce <strong>al</strong>go. Estos peces, sin embargo, pue<strong>de</strong>n pronto mantenerse<br />

en posición vertic<strong>al</strong>, y no se produce así efecto <strong>al</strong>guno permanente.<br />

En los pleuronéctidos, por el contrario, cuanta más edad tienen, tanto<br />

más habitu<strong>al</strong> es el que permanezcan sobre un <strong>la</strong>do, <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> ap<strong>la</strong>stamiento<br />

creciente <strong>de</strong> su cuerpo, y <strong>de</strong> este modo se produce un efecto permanente<br />

en <strong>la</strong> cabeza y en <strong>la</strong> posición <strong>de</strong> los ojos. Juzgando, por an<strong>al</strong>ogía, <strong>la</strong><br />

ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> torsión, indudablemente tiene que aumentar por el principio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia. Schiödte cree, en contra <strong>de</strong> otros natur<strong>al</strong>istas, que los<br />

pleuronéctidos no son completamente simétricos en el embrión, y, si esto<br />

es así, podríamos compren<strong>de</strong>r cómo es que ciertas especies, cuando jóvenes,<br />

caen y permanecen habitu<strong>al</strong>mente sobre el <strong>la</strong>do izquierdo y otras sobre<br />

el <strong>la</strong>do <strong>de</strong>recho. M<strong>al</strong>m aña<strong>de</strong>, en confirmación <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión anterior,<br />

que el Trachypterus arcticus, que no pertenece a los pleuronéctidos, permanece<br />

en el fondo sobre el <strong>la</strong>do izquierdo, y nada diagon<strong>al</strong>mente en el<br />

agua, y se dice que en este pez los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza son <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es.<br />

Nuestra gran autoridad en peces, el doctor Günther, termina su resumen<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> memoria <strong>de</strong> M<strong>al</strong>m haciendo observar que «el autor da una explicación<br />

muy sencil<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> anóma<strong>la</strong> condición <strong>de</strong> los pleuronéctidos».<br />

200


Vemos así que los primeros estados <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong>l ojo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un <strong>la</strong>do <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> cabeza <strong>al</strong> otro, que míster Mivart juzga que serían perjudici<strong>al</strong>es, pue<strong>de</strong>n<br />

atribuirse a <strong>la</strong> costumbre, indudablemente favorable <strong>al</strong> individuo y a<br />

<strong>la</strong> especie, <strong>de</strong> esforzarse por mirar hacia arriba con los dos ojos mientras<br />

permanece en el fondo sobre un costado. También po<strong>de</strong>mos atribuir a los<br />

efectos hereditarios <strong>de</strong>l uso el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong> boca en diferentes especies<br />

<strong>de</strong> pleuronéctidos esté inclinada hacia el <strong>la</strong>do inferior, con los huesos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s más fuertes y más eficaces en este <strong>la</strong>do, sin ojo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza<br />

que en el otro, con el objeto, según supone el doctor Traquair, <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>imentarse cómodamente en el fondo. <strong>El</strong> <strong>de</strong>suso, por otra parte, explicará<br />

el <strong>de</strong>sarrollo menor <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> mitad inferior <strong>de</strong>l cuerpo, incluso <strong>la</strong>s<br />

<strong>al</strong>etas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es, aun cuando Yarrell cree que el tamaño reducido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

<strong>al</strong>etas es ventajoso <strong>al</strong> pez, porque «hay muchísimo menos espacio para<br />

su acción que encima para <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>al</strong>etas mayores». Quizá pue<strong>de</strong> igu<strong>al</strong>mente<br />

explicarse el menor número <strong>de</strong> dientes en <strong>la</strong>s mita<strong>de</strong>s superiores<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos mandíbu<strong>la</strong>s, en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción, en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>tija, <strong>de</strong> 4-7 en el<strong>la</strong>s a 25-30<br />

en <strong>la</strong>s mita<strong>de</strong>s inferiores. Por <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> color en <strong>la</strong> cara ventr<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los peces y muchos otros anim<strong>al</strong>es, po<strong>de</strong>mos razonablemente<br />

suponer que <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> color en los pleuronéctidos en el <strong>la</strong>do que<br />

resulta inferior, ya sea el <strong>de</strong>recho ya el izquierdo, es <strong>de</strong>bida a <strong>la</strong> ausencia<br />

<strong>de</strong> luz. Pero no pue<strong>de</strong> suponerse que sean <strong>de</strong>bidos a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz el<br />

aspecto jaspeado peculiar <strong>de</strong>l <strong>la</strong>do superior <strong>de</strong>l lenguado, tan parecido <strong>al</strong><br />

fondo arenoso <strong>de</strong>l mar, o <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas especies <strong>de</strong> cambiar su<br />

color, como recientemente ha <strong>de</strong>mostrado Pouchet, <strong>de</strong> conformidad con<br />

<strong>la</strong> superficie que les ro<strong>de</strong>a, o <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> tubérculos óseos en el <strong>la</strong>do<br />

superior <strong>de</strong>l rodab<strong>al</strong>lo. Probablemente, en estos casos ha entrado en juego<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, lo mismo que en adaptar a sus costumbres <strong>la</strong> forma<br />

gener<strong>al</strong> y muchas otras particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> estos peces. Debemos tener<br />

presente, como he indicado antes, que los efectos hereditarios <strong>de</strong>l uso<br />

creciente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes, y quizá <strong>de</strong> su <strong>de</strong>suso, serán reforzados por <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>; pues todas <strong>la</strong>s variaciones espontáneas en <strong>la</strong> dirección<br />

<strong>de</strong>bida se conservarán <strong>de</strong> este modo, como se conservarán los individuos<br />

que here<strong>de</strong>n en mayor grado los efectos <strong>de</strong>l uso creciente y ventajoso <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>guna parte. Cuanto haya que atribuir en cada caso particu<strong>la</strong>r a los efectos<br />

<strong>de</strong>l uso y cuanto a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, parece imposible <strong>de</strong>cidirlo.<br />

Puedo dar otro ejemplo <strong>de</strong> una conformación que parece <strong>de</strong>ber su origen<br />

exclusivamente <strong>al</strong> uso o costumbre. <strong>El</strong> extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong> co<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos<br />

monos americanos se ha convertido en un órgano prensil maravillosamente<br />

perfecto, que sirve como una quinta mano. Un crítico, que está<br />

conforme con míster Mivart en todos los <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les, hace observar acerca<br />

201


<strong>de</strong> esta conformación: «Es imposible creer que, por mucho que sea el<br />

tiempo transcurrido, <strong>la</strong> primera débil ten<strong>de</strong>ncia incipiente a coger pudiese<br />

s<strong>al</strong>var <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> los individuos que <strong>la</strong> poseían o aumentar <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> tener y criar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia». Pero no hay necesidad <strong>de</strong> creer<br />

t<strong>al</strong> cosa: <strong>la</strong> costumbre -y esto casi implica que resulta <strong>al</strong>gún beneficio mayor<br />

o menor- bastaría, según toda probabilidad, para esta obra. Brehm<br />

vio los pequeñuelos <strong>de</strong> un mono africano (Cercopithecus) trepando con<br />

<strong>la</strong>s manos <strong>al</strong> <strong>la</strong>do ventr<strong>al</strong> <strong>de</strong> su madre, y <strong>al</strong> mismo tiempo enganchaban<br />

sus colitas a <strong>la</strong> <strong>de</strong> su madre. <strong>El</strong> profesor Henslow conservó en cautividad<br />

<strong>al</strong>gunos ratones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mieses (Mus messorius), cuya co<strong>la</strong> no es prensil<br />

por su conformación; pero observó, con frecuencia, que enroscaban sus<br />

co<strong>la</strong>s en <strong>la</strong>s ramas <strong>de</strong> un arbusto colocado en su jau<strong>la</strong>, ayudándose así<br />

para trepar. He recibido una información análoga <strong>de</strong>l doctor Günther,<br />

que ha visto un ratón colgarse <strong>de</strong> esta manera. Si el ratón <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mieses<br />

hubiera sido más rigurosamente arboríco<strong>la</strong>, su co<strong>la</strong> se hubiese vuelto<br />

quizás <strong>de</strong> conformación más prensil, como ocurre en <strong>al</strong>gunos miembros<br />

<strong>de</strong>l mismo or<strong>de</strong>n. Sería difícil <strong>de</strong>cir, consi<strong>de</strong>rando sus costumbres cuando<br />

es joven, por qué el Cercopithecus no ha quedado provisto <strong>de</strong> co<strong>la</strong><br />

prensil. Es posible, sin embargo, que <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga co<strong>la</strong> <strong>de</strong> este mono pueda<br />

serle más útil como un órgano <strong>de</strong> equilibrio, <strong>al</strong> dar sus prodigiosos s<strong>al</strong>tos,<br />

que como un órgano prensil.<br />

Las glándu<strong>la</strong>s mamarias son comunes a toda <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los mamíferos<br />

y son indispensables para su existencia; tiene, por consiguiente, que haberse<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en una época sumamente remota, y no po<strong>de</strong>mos saber<br />

nada positivo acerca <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Míster Mivart pregunta:<br />

«¿Es concebible que <strong>la</strong> cría <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún anim<strong>al</strong> se s<strong>al</strong>vase <strong>al</strong>guna vez<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción chupando acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente una gota <strong>de</strong> líquido, apenas<br />

nutritivo, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> una glándu<strong>la</strong> cutánea acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente hipertrofiada<br />

<strong>de</strong> su madre? Y aun cuando esto ocurriese <strong>al</strong>guna vez, ¿qué probabilida<strong>de</strong>s<br />

hubo <strong>de</strong> que se perpetuase t<strong>al</strong> variación?» Pero <strong>la</strong> cuestión no<br />

está aquí imparci<strong>al</strong>mente presentada. La mayor parte <strong>de</strong> los evolucionistas<br />

admiten que los mamíferos <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una forma marsupi<strong>al</strong>, y si<br />

es así, <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s mamarias se habrán <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>al</strong> principio <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> bolsa marsupi<strong>al</strong>. En el caso <strong>de</strong>l pez Hippocampus, los huevos se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n<br />

y los pequeños se crían durante <strong>al</strong>gún tiempo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un saco<br />

<strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza, y un natur<strong>al</strong>ista americano, míster Lockwood, cree,<br />

por lo que ha visto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s crías, que éstas son <strong>al</strong>imentadas<br />

por una secreción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s cutáneas <strong>de</strong>l saco. Ahora bien; en los<br />

antepasados primitivos <strong>de</strong> los mamíferos, casi antes <strong>de</strong> que mereciesen<br />

ser <strong>de</strong>nominados así, ¿no es por lo menos posible que <strong>la</strong>s crías pudiesen<br />

202


haber sido <strong>al</strong>imentadas <strong>de</strong> un modo semejante? Y, en este caso, los individuos<br />

que segregasen líquido, en <strong>al</strong>gún modo o grado, el más nutritivo,<br />

<strong>de</strong> suerte que participase <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> leche, habrían a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga<br />

criado un número mayor <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes bien <strong>al</strong>imentados que los individuos<br />

que segregasen un líquido más pobre y, <strong>de</strong> este modo, <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s<br />

cutáneas, que son <strong>la</strong>s homólogas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s mamarias, se habrían<br />

perfeccionado o hecho más eficaces. Está <strong>de</strong> acuerdo con el principio<br />

tan extendido <strong>de</strong> <strong>la</strong> especi<strong>al</strong>ización el que <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s en un cierto<br />

lugar <strong>de</strong>l saco hayan tenido que <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse más que <strong>la</strong>s restantes y hayan<br />

formado entonces una mama, aunque <strong>al</strong> principio sin pezón, como<br />

vemos en el Ornithorhyncus, en <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie <strong>de</strong> los mamíferos. No<br />

preten<strong>de</strong>ré <strong>de</strong>cidir por qué causa <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un cierto espacio llegaron<br />

a especi<strong>al</strong>izarse más que <strong>la</strong>s otras, ya sea, en parte, por compensación<br />

<strong>de</strong> crecimiento, o por los efectos <strong>de</strong>l uso, o por los <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>.<br />

<strong>El</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s mamarias hubiera sido inútil, y no se<br />

hubiera podido efectuar por selección natur<strong>al</strong> sin que el pequeñuelo, <strong>al</strong><br />

mismo tiempo, hubiese sido capaz <strong>de</strong> participar <strong>de</strong> <strong>la</strong> secreción. No hay<br />

mayor dificultad en compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> qué modo los mamíferos pequeños<br />

han aprendido instintivamente a chupar <strong>la</strong> mama que en compren<strong>de</strong>r cómo<br />

los polluelos antes <strong>de</strong> s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l huevo han aprendido a romper <strong>la</strong> cáscara,<br />

golpeando en el<strong>la</strong> con su pico especi<strong>al</strong>mente adaptado, o cómo a <strong>la</strong>s<br />

pocas horas <strong>de</strong> abandonar el cascarón han aprendido a coger granos <strong>de</strong><br />

comida. En t<strong>al</strong>es casos, <strong>la</strong> solución más probable es que <strong>la</strong> costumbre fue<br />

<strong>al</strong> principio adquirida por <strong>la</strong> práctica a una edad más avanzada, y transmitida<br />

<strong>de</strong>spués a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia en una edad más temprana. Pero se dice<br />

que el canguro recién nacido no chupa, sino que so<strong>la</strong>mente se adhiere<br />

<strong>al</strong> pezón <strong>de</strong> su madre, que tiene <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> inyectar leche en <strong>la</strong> boca<br />

<strong>de</strong> su pequeñuelo medio formado y <strong>de</strong>sv<strong>al</strong>ido. Sobre este punto, míster<br />

Mivart hace observar: «Si no existiese una disposición especi<strong>al</strong>, el pequeñuelo<br />

tendría inf<strong>al</strong>iblemente que ser ahogado por <strong>la</strong> introducción <strong>de</strong> leche<br />

en <strong>la</strong> tráquea. Pero existe una disposición especi<strong>al</strong>. La <strong>la</strong>ringe es tan<br />

prolongada, que sube hasta el extremo posterior <strong>de</strong>l conducto nas<strong>al</strong>, y <strong>de</strong><br />

este modo es capaz <strong>de</strong> dar entrada libre <strong>al</strong> aire para los pulmones mientras<br />

<strong>la</strong> leche pasa, sin perjuicio, por los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> esta <strong>la</strong>ringe prolongada,<br />

y llega así con seguridad <strong>al</strong> esófago, que está <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> el<strong>la</strong>». Míster Mivart<br />

pregunta entonces <strong>de</strong> qué modo <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>struyó en el<br />

canguro adulto -y en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los otros mamíferos, admitiendo<br />

que <strong>de</strong>sciendan <strong>de</strong> una forma marsupi<strong>al</strong>- esta conformación, por lo menos,<br />

completamente inocente e inofensiva». Pue<strong>de</strong> indicarse, como<br />

203


espuesta, que <strong>la</strong> voz, que es seguramente <strong>de</strong> gran importancia para muchos<br />

mamíferos, difícilmente pudo haber sido utilizada con plena fuerza,<br />

mientras <strong>la</strong> <strong>la</strong>ringe penetró en el conducto nas<strong>al</strong>, y el profesor Flower me<br />

ha indicado que esta conformación hubiera presentado gran<strong>de</strong>s obstáculos<br />

en un anim<strong>al</strong> que tragase <strong>al</strong>imento sólido.<br />

Volveremos ahora <strong>la</strong> vista, por breve tiempo, a <strong>la</strong>s divisiones inferiores<br />

<strong>de</strong>l reino anim<strong>al</strong>. Los equino<strong>de</strong>rmos -estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar, erizos <strong>de</strong> mar, etc.<br />

-están provistos <strong>de</strong> unos órganos notables, l<strong>la</strong>mados pedice<strong>la</strong>rios, que<br />

consisten, cuando están bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, en una pinza tridácti<strong>la</strong>, esto<br />

es, en una pinza formada por tres ramas <strong>de</strong>ntadas, que se adaptan primorosamente<br />

entre sí y están situadas en el extremo <strong>de</strong> un vástago flexible<br />

movido por músculos. Esta pinza pue<strong>de</strong> hacer firmemente presa <strong>de</strong><br />

cu<strong>al</strong>quier objeto, y Alejandro Agassiz ha visto un Echinus o erizo <strong>de</strong> mar<br />

que, pasando con rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> pinza a pinza partícu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> excremento, <strong>la</strong>s<br />

hacía bajar, según ciertas líneas <strong>de</strong> su cuerpo, <strong>de</strong> modo que su caparazón<br />

no se ensuciase. Pero no hay duda que, aparte <strong>de</strong> quitar sucieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

todas c<strong>la</strong>ses, los pedice<strong>la</strong>rios sirven para otras funciones, y una <strong>de</strong> éstas<br />

es evi<strong>de</strong>ntemente <strong>la</strong> <strong>de</strong>fensa.<br />

Respecto a estos órganos, míster Mivart, como en tantas otras ocasiones<br />

anteriores, pregunta: «¿Cuál sería <strong>la</strong> utilidad <strong>de</strong> los primeros comienzos<br />

rudimentarios <strong>de</strong> estas conformaciones, y cómo pudieron estos tubérculos<br />

incipientes haber preservado <strong>al</strong>guna vez <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> un solo<br />

Echinus?» Y aña<strong>de</strong>: «Ni siquiera el <strong>de</strong>sarrollo súbito <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> agarrar<br />

pudo haber sido beneficioso sin el pedúnculo libremente móvil, ni<br />

pudo éste haber sido eficaz sin <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s prensiles, y, sin embargo,<br />

pequeñas variaciones puramente in<strong>de</strong>terminadas no pudieron hacer que<br />

se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>sen simultáneamente estas complejas coordinaciones <strong>de</strong> estructura:<br />

negar esto parece que no sería sino afirmar una a<strong>la</strong>rmante paradoja».<br />

Por paradójicas que pues dan parecer a míster Mivart <strong>la</strong>s pinzas<br />

tridácti<strong>la</strong>, fijada sinmóvilmente por su base, pero capaces <strong>de</strong> acción prensil,<br />

existen ciertamente en <strong>al</strong>gunas estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar, y esto se compren<strong>de</strong><br />

si sirven, por lo menos en parte, como un medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa. Míster<br />

Agassiz, a cuya gran benevolencia soy <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> muchas noticias sobre<br />

este asunto, me informa <strong>de</strong> que existen otras estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es<br />

una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres ramas <strong>de</strong> <strong>la</strong> pinza está reducida a un soporte para <strong>la</strong>s<br />

otras dos, y aun otros géneros en los que <strong>la</strong> tercera rama está perdida por<br />

completo. En Echinoneus, monsieur Perrier <strong>de</strong>scribe el caparazón como<br />

llevando dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> pedice<strong>la</strong>rios, unos que se parecen a los <strong>de</strong> Echinus<br />

y los otros a los <strong>de</strong> Spatangus, y estos casos son siempre interesantes,<br />

204


porque proporcionan los medios <strong>de</strong> transiciones aparentemente súbitas,<br />

por aborto <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los dos estados <strong>de</strong> un órgano.<br />

Acerca <strong>de</strong> los grados por los que estos curiosos órganos se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do,<br />

míster Agassiz <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> sus propias investigaciones y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> Müller que, tanto en <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar como los erizos <strong>de</strong> mar, los<br />

pedice<strong>la</strong>rios <strong>de</strong>ben indudablemente ser consi<strong>de</strong>rados como púas modificadas.<br />

Pue<strong>de</strong> esto <strong>de</strong>ducirse <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo en el individuo, lo<br />

mismo que <strong>de</strong> una <strong>la</strong>rga y perfecta serie <strong>de</strong> gradaciones en diferentes especies<br />

y géneros, a partir <strong>de</strong> simples gránulos, pasando por <strong>la</strong>s púas ordinarias,<br />

hasta llegar a los pedice<strong>la</strong>rios tridáctilos perfectos. La gradación<br />

se extien<strong>de</strong> hasta a <strong>la</strong> manera cómo <strong>la</strong>s espinas ordinarias y los pedice<strong>la</strong>rios<br />

están, mediante sus varil<strong>la</strong>s c<strong>al</strong>cáreas <strong>de</strong> soporte, articu<strong>la</strong>dos <strong>al</strong> caparazón.<br />

En ciertos géneros <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar pue<strong>de</strong>n encontrarse «<strong>la</strong>s<br />

combinaciones precisamente que se necesitan para <strong>de</strong>mostrar que los pedice<strong>la</strong>rios<br />

son tan sólo espinas ramificadas modificadas». Así, tenemos<br />

espinas fijas con tres ramas móviles equidistantes y <strong>de</strong>ntadas, articu<strong>la</strong>das<br />

cerca <strong>de</strong> su base, y más arriba, en <strong>la</strong> misma espina, otras tres ramas móviles.<br />

Ahora bien; cuando estas últimas nacen <strong>de</strong> <strong>la</strong> extremidad <strong>de</strong> una<br />

espina, forman <strong>de</strong> hecho un tosco pedice<strong>la</strong>rio tridáctilo, y éste pue<strong>de</strong> verse<br />

en <strong>la</strong> misma espina, junto con <strong>la</strong>s tres ramas inferiores. En este caso es<br />

inequívoca <strong>la</strong> idéntica natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los brazos <strong>de</strong> los pedice<strong>la</strong>rios y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s ramas móviles <strong>de</strong> una espina. Se admite gener<strong>al</strong>mente que <strong>la</strong>s púas<br />

ordinarias sirven <strong>de</strong> protección; y, siendo así, no hay razón para dudar<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s que están provistas <strong>de</strong> ramas móviles y <strong>de</strong>ntadas sirvan igu<strong>al</strong>mente<br />

para el mismo fin, y servirían aún más eficazmente tan luego como,<br />

reuniéndose, actuaran como un aparato agarrador o prensil. Así, toda<br />

gradación, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una púa ordinaria fija hasta el pedice<strong>la</strong>rio fijo, sería<br />

<strong>de</strong> utilidad.<br />

En ciertos géneros <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar estos órganos, en vez <strong>de</strong> nacer o<br />

estar fijados sobre un soporte inmóvil, están situados en <strong>la</strong> punta <strong>de</strong> un<br />

vástago flexible y muscu<strong>la</strong>r, aunque corto, y en este caso, <strong>de</strong>sempeñan<br />

probablemente <strong>al</strong>guna función adicion<strong>al</strong>, aparte <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>fensa. En los erizos<br />

<strong>de</strong> mar po<strong>de</strong>mos seguir <strong>la</strong>s etapas por <strong>la</strong>s que una espina fija se convierte<br />

en articu<strong>la</strong>da con el caparazón, haciéndose móvil <strong>de</strong> esta manera.<br />

Quisiera tener aquí espacio para dar un extracto más completo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s interesantes<br />

observaciones <strong>de</strong> míster Agassiz sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los pedice<strong>la</strong>rios.<br />

Todas <strong>la</strong>s gradaciones posibles, como él dice, pue<strong>de</strong>n encontrarse<br />

igu<strong>al</strong>mente entre los pedice<strong>la</strong>rios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar y los garfios<br />

<strong>de</strong> los Ofiuroi<strong>de</strong>os -otro grupo <strong>de</strong> equino<strong>de</strong>rmos-, y a<strong>de</strong>más entre los<br />

205


pedice<strong>la</strong>rios <strong>de</strong> los erizos <strong>de</strong> mar y <strong>la</strong>s anc<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s holoturias, que pertenecen<br />

también a <strong>la</strong> misma extensa c<strong>la</strong>se.<br />

Ciertos anim<strong>al</strong>es compuestos o zoófitos, como se les ha <strong>de</strong>nominado, a<br />

saber: los polizoos, están provistos <strong>de</strong> curiosos órganos l<strong>la</strong>mados avicu<strong>la</strong>rios.<br />

Estos difieren mucho <strong>de</strong> estructura en <strong>la</strong>s distintas especies. En su<br />

estado más perfecto, se asemejan singu<strong>la</strong>rmente a <strong>la</strong> cabeza y pico <strong>de</strong> un<br />

buitre en miniatura, puesta sobre un cuello y capaz <strong>de</strong> movimiento, como<br />

lo es igu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior. En una especie observada por<br />

mí, todos los avicu<strong>la</strong>rios <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma rama, con <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior<br />

muy abierta, se movían simultáneamente hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte y hacia atrás,<br />

<strong>de</strong>scribiendo un ángulo <strong>de</strong> unos 90º, en el transcurso <strong>de</strong> cinco segundos,<br />

y su movimiento hacia temb<strong>la</strong>r a todo el polizoo. Si se tocan <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s<br />

con una aguja, <strong>la</strong> cogen tan firmemente, que <strong>de</strong> este modo pue<strong>de</strong><br />

sacudirse <strong>la</strong> rama.<br />

Míster Mivart aduce este caso, princip<strong>al</strong>mente, en apoyo <strong>de</strong> <strong>la</strong> supuesta<br />

dificultad <strong>de</strong> que en divisiones muy distantes <strong>de</strong>l reino anim<strong>al</strong> se hayan<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do por selección natur<strong>al</strong> órganos -como los avicu<strong>la</strong>rios <strong>de</strong><br />

los polizoos y los pedice<strong>la</strong>rios <strong>de</strong> los equino<strong>de</strong>rmos- que él consi<strong>de</strong>ra como<br />

«esenci<strong>al</strong>mente semejantes»; pero, por lo que se refiere a <strong>la</strong> estructura,<br />

no sé ver semejanza <strong>al</strong>guna entre los pedice<strong>la</strong>rios tridáctilos y los avicu<strong>la</strong>rios.<br />

Estos últimos se parecen <strong>al</strong>go más a <strong>la</strong>s que<strong>la</strong>s o pinzas <strong>de</strong> los<br />

crustáceos, y míster Mivart pudo, con igu<strong>al</strong> fundamento, haber aducido<br />

como una especi<strong>al</strong> dificultad esta semejanza, y aun <strong>la</strong> semejanza con <strong>la</strong><br />

cabeza y pico <strong>de</strong> un ave. Míster Busk, el doctor Smitt y el doctor Nitsche,<br />

natur<strong>al</strong>istas que han estudiado cuidadosamente este grupo, creen que los<br />

avicu<strong>la</strong>rios son homólogos <strong>de</strong> los zooi<strong>de</strong>s y sus celdas, que componen el<br />

zoófito, correspondiendo el <strong>la</strong>bio u opérculo móvil <strong>de</strong> <strong>la</strong> celda a <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong><br />

inferior movible <strong>de</strong>l avicu<strong>la</strong>rio. Míster Busk, sin embargo, no conoce<br />

ninguna gradación, existente actu<strong>al</strong>mente, entre un zooi<strong>de</strong> y un avicu<strong>la</strong>rio.<br />

Es, por consiguiente, imposible conjeturar mediante qué gradaciones<br />

útiles pudo el uno convertirse en el otro; pero en modo <strong>al</strong>guno se<br />

sigue <strong>de</strong> esto que t<strong>al</strong>es gradaciones no hayan existido.<br />

Como <strong>la</strong>s que<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los crustáceos se parecen en <strong>al</strong>go a los avicu<strong>la</strong>rios<br />

<strong>de</strong> los polizoos, sirviendo ambos órganos como pinzas, pue<strong>de</strong> v<strong>al</strong>er <strong>la</strong><br />

pena el <strong>de</strong>mostrar que en los primeros existe todavía una <strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong><br />

gradaciones útiles. En el estado primero y más sencillo, el segmento termin<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> una pata se dob<strong>la</strong> sobre <strong>la</strong> terminación rectangu<strong>la</strong>r <strong>de</strong>l penúltimo<br />

segmento, que es ancho, o contra todo un <strong>la</strong>do, y pue<strong>de</strong> así hacer<br />

presa <strong>de</strong> un objeto; pero <strong>la</strong> pata sirve todavía como órgano <strong>de</strong> locomoción.<br />

Inmediatamente <strong>de</strong>spués encontramos un ángulo <strong>de</strong>l ancho <strong>de</strong>l<br />

206


segmento penúltimo, ligeramente prominente, provisto a veces <strong>de</strong> dientes<br />

irregu<strong>la</strong>res, y contra éstos se cierra el segmento termin<strong>al</strong>. Aumentando<br />

el tamaño <strong>de</strong> esta prominencia con su forma y el <strong>de</strong>l segmento termin<strong>al</strong><br />

con ligera modificación y perfeccionamiento, <strong>la</strong>s pinzas se vuelven<br />

cada vez más perfectas, hasta que, <strong>al</strong> fin, tenemos un instrumento tan eficaz<br />

como <strong>la</strong>s que<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un bogavante, y todas estas gradaciones pue<strong>de</strong>n<br />

seguirse <strong>de</strong> hecho.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los avicu<strong>la</strong>rios, poseen los polizoos los curiosos órganos<br />

l<strong>la</strong>mados vibráculos. Consisten éstos gener<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>rgas cerdas capaces<br />

<strong>de</strong> movimiento, fácilmente excitables. En una especie examinada<br />

por mí, los vibráculos eran ligeramente curvos y <strong>de</strong>ntados en el bor<strong>de</strong><br />

externo, y todos los <strong>de</strong>l mismo polizoo, con frecuencia, se movían simultáneamente,<br />

<strong>de</strong> modo que, obrando como <strong>la</strong>rgos remos, hacían pasar rápidamente<br />

una rama <strong>de</strong> una parte a otra <strong>de</strong>l portaobjetos <strong>de</strong> mi microscopio.<br />

Si se colocaba una rama sobre su cara, los vibráculos quedaban enredados,<br />

y hacían violentos esfuerzos para <strong>de</strong>sembarazarse. Se supone<br />

que los vibráculos sirven <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, y que se les pue<strong>de</strong> ver, como hace<br />

observar míster Busk, «barrer lenta y cuidadosamente <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l<br />

polizoo, quitando lo que pue<strong>de</strong> ser perjudici<strong>al</strong> a los <strong>de</strong>licados habitantes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdas cuando éstos tienen extendidos los tentáculos». Los avicu<strong>la</strong>rios,<br />

lo mismo que los vibráculos, sirven probablemente para <strong>de</strong>fensa;<br />

pero también atrapan y matan pequeños anim<strong>al</strong>es vivos, que se supone<br />

que son arrastrados luego por <strong>la</strong>s corrientes hasta llegar <strong>al</strong> <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> los<br />

tentáculos <strong>de</strong> los zooi<strong>de</strong>s. Algunas especies están provistas <strong>de</strong> avicu<strong>la</strong>rios<br />

y vibráculos; otras, <strong>de</strong> avicu<strong>la</strong>rios sólo, y <strong>al</strong>gunas, sólo <strong>de</strong> vibráculos.<br />

No es fácil imaginar dos objetos más diferentes, en apariencia, que una<br />

cerda o vibráculo y un avicu<strong>la</strong>rio, parecido a <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> un ave; y, sin<br />

embargo, son, casi con seguridad, homólogos, y se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do a<br />

partir <strong>de</strong>l mismo origen común, o sea, el zooi<strong>de</strong> con su celda. Por consiguiente,<br />

po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué, en <strong>al</strong>gunos casos, hay gradaciones<br />

entre estos órganos, según me informa míster Busk. Así, en los avicu<strong>la</strong>rios<br />

<strong>de</strong> diferentes especies <strong>de</strong> Lepr<strong>al</strong>ia <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> móvil es tan s<strong>al</strong>iente<br />

y parecida a una cerda, que sólo <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior o<br />

pico fijo sirve para <strong>de</strong>terminar su natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> avicu<strong>la</strong>rio. Los vibráculos<br />

pue<strong>de</strong>n haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do directamente <strong>de</strong> los opérculos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

celdas, sin haber pasado por el estado <strong>de</strong> avicu<strong>la</strong>rios; pero parece más<br />

probable que hayan pasado por éste, pues durante los primeros estados<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> transformación, <strong>la</strong>s otras partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> celda, con el zooi<strong>de</strong> que compren<strong>de</strong>,<br />

difícilmente pudieron haber <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> una vez. En muchos<br />

casos los vibráculos tienen en su base un soporte con surcos, que<br />

207


parece representar el pico fijo, aun cuando este soporte, en <strong>al</strong>gunas especies,<br />

f<strong>al</strong>ta por completo. Esta teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los vibráculos, si<br />

merece crédito, es interesante, pues suponiendo que todas <strong>la</strong>s especies<br />

provistas <strong>de</strong> avicu<strong>la</strong>rios se hubieran extinguido, nadie, ni aun con <strong>la</strong> más<br />

viva imaginación, hubiese nunca pensado que los vibráculos habían existido<br />

primitivamente como parte <strong>de</strong> un órgano parecido a un pico <strong>de</strong> un<br />

ave, o a una caja irregu<strong>la</strong>r o caperuza. Es interesante ver que estos dos<br />

órganos tan diferentes se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do a partir <strong>de</strong> un origen común,<br />

y como el opérculo móvil <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdas sirve <strong>de</strong> protección <strong>al</strong> zooi<strong>de</strong>, no<br />

hay dificultad en creer que todas <strong>la</strong>s gradaciones, mediante <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es el<br />

opérculo llegó a convertirse, primero en mandíbu<strong>la</strong> superior <strong>de</strong> un avicu<strong>la</strong>rio<br />

y luego en a<strong>la</strong>rgada cerda, sirvieron igu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> protección <strong>de</strong><br />

diferentes modos y en circunstancias diferentes.<br />

En el reino veget<strong>al</strong>, míster Mivart cita sólo dos casos, a saber: <strong>la</strong> estructura<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as y el movimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras.<br />

En cuanto <strong>al</strong> primero, dice: «La explicación <strong>de</strong> su origen es juzgada<br />

como nada satisfactoria, es tot<strong>al</strong>mente insuficiente para explicar los<br />

comienzos incipientes infinitesim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> estructuras que sólo son útiles<br />

cuando se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do consi<strong>de</strong>rablemente». Como he tratado extensamente<br />

este asunto en otra obra, daré aquí so<strong>la</strong>mente <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les<br />

acerca <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más l<strong>la</strong>mativas particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as, o sea sus polinias. Una polinia, cuando está muy <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da,<br />

consiste en una gran masa <strong>de</strong> polen unida a un pedúnculo elástico<br />

o caudículo, y éste a una pequeña masa <strong>de</strong> materia sumamente viscosa.<br />

Las polinias, <strong>de</strong> este modo, son transportadas por los insectos <strong>de</strong> una flor<br />

<strong>al</strong> estigma <strong>de</strong> otra. En <strong>al</strong>gunas orquí<strong>de</strong>as no hay caudículo para <strong>la</strong>s masas<br />

<strong>de</strong> polen, y los granos están simplemente unidos entre sí por hilos finísimos,<br />

pero como esto no está limitado a <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as; no es necesario<br />

tratarlo aquí, aun cuando he <strong>de</strong> mencionar que en el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as, en Cypripedium, po<strong>de</strong>mos ver cómo los hilos se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ron<br />

probablemente <strong>al</strong> principio. En otras orquí<strong>de</strong>as los hilos se<br />

unen entre sí, en un extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s masas <strong>de</strong> polen, y esto forma el primer<br />

indicio o aparición <strong>de</strong> un caudículo. En los granos <strong>de</strong> polen abortados,<br />

que pue<strong>de</strong>n a veces <strong>de</strong>scubrirse enc<strong>la</strong>vados entre <strong>la</strong>s partes centr<strong>al</strong>es<br />

y consistentes, tenemos una buena prueba <strong>de</strong> que es éste el origen <strong>de</strong>l<br />

caudículo, aun cuando sea <strong>de</strong> longitud consi<strong>de</strong>rable y esté muy<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> segunda particu<strong>la</strong>ridad princip<strong>al</strong>, o sea a <strong>la</strong><br />

pequeña masa <strong>de</strong> materia viscosa adherida <strong>al</strong> extremo <strong>de</strong>l caudículo,<br />

pue<strong>de</strong> especificarse una <strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> gradaciones, todas el<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

208


utilidad evi<strong>de</strong>nte para <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta. En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores que pertenecen<br />

a otros ór<strong>de</strong>nes, el estigma segrega un poco <strong>de</strong> materia viscosa.<br />

Ahora bien; en ciertas orquí<strong>de</strong>as, una materia viscosa semejante es segregada<br />

por uno solo <strong>de</strong> los tres estigmas, pero en cantida<strong>de</strong>s mucho mayores,<br />

y este estigma se ha vuelto estéril quizá a consecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> copiosa<br />

secreción. Cuando un insecto visita una flor <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se, quita, trotando,<br />

<strong>al</strong>go <strong>de</strong> <strong>la</strong> materia viscosa y, <strong>al</strong> mismo tiempo, arrastra <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los<br />

granos <strong>de</strong> polen. A partir <strong>de</strong> esta sencil<strong>la</strong> disposición, que difiere poquísimo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> una multitud <strong>de</strong> flores ordinarias, existen infinitas gradaciones<br />

a especies en <strong>la</strong>s que <strong>la</strong> masa <strong>de</strong> polen termina en un cortísimo caudículo<br />

libre, y a otras especies en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es el caudículo se adhiere firmemente<br />

a <strong>la</strong> materia viscosa, y en <strong>la</strong>s que el mismo estigma estéril está<br />

muy modificado. En este último caso tenemos una polinia en su condición<br />

más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da y perfecta. <strong>El</strong> que examine cuidadosamente por sí<br />

mismo <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as, no negará <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> esta serie <strong>de</strong><br />

gradaciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una masa <strong>de</strong> granos <strong>de</strong> polen, simplemente unidos<br />

entre sí por fi<strong>la</strong>mentos, con el estigma muy poco diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> una flor<br />

ordinaria, hasta una polinia sumamente complicada y admirablemente<br />

adaptada para el transporte por los insectos; ni tampoco negará que todas<br />

<strong>la</strong>s gradaciones, en <strong>la</strong>s diferentes especies, están admirablemente<br />

adaptadas, en re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> estructura gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> cada flor, para su fecundación<br />

por diversos insectos. En éste y en casi todos los <strong>de</strong>más casos se<br />

pue<strong>de</strong> dirigir <strong>la</strong> indagación más atrás, y se pue<strong>de</strong> preguntar cómo se hizo<br />

viscoso el estigma <strong>de</strong> una flor ordinaria; mas como no conocemos <strong>la</strong><br />

historia completa <strong>de</strong> ningún grupo <strong>de</strong> seres, es tan inútil hacer estas preguntas<br />

como aguardar una respuesta.<br />

Pasemos ahora a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras. Pue<strong>de</strong>n or<strong>de</strong>narse éstas formando<br />

una <strong>la</strong>rga serie, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s que simplemente se enroscan <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un soporte a <strong>la</strong>s que he l<strong>la</strong>mado trepadores foliares («leafclimbers») y<br />

<strong>la</strong>s que están provistas <strong>de</strong> zarcillos. En estas dos últimas c<strong>la</strong>ses los t<strong>al</strong>los<br />

han perdido gener<strong>al</strong>mente, aunque no siempre, <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> enroscarse,<br />

aun cuando conservan <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> rotación, que poseen también los<br />

zarcillos. Las gradaciones entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras foliares y <strong>la</strong>s que<br />

tienen zarcillos son maravillosas, y ciertas p<strong>la</strong>ntas pue<strong>de</strong>n ser colocadas<br />

indistintamente en cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos c<strong>la</strong>ses. Pero ascendiendo en <strong>la</strong><br />

serie, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que simplemente se enroscan hasta <strong>la</strong>s trepadoras<br />

foliares, se aña<strong>de</strong> una importante cu<strong>al</strong>idad, o sea <strong>la</strong> sensibilidad <strong>al</strong><br />

contacto, por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> los pedúnculos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores y los peciolos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas, o éstos modificados, convertidos en zarcillos, son excitados<br />

a encorvarse <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l objeto que los toca y agarrarse a él. <strong>El</strong> que lea<br />

209


mi memoria sobre estas p<strong>la</strong>ntas admitirá, creo yo, que todas <strong>la</strong>s muchas<br />

gradaciones <strong>de</strong> función y conformación existentes entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que<br />

simplemente se enroscan y <strong>la</strong>s que tienen zarcillos son en cada caso utilísimas<br />

a <strong>la</strong> especie. Por ejemplo: es, evi<strong>de</strong>ntemente, una gran ventaja para<br />

una p<strong>la</strong>nta que se enrosca el volverse trepadora foliar, y es probable que<br />

toda p<strong>la</strong>nta que se enrosca, que posea hojas con peciolos <strong>la</strong>rgos, se hubiera<br />

convertido en p<strong>la</strong>nta trepadora foliar si los peciolos hubiesen poseído,<br />

en <strong>al</strong>gún grado, <strong>la</strong> necesaria sensibilidad <strong>al</strong> contacto.<br />

Como el enroscarse es el modo más sencillo <strong>de</strong> subir por un soporte y<br />

forma <strong>la</strong> base <strong>de</strong> nuestra serie, se pue<strong>de</strong> natur<strong>al</strong>mente preguntar cómo<br />

adquirieron <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas esta facultad en un grado incipiente, para que se<br />

perfeccionase y <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>se <strong>de</strong>spués por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. La facultad<br />

en enroscarse <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, en primer lugar, <strong>de</strong> que los t<strong>al</strong>los, cuando jóvenes,<br />

sean muy flexibles -y éste es un carácter común a muchas p<strong>la</strong>ntas<br />

que no son trepadoras-, y, en segundo lugar, <strong>de</strong> que <strong>de</strong> continuo se dirijan<br />

hacia todos los puntos <strong>de</strong>l horizonte, uno <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> otro, sucesivamente,<br />

en el mismo or<strong>de</strong>n. Mediante este movimiento, los t<strong>al</strong>los se inclinan<br />

hacia todos los <strong>la</strong>dos, lo que les hace dar vueltas y vueltas. Tan pronto<br />

como <strong>la</strong> parte inferior <strong>de</strong> un t<strong>al</strong>lo choca contra un objeto cu<strong>al</strong>quiera y<br />

es <strong>de</strong>tenida, <strong>la</strong> parte superior continúa todavía encorvándose y girando,<br />

y <strong>de</strong> este modo necesariamente se enrosca y sube por el soporte. <strong>El</strong> movimiento<br />

<strong>de</strong> rotación cesa <strong>de</strong>spués que ha empezado a crecer cada vástago.<br />

Como en muchas familias distintas <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas una so<strong>la</strong> especie o un solo<br />

género poseen <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> girar, habiendo llegado <strong>de</strong> este modo a ser<br />

trepadores, tienen que haber adquirido in<strong>de</strong>pendientemente esta facultad,<br />

y no pue<strong>de</strong>n haber<strong>la</strong> heredado <strong>de</strong> un antepasado común. Por consiguiente,<br />

fui llevado a pre<strong>de</strong>cir que se encontraría que dista mucho <strong>de</strong> ser<br />

rara en p<strong>la</strong>ntas que no trepan una ligera ten<strong>de</strong>ncia a un movimiento <strong>de</strong><br />

esta c<strong>la</strong>se, y que esto ha proporcionado <strong>la</strong> base para que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

trabajase y produjese perfeccionamiento. Cuando hice esta predicción<br />

sólo conocía yo un caso imperfecto: el <strong>de</strong> los pedúnculos flor<strong>al</strong>es jóvenes<br />

<strong>de</strong> una Maurandia, que giran débil e irregu<strong>la</strong>rmente, como los t<strong>al</strong>los<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas volubles, pero sin hacer uso <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> esta costumbre.<br />

Poco <strong>de</strong>spués, Fritz Müller <strong>de</strong>scubrió que los t<strong>al</strong>los jóvenes <strong>de</strong> una Alisma<br />

y <strong>de</strong> un Línum -p<strong>la</strong>ntas que no trepan y que están muy separadas en<br />

el sistema natur<strong>al</strong>- giraban manifiestamente, aunque con irregu<strong>la</strong>ridad, y<br />

afirma que tiene fundamento para sospechar que esto ocurre en <strong>al</strong>gunas<br />

otras p<strong>la</strong>ntas. Estos ligeros movimientos parecen no ser <strong>de</strong> utilidad <strong>al</strong>guna<br />

a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas en cuestión; en todo caso, no tienen <strong>la</strong> menor utilidad en<br />

lo que se refiere a trepar, que es el punto que nos interesa. Sin embargo,<br />

210


po<strong>de</strong>mos ver que si los t<strong>al</strong>los <strong>de</strong> estas p<strong>la</strong>ntas hubiesen sido flexibles, y si<br />

en <strong>la</strong>s condiciones a que están sometidas les hubiese aprovechado subir a<br />

cierta <strong>al</strong>tura, entonces <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> girar ligera e irregu<strong>la</strong>rmente hubiera<br />

podido acrecentarse y ser utilizada mediante selección natur<strong>al</strong>, hasta<br />

que se hubiesen convertido en especies volubles bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> sensibilidad <strong>de</strong> los peciolos y pedúnculos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s hojas y flores y <strong>de</strong> los zarcillos, casi son aplicables <strong>la</strong>s mismas observaciones<br />

que en el caso <strong>de</strong> los movimientos giratorios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas volubles.<br />

Como un gran número <strong>de</strong> especies pertenecientes a grupos muy<br />

distintos están dotadas <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> sensibilidad, ésta tiene que encontrarse<br />

en estado naciente en muchas p<strong>la</strong>ntas que no se han vuelto trepadoras.<br />

Y así ocurre; observé que los pedúnculos flor<strong>al</strong>es jóvenes <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Maurandia antes citada se encorvaban un poco hacia el <strong>la</strong>do que era tocado.<br />

Morren observó en varias especies <strong>de</strong> Ox<strong>al</strong>is que <strong>la</strong>s hojas y sus peciolos<br />

se movían, sobre todo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<strong>la</strong>s expuesto a un sol ardiente,<br />

cuando eran tocados suave y repetidamente o cuando <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta era<br />

sacudida. He repetido estas observaciones en <strong>al</strong>gunas otras especies <strong>de</strong><br />

Ox<strong>al</strong>is, con el mismo resultado; en <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, el movimiento era<br />

perceptible, pero se veía mejor en <strong>la</strong>s hojas jóvenes; en otras era sumamente<br />

débil. Un hecho muy importante es que, según <strong>la</strong> <strong>al</strong>ta autoridad<br />

<strong>de</strong> Hofmeister, los vástagos y hojas jóvenes <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas se mueven<br />

<strong>de</strong>spués que han sido sacudidas, y sabemos que, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras,<br />

sólo durante los primeros estados <strong>de</strong> crecimiento son sensibles<br />

los peciolos y zarcillos.<br />

Apenas es posible que estos débiles movimientos <strong>de</strong> los órganos jóvenes<br />

y crecientes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>de</strong>bidos <strong>al</strong> contacto, o <strong>al</strong> sacudimiento,<br />

puedan ser <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna importancia funcion<strong>al</strong>. Pero, obe<strong>de</strong>ciendo a diferentes<br />

estímulos, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas poseen faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> movimiento que son<br />

<strong>de</strong> importancia manifiesta para el<strong>la</strong>s; por ejemplo, movimiento hacia <strong>la</strong><br />

luz, y rara vez apartándose <strong>de</strong> ésta; movimiento en oposición <strong>de</strong> <strong>la</strong> atracción<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> gravedad, y rara vez en dirección <strong>de</strong> ésta. Cuando los nervios<br />

y músculos <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> son excitados por g<strong>al</strong>vanismo o por <strong>la</strong> absorción<br />

<strong>de</strong> estricnina, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que los movimientos consiguientes son<br />

un resultado acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>, pues los nervios y músculos no se han vuelto especi<strong>al</strong>mente<br />

sensibles a estos estímulos. También <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas parece que,<br />

a causa <strong>de</strong> tener facultad <strong>de</strong> movimiento, obe<strong>de</strong>ciendo a <strong>de</strong>terminados<br />

estímulos, son excitadas <strong>de</strong> un modo acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> por el contacto o por sacudidas.<br />

Por consiguiente, no hay gran dificultad en admitir que, en el<br />

taso <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> trepadoras foliares o que tienen zarcillos, esta ten<strong>de</strong>ncia<br />

ha sido aprovechada y aumentada por selección natur<strong>al</strong>. Es, sin<br />

211


embargo, probable, por <strong>la</strong>s razones que he seña<strong>la</strong>do en mi memoria, que<br />

esto habrá ocurrido sólo en p<strong>la</strong>ntas que habían adquirido ya <strong>la</strong> facultad<br />

<strong>de</strong> girar y que, <strong>de</strong> este modo, se habían hecho volubles.<br />

Me he esforzado ya en explicar <strong>de</strong> qué modo <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas llegaron a ser<br />

volubles, a saber, por el aumento <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a movimientos giratorios<br />

débiles e irregu<strong>la</strong>res que, <strong>al</strong> principio, no les eran <strong>de</strong> utilidad <strong>al</strong>guna,<br />

siendo este movimiento, lo mismo que el <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> contacto o sacudida,<br />

un resultado inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> movimiento adquirida para<br />

otros fines útiles. No preten<strong>de</strong>ré <strong>de</strong>cidir si <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ha sido o<br />

no ayudada durante el <strong>de</strong>sarrollo gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras por<br />

los efectos hereditarios <strong>de</strong>l uso; pero sabemos que ciertos movimientos<br />

periódicos, por ejemplo, el l<strong>la</strong>mado sueño <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, están regu<strong>la</strong>dos<br />

por <strong>la</strong> costumbre.<br />

He consi<strong>de</strong>rado, pues, los suficientes casos -y quizá más <strong>de</strong> los suficientes-,<br />

elegidos cuidadosamente por un competente natur<strong>al</strong>ista, para<br />

probar que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> es incapaz <strong>de</strong> explicar los estados incipientes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s estructuras útiles, y he <strong>de</strong>mostrado -según espero- que no<br />

existe gran dificultad sobre este punto. Se ha presentado así una buena<br />

oportunidad para exten<strong>de</strong>rse un poco sobre <strong>la</strong>s gradaciones <strong>de</strong> estructura,<br />

asociadas muchas veces a cambio <strong>de</strong> funciones, asunto importante<br />

que no ha sido tratado con extensión bastante en <strong>la</strong>s ediciones anteriores<br />

<strong>de</strong> esta obra. Recapitu<strong>la</strong>ré ahora brevemente los casos prece<strong>de</strong>ntes.<br />

En el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> jirafa, <strong>la</strong> conservación continua <strong>de</strong> aquellos individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gún rumiante extinguido que <strong>al</strong>canzasen muy <strong>al</strong>to, que tuviesen el<br />

cuello, <strong>la</strong>s patas, etc., más <strong>la</strong>rgos y pudiesen ramonear un poco por encima<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura media, y <strong>la</strong> continuada <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los individuos que<br />

no pudiesen ramonear tan <strong>al</strong>to, habría sido suficiente para <strong>la</strong> producción<br />

<strong>de</strong> este notable cuadrúpedo; aunque el uso prolongado <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s partes,<br />

unido a <strong>la</strong> herencia, habrán ayudado <strong>de</strong> un modo importante a su<br />

coordinación.<br />

Respecto a los numerosos insectos que imitan a diversos objetos, no<br />

hay nada <strong>de</strong> improbable en <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que una semejanza acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong><br />

con <strong>al</strong>gún objeto común fue, en cada caso, <strong>la</strong> base para <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, perfeccionada <strong>de</strong>spués por <strong>la</strong> conservación acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

ligeras variaciones que hiciesen <strong>la</strong> semejanza mucho mayor; y esto habrá<br />

proseguido mientras el insecto continuase variando y mientras una semejanza,<br />

cada vez más perfecta, le permitiese escapar <strong>de</strong> enemigos dotados<br />

<strong>de</strong> vista penetrante.<br />

212


En ciertas especies <strong>de</strong> cetáceos existe una ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> formación <strong>de</strong><br />

pequeñas puntas córneas y regu<strong>la</strong>res en el pa<strong>la</strong>dar; y parece estar por<br />

completo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l radio <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> el conservar<br />

todas <strong>la</strong>s variaciones favorables hasta que <strong>la</strong>s puntas se convirtieron, primero,<br />

en prominencias <strong>la</strong>minares o dientes como los <strong>de</strong>l pico <strong>de</strong>l ganso;<br />

luego, en <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s cortas como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los patos domésticos; <strong>de</strong>spués, en<br />

<strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s tan perfectas como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l pato cucharetero, y, fin<strong>al</strong>mente, en<br />

<strong>la</strong>s gigantescas p<strong>la</strong>cas o barbas, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> <strong>la</strong> b<strong>al</strong>lena franca.<br />

En <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> los patos, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s se usan primero como dientes;<br />

luego, en parte, como dientes y, en parte, como un aparato filtrante, y,<br />

por fin, se usan, casi exclusivamente, para este último objeto.<br />

En estructuras t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s láminas córneas o barbas <strong>de</strong> b<strong>al</strong>lena, hasta<br />

don<strong>de</strong> nosotros po<strong>de</strong>mos juzgar, <strong>la</strong> costumbre o uso poco o nada ha<br />

podido hacer tocante a su <strong>de</strong>sarrollo. Por el contrario, pue<strong>de</strong> atribuirse,<br />

casi por completo, <strong>al</strong> uso continuado, unido a <strong>la</strong> herencia, el tras<strong>la</strong>do <strong>de</strong>l<br />

ojo inferior <strong>de</strong> un pleuronéctido <strong>al</strong> <strong>la</strong>do superior <strong>de</strong> <strong>la</strong> cabeza; y <strong>la</strong> formación<br />

<strong>de</strong> una co<strong>la</strong> prensil pue<strong>de</strong> atribuirse casi por completo <strong>al</strong> uso continuado,<br />

unido a <strong>la</strong> herencia.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s mamas <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es superiores, <strong>la</strong> conjetura<br />

más probable es que primitivamente <strong>la</strong>s glándu<strong>la</strong>s cutáneas <strong>de</strong> toda<br />

<strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> un saco marsupi<strong>al</strong> segregasen un líquido nutritivo, y que<br />

estas glándu<strong>la</strong>s se perfeccionasen en su función por selección natur<strong>al</strong> y se<br />

concentrasen en espacios limitados, en cuyo caso habrían formado una<br />

mama.<br />

No existe mayor dificultad en compren<strong>de</strong>r cómo <strong>la</strong>s espinas ramificadas<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos equino<strong>de</strong>rmos antiguos, que servían <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, se convirtieron<br />

mediante selección natur<strong>al</strong> en pedice<strong>la</strong>rios tridáctilos, que en<br />

compren<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pinzas <strong>de</strong> los crustáceos mediante ligeras<br />

modificaciones útiles en el último y el penúltimo segmentos <strong>de</strong> un miembro<br />

que <strong>al</strong> principio se usaba sólo para <strong>la</strong> locomoción.<br />

En los avicu<strong>la</strong>rios y vibráculos <strong>de</strong> los polizoos tenemos órganos muy<br />

diferentes en apariencia, que se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do a partir <strong>de</strong> un origen<br />

común; y en los vibráculos po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo pudieron haber<br />

sido <strong>de</strong> utilidad <strong>la</strong>s gradaciones sucesivas.<br />

En <strong>la</strong>s polinias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s orquí<strong>de</strong>as pue<strong>de</strong>n seguirse los fi<strong>la</strong>mentos que<br />

primitivamente sirvieron para unir los granos <strong>de</strong> polen hasta que se reúnen,<br />

formando caudícu<strong>la</strong>s, y pue<strong>de</strong>n seguirse igu<strong>al</strong>mente los grados por<br />

los que una materia viscosa, como <strong>la</strong> segregada por los estigmas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

flores ordinarias, y sirviendo todavía casi -aunque no exactamente- para<br />

213


el mismo objeto, llegó a quedar adherida <strong>al</strong> extremo libre <strong>de</strong> <strong>la</strong>s caudícu<strong>la</strong>s,<br />

siendo todas estas gradaciones <strong>de</strong> manifiesta utilidad para <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

en cuestión.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas trepadoras, no necesito repetir lo que<br />

se ha dicho últimamente.<br />

Se ha preguntado muchas veces: si <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> es tan potente,<br />

¿por qué no ha sido conseguida por una especie dada ésta o aquél<strong>la</strong> conformación,<br />

que, <strong>al</strong> parecer, le habría sido ventajosa? Pero no es razonable<br />

esperar una respuesta precisa a estas cuestiones, si consi<strong>de</strong>ramos nuestra<br />

ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia pasada <strong>de</strong> cada especie y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones que<br />

actu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>terminan el número <strong>de</strong> sus individuos y su distribución<br />

geográfica. En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos sólo pue<strong>de</strong>n asignarse razones<br />

gener<strong>al</strong>es; pero en <strong>al</strong>gunos pue<strong>de</strong>n seña<strong>la</strong>rse razones especi<strong>al</strong>es. Así, para<br />

que una especie se adapte a costumbres nuevas, son casi indispensables<br />

muchas modificaciones coordinadas, y muchas veces pue<strong>de</strong> haber<br />

ocurrido que <strong>la</strong>s partes necesarias no variaron <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong>bido o hasta<br />

el punto <strong>de</strong>bido. <strong>El</strong> aumento numérico tiene que haber sido impedido en<br />

muchas especies por agentes <strong>de</strong>structores que no estaban en re<strong>la</strong>ción <strong>al</strong>guna<br />

con ciertas conformaciones que imaginamos que <strong>de</strong>berían haber sido<br />

obtenidas por selección natur<strong>al</strong>, porque nos parece que son ventajosas<br />

a <strong>la</strong>s especies. En este caso, como <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> estas<br />

conformaciones, pudieron no haber sido adquiridas por selección natur<strong>al</strong>.<br />

En muchos casos, para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una estructura son necesarias<br />

condiciones complejas <strong>de</strong> mucha duración y, con frecuencia, <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

particu<strong>la</strong>r, y <strong>la</strong>s condiciones requeridas raras veces se han reunido.<br />

La opinión <strong>de</strong> que cu<strong>al</strong>quier conformación dada, que creemos -erróneamente<br />

muchas veces- que hubiese sido útil a una especie, tiene que<br />

haber sido conseguida, en cu<strong>al</strong>esquiera circunstancia, por selección natur<strong>al</strong>,<br />

es opuesta a lo que po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r acerca <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> acción.<br />

Míster Mivart no niega que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> haya efectuado <strong>al</strong>go,<br />

pero consi<strong>de</strong>ra que pue<strong>de</strong> «<strong>de</strong>mostrarse que es insuficiente» para explicar<br />

los fenómenos que explico yo por su acción. Sus argumentos princip<strong>al</strong>es<br />

han sido ya consi<strong>de</strong>rados, y los <strong>de</strong>más lo serán <strong>de</strong>spués. Me parece<br />

que participan poco <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> una <strong>de</strong>mostración, y que son <strong>de</strong><br />

poco peso en comparación <strong>de</strong> los que existen en favor <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, ayudada por <strong>la</strong>s otras causas varias veces seña<strong>la</strong>das. Debo<br />

añadir que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los hechos y argumentos utilizados por mí en<br />

este caso han sido propuestos con el mismo objeto en un excelente artículo<br />

publicado recientemente en <strong>la</strong> Medico-Chirurgic<strong>al</strong> Review.<br />

214


En <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad, casi todos los natur<strong>al</strong>istas admiten <strong>la</strong> evolución bajo<br />

<strong>al</strong>guna forma. Míster Mivart opina que <strong>la</strong>s especies cambian a causa <strong>de</strong><br />

«una fuerza interna o ten<strong>de</strong>ncia», acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> no se preten<strong>de</strong> que se<br />

sepa nada. Que <strong>la</strong>s especies son capaces <strong>de</strong> cambio, será admitido por todos<br />

los evolucionistas, pero no hay necesidad <strong>al</strong>guna, me parece a mí, <strong>de</strong><br />

invocar ninguna fuerza interna fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> variación ordinaria<br />

que, gracias a <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección <strong>de</strong>l hombre, ha dado origen<br />

a muchas razas domésticas bien adaptadas, y que, gracias a <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> selección daría igu<strong>al</strong>mente origen, por una serie <strong>de</strong> gradaciones, a <strong>la</strong>s<br />

razas o especies natur<strong>al</strong>es. <strong>El</strong> resultado fin<strong>al</strong>, gener<strong>al</strong>mente, habrá sido,<br />

como ya se explicó, un progreso en <strong>la</strong> organización; pero en un corto número<br />

<strong>de</strong> casos habrá sido un retroceso.<br />

Míster Mivart, a<strong>de</strong>más, se inclina a opinar, y <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas están<br />

<strong>de</strong> acuerdo con él, que <strong>la</strong>s especies nuevas se manifiestan «súbitamente y<br />

por modificaciones que aparecen <strong>de</strong> una vez». Supone, por ejemplo, que<br />

<strong>la</strong>s diferencias entre el extinguido Hipparion, que tenía tres <strong>de</strong>dos, y el<br />

cab<strong>al</strong>lo, surgieron <strong>de</strong> repente. Piensa que es difícil creer que el a<strong>la</strong> <strong>de</strong> un<br />

ave se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>se <strong>de</strong> otro modo que por una modificación<br />

«re<strong>la</strong>tivamente súbita <strong>de</strong> carácter seña<strong>la</strong>do e importante», y, <strong>al</strong> parecer,<br />

haría extensiva <strong>la</strong> misma opinión a <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los murcié<strong>la</strong>gos y pterodáctilos.<br />

Esta conclusión, que implica gran<strong>de</strong>s interrupciones o discontinuidad<br />

en <strong>la</strong>s series, me parece sumamente improbable.<br />

Todo el que crea en una evolución lenta y gradu<strong>al</strong>, admitirá sin duda<br />

que los cambios específicos pue<strong>de</strong>n haber sido tan bruscos y gran<strong>de</strong>s como<br />

cu<strong>al</strong>quier variación ais<strong>la</strong>da <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que nos encontramos en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

o hasta en estado doméstico. Pero, como <strong>la</strong>s especies son más variables<br />

cuando están domesticadas o cultivadas que en sus condiciones natur<strong>al</strong>es,<br />

no es probable que t<strong>al</strong>es variaciones gran<strong>de</strong>s y bruscas hayan<br />

ocurrido con frecuencia en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza, como se sabe que surgen acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

en domesticidad. De estas últimas variaciones, <strong>al</strong>gunas pue<strong>de</strong>n<br />

atribuirse a reversión, y los caracteres que <strong>de</strong> este modo reaparecen,<br />

en muchos casos, fueron probablemente obtenidos <strong>al</strong> principio <strong>de</strong> un<br />

modo gradu<strong>al</strong>. Un número todavía mayor merecen el nombre <strong>de</strong> monstruosida<strong>de</strong>s,<br />

como los hombres <strong>de</strong> seis <strong>de</strong>dos, los hombres puercos espines,<br />

<strong>la</strong>s ovejas ancon, <strong>la</strong>s vacas ñatas, etc.; pero como difieren mucho por<br />

sus caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies natur<strong>al</strong>es, arrojan poca luz sobre nuestro<br />

asunto. Excluyendo estos casos <strong>de</strong> variaciones bruscas, los pocos restantes,<br />

si se encontrasen en estado natur<strong>al</strong>, constituirían, a lo sumo, especies<br />

dudosas muy afines con sus tipos progenitores.<br />

215


Las razones que tengo para dudar <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies natur<strong>al</strong>es hayan<br />

cambiado tan bruscamente como a veces lo han hecho <strong>la</strong>s razas domésticas,<br />

y para no creer en absoluto que hayan cambiado <strong>de</strong>l modo extraño<br />

indicado por míster Mivart, son <strong>la</strong>s siguientes: Según nuestra experiencia,<br />

<strong>la</strong>s variaciones bruscas y muy marcadas se presentan en nuestras producciones<br />

domésticas ais<strong>la</strong>damente y a interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo bastante <strong>la</strong>rgos.<br />

Si esto ocurriese en estado natur<strong>al</strong>, <strong>la</strong>s variaciones estarían expuestas,<br />

como se explicó anteriormente, a per<strong>de</strong>rse por causas acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>strucción y por cruzamientos sucesivos, y sabemos que esto ocurre en<br />

estado doméstico, a menos que <strong>la</strong>s variaciones bruscas <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se sean<br />

especi<strong>al</strong>mente conservadas y separadas por el cuidado <strong>de</strong>l hombre. Por<br />

consiguiente, para que apareciese súbitamente una nueva especie <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

manera supuesta por míster Mivart, es casi necesario creer, en oposición<br />

a toda an<strong>al</strong>ogía, que en el mismo territorio aparecieron simultáneamente<br />

muchos individuos portentosamente modificados. Esta dificultad, lo<br />

mismo que en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección inconsciente por el hombre, queda<br />

s<strong>al</strong>vada, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> evolución gradu<strong>al</strong>, por <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong><br />

un gran número <strong>de</strong> individuos que variaron más o menos en cu<strong>al</strong>quier<br />

sentido, favorable, y por <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> un gran número que variaron<br />

<strong>de</strong>l modo contrario.<br />

Es casi indudable que muchas especies se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong> un modo<br />

sumamente gradu<strong>al</strong>. Las especies, y aun los géneros <strong>de</strong> muchas gran<strong>de</strong>s<br />

familias natur<strong>al</strong>es, son tan próximos entre sí, que es difícil distinguir<br />

ni aun siquiera un corto número <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. En todos los continentes, yendo<br />

<strong>de</strong> norte a sur, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones elevadas a <strong>la</strong>s bajas, etc., nos encontramos<br />

con una legión <strong>de</strong> especies muy re<strong>la</strong>cionadas o representativas, como nos<br />

ocurre también en ciertos continentes distintos que tenemos razones para<br />

creer que estuvieron unidos en otro tiempo. Pero <strong>al</strong> hacer estas y <strong>la</strong>s siguientes<br />

observaciones, me veo obligado a <strong>al</strong>udir a asuntos que han <strong>de</strong> ser<br />

discutidos más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte. Si fijamos <strong>la</strong> atención en <strong>la</strong>s numerosas is<strong>la</strong>s situadas<br />

a <strong>al</strong>guna distancia <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un continente, se verá el gran número<br />

<strong>de</strong> sus habitantes que sólo pue<strong>de</strong>n ser llevados a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies<br />

dudosas. Lo mismo ocurre si consi<strong>de</strong>ramos los tiempos pasados, y<br />

comparamos <strong>la</strong>s especies que acaban <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecer con <strong>la</strong>s que viven<br />

todavía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los mismos territorios, o si comparamos <strong>la</strong>s especies<br />

fósiles enterradas en los subpisos <strong>de</strong> una misma formación geológica. Es<br />

evi<strong>de</strong>nte que multitud <strong>de</strong> especies están re<strong>la</strong>cionadas <strong>de</strong>l modo más intimo<br />

con otras que viven todavía o que han existido recientemente, y apenas<br />

es sostenible que t<strong>al</strong>es especies se hayan <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong> un modo<br />

brusco o repentino. Tampoco habría que olvidar, cuando consi<strong>de</strong>ramos<br />

216


partes <strong>de</strong>terminadas <strong>de</strong> especies afines en lugar <strong>de</strong> especies diferentes,<br />

que pue<strong>de</strong>n seguirse numerosas gradaciones asombrosamente <strong>de</strong>licadas<br />

que reúnen conformaciones muy diferentes.<br />

Muchos grupos gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hechos son comprensibles sólo según el<br />

principio <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do a pasos pequeñísimos;<br />

por ejemplo, el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies comprendidas en los géneros<br />

mayores estén más re<strong>la</strong>cionadas entre sí y presenten un mayor número<br />

<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros menores. Las primeras están,<br />

a<strong>de</strong>más, reunidas en pequeños grupos, como <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, y presentan otras an<strong>al</strong>ogías con <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, como se<br />

explicó en el capitulo segundo. Según este mismo principio, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r por qué es que los caracteres específicos son más variables<br />

que los genéricos, y por qué <strong>la</strong>s partes que están <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das en grado<br />

o modo extraordinarios son más variables que otras partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

especie. Podrían añadirse muchos hechos análogos, todos en el mismo<br />

sentido.<br />

Aun cuando muchísimas especies se han producido, casi con seguridad,<br />

por grados no mayores que los que separan varieda<strong>de</strong>s pequeñas,<br />

sin embargo, pue<strong>de</strong> sostenerse que <strong>al</strong>gunas se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong> un<br />

modo diferente y brusco. No <strong>de</strong>be, sin embargo, admitirse esto sin que se<br />

aporten pruebas po<strong>de</strong>rosas. Apenas merecen consi<strong>de</strong>ración <strong>la</strong>s an<strong>al</strong>ogías<br />

vagas, y en muchos respectos f<strong>al</strong>sas, como lo ha <strong>de</strong>mostrado míster Chauncey<br />

Wright, que se han aducido en favor <strong>de</strong> esta teoría, como <strong>la</strong> crist<strong>al</strong>ización<br />

repentina <strong>de</strong> <strong>la</strong>s substancias inorgánicas o <strong>la</strong> transformación<br />

<strong>de</strong> un poliedro en otro mediante una cara. Una c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> hechos, sin embargo,<br />

apoya, a primera vista, <strong>la</strong> creencia en el <strong>de</strong>sarrollo brusco: es <strong>la</strong><br />

aparición súbita en <strong>la</strong>s formaciones geológicas <strong>de</strong> formas orgánicas nuevas<br />

y distintas. Pero el v<strong>al</strong>or <strong>de</strong> esta prueba <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> enteramente <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

perfección <strong>de</strong> los registros geológicos, en re<strong>la</strong>ción con períodos remotos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong>l mundo. Si los registros son tan fragmentarios como<br />

enérgicamente lo afirman muchos geólogos, no hay nada <strong>de</strong> extraño en<br />

que aparezcan formas nuevas, como si se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

súbitamente.<br />

A menos que admitamos transformaciones tan prodigiosas como <strong>la</strong>s<br />

invocadas por míster Mivart, t<strong>al</strong>es como el súbito <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y murcié<strong>la</strong>gos, o <strong>la</strong> conversión repentina <strong>de</strong> un Hipparion en<br />

un cab<strong>al</strong>lo, <strong>la</strong> creencia en modificaciones bruscas apenas arroja luz <strong>al</strong>guna<br />

sobre <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> unión en <strong>la</strong>s formaciones geológicas; pero<br />

contra <strong>la</strong> creencia en t<strong>al</strong>es cambios bruscos, <strong>la</strong> embriología presenta una<br />

enérgica protesta. Es notorio que <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y murcié<strong>la</strong>gos y <strong>la</strong>s<br />

217


extremida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los y otros cuadrúpedos no se pue<strong>de</strong>n distinguir<br />

en un período embrionario temprano, y que llegan a diferenciarse<br />

por <strong>de</strong>licadas gradaciones insensibles. Semejanzas embriológicas <strong>de</strong> todas<br />

c<strong>la</strong>ses pue<strong>de</strong>n explicarse, como veremos <strong>de</strong>spués, porque los progenitores<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes han variado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su primera juventud<br />

y han transmitido sus caracteres nuevamente adquiridos a sus<br />

<strong>de</strong>scendientes en <strong>la</strong> edad correspondiente. Así, pues, el embrión ha quedado<br />

casi sin ser modificado, y sirve como un testimonio <strong>de</strong> <strong>la</strong> condición<br />

pasada <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. De aquí que <strong>la</strong>s especies vivientes tan frecuentemente<br />

se asemejen, durante <strong>la</strong>s primeras fases <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo, a formas<br />

antiguas y extinguidas pertenecientes a <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se. Según esta opinión<br />

sobre <strong>la</strong> significación <strong>de</strong> <strong>la</strong> semejanza embriológica -y en re<strong>al</strong>idad<br />

según cu<strong>al</strong>quier opinión-, es increíble que un anim<strong>al</strong> hubiese experimentado<br />

transformaciones instantáneas y bruscas como <strong>la</strong>s indicadas antes,<br />

y, sin embargo, no llevase en su estado embrionario siquiera una huel<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> ninguna modificación súbita, <strong>de</strong>sarrollándose cada <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le <strong>de</strong> su conformación<br />

por <strong>de</strong>licadas gradaciones insensibles.<br />

<strong>El</strong> que crea que <strong>al</strong>guna forma antigua, mediante una ten<strong>de</strong>ncia o fuerza<br />

interna, se transformó <strong>de</strong> repente, por ejemplo, en otra provista <strong>de</strong><br />

a<strong>la</strong>s, estará casi obligado a admitir, en oposición a toda an<strong>al</strong>ogía, que variaron<br />

simultáneamente muchos individuos; y es innegable que estos<br />

cambios <strong>de</strong> estructura, gran<strong>de</strong>s y bruscos, son muy diferentes <strong>de</strong> los que<br />

parecen haber experimentado <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Estará, a<strong>de</strong>más,<br />

obligado a creer que se han producido repentinamente muchas conformaciones<br />

admirablemente adaptadas a todas <strong>la</strong>s otras partes <strong>de</strong>l mismo<br />

ser y a <strong>la</strong>s condiciones ambientes; y no podrá presentar ni una sombra<br />

<strong>de</strong> explicación <strong>de</strong> estas complejas y portentosas adaptaciones. Estará<br />

forzado a admitir que estas gran<strong>de</strong>s y bruscas transformaciones no han<br />

<strong>de</strong>jado huel<strong>la</strong> <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> su acción en el embrión. Admitir todo esto es, a<br />

mi parecer, entrar en <strong>la</strong>s regiones <strong>de</strong>l mi<strong>la</strong>gro y abandonar <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Ciencia.<br />

218


Capítulo 8<br />

Instinto<br />

Los instintos son comparables con los hábitos, pero se diferencian <strong>de</strong><br />

estos por el origen<br />

Muchos instintos son tan maravillosos, que su <strong>de</strong>sarrollo parecerá probablemente<br />

<strong>al</strong> lector una dificultad suficiente para echar abajo toda mi<br />

teoría. Debo sentar <strong>la</strong> premisa <strong>de</strong> que no me ocupo <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s<br />

ment<strong>al</strong>es, <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo que tampoco lo hago <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

vida misma. Nos interesa sólo <strong>la</strong> diversidad <strong>de</strong> los instintos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más<br />

faculta<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se.<br />

No intentaré dar <strong>de</strong>finición <strong>al</strong>guna <strong>de</strong>l instinto. Sería fácil <strong>de</strong>mostrar<br />

que comúnmente se abarcan con un mismo término varios actos ment<strong>al</strong>es<br />

diferentes; pero todo el mundo compren<strong>de</strong> lo que se quiere expresar<br />

cuando se dice que el instinto impulsa <strong>al</strong> cuclillo a emigrar y poner sus<br />

huevos en nidos <strong>de</strong> otras aves. Comúnmente se dice que es instintivo un<br />

acto para el que nosotros necesitamos experiencia que nos capacite para<br />

re<strong>al</strong>izarlos, cuando lo ejecuta un anim<strong>al</strong>, especi<strong>al</strong>mente si es un anim<strong>al</strong><br />

muy joven, sin experiencia, y cuando es re<strong>al</strong>izado <strong>de</strong>l mismo modo por<br />

muchos individuos, sin que conozcan para qué fin se ejecuta. Pero podría<br />

yo <strong>de</strong>mostrar que ninguno <strong>de</strong> estos caracteres es univers<strong>al</strong>. Un poco<br />

<strong>de</strong> juicio o razón, según <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong> Pierre Huber, entra muchas veces<br />

en juego aun en anim<strong>al</strong>es inferiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>.<br />

Fe<strong>de</strong>rico Cuvier y <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s metafísicos antiguos han comparado<br />

el instinto con <strong>la</strong> costumbre. Esta comparación da, creo yo, una noción<br />

exacta <strong>de</strong> <strong>la</strong> condición ment<strong>al</strong> bajo <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> se re<strong>al</strong>iza un acto instintivo,<br />

pero no necesariamente <strong>de</strong> su origen. ¡Qué inconscientemente se re<strong>al</strong>izan<br />

muchos actos habitu<strong>al</strong>es, incluso, a veces, en oposición directa <strong>de</strong> nuestra<br />

voluntad consciente!, y, sin embargo, pue<strong>de</strong>n ser modificados por <strong>la</strong> voluntad<br />

o por <strong>la</strong> razón. Las costumbres fácilmente llegan a asociarse con<br />

otras costumbres, con ciertos períodos <strong>de</strong> tiempo y con ciertos estados<br />

<strong>de</strong>l cuerpo. Una vez adquiridas, muchas veces permanecen constantes<br />

219


durante toda <strong>la</strong> vida. Podrían seña<strong>la</strong>rse otros varios puntos <strong>de</strong> semejanza<br />

entre los instintos y <strong>la</strong>s costumbres. Como <strong>al</strong> repetir una canción bien conocida,<br />

también en los instintos una acción sigue a otra por una especie<br />

<strong>de</strong> ritmo; si una persona es interrumpida en una canción, o <strong>al</strong> repetir <strong>al</strong>go<br />

aprendido <strong>de</strong> memoria, se ve obligada, por lo común, a volver atrás<br />

para recobrar el curso habitu<strong>al</strong> <strong>de</strong> su pensamiento. P. Huber observó que<br />

así ocurría en una oruga que hace una cubierta, a modo <strong>de</strong> hamaca complicadísima;<br />

pues dice que, cuando cogía una oruga que había terminado<br />

su cubierta, supongamos, hasta el sexto período <strong>de</strong> <strong>la</strong> construcción, y <strong>la</strong><br />

ponía en una cubierta hecha sólo hasta el tercero, <strong>la</strong> oruga volvía simplemente<br />

a repetir los períodos cuarto, quinto y sexto; pero si se cogía una<br />

oruga <strong>de</strong> una cubierta hecha, por ejemplo, hasta el período tercero, y se<br />

<strong>la</strong> ponía una hecha hasta el sexto, <strong>de</strong> modo que mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra estuviese<br />

ya ejecutado, lejos <strong>de</strong> sacar <strong>de</strong> esto <strong>al</strong>gún beneficio, se veía muy embarazada,<br />

y, para completar su cubierta, parecía obligada a comenzar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período tercero, don<strong>de</strong> había <strong>de</strong>jado su trabajo, y <strong>de</strong> este modo<br />

intentaba completar <strong>la</strong> obra ya terminada.<br />

Si suponemos que una acción habitu<strong>al</strong> se vuelve hereditaria -y pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mostrarse que esto ocurre <strong>al</strong>gunas veces-, en este caso <strong>la</strong> semejanza entre<br />

lo que primitivamente fue una costumbre y un instinto se hace tan<br />

gran<strong>de</strong>, que no se distinguen. Si Mozart, en lugar <strong>de</strong> tocar el c<strong>la</strong>vicordio<br />

a los tres años <strong>de</strong> edad, con muy poquísima práctica, hubiese ejecutado<br />

una melodía sin práctica ninguna, podría haberse dicho con verdad que<br />

lo había hecho instintivamente. Pero sería un grave error suponer que <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los instintos han sido adquiridos por costumbre en una<br />

generación, y transmitidos entonces por herencia a <strong>la</strong>s generaciones sucesivas.<br />

Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse c<strong>la</strong>ramente que los instintos más maravillosos<br />

<strong>de</strong> que tenemos noticia, o sea los <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común y los <strong>de</strong> muchas<br />

hormigas, no pudieron haber sido adquiridos por costumbre.<br />

Todo el mundo admitirá que los instintos son tan importantes como<br />

<strong>la</strong>s estructuras corpor<strong>al</strong>es para <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> cada especie en sus<br />

condiciones <strong>de</strong> vida actu<strong>al</strong>es. Cambiando éstas es, por lo menos, posible<br />

que ligeras modificaciones <strong>de</strong>l instinto puedan ser útiles <strong>al</strong>una especie, y<br />

si pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que los instintos varían re<strong>al</strong>mente, por poco que<br />

sea, entonces no sé ver dificultad <strong>al</strong>guna en que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> conservase<br />

y acumu<strong>la</strong>se continuamente variaciones <strong>de</strong>l instinto hasta cu<strong>al</strong>quier<br />

grado que fuese provechoso. Así es, a mi parecer, como se han originado<br />

todos los instintos más complicados y maravillosos. No dudo que<br />

ha ocurrido con los instintos lo mismo que con <strong>la</strong>s modificaciones <strong>de</strong> estructura<br />

materi<strong>al</strong>, que se originan y aumentan por el uso o costumbre y<br />

220


disminuyen o se pier<strong>de</strong>n por el <strong>de</strong>suso; pero creo que los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

costumbre son, en muchos casos, <strong>de</strong> importancia subordinada a los efectos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse variaciones espontáneas<br />

<strong>de</strong> los instintos; esto es, variaciones producidas por <strong>la</strong>s mismas<br />

causas <strong>de</strong>sconocidas que producen ligeras variaciones en <strong>la</strong> conformación<br />

física.<br />

Ningún instinto complejo ha podido producirse mediante selección<br />

natur<strong>al</strong>, si no es por <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción lenta y gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> numerosas variaciones<br />

ligeras, pero útiles. Por consiguiente, lo mismo que en el caso <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s conformaciones materi<strong>al</strong>es, tenemos que encontrar en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

no <strong>la</strong>s verda<strong>de</strong>ras gradaciones transitorias, mediante <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es ha sido<br />

adquirido cada instinto complejo -pues éstas se encontrarían sólo en los<br />

antepasados por línea directa <strong>de</strong> cada especie-, sino que tenemos que encontrar<br />

<strong>al</strong>guna prueba <strong>de</strong> t<strong>al</strong>es gradaciones en <strong>la</strong>s líneas co<strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, o, por lo menos, hemos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>mostrar que son posibles<br />

gradaciones <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna c<strong>la</strong>se, y esto indudablemente po<strong>de</strong>mos hacerlo.<br />

Haciéndome cargo <strong>de</strong> que los instintos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es han sido muy<br />

poco observados, excepto en Europa y América <strong>de</strong>l Norte, y <strong>de</strong> que no se<br />

conoce ningún instinto en <strong>la</strong>s especies extinguidas, me ha sorprendido<br />

ver cuán comúnmente pue<strong>de</strong>n encontrarse gradaciones que llevan a los<br />

instintos más complejos. Los cambios en el instinto pue<strong>de</strong>n, a veces, ser<br />

facilitados porque <strong>la</strong> misma especie tenga instintos diferentes en diferentes<br />

períodos <strong>de</strong> su vida o en diferentes estaciones <strong>de</strong>l año, o cuando se<br />

h<strong>al</strong><strong>la</strong> en diferentes circunstancias, etc.; casos en los cu<strong>al</strong>es, bien un instinto,<br />

bien otro, pudo ser conservado por selección natur<strong>al</strong>. Y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse<br />

que se presentan en <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza estos ejemplos <strong>de</strong> diversidad <strong>de</strong><br />

instintos en <strong>la</strong> misma especie.<br />

A<strong>de</strong>más, lo mismo que en el caso <strong>de</strong> conformación física, y <strong>de</strong> acuerdo<br />

con mi teoría, el instinto <strong>de</strong> cada especie es bueno para el<strong>la</strong> misma; y,<br />

hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos juzgar, jamás ha sido producido para el exclusivo<br />

bien <strong>de</strong> otras especies. Uno <strong>de</strong> los ejemplos más notables <strong>de</strong> que tengo<br />

noticia, <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> que aparentemente re<strong>al</strong>iza un acto para el solo bien<br />

<strong>de</strong> otro, es el <strong>de</strong> los pulgones, que, según fue observado por vez primera<br />

por Huber, dan espontáneamente su dulce secreción a <strong>la</strong>s hormigas; y<br />

que <strong>la</strong> dan espontáneamente lo <strong>de</strong>muestran los hechos siguientes: Quité<br />

todas <strong>la</strong>s hormigas <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> pulgones que estaban<br />

sobre una romaza, e impedí durante varias horas el que <strong>la</strong>s hormigas se<br />

ocupasen <strong>de</strong> ellos. Después <strong>de</strong> este interv<strong>al</strong>o, estaba yo seguro <strong>de</strong> que los<br />

pulgones necesitarían excretar. Los examiné durante <strong>al</strong>gún tiempo con<br />

una lente, pero ninguno excretaba; entonces les hice cosquil<strong>la</strong>s y golpeé<br />

221


con un pelo, <strong>de</strong>l mismo modo, hasta don<strong>de</strong> me fue posible, que lo hacen<br />

<strong>la</strong>s hormigas con sus antenas; pero ninguno excretaba. Después <strong>de</strong>jé que<br />

una hormiga los visitase, y ésta, inmediatamente, por su ansiosa manera<br />

<strong>de</strong> marchar, pareció darse cuanta <strong>de</strong>l riquísimo rebaño que hab<strong>la</strong> <strong>de</strong>scubierto;<br />

entonces empezó a tocar, con <strong>la</strong>s antenas encima <strong>de</strong>l abdomen <strong>de</strong><br />

un pulgón primero, y luego <strong>de</strong> otro, y todos, tan pronto como sentían <strong>la</strong>s<br />

antenas, levantaban inmediatamente el abdomen y excretaban una límpida<br />

gota <strong>de</strong> dulce jugo, que era <strong>de</strong>vorada ansiosamente por <strong>la</strong> hormiga.<br />

Incluso los pulgones más jóvenes se conducían <strong>de</strong> este modo, mostrando<br />

que <strong>la</strong> acción era instintiva, y no resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia. Según <strong>la</strong>s<br />

observaciones <strong>de</strong> Huber, es seguro que los pulgones no muestran aversión<br />

<strong>al</strong>guna a <strong>la</strong>s hormigas: si éstas f<strong>al</strong>tan, se ven, <strong>al</strong> fin, obligados a expulsar<br />

su excreción; pero como ésta es muy viscosa, es indudablemente<br />

una conveniencia para los pulgones el que se <strong>la</strong> quiten, por lo cu<strong>al</strong>, verisímilmente,<br />

no excretan sólo para bien <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hormigas. Aun cuando no<br />

existe prueba <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> que ningún anim<strong>al</strong> re<strong>al</strong>ice un acto para el exclusivo<br />

bien <strong>de</strong> otra especie, sin embargo, todas se esfuerzan en sacar ventajas<br />

<strong>de</strong> los instintos <strong>de</strong> otras, y todas sacan ventaja <strong>de</strong> <strong>la</strong> constitución física<br />

más débil <strong>de</strong> otras especies. Así también, ciertos instintos no pue<strong>de</strong>n ser<br />

consi<strong>de</strong>rados como absolutamente perfectos; pero como no son indispensables<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong>les acerca <strong>de</strong> uno u otro <strong>de</strong> estos puntos, po<strong>de</strong>mos aquí pasarlos<br />

por <strong>al</strong>to.<br />

Como para <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> son imprescindibles <strong>al</strong>gún<br />

grado <strong>de</strong> variación en los instintos en estado natur<strong>al</strong> y <strong>la</strong> herencia <strong>de</strong> estas<br />

variaciones, <strong>de</strong>bieran darse cuantos ejemplos fuesen posibles; pero<br />

me lo impi<strong>de</strong> <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> espacio. Sólo puedo afirmar que los instintos indudablemente<br />

varían -por ejemplo, el instinto migratorio- tanto en extensión<br />

y dirección como en per<strong>de</strong>rse tot<strong>al</strong>mente. Lo mismo ocurre con los<br />

nidos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves, que varían, en parte, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s situaciones<br />

escogidas y <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza y temperatura <strong>de</strong> <strong>la</strong> región habitada; pero<br />

que varían con frecuencia por causas que nos son completamente <strong>de</strong>sconocidas.<br />

Audubon ha citado varios casos notables <strong>de</strong> diferencias en los<br />

nidos <strong>de</strong> una misma especie en los Estados Unidos <strong>de</strong>l Norte y en los <strong>de</strong>l<br />

Sur. Se ha preguntado: ¿Por qué, si el instinto es variable, no ha dado a <strong>la</strong><br />

abeja «<strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> utilizar <strong>al</strong>gún otro materi<strong>al</strong> cuando f<strong>al</strong>taba <strong>la</strong> cera»?<br />

Pero ¿qué otro materi<strong>al</strong> natur<strong>al</strong> pudieron utilizar <strong>la</strong>s abejas? Las abejas<br />

quieren trabajar, según he visto, con cera endurecida con bermellón o reb<strong>la</strong>n<strong>de</strong>cida<br />

con manteca <strong>de</strong> cerdo. Andrew Knight observó que sus abejas,<br />

en lugar <strong>de</strong> recoger trabajosamente propóleos, usaban un cemento <strong>de</strong><br />

cera y trementina, con el que había cubierto árboles <strong>de</strong>scortezados.<br />

222


Recientemente se ha <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s abejas, en lugar <strong>de</strong> buscar polen,<br />

utilizan gustosas una substancia muy diferente: <strong>la</strong> harina <strong>de</strong> avena.<br />

<strong>El</strong> temor <strong>de</strong> un enemigo <strong>de</strong>terminado es ciertamente una cu<strong>al</strong>idad instintiva,<br />

como pue<strong>de</strong> verse en los pajarillos que no han s<strong>al</strong>ido aún <strong>de</strong>l nido,<br />

si bien aumenta por <strong>la</strong> experiencia y por ver en otros anim<strong>al</strong>es el temor<br />

<strong>de</strong>l mismo enemigo. Los diferentes anim<strong>al</strong>es que habitan en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>siertas<br />

adquieren lentamente el temor <strong>de</strong>l hombre, como he <strong>de</strong>mostrado<br />

en otro lugar; y po<strong>de</strong>mos ver un ejemplo <strong>de</strong> esto incluso en Ing<strong>la</strong>terra, en<br />

don<strong>de</strong> todas nuestras aves gran<strong>de</strong>s son más s<strong>al</strong>vajes que <strong>la</strong>s pequeñas,<br />

porque <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s han sido perseguidas por el hombre. Po<strong>de</strong>mos seguramente<br />

atribuir a esta causa el que <strong>la</strong>s aves gran<strong>de</strong>s sean más s<strong>al</strong>vajes,<br />

pues en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>shabitadas <strong>la</strong>s aves gran<strong>de</strong>s no son más tímidas que<br />

<strong>la</strong>s pequeñas, y <strong>la</strong> urraca, tan <strong>de</strong>sconfiada en Ing<strong>la</strong>terra, es mansa en Noruega,<br />

como lo es el grajo <strong>de</strong> capucha en Egipto.<br />

Podría probarse, por numerosos hechos, que varían mucho <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s<br />

ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie nacidos en estado natur<strong>al</strong>.<br />

Podrían citarse varios casos <strong>de</strong> costumbres ocasion<strong>al</strong>es y extrañas<br />

en anim<strong>al</strong>es s<strong>al</strong>vajes, que, si fuesen ventajosas para <strong>la</strong> especie, podían haber<br />

dado origen, mediante selección natur<strong>al</strong>, a nuevos instintos. Pero estoy<br />

plenamente convencido <strong>de</strong> que estas afirmaciones gener<strong>al</strong>es, sin los<br />

hechos <strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>dos, producirán poquísimo efecto en el ánimo <strong>de</strong>l lector.<br />

Puedo sólo repetir mi convicción <strong>de</strong> que no hablo sin tener buenas<br />

pruebas.<br />

Cambios hereditarios <strong>de</strong> costumbres o instintos en los anim<strong>al</strong>es<br />

domésticos<br />

La posibilidad, y aun <strong>la</strong> probabilidad, <strong>de</strong> variaciones hereditarias <strong>de</strong><br />

instinto en estado natur<strong>al</strong>, quedará confirmada consi<strong>de</strong>rando brevemente<br />

<strong>al</strong>gunos casos <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es domésticos. De este modo podremos ver el<br />

papel que <strong>la</strong> costumbre y <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas variaciones espontáneas<br />

han representado en <strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es domésticos. En los gatos, por ejemplo, unos se ponen natur<strong>al</strong>mente<br />

a cazar ratas, y otros ratones; y se sabe que estas ten<strong>de</strong>ncias son<br />

hereditarias. Un gato, según míster St. John, traía siempre a <strong>la</strong> casa aves<br />

<strong>de</strong> caza; otro, liebres y conejos, y otro, cazaba en terrenos pantanosos, y<br />

cogía casi todas <strong>la</strong>s noches chochas y agachadizas. Podrían citarse <strong>al</strong>gunos<br />

ejemplos curiosos y auténticos <strong>de</strong> diferentes matices en <strong>la</strong> disposición<br />

y gustos, y también <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más extrañas estratagemas, re<strong>la</strong>cionados<br />

con ciertas disposiciones ment<strong>al</strong>es o períodos <strong>de</strong> tiempo, que son hereditarios.<br />

Pero consi<strong>de</strong>ramos el caso familiar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> perros. Es<br />

223


indudable que los perros <strong>de</strong> muestra jóvenes -yo mismo he visto un<br />

ejemplo notable- <strong>al</strong>gunas veces muestran <strong>la</strong> caza y hasta hacen retroce<strong>de</strong>r<br />

a otros perros <strong>la</strong> primera vez que se les saca; el cobrar <strong>la</strong> caza es, seguramente,<br />

en cierto grado, hereditario en los retrievers, como lo es en<br />

los perros <strong>de</strong> pastor cierta ten<strong>de</strong>ncia a andar <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l rebaño <strong>de</strong> carneros,<br />

en vez <strong>de</strong> echarse a él. No sé ver que estos actos, re<strong>al</strong>izados sin experiencia<br />

por los individuos jóvenes, y casi <strong>de</strong>l mismo modo por todos<br />

los individuos, re<strong>al</strong>izados con ansioso p<strong>la</strong>cer por todas <strong>la</strong>s castas y sin<br />

que el fin sea conocido -pues el cachorro <strong>de</strong>l perro <strong>de</strong> muestra no pue<strong>de</strong><br />

saber que él seña<strong>la</strong> <strong>la</strong> caza para ayudar a su dueño, mejor <strong>de</strong> lo que sabe<br />

una mariposa <strong>de</strong> <strong>la</strong> col por qué pone sus huevos en <strong>la</strong> hoja <strong>de</strong> una col-;<br />

no sé ver que estos actos difieren esenci<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros instintos.<br />

Si viésemos una especie <strong>de</strong> lobo, que, joven y sin domesticación <strong>al</strong>guna,<br />

tan pronto como oliese su presa permaneciese inmóvil como una<br />

estatua y luego lentamente se fuese a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte con un paso particu<strong>la</strong>r, y<br />

otra especie <strong>de</strong> lobo que en lugar <strong>de</strong> echarse a un rebaño <strong>de</strong> ciervos se<br />

precipitase corriendo <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos y los empujase hacia un punto<br />

distante, seguramente l<strong>la</strong>maríamos instintivos a estos actos. Los instintos<br />

domésticos, como po<strong>de</strong>mos l<strong>la</strong>marlos, son ciertamente mucho menos fijos<br />

que los natur<strong>al</strong>es; pero sobre ellos ha actuado una selección mucho<br />

menos rigurosa, y se han transmitido durante un período incomparablemente<br />

más corto en condiciones <strong>de</strong> vida menos fijas.<br />

Cuando se cruzan diferentes razas <strong>de</strong> perros se <strong>de</strong>muestra bien lo tenazmente<br />

que se heredan estos instintos, costumbres y disposiciones domésticos,<br />

y lo curiosamente que se mezc<strong>la</strong>n. Así, se sabe que un cruzamiento<br />

con un bull-dog ha influido, durante muchas generaciones, en el<br />

v<strong>al</strong>or y terquedad <strong>de</strong> unos g<strong>al</strong>gos, y un cruzamiento con un g<strong>al</strong>go ha dado<br />

a toda una familia <strong>de</strong> perros <strong>de</strong> ganado una ten<strong>de</strong>ncia a cazar liebres.<br />

Estos instintos domésticos, comprobados <strong>de</strong> este modo por cruzamientos,<br />

se asemejan a <strong>la</strong>s instintos natur<strong>al</strong>es, que <strong>de</strong> un modo análogo se entremezc<strong>la</strong>n<br />

curiosamente, y durante un <strong>la</strong>rgo período manifiestan huel<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> los instintos <strong>de</strong> cada progenitor. Por ejemplo: Le Roy <strong>de</strong>scribe un<br />

perro cuyo bisabuelo era un lobo, y este perro mostraba un indicio <strong>de</strong> su<br />

parente<strong>la</strong> s<strong>al</strong>vaje en una so<strong>la</strong> cosa: el no ir en línea recta a su amo cuando<br />

le l<strong>la</strong>maba.<br />

Se ha hab<strong>la</strong>do <strong>al</strong>gunas veces <strong>de</strong> los instintos domésticos cómo <strong>de</strong> actos<br />

que se han hecho hereditarios, <strong>de</strong>bido so<strong>la</strong>mente a <strong>la</strong> costumbre impuesta<br />

y continuada durante mucho tiempo; pero esto no es cierto. Nadie tuvo<br />

que haber ni siquiera pensado en enseñar -ni probablemente pudo haber<br />

enseñado- a dar volteretas a <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma volteadora, acto que re<strong>al</strong>izan,<br />

224


como yo he presenciado, los individuos jóvenes, que nunca han visto dar<br />

volteretas a ninguna p<strong>al</strong>oma. Po<strong>de</strong>mos creer que <strong>al</strong>guna p<strong>al</strong>oma mostró<br />

una ligera ten<strong>de</strong>ncia a esta extraña costumbre, y que <strong>la</strong> selección continuada<br />

durante mucho tiempo <strong>de</strong> los mejores individuos en <strong>la</strong>s sucesivas<br />

generaciones hizo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s volteadoras lo que son hoy, y, según me dice<br />

míster Brent, cerca <strong>de</strong> G<strong>la</strong>sgow hay volteadoras caseras, que no pue<strong>de</strong>n<br />

vo<strong>la</strong>r a una <strong>al</strong>tura <strong>de</strong> diez y ocho pulgadas sin dar <strong>la</strong> vuelta. Es dudoso<br />

que <strong>al</strong>guien hubiera pensado en enseñar a un perro a mostrar <strong>la</strong> caza, si<br />

no hubiese habido <strong>al</strong>gún perro que presentase, natur<strong>al</strong>mente, ten<strong>de</strong>ncia<br />

en este sentido; y se sabe que esto ocurre acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente, como vi yo<br />

una vez en un terrier <strong>de</strong> pura raza; el hecho <strong>de</strong> mostrar, es, probablemente,<br />

como muchos han pensado, tan sólo <strong>la</strong> <strong>de</strong>tención exagerada <strong>de</strong> un<br />

anim<strong>al</strong> para s<strong>al</strong>tar sobre su presa. Cuando apareció <strong>la</strong> primera ten<strong>de</strong>ncia<br />

a mostrar <strong>la</strong> selección metódica y los efectos hereditarios <strong>de</strong>l amaestramiento<br />

impuesto en cada generación sucesiva, hubieron <strong>de</strong> completar<br />

pronto <strong>la</strong> obra, y <strong>la</strong> selección inconsciente continúa todavía cuando cada<br />

cu<strong>al</strong> -sin intentar mejorar <strong>la</strong> casta- se esfuerza en conseguir perros que<br />

muestren y cacen mejor. Por otra parte, <strong>la</strong> costumbre sólo en <strong>al</strong>gunos casos<br />

ha sido suficiente; casi ningún otro anim<strong>al</strong> es más difícil <strong>de</strong> amansar<br />

que el gazapo <strong>de</strong> un conejo <strong>de</strong> monte, y apenas hay anim<strong>al</strong> más manso<br />

que el gazapo <strong>de</strong>l conejo amansado; pero difícilmente puedo suponer<br />

que los conejos domésticos hayan sido seleccionados frecuentemente, sólo<br />

por mansos, <strong>de</strong> modo que tenemos que atribuir a <strong>la</strong> costumbre y <strong>al</strong><br />

prolongado encierro <strong>la</strong> mayor parte, por lo menos, <strong>de</strong>l cambio hereditario,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el extremo s<strong>al</strong>vajismo a <strong>la</strong> extrema mansedumbre.<br />

Los instintos natur<strong>al</strong>es se pier<strong>de</strong>n en estado doméstico: un ejemplo notable<br />

<strong>de</strong> esta se ve en <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s g<strong>al</strong>linas, que rarísima vez, o nunca,<br />

se vuelven cluecas, o sea, que nunca quieren ponerse sobre sus huevos.<br />

Sólo el estar tan familiarizados, nos impi<strong>de</strong> que veamos cuánto y cuán<br />

permanentemente se han modificado <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong> nuestros<br />

anim<strong>al</strong>es domésticos. Apenas se pue<strong>de</strong> poner en duda que el amor <strong>al</strong><br />

hombre se ha hecho instintivo en el perro. Los lobos, zorros, chac<strong>al</strong>es y<br />

<strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l género <strong>de</strong> los gatos, cuando se les retiene domesticados<br />

sienten ansia <strong>de</strong> atacar a <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong>, ovejas y cerdos, y esta ten<strong>de</strong>ncia<br />

se ha visto que es irremediable en los perros que han sido importados,<br />

cuando cachorros, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> países como <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego y Austr<strong>al</strong>ia,<br />

don<strong>de</strong> los s<strong>al</strong>vajes no tienen estos anim<strong>al</strong>es domesticados. Por el<br />

contrario, qué raro es que haya que enseñar a nuestros perros civilizados,<br />

aun siendo muy jóvenes, a que no ataquen a <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> corr<strong>al</strong>, ovejas y<br />

cerdos. Indudablemente <strong>al</strong>guna vez atacan, y entonces se les pega, y si<br />

225


no se corrigen se les mata; <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong> costumbre y <strong>al</strong>gún grado <strong>de</strong><br />

selección han concurrido probablemente a civilizar por herencia a nuestros<br />

perros. Por otra parte, los pollitos han perdido, enteramente por costumbre,<br />

aquel temor <strong>al</strong> perro y <strong>al</strong> gato, que sin duda fue en ellos primitivamente<br />

instintivo; pues me informa el capitán Hutton que los pollitos<br />

pequeños <strong>de</strong>l tronco primitivo, el G<strong>al</strong>lus banquiva, cuando se les cría en<br />

<strong>la</strong> India, empollándolos una g<strong>al</strong>lina, son <strong>al</strong> principio extraordinariamente<br />

s<strong>al</strong>vajes. Lo mismo ocurre con los polluelos <strong>de</strong> los faisanes sacados en Ing<strong>la</strong>terra<br />

con una g<strong>al</strong>lina. No es que los polluelos hayan perdido todo temor,<br />

sino so<strong>la</strong>mente el temor a los perros y los gatos, pues si <strong>la</strong> g<strong>al</strong>lina<br />

hace el cloqueo <strong>de</strong> peligro, se escaparán -especi<strong>al</strong>mente los pollos <strong>de</strong> pavo-<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, y se escon<strong>de</strong>rán entre <strong>la</strong>s hierbas y matorr<strong>al</strong>es próximos;<br />

y esto lo hacen evi<strong>de</strong>ntemente con el fin instintivo <strong>de</strong> permitir que<br />

su madre escape vo<strong>la</strong>ndo, como vemos en <strong>la</strong>s aves terríco<strong>la</strong>s s<strong>al</strong>vajes. Pero<br />

este instinto conservado por nuestros polluelos se ha hecho inútil en<br />

estado doméstico, pues <strong>la</strong> g<strong>al</strong>lina casi ha perdido, por <strong>de</strong>suso, <strong>la</strong> facultad<br />

<strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r.<br />

Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que en estado doméstico<br />

se han adquirido instintos y se han perdido instintos natur<strong>al</strong>es,<br />

en parte por costumbre, y en parte porque el hombre ha seleccionado y<br />

acumu<strong>la</strong>do durante <strong>la</strong>s sucesivas generaciones costumbres y actos ment<strong>al</strong>es<br />

especi<strong>al</strong>es que aparecieron por vez primera, por lo que, en nuestra<br />

ignorancia, tenemos que l<strong>la</strong>mar casu<strong>al</strong>idad. En <strong>al</strong>gunos casos <strong>la</strong>s costumbres<br />

impuestas, por si so<strong>la</strong>s, han bastado para producir cambios ment<strong>al</strong>es<br />

hereditarios; en otros, <strong>la</strong>s costumbres. impuestas no han hecho nada,<br />

y todo ha sido resultado <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección continuada, tanto metódica como<br />

inconsciente; pero en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos han concurrido probablemente<br />

<strong>la</strong> costumbre y <strong>la</strong> selección.<br />

Instintos especi<strong>al</strong>es<br />

Quizá, consi<strong>de</strong>rando <strong>al</strong>gunos casos, compren<strong>de</strong>remos mejor cómo los<br />

instintos en estado natur<strong>al</strong> han llegado a modificarse por selección. <strong>El</strong>egirá<br />

sólo tres, a saber: el instinto que lleva <strong>al</strong> cuclillo a poner sus huevos<br />

en nidos <strong>de</strong> otras aves, el instinto que tienen ciertas hormigas a procurarse<br />

esc<strong>la</strong>vas y <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> hacer celdil<strong>la</strong>s que tiene <strong>la</strong> abeja común. Estos<br />

dos últimos instintos han sido consi<strong>de</strong>rados, justa y gener<strong>al</strong>mente, por<br />

los natur<strong>al</strong>istas como los más maravillosos <strong>de</strong> todos los conocidos.<br />

Instintos <strong>de</strong>l cuclillo. -Suponen <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas que <strong>la</strong> causa más<br />

inmediata <strong>de</strong>l instinto <strong>de</strong>l cuclillo es que no pone sus huevos<br />

226


diariamente, sino con interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> dos o tres días, <strong>de</strong> modo que, si tuviese<br />

que hacer su nido e incubar sus propios huevos, los primeramente<br />

puestos quedarían durante <strong>al</strong>gún tiempo sin ser incubados, o tendría que<br />

haber huevos y pajarillos <strong>de</strong> diferente tiempo en el mismo nido. Si así<br />

fuese, el proceso <strong>de</strong> puesta e incubación sería excesivamente <strong>la</strong>rgo, especi<strong>al</strong>mente<br />

porque <strong>la</strong> hembra emigra muy pronto, y los pajarillos recién<br />

s<strong>al</strong>idos <strong>de</strong>l huevo tendrían probablemente que ser <strong>al</strong>imentados por el<br />

macho solo. Pero el cuclillo <strong>de</strong> América está en estas circunstancias, pues<br />

<strong>la</strong> hembra hace su propio nido y tiene a un mismo tiempo huevos y pajarillos<br />

nacidos sucesivamente. Se ha afirmado y se ha negado que el cuclillo<br />

americano pone acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente sus huevos en nidos <strong>de</strong> otros pájaros;<br />

pero el doctor Merrell, <strong>de</strong> Iowa, me ha dicho recientemente que una<br />

vez, en Illinois, encontró en el nido <strong>de</strong> un arrendajo azul (Garrulus cristatus)<br />

un cuclillo pequeño junto con un arrendajo pequeño, y como ambos<br />

tenían ya casi toda <strong>la</strong> pluma, no pudo haber error en su i<strong>de</strong>ntificación.<br />

Podría citar <strong>al</strong>gunos ejemplos <strong>de</strong> diferentes pájaros <strong>de</strong> los que se sabe<br />

que <strong>al</strong>guna vez ponen sus huevos en los nidos <strong>de</strong> otros pájaros. Supongamos<br />

ahora que un remoto antepasado <strong>de</strong> nuestro cuclillo europeo tuvo<br />

<strong>la</strong>s costumbres <strong>de</strong>l cuclillo americano, y que <strong>la</strong> hembra a veces ponía <strong>al</strong>gún<br />

huevo en el nido <strong>de</strong> otra ave. Si el ave antigua obtuvo <strong>al</strong>gún provecho<br />

por esta costumbre acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>, por serle posible emigrar más pronto,<br />

o por <strong>al</strong>guna otra causa, o si los pequeñuelos, por haber sacado provecho<br />

<strong>de</strong>l engañado instinto <strong>de</strong> otra especie, resultaron más vigorosos que<br />

cuando los cuidaba su propia madre, abrumada, como apenas podía <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> estarlo teniendo huevos y pequeñuelos <strong>de</strong> diferentes eda<strong>de</strong>s a un<br />

mismo tiempo, entonces los pájaros adultos y los pequeñuelos obtendrían<br />

ventajas. Y <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía nos llevaría a creer que <strong>la</strong>s crías sacadas <strong>de</strong> este<br />

modo serían aptas para seguir, por herencia, <strong>la</strong> costumbre acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y<br />

aberrante <strong>de</strong> su madre, y, a su vez, ten<strong>de</strong>rían a poner sus huevos en nidos<br />

<strong>de</strong> otras aves y a tener, <strong>de</strong> este modo, mejor éxito en <strong>la</strong> cría <strong>de</strong> sus<br />

pequeños. Mediante un <strong>la</strong>rgo proceso <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza, creo yo que se<br />

ha producido el instinto <strong>de</strong> nuestro cuclillo. También se ha afirmado recientemente,<br />

con pruebas suficientes, por Adolf Müller, que el cuclillo pone<br />

a veces sus huevos sobre el suelo <strong>de</strong>snudo, los incuba y <strong>al</strong>imenta sus<br />

pequeños. Este hecho extraordinario es probablemente un caso <strong>de</strong> reversión<br />

<strong>al</strong> primitivo instinto <strong>de</strong> nidificación, perdido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho<br />

tiempo.<br />

Se ha propuesto <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que yo no he hecho mención <strong>de</strong> otros<br />

instintos y adaptaciones <strong>de</strong> estructura corre<strong>la</strong>tivos en el cuclillo, <strong>de</strong> los<br />

que se ha dicho que están necesariamente coordinados. Pero, en todo<br />

227


caso, es inútil el hacer teorías sobre un instinto que nos es conocido tan<br />

sólo en una so<strong>la</strong> especie, pues hasta ahora no tenemos hechos que nos<br />

guíen. Hasta hace poco tiempo sólo se conocían los instintos <strong>de</strong>l cuclillo<br />

europeo y <strong>de</strong>l cuclillo americano, que no es parásito; actu<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong>bido<br />

a <strong>la</strong>s observaciones <strong>de</strong> míster Ramsay, hemos sabido <strong>al</strong>go sobre tres<br />

especies austr<strong>al</strong>ianas que ponen sus huevos en nidos <strong>de</strong> otras aves. Los<br />

puntos princip<strong>al</strong>es que hay que indicar son tres: primero, que el cuclillo<br />

común, con raras excepciones, pone un solo huevo en un nido, <strong>de</strong> modo<br />

que el ave joven, gran<strong>de</strong> y voraz, recibe abundantemente <strong>al</strong>imento. Segundo,<br />

que los huevos son notablemente pequeños, no mayores que los<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>al</strong>ondra, ave cuyo tamaño es aproximadamente como una cuarta<br />

parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong> un cuclillo; y po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que este pequeño tamaño<br />

<strong>de</strong>l huevo es un caso re<strong>al</strong> <strong>de</strong> adaptación, <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que el cuclillo<br />

americano, que no es parásito, pone huevos <strong>de</strong>l tamaño norm<strong>al</strong>. Tercero,<br />

que el cuclillo en cuanto nace tiene el instinto, <strong>la</strong> fuerza y el dorso especi<strong>al</strong>mente<br />

conformado para <strong>de</strong>s<strong>al</strong>ojar a sus hermanos adoptivos, que entonces,<br />

por consiguiente, mueren <strong>de</strong> frío y hambre. Esto ha sido audazmente<br />

l<strong>la</strong>mado una disposición benéfica para que el cuclillo joven pueda<br />

conseguir comida suficiente, y que sus hermanos adoptivos perezcan antes<br />

<strong>de</strong> que hayan adquirido mucha sensibilidad.<br />

Volviendo ahora a <strong>la</strong>s especies austr<strong>al</strong>ianas, aun cuando estas aves ponen<br />

en un nido gener<strong>al</strong>mente un solo huevo, no es raro encontrar dos y<br />

hasta tres huevos en el mismo nido. En el cuclillo bronceado los huevos<br />

varían mucho <strong>de</strong> tamaño, siendo su longitud <strong>de</strong> ocho a diez líneas. Ahora<br />

bien; si hubiese sido ventajoso a esta especie el haber puesto huevos<br />

todavía menores que actu<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong> modo que hubiesen engañado a<br />

ciertos padres adoptivos, o lo que es más probable, se hubiesen <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

en menos tiempo -pues se asegura que existe re<strong>la</strong>ción entre el tamaño<br />

<strong>de</strong> los huevos y <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> su incubación-, en este caso no hay<br />

dificultad en creer que pudo haberse formado una raza o especie que hubiese<br />

puesto huevos cada vez menores, pues éstos habrían sido incubados<br />

y logrados con más seguridad. Hace observar míster Ramsay que<br />

dos <strong>de</strong> los cuclillos austr<strong>al</strong>ianos, cuando ponen sus huevos en un nido<br />

abierto, manifiestan preferencia por nidos que contengan huevos <strong>de</strong> color<br />

próximo <strong>al</strong> <strong>de</strong> los suyos. La especie europea parece manifestar cierta<br />

ten<strong>de</strong>ncia a un instinto semejante; pero no es raro que se aparte <strong>de</strong> él, como<br />

lo <strong>de</strong>muestra <strong>al</strong> poner sus huevos mates <strong>de</strong> color pálido en el nido <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> curruca <strong>de</strong> invierno, que tiene los huevos bril<strong>la</strong>ntes <strong>de</strong> color azul verdoso.<br />

Si nuestro cuclillo hubiera <strong>de</strong>splegado invariablemente el instinto<br />

antedicho, éste se habría seguramente agregado a los instintos que se<br />

228


preten<strong>de</strong> que tienen que haber sido adquiridos todos juntos. Los huevos<br />

<strong>de</strong>l cuclillo bronceado <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia, según míster Ramsay, varían muchísimo<br />

<strong>de</strong> color, <strong>de</strong> modo que, en este particu<strong>la</strong>r, lo mismo que en el tamaño,<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> pudo haber asegurado y fijado <strong>al</strong>guna variación<br />

ventajosa.<br />

En el caso <strong>de</strong>l cuclillo europeo, los hijos <strong>de</strong> los padres adoptivos son,<br />

por lo común, arrojados <strong>de</strong>l nido a los tres días <strong>de</strong> haber s<strong>al</strong>ido el cuclillo<br />

<strong>de</strong>l huevo, y como el cuclillo a esta edad se encuentra en un estado en<br />

que no pue<strong>de</strong> v<strong>al</strong>erse, míster Gould se inclinó primero a creer que el acto<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> expulsión era ejecutado por los mismos padres nutricios; pero ahora<br />

ha recibido un informe fi<strong>de</strong>digno <strong>de</strong> que un cuclillo, todavía ciego e<br />

incapaz hasta <strong>de</strong> levantar su propia cabeza, fue positivamente visto en el<br />

acto <strong>de</strong> arrojar a sus hermanos adoptivos. <strong>El</strong> observador volvió a colocar<br />

en el nido uno <strong>de</strong> éstos, y fue arrojado <strong>de</strong> nuevo. Respecto <strong>de</strong> los medios<br />

por los que fue adquirido este extraño y odioso instinto, si fue <strong>de</strong> gran<br />

importancia para el joven cuclillo, como lo fue probablemente el recibir<br />

tanta comida como sea posible en seguida <strong>de</strong> su nacimiento, no sé ver especi<strong>al</strong><br />

dificultad en que el cuclillo, durante <strong>la</strong>s sucesivas generaciones,<br />

haya adquirido gradu<strong>al</strong>mente el <strong>de</strong>seo ciego, <strong>la</strong> fuerza y <strong>la</strong> estructura necesarias<br />

para el trabajo <strong>de</strong> expulsión, pues aquellos cuclillos jóvenes que<br />

tuviesen más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>da t<strong>al</strong> costumbre y conformación serían los que<br />

se criarían con más seguridad. <strong>El</strong> primer paso hacia <strong>la</strong> adquisición <strong>de</strong> este<br />

instinto pudo haber sido <strong>la</strong> simple inquietud involuntaria por parte<br />

<strong>de</strong>l joven cuclillo, ya un poco a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntado en edad y fuerza, habiéndose<br />

<strong>de</strong>spués perfeccionado y transmitido esta costumbre a una edad más<br />

temprana. No sé ver en esto mayor dificultad que en que los polluelos <strong>de</strong><br />

otras aves, antes <strong>de</strong> s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l huevo, adquirieran el instinto <strong>de</strong> romper su<br />

propio cascarón, o en que en <strong>la</strong>s culebras pequeñas, como lo ha seña<strong>la</strong>do<br />

Owen, se forme en <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s superiores un diente agudo transitorio<br />

para cortar <strong>la</strong> cubierta apergaminada <strong>de</strong>l huevo; pues si cada parte es<br />

susceptible <strong>de</strong> variaciones individu<strong>al</strong>es en todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s, y <strong>la</strong>s variaciones<br />

tien<strong>de</strong>n a ser heredadas a <strong>la</strong> edad correspondiente o antes -hechos<br />

que son indiscutibles-, los instintos y <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong>l individuo joven<br />

pudieron modificarse lentamente, lo mismo que los <strong>de</strong>l adulto, y<br />

ambas hipótesis tienen que sostenerse o caer junto con toda <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

Algunas especies <strong>de</strong> Molothrus, género muy característico <strong>de</strong> aves en<br />

América, afín a nuestros estorninos, tienen costumbres parásitas como<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l cuclillo, y <strong>la</strong>s especies presentan una interesante gradación en <strong>la</strong><br />

perfección <strong>de</strong> sus instintos. Míster Hudson, excelente observador, ha<br />

229


comprobado que los machos y hembras <strong>de</strong> Molothrus badius viven a veces<br />

en bandadas, reunidos en promiscuidad, y otras veces forman parejas.<br />

Unas veces construyen nido propio, otras se apo<strong>de</strong>ran <strong>de</strong> uno perteneciente<br />

a <strong>al</strong>guna otra ave, a veces arrojando los pajarillos <strong>de</strong>l extraño.<br />

Unas veces ponen sus huevos en el nido que se han apropiado <strong>de</strong> esta<br />

manera o, lo que es bastante extraño, construyen uno para ellos encima<br />

<strong>de</strong> aquél. Comúnmente empol<strong>la</strong>n sus propios huevos y crían sus propios<br />

hijos; pero míster Hudson dice que es probable que sean acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

parásitos, pues ha visto a los pequeñuelos <strong>de</strong> esta especie siguiendo a<br />

aves adultas <strong>de</strong> otra y gritando para que los <strong>al</strong>imentasen. Las costumbres<br />

parásitas <strong>de</strong> otra especie <strong>de</strong> Molothrus, el M. bonariensis, están bastante<br />

más <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> aquél, pero distan mucho <strong>de</strong> ser perfectas.<br />

Esta ave, según lo que <strong>de</strong> el<strong>la</strong> se sabe, pone invariablemente sus huevos<br />

en nidos <strong>de</strong> extraños; pero es notable que a veces varias, juntas, empiezan<br />

por sí mismas a construir un nido irregu<strong>la</strong>r y m<strong>al</strong> acondicionado, colocado<br />

en sitios singu<strong>la</strong>rmente ina<strong>de</strong>cuados, t<strong>al</strong>es como en <strong>la</strong>s hojas <strong>de</strong><br />

un gran cardo. Sin embargo, según lo que ha averiguado míster Hudson,<br />

nunca terminan un nido para sí mismas. Con frecuencia ponen tantos<br />

huevos -<strong>de</strong> quince a veinte- en el mismo nido adoptivo, que pocos o ninguno<br />

podrán dar pequeñuelos. Tienen a<strong>de</strong>más <strong>la</strong> extraordinaria costumbre<br />

<strong>de</strong> agujerear picoteando los huevos, tanto los <strong>de</strong> su propia especie<br />

como los <strong>de</strong> los padres nutricios, que encuentran en los nidos que se han<br />

apropiado. Ponen también muchos huevos en el suelo <strong>de</strong>snudo, los cu<strong>al</strong>es<br />

quedan <strong>de</strong> este modo inútiles. Una tercera especie, el M. pecoris <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Norte, ha adquirido instintos tan perfectos como los <strong>de</strong>l cuclillo,<br />

pues nunca pone más <strong>de</strong> un huevo en el nido adoptivo, <strong>de</strong> modo<br />

que el pajarillo se cría seguramente. Míster Hudson es tenazmente incrédulo<br />

en <strong>la</strong> evolución; pero parece haber sido tan impresionado por los<br />

instintos imperfectos <strong>de</strong>l Molothrus bonariensis, que cita mis pa<strong>la</strong>bras y<br />

pregunta: «¿Hemos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar estas costumbres no como instintos especi<strong>al</strong>mente<br />

fundados o creados, sino como pequeñas consecuencias <strong>de</strong><br />

una ley gener<strong>al</strong>, o sea, <strong>la</strong> <strong>de</strong> transición?»<br />

Diferentes aves, como se ha hecho ya observar, ponen a veces sus huevos<br />

en los nidos <strong>de</strong> otras. Esta costumbre no es muy rara en <strong>la</strong>s g<strong>al</strong>lináceas,<br />

y da <strong>al</strong>guna luz acerca <strong>de</strong>l singu<strong>la</strong>r instinto <strong>de</strong> los avestruces. En esta<br />

familia se reúnen varias hembras, y ponen primero un corto número <strong>de</strong><br />

huevos en un nido y <strong>de</strong>spués en otro, y estos huevos son incubados por<br />

los machos. Este instinto pue<strong>de</strong> explicarse probablemente por el hecho<br />

<strong>de</strong> que los avestruces hembras ponen un gran número <strong>de</strong> huevos, pero<br />

con interv<strong>al</strong>o <strong>de</strong> dos o tres días, lo mismo que, el cuclillo. Sin embargo, el<br />

230


instinto <strong>de</strong>l avestruz <strong>de</strong> América, lo mismo que en el caso <strong>de</strong>l Molothrus<br />

bonariensis, todavía no se ha perfeccionado, pues un número sorpren<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> huevos quedan <strong>de</strong>sparramados por <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras, hasta el punto<br />

que en un solo día <strong>de</strong> caza recogí no menos <strong>de</strong> veinte huevos perdidos e<br />

inutilizados.<br />

Muchos himenópteros son parásitos, y ponen regu<strong>la</strong>rmente sus huevos<br />

en nidos <strong>de</strong> otras especies <strong>de</strong> himenópteros. Este caso es más notable<br />

que el <strong>de</strong>l cuclillo, pues en estos himenópteros se han modificado no sólo<br />

sus instintos, sino también su conformación en re<strong>la</strong>ción con sus costumbres<br />

parásitas, pues no poseen el aparato colector <strong>de</strong>l polen, que hubiera<br />

sido indispensable si recogiesen comida para sus propias crías. Algunas<br />

especies <strong>de</strong> esfégidos -insectos que parecen avispas- son también parásitos,<br />

y monsieur Fabre, recientemente, ha seña<strong>la</strong>do motivos fundados para<br />

creer que, aun cuando el Tachytes nigra gener<strong>al</strong>mente hace su propio<br />

agujero y lo aprovisiona con presas par<strong>al</strong>izadas para sus propias <strong>la</strong>rvas,<br />

a pesar <strong>de</strong> esto, cuando este insecto encuentra un agujero ya hecho y<br />

aprovisionado por otro esfégido, se aprovecha <strong>de</strong> <strong>la</strong> ventaja y se hace acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

parásito. En este caso, como en el <strong>de</strong>l Molothrus o en el<br />

<strong>de</strong>l cuclillo, no sé ver dificultad <strong>al</strong>guna en que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> haga<br />

permanente una costumbre acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>, si es ventajosa para <strong>la</strong> especie, y si<br />

no es exterminado <strong>de</strong> este modo el insecto cuyo nido y provisión <strong>de</strong> comida<br />

se apropia traidoramente.<br />

Instinto esc<strong>la</strong>vista. -Este notable instinto fue <strong>de</strong>scubierto por vez primera<br />

en <strong>la</strong> Formica (Polyerges) rufescens por Pierre Huber, observador<br />

mejor aún que su famoso padre. Esta hormiga <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en absoluto <strong>de</strong><br />

sus esc<strong>la</strong>vas: sin su ayuda <strong>la</strong> especie se extinguiría seguramente en un solo<br />

año. Los machos y <strong>la</strong>s hembras fecundas no hacen trabajo <strong>de</strong> ninguna<br />

c<strong>la</strong>se, y <strong>la</strong>s obreras, o hembras estériles, aunque sumamente enérgicas y<br />

v<strong>al</strong>erosas <strong>al</strong> apresar esc<strong>la</strong>vas, no hacen ningún otro trabajo; son incapaces<br />

<strong>de</strong> construir sus propios nidos y <strong>de</strong> <strong>al</strong>imentar sus propias <strong>la</strong>rvas.<br />

Cuando el nido viejo resulta incómodo y tienen que emigrar, son <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas<br />

<strong>la</strong>s que <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong> emigración y llevan positivamente en sus<br />

mandíbu<strong>la</strong>s a sus amas. Tan por completo incapaces <strong>de</strong> v<strong>al</strong>erse son <strong>la</strong>s<br />

amas, que, cuando Huber encerró treinta <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s sin ninguna esc<strong>la</strong>va,<br />

pero con abundancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> comida que más les gusta, y con sus propias<br />

<strong>la</strong>rvas y ninfas para estimu<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s a trabajar, no hicieron nada; no pudieron<br />

ni siquiera <strong>al</strong>imentarse a sí mismas, y muchas murieron <strong>de</strong> hambre.<br />

Entonces introdujo Huber una so<strong>la</strong> esc<strong>la</strong>va (F. fusca), y ésta inmediatamente<br />

se puso a trabajar, <strong>al</strong>imentó y s<strong>al</strong>vó a <strong>la</strong>s supervivientes, hizo <strong>al</strong>gunas<br />

celdas y cuidó <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas, y lo puso todo en or<strong>de</strong>n. ¿Qué pue<strong>de</strong><br />

231


haber más extraordinario que estos hechos certísimos? Si no hubiésemos<br />

sabido <strong>de</strong> ninguna otra hormiga esc<strong>la</strong>vista, habría sido <strong>de</strong>sesperanzado<br />

el meditar acerca <strong>de</strong> cómo un instinto tan maravilloso pudo haber llegado<br />

a esta perfección.<br />

Huber <strong>de</strong>scubrió también, por vez primera, que otra especie, Formica<br />

sanguinea, era hormiga esc<strong>la</strong>vista. Esta especie se encuentra en <strong>la</strong>s regiones<br />

meridion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra, y sus costumbres han sido objeto <strong>de</strong> estudio<br />

por míster J. Smith, <strong>de</strong>l British Museum, a quien estoy muy obligado<br />

por sus indicaciones sobre éste y otros asuntos. Aunque dando crédito<br />

completo a <strong>la</strong>s afirmaciones <strong>de</strong> Huber y <strong>de</strong> míster Smith, procuré llegar a<br />

este asunto con una disposición ment<strong>al</strong> escéptica, pues a cu<strong>al</strong>quiera pue<strong>de</strong><br />

muy bien excusársele <strong>de</strong> que du<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> un instinto tan<br />

extraordinario como el <strong>de</strong> tener esc<strong>la</strong>vas. Por consiguiente, daré con <strong>al</strong>gún<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong>le <strong>la</strong>s observaciones que hice. Abrí catorce hormigueros <strong>de</strong> F.<br />

sanguinea, y en todos encontré <strong>al</strong>gunas esc<strong>la</strong>vas. Los machos y <strong>la</strong>s hembras<br />

fecundas <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie esc<strong>la</strong>va (F. fusca) se encuentran sólo en sus<br />

propias comunida<strong>de</strong>s, y nunca han sido observados en los hormigueros<br />

<strong>de</strong> F. sanguinea. Las esc<strong>la</strong>vas son negras, y su tamaño no mayor <strong>de</strong> <strong>la</strong> mitad<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong> sus amas, que son rojas, <strong>de</strong> modo que el contraste <strong>de</strong> aspecto<br />

es gran<strong>de</strong>. Si se inquieta <strong>al</strong>go el hormiguero, <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas s<strong>al</strong>en <strong>de</strong> vez en<br />

cuando y, lo mismo que sus amas, se muestran muy agitadas y <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n<br />

el hormiguero; si se perturba mucho el hormiguero y <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas y<br />

ninfas quedan expuestas, <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas trabajan enérgicamente, junto con<br />

sus amas, en transportar<strong>la</strong>s a un lugar seguro; por lo tanto, es evi<strong>de</strong>nte<br />

que <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas se encuentran completamente como en su casa. En los<br />

meses <strong>de</strong> junio y julio, en tres años sucesivos, observé durante muchas<br />

horas varios hormigueros en Surrey y Sussex, y nunca vi a ninguna esc<strong>la</strong>va<br />

entrar o s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l hormiguero. Como en estos meses <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas son<br />

en cortísimo número, pensé que <strong>de</strong>bían conducirse <strong>de</strong> modo diferente<br />

cuando fuesen más numerosas; pero míster Smith me informa que ha observado<br />

los hormigueros a diferentes horas en mayo, junio y agosto, tanto<br />

en Surrey como en Hampshire, y, a pesar <strong>de</strong> existir en gran número en<br />

agosto, nunca ha visto a <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas entrar o s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong>l hormiguero; y, por<br />

consiguiente, <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>ra como esc<strong>la</strong>vas exclusivamente domésticas. A<br />

<strong>la</strong>s amas, por el contrario, se les pue<strong>de</strong> ver constantemente llevando materi<strong>al</strong>es<br />

para el hormiguero y comidas <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses. Durante el año<br />

1860, sin embargo, en el mes <strong>de</strong> julio, tropecé con un hormiguero con<br />

una provisión extraordinaria <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vas, y observé <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s que,<br />

unidas con sus amas, abandonaban el hormiguero y marchaban, por el<br />

mismo camino, hacia un gran pino silvestre, distante veinticinco yardas,<br />

232


<strong>al</strong> que subieron juntas, probablemente, en busca <strong>de</strong> pulgones o cóccidos.<br />

Según Huber, qué tuvo muchas ocasiones para <strong>la</strong> observación, <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas,<br />

en Suiza, trabajan habitu<strong>al</strong>mente con sus amos en hacer el hormiguero;<br />

pero el<strong>la</strong>s so<strong>la</strong>s abren y cierran <strong>la</strong>s puertas por <strong>la</strong> mañana y <strong>la</strong> noche,<br />

y, como Huber afirma expresamente, su princip<strong>al</strong> oficio es buscar<br />

pulgones. Esta diferencia en <strong>la</strong>s costumbres ordinarias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s amas y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas, en los dos países, probablemente <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> sólo <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

esc<strong>la</strong>vas son capturadas en mayor número en Suiza que en Ing<strong>la</strong>terra.<br />

Un día, afortunadamente, fui testigo <strong>de</strong> una emigración <strong>de</strong> F. sanguinea<br />

<strong>de</strong> un hormiguero a otro, y era un espectáculo interesantísimo el ver<br />

<strong>la</strong>s amas llevando cuidadosamente a sus esc<strong>la</strong>vas en <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s, en<br />

vez <strong>de</strong> ser llevadas por el<strong>la</strong>s, como en el caso <strong>de</strong> F. rufescens. Otro día<br />

l<strong>la</strong>mó mi atención una veintena aproximadamente <strong>de</strong> hormigas esc<strong>la</strong>vistas<br />

rondando por el mismo sitio, y evi<strong>de</strong>ntemente no en busca <strong>de</strong> comida;<br />

se acercaron, y fueron vigorosamente rechazadas por una colonia in<strong>de</strong>pendiente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> especie esc<strong>la</strong>va (F. fusca); a veces, hasta tres <strong>de</strong> estas<br />

hormigas se agarraban a <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie esc<strong>la</strong>vista F. sanguinea.<br />

Esta última mataba cruelmente a sus pequeñas adversarias, cuyos cuerpos<br />

muertos llevaba como comida a su hormiguero, distante veintinueve<br />

yardas; pero les fue impedido el conseguir ninguna ninfa para criar<strong>la</strong> como<br />

esc<strong>la</strong>va. Entonces <strong>de</strong>senterré <strong>al</strong>gunas ninfas <strong>de</strong> F. fusca <strong>de</strong> otro hormiguero,<br />

y <strong>la</strong>s puse en un sitio <strong>de</strong>spejado, cerca <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong>l combate, y<br />

fueron cogidas ansiosamente y arrastradas por <strong>la</strong>s tiranas, que quizá se<br />

imaginaron que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo habían quedado victoriosos en su último<br />

combate.<br />

Al mismo tiempo <strong>de</strong>jé en el mismo lugar unas cuantas ninfas <strong>de</strong> otra<br />

especie, F. f<strong>la</strong>va, con <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> estas pequeñas hormigas amaril<strong>la</strong>s<br />

adheridas todavía a fragmentos <strong>de</strong> su hormiguero. Esta especie, <strong>al</strong>gunas<br />

veces, aunque raras, es reducida a esc<strong>la</strong>vitud, según ha sido <strong>de</strong>scrito por<br />

míster Smith. A pesar <strong>de</strong> ser una especie tan pequeña, es muy v<strong>al</strong>iente, y<br />

<strong>la</strong> he visto atacando ferozmente a otras hormigas. En un caso encontré,<br />

con sorpresa, una colonia in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> F. f<strong>la</strong>va bajo una piedra, <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> un hormiguero <strong>de</strong> <strong>la</strong> F. sanguinea, que es esc<strong>la</strong>vista, y habiendo<br />

perturbado acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente ambos hormigueros, <strong>la</strong>s hormigas pequeñas<br />

atacaron a sus corpulentas vecinas con sorpren<strong>de</strong>nte v<strong>al</strong>or. Ahora bien;<br />

tenía yo curiosidad <strong>de</strong> averiguar si <strong>la</strong>s F. sanguinea podían distinguir <strong>la</strong>s<br />

ninfas <strong>de</strong> F. fusca, que habitu<strong>al</strong>mente reducen a esc<strong>la</strong>vitud, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

pequeña y furiosa F. f<strong>la</strong>va, que rara vez capturan, y resultó evi<strong>de</strong>nte que<br />

podía distinguir<strong>la</strong>s inmediatamente; pues vimos que, ansiosas, cogían inmediatamente<br />

a <strong>la</strong>s ninfas <strong>de</strong> F. fusca, mientras que se aterrorizaban <strong>al</strong><br />

233


encontrarse con <strong>la</strong>s ninfas y hasta con <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong>l hormiguero <strong>de</strong> F. f<strong>la</strong>va,<br />

y se escapaban rápidamente; si bien, <strong>al</strong> cabo <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong> hora<br />

aproximadamente, poco <strong>de</strong>spués que todas <strong>la</strong>s hormiguitas amaril<strong>la</strong>s se<br />

habían retirado, cobraron ánimo y se llevaron <strong>la</strong>s ninfas.<br />

Una tar<strong>de</strong> visité otra colonia <strong>de</strong> F. sanguinea, y encontré un gran número<br />

<strong>de</strong> estas hormigas que volvían y entraban en su hormiguero llevando<br />

los cuerpos muertos <strong>de</strong> F. fusca -lo que <strong>de</strong>mostraba que no era esto<br />

una emigración- y numerosas ninfas. Fui siguiendo, unas cuarenta yardas,<br />

una <strong>la</strong>rga fi<strong>la</strong> <strong>de</strong> hormigas cargadas <strong>de</strong> botín, hasta llegar a un matorr<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong>nsísimo <strong>de</strong> brezos, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vi s<strong>al</strong>ir el último individuo <strong>de</strong> F. sanguinea<br />

llevando una ninfa; pero no pu<strong>de</strong> encontrar el <strong>de</strong>vastado hormiguero<br />

en el tupido brez<strong>al</strong>. <strong>El</strong> hormiguero, sin embargo, <strong>de</strong>bía estar muy<br />

cerca, pues dos o tres individuos <strong>de</strong> F. fusca se movían con <strong>la</strong> mayor agitación,<br />

y uno estaba colgado, sin movimiento, <strong>al</strong> extremo <strong>de</strong> una ramita<br />

<strong>de</strong> brezo, con una ninfa <strong>de</strong> su misma especie en <strong>la</strong> boca; una imagen <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong>sesperación sobra el hogar saqueado.<br />

T<strong>al</strong>es son los hechos -aun cuando no necesitaban, mi confirmaciónque<br />

se refieren <strong>al</strong> maravilloso instinto <strong>de</strong> esc<strong>la</strong>vismo. Obsérvese qué contraste<br />

ofrecen <strong>la</strong>s costumbres instintivas <strong>de</strong> F. sanguinea con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> F. rufescens,<br />

que vive en el continente. Esta última no construye su propio<br />

hormiguero, ni <strong>de</strong>termina sus propias emigraciones, ni recolecta comida<br />

para sí misma ni para sus crías, y ni siquiera pue<strong>de</strong> <strong>al</strong>imentarse; <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

en absoluto <strong>de</strong> sus numerosas esc<strong>la</strong>vas; F. sanguinea, por el contrario,<br />

posee muchas menos esc<strong>la</strong>vas, y en <strong>la</strong> primera parte <strong>de</strong>l verano sumamente<br />

pocas; <strong>la</strong>s amas <strong>de</strong>terminan cuándo y dón<strong>de</strong> se ha <strong>de</strong> formar un<br />

nuevo hormiguero, y cuando emigran, <strong>la</strong>s amas llevan <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas. Tanto<br />

en Suiza como en Ing<strong>la</strong>terra, <strong>la</strong>s esc<strong>la</strong>vas parecen tener el cuidado exclusivo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas, y <strong>la</strong>s amas van so<strong>la</strong>s en <strong>la</strong>s expediciones para coger<br />

esc<strong>la</strong>vas. En Suiza, esc<strong>la</strong>vas y amas trabajan juntas haciendo el hormiguero<br />

y llevando materi<strong>al</strong>es para él; unas y otras, pero princip<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s<br />

esc<strong>la</strong>vas, cuidan y or<strong>de</strong>ñan -como pudiera <strong>de</strong>cirse- sus pulgones, y <strong>de</strong> este<br />

modo unas y otras recogen comida para <strong>la</strong> comunidad. En Ing<strong>la</strong>terra,<br />

sólo <strong>la</strong>s amas abandonan ordinariamente el hormiguero para recoger<br />

materi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> construcción y comida para sí mismas, sus <strong>la</strong>rvas y esc<strong>la</strong>vas;<br />

<strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s amas en Ing<strong>la</strong>terra reciben muchos menos servicios<br />

<strong>de</strong> sus esc<strong>la</strong>vas que en Suiza.<br />

No preten<strong>de</strong>ré conjeturar por qué grados se originó el instinto <strong>de</strong> F.<br />

sanguinea. Pero, como <strong>la</strong>s hormigas que no son esc<strong>la</strong>vistas, se llevan <strong>la</strong>s<br />

ninfas <strong>de</strong> otras especies si están esparcidas cerca <strong>de</strong> sus hormigueros, como<br />

lo he visto yo; es posible que estas ninfas, primitivamente<br />

234


<strong>al</strong>macenadas como comida, pudieron llegar a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse, y estas hormigas<br />

extrañas, criadas así involuntariamente, seguirían entonces sus<br />

propios instintos y harían el trabajo que pudiesen. Si su presencia resultó<br />

útil a <strong>la</strong> especie que <strong>la</strong>s hab<strong>la</strong> cogido -si era más ventajoso para esta especie<br />

capturar obreros que procrearlos-, <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> recolectar ninfas,<br />

primitivamente para <strong>al</strong>imento, pudo por selección natur<strong>al</strong> ser reforzada<br />

y hecha permanentemente para el muy diferente fin <strong>de</strong> criar esc<strong>la</strong>vas.<br />

Una vez adquirido el instinto -aun cuando <strong>al</strong>canzase un <strong>de</strong>sarrollo menor<br />

que en nuestra F. sanguinea inglesa, que, como hemos visto, es menos<br />

ayudada por sus esc<strong>la</strong>vas que <strong>la</strong> misma especie en Suiza-, <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> pudo aumentar y modificar el instinto -suponiendo siempre<br />

que todas <strong>la</strong>s modificaciones fuesen útiles para <strong>la</strong> especie-, hasta que se<br />

formó una especie <strong>de</strong> hormiga, que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> tan abyectamente <strong>de</strong> sus esc<strong>la</strong>vas,<br />

como <strong>la</strong> Formica rufescens.<br />

Instinto <strong>de</strong> hacer celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común. -No entraré aquí en pequeños<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong>les sobre este asunto, sino que daré simplemente un bosquejo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s conclusiones a que he llegado. Ha <strong>de</strong> ser un necio quien sea capaz<br />

<strong>de</strong> examinar <strong>la</strong> <strong>de</strong>licada estructura <strong>de</strong> un pan<strong>al</strong>, tan hermosamente adaptado<br />

a sus fines, sin admiración entusiasta. Los matemáticos dicen que<br />

<strong>la</strong>s abejas han resuelto prácticamente un profundo problema, y que han<br />

hecho sus celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma a<strong>de</strong>cuada para que contengan <strong>la</strong> mayor<br />

cantidad <strong>de</strong> miel con el menor gasto posible <strong>de</strong> <strong>la</strong> preciosa cera en su<br />

construcción. Se ha hecho observar que un hábil obrero, con herramientas<br />

y medidas a<strong>de</strong>cuadas, encontraría muy difícil hacer celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> cera<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>bida, aun cuando esto es ejecutado por una muchedumbre<br />

<strong>de</strong> abejas que trabajan en una obscura colmena. Concediéndoles todos<br />

los instintos que se quiera, parece <strong>al</strong> pronto completamente incomprensible<br />

cómo pue<strong>de</strong>n hacer todos los ángulos y p<strong>la</strong>nos necesarios y aun conocer<br />

si están correctamente hechos. Pero <strong>la</strong> dificultad no es, ni en mucho,<br />

tan gran<strong>de</strong> como <strong>al</strong> principio parece; pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse, a mi parecer,<br />

que todo este hermoso trabajo es consecuencia <strong>de</strong> un corto número<br />

<strong>de</strong> instintos sencillos.<br />

Me llevó a investigar este asunto míster Waterhouse, quien ha <strong>de</strong>mostrado<br />

que <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong> está en íntima re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong> celdil<strong>la</strong>s adyacentes, y <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as que siguen pue<strong>de</strong>n quizá consi<strong>de</strong>rarse<br />

como una simple modificación <strong>de</strong> su teoría. Consi<strong>de</strong>remos el gran principio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> gradación, y veamos si <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza no nos reve<strong>la</strong> su método<br />

<strong>de</strong> trabajo. En un extremo <strong>de</strong> una corta serie tenemos los abejorros, que<br />

utilizan sus capullos viejos para guardar miel, añadiéndoles a veces cortos<br />

tubos <strong>de</strong> cera, y que hacen también celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> cera separadas e<br />

235


irregu<strong>la</strong>rmente redon<strong>de</strong>adas. En el extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie tenemos <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común situadas en dos capas: cada celdil<strong>la</strong>, como es bien<br />

sabido, es un prisma hexagon<strong>al</strong>, con los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> base <strong>de</strong> sus seis caras<br />

achaf<strong>la</strong>nados, <strong>de</strong> modo que se acoplen a una pirámi<strong>de</strong> invertida formada<br />

por tres rombos. Estos rombos tienen <strong>de</strong>terminados ángulos, y los<br />

tres que forman <strong>la</strong> base piramid<strong>al</strong> <strong>de</strong> una celdil<strong>la</strong> <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do <strong>de</strong>l pan<strong>al</strong><br />

entran en <strong>la</strong> composición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bases <strong>de</strong> tres celdil<strong>la</strong>s contiguas <strong>de</strong>l <strong>la</strong>do<br />

opuesto. En <strong>la</strong> serie, entre <strong>la</strong> extrema perfección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja<br />

común y <strong>la</strong> simplicidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l abejorro, tenemos <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

Melipona domestica <strong>de</strong> Méjico, cuidadosamente <strong>de</strong>scritas y representadas<br />

por Pierre Huber. La Melipona misma es intermedia, por su conformación,<br />

entre <strong>la</strong> abeja común y el abejorro, pero más próxima a este último.<br />

Construye un pan<strong>al</strong> <strong>de</strong> cera, casi regu<strong>la</strong>r, formado por celdil<strong>la</strong>s cilíndricas,<br />

en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s crías, y, a<strong>de</strong>más, por <strong>al</strong>gunas celdas<br />

<strong>de</strong> cera gran<strong>de</strong>s para guardar miel. Estas últimas son casi esféricas,<br />

<strong>de</strong> tamaño casi igu<strong>al</strong>, y están reunidas, constituyendo una masa irregu<strong>la</strong>r.<br />

Pero el punto importante que hay que advertir es que estas celdas están<br />

siempre construidas a t<strong>al</strong> proximidad unas <strong>de</strong> otras, que se hubiesen<br />

roto o entrecortado mutuamente si <strong>la</strong>s esferas hubiesen sido completas;<br />

pero esto no ocurre nunca, pues estas abejas construyen pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cera<br />

perfectamente p<strong>la</strong>nas entre <strong>la</strong>s esferas que tien<strong>de</strong>n a entrecortarse. Por<br />

consiguiente, cada celdil<strong>la</strong> consta <strong>de</strong> una porción extrema esférica y <strong>de</strong><br />

dos, tres o más superficies p<strong>la</strong>nas, según que <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong> sea contigua <strong>de</strong><br />

otras dos, tres o más celdil<strong>la</strong>s. Cuando una celdil<strong>la</strong> queda sobre otras tres<br />

-lo cu<strong>al</strong>, por ser <strong>la</strong>s esferas <strong>de</strong>l mismo tamaño, es un caso obligado y frecuentísimo-,<br />

<strong>la</strong>s tres superficies p<strong>la</strong>nas forman una pirámi<strong>de</strong>, y esta pirámi<strong>de</strong>,<br />

como Huber ha hecho observar, es manifiestamente una imitación<br />

tosca <strong>de</strong> <strong>la</strong> base piramid<strong>al</strong> <strong>de</strong> tres caras <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común.<br />

Lo mismo que en <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común, también aquí <strong>la</strong>s tres<br />

superficies p<strong>la</strong>nas <strong>de</strong> una celdil<strong>la</strong> entran necesariamente en <strong>la</strong> construcción<br />

<strong>de</strong> tres celdil<strong>la</strong>s contiguas. Es manifiesto que, con este modo <strong>de</strong><br />

construir, <strong>la</strong> Melipona ahorra cera y, lo que es más importante, trabajo,<br />

pues <strong>la</strong>s pare<strong>de</strong>s p<strong>la</strong>nas entre <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s contiguas no son dobles, sino<br />

que son <strong>de</strong>l mismo grueso que <strong>la</strong>s porciones esféricas exteriores, y, sin<br />

embargo, cada porción p<strong>la</strong>na forma parte <strong>de</strong> dos celdil<strong>la</strong>s.<br />

Reflexionando sobre este caso, se me ocurrió que, si <strong>la</strong> Melipona hubiera<br />

hecho sus esferas a igu<strong>al</strong> distancia unas <strong>de</strong> otras, y <strong>la</strong>s hubiera hecho<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> tamaño, y <strong>la</strong>s hubiera dispuesto simétricamente en dos capas, <strong>la</strong><br />

construcción resultante hubiese sido tan perfecta como el pan<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

abeja común. De consiguiente, escribí <strong>al</strong> profesor Miller, <strong>de</strong> Cambridge, y<br />

236


este geómetra ha revisado amablemente el siguiente resumen, sacado <strong>de</strong><br />

sus informes, y me dice que es rigurosamente exacto.<br />

Si se <strong>de</strong>scribe un número <strong>de</strong> esferas igu<strong>al</strong>es, cuyos centros estén situados<br />

en dos p<strong>la</strong>nos par<strong>al</strong>elos, estando el centro <strong>de</strong> cada esfera a una distancia<br />

igu<strong>al</strong> <strong>al</strong> radio x 2 (o sea, <strong>al</strong> radio x 1,41421) o a una distancia menor<br />

<strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s seis esferas que <strong>la</strong> ro<strong>de</strong>an en el mismo p<strong>la</strong>no, y a <strong>la</strong><br />

misma distancia <strong>de</strong> los centros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s esferas adyacentes en el otro p<strong>la</strong>no<br />

par<strong>al</strong>elo; entonces, tomando los p<strong>la</strong>nos <strong>de</strong> intersección entre <strong>la</strong>s diferentes<br />

esferas <strong>de</strong> los dos p<strong>la</strong>nos par<strong>al</strong>elos, resultarán dos capas <strong>de</strong> prismas<br />

hexagon<strong>al</strong>es, unidas entre sí por bases piramid<strong>al</strong>es formadas por tres<br />

rombos, y los rombos y los <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> los prismas hexagon<strong>al</strong>es tendrán todos<br />

los ángulos idénticamente igu<strong>al</strong>es a los dados por <strong>la</strong>s mejores medidas<br />

que se han hecho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdas <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común. Pero el profesor<br />

Wyman, que ha hecho numerosas medidas cuidadosas, me dice que <strong>la</strong><br />

precisión <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja ha sido muy exagerada, hasta t<strong>al</strong> punto,<br />

que lo que podría ser <strong>la</strong> forma típica <strong>de</strong> <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong> pocas veces o nunca se<br />

re<strong>al</strong>iza.<br />

Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que si pudiésemos<br />

modificar ligeramente los instintos que posee ya <strong>la</strong> Melipona, y que en sí<br />

mismos no son maravillosos, esta abeja haría una construcción tan maravillosamente<br />

perfecta como <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común. Sería necesario suponer<br />

que <strong>la</strong> Melipona pue<strong>de</strong> formar sus celdil<strong>la</strong>s verda<strong>de</strong>ramente esféricas y<br />

<strong>de</strong> tamaño casi igu<strong>al</strong>, cosa qué no sería muy sorpren<strong>de</strong>nte, viendo que ya<br />

hace esto en cierta medida y viendo qué agujeros tan perfectamente cilíndricos<br />

hacen muchos insectos en <strong>la</strong> ma<strong>de</strong>ra, <strong>al</strong> parecer, dando vueltas <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un punto fijo. Tendríamos que suponer que <strong>la</strong> Melipona arreg<strong>la</strong><br />

sus celdil<strong>la</strong>s en capas p<strong>la</strong>nas, como ya lo hace con sus celdil<strong>la</strong>s cilíndricas,<br />

y tendríamos que suponer -y ésta es <strong>la</strong> mayor dificultad- que pue<strong>de</strong>,<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>guna manera, juzgar, en <strong>al</strong>gún modo, a qué distancia se encuentra<br />

<strong>de</strong> sus compañeras <strong>de</strong> trabajo cuando varias están haciendo sus esferas;<br />

pero <strong>la</strong> Melipona está ya capacitada para apreciar <strong>la</strong> distancia, hasta<br />

el punto que siempre <strong>de</strong>scribe sus esferas <strong>de</strong> modo que se corten en cierta<br />

extensión, y entonces une los puntos <strong>de</strong> intersección por superficies<br />

perfectamente p<strong>la</strong>nas. Mediante estas modificaciones <strong>de</strong> instintos, que en<br />

sí mismos no son maravillosos -apenas más que los que llevan a un ave a<br />

hacer su nido-, creo yo que <strong>la</strong> abeja común ha adquirido por selección<br />

natur<strong>al</strong> su inimitable facultad arquitectónica.<br />

Pero esta teoría pue<strong>de</strong> comprobarse experiment<strong>al</strong>mente. Siguiendo el<br />

ejemplo <strong>de</strong> míster Tegetmeier, separé dos pan<strong>al</strong>es y puse entre ellos una<br />

tira rectangu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> cera <strong>la</strong>rga y gruesa; <strong>la</strong>s abejas inmediatamente<br />

237


empezaron a excavar en el<strong>la</strong> pequeñas fosetas circu<strong>la</strong>res; y a medida que<br />

profundizaban estas losetas; <strong>la</strong>s hacían cada vez más anchas, hasta que<br />

se convirtieron en <strong>de</strong>presiones poco profundas, apareciendo a <strong>la</strong> vista<br />

perfectamente como una porción <strong>de</strong> esfera y <strong>de</strong> diámetro aproximadamente<br />

igu<strong>al</strong> <strong>al</strong> <strong>de</strong> una celdil<strong>la</strong>. Era interesantísimo observar, que don<strong>de</strong>quiera<br />

que varias abejas hab<strong>la</strong>n empezado a excavar estas <strong>de</strong>presiones casi<br />

juntas, habían empezado su obra a t<strong>al</strong> distancia unas <strong>de</strong> otras, que, con<br />

el tiempo, <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones habían adquirido <strong>la</strong> anchura antes indicada -o<br />

sea próximamente <strong>la</strong> anchura <strong>de</strong> una celdil<strong>la</strong> ordinaria-, y tenían <strong>de</strong> profundidad<br />

como una sexta parte <strong>de</strong>l diámetro <strong>de</strong> <strong>la</strong> esfera <strong>de</strong> que formaban<br />

parte, y los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones se interceptaban o cortaban<br />

mutuamente. Tan pronto como esto ocurría, <strong>la</strong>s abejas cesaban <strong>de</strong> excavar,<br />

y empezaban a levantar pare<strong>de</strong>s p<strong>la</strong>nas <strong>de</strong> cera en <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> intersección,<br />

entre <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones, <strong>de</strong> manera que cada prisma hexagon<strong>al</strong><br />

quedaba construido sobre el bor<strong>de</strong> ondu<strong>la</strong>do <strong>de</strong> una <strong>de</strong>presión lisa, en<br />

vez <strong>de</strong> estarlo sobre los bor<strong>de</strong>s rectos <strong>de</strong> una pirámi<strong>de</strong> <strong>de</strong> tres caras, como<br />

ocurre en <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s ordinarias.<br />

Entonces puse en <strong>la</strong> colmena, en vez <strong>de</strong> una pieza rectangu<strong>la</strong>r y gruesa<br />

<strong>de</strong> cera, una lámina <strong>de</strong>lgada, estrecha y teñida con bermellón. Las abejas<br />

empezaron inmediatamente a excavar a ambos <strong>la</strong>dos <strong>la</strong>s pequeñas <strong>de</strong>presiones,<br />

unas junto, a otras, lo mismo que antes; pero <strong>la</strong> lámina <strong>de</strong> cera<br />

era tan <strong>de</strong>lgada, que los fondos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones <strong>de</strong> <strong>la</strong>dos opuestos, si<br />

hubiesen sido excavados hasta <strong>la</strong> misma profundidad que en el experimento<br />

anterior, se habrían encontrado, resultando agujeros. Las abejas,<br />

sin embargo, no permitieron que esto ocurriese, y pararon sus excavaciones<br />

a su tiempo <strong>de</strong>bido, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones, en cuanto fueron<br />

profundizadas un poco, vinieron a tener sus bases p<strong>la</strong>nas, y estas bases<br />

p<strong>la</strong>nas, formadas por <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>quitas <strong>de</strong>lgadas <strong>de</strong> cera con bermellón <strong>de</strong>jadas<br />

sin mor<strong>de</strong>r, estaban situadas, hasta don<strong>de</strong> podía juzgarse por <strong>la</strong> vista,<br />

exactamente en los p<strong>la</strong>nos imaginarios <strong>de</strong> intersección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s caras opuestas <strong>de</strong> <strong>la</strong> lámina <strong>de</strong> cera. De este modo en <strong>al</strong>gunas<br />

partes quedaron, entre <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones opuestas, tan sólo pequeñas<br />

porciones <strong>de</strong> un p<strong>la</strong>ca rómbica; en otras partes, porciones gran<strong>de</strong>s: <strong>la</strong><br />

obra, <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> estado antinatur<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas, no había quedado re<strong>al</strong>izada<br />

primorosamente. Para haber conseguido <strong>de</strong> este modo el <strong>de</strong>jar <strong>la</strong>mínil<strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>nas entre <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones, parando el trabajo en los p<strong>la</strong>nos <strong>de</strong> intersección,<br />

<strong>la</strong>s abejas tuvieron que haber trabajado casi exactamente con<br />

<strong>la</strong> misma velocidad en los dos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ca <strong>de</strong> cera con bermellón, <strong>al</strong><br />

mor<strong>de</strong>r circu<strong>la</strong>rmente y profundizar <strong>la</strong>s <strong>de</strong>presiones.<br />

238


Consi<strong>de</strong>rando lo flexible que es <strong>la</strong> cera <strong>de</strong>lgada, no veo que exista dificultad<br />

<strong>al</strong>guna en que <strong>la</strong>s abejas, cuando trabajan en los dos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> una<br />

tira <strong>de</strong> cera, noten cuándo han mordido <strong>la</strong> cera, hasta <strong>de</strong>jar<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>lga<strong>de</strong>z<br />

a<strong>de</strong>cuada, y paren entonces su <strong>la</strong>bor. En los pan<strong>al</strong>es ordinarios me<br />

ha parecido que <strong>la</strong>s abejas no siempre consiguen trabajar exactamente<br />

con <strong>la</strong> misma velocidad por los dos <strong>la</strong>dos, pues he observado en <strong>la</strong> base<br />

<strong>de</strong> una celdil<strong>la</strong> recién empezada rombos medio completos, que eran, ligeramente<br />

cóncavos por uno <strong>de</strong> los <strong>la</strong>dos, don<strong>de</strong> supongo que <strong>la</strong>s abejas<br />

habían excavado con <strong>de</strong>masiada rapi<strong>de</strong>z, y convexos por el <strong>la</strong>do opuesto,<br />

don<strong>de</strong> <strong>la</strong>s abejas habían trabajado menos rápidamente. En un caso bien<br />

notorio volví a colocar el pan<strong>al</strong> en <strong>la</strong> colmena, y permití a <strong>la</strong>s abejas ir a<br />

trabajar durante un corto tiempo, y, examinando <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong>, encontré que<br />

<strong>la</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong> rómbica había sido completada y quedado perfectamente<br />

p<strong>la</strong>na; era absolutamente imposible, por <strong>la</strong> extrema <strong>de</strong>lga<strong>de</strong>z <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>quita.<br />

que <strong>la</strong>s abejas pudiesen haber efectuado esto mordisqueando el <strong>la</strong>do<br />

convexo, y sospecho que, en estos casos, <strong>la</strong>s abejas están en <strong>la</strong>dos opuestos<br />

y empujan y vencen <strong>la</strong> cera, dúctil y c<strong>al</strong>iente -lo cu<strong>al</strong>, como he<br />

comprobado, es fácil <strong>de</strong> hacer, hasta colocar<strong>la</strong> en su verda<strong>de</strong>ro p<strong>la</strong>no intermedio,<br />

y <strong>de</strong> este modo <strong>la</strong> igua<strong>la</strong>n.<br />

Por el experimento <strong>de</strong> <strong>la</strong> lámina <strong>de</strong> cera con bermellón po<strong>de</strong>mos ver<br />

que, si <strong>la</strong>s abejas pudiesen construir por sí mismas una pared <strong>de</strong>lgada <strong>de</strong><br />

cera, podrían hacer sus celdas <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>bida, colocándose a <strong>la</strong> distancia<br />

conveniente unas <strong>de</strong> otras, excavando con igu<strong>al</strong> velocidad y esforzándose<br />

en hacer cavida<strong>de</strong>s esféricas igu<strong>al</strong>es, pero sin permitir nunca<br />

que <strong>la</strong>s esferas llegasen unas a otras, produciéndose agujeros. Ahora<br />

bien; <strong>la</strong>s abejas, como pue<strong>de</strong> verse c<strong>la</strong>ramente examinando el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

un pan<strong>al</strong> en construcción, hacen una tosca pared o rebor<strong>de</strong> circu<strong>la</strong>r todo<br />

<strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l pan<strong>al</strong>, y lo muer<strong>de</strong>n por los dos <strong>la</strong>dos, trabajando siempre<br />

circu<strong>la</strong>rmente <strong>al</strong> ahondar cada celdil<strong>la</strong>. No hacen <strong>de</strong> una vez toda <strong>la</strong> base<br />

piramid<strong>al</strong> <strong>de</strong> tres <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> cada celdil<strong>la</strong>, sino so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> <strong>la</strong>minil<strong>la</strong> o <strong>la</strong>s<br />

dos <strong>la</strong>minil<strong>la</strong>s rómbicas que están en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong>l pan<strong>al</strong>, y<br />

nunca completan los bor<strong>de</strong>s superiores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas rómbicas hasta que<br />

han empezado <strong>la</strong>s pare<strong>de</strong>s hexagon<strong>al</strong>es. Algunas <strong>de</strong> estas observaciones<br />

difieren <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hechas por Francisco Huber, tan justamente celebrado; pero<br />

estoy convencido <strong>de</strong> su exactitud, y si tuviese espacio <strong>de</strong>mostraría que<br />

son compatibles con mi teoría.<br />

La observación <strong>de</strong> Huber <strong>de</strong> que <strong>la</strong> primera <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s es excavada<br />

en una pequeña pared <strong>de</strong> cera <strong>de</strong> <strong>la</strong>dos par<strong>al</strong>elos, no es, según lo<br />

que he visto, rigurosamente exacta, pues el primer comienzo ha sido<br />

siempre una pequeña caperuza <strong>de</strong> cera; pero no entraré ahora en<br />

239


<strong>de</strong>t<strong>al</strong>les. Vemos el importantísimo papel que representa el excavar en <strong>la</strong><br />

construcción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s; pero sería un error suponer que <strong>la</strong>s abejas<br />

no pue<strong>de</strong>n construir una tosca pared <strong>de</strong> cera en <strong>la</strong> posición a<strong>de</strong>cuada; esto<br />

es, en el p<strong>la</strong>no <strong>de</strong> intersección <strong>de</strong> dos esferas contiguas. Tengo varios<br />

ejemplos que muestran c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong>s abejas pue<strong>de</strong>n hacer esto. Incluso<br />

en <strong>la</strong> tosca pared o rebor<strong>de</strong> circu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> cera que hay <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

un pan<strong>al</strong> en formación, pue<strong>de</strong>n observarse a veces flexiones que correspon<strong>de</strong>n<br />

por su posición a los p<strong>la</strong>nos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas bas<strong>al</strong>es rómbicas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

futuras celdil<strong>la</strong>s, pero <strong>la</strong> tosca pared <strong>de</strong> cera tiene siempre que ser acabada<br />

mordiéndo<strong>la</strong> mucho <strong>la</strong>s abejas por los dos <strong>la</strong>dos. <strong>El</strong> modo como construyen<br />

<strong>la</strong>s abejas es curioso: hacen siempre <strong>la</strong> primera pared tosca diez o<br />

veinte veces más gruesa que <strong>la</strong> <strong>de</strong>lgadísima pared terminada <strong>de</strong> <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong>,<br />

que ha <strong>de</strong> quedar fin<strong>al</strong>mente. Compren<strong>de</strong>remos cómo trabajan, suponiendo<br />

unos <strong>al</strong>bañiles que primero amontonan un grueso muro <strong>de</strong> cemento<br />

y que luego empiezan a quitar por los dos <strong>la</strong>dos hasta ras <strong>de</strong>l suelo,<br />

hasta que <strong>de</strong>jan en el medio una <strong>de</strong>lgadísima pared; los <strong>al</strong>bañiles van<br />

siempre amontonando en lo <strong>al</strong>to <strong>de</strong>l muro el cemento quitado, añadiéndole<br />

cemento nuevo. Así tendremos una <strong>de</strong>lgadísima pared, creciendo<br />

continuamente hacia arriba; pero coronada siempre por una gigantesca<br />

<strong>al</strong>bardil<strong>la</strong>. Por estar todas <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s, tanto <strong>la</strong>s recién comenzadas como<br />

<strong>la</strong>s terminadas coronadas por una gran <strong>al</strong>bardil<strong>la</strong> <strong>de</strong> cera, <strong>la</strong>s abejas pue<strong>de</strong>n<br />

apiñarse en el pan<strong>al</strong> y caminar por él sin estropear <strong>la</strong>s <strong>de</strong>licadas pare<strong>de</strong>s<br />

hexagon<strong>al</strong>es. Estas pare<strong>de</strong>s, según el profesor Miller ha comprobado<br />

amablemente para mi, varían mucho en grosor, teniendo 1/352 <strong>de</strong><br />

pulgada <strong>de</strong> grueso, según el promedio <strong>de</strong> doce medidas hechas cerca <strong>de</strong>l<br />

bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l pan<strong>al</strong>, mientras que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas bas<strong>al</strong>es romboid<strong>al</strong>es son más gruesas,<br />

estando aproximadamente en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> tres a dos, teniendo<br />

un grueso <strong>de</strong> 1/229 <strong>de</strong> pulgada, como promedio <strong>de</strong> veintiuna medidas.<br />

Mediante <strong>la</strong> singu<strong>la</strong>r manera <strong>de</strong> construir que se acaba <strong>de</strong> indicar, se da<br />

continuamente fuerza <strong>al</strong> pan<strong>al</strong>, con <strong>la</strong> máxima economía fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> cera.<br />

Parece <strong>al</strong> principio que aumenta <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r cómo se<br />

hacen <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s el que una multitud <strong>de</strong> abejas trabajen juntas; pues<br />

una abeja, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber trabajado un poco tiempo en una celdil<strong>la</strong>, va<br />

a otra, <strong>de</strong> modo que, como Huber ha observado, aun en el comienzo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> primera celdil<strong>la</strong> trabajan una veintena <strong>de</strong> individuos. Pu<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar<br />

prácticamente este hecho cubriendo los bor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pare<strong>de</strong>s hexagon<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> una so<strong>la</strong> celdil<strong>la</strong> o el margen <strong>de</strong>l rebor<strong>de</strong> circu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> un pan<strong>al</strong> en<br />

construcción con una capa sumamente <strong>de</strong>lgada <strong>de</strong> cera mezc<strong>la</strong>da con<br />

bermellón; y encontré invariablemente que el color era muy <strong>de</strong>licadamente<br />

difundido por <strong>la</strong>s abejas -tan <strong>de</strong>licadamente como pudiera haberlo<br />

240


hecho un pintor con su pincel-, por haber tomado partícu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> cera<br />

coloreada, <strong>de</strong>l sitio en que había sido colocada, y haber trabajado con el<strong>la</strong><br />

en los bor<strong>de</strong>s crecientes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor. La construcción parece<br />

ser una especie <strong>de</strong> equilibrio entre muchas abejas que están todas<br />

instintivamente a <strong>la</strong> misma distancia mutua, que se esfuerzan todas en<br />

excavar esferas igu<strong>al</strong>es y luego construir o <strong>de</strong>jar sin mor<strong>de</strong>r los p<strong>la</strong>nos <strong>de</strong><br />

intersección <strong>de</strong> estas esferas. Era re<strong>al</strong>mente curioso notar, en casos <strong>de</strong> dificultad,<br />

como cuando dos partes <strong>de</strong> pan<strong>al</strong> se encuentran formando un<br />

ángulo, con qué frecuencia <strong>la</strong>s abejas <strong>de</strong>rriban y reconstruyen <strong>de</strong> diferentes<br />

maneras <strong>la</strong> misma celdil<strong>la</strong>, repitiendo a veces una forma que <strong>al</strong> principio<br />

habían <strong>de</strong>sechado.<br />

Cuando <strong>la</strong>s abejas tienen lugar en el cu<strong>al</strong> pue<strong>de</strong>n estar en <strong>la</strong> posición<br />

a<strong>de</strong>cuada para trabajar -por ejemplo, un listón <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra colocado directamente<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l medio <strong>de</strong> un pan<strong>al</strong> que vaya creciendo hacia abajo,<br />

<strong>de</strong> manera que el pan<strong>al</strong> tenga que ser construido sobre una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s caras<br />

<strong>de</strong>l listón-, en este caso <strong>la</strong>s abejas pue<strong>de</strong>n poner los comienzos <strong>de</strong> una pared<br />

<strong>de</strong> un nuevo hexágono en su lugar preciso, proyectándose más <strong>al</strong>lá<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras celdil<strong>la</strong>s completas. Es suficiente que <strong>la</strong>s abejas puedan estar<br />

colocadas a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>bidas distancias re<strong>la</strong>tivas, unas <strong>de</strong> otras, y respecto <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s últimas celdil<strong>la</strong>s completas y, entonces, mediante sorpren<strong>de</strong>ntes<br />

esferas imaginarias, pue<strong>de</strong>n construir una pared intermediaria<br />

entre dos esferas contiguas; pero, por lo que he podido ver, nunca<br />

muer<strong>de</strong>n ni rematan los ángulos <strong>de</strong> <strong>la</strong> celdil<strong>la</strong> hasta que ha sido construida<br />

una gran parte, tanto <strong>de</strong> esta celdil<strong>la</strong> como <strong>de</strong> <strong>la</strong>s contiguas. Esta facultad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s abejas <strong>de</strong> construir en ciertas circunstancias una pared tosca,<br />

en su lugar <strong>de</strong>bido, entre <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s recién comenzadas, es importante,<br />

pues se re<strong>la</strong>ciona con un hecho que parece, <strong>al</strong> pronto, <strong>de</strong>struir <strong>la</strong><br />

teoría prece<strong>de</strong>nte, o sea, con el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l margen <strong>de</strong><br />

los avisperos son rigurosamente hexagon<strong>al</strong>es; pero no tengo aquí espacio<br />

para entrar en este asunto. Tampoco me parece una gran dificultad el<br />

que un solo insecto -como ocurre con <strong>la</strong> avispa reina- haga celdil<strong>la</strong>s hexagon<strong>al</strong>es<br />

si trabajase <strong>al</strong>ternativamente por <strong>de</strong>ntro y por fuera <strong>de</strong> dos o tres<br />

celdil<strong>la</strong>s empezadas a un mismo tiempo, estando siempre a <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida<br />

distancia re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s recién comenzadas, <strong>de</strong>scribiendo<br />

esferas o cilindros y construyendo p<strong>la</strong>nos intermediarios.<br />

Como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente por acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> pequeñas<br />

modificaciones <strong>de</strong> estructura o <strong>de</strong> instinto, útil cada una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s <strong>al</strong><br />

individuo en ciertas condiciones <strong>de</strong> vida, pue<strong>de</strong> razonablemente preguntarse:<br />

¿Cómo pudo haber aprovechado a los antepasados <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común<br />

una <strong>la</strong>rga sucesión gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> modificaciones <strong>de</strong>l instinto<br />

241


arquitectónico tendiendo todas hacia el presente p<strong>la</strong>n perfecto <strong>de</strong> construcción?<br />

Creo que <strong>la</strong> respuesta no es difícil: <strong>la</strong>s celdil<strong>la</strong>s construidas como<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja o <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> avispa ganan en resistencia y economizan<br />

mucho el trabajo y espacio y los materi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> que están construidas. Por<br />

lo que se refiere a <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> cera, es sabido que <strong>la</strong>s abejas, con frecuencia,<br />

están muy apuradas para conseguir el néctar suficiente, y míster<br />

Tegetmeier me informa que se ha probado experiment<strong>al</strong>mente que <strong>la</strong>s<br />

abejas <strong>de</strong> una colmena consumen <strong>de</strong> doce a quince libras <strong>de</strong> azúcar seco<br />

para <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> una libra <strong>de</strong> cera, <strong>de</strong> modo que <strong>la</strong>s abejas <strong>de</strong> una<br />

colmena tienen que recolectar y consumir una cantidad asombrosa <strong>de</strong><br />

néctar líquido para <strong>la</strong> secreción <strong>de</strong> <strong>la</strong> cera necesaria para <strong>la</strong> construcción<br />

<strong>de</strong> sus pan<strong>al</strong>es. A<strong>de</strong>más, muchas abejas tienen que quedar ociosas varios<br />

días durante el proceso <strong>de</strong> secreción. Una gran provisión <strong>de</strong> miel es indispensable<br />

para mantener un gran número <strong>de</strong> abejas durante el invierno,<br />

y es sabido que <strong>la</strong> seguridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> princip<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> que se mantengan un gran número <strong>de</strong> abejas. Por consiguiente,<br />

el ahorro <strong>de</strong> cera, por ahorrar mucha miel y tiempo empleado en recolectar<strong>la</strong>,<br />

ha <strong>de</strong> ser un elemento importante <strong>de</strong>l buen éxito para toda familia<br />

<strong>de</strong> abejas. Natur<strong>al</strong>mente, el éxito <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l número<br />

<strong>de</strong> sus enemigos o parásitos, o <strong>de</strong> causas por completo distintas, y<br />

así ser tot<strong>al</strong>mente in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> miel que puedan reunir<br />

<strong>la</strong>s abejas. Pero supongamos que esta última circunstancia <strong>de</strong>terminó<br />

-como es probable que muchas veces lo haya <strong>de</strong>terminado- el que un himenóptero<br />

afín <strong>de</strong> nuestros abejorros pudiese existir en gran número en<br />

un país, y supongamos, a<strong>de</strong>más, que <strong>la</strong> comunidad viviese durante el invierno<br />

y, por consiguiente, necesitase una provisión <strong>de</strong> miel; en este caso,<br />

es indudable que sería una ventaja para nuestro abejorro imaginario el<br />

que una ligera modificación en sus instintos lo llevase a hacer sus celdil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> cera unas próximas a otras, <strong>de</strong> modo que se entrecortasen un poco;<br />

pues una pared común, aun sólo para dos celdil<strong>la</strong>s contiguas, ahorraría<br />

un poco <strong>de</strong> trabajo y cera. Por consiguiente, sería cada vez más ventajoso<br />

para nuestro abejorro el que hiciese sus celdil<strong>la</strong>s cada vez más regu<strong>la</strong>res,<br />

más cerca unas <strong>de</strong> otras, y agregadas formando una masa, como<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Melipona; pues, en este caso, una gran parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie limitante<br />

<strong>de</strong> cada celdil<strong>la</strong> serviría para limitar <strong>la</strong>s contiguas, y se economizaría<br />

mucho trabajo y cera. A<strong>de</strong>más, por <strong>la</strong> misma causa, sería ventajoso<br />

para Melipona el que hiciese sus celdil<strong>la</strong>s más juntas y más regu<strong>la</strong>res por<br />

todos conceptos que <strong>la</strong>s hace <strong>al</strong> presente; pues, como hemos visto, <strong>la</strong>s superficies<br />

esféricas <strong>de</strong>saparecerían por completo y serían reemp<strong>la</strong>zadas<br />

por superficies p<strong>la</strong>nas, y <strong>la</strong> Melipona haría un pan<strong>al</strong> tan perfecto como el<br />

242


<strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común. La selección natur<strong>al</strong> no pudo llegar más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> este<br />

estado <strong>de</strong> perfección arquitectónica; pues el pan<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja, hasta don<strong>de</strong><br />

nosotros po<strong>de</strong>mos juzgar, es absolutamente perfecto por lo que se refiere<br />

a economizar trabajo y cera.<br />

De este modo, a mi parecer, el más maravilloso <strong>de</strong> todos los instintos<br />

conocidos el <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común, pue<strong>de</strong> explicarse porque <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

ha sacado provecho <strong>de</strong> numerosas modificaciones pequeñas y sucesivas<br />

<strong>de</strong> instintos sencillos; porque <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ha llevado pau<strong>la</strong>tinamente<br />

a <strong>la</strong>s abejas a <strong>de</strong>scribir esferas igu<strong>al</strong>es a una distancia mutua<br />

dada, dispuestas en dos capas, y a construir y excavar <strong>la</strong> cera en los p<strong>la</strong>nos<br />

<strong>de</strong> intersección <strong>de</strong> un modo cada vez más perfecto: <strong>la</strong>s abejas, evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

no sabían que <strong>de</strong>scribían sus esferas a una distancia mutua<br />

particu<strong>la</strong>r, más <strong>de</strong> lo que saben ahora como son los diferentes ángulos <strong>de</strong><br />

los prismas hexagon<strong>al</strong>es y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>cas rómbicas bas<strong>al</strong>es; pues <strong>la</strong> fuerza<br />

propulsora <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong> fue <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> celdil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida soli<strong>de</strong>z y <strong>de</strong>l tamaño y forma a<strong>de</strong>cuados para <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas,<br />

re<strong>al</strong>izado esto con <strong>la</strong> mayor economía posible <strong>de</strong>l tamaño y cera. Aquellos<br />

enjambres que hicieron <strong>de</strong> este modo <strong>la</strong>s mejores celdil<strong>la</strong>s con el menor<br />

trabajo y el menor gasto <strong>de</strong> miel para <strong>la</strong> secreción <strong>de</strong> cera, tuvieron el<br />

mejor éxito y transmitieron sus instintos nuevamente adquiridos a nuevos<br />

enjambres, los cu<strong>al</strong>es, a su vez, habrán tenido <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> buen éxito en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia.<br />

Objeciones a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> aplicada a los insectos. -<br />

Insectos neutros o estériles<br />

A <strong>la</strong> opinión prece<strong>de</strong>nte sobre el origen <strong>de</strong> los instintos se ha hecho <strong>la</strong><br />

objeción <strong>de</strong> que «<strong>la</strong>s variaciones <strong>de</strong> estructura y <strong>de</strong> instinto tienen que<br />

haber sido simultáneas y exactamente acop<strong>la</strong>das entre sí, pues una modificación<br />

en aquél<strong>la</strong> sin el correspondiente cambio inmediato en éste, hubiese<br />

sido fat<strong>al</strong>. La fuerza <strong>de</strong> esta objeción <strong>de</strong>scansa por completo en <strong>la</strong> admisión<br />

<strong>de</strong> que los cambios en los instintos y conformación son bruscos.<br />

Tomemos como ejemplo el caso <strong>de</strong>l carbonero (Parus major), <strong>al</strong> que se ha<br />

hecho <strong>al</strong>usión en un capitulo prece<strong>de</strong>nte; esta ave, muchas veces, estando<br />

en una rama, sujeta entre sus patas <strong>la</strong>s simientes <strong>de</strong>l tejo y <strong>la</strong>s golpea<br />

con el pico, hasta que llega <strong>al</strong> núcleo. Ahora bien; ¿qué especi<strong>al</strong> dificultad<br />

habría en que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> conservase todas <strong>la</strong>s ligeras variaciones<br />

individu<strong>al</strong>es en <strong>la</strong> forna <strong>de</strong>l pico que fuesen o que estuviesen mejor<br />

adaptadas para abrir <strong>la</strong>s simientes hasta que se formasen un pico tan<br />

bien conformado para este fin como el <strong>de</strong>l trepatroncos, <strong>al</strong> mismo tiempo<br />

que <strong>la</strong> costumbre, o <strong>la</strong> necesidad, o <strong>la</strong> variación espontánea <strong>de</strong>l gusto<br />

243


llevasen <strong>al</strong> ave a hacerse cada vez más granívora? En este caso, se supone<br />

que el pico se modifica lentamente por selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lentos<br />

cambios <strong>de</strong> costumbres o gustos, y <strong>de</strong> acuerdo con ellos; pero <strong>de</strong>jemos<br />

que los pies <strong>de</strong>l carbonero varíen y se hagan mayores por corre<strong>la</strong>ción<br />

con el pico, o por <strong>al</strong>guna otra causa <strong>de</strong>sconocida, y no es imposible<br />

que estos pies mayores lleven <strong>al</strong> ave a trepar cada vez más, hasta que adquiera<br />

el instinto y <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> trepar tan notables <strong>de</strong>l trepatroncos. En<br />

este caso, se supone que un cambio gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> conformación lleva <strong>al</strong><br />

cambio <strong>de</strong> costumbres instintivas. Tomemos otro ejemplo: pocos instintos<br />

son tan notables como el que lleva a <strong>la</strong> sa<strong>la</strong>ngana a hacer su nido por<br />

completo <strong>de</strong> s<strong>al</strong>iva con<strong>de</strong>nsada. Algunas aves construyen sus nidos <strong>de</strong><br />

barro, que se cree que está hume<strong>de</strong>cido con s<strong>al</strong>iva, y una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s golondrinas<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte hace su nido, según he visto, <strong>de</strong> tronquitos<br />

aglutinados con s<strong>al</strong>iva, y hasta con p<strong>la</strong>quitas formadas <strong>de</strong> esta substancia.<br />

¿Es, pues, muy improbable que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> aquellos individuos<br />

que segregasen cada vez más s<strong>al</strong>iva produjese <strong>al</strong> fin una especie<br />

con instintos que <strong>la</strong> llevasen a <strong>de</strong>spreciar otros materi<strong>al</strong>es y a hacer sus<br />

nidos exclusivamente <strong>de</strong> s<strong>al</strong>iva con<strong>de</strong>nsada? Y lo mismo en otros casos.<br />

Hay que admitir, sin embargo, que en muchos no po<strong>de</strong>mos conjeturar si<br />

fue el instinto o <strong>la</strong> conformación lo que primero varió.<br />

Indudablemente podrían oponerse a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

muchos instintos <strong>de</strong> explicación dificilísima: casos en los cu<strong>al</strong>es no po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r cómo se pudo haber originado un instinto; casos en que<br />

no se sabe que existan gradaciones intermedias; casos <strong>de</strong> instintos <strong>de</strong> importancia<br />

tan insignificante, que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> apenas pudo haber<br />

obrado sobre ellos; casos <strong>de</strong> instintos casi idénticos en anim<strong>al</strong>es tan distantes<br />

en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, que no po<strong>de</strong>mos explicar su semejanza<br />

por herencia <strong>de</strong> un antepasado común, y que, por consiguiente, hemos<br />

<strong>de</strong> creer que fueron adquiridos in<strong>de</strong>pendientemente por selección<br />

natur<strong>al</strong>. No entraré aquí en estos varios casos, y me limitaré a una dificultad<br />

especi<strong>al</strong>, que <strong>al</strong> principio me pareció insuperable y re<strong>al</strong>mente fat<strong>al</strong><br />

para toda <strong>la</strong> teoría. Me refiero a <strong>la</strong>s hembras neutras o estériles <strong>de</strong> <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> los insectos, pues estas neutras, frecuentemente, difieren<br />

mucho en instintos y conformación, tanto <strong>de</strong> los machos como <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

hembras fecundas, y, sin embargo, por ser estériles no pue<strong>de</strong>n propagar<br />

su c<strong>la</strong>se.<br />

<strong>El</strong> asunto merece ser discutido con gran extensión pero tomaré aquí<br />

nada más que un solo caso: el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hormigas obreras estériles. De qué<br />

modo <strong>la</strong>s obreras se han vuelto estériles, constituye una dificultad; pero<br />

no mucho mayor que <strong>la</strong> <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otra modificación notable <strong>de</strong><br />

244


conforrnación, pues pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que <strong>al</strong>gunos insectos y otros anim<strong>al</strong>es<br />

articu<strong>la</strong>dos, en estado natur<strong>al</strong>, resultan acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente estériles; y<br />

si estos insectos hubiesen sido sociables, y si hubiese sido útil para <strong>la</strong> sociedad<br />

el que cada año hubiese nacido un cierto número, capaces <strong>de</strong> trabajar<br />

pero incapaces <strong>de</strong> procrear, yo no sé ver dificultad <strong>al</strong>guna especi<strong>al</strong><br />

en que esto se hubiese efectuado por selección natur<strong>al</strong>. Pero he <strong>de</strong> pasar<br />

por <strong>al</strong>to esta dificultad preliminar. La gran dificultad estriba en que <strong>la</strong>s<br />

hormigas obreras difieren mucho <strong>de</strong> los machos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras fecundas<br />

en su conformación, como en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l tórax, en estar <strong>de</strong>sprovistas<br />

<strong>de</strong> a<strong>la</strong>s y a veces <strong>de</strong> ojos, y en el instinto. Por lo que se refiere sólo <strong>al</strong><br />

instinto, <strong>la</strong> abeja común hubiese sido un ejemplo mejor <strong>de</strong> <strong>la</strong> maravillosa<br />

diferencia, en este particu<strong>la</strong>r, entre <strong>la</strong>s obreras y <strong>la</strong>s hembras perfectas. Si<br />

una hormiga obrera u otro insecto neutro hubiese sido un anim<strong>al</strong> ordinario,<br />

habría yo admitido sin titubeo que todos sus caracteres habían sido<br />

adquiridos lentamente por selección natur<strong>al</strong>, o sea, por haber nacido individuos<br />

con ligeras modificaciones útiles, que fueron heredadas por los<br />

<strong>de</strong>scendientes, y que éstos, a su vez, variaron y fueron seleccionados, y<br />

así sucesivamente. Pero en <strong>la</strong> hormiga obrera tenemos un instinto que difiere<br />

mucho <strong>de</strong>l <strong>de</strong> sus padres, aun cuando es completamente estéril; <strong>de</strong><br />

modo que nunca pudo haber transmitido a sus <strong>de</strong>scendientes modificaciones<br />

<strong>de</strong> estructura o instinto adquiridas sucesivamente.<br />

Pue<strong>de</strong> muy bien preguntarse cómo es posible conciliar este caso con <strong>la</strong><br />

teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. En primer lugar, recuér<strong>de</strong>se que tenemos<br />

innumerables ejemplos, tanto en nuestras producciones domésticas como<br />

en <strong>la</strong>s natur<strong>al</strong>es, <strong>de</strong> toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> diferencias hereditarias <strong>de</strong> estructura,<br />

que están en re<strong>la</strong>ción con ciertas eda<strong>de</strong>s o con los sexos. Tenemos diferencias<br />

que están en corre<strong>la</strong>ción, no sólo con un sexo, sino con el corto<br />

período en que el aparato reproductor está en actividad, como el plumaje<br />

nupci<strong>al</strong> <strong>de</strong> muchas aves y <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s con garfio <strong>de</strong>l s<strong>al</strong>món macho.<br />

Tenemos ligeras diferencias hasta en los cuernos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes razas<br />

<strong>de</strong>l ganado vacuno, en re<strong>la</strong>ción con un estado artifici<strong>al</strong>mente imperfecto<br />

<strong>de</strong>l sexo masculino; pues los bueyes <strong>de</strong> ciertas razas tienen cuernos más<br />

<strong>la</strong>rgos que los bueyes <strong>de</strong> otras, re<strong>la</strong>tivamente a <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong> los cuernos,<br />

tanto <strong>de</strong> los toros como <strong>de</strong> <strong>la</strong>s vacas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas razas. Por consiguiente,<br />

no sé ver gran dificultad en que un carácter llegue a ser corre<strong>la</strong>tivo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> condición estéril <strong>de</strong> ciertos miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los insectos:<br />

<strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong>scansa en compren<strong>de</strong>r cómo se han acumu<strong>la</strong>do<br />

lentamente, por selección natur<strong>al</strong>, estas modificaciones corre<strong>la</strong>tivas <strong>de</strong><br />

estructura.<br />

245


Esta dificultad, aunque insuperable en apariencia, disminuye o <strong>de</strong>saparece,<br />

en mi opinión, cuando se recuerda que <strong>la</strong> selección pue<strong>de</strong> aplicarse<br />

a <strong>la</strong> familia lo mismo que <strong>al</strong> individuo, y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong> este modo obtener<br />

el fin <strong>de</strong>seado. Los gana<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>sean que <strong>la</strong> carne y <strong>la</strong> grasa estén<br />

bien entremezc<strong>la</strong>das; fue matado un anim<strong>al</strong> que presentaba estos caracteres;<br />

pero el gana<strong>de</strong>ro ha recurrido con confianza a <strong>la</strong> misma casta, y ha<br />

conseguido su propósito. T<strong>al</strong> fe pue<strong>de</strong> ponerse en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección,<br />

que es probable que pudiera formarse una raza <strong>de</strong> ganado que diese<br />

siempre bueyes con cuernos extraordinariamente <strong>la</strong>rgos, observando<br />

qué toros y qué vacas produjesen cuando se apareasen bueyes con los<br />

cuernos más <strong>la</strong>rgos, y, sin embargo, ningún buey habría jamás propagado<br />

su c<strong>la</strong>se. He aquí un ejemplo mejor y re<strong>al</strong>: según míster Verlot, <strong>al</strong>gunas<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>elí b<strong>la</strong>nco doble, por haber sido <strong>la</strong>rga y cuidadosamente<br />

seleccionadas hasta el grado <strong>de</strong>bido, producen siempre una gran<br />

proporción <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que llevan flores dobles y completamente estériles;<br />

pero también dan <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas sencil<strong>la</strong>s y fecundas. Estas últimas,<br />

mediante <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es pue<strong>de</strong> únicamente ser propagada <strong>la</strong> variedad, pue<strong>de</strong>n<br />

compararse a los machos y hembras fecundas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hormigas, y <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas dobles estériles a <strong>la</strong>s neutras <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma sociedad. Lo mismo<br />

que en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>elí b<strong>la</strong>nco, en los insectos sociables <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> ha sido aplicada a <strong>la</strong> familia y no <strong>al</strong> individuo, con objeto <strong>de</strong><br />

lograr un fin útil. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong><br />

que pequeñas modificaciones <strong>de</strong> estructura o <strong>de</strong> instinto re<strong>la</strong>cionadas<br />

con <strong>la</strong> condición estéril <strong>de</strong> ciertos miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad han resultado<br />

ser ventajosas, y, en consecuencia, los machos y hembras fecundos<br />

han prosperado y transmitido a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia fecunda una ten<strong>de</strong>ncia<br />

a producir miembros estériles con <strong>la</strong>s mismas modificaciones. Este proceso<br />

tiene que repetirse muchas veces, hasta que se produzca <strong>la</strong> prodigiosa<br />

diferencia que vemos entre <strong>la</strong>s hembras fecundas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie<br />

en muchos insectos sociables.<br />

Pero no hemos llegado todavía a <strong>la</strong> cumbre <strong>de</strong> <strong>la</strong> dificultad, o sea el hecho<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s neutras <strong>de</strong> varias especies <strong>de</strong> hormigas difieren, no sólo<br />

<strong>de</strong> los machos y hembras fecundos, sino también entre sí mismas, a veces<br />

en un grado casi increíble, y están <strong>de</strong> este modo divididas en dos y aun<br />

en tres castas. Las castas, a<strong>de</strong>más, no muestran comúnmente tránsitos<br />

entre sí, sino que están por completo bien <strong>de</strong>finidas, siendo tan distintas<br />

entre sí como lo son dos especies cu<strong>al</strong>esquiera <strong>de</strong>l mismo género, o más<br />

bien dos géneros cu<strong>al</strong>esquiera <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia. Así en Eciton hay<br />

neutras obreras y neutras soldados, con mandíbu<strong>la</strong>s e instintos extraordinariamente<br />

diferentes; en Cryptocerus sólo <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong> una casta<br />

246


llevan sobre <strong>la</strong> cabeza una extraña especie <strong>de</strong> escudo, cuyo uso es completamente<br />

<strong>de</strong>sconocido; en el Myrmecocystus <strong>de</strong> México, <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong><br />

una casta nunca abandonan el nido, y son <strong>al</strong>imentadas por <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong><br />

otra casta, y tienen enormemente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do el abdomen, que segrega<br />

una especie <strong>de</strong> miel, <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> reemp<strong>la</strong>za <strong>la</strong> excretada por los pulgones -el<br />

ganado doméstico, como podría l<strong>la</strong>márseles-, que nuestras hormigas europeas<br />

guardan y aprisionan.<br />

Se creerá, verda<strong>de</strong>ramente, que tengo una confianza presuntuosa en el<br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección inatur<strong>al</strong> <strong>al</strong> no admitir que estos hechos maravillosos<br />

y confirmados aniquilen <strong>de</strong> una vez mi teoría. En el caso más sencillo<br />

<strong>de</strong> insectos neutros todos <strong>de</strong> una casta, que, en mi opinión, se han<br />

hecho diferentes mediante selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> los machos y hembras fecundos,<br />

po<strong>de</strong>mos, por <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía con <strong>la</strong>s variaciones ordinarias, llegar a<br />

<strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s sucesivas y pequeñas variaciones útiles no aparecieron<br />

<strong>al</strong> principio en todos los neutros <strong>de</strong>l mismo nido, sino so<strong>la</strong>mente<br />

en unos pocos, y que, por <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s socieda<strong>de</strong>s que tuviesen<br />

hembras que produjesen el mayor número <strong>de</strong> neutros con <strong>la</strong> modificación<br />

ventajosa, llegaron por fin todos los neutros a estar caracterizados<br />

<strong>de</strong> este modo. Según esta opinión, tendríamos que encontrar acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

en el mismo nido insectos neutros que presentasen gradaciones <strong>de</strong><br />

estructura, y esto es lo que encontramos, y aun no raras veces, si consi<strong>de</strong>ramos<br />

qué pocos insectos han sido cuidadosamente estudiados fuera <strong>de</strong><br />

Europa. Míster F. Smith ha <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s neutras <strong>de</strong> varias hormigas<br />

<strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra difieren entre sí sorpren<strong>de</strong>ntemente en tamaño, y a veces<br />

en color, y que <strong>la</strong>s formas extremas pue<strong>de</strong>n en<strong>la</strong>zarse mediante individuos<br />

tomados <strong>de</strong>l mismo hormiguero; yo mismo he comprobado gradaciones<br />

perfectas <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se. A veces ocurre que <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong>l tamaño<br />

máximo o mínimo son <strong>la</strong>s más numerosas, o que tanto <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s como<br />

<strong>la</strong>s pequeñas son numerosas, mientras que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> tamaño intermedio<br />

son escasas. Formica f<strong>la</strong>va tiene obreras gran<strong>de</strong>s y pequeñas, con un corto<br />

número <strong>de</strong> tamaño intermedio, y en esta especie, como ha observado<br />

míster F. Smith, <strong>la</strong>s obreras gran<strong>de</strong>s tienen ojos sencillos (ocelos), los cu<strong>al</strong>es,<br />

aunque pequeños, pue<strong>de</strong>n distinguirse c<strong>la</strong>ramente, mientras que <strong>la</strong>s<br />

obreras pequeñas tienen sus ocelos rudimentarios. Habiendo disecado<br />

cuidadosamente varios ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong> estas obreras, puedo afirmar que<br />

los ojos son mucho más rudimentarios en <strong>la</strong>s obreras pequeñas <strong>de</strong> lo que<br />

pue<strong>de</strong> explicarse simplemente por su tamaño proporcion<strong>al</strong>mente menor,<br />

y estoy convencido, aun cuando no me atrevo a afirmarlo tan categóricamente,<br />

que <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong> tamaño intermedio tienen sus ocelos <strong>de</strong> condición<br />

exactamente intermedia. De modo que, en este caso, tenemos en el<br />

247


mismo hormiguero dos grupos <strong>de</strong> obreras estériles, que difieren, no sólo<br />

por su tamaño, sino también por sus órganos <strong>de</strong> <strong>la</strong> vista, aunque están<br />

en<strong>la</strong>zadas por un corto número <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> condición intermedia.<br />

Podría divagar añadiendo que si <strong>la</strong>s obreras pequeñas hubieran sido <strong>la</strong>s<br />

más útiles a <strong>la</strong> comunidad, y hubieran sido seleccionados continuamente<br />

aquellos machos y hembras que producían obreras cada vez más pequeñas,<br />

hasta que todas <strong>la</strong>s obreras fuesen <strong>de</strong> esta condición, en este caso<br />

hubiésemos tenido una especie <strong>de</strong> hormiga con neutras casi <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

condición que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Myrmica, pues <strong>la</strong>s obreras <strong>de</strong> Myrmica no tienen ni<br />

siquiera rudimentos <strong>de</strong> ocelos, aun cuando <strong>la</strong>s hormigas machos y hembras<br />

<strong>de</strong> este género tienen ocelos bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos.<br />

Puedo citar otro caso: tan confiadamente esperaba yo encontrar acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente<br />

gradaciones <strong>de</strong> estructuras importantes entre <strong>la</strong>s diferentes<br />

castas <strong>de</strong> neutras en <strong>la</strong> misma especie, que aproveché gustoso el ofrecimiento<br />

hecho por míster F. Smith <strong>de</strong> numerosos ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong> un mismo<br />

nido <strong>de</strong> <strong>la</strong> hormiga cazadora (Anomma) <strong>de</strong>l África Occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>. <strong>El</strong> lector<br />

apreciará quizá mejor <strong>la</strong> diferencia en estas obreras dándole yo, no <strong>la</strong>s<br />

medidas re<strong>al</strong>es, sino una comparación rigurosamente exacta: <strong>la</strong> diferencia<br />

era <strong>la</strong> misma que si viésemos hacer una casa a una cuadril<strong>la</strong> <strong>de</strong> obreros,<br />

<strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es unos tuviesen cinco pies y cuatro pulgadas <strong>de</strong> <strong>al</strong>tura y<br />

otros diez y seis pies <strong>de</strong> <strong>al</strong>tura; pero tendríamos que suponer, a<strong>de</strong>más,<br />

que los obreros más gran<strong>de</strong>s tuviesen <strong>la</strong> cabeza cuatro veces, en lugar <strong>de</strong><br />

tres, mayor que <strong>la</strong> <strong>de</strong> los pequeños, y <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s casi cinco veces mayores.<br />

Las mandíbu<strong>la</strong>s, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hormigas obreras <strong>de</strong> los diversos<br />

tamaños diferían prodigiosamente en forma y en <strong>la</strong> figura y número <strong>de</strong><br />

los dientes. Pero el hecho que nos interesa es que, aun cuando <strong>la</strong>s obreras<br />

pue<strong>de</strong>n ser agrupadas en castas <strong>de</strong> diferentes tamaños, hay, sin embargo,<br />

entre el<strong>la</strong>s gradaciones insensibles, lo mismo que entre <strong>la</strong> conformación,<br />

tan diferente, <strong>de</strong> sus mandíbu<strong>la</strong>s. Sobre este último punto hablo confiado,<br />

pues Sir J. Lubbock me hizo dibujos, con <strong>la</strong> cámara c<strong>la</strong>ra, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s<br />

que disequé <strong>de</strong> obreras <strong>de</strong> diferentes tamaños. Míster Bates, en<br />

su interesante obra Natur<strong>al</strong>ist on the Amazons, ha <strong>de</strong>scrito casos<br />

análogos.<br />

En presencia <strong>de</strong> estos hechos, creo yo que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, obrando<br />

sobre <strong>la</strong>s hormigas fecundas o padres, pudo formar una especie que produjese<br />

norm<strong>al</strong>mente neutras <strong>de</strong> tamaño gran<strong>de</strong> con una so<strong>la</strong> forma <strong>de</strong><br />

mandíbu<strong>la</strong>s, o todas <strong>de</strong> tamaño pequeño con mandíbu<strong>la</strong>s muy diferentes,<br />

o, por último, y ésta es <strong>la</strong> mayor dificultad, una c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> obreras <strong>de</strong><br />

un tamaño y conformación y, simultáneamente, otra c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> obreras <strong>de</strong><br />

tamaño y conformación diferentes, habiéndose formado primero una<br />

248


serie gradu<strong>al</strong>, como en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> hormiga cazadora, y habiéndose producido<br />

entonces <strong>la</strong>s formas extremas, en número cada vez mayor, por <strong>la</strong><br />

supervivencia <strong>de</strong> los padres que <strong>la</strong>s engendraron, hasta que no se produjese<br />

ya ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong> conformación intermedia.<br />

Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce ha dado una explicación análoga <strong>de</strong>l caso, igu<strong>al</strong>mente<br />

complicado, <strong>de</strong> ciertas mariposas <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo que aparecen<br />

norm<strong>al</strong>mente con dos, y aun tres, formas distintas <strong>de</strong> hembra, y Frizt<br />

Müller, <strong>de</strong>l <strong>de</strong> ciertos crustáceos <strong>de</strong>l Brasil que se presentan también con<br />

dos formas muy distintas <strong>de</strong> macho. Pero este asunto no necesita ser discutido<br />

aquí.<br />

Acabo <strong>de</strong> explicar cómo, a mi parecer, se ha originado el asombroso<br />

hecho <strong>de</strong> que existan en el mismo hormiguero dos castas c<strong>la</strong>ramente <strong>de</strong>finidas<br />

<strong>de</strong> obreras estériles, que difieren, no sólo entre sí, sino también <strong>de</strong><br />

sus padres. Po<strong>de</strong>mos ver lo útil que <strong>de</strong>be haber sido su producción para<br />

una comunidad soci<strong>al</strong> <strong>de</strong> hormigas, por <strong>la</strong> misma razón que <strong>la</strong> división<br />

<strong>de</strong>l trabajo es útil <strong>al</strong> hombre civilizado. Las hormigas, sin embargo, trabajan<br />

mediante instintos heredados y mediante órganos o herramientas<br />

heredados, mientras que el hombre trabaja mediante conocimientos adquiridos<br />

e instrumentos manufacturados. Pero he <strong>de</strong> confesar que, con toda<br />

mi fe en <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, nunca hubiera esperado que este principio<br />

hubiese sido tan sumamente eficaz, si el caso <strong>de</strong> estos insectos neutros<br />

no me hubiese llevado a esta conclusión. Por este motivo he discutido<br />

este caso con un poco <strong>de</strong> extensión, aunque por completo insuficiente,<br />

a fin <strong>de</strong> mostrar el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, y también porque ésta<br />

es, con mucho, <strong>la</strong> dificultad especi<strong>al</strong> más grave que he encontrado en mi<br />

teoría. <strong>El</strong> caso, a<strong>de</strong>más, es interesantísimo, porque prueba que en los anim<strong>al</strong>es,<br />

lo mismo que en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, pue<strong>de</strong> re<strong>al</strong>izarse cu<strong>al</strong>quier grado <strong>de</strong><br />

modificación por <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> numerosas variaciones espontáneas<br />

pequeñas que sean <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier modo útiles, sin que haya entrado en<br />

juego el ejercicio o costumbre; pues <strong>la</strong>s costumbres peculiares, limitadas<br />

a los obreras o hembras estériles, por mucho tiempo que puedan haber<br />

sido practicadas, nunca pudieron afectar a los machos y a <strong>la</strong>s hembras fecundas,<br />

que son los únicos que <strong>de</strong>jan <strong>de</strong>scendientes. Me sorpren<strong>de</strong> que<br />

nadie, hasta ahora, haya presentado este caso tan <strong>de</strong>mostrativo <strong>de</strong> los insectos<br />

neutros en contra <strong>de</strong> <strong>la</strong> famosa doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong>s costumbres heredadas,<br />

según <strong>la</strong> ha propuesto Lamarck.<br />

Resumen<br />

249


En este capítuio me he esforzado en mostrar brevemente que <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s<br />

ment<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es domésticos son variables, y que <strong>la</strong>s variaciones<br />

son hereditarias. Aún más brevemente, he intentado <strong>de</strong>mostrar<br />

que los instintos varían ligeramente en estado natur<strong>al</strong>. Nadie discutirá<br />

que los instintos son <strong>de</strong> importancia suma para todo anim<strong>al</strong>. Por consiguiente,<br />

no existe dificultad re<strong>al</strong> en que, cambiando <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida,<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> acumule hasta cu<strong>al</strong>quier grado ligeras modificaciones<br />

<strong>de</strong> instinto que sean <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo útiles. En muchos casos es probable<br />

que <strong>la</strong> costumbre, el uso y <strong>de</strong>suso hayan entrado en juego. No pretendo<br />

que los hechos citados en este capítulo robustezcan gran<strong>de</strong>mente<br />

mi teoría; pero, según mi le<strong>al</strong> saber y enten<strong>de</strong>r, no <strong>la</strong> anu<strong>la</strong> ninguno <strong>de</strong><br />

los casos <strong>de</strong> dificultad. Por el contrario, el hecho <strong>de</strong> que los instintos no<br />

son siempre completamente perfectos y están sujetos a errores; <strong>de</strong> que no<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarle que ningún instinto haya sido producido para bien<br />

<strong>de</strong> otros anim<strong>al</strong>es, aun cuando <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es saquen provecho <strong>de</strong>l<br />

instinto <strong>de</strong> otros; <strong>de</strong> que <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> Historia natur<strong>al</strong> Natura non <strong>la</strong>cit s<strong>al</strong>tum<br />

es aplicable a los instintos lo mismo que a <strong>la</strong> estructura corpor<strong>al</strong>, y<br />

se explica c<strong>la</strong>ramente según <strong>la</strong>s teorías prece<strong>de</strong>ntes, pero es inexplicable<br />

<strong>de</strong> otro modo; tien<strong>de</strong> todo ello a confirmar <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>.<br />

Esta teoría se robustece también por <strong>al</strong>gunos otros hechos re<strong>la</strong>tivos a<br />

los instintos, como el caso común <strong>de</strong> especies muy próximas, pero distintas,<br />

que, habitando en partes distintas <strong>de</strong>l mundo y viviendo en condiciones<br />

consi<strong>de</strong>rablemente diferentes, conservan, sin embargo, muchas veces,<br />

casi los mismos instintos. Por ejemplo: por el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia<br />

po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué es que el tordo <strong>de</strong> <strong>la</strong> región tropic<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Sur tapiza su nido con barro, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera especi<strong>al</strong><br />

que lo hace nuestro zorz<strong>al</strong> <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra; por qué los cá<strong>la</strong>os <strong>de</strong> África y<br />

<strong>de</strong> India tienen el mismo instinto extraordinario <strong>de</strong> emparedar y aprisionar<br />

<strong>la</strong>s hembras en un hueco <strong>de</strong> un árbol, <strong>de</strong>jando sólo un pequeño agujero<br />

en <strong>la</strong> pared, por el cu<strong>al</strong> los machos <strong>al</strong>imentan a <strong>la</strong> hembra y a sus pequeñuelos<br />

cuando nacen; por qué <strong>la</strong>s ratil<strong>la</strong>s machos (Troglodytes) <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Norte hacen nidos <strong>de</strong> macho («cock-nests»), en los cu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong>scansan como los machos <strong>de</strong> nuestras ratil<strong>la</strong>s, costumbre completamente<br />

distinta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otra ave conocida. Fin<strong>al</strong>mente, pue<strong>de</strong><br />

no ser una <strong>de</strong>ducción lógica, pero para mi imaginación es muchísimo<br />

más satisfactorio consi<strong>de</strong>rar instintos, t<strong>al</strong>es como el <strong>de</strong>l cuclillo joven,<br />

que expulsa a sus hermanos adoptivos; el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hormigas esc<strong>la</strong>vistas; el<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong> icneumónidos, que se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong>l cuerpo vivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

orugas, no como instintos especi<strong>al</strong>mente creados o fundados, sino como<br />

250


pequeñas consecuencias <strong>de</strong> una ley gener<strong>al</strong> que conduce <strong>al</strong> progreso <strong>de</strong><br />

todos los seres orgánicos; o sea, que multiplica, transforma y <strong>de</strong>ja vivir a<br />

los más fuertes y <strong>de</strong>ja morir a los más débiles.<br />

251


Capítulo 9<br />

Hibridismo<br />

Distinción entre <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> un primer cruzamiento y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos;<br />

grados <strong>de</strong> esterilidad, dimorfismo y trimorfismo recíprocos<br />

La opinión comúnmente mantenida por los natur<strong>al</strong>istas es que <strong>la</strong>s especies<br />

han sido dotadas <strong>de</strong> esterilidad cuando se cruzan, a fin <strong>de</strong> impedir<br />

su confusión. Esta opinión, re<strong>al</strong>mente, parece a primera vista probable,<br />

pues <strong>la</strong>s especies que viven juntas difícilmente se hubieran conservado<br />

distintas si hubiesen sido capaces <strong>de</strong> cruzarse libremente. <strong>El</strong> asunto es,<br />

por muchos aspectos, importante, para nosotros especi<strong>al</strong>mente, por<br />

cuanto <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cuando se cruzan por vez primera y<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia hibrida no pue<strong>de</strong>n haber sido adquiridas, como<br />

<strong>de</strong>mostraré, mediante <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> sucesivos grados útiles <strong>de</strong> esterilidad.<br />

Es un resultado inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> diferencias en los aparatos reproductores<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies madres.<br />

Al tratar <strong>de</strong> este asunto se han confundido gener<strong>al</strong>mente dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong><br />

hechos, en gran parte fundament<strong>al</strong>mente diferentes, o sea <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cuando se cruzan por vez primera y <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los<br />

híbridos producidos por el<strong>la</strong>s.<br />

Las especies puras tienen, evi<strong>de</strong>ntemente, sus órganos <strong>de</strong> reproducción<br />

en estado perfecto, y, sin embargo, cuando se cruzan entre sí producen<br />

poca o ninguna <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Por el contrario, los híbridos tienen<br />

sus órganos reproductores funcion<strong>al</strong>mente impotentes, como pue<strong>de</strong> verse<br />

c<strong>la</strong>ramente por <strong>la</strong> condición <strong>de</strong>l elemento masculino, tanto en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

como en los anim<strong>al</strong>es, aun cuando los órganos formadores mismos<br />

sean perfectos en su estructura hasta don<strong>de</strong> <strong>la</strong> reve<strong>la</strong> el microscopio. En<br />

el primer caso, los dos elementos sexu<strong>al</strong>es que van a formar el embrión<br />

son perfectos; en el segundo, o están imperfectamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, o<br />

no se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do. Esta distinción es importante cuando se ha <strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad, que es común a los dos casos. Probablemente<br />

se ha pasado por <strong>al</strong>to esta distinción, <strong>de</strong>bido a que <strong>la</strong><br />

252


esterilidad ha sido consi<strong>de</strong>rada en ambos casos como un don especi<strong>al</strong><br />

fuera <strong>de</strong>l <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> nuestra inteligencia.<br />

La fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s -o sea <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas que se sabe o se<br />

cree que han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> antepasados comunes- cuando se cruzan, y<br />

también <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia mestiza, es, por lo que se refiere<br />

a mi teoría, <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> irriportancia que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies,<br />

pues ello parece constituir una amplia y c<strong>la</strong>ra distinción entre varieda<strong>de</strong>s<br />

y especies.<br />

Grados <strong>de</strong> esterilidad<br />

Empecemos por <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cuando se cruzan y <strong>de</strong> su<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida. Es imposible estudiar <strong>la</strong>s diferentes memorias y<br />

obras <strong>de</strong> aquellos dos escrupulosos y admirables observadores, Kölreuter<br />

y Gärtner, que casi consagraron su vida a este asunto, sin quedar profundamente<br />

impresionado, por lo muy gener<strong>al</strong> que es cierto grado <strong>de</strong> esterilidad.<br />

Kölreuter hace <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> univers<strong>al</strong>; pero luego corta el nudo,<br />

pues en diez casos en los cu<strong>al</strong>es encuentra que dos formas, consi<strong>de</strong>radas<br />

por <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los autores como especies distintas completamente,<br />

son fecundadas entre sí, <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sifica sin titubeos como varieda<strong>de</strong>s.<br />

Gärtner también hace <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> igu<strong>al</strong>mente univers<strong>al</strong>, y discute <strong>la</strong> completa<br />

fecundidad <strong>de</strong> los diez casos <strong>de</strong> Kölreuter; pero en este y otros muchos<br />

casos Gärtner se ve obligado a contar cuidadosamente <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s, para<br />

<strong>de</strong>mostrar que hay <strong>al</strong>gún grado <strong>de</strong> esterilidad. Compara Gärtner siempre<br />

el máximo <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s producido por dos especies <strong>al</strong> cruzarse por vez<br />

primera y el máximo producido por su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida, con el promedio<br />

producido por <strong>la</strong>s dos especies progenitores puras en estado natur<strong>al</strong>;<br />

pero aquí intervienen causas <strong>de</strong> grave error: una p<strong>la</strong>nta, para ser hibridada,<br />

tiene que ser castrada y, lo que muchas veces es más importante,<br />

ha <strong>de</strong> ser ais<strong>la</strong>da, con objeto <strong>de</strong> impedir que le sea llevado por insectos<br />

el polen <strong>de</strong> otras p<strong>la</strong>ntas. Casi todas <strong>la</strong>s sometidas a experimento por<br />

Gärtner estaban p<strong>la</strong>ntadas en macetas, y <strong>la</strong>s tenía en una habitación en<br />

su casa. Es indudable que estos procedimientos muchas veces son perjudici<strong>al</strong>es<br />

para <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta, pues Gärtner da en su cuadro<br />

una veintena aproximadamente <strong>de</strong> casos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que castró y fecundó<br />

artifici<strong>al</strong>mente con su propio polen, y -exceptuando todos los casos, como<br />

el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leguminosas, en que existe una dificultad reconocida en <strong>la</strong><br />

manipu<strong>la</strong>ción- en <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> estas veinte p<strong>la</strong>ntas disminuyó en cierto<br />

grado <strong>la</strong> fecundidad. A<strong>de</strong>más, como Gärtner cruzó repetidas veces <strong>al</strong>gunas<br />

formas, t<strong>al</strong>es como los murajes rojo y azul comunes (Anag<strong>al</strong>lis arvensis<br />

y coerulea), que los mejores botánicos c<strong>la</strong>sifican como varieda<strong>de</strong>s, y<br />

253


<strong>la</strong>s encontró absolutamente estériles: po<strong>de</strong>mos dudar <strong>de</strong> si muchas especies,<br />

cuando se cruzan, son re<strong>al</strong>mente tan estériles como él creía.<br />

Es seguro, por una parte, que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> diferentes especies, <strong>al</strong><br />

cruzarse, es <strong>de</strong> grado tan distinto y presenta gradaciones tan insensibles,<br />

y, por otra, que <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies puras es tan fácilmente influida<br />

por diferentes circunstancias que, para todos los fines prácticos, es<br />

dificilísimo <strong>de</strong>cir dón<strong>de</strong> termina <strong>la</strong> fecundidad perfecta y dón<strong>de</strong> empieza<br />

<strong>la</strong> esterilidad. Creo que no se pue<strong>de</strong> pedir mejor prueba <strong>de</strong> esto que el<br />

que los dos observadores más experimentados que han existido, o sean<br />

Kölreuter y Gärtner, llegaron a conclusiones diametr<strong>al</strong>mente opuestas<br />

respecto a <strong>al</strong>gunas formas, exactamente <strong>la</strong>s mismas. Es también sumamente<br />

instructivo comparar -pero no tengo lugar aquí para entrar en <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les-<br />

<strong>la</strong>s pruebas dadas por nuestros mejores botánicos en el problema<br />

<strong>de</strong> si ciertas formas dudosas tendrían que ser c<strong>la</strong>sificadas como especies<br />

o como varieda<strong>de</strong>s, con <strong>la</strong>s pruebas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad aducidas<br />

por diferentes hibridadores o por el mismo observador según experimentos<br />

hechos en diferentes años. De este modo se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar que<br />

ni <strong>la</strong> esterilidad ni <strong>la</strong> fecundidad proporcionan una distinción segura entre<br />

especies y varieda<strong>de</strong>s. Las pruebas <strong>de</strong> este origen muestran gradaciones<br />

insensibles, y son dudosas en igu<strong>al</strong> medida que <strong>la</strong>s pruebas proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> otras diferencias <strong>de</strong> constitución y estructura.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos en generaciones sucesivas,<br />

aun cuando Gärtner pudo criar <strong>al</strong>gunos híbridos durante seis,<br />

siete y, en un caso, diez <strong>de</strong> generación, preservándolos <strong>de</strong> un cruzamiento<br />

con ninguno <strong>de</strong> los progenitores puros, afirma, sin embargo, positivamente,<br />

que su fecundidad nunca aumentó, sino que, en gener<strong>al</strong>, disminuyó<br />

gran<strong>de</strong> y repentinamente. Por lo que se refiere a esta diminución,<br />

hay que advertir, en primer lugar, que cuando una modificación <strong>de</strong> estructura<br />

o constitución es común a los dos padres, muchas veces se<br />

transmite aumentada a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas híbridas ambos<br />

elementos sexu<strong>al</strong>es están ya influídos en cierto grado. Pero, a mi parecer,<br />

en casi todos estos casos <strong>la</strong> fecundidad ha disminuído por una causa in<strong>de</strong>pendiente,<br />

por cruzamiento entre parientes <strong>de</strong>masiado próximos. He<br />

hecho tantos experimentos y reunido tantos hechos que muestran, <strong>de</strong><br />

una parte, que un cruzamiento ocasion<strong>al</strong> con un individuo o variedad diferente<br />

aumenta el vigor y fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y, por otra<br />

parte, que el cruzamiento entre parientes próximos disminuye su vigor y<br />

fecundidad, que no puedo dudar <strong>de</strong> <strong>la</strong> exactitud <strong>de</strong> esta conclusión. Los<br />

experimentadores raras veces crían un gran número <strong>de</strong> híbridos, y como<br />

<strong>la</strong>s especies progenitoras u otros hibridos afines crecen gener<strong>al</strong>mente en<br />

254


el mismo jardín, <strong>la</strong>s visitas <strong>de</strong> los insectos tienen que ser cuidadosamente<br />

impedidas durante <strong>la</strong> época <strong>de</strong> floración, y, por consiguiente, los hibridos,<br />

abandonados a sí mismo, gener<strong>al</strong>mente serán fecundados en cada<br />

generación por polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma flor, y esto <strong>de</strong>be ser perjudici<strong>al</strong> para su<br />

fecundidad, disminuída ya por su origen híbrido. Me ha confirmado en<br />

esta convicción una afirmación notable hecha repetidamente por Gärtner,<br />

o sea que, aun los hibridos menos fecundados, si son fecundados artifici<strong>al</strong>mente<br />

con polen híbrido <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, su fecundidad, a pesar<br />

<strong>de</strong> los efectos frecuentemente perjudici<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> manipu<strong>la</strong>ción, a veces<br />

aumenta francamente y continúa aumentando. Ahora bien; en el proceso<br />

<strong>de</strong> fecundación artifici<strong>al</strong>, con tanta frecuencia se toma por casu<strong>al</strong>idad -<br />

como sé por experiencia propia- polen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s anteras <strong>de</strong> otra flor como <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s anteras <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma flor que ha <strong>de</strong> ser fecundada, <strong>de</strong> modo que así se<br />

efectuaría un cruzamiento entre dos flores, aunque probablemente muchas<br />

veces <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta. A<strong>de</strong>más, <strong>al</strong> verificar experimentos complicados,<br />

un observador tan cuidadoso como Gärtner tuvo que haber castrado<br />

sus híbridos, y esto habría asegurado en cada generación el cruzamiento<br />

con polen <strong>de</strong> distinta flor, bien <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta, bien <strong>de</strong> otra<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> natur<strong>al</strong>eza híbrida, y, <strong>de</strong> este modo, el hecho extraño <strong>de</strong> un aumento<br />

<strong>de</strong> fecundidad en <strong>la</strong>s generaciones sucesivas <strong>de</strong> híbridos fecundados<br />

artifici<strong>al</strong>mente, en oposición con los que espontáneamente se han fecundado<br />

a sí mismos, pue<strong>de</strong> explicarse por haber sido evitados los cruzamientos<br />

entre parientes <strong>de</strong>masiado próximos.<br />

Pasemos ahora a los resultados a que ha llegado un tercer hibridador<br />

muy experimentado, el honorable y reverendo W. Herbert. Es tan terminante<br />

en su conclusión <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunos híbridos son perfectamente<br />

fecundos -tan fecundos como <strong>la</strong>s especies progenitoras puras-, como<br />

Gärtner y Kölreuter lo son en que es una ley univers<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza<br />

cierto grado <strong>de</strong> esterilidad entre distintas especies. Hizo aquél sus experiencias<br />

con <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies exactamente con que <strong>la</strong>s hizo<br />

Gärtner. La diferencia <strong>de</strong> sus resultados pue<strong>de</strong>, a mi parecer, explicarse<br />

en parte por <strong>la</strong> gran competencia <strong>de</strong> Herbert en horticultura y por haber<br />

tenido estufas a su disposición. De sus muchas observaciones importantes,<br />

citaré aquí nada más que una so<strong>la</strong> como ejemplo, a saber, «que todos<br />

los óvulos <strong>de</strong> un fruto <strong>de</strong> Crinum capense fecundado por C. revolutum<br />

produjeron p<strong>la</strong>nta, lo que nunca vi que ocurriese en ningún caso <strong>de</strong> su<br />

fecundación natur<strong>al</strong>». De modo que en un primer cruzamiento entre dos<br />

especies distintas tenemos aquí fecundidad perfecta y aun más que<br />

común.<br />

255


Este caso <strong>de</strong>l Crinum me lleva a mencionar un hecho singu<strong>la</strong>r, o sea,<br />

que <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>terminadas <strong>de</strong> ciertas especies <strong>de</strong> Lobelia, Verbascum<br />

y Passiflora pue<strong>de</strong>n fácilmente ser fecundadas por polen <strong>de</strong> una especie<br />

distinta; pero no por el <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta, aun cuando se haya<br />

comprobado que este polen es perfectamente sano fecundando otras<br />

p<strong>la</strong>ntas o especies. En el género Hippeastrum, en Coryd<strong>al</strong>is, según <strong>de</strong>mostró<br />

el profesor Hil<strong>de</strong>brand, y en diferentes orquí<strong>de</strong>as, según <strong>de</strong>mostraron<br />

míster Scott y Fritz Müller, todos los individuos están en esta condición<br />

particu<strong>la</strong>r. De modo que en <strong>al</strong>gunas especies ciertos individuos<br />

anóm<strong>al</strong>os, y en otras todos los individuos, pue<strong>de</strong>n positivamente ser hibridados<br />

con mucha mayor facilidad que ser fecundados por polen <strong>de</strong>l<br />

mismo individuo. Por ejemplo, un bulbo <strong>de</strong> Hippeastrum aulicum produjo<br />

cuatro flores; tres fueron fecundadas con su propio polen por Herbert,<br />

y <strong>la</strong> cuarta fue fecundada posteriormente con polen <strong>de</strong> un híbrido<br />

compuesto, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> tres especies distintas: el resultado fue que<br />

«los ovarios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres primeras flores cesaron pronto <strong>de</strong> crecer, y <strong>al</strong> cabo<br />

<strong>de</strong> pocos días perecieron por completo, mientras que el impregnado por<br />

el polen <strong>de</strong>l híbrido tuvo un crecimiento vigoroso y se <strong>de</strong>sarrolló rápidamente<br />

hasta <strong>la</strong> madurez, y produjo buenas semil<strong>la</strong>s, que germinaron perfectamente».<br />

Míster Herbert hizo experimentos análogos durante varios<br />

años, y siempre con el mismo resultado. Estos casos sirven para <strong>de</strong>mostrar<br />

<strong>de</strong> qué causas tan pequeñas y misteriosas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> a veces <strong>la</strong> mayor<br />

o menor fecundidad <strong>de</strong> una especie.<br />

Los experimentos prácticos <strong>de</strong> los horticultores, aunque no estén hechos<br />

con precisión científica, merecen <strong>al</strong>guna atención. Es notorio <strong>de</strong> qué<br />

modo tan complicado han sido cruzadas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> Pe<strong>la</strong>rgonium,<br />

Fuchsia, C<strong>al</strong>ceo<strong>la</strong>ria, Petunia, Rhodo<strong>de</strong>ndron, etc., y, sin embargo, muchos<br />

<strong>de</strong> estos híbridos producen abundantes semil<strong>la</strong>s. Por ejemplo, Herbert<br />

afirma que un híbrido <strong>de</strong> C<strong>al</strong>ceo<strong>la</strong>ria integrifolia y p<strong>la</strong>ntaginea, especies<br />

sumamente diferentes en su constitución gener<strong>al</strong>, «se reproduce<br />

tan perfectamente como si fuese una especie natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong><br />

Chile». Me he tomado <strong>al</strong>gún trabajo para <strong>de</strong>terminar el grado <strong>de</strong> fecundidad<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los cruzamientos complejos <strong>de</strong> los Rhodo<strong>de</strong>ndron,<br />

y me he convencido que muchos <strong>de</strong> ellos son perfectamente fecundos.<br />

Míster C. Noble, por ejemplo, me informa que cultiva para el injerto pies<br />

<strong>de</strong> un híbrido <strong>de</strong> Rh. ponticum y catawbiense, y que este híbrido<br />

«produce semil<strong>la</strong>s tan abundantemente como pueda imaginarse». Si los<br />

híbridos, convenientemente tratados, hubiesen ido disminuyendo siempre<br />

en fecundidad en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s generaciones sucesivas, como creía<br />

Gärtner, el hecho hubiera sido bien conocido <strong>de</strong> los horticultores. Los<br />

256


horticultores cultivan gran<strong>de</strong>s tab<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los mismos híbridos, y sólo así<br />

están cuidados convenientemente, pues, por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> los insectos, los<br />

diferentes individuos pue<strong>de</strong>n cruzarse libremente, y <strong>de</strong> este modo se evita<br />

<strong>la</strong> influencia perjudici<strong>al</strong> <strong>de</strong> los cruzamientos entre parientes próximos.<br />

Todo el mundo pue<strong>de</strong> fácilmente convencerse por sí mismo <strong>de</strong> <strong>la</strong> eficacia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> los insectos examinando <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses más estériles<br />

<strong>de</strong> Rhodo<strong>de</strong>ndron, híbridos que no producen polen, pues encontrará<br />

en sus estigmas gran cantidad <strong>de</strong> polen, traído <strong>de</strong> otras flores.<br />

Por lo que se refiere a los anim<strong>al</strong>es, se han hecho con cuidado muchos<br />

menos experimentos que en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Si se pue<strong>de</strong> dar crédito a nuestras<br />

agrupaciones sistemáticas, esto es, si los géneros <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es son tan<br />

distintos entre sí como lo son los <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, en este caso, po<strong>de</strong>mos inferir<br />

que anim<strong>al</strong>es más distantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza se pue<strong>de</strong>n<br />

cruzar con mayor facilidad que en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas; pero los híbridos<br />

mismos son, a mi parecer, más estériles. Habría que tener presente,<br />

sin embargo, que se han intentado pocos experimentos en buenas condiciones,<br />

<strong>de</strong>bido a que pocos anim<strong>al</strong>es crían fácilmente en cautividad; por<br />

ejemplo, el canario ha sido cruzado con nueve especies distintas <strong>de</strong> fringílidos;<br />

pero como ninguna <strong>de</strong> éstas cría bien en cautividad, no tenemos<br />

<strong>de</strong>recho a esperar que haya <strong>de</strong> ser perfectamente fecundado su primer<br />

cruzamiento con el canario ni que lo hayan <strong>de</strong> ser sus híbridos. A<strong>de</strong>más,<br />

por lo que se refiere a <strong>la</strong> fecundidad en <strong>la</strong>s sucesivas generaciones <strong>de</strong> los<br />

anim<strong>al</strong>es híbridos más fecundados, apenas sé <strong>de</strong> ningún caso en el cu<strong>al</strong><br />

hayan sido criadas a un mismo tiempo dos familias <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se <strong>de</strong><br />

híbrido proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> padres distintos, a fin <strong>de</strong> evitar los efectos perjudici<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> unión entre parientes próximos. Por el contrario, ordinariamente<br />

han sido cruzados hermanos y hermanas en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s generaciones<br />

sucesivas, en oposición a <strong>la</strong> advertencia constantemente repetida<br />

por todo criador; y, en este caso, no es nada sorpren<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong> esterilidad<br />

inherente a los híbridos tenga que haber ido aumentando.<br />

Aun cuando apenas sé <strong>de</strong> casos verda<strong>de</strong>ramente bien comprobados <strong>de</strong><br />

anim<strong>al</strong>es híbridos perfectamente fecundos, tengo motivos para creer que<br />

los híbridos <strong>de</strong> Cervulus vagin<strong>al</strong>is y Reevesii y <strong>de</strong> Phasianus colchicus<br />

con Ph. torquatus son perfectamente fecundos; monsieur Quatrefages dice<br />

que los híbridos <strong>de</strong> dos mariposas -Bombyx cynthia y arrindia- se<br />

comprobó en París que eran fecundos inter se durante ocho generaciones.<br />

Recientemente se ha afirmado que dos especies tan distintas como <strong>la</strong><br />

liebre y el conejo, cuando se les pue<strong>de</strong>n hacer criar entre sí, producen hijos<br />

que son sumamente fecundos cuando se cruzan con una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

progenitoras. Los híbridos <strong>de</strong>l ganso común y <strong>de</strong>l ganso chino (A.<br />

257


cygnoi<strong>de</strong>s), especies que son tan diferentes que se c<strong>la</strong>sifican gener<strong>al</strong>mente<br />

en géneros distintos, han criado muchas veces en Ing<strong>la</strong>terra con una u<br />

otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies progenitoras puras y en un solo caso han criado inter<br />

se. Esto fue re<strong>al</strong>izado por míster Eyton, que crió dos híbridos <strong>de</strong> los mismos<br />

padres, pero <strong>de</strong> diferentes nidadas, y <strong>de</strong> estos dos individuos obtuvo<br />

nada menos que ocho híbridos -nietos <strong>de</strong> los gansos puros-, proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> una so<strong>la</strong> nidada. En <strong>la</strong> India, sin embargo, estos gansos cruzados<br />

<strong>de</strong>ben ser mucho más fecundos, pues dos autorida<strong>de</strong>s competentísimas,<br />

míster Blyth y el capitán Hutton, me aseguran que en distintas partes<br />

<strong>de</strong>l país existen manadas enteras <strong>de</strong> estos gansos cruzados, y, como<br />

quiera que los tienen para utilidad don<strong>de</strong> no existe ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

progenitoras, es indudable que han <strong>de</strong> ser perfectamente fecundos.<br />

En los anim<strong>al</strong>es domésticos, <strong>la</strong>s diferentes razas son por completo fecundas<br />

cuando se cruzan, aunque en muchos casos <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> dos o<br />

más especies s<strong>al</strong>vajes. De este hecho po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que,<br />

o bien <strong>la</strong>s especies progenitoras primitivas produjeron <strong>al</strong> principio híbridos<br />

perfectamente fecundos, o bien los híbridos que fueron criados <strong>de</strong>spués<br />

en domesticidad se volvieron fecundos por completo. Esta última<br />

<strong>al</strong>ternativa, propuesta por vez primera por P<strong>al</strong><strong>la</strong>s, parece, con mucho, <strong>la</strong><br />

más probable, y, en verdad, difícilmente pue<strong>de</strong> ponerse en duda. Es casi<br />

seguro, por ejemplo, que nuestros perros <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> diferentes troncos<br />

s<strong>al</strong>vajes, y, sin embargo, exceptuando acaso ciertos perros domésticos<br />

indígenas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, todos son por completo fecundos entre<br />

sí; pero <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía me hace dudar mucho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s diferentes especies<br />

primitivas hayan criado <strong>al</strong> principio entre sí y producido híbridos<br />

completamente fecundos. A<strong>de</strong>más, recientemente he adquirido <strong>la</strong> prueba<br />

<strong>de</strong>cisiva <strong>de</strong> que <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia cruzada <strong>de</strong>l cebú <strong>de</strong> <strong>la</strong> India y el ganado<br />

vacuno común son perfectamente fecundos inter se; y, según <strong>la</strong>s observaciones<br />

<strong>de</strong> Rütimeyer sobre sus importantes diferencias osteológicas, lo<br />

mismo que según <strong>la</strong>s <strong>de</strong> míster Blyth acerca <strong>de</strong> sus diferencias en costumbres,<br />

voz, constitución, etc., estas dos formas han <strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>radas<br />

como buenas y distintas especies. Las mismas observaciones pue<strong>de</strong>n exten<strong>de</strong>rse<br />

a <strong>la</strong>s dos razas princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l cerdo. Por consiguiente, o bien tenemos<br />

que abandonar <strong>la</strong> creencia en <strong>la</strong> esterilidad univers<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

cuando se cruzan, o bien tenemos que mirar esta esterilidad en los<br />

anim<strong>al</strong>es, no como un distintivo in<strong>de</strong>leble, sino como un distintivo capaz<br />

<strong>de</strong> borrarse por <strong>la</strong> domesticación.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, consi<strong>de</strong>rando todos los hechos comprobados re<strong>la</strong>tivos <strong>al</strong><br />

cruzamiento <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es, pue<strong>de</strong> llegarse a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que<br />

cierto grado <strong>de</strong> esterilidad, tanto en los primeros cruzamientos como en<br />

258


los híbridos, es un resultado sumamente gener<strong>al</strong>; pero que, en el estado<br />

actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> nuestros conocimientos, no pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como absolutamente<br />

univers<strong>al</strong>.<br />

Leyes que rigen <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los<br />

híbridos<br />

Consi<strong>de</strong>raremos ahora, como un poco más <strong>de</strong> <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le, <strong>la</strong>s leyes que rigen<br />

<strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos.<br />

Nuestro objeto princip<strong>al</strong> será ver si estas leyes indican o no que <strong>la</strong>s especies<br />

han sido especi<strong>al</strong>mente dotadas <strong>de</strong> esta cu<strong>al</strong>idad a fin <strong>de</strong> evitar su<br />

cruzamiento y mezc<strong>la</strong> en completa confusión. Las conclusiones siguientes<br />

están sacadas princip<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> admirable obra <strong>de</strong> Gärtner sobre<br />

<strong>la</strong> hibridación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Me he tomado mucho trabajo en comprobar<br />

hasta qué punto se aplican a los anim<strong>al</strong>es, y, consi<strong>de</strong>rando lo escaso que<br />

es nuestro conocimiento por lo que se refiere a los anim<strong>al</strong>es híbridos, me<br />

ha sorprendido ver lo gener<strong>al</strong> que es <strong>la</strong> aplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas reg<strong>la</strong>s a<br />

ambos reinos.<br />

Se ha hecho ya observar que el grado <strong>de</strong> fecundidad, tanto en los primeros<br />

cruzamientos como en los híbridos, pasa insensiblemente <strong>de</strong> cero<br />

a fecundidad perfecta. Es sorpren<strong>de</strong>nte ver por cuántos curiosos medios<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse esta gradación; pero aquí sólo es posible dar un simple<br />

bosquejo <strong>de</strong> los hechos. Cuando se coloca el polen <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong><br />

una familia en el estigma <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta <strong>de</strong> otra familia, no ejerce más influencia<br />

que otro tanto <strong>de</strong> polvo inorgánico. Partiendo <strong>de</strong> este cero absoluto<br />

<strong>de</strong> fecundidad, el polen <strong>de</strong> diferentes especies, aplicado <strong>al</strong> estigma<br />

<strong>de</strong> una especie <strong>de</strong>l mismo género, da una gradación perfecta en el número<br />

<strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s producidas, hasta llegar a <strong>la</strong> fecundidad casi completa o<br />

completa <strong>de</strong>l todo, y, como hemos visto en ciertos casos anóm<strong>al</strong>os, hasta<br />

un exceso <strong>de</strong> fecundidad, superior a <strong>la</strong> que produce el propio polen <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>nta. De igu<strong>al</strong> modo en los híbridos hay <strong>al</strong>gunos que nunca han<br />

producido -y probablemente nunca producirán-, ni aun con polen <strong>de</strong> los<br />

progenitores puros, una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong> fértil; pero en <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> estos casos<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirse un primer indicio <strong>de</strong> fecundidad en que el polen <strong>de</strong><br />

una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies progenitoras puras hace que se marchite <strong>la</strong> flor <strong>de</strong>l<br />

híbrido antes <strong>de</strong> lo que ésta lo habría hecho en otro caso, y el marchitarse<br />

pronto <strong>la</strong> flor es sabido que es una señ<strong>al</strong> <strong>de</strong> fecundación incipiente. Partiendo<br />

<strong>de</strong> este grado extremo <strong>de</strong> esterilidad, tenemos híbridos autofecundados<br />

que producen un número cada vez mayor <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, hasta llegar<br />

a <strong>la</strong> fecundidad perfecta.<br />

259


Los híbridos obtenidos <strong>de</strong> dos especies muy difíciles <strong>de</strong> cruzar, y que<br />

rara vez producen <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, son gener<strong>al</strong>mente muy estériles; pero el<br />

par<strong>al</strong>elismo entre <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> hacer el primer cruzamiento y <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> los híbridos <strong>de</strong> este modo producidos -dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos que<br />

gener<strong>al</strong>mente se confun<strong>de</strong>n- no es, en modo <strong>al</strong>guno, riguroso. Hay muchos<br />

casos, como en el género Verbascum, en los que dos especies puras<br />

pue<strong>de</strong>n unirse con extraordinaria facilidad y producir numerosos <strong>de</strong>scendientes<br />

híbridos, y, no obstante, estos híbridos son marcadamente estériles.<br />

Por el contrario, hay especies que muy rara vez pue<strong>de</strong>n ser cruzadas,<br />

y con extrema dificultad; pero los híbridos que, <strong>al</strong> fin, producen son<br />

muy fecundos. Aun <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> un mismo género, por ejemplo,<br />

en Dianthus, ocurren estos dos casos opuestos.<br />

La fecundidad, tanto en los primeros cruzamientos como en los híbridos,<br />

es influida por <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong>sfavorables más fácilmente que en<br />

<strong>la</strong>s especies puras. Pero <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong>l primer cruzamiento es también,<br />

por natur<strong>al</strong>eza, variable, pues no es siempre <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> grado cuando<br />

<strong>la</strong>s dos mismas especies se cruzan en <strong>la</strong>s mismas circunstancias: <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>,<br />

en parte, <strong>de</strong> <strong>la</strong> constitución <strong>de</strong> los individuos que ocurre que han sido<br />

elegidos para el experimento. Lo mismo suce<strong>de</strong> con los híbridos, pues se<br />

ve con frecuencia que su grado <strong>de</strong> fecundidad difiere mucho en los varios<br />

individuos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo fruto y sometidos a <strong>la</strong>s<br />

mismas condiciones.<br />

Por el término afinidad sistemática se entien<strong>de</strong> <strong>la</strong> semejanza gener<strong>al</strong>,<br />

en su estructura y constitución, entre dos especies. Ahora bien; <strong>la</strong> fecundidad<br />

<strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>de</strong> los híbridos producidos <strong>de</strong><br />

ellos está regida en gran parte por su afinidad sistemática. Esto se ve c<strong>la</strong>ramente<br />

en que nunca se han obtenido híbridos entre especies c<strong>la</strong>sificadas<br />

en distintas familias por los sistemáticos, y en que, por el contrario,<br />

<strong>la</strong>s especies muy afines se unen gener<strong>al</strong>mente con facilidad. Pero <strong>la</strong> correspon<strong>de</strong>ncia<br />

entre <strong>la</strong> afinidad sistemática y <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> cruzamiento<br />

no es, en modo <strong>al</strong>guno, rigurosa. Podrían citarse multitud <strong>de</strong> casos <strong>de</strong> especies<br />

sumamente afines que no quieren unirse, o que lo hacen sólo con<br />

extrema dificultad, y <strong>de</strong> especies muy diferentes que, por el contrario, se<br />

unen con <strong>la</strong> mayor facilidad. En <strong>la</strong> misma familia pue<strong>de</strong> haber un género,<br />

como Dianthus,,en el que muchas especies pue<strong>de</strong>n cruzarse facilísimamente,<br />

y otro género, como Silene, en el que han fracasado los más<br />

perseverantes esfuerzos para producir un solo híbrido entre especies sumamente<br />

próximas. Aun <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong>l mismo género nos encontramos<br />

con esta misma diferencia; por ejemplo: <strong>la</strong>s numerosas especies<br />

<strong>de</strong>l género Nicotiana han sido cruzadas mucho más que <strong>la</strong>s especies<br />

260


<strong>de</strong> casi ningún otro género; pero Gärtner encontró que N. acuminata,<br />

que no es una especie particu<strong>la</strong>rmente distinta, se resistió pertinazmente<br />

a ser fecundada por nada menos que otras ocho especies <strong>de</strong> Nicotiana y a<br />

fecundar a éstas. Podrían citarse muchos hechos análogos.<br />

Nadie ha sido capaz <strong>de</strong> seña<strong>la</strong>r qué c<strong>la</strong>se o qué grado <strong>de</strong> diferencia en<br />

<strong>al</strong>gún carácter apreciable son suficientes para impedir que se crucen dos<br />

especies. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que es posible cruzar p<strong>la</strong>ntas muy diferentes,<br />

por su aspecto gener<strong>al</strong> y régimen, y que tienen diferencias muy marcadas<br />

en todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> su flor, incluso en el polen, en el fruto y en<br />

los cotiledones. P<strong>la</strong>ntas anu<strong>al</strong>es y perennes, árboles <strong>de</strong> hoja caduca y <strong>de</strong><br />

hoja persistente, p<strong>la</strong>ntas que viven en diferentes parajes y adaptadas a<br />

climas sumamente diferentes, pue<strong>de</strong>n muchas veces cruzarse con<br />

facilidad.<br />

Por cruzamiento recíproco entre dos especies, entiendo yo el caso, por<br />

ejemplo, <strong>de</strong> una burra cruzada primero por un cab<strong>al</strong>lo, y luego <strong>de</strong> una<br />

yegua con un asno: entonces pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que estas dos especies se han<br />

cruzado recíprocamente. Muchas veces existe una diferencia inmensa, en<br />

cuanto a <strong>la</strong> facilidad, <strong>al</strong> hacer los cruzamientos recíprocos. Estos casos<br />

son <strong>de</strong> suma importancia, pues prueban que <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> cruzamiento<br />

en dos especies es muchas veces in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> su afinidad sistemática;<br />

esto es, <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier diferencia en su estructura o constitución,<br />

excepto en sus aparatos reproductores. La diversidad <strong>de</strong> resultados en<br />

los cruzamientos recíprocos entre <strong>la</strong>s dos mismas especies fue observada<br />

hace mucho tiempo por Kölreuter. Por ejemplo: Mirabilis ja<strong>la</strong>pa pue<strong>de</strong><br />

ser fecundada fácilmente por el polen <strong>de</strong> M. longiflora, y los híbridos<br />

producidos <strong>de</strong> este modo son bastante fecundos; pero Kölreuter ensayó<br />

más <strong>de</strong> doscientas veces, durante ocho años consecutivos, el fecundar recíprocamente<br />

M. longillora con el polen <strong>de</strong> M. ja<strong>la</strong>pa, y fracasó por completo.<br />

Podrían citarse otros varios casos igu<strong>al</strong>mente l<strong>la</strong>mativos. Thuret ha<br />

observado el mismo hecho en ciertas <strong>al</strong>gas marinas o Fucus. Gärtner,<br />

a<strong>de</strong>más, encontró que <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong> facilidad <strong>al</strong> hacer cruzamientos recíprocos<br />

es frecuentísima en un grado menor. Ha observado esto incluso<br />

en formas muy próximas -como Matthio<strong>la</strong> annua y g<strong>la</strong>bra-, que muchos<br />

botánicos c<strong>la</strong>sifican sólo como varieda<strong>de</strong>s. Es también un hecho notable<br />

el que los híbridos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> cruzamientos recíprocos, aunque compuestas<br />

natur<strong>al</strong>mente por <strong>la</strong>s dos mismas especies -pues una ha sido utilizada<br />

primero como padre y luego como madre-, y aunque rara vez difieren<br />

por caracteres externos, gener<strong>al</strong>mente, sin embargo, difieren un<br />

poco -y a veces mucho- en fecundidad.<br />

261


Se podrían citar otras varias reg<strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>res <strong>de</strong> Gärtner; por ejemplo:<br />

<strong>al</strong>gunas especies tienen un notable po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> cruzamiento con otras;<br />

otras <strong>de</strong>l mismo género tienen una notable propiedad <strong>de</strong> imprimir su semejanza<br />

a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida; pero estas dos propieda<strong>de</strong>s no van,<br />

en modo <strong>al</strong>guno, necesariamente unidas. Existen ciertos híbridos que, en<br />

lugar <strong>de</strong> tener, como es usu<strong>al</strong>, un carácter intermedio entre sus dos progenitores,<br />

se parecen siempre mucho a uno <strong>de</strong> ellos, y estos híbridos, a<br />

pesar <strong>de</strong> ser tan sumamente parecidos a una <strong>de</strong> sus especies progenitoras<br />

puras, son, con raras excepciones, extremadamente estériles. También<br />

entre los híbridos, que ordinariamente son <strong>de</strong> conformación intermedia<br />

entre sus padres, nacen a veces individuos excepcion<strong>al</strong>es y anóm<strong>al</strong>os,<br />

que se parecen mucho a uno <strong>de</strong> sus progenitores puros, y estos híbridos,<br />

casi siempre, son completamente estériles, aun cuando los otros híbridos<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo fruto tengan un grado consi<strong>de</strong>rable<br />

<strong>de</strong> fecundidad. Estos hechos muestran hasta qué punto <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong><br />

un híbrido pue<strong>de</strong> ser in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> su semejanza extrema con uno u<br />

otro <strong>de</strong> sus progenitores puros.<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong>s diferentes reg<strong>la</strong>s que se acaban <strong>de</strong> citar, que rigen <strong>la</strong><br />

fecundidad <strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>de</strong> los híbridos, vemos que,<br />

cuando se unen formas que <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse como buenas y distintas<br />

especies, su fecundidad pasa gradu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> cero a fecundidad perfecta,<br />

o hasta fecundidad excesiva en <strong>de</strong>terminadas condiciones; vemos que<br />

esta fecundidad, aparte <strong>de</strong> ser sumamente susceptible a <strong>la</strong>s condiciones<br />

favorables o <strong>de</strong>sfavorables, es, por natur<strong>al</strong>eza, variable; que en manera<br />

<strong>al</strong>guna lo es siempre en igu<strong>al</strong> grado en el primer cruzamiento y en los híbridos<br />

producidos por éste; que <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> los híbridos no está re<strong>la</strong>cionada<br />

con el grado en que éstos se parecen por el aspecto externo <strong>de</strong><br />

uno u otro <strong>de</strong> sus padres, y, fin<strong>al</strong>mente, que <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> hacer el primer<br />

cruzamiento entre dos especies no siempre está regu<strong>la</strong>da por su afinidad<br />

sistemática o grado <strong>de</strong> semejanza mutua. Esta última afirmación se<br />

prueba c<strong>la</strong>ramente por <strong>la</strong> diferencia en los resultados <strong>de</strong> cruzamientos<br />

recíprocos entre <strong>la</strong>s dos mismas especies, pues según que una u otra se<br />

emplee como padre o como madre, hay gener<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>guna diferencia -<br />

y a veces <strong>la</strong> mayor diferencia posible- en <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> efectuar <strong>la</strong> unión.<br />

A<strong>de</strong>más, los híbridos producidos mediante cruzamientos recíprocos difieren<br />

muchas veces en fecundidad.<br />

Ahora bien; estas complicadas y singu<strong>la</strong>res leyes, ¿indican que <strong>la</strong>s especies<br />

han sido dotadas <strong>de</strong> esterilidad sencil<strong>la</strong>mente para impedir su<br />

confusión en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza? Yo creo que no; pues ¿por qué sería <strong>la</strong> esterilidad<br />

tan sumamente variable cuando se cruzan diferentes especies que<br />

262


tendríamos que suponer que habría <strong>de</strong> ser igu<strong>al</strong>mente importante preservar<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> que se mezc<strong>la</strong>sen? ¿Por qué el grado <strong>de</strong> esterilidad ha <strong>de</strong><br />

ser, por natur<strong>al</strong>eza. variable en los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie? ¿Por<br />

qué unas especies tendrían que cruzarse con facilidad, produciendo, sin<br />

embargo, híbridos muy estériles, y otras especies se cruzarían con extrema<br />

dificultad, produciendo, no obstante, híbridos bien fecundos? ¿Por<br />

qué tendría que existir diferencia tan gran<strong>de</strong> en el resultado <strong>de</strong>l cruzamiento<br />

recíproco entre dos mismas especies? ¿Por qué, pue<strong>de</strong> aún preguntarse,<br />

ha sido permitida <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> híbridos? Conce<strong>de</strong>r a <strong>la</strong> especie<br />

<strong>la</strong> propiedad especi<strong>al</strong> <strong>de</strong> producir híbridos y <strong>de</strong>spués parar su propagación<br />

ulterior por diferentes grados <strong>de</strong> esterilidad, no re<strong>la</strong>cionados rigurosamente<br />

con <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> primera unión entre sus padres, parece<br />

una extraña disposición.<br />

Las leyes y hechos anteriores, por el contrario, me parece que indican<br />

c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong> esterilidad, tanto <strong>de</strong> los primeros cruzamientos como<br />

<strong>de</strong> los híbridos, es simplemente inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> o <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> diferencias<br />

<strong>de</strong>sconocidas en su aparato reproductor, siendo <strong>la</strong>s diferencias <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

tan particu<strong>la</strong>r y limitada, que, en cruzamientos recíprocos entre <strong>la</strong>s<br />

dos mismas especies, el elemento sexu<strong>al</strong> masculino <strong>de</strong> una actuará muchas<br />

veces sin dificultad sobre el elemento sexu<strong>al</strong> femenino <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra,<br />

pero no en sentido inverso. Será conveniente explicar un poco más, mediante<br />

un ejemplo, lo que entiendo por ser <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong><br />

otras diferencias, y no una cu<strong>al</strong>idad especi<strong>al</strong>mente concedida. Como <strong>la</strong><br />

capacidad <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta para ser injertada en otras es sin importancia<br />

para su prosperidad en estado natur<strong>al</strong>, presumo que nadie supondrá que<br />

esta capacidad es una cu<strong>al</strong>idad especi<strong>al</strong>mente concedida, sino que admitirá<br />

que es <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> diferencias en <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

dos p<strong>la</strong>ntas. A veces po<strong>de</strong>mos ver <strong>la</strong> causa por <strong>la</strong> que un árbol no pren<strong>de</strong><br />

en otro por diferencias en su velocidad <strong>de</strong> crecimiento, en <strong>la</strong> dureza <strong>de</strong><br />

su ma<strong>de</strong>ra, en el período <strong>de</strong> <strong>la</strong> subida <strong>de</strong> <strong>la</strong> savia o en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> ésta,<br />

etc.; pero en una multitud <strong>de</strong> casos no po<strong>de</strong>mos asignar causa <strong>al</strong>guna.<br />

Una gran diferencia <strong>de</strong> tamaño en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, el ser una leñosa y otra<br />

herbácea, el ser una <strong>de</strong> hoja persistente y <strong>la</strong> otra <strong>de</strong> hoja caduca, y <strong>la</strong><br />

adaptación <strong>de</strong> climas muy diferentes, no siempre impi<strong>de</strong>n el que puedan<br />

injertarse una en otra. Lo mismo que en <strong>la</strong> hibridación, también en el injerto<br />

<strong>la</strong> capacidad está limitada por <strong>la</strong> afinidad sistemática, pues nadie ha<br />

podido injertar uno en otro árboles pertenecientes a familias completamente<br />

distintas y, por el contrario, especies muy afines y varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma especie pue<strong>de</strong>n, por lo común, aunque no siempre, ser injertadas<br />

con facilidad unas en otras. Pero esta capacidad, lo mismo que<br />

263


ocurre en <strong>la</strong> hibridación, no está, en modo <strong>al</strong>guno, regida por <strong>la</strong> afinidad<br />

sistemática. Aun cuando muchos géneros distintos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia<br />

han sido injertados mutuamente, en otros casos especies <strong>de</strong>l mismo género<br />

no pren<strong>de</strong>n unas en otras. <strong>El</strong> per<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> ser injertado mucho más<br />

fácilmente en el membrillero, que se c<strong>la</strong>sifica como un género distinto,<br />

que en el manzano, que pertenece <strong>al</strong> mismo género. Hasta <strong>la</strong>s diferentes<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l per<strong>al</strong> pren<strong>de</strong>n, con distintos grados <strong>de</strong> facilidad, en el<br />

membrillero, y lo mismo ocurre con diferentes varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>baricoquero<br />

y melocotonero en ciertas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ciruelo.<br />

Del mismo modo que Gärtner encontró que a veces existía una diferencia<br />

innata entre los distintos individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie en el cruzamiento,<br />

también Sageret cree que esto ocurre en los distintos individuos<br />

<strong>de</strong> dos mismas especies <strong>al</strong> ser injertadas una en otra. Ocurre a veces<br />

en el injerto lo mismo que en los cruzamientos recíprocos: <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong><br />

efectuar una unión, frecuentemente dista muchísimo <strong>de</strong> ser igu<strong>al</strong>; el grosellero<br />

espinoso, por ejemplo, no pue<strong>de</strong> ser injertado en el grosellero rojo,<br />

mientras que éste pren<strong>de</strong>rá, aunque con dificultad, en el espinoso.<br />

Hemos visto que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos que tienen sus órganos<br />

reproductores en estado imperfecto es un caso diferente <strong>de</strong> <strong>la</strong> dificultad<br />

<strong>de</strong> unir dos especies puras que tienen sus órganos reproductores perfectos,<br />

aun cuando estas dos c<strong>la</strong>ses distintas <strong>de</strong> hechos vayan par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s en<br />

un gran trayecto. Algo análogo ocurre en el injerto, pues Thouin encontró<br />

que tres especies <strong>de</strong> Robinia, que daban abundantes semil<strong>la</strong>s en sus<br />

propios pies, y que pudieron ser injertadas sin gran dificultad en una<br />

cuarta especie, una vez injertadas se volvieron estériles. Por el contrario,<br />

ciertas especies <strong>de</strong> Sorbus, injertadas en otras, producen el doble <strong>de</strong> fruto<br />

que cuando están en su propio pie. Este hecho nos recuerda los casos extraordinarios<br />

<strong>de</strong> Hippeastrum, Passiflora, etc., que producen semil<strong>la</strong>s<br />

mucho más abundantes cuando son fecundadas por el polen <strong>de</strong> una especie<br />

distinta que cuando lo son por el <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma p<strong>la</strong>nta.<br />

Vemos así que, aun cuando hay una diferencia gran<strong>de</strong> y evi<strong>de</strong>nte entre<br />

<strong>la</strong> simple adherencia <strong>de</strong> t<strong>al</strong>los que se injertan y <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> los elementos<br />

masculino y femenino en el acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción, existe, sin embargo,<br />

un tosco par<strong>al</strong>elismo entre los resultados <strong>de</strong>l injerto y los <strong>de</strong>l cruzamiento<br />

<strong>de</strong> especies distintas. Y así como hemos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s curiosas y<br />

complicadas leyes que rigen <strong>la</strong> facilidad con que los árboles pue<strong>de</strong>n ser<br />

injertados como <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> diferencias <strong>de</strong>sconocidas en su sistema<br />

vegetativo, <strong>de</strong>l mismo modo, a mi parecer, <strong>la</strong>s leyes todavía más complicadas<br />

que rigen <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> los primeros cruzamientos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

diferencias <strong>de</strong>sconocidas en el aparato reproductor. Estas diferencias, en<br />

264


ambos casos, acompañan hasta cierto punto, como podía esperarse, a <strong>la</strong><br />

afinidad sistemática, término con el que se preten<strong>de</strong> expresar toda c<strong>la</strong>se<br />

<strong>de</strong> semejanza o <strong>de</strong> diferencia entre seres orgánicos. Los hechos no parecen<br />

indicar, en modo <strong>al</strong>guno, que <strong>la</strong> mayor o menor dificultad <strong>de</strong> injertarse<br />

o <strong>de</strong> cruzarse <strong>la</strong>s diferentes especies haya sido un don especi<strong>al</strong>, aun<br />

cuando <strong>la</strong> dificultad en el caso <strong>de</strong>l cruzamiento es tan importante para <strong>la</strong><br />

conservación y estabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas específicas, cuanto es insignificante<br />

para su prosperidad en el caso <strong>de</strong> injerto.<br />

<strong>Origen</strong> y causas <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> los híbridos<br />

En un tiempo me pareció probable, como lo pareció a otros, que <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> los primeros cruzamientos y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos hab<strong>la</strong> sido adquirida<br />

lentamente por selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> grados un poco menores <strong>de</strong><br />

fecundidad, que, como cu<strong>al</strong>quier otra variación, apareció espontáneamente<br />

en ciertos individuos <strong>de</strong> una variedad <strong>al</strong> cruzarse con los <strong>de</strong> otra,<br />

pues tendría que ser evi<strong>de</strong>ntemente ventajoso a dos varieda<strong>de</strong>s o especies<br />

incipientes si pudiesen preservarse <strong>de</strong> mezc<strong>la</strong>, por el mismo principio<br />

que cuando el hombre está seleccionando <strong>al</strong> mismo tiempo dos varieda<strong>de</strong>s<br />

es necesario que <strong>la</strong>s tenga separadas. En primer lugar, pue<strong>de</strong> observarse<br />

que <strong>la</strong>s especies que viven en regiones distintas son muchas veces<br />

estériles cuando se cruzan; ahora bien, no pudo evi<strong>de</strong>ntemente haber sido<br />

<strong>de</strong> ventaja <strong>al</strong>guna a estas especies separadas el haberse convertido en<br />

mutuamente estériles, y, por consiguiente, esto no pudo haberse efectuado<br />

por selección natur<strong>al</strong>; aunque quizá pueda argüirse que, si una especie<br />

fue hecha estéril con re<strong>la</strong>ción a otra <strong>de</strong>l mismo país, <strong>la</strong> esterilidad con<br />

re<strong>la</strong>ción a otras especies se seguiría como una consecuencia acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong><br />

necesaria. En segundo lugar, casi es tan opuesto a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> como a <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación especi<strong>al</strong> el que en los cruzamientos recíprocos<br />

el elemento masculino <strong>de</strong> una forma haya sido hecho tot<strong>al</strong>mente<br />

impotente para una segunda forma, cuando, <strong>al</strong> mismo tiempo, el elemento<br />

masculino <strong>de</strong> esta segunda forma está perfectamente capacitado para<br />

fecundar a <strong>la</strong> primera; pues esta condición particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong>l sistema reproductor<br />

difícilmente pudo haber sido ventajoso para ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> haya entrado<br />

en juego para hacer a <strong>la</strong>s especies mutuamente estériles, se verá<br />

que <strong>la</strong> dificultad mayor <strong>de</strong>scansa en <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> muchas gradaciones<br />

sucesivas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad un poco disminuida hasta <strong>la</strong> esterilidad<br />

absoluta. Pue<strong>de</strong> admitirse que hubo <strong>de</strong> ser útil a una especie naciente el<br />

265


que se volviese un poco estéril <strong>al</strong> cruzarse con su forma madre o con <strong>al</strong>guna<br />

otra variedad, pues <strong>de</strong> este modo se produciría menos <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

bastarda o <strong>de</strong>generada que pudiese mezc<strong>la</strong>r su sangre con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

nueva especie en vías <strong>de</strong> formación. Pero quien quiera tomarse <strong>la</strong> molestia<br />

<strong>de</strong> reflexionar acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s etapas por <strong>la</strong>s que pudo este primer grado<br />

<strong>de</strong> esterilidad llegar, mediante selección natur<strong>al</strong>, hasta grado elevado, común<br />

en tantas especies y gener<strong>al</strong> en <strong>la</strong>s que se han diferenciado hasta<br />

c<strong>la</strong>sificarse en géneros o familias distintas, encontrará que el asunto es<br />

extraordinariamente complicado. Después <strong>de</strong> madura reflexión, me parece<br />

que esto no pudo haberse efectuado por selección natur<strong>al</strong>. Tomemos<br />

el caso <strong>de</strong> dos especies cu<strong>al</strong>esquiera que <strong>al</strong> cruzarse producen poca y estéril<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Ahora bien: ¿qué hay en este caso que pudiese favorecer<br />

<strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> aquellos individuos que acaeció que estuviesen<br />

dotados en un grado un poco superior <strong>de</strong> infecundidad mutua, y que, <strong>de</strong><br />

este modo, se acercasen un poco hacia <strong>la</strong> esterilidad absoluta? Sin embargo,<br />

si se hace intervenir <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, tiene que haber<br />

ocurrido incesantemente un progreso <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza en muchas especies,<br />

pues una multitud <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s son mutuamente estériles por completo.<br />

En los insectos neutros estériles tenemos razones para creer que <strong>la</strong>s modificaciones<br />

en conformación y fecundidad se han acumu<strong>la</strong>do lentamente<br />

por selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong>bido a que ha sido proporcionada así, indirectamente,<br />

una ventaja a <strong>la</strong> comunidad a que pertenecen o a otras <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie. Pero un individuo que no pertenece a una comunidad soci<strong>al</strong>,<br />

por volverse <strong>al</strong>go estéril <strong>al</strong> cruzarse con otra variedad, ni obtendría<br />

ninguna ventaja él mismo ni proporcionar<strong>la</strong> indirectamente ventajas a<br />

los otros individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad, que condujesen a su<br />

conservación.<br />

Pero sería superfluo discutir esta cuestión en <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le, pues tenemos en<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas pruebas concluyentes <strong>de</strong> que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

cruzadas ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>bida a <strong>al</strong>guna causa por completo in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Tanto Gärtner como Kölreuter han probado que en<br />

géneros que compren<strong>de</strong>n numerosas especies pue<strong>de</strong> formarse una serie,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s que, cruzadas, producen cada vez menos semil<strong>la</strong>s, hasta <strong>la</strong>s<br />

que nunca producen ni una so<strong>la</strong>, aun cuando, no obstante, son sensibles<br />

<strong>al</strong> polen <strong>de</strong> ciertas especies, pues el germen se hincha. En este caso es evi<strong>de</strong>ntemente<br />

imposible seleccionar los individuos más estériles que han<br />

cesado ya <strong>de</strong> dar semil<strong>la</strong>s, <strong>de</strong> modo que este máximo <strong>de</strong> esterilidad, en<br />

que sólo el germen es influido, no pue<strong>de</strong> haber sido logrado por selección;<br />

y por ser <strong>la</strong>s leyes que rigen los diferentes grados <strong>de</strong> esterilidad tan<br />

266


uniformes en los reinos anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que <strong>la</strong> causa -<br />

cu<strong>al</strong>quiera que sea- es <strong>la</strong> misma, o casi <strong>la</strong> misma, en todos los casos.<br />

Examinaremos ahora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un poco más cerca, <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza probable<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s especies, que producen <strong>la</strong> esterilidad en los<br />

primeros cruzamientos y en los híbridos. En el caso <strong>de</strong> los primeros cruzamientos,<br />

<strong>la</strong> mayor dificultad en efectuar una unión y en obtener <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

parece <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> varias causas distintas. A veces <strong>de</strong>be existir<br />

una imposibilidad física en que el elemento masculino llegue <strong>al</strong> óvulo,<br />

como sería el caso <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta que tuviera el pistilo <strong>de</strong>masiado <strong>la</strong>rgo<br />

para que los tubos polínicos llegasen <strong>al</strong> ovario. Se ha observado también<br />

que, cuando se coloca el polen <strong>de</strong> una especie en el estigma <strong>de</strong> otra remotamente<br />

afín, aunque s<strong>al</strong>en los tubos polínicos, no atraviesan <strong>la</strong> superficie<br />

estigmática. A<strong>de</strong>más, el elemento masculino pue<strong>de</strong> llegar <strong>al</strong> elemento<br />

femenino, pero ser incapaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar que se <strong>de</strong>sarrolle un embrión,<br />

como parece que ha ocurrido en <strong>al</strong>gunos experimentos <strong>de</strong> Thuret en Fucus.<br />

No pue<strong>de</strong> darse explicación <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> estos hechos, como tampoco<br />

<strong>de</strong> por qué ciertos árboles no pue<strong>de</strong>n injertarse en otros. Fin<strong>al</strong>mente,<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse un embrión y morir en un período temprano <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo.<br />

A este último caso no se le ha prestado atención suficiente; pero<br />

yo creo, por observaciones que me ha comunicado míster Hewitt, que ha<br />

<strong>al</strong>canzado gran experiencia en hibridar faisanes y g<strong>al</strong>linas, que <strong>la</strong> muerte<br />

precoz <strong>de</strong>l embrión es una causa frecuentísima <strong>de</strong> esterilidad en los primeros<br />

cruzamientos. Míster S<strong>al</strong>ter ha dado recientemente los resultados<br />

<strong>de</strong>l examen <strong>de</strong> unos 500 huevos producidos por varios cruzamientos entre<br />

tres especies <strong>de</strong> G<strong>al</strong>lus y sus híbridos; <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> estos huevos<br />

habían sido fecundados, y en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los huevos fecundados<br />

los embriones, o bien se habían <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do parci<strong>al</strong>mente y muerto luego,<br />

o bien habían llegado casi a término; pero los polluelos habían sido<br />

incapaces <strong>de</strong> romper el cascarón. De los polluelos que nacieron, más <strong>de</strong><br />

cuatro quintas partes murieron en los primeros días, o, a lo sumo, en <strong>la</strong>s<br />

primeras semanas, «sin ninguna causa manifiesta; <strong>al</strong> parecer, por simple<br />

incapacidad para vivir»; <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong> 500 huevos sólo se criaron 12<br />

pollitos. En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, los embriones híbridos probablemente mueren<br />

muchas veces <strong>de</strong> un modo semejante; por lo menos, se sabe que híbridos<br />

producidos por especies muy diferentes son a veces débiles y enanos y<br />

mueren a una edad temprana, hecho <strong>de</strong>l que Max Wichura ha citado recientemente<br />

<strong>al</strong>gunos casos notables en sauces híbridos. V<strong>al</strong>drá <strong>la</strong> pena <strong>de</strong><br />

citar aquí el que, en <strong>al</strong>gunos casos <strong>de</strong> partenogénesis, los embriones <strong>de</strong><br />

los huevos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mariposa <strong>de</strong>l gusano <strong>de</strong> <strong>la</strong> seda que no han sido fecundados<br />

pasan por sus primeros estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y mueren luego,<br />

267


como los producidos por el cruzamiento <strong>de</strong> especies distintas. Hasta que<br />

tuve conocimiento <strong>de</strong> estos hechos, estaba yo m<strong>al</strong> dispuesto a creer en <strong>la</strong><br />

frecuente muerte precoz <strong>de</strong> los embriones híbridos, pues los híbridos,<br />

una vez que han nacido, tienen gener<strong>al</strong>mente buena s<strong>al</strong>ud y <strong>la</strong>rga vida,<br />

según vemos en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> mu<strong>la</strong>. Los híbridos, sin embargo, están en<br />

circunstancias diferentes antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l nacimiento: cuando han nacido<br />

y viven en un país en el que viven <strong>la</strong>s dos especies progenitoras, están,<br />

en gener<strong>al</strong>, en condiciones a<strong>de</strong>cuadas <strong>de</strong> existencia; pero un híbrido<br />

participa sólo en cuanto a una mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza y constitución <strong>de</strong><br />

su madre, y, por tanto, antes <strong>de</strong>l nacimiento, todo el tiempo que es <strong>al</strong>imentado<br />

en el útero <strong>de</strong> su madre, o en el huevo o semil<strong>la</strong> producidos por<br />

<strong>la</strong> madre, tiene que estar sometido a condiciones en cierto grado ina<strong>de</strong>cuadas,<br />

y, por consiguiente, tiene que estar expuesto a morir en un período<br />

prematuro, tanto más cuanto que todos los seres muy jóvenes son sumamente<br />

sensibles a <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> existencia perjudici<strong>al</strong>es y antinatur<strong>al</strong>es.<br />

Pero, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, <strong>la</strong> causa está más probablemente en <strong>al</strong>guna<br />

imperfección <strong>de</strong>l primitivo acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundación que <strong>de</strong>termina que<br />

el embrión se <strong>de</strong>sarrolle imperfectamente, más bien que en <strong>la</strong>s condiciones<br />

a que éste se encuentra ulteriormente sometido.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos, en los cu<strong>al</strong>es los<br />

elementos sexu<strong>al</strong>es están imperfectamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, el caso es <strong>al</strong>go<br />

diferente. Más <strong>de</strong> una vez he hecho <strong>al</strong>usión a un gran conjunto <strong>de</strong> hechos<br />

que <strong>de</strong>muestran que, cuando los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas son sacados <strong>de</strong> sus<br />

condiciones natur<strong>al</strong>es, están sumamente expuestos a graves trastornos<br />

en su aparato reproductor. Este es, <strong>de</strong> hecho, el gran obstáculo en <strong>la</strong> domesticación<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es. Hay muchos puntos <strong>de</strong> semejanza entre <strong>la</strong> esterilidad<br />

provocada <strong>de</strong> este modo y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos. En ambos casos <strong>la</strong><br />

esterilidad es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>la</strong> s<strong>al</strong>ud gener<strong>al</strong>, y muchas veces va<br />

acompañada <strong>de</strong> un exceso <strong>de</strong> tamaño o <strong>de</strong> gran exuberancia. En ambos<br />

casos <strong>la</strong> esterilidad se presenta en grados diferentes; en ambos el elemento<br />

masculino está más expuesto a ser influido, pero <strong>al</strong>gunas veces el elemento<br />

femenino lo está más. En ambos, <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia acompaña, hasta<br />

cierto punto, a <strong>la</strong> afinidad sistemática, pues grupos enteros <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y<br />

p<strong>la</strong>ntas se vuelven impotentes por <strong>la</strong>s mismas condiciones antinatur<strong>al</strong>es,<br />

y grupos enteros <strong>de</strong> especies tien<strong>de</strong>n a producir híbridos estériles. Por el<br />

contrario, una especie <strong>de</strong> un grupo resistirá a veces gran<strong>de</strong>s cambios <strong>de</strong><br />

condiciones sin variar <strong>la</strong> fecundidad, y ciertas especies <strong>de</strong> un grupo producirán<br />

un número extraordinario <strong>de</strong> híbridos fecundos. Nadie, hasta<br />

que lo ensaye, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir si un anim<strong>al</strong> <strong>de</strong>terminado criará en cautividad,<br />

o si una p<strong>la</strong>nta exótica sometida a cultivo producirá abundantes<br />

268


semil<strong>la</strong>s, como tampoco pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, hasta que lo ensaye, si dos especies<br />

<strong>de</strong> un género producirán híbridos más o menos estériles. Por último,<br />

cuando los seres orgánicos están colocados durante varias generaciones<br />

en condiciones no natur<strong>al</strong>es para ellos, se encuentran muy expuestos a<br />

variar, lo que parece, en parte, <strong>de</strong>bido a que su aparato reproductor ha<br />

sido particu<strong>la</strong>rmente influido, aunque menos que cuando sobreviene <strong>la</strong><br />

esterilidad. Lo mismo ocurre con los híbridos, pues sus <strong>de</strong>scendientes en<br />

<strong>la</strong>s generaciones sucesivas están muy sujetos a variación, como han observado<br />

todos los experimentadores.<br />

Así vemos que cuando los seres orgánicos se encuentran situados en<br />

condiciones nuevas y antinatur<strong>al</strong>es, y cuando se producen híbridos por<br />

el cruzamiento no natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> dos especies, el sistema reproductor, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong>l estado gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> s<strong>al</strong>ud, es influido <strong>de</strong> un modo<br />

muy semejante. En el primer caso, <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida han sido perturbadas,<br />

aunque muchas veces tan poco, que es inapreciable para nosotros;<br />

en el segundo caso -el <strong>de</strong> los híbridos-, <strong>la</strong>s condiciones externas han<br />

continuado siendo <strong>la</strong>s mismas; pero <strong>la</strong> organización ha sido perturbada,<br />

porque se han mezc<strong>la</strong>do, formando una so<strong>la</strong>, dos estructuras y condiciones<br />

distintas, incluyendo evi<strong>de</strong>ntemente los sistemas reproductores;<br />

pues apenas es posible que dos organizaciones puedan combinarse en<br />

una sin que ocurra <strong>al</strong>guna perturbación en el <strong>de</strong>sarrollo, en <strong>la</strong> acción periódica,<br />

en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones mutuas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes partes y órganos entre<br />

sí o con <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida. Cuando los híbridos son capaces <strong>de</strong> criar<br />

inter se, transmiten a sus <strong>de</strong>scendientes, <strong>de</strong> generación en generación,<br />

<strong>la</strong> misma organización compuesta, y, por consiguiente, no tenemos que<br />

sorpren<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> que su esterilidad, aunque <strong>al</strong>go variable, no disminuya;<br />

es incluso susceptible <strong>de</strong> aumentar, siendo esto gener<strong>al</strong>mente el resultado,<br />

como antes se explicó, <strong>de</strong>l cruzamiento entre parientes <strong>de</strong>masiado<br />

próximos. La prece<strong>de</strong>nte opinión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos<br />

es producida porque dos constituciones se han combinado en una, ha sido<br />

enérgicamente <strong>de</strong>fendida por Max Wichura.<br />

Tenemos, sin embargo, que reconocer que no po<strong>de</strong>mos explicar con esta<br />

teoría, ni con otra <strong>al</strong>guna, varios hechos referentes a <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong><br />

los híbridos producidos por cruzamientos recíprocos, y a <strong>la</strong> esterilidad<br />

mayor <strong>de</strong> los híbridos que, acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y excepcion<strong>al</strong>mente, se parecen<br />

mucho a uno u otro <strong>de</strong> sus progenitores puros. Tampoco pretendo que<br />

<strong>la</strong>s observaciones prece<strong>de</strong>ntes lleguen a <strong>la</strong> raíz <strong>de</strong>l asunto; no se ha dado<br />

explicación <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> por qué un organismo se vuelve estéril cuando está<br />

colocado en condiciones no natur<strong>al</strong>es. Lo único que pretendo <strong>de</strong>mostrar<br />

es que en dos casos por <strong>al</strong>gunos conceptos semejantes, <strong>la</strong> esterilidad<br />

269


es el resultado común, <strong>de</strong>bido, en un caso, a que <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida<br />

han sido perturbadas, y en el otro, a que <strong>la</strong> organización ha sido perturbada<br />

porque dos organizaciones se han combinado en una so<strong>la</strong>.<br />

Un par<strong>al</strong>elismo semejante existe en una c<strong>la</strong>se afín, aunque muy diferente,<br />

<strong>de</strong> hechos. Es una creencia antigua y casi univers<strong>al</strong>, fundada en un<br />

conjunto consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> pruebas que he dado en otro lugar, que los<br />

cambios ligeros en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida son beneficiosos para todos<br />

los seres vivientes. Vemos que los <strong>la</strong>bradores y jardineros efectúan esto<br />

con los frecuentes cambios <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, tubérculos, etc., <strong>de</strong> un suelo o clima<br />

a otros, y viceversa. Durante <strong>la</strong> conv<strong>al</strong>ecencia <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es resulta<br />

muy beneficioso cu<strong>al</strong>quier cambio en sus costumbres. A<strong>de</strong>más, existen<br />

pruebas evi<strong>de</strong>ntísimas <strong>de</strong> que, tanto en los anim<strong>al</strong>es como en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas,<br />

un cruzamiento entre individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, que difieran hasta<br />

cierto punto, proporciona vigor y fecundidad a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y que <strong>la</strong><br />

unión entre los parientes muy próximos durante varias generaciones, si<br />

están mantenidos en <strong>la</strong>s mismas condiciones <strong>de</strong> vida, conducen, casi<br />

siempre, a diminución <strong>de</strong> tamaño, a <strong>de</strong>bilidad o esterilidad.<br />

Parece, pues, por consiguiente, que, <strong>de</strong> una parte, los pequeños cambios<br />

en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida son beneficiosos a todos los seres orgánicos,<br />

y, <strong>de</strong> otra, que los cruzamientos pequeños -esto es, cruzamientos entre<br />

machos y hembras <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, que han estado sometidos a<br />

condiciones diferentes o que han variado ligeramente- dan vigor y fecundidad<br />

a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Pero, como hemos visto, los seres orgánicos<br />

acostumbrados durante mucho tiempo a ciertas condiciones uniformes<br />

en estado natur<strong>al</strong>, cuando son sometidos, como ocurre en cautividad, a<br />

un cambio consi<strong>de</strong>rable en <strong>la</strong>s condiciones, con mucha frecuencia se<br />

vuelven más o menos estériles; y sabemos que un cruzamiento entre dos<br />

formas que han llegado a ser muy diferentes, o específicamente diferentes,<br />

produce híbridos que son casi siempre estériles en <strong>al</strong>gún grado. Estoy<br />

completamente persuadido que este doble par<strong>al</strong>elismo no es, en modo<br />

<strong>al</strong>guno, una casu<strong>al</strong>idad ni una ilusión. <strong>El</strong> que pueda explicar por qué<br />

el elefante y otros muchos anim<strong>al</strong>es son incapaces <strong>de</strong> criar cuando se les<br />

tiene en un confinamiento, tan sólo parci<strong>al</strong>, en su país nat<strong>al</strong>, podrá explicar<br />

<strong>la</strong> causa fundament<strong>al</strong> <strong>de</strong> que los híbridos sean estériles <strong>de</strong> un modo<br />

tan gener<strong>al</strong>. Y <strong>al</strong> mismo tiempo podrá explicar por qué <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos<br />

anim<strong>al</strong>es domésticos, que han sido sometidas muchas veces a condiciones<br />

nuevas y no uniformes, son completamente fecundas entre sí, aun<br />

cuando <strong>de</strong>sciendan <strong>de</strong> distintas especies, que es probable que, si se hubieran<br />

cruzado primitivamente, hubiesen sido estériles. Estas dos series<br />

par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s <strong>de</strong> hechos parecen estar re<strong>la</strong>cionadas entre sí por <strong>al</strong>gún <strong>la</strong>zo<br />

270


común y <strong>de</strong>sconocido re<strong>la</strong>cionado esenci<strong>al</strong>mente con el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

vida; siendo este principio, según míster Herbert Spencer, que <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

o consiste en <strong>la</strong> incesante acción y reacción <strong>de</strong> diferentes fuerzas,<br />

que, como en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, están siempre tendiendo <strong>al</strong> equilibrio, y<br />

cuando esta ten<strong>de</strong>ncia es ligeramente perturbada por un cambio, <strong>la</strong>s<br />

fuerzas vit<strong>al</strong>es aumentan <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

Dimorfismo y trimorfismo recíprocos<br />

Este asunto pue<strong>de</strong> ser discutido aquí brevemente, y se verá que proyecta<br />

<strong>al</strong>guna luz sobre el hibridismo. Diferentes p<strong>la</strong>ntas, pertenecientes a<br />

distintos ór<strong>de</strong>nes, presentan dos formas que existen representadas por<br />

un número aproximadamente igu<strong>al</strong> <strong>de</strong> individuos y que no difieren en<br />

nada, excepto en sus órganos reproductores, teniendo una forma el pistilo<br />

<strong>la</strong>rgo y los estambres cortos y <strong>la</strong> otra el pistilo corto y los estambres<br />

<strong>la</strong>rgos, y siendo los granos <strong>de</strong> polen <strong>de</strong> tamaño diferente en el<strong>la</strong>s. En <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas trimorfas existen tres formas también diferentes en <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong><br />

sus pistilos y estambres, en el tamaño y color <strong>de</strong> los granos <strong>de</strong> polen y en<br />

otros caracteres; y, como en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres formas hay dos c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong><br />

estambres, <strong>la</strong>s tres formas poseen, en junto, seis c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> estambres y<br />

tres <strong>de</strong> pistilos. Estos órganos tienen su longitud tan proporcionada entre<br />

sí, que <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> los estambres en dos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas están <strong>al</strong> nivel <strong>de</strong>l<br />

estigma <strong>de</strong> <strong>la</strong> tercera forma. Ahora bien, he <strong>de</strong>mostrado -y este resultado<br />

ha sido conformado por otros observadores- que, para obtener en estas<br />

p<strong>la</strong>ntas fecundidad completa, es necesario que el estigma <strong>de</strong> una forma<br />

sea fecundado por el polen tomado <strong>de</strong> los estambres <strong>de</strong> <strong>al</strong>tura correspondiente<br />

en otra forma. De modo que en <strong>la</strong>s especies dimorfas dos uniones<br />

-que pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse legitimas- son completamente fecundas y otras dos<br />

-que pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse ilegítimas- son más o menos infecundas. En <strong>la</strong>s especies<br />

trimorfas seis uniones son legítimas o completamente fecundas, y<br />

doce son ilegítimas o más o menos infecundas.<br />

La infecundidad que se pue<strong>de</strong> observar en diferentes p<strong>la</strong>ntas dimorfas<br />

y trimorfas cuando son fecundas ilegítimamente -esto es, por polen tomado<br />

<strong>de</strong> estambres que no correspon<strong>de</strong>n en <strong>al</strong>tura <strong>al</strong> pistilo-, difiere mucho<br />

en grado hasta llegar a <strong>la</strong> esterilidad absoluta y completa, exactamente<br />

lo mismo que ocurre en los cruzamientos <strong>de</strong> especies distintas. En<br />

este último caso, el grado <strong>de</strong> esterilidad <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mucho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> vida sean más o menos favorables: y lo mismo he observado<br />

en <strong>la</strong>s uniones ilegítimas. Es bien conocido que si en el estigma <strong>de</strong> una<br />

flor se coloca el polen <strong>de</strong> una especie distinta y luego -aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo consi<strong>de</strong>rable- se coloca en el mismo estigma su propio<br />

271


polen, <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l segundo es tan vigorosamente prepon<strong>de</strong>rante, que,<br />

en gener<strong>al</strong>, anu<strong>la</strong> el efecto <strong>de</strong>l polen prece<strong>de</strong>nte; lo mismo ocurre con el<br />

polen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes formas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, pues el polen legítimo<br />

es enérgicamente prepon<strong>de</strong>rante sobre el ilegítimo cuando se colocan<br />

ambos sobre el mismo estigma. Me he cerciorado <strong>de</strong> esto fecundando diferentes<br />

flores, primero ilegítimamente y veinticuatro horas <strong>de</strong>spués legítimamente,<br />

con polen tomado <strong>de</strong> una variedad <strong>de</strong> color particu<strong>la</strong>r, y todas<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntitas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s eran <strong>de</strong> este mismo color; esto<br />

<strong>de</strong>muestra que el polen legítimo, aunque aplicado veinticuatro horas<br />

<strong>de</strong>spués, había <strong>de</strong>struido por completo, o evitado, <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l polen ilegítimo<br />

anteriormente aplicado. A<strong>de</strong>más, en este caso -lo mismo que <strong>al</strong><br />

hacer cruzamientos recíprocos entre dos especies- hay, a veces, una gran<br />

diferencia en los resultados, y lo mismo ocurre en <strong>la</strong>s especies trimorfas;<br />

por ejemplo, <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> estilo mediano <strong>de</strong> Lythrum s<strong>al</strong>icaria fue fecundada<br />

ilegítimamente, con <strong>la</strong> mayor facilidad, por el polen <strong>de</strong> los estambres<br />

<strong>la</strong>rgos <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> estilo corto, y produjo muchas semil<strong>la</strong>s; pero<br />

esta última forma no produjo ni una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong> <strong>al</strong> ser fecundada por los<br />

estambres <strong>la</strong>rgos <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> estilo mediano.<br />

Por todos estos conceptos, y por otros que podrían añadirse, <strong>la</strong>s formas<br />

<strong>de</strong> una misma especie indubitable, cuando se unen ilegítimamente,<br />

se conducen exactamente <strong>de</strong>l mismo modo que dos especies distintas<br />

cuando se cruzan. Esto me condujo a observar cuidadosamente, durante<br />

cuatro años, muchas p<strong>la</strong>ntas nacidas <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> varias<br />

uniones ilegítimas. <strong>El</strong> resultado princip<strong>al</strong> es que estas p<strong>la</strong>ntas ilegítimas -<br />

como pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse- no son por completo fecundas. Es posible obtener<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies dimorías p<strong>la</strong>ntas ilegitimas, tanto <strong>de</strong> estilo <strong>la</strong>rgo como<br />

<strong>de</strong> estilo corto, y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntar, trimorfas, <strong>la</strong>s tres formas ilegítimas. Estas<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spués unirse <strong>de</strong>bidamente <strong>de</strong> un modo legitimo. Cuando se ha<br />

hecho esto, no parece que haya razón <strong>al</strong>guna para que no <strong>de</strong>n tantas semil<strong>la</strong>s<br />

como dieron sus padres cuando fueron fecundados legítimamente.<br />

Pero no ocurre así; todas el<strong>la</strong>s son infecundas en diferentes grados,<br />

siendo <strong>al</strong>gunas tan completa e incorregiblemente estériles, que no produjeron,<br />

en cuatro temporadas, ni una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong>, y ni siquiera un fruto.<br />

La esterilidad <strong>de</strong> estas p<strong>la</strong>ntas ilegítimas <strong>al</strong> unirse entre sí <strong>de</strong> un modo legítimo<br />

pue<strong>de</strong> compararse rigurosamente con <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos cuando se<br />

cruzan inter se. Por otra parte, si un híbrido se cruza con una u otra <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies progenitoras puras, <strong>la</strong> esterilidad ordinariamente disminuye<br />

mucho, y lo mismo ocurre cuando una p<strong>la</strong>nta ilegítima es fecundada por<br />

una p<strong>la</strong>nta legítima. Del mismo modo que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los híbridos<br />

no va siempre par<strong>al</strong>e<strong>la</strong> con <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> hacer el primer cruzamiento<br />

272


entre <strong>la</strong>s dos especies progenitoras, también <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> ciertas<br />

p<strong>la</strong>ntas ilegítimas fue extraordinariamente gran<strong>de</strong>, mientras que <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> que <strong>de</strong>rribaron no fue nada gran<strong>de</strong>. En híbridos<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mismo fruto, el grado <strong>de</strong> esterilidad es variable,<br />

por predisposición innata, y lo mismo ocurre, <strong>de</strong> un modo bien seña<strong>la</strong>do,<br />

en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas ilegítimas. Por último, muchos híbridos dan con persistencia<br />

flores abundantes, mientras que otros híbridos más estériles<br />

dan pocas flores, y son débiles y miserables enanos; casos exactamente<br />

análogos se presentan en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia ilegítima <strong>de</strong> diversas p<strong>la</strong>ntas<br />

dimorfas y trimorfas.<br />

En conjunto, entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas ilegítimas y los híbridos existe <strong>la</strong> mayor<br />

i<strong>de</strong>ntidad en caracteres y modo <strong>de</strong> conducirse. Apenas es exageración<br />

sostener que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas ilegítimas son híbridos producidos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los<br />

límites <strong>de</strong> una misma especie por <strong>la</strong> unión irregu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> ciertas formas,<br />

mientras que los híbridos ordinarios están producidos por una unión<br />

irregu<strong>la</strong>r entre <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas especies distintas. Ya hemos visto, a<strong>de</strong>más,<br />

que existe <strong>la</strong> mayor semejanza por todos conceptos entre <strong>la</strong>s primeras<br />

uniones ilegítimas y los primeros cruzamientos entre especies distintas.<br />

Esto, quizá, se haría aún más patente mediante un ejemplo; supongamos<br />

que un botánico encontrase dos varieda<strong>de</strong>s bien seña<strong>la</strong>das -como <strong>la</strong>s<br />

hay- <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> estilo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong>l Lythrum s<strong>al</strong>icaria, que es trimorfo, y<br />

que <strong>de</strong>cidiese experimentar por cruzamiento si eran o no especíticamente<br />

distintas. <strong>El</strong> botánico ver<strong>la</strong> que producían sólo un quinto aproximadamente<br />

<strong>de</strong>l número norm<strong>al</strong> <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, y que se conducían en todos los<br />

conceptos antes <strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>dos como si fuesen dos especies distintas. Pero,<br />

para cerciorarse, tendría que criar p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s supuestas híbridas,<br />

y encontraría que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas nacidas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s eran miserablemente<br />

enanas y completamente estériles, y que se conducían en todos los restantes<br />

conceptos lo mismo que los híbridos ordinarios. <strong>El</strong> botánico podría<br />

entonces sostener que había probado positivamente, <strong>de</strong> conformidad<br />

con <strong>la</strong> opinión común, que <strong>la</strong>s dos varieda<strong>de</strong>s eran dos especies tan<br />

buenas y distintas como cu<strong>al</strong>esquiera otras <strong>de</strong>l mundo; sin embargo, se<br />

habría engañado por completo.<br />

Los hechos que se acaban <strong>de</strong> citar, referentes a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas dimorfas y<br />

trimorfas, son importantes: primero, porque nos muestran que <strong>la</strong> prueba<br />

fisiológica <strong>de</strong> diminución <strong>de</strong> fecundidad, tanto en los primeros cruzamientos<br />

como en los híbridos, no es un criterio seguro <strong>de</strong> distinción específica;<br />

segundo, porque po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que existe <strong>al</strong>gún<br />

<strong>la</strong>zo <strong>de</strong>sconocido que une <strong>la</strong> infecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s uniones ilegítimas con<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> su ilegítima <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y nos vemos llevados a hacer extensiva<br />

273


<strong>la</strong> misma opinión a los primeros cruzamientos y a los híbridos; y tercero,<br />

porque encontramos -y esto me parece <strong>de</strong> particu<strong>la</strong>r importancia- que<br />

pue<strong>de</strong>n existir dos o tres formas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, que no difieren por<br />

ningún concepto, ni <strong>de</strong> estructura ni <strong>de</strong> constitución, con re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong>s<br />

condiciones externas, y, sin embargo, son estériles cuando se unen <strong>de</strong><br />

ciertos modos; pues <strong>de</strong>bemos recordar que <strong>la</strong> unión que resulta estéril es<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> elementos sexu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma forma -por ejemplo,<br />

<strong>de</strong> dos formas <strong>de</strong> estilo <strong>la</strong>rgo-, mientras que <strong>la</strong> unión <strong>de</strong> elementos<br />

sexu<strong>al</strong>es pertenecientes a dos formas distintas es <strong>la</strong> que resulta fecunda.<br />

Por consiguiente, el caso aparece, a primera vista, exactamente a <strong>la</strong> inversa<br />

<strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong> en <strong>la</strong>s uniones ordinarias <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

especie y en cruzamientos entre especies distintas. Sin embargo, es dudoso<br />

que re<strong>al</strong>mente sea así; pero no me exten<strong>de</strong>ré sobre este asunto tan<br />

obscuro.<br />

De <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas dimorfas y trimorfas po<strong>de</strong>mos, sin<br />

embargo, <strong>de</strong>ducir, como probable, que <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> diferentes especies<br />

cuando se cruzan y <strong>de</strong> su progenie híbrida <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> exclusivamente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> sus elementos sexu<strong>al</strong>es, y no <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna diferencia en<br />

su estructura y constitución gener<strong>al</strong>. Nos lleva también a esta misma<br />

conclusión el consi<strong>de</strong>rar los cruzamientos recíprocos en los que el macho<br />

<strong>de</strong> una especie no pue<strong>de</strong> ser unido, o pue<strong>de</strong> serlo sólo con gran dificultad,<br />

a <strong>la</strong> hembra <strong>de</strong> una segunda especie, mientras que el cruzamiento inverso<br />

pue<strong>de</strong> efectuarse con toda facilidad. Gärtner, tan excelente observador,<br />

llegó también a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies, cuando se cruzan,<br />

son estériles <strong>de</strong>bido a diferencias limitadas a sus aparatos<br />

reproductores.<br />

La fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>al</strong> cruzarse y <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia mestiza<br />

no es univers<strong>al</strong><br />

Pue<strong>de</strong> presentarse como un argumento abrumador, que tiene que haber<br />

<strong>al</strong>guna distinción esenci<strong>al</strong> entre <strong>la</strong>s especies y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, puesto<br />

que estas últimas, por mucho que puedan diferir entre sí por su apariencia<br />

externa, se cruzan con toda facilidad y producen <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia completamente<br />

fecunda. S<strong>al</strong>vo <strong>al</strong>gunas excepciones, que se citarán ahora, admito<br />

por completo que ésta es <strong>la</strong> reg<strong>la</strong>. Pero el asunto está ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s,<br />

pues, por lo que se refiere a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s producidas en <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza, si dos formas tenidas hasta ahora como varieda<strong>de</strong>s se encuentra<br />

que son estériles entre sí en <strong>al</strong>gún grado, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sificarán inmediatamente como especies. Por ejemplo: <strong>de</strong><br />

los murajes <strong>de</strong> flores azules y los <strong>de</strong> flores b<strong>la</strong>ncas, que son consi<strong>de</strong>rados<br />

274


como varieda<strong>de</strong>s por <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los botánicos, Gärtner dice que<br />

son completamente estériles <strong>al</strong> cruzarse, y, en consecuencia, los c<strong>la</strong>sifica<br />

como especies indubitables. Si argüimos así, en un circulo vicioso, seguramente<br />

tendrá que conce<strong>de</strong>rse <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

producidas en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza.<br />

Si nos dirigimos a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s producidas, o que se supone que han<br />

sido producidas, en domesticidad, nos vemos también envueltos por <strong>al</strong>guna<br />

duda; pues cuando se comprueba, por ejemplo, que ciertos perros<br />

domésticos indígenas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur no se unen fácilmente con los<br />

perros europeos, <strong>la</strong> explicación que a todo el mundo se le ocurrirá, y que<br />

probablemente es <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra, es que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> especies prirnitivamente<br />

distintas. Sin embargo, <strong>la</strong> fecundidad perfecta <strong>de</strong> tantas razas domésticas,<br />

que difieren tanto en apariencia -por ejemplo, <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

p<strong>al</strong>oma o <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> col- es un hecho notable, especi<strong>al</strong>mente si reflexionamos<br />

cuántas especies existen que, aun cuando se asemejen entre sí mucho,<br />

son absolutamente estériles <strong>al</strong> cruzarse. Varias consi<strong>de</strong>raciones, sin<br />

embargo, hacen menos notable <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas.<br />

En primer lugar, pue<strong>de</strong> observarse que el grado <strong>de</strong> diferencia externa<br />

entre dos especies no es un indicio seguro <strong>de</strong> su grado <strong>de</strong> esterilidad<br />

mutua, <strong>de</strong> modo que diferencias análogas en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s no<br />

constituirían un indicio seguro. Es indudable que, en <strong>la</strong>s especies, <strong>la</strong> causa<br />

<strong>de</strong>scansa exclusivamente en diferencias en su constitución sexu<strong>al</strong>.<br />

Ahora bien; <strong>la</strong>s condiciones variables a que han sido sometidos los anim<strong>al</strong>es<br />

domésticos y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas cultivadas han tendido tan poco a modificar<br />

el sistema reproductor <strong>de</strong> manera que condujese a <strong>la</strong> esterilidad mutua,<br />

que tenemos buen fundamento para admitir <strong>la</strong> doctrina diametr<strong>al</strong>mente<br />

opuesta, <strong>de</strong> P<strong>al</strong><strong>la</strong>s, o sea, que t<strong>al</strong>es condiciones, por lo gener<strong>al</strong>, eliminan<br />

esta ten<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> modo que llegan a ser completamente fecundos<br />

entre si los <strong>de</strong>scendientes domésticos <strong>de</strong> especies que, en su estado natur<strong>al</strong>,<br />

habrían sido probablemente estériles, en cierto grado, <strong>al</strong> cruzarse. En<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, tan lejos está el cultivo <strong>de</strong> producir una ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> esterilidad<br />

entre especies distintas, que en varios casos bien comprobados, a<br />

los que antes se hizo referencia, ciertas p<strong>la</strong>ntas han sido modificadas <strong>de</strong><br />

un modo opuesto, pues han llegado a hacerse impotentes para sí mismas,<br />

aunque conservando todavía <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> fecundar a otras especies<br />

y <strong>de</strong> ser fecundadas por éstas. Si se admite <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> P<strong>al</strong><strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

eliminación <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad mediante domesticidad muy prolongada -<br />

doctrina que difícilmente pue<strong>de</strong> rechazarse-, se hace sumamente improbable<br />

el que condiciones análogas prolongadas durante mucho tiempo<br />

produzcan igu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> esterilidad, aun cuando, en<br />

275


ciertos casos, en especies <strong>de</strong> una constitución peculiar, pudo a veces <strong>la</strong><br />

esterilidad producirse <strong>de</strong> este modo. Así po<strong>de</strong>mos, creo yo, compren<strong>de</strong>r<br />

por qué no se han producido en los anim<strong>al</strong>es domésticos varieda<strong>de</strong>s que<br />

sean mutuamente estériles, y por qué en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas se han observado sólo<br />

un corto número <strong>de</strong> estos casos, que inmediatamente van a ser citados.<br />

La verda<strong>de</strong>ra dificultad en <strong>la</strong> cuestión presente no me parece que sea<br />

por qué <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s domésticas no se han vuelto mutuamente infecundas<br />

<strong>al</strong> cruzarse, sino por qué ha ocurrido esto <strong>de</strong> un modo tan gener<strong>al</strong><br />

en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s natur<strong>al</strong>es, tan luego como se han modificado en<br />

grado suficiente para llegar a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies. Estamos muy lejos<br />

<strong>de</strong> conocer exactamente <strong>la</strong> causa, y esto no es sorpren<strong>de</strong>nte viendo nuestra<br />

profunda ignorancia respecto a <strong>la</strong> acción norm<strong>al</strong> y anorm<strong>al</strong> <strong>de</strong>l aparato<br />

reproductor. Pero po<strong>de</strong>mos ver que <strong>la</strong>s especies, <strong>de</strong>bido a su lucha por<br />

<strong>la</strong> existencia con numerosos competidores, habrán estado expuestas durante<br />

<strong>la</strong>rgos períodos <strong>de</strong> tiempos a condiciones más uniformes que lo<br />

han estado <strong>la</strong>s variaciones domésticas, y esto pue<strong>de</strong> muy bien producir<br />

una gran diferencia en el resultado, pues sabemos cuán comúnmente se<br />

vuelven estériles <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es s<strong>al</strong>vajes <strong>al</strong> sacarlos <strong>de</strong> sus condiciones<br />

natur<strong>al</strong>es y someterlos a cautividad, y <strong>la</strong>s funciones reproductoras<br />

<strong>de</strong> los seres orgánicos que han vivido siempre en condiciones natur<strong>al</strong>es<br />

es probable que sean, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera, sumamente sensibles a <strong>la</strong> influencia<br />

<strong>de</strong> un cruzamiento antinatur<strong>al</strong>. Las producciones domésticas que,<br />

<strong>al</strong> contrario, como muestra el simple hecho <strong>de</strong> su domesticidad, no eran<br />

primitivamente muy sensibles a los cambios en sus condiciones <strong>de</strong> vida<br />

y que pue<strong>de</strong>n gener<strong>al</strong>mente resistir ahora, sin diminución en su fecundidad,<br />

repetidos cambios <strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong> vida, pue<strong>de</strong> esperarse que produzcan<br />

varieda<strong>de</strong>s que estén poco expuestas a que sus faculta<strong>de</strong>s reproductoras<br />

sean influidas perjudici<strong>al</strong>mente por el acto <strong>de</strong>l cruzamiento con<br />

otras varieda<strong>de</strong>s que se originaron <strong>de</strong> un modo análogo.<br />

Hasta ahora he hab<strong>la</strong>do como si <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie<br />

fuesen invariablemente fecundadas <strong>al</strong> cruzarse entre sí; pero es imposible<br />

resistirse a <strong>la</strong> evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que existe un cierto grado <strong>de</strong> esterilidad<br />

en el corto número <strong>de</strong> casos siguientes, que resumiré brevemente. Las pruebas<br />

son, por lo menos, tan buenas como aquel<strong>la</strong>s por <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es creemos<br />

en <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> una multitud <strong>de</strong> especies. Las pruebas proce<strong>de</strong>n<br />

también <strong>de</strong> testigos adversarios, que, en todos los casos, consi<strong>de</strong>ran <strong>la</strong> fecundidad<br />

y <strong>la</strong> esterilidad como un criterio seguro <strong>de</strong> distinción específica.<br />

Gärtner conservó en su huerta, creciendo una junto a otra, durante<br />

varios años, una c<strong>la</strong>se enana <strong>de</strong> maíz <strong>de</strong> granos amarillos y una variedad<br />

<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> granos rojos, y aun cuando estas p<strong>la</strong>ntas tienen los sexos<br />

276


separados, jamás se cruzaron mutuamente. Luego fecundó trece flores <strong>de</strong><br />

una c<strong>la</strong>se con el polen <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra; pero únicamente una so<strong>la</strong> espiga produjo<br />

semil<strong>la</strong>, y ésta produjo sólo cinco granos. Como <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas tienen los<br />

sexos separados, <strong>la</strong> manipu<strong>la</strong>ción en este caso no pudo ser perjudici<strong>al</strong>.<br />

Nadie, creo yo, ha sospechado que estas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> maíz sean especies<br />

distintas, y es importante advertir que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas híbridas así obtenidas<br />

fueron completamente fecundas; <strong>de</strong> modo que hasta Gärtner no se<br />

aventuró a consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong>s dos varieda<strong>de</strong>s como específicamente distintas.<br />

Girou <strong>de</strong> Buzareingues cruzó tres varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ca<strong>la</strong>baza vinatera,<br />

p<strong>la</strong>nta que, lo mismo que el maíz, tiene los sexos separados, y afirma que<br />

su fecundación mutua es tanto menos fácil cuanto sus diferencias son<br />

mayores. No sé hasta qué punto estas experiencias puedan ser dignas <strong>de</strong><br />

crédito; pero <strong>la</strong>s formas con que se experimentó son c<strong>la</strong>sificadas como<br />

varieda<strong>de</strong>s por Sageret, que funda princip<strong>al</strong>mente su c<strong>la</strong>sificación en <strong>la</strong><br />

prueba <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad, y Naudin ha llegado a <strong>la</strong> misma conclusión.<br />

<strong>El</strong> caso siguiente es mucho más notable, y a primera vista parece increíble;<br />

pero es el resultado <strong>de</strong> un número asombroso <strong>de</strong> experimentos hechos<br />

durante muchos años en nueve, especies <strong>de</strong> Verbascum por tan<br />

buen observador y tan contrario testigo como Gärtner. Consiste este caso<br />

en que, cuando se cruzan, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s amaril<strong>la</strong>s y b<strong>la</strong>ncas producen<br />

menos semil<strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> color <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. Es<br />

más: afirma que, cuando varieda<strong>de</strong>s amaril<strong>la</strong>s y b<strong>la</strong>ncas <strong>de</strong> una especie<br />

se cruzan con varieda<strong>de</strong>s amaril<strong>la</strong>s y b<strong>la</strong>ncas <strong>de</strong> una especie distinta, se<br />

producen más semil<strong>la</strong>s en los cruzamientos entre flores <strong>de</strong>l mismo color<br />

que en los cruzamientos entre flores <strong>de</strong> color diferente. Míster Scott también<br />

ha hecho experiencias en <strong>la</strong>s especies y varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Verbascum, y,<br />

aunque no ha podido confirmar los resultados <strong>de</strong> Gärtner sobre el cruzamiento<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies distintas, encuentra que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que tienen<br />

color diferente producen menos semil<strong>la</strong>s -en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> 86 a 100- que<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mismo color. Sin embargo, estas varieda<strong>de</strong>s no difieren<br />

en nada, excepto en el color <strong>de</strong> sus flores, y una variedad pue<strong>de</strong> a veces<br />

obtenerse <strong>de</strong> <strong>la</strong> semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> otra.<br />

Kölreuter, cuya exactitud ha sido confirmada por todos los observadores<br />

posteriores, ha <strong>de</strong>mostrado el hecho notable <strong>de</strong> que una variedad <strong>de</strong>l<br />

tabaco común era más fecunda que otras <strong>al</strong> cruzar<strong>la</strong> con una especie<br />

muy distinta. Hizo experiencias con cinco formas que comúnmente son<br />

reputadas como varieda<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es ensayó con <strong>la</strong> más rigurosa prueba,<br />

o sea mediante cruzamientos recíprocos, y encontró que su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

mestiza era completamente fecunda; pero una <strong>de</strong> estas cinco varieda<strong>de</strong>s,<br />

utilizada ya como padre, ya como madre, y cruzada con <strong>la</strong><br />

277


Nicotiana glutinosa, producía siempre híbridos no tan estériles como los<br />

producidos por <strong>la</strong>s otras cuatro varieda<strong>de</strong>s <strong>al</strong> cruzar<strong>la</strong>s con N. glutinosa.<br />

Por consiguiente, el aparato reproductor <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> variedad tiene que<br />

haber sido en <strong>al</strong>gún modo y en cierto grado modificado.<br />

En vista <strong>de</strong> estos hechos, no se pue<strong>de</strong> sostener ya más el que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s,<br />

<strong>al</strong> cruzarse, son invariablemente fecundas por completo. De <strong>la</strong><br />

gran dificultad <strong>de</strong> cerciorarnos <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s en estado<br />

natur<strong>al</strong> -pues si se probase que una supuesta variedad es infecunda<br />

en <strong>al</strong>gún grado ser<strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificada casi univers<strong>al</strong>mente como una especie-;<br />

<strong>de</strong> que el hombre atienda sólo a los caracteres externos en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

domésticas, y <strong>de</strong> que estas varieda<strong>de</strong>s no hayan estado sometidas, durante<br />

períodos muy <strong>la</strong>rgos, a condiciones uniformes <strong>de</strong> vida: <strong>de</strong> estas diferentes<br />

condiciones, po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> fecundidad<br />

<strong>al</strong> cruzarse no constituye una distinción fundament<strong>al</strong> entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

y <strong>la</strong>s especies. La esterilidad gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cruzadas pue<strong>de</strong><br />

seguramente ser consi<strong>de</strong>rada, no como una adquisición o don especi<strong>al</strong>,<br />

sino como consecuencia inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> cambios <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>sconocida<br />

en los elementos sexu<strong>al</strong>es.<br />

Comparación entre los híbridos y los mestizos, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> su fecundidad<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuestión <strong>de</strong> fecundidad, los <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong>l cruzamiento <strong>de</strong> especies y varieda<strong>de</strong>s pue<strong>de</strong>n ser comparados por<br />

otros varios conceptos. Gärtner, cuyo mayor <strong>de</strong>seo era trazar una línea<br />

<strong>de</strong> separación entre especies y varieda<strong>de</strong>s, no pudo encontrar entre <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies y <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

mestiza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más que poquísimas diferencias, a mi parecer<br />

completamente insignificantes; y, por el contrario, ambas se asemejan<br />

muchísimo por varios conceptos importantes.<br />

Discutiré aquí este asunto con suma brevedad. La diferencia más importante<br />

es que, en <strong>la</strong> primera generación, los mestizos son más variables<br />

que los híbridos; pero Gärtner admite que los híbridos <strong>de</strong> especies que<br />

han sido cultivadas durante mucho tiempo son con frecuencia variables<br />

en <strong>la</strong> primera generación, y yo mismo he visto ejemplos l<strong>la</strong>mativos <strong>de</strong> este<br />

hecho. Gärtner admite, a<strong>de</strong>más, que los híbridos entre especies muy<br />

próximas son más variables que los <strong>de</strong> especies muy diferentes, y esto<br />

muestra que <strong>la</strong> diferencia en el grado <strong>de</strong> variabilidad <strong>de</strong>saparece gradu<strong>al</strong>mente.<br />

Cuando los híbridos más fecundos y los mestizos se propagan<br />

por varías generaciones, es notoria, en ambos casos, una extrema<br />

278


variabilidad en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia; pero podrían citarse <strong>al</strong>gunos ejemplos<br />

tanto <strong>de</strong> híbridos como <strong>de</strong> mestizos que conservaron mucho tiempo un<br />

carácter uniforme. Sin embargo, <strong>la</strong> variabilidad en <strong>la</strong>s generaciones sucesivas<br />

<strong>de</strong> mestizos es quizá mayor que en los híbridos.<br />

Esta variabilidad mayor en los mestizos que en los híbridos, no parece,<br />

en modo <strong>al</strong>guno, sorpren<strong>de</strong>nte; pues los padres <strong>de</strong> mestizos son varieda<strong>de</strong>s,<br />

y en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos varieda<strong>de</strong>s domésticas -poquísimos<br />

experimentos se han intentado con varieda<strong>de</strong>s natur<strong>al</strong>es-, y esto implica<br />

que ha habido variación reciente, <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> muchas veces continuaría y aumentaría<br />

<strong>la</strong> que resulta <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong>l cruzamiento. La débil variabilidad <strong>de</strong><br />

los híbridos en <strong>la</strong> primera generación, en contraste con <strong>la</strong> que existe en<br />

<strong>la</strong>s generaciones sucesivas, es un hecho curioso y merece atención, pues<br />

apoya <strong>la</strong> opinión que he admitido acerca <strong>de</strong> una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s causas <strong>de</strong> variabilidad<br />

ordinaria, o sea que el aparato reproductor, por ser sumamente<br />

sensible <strong>al</strong> cambio <strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong> vida, <strong>de</strong>ja en estas circunstancias <strong>de</strong><br />

re<strong>al</strong>izar su función propia <strong>de</strong> producir <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia sumamente semejante<br />

por todos conceptos a <strong>la</strong> forma progenitora. Ahora bien; los híbridos,<br />

en <strong>la</strong> primera generación, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> especies que, exceptuando<br />

<strong>la</strong>s cultivadas durante mucho tiempo, no han tenido su aparato reproductor<br />

modificado <strong>de</strong> modo <strong>al</strong>guno, y no son variables; pero los híbridos<br />

mismos tienen su aparato reproductor gravemente perturbado, y sus<br />

<strong>de</strong>scendientes son sumamente variables.<br />

Pero, volviendo a nuestra comparación entre los mestizos y los híbridos,<br />

Gärtner establece que los mestizos son <strong>al</strong>go más propensos que los<br />

híbridos a volver a una u otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas progenitoras, aunque esto, si<br />

es exacto, es con seguridad sólo una diferencia <strong>de</strong> grado. Es más, Gärtner<br />

expresamente afirma que los híbridos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas cultivadas durante mucho<br />

tiempo están más sujetos a reversión que los híbridos en estado natur<strong>al</strong>,<br />

y esto probablemente explica <strong>la</strong> singu<strong>la</strong>r diferencia en los resultados<br />

a que han llegado los distintos observadores; así, Max Wichura, que experimentó<br />

en formas no cultivadas <strong>de</strong> sauces, duda <strong>de</strong> si los híbridos<br />

vuelven o no <strong>al</strong>guna vez a sus formas progenitoras; mientras que, por el<br />

contrario, Naudin, que experimentó princip<strong>al</strong>mente con p<strong>la</strong>ntas cultivadas,<br />

insiste, en los términos más enérgicos, sobre <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia casi univers<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> los hibridos a <strong>la</strong> reversión. Gärtner comprueba, a<strong>de</strong>más, que<br />

cuando dos especies cu<strong>al</strong>esquiera, aun cuando sean muy próximas, se<br />

cruzan con una tercera, los híbridos son muy diferentes entre sí; mientras<br />

que si dos varieda<strong>de</strong>s muy distintas <strong>de</strong> una especie se cruzan con otra especie,<br />

los híbridos no difieren mucho. Pero esta conclusión, hasta don<strong>de</strong><br />

he podido averiguar, se funda en un solo experimento, y parece<br />

279


diametr<strong>al</strong>mente opuesta a los resultados <strong>de</strong> diferentes experimentos hechos<br />

por Kölreuter.<br />

Estas so<strong>la</strong>s son <strong>la</strong>s diferencias sin importancia que pue<strong>de</strong> Gärtner seña<strong>la</strong>r<br />

entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas híbridas y mestizas. Por otra parte, los grados y c<strong>la</strong>ses<br />

<strong>de</strong> semejanza <strong>de</strong> mestizos e híbridos con sus padres respectivos, especi<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> los híbridos producidos por especies próximas, siguen,<br />

según Gärtner, <strong>la</strong>s mismas leyes. Cuando se cruzan dos especies, a veces<br />

tiene una <strong>la</strong> facultad predominante <strong>de</strong> imprimir su semejanza <strong>al</strong> híbrido.<br />

Creo yo que esto ocurre en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas, y en los anim<strong>al</strong>es<br />

es seguro que una variedad tiene su facultad predominante sobre <strong>la</strong> otra.<br />

Las p<strong>la</strong>ntas híbridas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> un cruzamiento recíproco se asemejan<br />

gener<strong>al</strong>mente mucho entre sí, y lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas mestizas<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> cruzamientos recíprocos. Tanto los híbridos como<br />

los mestizos, pue<strong>de</strong>n ser reducidos a una u otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas progenitoras<br />

mediante cruzamientos repetidos en generaciones sucesivas con una<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong>s.<br />

Estas diferentes observaciones parecen aplicables a los anim<strong>al</strong>es; pero<br />

el asunto, en este caso, es muy,complicado, <strong>de</strong>bido, en parte, a <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong> caracteres sexu<strong>al</strong>es secundarios, pero más especi<strong>al</strong>mente a que el<br />

predominio en transmitir <strong>la</strong> semejanza es más enérgico pasando por un<br />

sexo que por el otro, tanto cuando una especie se cruza con otra especie<br />

como cuando una variedad se cruza con otra variedad. Por ejemplo, creo<br />

que tienen razón los autores que sostienen que el asno tiene una acción<br />

predominante sobre el cab<strong>al</strong>lo; <strong>de</strong> modo que, tanto el mulo como el burdégano,<br />

se asemejan más <strong>al</strong> asno que <strong>al</strong> cab<strong>al</strong>lo; pero el predominio es<br />

más enérgico por el garañón que por <strong>la</strong> borrica; <strong>de</strong> modo que el mulo,<br />

que es hijo <strong>de</strong> garañón y yegua, es más parecido <strong>al</strong> asno que el burdégano,<br />

que es hijo <strong>de</strong> borrica y cab<strong>al</strong>lo.<br />

Se ha dado mucha importancia por <strong>al</strong>gunos autores <strong>al</strong> hecho <strong>de</strong> que<br />

sólo en los mestizos <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia no tiene un carácter intermedio, sino<br />

que se asemeja mucho a uno <strong>de</strong> sus padres; pero esto ocurre también<br />

en los híbridos, aun cuando convengo que con mucha menos frecuencia<br />

que en los mestizos. Consi<strong>de</strong>rando los casos que he reunido <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es<br />

cruzados que se asemejan mucho a uno <strong>de</strong> los padres, <strong>la</strong>s semejanzas parecen<br />

limitadas princip<strong>al</strong>mente a caracteres <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza casi monstruosa,<br />

y que han aparecido <strong>de</strong> repente, t<strong>al</strong>es como <strong>al</strong>binismo, me<strong>la</strong>nismo,<br />

f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> co<strong>la</strong> o <strong>de</strong> cuernos, o <strong>de</strong>dos adicion<strong>al</strong>es, y no se refieren a caracteres<br />

que han sido adquiridos lentamente por selección. La ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong><br />

vuelta repentina <strong>al</strong> carácter perfecto <strong>de</strong> uno u otro <strong>de</strong> los padres tendría<br />

también que presentarse con más facilidad en los mestizos que<br />

280


<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s muchas veces producidas <strong>de</strong> repente y <strong>de</strong> carácter<br />

semimonstruoso, que en híbridos que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> especies producidas<br />

lenta y natur<strong>al</strong>mente. En conjunto, estoy completamente conforme<br />

con el doctor Prosper Lucas, quien, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar un enorme<br />

cúmulo <strong>de</strong> hechos referentes a los anim<strong>al</strong>es, llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que<br />

<strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> semejanza <strong>de</strong>l hijo con sus padres son <strong>la</strong>s mismas, tanto si los<br />

padres difieren poco como si difieren mucho entre sí, o sea, tanto en <strong>la</strong><br />

unión <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad como en <strong>la</strong> <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s diferentes<br />

o <strong>de</strong> especies, distintas.<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuestión <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad y esterilidad, por<br />

todos los otros conceptos parece haber una semejanza estrecha y gener<strong>al</strong><br />

entre <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l cruzamiento <strong>de</strong> especies y <strong>la</strong> <strong>de</strong>l cruzamiento<br />

<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s. Si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s especies como creadas especi<strong>al</strong>mente<br />

y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s como producidas por leyes secundarias esta semejanza<br />

sería un hecho sorpren<strong>de</strong>nte; pero este hecho se armoniza perfectamente<br />

con <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> que no hay diferencia esenci<strong>al</strong> entre especies y<br />

varieda<strong>de</strong>s.<br />

Resumen <strong>de</strong>l capítulo<br />

Los primeros cruzamientos entre formas lo bastante distintas para que<br />

sean c<strong>la</strong>sificadas como especies y los híbridos <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, son muy<br />

gener<strong>al</strong>mente -aunque no siempre- estériles. La esterilidad presenta todos<br />

los grados, y con frecuencia es tan ligera, que los experimentadores<br />

más cuidadosos han llegado a conclusiones diametr<strong>al</strong>mente opuestas <strong>al</strong><br />

c<strong>la</strong>sificar formas mediante esta prueba. La esterilidad es variable por disposición<br />

innata en individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, y es sumamente sensible<br />

a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> condiciones favorables y <strong>de</strong>sfavorables. <strong>El</strong> grado <strong>de</strong><br />

esterilidad no acompaña rigurosamente a <strong>la</strong> afinidad sistemática, sino<br />

que es regu<strong>la</strong>do por diferentes leyes curiosas y complicadas. En gener<strong>al</strong><br />

es diferente -y a veces muy diferente- en los cruzamientos recíprocos entre<br />

dos mismas especies. No siempre es <strong>de</strong>l mismo grado en el primer<br />

cruzamiento y en los híbridos producidos por éste.<br />

Así como <strong>al</strong> injertar árboles <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> una especie o variedad para<br />

pren<strong>de</strong>r en otra <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> diferencias, gener<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

<strong>de</strong>sconocida, en sus sistemas vegetativos, <strong>de</strong>l mismo modo en los cruzamientos<br />

<strong>la</strong> mayor o menor facilidad <strong>de</strong> una especie para unirse a otra <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> diferencias <strong>de</strong>sconocidas en sus aparatos reproductores. No<br />

hay más razón para pensar que <strong>la</strong>s especies han sido dotadas especi<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> diferentes grados <strong>de</strong> esterilidad para impedir su cruzamiento y<br />

281


confusión en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, que para pensar que los árboles han sido dotados<br />

<strong>de</strong> grados diferentes y <strong>al</strong>go análogos <strong>de</strong> dificultad <strong>al</strong> ser injertados,<br />

con objeto <strong>de</strong> impedir en los montes su injerto por aproximación.<br />

La esterilidad en los primeros cruzamientos y en los <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

híbrida no ha sido adquirida por selección natur<strong>al</strong>. En los primeros<br />

cruzamientos parece <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> diferentes circunstancias; en muchos<br />

casos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, en gran parte, <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte prematura <strong>de</strong>l embrión. En el<br />

caso <strong>de</strong> los híbridos, parece <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> que toda su organización ha sido<br />

perturbada por estar compuesta por dos formas distintas, siendo <strong>la</strong><br />

esterilidad muy semejante a <strong>la</strong> que experimentan con tanta frecuencia <strong>la</strong>s<br />

especies puras cuando se someten a condiciones <strong>de</strong> vida nuevas y no natur<strong>al</strong>es.<br />

Quien explique estos últimos casos podrá explicar <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> los híbridos. Esta opinión se encuentra vigorosamente sostenida por<br />

un par<strong>al</strong>elismo <strong>de</strong> otra c<strong>la</strong>se, o sea que, en primer lugar, pequeños cambios<br />

en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida aumentan el vigor y fecundidad <strong>de</strong> todos<br />

los seres vivientes, y, a<strong>de</strong>más, que el cruzamiento <strong>de</strong> formas que han estado<br />

sometidas a condiciones <strong>de</strong> vida ligeramente diferentes, o que han<br />

variado, es favorable <strong>al</strong> tamaño, vigor y fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.<br />

Los hechos citados acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s uniones ilegítimas <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>ntas dimorfas y trimorfas y <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia ilegítima hacen, quizá,<br />

probable el que exista <strong>al</strong>gún <strong>la</strong>zo <strong>de</strong>sconocido que una en todos los<br />

casos <strong>la</strong> fecundidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras uniones con <strong>la</strong> <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes.<br />

La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> estos hechos re<strong>la</strong>tivos <strong>al</strong> dimorfismo, lo mismo que<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> cruzamientos recíprocos, lleva c<strong>la</strong>ramente a <strong>la</strong><br />

conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> causa primaria <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad en los cruzamientos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies está limitada a diferencias en sus elementos sexu<strong>al</strong>es. Pero<br />

no sabemos por qué los elementos sexu<strong>al</strong>es, en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

distintas, se tienen que haber modificado en mayor o menor grado <strong>de</strong> un<br />

modo tan gener<strong>al</strong>, conduciendo a su infecundidad mutua, aunque esto<br />

parece tener <strong>al</strong>guna re<strong>la</strong>ción estrecha con el que <strong>la</strong>s especies han estado<br />

sometidas durante <strong>la</strong>rgos períodos <strong>de</strong> tiempo a condiciones <strong>de</strong> vida casi<br />

uniformes.<br />

No es sorpren<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> cruzar dos especies y <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida se correspondan en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

los casos, aun cuando se <strong>de</strong>ban a causas distintas; pues ambas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s especies cruzadas. Tampoco es sorpren<strong>de</strong>nte<br />

que <strong>la</strong> facilidad <strong>de</strong> efectuar el primer cruzamiento, <strong>la</strong> fecundidad<br />

<strong>de</strong> los híbridos <strong>de</strong> este modo producidos y <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> injertarse -<br />

aun cuando esta última <strong>de</strong>penda evi<strong>de</strong>ntemente <strong>de</strong> circunstancias muy<br />

diferentes- vayan todas, hasta cierto punto, par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s a <strong>la</strong> afinidad<br />

282


sistemática <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas sometidas a experimento, pues <strong>la</strong> afinidad sistemática<br />

compren<strong>de</strong> semejanzas <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses.<br />

Los primeros cruzamientos entre formas que se sabe que son varieda<strong>de</strong>s,<br />

o lo suficientemente parecidas para ser consi<strong>de</strong>radas como t<strong>al</strong>es, y<br />

los cruzamientos entre sus <strong>de</strong>scendientes mestizos, son muy gener<strong>al</strong>mente<br />

fecundos, pero no invariablemente como con tanta frecuencia se<br />

ha afirmado. Tampoco es sorpren<strong>de</strong>nte esta fecundidad casi perfecta<br />

cuando se recuerda lo expuestos que estamos, por lo que se refiere a <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s en estado natur<strong>al</strong>, a discutir en un círculo vicioso, y cuando<br />

recordamos que el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s han sido producidas en<br />

domesticidad por <strong>la</strong> selección <strong>de</strong> simples diferencias externas y no han<br />

estado sometidas durante mucho tiempo a condiciones uniformes <strong>de</strong> vida.<br />

Debemos tener especi<strong>al</strong>mente presente también que <strong>la</strong> domesticidad<br />

prolongada tien<strong>de</strong> a eliminar <strong>la</strong> esterilidad, y, por consiguiente, es poco<br />

a<strong>de</strong>cuada para producir esta misma cu<strong>al</strong>idad. In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

cuestión <strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad, por todos los otros conceptos existe <strong>la</strong> mayor<br />

semejanza gener<strong>al</strong> entre híbridos y mestizos, en su variabilidad, en su facultad<br />

<strong>de</strong> absorberse mutuamente por cruzamientos repetidos y en heredar<br />

caracteres <strong>de</strong> ambas formas progenitoras. Por último, pues, aun<br />

cuando estemos tan ignorantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> causa precisa <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad <strong>de</strong> los<br />

primeros cruzamientos y <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> los híbridos, como lo estamos <strong>de</strong> por<br />

qué se vuelven estériles los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas sacados <strong>de</strong> sus condiciones<br />

natur<strong>al</strong>es, sin embargo, los hechos citados en este capítulo no me parecen<br />

opuestos a <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies existieron primitivamente como<br />

varieda<strong>de</strong>s.<br />

283


Capítulo 10<br />

De <strong>la</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos<br />

Ausencia actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s intermedias<br />

En el capítulo sexto he enumerado <strong>la</strong>s objeciones princip<strong>al</strong>es que se<br />

podían presentar razonablemente en contra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s opiniones sostenidas<br />

en este libro. La mayor parte <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s han sido ya discutidas. Una, <strong>la</strong> distinción<br />

c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas específicas y el no estar ligadas entre sí por innumerables<br />

formas <strong>de</strong> transición, es una dificultad evi<strong>de</strong>ntísima. He expuesto<br />

razones por <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es estas formas <strong>de</strong> tránsito no se presentan, por<br />

lo común, actu<strong>al</strong>mente, aun en <strong>la</strong>s circunstancias <strong>al</strong> parecer <strong>la</strong>s más favorables<br />

para su presencia, o sea, en un territorio extenso y continuo, con<br />

condiciones físicas que varíen gradu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> unos lugares a otros. Me<br />

esforcé en <strong>de</strong>mostrar que <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> cada especie <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> más <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia<br />

<strong>de</strong> otras formas orgánicas ya <strong>de</strong>finidas que <strong>de</strong>l clima, y por consiguiente,<br />

que <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida reinantes no pasan en re<strong>al</strong>idad tan<br />

insensiblemente por gradaciones como el c<strong>al</strong>or y <strong>la</strong> humedad. Me esforcé<br />

también en <strong>de</strong>mostrar que <strong>la</strong>s variaciones intermedias, por estar representadas<br />

por número menor <strong>de</strong> individuos que <strong>la</strong>s formas que en<strong>la</strong>zan,<br />

serán gener<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>rrotadas y exterminadas en el trascurso <strong>de</strong> ulteriores<br />

modificaciones y perfeccionamientos. Sin embargo, <strong>la</strong> causa princip<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> que no se presenten por todas partes en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza innumerables<br />

formas intermedias, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l proceso mismo <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

mediante el cu<strong>al</strong> varieda<strong>de</strong>s nuevas ocupan continuamente los puestos<br />

<strong>de</strong> sus formas madres, a <strong>la</strong>s que sup<strong>la</strong>ntan. Pero el número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

intermedias que han existido en otro tiempo tiene que ser verda<strong>de</strong>ramente<br />

enorme, en proporción, precisamente, a <strong>la</strong> enorme esca<strong>la</strong> en que<br />

ha obrado el proceso <strong>de</strong> exterminio. ¿Por qué, pues, cada formación geológica<br />

y cada estrato no están repletos <strong>de</strong> estos es<strong>la</strong>bones intermedios? La<br />

Geología, ciertamente, no reve<strong>la</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> t<strong>al</strong> serie orgánica <strong>de</strong>licadamente<br />

gradu<strong>al</strong>, y es ésta, quizá, <strong>la</strong> objeción más grave y c<strong>la</strong>ra que<br />

284


pue<strong>de</strong> presentarse en contra <strong>de</strong> mi teoría. La explicación está, a mi parecer,<br />

en <strong>la</strong> extrema imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos.<br />

En primer lugar, habría que tener siempre presente qué c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> formas<br />

intermedias tienen que haber existido en otro tiempo, según mi teoría.<br />

Consi<strong>de</strong>rando dos especies cu<strong>al</strong>esquiera, he encontrado difícil evitar<br />

el imaginarse formas directamente intermedias entre el<strong>la</strong>s; pero ésta es<br />

una opinión errónea; hemos <strong>de</strong> buscar siempre formas intermedias entre<br />

cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies y un antepasado común y <strong>de</strong>sconocido, y este<br />

antepasado, por lo gener<strong>al</strong>, habrá diferido en <strong>al</strong>gunos conceptos <strong>de</strong> todos<br />

sus <strong>de</strong>scendientes modificados. Demos un ejemplo sencillo: <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

colipavo y <strong>la</strong> buchona <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n ambas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre; si poseyésemos<br />

todas <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias que han existido en todo tiempo,<br />

tendríamos dos series sumamente completas entre ambas y <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre; pero no tendríamos varieda<strong>de</strong>s directamente intermedias<br />

entre <strong>la</strong> colipavo y <strong>la</strong> buchona; ninguna, por ejemplo, que reuniese una<br />

co<strong>la</strong> <strong>al</strong>go extendida con un buche <strong>al</strong>go di<strong>la</strong>tado, que son los rasgos característicos<br />

<strong>de</strong> estas dos razas. Estas dos razas, sin embargo, han llegado a<br />

modificarse tanto, que, si no tuviésemos ninguna prueba histórica o directa<br />

sobre su origen, no hubiera sido posible el haber <strong>de</strong>terminado, por<br />

<strong>la</strong> simple comparación <strong>de</strong> su conformación con <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre,<br />

C. livia, si habían <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> esta especie o <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna otra forma próxima,<br />

t<strong>al</strong> como C. aenas.<br />

Lo mismo ocurre con <strong>la</strong>s especies natur<strong>al</strong>es; si consi<strong>de</strong>ramos formas<br />

muy distintas, por ejemplo, el cab<strong>al</strong>lo y el tapir, no tenemos motivo para<br />

suponer que <strong>al</strong>guna vez existieron formas directamente intermedias entre<br />

ambas, sino entre cada una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s y un antepasado común <strong>de</strong>sconocido.<br />

<strong>El</strong> progenitor común habrá tenido en toda su organización una<br />

gran semejanza gener<strong>al</strong> con el tapir y el cab<strong>al</strong>lo, pero en <strong>al</strong>gunos puntos<br />

<strong>de</strong> conformación pue<strong>de</strong> haber diferido consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong> ambos,<br />

hasta quizá más <strong>de</strong> lo que ellos difieren entre sí. Por consiguiente, en todos<br />

estos casos seríamos incapaces <strong>de</strong> reconocer <strong>la</strong> forma madre <strong>de</strong> dos o<br />

más especies, aun cuando comparásemos <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> el<strong>la</strong> con <strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

sus <strong>de</strong>scendientes modificados, a menos que, <strong>al</strong> mismo tiempo, tuviésemos<br />

una ca<strong>de</strong>na casi completa <strong>de</strong> es<strong>la</strong>bones intermedios.<br />

Apenas es posible, según mi teoría, el que <strong>de</strong> dos especies vivientes<br />

pueda una haber <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra -por ejemplo, un cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> un tapir-,<br />

y, en este caso, habrán existido es<strong>la</strong>bones directamente intermedios<br />

entre el<strong>la</strong>s. Pero este caso supondría que una forma había permanecido<br />

sin modificación durante un período, mientras que sus <strong>de</strong>scendientes habían<br />

experimentado un cambio consi<strong>de</strong>rable, y el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

285


competencia entre organismo y organismo, entre hijo y padre, hará que<br />

esto sea un acontecimiento rarísimo; pues, en todos los casos, <strong>la</strong>s formas<br />

<strong>de</strong> vida nuevas y perfeccionadas tien<strong>de</strong>n a sup<strong>la</strong>ntar <strong>la</strong>s no perfeccionadas<br />

y viejas.<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, todas <strong>la</strong>s especies vivientes han<br />

estado en<strong>la</strong>zadas con <strong>la</strong> especie madre <strong>de</strong> cada género, mediante diferencias<br />

no mayores que <strong>la</strong>s que vemos hoy día entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s natur<strong>al</strong>es<br />

y domésticas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie; y estas especies madres, por lo gener<strong>al</strong><br />

extinguidas actu<strong>al</strong>mente, han estado a su vez igu<strong>al</strong>mente en<strong>la</strong>zadas<br />

con formas más antiguas y así retrocediendo, convergiendo siempre en<br />

el antepasado común <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses. De este modo, el<br />

número <strong>de</strong> es<strong>la</strong>bones intermediarios y <strong>de</strong> transición entre todas <strong>la</strong>s especies<br />

vivientes y extinguidas tiene que haber sido inconcebiblemente<br />

gran<strong>de</strong>; pero, si esta teoría es verda<strong>de</strong>ra, seguramente han vivido sobre<br />

<strong>la</strong> tierra.<br />

Tiempo transcurrido, según se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> <strong>la</strong> velocidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>nudación<br />

In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que no encontramos restos fósiles <strong>de</strong> estas formas<br />

<strong>de</strong> unión infinitamente numerosas, pue<strong>de</strong> hacerse <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que<br />

el tiempo no <strong>de</strong>be haber sido suficiente para un cambio orgánico tan<br />

gran<strong>de</strong> si todas <strong>la</strong>s variaciones se han efectuado lentamente. Apenas me<br />

es posible recordar <strong>al</strong> lector que no sea un geólogo práctico los hechos<br />

que conducen a hacerse una débil i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l tiempo transcurrido. <strong>El</strong> que<br />

sea capaz <strong>de</strong> leer <strong>la</strong> gran obra <strong>de</strong> sir Carlos Lyell sobre los -que los historiadores<br />

futuros reconocerán que ha producido una revolución en <strong>la</strong>s<br />

ciencias natur<strong>al</strong>es- y, con todo, no admita <strong>la</strong> enorme duración <strong>de</strong> los períodos<br />

pasados <strong>de</strong> tiempo, pue<strong>de</strong> cerrar inmediatamente el presente libro.<br />

No quiere esto <strong>de</strong>cir que sea suficiente estudiar los Principios <strong>de</strong> Geología,<br />

o leer tratados especi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> diferentes observadores acerca <strong>de</strong> distintas<br />

formaciones, y notar cómo cada autor intenta dar una i<strong>de</strong>a insuficiente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> cada formación y aun <strong>de</strong> cada estrato. Po<strong>de</strong>mos<br />

conseguir mejor formarnos <strong>al</strong>guna i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l tiempo pasado conociendo<br />

los agentes que han trabajado y dándonos cuenta <strong>de</strong> lo profundamente<br />

que ha sido <strong>de</strong>nudada <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra y <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> sedimentos<br />

que han sido <strong>de</strong>positados. Como Lyell ha hecho muy bien observar,<br />

<strong>la</strong> extensión y grueso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones sedimentar<strong>la</strong>s son el resultado<br />

y <strong>la</strong> medida <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>nudación que ha experimentado <strong>la</strong> corteza terrestre.<br />

Por consiguiente, tendría uno que examinar por si mismo los<br />

enormes cúmulos <strong>de</strong> estratos superpuestos y observar los arroyuelos que<br />

286


van arrastrando barro y <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s <strong>de</strong>sgastando los acanti<strong>la</strong>dos, para compren<strong>de</strong>r<br />

<strong>al</strong>go acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> duración <strong>de</strong>l tiempo pasado, cuyos monumentos<br />

vemos por todas partes a nuestro <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor.<br />

Es excelente recorrer una costa que esté formada <strong>de</strong> rocas <strong>al</strong>go duras y<br />

notar el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción. En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, <strong>la</strong>s mareas<br />

llegan a los acanti<strong>la</strong>dos dos veces <strong>al</strong> día y sólo durante un corto tiempo,<br />

y <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s no <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sgastan mas que cuando van cargadas <strong>de</strong> arena o<br />

<strong>de</strong> guijarros, pues está probado que el agua pura no influye nada en el<br />

<strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> rocas. Al fin, <strong>la</strong> base <strong>de</strong>l acanti<strong>la</strong>do queda minada, caen<br />

enormes trozos, y éstos, permaneciendo fijos, han <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>sgastados,<br />

partícu<strong>la</strong> a partícu<strong>la</strong>, hasta que, reducido su tamaño, pue<strong>de</strong>n ser llevados<br />

<strong>de</strong> acá para <strong>al</strong>lá por <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s, y entonces son convertidos rápidamente en<br />

cascajo, arena o barro. Pero ¡qué frecuente es ver, a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bases<br />

<strong>de</strong> los acanti<strong>la</strong>dos que se retiran, peñascos redon<strong>de</strong>ados, todos cubiertos<br />

por una gruesa capa <strong>de</strong> producciones marinas, que <strong>de</strong>muestran lo poco<br />

que son <strong>de</strong>sgastados y lo raro que es el que sean arrastrados! Es más: si<br />

seguimos unas cuantas mil<strong>la</strong>s una línea <strong>de</strong> acanti<strong>la</strong>do rocoso que esté experimentando<br />

erosión, encontramos que sólo en <strong>al</strong>gún que otro sitio, a lo<br />

<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna pequeña extensión o <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un promontorio, están<br />

los acanti<strong>la</strong>dos sufriéndo<strong>la</strong> actu<strong>al</strong>mente. <strong>El</strong> aspecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> vegetación muestra que en cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más partes han pasado<br />

años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s aguas bañaron su base.<br />

Sin embargo, recientemente, <strong>la</strong>s observaciones <strong>de</strong> Ramsay, a <strong>la</strong> cabeza<br />

<strong>de</strong> muchos excelentes observadores -<strong>de</strong> Jukes, Geikie, Croll y otros-, nos<br />

han enseñado que <strong>la</strong> erosión atmosférica es un agente mucho más importante<br />

que <strong>la</strong> acción costera, o sea <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s. Toda <strong>la</strong> superficie<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra está expuesta a <strong>la</strong> acción química <strong>de</strong>l aire y <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> lluvia,<br />

con su ácido carbónico disuelto, y, en los países fríos, a <strong>la</strong>s he<strong>la</strong>das; <strong>la</strong><br />

materia <strong>de</strong>sagregada es arrastrada, aun por los <strong>de</strong>clives suaves, durante<br />

<strong>la</strong>s lluvias fuertes y, más <strong>de</strong> lo que podría suponerse, por el viento, especi<strong>al</strong>mente<br />

en los países áridos; entonces es transportada por <strong>la</strong>s corrientes<br />

y ríos, que, cuando son rápidos, ahondan sus cauces y trituran los<br />

fragmentos. En un día <strong>de</strong> lluvia vemos, aun en una comarca ligeramente<br />

ondu<strong>la</strong>da, los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> erosión atmosférica en los arroyuelos fangosos<br />

que bajan por todas <strong>la</strong>s cuestas. Míster Ramsay y míster Whitaker<br />

han <strong>de</strong>mostrado -y <strong>la</strong> observación es notabilísima- que <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s líneas<br />

<strong>de</strong> escarpas <strong>de</strong>l distrito weáldico y <strong>la</strong>s que se extien<strong>de</strong>n a través <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra,<br />

que en otro tiempo fueron consi<strong>de</strong>radas como antiguas costas, no<br />

pue<strong>de</strong>n haberse formado, <strong>de</strong> este modo, pues cada línea está constituida<br />

por una so<strong>la</strong> formación, mientras que nuestros acanti<strong>la</strong>dos marinos, en<br />

287


todas partes, están formados por <strong>la</strong> intersección <strong>de</strong> diferentes formaciones.<br />

Siendo esto así, nos vemos forzados a admitir que <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> escarpas<br />

<strong>de</strong>ben su origen, en gran parte, a que <strong>la</strong>s rocas <strong>de</strong> que están compuestas<br />

han resistido <strong>la</strong> <strong>de</strong>nudación atmosférica mejor que <strong>la</strong>s superficies<br />

vecinas; estas superficies, por consiguiente, han sido gradu<strong>al</strong>mente rebajadas,<br />

quedando s<strong>al</strong>ientes <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> roca más dura. Nada produce en<br />

<strong>la</strong> imaginación una impresión más enérgica <strong>de</strong> <strong>la</strong> inmensa duración <strong>de</strong>l<br />

tiempo -según nuestras i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> tiempo- como <strong>la</strong> convicción, <strong>de</strong> este modo<br />

conseguida, <strong>de</strong> que han producido gran<strong>de</strong>s resultados los agentes atmosféricos,<br />

que aparentemente tienen tan poca fuerza y que parecen trabajar<br />

con tanta lentitud.<br />

Una vez impuestos así <strong>de</strong> <strong>la</strong> lentitud con que <strong>la</strong> tierra es <strong>de</strong>sgastada<br />

por <strong>la</strong> acción atmosférica y litor<strong>al</strong>, es conveniente, a fin <strong>de</strong> apreciar <strong>la</strong> duración<br />

<strong>de</strong>l tiempo pasado, consi<strong>de</strong>rar, <strong>de</strong> una parte, <strong>la</strong>s masas <strong>de</strong> rocas<br />

que han sido eliminadas <strong>de</strong> muchos territorios extensos, y, <strong>de</strong> otra parte,<br />

el grosor <strong>de</strong> nuestras formaciones sedimentarias. Recuerdo que quedé<br />

impresionadísimo cuando vi is<strong>la</strong>s volcánicas que habían sido <strong>de</strong>sgastadas<br />

por <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s y recortadas todo <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor, formando acanti<strong>la</strong>dos perpendicu<strong>la</strong>res<br />

<strong>de</strong> 1.000 a 2.000 pies <strong>de</strong> <strong>al</strong>tura, pues <strong>la</strong> suave pendiente <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s corrientes <strong>de</strong> <strong>la</strong>va, <strong>de</strong>bida a su primer estado líquido, indicaba <strong>al</strong> instante<br />

hasta dón<strong>de</strong> se había avanzado en otro tiempo en el mar <strong>la</strong>s capas<br />

duras rocosas. La misma historia nos refieren, aún más c<strong>la</strong>ramente, <strong>la</strong>s<br />

f<strong>al</strong><strong>la</strong>s, estas gran<strong>de</strong>s hen<strong>de</strong>duras a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es los estratos se<br />

han levantado en un <strong>la</strong>do o hundido en el otro hasta una <strong>al</strong>tura o profundidad<br />

<strong>de</strong> miles <strong>de</strong> pies; pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>la</strong> corteza se rompió -y no hay<br />

gran diferencia, bien fuese el levantamiento brusco, bien fuese lento y<br />

efectuado por muchos movimientos pequeños, como lo creen hoy <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los geólogos- <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra ha sido nive<strong>la</strong>da tan<br />

por completo, que exteriormente no es visible indicio <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> estas<br />

gran<strong>de</strong>s dislocaciones. La f<strong>al</strong><strong>la</strong> <strong>de</strong> Craven, por ejemplo, se extien<strong>de</strong> a más<br />

<strong>de</strong> treinta mil<strong>la</strong>s, y a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> esta línea el movimiento vertic<strong>al</strong> <strong>de</strong> los<br />

estrados varía <strong>de</strong> 600 a 3.000 pies. <strong>El</strong> profesor Ramsay ha publicado un<br />

estudio <strong>de</strong> un hundimiento en Anglesea <strong>de</strong> 2.300 pies, y me informa que<br />

está convencido <strong>de</strong> que existe otro en Merionethshire <strong>de</strong> 12.000 pies, y,<br />

sin embargo, en estos casos nada hay en <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra que indique<br />

tan prodigiosos movimientos; pues el cúmulo <strong>de</strong> rocas ha sido<br />

arrastrado hasta quedar por igu<strong>al</strong> a ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> f<strong>al</strong><strong>la</strong>.<br />

Por otro <strong>la</strong>do, en todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo <strong>la</strong>s masas <strong>de</strong> estratos sedimentarios<br />

tienen un grosor asombroso. En <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s<br />

he c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>do en 10.000 pies una masa <strong>de</strong> conglomerados, y aun cuando<br />

288


es probable que los conglomerados se hayan acumu<strong>la</strong>do más <strong>de</strong> prisa<br />

que los sedimentos finos, sin embargo, como están formados <strong>de</strong> guijarros<br />

pulimentados y redon<strong>de</strong>ados, cada uno <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es lleva el sello <strong>de</strong>l<br />

tiempo, sirven para mostrar con qué lentitud tuvo <strong>la</strong> masa que acumu<strong>la</strong>rse.<br />

<strong>El</strong> profesor Ramsay me ha indicado el máximo grosor -según medidas<br />

positivas en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos- <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sucesivas formaciones<br />

en diferentes partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña, y el resultado es el siguiente:<br />

Estratos p<strong>al</strong>eozoicos (sin incluir <strong>la</strong>s capas ígneas) 57.154 pies.<br />

Estratos secundarios 13.190 -<br />

Estratos terciarios 2.240 -<br />

que hacen, en junto, 72.584 pies, esto es, casi trece mil<strong>la</strong>s inglesas y tres<br />

cuartos. Algunas <strong>de</strong> estas formaciones, que están representadas en Ing<strong>la</strong>terra<br />

por capas <strong>de</strong>lgadas, tienen en el Continente miles <strong>de</strong> pies <strong>de</strong> grueso.<br />

Es más, entre cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones sucesivas tenemos, según <strong>la</strong><br />

opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los geólogos, períodos <strong>de</strong> enorme extensión<br />

en b<strong>la</strong>nco; <strong>de</strong> modo que el <strong>al</strong>tísimo cúmulo <strong>de</strong> rocas sedimentarias en Ing<strong>la</strong>terra<br />

nos da una i<strong>de</strong>a incompleta <strong>de</strong>l tiempo transcurrido durante su<br />

acumu<strong>la</strong>ción. La consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> estos diferentes hechos produce en <strong>la</strong><br />

mente casi <strong>la</strong> misma impresión que el vano esfuerzo por <strong>al</strong>canzar <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> eternidad.<br />

Sin embargo, esta impresión es, en parte, f<strong>al</strong>sa. Míster Croll, en un interesante<br />

trabajo, hace observar que no nos equivocamos «<strong>al</strong> formar una<br />

concepción <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> los períodos geológicos»,<br />

sino <strong>al</strong> ev<strong>al</strong>uarlos por años. Cuando los geólogos consi<strong>de</strong>ran fenómenos<br />

<strong>la</strong>rgos y complicados, y luego consi<strong>de</strong>ran cifras que representan<br />

varios millones <strong>de</strong> años, <strong>la</strong>s dos cosas producen un efecto completamente<br />

diferente, e inmediatamente <strong>la</strong>s cifras son <strong>de</strong>c<strong>la</strong>radas <strong>de</strong>masiado pequeñas.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> <strong>de</strong>nudación atmosférica, míster Croll<br />

<strong>de</strong>muestra -c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>ndo <strong>la</strong> cantidad conocida <strong>de</strong> sedimentos acarreados<br />

anu<strong>al</strong>mente por los ríos, en re<strong>la</strong>ción con sus cuencas- que, <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura<br />

media <strong>de</strong> todo el territorio, serían quitados <strong>de</strong> este modo, a medida que<br />

fuesen gradu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>struídos, mil pies <strong>de</strong> roca sólida en el trascurso<br />

<strong>de</strong> seis millones <strong>de</strong> años. Esto parece un resultado asombroso, y <strong>al</strong>gunas<br />

consi<strong>de</strong>raciones llevan a <strong>la</strong> sospecha que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong>;<br />

pero, aun reducido a <strong>la</strong> mitad, o a <strong>la</strong> cuarta parte, es todavía muy sorpren<strong>de</strong>nte.<br />

Pocos <strong>de</strong> nosotros, sin embargo, sabemos lo que re<strong>al</strong>mente<br />

significa un millón; míster Croll da el siguiente ejemplo: tómese una tira<br />

estrecha <strong>de</strong> papel <strong>de</strong> 83 pies y 4 pulgadas <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo, y extiéndase<strong>la</strong> a lo<br />

<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong> pared <strong>de</strong> una gran sa<strong>la</strong>; señálese entonces en un extremo <strong>la</strong><br />

décima parte <strong>de</strong> una pulgada; esta décima <strong>de</strong> pulgada representará un<br />

289


siglo, y <strong>la</strong> tira entera un millón <strong>de</strong> años. Pero, en re<strong>la</strong>ción con el asunto<br />

<strong>de</strong> esta obra, téngase presente lo que quiere <strong>de</strong>cir un siglo, representado,<br />

como lo está, por una medida completamente insignificante, en una sa<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s dimensiones dichas. Varios eminentes criadores, en el transcurso<br />

<strong>de</strong> su so<strong>la</strong> vida, han modificado tanto <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es superiores -que<br />

propagan su especie mucho más lentamente que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los<br />

inferiores-, que han formado lo que merece l<strong>la</strong>marse una nueva subraza.<br />

Pocos hombres se han ocupado, con el cuidado <strong>de</strong>bido, <strong>de</strong> ninguna casta<br />

durante más <strong>de</strong> medio siglo; <strong>de</strong> modo que cien años representa el trabajo<br />

<strong>de</strong> dos criadores sucesivos. No hay que suponer que <strong>la</strong>s especies en estado<br />

natur<strong>al</strong> cambian siempre tan rápidamente como los anim<strong>al</strong>es domésticos<br />

bajo <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección metódica. Sería por todos conceptos<br />

mejor <strong>la</strong> comparación con los efectos que resultan <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección inconsciente,<br />

esto es, <strong>de</strong> <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es más útiles y hermosos,<br />

sin intención <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> modificar <strong>la</strong> raza; y por este proceso <strong>de</strong> selección<br />

inconsciente se han modificado sensiblemente diferentes razas en el<br />

transcurso <strong>de</strong> dos o tres siglos.<br />

Las especies, sin embargo, cambian probablemente con mayor lentitud,<br />

y en un mismo país sólo un corto número cambian <strong>al</strong> mismo tiempo.<br />

La lentitud es consecuencia <strong>de</strong> que todos los habitantes <strong>de</strong>l mismo país<br />

están ya tan bien adaptados entre sí, que en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

no se presentan, sino con <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os, nuevos puestos <strong>de</strong>bidos a<br />

cambios físicos <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna c<strong>la</strong>se o a <strong>la</strong> inmigración <strong>de</strong> formas nuevas. Es<br />

más: variaciones o diferencias individu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza conveniente,<br />

mediante <strong>la</strong>s que <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes pudiesen estar mejor adaptados<br />

a sus nuevos puestos en <strong>la</strong>s circunstancias modificadas, no siempre<br />

tienen que aparecer simultáneamente. Por <strong>de</strong>sgracia, no tenemos medio<br />

<strong>al</strong>guno <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar, midiéndolo por años, el tiempo requerido para<br />

modificarse una especie; pero sobre esta cuestión <strong>de</strong>l tiempo hemos <strong>de</strong><br />

insistir.<br />

Pobreza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s colecciones p<strong>al</strong>eontológicas<br />

Volvamos ahora <strong>la</strong> vista a nuestros más ricos museos geológicos, y<br />

¡qué triste espectáculo contemp<strong>la</strong>mos! Que nuestras colecciones son incompletas,<br />

lo admite todo el mundo. Nunca <strong>de</strong>biera olvidarse <strong>la</strong> observación<br />

<strong>de</strong>l admirable p<strong>al</strong>eontólogo Edward Forbes, <strong>de</strong> que muchísimas<br />

especies fósiles son conocidas y c<strong>la</strong>sificadas por ejemp<strong>la</strong>res únicos, y a<br />

veces rotos, o por un corto número <strong>de</strong> ejemp<strong>la</strong>res recogidos en un solo sitio.<br />

Tan sólo una pequeña parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra ha sido explorada<br />

geológicamente, y en ninguna con el cuidado suficiente, como lo<br />

290


prueban los importantes <strong>de</strong>scubrimientos que cada año se hacen en Europa.<br />

Ningún organismo b<strong>la</strong>ndo por completo pue<strong>de</strong> conservarse. Las<br />

conchas y huesos se <strong>de</strong>scomponen y <strong>de</strong>saparecen cuando quedan en el<br />

fondo <strong>de</strong>l mar don<strong>de</strong> no se estén acumu<strong>la</strong>ndo sedimentos. Probablemente<br />

estamos en una i<strong>de</strong>a completamente errónea cuando admitimos que<br />

casi en todo el fondo <strong>de</strong>l mar se están <strong>de</strong>positando sedimentos con una<br />

velocidad suficiente para enterrar y conservar restos fósiles. En toda una<br />

parte enormemente gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l océano, el c<strong>la</strong>ro color azul <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong>muestra<br />

su pureza. Los muchos casos registrados <strong>de</strong> una formación cubierta<br />

concordantemente, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un inmenso espacio <strong>de</strong> tiempo, por<br />

otra formación posterior, sin que <strong>la</strong> capa subyacente haya sufrido en el<br />

interv<strong>al</strong>o ningún <strong>de</strong>sgaste ni dislocación, parecen sólo explicables admitiendo<br />

que el fondo <strong>de</strong>l mar no es raro que permanezca en estado invariable<br />

durante tiempos inmensos. Los restos que son enterrados, si lo son en<br />

arena o cascajo, cuando <strong>la</strong>s capas hayan emergido, se disolverán, gener<strong>al</strong>mente,<br />

por <strong>la</strong> infiltración <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> lluvia, cargada <strong>de</strong> ácido carbónico.<br />

Algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s muchas especies <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es que viven en <strong>la</strong> costa,<br />

entre los limites <strong>de</strong> <strong>la</strong> marea <strong>al</strong>ta y <strong>la</strong> marea baja, parece que rara vez son<br />

conservados. Por ejemplo, <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> ctam<strong>al</strong>inos -subfamilia<br />

<strong>de</strong> cirrípedos sesiles- cubren en número infinito <strong>la</strong>s rocas en todo el<br />

mundo: son todos estrictamente litor<strong>al</strong>es, excepto una so<strong>la</strong> especie mediterránea<br />

que vive en aguas profundas, y ésta se h<strong>al</strong>ló fósil en Sicilia,<br />

mientras que ninguna otra, hasta hoy, ha sido h<strong>al</strong><strong>la</strong>da en ninguna formación<br />

terciaria, y, sin embargo, se sabe que el género Chtham<strong>al</strong>us existió<br />

durante el período cretácico. Por último, <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong>pósitos gran<strong>de</strong>s, que<br />

requieren un gran espacio <strong>de</strong> tiempo para su acumu<strong>la</strong>ción, están enteramente<br />

<strong>de</strong>sprovistos <strong>de</strong> restos orgánicos, sin que podamos seña<strong>la</strong>r razón<br />

<strong>al</strong>guna. Uno <strong>de</strong> los ejemplos más notables es el Flysch, que consiste en<br />

pizarras y areniscas <strong>de</strong> un grueso <strong>de</strong> varios miles <strong>de</strong> pies -a veces hasta<br />

seis mil-, y que se extien<strong>de</strong> por lo menos en trescientas mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Viena a<br />

Suiza, y, aun cuando esta gran masa ha sido cuidadosamente explorada,<br />

no se han encontrado fósiles, excepto <strong>al</strong>gunos restos veget<strong>al</strong>es.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s especies terrestres que vivieron durante los<br />

períodos secundarios y p<strong>al</strong>eozoicos, es innecesario afirmar que los testimonios<br />

que tenemos son en extremo fragmentarios; por ejemplo: hasta<br />

hace poco no se conocía ningún molusco terrestre perteneciente a ninguno<br />

<strong>de</strong> estos dos extensos períodos, excepto una especie <strong>de</strong>scubierta por<br />

sir C. Lyell y el doctor Dawson en los estratos carboníferos <strong>de</strong> América<br />

<strong>de</strong>l Norte; pero ahora se han encontrado conchas terrestres en el Iías. Por<br />

lo que se refiere a los restos <strong>de</strong> mamíferos, una ojeada a <strong>la</strong> tab<strong>la</strong> histórica<br />

291


publicada en el Manu<strong>al</strong> <strong>de</strong> Lyell nos convencerá, mucho mejor que páginas<br />

enteras <strong>de</strong> <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les, <strong>de</strong> lo acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y rara que es su conservación.<br />

Tampoco es sorpren<strong>de</strong>nte esta escasez, si recordamos <strong>la</strong> gran cantidad <strong>de</strong><br />

huesos <strong>de</strong> mamíferos terciarios que han sido <strong>de</strong>scubiertos, ya en <strong>la</strong>s cavernas,<br />

ya en los <strong>de</strong>pósitos <strong>la</strong>custres, y que no se conoce ni una caverna<br />

ni una verda<strong>de</strong>ra capa <strong>la</strong>custre que pertenezca a <strong>la</strong> edad <strong>de</strong> nuestras formaciones<br />

secundarias y p<strong>al</strong>eozoicas.<br />

Pero <strong>la</strong> imperfección en los registros geológicos resulta, en gran parte,<br />

<strong>de</strong> otra causa más importante que ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s prece<strong>de</strong>ntes, o sea <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong>s diferentes formaciones están separadas unas <strong>de</strong> otras por gran<strong>de</strong>s<br />

interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo. Esta doctrina ha sido categóricamente admitida<br />

por muchos geólogos y p<strong>al</strong>eontólogos, que, como E. Forbes, no creen en<br />

modo <strong>al</strong>guno en <strong>la</strong> transformación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Cuando vemos <strong>la</strong>s<br />

formaciones dispuestas en cuadros en <strong>la</strong>s obras escritas, o cuando <strong>la</strong>s seguimos<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, es difícil evitar el creer que son estrictamente<br />

consecutivas; pero sabemos, por ejemplo, por <strong>la</strong> gran obra <strong>de</strong> sir R. Murchison<br />

sobre Rusia, <strong>la</strong>s inmensas <strong>la</strong>gunas que hay en este país entre formaciones<br />

superpuestas; lo mismo ocurre en América <strong>de</strong>l Norte y en otras<br />

muchas partes <strong>de</strong>l mundo. <strong>El</strong> más hábil geólogo, si su atención hubiera<br />

estado limitada exclusivamente a estos gran<strong>de</strong>s territorios, nunca hubiese<br />

sospechado que durante los períodos que fueron estériles, y como no<br />

escritos en su propio país, se habían acumu<strong>la</strong>do en otras partes gran<strong>de</strong>s<br />

masas <strong>de</strong> sedimentos cargados <strong>de</strong> formas orgánicas nuevas y peculiares.<br />

Y si en cada territorio separado apenas pue<strong>de</strong> formarse una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l<br />

tiempo que ha transcurrido entre <strong>la</strong>s formaciones consecutivas, hemos <strong>de</strong><br />

inferir que éste no se pudo <strong>de</strong>terminar en parte <strong>al</strong>guna. Los gran<strong>de</strong>s y<br />

frecuentes cambios en <strong>la</strong> composición miner<strong>al</strong>ógica <strong>de</strong> formaciones consecutivas,<br />

como suponen gener<strong>al</strong>mente gran<strong>de</strong>s cambios en <strong>la</strong> geografía<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras que <strong>la</strong>s ro<strong>de</strong>an, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es provenía el sedimento, están<br />

<strong>de</strong> acuerdo con <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que han transcurrido inmensos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong><br />

tiempo entre cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones.<br />

Po<strong>de</strong>mos, creo yo, compren<strong>de</strong>r por qué <strong>la</strong>s formaciones geológicas <strong>de</strong><br />

cada región son casi siempre intermitentes -esto es, que no han seguido<br />

unas a otras-, formando una serie interrumpida. Cuando estaba explorando<br />

varios cientos <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, que se<br />

han levantado varios centenares <strong>de</strong> pies en el periodo mo<strong>de</strong>rno, casi ningún<br />

hecho me l<strong>la</strong>mó tanto <strong>la</strong> atención como <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos recientes<br />

lo bastante extensos para conservarse siquiera durante un corto<br />

período geológico. A lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> costa occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>, que está pob<strong>la</strong>da<br />

por una fauna marina particu<strong>la</strong>r, <strong>la</strong>s capas terciarias están tan<br />

292


pobremente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das, que probablemente no se conservará en una<br />

edad lejana testimonio <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varias faunas marinas especi<strong>al</strong>es y<br />

sucesivas. Un poco <strong>de</strong> reflexión nos explicará por qué a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong> naciente<br />

costa occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur no pue<strong>de</strong>n encontrarse en parte<br />

<strong>al</strong>guna extensas formaciones con restos mo<strong>de</strong>rnos o terciarios, aun<br />

cuando <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> sedimentos <strong>de</strong>bió haber sido gran<strong>de</strong> en tiempos<br />

pasados, a juzgar por <strong>la</strong> enorme erosión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rocas <strong>de</strong> <strong>la</strong> costa y por <strong>la</strong>s<br />

corrientes fangosas que llegan <strong>al</strong> mar. La explicación es, sin duda, que<br />

los <strong>de</strong>pósitos litor<strong>al</strong>es y sublitor<strong>al</strong>es son <strong>de</strong>sgastados continuamente por<br />

<strong>la</strong> acción <strong>de</strong>moledora <strong>de</strong> <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s costeras, tan pronto como surgen por el<br />

levantamiento lento y gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra.<br />

Po<strong>de</strong>mos, a mi parecer, llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que el sedimento tiene<br />

que acumu<strong>la</strong>rse en masas muy gruesas, sólidas o extensas, para que pueda<br />

resistir <strong>la</strong> acción incesante <strong>de</strong> <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s en su primer levantamiento y<br />

durante <strong>la</strong>s sucesivas osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel, así como <strong>de</strong> <strong>la</strong> subsiguiente<br />

erosión atmosférica. Estos cúmulos gruesos y extensos <strong>de</strong> sedimentos<br />

pue<strong>de</strong>n formarse <strong>de</strong> dos modos: o bien en <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

mar, en cuyo caso el fondo no estará habitado por tantas ni tan variadas<br />

formas orgánicas como los mares poco profundos, y <strong>la</strong>s masas, cuando<br />

se levanten, darán un testimonio imperfecto <strong>de</strong> los organismos que existieron<br />

en <strong>la</strong> proximidad durante el período <strong>de</strong> su acumu<strong>la</strong>ción; o bien el<br />

sedimento pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>positarse, con cu<strong>al</strong>quier grueso y extensión, en un<br />

fondo poco profundo, si éste continúa lentamente hundiéndose. En este<br />

último caso, mientras <strong>la</strong> velocidad <strong>de</strong>l hundimiento y el acarreo <strong>de</strong> sedimento<br />

se equilibren aproximadamente, el mar permanecerá poco profundo<br />

y favorable para muchas y variadas formas, y, <strong>de</strong> este modo, pue<strong>de</strong><br />

constituirse una rica formación fosilífera lo bastante gruesa para resistir,<br />

cuando surja, una gran <strong>de</strong>nudación.<br />

Estoy convencido <strong>de</strong> que casi todas nuestras formaciones antiguas, ricas<br />

en fósiles en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> su grueso, han sido formadas <strong>de</strong> este<br />

modo durante un movimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión. Des<strong>de</strong> que publiqué mis<br />

opiniones sobre este asunto en 1845, he seguido atentamente los progresos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Geología, y he quedado sorprendido <strong>al</strong> notar cómo los autores,<br />

uno tras otro, <strong>al</strong> tratar <strong>de</strong> esta o aquel<strong>la</strong> gran formación, han llegado a <strong>la</strong><br />

conclusión <strong>de</strong> que se acumuló durante un movimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión.<br />

Puedo añadir que <strong>la</strong> única formación terciaria antigua en <strong>la</strong> costa occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> América, que ha sido lo bastante gran<strong>de</strong> para resistir <strong>la</strong> erosión<br />

que hasta hoy ha sufrido, pero que difícilmente subsistirá hasta una edad<br />

geológica remota, se <strong>de</strong>positó durante un período <strong>de</strong> hundimiento, y obtuvo<br />

<strong>de</strong> este modo grueso consi<strong>de</strong>rable.<br />

293


Todos los hechos geológicos nos dicen c<strong>la</strong>ramente que cada región ha<br />

experimentado numerosas osci<strong>la</strong>ciones lentas <strong>de</strong> nivel, y evi<strong>de</strong>ntemente<br />

estas osci<strong>la</strong>ciones han comprendido gran<strong>de</strong>s espacios. Por consiguiente,<br />

durante períodos <strong>de</strong> hundimiento se habrán constituido formaciones ricas<br />

en fósiles lo suficientemente gruesas y extensas para resistir <strong>la</strong> erosión<br />

subsiguiente, cubriendo gran<strong>de</strong>s espacios, aunque so<strong>la</strong>mente <strong>al</strong>lí<br />

don<strong>de</strong> el acarreo <strong>de</strong> sedimentos fue suficiente para hacer que el mar se<br />

mantuviese poco profundo y para enterrar y conservar los restos orgánicos<br />

antes <strong>de</strong> que tuviesen tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scomponerse. Por el contrario,<br />

mientras el fondo <strong>de</strong>l mar permanece estacionario, no pue<strong>de</strong>n haberse<br />

acumu<strong>la</strong>do <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> mucho grueso en <strong>la</strong>s partes poco profundas,<br />

que son <strong>la</strong>s más favorables para <strong>la</strong> vida. Menos todavía pue<strong>de</strong> haber ocurrido<br />

esto durante los períodos <strong>al</strong>ternantes <strong>de</strong> elevación, o, para hab<strong>la</strong>r<br />

con más exactitud, <strong>la</strong>s capas que se acumu<strong>la</strong>ron entonces habrán sido gener<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong>struidas <strong>al</strong> levantarse y entrar en el dominio <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción<br />

costera.<br />

Estas observaciones se aplican princip<strong>al</strong>mente a los <strong>de</strong>pósitos litor<strong>al</strong>es<br />

y sublitor<strong>al</strong>es. En el caso <strong>de</strong> un mar extenso y poco profundo, t<strong>al</strong> como el<br />

<strong>de</strong> una gran parte <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, don<strong>de</strong> <strong>la</strong> profundidad osci<strong>la</strong><br />

entre 30 ó 40 y 60 brazas, podría constituirse una formación muy extensa<br />

durante un período <strong>de</strong> elevación y, sin embargo, no sufrir mucho por <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>nudación durante su lenta emersión; pero el grosor <strong>de</strong> <strong>la</strong> formación no<br />

podría ser gran<strong>de</strong>, pues, <strong>de</strong>bido <strong>al</strong> movimiento <strong>de</strong> elevación, tendría que<br />

ser menor que <strong>la</strong> profundidad en <strong>la</strong> que se formase; tampoco estaría el<br />

<strong>de</strong>pósito muy consolidado ni cubierto por formaciones superpuestas, <strong>de</strong><br />

modo que corriera mucho peligro <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>sgastado por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

atmósfera y por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l mar en <strong>la</strong>s siguientes osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel.<br />

Sin embargo, míster Hopkins ha indicado que si una parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> extensión,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> emerger y antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>nudada, se hundiese <strong>de</strong> nuevo,<br />

los <strong>de</strong>pósitos formados durante el movimiento <strong>de</strong> elevación, aunque<br />

no serían gruesos, podrían <strong>de</strong>spués quedar protegidos por acumu<strong>la</strong>ciones<br />

nuevas, y <strong>de</strong> este modo conservarse durante un <strong>la</strong>rgo período.<br />

Míster Hopkins expresa también su creencia <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s capas sedimentarias<br />

<strong>de</strong> extensión horizont<strong>al</strong> consi<strong>de</strong>rable rara vez han sido <strong>de</strong>struidas<br />

por completo. Pero todos los geólogos, excepto los pocos que creen que<br />

nuestros esquistos metamórficos y rocas plutónicas formaron el núcleo<br />

primordi<strong>al</strong> <strong>de</strong>l globo, admitirán que estas últimas rocas han sido enormemente<br />

<strong>de</strong>nudadas, pues es casi imposible que estas rocas se hayan solidificado<br />

y crist<strong>al</strong>izado mientras estuvieron <strong>de</strong>scubiertas, aunque, si <strong>la</strong><br />

acción metamórfica ocurrió en <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l océano, <strong>la</strong><br />

294


primitiva capa protectora pue<strong>de</strong> no haber sido muy gruesa. Admitiendo<br />

que el gneis, micasquisto, granito, diorita, etc., estuvieron primero necesariamente<br />

cubiertos, ¿cómo po<strong>de</strong>mos explicar <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s extensiones<br />

<strong>de</strong>snudas <strong>de</strong> estas rocas en muchas partes <strong>de</strong>l mundo, si no es en <strong>la</strong> suposición<br />

<strong>de</strong> que han sido posteriormente <strong>de</strong>nudadas <strong>de</strong> todos los estratos<br />

que <strong>la</strong>s cubrían? Que existen estos gran<strong>de</strong>s territorios, es indudable.<br />

Humboldt <strong>de</strong>scribe <strong>la</strong> región granítica <strong>de</strong> Parima como diez y nueve veces,<br />

por lo menos, mayor que Suiza. Al sur <strong>de</strong>l Amazonas, Bone pinta un<br />

territorio compuesto <strong>de</strong> rocas <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza igu<strong>al</strong> a España, Francia,<br />

It<strong>al</strong>ia, parte <strong>de</strong> Alemania y <strong>la</strong>s Is<strong>la</strong>s Británicas juntas. Esta región no ha<br />

sido explorada cuidadosamente; pero, según testimonios concor<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

los viajeros, el área granítica es enorme; así, von Eschwege da un corte<br />

<strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>do <strong>de</strong> estas rocas, que, partiendo <strong>de</strong> Río <strong>de</strong> Janeiro, se extien<strong>de</strong><br />

260 mil<strong>la</strong>s geográficas, tierra a<strong>de</strong>ntro, en línea recta, y yo recorrí 150 mil<strong>la</strong>s<br />

en otra dirección, y no vi nada más que rocas graníticas. Examiné numerosos<br />

ejemp<strong>la</strong>res recogidos a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> costa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cerca <strong>de</strong><br />

Río <strong>de</strong> Janeiro hasta <strong>la</strong> <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong>l río <strong>de</strong> <strong>la</strong> P<strong>la</strong>ta, o sea una distancia<br />

<strong>de</strong> 1.100 mil<strong>la</strong>s geográficas, y todos ellos pertenecían a esta c<strong>la</strong>se<br />

<strong>de</strong> rocas. Tierra a<strong>de</strong>ntro, a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> norte <strong>de</strong>l río <strong>de</strong> <strong>la</strong> P<strong>la</strong>ta,<br />

no vi, aparte <strong>de</strong> capas mo<strong>de</strong>rnas terciarias, más que un pequeño manchón<br />

<strong>de</strong> rocas ligeramente metamórficas, que pudieron haber formado<br />

parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> cubierta primitiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s series graníticas. Fijándonos. en una<br />

región bien conocida, en los Estados Unidos y Canadá, según se ve en el<br />

hermoso mapa <strong>de</strong>l profesor H. D. Rogers, he v<strong>al</strong>uado <strong>la</strong>s expansiones, recortándo<strong>la</strong>s<br />

y pesando el papel, y he encontrado, que <strong>la</strong>s rocas graníticas<br />

y metamórficas -excluyendo <strong>la</strong>s semimetamórficas- exce<strong>de</strong>n, en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> 19 a 12,5, <strong>al</strong> conjunto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones p<strong>al</strong>eozoicas superiores.<br />

En muchas regiones se encontraría que <strong>la</strong>s rocas metamórficas y graníticas<br />

están mucho más extendidas <strong>de</strong> lo que parece, si se quitasen todas <strong>la</strong>s<br />

capas sedimentarias que están sobre el<strong>la</strong>s discordantes, y que no pudieron<br />

formar parte <strong>de</strong>l manto primitivo bajo el cu<strong>al</strong> aquél<strong>la</strong>s crist<strong>al</strong>izaron.<br />

Por consiguiente, es probable que, en <strong>al</strong>gunas partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, formaciones<br />

enteras hayan sido completamente <strong>de</strong>nudadas sin que haya quedado<br />

ni un vestigio.<br />

Hay una observación que merece mencionarse <strong>de</strong> pasada. Durante los<br />

períodos <strong>de</strong> elevación, aumentará <strong>la</strong> extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes<br />

adyacentes <strong>de</strong> mar muy poco profundas, y muchas veces se formarán<br />

nuevas estaciones, circunstancias todas el<strong>la</strong>s favorables, como antes se<br />

explicó, para <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> nuevas especies y varieda<strong>de</strong>s; pero durante<br />

estos períodos habrá gener<strong>al</strong>mente un b<strong>la</strong>nco en los registros geológicos.<br />

295


Por el contrario, durante los movimientos <strong>de</strong> hundimiento, <strong>la</strong> superficie<br />

habitada y el número <strong>de</strong> habitantes disminuirán -excepto en <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong><br />

un continente <strong>al</strong> romperse, formando un archipié<strong>la</strong>go- y, por consiguiente,<br />

durante el hundimiento, aunque habrá muchas extinciones, se formarán<br />

pocas varieda<strong>de</strong>s y especies nuevas, y precisamente durante estos<br />

mismos períodos <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión es cuando se han acumu<strong>la</strong>do los <strong>de</strong>pósitos<br />

que son más ricos en fósiles.<br />

Ausencia <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s intermedias numerosas en cada formación<br />

separada<br />

Por estas diferentes consi<strong>de</strong>raciones resulta indudable que los registros<br />

geológicos, consi<strong>de</strong>rados en conjunto, son sumamente imperfectos;<br />

pero, si limitamos nuestra atención a una formación, es mucho más difícil<br />

compren<strong>de</strong>r por qué no encontramos en el<strong>la</strong> series gradu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

entre <strong>la</strong>s especies afines que vivieron <strong>al</strong> principio y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

formación. Se han <strong>de</strong>scrito diferentes casos <strong>de</strong> una misma especie que<br />

presenta varieda<strong>de</strong>s en <strong>la</strong>s partes superiores e inferiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación;<br />

así, Trautschold cita varios ejemplos <strong>de</strong> Ammonites, y también<br />

Hilgendorf ha <strong>de</strong>scrito un caso curiosísimo <strong>de</strong> diez formas gradu<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

P<strong>la</strong>norbis multiformis en <strong>la</strong>s capas sucesivas <strong>de</strong> una formación <strong>de</strong> agua<br />

dulce <strong>de</strong> Suiza. Aun cuando cada formación ha requerido, indiscutiblemente,<br />

un número grandísimo <strong>de</strong> años para su <strong>de</strong>pósito, pue<strong>de</strong>n darse<br />

diferentes razones <strong>de</strong> por qué comúnmente cada formación no ha <strong>de</strong><br />

compren<strong>de</strong>r una serie gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> es<strong>la</strong>bones entre <strong>la</strong>s especies que vivieron<br />

<strong>al</strong> principio y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong>, aunque no pueda <strong>de</strong>terminar yo el <strong>de</strong>bido v<strong>al</strong>or<br />

re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>raciones siguientes.<br />

Aun cuando cada formación tiene que exigir un <strong>la</strong>pso <strong>de</strong> años grandísimo,<br />

probablemente cada formación es corta comparada con el período<br />

requerido para que una especie se transforme en otra. Ya sé que dos p<strong>al</strong>eontólogos,<br />

cuyas opiniones son dignas <strong>de</strong>l mayor respeto, Bronn y Woodward,<br />

han llegado a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que el promedio <strong>de</strong> duración <strong>de</strong><br />

cada formación es igu<strong>al</strong> a dos o tres veces el promedio <strong>de</strong> duración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

formas específicas; pero dificulta<strong>de</strong>s insuperables, a mi parecer, nos impi<strong>de</strong>n<br />

llegar a una conclusión justa sobre este punto. Cuando vemos que<br />

una especie aparece por vez primera en medio <strong>de</strong> una formación cu<strong>al</strong>quiera,<br />

sería en extremo temerario <strong>de</strong>ducir que esta especie había no existido<br />

anteriormente en parte <strong>al</strong>guna; y, <strong>de</strong>l mismo modo, cuando vemos<br />

que una especie <strong>de</strong>saparece antes <strong>de</strong> que se hayan <strong>de</strong>positado <strong>la</strong>s últimas<br />

capas,sería igu<strong>al</strong>mente temerario suponer que <strong>la</strong> especie se extinguió entonces.<br />

Olvidamos lo pequeño <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> Europa, comparada<br />

296


con el resto <strong>de</strong>l mundo, y que los diferentes pisos <strong>de</strong> una misma formación<br />

no han sido tampoco corre<strong>la</strong>tivos en toda Europa con completa<br />

exactitud.<br />

Po<strong>de</strong>mos seguramente presumir que en los anim<strong>al</strong>es marinos <strong>de</strong> todas<br />

c<strong>la</strong>ses ha habido mucha emigración, <strong>de</strong>bida a cambios <strong>de</strong> clima u otros, y<br />

cuando vemos una especie que aparece por vez primera en una formación,<br />

lo probable es que simplemente emigró entonces por vez primera a<br />

aquel territorio. Es bien sabido, por ejemplo, que diferentes especies aparecieron<br />

un poco antes en <strong>la</strong>s capas p<strong>al</strong>eozoicas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte<br />

que en <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Europa, evi<strong>de</strong>ntemente, por haberse requerido tiempo para<br />

su emigración <strong>de</strong> los mares <strong>de</strong> América a los <strong>de</strong> Europa. Examinando los<br />

<strong>de</strong>pósitos más recientes en <strong>la</strong>s diferentes regiones <strong>de</strong>l mundo, se ha observado,<br />

en todas partes, que un corto número <strong>de</strong> especies todavía vivientes<br />

son comunes en un <strong>de</strong>pósito, pero se han extinguido en el mar<br />

contiguo; o, <strong>al</strong> revés, que <strong>al</strong>gunas abundan ahora en el mar vecino, pero<br />

son raras o f<strong>al</strong>tan en aquel <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>terminado. Es una excelente lección<br />

reflexionar acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> comprobada e importante migración <strong>de</strong> los<br />

habitantes <strong>de</strong> Europa durante <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>, que forma sólo una parte<br />

<strong>de</strong> un período geológico, e igu<strong>al</strong>mente reflexionar acerca <strong>de</strong> los cambios<br />

<strong>de</strong> nivel, <strong>de</strong>l cambio extremo <strong>de</strong>l clima y <strong>de</strong>l <strong>la</strong>rgo tiempo transcurrido,<br />

todo ello comprendido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>. Se pue<strong>de</strong>, sin<br />

embargo, dudar <strong>de</strong> que en <strong>al</strong>guna parte <strong>de</strong>l mundo se han ido acumu<strong>la</strong>ndo<br />

continuamente, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los mismos límites, durante todo este período,<br />

<strong>de</strong>pósitos sedimentarios, que comprendan restos fósiles. No es probable,<br />

por ejemplo, que se <strong>de</strong>positasen, durante todo el período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>,<br />

sedimentos cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca <strong>de</strong>l Misisipí, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> profundidad<br />

entre los que pue<strong>de</strong>n prosperar más los anim<strong>al</strong>es marinos; pues<br />

sabemos que, durante este espacio <strong>de</strong> tiempo, ocurrieron gran<strong>de</strong>s cambios<br />

geológicos en otras partes <strong>de</strong> América. Cuando se hayan levantado<br />

capas como <strong>la</strong>s que se <strong>de</strong>positaron durante una parte <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>,<br />

en aguas poco profundas cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca <strong>de</strong>l Misisipí, los restos orgánicos<br />

probablemente aparecerán y <strong>de</strong>saparecerán en diferentes niveles, <strong>de</strong>bido<br />

a migraciones <strong>de</strong> especies y a cambios geográficos; y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> muchísimo<br />

tiempo, un geólogo, examinando estas capas, estaría tentado <strong>de</strong><br />

sacar en conclusión que el promedio <strong>de</strong> <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

fósiles enterradas ha sido menor que <strong>la</strong> duración <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>,<br />

mientras que en re<strong>al</strong>idad ha sido mucho mayor, pues se ha extendido<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong> hasta el día <strong>de</strong> hoy.<br />

Para que se logre una gradación perfecta entre dos formas, una <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

parte superior y otra <strong>de</strong> <strong>la</strong> inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación, el <strong>de</strong>pósito<br />

297


tiene que haberse ido acumu<strong>la</strong>ndo continuamente durante un <strong>la</strong>rgo período,<br />

suficiente para el lento proceso <strong>de</strong> modificación; por consiguiente;<br />

el <strong>de</strong>pósito tiene que ser muy grueso y <strong>la</strong> especie que experimenta el<br />

cambio tiene que haber vivido durante todo el tiempo en <strong>la</strong> misma región.<br />

Pero hemos visto que una formación potente, fosílera en todo su<br />

grosor,pue<strong>de</strong> sólo acumu<strong>la</strong>rse durante un período <strong>de</strong> hundimiento y, para<br />

que se conserve aproximadamente igu<strong>al</strong> <strong>la</strong> profundidad necesaria para<br />

que una misma especie marina pueda vivir en el mismo lugar, <strong>la</strong> cantidad<br />

<strong>de</strong> sedimento acarreado tiene necesariamente que compensar <strong>la</strong> intensidad<br />

<strong>de</strong>l hundimiento. Pero este mismo movimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión<br />

ten<strong>de</strong>rá a sumergir el territorio <strong>de</strong> que proviene el sedimento y, <strong>de</strong> este<br />

modo, a disminuir <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> sedimento, mientras continúe el movimiento<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso. De hecho, este equilibrio casi perfecto entre <strong>la</strong> cantidad<br />

<strong>de</strong> sedimento acarreado y <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l hundimiento es probablemente<br />

una eventu<strong>al</strong>idad rara, pues ha sido observado por más <strong>de</strong> un<br />

p<strong>al</strong>eontólogo que los <strong>de</strong>pósitos muy gruesos son comúnmente muy pobres<br />

en fósiles, excepto cerca <strong>de</strong> su límite superior o inferior.<br />

Se diría que cada formación separada, lo mismo que <strong>la</strong> serie entera <strong>de</strong><br />

formaciones <strong>de</strong> un país, ha sido, por lo gener<strong>al</strong>, intermitente en su acumu<strong>la</strong>ción.<br />

Cuando vemos, como ocurre muchas veces, una formación<br />

constituida por capas <strong>de</strong> composición química muy diferente, po<strong>de</strong>mos<br />

razonablemente sospechar que el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito ha estado más o<br />

menos interrumpido. La inspección más minuciosa <strong>de</strong> una formación<br />

tampoco nos da i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l tiempo que pue<strong>de</strong> haber invertido su sedimentación.<br />

Podrían citarse muchos casos <strong>de</strong> capas, <strong>de</strong> sólo unos pocos pies<br />

<strong>de</strong> grueso, que representan formaciones que en cu<strong>al</strong>quier otra parte tienen<br />

miles <strong>de</strong> pies <strong>de</strong> grosor, y que tienen que haber exigido un período<br />

enorme para su acumu<strong>la</strong>ción; y, sin embargo, nadie que ignorase este hecho<br />

habría ni siquiera sospechado el <strong>la</strong>rguísimo espacio <strong>de</strong> tiempo representado<br />

por aquel<strong>la</strong> formación tan <strong>de</strong>lgada. Muchos casos podrían citarse<br />

en que <strong>la</strong>s capas superiores <strong>de</strong> una formación se han levantado, han<br />

sido <strong>de</strong>nudadas, se han sumergido y luego han sido cubiertas por <strong>la</strong>s capas<br />

superiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación, hechos que muestran qué espacios<br />

<strong>de</strong> tiempo tan gran<strong>de</strong>s -y sin embargo fáciles <strong>de</strong> pasar inadvertidoshan<br />

transcurrido en su acumu<strong>la</strong>ción. En los gran<strong>de</strong>s árboles fosilizados<br />

que se conservan todavía en pie, como cuando vivían, tenemos en otros<br />

casos <strong>la</strong> prueba más evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> muchos <strong>la</strong>rguísimos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo<br />

y <strong>de</strong> cambios <strong>de</strong> nivel durante el proceso <strong>de</strong> sedimentación, que no se<br />

hubieran sospechado si no se hubiesen conservado los árboles: así, sir C.<br />

Lyell y el doctor Dawson encontraron en Nueva Escocia capas<br />

298


carboníferas <strong>de</strong> 1.400 pies <strong>de</strong> grueso, con estratos antiguos que contenían<br />

raíces, unas encima <strong>de</strong> otras, en sesenta y ocho niveles distintos por lo<br />

menos. Por consiguiente, cuando una misma especie se presenta en <strong>la</strong> base,<br />

en el medio y en lo <strong>al</strong>to <strong>de</strong> una formación, es probable que no haya vivido<br />

en el mismo sitio durante todo el período <strong>de</strong> sedimentación, sino<br />

que haya <strong>de</strong>saparecido y reaparecido quizá muchas veces en el mismo<br />

período geológico. Por tanto, si <strong>la</strong> especie hubo <strong>de</strong> experimentar modificaciones<br />

consi<strong>de</strong>rables durante <strong>la</strong> sedimentación <strong>de</strong> una formación geológíca,<br />

un corte no tendría que compren<strong>de</strong>r todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>licadas gradaciones<br />

intermedias que, según nuestra teoría, tuvieron que haber existido,<br />

sino cambios <strong>de</strong> forma bruscos, aunque quizá ligeros.<br />

Es importantísimo recordar que los natur<strong>al</strong>istas no tienen una reg<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

oro para distinguir <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s; conce<strong>de</strong>n cierta pequeña<br />

variabilidad a todas <strong>la</strong>s especies; pero, cuando se encuentran con una<br />

diferencia <strong>al</strong>go mayor entre dos formas cu<strong>al</strong>esquiera, <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>ran ambas<br />

como especies, a menos que sean capaces <strong>de</strong> en<strong>la</strong>zar<strong>la</strong>s mediante<br />

gradaciones intermedias muy próximas, y esto, por <strong>la</strong>s razones que se<br />

acaban <strong>de</strong> seña<strong>la</strong>r, pocas veces po<strong>de</strong>mos esperar efectuarlo en un corte<br />

geológico. Suponiendo que B y C sean dos especies y A una tercera que<br />

se encuentre en una capa subyacente, aun cuando fuese exactamente intermedia<br />

entre B y C, sería consi<strong>de</strong>rada simplemente como una tercera<br />

especie distinta, a menos que <strong>al</strong> mismo tiempo estuviese estrechamente<br />

en<strong>la</strong>zada por varieda<strong>de</strong>s intermedias, ya con una, ya con varias formas.<br />

Tampoco hay que olvidar, como antes se explicó, que A pudo ser el verda<strong>de</strong>ro<br />

progenitor <strong>de</strong> B y C, y, sin embargo, no habría <strong>de</strong> ser por necesidad<br />

rigurosamente intermedio entre el<strong>la</strong>s por todos conceptos. De modo<br />

que podríamos encontrar <strong>la</strong> especie madre y sus varios <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados en <strong>la</strong>s capas superiores e inferiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación,<br />

y, a menos <strong>de</strong> encontrar numerosas gradaciones <strong>de</strong> transición, no reconoceríamos<br />

su parentesco <strong>de</strong> consanguinidad, y <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>raríamos, por<br />

consiguiente, como especies distintas.<br />

Es notorio lo extraordinariamente pequeñas que son <strong>la</strong>s diferencias sobre<br />

<strong>la</strong>s que muchos p<strong>al</strong>eontólogos han fundado sus especies, y hacen esto<br />

tanto más fácilmente si los ejemp<strong>la</strong>res provienen <strong>de</strong> diferentes subpisos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación. Algunos conquiliólogos experimentados están<br />

ahora rebajando a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hermosísimas<br />

especies <strong>de</strong> D'Orbigny y otros autores, y en este criterio encontramos<br />

<strong>la</strong> prueba <strong>de</strong> <strong>la</strong>s transformaciones que, según <strong>la</strong> teoría, teníamos que<br />

encontrar. Consi<strong>de</strong>remos, a<strong>de</strong>más, los <strong>de</strong>pósitos terciarios más recientes,<br />

que encierran muchos moluscos consi<strong>de</strong>rados por <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los<br />

299


natur<strong>al</strong>istas como idénticos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes; pero, <strong>al</strong>gunos excelentes<br />

natur<strong>al</strong>istas, como Agassiz y Pictet, sostienen que todas estas especies<br />

terciarias son específicamente distintas, aun cuando admiten que <strong>la</strong><br />

diferencia es muy pequeña; <strong>de</strong> modo que en este caso tenemos <strong>la</strong> prueba<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> frecuente existencia <strong>de</strong> ligeras modificaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza requerida,<br />

a menos que creamos que estos eminentes natur<strong>al</strong>istas han sido<br />

extraviados por su imaginación, y que estas especies <strong>de</strong>l terciario superior<br />

no presentan re<strong>al</strong>mente diferencia <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> sus especies representativas<br />

vivientes, o a menos que admitamos, en contra <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas, que estas especies terciarias son todas re<strong>al</strong>mente<br />

distintas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mo<strong>de</strong>rnas. Si consi<strong>de</strong>ramos espacios <strong>de</strong> tiempo<br />

<strong>al</strong>go mayores, como los pisos distintos, pero consecutivos, <strong>de</strong> una misma<br />

formación gran<strong>de</strong>, encontramos que los fósiles en ellos enterrados, aunque<br />

c<strong>la</strong>sificados univers<strong>al</strong>mente como especies diferentes, son, sin embargo,<br />

mucho más afines entre sí que <strong>la</strong>s especies que se encuentran en formaciones<br />

mucho más separadas; <strong>de</strong> modo que aquí tenemos también pruebas<br />

indudables <strong>de</strong> cambios en el sentido exigido por mi teoría; pero<br />

sobre este último punto he <strong>de</strong> insistir en el capítulo siguiente.<br />

En anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas que se propagan rápidamente y que no cambian<br />

mucho <strong>de</strong> lugar, hay razones para sospechar, como antes hemos visto,<br />

que sus varieda<strong>de</strong>s gener<strong>al</strong>mente son primero loc<strong>al</strong>es, y que estas varieda<strong>de</strong>s<br />

no se difun<strong>de</strong>n mucho ni sup<strong>la</strong>ntan a sus formas madres hasta que<br />

se han modificado y perfeccionado mucho. Según esta opinión, son pocas<br />

<strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir en una formación <strong>de</strong> un país cu<strong>al</strong>quiera<br />

todos los estados primeros <strong>de</strong> transición entre dos formas; pues se<br />

supone que los cambios sucesivos han sido loc<strong>al</strong>es o confinados a un lugar<br />

<strong>de</strong>terminado. La mayor parte <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es marinos tienen un área<br />

<strong>de</strong> dispersión gran<strong>de</strong>, y hemos visto que, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>la</strong>s que tienen<br />

mayor área <strong>de</strong> dispersión son <strong>la</strong>s que con más frecuencia presentan varieda<strong>de</strong>s;<br />

<strong>de</strong> modo que en los moluscos y otros anim<strong>al</strong>es marinos es probable<br />

que los que tuvieron el área <strong>de</strong> dispersión mayor, excediendo en<br />

mucho <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones geológicas conocidas en Europa,<br />

sean los que con más frecuencia hayan dado origen, primero, a varieda<strong>de</strong>s<br />

loc<strong>al</strong>es y, fin<strong>al</strong>mente, a nuevas especies, y esto también disminuiría<br />

mucho <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que podamos ir siguiendo <strong>la</strong>s fases <strong>de</strong> transición<br />

en una formación geológica.<br />

<strong>El</strong> doctor F<strong>al</strong>coner ha insistido recientemente en una consi<strong>de</strong>ración<br />

más importante, que lleva <strong>al</strong> mismo resultado, y es que el período durante<br />

el cu<strong>al</strong> una especie experimentó modificaciones, aunque <strong>la</strong>rgo, si se<br />

300


mi<strong>de</strong> por años, fue probablemente corto en comparación con el período<br />

durante el cu<strong>al</strong> permaneció sin experimentar cambio <strong>al</strong>guno.<br />

No <strong>de</strong>biera olvidarse que actu<strong>al</strong>mente, con ejemp<strong>la</strong>res perfectos para<br />

estudio, rara vez pue<strong>de</strong>n dos formas ser en<strong>la</strong>zadas por varieda<strong>de</strong>s intermedias<br />

y probarse <strong>de</strong> este modo que son <strong>la</strong> misma especie hasta que se<br />

recogen muchos ejemp<strong>la</strong>res proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> muchas loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s, y en <strong>la</strong>s<br />

especies fósiles esto raras veces pue<strong>de</strong> hacerse. Quizá nos daremos mejor<br />

cuenta <strong>de</strong> que no po<strong>de</strong>mos en<strong>la</strong>zar <strong>la</strong>s especies por formas intermedias<br />

fósiles, numerosas y <strong>de</strong>licadamente gradu<strong>al</strong>es, preguntándonos, por<br />

ejemplo, si los geólogos <strong>de</strong> un período futuro serán capaces <strong>de</strong> probar<br />

que nuestras diferentes razas <strong>de</strong> ganado vacuno, ovejas, cab<strong>al</strong>los y perros,<br />

han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> un solo tronco o <strong>de</strong> diferentes troncos primitivos;<br />

y también si ciertos moluscos marinos que viven en <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Norte, y que unos conquiliólogos consi<strong>de</strong>ran como especies<br />

distintas <strong>de</strong> sus representantes europeos y otros sólo como varieda<strong>de</strong>s,<br />

son re<strong>al</strong>mente varieda<strong>de</strong>s o son lo que se dice específicamente distintos.<br />

Esto, los geólogos veni<strong>de</strong>ros sólo podrían hacerlo <strong>de</strong>scubriendo en estado<br />

fósil numerosas gradaciones intermedias, y el lograrlo es sumamente<br />

improbable.<br />

Se ha afirmado también hasta <strong>la</strong> saciedad, por autores que creen en <strong>la</strong><br />

inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, que <strong>la</strong> Geología no da ninguna forma <strong>de</strong><br />

transición. Esta afirmación, según veremos en el capítulo próximo, es<br />

ciertamente errónea. Como sir J. Lubbock ha hecho observar, «cada especie<br />

es un es<strong>la</strong>bón entre otras especies afines». Si tomamos un género que<br />

tenga una veintena <strong>de</strong> especies vivientes y extinguidas, y <strong>de</strong>struimos<br />

cuatro quintas partes <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, nadie dudará que <strong>la</strong>s restantes quedarán<br />

mucho más distintas entre sí. Si ocurre que <strong>la</strong>s formas extremas <strong>de</strong>l género<br />

han sido <strong>de</strong>struídas <strong>de</strong> este modo, el género se quedará más separado<br />

<strong>de</strong> los otros géneros afines. Lo que <strong>la</strong>s investigaciones geológicas no han<br />

reve<strong>la</strong>do es <strong>la</strong> existencia anterior <strong>de</strong> gradaciones infinitamente numerosas,<br />

tan <strong>de</strong>licadas como <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s actu<strong>al</strong>es, que en<strong>la</strong>cen casi todas<br />

<strong>la</strong>s especies vivientes y extinguidas. Pero esto no <strong>de</strong>bía esperarse, y, sin<br />

embargo, ha sido propuesto reiteradamente, como una objeción gravísima<br />

contra mis opiniones.<br />

V<strong>al</strong>drá <strong>la</strong> pena <strong>de</strong> resumir en un ejemplo imaginario <strong>la</strong>s observaciones<br />

prece<strong>de</strong>ntes acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s causas <strong>de</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos.<br />

<strong>El</strong> Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo tiene aproximadamente el tamaño <strong>de</strong> Europa,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cabo Norte <strong>al</strong> Mediterráneo y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra a Rusia, y,<br />

por consiguiente, equiv<strong>al</strong>e a todas <strong>la</strong>s formaciones geológicas que han sido<br />

examinadas con <strong>al</strong>gún cuidado, excepto <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />

301


Estoy conforme por completo con míster Godwin-Austen en que <strong>la</strong> disposición<br />

actu<strong>al</strong> <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, con sus numerosas is<strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s,<br />

separadas por mares anchos y poco profundos, representa probablemente<br />

el estado antiguo <strong>de</strong> Europa, cuando se acumu<strong>la</strong>ron <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> nuestras formaciones. <strong>El</strong> Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo es una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones<br />

más ricas en seres orgánicos, y, sin embargo, aunque se recolectasen<br />

todas <strong>la</strong>s especies que han vivido <strong>al</strong>lí en todo tiempo, ¡qué imperfectamente<br />

representarían <strong>la</strong> Historia Natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>l mundo!<br />

Pero tenemos toda c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> razones para creer que <strong>la</strong>s producciones terrestres<br />

<strong>de</strong> aquel archipié<strong>la</strong>go tienen que conservarse <strong>de</strong> un modo muy<br />

imperfecto en <strong>la</strong>s formaciones que suponemos que se están acumu<strong>la</strong>ndo<br />

<strong>al</strong>lí. Tampoco han <strong>de</strong> quedar enterrados en <strong>la</strong>s formaciones muchos <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es litor<strong>al</strong>es o <strong>de</strong> los que vivieron en rocas submarinas <strong>de</strong>snudas,<br />

y los enterrados entre cascajo o arena no han <strong>de</strong> resistir hasta una é-<br />

poca remota. Don<strong>de</strong>quiera que los sedimentos no se acumu<strong>la</strong>ron en el<br />

fondo <strong>de</strong>l mar o no lo hicieron con <strong>la</strong> rapi<strong>de</strong>z suficiente para proteger los<br />

cuerpos orgánicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción, no pudieron conservarse restos.<br />

Formaciones ricas en fósiles <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses, <strong>de</strong> grosor suficiente para<br />

persistir hasta una edad tan distante en lo futuro como lo son <strong>la</strong>s formaciones<br />

secundarias en el pasado, gener<strong>al</strong>mente sólo tienen que formarse<br />

en el Archipié<strong>la</strong>go durante períodos <strong>de</strong> hundimiento <strong>de</strong>l suelo. Estos<br />

períodos <strong>de</strong> hundimiento han <strong>de</strong> estar separados entre sí por espacios<br />

inmensos <strong>de</strong> tiempo, durante los cu<strong>al</strong>es el territorio estaría fijo o se levantaría;<br />

y mientras se levantase <strong>la</strong>s formaciones fosilíferas tendrían que<br />

ser <strong>de</strong>struídas en <strong>la</strong>s costas más escarpadas casi tan pronto como se acumu<strong>la</strong>sen,<br />

por <strong>la</strong> incesante acción costera, como lo vemos ahora en <strong>la</strong>s costas<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. Incluso en los mares extensos y <strong>de</strong> poco fondo<br />

<strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, durante los períodos <strong>de</strong> elevación, <strong>la</strong>s capas sedimentarias<br />

difícilmente podrían acumu<strong>la</strong>rse en gran grosor, ni ser cubiertas<br />

ni protegidas por <strong>de</strong>pósitos subsiguientes, <strong>de</strong> modo que tuviesen<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> resistir hasta un tiempo futuro muy lejano. En los períodos<br />

<strong>de</strong> hundimiento <strong>de</strong>l suelo, probablemente se extinguirían muchas<br />

formas vivientes; durante los períodos <strong>de</strong> elevación tendría que haber<br />

mucha variación; pero los registros geológicos serían entonces menos<br />

perfectos.<br />

Pue<strong>de</strong> dudarse <strong>de</strong> si <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s períodos<br />

<strong>de</strong> hundimiento <strong>de</strong> todo o <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go, acompañado <strong>de</strong><br />

una acumu<strong>la</strong>ción simultánea <strong>de</strong> sedimento, ha <strong>de</strong> exce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l promedio<br />

<strong>de</strong> duración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas formas específicas, y estas circunstancias son<br />

indispensables para <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s formas gradu<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

302


transición entre dos o más especies. Si estas gradaciones no se conservaron<br />

todas por completo, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> transición aparecerían tan sólo<br />

como otras tantas especies nuevas, aunque muy próximas. Es también<br />

probable que cada período gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> hundimiento estuviese interrumpido<br />

por osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel y que ocurriesen pequeños cambios <strong>de</strong> clima<br />

durante estos <strong>la</strong>rgos períodos, y, en estos casos, los habitantes <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go<br />

Ma<strong>la</strong>yo emigrarían, y no se podría conservar en ninguna formación<br />

un registro seguido <strong>de</strong> sus modificaciones.<br />

Muchísimos <strong>de</strong> los seres marinos que viven en el Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo<br />

se extien<strong>de</strong>n actu<strong>al</strong>mente a miles <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> sus límites, y <strong>la</strong><br />

an<strong>al</strong>ogía conduce c<strong>la</strong>ramente a <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que estas especies <strong>de</strong> gran<br />

distribución geográfica -aunque sólo <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s- tendrían que ser<br />

princip<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s que con más frecuencia produjesen varieda<strong>de</strong>s nuevas;<br />

y estas varieda<strong>de</strong>s <strong>al</strong> principio serían loc<strong>al</strong>es, o limitadas a un lugar;<br />

pero si poseían <strong>al</strong>guna ventaja <strong>de</strong>cisiva o si se modificaban o perfeccionaban<br />

más, se difundirían lentamente y sup<strong>la</strong>ntarían a sus formas madres.<br />

Cuando estas varieda<strong>de</strong>s volviesen a sus loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s antiguas, como<br />

diferirían <strong>de</strong> su estado anterior en grado casi igu<strong>al</strong>, aunque quizá pequeñísimo,<br />

y como se <strong>la</strong>s encontraría enterradas en subpisos poco diferentes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación, serían consi<strong>de</strong>radas, según los principios<br />

seguidos por muchos p<strong>al</strong>eontólogos, como especies nuevas y distintas.<br />

Por consiguiente, si hay <strong>al</strong>go <strong>de</strong> verdad en estas observaciones, no tenemos<br />

<strong>de</strong>recho a esperar encontrar en nuestras formaciones geológicas<br />

un número infinito <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s <strong>de</strong>licadas formas <strong>de</strong> transición que, según<br />

nuestra teoría, han reunido todas <strong>la</strong>s especies pasadas y presentes <strong>de</strong>l<br />

grupo <strong>de</strong> una <strong>la</strong>rga y ramificada ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> vida. Debemos buscar tan sólo<br />

<strong>al</strong>gunos es<strong>la</strong>bones, y ciertamente los encontramos, unos más distantes,<br />

otros más próximos, y estos es<strong>la</strong>bones, por muy próximos que sean, si se<br />

encuentran en pisos diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma formación, serán consi<strong>de</strong>rados<br />

por muchos p<strong>al</strong>eontólogos como especies distintas. No pretendo, sin<br />

embargo, que hubiese yo sospechado nunca lo pobres que eran los registros<br />

geológicos en <strong>la</strong>s formaciones mejor conservadas, si <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong><br />

innumerables formas <strong>de</strong> transición entre <strong>la</strong>s especies que vivieron <strong>al</strong><br />

principio <strong>de</strong> cada formación y <strong>la</strong>s que vivieron <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> no hubiese sido<br />

tan contraria a mi teoría.<br />

Aparición súbita <strong>de</strong> grupos enteros <strong>de</strong> especies afines<br />

La manera brusca como grupos enteros <strong>de</strong> especies aparecen súbitamente<br />

en ciertas formaciones, ha sido presentada por varios<br />

303


p<strong>al</strong>eontólogos -por ejemplo, por Agassiz, Pictet y Sedgwick- como una<br />

objeción fat<strong>al</strong> para mi teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> transformación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Si re<strong>al</strong>mente<br />

numerosas especies pertenecientes a los mismos géneros y familias<br />

han entrado en <strong>la</strong> vida simultáneamente, el hecho tiene que ser fat<strong>al</strong><br />

para <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> evolución mediante selección natur<strong>al</strong>, pues el <strong>de</strong>sarrollo<br />

por este medio <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> especies, <strong>de</strong>scendientes todas <strong>de</strong><br />

una especie progenitora, tuvo que haber sido un proceso lento, y los progenitores<br />

tuvieron que haber vivido mucho antes que sus <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados. Pero <strong>de</strong> continuo exageramos <strong>la</strong> perfección <strong>de</strong> los registros<br />

geológicos, y <strong>de</strong>ducimos erróneamente que, porque ciertos géneros o familias<br />

no han sido encontrados por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> un piso dado, estos géneros<br />

o familias no existieron antes <strong>de</strong> este piso. Siempre se pue<strong>de</strong> dar crédito<br />

a <strong>la</strong>s pruebas p<strong>al</strong>eontológicas positivas; <strong>la</strong>s pruebas negativas no tienen<br />

v<strong>al</strong>or <strong>al</strong>guno, como tantas veces ha <strong>de</strong>mostrado <strong>la</strong> experiencia. De<br />

continuo olvidamos lo gran<strong>de</strong> que es el mundo comparado con <strong>la</strong> extensión<br />

en que han sido cuidadosamente examinadas <strong>la</strong>s formaciones geológicas;<br />

olvidamos que pue<strong>de</strong>n haber existido durante mucho tiempo, en<br />

un sitio, grupos <strong>de</strong> especies, y haberse multiplicado lentamente antes <strong>de</strong><br />

invadir los antiguos archipié<strong>la</strong>gos <strong>de</strong> Europa y <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />

No nos hacemos el cargo <strong>de</strong>bido <strong>de</strong>l tiempo que ha transcurrido entre<br />

nuestras formaciones sucesivas, más <strong>la</strong>rgo quizá, en muchos casos, que<br />

el requerido para <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> cada formación. Estos interv<strong>al</strong>os habrán<br />

dado tiempo para <strong>la</strong> multiplicación <strong>de</strong> especies proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna<br />

o <strong>al</strong>gunas formas madres, y, en <strong>la</strong> formación siguiente, estos grupos<br />

o especies aparecerán como creados súbitamente.<br />

He <strong>de</strong> recordar aquí una observación hecha anteriormente, o sea que<br />

<strong>de</strong>bió ser preciso un tiempo enorme para adaptar un organismo a <strong>al</strong>gún<br />

modo nuevo y peculiar <strong>de</strong> vida -por ejemplo, a vo<strong>la</strong>r por el aire- y, por<br />

consiguiente, que <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> transición con frecuencia quedarían durante<br />

mucho tiempo limitadas a una región; pero que, una vez que esta<br />

adaptación se efectuó y <strong>al</strong>gunas especies hubieron adquirido así una<br />

gran ventaja sobre otros organismos, sería necesario un espacio <strong>de</strong> tiempo<br />

re<strong>la</strong>tivamente corto para producir muchas formas divergentes, que se<br />

dispersarían rápidamente por todo el mundo. <strong>El</strong> profesor Pictet, en su<br />

excelente critica <strong>de</strong> esta obra, <strong>al</strong> tratar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras formas <strong>de</strong> transición,<br />

y tomando como ejemplo <strong>la</strong>s aves, no pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r cómo pudieron<br />

ser <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna ventaja <strong>la</strong>s modificaciones sucesivas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s miembros<br />

anteriores <strong>de</strong> un prototipo imaginario. Pero consi<strong>de</strong>remos los pájaros<br />

bobos <strong>de</strong>l Océano Antártico. ¿No tienen estas aves sus miembros anteriores<br />

precisamente en el estado intermedio, en que no son «ni<br />

304


verda<strong>de</strong>ros brazos y ni verda<strong>de</strong>ras a<strong>la</strong>s»? Y, sin embargo, estas aves conservan<br />

victoriosamente su lugar en <strong>la</strong> bat<strong>al</strong><strong>la</strong> por <strong>la</strong> vida, pues existen en<br />

infinito número y <strong>de</strong> varias c<strong>la</strong>ses. No supongo que, en este caso, tengamos<br />

a <strong>la</strong> vista los grados <strong>de</strong> transición re<strong>al</strong>es por los que han pasado <strong>la</strong>s<br />

a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves; pero ¿qué dificultad especi<strong>al</strong> existe en creer que podría<br />

aprovechar a los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong>l pájaro bobo el volverse,<br />

primero, capaz <strong>de</strong> moverse por <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l mar, batiéndo<strong>la</strong> con <strong>la</strong>s<br />

a<strong>la</strong>s, como el Micropterus <strong>de</strong> Eyton, y levantarse, por fin, <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie<br />

y <strong>de</strong>slizarse por el aire?<br />

Citaré ahora <strong>al</strong>gunos ejemplos para ac<strong>la</strong>rar <strong>la</strong>s observaciones prece<strong>de</strong>ntes<br />

y para <strong>de</strong>mostrar lo expuestos que estamos a error <strong>al</strong> suponer que<br />

grupos enteros <strong>de</strong> especies se hayan producido súbitamente. Aun en un<br />

interv<strong>al</strong>o tan corto como el que media entre <strong>la</strong> primera edición y <strong>la</strong> segunda<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> gran obra <strong>de</strong> P<strong>al</strong>eontología <strong>de</strong> Pictet, publicadas en 1844-46<br />

y en 1853-57, se han modificado mucho <strong>la</strong>s conclusiones sobre <strong>la</strong> primera<br />

aparición y <strong>la</strong> <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> diferentes grupos <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es, y una tercera<br />

edición exigiría todavía nuevas modificaciones. Debo recordar el hecho,<br />

bien conocido, <strong>de</strong> que en los tratados <strong>de</strong> Geología publicados no hace<br />

muchos años se hab<strong>la</strong>ba siempre <strong>de</strong> los mamíferos como habiéndose<br />

resentado bruscamente <strong>al</strong> comienzo <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie terciaria, y ahora uno <strong>de</strong><br />

los más ricos yacimientos conocidos <strong>de</strong> mamíferos fósiles pertenece a <strong>la</strong><br />

mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie secundaria, y se han <strong>de</strong>scubierto verda<strong>de</strong>ros mamíferos<br />

en <strong>la</strong> arenisca roja mo<strong>de</strong>rna casi <strong>al</strong> principio <strong>de</strong> esta gran serie. Cuvier<br />

acostumbraba a hacer <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que en ningún estrato terciario se<br />

presentaba ningún mono; pero actu<strong>al</strong>mente se han <strong>de</strong>scubierto especies<br />

extinguidas en <strong>la</strong> India, América <strong>de</strong>l Sur y en Europa, retrocediendo hasta<br />

el mioceno. Si no hubiese sido por <strong>la</strong> rara casu<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> conservarse<br />

<strong>la</strong>s pisadas en <strong>la</strong> arenisca roja mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> los Estados Unidos, ¿quién se<br />

hubiera aventurado a suponer que existieran durante aquel período hasta<br />

treinta especies, por lo menos, <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es parecidos a <strong>la</strong>s aves, <strong>al</strong>gunos<br />

<strong>de</strong> tamaño gigantesco? ¡Ni un fragmento <strong>de</strong> hueso se ha <strong>de</strong>scubierto<br />

en estas capas! No hace mucho tiempo, los p<strong>al</strong>eontólogos suponían que<br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se entera <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves había empezado a existir súbitamente durante<br />

el período mioceno; pero hoy sabemos, según <strong>la</strong> autoridad <strong>de</strong>l profesor<br />

Owen, que es seguro que durante <strong>la</strong> sedimentación <strong>de</strong> <strong>la</strong> arenisca ver<strong>de</strong><br />

superior vivió un ave, y, todavía más recientemente, ha sido <strong>de</strong>scubierta<br />

en <strong>la</strong>s pizarras oolíticas <strong>de</strong> Solenhofen <strong>la</strong> extraña ave Archeopteryx, con<br />

una <strong>la</strong>rga co<strong>la</strong> como <strong>de</strong> saurio, <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> lleva un par <strong>de</strong> plumas en cada articu<strong>la</strong>ción,<br />

y con <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s provistas <strong>de</strong> dos uñas libres. Difícilmente<br />

305


ningún <strong>de</strong>scubrimiento reciente <strong>de</strong>mostrará con más fuerza que éste lo<br />

poco que sabemos hasta ahora <strong>de</strong> los habitantes anteriores <strong>de</strong>l mundo.<br />

Puedo citar otro ejemplo, que me ha impresionado mucho, por haber<br />

ocurrido ante mis propios ojos. En una memoria sobre los cirripedos sesiles<br />

fósiles afirmé que, por el gran número <strong>de</strong> especies vivientes y fósiles<br />

terciar<strong>la</strong>s; por <strong>la</strong> extraordinaria abundancia <strong>de</strong> individuos <strong>de</strong> muchas especies<br />

en todo el mundo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones árticas hasta el Ecuador, que<br />

viven en diferentes zonas <strong>de</strong> profundidad, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los límites superiores<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s mareas hasta 50 brazas; por el modo perfecto como los ejemp<strong>la</strong>res<br />

se conservan en <strong>la</strong>s capas terciarias más antiguas; por <strong>la</strong> facilidad con<br />

que pue<strong>de</strong> ser reconocido hasta un pedazo <strong>de</strong> una v<strong>al</strong>va; por todas estas<br />

circunstancias juntas, sacaba yo <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, si los cirrípedos sesiles<br />

hubieran existido durante los períodos secundarios, seguramente se<br />

hubiesen conservado y hubiesen sido <strong>de</strong>scubiertos; y como no se había<br />

encontrado entonces ni una so<strong>la</strong> especie en capas <strong>de</strong> esta edad, llegaba a<br />

<strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que este gran grupo se había <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do súbitamente<br />

en el comienzo <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie terciaria. Esto era para mí una penosa contrariedad,<br />

pues constituía un ejemplo más <strong>de</strong> aparición brusca <strong>de</strong> un grupo<br />

gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> especies. Pero, apenas publicada mi obra, un hábil p<strong>al</strong>eontólogo,<br />

míster Bosquet, me envió un dibujo <strong>de</strong> un ejemp<strong>la</strong>r perfecto <strong>de</strong> un cirrípedo<br />

sesil inconfundible, que él mismo había sacado <strong>de</strong>l cretácico <strong>de</strong><br />

Bélgica; y, como para que el caso resultase lo más l<strong>la</strong>mativo posible, este<br />

cirrípedo, era un Chtham<strong>al</strong>us, género muy común, gran<strong>de</strong> y extendido<br />

por todas partes, <strong>de</strong>l que ni una so<strong>la</strong> especie se ha encontrado hasta ahora,<br />

ni siquiera en los estratos terciarios. Todavía más recientemente, un<br />

Pyrgoma, que pertenece a una subfamilia diferente <strong>de</strong> cirrípedos sesiles,<br />

ha sido <strong>de</strong>scubierto por míster Woodward en el cretácico superior; <strong>de</strong><br />

modo que actu<strong>al</strong>mente tenemos pruebas abundantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong><br />

este grupo <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es durante el período secundario.<br />

<strong>El</strong> caso <strong>de</strong> aparición aparentemente brusca <strong>de</strong> un grupo entero <strong>de</strong> especies,<br />

sobre el que con más frecuencia insisten los p<strong>al</strong>eontólogos, es el<br />

<strong>de</strong> los peces teleósteos en <strong>la</strong> base, según Agassiz, <strong>de</strong>l período cretácico.<br />

Este grupo compren<strong>de</strong> <strong>la</strong> gran mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies actu<strong>al</strong>es; pero<br />

ahora se admite gener<strong>al</strong>mente que ciertas formas jurásicas y triásicas son<br />

teleósteos, y hasta <strong>al</strong>gunas formas p<strong>al</strong>eozoicas han sido c<strong>la</strong>sificadas como<br />

t<strong>al</strong>es por una gran autoridad. Si los teleósteos hubieran aparecido re<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> pronto en el hemisferio norte, en el comienzo <strong>de</strong> <strong>la</strong> formación<br />

cretácica, el hecho hubiese sido notabilísimo, pero no hubiera constituido<br />

una dificultad insuperable, a menos que se pudiese <strong>de</strong>mostrar también<br />

que, en el mismo período, <strong>la</strong>s especies se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ron súbita y<br />

306


simultáneamente en otras partes <strong>de</strong>l mundo. Es casi superfluo hacer observar<br />

que apenas se conoce ningún pez fósil <strong>de</strong> países situados <strong>al</strong> sur<br />

<strong>de</strong>l ecuador, y, recorriendo <strong>la</strong> P<strong>al</strong>eontología <strong>de</strong> Pictet, se verá que <strong>de</strong> varias<br />

formaciones <strong>de</strong> Europa se conocen poquísimas especies. Algunas familias<br />

<strong>de</strong> peces tienen actu<strong>al</strong>mente una distribucíón geográfica limitada;<br />

los peces teleósteos pudieron haber tenido antiguamente una distribución<br />

igu<strong>al</strong>mente limitada y haberse extendido ampliamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do mucho en <strong>al</strong>gún mar. Tampoco tenemos <strong>de</strong>recho<br />

<strong>al</strong>guno a suponer que los mares <strong>de</strong>l mundo hayan estado siempre tan abiertos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Norte hasta el Sur como lo están ahora. Aun actu<strong>al</strong>mente,<br />

si el Archipie<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo se convirtiese en tierra firme, <strong>la</strong>s partes tropic<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong>l Océano Índico formarían un mar perfectamente cerrado, en el<br />

cu<strong>al</strong> podría multiplicarse cu<strong>al</strong>quier grupo importante <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es marinos,<br />

y permaneciendo <strong>al</strong>lí confinados hasta que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

llegasen a adaptarse a clima más frío y pudiesen dob<strong>la</strong>r los cabos <strong>de</strong>l sur<br />

<strong>de</strong> África y <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia, y <strong>de</strong> este modo llegar a otros mares distantes.<br />

Por estas consi<strong>de</strong>raciones, por nuestra ignorancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Geología <strong>de</strong><br />

otros paises más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> los confines <strong>de</strong> Europa y <strong>de</strong> los Estados Unidos,<br />

y por <strong>la</strong> revolución que han efectuado en nuestros conocimientos p<strong>al</strong>eontológicos<br />

los <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> los doce años últimos, me parece que<br />

casi es tan temerario dogmatizar sobre <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas<br />

en el mundo como lo seria para un natur<strong>al</strong>ista discutir sobre el número<br />

y distribución geográfica <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia cinco minutos<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>sembarcado en un punto estéril <strong>de</strong> este país.<br />

Sobre <strong>la</strong> aparición súbita <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> especies afines en los estratos<br />

fosilíferos inferiores que se conocen<br />

Se presenta aquí otra dificultad análoga mucho más grave. Me refiero<br />

a <strong>la</strong> manera como <strong>la</strong>s especies pertenecientes a varios <strong>de</strong> los princip<strong>al</strong>es<br />

grupos <strong>de</strong>l reino anim<strong>al</strong> aparecen súbitamente en <strong>la</strong>s rocas fosilíferas inferiores<br />

que se conocen. La mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razones que me han convencido<br />

<strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s especies vivientes <strong>de</strong>l mismo grupo <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> un solo progenitor se aplican con igu<strong>al</strong> fuerza a <strong>la</strong>s especies más antiguas<br />

conocidas. Por ejemplo: es indudable que todos los trilobites cámbricos<br />

y silúricos <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún crustáceo, que tuvo que haber vivido<br />

mucho antes <strong>de</strong> <strong>la</strong> edad cámbrica, y que probablemente <strong>de</strong>firió mucho<br />

<strong>de</strong> todos los anim<strong>al</strong>es conocidos. Algunos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es más antiguos,<br />

como los Nautilus, Lingu<strong>la</strong>, etc., no difieren mucho <strong>de</strong> especies vivientes,<br />

y, según nuestra teoria, no pue<strong>de</strong> suponerse que estas especies antiguas<br />

sean <strong>la</strong>s progenitoras <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s especies pertenecientes a los<br />

307


mismos grupos, que han ido apareciendo luego, pues no tienen caracteres<br />

en ningún grado intermedios.<br />

Por consiguiente, si <strong>la</strong> teoría es verda<strong>de</strong>ra, es indiscutible que, antes <strong>de</strong><br />

que se <strong>de</strong>positase el estrato; cámbrico inferior, transcurrieron <strong>la</strong>rgos períodos,<br />

tan <strong>la</strong>rgos, o probablemente mayores, que el espacio <strong>de</strong> tiempo que<br />

ha separado <strong>la</strong> edad cámbrica <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> hoy, y, durante estos vastos períodos,<br />

los seres vivientes hormigueaban en el mundo. Nos encontramos<br />

aquí con una objeción formidable, pues parece dudoso que <strong>la</strong> tierra, en<br />

estado a<strong>de</strong>cuado para habitar<strong>la</strong> seres vivientes, haya tenido <strong>la</strong> duración<br />

suficiente. Sir W. Thompson llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> consolidación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> corteza difícilmente pudo haber ocurrido hace menos <strong>de</strong> veinte millones<br />

<strong>de</strong> años ni más <strong>de</strong> cuatrocientos, y que probablemente ocurrió no<br />

hace menos <strong>de</strong> noventa y ocho ni más <strong>de</strong> doscientos. Estos límites amplísimos<br />

<strong>de</strong>muestran lo dudosos que son los datos, y, en lo futuro, otros elementos<br />

pue<strong>de</strong>n tener que ser introducidos en el problema. Míster Croll<br />

c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong> que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período cámbrico han transcurrido aproximadamente<br />

sesenta millones <strong>de</strong> años; pero esto -juzgado por el pequeño cambio<br />

<strong>de</strong> los seres orgánicos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong>de</strong> <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>- parece<br />

un tiempo cortísimo para los muchos y gran<strong>de</strong>s cambios orgánicos que<br />

han ocurrido ciertamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> formación cámbrica, y los ciento cuarenta<br />

millones <strong>de</strong> años anteriores apenas pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como suficientes<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s variadas formas orgánicas que existían<br />

ya durante el período cámbrico. Es, sin embargo, probable, como afirma<br />

sir William Thompson, que el mundo, en un período muy remoto, estuvo<br />

sometido a cambios más rápidos y violentos en sus condiciones físicas<br />

que los que actu<strong>al</strong>mente ocurren, y estos cambios habrían tendido a producir<br />

modificaciones proporcionadas en los organismos que entonces<br />

existiesen.<br />

A <strong>la</strong> pregunta <strong>de</strong> por qué no encontramos ricos <strong>de</strong>pósitos fosilíferos<br />

correspondientes a estos supuestos períodos antiquísimos anteriores <strong>al</strong><br />

sistema cámbrico, no pudo dar respuesta <strong>al</strong>guna satisfactoria. Varios<br />

geólogos eminentes, con sir R. Murchison a <strong>la</strong> cabeza, estaban convencidos,<br />

hasta hace poco, <strong>de</strong> que en los restos orgánicos <strong>de</strong>l estrato silúrico<br />

inferior contemplábamos <strong>la</strong> primera aurora <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. Otras autorida<strong>de</strong>s<br />

competentisimas, como Lyell y E. Forbes, han impugnado esta conclusión.<br />

No hemos <strong>de</strong> olvidar que sólo una pequeña parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra está<br />

conocida con exactitud. No hace mucho tiempo que monsieur Barran<strong>de</strong><br />

añadió, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l sistema silúrico entonces conocido, otro piso inferior<br />

abundante en especies nuevas y peculiares; y ahora, todavía más abajo,<br />

en <strong>la</strong> formación cámbrica inferior, mister Hicks ha encontrado en el sur<br />

308


<strong>de</strong> G<strong>al</strong>es capas que son ricas en trilobites y que contienen diferentes moluscos<br />

y análidos. La presencia <strong>de</strong> nódulos fosfáticos y <strong>de</strong> materias bituminosas,<br />

incluso en <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rocas azoicas inferiores, son probablemente<br />

indicios <strong>de</strong> vida en estos períodos, y se admite gener<strong>al</strong>mente <strong>la</strong><br />

existencia <strong>de</strong>l Eozoon en <strong>la</strong> formación <strong>la</strong>urentina <strong>de</strong>l Canadá. Existen en<br />

el Canadá tres gran<strong>de</strong>s series <strong>de</strong> estratos por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l sistema silúrico,<br />

y en <strong>la</strong> inferior <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s se encuentra el Eozoon. Sir W. Logan afirma que<br />

«su grueso, reunidos, pue<strong>de</strong> quizá exce<strong>de</strong>r mucho <strong>de</strong>l <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s rocas<br />

siguientes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie p<strong>al</strong>eozoica hasta <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad. De este<br />

modo nos vemos transportados a un período tan remoto, que <strong>la</strong> aparición<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada fauna primordi<strong>al</strong> (<strong>de</strong> Barran<strong>de</strong>) pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada<br />

por <strong>al</strong>gunos como un acontecimiento re<strong>la</strong>tivamente mo<strong>de</strong>rno». De todas<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es, el Eozoon pertenece a <strong>la</strong> organización inferior;<br />

pero, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su c<strong>la</strong>se, es <strong>de</strong> organización elevada, existe en cantidad<br />

innumerable, y, como ha hecho obsevar el doctor Dawson, seguramente<br />

se <strong>al</strong>imentaba <strong>de</strong> otros pequeños seres orgánicos, que tuvieron que haber<br />

vivido en gran número. Así, <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras que escribí en 1859, acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

existencia <strong>de</strong> seres orgánicos mucho antes <strong>de</strong>l período cámbrico, y que<br />

son casi <strong>la</strong>s mismas que empleó <strong>de</strong>spués sir W. Logan, han resultado<br />

ciertas. Sin embargo, es grandísima <strong>la</strong> dificultad para seña<strong>la</strong>r <strong>al</strong>guna razón<br />

buena para explicar <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s cúmulos <strong>de</strong> estratos, ricos<br />

en fósiles, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l sistema cámbrico. No parece probable que<br />

<strong>la</strong>s capas más antiguas hayan sido <strong>de</strong>sgastadas por completo por <strong>de</strong>nudación,<br />

ni que sus fósiles hayan quedado tot<strong>al</strong>mente borrados por <strong>la</strong> acción<br />

metamórfica, pues si así hubiese ocurrido, habríamos encontrado<br />

sólo pequeños residuos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones siguientes en edad, y éstas se<br />

habrían presentado siempre en un estado <strong>de</strong> metamorfosis parci<strong>al</strong>. Pero<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong>scripciones que poseemos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>pósitos silúricos, que ocupan<br />

inmensos territorios en Rusia y América <strong>de</strong>l Norte, no apoyan <strong>la</strong> opinión<br />

<strong>de</strong> que invariablemente, cuanto más vieja es una formación, tanto más<br />

haya sufrido extrema <strong>de</strong>nudación y metamorfosis.<br />

<strong>El</strong> caso tiene que quedar por ahora sin explicación, y pue<strong>de</strong> presentarse<br />

re<strong>al</strong>mente como un argumento válido contra <strong>la</strong>s opiniones que aquí<br />

me sostienen. A fin <strong>de</strong> mostrar que más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte pue<strong>de</strong> recibir <strong>al</strong>guna<br />

explicación, citaré <strong>la</strong>s siguientes hipótesis. Por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los restos<br />

orgánicos, que no parecen haber vivido a gran<strong>de</strong>s profundida<strong>de</strong>s en <strong>la</strong>s<br />

diferentes formaciones <strong>de</strong> Europa y los Estados Unidos, y por <strong>la</strong> cantidad<br />

<strong>de</strong> sedimentos -mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> grueso- <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s formaciones están compuestas,<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio hasta el fin, hubo, en <strong>la</strong><br />

proximidad <strong>de</strong> los continentes <strong>de</strong> Europa y América <strong>de</strong>l Norte hoy<br />

309


existentes, gran<strong>de</strong>s is<strong>la</strong>s o extensiones <strong>de</strong> tierra. Esta misma opinión ha<br />

sido antes sostenida por Agassiz y otros autores; pero no sabemos cuál<br />

fue el estado <strong>de</strong> cosas en los interv<strong>al</strong>os entre <strong>la</strong>s diferentes formaciones<br />

sucesivas, ni si Europa y los Estados Unidos existieron durante estos interv<strong>al</strong>os,<br />

como tierras emergidas, o como extensiones submarinas próximas<br />

a <strong>la</strong> tierra, sobre <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es no se <strong>de</strong>positaron sedimentos, o como<br />

fondo <strong>de</strong> un mar abierto e insondable.<br />

Consi<strong>de</strong>rando los océanos existentes, que son tres veces mayores que<br />

<strong>la</strong> tierra, los vemos s<strong>al</strong>picados <strong>de</strong> muchas is<strong>la</strong>s; pero apenas se sabe, hasta<br />

ahora, <strong>de</strong> ninguna is<strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ramente oceánica -excepto Nueva Ze<strong>la</strong>ndia,<br />

si es que ésta pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse verda<strong>de</strong>ramente así- que aporte ni<br />

siquiera un resto <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna formación p<strong>al</strong>eozoica o secundaria. Por consiguiente,<br />

quizá podamos <strong>de</strong>ducir que, durante los períodos p<strong>al</strong>eozoico y<br />

secundario, no existieron continentes ni is<strong>la</strong>s continent<strong>al</strong>es don<strong>de</strong> ahora<br />

se extien<strong>de</strong>n los océanos, pues, si hubieran existido, se hubiesen acumu<strong>la</strong>do,<br />

según toda probabilidad, formaciones p<strong>al</strong>eozoicas y secundarias<br />

formadas <strong>de</strong> sedimentos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sgaste y <strong>de</strong>strucción, y éstos,<br />

por lo menos en parte, se hubiesen levantado en <strong>la</strong>s osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel<br />

que tienen que haber ocurrido durante estos períodos enormemente <strong>la</strong>rgos.<br />

Si po<strong>de</strong>mos, pues, <strong>de</strong>ducir <strong>al</strong>go <strong>de</strong> estos hechos, tenemos que <strong>de</strong>ducir<br />

que, don<strong>de</strong> ahora se extien<strong>de</strong>n los océanos ha habido océanos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el período más remoto <strong>de</strong> que tenemos <strong>al</strong>guna noticia, y, por el contrario,<br />

don<strong>de</strong> ahora existen continentes han existido gran<strong>de</strong>s extensiones <strong>de</strong> tierra<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el período cámbrico, sometidas indudablemente a gran<strong>de</strong>s osci<strong>la</strong>ciones<br />

<strong>de</strong> nivel. <strong>El</strong> mapa en colores unido a mi libro sobre los Arrecifes<br />

<strong>de</strong> Cor<strong>al</strong>es me llevó a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, en gener<strong>al</strong>, los gran<strong>de</strong>s<br />

océanos son todavía áreas <strong>de</strong> hundimiento, y los gran<strong>de</strong>s archipié<strong>la</strong>gos,<br />

áreas <strong>de</strong> osci<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> nivel, y los continentes, áreas <strong>de</strong> elevación; pero no<br />

tenemos razón <strong>al</strong>guna para suponer que <strong>la</strong>s cosas hayan sido así <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio <strong>de</strong>l mundo. Nuestros continentes parecen haberse formado por<br />

<strong>la</strong> prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong> una fuerza <strong>de</strong> elevación, durante muchas osci<strong>la</strong>ciones<br />

<strong>de</strong> nivel; pero, ¿no pue<strong>de</strong>n, en el transcurso <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s, haber cambiado<br />

<strong>la</strong>s áreas <strong>de</strong> mayor movimiento? En un período muy anterior a <strong>la</strong> é-<br />

poca cámbrica pue<strong>de</strong>n haber existido continentes don<strong>de</strong> ahora se extien<strong>de</strong>n<br />

los océanos, y c<strong>la</strong>ros océanos sin límitesdon<strong>de</strong> ahora están nuestros<br />

continentes. Tampoco estaría justificado el admitir que si, por ejemplo, el<br />

lecho <strong>de</strong>l Océano Pacífico se convirtiese ahora en un continente, tendríamos<br />

que encontrar <strong>al</strong>lí formaciones sedimentarias, en estado reconocible,<br />

más antiguas que los estratos cámbricos, suponiendo que t<strong>al</strong>es formaciones<br />

se hubiesen <strong>de</strong>positado <strong>al</strong>lí en otro tiempo; pues pudiera ocurrir muy<br />

310


ien que estratos que hubiesen quedado <strong>al</strong>gunas mil<strong>la</strong>s más cerca <strong>de</strong>l<br />

centro <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, y que hubiesen sufrido <strong>la</strong> presión <strong>de</strong>l enorme peso <strong>de</strong>l<br />

agua que los cubre, pudiesen haber sufrido una acción metamórfica mayor<br />

que los estratos que han permanecido siempre más cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie.<br />

Siempre me ha parecido que exigían una explicación especi<strong>al</strong> los inmensos<br />

territorios <strong>de</strong> rocas metamórficas <strong>de</strong>snudas existentes en <strong>al</strong>gunas<br />

partes <strong>de</strong>l mundo, por ejemplo, en América <strong>de</strong>l Sur, que tienen que haber<br />

estado c<strong>al</strong>entadas a gran presión, y quizá podamos pensar que en estos<br />

gran<strong>de</strong>s territorios contemp<strong>la</strong>mos <strong>la</strong>s numerosas formaciones muy<br />

anteriores a <strong>la</strong> época cámbrica, en estado <strong>de</strong> completa <strong>de</strong>nudación y<br />

metamorfosis.<br />

Las varias dificulta<strong>de</strong>s que aquí se discuten (a saber: que aun cuando<br />

encontramos en <strong>la</strong>s formaciones geológicas muchas formas <strong>de</strong> unión entre<br />

<strong>la</strong>s especies que ahora existen y <strong>la</strong>s que existieron anteriormente, no<br />

encontramos un número infinito <strong>de</strong> <strong>de</strong>licadas formas <strong>de</strong> transición que<br />

unan estrechamente a todas el<strong>la</strong>s; <strong>la</strong> manera súbita como aparecen por<br />

vez primera en <strong>la</strong>s formaciones europeas varios grupos <strong>de</strong> especies; <strong>la</strong><br />

ausencia casi completa -en lo que hasta ahora se conoce- <strong>de</strong> formaciones<br />

ricas en fósiles por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los estratos cámbricos) son todas indudablemente<br />

dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> carácter gravísimo. Vemos esto en el hecho <strong>de</strong><br />

que los más eminentes p<strong>al</strong>eontólogos, como Cuvier, Agassiz, Barran<strong>de</strong>,<br />

Pictet, F<strong>al</strong>coner, E. Forbes, etc., y todos nuestros mayores geólogos, como<br />

Lyell, Murchison, Sedgwick, etc., unánimemente -y muchas veces vehementemente-<br />

han sostenido <strong>la</strong> inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Pero sir<br />

<strong>Charles</strong> Lyell ahora presta el apoyo <strong>de</strong> su <strong>al</strong>ta autoridad <strong>al</strong> <strong>la</strong>do opuesto,<br />

y <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los geólogos y p<strong>al</strong>eontólogos vaci<strong>la</strong>n en sus convicciones<br />

anteriores. Los que crean que los registros geológicos son en <strong>al</strong>gún<br />

modo perfectos rechazarán <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego indudablemente mi teoría. Por<br />

mi parte, siguiendo <strong>la</strong> metáfora <strong>de</strong> Lyell, consi<strong>de</strong>ro los registros geológicos<br />

como una historia <strong>de</strong>l mundo imperfectamente conservada y escrita<br />

en un di<strong>al</strong>ecto que cambia, y <strong>de</strong> esta historia poseemos sólo el último volumen,<br />

referente nada más que a dos o tres siglos. De este volumen sólo<br />

se ha conservado aquí y <strong>al</strong>lá un breve capítulo, y <strong>de</strong> cada página, sólo<br />

unas pocas líneas s<strong>al</strong>tadas. Cada pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> este lenguaje, que lentamente<br />

varía, es más o menos diferente en los capítulos sucesivos y pue<strong>de</strong> representar<br />

<strong>la</strong>s formas orgánicas que están sepultadas en <strong>la</strong>s formaciones<br />

consecutivas y que erróneamente parece que han sido introducidas <strong>de</strong><br />

repente. Según esta opinión, <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s antes discutidas disminuyen<br />

notablemente y hasta <strong>de</strong>saparecen.<br />

311


Capítulo 11<br />

De <strong>la</strong> sucesión geológica <strong>de</strong> los seres orgánicos<br />

De <strong>la</strong> aparición lenta y sucesiva <strong>de</strong> nuevas especies<br />

Veamos ahora si los diferentes hechos y leyes re<strong>la</strong>tivos a <strong>la</strong> sucesión<br />

geológica <strong>de</strong> los seres orgánicos se armonizan mejor con <strong>la</strong> opinión común<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies o con <strong>la</strong> <strong>de</strong> su modificación lenta<br />

y gradu<strong>al</strong> por variación y selección natur<strong>al</strong>.<br />

Las especies nuevas han aparecido lentísimamente una tras otra, tanto<br />

en <strong>la</strong> tierra como en <strong>la</strong>s aguas. Lyell ha <strong>de</strong>mostrado que, sobre este punto,<br />

apenas es posible resistirse a <strong>la</strong> evi<strong>de</strong>ncia en el caso <strong>de</strong> los diferentes<br />

pisos terciarios, y cada año que pasa tien<strong>de</strong> a llenar los c<strong>la</strong>ros existentes<br />

entre los pisos y a hacer más gradu<strong>al</strong> <strong>la</strong> proporción entre <strong>la</strong>s formas extinguidas<br />

y <strong>la</strong>s vivientes. En <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s capas más recientes -aunque<br />

indudablemente <strong>de</strong> gran antigüedad, si ésta se mi<strong>de</strong> por los años- sólo<br />

una o dos especies resultan extinguidas y sólo una o dos son nuevas, por<br />

haber aparecido entonces por vez primera, ya en aquel<strong>la</strong> loc<strong>al</strong>idad, ya -<br />

hasta don<strong>de</strong> <strong>al</strong>canza nuestro conocimiento- en <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra.<br />

Las formaciones secundarias están más interrumpidas; pero, como hace<br />

observar Bronn, ni <strong>la</strong> aparición ni <strong>la</strong> <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s muchas especies<br />

enterradas en cada formación han sido simultáneas.<br />

Las especies pertenecientes a distintos géneros y c<strong>la</strong>ses no han cambiado<br />

ni con <strong>la</strong> misma velocidad ni en el mismo grado. En <strong>la</strong>s capas terciarias<br />

más antiguas pue<strong>de</strong>n encontrarse todavía <strong>al</strong>gunos moluscos hoy vivientes,<br />

en medio da multitud <strong>de</strong> formas extinguidas. F<strong>al</strong>coner ha dado<br />

un notable ejemplo <strong>de</strong> un hecho semejante, pues en los <strong>de</strong>pósitos subhima<strong>la</strong>yos<br />

se presenta, asociado a muchos mamíferos y reptiles extinguidos,<br />

un cocodrilo que existe todavía. La Lingu<strong>la</strong> silúrica difiere muy poco<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes <strong>de</strong> este género, mientras que <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> los restantes moluscos silúricos y todos los crustáceos han cambiado<br />

mucho. Las producciones terrestres parecen haber cambiado más rápidamente<br />

que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l mar, <strong>de</strong> lo cu<strong>al</strong> se ha observado en Suiza un ejemplo<br />

312


notable. Hay <strong>al</strong>gún fundamento para creer que los organismos más elevados<br />

en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> cambian más rápidamente que los que son inferiores,<br />

aun cuando haya excepciones a esta reg<strong>la</strong>. Como ha hecho observar Pictet,<br />

<strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l cambio orgánico no es <strong>la</strong> misma en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>madas formaciones sucesivas. Sin embargo, si comparamos cu<strong>al</strong>esquiera<br />

formaciones, excepto <strong>la</strong>s más próximas, se encontrará que todas <strong>la</strong>s<br />

especies han experimentado <strong>al</strong>gún cambio. Una vez que una especie ha<br />

<strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, no tenemos razón <strong>al</strong>guna para<br />

creer que <strong>la</strong> misma forma idéntica reaparezca nunca. La excepción aparente<br />

más importante a esta última reg<strong>la</strong> es <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas colonias <strong>de</strong><br />

monsieur Barran<strong>de</strong>, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es se introdujeron, durante un cierto tiempo,<br />

en medio <strong>de</strong> una formación más antigua, y luego <strong>de</strong>jaron que reapareciese<br />

<strong>la</strong> fauna preexistente; pero <strong>la</strong> explicación <strong>de</strong> Lyell -o sea, que se trata<br />

<strong>de</strong> un caso <strong>de</strong> emigración tempor<strong>al</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una provincia geográfica distinta-<br />

parece satisfactoria.<br />

Estos diferentes hechos se concilian bien con nuestra teoría, que no<br />

compren<strong>de</strong> ninguna ley fija <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo que haga cambiar brusca o simultáneamente,<br />

o en igu<strong>al</strong> grado, a todos los habitantes <strong>de</strong> una región.<br />

<strong>El</strong> proceso <strong>de</strong> modificación hubo <strong>de</strong> ser lento, y comprendió gener<strong>al</strong>mente<br />

sólo un corto número <strong>de</strong> especies <strong>al</strong> mismo tiempo, pues <strong>la</strong> variabilidad<br />

<strong>de</strong> cada especie es in<strong>de</strong>pendiente. <strong>El</strong> que estas variaciones o diferencias<br />

individu<strong>al</strong>es que pue<strong>de</strong>n surgir se acumulen mediante selección natur<strong>al</strong><br />

en mayor o menor grado, produciendo así una mayor o menor modificación<br />

permanente, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> circunstancias muy complejas: <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong>s variaciones sean <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza útil; <strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad en los cruzamientos;<br />

<strong>de</strong>l cambio lento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones físicas en el país; <strong>de</strong> <strong>la</strong> inmigración<br />

<strong>de</strong> nuevos colonos, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los otros habitantes con<br />

los que entren en competencia <strong>la</strong>s especies que varían. No es, pues, en<br />

modo <strong>al</strong>guno, sorpren<strong>de</strong>nte que una especie conserve idénticamente <strong>la</strong><br />

misma forma mucho más tiempo que otras, o que, si cambia, lo haga en<br />

menor grado.<br />

Encontramos re<strong>la</strong>ciones análogas entre los habitantes actu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> distintos<br />

países; por ejemplo: los moluscos terrestres y los insectos coleópteros<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra han llegado a diferir consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong><br />

sus parientes más próximos <strong>de</strong>l continente <strong>de</strong> Europa, mientras que los<br />

moluscos marinos y <strong>la</strong>s aves han permanecido sin variación. Quizás podamos<br />

compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> velocidad, evi<strong>de</strong>ntemente mayor, <strong>de</strong>l cambio en<br />

los seres terrestres y en los <strong>de</strong> organización más elevada, comparados<br />

con los seres marinos e inferiores, por <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones más complejas <strong>de</strong> los<br />

seres superiores con sus condiciones orgánicas e inorgánicas <strong>de</strong> vida,<br />

313


según se explicó en un capítulo prece<strong>de</strong>nte. Cuando un gran número <strong>de</strong><br />

los habitantes <strong>de</strong> una región haya llegado a modificarse y perfeccionarse,<br />

po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, por el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> competencia y por <strong>la</strong>s importantísimas<br />

re<strong>la</strong>ciones entre organismo y organismo en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong><br />

vida, que toda forma que no llegase a modificarse o perfeccionarse en <strong>al</strong>gún<br />

grado estaría expuesta a quedar exterminada. Vemos, por consiguiente,<br />

por qué todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> una misma región, si consi<strong>de</strong>ramos<br />

espacios <strong>de</strong> tiempo suficientemente <strong>la</strong>rgos, llegaron <strong>al</strong> cabo a modificarse,pues<br />

<strong>de</strong> otro modo se hubiesen extinguido.<br />

Entre los miembros <strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se, el promedio <strong>de</strong> cambio durante<br />

períodos <strong>la</strong>rgos e igu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tiempo pue<strong>de</strong> quizá ser casi el mismo;<br />

pero, como <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> formaciones dura<strong>de</strong>ras ricas en fósiles <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> que se <strong>de</strong>positen gran<strong>de</strong>s masas <strong>de</strong> sedimentos en regiones que<br />

se hundan, nuestras formaciones se han acumu<strong>la</strong>do casi necesariamente<br />

con intermitencias gran<strong>de</strong>s e irregu<strong>la</strong>res, y, por consiguiente, no es igu<strong>al</strong><br />

<strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong>l cambio orgánico que muestran los fósiles enterrados en<br />

<strong>la</strong>s formaciones sucesivas. Según esta hipótesis, cada formación no seña<strong>la</strong><br />

un acto nuevo y completo <strong>de</strong> creación, sino tan sólo una escena inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>,<br />

tomada casi <strong>al</strong> azar, <strong>de</strong> un drama que va cambiando siempre<br />

lentamente.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r c<strong>la</strong>ramente por qué una especie, cuando se ha<br />

perdido, no tiene que reaparecer nunca, aun en caso <strong>de</strong> que vuelvan<br />

exactamente <strong>la</strong>s mismas condiciones orgánicas e inorgánicas <strong>de</strong> vida;<br />

pues aun cuando <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> una especie podría adaptarse -e indudablemente<br />

ha ocurrido esto en innumerables casos- a llenar el lugar<br />

<strong>de</strong> otra en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, sup<strong>la</strong>ntándo<strong>la</strong> <strong>de</strong> este modo, sin<br />

embargo, <strong>la</strong>s dos formas -<strong>la</strong> antigua y <strong>la</strong> nueva- no serían idénticamente<br />

igu<strong>al</strong>es, y ambas heredarían, casi seguramente, caracteres diferentes <strong>de</strong><br />

sus distintos antepasados, y organismos diferentes tendrían que variar<br />

ya <strong>de</strong> un modo diferente. Por ejemplo: es posible que, si fuesen <strong>de</strong>struidas<br />

todas nuestras p<strong>al</strong>omas colipavos, los avicultores podrían hacer una<br />

nueva raza apenas distinguible <strong>de</strong> <strong>la</strong> raza actu<strong>al</strong>; pero si su especie madre,<br />

<strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre, fuese también <strong>de</strong>struida -y tenemos toda c<strong>la</strong>se<br />

<strong>de</strong> razonespara creer que, en estado natur<strong>al</strong>, <strong>la</strong>s formas madres son, gener<strong>al</strong>mente,<br />

sup<strong>la</strong>ntadas y exterminadas por su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia perfeccionada-,<br />

no es creíble que una colipavo idéntica a <strong>la</strong> raza extinguida se pudiese<br />

obtener <strong>de</strong> ninguna otra especie <strong>de</strong> p<strong>al</strong>oma, y ni aun siquiera <strong>de</strong><br />

ninguna otra raza bien establecida <strong>de</strong> p<strong>al</strong>oma doméstica; pues <strong>la</strong>s variaciones<br />

sucesivas serían, casi con seguridad, diferentes en cierto grado, y <strong>la</strong><br />

314


variedad recién formada heredaría probablemente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que le diese origen<br />

<strong>al</strong>gunas diferencias características.<br />

Los grupos <strong>de</strong> especies -esto es, géneros y familias- siguen en su aparición<br />

y <strong>de</strong>saparición <strong>la</strong>s mismas reg<strong>la</strong>s gener<strong>al</strong>es que <strong>la</strong>s especies ais<strong>la</strong>das,<br />

cambiando más o menos rápidamente o en mayor o menor grado. Un<br />

grupo, una vez que ha <strong>de</strong>saparecido, nunca reaparece; es <strong>de</strong>cir: <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong>l grupo es continua mientras el grupo dura. Sé que existen <strong>al</strong>gunas<br />

aparentes excepciones a esta reg<strong>la</strong>; pero <strong>la</strong>s excepciones son sorpren<strong>de</strong>ntemente<br />

pocas, tan pocas, que E. Forbes, Pietet y Woodward -a pesar<br />

<strong>de</strong> ser todos ellos muy opuestos a <strong>la</strong>s opiniones que sostengo- admiten <strong>la</strong><br />

verdad <strong>de</strong> esta reg<strong>la</strong>, que está exactamente <strong>de</strong> acuerdo con mi teoría;<br />

pues todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo grupo, por mucho que haya durado,<br />

son <strong>de</strong>scendientes modificadas unas <strong>de</strong> otras, y todas <strong>de</strong> un progenitor<br />

común. En el género Lingu<strong>la</strong>, por ejemplo, <strong>la</strong>s especies que sucesivamente<br />

han aparecido en todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s tienen que haber estado en<strong>la</strong>zadas<br />

por una serie no interrumpida <strong>de</strong> generaciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el estrato silúrico<br />

más inferiorhasta <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad.<br />

Hemos visto en el capítulo anterior que, a veces, grupos <strong>de</strong> especies<br />

parecen f<strong>al</strong>samente haberse <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong> repente, y he intentado dar<br />

una explicación <strong>de</strong> este hecho, que, si fuese cierto, sería fat<strong>al</strong> para mis<br />

opiniones. Pero estos casos son verda<strong>de</strong>ramente excepcion<strong>al</strong>es, pues <strong>la</strong><br />

reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong> es un aumento gradu<strong>al</strong> en número, hasta que el grupo <strong>al</strong>canza<br />

su máximo, y, <strong>de</strong>spués, más pronto o más tar<strong>de</strong>, una diminución<br />

gradu<strong>al</strong>. Si el número <strong>de</strong> especies incluidas en un género, o el número <strong>de</strong><br />

géneros incluidos en una familia, se representa por una línea vertic<strong>al</strong> <strong>de</strong><br />

grueso variable que sube a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sucesivas formaciones geológicas<br />

en que se encuentran <strong>la</strong>s especies, <strong>la</strong> línea, <strong>al</strong>gunas veces, parecerá<br />

f<strong>al</strong>samente empezar en su extremo inferior, no en punta aguda, sino<br />

bruscamente; luego, gradu<strong>al</strong>mente, engruesará hacia arriba, conservando<br />

a veces el mismo grueso en un trayecto, y, fin<strong>al</strong>mente, acabará haciéndose<br />

<strong>de</strong>lgada en <strong>la</strong>s capas superiores, seña<strong>la</strong>ndo <strong>la</strong> diminución y extinción<br />

fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Este aumento gradu<strong>al</strong> en el número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong><br />

un grupo está por completo conforme con mi teoría, pues <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l<br />

mismo género y los géneros <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia sólo pue<strong>de</strong>n aumentar<br />

lenta y progresivamente, por ser el proceso <strong>de</strong> modificación y <strong>la</strong> producción<br />

<strong>de</strong> numerosas formas afines necesariamente un proceso lento y gradu<strong>al</strong>,<br />

pues una especie da primero origen a dos o tres varieda<strong>de</strong>s, éstas<br />

se convierten lentamente en especies, que, a su vez, producen por grados<br />

igu<strong>al</strong>mente lentos otras varieda<strong>de</strong>s y especies, y así sucesivamente, como<br />

315


<strong>la</strong> ramificación <strong>de</strong> un gran árbol partiendo <strong>de</strong> un solo tronco, hasta que el<br />

grupo llega a ser gran<strong>de</strong>.<br />

De <strong>la</strong> extinción<br />

Hasta ahora sólo hemos hab<strong>la</strong>do inci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>saparición<br />

<strong>de</strong> especies y grupos <strong>de</strong> especies. Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>,<br />

<strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> formas viejas y <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> formas nuevas y perfeccionadas<br />

están íntimamente en<strong>la</strong>zadas. La antigua i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que todos los<br />

habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra habían sido aniqui<strong>la</strong>dos por catástrofes en los sucesivos<br />

períodos, está gener<strong>al</strong>mente abandonada, aun por aquellos geólogos,<br />

como <strong>El</strong>ie <strong>de</strong> Beaumont, Murchison, Barran<strong>de</strong>, etc., cuyas opiniones<br />

gener<strong>al</strong>es les tendrían que conducir natur<strong>al</strong>mente a esta conclusión.<br />

Por el contrario, tenemos fundamento para creer, por el estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

formaciones terciarias, que <strong>la</strong>s especies y grupos <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>saparecen<br />

gradu<strong>al</strong>mente, unos tras otros, primero <strong>de</strong> un sitio, luego <strong>de</strong> otro, y, fin<strong>al</strong>mente,<br />

<strong>de</strong>l mundo. En <strong>al</strong>gunos casos, sin embargo -como <strong>la</strong> ruptura<br />

<strong>de</strong> un istmo, y <strong>la</strong> consiguiente irrupción <strong>de</strong> una multitud <strong>de</strong> nuevos habitantes<br />

en un mar contiguo, o el hundimiento fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> una is<strong>la</strong>-, el proceso<br />

<strong>de</strong> extinción pue<strong>de</strong> haber sido rápido. Tanto <strong>la</strong>s especies ais<strong>la</strong>das como<br />

los grupos enteros <strong>de</strong> especies duran períodos <strong>de</strong> tiempo muy <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es;<br />

<strong>al</strong>gunos grupos, como hemos visto, han resistido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> primera<br />

aurora conocida <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida hasta el día <strong>de</strong> hoy; otros han <strong>de</strong>saparecido<br />

antes <strong>de</strong> terminarse el período p<strong>al</strong>eozoico. Ninguna ley fija parece <strong>de</strong>terminar<br />

el tiempo que resiste una especie o un género. Hay motivos para<br />

creer que <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> un grupo entero <strong>de</strong> especies es, gener<strong>al</strong>mente,<br />

un proceso más lento que su producción: si, como antes, se representa su<br />

aparición y <strong>de</strong>saparición mediante una línea vertic<strong>al</strong> <strong>de</strong> un grueso variable,<br />

se encontrará que <strong>la</strong> línea se a<strong>de</strong>lgaza, terminando en punta, más<br />

gradu<strong>al</strong>mente en su extremo superior, que seña<strong>la</strong> el proceso <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción,<br />

que en su extremo inferior, que indica <strong>la</strong> aparición y primitivo aumento<br />

<strong>de</strong>l número <strong>de</strong> especies. En <strong>al</strong>gunos casos, sin embargo, <strong>la</strong> extinción<br />

<strong>de</strong> grupos enteros, como el <strong>de</strong> los amonites <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l período secundario,<br />

fue asombrosamente súbita.<br />

La extinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies ha sido ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong>l más injustificado misterio.<br />

Algunos autores incluso han supuesto que, <strong>de</strong>l mismo modo que el<br />

individuo tiene una vida <strong>de</strong> duración <strong>de</strong>terminada, también <strong>la</strong>s especies<br />

tienen una duración <strong>de</strong>terminada. Nadie pue<strong>de</strong> haberse asombrado más<br />

que yo <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Cuando encontré en La P<strong>la</strong>ta el<br />

diente <strong>de</strong> un cab<strong>al</strong>lo yaciendo en unión <strong>de</strong> restos Mastodon, Megatherium,<br />

Toxodon y otros monstruos extinguidos, que coexistieron todos con<br />

316


moluscos, aun vivientes, en un período geológico muy reciente, quedé<br />

lleno <strong>de</strong> asombro; pues, viendo que el cab<strong>al</strong>lo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su introducción por<br />

los españoles en América <strong>de</strong>l Sur, se ha vuelto s<strong>al</strong>vaje por todo el país, y<br />

que ha aumentado en número con una rapi<strong>de</strong>z sin igu<strong>al</strong>, me pregunté<br />

cómo pudo haberse exterminado tan recientemente el cab<strong>al</strong>lo antiguo, en<br />

condiciones <strong>de</strong> vida <strong>al</strong> parecer tan favorables. Pero mi asombro era infundado:<br />

el profesor Owen pronto notó que el diente, aunque muy parecido<br />

a los <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo actu<strong>al</strong>, pertenecía a una especie extinguida. Si este<br />

cab<strong>al</strong>lo hubiese vivido todavía, aunque siendo <strong>al</strong>go raro, ningún natur<strong>al</strong>ista<br />

habría encontrado nada sorpren<strong>de</strong>nte su rareza, pues <strong>la</strong> rareza es<br />

atributo <strong>de</strong> un gran número <strong>de</strong> especies <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses, en todos los países.<br />

Si nos preguntamos por qué esta o aquel<strong>la</strong> especie es rara, contestamos<br />

que existe <strong>al</strong>guna cosa <strong>de</strong>sfavorable en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida, pero<br />

cuál sea esta cosa casi nunca po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirlo. Suponiendo que el cab<strong>al</strong>lo<br />

fósil existiese todavía como una especie rara -por an<strong>al</strong>ogía con todos<br />

otros mamíferos, incluso con los elefantes, que crían tan lentamente, y<br />

por <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>ización <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo doméstico en América <strong>de</strong>l<br />

Sur-, podríamos haber dado por seguro que en condiciones más favorables<br />

habría pob<strong>la</strong>do en poquísimos años todo el continente; pero no podríamos<br />

haber dicho cuáles eran <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong>sfavorables que impedían<br />

su crecimiento, ni si eran una o varias causas, ni en qué periodo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo actuaba cada una, ni en qué medida. Si <strong>la</strong>s condiciones<br />

hubieran continuado, por muy lentamente que hubiese sido, haciéndose<br />

cada vez menos favorables, seguramente no hubiésemos observado<br />

el hecho, y, sin embargo, el cab<strong>al</strong>lo fósil indudablemente se hubiese ido<br />

volviendo cada vez más raro, y, fin<strong>al</strong>mente, se hubiese extinguido, siendo<br />

ocupado su lugar por <strong>al</strong>gún competidor más afortunado.<br />

Es dificilísimo recordar siempre que el aumento numérico <strong>de</strong> todo ser<br />

viviente está siendo constantemente limitado por causas <strong>de</strong>sconocidas<br />

contrarias a él, y que estas mismas causas <strong>de</strong>sconocidas son muy suficientes<br />

para producir <strong>la</strong> rareza y, por último, <strong>la</strong> extinción. Tan poco conocido<br />

está este asunto, que repetidas veces he oído expresar <strong>la</strong> sorpresa <strong>de</strong><br />

que hayan llegado a extinguirse anim<strong>al</strong>es gigantescos, t<strong>al</strong>es como el mastodonte<br />

y los dinosauros, que son aún más antiguos, como si <strong>la</strong> so<strong>la</strong> fuerza<br />

corpor<strong>al</strong> diese <strong>la</strong> victoria en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida. <strong>El</strong> tamaño solo, por el<br />

contrario, como ha hecho observar Owen, tiene que <strong>de</strong>terminar en muchos<br />

casos una extinción más rápida, por <strong>la</strong> gran cantidad <strong>de</strong> <strong>al</strong>imento<br />

requerido. Antes <strong>de</strong> que el hombre habitase <strong>la</strong> India o el África, <strong>al</strong>guna<br />

causa tuvo que haber refrenado el aumento continuo <strong>de</strong>l elefante actu<strong>al</strong>.<br />

<strong>El</strong> doctor F<strong>al</strong>coner, autoridad competentísima, cree que son<br />

317


princip<strong>al</strong>mente los insectos los que, por atormentar y <strong>de</strong>bilitar continuamente<br />

<strong>al</strong> elefante en <strong>la</strong> India, impi<strong>de</strong>n su aumento, y ésta fue <strong>la</strong> conclusión<br />

<strong>de</strong> Bruce por lo que se refiere <strong>al</strong> elefante africano en Abisinia. Es seguro<br />

que ciertos insectos y los murcié<strong>la</strong>gos chupadores <strong>de</strong> sangre condicionan<br />

en diferentes partes <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

mamíferos natur<strong>al</strong>izados.<br />

Vemos en muchos casos, en <strong>la</strong>s formaciones terciarias más recientes,<br />

que <strong>la</strong> rareza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies prece<strong>de</strong> a <strong>la</strong> extinción, y sabemos que éste<br />

ha sido el curso <strong>de</strong> los acontecimientos en aquellos anim<strong>al</strong>es que han sido<br />

exterminados, loc<strong>al</strong> o tot<strong>al</strong>mente, por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l hombre. Repetiré<br />

lo que publiqué en 1845, o sea, que admitir que <strong>la</strong>s especies gener<strong>al</strong>mente<br />

se hacen raras antes <strong>de</strong> extinguirse y no encontrar sorpren<strong>de</strong>nte <strong>la</strong> rareza<br />

<strong>de</strong> una especie, y, sin embargo, maravil<strong>la</strong>rse mucho cuando <strong>la</strong> especie<br />

cesa <strong>de</strong> existir, es casi lo mismo que admitir que <strong>la</strong> enfermedad en el<br />

individuo es <strong>la</strong> precursora <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte y no encontrar sorpren<strong>de</strong>nte <strong>la</strong><br />

enfermedad, y cuando muere el enfermo maravil<strong>la</strong>rse y sospechar que<br />

murió <strong>de</strong> muerte violenta.<br />

La teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> está fundada en <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que cada<br />

nueva variedad, y, fin<strong>al</strong>mente, cada nueva especie, está producida y<br />

mantenida por tener <strong>al</strong>guna ventaja sobre aquel<strong>la</strong>s con quienes entra en<br />

competencia, y <strong>de</strong> que casi inevitablemente sigue <strong>la</strong> extinción consiguiente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas menos favorecidas. Lo mismo ocurre en nuestras producciones<br />

domésticas: cuando se ha obtenido una variedad nueva y <strong>al</strong>go<br />

perfeccionada, <strong>al</strong> principio sup<strong>la</strong>nta <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s menos perfeccionadas<br />

<strong>de</strong> su vecindad; cuando ha sido muy perfeccionada, es llevada a todas<br />

partes como nuestro ganado vacuno short-horn, y reemp<strong>la</strong>za otras<br />

razas en otros países. De este modo <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> formas nuevas y <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> formas viejas, tanto <strong>la</strong>s producidas natur<strong>al</strong>mente como<br />

<strong>la</strong>s producidas artifici<strong>al</strong>mente, están ligadas entre sí. En los grupos florecientes<br />

el número <strong>de</strong> nuevas formas específicas producidas en un tiempo<br />

dado ha sido probablemente mayor, en <strong>al</strong>gún período, que el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas<br />

específicas viejas que se han extinguido; pero sabemos que <strong>la</strong>s especies<br />

han ido aumentando in<strong>de</strong>finidamente, por lo menos durante <strong>la</strong>s últimas<br />

épocas geológicas; <strong>de</strong> modo que, consi<strong>de</strong>rando los úItimos tiempos,<br />

po<strong>de</strong>mos creer que <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> nuevas formas ha ocasionado <strong>la</strong> extinción<br />

<strong>de</strong> un número aproximadamente igu<strong>al</strong> <strong>de</strong> formas viejas.<br />

En gener<strong>al</strong>, <strong>la</strong> competencia será más severa, como se explicó antes,<br />

ilustrándolo con ejemplos, entre formas que son más parecidas entre sí<br />

por todos conceptos. Por consiguiente, los <strong>de</strong>scendientes modificados y<br />

perfeccionados <strong>de</strong> una especie producirán gener<strong>al</strong>mente el exterminio <strong>de</strong><br />

318


<strong>la</strong> especie primitiva, y, si se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do muchas formas nuevas proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> una especie, <strong>la</strong>s más próximas a ésta, o sean <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l<br />

mismo género, serán <strong>la</strong>s más expuestas a ser exterminadas. De este modo<br />

creo yo que un cierto número <strong>de</strong> especies nuevas, <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong><br />

una especie, esto es, un género nuevo, viene a sup<strong>la</strong>ntar a otro viejo perteneciente<br />

a <strong>la</strong> misma familia. Pero tiene que haber ocurrido muchas veces<br />

que una especie nueva perteneciente a un grupo se haya apo<strong>de</strong>rado<br />

<strong>de</strong>l lugar ocupado, por otra especie perteneciente a un grupo distinto, y,<br />

<strong>de</strong> este modo, haya producido su exterminio. Si se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n muchas<br />

formas afines <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l invasor afortunado, muchas tendrán que<br />

ce<strong>de</strong>r su puesto, y, gener<strong>al</strong>mente, serán <strong>la</strong>s formas afines <strong>la</strong>s que pa<strong>de</strong>cerán,<br />

por efecto <strong>de</strong> cierta inferioridad común heredada. Pero bien sean especies<br />

pertenecientes a <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, o a c<strong>la</strong>ses distintas, <strong>la</strong>s que hayan<br />

cedido su lugar a otras especies modificadas y perfeccionadas, <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s víctimas pue<strong>de</strong>n muchas veces conservarse durante <strong>al</strong>gún tiempo<br />

por estar adaptadas a <strong>al</strong>guna c<strong>la</strong>se particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> vida, o por habitar <strong>al</strong>guna<br />

estación distante y ais<strong>la</strong>da, don<strong>de</strong> habrán escapado a una ruda competencia.<br />

Por ejemplo, <strong>al</strong>gunas especies <strong>de</strong> Trigonia, un género gran<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

moluscos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones secundarias, sobrevive en los mares <strong>de</strong><br />

Austr<strong>al</strong>ia, y <strong>al</strong>gunos miembros <strong>de</strong>l grupo gran<strong>de</strong> y casi extinguido <strong>de</strong> los<br />

peces ganoi<strong>de</strong>os viven todavía en <strong>la</strong>s aguas dulces. Por consiguiente, <strong>la</strong><br />

extinción tot<strong>al</strong> <strong>de</strong> un grupo es, en gener<strong>al</strong>, como hemos visto, un proceso<br />

más lento que su producción.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> extinción, aparentemente repentina, <strong>de</strong> familias<br />

y ór<strong>de</strong>nes enteros, como <strong>la</strong> <strong>de</strong> los trilobites <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l período p<strong>al</strong>eozoico<br />

y <strong>la</strong> <strong>de</strong> los amonites <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l período secundario, <strong>de</strong>bemos recordar<br />

lo que ya se ha dicho sobre los <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo que probablemente<br />

ha habido entre nuestras formaciones consecutivas, y en estos<br />

interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong>be haber ocurrido una gran extinción lenta. A<strong>de</strong>más,<br />

cuando por súbita inmigración o por <strong>de</strong>sarrollo extraordinariamente rápido,<br />

muchas especies <strong>de</strong> un nuevo grupo han tomado posesión <strong>de</strong> una<br />

región, muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies antiguas tendrán que haber sido exterminadas<br />

<strong>de</strong> un modo igu<strong>al</strong>mente rápido, y <strong>la</strong>s formas que <strong>de</strong> este modo ce<strong>de</strong>n<br />

sus puestos serán, por lo común, afines, pues participarán <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

inferioridad.<br />

De esta manera, a mi parecer, el modo como llegan a extinguirse <strong>la</strong>s<br />

especies ais<strong>la</strong>das y los grupos enteros <strong>de</strong> especies se concilia bien con <strong>la</strong><br />

teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. No hemos <strong>de</strong> asombrarnos <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción;<br />

si <strong>de</strong> <strong>al</strong>go hemos <strong>de</strong> asombrarnos, que sea <strong>de</strong> nuestra propia presunción<br />

<strong>al</strong> imaginar por un momento que compren<strong>de</strong>mos <strong>la</strong>s muchas y complejas<br />

319


circunstancias <strong>de</strong> que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> cada especie. Si olvidamos<br />

por un instante que cada especie tien<strong>de</strong> a aumentar extraordinariamente,<br />

y que siempre están actuando causas que limitan este aumento,<br />

aun cuando raras veces <strong>la</strong>s veamos, toda <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza estará<br />

completamente obscurecida. En el momento en que podamos <strong>de</strong>cir<br />

exactamente por qué esta especie es más abundante en individuos que<br />

aquél<strong>la</strong>, por qué esta especie y no otra pue<strong>de</strong> ser natur<strong>al</strong>izada en un país<br />

dado, entonces, y sólo entonces, podremos encontrarnos justamente sorprendidos<br />

<strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r explicar <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> una especie dada o <strong>de</strong> un<br />

grupo <strong>de</strong> especies.<br />

De cómo <strong>la</strong>s formas orgánicas cambian casi simultáneamente en el<br />

mundo entero<br />

Apenas ningún <strong>de</strong>scubrimiento p<strong>al</strong>eontológico es más l<strong>la</strong>mativo que el<br />

hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s formas vivientes cambian casi simultáneamente en todo<br />

el mundo. Así, nuestra formación cretácica europea pue<strong>de</strong> ser reconocida<br />

en muchas regiones distantes, en climas los más diferentes, don<strong>de</strong> no<br />

pue<strong>de</strong> encontrarse ni un pedazo <strong>de</strong> <strong>la</strong> creta miner<strong>al</strong>, como en América<br />

<strong>de</strong>l Norte, en <strong>la</strong> región ecuatori<strong>al</strong> <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, en <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l<br />

Fuego, en el Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza y en <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> India,<br />

pues en estos puntos tan distantes los restos orgánicos presentan en ciertas<br />

capas una semejanza evi<strong>de</strong>nte con los <strong>de</strong>l cretácico. No es que se encuentren<br />

<strong>la</strong>s mismas especies, pues en <strong>al</strong>gunos casos ninguna especie es<br />

idénticamente igu<strong>al</strong>; pero pertenecen a <strong>la</strong>s mismas familias, géneros y<br />

secciones <strong>de</strong> géneros, y a veces tienen caracteres semejantes en puntos<br />

tan accesorios como <strong>la</strong> simple <strong>la</strong>bor superfici<strong>al</strong>. A<strong>de</strong>más, otras formas,<br />

que no se encuentran en el cretácico <strong>de</strong> Europa, pero que se presentan en<br />

<strong>la</strong>s formaciones superiores o inferiores, aparecen en el mismo or<strong>de</strong>n en<br />

estos puntos tan distantes <strong>de</strong>l mundo. En <strong>la</strong>s diferentes formaciones p<strong>al</strong>eozoicas<br />

sucesivas <strong>de</strong> Rusia, Europa occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> y América <strong>de</strong>l Norte, diferentes<br />

autores han observado un par<strong>al</strong>elismo semejante en <strong>la</strong>s formas<br />

orgánicas, y lo mismo ocurre, según Lyell, en los <strong>de</strong>pósitos terciarios <strong>de</strong><br />

Europa y América <strong>de</strong>l Norte. Aun prescindiendo por completo <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

especies fósiles que son comunes <strong>al</strong> Mundo Antiguo y <strong>al</strong> Nuevo, sería<br />

todavía manifiesto el par<strong>al</strong>elismo gener<strong>al</strong> en <strong>la</strong>s sucesivas formas orgánicas<br />

en los pisos p<strong>al</strong>eozoicos y terciarios, y podría fácilmente establecerse<br />

<strong>la</strong> corre<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong>s diferentes formaciones.<br />

Estas observaciones, sin embargo, se refieren a los habitantes marinos<br />

<strong>de</strong>l mundo; no tenemos datos suficientes para juzgar si <strong>la</strong>s producciones<br />

terrestres y <strong>de</strong> agua dulce, en puntos distantes, cambian <strong>de</strong>l mismo<br />

320


modo par<strong>al</strong>elo. Po<strong>de</strong>mos dudar <strong>de</strong> si han cambiado. Si el Megatherium,<br />

el Mylodon, <strong>la</strong> Macrauchenia y el Toxodon hubiesen sido traídos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

La P<strong>la</strong>ta a Europa, sin datos re<strong>la</strong>tivos a su posición geográfica, nadie habría<br />

sospechado que han coexistido con moluscos marinos, todos ellos<br />

vivientes todavía, y, como estos extraños monstruos coexistieron con el<br />

mastodonte y el cab<strong>al</strong>lo, se podía por lo menos haber supuesto que habían<br />

vivido en uno <strong>de</strong> los últimos pisos terciarios.<br />

Cuando se dice que <strong>la</strong>s formas marinas han cambiado simultáneamente<br />

en todo el mundo, no hay que suponer que esta expresión se refiere <strong>al</strong><br />

mismo año, ni <strong>al</strong> mismo siglo, ni siquiera que tenga un sentido geológico<br />

muy riguroso, pues si todos los anim<strong>al</strong>es marinos que ahora viven en<br />

Europa y todos los que vivieron en el período pleistoceno -período remotísimo,<br />

si se mi<strong>de</strong> en años, y que compren<strong>de</strong> toda <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>- se<br />

comparasen con los que existen ahora en América <strong>de</strong>l Sur o en Austr<strong>al</strong>ia,<br />

el más experto natur<strong>al</strong>ista apenas podría <strong>de</strong>cir si son los habitantes actu<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> Europa o los <strong>de</strong>l pleistoceno los que más se parecen a los <strong>de</strong>l hemisferio<br />

Sur. Así, también varios observadores competentísimos sostienen<br />

que <strong>la</strong>s producciones existentes en los Estados Unidos están más re<strong>la</strong>cionadas<br />

con <strong>la</strong>s que vivieron en Europa durante <strong>al</strong>gunos períodos terciarios<br />

mo<strong>de</strong>rnos que con los habitantes actu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Europa, y, si esto es<br />

así, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong>s capas fosilíferas que ahora se <strong>de</strong>positan en <strong>la</strong>s<br />

costas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte estarían expuestas con el tiempo a ser c<strong>la</strong>sificadas<br />

junto con capas europeas <strong>al</strong>go más antiguas. Sin embargo, mirando<br />

a una época futura muy lejana, es casi indudable que todas <strong>la</strong>s formaciones<br />

marinas más mo<strong>de</strong>rnas -o sean <strong>la</strong>s capas pliocenas superiores, <strong>la</strong>s<br />

pleistocenas y <strong>la</strong>s propiamente mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong> Europa, América <strong>de</strong>l Norte<br />

y <strong>de</strong>l Sur y Austr<strong>al</strong>ia- serían c<strong>la</strong>sificadas justamente como simultáneas en<br />

el sentido geológico, por contener restos fósiles afines en cierto grado y<br />

por no encerrar aquel<strong>la</strong>s formas que se encuentran sólo en los <strong>de</strong>pósitos<br />

más antiguos subyacentes.<br />

<strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s formas orgánicas cambien simultáneamente -en el<br />

sentido amplio antes indicado- en partes distantes <strong>de</strong>l mundo, ha impresionado<br />

mucho a dos gran<strong>de</strong>s observadores, monsieurs <strong>de</strong> Verneuil y<br />

d'Archiac. Después <strong>de</strong> recordar el par<strong>al</strong>elismo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas p<strong>al</strong>eozoicas<br />

en diferentes partes <strong>de</strong> Europa, aña<strong>de</strong>n: «Si, impresionados por este extraño<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sucesión, fijamos nuestra atención en América <strong>de</strong>l Norte<br />

y <strong>de</strong>scubrimos <strong>al</strong>lí una serie <strong>de</strong> fenómenos análogos, parecerá seguro<br />

que todas estas modificaciones <strong>de</strong> especies, su extinción y <strong>la</strong> introducción<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s nuevas, no pue<strong>de</strong>n ser los resultados <strong>de</strong> simples cambios en<br />

<strong>la</strong>s corrientes marinas o <strong>de</strong> otras causas más o menos loc<strong>al</strong>es y<br />

321


tempor<strong>al</strong>es, sino que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> leyes gener<strong>al</strong>es que rigen todo el reino<br />

anim<strong>al</strong>». Monsieur Barran<strong>de</strong> ha hecho exactamente, en el mismo sentido,<br />

consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> gran fuerza. Seria inútil por completo atribuir a los<br />

cambios <strong>de</strong> corrientes, climas u otras condiciones físicas <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s modificaciones<br />

en <strong>la</strong>s formas orgánicas en el mundo entero, en climas los<br />

más diferentes. Debemos atribuirlos, como Barran<strong>de</strong> ha hecho observar,<br />

a <strong>al</strong>guna ley especi<strong>al</strong>. Veremos esto más c<strong>la</strong>ramente cuando tratemos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> distribución actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> los seres orgánicos y notemos qué pequeña es <strong>la</strong><br />

re<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> los diferentes países y <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

<strong>de</strong> sus habitantes.<br />

Este gran hecho <strong>de</strong> <strong>la</strong> sucesión par<strong>al</strong>e<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas en todo<br />

el mundo es inexplicable por <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Las especies<br />

nuevas se forman por tener <strong>al</strong>guna ventaja sobre <strong>la</strong>s formas viejas,<br />

y <strong>la</strong>s formas que son ya dominantes, o tienen <strong>al</strong>guna ventaja sobre <strong>la</strong>s<br />

otras en su propio país, dan origen <strong>al</strong> mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s nuevas<br />

o especies incipientes. Tenemos pruebas c<strong>la</strong>ras <strong>de</strong> este hecho en que<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que son dominantes -esto es, que son más comunes y más extendidas-<br />

producen el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s nuevas. También es<br />

natur<strong>al</strong> que <strong>la</strong>s especies dominantes, variables y muy extendidas, que<br />

han invadido ya hasta cierto punto los territorios <strong>de</strong> otras especies, sean<br />

<strong>la</strong>s que tengan mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse todavía más y <strong>de</strong><br />

dar origen en nuevos países a otras nuevas varieda<strong>de</strong>s y especies. <strong>El</strong> proceso<br />

<strong>de</strong> difusión tuvo con frecuencia que ser lentísimo, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong><br />

cambios climatológicos y geográficos, <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntes extraordinarios y <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> aclimatación gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> nuevas especies a los diferentes climas por los<br />

que hubieron <strong>de</strong> pasar; pero en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo <strong>la</strong>s formas dominantes<br />

gener<strong>al</strong>mente tuvieron que conseguir difundirse y prev<strong>al</strong>ecer fin<strong>al</strong>mente.<br />

La difusión <strong>de</strong> los habitantes terrestres <strong>de</strong> los distintos continentes<br />

sería probablemente más lenta que <strong>la</strong> <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> los mares<br />

abiertos. Podíamos, por consiguiente, esperar encontrar, como encontramos,<br />

un par<strong>al</strong>elismo menos riguroso en <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones<br />

terrestres que en <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong>l mar.<br />

De este modo, a mi parecer, <strong>la</strong> sucesión par<strong>al</strong>e<strong>la</strong> y -en sentido ampliosimultánea<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas formas orgánicas en todo el mundo se concilia<br />

bien con el principio <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies nuevas han sido formadas por<br />

especies dominantes, en variación y muy extendidas; <strong>la</strong>s nuevas especies<br />

producidas <strong>de</strong> este modo son a su vez dominantes -<strong>de</strong>bido a haber tenido<br />

<strong>al</strong>guna ventaja sobre sus padres, ya dominantes, así como sobre otras<br />

especies- y se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> nuevo, varían y producen nuevas formas. Las<br />

especies viejas, que son <strong>de</strong>rrotadas y que ce<strong>de</strong>n su puesto a formas<br />

322


nuevas y victoriosas, estarán, gener<strong>al</strong>mente, reunidas en grupos, por heredar<br />

en común cierta inferioridad, y, por consiguiente, cuando se extien<strong>de</strong>n<br />

por el mundo grupos nuevos y perfeccionados, <strong>de</strong>saparecen <strong>de</strong>l<br />

mundo grupos viejos, y en todas partes tien<strong>de</strong> a haber correspon<strong>de</strong>ncia<br />

en <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> formas, tanto en su primera aparición como en su <strong>de</strong>saparición<br />

fin<strong>al</strong>.<br />

Hay otra observación digna <strong>de</strong> hacerse, re<strong>la</strong>cionada con este asunto.<br />

He dado <strong>la</strong>s razones que tengo para creer que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> nuestras<br />

gran<strong>de</strong>s formaciones, ricas en fósiles, se <strong>de</strong>positaron durante períodos <strong>de</strong><br />

hundimiento, y que hubo interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> gran extensión, en b<strong>la</strong>nco por lo<br />

que a fósiles se refiere, durante los períodos en que el fondo <strong>de</strong>l mar estaba<br />

estacionarlo o se levantaba, e igu<strong>al</strong>mente cuando el sedimento no se<br />

<strong>de</strong>positaba lo bastante <strong>de</strong> prisa para enterrar y conservar los restos orgánicos.<br />

Durante estos gran<strong>de</strong>s interv<strong>al</strong>os en b<strong>la</strong>nco, supongo que los habitantes<br />

<strong>de</strong> cada región experimentaron una consi<strong>de</strong>rable modificación y<br />

extinción, y que hubo muchas migraciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otras partes <strong>de</strong>l mundo.<br />

Como tenemos razones para creer que gran<strong>de</strong>s territorios experimentan<br />

el mismo movimiento, es probable que formaciones rigurosamente<br />

contemporáneas se hayan acumu<strong>la</strong>do muchas veces en espacios vastísimos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma parte <strong>de</strong>l mundo; pero estamos muy lejos <strong>de</strong> tener <strong>de</strong>recho<br />

a sacar <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que ha ocurrido <strong>de</strong> este modo invariablemente,<br />

y que <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s extensiones invariablemente han experimentado<br />

los mismos movimientos. Cuando dos formaciones se han <strong>de</strong>positado<br />

en dos regiones durante casi -aunque no exactamente- el mismo período,<br />

hemos <strong>de</strong> encontrar en ambas, por <strong>la</strong>s causas expuestas anteriormente, <strong>la</strong><br />

misma sucesión gener<strong>al</strong> en <strong>la</strong>s formas orgánicas; pero <strong>la</strong>s especies no se<br />

tienen que correspon<strong>de</strong>r exactamente, pues en una región había habido<br />

un poco más <strong>de</strong> tiempo que en <strong>la</strong> otra para <strong>la</strong> modificación, extinción e<br />

inmigración.<br />

Presumo que casos <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza se presentan en Europa. Míster<br />

Prestwich, en sus admirables Memorias sobre los <strong>de</strong>pósitos eocenos en<br />

Ing<strong>la</strong>terra y Francia, pue<strong>de</strong> establecer un estrecho par<strong>al</strong>elismo gener<strong>al</strong><br />

entre los pisos sucesivos en los dos países; pero cuando compara ciertos<br />

pisos <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra con los <strong>de</strong> Francia, aun cuando encuentra en ambos<br />

una curiosa conformidad en el número <strong>de</strong> especies pertenecientes a los<br />

mismos géneros, sin embargo, <strong>la</strong>s especies difieren <strong>de</strong> un modo muy difícil<br />

<strong>de</strong> explicar, teniendo en cuenta <strong>la</strong> proximidad <strong>de</strong> los dos países, a<br />

menos, c<strong>la</strong>ro está, que se admita que un istmo separó dos mares habitados<br />

por faunas distintas, aunque contemporáneas. Lyell ha hecho observaciones<br />

análogas acerca <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s últimas formaciones<br />

323


terciarias. Barran<strong>de</strong> igu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>muestra que existe un notable par<strong>al</strong>elismo<br />

gener<strong>al</strong> en los sucesivos <strong>de</strong>pósitos silúricos <strong>de</strong> Bohemia y Escandinavia;<br />

sin embargo, encuentra diferencia sorpren<strong>de</strong>nte en <strong>la</strong>s especies. Si<br />

<strong>la</strong>s varias formaciones no se han <strong>de</strong>positado en estas regiones exactamente<br />

durante los mismos períodos -una formación en una región correspon<strong>de</strong><br />

con frecuencia a un interv<strong>al</strong>o en otra-, y si en ambas regiones<br />

<strong>la</strong>s especies han ido cambiando lentamente durante <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s diferentes formaciones y durante los <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo entre<br />

el<strong>la</strong>s, en este caso, <strong>la</strong>s diferentes formaciones en <strong>la</strong>s dos regiones pudieron<br />

quedar dispuestas en el mismo or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> acuerdo con <strong>la</strong> sucesión<br />

gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas, y el or<strong>de</strong>n parecería f<strong>al</strong>samente ser par<strong>al</strong>elo<br />

con todo rigor, y, sin embargo, todas <strong>la</strong>s especies no serían <strong>la</strong>s mismas<br />

en los pisos, en apariencia correspondientes, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos regiones.<br />

De <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies extinguidas entre sí y con <strong>la</strong>s formas<br />

vivientes<br />

Consi<strong>de</strong>ramos ahora <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s mutuas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes y<br />

extinguidas. Se reparten todas entre un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses,<br />

y este hecho se explica en seguida por el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.<br />

Por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, cuanto más antigua es una forma, tanto más difiere <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s formas vivientes; pero, como Buck<strong>la</strong>nd ha hecho observar hace mucho<br />

tiempo, <strong>la</strong>s especies extinguidas pue<strong>de</strong>n c<strong>la</strong>sificarse todas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

los grupos todavía existentes o en los interv<strong>al</strong>os entre ellos. <strong>El</strong> que <strong>la</strong>s<br />

formas orgánicas extinguidas ayudan a llenar los interv<strong>al</strong>os que existen<br />

entre géneros, familias y ór<strong>de</strong>nes vivientes, es ciertísimo; pero como esta<br />

afirmación ha sido con frecuencia ignorada y hasta negada, pue<strong>de</strong> ser ú-<br />

til hacer <strong>al</strong>gunas observaciones sobre este punto y citar <strong>al</strong>gunos ejemplos.<br />

Si limitamos nuestra atencíón a <strong>la</strong>s especies vivientes, o a <strong>la</strong>s especies<br />

extinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, <strong>la</strong> serie es mucho menos perfecta que<br />

si combinamos ambas en un sistema gener<strong>al</strong>. En los escritos <strong>de</strong>l profesor<br />

Owen nos encontramos continuamente con <strong>la</strong> expresión formas gener<strong>al</strong>izadas<br />

aplicada a anim<strong>al</strong>es extinguidos, y en los escritos <strong>de</strong> Agassiz con <strong>la</strong><br />

expresión tipos proféticos o sintéticos, y estos términos implican el que<br />

t<strong>al</strong>es formas son <strong>de</strong> hecho es<strong>la</strong>bones intermedios o <strong>de</strong> unión. Otro distinguido<br />

p<strong>al</strong>eontólogo, monsieur Gaudry, ha <strong>de</strong>mostrado <strong>de</strong>l modo más<br />

notable que muchos <strong>de</strong> los mamíferos fósiles <strong>de</strong>scubiertos por él en el Á-<br />

tica sirven para llenar los interv<strong>al</strong>os que existen entre géneros vivientes.<br />

Cuvier c<strong>la</strong>sificaba los rumiantes y los paqui<strong>de</strong>rmos como dos ór<strong>de</strong>nes,<br />

<strong>de</strong> los más distintos, <strong>de</strong> mamíferos; pero han sido <strong>de</strong>senterradas tantas<br />

formas intermedias fósiles, que Owen ha tenido que <strong>al</strong>terar toda <strong>la</strong><br />

324


c<strong>la</strong>sificación, y ha colocado ciertos paqui<strong>de</strong>rmos en un mismo subor<strong>de</strong>n<br />

con rumiantes; por ejemplo, anu<strong>la</strong>, mediante graduaciones, el interv<strong>al</strong>o,<br />

gran<strong>de</strong> en apariencia, entre el cerdo y el camello. Los ungu<strong>la</strong>dos o mamíferos<br />

<strong>de</strong> cascos y pezuñas se divi<strong>de</strong>n ahora en un grupo con número par<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>dos y otro con número impar <strong>de</strong> <strong>de</strong>dos; pero <strong>la</strong> Macrauchenia <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Sur en<strong>la</strong>za hasta cierto punto estas dos gran<strong>de</strong>s divisiones.<br />

Nadie negará que el Hipparion es intermedio entre el cab<strong>al</strong>lo viviente y<br />

ciertas formas ungu<strong>la</strong>das más antiguas; el Typotherium <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l<br />

Sur, que no pue<strong>de</strong> ser colocado en ninguno <strong>de</strong> los ór<strong>de</strong>nes vivientes, ¡qué<br />

maravilloso es<strong>la</strong>bón intermediario constituye en <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> los mamíferos,<br />

como lo indica el nombre que le ha dado el profesor Gervais! Los<br />

sirenios forman un grupo bien distinto <strong>de</strong> mamíferos, y una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más<br />

notables particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l dugong y <strong>de</strong>l manatí actu<strong>al</strong>es es <strong>la</strong> f<strong>al</strong>ta<br />

completa <strong>de</strong> miembros posteriores, sin que haya quedado ni siquiera un<br />

rudimento; pero el extinguido H<strong>al</strong>itherium tenía, según el profesor Flower,<br />

el fémur osificado «articu<strong>la</strong>do en un acetábulo bien <strong>de</strong>finido en <strong>la</strong><br />

pelvis», y constituye así una aproximación a los mamíferos ungu<strong>la</strong>dos<br />

ordinarios, <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es los sirenios son afines por otros conceptos. Los<br />

cetáceos son muy diferentes <strong>de</strong> todos los otros mamíferos, pero el Zeuglodon<br />

y el Squ<strong>al</strong>odon terciarios que han sido colocados por <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas<br />

en un or<strong>de</strong>n constituido por ellos solos, son consi<strong>de</strong>rados por<br />

el profesor Huxley como cetáceos indubitables, «y como constituyendo<br />

formas <strong>de</strong> unión con los carnívoros acuáticos».<br />

<strong>El</strong> natur<strong>al</strong>ista que se acaba <strong>de</strong> citar ha <strong>de</strong>mostrado que, incluso el gran<br />

interv<strong>al</strong>o que existe entre <strong>la</strong>s aves y los reptiles, se s<strong>al</strong>va en parte <strong>de</strong>l modo<br />

más inesperado, <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do, mediante el avestruz y <strong>la</strong> extinguida Archeopteryx,<br />

y, <strong>de</strong> otro, mediante el Compsognathus, uno <strong>de</strong> los dinosaurios,<br />

grupo que compren<strong>de</strong> los más gigantescos <strong>de</strong> todos los reptiles terrestres.<br />

Volviendo a los invertebrados, afirma Barran<strong>de</strong> -y no pue<strong>de</strong><br />

nombrarse una autoridad mayor- que los <strong>de</strong>scubrimientos cada día le enseñan<br />

que, aun cuando los anim<strong>al</strong>es p<strong>al</strong>eozoicos pue<strong>de</strong>n ciertamente ser<br />

c<strong>la</strong>sificados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los grupos vivientes, sin embargo, en este antiguo<br />

período, los grupos no estaban tan distintamente separados unos <strong>de</strong><br />

otros como lo están ahora.<br />

Algunos autores se han opuesto a que ninguna especie extinguida o<br />

grupo <strong>de</strong> especies <strong>de</strong>ba ser consi<strong>de</strong>rada como intermediaria entre cu<strong>al</strong>esquiera<br />

dos especies vivientes o grupos <strong>de</strong> especies. Si con esto se entien<strong>de</strong><br />

que ninguna forma extinguida es directamente intermedia por todos<br />

sus caracteres entre dos formas o grupos vivientes, <strong>la</strong> objeción es probablemente<br />

válida. Pero en una c<strong>la</strong>sificación natur<strong>al</strong>, muchas especies<br />

325


fósiles quedan situadas ciertamente entre dos especies vivientes, y <strong>al</strong>gunos<br />

géneros extinguidos quedan entre géneros vivientes, incluso entre<br />

géneros pertenecientes a familias distintas. <strong>El</strong> caso más común, especi<strong>al</strong>mente<br />

por lo que se refiere a grupos muy distintos, como peces y reptiles,<br />

parece ser que, suponiendo que se distingan actu<strong>al</strong>mente por una<br />

veintena <strong>de</strong> caracteres, los miembros antiguos están separados por un<br />

número <strong>al</strong>go menor <strong>de</strong> caracteres; <strong>de</strong> modo que los dos grupos estaban<br />

antes <strong>al</strong>go más próximos que lo están actu<strong>al</strong>mente.<br />

Es una creencia común que, cuanto más antigua es una forma, tanto<br />

más tien<strong>de</strong> a en<strong>la</strong>zar, por <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> sus caracteres, grupos actu<strong>al</strong>mente<br />

muy separados. Esta observación indudablemente tiene que ser restringida<br />

a aquellos grupos que han sufrido gran<strong>de</strong>s cambios en el transcurso<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s geológicas, y sería difícil probar <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong> proposición,<br />

pues, <strong>de</strong> vez en cuando, se <strong>de</strong>scubre <strong>al</strong>gún anim<strong>al</strong> viviente, como el<br />

Lepidosiren, que tiene afinida<strong>de</strong>s directas con grupos muy distintos. Sin<br />

embargo, si comparamos los reptiles y batracios más antiguos, los peces<br />

más antiguos, los cef<strong>al</strong>ópodos más antiguos y los mamíferos eocenos con<br />

los representantes más mo<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas c<strong>la</strong>ses, tenemos que admitir<br />

que hay <strong>al</strong>go <strong>de</strong> verdad en <strong>la</strong> observación.<br />

Veamos hasta dón<strong>de</strong> estos diferentes hechos y <strong>de</strong>ducciones están <strong>de</strong><br />

acuerdo con <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación. Como el<br />

asunto es <strong>al</strong>go complicado, tengo que rogar <strong>al</strong> lector que vuelva <strong>al</strong> cuadro<br />

<strong>de</strong>l capitulo cuarto. Po<strong>de</strong>mos suponer que <strong>la</strong>s letras bastardil<strong>la</strong>s con<br />

números representan géneros, y <strong>la</strong>s líneas <strong>de</strong> puntos divergentes, a partir<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> cada género. <strong>El</strong> cuadro es <strong>de</strong>masiado sencillo,<br />

pues se indican muy pocos géneros y muy pocas especies; pero esto carece<br />

<strong>de</strong> importancia para nosotros. Las líneas horizont<strong>al</strong>es pue<strong>de</strong>n representar<br />

formaciones geológicas sucesivas, y todas <strong>la</strong>s formas por <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> línea superior pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse corno extinguidas. Los tres géneros<br />

vivientes, a14, q14, p14, formarán una pequeña familia: b14 y f14,<br />

una familia o subfamilia muy próxima, y o14, e14 y m14, una tercera familia.<br />

Estas tres familias, junto con los muchos géneros extinguidos en<br />

<strong>la</strong>s diferentes líneas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia divergentes a partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma madre<br />

A, formarán un or<strong>de</strong>n, pues todas habrán heredado <strong>al</strong>go en común<br />

<strong>de</strong> su remoto antepasado. Según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia continua a<br />

<strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres, que fue explicado antes, mediante el cuadro,<br />

cuanto más reciente es una forma, tanto más gener<strong>al</strong>mente diferirá <strong>de</strong> su<br />

remoto antepasado. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong>s formas antiguas difieran más <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas vivientes. No <strong>de</strong>bemos,<br />

sin embargo, suponer que <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres sea un hecho<br />

326


necesario; <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> sólo <strong>de</strong> que los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> una especie son <strong>de</strong><br />

este modo capaces <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> muchos y diferentes puestos en <strong>la</strong><br />

economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. En consecuencia, es perfectamente posible,<br />

como hemos visto en el caso <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas formas silúricas, que una especie<br />

pueda subsistir modificándose ligeramente, en re<strong>la</strong>ción con sus condiciones<br />

<strong>de</strong> vida poco cambiadas, y, sin embargo, conserve durante un <strong>la</strong>rgo<br />

período los mismos caracteres gener<strong>al</strong>es. Esto está representado en el<br />

diagrama por <strong>la</strong> letra F14.<br />

Las numerosas formas extinguidas y vivientes que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> A,<br />

constituyen todas, según antes se hizo observar, un or<strong>de</strong>n, y este or<strong>de</strong>n,<br />

por el efecto continuado <strong>de</strong> <strong>la</strong> extinción y divergencia <strong>de</strong> caracteres, ha<br />

llegado a dividirse en varias familias y subfamilias, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es<br />

se supone que han perecido en diferentes períodos y otras han resistido<br />

hasta hoy día.<br />

Mirando el cuadro po<strong>de</strong>mos ver que, si en diferentes puntos <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte<br />

inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie fuesen <strong>de</strong>scubiertas muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas extinguidas,<br />

que se supone que están enterradas en <strong>la</strong>s formaciones sucesivas, <strong>la</strong>s<br />

tres familias vivientes que están encima <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea superior resultarían<br />

menos distintas entre sí. Si, por ejemplo, los géneros a1, a5, a10, f8, m3,<br />

m6, m9, fuesen <strong>de</strong>senterrados, estas tres familias estarían tan estrechamente<br />

unidas entre sí, que probablemente habrían tenido que ser reunidas,<br />

formando una gran familia, casi <strong>de</strong>l mismo modo que ha ocurrido<br />

con los rumiantes y ciertos paqui<strong>de</strong>rmos. Sin embargo, el que se opusiese<br />

a consi<strong>de</strong>rar como intermedios los géneros extinguidos que en<strong>la</strong>zan <strong>de</strong><br />

este modo los géneros vivientes <strong>de</strong> tres familias, tendría en parte razón,<br />

pues son intermedios no directamente, sino sólo mediante un camino <strong>la</strong>rgo<br />

y tortuoso, pasando por muchas y muy diferentes formas. Si fuesen<br />

<strong>de</strong>scubiertas muchas formas extinguidas por encima <strong>de</strong> una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s líneas<br />

horizont<strong>al</strong>es o formaciones geológicas intermedias -por ejemplo, por encima<br />

<strong>de</strong> VI-, y ninguna por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> esta línea, entonces sólo dos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

familias -<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> izquierda, a14, etc., y b14, etc.-, tendrían que ser reunidas<br />

en una so<strong>la</strong>, y quedarían dos familias, que serían menos distintas entre<br />

sí <strong>de</strong> lo que lo eran antes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> los fósiles. Del mismo<br />

modo también, si se supone que <strong>la</strong>s tres familias formadas por los ocho<br />

géneros (a14 a m14), situados sobre <strong>la</strong> línea superior difieren entre sí por<br />

media docena <strong>de</strong> caracteres importantes, en este caso, <strong>la</strong>s familias que<br />

existieron en el período seña<strong>la</strong>do por <strong>la</strong> línea VI habrían seguramente diferido<br />

entre sí por un número menor <strong>de</strong> caracteres, pues en este estado<br />

primitivo habrían divergido menos a partir <strong>de</strong> su antepasado común. Así<br />

ocurre que los géneros antiguos y extinguidos son con frecuencia, en<br />

327


mayor o menor grado, <strong>de</strong> caracteres intermedios entre sus modificados<br />

<strong>de</strong>scendientes o entre sus parientes co<strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es.<br />

En <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza este proceso será mucho más complicado <strong>de</strong> lo que<br />

representa el cuadro, pues los grupos serán más numerosos, habrán subsistido<br />

durante espacios <strong>de</strong> tiempo sumamente <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es y se habrán<br />

modificado en diferente grado. Como poseemos sólo el último tomo <strong>de</strong>l<br />

registro geológico, y éste en un estado muy incompleto, no tenemos <strong>de</strong>recho<br />

a esperar -s<strong>al</strong>vo en raros casos- que se llenen los gran<strong>de</strong>s interv<strong>al</strong>os<br />

<strong>de</strong>l sistema natur<strong>al</strong> y que, <strong>de</strong> este modo, se unan familias y ór<strong>de</strong>nes distintos.<br />

Todo lo que tenemos <strong>de</strong>recho a esperar es que los grupos que han<br />

experimentado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> períodos geológicos conocidos muchas modificaciones,<br />

se aproximen un poco entre sí en <strong>la</strong>s formaciones más antiguas,<br />

<strong>de</strong> suerte que los miembros más antiguos difieran entre sí, en <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

sus caracteres, menos que los miembros vivientes <strong>de</strong> los mismos grupos,<br />

y, según <strong>la</strong>s pruebas coinci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> nuestros mejores p<strong>al</strong>eontólogos, esto<br />

es lo que ocurre frecuentemente. Así se explican, <strong>de</strong> un modo satisfactorio,<br />

según <strong>la</strong> teoria <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, los princip<strong>al</strong>es<br />

hechos referentes a <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas extinguidas<br />

entre sí y con <strong>la</strong>s formas vivientes; y según otra opinión, son estos hechos<br />

por completo inexplicables.<br />

Según esta misma teoría, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong> fauna <strong>de</strong> uno cu<strong>al</strong>quiera<br />

<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s períodos <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra será intermedia, por su<br />

carácter gener<strong>al</strong>, entre <strong>la</strong> que le precedió y <strong>la</strong> que le sucedió. Así, <strong>la</strong>s especies<br />

que vivieron en el sexto <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s períodos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l cuadro son los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que vivieron en el<br />

quinto, y <strong>la</strong>s progenitoras, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que llegaron a modificarse todavía más<br />

en el séptimo; por tanto, difícilmente pudieron <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser casi intermedias<br />

por sus caracteres entre <strong>la</strong>s formas orgánicas <strong>de</strong> encima y <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo.<br />

Debemos en todo caso tener en cuenta <strong>la</strong> completa extinción <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas<br />

formas prece<strong>de</strong>ntes, y, en cada región, <strong>la</strong> inmigración <strong>de</strong> formas nuevas<br />

<strong>de</strong> otras regiones, y una intensa modificación durante los <strong>la</strong>rgos períodos<br />

en b<strong>la</strong>nco entre dos formaciones sucesivas. Hechas estas <strong>de</strong>ducciones, <strong>la</strong><br />

fauna <strong>de</strong> cada período geológico es, indudablemente, <strong>de</strong> carácter intermedio<br />

entre <strong>la</strong> fauna prece<strong>de</strong>nte y <strong>la</strong> siguiente. No necesito dar más que<br />

un ejemplo: el modo como los fósiles <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong>vónico, cuando se<br />

<strong>de</strong>scubrió este sistema, fueron en el acto reconocidos por los p<strong>al</strong>eontólogos<br />

como <strong>de</strong> carácter intermedio entre los <strong>de</strong>l sistema carbonífero, que<br />

está encima, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l sistema silúrico, que está <strong>de</strong>bajo. Pero cada fauna<br />

no es, por necesidad, rigurosamente intermedia, pues han transcurrido<br />

espacios <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tiempo entre formaciones consecutivas.<br />

328


<strong>El</strong> que ciertos géneros presenten excepciones a <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> no constituye<br />

una dificultad positiva para <strong>la</strong> exactitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> afirmación <strong>de</strong> que <strong>la</strong> fauna<br />

<strong>de</strong> cada período es, en conjunto, <strong>de</strong> carácter próximamente intermedio<br />

entre <strong>la</strong> fauna prece<strong>de</strong>nte y <strong>la</strong> siguiente. Por ejemplo, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong><br />

mastodontes y elefantes, or<strong>de</strong>nadas por el doctor F<strong>al</strong>coner en dos series -<br />

<strong>la</strong> primera según sus afinida<strong>de</strong>s mutuas y <strong>la</strong> segunda según sus períodos<br />

<strong>de</strong> existencia- no se correspon<strong>de</strong>n en or<strong>de</strong>n. Ni <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> caracteres<br />

extremos son <strong>la</strong>s más antiguas o <strong>la</strong>s más mo<strong>de</strong>rnas, ni <strong>la</strong>s <strong>de</strong> caracteres<br />

intermedios son <strong>de</strong> antigüedad intermedia; pero suponiendo, por un instante,<br />

en este y otros casos semejantes, que el registro <strong>de</strong> primeras operaciones<br />

y <strong>de</strong>sapariciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies estuviese completo -lo que está<br />

muy lejos <strong>de</strong> ocurrir-, no tenemos motivo para creer que <strong>la</strong>s formas producidas<br />

suoesivamente duren necesariamente espacios igu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tiempo.<br />

Una forma antiquísima pue<strong>de</strong> a veces haber perdurado mucho más<br />

que una forma producida <strong>de</strong>spués en cu<strong>al</strong>quier parte, sobre todo, en el<br />

caso <strong>de</strong> seres terrestres que viven en regiones separadas. Comparando<br />

<strong>la</strong>s cosas pequeñas con <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s, si <strong>la</strong>s razas princip<strong>al</strong>es vivientes y<br />

extinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma doméstica se dispusiesen en serie, según su afinidad,<br />

este or<strong>de</strong>n no estaría exactamente <strong>de</strong> acuerdo con el or<strong>de</strong>n cronológico<br />

<strong>de</strong> su producción, y aun menos con el <strong>de</strong> su <strong>de</strong>saparición, pues <strong>la</strong><br />

p<strong>al</strong>oma silvestre, forma madre, vive todavía, y muchas varieda<strong>de</strong>s entre<br />

<strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre y <strong>la</strong> mensajera inglesa o carrier se han extinguido, y<br />

<strong>la</strong>s mensajeras inglesas, que, por el importante carácter <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l<br />

pico, están en un extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie, se originaron antes que los volteadores<br />

o tumblers <strong>de</strong> pico corto, que están, por este concepto, en el extremo<br />

opuesto <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie.<br />

Íntimamente re<strong>la</strong>cionado con <strong>la</strong> afirmación <strong>de</strong> que los restos orgánicos<br />

<strong>de</strong> una formación intermedia son, hasta cierto punto, <strong>de</strong> carácter intermedio,<br />

está el hecho, sobre el que han insistido todos los p<strong>al</strong>eontólogos,<br />

<strong>de</strong> que los fósiles <strong>de</strong> dos formaciones consecutivas están mucho más re<strong>la</strong>cionados<br />

entre sí que los <strong>de</strong> dos formaciones distantes. Pictet da un<br />

ejemplo muy conocido: el <strong>de</strong> <strong>la</strong> semejanza gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> los fósiles <strong>de</strong> los diferentes<br />

pisos <strong>de</strong> <strong>la</strong> formación cretácica, aunque <strong>la</strong>s especies son distintas<br />

en cada piso. Este sólo hecho, por su gener<strong>al</strong>idad, parece haber hecho vaci<strong>la</strong>r<br />

<strong>al</strong> profesor Pictet en su creencia en <strong>la</strong> inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies.<br />

<strong>El</strong> que esté familiarizado con <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes sobre<br />

<strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l globo no intentará explicar <strong>la</strong> gran semejanza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies distintas en formaciones consecutivas porque hayan permanecido<br />

casi igu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s antiguas regiones. Recordamos<br />

que <strong>la</strong>s formas orgánicas -por lo menos <strong>la</strong>s que viven en el<br />

329


mar- han cambiado casi simultáneamente en el mundo, y, por consiguiente,<br />

en climas y condiciones los más diferentes. Considérense <strong>la</strong>s prodigiosas<br />

vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l clima durante el período pleistoceno, que compren<strong>de</strong><br />

toda <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>, y nótese lo poco que han influido en <strong>la</strong>s formas<br />

específicas <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l mar.<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, es c<strong>la</strong>ra toda <strong>la</strong> significación <strong>de</strong>l hecho<br />

<strong>de</strong> que los restos fósiles <strong>de</strong> formaciones consecutivas estén muy re<strong>la</strong>cionados.<br />

Como <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> cada formación ha sido con frecuencia<br />

interrumpida, y como entre <strong>la</strong>s formaciones sucesivas se han interca<strong>la</strong>do<br />

<strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os en b<strong>la</strong>nco, no <strong>de</strong>bemos esperar encontrar, según intenté<br />

<strong>de</strong>mostrar en el capítulo anterior, en una o dos formaciones, todas<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias entre <strong>la</strong>s especies que aparecieron <strong>al</strong> principio<br />

y <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> estos períodos; pero, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> espacios <strong>de</strong> tiempo <strong>la</strong>rguísimos,<br />

si se mi<strong>de</strong>n por años, aunque sólo <strong>al</strong>go <strong>la</strong>rgos si se mi<strong>de</strong>n geológicamente,<br />

hemos <strong>de</strong> encontrar formas muy afines o, como han sido l<strong>la</strong>madas<br />

por <strong>al</strong>gunos autores, especies representativas, y éstas ciertamente <strong>la</strong>s<br />

encontramos. En una pa<strong>la</strong>bra: encontramos aquel<strong>la</strong>s pruebas que tenemos<br />

<strong>de</strong>recho a esperar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s transformaciones lentas y apenas sensibles<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas especificas.<br />

Del estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas antiguas, comparado con el <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s vivientes<br />

Hemos visto en el capítulo cuarto que <strong>la</strong> diferencia y especi<strong>al</strong>ización<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes en los seres orgánicos, cuando llegan a <strong>la</strong> edad adulta, es <strong>la</strong><br />

mejor medida hasta ahora conocida <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> perfección o superioridad.<br />

También hemos visto que, como <strong>la</strong> especi<strong>al</strong>ización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes es<br />

una ventaja para todo ser, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>rá a hacer <strong>la</strong> organización<br />

<strong>de</strong> todo ser más especi<strong>al</strong>izada y perfecta, y, en este sentido, superior;<br />

aunque esto no es <strong>de</strong>cir que no pueda <strong>de</strong>jar muchos seres con una<br />

conformación sencil<strong>la</strong> y sin perfeccionar, a<strong>de</strong>cuados a condiciones sencil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> vida, ni que, en <strong>al</strong>gunos casos, incluso no <strong>de</strong>gra<strong>de</strong> o simplifique <strong>la</strong><br />

organización; <strong>de</strong>jando, sin embargo, estos <strong>de</strong>gradados más a<strong>de</strong>cuados<br />

para su nuevo género <strong>de</strong> vida. Las nuevas especies llegan a ser superiores<br />

a sus pre<strong>de</strong>cesoras <strong>de</strong> otro modo más gener<strong>al</strong>, pues tienen que vencer<br />

en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida a todas <strong>la</strong>s formas viejas, con <strong>la</strong>s que entran en estrecha<br />

competencia. Por consiguiente, hemos <strong>de</strong> llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong><br />

que, si en clima casi igu<strong>al</strong> los habitantes eocenos <strong>de</strong>l mundo pudiesen ser<br />

puestos en competencia con los actu<strong>al</strong>es, aquéllos serían <strong>de</strong>rrotados y exterminados<br />

por éstos, como lo serían <strong>la</strong>s formas secundarias por <strong>la</strong>s eocenas<br />

y <strong>la</strong>s formas p<strong>al</strong>eozoicas por <strong>la</strong>s secundarias. De modo que, en esta<br />

330


prueba fundament<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> victoria en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, lo mismo que<br />

tomando como medida <strong>la</strong> especi<strong>al</strong>ización <strong>de</strong> órganos, <strong>la</strong>s formas mo<strong>de</strong>rnas,<br />

según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>-selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong>ben ser más elevadas que<br />

<strong>la</strong>s formas antiguas. ¿Ocurre así? Una gran mayoría <strong>de</strong> p<strong>al</strong>eontólogos<br />

contestará afirmativamente, y parece que esta respuesta podría admitirse<br />

como cierta, aunque sea difícil <strong>de</strong> probar.<br />

No es una objeción válida a esta conclusión el que ciertos braquiópodos<br />

se han modificado muy poco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una época geológica remotísima,<br />

y que ciertos moluscos terrestres y <strong>de</strong> agua dulce han permanecido casi<br />

los mismos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo en que, hasta don<strong>de</strong> sabemos, aparecieron<br />

por vez primera. No es una dificultad insuperable el que <strong>la</strong> organización<br />

<strong>de</strong> los foraminíferos, como ha seña<strong>la</strong>do con insistencia el doctor Carpenter,<br />

no haya progresado incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> época <strong>la</strong>urentina, pues <strong>al</strong>gunos organismos<br />

tienen que haber quedado a<strong>de</strong>cuados a condiciones sencil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> vida; y ¿qué podría haber más a<strong>de</strong>cuado a este fin que estos protozoos<br />

<strong>de</strong> organización inferior? Objeciones t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s anteriores serían<br />

fat<strong>al</strong>es para mi teoría, si ésta comprendiese el progreso en <strong>la</strong> organización<br />

como una condición necesaria. Serían también fat<strong>al</strong>es si pudiera<br />

probarse que estos foraminíferos, por ejemplo, habían empezado a existir<br />

durante <strong>la</strong> época <strong>la</strong>urentina, o aquellos braquiópodos durante <strong>la</strong> formación<br />

cámbrica; pues, en este caso, no habría habido tiempo suficiente para<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> estos organismos hasta el tipo que entonces habían <strong>al</strong>canzado.<br />

Cuando han llegado hasta un punto dado, no es necesario, según<br />

<strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, que continúen progresando más,<br />

aunque, durante los tiempos sucesivos, tendrán que modificarse un poco<br />

para conservar sus puestos en re<strong>la</strong>ción con los pequeños cambios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

condiciones <strong>de</strong> existencia. Las objeciones prece<strong>de</strong>ntes giran <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

problema <strong>de</strong> si conocemos re<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> edad <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, y en qué período<br />

aparecieron por vez primera <strong>la</strong>s diferentes formas orgánicas, y esto es<br />

muy discutido.<br />

<strong>El</strong> problema <strong>de</strong> si <strong>la</strong> organización en conjunto ha a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntado o no, es<br />

por muchos conceptos complicadísimo. Los registros geológicos, incompletos<br />

en todos tiempos, no <strong>al</strong>canzan lo bastante atrás para <strong>de</strong>mostrar<br />

con c<strong>la</strong>ridad evi<strong>de</strong>nte que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia conocida <strong>de</strong>l mundo <strong>la</strong><br />

organización ha avanzado mucho. Aun hoy día, consi<strong>de</strong>rando los miembros<br />

<strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se, los natur<strong>al</strong>istas no están <strong>de</strong> acuerdo en qué formas<br />

<strong>de</strong>ben ser c<strong>la</strong>sificadas como superiores; así, <strong>al</strong>gunos consi<strong>de</strong>ran los<br />

se<strong>la</strong>cios, por su aproximación a los reptiles en <strong>al</strong>gunos puntos importantes<br />

<strong>de</strong> su conformación, como los peces superiores; otros consi<strong>de</strong>ran como<br />

superiores los teleósteos. Los ganoi<strong>de</strong>os ocupan una posición<br />

331


intermedia entre los se<strong>la</strong>cios y los teleósteos; estos últimos actu<strong>al</strong>mente<br />

son, por su número, muy prepon<strong>de</strong>rantes; pero en otro tiempo existieron<br />

los se<strong>la</strong>cios y ganoi<strong>de</strong>os solos, y, en este caso, según el tipo <strong>de</strong> superioridad<br />

que se elija, se dirá que han a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntado o retrocedido en su organización.<br />

<strong>El</strong> intento <strong>de</strong> comparar en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> superioridad formas <strong>de</strong><br />

distintos tipos parece ser vano. ¿Quién <strong>de</strong>cidirá si una gibia es superior a<br />

una abeja, insecto que el gran von Baer cree que es «<strong>de</strong> hecho <strong>de</strong> organización<br />

superior a <strong>la</strong> <strong>de</strong> un pez, aunque <strong>de</strong> otro tipo»? En <strong>la</strong> complicada<br />

lucha por <strong>la</strong> vida, es muy creíble que crustáceos no muy elevados <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> su misma c<strong>la</strong>se pudieron <strong>de</strong>rrotar a cef<strong>al</strong>ópodos, que son los moluscos<br />

superiores, y estos crustáceos, aunque no muy elevados por su organización,<br />

estarían muy arriba en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es invertebrados<br />

si se juzgase por <strong>la</strong> más <strong>de</strong>cisiva <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s pruebas, <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha.<br />

Aparte <strong>de</strong> estas dificulta<strong>de</strong>s intrínsecas <strong>al</strong> <strong>de</strong>cidir qué formas son <strong>la</strong>s más<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntadas en organización, no <strong>de</strong>bemos comparar so<strong>la</strong>mente los miembros<br />

superiores <strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se en dos periodos -aun cuando indudablemente<br />

es éste un elemento, y quizá el más importante, <strong>al</strong> hacer una comparación-,<br />

sino que <strong>de</strong>bemos comparar todos los miembros, superiores e<br />

inferiores, en los dos períodos. En una época antigua bullían en gran número<br />

los anim<strong>al</strong>es moluscoid<strong>al</strong>es más superiores y más inferiores, o sean,<br />

cef<strong>al</strong>ópodos y braquiópodos; actu<strong>al</strong>mente ambos grupos están muy<br />

reducidos, mientras que otros <strong>de</strong> organización intermedia han aumentado<br />

mucho, y, en consecuencia, <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas sostienen que los moluscos<br />

tuvieron en otro tiempo un <strong>de</strong>sarrollo superior <strong>al</strong> que ahora tienen;<br />

pero <strong>de</strong>l <strong>la</strong>do contrario pue<strong>de</strong> seña<strong>la</strong>rse un hecho más po<strong>de</strong>roso,<br />

consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> gran reducción <strong>de</strong> los braquiópodos y el que los cef<strong>al</strong>ópodos<br />

vivientes, aunque pocos en número, son <strong>de</strong> organización más elevada<br />

que sus representantes antiguos. Debemos también comparar en<br />

dos períodos los números re<strong>la</strong>tivos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses superiores o inferiores<br />

en todo el mundo; si, por ejemplo, hoy en día existen cincuenta mil especies<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es vertebrados, y sabemos que en <strong>al</strong>gún período anterior<br />

existieron sólo diez mil, <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar este aumento <strong>de</strong> número en<br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se más elevada, que implica un gran <strong>de</strong>s<strong>al</strong>ojamiento <strong>de</strong> formas inferiores,<br />

como un a<strong>de</strong><strong>la</strong>nto <strong>de</strong>cisivo en <strong>la</strong> organización <strong>de</strong>l mundo. Vemos,<br />

así, lo <strong>de</strong>sesperadamente dificultoso que es comparar con completa justicia,<br />

en re<strong>la</strong>ciones tan sumamente complejas, el grado <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s faunas, imperfectamente conocidas, <strong>de</strong> los sucesivos períodos.<br />

Apreciaremos más c<strong>la</strong>ramente esta dificultad consi<strong>de</strong>rando ciertas faunas<br />

y flores extinguidas. Por <strong>la</strong> manera extraordinaria como <strong>la</strong>s producciones<br />

europeas se han difundido recientemente por Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y<br />

332


han arrebatado los puestos que <strong>de</strong>bieron haber estado ocupados anteriormente<br />

por los indígenas, hemos <strong>de</strong> creer que, si todos los anim<strong>al</strong>es y<br />

p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña fuesen puestos en libertad en Nueva Ze<strong>la</strong>ndia,<br />

una multitud <strong>de</strong> formas británicas llegaría, en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo,<br />

a natur<strong>al</strong>izarse <strong>al</strong>lí por completo, y exterminaría a muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas<br />

indígenas. Por el contrario, por el hecho <strong>de</strong> que apenas ningún habitante<br />

<strong>de</strong>l hemisferio Sur se haya hecho s<strong>al</strong>vaje en ninguna parte <strong>de</strong> Europa,<br />

po<strong>de</strong>mos muy bien dudar <strong>de</strong> que, en el caso <strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s producciones<br />

<strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia se <strong>de</strong>jasen en libertad en <strong>la</strong> gran Bretaña, un<br />

número consi<strong>de</strong>rable fuese capaz <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> los puestos actu<strong>al</strong>mente<br />

ocupados por nuestros anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas indígenas. Des<strong>de</strong> este<br />

punto <strong>de</strong> vista, <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña están mucho más<br />

elevadas en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia. Sin embargo, el más hábil<br />

natur<strong>al</strong>ista, mediante un examen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los dos países, no<br />

podría haber previsto este resultado.<br />

Agassiz y otras varias autorida<strong>de</strong>s competentísimas insisten en que los<br />

anim<strong>al</strong>es antiguos se asemejan, hasta cierto punto, a los embriones <strong>de</strong><br />

anim<strong>al</strong>es mo<strong>de</strong>rnos, pertenecientes a <strong>la</strong>s mismas c<strong>la</strong>ses, y que <strong>la</strong> sucesión<br />

geológica <strong>de</strong> formas extinguidas es casi par<strong>al</strong>e<strong>la</strong> <strong>al</strong> <strong>de</strong>sarrollo embrionario<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas vivientes. Esta opinión se concilia admirablemente bien<br />

con nuestra teoría. En un capítulo siguiente intentaré <strong>de</strong>mostrar que el<br />

adulto difiere <strong>de</strong> su embrión <strong>de</strong>bido a que han sobrevenido variaciones a<br />

una edad no temprana que han sido heredadas en <strong>la</strong> edad correspondiente.<br />

Este proceso, mientras que <strong>de</strong>ja <strong>al</strong> embrión casi in<strong>al</strong>terado, aña<strong>de</strong><br />

continuamente, en el transcurso <strong>de</strong> generaciones sucesivas, cada vez más<br />

diferencias <strong>al</strong> adulto. De este modo, el embrión va a quedar como una especie<br />

<strong>de</strong> retrato, conservado por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> condición primitiva y<br />

menos modificada <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie. Esta opinión pue<strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ra, y, sin<br />

embargo, nunca podrá ser susceptible <strong>de</strong> pruebas. Viendo, por ejemplo,<br />

que los mamíferos, reptiles y peces más antiguos que se conocen pertenecen<br />

rigurosamente a estas mismas c<strong>la</strong>ses, aun cuando <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> estas<br />

formas antiguas sean un poco menos distintas entre sí que lo son actu<strong>al</strong>mente<br />

los miembros típicos <strong>de</strong> los mismos grupos, sería inútil buscar<br />

anim<strong>al</strong>es que tuviesen el carácter embriológico común a los vertebrados,<br />

hasta que se <strong>de</strong>scubran capas, ricas en fósiles, muy por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los estratos<br />

cámbricos inferiores, <strong>de</strong>scubrimiento que es poco probable.<br />

De <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> los mismos tipos en <strong>la</strong>s mismas regiones durante los<br />

últimos períodos terciarios<br />

333


Míster Clift <strong>de</strong>mostró hace muchos años que los mamíferos fósiles <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia eran muy afines <strong>de</strong> los marsupi<strong>al</strong>es vivientes<br />

<strong>de</strong> aquel continente. En América <strong>de</strong>l Sur es evi<strong>de</strong>nte, aun para ojos inexpertos,<br />

un parentesco análogo en <strong>la</strong>s piezas gigantescas <strong>de</strong>l caparazón -<br />

semejantes a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l armadillo- encontradas en diferentes partes <strong>de</strong> La<br />

P<strong>la</strong>ta, y el profesor Owen ha <strong>de</strong>mostrado, <strong>de</strong>l modo más notable, que <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los mamiferos fósiles enterrados <strong>al</strong>lí en gran número son<br />

afines <strong>de</strong> tipos sudamericanos. <strong>El</strong> parentesco se ve aun más c<strong>la</strong>ramente<br />

en <strong>la</strong> maravillosa colección <strong>de</strong> huesos fósiles <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong>l Brasil,<br />

hecha por míster Lund y míster C<strong>la</strong>usen. Me impresionaron tanto estos<br />

hechos, que en 1839 y 1845 insistí enérgicamente sobre esta «ley <strong>de</strong> sucesión<br />

<strong>de</strong> tipos», sobre «el maravilloso parentesco entre lo muerto y lo vivo<br />

en un mismo continente». <strong>El</strong> profesor Owen, posteriormente, ha extendido<br />

a los mamíferos <strong>de</strong>l Mundo Antiguo <strong>la</strong> misma gener<strong>al</strong>ización. Vemos<br />

<strong>la</strong> misma ley en <strong>la</strong>s restauraciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves extinguidas y gigantescas<br />

<strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia hechas por este autor. La vemos también en <strong>la</strong>s aves<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong>l Brasil. Míster Woodward ha <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong> misma<br />

ley se aplica a los moluscos marinos; pero por <strong>la</strong> extensa distribución<br />

geográfica <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los moluscos, no es bien ostensible en<br />

ellos. Podrían añadirse otros casos, como <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong>s conchas terrestres<br />

vivientes y extinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, y entre <strong>la</strong>s conchas<br />

vivientes y extinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aguas s<strong>al</strong>obres <strong>de</strong>l mar Ar<strong>al</strong>o-<br />

Cáspico.<br />

Ahora bien; ¿qué significa esta notable ley <strong>de</strong> sucesión <strong>de</strong> los mismos<br />

tipos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas zonas? Seria muy temerario quien, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> comparar el clima actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l<br />

Sur que están en <strong>la</strong> misma <strong>la</strong>titud, intentase explicar, por una parte, <strong>la</strong> diferencia<br />

entre los habitantes <strong>de</strong> estas dos regiones por <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong><br />

condiciones físicas, y, por otra parte, <strong>la</strong> uniformidad <strong>de</strong> los mismos tipos<br />

en cada continente durante los últimos períodos terciarios, por <strong>la</strong> semejanza<br />

<strong>de</strong> condiciones. Tampoco se pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r que sea una ley inmutable<br />

el que los marsupi<strong>al</strong>es se hayan producido sólo o princip<strong>al</strong>mente<br />

en Austr<strong>al</strong>ia, o que los <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntados y otros tipos americanos se hayan<br />

producido tan sólo en América <strong>de</strong>l Sur; pues sabemos que, en tiempos<br />

antiguos, Europa estuvo pob<strong>la</strong>da por numerosos marsupi<strong>al</strong>es; y he <strong>de</strong>mostrado<br />

en <strong>la</strong>s publicaciones antes indicadas que, en América, <strong>la</strong> ley <strong>de</strong><br />

distribución <strong>de</strong> los mamíferos terrestres fue en otro tiempo diferente <strong>de</strong><br />

lo que es ahora. América <strong>de</strong>l Norte, en otro tiempo, participó mucho <strong>de</strong>l<br />

carácter actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte sur <strong>de</strong> aquel continente, y <strong>la</strong> parte sur tuvo antes<br />

mucha más semejanza que ahora con <strong>la</strong> parte norte. De un modo<br />

334


semejante sabemos, por los <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> F<strong>al</strong>coner y <strong>de</strong> Cautley,<br />

que el norte <strong>de</strong> <strong>la</strong> India estuvo antes más re<strong>la</strong>cionado por sus mamíferos<br />

con África que lo está actu<strong>al</strong>mente. Podrían citarse hechos análogos re<strong>la</strong>cionados<br />

con <strong>la</strong> distribución geográfica <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es marinos.<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, queda inmediatamente<br />

explicada <strong>la</strong> gran ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> sucesión, muy persistente, pero no inmutable,<br />

<strong>de</strong> los mismos tipos en <strong>la</strong>s mismas zonas, pues los habitantes <strong>de</strong><br />

cada parte <strong>de</strong>l mundo ten<strong>de</strong>rán evi<strong>de</strong>ntemente a <strong>de</strong>jar en aquel<strong>la</strong> parte,<br />

durante los períodos siguientes, <strong>de</strong>scendientes muy semejantes, aunque<br />

en <strong>al</strong>gún grado modificados. Si los habitantes <strong>de</strong> un continente <strong>de</strong>firieron<br />

en un tiempo mucho <strong>de</strong> los <strong>de</strong> otro continente, sus <strong>de</strong>scendientes modificados<br />

diferirán todavía casi <strong>de</strong>l mismo modo y en el mismo grado; pero,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> transcurrir muchísimo tiempo y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s cambios<br />

geográficos que permitan mucha emigración recíproca, los más débiles<br />

ce<strong>de</strong>rán su puesto a <strong>la</strong>s formas predominantes, y no habrá nada inmutable<br />

en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> los seres orgánicos.<br />

Pue<strong>de</strong> preguntarse, en bur<strong>la</strong>, si supongo yo que el megaterio y otros<br />

monstruos gigantescos afines que vivieron en otro tiempo en América<br />

<strong>de</strong>l Sur han <strong>de</strong>jado tras sí, como <strong>de</strong>generados <strong>de</strong>scendientes, <strong>al</strong> perezoso,<br />

<strong>al</strong> armadillo y <strong>al</strong> oso hormiguero. Esto no pue<strong>de</strong> admitirse ni por un momento.<br />

Aquellos anim<strong>al</strong>es gigantescos se han extinguido por completo y<br />

no han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Pero en <strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong>l Brasil hay muchas<br />

especies extinguidas que son muy semejantes por su tamaño y por todos<br />

sus otros caracteres a <strong>la</strong>s especies que viven todavía en América <strong>de</strong>l Sur,<br />

y <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> estos fósiles pue<strong>de</strong>n haber sido los verda<strong>de</strong>ros antepasados<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes. No <strong>de</strong>bería olvidarse que, según nuestra teoría,<br />

todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género son <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> una especie,<br />

<strong>de</strong> manera que, si en una formación geológica se encuentran seis géneros<br />

que compren<strong>de</strong>n cada uno ocho especies, y en otra formación siguiente<br />

hay otros seis géneros afines o representativos cada uno <strong>de</strong> ellos con el<br />

mismo número <strong>de</strong> especies, en este caso, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que, en gener<strong>al</strong>,<br />

sólo una especie <strong>de</strong> cada género viejo ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>scendientes modificados,<br />

que constituyen el nuevo género, que compren<strong>de</strong> varias especies,<br />

y que <strong>la</strong>s otras siete especies <strong>de</strong> cada género viejo se han extinguido y<br />

no han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. O bien -y éste será un caso mucho más frecuente-<br />

dos o tres especies <strong>de</strong> dos o tres géneros sólo <strong>de</strong> los seis géneros<br />

viejos serán madres <strong>de</strong> los nuevos, habiéndose extinguido por completo<br />

<strong>la</strong>s otras especies y los otros géneros viejos. En los ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes,<br />

cuyo número <strong>de</strong> géneros y especies disminuye, como ocurre con los<br />

335


<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntados <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, todavía menos géneros y especies <strong>de</strong>jarán<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados.<br />

Resumen <strong>de</strong>l capítulo anterior y <strong>de</strong>l presente<br />

He intentado <strong>de</strong>mostrar que los registros geológicos son sumamente<br />

incompletos; que sólo una parte <strong>de</strong>l globo ha sido geológicamente explorada<br />

con cuidado; que sólo ciertas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> seres orgánicos se han conservado<br />

en abundancia en estado fósil; que tanto el número <strong>de</strong> ejemp<strong>la</strong>res<br />

como el <strong>de</strong> especies conservados en nuestros museos es absolutamente<br />

corno nada, comparado con el número <strong>de</strong> generaciones que tuvieron<br />

que haber <strong>de</strong>saparecido durante una so<strong>la</strong> formación; que, <strong>de</strong>bido a que el<br />

hundimiento <strong>de</strong>l suelo es casi necesario para <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos<br />

ricos en especies fósiles <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses, y lo bastante gruesos para<br />

resistir <strong>la</strong> futura erosión, tuvieron que haber transcurrido gran<strong>de</strong>s interv<strong>al</strong>os<br />

<strong>de</strong> tiempo entre <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> nuestras formaciones sucesivas;<br />

que probablemente ha habido más extinción durante los períodos <strong>de</strong> elevación,<br />

y que durante estos últimos los registros se habrán llevado <strong>de</strong>l<br />

modo más imperfecto; que cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones no se ha <strong>de</strong>positado<br />

<strong>de</strong> un modo continuo; que <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> cada formación es probablemente<br />

corta, comparada con <strong>la</strong> duración media <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas especificas;<br />

que <strong>la</strong> migración ha representado un papel importante en <strong>la</strong> aparición<br />

<strong>de</strong> nuevas formas en una región o formación <strong>de</strong>terminada; que <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong> extensa distribución geográfica son <strong>la</strong>s que han variado con<br />

más frecuencia y <strong>la</strong>s que han dado más frecuentemente origen a nuevas<br />

especies; que <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s han sido <strong>al</strong> principio loc<strong>al</strong>es, y, fin<strong>al</strong>mente,<br />

que, aun cuando cada especie tiene que haber pasado por numerosos estados<br />

<strong>de</strong> transición, es probable que los períodos durante los cu<strong>al</strong>es experimentó<br />

modificaciones, aunque muchos y <strong>la</strong>rgos si se mi<strong>de</strong>n por años,<br />

hayan sido cortos, en comparación con los períodos durante los cu<strong>al</strong>es<br />

cada especie permaneció sin variación. Estas causas reunidas explicarán,<br />

en gran parte, por qué, aun cuando encontremos muchos es<strong>la</strong>bones, no<br />

encontramos innumerables varieda<strong>de</strong>s que en<strong>la</strong>cen todas <strong>la</strong>s formas vivientes<br />

y, extinguidas mediante <strong>la</strong>s más <strong>de</strong>licadas gradaciones. Había que<br />

tener, a<strong>de</strong>más, siempre presente que cu<strong>al</strong>quier variedad que pueda encontrarse<br />

intermedia entre dos formas tiene que ser consi<strong>de</strong>rada como<br />

especie nueva y distinta, a menos que pueda restaurarse por completo<br />

toda <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na, pues no se preten<strong>de</strong> que tengamos un criterio seguro por<br />

el que puedan distinguirse <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s.<br />

Quien rechace esta opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos,<br />

rechazará con razón toda <strong>la</strong> teoría; pues en vano pue<strong>de</strong> preguntar<br />

336


dón<strong>de</strong> están <strong>la</strong>s innumerables formas <strong>de</strong> transición que tuvieron que haber<br />

en<strong>la</strong>zado en otro tiempo <strong>la</strong>s especies afines o representativas que se<br />

encuentran en los pisos sucesivos <strong>de</strong> una misma gran formación. <strong>El</strong> que<br />

rechace <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos pue<strong>de</strong><br />

no creer en los inmensos espacios <strong>de</strong> tiempo que tienen que haber transcurrido<br />

entre nuestras formaciones consecutivas; pue<strong>de</strong> no reparar en el<br />

importante papel que han representado <strong>la</strong>s migraciones cuando se consi<strong>de</strong>ran<br />

<strong>la</strong>s formaciones <strong>de</strong> una gran región, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Europa; pue<strong>de</strong><br />

presentar el argumento <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparición súbita manifiesta -pero muchas<br />

veces engañosamente manifiesta- <strong>de</strong> grupos enteros <strong>de</strong> especies; pue<strong>de</strong><br />

preguntar dón<strong>de</strong> están los restos <strong>de</strong> los infinitos organismos que tuvieron<br />

que haber existido mucho antes <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>positase el sistema cámbrico.<br />

Sabemos hoy que existió entonces, por lo menos, un anim<strong>al</strong>; pero<br />

sólo puedo respon<strong>de</strong>r a esta última pregunta suponiendo que los océanos<br />

se han extendido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace un tiempo enorme, don<strong>de</strong> hoy se extien<strong>de</strong>n,<br />

y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong>de</strong>l sistema cámbrico nuestros continentes,<br />

tan osci<strong>la</strong>ntes, han estado situados don<strong>de</strong> ahora lo están; pero que<br />

mucho antes <strong>de</strong> esta época, presentaba el mundo un aspecto muy diferente;<br />

que los continentes más antiguos, constituidos por formaciones<br />

más antiguas que todas <strong>la</strong>s que conocemos, existen aún, aunque sólo como<br />

restos en estado metamórfico, o yacen todavía sepultados bajo el<br />

océano.<br />

Aparte <strong>de</strong> estas dificulta<strong>de</strong>s, los otros gran<strong>de</strong>s hechos princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

P<strong>al</strong>eontología concuerdan admirablemente con <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

con modificación mediante <strong>la</strong> variación y <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. De este<br />

modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que <strong>la</strong>s nuevas especies se presentan<br />

lenta y sucesivamente, cómo especies <strong>de</strong> diferentes c<strong>la</strong>ses no cambian<br />

necesariamente <strong>al</strong> mismo tiempo, ni con <strong>la</strong> misma velocidad, ni en el<br />

mismo grado, aun cuando, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, todas experimenten, en cierta medida,<br />

modificación. La extinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas antiguas es <strong>la</strong> consecuencia,<br />

casi inevitable, <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> formas nuevas. Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

por qué una vez que una especie ha <strong>de</strong>saparecido nunca reaparece.<br />

Los grupos <strong>de</strong> especies aumentan lentamente en número y resisten<br />

durante períodos <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tiempo, pues el proceso <strong>de</strong> modificación<br />

es necesariamente lento, y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> muchas circunstancias complejas.<br />

Las especies predominantes, que pertenecen a grupos gran<strong>de</strong>s y predominantes,<br />

tien<strong>de</strong>n a <strong>de</strong>jar muchos <strong>de</strong>scendientes modificados, que forman<br />

nuevos grupos y subgrupos. Cuando éstos se forman, <strong>la</strong>s especies<br />

<strong>de</strong> los grupos menos vigorosos, <strong>de</strong>bido a su inferioridad, heredada <strong>de</strong> un<br />

antepasado común, tien<strong>de</strong>n a extinguirse a un tiempo, y a no <strong>de</strong>jar<br />

337


ningún <strong>de</strong>scendiente modificado sobre <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra; pero <strong>la</strong><br />

extinción completa <strong>de</strong> un grupo entero <strong>de</strong> especies ha sido a veces un<br />

proceso lento, por <strong>la</strong> supervivencia <strong>de</strong> unos pocos <strong>de</strong>scendientes que<br />

prolongan su existencia en loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s protegidas y ais<strong>la</strong>das. Una vez<br />

que un grupo ha <strong>de</strong>saparecido por completo, jamás reaparece, pues se ha<br />

roto el enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> generaciones.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que <strong>la</strong>s formas predominantes que se<br />

extien<strong>de</strong>n mucho y producen el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s tien<strong>de</strong>n a<br />

pob<strong>la</strong>r <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes semejantes, pero modificados, y cómo<br />

éstos, gener<strong>al</strong>mente, conseguirán sup<strong>la</strong>ntar los grupos que les son inferiores<br />

en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia. Por consiguiente, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

espacios <strong>de</strong> tiempo, <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong>l mundo parecen haber cambiado<br />

simultáneamente.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que todas <strong>la</strong>s formas orgánicas antiguas<br />

y mo<strong>de</strong>rnas constituyen, juntas, un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, por <strong>la</strong> continua ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres,<br />

por qué cuanto más antigua es una forma, tanto más difiere, en<br />

gener<strong>al</strong>, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que ahora viven; por qué <strong>la</strong>s formas antiguas y extinguidas<br />

tien<strong>de</strong>n con frecuencia a llenar huecos entre <strong>la</strong>s formas vivientes,<br />

reuniendo a veces en uno dos grupos antes c<strong>la</strong>sificados como distintos,<br />

pero con más frecuencia haciendo tan sólo que sea un poco menor <strong>la</strong> distancia.<br />

Cuanto más antigua es una forma, con tanta mayor frecuencia es,<br />

en <strong>al</strong>gún grado, intermedia entre grupos actu<strong>al</strong>mente distintos; pues<br />

cuanto más antigua sea una forma, tanto más <strong>de</strong> cerca estará re<strong>la</strong>cionada<br />

con el antepasado común <strong>de</strong> grupos que <strong>de</strong>spués han llegado a separarse<br />

mucho, y, por consiguiente, tanto más se parecerá a él. Las formas extinguidas<br />

rara vez son directamente intermedias entre formas vivientes; y<br />

lo son tan sólo por un camino <strong>la</strong>rgo y tortuoso, pasando por otras formas<br />

diferentes y extinguidas. Po<strong>de</strong>mos ver c<strong>la</strong>ramente por qué los restos orgánicos<br />

<strong>de</strong> formaciones inmediatamente consecutivas son muy afines,<br />

pues están estrechamente en<strong>la</strong>zados entre sí por generación. Po<strong>de</strong>mos<br />

ver c<strong>la</strong>ramente por qué los fósiles <strong>de</strong> una formación intermedia tienen<br />

caracteres intermedios.<br />

Los habitantes <strong>de</strong>l mundo en cada período sucesivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia han<br />

<strong>de</strong>rrotado a sus pre<strong>de</strong>cesores en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida, y son, en este respecto,<br />

superiores en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong>, y su estructura gener<strong>al</strong>mente se ha especi<strong>al</strong>izado<br />

más, y esto pue<strong>de</strong> explicar <strong>la</strong> creencia común, admitida por tantos<br />

p<strong>al</strong>eontólogos, <strong>de</strong> que <strong>la</strong> organización, en conjunto, ha progresado.<br />

Los anim<strong>al</strong>es antiguos y extinguidos se asemejan, hasta cierto punto, a<br />

los embriones <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es más mo<strong>de</strong>rnos pertenecientes a <strong>la</strong>s<br />

338


mismas c<strong>la</strong>ses, y este hecho portentoso recibe una explicación sencil<strong>la</strong>,<br />

según nuestras teorías. La sucesión <strong>de</strong> los mismos tipos <strong>de</strong> estructura<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas regiones durante los últimos períodos geológicos,<br />

<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un misterio y es comprensible según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

herencia.<br />

Si los registros geológicos son, pues, tan incompletos como muchos<br />

creen -y, por lo menos, pue<strong>de</strong> afirmarse que no pue<strong>de</strong> probarse que los<br />

registros sean mucho más perfectos-, <strong>la</strong>s objeciones princip<strong>al</strong>es a <strong>la</strong> teoría<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> disminuyen mucho o <strong>de</strong>saparecen. Por otra parte,<br />

todas <strong>la</strong>s leyes princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> P<strong>al</strong>eontología proc<strong>la</strong>man c<strong>la</strong>ramente, a<br />

mi juicio, que <strong>la</strong>s especies han sido producidas por generación ordinaria,<br />

por haber sido sup<strong>la</strong>ntadas <strong>la</strong>s formas antiguas por formas orgánicas<br />

nuevas y perfeccionadas, producto <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación y <strong>de</strong> <strong>la</strong> supervivencia<br />

<strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados.<br />

339


Capítulo 12<br />

Distribución geográfica<br />

La distribución actu<strong>al</strong> no pue<strong>de</strong> explicarse por diferencias en <strong>la</strong>s condiciones<br />

físicas<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> los seres orgánicos sobre <strong>la</strong> superficie<br />

<strong>de</strong>l globo, el primero <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s hechos que l<strong>la</strong>man nuestra atención<br />

es que ni <strong>la</strong> semejanza ni <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes<br />

regiones pue<strong>de</strong>n explicarse tot<strong>al</strong>mente por <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> clima u<br />

otras condiciones físicas. De poco tiempo a esta parte, casi todos los autores<br />

que han estudiado el asunto han llegado a esta conclusión. <strong>El</strong> caso <strong>de</strong><br />

América casi bastaría por sí solo para probar su exactitud, pues si excluimos<br />

<strong>la</strong>s partes po<strong>la</strong>res y temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l norte, todos les autores coinci<strong>de</strong>n<br />

en que una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s divisiones más fundament<strong>al</strong>es en <strong>la</strong> distribución geográfica<br />

es <strong>la</strong> que existe entre el Mundo Antiguo y el Nuevo; y, sin embargo,<br />

si viajamos por el gran continente americano, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes centr<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos hasta el extremo sur, nos encontramos con condiciones<br />

<strong>la</strong>s más diversas: regiones húmedas, áridos <strong>de</strong>siertos, <strong>al</strong>tísimas<br />

montañas, pra<strong>de</strong>ras, selvas, pantanos, <strong>la</strong>gos y gran<strong>de</strong>s ríos, con casi todas<br />

<strong>la</strong>s temperaturas. Apenas existen clima o condiciones <strong>de</strong> ambiente en<br />

el Mundo Antiguo cuyo equiv<strong>al</strong>ente no pueda encontrarse en el Nuevo,<br />

por lo menos tanta semejanza como exigen, en gener<strong>al</strong>, <strong>la</strong>s mismas especies.<br />

Indudablemente, en el Mundo Antiguo pue<strong>de</strong>n seña<strong>la</strong>rse pequeños<br />

territorios más c<strong>al</strong>urosos que ninguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l Nuevo; pero éstos no están<br />

habitados por una fauna diferente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> los distritos circundantes,<br />

pues es raro encontrar un grupo <strong>de</strong> organismos confinado en un pequeño<br />

territorio cuyas condiciones sean sólo un poco especi<strong>al</strong>es. A pesar <strong>de</strong><br />

este par<strong>al</strong>elismo gener<strong>al</strong> en <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong>l Mundo Antiguo y<br />

<strong>de</strong>l Nuevo, ¡qué diferentes con sus producciones vivas!<br />

En el hemisferio sur, si comparamos gran<strong>de</strong>s extensiones <strong>de</strong> tierra en<br />

Austr<strong>al</strong>ia, África Austr<strong>al</strong> y oeste <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, entre 25º y 35º <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>titud, encontraremos regiones sumamente semejantes en todas sus<br />

340


condiciones; a pesar <strong>de</strong> lo cu<strong>al</strong> no sería posible seña<strong>la</strong>r tres faunas y floras<br />

por completo más diferentes. Y también po<strong>de</strong>mos comparar en América<br />

<strong>de</strong>l Sur <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s superiores <strong>al</strong> grado 30 con <strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong>l Norte <strong>de</strong>l grado 25, que están, por consiguiente, separadas por un espacio<br />

<strong>de</strong> diez grados <strong>de</strong> <strong>la</strong>titud y se encuentran sometidas a condiciones<br />

consi<strong>de</strong>rablemente diferentes, y, sin embargo, están incomparablemente<br />

más re<strong>la</strong>cionadas entre si que lo están con <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia<br />

o <strong>de</strong> África que viven casi en igu<strong>al</strong> clima. Hechos análogos pue<strong>de</strong>n citarse<br />

por lo que se refiere a los seres marinos.<br />

<strong>El</strong> segundo hecho importante que l<strong>la</strong>ma nuestra atención en esta revista<br />

gener<strong>al</strong> es que <strong>la</strong>s barreras <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses u obstáculos para <strong>la</strong> libre<br />

migración están re<strong>la</strong>cionados <strong>de</strong> un modo directo e importante con <strong>la</strong>s<br />

diferencias que existen entre casi todas <strong>la</strong>s producciones terrestres <strong>de</strong>l<br />

Mundo Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo, excepto en <strong>la</strong>s regiones <strong>de</strong>l Norte, don<strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s tierras casi se reúnen y don<strong>de</strong>, con un clima un poco diferente, pudo<br />

haber libertad <strong>de</strong> migración para <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong>l Norte, como ahora <strong>la</strong> hay <strong>de</strong> producciones propiamente árticas. <strong>El</strong><br />

mismo hecho vemos en <strong>la</strong> gran diferencia que existe entre los habitantes<br />

<strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia, África y América <strong>de</strong>l Sur en <strong>la</strong>s mismas <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s, pues estos<br />

países están casi lo más ais<strong>la</strong>dos posible unos <strong>de</strong> otros. En cada continente,<br />

a<strong>de</strong>más, vemos el mismo hecho, pues a los <strong>la</strong>dos opuestos <strong>de</strong> cordilleras<br />

elevadas y continuas, <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>siertos y hasta <strong>de</strong> anchos ríos<br />

encontramos producciones diferentes, aunque, como <strong>la</strong>s cordilleras, <strong>de</strong>siertos,<br />

etc., no son tan difíciles <strong>de</strong> pasar como los océanos, ni tampoco<br />

han durado tanto como éstos, <strong>la</strong>s diferencias son muy inferiores a <strong>la</strong>s que<br />

caracterizan a los distintos continentes.<br />

Fijándonos en el mar, encontramos <strong>la</strong> misma ley. Los seres marinos<br />

que viven en <strong>la</strong>s costas orient<strong>al</strong>es y occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur son<br />

muy distintos, habiendo poquísimos moluscos, crustáceos y equino<strong>de</strong>rmos<br />

comunes a ambas costas; pero el doctor Günther ha <strong>de</strong>mostrado recientemente<br />

que el treinta por ciento, aproximadamente, <strong>de</strong> los peces son<br />

igu<strong>al</strong>es a ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l istmo <strong>de</strong> Panamá, y este hecho ha llevado a los<br />

natur<strong>al</strong>istas a creer que el istmo estuvo abierto en otro tiempo. Al oeste<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> América existe una gran extensión <strong>de</strong> océano sin una is<strong>la</strong><br />

que pueda servir <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> parada a emigrantes; en este caso tenemos<br />

un obstáculo <strong>de</strong> otra natur<strong>al</strong>eza, y en cuánto se pasa éste nos encontramos<br />

en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s orient<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l Pacífico con otra fauna tot<strong>al</strong>mente distinta.<br />

De modo que, ocupando espacios consi<strong>de</strong>rables <strong>de</strong> Norte a Sur, en líneas<br />

par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s no lejos unas <strong>de</strong> otras, bajo climas que se correspon<strong>de</strong>n, se extien<strong>de</strong>n<br />

tres faunas marinas; pero éstas son casi por completo distintas,<br />

341


por estar separadas por obstáculos infranqueables. En cambio, continuando<br />

todavía hacia el oeste <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s orient<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones tropic<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong>l Pacífico, no encontramos ningún obstáculo infranqueable, y tenemos,<br />

como esca<strong>la</strong>s, innumerables is<strong>la</strong>s o costas continuas, hasta que,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber recorrido un hemisferio, llegamos a <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> África,<br />

y en todo este vasto espacio no encontramos faunas marinas distintas<br />

y bien <strong>de</strong>finidas. Aunque tan pocos anim<strong>al</strong>es marinos son comunes a <strong>la</strong>s<br />

tres faunas próximas antes citadas <strong>de</strong> América Orient<strong>al</strong>, América Occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong><br />

e is<strong>la</strong>s orient<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l Pacífico, sin embargo, muchos peces se extien<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Pacífico hasta el interior <strong>de</strong>l océano Índico, y muchos<br />

moluscos son comunes si <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s orient<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l Pacifico y a <strong>la</strong>s costas orient<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> África, regiones situadas en meridianos casi exactamente<br />

opuestos.<br />

<strong>El</strong> tercer hecho importante, que, en parte, está comprendido en lo que<br />

se acaba <strong>de</strong> exponer, es <strong>la</strong> afinidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong>l mismo continente<br />

o <strong>de</strong>l mismo mar, aun cuando <strong>la</strong>s especies sean distintas en diferentes<br />

puntos o estaciones. Es ésta una ley muy gener<strong>al</strong>; todos los continentes<br />

ofrecen innumerables ejemplos <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, y, sin embargo, <strong>al</strong> natur<strong>al</strong>ista,<br />

cuando viaja, por ejemplo, <strong>de</strong> Norte a Sur, nunca <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> l<strong>la</strong>marle <strong>la</strong><br />

atención <strong>la</strong> manera como se van reemp<strong>la</strong>zando, sucesivamente, grupos<br />

<strong>de</strong> seres específicamente distintos, aunque muy afines. <strong>El</strong> natur<strong>al</strong>ista oye<br />

cantos casi igu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> aves muy afines, aunque <strong>de</strong> especies diferentes; ve<br />

sus nidos construídos <strong>de</strong> modo parecido, aunque no completamente igu<strong>al</strong>,<br />

con huevos casi <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma coloración. Las l<strong>la</strong>nuras próximas <strong>al</strong> estrecho<br />

<strong>de</strong> Mag<strong>al</strong><strong>la</strong>nes están habitadas por una especie <strong>de</strong> Rhea (avestruz<br />

<strong>de</strong> América), y, <strong>al</strong> Norte, <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras <strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta por otra especie <strong>de</strong>l<br />

mismo género, y no por un verda<strong>de</strong>ro avestruz o un emú como los que<br />

viven en África y Austr<strong>al</strong>ia a <strong>la</strong> misma <strong>la</strong>titud. En estas mismas l<strong>la</strong>nuras<br />

<strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta vemos el agutí y <strong>la</strong> vizcacha, anim<strong>al</strong>es que tienen casi <strong>la</strong>s<br />

mismas costumbres que nuestras liebres y conejos y que pertenecen <strong>al</strong><br />

mismo or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los roedores; pero que presentan evi<strong>de</strong>ntemente un tipo<br />

<strong>de</strong> conformación americano. Si ascen<strong>de</strong>mos a <strong>la</strong>s elevadas cumbres <strong>de</strong><br />

los An<strong>de</strong>s encontramos una especie <strong>al</strong>pina <strong>de</strong> vizcacha; si nos fijamos en<br />

<strong>la</strong>s aguas, no encontramos el castor ni <strong>la</strong> rata <strong>al</strong>mizclera, sino el coipu y<br />

el capibara, roedores <strong>de</strong> tipo sudamericano. Podrían citarse otros innumerables<br />

ejemplos. Si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s situadas frente a <strong>la</strong>s costas<br />

<strong>de</strong> América, por mucho que difieran en estructura geológica, los habitantes<br />

son esenci<strong>al</strong>mente americanos, aun cuando pue<strong>de</strong>n ser todos <strong>de</strong> especies<br />

peculiares. Como se vio en el capítulo anterior, po<strong>de</strong>mos remontarnos<br />

a eda<strong>de</strong>s pasadas, y encontramos que entonces dominaban en el<br />

342


continente americano y en los mares <strong>de</strong> América tipos americanos. Vemos<br />

en estos hechos <strong>la</strong> existencia en <strong>la</strong>s mismas regiones <strong>de</strong> mar y tierra<br />

<strong>de</strong> una profunda re<strong>la</strong>ción orgánica a través <strong>de</strong>l espacio y tiempo, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida. Tardo ha <strong>de</strong> ser el natur<strong>al</strong>ista<br />

que no se sienta movido a averiguar en qué consiste esta re<strong>la</strong>ción.<br />

Esta re<strong>la</strong>ción es simplemente <strong>la</strong> herencia, causa que por sí so<strong>la</strong>, hasta<br />

don<strong>de</strong> positivamente conocemos, produce organismos completamente<br />

igu<strong>al</strong>es entre sí, o casi igu<strong>al</strong>es, como vemos en el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s variaciones.<br />

La diferencia entre los habitantes <strong>de</strong> regiones distintas pue<strong>de</strong> atribuirse a<br />

modificación mediante variación y selección natur<strong>al</strong>, y probablemente,<br />

en grado menor, a <strong>la</strong> influencia directa <strong>de</strong> condiciones físicas diferentes.<br />

Los grados <strong>de</strong> diferencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rán <strong>de</strong> que haya sido impedida, con<br />

más o menos eficacia, <strong>la</strong> emigración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas predominantes<br />

<strong>de</strong> una región a otra; <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza y número <strong>de</strong> los primeros.<br />

emigrantes, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción mutua <strong>de</strong> los habitantes, en cuanto conduzca a<br />

<strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes modificaciones; pues, como ya se ha hecho<br />

observar muchas veces, <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción entre los organismos en <strong>la</strong> lucha<br />

por <strong>la</strong> vida es <strong>la</strong> más importante <strong>de</strong> todas. De este modo, <strong>la</strong> gran importancia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s barreras, poniendo obstáculos a <strong>la</strong>s migraciones, entra en<br />

juego, <strong>de</strong>l mismo modo que el tiempo, en el lento proceso <strong>de</strong> modificación<br />

por selección natur<strong>al</strong>. Las especies muy extendidas, abundantes en<br />

individuos, que han triunfado ya <strong>de</strong> muchos competidores en sus di<strong>la</strong>tadas<br />

patrias, tendrán <strong>la</strong>s mayores probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> nuevos<br />

puestos cuando se extiendan a otros países. En su nueva patria estarán<br />

sometidas a nuevas condiciones, y con frecuencia experimentarán<br />

más modificaciones y perfeccionamiento, y dé este modo llegarán a <strong>al</strong>canzar<br />

nuevas victorias y producirán grupos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes modificados.<br />

Según este principio <strong>de</strong> herencia con modificación, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

el caso tan común y notorio <strong>de</strong> que secciones <strong>de</strong> géneros, géneros<br />

enteros y hasta familias estén confinados en <strong>la</strong>s mismas zonas.<br />

Como se hizo observar en el capítulo anterior, no hay prueba <strong>al</strong>guna<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> una ley <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo necesario. Como <strong>la</strong> variabilidad<br />

<strong>de</strong> cada especie es una propiedad in<strong>de</strong>pendiente, que será utilizada por<br />

<strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> sólo hasta don<strong>de</strong> sea útil a cada individuo en su complicada<br />

lucha por <strong>la</strong> vida, <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación en <strong>la</strong>s diferentes<br />

especies no será uniforme. Si un cierto número <strong>de</strong> especies, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber competido mutuamente mucho tiempo en su patria, emigrasen<br />

juntas a un nuevo país, que luego quedase ais<strong>la</strong>do, serían poco susceptibles<br />

<strong>de</strong> modificación, pues ni <strong>la</strong> emigración ni el ais<strong>la</strong>miento por si solos<br />

producen nada. Estas causas entran en juego sólo en cuanto colocan a los<br />

343


organismos en re<strong>la</strong>ciones nuevas entre sí y también, aunque en menor<br />

grado, con <strong>la</strong>s condiciones físicas ambientes. Del mismo modo que hemos<br />

visto en el capítulo anterior que <strong>al</strong>gunas formas, han conservado casi<br />

los mismos caracteres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un período geológico remotísimo, también<br />

ciertas especies se han diseminado por inmensos espacios, habiéndose<br />

modificado poco o nada.<br />

Según estas opiniones, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong>l mismo<br />

género, aunque vivan en <strong>la</strong>s partes más distantes <strong>de</strong>l mundo, tienen<br />

que haber provenido primitivamente <strong>de</strong> un mismo origen, pues <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>l mismo antepasado. En el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que han experimentado<br />

durante períodos geológicos enteros pocas modificaciones, no<br />

hay gran dificultad en creer que hayan emigrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma región;<br />

pues, durante los gran<strong>de</strong>s cambios geológicos y climatológicos que han<br />

sobrevenido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos antiguos, son posibles cu<strong>al</strong>esquiera emigraciones,<br />

por gran<strong>de</strong>s que sean: pero en muchos otros casos, en los que<br />

tenemos motivos para creer que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un género se han formado<br />

en tiempos re<strong>la</strong>tivamente recientes, existen gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s sobre<br />

este punto. Es también evi<strong>de</strong>nte que los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie,<br />

aun cúando vivan ahora en regiones distantes y ais<strong>la</strong>das, tienen que haber<br />

provenido <strong>de</strong> un solo sitio, don<strong>de</strong> antes se originaron sus padres;<br />

pues, como se ha explicado, no es creíble que individuos exactamente igu<strong>al</strong>es<br />

hayan sido producidos por padres específicamente distintos.<br />

Centros únicos <strong>de</strong> supuesta creación<br />

Nos vemos así llevados a <strong>la</strong> cuestión, que ha sido muy discutida por<br />

los natur<strong>al</strong>istas, <strong>de</strong> si <strong>la</strong>s especies han sido creadas en uno o en varios<br />

puntos <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra. Indudablemente, hay muchos casos<br />

en que es muy dificil compren<strong>de</strong>r cómo <strong>la</strong> misma especie pudo haber<br />

emigrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto a los varios puntos distantes y ais<strong>la</strong>dos don<strong>de</strong><br />

ahora se encuentra. Sin embargo, <strong>la</strong> sencillez <strong>de</strong> <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que cada especie<br />

se produjo <strong>al</strong> principio en una so<strong>la</strong> región cautiva <strong>la</strong> inteligencia. Quien<br />

<strong>la</strong> rechace rechaza <strong>la</strong> vera causa <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación ordinaria con emigraciones<br />

posteriores, e invoca <strong>la</strong> intervención <strong>de</strong> un mi<strong>la</strong>gro. Es univers<strong>al</strong>mente<br />

admitido que, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, <strong>la</strong> zona habitada<br />

por una especie es continua, y cuando una p<strong>la</strong>nta o anim<strong>al</strong> viven en dos<br />

puntos tan distantes entre sí o con una separación <strong>de</strong> t<strong>al</strong> natur<strong>al</strong>eza que<br />

el espacio no pudo haber sido atravesado fácilmente emigrando, se cita<br />

el hecho como <strong>al</strong>go notable y excepcion<strong>al</strong>. La incapacidad <strong>de</strong> emigrar<br />

atravesando un gran mar es quizá más c<strong>la</strong>ra en el caso <strong>de</strong> los mamiferos<br />

terrestres que en el <strong>de</strong> ningunos otros seres orgánicos, y así no<br />

344


encontramos: ejemplos que sean inexplicables <strong>de</strong> que el mismo mamífero<br />

viva en puntos distantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra. Ningún geólogo encuentra dificultad<br />

en que <strong>la</strong> Gran Bretaña posea los mismos cuadrúpedos que el resto<br />

<strong>de</strong> Europa, pues no hay duda <strong>de</strong> que en otro tiempo estuvieron unidas.<br />

Pero si <strong>la</strong>s mismas especies pue<strong>de</strong>n ser producidas en dos puntos separados,<br />

¿cómo es que no encontramos ni un solo mamífero común a Europa<br />

y Austr<strong>al</strong>ia o América <strong>de</strong>l Sur? Las condiciones <strong>de</strong> vida son casi igu<strong>al</strong>es;<br />

<strong>de</strong> t<strong>al</strong> manera, que una multitud <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> Europa han<br />

llegado a natur<strong>al</strong>izarse en América y Austr<strong>al</strong>ia y <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas<br />

indígenas son idénticamente <strong>la</strong>s mismas en estos puntos tan distantes <strong>de</strong>l<br />

hemisferio norte y <strong>de</strong>l hemisferio sur. La respuesta es, a mi parecer, que<br />

los mamíferos no han podido emigrar, mientras que <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas, por<br />

sus variados medios <strong>de</strong> dispersión, han emigrado a través <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

e ininterrumpidos espacios intermedios. La influencia gran<strong>de</strong> y asombrosa<br />

<strong>de</strong> los obstáculos <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses sólo es comprensible según <strong>la</strong> opinión<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> gran mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies ha sido producida a un <strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong>l obstáculo y no ha podido emigrar <strong>al</strong> <strong>la</strong>do opuesto. Un corto número<br />

<strong>de</strong> familias, muchas subfamilias, muchísimos géneros y un número todavía<br />

mayor <strong>de</strong> secciones <strong>de</strong> géneros están limitados a una región <strong>de</strong>terminada,<br />

y ha sido observado por diferentes natur<strong>al</strong>istas que los géneros<br />

más natur<strong>al</strong>es -o sea los géneros en que <strong>la</strong>s especies están más estrechamente<br />

re<strong>la</strong>cionadas entre sí- están gener<strong>al</strong>mente confinados en una misma<br />

región, o, si ocupan una gran extensión, esta extensión es continua.<br />

¡Qué anom<strong>al</strong>ía tan extraña si, cuando <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>mos un grado en <strong>la</strong> serie,<br />

o sea cuando pasamos a los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, tuviese que<br />

prev<strong>al</strong>ecer <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> diametr<strong>al</strong>mente opuesta, y estos individuos no hubiesen<br />

estado, por lo menos <strong>al</strong> principio, confinados a una so<strong>la</strong> región!<br />

Por consiguiente, me parece, como a otros muchos natur<strong>al</strong>istas, que <strong>la</strong><br />

opinión más probable es <strong>la</strong> <strong>de</strong> que cada especie ha sido producida en una<br />

so<strong>la</strong> región y que posteriormente ha emigrado <strong>de</strong> esta región hasta don<strong>de</strong><br />

se lo han permitido sus faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> emigración y resistencia, en <strong>la</strong>s<br />

condiciones pasadas y presentes. Indudablemente, se presentan muchos<br />

casos en los que no po<strong>de</strong>mos explicar cómo <strong>la</strong> misma especie pudo haber<br />

pasado <strong>de</strong> un punto a otro. Pero los cambios geográficos y climatológicos<br />

que han ocurrido ciertamente en tiempos geológicos recientes tienen que<br />

haber convertido en discontinua <strong>la</strong> distribución geográfica, antes continua,<br />

<strong>de</strong> muchas especies. De modo que nos vemos reducidos a consi<strong>de</strong>rar<br />

si <strong>la</strong>s excepciones a <strong>la</strong> continuidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución geográfica son tan<br />

numerosas y <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>eza tan grave que tengamos que renunciar a <strong>la</strong><br />

opinión, que <strong>la</strong>s consi<strong>de</strong>raciones gener<strong>al</strong>es hacen probable, <strong>de</strong> que cada<br />

345


especie ha sido producida en una región y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>al</strong>lí ha emigrado<br />

hasta don<strong>de</strong> ha podido. Sería inútilmente fatigoso discutir todos los casos<br />

excepcion<strong>al</strong>es en que una misma especie vive actu<strong>al</strong>mente en puntos<br />

distantes y separados, y no pretendo, ni por un momento, que pueda<br />

ofrecerse explicación <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> muchos casos. Pero, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unas observaciones<br />

preliminares, discutiré <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los grupos más notables<br />

<strong>de</strong> hechos, como <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie en <strong>la</strong>s cumbres <strong>de</strong> regiones<br />

montañosas distintas o en puntos muy distantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones árticas<br />

y antárticas; discutiré luego -en el capítulo siguiente- <strong>la</strong> extensa distribución<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> agua dulce, y <strong>de</strong>spués <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s mismas producciones terrestres en is<strong>la</strong>s y en <strong>la</strong> tierra firme más próxima,<br />

aunque sepatadas por centenares <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> océano. Si <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie en puntos distantes y ais<strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> superficie terrestre<br />

pue<strong>de</strong> explicarse en muchos casos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> que cada<br />

especie ha emigrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un solo lugar <strong>de</strong> nacimiento, entonces, teniendo<br />

en cuenta nuestra ignorancia <strong>de</strong> los antiguos cambios climatológicos<br />

y geográficos y <strong>de</strong> los diferentes medios <strong>de</strong> transporte ocasion<strong>al</strong>es,<br />

<strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> que <strong>la</strong> ley es un solo lugar <strong>de</strong> origen me parece incomparablemente<br />

<strong>la</strong> más segura.<br />

Al discutir este asunto, podremos, <strong>al</strong> mismo tiempo, consi<strong>de</strong>rar un<br />

punto igu<strong>al</strong>mente importante para nosotros, o sea si <strong>la</strong>s diferentes especies<br />

<strong>de</strong> un género, que, según nuestra teoría, tienen que <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r todas<br />

<strong>de</strong> un antepasado común, pue<strong>de</strong>n haber emigrado, experimentando modificaciones<br />

durante su emigración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una región. Cuando <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que viven en una región son diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

otra, aunque muy afines a el<strong>la</strong>s, si pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que probablemente<br />

ha habido en <strong>al</strong>gún período antiguo emigración <strong>de</strong> una región a otra,<br />

nuestra opinión gener<strong>al</strong> quedará muy robustecida, pues <strong>la</strong> explicación es<br />

c<strong>la</strong>ra según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación. Una is<strong>la</strong><br />

volcánica, por ejemplo, que se ha levantado y formado a <strong>al</strong>gunos centenares<br />

<strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> un continente, tiene probablemente que<br />

recibir <strong>de</strong> éste, en el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, <strong>al</strong>gunos colonos, y sus <strong>de</strong>scendientes,<br />

aunque modificados, han <strong>de</strong> estar todavía re<strong>la</strong>cionados por<br />

herencia con los habitantes <strong>de</strong>l continente. Los casos <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza<br />

son comunes, y, como veremos <strong>de</strong>spués, no son explicables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s creaciones in<strong>de</strong>pendientes. Esta opinión <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong> una región con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> otra no difiere mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong> propuesta<br />

por míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce, el cu<strong>al</strong> llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que «toda especie ha<br />

empezado a existir coincidiendo en espacio y en tiempo con otra especie<br />

346


preexistente muy afín», y actu<strong>al</strong>mente es bien sabido que W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce atribuye<br />

esta coinci<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación.<br />

<strong>El</strong> problema <strong>de</strong> <strong>la</strong> unidad o plur<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> centros <strong>de</strong> creación es distinto<br />

<strong>de</strong> otra cuestión con él re<strong>la</strong>cionada, o sea si todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> pareja o <strong>de</strong> un solo hermafrodita,<br />

o si, como <strong>al</strong>gunos autores suponen, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> muchos individuos<br />

simultáneamente creados. En los seres orgánicos que nunca se cruzan -si<br />

es que existen-, cada especie tiene que <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r por una sucesión <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

modificadas, que se han ido sup<strong>la</strong>ntando unas o otras, pero que<br />

nunca se han mezc<strong>la</strong>do con otros individuos o varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

especie; <strong>de</strong> modo que en cada estado sucesivo <strong>de</strong> modificación todos los<br />

individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma forma <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rán <strong>de</strong> un solo progenitor. Pero<br />

en <strong>la</strong> inmensa mayoría <strong>de</strong> los casos -o sea en todos los organismos que<br />

habitu<strong>al</strong>mente se unen para cada cría, o que a veces se cruzan- los individuos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie que viven en <strong>la</strong> misma región se mantendrán<br />

casi uniformes por cruzamiento, <strong>de</strong> manera que muchos individuos continuarán<br />

cambiando simultáneamente y todo el conjunto <strong>de</strong> modificaciones<br />

en cada estado no se <strong>de</strong>berá a <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un solo progenitor.<br />

Para ac<strong>la</strong>rar lo que quiero <strong>de</strong>cir: nuestros cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> carrera ingleses difieren<br />

<strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otra raza; pero no <strong>de</strong>ben su diferencia y<br />

superioridad a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> pareja, sino <strong>al</strong> cuidado continuo en<br />

<strong>la</strong> selección y amaestramiento <strong>de</strong> muchos individuos en cada generación.<br />

Antes <strong>de</strong> discutir <strong>la</strong>s tres c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos que he elegido por presentar<br />

<strong>la</strong>s mayores dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> los centros únicos <strong>de</strong> creación,<br />

he <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras acerca <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> dispersión.<br />

Medios <strong>de</strong> dispersión<br />

Sir C. Lyell y otros autores han tratado admirablemente este asunto.<br />

No puedo dar aquí sino un resumen brevísimo <strong>de</strong> los hechos más importantes.<br />

<strong>El</strong> cambio <strong>de</strong> clima tiene que haber ejercido una influencia po<strong>de</strong>rosa<br />

en <strong>la</strong> emigración. Una región infranqueable, por <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> su<br />

clima, para ciertos organismos pudo haber sido una gran vía <strong>de</strong> emigración<br />

cuando el clima era diferente. Tendrá, sin embargo, que discutir<br />

ahora este aspecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuestión con <strong>al</strong>gún <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le. Los cambios <strong>de</strong> nivel<br />

<strong>de</strong>l suelo han <strong>de</strong> haber sido también <strong>de</strong> gran influencia: un estrecho istmo<br />

separa ahora dos faunas marinas; supongamos que se sumerge, o<br />

que ha estado antes sumergido, y <strong>la</strong>s dos faunas marinas se mezc<strong>la</strong>rán o<br />

pudieron haberse mezc<strong>la</strong>do antes. Don<strong>de</strong> ahora se extien<strong>de</strong> el mar, pue<strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> tierra, en un período anterior, haber unido is<strong>la</strong>s, o quizá hasta<br />

347


continentes, y <strong>de</strong> este modo haber permitido a <strong>la</strong>s producciones terrestres<br />

pasar <strong>de</strong> unos a otros. Ningún geólogo discute el hecho <strong>de</strong> que han<br />

ocurrido gran<strong>de</strong>s cambios <strong>de</strong> nivel <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> los organismos<br />

actu<strong>al</strong>es. Edward Forbes ha insistido sobre el hecho <strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong>l Atlántico tienen que haber estado, en época reciente, unidas a Europa<br />

o África, y también Europa con América. De igu<strong>al</strong> modo, otros autores<br />

han levantado puentes hipotéticos sobre todos los océanos, y han unido<br />

casi todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s con <strong>al</strong>gún continente. Re<strong>al</strong>mente, si hay que dar fe a<br />

los argumentos empleados por Forbes, tenemos que admitir que apenas<br />

existe una so<strong>la</strong> is<strong>la</strong> que no haya estado unida a <strong>al</strong>gún continente. Esta<br />

opinión corta el nudo gordiano <strong>de</strong> <strong>la</strong> dispersión <strong>de</strong> una misma especie a<br />

puntos sumamente distantes y suprime muchas dificulta<strong>de</strong>s; pero, según<br />

mi le<strong>al</strong> saber y enten<strong>de</strong>r, no estamos autorizados para admitir tan enormes<br />

cambios geográficos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies actu<strong>al</strong>es. Me<br />

parece que tenemos abundantes pruebas <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s osci<strong>la</strong>ciones en el<br />

nivel <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra o <strong>de</strong>l mar; pero no <strong>de</strong> cambios tan gran<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> posición<br />

y extensión <strong>de</strong> nuestros continentes para que en período reciente se<br />

hayan unido entre sí y con <strong>la</strong>s diferentes is<strong>la</strong>s oceánicas interpuestas. Admito<br />

sin reserva <strong>la</strong> existencia anterior <strong>de</strong> muchas is<strong>la</strong>s, sepultadas hoy en<br />

el mar, que han servido como etapas a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y a muchos anim<strong>al</strong>es<br />

durante sus emigraciones. En los océanos en que se producen cor<strong>al</strong>es, estas<br />

is<strong>la</strong>s hundidas se seña<strong>la</strong>n ahora por los anillos <strong>de</strong> cor<strong>al</strong>es o atolls que<br />

hay sobre el<strong>la</strong>s. Cuando se admita por completo, como se admitirá <strong>al</strong>gún<br />

día, que cada especie ha procedido <strong>de</strong> un solo lugar <strong>de</strong> origen, y cuando,<br />

con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, sepamos <strong>al</strong>go preciso acerca <strong>de</strong> los medios<br />

<strong>de</strong> distribución, podremos discurrir con seguridad acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> antigua<br />

extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras. Pero no creo que se pruebe nunca que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

período mo<strong>de</strong>rno <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> nuestros continentes, que actu<strong>al</strong>mente<br />

se encuentran casi separados, hayan estado unidos entre sí y con<br />

<strong>la</strong>s numerosas is<strong>la</strong>s oceánicas existentes sin solución, o casi sin solución,<br />

<strong>de</strong> continuidad. Diferentes hechos re<strong>la</strong>tivos a <strong>la</strong> distribución geográfica,<br />

t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong> gran diferencia en <strong>la</strong>s faunas marinas en los <strong>la</strong>dos opuestos<br />

<strong>de</strong> casi todos los continentes; <strong>la</strong> estrecha re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los habitantes terciarios<br />

<strong>de</strong> diferentes tierras, y aun mares, con los habitantes actu<strong>al</strong>es; el grado<br />

<strong>de</strong> afinidad entre los mamíferos que viven en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s y los <strong>de</strong>l continente<br />

más próximo, <strong>de</strong>terminado en parte, como veremos <strong>de</strong>spués, por<br />

<strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong>l océano que los separa, y otros hechos semejantes, se<br />

oponen a <strong>la</strong> admisión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s prodigiosas revoluciones geográficas en el<br />

período mo<strong>de</strong>rno, que son necesarias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> hipótesis propuesta<br />

por Forbes y admitida por los que le siguen. La natur<strong>al</strong>eza y<br />

348


proporciones re<strong>la</strong>tivas <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas se oponen<br />

también a <strong>la</strong> creencia <strong>de</strong> su antigua continuidad con los continentes, y <strong>la</strong><br />

composición, casi siempre volcánica, <strong>de</strong> estas is<strong>la</strong>s tampoco apoya el admitir<br />

que son restos <strong>de</strong> continentes hundidos, pues si primitivamente hubiesen<br />

existido como cordilleras <strong>de</strong> montañas continent<strong>al</strong>es, <strong>al</strong>gunas, por<br />

lo menos, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s habrían estado formadas, como otras cumbres <strong>de</strong><br />

montañas, <strong>de</strong> granito, esquistos metamórficos, rocas fosilíferas antiguas<br />

y otras rocas, en vez <strong>de</strong> consistir en simples masas <strong>de</strong> materia volcánica.<br />

He <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir <strong>al</strong>gunas pa<strong>la</strong>bras acerca <strong>de</strong> lo que se ha l<strong>la</strong>mado medios<br />

acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> distribución; pero que se l<strong>la</strong>marían mejor medios ocasion<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> distribución. Me limitaré aquí a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. En <strong>la</strong>s obras botánicas<br />

se afirma con frecuencia que esta o aquel<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta está m<strong>al</strong> adaptada<br />

para una extensa dispersión; pero pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que es casi por completo<br />

<strong>de</strong>sconocida <strong>la</strong> mayor o menor facilidad para su transporte <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do<br />

a otro <strong>de</strong>l mar. Hasta que hice, con ayuda <strong>de</strong> míster Berkeley, <strong>al</strong>gunos experimentos,<br />

ni siquiera se conocía hasta qué punto <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s podían<br />

resistir <strong>la</strong> acción nociva <strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> mar. Con sorpresa encontré que, <strong>de</strong><br />

87 c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, 64 germinaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> veintiocho días <strong>de</strong> inmersión,<br />

y <strong>al</strong>gunas sobrevivieron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ciento treinta y siete días<br />

<strong>de</strong> inmersión. Merece citarse que ciertos ór<strong>de</strong>nes fueron mucho más perjudicados<br />

que otros: se ensayaron nueve leguminosas, y, excepto una, resistieron<br />

m<strong>al</strong> el agua sa<strong>la</strong>da; siete especies <strong>de</strong> los ór<strong>de</strong>nes afines, hidrofiláceas<br />

y polemoniáceas, quedaron muertas todas por un mes <strong>de</strong> inmersión.<br />

Por comodidad ensayé princip<strong>al</strong>mente semil<strong>la</strong>s pequeñas sin <strong>la</strong>s<br />

cápsu<strong>la</strong>s o los frutos carnosos, y como todas el<strong>la</strong>s iban <strong>al</strong> fondo <strong>al</strong> cabo<br />

<strong>de</strong> pocos días, no hubiesen podido atravesar flotando gran<strong>de</strong>s espacios<br />

<strong>de</strong>l mar, hubieran sido o no perjudicadas por el agua sa<strong>la</strong>da; <strong>de</strong>spués ensayé<br />

varios frutos carnosos, cápsu<strong>la</strong>s, etc., gran<strong>de</strong>s, y <strong>al</strong>gunos flotaron<br />

durante <strong>la</strong>rgo tiempo. Es bien conocida <strong>la</strong> gran diferencia que existe en <strong>la</strong><br />

flotación entre <strong>la</strong>s ma<strong>de</strong>ras ver<strong>de</strong>s y secas, y se me ocurrió que <strong>la</strong>s avenidas<br />

frecuentemente tienen que arrastrar <strong>al</strong> mar p<strong>la</strong>ntas o ramas secas con<br />

<strong>la</strong>s cápsu<strong>la</strong>s o los frutos carnosos adheridos a el<strong>la</strong>s. Esto me llevó, pues, a<br />

secar los troncos y ramas <strong>de</strong> 94 p<strong>la</strong>ntas con fruto maduro y a colocarlos<br />

en agua <strong>de</strong> mar. La mayor parte se fueron <strong>al</strong> fondo; pero <strong>al</strong>gunas que,<br />

cuando ver<strong>de</strong>s, flotaban durante poquísimo tiempo, flotaron secas mucho<br />

más tiempo; por ejemplo: <strong>la</strong>s avel<strong>la</strong>nas tiernas se fueron a fondo inmediatamente,<br />

pero una vez secas flotaron noventa días, y p<strong>la</strong>ntadas<br />

<strong>de</strong>spués, germinaron; una esparraguera con bayas maduras flotó veintitrés<br />

días, y seca flotó ochenta y cinco días, ¡<strong>la</strong>s simientes <strong>de</strong>spués germinaron;<br />

<strong>la</strong>s simientes tiernas <strong>de</strong> Helosciadium se fueron a fondo a los dos<br />

349


días; secas, flotaron unos noventa días, y luego germinaron. En resumen:<br />

<strong>de</strong> 94 p<strong>la</strong>ntas secas, 18 flotaron más <strong>de</strong> veintiocho días, y <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> estas<br />

18 flotaron durante un período muchísimo mayor; <strong>de</strong> manera que, como<br />

64/87 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> simientes germinaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> veintiochodías<br />

<strong>de</strong> inmersión, y 18/94 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s distintas especies con frutos<br />

maduros -aunque no todas eran <strong>la</strong>s mismas especies que en el experimento<br />

prece<strong>de</strong>nte- flotaron, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> secas, más <strong>de</strong> veintiocho días,<br />

po<strong>de</strong>mos sacar <strong>la</strong> conclusión -hasta don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducirse <strong>al</strong>go <strong>de</strong> este<br />

corto número <strong>de</strong> hechos- que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> 14/100 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> una región podrían ser llevadas flotando por <strong>la</strong>s corrientes<br />

marinas durante veintiocho días y conservarían su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> germinación.<br />

En el At<strong>la</strong>s físico <strong>de</strong> Johnston, el promedio <strong>de</strong> velocidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes<br />

corrientes <strong>de</strong>l Atlántico es <strong>de</strong> 33 mil<strong>la</strong>s diarias -<strong>al</strong>gunas corrientes<br />

llevan <strong>la</strong> velocidad <strong>de</strong> 60 mil<strong>la</strong>s diarias-; según este promedio, <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong>l 14/100 <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> un país podrían atravesar flotando 924<br />

mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mar, has ta llegar a otro país, y, una vez en tierra, si fuesen llevadas<br />

hacia el interior por el viento hasta sitio favorable, germinarían.<br />

Después <strong>de</strong> mis experimentos, míster Martens hizo otros semejantes;<br />

pero <strong>de</strong> un modo mucho mejor, pues colocó <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

caja en el mismo mar, <strong>de</strong> manera que estaban <strong>al</strong>ternativamente mojadas<br />

y expuestas <strong>al</strong> aire como p<strong>la</strong>ntas re<strong>al</strong>mente flotantes. Ensayó 98 semil<strong>la</strong>s,<br />

en su mayor parte diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mías, y eligió muchos frutos gran<strong>de</strong>s,<br />

y también semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas que viven cerca <strong>de</strong>l mar, lo cu<strong>al</strong> tenía que<br />

ser favorable, tanto para el promedio <strong>de</strong> duración <strong>de</strong> <strong>la</strong> flotación como<br />

para <strong>la</strong> resistencia a <strong>la</strong> acción nociva <strong>de</strong>l agua sa<strong>la</strong>da. Por el contrario, no<br />

hacía secar previamente <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas o ramas con los frutos, y esto, como<br />

hemos visto, hubiera hecho que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s hubiesen flotado mucho<br />

más tiempo. <strong>El</strong> resultado fue que 18/98 <strong>de</strong> sus semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> diferentes c<strong>la</strong>ses<br />

flotaron cuarenta y dos días, y luego fueron capaces <strong>de</strong> germinar;<br />

aunque no dudo que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas sometidas a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s o<strong>la</strong>s flotarían<br />

durante menos tiempo que <strong>la</strong>s protegidas contra los movimientos violentos,<br />

como ocurre en nuestros experimentos. Por consiguiente, quizá<br />

sería más seguro admitir que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> 10/100 aproximadamente,<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> una flora, podrían, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse secado, atravesar<br />

flotando un espacio <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 900 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> ancho, y germinarían<br />

luego. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que los frutos gran<strong>de</strong>s muchas veces floten más tiempo<br />

que los pequeños es interesante, pues <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas con semil<strong>la</strong>s o frutas<br />

gran<strong>de</strong>s, que, como ha <strong>de</strong>mostrado Alph. Candolle, tienen gener<strong>al</strong>mente<br />

distribución geográfica limitada, difícilmente pudieron ser transportadas<br />

por otros medios.<br />

350


Las semil<strong>la</strong>s pue<strong>de</strong>n ser transportadas ocasion<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> otro modo.<br />

En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s, incluso en <strong>la</strong>s que están en el centro <strong>de</strong> los<br />

mayores océanos, el mar arroja leños flotantes, y los natur<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> cor<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l Pacífico se procuran piedras para sus herramientas únicamente<br />

<strong>de</strong> entre <strong>la</strong>s raíces <strong>de</strong> árboles llevados por <strong>la</strong>s corrientes, constituyendo<br />

estas piedras un importante tributo re<strong>al</strong>. He observado que cuando<br />

entre <strong>la</strong>s raíces <strong>de</strong> los árboles quedan encajadas piedras <strong>de</strong> forma irregu<strong>la</strong>r,<br />

quedan encerradas en sus intersticios y <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s pequeñas<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tierra, tan perfectamente, que ni una partícu<strong>la</strong> podría ser<br />

arrastrada por el agua durante el más <strong>la</strong>rgo transporte: proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

una pequeña cantidad <strong>de</strong> tierra completamente encerrada <strong>de</strong> este modo<br />

por <strong>la</strong>s raíces <strong>de</strong> un roble, germinaron tres p<strong>la</strong>ntas dicotiledóneas; estoy<br />

seguro <strong>de</strong> <strong>la</strong> exactitud <strong>de</strong> esta observación. A<strong>de</strong>más puedo <strong>de</strong>mostrar<br />

que los cuerpos muertos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves, cuando flotan en el mar, a veces son<br />

<strong>de</strong>vorados inmediatamente, y muchas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s conservan, durante<br />

mucho tiempo, su vit<strong>al</strong>idad en el buche <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves que flotan: los<br />

guisantes y <strong>la</strong>s <strong>al</strong>verjas, por ejemplo, mueren con sólo <strong>al</strong>gunos días <strong>de</strong> inmersión<br />

en el agua <strong>de</strong>l mar; pero <strong>al</strong>gunos sacados <strong>de</strong>l buche <strong>de</strong> una p<strong>al</strong>oma<br />

que había estado flotando treinta días en agua <strong>de</strong> mar artifici<strong>al</strong> germinaron<br />

casi todos, con gran sorpresa mía.<br />

Las aves vivas apenas pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser agentes eficacísimos en el<br />

transporte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s; podría citar muchos hechos que <strong>de</strong>muestran<br />

lo frecuentísimo que es el que aves <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses sean arrastradas<br />

por huracanes a gran<strong>de</strong>s distancias en el océano. Po<strong>de</strong>mos seguramente<br />

admitir que, en estas circunstancias, su velocidad <strong>de</strong> vuelo tiene que ser<br />

con frecuencia <strong>de</strong> 35 mil<strong>la</strong>s por hora, y <strong>al</strong>gunos autores <strong>la</strong> han c<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>do<br />

en mucho más. Nunca he visto un ejemplo <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s <strong>al</strong>imenticias que<br />

pasen por todo el intestino <strong>de</strong> un ave; pero semil<strong>la</strong>s duras <strong>de</strong> frutos carnosos<br />

pasan sin <strong>al</strong>terarse hasta por los órganos digestivos <strong>de</strong> un pavo. En<br />

el transcurso <strong>de</strong> dos meses he recogido en mi jardín, <strong>de</strong> los excrementos<br />

<strong>de</strong> pequeñas aves, doce c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, y parce<strong>la</strong>n perfectas, y <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong>s que fueron ensayadas germinaron. Pero el hecho siguiente es<br />

más importante; el buche <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves no segrega jugo gástrico y no perjudica<br />

en lo más mínimo <strong>la</strong> germinación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s, según he averiguado<br />

experiment<strong>al</strong>mente. Ahora bien; cuando un ave ha encontrado y ha<br />

ingerido una gran cantidad <strong>de</strong> comida, se ha afirmado positivamente<br />

que todas <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s no pasan a <strong>la</strong> molleja antes <strong>de</strong> doce o <strong>de</strong> diez y<br />

ocho horas. En este interv<strong>al</strong>o, un ave pue<strong>de</strong> fácilmente ser arrastrada por<br />

el viento a una distancia <strong>de</strong> 500 mil<strong>la</strong>s, y es sabido que los h<strong>al</strong>cones buscan<br />

<strong>la</strong>s aves cansadas, y el contenido <strong>de</strong> su buche <strong>de</strong>sgarrado pue<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

351


este modo esparcirse pronto. Algunos h<strong>al</strong>cones y buhos tragan sus presas<br />

enteras, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un interv<strong>al</strong>o <strong>de</strong> doce a veinte horas vomitan<br />

pelotil<strong>la</strong>s que, según sé por experimentos hechos en los Zoologic<strong>al</strong> Gar<strong>de</strong>ns,<br />

encierran simientes capaces <strong>de</strong> germinar. Algunas simientes <strong>de</strong><br />

avena, trigo, mijo, <strong>al</strong>piste, cáñamo, trébol y remo<strong>la</strong>cha germinaron <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber estado veinte o veintiuna horas en los estómagos <strong>de</strong> diferentes<br />

rapaces, y dos semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> remo<strong>la</strong>cha germinaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />

estado en estas condiciones durante dos días y catorce horas. Los peces<br />

<strong>de</strong> agua dulce veo que comen semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> muchas p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> tierra y<br />

<strong>de</strong> agua; los peces son frecuentemente <strong>de</strong>vorados por aves, y, <strong>de</strong> este<br />

modo, <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s podrían ser transportadas <strong>de</strong> un lugar a otro. Introduje<br />

muchas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s en estómagos <strong>de</strong> peces muertos, y <strong>de</strong>spués<br />

los di a águi<strong>la</strong>s pesqueras, cigüeñas y pelicanos; estas aves, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

muchas horas, <strong>de</strong>volvieron <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s en pelotil<strong>la</strong>s, o <strong>la</strong>s expulsaron<br />

con sus excrementos, y varias <strong>de</strong> estas semil<strong>la</strong>s conservaron el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

germinación. Ciertas semil<strong>la</strong>s, sin embargo, murieron siempre por este<br />

procedimiento.<br />

Las <strong>la</strong>ngostas son arrastradas muchas veces por el viento a gran distancia<br />

<strong>de</strong> tierra; yo mismo cogí una a 370 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> costa <strong>de</strong> África, y<br />

he sabido <strong>de</strong> otras cogidas <strong>de</strong> distancias mayores. <strong>El</strong> reverendo R. T. Lower<br />

comunicó a sir C. Lyell que, en noviembre <strong>de</strong> 1844, llegaron a <strong>la</strong> is<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra nubes <strong>de</strong> <strong>la</strong>ngostas. Eran en cantidad innumerable, y tan<br />

tupidas como los copos <strong>de</strong> nieve en <strong>la</strong> mayor nevada, y se extendían en<br />

<strong>al</strong>tura hasta don<strong>de</strong> podían verse con un anteojo. Durante dos o tres días<br />

fueron lentamente <strong>de</strong> un <strong>la</strong>do a otro, <strong>de</strong>scribiendo una inmensa elipse <strong>de</strong><br />

cinco o seis mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> diámetro, y <strong>de</strong> noche se posaban en los árboles más<br />

<strong>al</strong>tos, que quedaban completamente cubiertos por el<strong>la</strong>s. Después <strong>de</strong>saparecieron<br />

hacia el mar, tan súbitamente como habían aparecido, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

entonces no se han vuelto a presentar en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>. Ahora bien; en <strong>al</strong>gunas<br />

partes <strong>de</strong> Nat<strong>al</strong> creen <strong>al</strong>gunos granjeros, aunque sin pruebas suficientes,<br />

que por los excrementos que <strong>de</strong>jan los gran<strong>de</strong>s vuelos <strong>de</strong> <strong>la</strong>ngostas, que<br />

con frecuencia se presentan en aquel<strong>la</strong> comarca, son introducidas en su<br />

región <strong>de</strong> pra<strong>de</strong>ras semil<strong>la</strong>s perjudici<strong>al</strong>es. A causa <strong>de</strong> esta suposición,<br />

mister We<strong>al</strong>e me envió en una carta un paquetito <strong>de</strong> bolitas secas <strong>de</strong> excremento<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>ngosta, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es separé <strong>al</strong> microscopio diferentes semil<strong>la</strong>s,<br />

y obtuve <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s siete gramineas pertenecientes a dos especies <strong>de</strong><br />

dos géneros distintos. Por consiguiente, una nube <strong>de</strong> <strong>la</strong>ngosta como <strong>la</strong><br />

que apareció en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra pudo fácilmente ser el medio <strong>de</strong> introducir<br />

diferentes c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas en una is<strong>la</strong> situada lejos <strong>de</strong>l<br />

continente.<br />

352


Aun cuando el pico y <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves gener<strong>al</strong>mente están limpios,<br />

a veces se les adhiere tierra: en un caso quité <strong>de</strong> <strong>la</strong> pata <strong>de</strong> una perdiz 61<br />

granos <strong>de</strong> tierra arcillosa seca, y en otro caso, 22 granos, y en <strong>la</strong> tierra hab<strong>la</strong><br />

una piedrecita <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> una <strong>al</strong>verja. Un ejemplo mejor: un amigo<br />

me envió una pata <strong>de</strong> chocha con una p<strong>la</strong>stita <strong>de</strong> tierra seca pegada <strong>al</strong><br />

tarso que pesaba sólo 9 granos y contenía una semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> resba<strong>la</strong>bueyes<br />

(Juncus bulonius), que germinó y floreció. Míster Sways<strong>la</strong>nd, <strong>de</strong> Brighton,<br />

que durante los últimos cuarenta años ha prestado gran atención a<br />

nuestras aves emigrantes, me informa que, con frecuencia, ha matado<br />

aguzanieves (Motacil<strong>la</strong>) y culib<strong>la</strong>ncos (Saxico<strong>la</strong>), <strong>al</strong> momento <strong>de</strong> llegar a<br />

nuestras costas, antes <strong>de</strong> que se hubiesen posado, y muchas veces ha observado<br />

pequeñas p<strong>la</strong>stitas <strong>de</strong> tierra pegadas a sus pies. Podrían citarse<br />

muchos hechos que muestran cuán gener<strong>al</strong> es que el suelo esté cargado<br />

<strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s. Por ejemplo: el profesor Newton me envió <strong>la</strong> pata <strong>de</strong> una<br />

perdiz (Caccabis rufa) que había sido herida y no podía vo<strong>la</strong>r, con una<br />

bo<strong>la</strong> <strong>de</strong> tierra dura adherida, que pesaba seis onzas y media. La tierra fue<br />

conservada durante tres años; pero cuando fue rota, regada y colocada<br />

bajo una campana <strong>de</strong> crist<strong>al</strong> s<strong>al</strong>ieron <strong>de</strong> el<strong>la</strong> nada menos que 82 p<strong>la</strong>ntas:<br />

consistían éstas en 12 monocotiledóneas, entre el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> avena común, y,<br />

por lo menos, otra especie <strong>de</strong> gramínea, y en 70 dicotiledóneas, que pertenecían,<br />

a juzgar por sus hojas jóvenes, a tres especies distintas, por lo<br />

menos. Con estos hechos a <strong>la</strong> vista, ¿po<strong>de</strong>mos dudar <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s muchas<br />

aves que anu<strong>al</strong>mente son arrastradas por <strong>la</strong>s tormentas a gran<strong>de</strong>s distancias<br />

sobre el océano, y <strong>la</strong>s muchas que anu<strong>al</strong>mente emigran -por ejemplo,<br />

los millones <strong>de</strong> codornices que atraviesan el Mediterráneo-, han <strong>de</strong> transportar<br />

ocasion<strong>al</strong>mente unas pocas semil<strong>la</strong>s empotradas en el barro que se<br />

adhiere a sus patas y picos? Pero tendré que volver sobre este asunto.<br />

Como es sabido que los icebergs están a veces cargados <strong>de</strong> tierra y piedras,<br />

y que hasta han transportado matorr<strong>al</strong>es, huesos y el nido <strong>de</strong> un<br />

pájaro terrestre, apenas pue<strong>de</strong> dudarse que ocasion<strong>al</strong>mente pudieron haber<br />

transportado, como ha sido sugerido por Lyell, semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> una parte<br />

a otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones árticas y antárticas y, durante el período g<strong>la</strong>ciar, <strong>de</strong><br />

una parte a otra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones que hoy son temp<strong>la</strong>das. En <strong>la</strong>s Azores -<br />

por el gran número <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas comunes a Europa, en comparación con<br />

<strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> otras is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Atlántico que están situadas más cerca <strong>de</strong><br />

tierra firme y, como ha sido observado por míster H. C. Watson, por su<br />

carácter <strong>al</strong>go septentrion<strong>al</strong> en comparación con <strong>la</strong> <strong>la</strong>titud- sospeché que<br />

estas is<strong>la</strong>s han sido en parte pob<strong>la</strong>das por semil<strong>la</strong>s traídas por los hielos<br />

durante <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ciar. A ruego mío, sir C. Lyell escribió a míster Hartung<br />

preguntándole si hab<strong>la</strong> observado cantos erráticos en estas is<strong>la</strong>s, y<br />

353


contestó que habían h<strong>al</strong><strong>la</strong>do gran<strong>de</strong>s pedazos <strong>de</strong> granito y <strong>de</strong> otras rocas<br />

que no se encuentran en el archipié<strong>la</strong>go. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir<br />

con seguridad que los icebergs en otro tiempo <strong>de</strong>positaron su carga<br />

<strong>de</strong> piedras en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas <strong>de</strong> estas is<strong>la</strong>s oceánicas, y es, por lo menos, posible<br />

que puedan haber llevado a el<strong>la</strong>s <strong>al</strong>gunas semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>l<br />

Norte.<br />

Consi<strong>de</strong>rando que estos diferentes medios <strong>de</strong> transporte, y otros que<br />

indudablemente quedan por <strong>de</strong>scubrir, han estado en actividad, año tras<br />

año, durante.<strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> años, sería, creo yo, un hecho maravilloso<br />

que muchas p<strong>la</strong>ntas no hubiesen llegado a ser transportadas muy<br />

lejos. Estos medios <strong>de</strong> transporte son a veces l<strong>la</strong>mados acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es; pero<br />

esto no es rigurosamente correcto: <strong>la</strong>s corrientes marinas no son acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es,<br />

ni tampoco lo es <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong> los vientos predominantes. Hay<br />

que observar que casi ningún medio <strong>de</strong> transporte pue<strong>de</strong> llevar <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s<br />

a distancias muy gran<strong>de</strong>s, pues <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s no conservan su vit<strong>al</strong>idad<br />

si están expuestas durante mucho tiempo a <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l mar, ni<br />

pue<strong>de</strong>n tampoco ser llevadas mucho tiempo en el buche o intestinos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s aves. Estos medios, sin embargo, bastarían para el transporte ocasion<strong>al</strong><br />

a través <strong>de</strong> extensiones <strong>de</strong> mar <strong>de</strong> 100 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> ancho, <strong>de</strong> is<strong>la</strong> a is<strong>la</strong>, o<br />

<strong>de</strong> un continente a una is<strong>la</strong> vecina; pero no <strong>de</strong> un continente a otro muy<br />

distante. Las floras <strong>de</strong> continentes muy distantes no hubieron <strong>de</strong> llegar a<br />

mezc<strong>la</strong>rse por estos medios, y hubieron <strong>de</strong> permanecer tan distintas como<br />

lo son actu<strong>al</strong>mente. Las corrientes, por su dirección, nunca hubieron<br />

<strong>de</strong> traer semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte a Ing<strong>la</strong>terra, aun cuando pudieron<br />

traer, y traen, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Antil<strong>la</strong>s a nuestras costas occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es semil<strong>la</strong>s<br />

que, <strong>de</strong> no quedar muertas por su <strong>la</strong>rguísima inmersión en el agua sa<strong>la</strong>da,<br />

no pudieron resistir nuestro clima. Casi todos los años una o dos aves<br />

marinas son arrastradas por el viento, a través <strong>de</strong> todo el océano Atlántico,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte a <strong>la</strong>s costas occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Ir<strong>la</strong>nda e Ing<strong>la</strong>terra;<br />

pero <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s no podrían ser transportadas por estos raros viajeros<br />

mas que por un medio: por el barro adherido a sus patas o pico; lo<br />

que constituye por si mismo una rara casu<strong>al</strong>idad. Aun en este caso, ¡qué<br />

pocas probabilida<strong>de</strong>s habría <strong>de</strong> que una semil<strong>la</strong> cayese en un suelo favorable<br />

y llegase a completo <strong>de</strong>sarrollo! Pero sería un gran error el <strong>al</strong>egar<br />

que porque una is<strong>la</strong> bien pob<strong>la</strong>da, como <strong>la</strong> Gran Bretaña, no ha recibido -<br />

hasta don<strong>de</strong> se sabe, y sería dificilísimo el probarlo- en estos últimos siglos<br />

inmigrantes <strong>de</strong> Europa o <strong>de</strong> otro continente por estos medios ocasion<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> transporte, no tenga que recibir colonos por medios semejantes<br />

una is<strong>la</strong> pobremente pob<strong>la</strong>da, aun estando situada más lejos <strong>de</strong> tierra firme.<br />

De cien c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s o anim<strong>al</strong>es transportados a una is<strong>la</strong>,<br />

354


aunque esté mucho menos pob<strong>la</strong>da que <strong>la</strong> Gran Bretaña, acaso una nada<br />

más estar<strong>la</strong> lo bastante bien adaptada a su nueva patria para que llegase<br />

a natur<strong>al</strong>izarse. Pero este no es un argumento válido contra lo que re<strong>al</strong>izarían<br />

los medios ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte durante el <strong>la</strong>rgo <strong>la</strong>pso <strong>de</strong><br />

tiempo geológico durante el que <strong>la</strong> is<strong>la</strong> se iba levantando y antes <strong>de</strong> que<br />

hubiese sido pob<strong>la</strong>da por completo <strong>de</strong> habitantes. En tierra casi <strong>de</strong>snuda,<br />

en <strong>la</strong> que viven insectos y aves poco o no <strong>de</strong>structores, casi cu<strong>al</strong>quier semil<strong>la</strong><br />

que tenga <strong>la</strong> fortuna <strong>de</strong> llegar ha <strong>de</strong> germinar y sobrevivir, si es<br />

a<strong>de</strong>cuada <strong>al</strong> clima.<br />

Dispersión durante el período g<strong>la</strong>ciar<br />

La i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> muchas p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es en <strong>la</strong>s cumbres <strong>de</strong> montañas<br />

separadas por centenares <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> tierras bajas, en <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es no<br />

podrían existir especies <strong>al</strong>pinas, es uno <strong>de</strong> los casos conocidos más l<strong>la</strong>mativos<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s mismas especies vivan en puntos muy distantes sin<br />

posibilidad aparente <strong>de</strong> que hayan emigrado <strong>de</strong> un punto a otro. Es verda<strong>de</strong>ramente<br />

un hecho notable ver tantas p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies<br />

viviendo en <strong>la</strong>s regiones nevadas <strong>de</strong> los Alpes y <strong>de</strong> los Pirineos y en <strong>la</strong>s<br />

partes más septentrion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Europa; pero es un hecho mucho más notable<br />

el que <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s White Mountains <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong><br />

América son todas <strong>la</strong>s mismas que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Labrador, y casi <strong>la</strong>s mismas,<br />

según dice Assa Gray, que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas más elevadas <strong>de</strong> Europa.<br />

Ya en 1747 estos hechos llevaron a Gmelin a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s mismas<br />

especies tenían que haber sido creadas in<strong>de</strong>pendientemente en muchos<br />

puntos distintos, y tendríamos que haber permanecido en esta misma<br />

creencia si Agassiz y otros no hubiesen l<strong>la</strong>mado vivamente <strong>la</strong> atención<br />

sobre el período g<strong>la</strong>ciar, que, como veremos inmediatamente, aporta<br />

una explicación sencil<strong>la</strong> <strong>de</strong> estos hechos. Tenemos pruebas <strong>de</strong> casi todas<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses imaginables -tanto proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l mundo orgánico como <strong>de</strong>l<br />

inorgánico- <strong>de</strong> que en un período geológico muy reciente Europa Centr<strong>al</strong><br />

y América <strong>de</strong>l Norte sufrieron un clima ártico. Las ruinas <strong>de</strong> una casa<br />

<strong>de</strong>struida por el fuego no referirían su historia más c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong>s<br />

montañas <strong>de</strong> Escocia y G<strong>al</strong>es, con sus <strong>la</strong><strong>de</strong>ras estriadas, superficies pulimentadas<br />

y cantos suspendidos, que nos hab<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong>s he<strong>la</strong>das corrientes<br />

que no ha mucho llenaban sus v<strong>al</strong>les. Tanto ha cambiado el clima <strong>de</strong> Europa,<br />

que en el norte <strong>de</strong> It<strong>al</strong>ia están ahora cubiertas <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>s y maíz gigantescas<br />

morrenas <strong>de</strong>jadas por los antiguos g<strong>la</strong>ciares. En toda una gran<br />

parte <strong>de</strong> los Estados Unidos, los cantos erráticos y <strong>la</strong>s rocas estriadas reve<strong>la</strong>n<br />

c<strong>la</strong>ramente un periodo anterior <strong>de</strong> frío.<br />

355


La pasada influencia <strong>de</strong>l clima g<strong>la</strong>ciar en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong> Europa, según <strong>la</strong> explica Edward Forbes, es en resumen <strong>la</strong> siguiente;<br />

pero seguiremos los cambios más fácilmente suponiendo que viene,<br />

poco a poco un nuevo período g<strong>la</strong>ciar y que <strong>de</strong>spués pasa, como antes<br />

ocurrió. Cuando vino el frío, y cuando <strong>la</strong>s zonas más meridion<strong>al</strong>es llegaron<br />

a ser apropiadas para los habitantes <strong>de</strong>l Norte, éstos ocuparían los<br />

puestos <strong>de</strong> los primitivos habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das; estos últimos,<br />

<strong>al</strong> mismo tiempo, se tras<strong>la</strong>darían cada vez más hacia el Sur, a menos<br />

que fuesen <strong>de</strong>tenidos por obstáculos, en cuyo caso perecerían; <strong>la</strong>s<br />

montañas quedarían cubiertas <strong>de</strong> nieve y hielo, y sus primitivos habitantes<br />

<strong>al</strong>pinos <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rian a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras. Cuando el frío hubo <strong>al</strong>canzado su<br />

máximo, tendríamos una fauna y flora árticas cubriendo <strong>la</strong>s partes centr<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> Europa, llegando <strong>al</strong> Sur hasta los Alpes y Pirineos y aun extendiéndose<br />

a España. Las regiones actu<strong>al</strong>mente temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong> los Estados<br />

Unidos estarían también cubiertas <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es árticos, que serían,<br />

con poca diferencia, los mismos que los <strong>de</strong> Europa, pues los actu<strong>al</strong>es<br />

habitantes circumpo<strong>la</strong>res, que suponemos que habrían marchado en<br />

todas partes hacia el Sur, son notablemente uniformes en todas partes.<br />

Al volver el c<strong>al</strong>or, <strong>la</strong>s formas árticas se replegarían hacia el Norte, seguidas<br />

<strong>de</strong> cerca, en su retirada, por <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das.<br />

Y <strong>al</strong> fundirse <strong>la</strong> nieve en <strong>la</strong>s f<strong>al</strong>das <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas, <strong>la</strong>s formas<br />

árticas se apo<strong>de</strong>rarían <strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong>she<strong>la</strong>do y <strong>de</strong>sembarazado, ascendiendo<br />

siempre, cada vez más <strong>al</strong>to, a medida que aumentaba el c<strong>al</strong>or y <strong>la</strong> nieve<br />

seguía <strong>de</strong>sapareciendo, mientras que sus hermanas proseguían su viaje<br />

hacia el Norte. Por consiguiente, cuando el c<strong>al</strong>or hubo vuelto por completo,<br />

<strong>la</strong>s mismas especies que anteriormente habían vivido juntas en <strong>la</strong>s<br />

tierras bajas <strong>de</strong> Europa y América <strong>de</strong>l Norte se encontrarían <strong>de</strong> nuevo en<br />

<strong>la</strong>s regiones árticas <strong>de</strong>l Mundo Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo y en muchas cumbres<br />

<strong>de</strong> montañas ais<strong>la</strong>das muy distantes unas <strong>de</strong> otras.<br />

De este modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> muchas p<strong>la</strong>ntas<br />

en puntos tan sumamente distantes como <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> los Estados<br />

Unidos y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Europa. Po<strong>de</strong>mos así compren<strong>de</strong>r el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas <strong>al</strong>pinas <strong>de</strong> cada cordillera estén más particu<strong>la</strong>rmente re<strong>la</strong>cionadas<br />

con <strong>la</strong>s formas árticas que viven exactamente <strong>al</strong> norte, o casi exactamente<br />

<strong>al</strong> norte <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, pues <strong>la</strong> primera migración, cuando llegó el frío, y<br />

<strong>la</strong> migración en sentido inverso, a <strong>la</strong> vuelta <strong>de</strong>l c<strong>al</strong>or, tienen que haber sido,<br />

en gener<strong>al</strong>, exactamente <strong>de</strong> Norte a Sur. Las p<strong>la</strong>ntas <strong>al</strong>pinas, por<br />

ejemplo, <strong>de</strong> Escocia, como ha hecho observar míster H. C. Watson, y <strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> los Pirineos, como ha hecho observar Ramond, están especi<strong>al</strong>mente<br />

re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Escandinavia; <strong>la</strong>s <strong>de</strong> los Estados<br />

356


Unidos, con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Labrador; <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> Siberia, con <strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s regiones árticas <strong>de</strong> este país. Estas <strong>de</strong>ducciones, basadas, como lo están,<br />

en <strong>la</strong> existencia perfectamente <strong>de</strong>mostrada <strong>de</strong> un período g<strong>la</strong>ciar anterior,<br />

me parece que explican <strong>de</strong> modo tan satisfactorio <strong>la</strong> distribución<br />

actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>al</strong>pinas y árticas <strong>de</strong> Europa y América, que<br />

cuando en otras regiones encontramos <strong>la</strong>s mismas especies en cumbres<br />

distantes casi po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir, sin otras pruebas, que un clima más frío<br />

permitió en otro tiempo su emigración, atravesando <strong>la</strong>s tierras bajas interpuestas,<br />

que actu<strong>al</strong>mente son ya <strong>de</strong>masiado cálidas para su existencia.<br />

Como <strong>la</strong>s formas árticas se tras<strong>la</strong>daron primero hacia el Sur y <strong>de</strong>spués<br />

retrocedieron hacia el Norte, <strong>al</strong> unísono <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> clima, no habrán<br />

estado sometidas durante sus <strong>la</strong>rgas migraciones a una gran diversidad<br />

<strong>de</strong> temperaturas, y como todas el<strong>la</strong>s emigraron juntas, en masa, sus re<strong>la</strong>ciones<br />

mutuas no se habrán <strong>al</strong>terado mucho. Por consiguiente, según los<br />

principios repetidos en este libro, estas formas no habrán sufrido gran<strong>de</strong>s<br />

modificaciones. Pero el caso habrá sido <strong>al</strong>go diferente para <strong>la</strong>s producciones<br />

<strong>al</strong>pinas, que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> vuelta <strong>de</strong>l c<strong>al</strong>or, quedaron<br />

ais<strong>la</strong>das, primero en <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas y fin<strong>al</strong>mente en sus<br />

cumbres; pues no es probable que el mismo conjunto <strong>de</strong> especies árticas<br />

hayan quedado en cordilleras muy distantes entre sí y hayan sobrevivido<br />

<strong>de</strong>spués. Lo probable es que estas especies se hayan mezc<strong>la</strong>do con antiguas<br />

especies <strong>al</strong>pinas que <strong>de</strong>bieron existir en <strong>la</strong>s montañas antes <strong>de</strong>l principio<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ciar, y que durante el período más frío fueron tempor<strong>al</strong>mente<br />

forzadas a bajar a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras.<br />

Aquel<strong>la</strong>s especies han estado a<strong>de</strong>más sometidas a influencias <strong>al</strong>go diferentes<br />

<strong>de</strong> clima; sus re<strong>la</strong>ciones mutuas habrán sido así <strong>al</strong>teradas en<br />

cierto grado, y en consecuencia <strong>la</strong>s especies habrán estado sujetas a variación<br />

y se habrán modificado; pues, si comparamos <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

<strong>al</strong>pinos actu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes cordilleras princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Europa,<br />

aun cuando muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies permanecen idénticamente igu<strong>al</strong>es,<br />

<strong>al</strong>gunas existen como varieda<strong>de</strong>s, otras como formas dudosas o subespecies<br />

y otras como especies distintas, pero muy afines, que se representan<br />

mutuamente en <strong>la</strong>s diferentes cordilleras.<br />

En el ejemplo prece<strong>de</strong>nte hemos supuesto que en el comienzo <strong>de</strong> nuestro<br />

imaginario período g<strong>la</strong>ciar <strong>la</strong>s producciones árticas eran tan uniformes<br />

en todas <strong>la</strong>s regiones po<strong>la</strong>res como lo son hoy en día; pero es también<br />

necesario admitir que muchas formas subárticas y <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> los<br />

climas temp<strong>la</strong>dos eran <strong>la</strong>s mismas en todo el mundo, pues <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

especies que ahora existen en <strong>la</strong> base <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas y en <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras<br />

<strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> América y <strong>de</strong> Europa son <strong>la</strong>s mismas, y pue<strong>de</strong> preguntarse<br />

357


cómo explico yo esta uniformidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas subárticas y <strong>de</strong> clima<br />

temp<strong>la</strong>do, en todo el mundo, <strong>al</strong> principio <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro período g<strong>la</strong>ciar.<br />

Actu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s producciones subárticas y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l<br />

Norte, en el Mundo Antiguo y en el Nuevo, están separadas por todo el<br />

océano Atlántico y por <strong>la</strong> parte norte <strong>de</strong>l Pacífico. Durante el período g<strong>la</strong>ciar,<br />

cuando los habitantes <strong>de</strong>l Mundo Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo vivían mucho<br />

más <strong>al</strong> Sur <strong>de</strong> lo que viven actu<strong>al</strong>mente, tuvieron que estar separados<br />

entre sí aún más completamente por espacios mayores <strong>de</strong>l océano;<br />

<strong>de</strong> manera que pue<strong>de</strong> muy bien preguntarse cómo es que <strong>la</strong>s mismas especies<br />

pudieron entonces, o antes, haber llegado a los dos continentes. La<br />

explicación, a mi parecer, está en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l clima antes <strong>de</strong>l comienzo<br />

<strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar. En aquel<strong>la</strong> época, o sea el período plioceno<br />

más mo<strong>de</strong>rno, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l mundo eran específicamente<br />

los mismos que ahora, y tenemos razones suficientes para creer<br />

que el clima era más c<strong>al</strong>iente que en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad. Por consiguiente, po<strong>de</strong>mos<br />

suponer que los organismos que actu<strong>al</strong>mente viven a 60º <strong>de</strong> <strong>la</strong>titud<br />

vivían durante el período plioceno más <strong>al</strong> Norte, en el circulo po<strong>la</strong>r,<br />

a 66º-67º <strong>de</strong> <strong>la</strong>titud, y que <strong>la</strong>s producciones árticas actu<strong>al</strong>es vivían entonces<br />

en <strong>la</strong> tierra fragmentada todavía más próxima <strong>al</strong> polo. Ahora bien; si<br />

consi<strong>de</strong>ramos el globo terrestre, vemos que en el círculo po<strong>la</strong>r hay tierra<br />

casi continua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el oeste <strong>de</strong> Europa, por Siberia, hasta el este <strong>de</strong> América,<br />

y esta continuidad <strong>de</strong> tierra circumpo<strong>la</strong>r, con <strong>la</strong> consiguiente libertad,<br />

en un clima más favorable, para emigraciones mutuas, explicará <strong>la</strong><br />

supuesta uniformidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones subárticas y <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong>l Mundo Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo en un período anterior a <strong>la</strong> época<br />

g<strong>la</strong>ciar.<br />

Creyendo, por <strong>la</strong>s razones que antes se han indicado, que los continentes<br />

actu<strong>al</strong>es han permanecido mucho tiempo casi en <strong>la</strong>s mismas situaciones<br />

re<strong>la</strong>tivas, aunque sujetos a gran<strong>de</strong>s osci<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> nivel, me inclino<br />

mucho a exten<strong>de</strong>r <strong>la</strong> hipótesis prece<strong>de</strong>nte, hasta <strong>de</strong>ducir que durante un<br />

período anterior más c<strong>al</strong>iente, como el período plioceno antiguo, en <strong>la</strong>s<br />

tierras circumpo<strong>la</strong>res, que eran casi ininterrumpidas, vivía un gran número<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es igu<strong>al</strong>es, y que estas p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es, tanto<br />

en el Mundo Antiguo como en el Nuevo, empezaron a emigrar hacia el<br />

Sur cuando el clima se hizo menos c<strong>al</strong>iente, mucho antes <strong>de</strong>l principio<br />

<strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar. Actu<strong>al</strong>mente vemos, creo yo, sus <strong>de</strong>scendientes, <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> ellos en un estado modificado, en <strong>la</strong>s regiones centr<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> Europa y <strong>de</strong> los Estados Unidos. Según esta opinión, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

el parentesco y rara i<strong>de</strong>ntidad entre <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> América<br />

<strong>de</strong>l Norte y <strong>de</strong> Europa, parentesco que es sumamente notable<br />

358


consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> distancia <strong>de</strong> los dos territorios y su separación por todo<br />

el océano Atlántico. Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, a<strong>de</strong>más, el hecho singu<strong>la</strong>r,<br />

sobre el que han l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong> atención diferentes observadores, <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

producciones <strong>de</strong> Europa y América en los últimos pisos terciarlos estaban<br />

más re<strong>la</strong>cionadas que lo están actu<strong>al</strong>mente, pues durante estos períodos<br />

más c<strong>al</strong>ientes <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>l Mundo Antiguo y <strong>de</strong>l Nuevo<br />

<strong>de</strong>ben haber estado unidas, casi sin interrupción, por tierra, que serviría<br />

como <strong>de</strong> puente -que el frío <strong>de</strong>spués hizo intransitable- para <strong>la</strong>s emigraciones<br />

recíprocas <strong>de</strong> sus habitantes.<br />

Durante <strong>la</strong> lenta diminución <strong>de</strong>l c<strong>al</strong>or en el período plioceno, tan pronto<br />

como <strong>la</strong>s especies comunes que vivían en el Mundo Antiguo y en el<br />

Nuevo emigraron <strong>al</strong> sur <strong>de</strong>l circulo po<strong>la</strong>r, quedarían completamente separadas.<br />

Esta separación, por lo que se refiere a <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> clima<br />

más temp<strong>la</strong>do, tiene que haber ocurrido hace mucho tiempo. Al emigrar<br />

hacia el Sur, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es tuvieron que mezc<strong>la</strong>rse en una<br />

gran región con <strong>la</strong>s producciones indígenas americanas, y tendrían que<br />

competir con el<strong>la</strong>s, y en otra gran región con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Mundo Antiguo. Por<br />

consiguiente, tenemos en este caso <strong>al</strong>go favorable a <strong>la</strong>s modificaciones<br />

gran<strong>de</strong>s, a modificaciones mucho mayores que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones<br />

<strong>al</strong>pinas que quedaron ais<strong>la</strong>das, en un período mucho más reciente, en <strong>la</strong>s<br />

diferentes cordilleras en <strong>la</strong>s tierras árticas <strong>de</strong> Europa y América <strong>de</strong>l Norte.<br />

De aquí proviene que, cuando comparamos <strong>la</strong>s producciones que viven<br />

actu<strong>al</strong>mente en <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l Nuevo Mundo y <strong>de</strong>l Antiguo,<br />

encontremos muy pocas especies idénticas -aunque Assa Gray ha<br />

mostrado últimamente que son idénticas más p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que antes se<br />

suponía- y que encontremos, en cambio, en todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses princip<strong>al</strong>es,<br />

muchas formas, que unos natur<strong>al</strong>istas consi<strong>de</strong>ran como razas geográficas<br />

y otros como especies distintas, y una legión <strong>de</strong> formas representativas, o<br />

muy afines, que son consi<strong>de</strong>radas por todos los natur<strong>al</strong>istas como específicamente<br />

distintas.<br />

Lo mismo que en tierra, en <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong>l mar, una lenta emigración,<br />

hacia el Sur, <strong>de</strong> <strong>la</strong> fauna marina, que durante el plioceno, o hasta en un<br />

período <strong>al</strong>go anterior, fue casi uniforme a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ininterrumpidas<br />

costas <strong>de</strong>l círculo po<strong>la</strong>r, explicará, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación,<br />

el que hoy vivan especies afines en regiones completamente separadas.<br />

Así, creo yo, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> presencia en <strong>la</strong>s costas orient<strong>al</strong>es y<br />

occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte temp<strong>la</strong>da <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> América <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas formas<br />

muy próximas, todavía vivientes o terciarias extinguidas, y explicará<br />

también el hecho aun más l<strong>la</strong>mativo <strong>de</strong> que vivan en el Mediterráneo<br />

y en los mares <strong>de</strong>l Japón muchos crustáceos -según se <strong>de</strong>scribe en <strong>la</strong><br />

359


admirable obra <strong>de</strong> Dana-, <strong>al</strong>gunos peces y otros anim<strong>al</strong>es marinos muy<br />

afines, a pesar <strong>de</strong> estar completamente separadas estas dos regiones por<br />

un continente entero e inmensas extensiones <strong>de</strong> océano.<br />

Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación, son inexplicables estos casos <strong>de</strong> parentesco<br />

próximo entre especies que viven actu<strong>al</strong>mente o vivieron en<br />

otro tiempo en el mar, en <strong>la</strong>s costas orient<strong>al</strong>es y occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> América<br />

<strong>de</strong>l Norte, en el Mediterráneo y el Japón, y en <strong>la</strong>s tierras temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Norte y Europa. No po<strong>de</strong>mos sostener que estas especies<br />

hayan sido creadas semejantes en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s condiciones físicas, casi<br />

igu<strong>al</strong>es, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones; pues si comparamos, por ejemplo, ciertas partes<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur con partes <strong>de</strong> África meridion<strong>al</strong> o <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia,<br />

vemos regiones, muy semejantes en todas sus condiciones físicas, cuyos<br />

habitantes son completamente diferentes.<br />

Alternancia <strong>de</strong> períodos g<strong>la</strong>ciares en el Norte y en el Sur<br />

Pero tenemos que volver a nuestro asunto princip<strong>al</strong>. Estoy convencido<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> Forbes pue<strong>de</strong> gener<strong>al</strong>izarse mucho. En Europa nos<br />

encontramos con <strong>la</strong>s pruebas más c<strong>la</strong>ras <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

costas occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> Gran Bretaña, hasta <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los Montes<br />

Ur<strong>al</strong>es y, hacia el Sur, hasta los Pirineos. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir <strong>de</strong> los mamíferos<br />

conge<strong>la</strong>dos y <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> vegetación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas,<br />

que Siberia sufrió igu<strong>al</strong> influencia. En el Líbano; según el doctor Hooker,<br />

<strong>la</strong>s nieves perpetuas cubrían en otros tiempos el eje centr<strong>al</strong> y <strong>al</strong>imentaban<br />

g<strong>la</strong>ciares que bajaban a 4.000 pies por los v<strong>al</strong>les. <strong>El</strong> mismo observador<br />

ha encontrado recientemente gran<strong>de</strong>s morrenas a un nivel bajo en <strong>la</strong><br />

cordillera <strong>de</strong>l At<strong>la</strong>s, en el norte <strong>de</strong>l África. En el Hima<strong>la</strong>ya, en puntos separados<br />

por 900 mil<strong>la</strong>s, los g<strong>la</strong>ciares han <strong>de</strong>jado señ<strong>al</strong>es <strong>de</strong> su anterior<br />

<strong>de</strong>scenso muy bajo, y en Sikkim, el doctor Hooker vio maíz que crecía en<br />

antiguas morrenas gigantescas. Al sur <strong>de</strong>l continente asiático, <strong>al</strong> otro <strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong>l Ecuador, sabemos, por <strong>la</strong>s excelentes investigaciones <strong>de</strong>l doctor J.<br />

Haast y <strong>de</strong>l doctor Hector, que en Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, en otro tiempo, inmensos<br />

g<strong>la</strong>ciares <strong>de</strong>scendieron hasta un nivel bajo, y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas igu<strong>al</strong>es<br />

encontradas por el doctor Hooker en montañas muy distantes <strong>de</strong> esta is<strong>la</strong><br />

nos refieren <strong>la</strong> misma historia <strong>de</strong> un período frío anterior. De los hechos<br />

que me ha comunicado el reverendo W. B. C<strong>la</strong>rke resulta también<br />

que hay huel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> acción g<strong>la</strong>ciar anterior en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong>l extremo<br />

su<strong>de</strong>ste <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia.<br />

Por lo que se refiere a América, en su mitad norte se han observado<br />

fragmentos <strong>de</strong> roca transportados por el hielo, en el <strong>la</strong>do este <strong>de</strong>l<br />

360


continente, hasta <strong>la</strong> <strong>la</strong>titud <strong>de</strong> 36º-37º, y en <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong>l Pacifico, don<strong>de</strong><br />

actu<strong>al</strong>mente el clima es tan diferente, hasta <strong>la</strong> <strong>la</strong>titud <strong>de</strong> 46º. También se<br />

han seña<strong>la</strong>do cantos erráticos en <strong>la</strong>s Montañas Rocosas. En América <strong>de</strong>l<br />

Sur, en <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, casi en el Ecuador, los g<strong>la</strong>ciares llegaban<br />

en otro tiempo mucho más abajo <strong>de</strong> su nivel actu<strong>al</strong>. En <strong>la</strong> región centr<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> Chile examiné un gran cúmulo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tritus con gran<strong>de</strong>s cantos<br />

que cruzaba el v<strong>al</strong>le <strong>de</strong>l Portillo, y que apenas pue<strong>de</strong> dudarse <strong>de</strong> que en<br />

otro tiempo constituyeron una morrena gigantesca; y míster D. Forbes<br />

me informó que en diferentes partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, entre<br />

13º y 30º <strong>de</strong> <strong>la</strong>titud sur, encontró, aproximadamente a <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura <strong>de</strong> 12.000<br />

pies, rocas profundamente estriadas, semejantes a aquel<strong>la</strong>s con que estaba<br />

familiarizado en Noruega, e igu<strong>al</strong>mente gran<strong>de</strong>s masas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tritus<br />

con guijarros estriados. En toda esta extensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s<br />

no existen actu<strong>al</strong>mente verda<strong>de</strong>ros g<strong>la</strong>ciares, ni aun a <strong>al</strong>turas mucho<br />

más consi<strong>de</strong>rables. Más <strong>al</strong> Sur, a ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l continente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 41º<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>titud hasta el extremo más meridion<strong>al</strong>, tenemos <strong>la</strong>s pruebas más<br />

evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> una acción g<strong>la</strong>ciar anterior, en un gran número <strong>de</strong> inmensos<br />

cantos transportados lejos <strong>de</strong> su lugar <strong>de</strong> origen.<br />

Por estos diferentes hechos, o sea porque <strong>la</strong> acción g<strong>la</strong>ciar se ha extendido<br />

por todas partes en los hemisferios bore<strong>al</strong> y austr<strong>al</strong>; porque este período<br />

ha sido reciente, en sentido geológico, en ambos hemisferios, por<br />

haber perdurado en ambos mucho tiempo, como pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducirse <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

cantidad <strong>de</strong> trabajo efectuado, y, fin<strong>al</strong>mente, por haber <strong>de</strong>scendido recientemente<br />

los g<strong>la</strong>ciares hasta un nivel bajo en toda <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los<br />

An<strong>de</strong>s, me pareció en un tiempo que era indubitable <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong><br />

que <strong>la</strong> temperatura <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> Tierra había <strong>de</strong>scendido simultáneamente<br />

en el período g<strong>la</strong>ciar. Pero ahora míster Croll, en una serie <strong>de</strong> admirables<br />

Memorias, ha intentado <strong>de</strong>mostrar que un clima g<strong>la</strong>ciar es el resultado<br />

<strong>de</strong> diferentes causas físicas, puestas en actividad por un aumento en <strong>la</strong><br />

excentricidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> órbita <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra. Todas estas causas tien<strong>de</strong>n hacia<br />

el mismo fin; pero <strong>la</strong> más potente parece ser <strong>la</strong> influencia indirecta <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

excentricidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> órbita en <strong>la</strong>s corrientes oceánicas. Según míster Croll,<br />

los períodos <strong>de</strong> frío se repiten regu<strong>la</strong>rmente cada diez o quince mil años,<br />

y éstos son extremadamente rigurosos a <strong>la</strong>rguísimos interv<strong>al</strong>os, <strong>de</strong>bido a<br />

ciertas circunstancias, <strong>la</strong> más importante <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, como ha <strong>de</strong>mostrado<br />

sir C. Lyell, es <strong>la</strong> posición re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aguas. Míster<br />

Croll cree que el último período g<strong>la</strong>ciar gran<strong>de</strong> ocurrió hace doscientos<br />

cuarenta mil años, aproximadamente, y duró, con ligeras <strong>al</strong>teraciones<br />

<strong>de</strong> climas, unos ciento sesenta mil. Por lo que se refiere a períodos g<strong>la</strong>ciares<br />

más antiguos, diferentes geólogos están convencidos, por pruebas<br />

361


directas, que estos períodos g<strong>la</strong>ciares ocurrieron durante <strong>la</strong>s formaciones<br />

miocenas y eocenas, por no mencionar formaciones aún más antiguas.<br />

Pero el resultado más importante para nosotros a que ha llegado míster<br />

Croll es que siempre que el hemisferio norte pasa por un período frío, <strong>la</strong><br />

temperatura <strong>de</strong>l hemisferio sur aumenta positivamente, por volverse los<br />

inviernos más suaves, <strong>de</strong>bido princip<strong>al</strong>mente a cambios en <strong>la</strong> dirección<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s corrientes oceánicas. Otro tanto ocurrirá en el hemisferio norte<br />

cuando el hemisferio sur pasa por un período g<strong>la</strong>ciar. Esta conclusión proyecta<br />

tanta luz sobre <strong>la</strong> distribución geográfica, que me inclino mucho a<br />

darle crédito; pero indicaré primero los hechos que requieren una<br />

explicación.<br />

<strong>El</strong> doctor Hooker ha <strong>de</strong>mostrado que en América <strong>de</strong>l Sur, aparte <strong>de</strong><br />

muchas especies muy afines, más <strong>de</strong> cuarenta o cincuenta p<strong>la</strong>ntas fanerógamas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego -que constituyen una parte no <strong>de</strong>spreciable<br />

<strong>de</strong> su escasa flora- son comunes a América <strong>de</strong>l Norte y Europa, a pesar<br />

<strong>de</strong> estar en territorios enormemente distantes en hemisferios opuestos.<br />

En <strong>la</strong>s gigantescas montañas <strong>de</strong> América ecuatori<strong>al</strong> existe una multitud<br />

<strong>de</strong> especies peculiares pertenecientes a géneros europeos. En los montes<br />

Organ, <strong>de</strong>l Brasil, Gardner encontró <strong>al</strong>gunos géneros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong> Europa, <strong>al</strong>gunos antárticos y <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s que no<br />

existen en <strong>la</strong>s cálidas regiones bajas intermedias. En <strong>la</strong> Sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> Caracas, el<br />

ilustre Humboldt encontró mucho antes especies pertenecientes a géneros<br />

característicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s.<br />

En África se presentan en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> Abisinia varias formas características<br />

y <strong>al</strong>gunas representativas <strong>de</strong> <strong>la</strong> flora <strong>de</strong>l Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza.<br />

En el Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza se encuentra un cortísimo número<br />

<strong>de</strong> especies europeas que se supone que no han sido introducidas<br />

por el hombre, y en <strong>la</strong>s montañas se encuentran varias formas europeas<br />

representativas que no han sido <strong>de</strong>scubiertas en <strong>la</strong>s regiones intertropic<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> África. <strong>El</strong> doctor Hooker, recientemente, ha <strong>de</strong>mostrado también<br />

que varias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas que viven en <strong>la</strong>s regiones superiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> elevada<br />

is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Fernando Poo y en los vecinos montes <strong>de</strong> los Camarones, en<br />

el golfo <strong>de</strong> Guinea, están muy re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong><br />

Abisinia y también con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong> Europa. Actu<strong>al</strong>mente<br />

también parece, según me dice el doctor Hooker, que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong><br />

estas mismas p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> climas temp<strong>la</strong>dos han sido <strong>de</strong>scubiertas por el<br />

reverendo T. Lowe en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>. Esta extensión<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do, casi en el Ecuador, a<br />

través <strong>de</strong> todo el continente <strong>de</strong> África y hasta <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong>l<br />

362


archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong>, es uno <strong>de</strong> los hechos más asombrosos que<br />

en todo tiempo se han registrado en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas.<br />

En el Hima<strong>la</strong>ya y en <strong>la</strong>s cordilleras ais<strong>la</strong>das <strong>de</strong> <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> India,<br />

en <strong>la</strong>s <strong>al</strong>turas <strong>de</strong> Ceilán y en los conos volcánicos <strong>de</strong> Java se presentan<br />

muchas p<strong>la</strong>ntas, ya idénticamente igu<strong>al</strong>es, ya mutuamente representativas,<br />

y <strong>al</strong> mismo tiempo p<strong>la</strong>ntas representativas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Europa, que no<br />

se encuentran en <strong>la</strong>s cálidas regiones bajas intermedias. ¡Una lista <strong>de</strong> géneros<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas recogidas en los picos más <strong>al</strong>tos <strong>de</strong> Java evoca el recuerdo<br />

<strong>de</strong> una recolección hecha en una colina <strong>de</strong> Europa! Todavía es más<br />

l<strong>la</strong>mativo el hecho <strong>de</strong> que formas peculiares austr<strong>al</strong>ianas están representadas<br />

por ciertas p<strong>la</strong>ntas que crecen en <strong>la</strong>s cumbres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong><br />

Borneo. Algunas <strong>de</strong> estas formas austr<strong>al</strong>ianas, según me dice el doctor<br />

Hooker, se extien<strong>de</strong>n por <strong>la</strong>s <strong>al</strong>turas <strong>de</strong> <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> <strong>de</strong> Ma<strong>la</strong>ca, y están<br />

ligeramente diseminadas, <strong>de</strong> una parte, por <strong>la</strong> India y, <strong>de</strong> otra, llegan por<br />

el Norte hasta el Japón.<br />

En <strong>la</strong>s montañas meridion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia, el doctor F. Müller ha <strong>de</strong>scubierto<br />

varias especies europeas; en <strong>la</strong>s tierras bajas se presentan otras<br />

especies no introducidas por el hombre, y, según me informa el doctor<br />

Hooker, pue<strong>de</strong> darse una <strong>la</strong>rga lista <strong>de</strong> géneros europeos encontrados en<br />

Austr<strong>al</strong>ia y no en <strong>la</strong>s regiones tórridas intermedias. En <strong>la</strong> admirable Introduction<br />

to the Flora of New Zea<strong>la</strong>nd, <strong>de</strong>l doctor Hooker, se citan hechos<br />

notables análogos re<strong>la</strong>tivos a p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> gran is<strong>la</strong>. Vemos,<br />

pues, que ciertas p<strong>la</strong>ntas que crecen en <strong>la</strong>s más <strong>al</strong>tas montañas <strong>de</strong> los trópicos<br />

en todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo y en <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l Norte<br />

y <strong>de</strong>l Sur son <strong>la</strong>s mismas especies o varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas especies.<br />

Hay que observar, sin embargo, que estas p<strong>la</strong>ntas no son formas estrictamente<br />

árticas, pues, como míster H. C. Watson ha seña<strong>la</strong>do, «<strong>al</strong> <strong>al</strong>ejarse<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s po<strong>la</strong>res, en dirección a <strong>la</strong>s ecuatori<strong>al</strong>es, <strong>la</strong>s floras <strong>al</strong>pinas,<br />

o <strong>de</strong> montaña, se van haciendo re<strong>al</strong>mente cada vez menos árticas». Aparte<br />

<strong>de</strong> estas formas idénticas o muy próximas, muchas especies que viven<br />

en estos mismos territorios, separadas por tanta distancia, pertenecen a<br />

géneros que actu<strong>al</strong>mente no se encuentran en <strong>la</strong>s tierras bajas tropic<strong>al</strong>es e<br />

intermedias.<br />

Estas breves observaciones se aplican sólo a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas; pero podrían<br />

citarse <strong>al</strong>gunos hechos análogos re<strong>la</strong>tivos a los anim<strong>al</strong>es terrestres. En los<br />

seres marinos ocurren también casos semejantes; como ejemplo puedo citar<br />

una afirmación <strong>de</strong> una <strong>al</strong>tísima autoridad, el profesor Dana: «Es ciertamente<br />

un hecho asombroso que Nueva Ze<strong>la</strong>ndia tenga mayor semejanza<br />

por sus crustáceos con su antípoda <strong>la</strong> Gran Bretaña que con ninguna<br />

otra parte <strong>de</strong>l mundo». Sir J. Richardson hab<strong>la</strong> también <strong>de</strong> <strong>la</strong> reaparición<br />

363


<strong>de</strong> formas septentrion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> peces en <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, Tasmania,<br />

etc. <strong>El</strong> doctor Hooker me informa <strong>de</strong> que veinticinco especies <strong>de</strong><br />

<strong>al</strong>gas son comunes a Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y a Europa; pero no han sido h<strong>al</strong><strong>la</strong>das<br />

en los mares tropic<strong>al</strong>es intermedios.<br />

Por los hechos prece<strong>de</strong>ntes -presencia <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do en<br />

<strong>la</strong>s regiones elevadas por toda el África ecuatori<strong>al</strong> y a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> India, hasta Ceilán y el archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, y, <strong>de</strong> modo<br />

menos marcado, por toda <strong>la</strong> gran extensión tropic<strong>al</strong> <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Surparece<br />

casi seguro que en <strong>al</strong>gún período anterior, indudablemente durante<br />

<strong>la</strong> parte más rigurosa <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar, <strong>la</strong>s tierras bajas <strong>de</strong> estos<br />

gran<strong>de</strong>s continentes estuvieron habitadas en el Ecuador por un consi<strong>de</strong>rable<br />

número <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do. En este período el clima ecuatori<strong>al</strong><br />

<strong>al</strong> nivel <strong>de</strong>l mar era probablemente casi igu<strong>al</strong> que el que ahora se<br />

experimenta en <strong>la</strong>s mismas <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s a <strong>la</strong>s <strong>al</strong>turas <strong>de</strong> 5.000 a 6.000 pies, o<br />

hasta un poco más frío. Durante el período más frío <strong>la</strong>s tierras bajas <strong>de</strong>l<br />

Ecuador tuvieron que cubrirse <strong>de</strong> vegetación mezc<strong>la</strong>da <strong>de</strong> tropic<strong>al</strong> y <strong>de</strong><br />

clima temp<strong>la</strong>do, como <strong>la</strong> que Hooker <strong>de</strong>scribe creciendo exuberante a <strong>la</strong><br />

<strong>al</strong>tura <strong>de</strong> 4.000 a 5.000 pies en <strong>la</strong>s vertientes inferiores <strong>de</strong>l Hima<strong>la</strong>ya, aunque<br />

quizá con una prepon<strong>de</strong>rancia aún mayor <strong>de</strong>-formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do.<br />

Así también en <strong>la</strong> montañosa is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Fernando Poo, en el gol;o <strong>de</strong><br />

Guinea, míster Mann encontró formas europeas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do que<br />

empiezan a aparecer a unos 5.000 pies <strong>de</strong> <strong>al</strong>tura. En <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong>l Panamá,<br />

a <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura <strong>de</strong> sólo 2.000 pies, el doctor Seemann encontró que <strong>la</strong><br />

vegetación era semejante a <strong>la</strong> <strong>de</strong> Méjico, ocon formas <strong>de</strong> <strong>la</strong> zona tórrida<br />

mezc<strong>la</strong>das armoniosamente con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> temp<strong>la</strong>da».<br />

Veamos ahora si <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> míster Croll, <strong>de</strong> que cuando el hemisferio<br />

norte sufría el frío extremo <strong>de</strong>l gran período g<strong>la</strong>ciar el hemisferio<br />

sur estaba re<strong>al</strong>mente más c<strong>al</strong>iente, arroja c<strong>la</strong>ra luz sobre <strong>la</strong> distribución<br />

actu<strong>al</strong>, inexplicable en apariencia, <strong>de</strong> diferentes organismos en <strong>la</strong>s regiones<br />

temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong> ambos hemisferios y en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> los trópicos.<br />

<strong>El</strong> período g<strong>la</strong>ciar, medido por años, tiene que haber sido <strong>la</strong>rguísímo, y si<br />

recordamos los inmensos espacios porque se han extendido en pocos siglos<br />

<strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es natur<strong>al</strong>izados, este período habrá sido<br />

suficiente para cu<strong>al</strong>quier emigración. Sabemos que <strong>la</strong>s formas árticas,<br />

cuando el frío se fue haciendo más y más intenso, invadieron <strong>la</strong>s regiones<br />

temp<strong>la</strong>das, y por los hechos que se acaban <strong>de</strong> citar apenas pue<strong>de</strong> caber<br />

duda <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas más vigorosas, predominantes y<br />

más extendidas invadieron <strong>la</strong>s regiones bajas ecuatori<strong>al</strong>es. Los habitantes<br />

<strong>de</strong> estas cálidas regiones bajas tendrían que emigrar <strong>al</strong> mismo tiempo a<br />

<strong>la</strong>s regiones tropic<strong>al</strong> y subtropic<strong>al</strong> <strong>de</strong>l Sur, pues el hemisferio surera más<br />

364


c<strong>al</strong>iente en este período. Al <strong>de</strong>caer el período g<strong>la</strong>ciar, como ambos hemisferios<br />

recobraron sus temperaturas primitivas, <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do<br />

<strong>de</strong>l Norte, que vivían en <strong>la</strong>s regiones bajas <strong>de</strong>l Ecuador, serían forzadas<br />

a volver a su primitiva patria o serían <strong>de</strong>struidas, siendo reemp<strong>la</strong>zadas<br />

por <strong>la</strong>s formas ecuatori<strong>al</strong>es que volvían <strong>de</strong>l Sur. Algunas, sin embargo,<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l Norte es casi seguro que ascen<strong>de</strong>rían<br />

a <strong>al</strong>gún país <strong>al</strong>to próximo, don<strong>de</strong>, si era suficientemente elevado, sobrevivirían<br />

mucho tiempo, como <strong>la</strong>s formas árticas en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> Europa.<br />

Aunque el clima no fuese perfectamente a<strong>de</strong>cuado para el<strong>la</strong>s, sobrevivirían,<br />

pues el cambio <strong>de</strong> temperatura tuvo que haber sido lentísimo,<br />

y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas poseen, indudablemente, cierta facultad <strong>de</strong> aclimatación,<br />

como lo <strong>de</strong>muestran por <strong>la</strong> transmisión a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> fuerza<br />

y constitución diferentes para resistir el c<strong>al</strong>or y el frío.<br />

Siguiendo el curso regu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> los acontecimientos, el hemisferio sur estaría<br />

a su vez sujeto a un severo período g<strong>la</strong>ciar y el hemisferio norte se<br />

volvería más c<strong>al</strong>iente, y entonces <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do <strong>de</strong>l Sur<br />

invadirían <strong>la</strong>s tierras bajas ecuatori<strong>al</strong>es. Las formas <strong>de</strong>l Norte que habían<br />

quedado antes en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rían entonces y se mezc<strong>la</strong>rían<br />

con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Sur. Estas últimas, <strong>al</strong> volver el c<strong>al</strong>or, volver<strong>la</strong>n a su patria primitiva,<br />

<strong>de</strong>jando <strong>al</strong>gunas especies en <strong>la</strong>s montañas, y llevando hacia el Sur<br />

consigo <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies septentrion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> clima temp<strong>la</strong>do que<br />

habían bajado <strong>de</strong> sus refugios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas. De este modo tendríamos<br />

un corto número <strong>de</strong> especies idéntícamente igu<strong>al</strong>es en <strong>la</strong>s zonas temp<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong>l Norte y <strong>de</strong>l Sur y en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones intermedias<br />

tropic<strong>al</strong>es. Pero <strong>la</strong>s especies, <strong>al</strong> quedar durante mucho tiempo en <strong>la</strong>s<br />

montañas o en hemisferios opuestos, tendrían que competir con muchas<br />

formas nuevas y estarían expuestas a condiciones físicas <strong>al</strong>go diferentes;<br />

estarían, por consiguiente, muy sujetas a modificación, y tienen que existir<br />

ahora, en gener<strong>al</strong>, como varieda<strong>de</strong>s o como especies representativas, y<br />

esto es lo que ocurre. Debemos también tener presente <strong>la</strong> existencia en<br />

ambos hemisferios <strong>de</strong> períodos g<strong>la</strong>ciares anteriores, pues éstos explicarían,<br />

según los mismos principios, <strong>la</strong>s muchas especies bien distintas que<br />

viven en regiones análogas muy separadas, y que pertenecen a géneros<br />

que no se encuentran ahora en <strong>la</strong>s zonas tórridas intermedias.<br />

Es un hecho notable, sobre el que han insistido enérgicamente Hooker,<br />

por lo que se refiere a América, y Alph. <strong>de</strong> Candolle, por lo que se refiere<br />

a Austr<strong>al</strong>ia, que muchas especies idénticas, o ligeramente modificadas,<br />

han emigrado más <strong>de</strong> Norte a Sur que en sentido inverso. Vemos, sin<br />

embargo, <strong>al</strong>gunas formas <strong>de</strong>l Sur en <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> Borneo y Abisinia.<br />

Presumo que esta emigración prepon<strong>de</strong>rante <strong>de</strong> Norte a Sur es <strong>de</strong>bida a<br />

365


<strong>la</strong> mayor extensión <strong>de</strong> tierras en el Norte y a que <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>l Norte<br />

han existido en su propia patria en mayor número y, en consecuencia,<br />

han sido llevadas, por selección y competencia, a un grado superior <strong>de</strong><br />

perfección o facultad <strong>de</strong> dominio que <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>l Sur. Y así, cuando<br />

los dos grupos se mezc<strong>la</strong>ron en <strong>la</strong>s regiones ecuatori<strong>al</strong>es, durante <strong>la</strong>s <strong>al</strong>ternativas<br />

<strong>de</strong> los períodos g<strong>la</strong>ciares, <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>l Norte fueron <strong>la</strong>s más<br />

potentes, y fueron capaces <strong>de</strong> conservar sus puestos en <strong>la</strong>s montañas y<br />

<strong>de</strong> emigrar <strong>de</strong>spués hacia el Sur, junto con <strong>la</strong>s formas meridion<strong>al</strong>es; pero<br />

<strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>l Sur no pudieron hacer lo propio, en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s formas<br />

septentrion<strong>al</strong>es. Del mismo modo, actu<strong>al</strong>mente vemos que muchísimas<br />

producciones europeas cubren el suelo en La P<strong>la</strong>ta, Nueva Ze<strong>la</strong>ndia<br />

y, en menor grado, en Austr<strong>al</strong>ia, y han <strong>de</strong>rrotado a <strong>la</strong>s indígenas, mientras<br />

que poquísimas formas <strong>de</strong>l Sur se han natur<strong>al</strong>izado en <strong>al</strong>guna parte<br />

<strong>de</strong>l hemisferio norte, a pesar <strong>de</strong> que han sido importados a Europa, durante<br />

los dos o tres siglos últimos, <strong>de</strong> La P<strong>la</strong>ta, y en los cuarenta o cincuenta<br />

años últimos, <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia, gran cantidad <strong>de</strong> cueros, <strong>la</strong>nas y otros<br />

objetos a propósito para transportar semil<strong>la</strong>s. Los montes Neilgherrie, <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> India, ofrecen, sin embargo, una excepción parci<strong>al</strong>, pues <strong>al</strong>lí, según me<br />

dice el doctor Hooker, <strong>la</strong>s formas austr<strong>al</strong>ianas espontáneamente se están<br />

sembrando y natur<strong>al</strong>izando con rapi<strong>de</strong>z. Antes <strong>de</strong>l último gran período<br />

g<strong>la</strong>ciar, indudablemente <strong>la</strong>s montañas intertropic<strong>al</strong>es estuvieron pob<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong> formas <strong>al</strong>pinas propias; pero éstas, en casi todas partes, han cedido<br />

ante formas más po<strong>de</strong>rosas, producidas en los territorios mayores y<br />

en los t<strong>al</strong>leres más activos <strong>de</strong>l Norte. En muchas is<strong>la</strong>s, <strong>la</strong>s producciones<br />

que se han natur<strong>al</strong>izado casi igua<strong>la</strong>n, y hasta superan, en número a <strong>la</strong>s<br />

producciones indígenas, y este es el primer paso para su extinción. Las<br />

montañas son is<strong>la</strong>s sobre <strong>la</strong> Tierra, y sus habitantes han sucumbido ante<br />

los producidos en los territorios mayores <strong>de</strong>l Norte, exactamente <strong>de</strong>l mismo<br />

modo que los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s verda<strong>de</strong>ras han cedido en todas<br />

partes, y están todavía cediendo, ante <strong>la</strong>s formas continent<strong>al</strong>es natur<strong>al</strong>ízadas<br />

por <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l hombre.<br />

Los mismos principios se aplican a <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es terrestres<br />

y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones marinas en <strong>la</strong>s zonas temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l Norte<br />

y <strong>de</strong>l Sur y en <strong>la</strong>s montañas intertropic<strong>al</strong>es. Cuando, durante el apogeo<br />

<strong>de</strong>l periodo g<strong>la</strong>ciar, <strong>la</strong>s corrientes oceánicas eran muy diferentes <strong>de</strong> lo<br />

que son ahora, <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> los mares temp<strong>la</strong>dos pudieron<br />

haber llegado <strong>al</strong> Ecuador; <strong>de</strong> éstos, un corto número sería quizá capaz<br />

<strong>de</strong> emigrar en seguida hacia el Sur, manteniéndose <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s corrientes<br />

más frías, mientras que otros <strong>de</strong>bieron permanecer y sobrevivir<br />

en profundida<strong>de</strong>s más frías, hasta que el hemisferio sur fue a su vez<br />

366


sometido a un clima g<strong>la</strong>ciar que les permitió continuar su marcha; casi<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera que, según Forbes, existen actu<strong>al</strong>mente, en <strong>la</strong>s partes<br />

más profundas <strong>de</strong> los mares temp<strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l Norte, espacios ais<strong>la</strong>dos<br />

habitados por producciones árticas.<br />

Estoy lejos <strong>de</strong> suponer que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hipótesis que se acaban <strong>de</strong><br />

exponer, que<strong>de</strong>n eliminadas todas <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s referentes a <strong>la</strong> distribución<br />

y afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies idénticas y próximas que actu<strong>al</strong>mente<br />

viven tan separadas en el Norte y en el Sur y, a veces, en <strong>la</strong>s cordilleras<br />

intermedias. Las rutas exactas <strong>de</strong> emigración no pue<strong>de</strong>n ser seña<strong>la</strong>das;<br />

no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir por qué ciertas especies han emigrado y otras no; por<br />

qué ciertas especies se han modificado y han dado origen a nuevas formas,<br />

mientras que otras han permanecido invariables. No po<strong>de</strong>mos esperar<br />

explicar estos hechos hasta que podamos <strong>de</strong>cir por qué una especie<br />

y no otra llega a natur<strong>al</strong>izarse por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l hombre en un país extraño,<br />

por qué una especie, en su propia patria, se extien<strong>de</strong> el doble o el triple<br />

que otra y es dos o tres veces más abundante.<br />

Quedan también por resolver diferentes dificulta<strong>de</strong>s especi<strong>al</strong>es, por<br />

ejemplo, <strong>la</strong> presencia, como ha <strong>de</strong>mostrado Hooker, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas p<strong>la</strong>ntas<br />

en puntos tan enormemente separados como <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong> Kerguelen,<br />

Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong>l Fuego; pero los icebergs, según ha sugerido<br />

Lyell, pue<strong>de</strong>n haber influido en su dispersión. Es un caso muy notable<br />

<strong>la</strong> existencia en este y otros puntos <strong>de</strong>l hemisferio sur <strong>de</strong> especies<br />

que, aunque distintas, pertenecen a géneros exclusivamente limitados <strong>al</strong><br />

hemisferio norte. Algunas <strong>de</strong> estas especies son tan distintas, que no po<strong>de</strong>mos<br />

suponer que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong>de</strong>l último período g<strong>la</strong>ciar haya<br />

habido tiempo para su emigración y consiguiente modificación en el grado<br />

requerido. Los hechos parecen indicar que especies distintas, pertenecientes<br />

a los mismos géneros, han emigrado según líneas que irradian <strong>de</strong><br />

un centro común, y me inclino a fijar <strong>la</strong> atención, tanto en el hemisferio<br />

norte como en el hemisferio sur, en un período anterior y más c<strong>al</strong>iente,<br />

antes <strong>de</strong>l comienzo <strong>de</strong>l último período g<strong>la</strong>ciar, cuando <strong>la</strong>s tierras antárticas,<br />

cubiertas ahora <strong>de</strong> hielo, mantenían una flora ais<strong>la</strong>da sumamente peculiar.<br />

Pue<strong>de</strong> presumirse que, antes <strong>de</strong> que esta flora fuese exterminada<br />

durante <strong>la</strong> última época g<strong>la</strong>ciar, un corto número <strong>de</strong> formas se habían<br />

dispersado ya muy lejos hasta diferentes puntos <strong>de</strong>l hemísferio sur por<br />

los medios ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte, ya mediante el auxilio, como etapas,<br />

<strong>de</strong> is<strong>la</strong>s actu<strong>al</strong>mente hundidas. Así, <strong>la</strong>s costas meridion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> América,<br />

<strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia y <strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia pue<strong>de</strong>n haber sido ligeramente<br />

matizadas por <strong>la</strong>s mismas formas orgánicas peculiares.<br />

367


Sir C. Lyell, en un notable pasaje, ha discutido en términos casi idénticos<br />

a los míos los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s <strong>al</strong>teraciones <strong>de</strong> clima sobre <strong>la</strong><br />

distribución geográfica <strong>de</strong>l mundo entero, y ahora hemos visto que <strong>la</strong><br />

conclusión <strong>de</strong> rnister Croll, <strong>de</strong> que los sucesivos periodos g<strong>la</strong>ciares en un<br />

hemisferio coinci<strong>de</strong>n con períodos c<strong>al</strong>ientes en el hemisferio opuesto,<br />

unida a <strong>la</strong> admisión <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación lenta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, explica una<br />

multitud <strong>de</strong> hechos en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas formas orgánicas y<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas afines en todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo. Las ondas vivientes<br />

han fluido durante un período <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Norte, y durante otro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

Sur, y en ambos casos han llegado <strong>al</strong> Ecuador; pero <strong>la</strong> corriente <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida<br />

ha fluido con mayor fuerza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Norte que en <strong>la</strong> dirección opuesta<br />

y, por consecuencia, ha inundado más ampliamente el hemisferio sur.<br />

Así como <strong>la</strong> marea <strong>de</strong>ja en líneas horizont<strong>al</strong>es los restos que lleva, quedando<br />

éstos a mayor <strong>al</strong>tura en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas en que <strong>la</strong> marca <strong>al</strong>canza su máximo,<br />

<strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo <strong>la</strong>s ondas vivientes han <strong>de</strong>jado sus vivientes restos<br />

en <strong>la</strong>s cumbres <strong>de</strong> nuestras montañas, formando una línea que ascien<strong>de</strong><br />

suavemente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras bajas árticas hasta una gran <strong>al</strong>titud en el Ecuador.<br />

Los diferentes seres que han quedado abandonados <strong>de</strong> este modo<br />

pue<strong>de</strong>n compararse con <strong>la</strong>s razas humanas s<strong>al</strong>vajes que han sido empujadas<br />

hacia <strong>la</strong>s montañas y que sobreviven en reductos montañosos <strong>de</strong><br />

casi todos los países, que sirven como testimonio, lleno <strong>de</strong> interés para<br />

nosotros, <strong>de</strong> los habitantes primitivos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras bajas circundantes.<br />

368


Capítulo 13<br />

Distribución geográfica (Continuación)<br />

Producciones <strong>de</strong> agua dulce<br />

Como los <strong>la</strong>gos y <strong>la</strong>s cuencas <strong>de</strong> los ríos están separados unos <strong>de</strong> otros<br />

por barreras <strong>de</strong> tierra, podría suponerse que <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> agua<br />

dulce no se hubiesen extendido a gran distancia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo país, y<br />

como el mar es evi<strong>de</strong>ntemente un obstáculo todavía más formidable, podría<br />

suponerse que nunca se hubiesen extendido hasta países distantes.<br />

No so<strong>la</strong>mente muchas producciones <strong>de</strong> agua dulce, pertenecientes a diferentes<br />

c<strong>la</strong>ses, tienen una enorme distribución geográfica, sino que especies<br />

afines prev<strong>al</strong>ecen <strong>de</strong> un modo notable en todo el mundo. Al principio<br />

<strong>de</strong> mis recolecciones en <strong>la</strong>s aguas dulces <strong>de</strong>l Brasil, recuerdo muy bien<br />

que quedé muy sorprendido por <strong>la</strong> semejanza <strong>de</strong> los insectos, moluscos,<br />

etc., <strong>de</strong> agua dulce, y <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong> los seres terrestress <strong>de</strong> <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor,<br />

comparados con los <strong>de</strong> Ing<strong>la</strong>terra.<br />

Pero <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse mucho que tienen <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong><br />

agua dulce creo que pue<strong>de</strong> explicarse, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos,<br />

porque se han adaptado, <strong>de</strong> un modo utilísimo para el<strong>la</strong>s, a pequeñas y<br />

frecuentes emigraciones <strong>de</strong> una <strong>la</strong>guna a otra o <strong>de</strong> un río a otro, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> su propio país, y <strong>de</strong> esta facultad se seguiría, como una consecuencia<br />

casi necesaria, <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> una gran dispersión. No,po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar<br />

aquí mas que un corto número <strong>de</strong> casos, <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es los peces nos<br />

ofrecen <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los más difíciles <strong>de</strong> explicar. Se creía antes que una<br />

misma especie <strong>de</strong> agua dulce no existía nunca en dos continentes muy<br />

distantes; pero el doctor Günther ha <strong>de</strong>mostrado recientemente que el<br />

Ga<strong>la</strong>xias attenuatus vive en Tasmania, Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s F<strong>al</strong>k<strong>la</strong>nd<br />

y en <strong>la</strong> tierra firme <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. Es este un caso asombroso, y probablemente<br />

indica una dispersión, a partir <strong>de</strong> un centro antártico, durante<br />

un período c<strong>al</strong>iente anterior. Este caso, sin embargo, resulta <strong>al</strong>go menos<br />

sorpren<strong>de</strong>nte, por,que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> este género tienen <strong>la</strong> propiedad<br />

<strong>de</strong> atravesar, por <strong>al</strong>gún medio <strong>de</strong>sconocido, espacios consi<strong>de</strong>rables<br />

369


<strong>de</strong>l océano, así hay una especie que es común a Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y a <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s Auck<strong>la</strong>nd, aunque están separadas por una distancia <strong>de</strong> unas 230<br />

mil<strong>la</strong>s. En un mismo continente, los peces <strong>de</strong> agua dulce muchas veces se<br />

extien<strong>de</strong>n mucho y como <strong>de</strong> un modo caprichoso, pues en dos cuencas<br />

contiguas <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies pue<strong>de</strong>n ser <strong>la</strong>s mismas y otras completamente<br />

diferentes.<br />

Es probable que <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> agua dulce sean a veces transportadas<br />

por lo que pue<strong>de</strong>n l<strong>la</strong>marse medios acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es. Así, no es muy raro<br />

el que los torbellinos hayan <strong>de</strong>jado caer peces todavía vivos en puntos<br />

distantes, y es sabido que los huevos conservan su vit<strong>al</strong>idad durante un<br />

tiempo consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sacados <strong>de</strong>l agua. Su dispersión pue<strong>de</strong>,<br />

sin embargo, atribuirse princip<strong>al</strong>mente a cambios <strong>de</strong> nivel <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período mo<strong>de</strong>rno, que han hecho que <strong>al</strong>gunos ríos viertan en<br />

otros. También podrían citarse casos <strong>de</strong> haber ocurrido esto durante<br />

inundaciones, sin cambio <strong>al</strong>guno <strong>de</strong> nivel. A <strong>la</strong> misma conclusión lleva <strong>la</strong><br />

gran diferencia <strong>de</strong> los peces a ambos <strong>la</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cordilleras<br />

que son continuas, y que, por consiguiente, han tenido que impedir<br />

por completo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un período antiguo <strong>la</strong> anastomosis <strong>de</strong> los sistemas<br />

fluvi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> ambos <strong>la</strong>dos. Algunos peces <strong>de</strong> agua dulce pertenecen a<br />

formas antiquísimas, y en este caso habría habido tiempo sobrado para<br />

gran<strong>de</strong>s cambios geográficos y, por consiguiente, tiempo y medios para<br />

muchas emigraciones. Es más: el doctor Günther, recientemente, ha sido<br />

llevado a <strong>de</strong>ducir, por varias consi<strong>de</strong>raciones, que <strong>la</strong>s mismas formas tienen<br />

mucha resistencia en los peces. Los <strong>de</strong> agua sa<strong>la</strong>da pue<strong>de</strong>n, con cuidado,<br />

ser acostumbrados lentamente a vivir en agua dulce, y, según V<strong>al</strong>enciennes,<br />

apenas existe un solo grupo cuyos miembros estén todos confinados<br />

en el agua dulce; <strong>de</strong> manera que una especie marina perteneciente<br />

a un grupo <strong>de</strong> agua dulce pudo viajar mucho a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s costas<br />

<strong>de</strong>l mar, y podría probablemente adaptarse, sin gran dificultad, a <strong>la</strong>s aguas<br />

dulces <strong>de</strong> un país distante.<br />

Algunas especies <strong>de</strong> moluscos <strong>de</strong> agua dulce tienen una extensa distribución,<br />

y especies afines, que, según nuestra teoría, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un<br />

tronco común y tienen que haber provenido <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> fuente, se extien<strong>de</strong>n<br />

por el mundo entero. Su distribución me <strong>de</strong>jó <strong>al</strong> pronto muy perplejo,<br />

pues sus huevos no son a propósito para ser transportados por <strong>la</strong>s<br />

aves y, lo mismo que los adultos, mueren inmediatamente en el agua <strong>de</strong>l<br />

mar. Ni siquiera podía compren<strong>de</strong>r cómo <strong>al</strong>gunas especies natur<strong>al</strong>izadas<br />

se han difundido rápidamente por todo un país. Pero dos hechos que he<br />

observado -e indudablemente se <strong>de</strong>scubrirán otros muchos- dan <strong>al</strong>guna<br />

luz sobre este asunto. Al s<strong>al</strong>ir los patos súbitamente <strong>de</strong> una charca<br />

370


cubierta <strong>de</strong> lentejas <strong>de</strong> agua he visto dos veces que estas p<strong>la</strong>ntitas se quedaban<br />

adheridas a su dorso, y me ha ocurrido, <strong>al</strong> llevar un poco <strong>de</strong> lentejas<br />

<strong>de</strong> agua <strong>de</strong> un acuario a otro, que, sin querer, poblé el uno <strong>de</strong> moluscos<br />

<strong>de</strong> agua dulce proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l otro. Pero otro medio es quizá más<br />

eficaz: mantuve suspendido el pie <strong>de</strong> un pato en un acuario don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ban<br />

muchos huevos <strong>de</strong> moluscos <strong>de</strong> agua dulce, y observé que<br />

un gran número <strong>de</strong> moluscos pequeñísimos, acabados <strong>de</strong> nacer, se arrastraban<br />

por el pie <strong>de</strong>l pato y se adherían a él tan fuertemente, que, sacado<br />

fuera <strong>de</strong>l agua, no podían ser <strong>de</strong>spedidos sacudiéndolo, a pesar <strong>de</strong> que a<br />

una edad <strong>al</strong>go más avanzada se hubieran <strong>de</strong>jado caer espontáneamente.<br />

Estos moluscos, recién nacidos, aunque acuáticos por natur<strong>al</strong>eza, sobrevivieron<br />

en el pie <strong>de</strong>l pato, en aire húmedo, <strong>de</strong> doce a veinte horas, y en<br />

este espacio <strong>de</strong> tiempo un pato o una garza podría vo<strong>la</strong>r 600 ó 700 mil<strong>la</strong>s<br />

y, si era arrastrado por encima <strong>de</strong>l mar hasta una is<strong>la</strong> oceánica o hasta<br />

otro punto distante, se posaría seguramente en una charca o riachuelo.<br />

Sir <strong>Charles</strong> Lyell me informa <strong>de</strong> que ha sido capturado un Dytiscus con<br />

un Ancylus (molusco <strong>de</strong> agua dulce parecido a una <strong>la</strong>pa) firmente adherido<br />

a él, y un coleóptero acuático <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma familia, un Colymbeles,<br />

cayó a bordo <strong>de</strong>l Beagle cuando se encontraba éste a 45 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> costa<br />

más próxima: nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir hasta dón<strong>de</strong> podría haber sido arrastrado<br />

por un viento fuerte favorable.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, se conoce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo<br />

<strong>la</strong> enorme distribución geográfica que muchas especies <strong>de</strong> agua dulce, y<br />

aun especies p<strong>al</strong>ustres, tienen, tanto sobre los continentes, como por <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s oceánicas más remotas. Un notable ejemplo <strong>de</strong> esto ofrecen, según<br />

Alph. <strong>de</strong> Candolle, los gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas terrestres que tienen<br />

un corto número <strong>de</strong> especies que son acuáticas, pues estas últimas parecen<br />

adquirir, como consecuencia <strong>de</strong> ello, una vasta distribución. Creo yo<br />

que este hecho se explica por los medios favorables <strong>de</strong> dispersión. He<br />

mencionado antes que a veces se adhiere cierta cantidad <strong>de</strong> tierra a <strong>la</strong>s<br />

patas y picos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves. Las zancudas, que frecuentan <strong>la</strong>s oril<strong>la</strong>s fangosas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>gunas, <strong>al</strong> echar a vo<strong>la</strong>r <strong>de</strong> pronto, facilísimamente han <strong>de</strong> tener<br />

<strong>la</strong>s patas cargadas <strong>de</strong> barro. Las aves <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n viajan más que<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> ningún otro, y a veces se <strong>la</strong>s encuentra en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s más remotas y<br />

estériles situadas en pleno océano; no <strong>de</strong>ben ser a propósito para posarse<br />

en <strong>la</strong> superficie <strong>de</strong>l mar, <strong>de</strong> manera que nada <strong>de</strong>l barro <strong>de</strong> sus patas ha<br />

<strong>de</strong> ser arrastrado por el agua y, <strong>al</strong> llegar a tierra, seguramente <strong>de</strong>ben tener<br />

que vo<strong>la</strong>r hacia los parajes don<strong>de</strong> haya el agua dulce que natur<strong>al</strong>mente<br />

frecuentan. No creo que los botánicos estén enterados <strong>de</strong> lo cargado<br />

<strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s que está el barro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>gunas; he hecho varios pequeños<br />

371


experimentos, pero citaré aquí sólo el caso más notable: tomé, en febrero,<br />

tres cucharadas gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> barro en tres puntos diferentes <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l<br />

agua, junto a <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> <strong>de</strong> una charca; este barro, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> seco, pesó tan<br />

sólo seis onzas y tres cuartos; lo conservé tapado en mi cuarto <strong>de</strong> trabajo<br />

durante seis meses, arrancando y contando <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas a medida que s<strong>al</strong>ían;<br />

estas p<strong>la</strong>ntas eran <strong>de</strong> muchas c<strong>la</strong>ses, y fueron en número <strong>de</strong> 537, y,<br />

sin embargo, todo el barro, húmedo, cabía en una taza. Consi<strong>de</strong>rando estos<br />

hechos, creo yo que sería inexplicable el que <strong>la</strong>s aves acuáticas no<br />

transportasen <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> agua dulce a <strong>la</strong>gunas y riachuelos <strong>de</strong>splobados<br />

situados en puntos muy distantes. <strong>El</strong> mismo medio pue<strong>de</strong> haber<br />

entrado en juego por lo que se refiere a los huevos <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es<br />

más pequeños <strong>de</strong> agua dulce.<br />

Otros medios <strong>de</strong>sconocidos han representado probablemente también<br />

<strong>al</strong>gún papel. He comprobado que los peces <strong>de</strong> agua dulce comen muchas<br />

c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semil<strong>la</strong>s, aun cuando <strong>de</strong>vuelven mucho otras c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber<strong>la</strong>s tragado; aun los peces pequeños tragan semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> tamaño regu<strong>la</strong>r,<br />

como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l nenúfar amarillo y <strong>de</strong>l Potamogeton. Las garzas y<br />

otras aves, siglo tras siglo, han estado <strong>de</strong>vorando diariamente peces; luego<br />

empren<strong>de</strong>n el vuelo y van a otras aguas, o son arrastradas por el viento<br />

a través <strong>de</strong>l mar; y hemos visto que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s conservan su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

germinación cuando son <strong>de</strong>vueltas muchas horas <strong>de</strong>spués en los excrementos<br />

o pelotil<strong>la</strong>s. Cuando vi el gran tamaño <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l hermoso<br />

nenúfar Nelumbium, y recordé <strong>la</strong>s indicaciones <strong>de</strong> Alph. <strong>de</strong> Candolle<br />

acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución geográfica <strong>de</strong> esta p<strong>la</strong>nta, pensé que su modo <strong>de</strong><br />

dispersión tendría que permanecer inexplicable; pero Andubon a firma<br />

que encontró <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l gran nenúfar <strong>de</strong>l Sur (probablemente el Nelumbium<br />

luteum, según el doctor Hooker) en un estómago <strong>de</strong> garza.<br />

Ahora bien; este ave tuvo que haber vo<strong>la</strong>do muchas veces con su estómago<br />

bien provisto <strong>de</strong> este modo hasta <strong>la</strong>gunas distantes, y consiguiendo<br />

entonces una buena comida <strong>de</strong> peces, <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía me hace creer que <strong>la</strong>s<br />

semil<strong>la</strong>s serían <strong>de</strong>vueltas en una pelotil<strong>la</strong> en un estado a<strong>de</strong>cuado para <strong>la</strong><br />

germinación.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar estas diferentes c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> distribución hay que recordar<br />

que cuando se forma por vez primera una <strong>la</strong>guna o un arroyo -por ejemplo,<br />

en un islote que se esté levantando-, esta <strong>la</strong>guna o este arroyo estarán<br />

<strong>de</strong>socupados, y una so<strong>la</strong> semil<strong>la</strong> o un solo huevo tendrán muchas<br />

probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> éxito. Aun cuando siempre habrá lucha por <strong>la</strong> vida entre<br />

los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma <strong>la</strong>guna por pocas que sean sus especies,<br />

sin embargo, como el número <strong>de</strong> especies, aun en una <strong>la</strong>guna bien pob<strong>la</strong>da,<br />

es pequeño en comparación con el número <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que viven en una<br />

372


extensión igu<strong>al</strong> <strong>de</strong> tierra, <strong>la</strong> competencia entre el<strong>la</strong>s será probablemente<br />

menos severa que entre <strong>la</strong>s especies terrestres; por consiguiente, un intruso<br />

proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong> un país extranjero ha <strong>de</strong> tener más probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> ocupar un nuevo puesto que en el caso <strong>de</strong> colonos terrestres.<br />

Debemos también recordar que muchas producciones <strong>de</strong> agua dulce<br />

ocupan un lugar inferior en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>, y tenemos motivos para<br />

creer que estos seres se modifican más lentamente que los superiores, y<br />

esto nos dará el tiempo requerido para <strong>la</strong> ernigración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

acuáticas. No hemos <strong>de</strong> olvidar que es probable que muchas formas <strong>de</strong><br />

agua dulce se hayan extendido en otro tiempo <strong>de</strong> un modo continuo por<br />

inmensas extensiones y que luego se hayan extinguido en puntos intermedios;<br />

pero <strong>la</strong> extensa distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> agua dulce y <strong>de</strong> los<br />

anim<strong>al</strong>es inferiores, ya conserven idénticamente <strong>la</strong> misma forma, ya <strong>la</strong><br />

tengan hasta cierto punto modificada, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> princip<strong>al</strong>mente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> gran dispersión <strong>de</strong> sus semil<strong>la</strong>s y huevos por los anim<strong>al</strong>es,<br />

y en especi<strong>al</strong> por <strong>la</strong>s aves <strong>de</strong> agua dulce que tienen gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

vuelo y que natur<strong>al</strong>mente viajan <strong>de</strong> unas aguas dulces a otras.<br />

De los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas<br />

Llegamos ahora a <strong>la</strong> última <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos que he elegido<br />

como presentando <strong>la</strong> mayor dificultad, por lo que se refiere a <strong>la</strong> distribución<br />

geográfica, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que no so<strong>la</strong>mente todos los individuos<br />

<strong>de</strong> una misma especie han emigrado partiendo <strong>de</strong> un solo lugar,<br />

sino que <strong>la</strong>s especies afines han procedido <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> región -<strong>la</strong> cuna<br />

<strong>de</strong> sus primitivos antepasados-, aun cuando vivan actu<strong>al</strong>mente en lugares<br />

los más distantes. Ya he dado mis razones para no creer en <strong>la</strong> existencia,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies vivientes, <strong>de</strong> extensiones continent<strong>al</strong>es<br />

en tan enorme esca<strong>la</strong> que <strong>la</strong>s numerosas is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los diferentes<br />

océanos fuesen todas pob<strong>la</strong>das <strong>de</strong> este modo por sus habitantes terrestres<br />

actu<strong>al</strong>es. Esta opinión suprime muchas dificulta<strong>de</strong>s; pero no está <strong>de</strong><br />

acuerdo con todos los hechos referentes a <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s.<br />

En <strong>la</strong>s indicaciones siguientes no me limitaré <strong>al</strong> simple problema <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

dispersión, sino que consi<strong>de</strong>raré <strong>al</strong>gunos otros casos que se re<strong>la</strong>cionan<br />

con <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos teorías: <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s creaciones in<strong>de</strong>pendientes y <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación.<br />

Las especies <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses que viven en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas son en corto<br />

número, comparadas con <strong>la</strong>s que viven en territorios continent<strong>al</strong>es igu<strong>al</strong>es.<br />

Alph. <strong>de</strong> Candolle admite esto para <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, y Wol<strong>la</strong>ston para<br />

los insectos. Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, por ejemplo, con sus elevadas montañas y<br />

variadas estaciones, ocupando 780 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>titud, junto con <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

373


Auck<strong>la</strong>nd, Campbell y Chatham, contiene, en junto, tan sólo 960 c<strong>la</strong>ses<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas fanerógamas; si comparamos este reducido número con <strong>la</strong>s<br />

numerosísimas especies que pueb<strong>la</strong>n extensiones igu<strong>al</strong>es en el sudoeste<br />

<strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia o en el Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza, tenemos que admitir que<br />

<strong>al</strong>guna causa, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes condiciones físicas,<br />

ha dado origen a una diferencia numérica tan gran<strong>de</strong>. Hasta el uniforme<br />

condado <strong>de</strong> Cambridge tiene 847 p<strong>la</strong>ntas, y <strong>la</strong> pequeña is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Anglesea<br />

tiene 764, si bien en estos números están incluídos <strong>al</strong>gunos helechos y <strong>al</strong>gunas<br />

p<strong>la</strong>ntas introducidas, y <strong>la</strong> comparación, por <strong>al</strong>gunos otros conceptos,<br />

no es completamente justa. Tenemos pruebas <strong>de</strong> que <strong>la</strong> estéril is<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Ascensión poseía primitivamente menos <strong>de</strong> media docena <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas<br />

fanerógamas, y, no obstante, muchas especies se han natur<strong>al</strong>izado actu<strong>al</strong>mente<br />

en el<strong>la</strong>, como lo han hecho en Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y en cu<strong>al</strong>quier otra<br />

is<strong>la</strong> oceánica que pueda citarse. Hay motivos para creer que en Santa <strong>El</strong>ena<br />

<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es natur<strong>al</strong>izados han exterminado <strong>de</strong>l todo, o casi<br />

todo, muchas producciones indígenas. Quien admita <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

creación separada para cada especie, tendrá que admitir que para <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

oceánicas no fue creado un número suficiente <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es<br />

bien adaptados, pues el hombre involuntariamente <strong>la</strong>s ha pob<strong>la</strong>do <strong>de</strong><br />

modo mucho más completo y perfecto que lo hizo <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza.<br />

Aun cuando en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas <strong>la</strong>s especies son en corto número, <strong>la</strong><br />

proporción <strong>de</strong> especies peculiar -esto es, que no se encuentran en ninguna<br />

otra parte <strong>de</strong>l mundo- es con frecuencia grandísima. Si comparamos,<br />

por ejemplo, el número <strong>de</strong> moluscos terrestres peculiares <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Ma<strong>de</strong>ra, o <strong>de</strong> aves peculiares <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, con el<br />

número <strong>de</strong> los que se encuentran en cu<strong>al</strong>quier continente, y comparamos<br />

<strong>de</strong>spués el área <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> con <strong>la</strong> <strong>de</strong>l continente, veremos que esto es cierto.<br />

Este hecho podía esperarse teóricamente, pues, como ya se explicó,<br />

<strong>la</strong>s especies que llegan ocasion<strong>al</strong>mente, tras <strong>la</strong>rgos interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo,<br />

a un distrito nuevo y ais<strong>la</strong>do, y que tienen que competir con nuevos<br />

compañeros, tienen que estar sumamente sujetas a modificación y han <strong>de</strong><br />

producir con frecuencia grupos <strong>de</strong>scendientes modificados. Pero en modo<br />

<strong>al</strong>guno se sigue que, porque en una is<strong>la</strong> sean peculiares casi todas <strong>la</strong>s<br />

especies <strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se, lo sean <strong>la</strong>s <strong>de</strong> otra c<strong>la</strong>se o <strong>de</strong> otra sección <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

c<strong>la</strong>se, y esta diferencia parece <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r, en parte, <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies<br />

que no están modificadas han emigrado juntas, <strong>de</strong> manera que no se han<br />

perturbado mucho <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones mutuas, y, en parte, <strong>de</strong> <strong>la</strong> frecuente llegada<br />

<strong>de</strong> inmigrantes no modificados proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> origen, con<br />

los cu<strong>al</strong>es se han cruzado <strong>la</strong>s formas insu<strong>la</strong>res. Hay que tener presente<br />

que <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> estos cruzamientos tiene seguramente que ganar<br />

374


en vigor; <strong>de</strong> suerte que hasta un cruzamiento acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> ha <strong>de</strong> producir<br />

más efecto <strong>de</strong>l que pudiera esperarse Daré <strong>al</strong>gunos ejemplos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s observaciones<br />

prece<strong>de</strong>ntes. En <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos hay 26 aves terrestres;<br />

<strong>de</strong> éstas, 21 -o quizá 23- son peculiares, mientras que <strong>de</strong> 11 aves marinas<br />

sólo lo son 2, y es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong>s aves marinas pudieron llegar a<br />

estas últimas is<strong>la</strong>s con mucha mayor facilidad y frecuencia que <strong>la</strong>s terrestres.<br />

Por el contrario, <strong>la</strong>s Bermudas -que están situadas, aproximadamente,<br />

a <strong>la</strong> misma distancia <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos<br />

lo están <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, y que tienen un suelo muy particu<strong>la</strong>rno<br />

poseen ni una so<strong>la</strong> ave terrestre peculiar, y sabemos, por <strong>la</strong> admirable<br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Bermudas <strong>de</strong> mister J. M. Jones, que muchísimas<br />

aves <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Norte, acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente o con frecuencia, visitán estas<br />

is<strong>la</strong>s. Casi todos los años, según me informa mister E. V. Harcourt,<br />

muchas aves europeas y africanas son arrastradas por el viento hasta <strong>la</strong><br />

is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra; viven en esta is<strong>la</strong> 99 especies, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es una so<strong>la</strong> es<br />

peculiar, aunque muy afin <strong>de</strong> una forma europea, y tres o cuatro especies<br />

están limitadas a esta is<strong>la</strong> y a <strong>la</strong>s Canarias. De manera que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Bermudas<br />

y <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra han sido pob<strong>la</strong>das por aves proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los<br />

continentes vecinos, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, durante muchísimo tiempo, han luchado<br />

entre sí en estas is<strong>la</strong>s, y han llegado a adaptarse mutuamente, y, <strong>de</strong> aquí<br />

que cada especie, <strong>al</strong> establecerse en su nueva patria, habrá sido obligada<br />

por <strong>la</strong>s otras a mantenerse en su lugar y costumbres propias, y, por consiguiente,<br />

habrá estado muy poco sujeta a modifícación: Toda ten<strong>de</strong>ncia<br />

a modificación habrá sido refrendada por el cruzamiento con inmigrantes<br />

no modificados que llegan con frecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> patria primitiva. La is<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, a<strong>de</strong>más, está habitada por un prodigioso número <strong>de</strong><br />

moluscos terrestres peculiares, mientras que ni uno solo <strong>de</strong> los moluscos<br />

marinos es peculiar <strong>de</strong> sus costas. Ahora bien; aun cuando no sabemos<br />

cómo se verifica <strong>la</strong> dispersión <strong>de</strong> los moluscos marinos, sin embargo, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r que sus huevos o <strong>la</strong>rvas, adheridos quizá a <strong>al</strong>gas o<br />

ma<strong>de</strong>ras flotantes, o a <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves zancudas, pudieron ser transportados,<br />

atravesando 300 ó 400 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> océano, más fácilmente que los<br />

moluscos terrestres. Los diferentes ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> insectos que viven en <strong>la</strong><br />

is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra presentan casos casi par<strong>al</strong>elos.<br />

En <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas f<strong>al</strong>tan <strong>al</strong>gunas veces ciertas c<strong>la</strong>ses enteras, y su<br />

lugar está ocupado por otras c<strong>la</strong>ses; así, los reptiles en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos<br />

y <strong>la</strong>s aves gigantescas sin a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Nueva Ze<strong>la</strong>ndia ocupan, u ocupaban<br />

recientemente, el lugar <strong>de</strong> los mamíferos. Aunque se hable aquí <strong>de</strong><br />

Nueva Ze<strong>la</strong>ndia como <strong>de</strong> una is<strong>la</strong> oceánica, es <strong>al</strong>go dudoso si <strong>de</strong>biera<br />

consi<strong>de</strong>rarse así: es <strong>de</strong> gran tamaño y no está separada <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia por<br />

375


un mar profundo; el reverendo W. B. C<strong>la</strong>rke ha sostenido recientemente<br />

que esta is<strong>la</strong>, lo mismo que Nueva C<strong>al</strong>edonia, por sus caracteres geológicos<br />

y por <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong> sus cordilleras, tiene que ser consi<strong>de</strong>rada como<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia. Volviendo a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, el doctor Hooker ha<br />

<strong>de</strong>mostrado que en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos <strong>la</strong> proporción numérica <strong>de</strong><br />

los diferentes ór<strong>de</strong>nes es muy diferente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier otra parte. Todas<br />

estas diferencias numéricas y <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> ciertos grupos enteros<br />

<strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas se explica gener<strong>al</strong>mente por supuestas diferencias<br />

en <strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s; pero esta explicación es muy dudosa.<br />

La facilidad <strong>de</strong> emigración parece haber sido re<strong>al</strong>mente tan importante<br />

como <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones físicas.<br />

Podrían citarse muchos pequeños hechos notables referentes a los habitantes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas. Por ejemplo: en ciertas is<strong>la</strong>s en que no vive<br />

ni un solo mamífero, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas peculiares tienen simientes<br />

con magníficos ganchos, y, sin embargo, pocas re<strong>la</strong>ciones hay más manifiestas<br />

que <strong>la</strong> <strong>de</strong> que los ganchos sirven para el transporte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s<br />

en <strong>la</strong> <strong>la</strong>na o pelo <strong>de</strong> los cuadrúpedos. Pero una semil<strong>la</strong> con ganchos pudo<br />

ser transportada a una is<strong>la</strong> por otros medios, y entonces <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, modificándose,<br />

formaría una especie peculiar, conservando, no obstante, sus<br />

ganchos, que constituirían un apéndice inútil, como <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s reducidas<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> élitros soldados <strong>de</strong> muchos coleópteros insu<strong>la</strong>res. A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s, con frecuencia, tienen árboles o arbustos pertenecientes a ór<strong>de</strong>nes<br />

que en cu<strong>al</strong>quiera otra parte compren<strong>de</strong>n tan sólo especies herbáceas; los<br />

árboles, como ha <strong>de</strong>mostrado Alph. <strong>de</strong> Candolle, tienen gener<strong>al</strong>mente,<br />

sea por <strong>la</strong> causa que sea, una distribución geográfica limitada. Por consiguiente,<br />

los árboles tienen que ser poco a propósito para llegar hasta <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s oceánicas distantes, y una p<strong>la</strong>nta herbácea que no tuviese probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> competir, victoriosa, con los muchos árboles bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos<br />

que crecen en un continente, pudo, establecida en una is<strong>la</strong>, obtener ventaja<br />

sobre p<strong>la</strong>ntas herbáceas, creciendo cada vez más <strong>al</strong>ta y sobrepujándo<strong>la</strong>s.<br />

En este caso, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>ría a aumentar <strong>la</strong> <strong>al</strong>tura <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta, cu<strong>al</strong>quiera que fuese el or<strong>de</strong>n a que perteneciese, y <strong>de</strong> este modo<br />

a convertir<strong>la</strong>, primero, en un arbusto y, <strong>de</strong>spués, en un árbol.<br />

Ausencia <strong>de</strong> batracios y <strong>de</strong> mamíferos terrestres en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> ór<strong>de</strong>nes enteros <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es en<br />

<strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas, Bory St. Vincent hizo observar, hace mucho tiempo,<br />

que nunca se encuentran batracios -ranas, sapos, tritones- en ninguna <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s muchas is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> que están sembrados los gran<strong>de</strong>s océanos. Me he tomado<br />

el trabajo <strong>de</strong> comprobar esta afirmación, y <strong>la</strong> he encontrado exacta,<br />

376


exceptuando Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, Nueva C<strong>al</strong>edonia, <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Andaman y<br />

quizá <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s S<strong>al</strong>omón y <strong>la</strong>s Seychelles. Pero ya he hecho observar antes<br />

que es dudoso que Nueva Ze<strong>la</strong>ndia y Nueva C<strong>al</strong>edonia <strong>de</strong>ban c<strong>la</strong>sificarse<br />

como is<strong>la</strong>s oceánicas, y todavía es más dudoso por lo que se refiere a<br />

los grupos <strong>de</strong> Andaman y S<strong>al</strong>omón y <strong>la</strong>s Seychelles. Esta ausencia gener<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> ranas, sapos y tritones en tantas is<strong>la</strong>s verda<strong>de</strong>ramente oceánicas no<br />

pue<strong>de</strong> explicarse por sus condiciones físicas; re<strong>al</strong>mente parece que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

son particu<strong>la</strong>rmente a<strong>de</strong>cuadas para estos anim<strong>al</strong>es, pues <strong>la</strong>s ranas<br />

han sido introducidas en <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra, <strong>la</strong>s Azores y Mauricio y se han<br />

multiplicado tanto que se han convertido en una molestia. Pero como el<br />

agua <strong>de</strong>l mar mata inmediatamente estos anim<strong>al</strong>es y sus puestas -con excepción,<br />

hasta don<strong>de</strong> <strong>al</strong>canza mi conocimiento, <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> <strong>la</strong> India-,<br />

tiene que haber gran dificultad en su transporte a través <strong>de</strong>l mar, y<br />

por esto po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué no existen en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s rigurosamente<br />

oceánicas. Pero sería dificilísimo explicar, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

creación, por qué no habían sido creados en estas is<strong>la</strong>s.<br />

Otro caso semejante nos ofrecen los mamíferos. He buscado cuidadosamente<br />

en los viajes más antiguos, y no he encontrado ni un solo ejemplo<br />

indubitable <strong>de</strong> un mamífero terrestre -exceptuando los anim<strong>al</strong>es domésticos<br />

que pose<strong>la</strong>n los indígenas- que viviese en una is<strong>la</strong> situada a más<br />

<strong>de</strong> 300 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un continente o <strong>de</strong> una gran is<strong>la</strong> continent<strong>al</strong>, y muchas<br />

is<strong>la</strong>s situadas a distancia mucho menor están igu<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>sprovistas <strong>de</strong><br />

estos mamíferos. Las F<strong>al</strong>k<strong>la</strong>nd, que están habitadas por un zorro que parece<br />

un lobo, se presentan en seguida como una excepción; pero este grupo<br />

no pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como oceánico, pues <strong>de</strong>scansa sobre un banco<br />

unido con <strong>la</strong> tierra firme, <strong>de</strong> <strong>la</strong> que distan unas 280 mil<strong>la</strong>s; a<strong>de</strong>más, los<br />

icebergs llevaban antes cantos a sus costas occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>es, y pudieron, en<br />

otro tiempo, haber transportado zorros, como frecuentemente ocurre<br />

ahora en <strong>la</strong>s regiones árticas. No obstante, no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

pequeñas no puedan substentar mamiferos, por lo menos pequeños,<br />

pues éstos, en muchas partes <strong>de</strong>l mundo, existen en is<strong>la</strong>s pequeñísimas<br />

cuando están situadas cerca <strong>de</strong>l continente, y apenas es posible citar una<br />

is<strong>la</strong> en <strong>la</strong> que no se hayan natur<strong>al</strong>izado y multiplicado gran<strong>de</strong>mente<br />

nuestros mamíferos menores. Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría ordinaria <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación<br />

no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que no ha habido tiempo para <strong>la</strong> creación <strong>de</strong> mamíferos:<br />

muchas is<strong>la</strong>s volcánicas son lo bastante antiguas, según lo <strong>de</strong>muestra<br />

<strong>la</strong> enorme erosión que han sufrido y sus estratos terciarios; a<strong>de</strong>más, ha<br />

habido tiempo para <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> especies peculiares pertenecientes a<br />

otras c<strong>la</strong>ses, y es sabido que en los continentes <strong>la</strong>s nuevas especies <strong>de</strong><br />

377


mamíferos aparecen y <strong>de</strong>saparecen con más rapi<strong>de</strong>z que otros anim<strong>al</strong>es<br />

inferiores.<br />

Aun cuando los mamíferos terrestres no existan en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas,<br />

los mamíferos aéreos existen en casi todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s. Nueva Ze<strong>la</strong>ndia posee<br />

dos murcié<strong>la</strong>gos que no se encuentran en ninguna otra parte <strong>de</strong>l<br />

mundo; <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> NorfoIk, el archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> Viti, <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Bonin, los archipié<strong>la</strong>gos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s Carolinas y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Marianas, <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Mauricio, poseen<br />

todas sus murcié<strong>la</strong>gos peculiares. ¿Por qué <strong>la</strong> supuesta fuerza<br />

creadora -podría preguntarse- ha producido murcié<strong>la</strong>gos y no otros mamíferos<br />

en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>al</strong>ejadas? Dentro <strong>de</strong> mi teoría esta pregunta pue<strong>de</strong><br />

contestarse fácilmente, pues ningún mamífero terrestre pue<strong>de</strong> ser transportado<br />

a través <strong>de</strong> un gran espacio <strong>de</strong> mar; pero los murcié<strong>la</strong>gos pue<strong>de</strong>n<br />

vo<strong>la</strong>r y atravesarlo. Se han visto murcié<strong>la</strong>gos vagando <strong>de</strong> día sobre<br />

el océano Atlántico a gran distancia <strong>de</strong> tierra, y dos especies norteamericanas,<br />

regu<strong>la</strong>r o acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente, visitan <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Bermudas, situadas a<br />

600 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> tierra firme. Míster Tomes, que ha estudiado especi<strong>al</strong>mente<br />

esta familia, me dice que muchas especies tienen una distribución geográfica<br />

enorme, y se encuentran en continentes y en is<strong>la</strong>s muy distantes.<br />

Por consiguiente, no tenemos mas que suponer que estas especies errantes<br />

se han modificado en sus nuevas patrias, en re<strong>la</strong>ción con su nueva situación,<br />

y po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> murcié<strong>la</strong>gos peculiares<br />

en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas, unida a <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> todos los otros mamíferos<br />

terrestres.<br />

Existe otra re<strong>la</strong>ción interesante entre <strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong>l mar que separa<br />

<strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s unas <strong>de</strong> otras o <strong>de</strong>l continente más próximo y el grado <strong>de</strong> afinidad<br />

<strong>de</strong> los mamíferos que en el<strong>la</strong>s viven. Míster Windsor Earl ha hecho<br />

<strong>al</strong>gunas observaciones notables sobre este particu<strong>la</strong>r, ampliadas luego<br />

consi<strong>de</strong>rablemente por <strong>la</strong>s admirables investigaciones <strong>de</strong> míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce,<br />

por lo que se refiere <strong>al</strong> archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo, el cu<strong>al</strong> está atravesado, cerca<br />

<strong>de</strong> Celebes, por una porción <strong>de</strong> océano profunda que separa dos faunas<br />

muy distintas <strong>de</strong> mamíferos. En cada <strong>la</strong>do, <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>scansan sobre un<br />

banco submarino <strong>de</strong> no mucha profundidad, y están habitadas por los<br />

mismos mamíferos o mamíferos muy afines. No he tenido, hasta ahora,<br />

tiempo para continuar el estudio <strong>de</strong> este asunto en todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l<br />

mundo; pero hasta don<strong>de</strong> he llegado subsiste <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción. Por ejemplo: <strong>la</strong><br />

Gran Bretaña está separada <strong>de</strong> Europa por un can<strong>al</strong> <strong>de</strong> poca profundidad,<br />

y los mamíferos son igu<strong>al</strong>es en ambos <strong>la</strong>dos, y lo mismo ocurre en<br />

todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s próximas a <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia. Las Antil<strong>la</strong>s, por el contrario,<br />

están situadas sobre un banco sumergido a gran profundidad -<br />

unas mil brazas-, y <strong>al</strong>lí encontramos formas americanas; pero <strong>la</strong>s especies<br />

378


y aun los géneros son completamente distintos. Como <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s modificaciones que experimentan los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>,<br />

en parte, <strong>de</strong>l tiempo transcurrido, y como <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s que están separadas<br />

entre sí y <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra firme por can<strong>al</strong>es poco profundos es más probable<br />

que hayan estado unidas, formando una región continua en su período<br />

reciente, que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s separadas por can<strong>al</strong>es más profundos, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r por qué existe re<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong>l mar que separa<br />

dos faunas <strong>de</strong> mamíferos y su grado <strong>de</strong> afinidad, re<strong>la</strong>ción que es<br />

por completo inexplicable <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> los actos in<strong>de</strong>pendientes<br />

<strong>de</strong> creación.<br />

Los hechos prece<strong>de</strong>ntes, re<strong>la</strong>tivos a los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas<br />

-a saber el corto número <strong>de</strong> especies con una gran proporción <strong>de</strong> formas<br />

peculiares; el que se han modificado los miembros <strong>de</strong> ciertos grupos, pero<br />

no los <strong>de</strong> otros <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se; <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> ciertos ór<strong>de</strong>nes enteros,<br />

como los batracios, y <strong>de</strong> los mamíferos terrestres, a pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia<br />

<strong>de</strong> los vo<strong>la</strong>dores murcié<strong>la</strong>gos; <strong>la</strong>s raras proporciones <strong>de</strong> ciertos ór<strong>de</strong>nes<br />

<strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas; el que formas herbáceas se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do hasta llegar<br />

a árboles; etc.- me parece que se avienen mejor con <strong>la</strong> creencia en <strong>la</strong><br />

eficacia <strong>de</strong> los medios ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte, continuados durante<br />

<strong>la</strong>rgo tiempo, que con <strong>la</strong> creencia en <strong>la</strong> conexión primitiva <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

oceánicas con el continente más próximo; pues, según esta hipótesis,<br />

es probable que <strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses hubiesen emigrado más uniformemente<br />

y que, por haber entrado <strong>la</strong>s especies juntas, no se hubiesen perturbado<br />

mucho sus re<strong>la</strong>ciones mutuas y, por consiguiente, no se hubiesen<br />

modificado o se hubiesen modificado todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> unmodo<br />

más uniforme.<br />

No niego que existen muchas y graves dificulta<strong>de</strong>s para compren<strong>de</strong>r<br />

cómo han llegado hasta su patria actu<strong>al</strong> muchos <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s más lejanas, ya conserven todavía <strong>la</strong> misma forma específica, ya se<br />

hayan modificado <strong>de</strong>spués. Pero no hay que olvidar <strong>la</strong> probabilidad <strong>de</strong><br />

que hayan existido en otro tiempo, como etapas, otras is<strong>la</strong>s, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es<br />

no queda ahora ni un resto. Expondrá <strong>de</strong>t<strong>al</strong><strong>la</strong>damente un caso difícil. Casi<br />

todas <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas, aun <strong>la</strong>s menores y más ais<strong>la</strong>das, están habitadas<br />

por moluscos terrestes, gener<strong>al</strong>mente por especies peculiares, pero a<br />

veces por especies que se encuentran en cu<strong>al</strong>quier otra parte, <strong>de</strong> lo que el<br />

doctor A. A. Gould ha citado ejemplos notables re<strong>la</strong>tivos <strong>al</strong> Pacífico.<br />

Ahora bien; es sabido que el agua marina mata fácilmente los moluscos<br />

terrestres, y sus huevos -por lo menos aquellos con que yo he experimentado-<br />

van a fondo y mueren, pero ha <strong>de</strong> existir <strong>al</strong>gún medio <strong>de</strong>sconocido,<br />

aunque eficaz a veces, para su transporte. ¿Se adherirá acaso el molusco<br />

379


ecién nacido a <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves que <strong>de</strong>scansan en el suelo, y <strong>de</strong> este<br />

modo llegará a ser transportado? Se me ocurrió que los moluscos testáceos<br />

terrestres, durante el período invern<strong>al</strong>, cuando tienen un diafragma<br />

membranoso en <strong>la</strong> boca <strong>de</strong> <strong>la</strong> concha, podían ser llevados en <strong>la</strong>s grietas<br />

<strong>de</strong> los ma<strong>de</strong>ros flotantes, atravesando así brazos <strong>de</strong> mar no muy anchos,<br />

y encontré que varias especies, en este estado, resisten sin daño siete días<br />

<strong>de</strong> inmersión en agua marina; un caracol, el Helix pomatia, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber sido tratado <strong>de</strong> este modo, y habiendo vuelto a invernar, fue puesto,<br />

durante veinte días, en agua <strong>de</strong> mar, y resistió perfectamente. Durante<br />

este espacio <strong>de</strong> tiempo pudo el caracol haber sido transportado por<br />

una corriente marina <strong>de</strong> velocidad media a una distancia <strong>de</strong> 660 mil<strong>la</strong>s<br />

geográficas. Como este Helix tiene un opérculo c<strong>al</strong>cáreo grueso, se lo<br />

quité, y cuando hubo formado un opérculo nuevo membranoso, lo sumergí<br />

<strong>de</strong> nuevo por espacio <strong>de</strong> catorce días en agua <strong>de</strong> mar, y revivió<br />

aún y echó a andar. <strong>El</strong> barón Aucapitaine ha emprendido <strong>de</strong>spués experimentos<br />

análogos: colocó 100 moluscos testáceos terrestres, pertenecientes<br />

a diez especies, en una caja con agujeros y <strong>la</strong> sumergió por espacio <strong>de</strong><br />

quince días en el mar. De los 100 moluscos revivieron 27. La existencia<br />

<strong>de</strong> opérculo parece haber tenido importancia, pues <strong>de</strong> 12 ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong><br />

Cyclostoma elegans que lo poseen, revivieron 11. Es notable, viendo lo<br />

bien que el Helix pomatia me resistió en el agua sa<strong>la</strong>da, que no revivió ni<br />

uno <strong>de</strong> los 54 ejemp<strong>la</strong>res pertenecientes a otras cuatro especies <strong>de</strong> Helix<br />

sometidas a experimento por Aucapitaine. No es, sin embargo, en modo<br />

<strong>al</strong>guno, probable el que los moluscos terrestres hayan sido frecuentemente<br />

transportados <strong>de</strong> este modo; <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves ofrecen un modo<br />

más probable <strong>de</strong> transporte.<br />

De <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones entre los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s y los <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra firme<br />

más próxima<br />

<strong>El</strong> hecho más importante y l<strong>la</strong>mativo para nosotros es <strong>la</strong> afinidad que<br />

existe entre <strong>la</strong>s especies que viven en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra firme más<br />

próxima, sin que sean re<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s mismas. Podrían citarse numerosos<br />

ejemplos. <strong>El</strong> archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, situado en el Ecuador, está<br />

entre 500 y 600 mil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s costas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. Casi<br />

todas <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra y <strong>de</strong>l agua llevan <strong>al</strong>lí el sello inequívoco<br />

<strong>de</strong>l continente americano. Hay 26 aves terrestres, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es 21, o<br />

quizá 23, son consi<strong>de</strong>radas como especies diferentes; se admitiría ordinariamente<br />

que han sido creadas <strong>al</strong>lí, y, sin embargo, <strong>la</strong> gran afinidad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> estas aves con especies americanas se manifiesta en todos<br />

los caracteres, en sus costumbres, gestos y timbre <strong>de</strong> voz. Lo mismo<br />

380


ocurre con otros anim<strong>al</strong>es y con una gran proporción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, como<br />

ha <strong>de</strong>mostrado Hooker en su admirable flora <strong>de</strong> este archipié<strong>la</strong>go. <strong>El</strong><br />

natur<strong>al</strong>ista, <strong>al</strong> contemp<strong>la</strong>r los habitantes <strong>de</strong> estas is<strong>la</strong>s volcánicas <strong>de</strong>l Pacífico,<br />

distantes <strong>de</strong>l continente varios centenares <strong>de</strong> mil<strong>la</strong>s, ticne <strong>la</strong> sensación<br />

<strong>de</strong> que se encuentra en tierra americana. ¿Por qué ha <strong>de</strong> ser así?<br />

¿Por qué <strong>la</strong>s especies que se supone que han sido creadas en el archipié<strong>la</strong>go<br />

<strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos y en ninguna otra parte, han <strong>de</strong> llevar tan visible<br />

el sello <strong>de</strong> su afinidad con <strong>la</strong>s creadas en América? Nada hay <strong>al</strong>lí, ni en<br />

<strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida, ni en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza geológica <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s, ni en su<br />

<strong>al</strong>titud o clima, ni en <strong>la</strong>s proporciones en que están asociadas mutuamente<br />

<strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses, que se asemeje mucho a <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> costa<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur; en re<strong>al</strong>idad, hay una diferencia consi<strong>de</strong>rable por<br />

todos estos conceptos. Por el contrario, existe una gran semejanza entre<br />

el archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos y el <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza volcánica<br />

<strong>de</strong> su suelo, en el clima, <strong>al</strong>titud y tamaño <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s; pero ¡qué diferencia<br />

tan completa y absoluta entre sus habitantes! Los <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

Cabo Ver<strong>de</strong> están re<strong>la</strong>cionados con los <strong>de</strong> África, lo mismo que los <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos lo están con los <strong>de</strong> América. Hechos como éstos no<br />

admiten explicación <strong>de</strong> ninguna c<strong>la</strong>se <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión corriente <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s creaciones in<strong>de</strong>pendientes; mientras que, según <strong>la</strong> opinión que aquí<br />

se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos estarían en buenas<br />

condiciones para recibir colonos <strong>de</strong> América, ya por medios ocasion<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> transporte, ya -aun cuando yo no creo en esta teoría- por antigua<br />

unión con el continente, y <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> lo estarían para recibirlos<br />

<strong>de</strong> África; estos colonos estarían sujetos a modificación, <strong>de</strong><strong>la</strong>tando todavía<br />

el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia su primitivo lugar <strong>de</strong> origen.<br />

Podrían citarse muchos hechos análogos: re<strong>al</strong>mente es una reg<strong>la</strong> casi<br />

univers<strong>al</strong> que <strong>la</strong>s producciones peculiares <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s están re<strong>la</strong>cionadas<br />

con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l continente más próximo o con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> gran<strong>de</strong> más próxima.<br />

Pocas son <strong>la</strong>s excepciones, y <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s pue<strong>de</strong>n ser explicadas.<br />

Así, aun cuando <strong>la</strong> Tierra <strong>de</strong> Kerguelen está situada más cerca<br />

<strong>de</strong> Afriea que <strong>de</strong> América, <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas están re<strong>la</strong>cionadas -y muy<br />

estrechamente-con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> América, según sabemos por el estudio <strong>de</strong>l<br />

doctor Hooker; pero esta anom<strong>al</strong>ía <strong>de</strong>saparece según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que esta<br />

is<strong>la</strong> ha sido pob<strong>la</strong>da princip<strong>al</strong>mente por semil<strong>la</strong>s llevadas con tierra y<br />

piedras en los icebergs arrastrados por corrientes dominantes. Nueva Ze<strong>la</strong>ndia,<br />

por sus p<strong>la</strong>ntas endémicas, está mucho más re<strong>la</strong>cionada con Austr<strong>al</strong>ia,<br />

<strong>la</strong> tierra firme más próxima, que con ninguna otra región, y esto es<br />

lo que podía esperarse; pero está también evi<strong>de</strong>ntemente re<strong>la</strong>cionada con<br />

América <strong>de</strong>l Sur, que, aun cuando sea el continente que sigue en<br />

381


proximidad, está a una distancia tan enorme, que el hecho resulta una<br />

anom<strong>al</strong>ía. Pero esta dificultad <strong>de</strong>saparece en parte <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> hipótesis<br />

<strong>de</strong> que Nueva Ze<strong>la</strong>ndia, América <strong>de</strong>l Sur y otras tierras meridion<strong>al</strong>es han<br />

sido pob<strong>la</strong>das en parte por formas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> un punto casi intermedio,<br />

aunque distante, o sea <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s antárticas, cuando estaban cubiertas<br />

<strong>de</strong> vegetación, durante un período terciario c<strong>al</strong>iente antes <strong>de</strong>l comienzo<br />

<strong>de</strong>l último período g<strong>la</strong>ciar. La afinidad que, aunque débil, me asegura el<br />

doctor Hooker que existe re<strong>al</strong>mente entre <strong>la</strong> flora <strong>de</strong>l extremo sudoeste<br />

<strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia y <strong>la</strong> <strong>de</strong>l Cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza es un caso mucho más<br />

notable; pero esta afinidad está limitida a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, e indudablemente<br />

se explicará <strong>al</strong>gún día.<br />

La misma ley que ha <strong>de</strong>terminado el parentesco entre los habitantes <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s y los <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra firme más próxima se manifiesta a veces en menor<br />

esca<strong>la</strong>, pero <strong>de</strong> un modo interesantísimo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> un<br />

mismo archipié<strong>la</strong>go. Así, cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos<br />

está ocupada -y el hecho es maravilloso- por varias especies distintas;<br />

pero estas especies están re<strong>la</strong>cionadas entre sí <strong>de</strong> un modo mucho<br />

más estrecho que con los habitantes <strong>de</strong>l continente americano o <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier<br />

otra parte <strong>de</strong>l mundo. Esto es lo que podría esperarse, pues is<strong>la</strong>s situadas<br />

tan cerca unas <strong>de</strong> otras tenían que recibir casi necesariamente inmigrantes<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l mismo origen primitivo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras is<strong>la</strong>s.<br />

Pero ¿por qué muchos <strong>de</strong> los inmigrantes se han modificado diferentemente,<br />

aunque sólo en pequeño grado, en is<strong>la</strong>s situadas a <strong>la</strong> vista unas<br />

<strong>de</strong> otras, que tienen <strong>la</strong> misma natur<strong>al</strong>eza genlógica, <strong>la</strong> misma <strong>al</strong>titud, clima,<br />

etc.? Durante mucho tiempo me pareció esto una gran dificultad; pero<br />

nace en gran parte <strong>de</strong>l error profundamente arraigado <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar<br />

<strong>la</strong>s condiciones físicas <strong>de</strong> un país como <strong>la</strong>s más importantes, cuando es<br />

indiscutible que <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> otras especies, con <strong>la</strong>s que cada una tiene<br />

que competir, es un factor <strong>de</strong>l éxito por lo menos tan importante como<br />

aquél<strong>la</strong>s y gener<strong>al</strong>mente muchísimo más. Ahora bien, si consi<strong>de</strong>ramos<br />

<strong>la</strong>s especies que viven en el archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, y que se encuentran<br />

también en otras partes <strong>de</strong>l mundo, vemos que difieren consi<strong>de</strong>rablemente<br />

en <strong>la</strong>s varias is<strong>la</strong>s. Esta diferencia podría re<strong>al</strong>mente esperarse<br />

si <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s han sido pob<strong>la</strong>das por medios ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte, pues<br />

una semil<strong>la</strong> <strong>de</strong> una p<strong>la</strong>nta, por ejemplo, habrá sido llevada a una is<strong>la</strong> y <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> otra p<strong>la</strong>nta a otra is<strong>la</strong>, aun cuando todas procedan <strong>de</strong>l mismo origen<br />

gener<strong>al</strong>. Por consiguiente, cuando en tiempos primitivos un emigrante<br />

arribó por vez primera a una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s, o cuando <strong>de</strong>spués se propagó<br />

<strong>de</strong> una a otra, estaría sometido indudablemente a condiciones diferentes<br />

en <strong>la</strong>s diferentes is<strong>la</strong>s, pues tendría que competir con un conjunto<br />

382


diferente <strong>de</strong> organismos; una p<strong>la</strong>nta, por ejemplo, encontraría el suelo<br />

más a<strong>de</strong>cuado para el<strong>la</strong> ocupado por especies <strong>al</strong>go diferentes en <strong>la</strong>s distintas<br />

is<strong>la</strong>s, y estaría expuesta a los ataques diferentes <strong>de</strong> enemigos <strong>al</strong>go<br />

diferentes. Si entonces varió, <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> probablemente favorecería<br />

a varieda<strong>de</strong>s diferentes en <strong>la</strong>s distintas is<strong>la</strong>s. Algunas especies, sin<br />

embargo, pudieron propagarse por todo el grupo <strong>de</strong> is<strong>la</strong>s y conservar, no<br />

obstante, los mismos caracteres, <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> modo que vemos <strong>al</strong>gunas especies<br />

que se extien<strong>de</strong>n mucho por todo su continente y que se conservan<br />

<strong>la</strong>s mismas.<br />

<strong>El</strong> hecho verda<strong>de</strong>ramente sorpren<strong>de</strong>nte en este caso <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go<br />

<strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, y en menor grado en <strong>al</strong>gunos casos análogos, es que<br />

cada nueva especie, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido formada en una is<strong>la</strong>, no se extendió<br />

rápidamente a <strong>la</strong>s otras. Pero <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s, aunque a <strong>la</strong> vista unas <strong>de</strong><br />

otras, están separadas por brazos <strong>de</strong> mar profundos, en <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> los casos más anchos que el can<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Mancha, y no hay razón para<br />

suponer que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s hayan estado unidas en <strong>al</strong>gún período anterior. Las<br />

corrientes <strong>de</strong>l mar son rápidas y barren entre <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s, y <strong>la</strong>s tormentas <strong>de</strong><br />

viento son extraordinariamente raras; <strong>de</strong> manera que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s están <strong>de</strong><br />

hecho mucho más separadas entre sí <strong>de</strong> lo que aparecen en el mapa. Sin<br />

embargo, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies -tanto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que se encuentran en otras<br />

partes <strong>de</strong>l mundo como <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que están confinadas en el archipié<strong>la</strong>goson<br />

comunes a varias is<strong>la</strong>s, y <strong>de</strong> su modo <strong>de</strong> distribución actu<strong>al</strong> po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>ducir que <strong>de</strong> una is<strong>la</strong> se han extendido a <strong>la</strong>s otras. Pero creo que, con<br />

frecuencia, adoptamos <strong>la</strong> errónea opinión <strong>de</strong> que es probable que especies<br />

muy afines invadan mutuamente sus territorios cuando son puestos<br />

en libre comunicación. Indudablemente, si una especie tiene <strong>al</strong>guna ventaja<br />

sobre otra, en brevísimo tiempo <strong>la</strong> sup<strong>la</strong>ntará en todo o en parte; pero<br />

si ambas son igu<strong>al</strong>mente a<strong>de</strong>cuadas para sus propias loc<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s, probablemente<br />

conservarán ambas sus puestos, separados durante tiempo<br />

casi ilimitado. Familiarizados con el hecho <strong>de</strong> que en muchas especies<br />

natur<strong>al</strong>izadas por <strong>la</strong> acción <strong>de</strong>l hombre se han difundido con pasmosa<br />

rapi<strong>de</strong>z por extensos territorios, nos inclinamos a suponer que <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies tienen que difundirse <strong>de</strong> este modo; pero <strong>de</strong>bemos<br />

recordar que <strong>la</strong>s especies que se natur<strong>al</strong>izan en nuevos países no son gener<strong>al</strong>mente<br />

muy afines <strong>de</strong> les habitantes primitivos, sino formas muy<br />

distintas, que, en número re<strong>la</strong>tivamente gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> casos, como ha <strong>de</strong>mostrado<br />

Alph. <strong>de</strong> Candolle, pertenecen a géneros distintos. En el archipié<strong>la</strong>go<br />

<strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, aun <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas aves, a pesar <strong>de</strong> estar bien<br />

adaptadas para vo<strong>la</strong>r <strong>de</strong> is<strong>la</strong> en is<strong>la</strong>, muchas difieren en <strong>la</strong>s distintas is<strong>la</strong>s;<br />

así, hay tres especies muy próximas <strong>de</strong> Mimus, confinada cada una a<br />

383


su propia is<strong>la</strong>. Supongamos que el Mimus <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> Chatham es arrastrado<br />

por el viento a <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>Charles</strong>, que tiene su Mimus propio, ¿por qué<br />

habría <strong>de</strong> conseguir establecerse <strong>al</strong>lí? Po<strong>de</strong>mos admitir con seguridad<br />

que <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>Charles</strong> está bien pob<strong>la</strong>da por su propia especie, pues anu<strong>al</strong>mente<br />

son puestos más huevos y s<strong>al</strong>en más pajarillos <strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n<br />

criarse, y <strong>de</strong>bemos admitir que el Mimus peculiar a <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>Charles</strong> está<br />

adaptado a su patria, por lo menos, tan bien como <strong>la</strong> especie peculiar <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> is<strong>la</strong> Chatham. Sir C. Lyell y míster Wol<strong>la</strong>ston me han comunicado un<br />

hecho notable re<strong>la</strong>cionado con este asunto, y es que <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ma<strong>de</strong>ra y<br />

el islote adyacente <strong>de</strong> Porto Santo poseen muchas especies <strong>de</strong> conchas terrestres<br />

distintas, pero representativas, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es viven en<br />

resquebrajaduras <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rocas; y a pesar <strong>de</strong> que anu<strong>al</strong>mente son transportadas<br />

gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> piedra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Porto Santo a Ma<strong>de</strong>ra, sin embargo,<br />

esta is<strong>la</strong> no ha sido colonizada por <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> Porto Santo,<br />

aun cuando ambas is<strong>la</strong>s lo han sido por moluscos terrestres <strong>de</strong> Europa<br />

que indudablemente tenían <strong>al</strong>guna ventaja sobre <strong>la</strong>s especies indígenas.<br />

Por estas consi<strong>de</strong>raciones creo que no hemos <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>rnos mucho<br />

porque <strong>la</strong>s especies peculiares que viven en <strong>la</strong>s diferentes is<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go<br />

<strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos no hayan pasado todas <strong>de</strong> unas is<strong>la</strong>s a otras. En<br />

un mismo continente <strong>la</strong> ocupación anterior ha representado probablemente<br />

un papel importante en impedir <strong>la</strong> mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que viven<br />

en distintas regiones que tienen casi <strong>la</strong>s mismas condiciones físicas.<br />

Así, los extremos su<strong>de</strong>ste y sudoeste <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia tienen casi igu<strong>al</strong>es condiciones<br />

físicas y están unidos por tierras sin solución <strong>de</strong> continuidad, y,<br />

sin embargo, están habitadas por un gran número <strong>de</strong> mamiferos, aves y<br />

p<strong>la</strong>ntas diferentes; lo mismo ocurre, según míster Bates, con <strong>la</strong>s mariposas<br />

y otros anim<strong>al</strong>es que viven en el gran<strong>de</strong>, abierto y no interrumpido<br />

v<strong>al</strong>le <strong>de</strong>l Amazonas.<br />

<strong>El</strong> mismo principio que rige el carácter gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

is<strong>la</strong>s oceánicas -o sea <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con el origen <strong>de</strong> don<strong>de</strong> los colonos pudieron<br />

más fácilmente provenir, junto con su modificación subsiguientees<br />

<strong>de</strong> amplísima aplicación en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. Vemos esto en cada<br />

cumbre <strong>de</strong> montaña y en cada <strong>la</strong>go o pantano; pues <strong>la</strong>s especies <strong>al</strong>pinas,<br />

excepto cuando <strong>la</strong> misma especie se ha difundido extensamente durante<br />

<strong>la</strong> época g<strong>la</strong>ci<strong>al</strong>, están re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras bajas circundantes.<br />

Así, tenemos en América <strong>de</strong>l Sur pájaros-moscas <strong>al</strong>pinos, roedores<br />

<strong>al</strong>pinos, p<strong>la</strong>ntas <strong>al</strong>pinas, etc., que pertenecen todos rigurosamente a formas<br />

americanas, y es evi<strong>de</strong>nte que una montaña, cuando se levantó lentamente,<br />

tuvo que ser colonizada por los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tierras bajas<br />

circundantes. Lo mismo ocurre con los habitantes <strong>de</strong> los <strong>la</strong>gos y<br />

384


pantanos, excepto en <strong>la</strong> medida en que <strong>la</strong> gran facilidad <strong>de</strong> transporte ha<br />

permitido a <strong>la</strong>s mismas formas prev<strong>al</strong>ecer en gran<strong>de</strong>s extensiones <strong>de</strong>l<br />

mundo. Vemos este mismo principio en el carácter <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

los anim<strong>al</strong>es ciegos que viven en <strong>la</strong>s cavernas <strong>de</strong> América y <strong>de</strong> Europa, y<br />

podrían citarse otros hechos análogos. En todos los casos creo yo que resultará<br />

cierto que, siempre que existan en dos regiones, por distantes que<br />

estén, muchas especies muy afines o representativas, se encontrarán también<br />

<strong>al</strong>gunas especies idénticas, y don<strong>de</strong>quiera que se presenten muchas<br />

especies muy afines, se encontrarán muchas formas que <strong>al</strong>gunos natur<strong>al</strong>istas<br />

consi<strong>de</strong>ran como especies distintas y otros como simples varieda<strong>de</strong>s,<br />

mostrándonos estas formas dudosas los pasos en <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

modificación.<br />

La re<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> especies muy afines en puntos remotos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra, y <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> emigrar y <strong>la</strong> extensión <strong>de</strong> migraciones en<br />

ciertas especies, tanto en el período actu<strong>al</strong> como en otro anterior, se manifiesta<br />

<strong>de</strong> otro modo más gener<strong>al</strong>. Míster Gould me hizo observar hace<br />

tiempo que en los géneros <strong>de</strong> aves que se extien<strong>de</strong>n por todo el mundo,<br />

muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies tienen una distribución geográfica grandísima.<br />

Apenas puedo dudar <strong>de</strong> que esta reg<strong>la</strong> es gener<strong>al</strong>mente cierta, aun cuando<br />

difícil <strong>de</strong> probar. En los mamíferos vemos esto notablemente manifiesto<br />

en los quirópteros, y en menor grado en los félidos y cánidos. La<br />

misma reg<strong>la</strong> vemos en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mariposas y coleópteros. Lo<br />

mismo ocurre con <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l agua dulce, pues<br />

muchos <strong>de</strong> los géneros <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses <strong>la</strong>s más distintas se extien<strong>de</strong>n por todo<br />

el mundo, y muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies tienen una distribución geográfica<br />

enorme. No se preten<strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros que se extien<strong>de</strong>n<br />

mucho tengan una distribución geográfica grandísima, sino que<br />

<strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s <strong>la</strong> tienen. Tampoco se preten<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> estos<br />

géneros tengan por término medio una distribución muy gran<strong>de</strong>, pues<br />

esto <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá mucho <strong>de</strong> hasta dón<strong>de</strong> haya llegado el proceso <strong>de</strong> modificación;<br />

por ejemplo: si dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie viven una<br />

en Europa y otra en América, <strong>la</strong> especie tendrá una distribución geográfica<br />

inmensa; pero si <strong>la</strong> variación fuese llevada un poco más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte, <strong>la</strong>s<br />

dos varieda<strong>de</strong>s serían consi<strong>de</strong>radas como especies distintas y su distribución<br />

se reduciría mucho. Aun menos se preten<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies que<br />

son capaces <strong>de</strong> atravesar los obstáculos y <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse mucho -como en<br />

el caso <strong>de</strong> ciertas aves <strong>de</strong> potentes a<strong>la</strong>s- se extiendan necesariamente mucho,<br />

pues nunca <strong>de</strong>bemos olvidar que el exten<strong>de</strong>rse mucho implica, no<br />

sólo <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> atravesar los obstáculos, sino también <strong>la</strong> facultad más<br />

importante <strong>de</strong> vencer, en tierras distantes, en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida con<br />

385


iv<strong>al</strong>es extranjeros. Pero, según <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong><br />

un género, aun cuando se h<strong>al</strong>len distribuidas hasta por los puntos más<br />

distantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra, han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> un solo progenitor, <strong>de</strong>bemos<br />

encontrar -y creo yo que, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, encontramos- que <strong>al</strong>gunas,<br />

por lo menos, tienen una distribución geográfica muy extensa.<br />

Debemos tener presente que muchos géneros <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses son<br />

<strong>de</strong> origen antiguo, y en este caso <strong>la</strong>s especies habrán tenido tiempo sobrado<br />

para su dispersión y modificación subsiguiente. Hay motivos para<br />

creer, por <strong>la</strong>s pruebas geológicas, que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses los organismos inferiores cambian menos rápidamente que los superiores,<br />

y, por consiguiente, habrán tenido más probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse<br />

mucho y <strong>de</strong> conservar todavía el mismo carácter especifico. Este<br />

hecho, unido <strong>al</strong> <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s y huevos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas<br />

orgánicas inferiores son muy pequeños y más a<strong>de</strong>cuados para el<br />

transporte a gran distancia, explica probablemente una ley, observada<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo y discutida últimamente por Alph. <strong>de</strong> Candolle por lo<br />

que se refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, o sea que cuanto más abajo en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> está<br />

situado un grupo <strong>de</strong> organismos, tanto más extensa es su distribución<br />

geográfica.<br />

Las re<strong>la</strong>ciones que se acaban <strong>de</strong> discutir -a saber: que los organismos<br />

inferiores tienen mayor extensión geográfica que los superiores; que <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros <strong>de</strong> gran extensión se extien<strong>de</strong>n también<br />

el<strong>la</strong>s mucho; hechos t<strong>al</strong>es como el <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s producciones <strong>al</strong>pinas,<br />

<strong>la</strong>custres y p<strong>al</strong>ustres estén gener<strong>al</strong>mente re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong>s que viven<br />

en <strong>la</strong>s tierras bajas y tierras secas circundantes; el notable parentesco entre<br />

los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s y los <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra firme más próxima; el parentesco<br />

aún mas estrecho <strong>de</strong> los distintos habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s <strong>de</strong> un<br />

mismo archipié<strong>la</strong>go- son inexplicables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión ordinaria <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> creación in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> cada especie; pero son explicables si admitimos<br />

<strong>la</strong> colonización <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el origen más próximo y fácil, unida a <strong>la</strong> adaptación<br />

subsiguiente <strong>de</strong> los colonos a su nueva patria.<br />

Resumen <strong>de</strong>l presente capítulo y <strong>de</strong>l anterior<br />

En estos capítulos me he esforzado en <strong>de</strong>mostrar que si nos hacemos el<br />

cargo <strong>de</strong>bido <strong>de</strong> nuestra ignorancia <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> los cambios <strong>de</strong> clima<br />

y <strong>de</strong> nivel <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra que es seguro que han ocurrido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l período<br />

mo<strong>de</strong>rno y <strong>de</strong> otros cambios que probablemente han ocurrido; si recordamos<br />

nuestra gran ignorancia acerca <strong>de</strong> los muchos curiosos medios<br />

<strong>de</strong> transporte ocasion<strong>al</strong>; si tenemos presente -y es esta una consi<strong>de</strong>ración<br />

386


importantísima- con qué frecuencia una especie pue<strong>de</strong> haberse extendido<br />

sin interrupción por toda un área di<strong>la</strong>tada y luego haberse extinguido<br />

en <strong>la</strong>s regiones intermedias, no es insuperable <strong>la</strong> dificultad en admitir<br />

que todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, don<strong>de</strong>quiera que se encuentren,<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> padres comunes, y varias consi<strong>de</strong>raciones gener<strong>al</strong>es,<br />

especi<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> los obstáculos <strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses y <strong>la</strong><br />

distribución análoga <strong>de</strong> subgéneros, géneros y familias, nos llevan a esta<br />

conclusión, a <strong>la</strong> que han llegado muchos natur<strong>al</strong>istas con <strong>la</strong> <strong>de</strong>nominación<br />

<strong>de</strong> centros únicos <strong>de</strong> creación.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s distintas especies que pertenecen a un mismo<br />

género, <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es, según nuestra teoría, se han propagado partiendo <strong>de</strong><br />

un origen común; si tenemos en cuenta, como antes, nuestra ignorancia y<br />

recordamos que <strong>al</strong>gunas formas orgánicas han cambiado muy lentamente,<br />

por lo que es necesario conce<strong>de</strong>r períodos enormes <strong>de</strong> tiempo para<br />

sus emigraciones, <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s distan mucho <strong>de</strong> ser insuperables; aunque<br />

en este caso, como en los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, sean con<br />

frecuencia gran<strong>de</strong>s.<br />

Como ejemplo <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> los cambios <strong>de</strong> clima en <strong>la</strong> distribución,<br />

he intentado <strong>de</strong>mostrar el papel importantísimo que ha representado<br />

el último período g<strong>la</strong>ciar, que ejerció su acción incluso en <strong>la</strong>s regiones<br />

ecuatori<strong>al</strong>es y que durante <strong>la</strong>s <strong>al</strong>ternativas <strong>de</strong> frío en el Norte y en el Sur<br />

permitió mezc<strong>la</strong>rse a <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> los hemisferios opuestos y <strong>de</strong>jó<br />

<strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s abandonadas en <strong>la</strong>s cumbres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas <strong>de</strong> todas<br />

<strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l mundo. Para mostrar lo variados que son los medios ocasion<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> transporte he discutido con <strong>al</strong>guna extensión los medios <strong>de</strong><br />

dispersión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> agua dulce.<br />

Si no son insuperables <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s para admitir que en el <strong>la</strong>rgo<br />

transcurso <strong>de</strong>l tiempo todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie, y también<br />

<strong>de</strong> diferentes especies pertenecientes a un mismo género, han procedido<br />

<strong>de</strong> un solo origen, entonces todos los gran<strong>de</strong>s hechos capit<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

distribución geográfica son explicables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> emigración<br />

unida a <strong>la</strong> modificación subsiguiente y a <strong>la</strong> multiplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas<br />

nuevas. De este modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> suma importancia<br />

<strong>de</strong> los obstáculos, ya <strong>de</strong> tierra, ya <strong>de</strong> agua, que no sólo separan, sino que<br />

<strong>al</strong> parecer <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong>s diferentes provincias botánicas y zoológicas.<br />

De este modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> concentración <strong>de</strong> especies afines<br />

en <strong>la</strong>s mismas regiones y por qué en diferentes <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s, por ejemplo, en<br />

América <strong>de</strong>l Sur, los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras y montañas, <strong>de</strong> los bosques,<br />

pantanos y <strong>de</strong>siertos, están en<strong>la</strong>zados mutuamente <strong>de</strong> un modo tan<br />

misterioso y están también en<strong>la</strong>zados con los seres extinguidos que en<br />

387


otro tiempo vivieron en el mismo continente. Teniendo presente que <strong>la</strong><br />

re<strong>la</strong>ción mutua entre los organismos es <strong>de</strong> suma importancia, po<strong>de</strong>mos<br />

explicarnos por qué están con frecuencia habitadas por formas orgánicas<br />

muy diferentes dos regiones que tienen casi <strong>la</strong>s mismas condiciones físicas;<br />

pues según el espacio <strong>de</strong> tiempo que ha transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que los<br />

colonos llegaron a una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones o ambas; según <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

comunicación que permitió a ciertas formas y no a otras el llegar, ya en<br />

mayor, ya en menor número; según que ocurriese o no que los que penetraron<br />

entrasen en competencia más o menos directa entra sí y con los indígenas,<br />

y según que los emigrantes fuesen capaces <strong>de</strong> variar con más o<br />

menos rapi<strong>de</strong>z, resultarían en <strong>la</strong>s dos o más regiones condiciones <strong>de</strong> vida<br />

infinitamente variadas, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> sus condiciones físicas,<br />

pues habría un conjunto casi infinito <strong>de</strong> acciones y reacciones orgánicas y<br />

encontraríamos unos grupos <strong>de</strong> seres sumamente modificados y otros<br />

sólo ligeramente, unos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos po<strong>de</strong>rosamente y otros existiendo<br />

sólo en escaso número, y esto es lo que encontramos en <strong>la</strong>s diversas<br />

gran<strong>de</strong>s provincias geográficas <strong>de</strong>l mundo.<br />

Según estos mismos principios po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, como me he esforzado<br />

en <strong>de</strong>mostrar, por qué <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas han <strong>de</strong> tener pocos habitantes<br />

y <strong>de</strong> éstos una gran proporción propios o peculiares, y por qué,<br />

en re<strong>la</strong>ción con los medios <strong>de</strong> emigración, un grupo <strong>de</strong> seres ha <strong>de</strong> tener<br />

todas sus especies peculiares y otro, aun <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, ha <strong>de</strong><br />

tener todas sus especies igu<strong>al</strong>es a <strong>la</strong>s <strong>de</strong> una parte adyacente <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué grupos enteros <strong>de</strong> organismos, como los<br />

mamíferos terrestres y los batracios, han <strong>de</strong> f<strong>al</strong>tar en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas,<br />

mientras que <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s más ais<strong>la</strong>das tienen que poseer sus propias especies<br />

peculiares <strong>de</strong> mamíferos aéreos o murcié<strong>la</strong>gos. Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

por qué en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s ha <strong>de</strong> existir cierta re<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> mamíferos<br />

en estado más o menos modificado y <strong>la</strong> profundidad <strong>de</strong>l mar entre<br />

el<strong>la</strong>s y <strong>la</strong> tierra firme. Po<strong>de</strong>mos ver c<strong>la</strong>ramente por qué todos los habitantes<br />

<strong>de</strong> un archipié<strong>la</strong>go, aunque específicamente distintos en <strong>la</strong>s diferentes<br />

is<strong>la</strong>s, tienen que estar muy re<strong>la</strong>cionados entre sí y han <strong>de</strong> estar<br />

también re<strong>la</strong>cionados, aunque menos estrechamente, con los <strong>de</strong>l continente<br />

más próximo u otro origen <strong>de</strong>l que puedan haber provenido los<br />

emigrantes. Po<strong>de</strong>mos ver por qué, si existen especies sumamente afines o<br />

representativas en dos regiones, por muy distantes que estén una <strong>de</strong><br />

otra, casi siempre se encuentran <strong>al</strong>gunas especies idénticas.<br />

Como el difunto Edward Forbes señ<strong>al</strong>ó con insistencia, existe un notable<br />

par<strong>al</strong>elismo en <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en el tiempo y en el espacio; pues<br />

<strong>la</strong>s leyes que rigen <strong>la</strong> sucesión <strong>de</strong> formas en los tiempos pasados son casi<br />

388


igu<strong>al</strong>es que <strong>la</strong>s que rigen actu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong>s diferencias entre <strong>la</strong>s diversas<br />

regiones. Vemos esto en muchos hechos. La duración <strong>de</strong> cada especie o<br />

grupos <strong>de</strong> especies es continua en el tiempo, pues <strong>la</strong>s aparentes excepciones<br />

a esta reg<strong>la</strong> son tan pocas, que pue<strong>de</strong>n perfectamente atribuirse a que<br />

no hemos <strong>de</strong>scubierto hasta ahora, en un <strong>de</strong>pósito intermedio, <strong>la</strong>s formas<br />

que f<strong>al</strong>tan en él, pero que se presentan tanto encima como <strong>de</strong>bajo: <strong>de</strong> igu<strong>al</strong><br />

modo, en el espacio, es con seguridad <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong> que <strong>la</strong> extensión<br />

habitada por una so<strong>la</strong> especie o por un grupo <strong>de</strong> especies es continua,<br />

y <strong>la</strong>s excepciones, que no son raras, pue<strong>de</strong>n explicarse, como he intentado<br />

<strong>de</strong>mostrar, por emigraciones anteriores en circunstancias diferentes,<br />

o por medios ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte, o porque <strong>la</strong>s especies se<br />

han extinguido en los espacios intermedios. Tanto en el tiempo como en<br />

el espacio, <strong>la</strong>s especies y grupos <strong>de</strong> especies tienen sus puntos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

máximo. Los grupos <strong>de</strong> especies que viven <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo territorio<br />

están con frecuencia caracterizados en común por caracteres poco<br />

importantes, como el color o relieves. Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga sucesión <strong>de</strong><br />

eda<strong>de</strong>s pasadas y consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong>s distintas provincias <strong>de</strong> todo el mundo,<br />

encontramos que en ciertas c<strong>la</strong>ses <strong>la</strong>s especies difieren poco unas <strong>de</strong><br />

otras, mientras que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> otras c<strong>la</strong>ses, o simplemente <strong>de</strong> una sección diferente<br />

<strong>de</strong>l mismo or<strong>de</strong>n, difieren mucho más. Lo mismo en el tiempo<br />

que en el espacio, <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> organización inferior <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se cambian<br />

gener<strong>al</strong>mente menos que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> organización superior; pero en ambos<br />

casos existen notables excepciones a esta reg<strong>la</strong>. Según nuestra teoría,<br />

se compren<strong>de</strong>n estas diferentes re<strong>la</strong>ciones a través <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo;<br />

pues tanto si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s formas orgánicas afines que se han<br />

modificado durante <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s sucesivas, como si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s que<br />

se han modificado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> emigrar a regiones distantes, en ambos casos<br />

están unidas por el mismo vínculo <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación ordinaria y en<br />

ambos casos <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> variación han sido <strong>la</strong>s mismas y <strong>la</strong>s modificaciones<br />

se han acumu<strong>la</strong>do por el mismo medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

389


Capítulo 14<br />

Afinida<strong>de</strong>s mutuas <strong>de</strong> los seres orgánicos<br />

C<strong>la</strong>sificación<br />

Des<strong>de</strong> el período más remoto en <strong>la</strong> historia <strong>de</strong>l mundo se ha visto que<br />

los seres orgánicos se parecen entre sí en grados <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ntes, <strong>de</strong> manera<br />

que pue<strong>de</strong>n ser c<strong>la</strong>sificados en grupos subordinados unos a otros. Esta<br />

c<strong>la</strong>sificación no es arbitraria, como el agrupar <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s en conste<strong>la</strong>ciones.<br />

La existencia <strong>de</strong> grupos habría sido <strong>de</strong> significación sencil<strong>la</strong> si un<br />

grupo hubiese estado adaptado exclusivamente a vivir en tierra y otro en<br />

el agua; uno a <strong>al</strong>imentarse <strong>de</strong> carne y otro <strong>de</strong> materias veget<strong>al</strong>es, y así sucesivamente;<br />

pero el caso es muy diferente, pues es notorio que, muy comúnmente,<br />

tienen costumbres diferentes miembros hasta <strong>de</strong> un mismo<br />

subgrupo. En los capítulos II y IV, acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> Variación y <strong>de</strong> <strong>la</strong> Selección<br />

Natur<strong>al</strong>, he procurado <strong>de</strong>mostrar que en cada país <strong>la</strong>s especies que<br />

más varían son <strong>la</strong>s <strong>de</strong> vasta distribución, <strong>la</strong>s comunes y difusas, esto es,<br />

<strong>la</strong>s especies predominantes que pertenecen a los géneros mayores <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se. Las varieda<strong>de</strong>s o especies incipientes, producidas <strong>de</strong> este<br />

modo, se convierten, <strong>al</strong> fin, en especies nuevas y distintas, y éstas, según<br />

el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, tien<strong>de</strong>n a producir especies nuevas y dominantes.<br />

Por consiguiente, los grupos que actu<strong>al</strong>mente son gran<strong>de</strong>s, y que<br />

gener<strong>al</strong>mente compren<strong>de</strong>n muchas especies predominantes, tien<strong>de</strong>n a<br />

continuar aumentando en extensión. Procuré a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>mostrar que, como<br />

los <strong>de</strong>scendientes que varían <strong>de</strong> cada especie procuran ocupar los<br />

más puestos posibles y los más diferentes en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

tien<strong>de</strong>n constantemente a divergir en sus caracteres. Esta última conclusión<br />

se apoya en <strong>la</strong> observación <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran diversidad <strong>de</strong> formas que<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier pequeña región entran en íntima competencia y en<br />

ciertos hechos <strong>de</strong> natur<strong>al</strong>ización.<br />

También he procurado <strong>de</strong>mostrar que en <strong>la</strong>s formas que están aumentando<br />

en número y divergiendo en caracteres hay una constante ten<strong>de</strong>ncia<br />

a sup<strong>la</strong>ntar y exterminar a <strong>la</strong>s formas prece<strong>de</strong>ntes menos divergentes<br />

390


y perfeccionadas. Ruego <strong>al</strong> lector que vuelva <strong>al</strong> cuadro que ilustra, según<br />

antes se explicó, <strong>la</strong> acción <strong>de</strong> estos diferentes principios, y verá que el resultado<br />

inevitable es que los <strong>de</strong>scendientes modificados, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

un progenitor, que<strong>de</strong>n separados en grupos subordinados a otros grupos.<br />

En el cuadro, cada letra <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea superior pue<strong>de</strong> representar un<br />

género que compren<strong>de</strong> varias especies, y todos los géneros <strong>de</strong> esta línea<br />

superior forman juntos una c<strong>la</strong>se, pues todos <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un remoto<br />

antepasado y, por consiguiente, han heredado <strong>al</strong>go en común. Pero los<br />

tres géneros <strong>de</strong> <strong>la</strong> izquierda tienen, según el mismo principio, mucho <strong>de</strong><br />

común y forman una subfamilia distinta <strong>de</strong> <strong>la</strong> que contiene los dos géneros<br />

situados a su <strong>de</strong>recha, que divergieron partiendo <strong>de</strong> un antepasado<br />

común en el quinto grado gene<strong>al</strong>ógico. Estos cinco géneros tienen, pues,<br />

mucho <strong>de</strong> común, aunque menos que los agrupados en subfamilias, y<br />

forman una familia distinta <strong>de</strong> <strong>la</strong> que compren<strong>de</strong> los tres géneros situados<br />

todavía más a <strong>la</strong> <strong>de</strong>recha, que divergieron en un período más antiguo.<br />

Y todos estos géneros que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> A forman un or<strong>de</strong>n distinto<br />

<strong>de</strong> los géneros que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> I; <strong>de</strong> manera que tenemos aquí muchas<br />

especies que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un solo progenitor agrupadas en géneros, y<br />

los géneros en subfamilias, familias y ór<strong>de</strong>nes, todos en una gran c<strong>la</strong>se. A<br />

mi juicio, <strong>de</strong> este modo se explica el importante hecho <strong>de</strong> <strong>la</strong> subordinación<br />

natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> los seres orgánicos en grupos subordinados a otros grupos;<br />

hecho que, por sernos familiar, no siempre nos l<strong>la</strong>ma lo bastante <strong>la</strong><br />

atención. Indudablemente, los seres orgánicos, como todos los otros objetos,<br />

pue<strong>de</strong>n c<strong>la</strong>sificarse <strong>de</strong> muchas maneras, ya artifici<strong>al</strong>mente por caracteres<br />

ais<strong>la</strong>dos, ya más natur<strong>al</strong>mente por numerosos caracteres. Sabemos,<br />

por ejemplo, que los miner<strong>al</strong>es y los cuerpos element<strong>al</strong>es pue<strong>de</strong>n ser c<strong>la</strong>sificados<br />

<strong>de</strong> este modo. En este caso es evi<strong>de</strong>nte que no hay re<strong>la</strong>ción <strong>al</strong>guna<br />

con <strong>la</strong> sucesión gene<strong>al</strong>ógica, y no pue<strong>de</strong> actu<strong>al</strong>mente seña<strong>la</strong>rse ninguna<br />

razón pam su división en grupos. Pero en los seres orgánicos el caso<br />

es diferente, y <strong>la</strong> hipótesis antes dada está <strong>de</strong> acuerdo con su or<strong>de</strong>n<br />

natur<strong>al</strong> en grupos subordinados, y nunca se ha intentado otra<br />

explicación.<br />

Los natur<strong>al</strong>istas, como hemos visto, procuran or<strong>de</strong>nar <strong>la</strong>s especies, géneros<br />

y familias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se según lo que se l<strong>la</strong>ma el sistema natur<strong>al</strong>;<br />

pero ¿qué quiere <strong>de</strong>cir este sistema? Algunos autores lo consi<strong>de</strong>ran<br />

simplemente como un sistema para or<strong>de</strong>nar los seres vivientes que son<br />

más parecidos y para separar los más diferentes, o como un método artifici<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> enunciar lo más brevemente posible proposiciones gener<strong>al</strong>es, esto<br />

es, con una so<strong>la</strong> frase dar los caracteres comunes, por ejemplo, a todos<br />

los mamíferos; por otra, los comunes a todos los carnívoros; por otra, los<br />

391


comunes <strong>al</strong> género <strong>de</strong> los perros, y entonces, añadiendo una so<strong>la</strong> frase,<br />

dar una <strong>de</strong>scripción completa <strong>de</strong> cada especie <strong>de</strong> perro. La ingenuidad y<br />

utilidad <strong>de</strong> este sistema son indiscutibles. Pero muchos natur<strong>al</strong>istas creen<br />

que por sistema natur<strong>al</strong> se entien<strong>de</strong> <strong>al</strong>go más: creen que reve<strong>la</strong> el p<strong>la</strong>n<br />

<strong>de</strong>l Creador; pero, a menos que se especifique si por el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong>l Creador<br />

se entien<strong>de</strong> el or<strong>de</strong>n en el tiempo o en el espacio, o ambas cosas, o qué<br />

otra cosa se entien<strong>de</strong>, me parece que así no se aña<strong>de</strong> nada a nuestro conocimiento.<br />

Expresiones t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong> famosa <strong>de</strong> Linneo, con <strong>la</strong> que frecuentemente<br />

nos encontramos en una forma más o menos ve<strong>la</strong>da, o sea<br />

que los caracteres no hacen el género, sino que el género da los caracteres,<br />

parecen implicar que en nuestras c<strong>la</strong>sificaciones hay un <strong>la</strong>zo más<br />

profundo que <strong>la</strong> simple semejanza. Creo yo que así es, y que <strong>la</strong> comunidad<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia -única causa conocida <strong>de</strong> estrecha semejanza en los<br />

seres orgánicos- es el <strong>la</strong>zo que, si bien observado en diferentes grados <strong>de</strong><br />

modificación, nos reve<strong>la</strong>n, en parte, nuestras c<strong>la</strong>sificaciones.<br />

Consi<strong>de</strong>remos ahora <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s que se siguen en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación y <strong>la</strong>s<br />

dificulta<strong>de</strong>s que se encuentran, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> suposición <strong>de</strong> que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación,<br />

o bien da <strong>al</strong>gún p<strong>la</strong>n <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> creación, o bien es simplemente<br />

un sistema para enunciar proposiciones gener<strong>al</strong>es y para reunir<br />

<strong>la</strong>s formas más semejantes. Podía haberse creído -y antiguamente se creyó-<br />

que aquel<strong>la</strong>s partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> conformación que <strong>de</strong>terminan <strong>la</strong>s costumbres<br />

y el lugar gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> cada ser en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza habría<br />

<strong>de</strong> tener suma importancia en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación. Nada pue<strong>de</strong> haber más f<strong>al</strong>so.<br />

Nadie consi<strong>de</strong>ra como <strong>de</strong> importancia <strong>la</strong> semejanza externa entre un<br />

ratón y una musaraña, entre un dugong y una b<strong>al</strong>lena, o entre una b<strong>al</strong>lena<br />

y un pez. Estas semejanzas, aunque tan íntimamente unidas a toda <strong>la</strong><br />

vida <strong>de</strong>l ser, se consi<strong>de</strong>ran como simples caracteres <strong>de</strong> adaptación y <strong>de</strong><br />

an<strong>al</strong>ogía; pero ya insistiremos sobre <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> estas semejanzas.<br />

Se pue<strong>de</strong> incluso dar como reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong> que cu<strong>al</strong>quier parte <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

organización, cuanto menos se re<strong>la</strong>cione con costumbres especi<strong>al</strong>es tanto<br />

más importante es para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación. Por ejemplo, Owen, <strong>al</strong> hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong>l<br />

dugong, dice: «Los órganos <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación, por ser los que están más<br />

remotamente re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong>s costumbres y <strong>al</strong>imentos <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong>,<br />

he consi<strong>de</strong>rado siempre que proporcionan indicaciones c<strong>la</strong>rísimas sobre<br />

sus verda<strong>de</strong>ras afinida<strong>de</strong>s. En <strong>la</strong>s modificaciones <strong>de</strong> estos órganos estamos<br />

menos expuestos a confundir un carácter simplemente <strong>de</strong> adaptación<br />

con un carácter esenci<strong>al</strong>». ¡Qué notable es que, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, los órganos<br />

vegetativos, <strong>de</strong> los que su nutrición y vida <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n, sean <strong>de</strong> poca<br />

significación, mientras que los órganos <strong>de</strong> reproducción, con su producto,<br />

<strong>la</strong> semil<strong>la</strong> y embrión, sean <strong>de</strong> suma importancia! De igu<strong>al</strong> modo<br />

392


también, <strong>al</strong> discutir anteriormente ciertos caracteres morfológicos que no<br />

tienen importancia funcion<strong>al</strong>, hemos visto que, con frecuencia, son <strong>de</strong><br />

gran utilidad en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación. Depen<strong>de</strong> esto <strong>de</strong> su constancia en muchos<br />

grupos afines, y su constancia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> princip<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s<br />

variaciones ligeras no han sido conservadas y acumu<strong>la</strong>das por <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong>, que obra sólo sobre caracteres útiles. <strong>El</strong> que <strong>la</strong> importancia<br />

meramente fisiológica <strong>de</strong> un órgano no <strong>de</strong>termina su v<strong>al</strong>or para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación<br />

está casi probado por el hecho <strong>de</strong> que en grupos afines, en los cu<strong>al</strong>es<br />

el mismo órgano -según fundadamente suponemos- tiene casi el mismo<br />

v<strong>al</strong>or fisiológico, es muy diferente en v<strong>al</strong>or para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación. Ningún<br />

natur<strong>al</strong>ista pue<strong>de</strong> haber trabajado mucho tiempo en un grupo sin<br />

haber sido impresionado por este hecho, reconocido plenamente en los<br />

escritos <strong>de</strong> casi todos los autores. Bastará citar una gran autoridad, Robert<br />

Brown, quien, <strong>al</strong> hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> ciertos órganos en <strong>la</strong>s proteáceas, dice<br />

que su importancia genérica,. «como <strong>la</strong> <strong>de</strong> todas sus partes, es muy <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>,<br />

y en <strong>al</strong>gunos casos parece que se ha perdido por completo, no sólo<br />

en esta familia, sino, como he notado, en todas <strong>la</strong>s familias natur<strong>al</strong>es».<br />

A<strong>de</strong>más, en otra obra dice que los géneros <strong>de</strong> <strong>la</strong>s connaráceas «difieren<br />

en que tienen uno o más ovarios, en <strong>la</strong> existencia o f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> <strong>al</strong>bumen, en<br />

<strong>la</strong> estivación imbricada o v<strong>al</strong>var. Cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong> estos caracteres, separadamente,<br />

es, con frecuencia, <strong>de</strong> importancia más que genérica,. a pesar<br />

<strong>de</strong> que, en este caso, aun cuando se tomen todos juntos, resultan insuficientes<br />

para separar los Cnestis <strong>de</strong> los Connarus». Para citar un ejemplo<br />

<strong>de</strong> insectos: en una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong> los himenópteros, <strong>la</strong>s antenas,<br />

como ha hecho observar Westwood, son <strong>de</strong> conformación sumamente<br />

constante; en otra división, difieren mucho y <strong>la</strong>s diferencias son<br />

<strong>de</strong> v<strong>al</strong>or completamente secundario para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación; sin embargo,<br />

nadie dirá que <strong>la</strong>s antenas, en estas dos divisiones <strong>de</strong>l mismo or<strong>de</strong>n, son<br />

<strong>de</strong> importancia fisiológica <strong>de</strong>sigu<strong>al</strong>. Podría citarse un número grandísimo<br />

<strong>de</strong> ejemplos <strong>de</strong> <strong>la</strong> importancia variable, para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, <strong>de</strong> un<br />

mismo órgano importante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo grupo <strong>de</strong> seres.<br />

A<strong>de</strong>más, nadie dirá que los órganos rudimentarios o atrofiados sean<br />

<strong>de</strong> gran importancia fisiológica o vit<strong>al</strong>, y, sin embargo, indudablemente,<br />

órganos en este estado son con frecuencia <strong>de</strong> mucho v<strong>al</strong>or para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación.<br />

Nadie discutirá que los dientes rudimentarios <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong><br />

superior <strong>de</strong> los rumiantes jóvenes y ciertos huesos rudimentarios <strong>de</strong> su<br />

pata son utilísimos para mostrar <strong>la</strong> estrecha afinidad entre los rumiantes<br />

y los paqui<strong>de</strong>rmos. Robert Brown ha insistido sobre el hecho <strong>de</strong> que <strong>la</strong><br />

posición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s rudimentarias es <strong>de</strong> suma importancia en <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gramíneas.<br />

393


Podrían citarse numerosos ejemplos <strong>de</strong> caracteres proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> partes<br />

que podrían consi<strong>de</strong>rarse como <strong>de</strong> importancia fisiológica insignificante,<br />

pero que univers<strong>al</strong>mente se admite que son utilísimos en <strong>la</strong> <strong>de</strong>finición<br />

<strong>de</strong> grupos enteros; por ejemplo: el que haya o no una comunicación<br />

abierta entre <strong>la</strong>s aberturas nas<strong>al</strong>es y <strong>la</strong> boca, único carácter, según Owen,<br />

que separa en absoluto los peces y los reptiles; <strong>la</strong> inflexión <strong>de</strong>l ángulo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> inferior en los marsupi<strong>al</strong>es: el modo como están plegadas<br />

<strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los insectos; el solo color en ciertas <strong>al</strong>gas; <strong>la</strong> simple pubescencia<br />

en partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor en <strong>la</strong>s gramíneas; <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong> envoltura cutánea,<br />

como el pelo y <strong>la</strong>s plumas, en los vertebrados. Si el Ornithorhynchus<br />

hubiese estado cubierto <strong>de</strong> plumas en vez <strong>de</strong> estarlo <strong>de</strong> pelos, este<br />

carácter externo e insignificante habría sido consi<strong>de</strong>rado por los natur<strong>al</strong>istas<br />

como un auxilio importante para <strong>de</strong>terminar el grado <strong>de</strong> afinidad<br />

<strong>de</strong> este extraño sér con <strong>la</strong>s aves.<br />

La importancia, para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, <strong>de</strong> los caracteres insignificantes<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> que son corre<strong>la</strong>tivos <strong>de</strong> otros muchos caracteres <strong>de</strong> mayor o<br />

menor importancia. En efecto: es evi<strong>de</strong>nte el v<strong>al</strong>or <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> caracteres<br />

en Historia Natur<strong>al</strong>. Por consiguiente, como se ha hecho observar<br />

muchas veces, una especie pue<strong>de</strong> separarse <strong>de</strong> sus afines por diversos<br />

caracteres, tanto <strong>de</strong> gran importancia fisiológica como <strong>de</strong> constancia<br />

casi gener<strong>al</strong>, y no <strong>de</strong>jarnos, sin embargo, duda <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> cómo tiene que<br />

ser c<strong>la</strong>sificada. De aquí también que se haya visto que una c<strong>la</strong>sificación<br />

fundada en un solo carácter, por importante que sea, ha fracasado siempre,<br />

pues ninguna parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización es <strong>de</strong> constancia absoluta. La<br />

importancia <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> caracteres, aun cuando ninguno sea importante,<br />

explica por si so<strong>la</strong> el aforismo enunciado por Linneo <strong>de</strong> que los<br />

caracteres no dan el género, sino que el género da los caracteres; pues éste<br />

parece fundado en <strong>la</strong> apreciación <strong>de</strong> <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les <strong>de</strong> semejanza <strong>de</strong>masiado<br />

ligeros para ser <strong>de</strong>finidos. Ciertas p<strong>la</strong>ntas pertenecientes a <strong>la</strong>s m<strong>al</strong>pigiáceas<br />

llevan flores perfectas y flores atrofiadas; en estas últimas, como ha<br />

hecho observar A. <strong>de</strong> Jussieu, «<strong>de</strong>saparecen <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los caracteres<br />

propios <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, <strong>de</strong>l género, <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia, <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se, y <strong>de</strong> este<br />

modo se bur<strong>la</strong>n <strong>de</strong> nuestra c<strong>la</strong>sificación». Cuando <strong>la</strong> Aspicarpa produjo<br />

en Francia, durante varios años, so<strong>la</strong>mente estas flores <strong>de</strong>generadas que<br />

se apartan asombrosamente <strong>de</strong>l tipo propio <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n en muchos <strong>de</strong> los<br />

puntos más importantes <strong>de</strong> conformación, monsieur Richard, no obstante,<br />

vio sagazmente, como observa Jussieu, que este género tenía que seguir<br />

siendo conservado entre <strong>la</strong>s m<strong>al</strong>pigiáceas. Este caso es un buen ejemplo<br />

<strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> nuestras c<strong>la</strong>sificaciones.<br />

394


Prácticamente, cuando los natur<strong>al</strong>istas están en su trabajo, no se preocupan<br />

<strong>de</strong>l v<strong>al</strong>or fisiológico <strong>de</strong> los caracteres que utilizan <strong>al</strong> <strong>de</strong>finir un<br />

grupo o <strong>al</strong> seña<strong>la</strong>r una especie <strong>de</strong>terminada. Si encuentran un carácter<br />

casi uniforme y común a un gran número <strong>de</strong> formas, y que no existe en<br />

otras, lo utilizan como un carácter <strong>de</strong> gran v<strong>al</strong>or; si es común a un número<br />

menor <strong>de</strong> formas, lo utilizan como un carácter <strong>de</strong> v<strong>al</strong>or secundario.<br />

Algunos natur<strong>al</strong>istas han reconocido plenamente este principio como el<br />

único verda<strong>de</strong>ro; pero ninguno lo ha hecho con mayor c<strong>la</strong>ridad que el<br />

excelente botánico Aug. St. Hi<strong>la</strong>ire. Si varios caracteres insignificantes se<br />

encuentran siempre combinados, aun cuando no pueda <strong>de</strong>scubrirse entre<br />

ellos ningún <strong>la</strong>zo aparente <strong>de</strong> conexión, se les atribuye especi<strong>al</strong> v<strong>al</strong>or.<br />

Como en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es, órganos importantes,<br />

t<strong>al</strong>es como los <strong>de</strong> propulsión <strong>de</strong> <strong>la</strong> sangre, los <strong>de</strong> <strong>la</strong> aireación <strong>de</strong> ésta o los<br />

<strong>de</strong> propagación <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, se ve que son casi uniformes, son consi<strong>de</strong>rados<br />

como utilísimos para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación; pero en <strong>al</strong>gunos grupos se<br />

observa que todos éstos -los órganos vit<strong>al</strong>es más importantes- ofrecen caracteres<br />

<strong>de</strong> v<strong>al</strong>or completamente secundario. Así, según recientemente<br />

ha hecho observar Fritz Müller, en el mismo grupo <strong>de</strong> crustáceos, Cypridina<br />

está provisto <strong>de</strong> corazón, mientras que en géneros sumamente<br />

afines -Cypris y Cytherea- no existe este órgano. Una especie <strong>de</strong> Cypridina<br />

tiene branquias bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das, mientras que otra está <strong>de</strong>sprovista<br />

<strong>de</strong> el<strong>la</strong>s.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué los caracteres proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l embrión<br />

hayan <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> importancia que los proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l adulto, pues<br />

una c<strong>la</strong>sificación natur<strong>al</strong> compren<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ntemente todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s; pero<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría ordinaria no está en modo <strong>al</strong>guno c<strong>la</strong>ro que <strong>la</strong> estructura<br />

<strong>de</strong>l embrión tenga que ser más importante para este fin que <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>l adulto, que <strong>de</strong>sempeña so<strong>la</strong> su papel completo en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza. Sin embargo, los gran<strong>de</strong>s natur<strong>al</strong>istas Milne Edwards y<br />

Agassiz han insistido en que los caracteres embriológicos son los más importantes<br />

<strong>de</strong> todos, y esta doctrina ha sido admitida casi univers<strong>al</strong>mente<br />

corno verda<strong>de</strong>ra. Sin embargo, ha sido a veces exagerada, <strong>de</strong>bido a que<br />

no han sido excluidos los caracteres <strong>de</strong> adaptación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas; para <strong>de</strong>mostrar<br />

lo cu<strong>al</strong>, Fritz Müller or<strong>de</strong>nó, mediante estos caracteres solos, <strong>la</strong><br />

gran c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los crustáceos, y esta manera <strong>de</strong> or<strong>de</strong>narlos no resultó ser<br />

natur<strong>al</strong>. Pero es indudable que los caracteres embrionarios -excluyendo<br />

los caracteres <strong>la</strong>rvarios- son <strong>de</strong> sumo v<strong>al</strong>or para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, no sólo<br />

en los anim<strong>al</strong>es, sino también en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas. Así, <strong>la</strong>s divisiones princip<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s fanerógamas están fundadas en diferencias existentes en el<br />

embrión -en el número y posición <strong>de</strong> los cotiledones y en el modo <strong>de</strong><br />

395


<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> plúmu<strong>la</strong> y radícu<strong>la</strong>-. Compren<strong>de</strong>remos inmediatamente<br />

por qué estos caracteres poseen un v<strong>al</strong>or tan gran<strong>de</strong> en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación:<br />

porque el sistema natur<strong>al</strong> es gene<strong>al</strong>ógico en su disposición.<br />

Nuestras c<strong>la</strong>sificaciones muchas veces están evi<strong>de</strong>ntemente influidas<br />

por en<strong>la</strong>ce <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s. Nada más fácil que <strong>de</strong>finir un gran número <strong>de</strong><br />

caracteres comunes a todas <strong>la</strong>s aves; pero en los crustáceos, hasta ahora,<br />

ha resultado imposible una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza. En los extremos<br />

opuestos <strong>de</strong> <strong>la</strong> serie se encuentran crustáceos que apenas tienen un<br />

carácter común, y, sin embargo, <strong>la</strong>s especies en ambos extremos, por estar<br />

evi<strong>de</strong>ntemente re<strong>la</strong>cionadas con otras y éstas con otras, y así sucesivamente,<br />

pue<strong>de</strong> reconocerse que indubitablemente pertenecen a esta c<strong>la</strong>se<br />

<strong>de</strong> articu<strong>la</strong>dos y no a otra.<br />

La distribución geográfica se ha empleado muchas veces, aunque quizá<br />

no <strong>de</strong>l todo lógicamente, en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, sobre todo en grupos muy<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> especies muy afines. Temminck insiste sobre <strong>la</strong> utilidad, y<br />

aun <strong>la</strong> necesidad, <strong>de</strong> este método en ciertos grupos <strong>de</strong> aves, y ha sido seguido<br />

por varios entomólogos y botánicos.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, por lo que se refiere <strong>al</strong> v<strong>al</strong>or re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> los diferentes grupos<br />

<strong>de</strong> especies, t<strong>al</strong>es como ór<strong>de</strong>nes, subór<strong>de</strong>nes, familias, subfamilias y<br />

géneros, me parece, por lo menos actu<strong>al</strong>mente, casi arbitrario. Algunos<br />

<strong>de</strong> los mejores botánicos, como míster Bentham y otros, han insistido<br />

mucho sobre su v<strong>al</strong>or arbitrario. Podría citarse ejemplos, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas e<br />

insectos, <strong>de</strong> un grupo consi<strong>de</strong>rado <strong>al</strong> principio por natur<strong>al</strong>istas experimentados<br />

sólo como género, y luego elevado a <strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> subfamilia<br />

o familia, y esto se ha hecho, no porque nuevas investigaciones hayan<br />

<strong>de</strong>scubierto diferencias importantes <strong>de</strong> conformación que <strong>al</strong> pronto pasaron<br />

inadvertidas, sino porque se han <strong>de</strong>scubierto <strong>de</strong>spués numerosas especies<br />

afines con pequeños grados <strong>de</strong> diferencia.<br />

Todas <strong>la</strong>s prece<strong>de</strong>ntes reg<strong>la</strong>s y medios y dificulta<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación<br />

pue<strong>de</strong>n explicarse, si no me engaño mucho, admitiendo que el sistema<br />

natur<strong>al</strong> está fundado en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación; que los caracteres<br />

que los natur<strong>al</strong>istas consi<strong>de</strong>ran como <strong>de</strong>mostrativos <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra<br />

afinidad entre dos o más especies son los que han sido heredados <strong>de</strong> un<br />

antepasado común, pues toda c<strong>la</strong>sificación verda<strong>de</strong>ra es gene<strong>al</strong>ógica;<br />

que <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia es el <strong>la</strong>zo oculto que los natur<strong>al</strong>istas<br />

han estado buscando inconscientemente, y no un p<strong>la</strong>n <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong><br />

creación o el enunciado <strong>de</strong> proposiciones gener<strong>al</strong>es <strong>al</strong> juntar y separar<br />

simplemente objetos más o menos semejantes.<br />

396


Pero <strong>de</strong>bo explicar más completamente mi pensamiento. Creo yo que<br />

<strong>la</strong> or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se, con <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida subordinación<br />

y re<strong>la</strong>ción mutuas, para que sea natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong>be ser rigurosamente<br />

gene<strong>al</strong>ógica; pero que <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong> diferencia en <strong>la</strong>s diferentes ramas o<br />

grupos, aun cuando sean parientes en el mismo grado <strong>de</strong> consanguinidad<br />

con su antepasado común, pue<strong>de</strong> diferir mucho, siendo esto <strong>de</strong>bido<br />

a los diferentes grados <strong>de</strong> modificación que hayan experimentado, y esto<br />

se expresa c<strong>la</strong>sificando <strong>la</strong>s formas en diferentes géneros, familias, secciones<br />

y ór<strong>de</strong>nes. <strong>El</strong> lector compren<strong>de</strong>rá mejor lo que se preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir si se<br />

toma <strong>la</strong> molestia <strong>de</strong> recurrir <strong>al</strong> cuadro <strong>de</strong>l capítulo IV. Supondremos que<br />

<strong>la</strong>s letras A a L representan géneros afines que existieron durante <strong>la</strong> época<br />

silúrica, <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma aun más antigua. En tres <strong>de</strong><br />

estos géneros (A, F e I), una especie ha transmitido hasta <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados, representados por los quince géneros (a14 a<br />

z14) <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea superior horizont<strong>al</strong>. Ahora bien; todos estos <strong>de</strong>scendientes<br />

modificados <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> especie están re<strong>la</strong>cionados en igu<strong>al</strong> grado<br />

por <strong>la</strong> sangre o <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia; metafóricamente, pue<strong>de</strong>n todos ser l<strong>la</strong>mados<br />

primos en el mismo millonésimo grado, y, sin embargo, se diferencian<br />

mucho y en diferente medida unos <strong>de</strong> otros. Las formas <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> A, separadas ahora en dos o tres familias, constituyen un or<strong>de</strong>n<br />

distinto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I, divididas también en dos familias.<br />

Tampoco <strong>la</strong>s especies vivientes que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> A pue<strong>de</strong>n ser c<strong>la</strong>sificadas<br />

en el mismo género que el antepasado A, ni <strong>la</strong>s <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I<br />

en el mismo género que su antepasado I. Pero el género viviente f14 pue<strong>de</strong><br />

suponerse que se ha modificado muy poco, y entonces se c<strong>la</strong>sificará<br />

en un género con su antepasado F, <strong>de</strong>l mismo modo que un corto número<br />

<strong>de</strong> organismos todavía vivientes pertenecen a géneros silúricos. De<br />

manera que ha llegado a ser muy diverso el v<strong>al</strong>or re<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias<br />

entre estos seres orgánicos, que están todos mutuamente re<strong>la</strong>cionados<br />

por el mismo grado <strong>de</strong> consanguinidad. Sin embargo, su or<strong>de</strong>nación<br />

gene<strong>al</strong>ógica permanece rigurosamente exacta, no sólo en <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad,<br />

sino en todos los períodos gene<strong>al</strong>ógicos sucesivos. Todos los <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> A habrán heredado <strong>al</strong>go en común <strong>de</strong> su común antepasado, lo<br />

mismo que todos los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> I; lo mismo ocurrirá en cada rama<br />

secundaria <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes y en cada período sucesivo. Sin embargo, si<br />

suponemos que un <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> A o <strong>de</strong> I se ha llegado a modificar<br />

tanto que ha perdido todas <strong>la</strong>s huel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> su parentesco, en este caso se<br />

habrá perdido su lugar en el sistema natur<strong>al</strong>, como parece haber ocurrido<br />

con <strong>al</strong>gunos organismos vivientes. Todos los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l género<br />

F en <strong>la</strong> tot<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> su línea <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia se supone que se han<br />

397


modificado muy poco y que forman un solo género; pero este género,<br />

aunque muy ais<strong>la</strong>do, ocupará todavía su propia posición intermedia. La<br />

representación <strong>de</strong> los grupos, t<strong>al</strong> como se da en el cuadro, sobre una superficie<br />

p<strong>la</strong>na es <strong>de</strong>masiado simple. Las ramas tendrían que haber divergido<br />

en todas direcciones. Si los nombres <strong>de</strong> los grupos hubiesen sido escritos<br />

simplemente en serie line<strong>al</strong>, <strong>la</strong> representación habría sido todavía<br />

menos natur<strong>al</strong>, y evi<strong>de</strong>ntemente es imposible representar en una serie o<br />

en una superficie p<strong>la</strong>na <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>scubrimos en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza<br />

entre los seres <strong>de</strong>l mismo grupo. Así, pues, el sistema natur<strong>al</strong> es gene<strong>al</strong>ógico<br />

en su or<strong>de</strong>nación, como un árbol gene<strong>al</strong>ógico; pero <strong>la</strong> cantidad <strong>de</strong><br />

modificación que han experimentado los diferentes grupos no pue<strong>de</strong>n<br />

expresarse distribuyéndolos en los que se l<strong>la</strong>man géneros, sub<strong>la</strong>nzilias,<br />

familias, secciones, ór<strong>de</strong>nes y c<strong>la</strong>ses.<br />

V<strong>al</strong>dría <strong>la</strong> pena <strong>de</strong> explicar este modo <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar esta c<strong>la</strong>sificación<br />

tomando el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s lenguas. Si poseyésemos una gene<strong>al</strong>ogía perfecta<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Humanidad, el árbol gene<strong>al</strong>ógico <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas humanas nos daría <strong>la</strong><br />

mejor c<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes lenguas que hoy se hab<strong>la</strong>n en todo el<br />

mundo, y si hubiesen <strong>de</strong> incluirse todas <strong>la</strong>s lenguas muertas y todos los<br />

di<strong>al</strong>ectos intermedios que lentamente cambian, este or<strong>de</strong>namiento sería<br />

el único posible. Sin embargo, podría ser que <strong>al</strong>gunas lenguas antiguas<br />

se hubiesen <strong>al</strong>terado muy poco y hubiesen dado origen a un corto número<br />

<strong>de</strong> lenguas vivas, mientras que otras se hubiesen <strong>al</strong>terado mucho, <strong>de</strong>bido<br />

a <strong>la</strong> difusión, ais<strong>la</strong>miento y grado <strong>de</strong> civilización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes<br />

razas co<strong>de</strong>scendientes, y <strong>de</strong> este modo hubiesen dado origen a muchos<br />

nuevos di<strong>al</strong>ectos y lenguas. Los diversos grados <strong>de</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s<br />

lenguas <strong>de</strong> un mismo tronco tendrían que expresarse mediante grupos<br />

subordinados a otros grupos; pero <strong>la</strong> distribución propia, y aun <strong>la</strong> única<br />

posible, sería siempre <strong>la</strong> gene<strong>al</strong>ógica, y ésta sería rigurosamente natur<strong>al</strong>,<br />

porque en<strong>la</strong>zaría todas <strong>la</strong>s lenguas vivas y muertas mediante sus mayores<br />

afinida<strong>de</strong>s y daría <strong>la</strong> filiación y origen <strong>de</strong> cada lengua.<br />

En confirmación <strong>de</strong> esta opinión echamos una ojeada a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que se sabe o se cree que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> especie.<br />

Las varieda<strong>de</strong>s se agrupan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies y <strong>la</strong>s subvarieda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, y en <strong>al</strong>gunos casos, como en el <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

doméstica, en otros varios grados <strong>de</strong> diferencia. Al c<strong>la</strong>sificar <strong>la</strong>s especies,<br />

se siguen casi <strong>la</strong>s mismas reg<strong>la</strong>s. Los autores han insistido acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

necesidad <strong>de</strong> agrupar <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s según un sistema natur<strong>al</strong>, en lugar<br />

<strong>de</strong> hacerlo según un sistema artifici<strong>al</strong>; estamos prevenidos, por ejemplo,<br />

para no c<strong>la</strong>sificar juntas dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ananaes, simplemente porque<br />

su fruto, a pesar <strong>de</strong> ser <strong>la</strong> parte más importante, ocurra que sea casi<br />

398


idéntico. Nadie coloca juntos el colinabo y el nabo <strong>de</strong> Suecia, aun cuando<br />

sus raíces gruesas y comestibles sean tan parecidas. Una parte, cu<strong>al</strong>quiera<br />

que sea, que se ve que es muy constante se emplea para c<strong>la</strong>sificar <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s; así, el gran agricultor Marsh<strong>al</strong>l dice que los cuernos son útiles<br />

para este fin en el ganado vacuno porque son menos variables que <strong>la</strong><br />

forma o el color <strong>de</strong>l cuerpo, etc., mientras que en los carneros los cuernos<br />

son menos útiles para este objeto, por ser menos constantes. Al c<strong>la</strong>sificar<br />

<strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s observo que, si tuviésemos una gene<strong>al</strong>ogía verda<strong>de</strong>ra, <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>sificación gene<strong>al</strong>ógica sería univers<strong>al</strong>mente preferida, y ésta se ha intentado<br />

en <strong>al</strong>gunos casos: po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong> que -haya habido<br />

poca o mucha modificación- el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia tiene que mantener<br />

juntas <strong>la</strong>s formas que sean afines en el mayor número <strong>de</strong> puntos. En<br />

<strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas volteadoras, aun cuando <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s subvarieda<strong>de</strong>s difieren<br />

en el importante carácter <strong>de</strong> <strong>la</strong> longitud <strong>de</strong>l pico, sin embargo, todas<br />

están unidas por tener <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> dar volteretas; pero <strong>la</strong> raza <strong>de</strong> cara<br />

corta ha perdido esta costumbre por completo o casi por completo; a<br />

pesar <strong>de</strong> lo cu<strong>al</strong>, sin reparar en este punto, estas volteadoras se conservan<br />

en el mismo grupo, por ser consanguíneas y parecidas por otros<br />

conceptos.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong>, todos los natur<strong>al</strong>istas<br />

han introducido <strong>de</strong> hecho <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia en sus c<strong>la</strong>sificaciones;<br />

pues en el grado inferior, el <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie, incluyen los dos sexos, y todo<br />

natur<strong>al</strong>ista sabe lo enormemente que difieren éstos a veces en caracteres<br />

importantisimos; apenas pue<strong>de</strong> enunciarse un solo carácter común a los<br />

machos adultos y a los hermafroditas <strong>de</strong> ciertos cirrípedos y, sin embargo,<br />

nadie sueña en separarlos. Tan luego como se supo que <strong>la</strong>s tres formas<br />

<strong>de</strong> orquí<strong>de</strong>a Monachanthus, Myanthus y Catasetum, que anteriormente<br />

se habían consi<strong>de</strong>rado como tres géneros distintos, eran producidas<br />

a veces en una misma p<strong>la</strong>nta, fueron consi<strong>de</strong>radas inmediatamente<br />

como varieda<strong>de</strong>s, y actu<strong>al</strong>mente he podido <strong>de</strong>mostrar que son <strong>la</strong>s formas<br />

masculina, femenina y hermafrodita <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. <strong>El</strong> natur<strong>al</strong>ista<br />

incluye <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una especie los diferentes estados <strong>la</strong>rv<strong>al</strong>es <strong>de</strong> un mismo<br />

individuo, por mucho que puedan diferir entre sí y <strong>de</strong>l individuo<br />

adulto, lo mismo que <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas generaciones <strong>al</strong>ternantes <strong>de</strong> Steenstrup,<br />

que sólo en un sentido técnico pue<strong>de</strong>n ser consi<strong>de</strong>rados como el<br />

mismo individuo. <strong>El</strong> natur<strong>al</strong>ista incluye en <strong>la</strong> especie los monstruos y <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s, no por su semejanza parci<strong>al</strong> con <strong>la</strong> forma madre, sino porque<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> el<strong>la</strong>.<br />

Como el criterio <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia ha sido univers<strong>al</strong>mente empleado <strong>al</strong><br />

c<strong>la</strong>sificar juntos los individuos <strong>de</strong> una misma especie, aun cuando los<br />

399


machos y hembras y <strong>la</strong>rvas sean a veces sumamente diferentes, y como<br />

ha sido utilizado <strong>al</strong> c<strong>la</strong>sificar varieda<strong>de</strong>s que han experimentado cierta<br />

modificación, consi<strong>de</strong>rable a veces, ¿no podría este mismo elemento <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia haber sido utilizado inconscientemente <strong>al</strong> agrupar <strong>la</strong>s especies<br />

en géneros y los géneros en grupos superiores, todos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

l<strong>la</strong>mado sistema natur<strong>al</strong>? Yo creo que ha sido usado inconscientemente,<br />

y sólo así puedo compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong>s diferentes reg<strong>la</strong>s y normas seguidas por<br />

nuestros mejores sistemáticos. Comono tenemos gene<strong>al</strong>ogías escritas, nos<br />

vemos forzados a <strong>de</strong>ducir <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong> origen por semejanzas <strong>de</strong> todas<br />

c<strong>la</strong>ses. Sin embargo, escogemos aquellos caracteres que son lo menos<br />

a propósito para ser modificados, en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> vida<br />

a que ha estado recientemente sometida cada especie. Las estructuras rudimentarias,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, son tan buenas, y aun quizá mejores,<br />

que otras partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización. No nos importa <strong>la</strong> insignificancia<br />

<strong>de</strong> un carácter -ya sea <strong>la</strong> simple inflexión <strong>de</strong>l ángulo <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong>,<br />

el modo como está plegada el a<strong>la</strong> <strong>de</strong> un insecto, el que <strong>la</strong> piel esté cubierta<br />

<strong>de</strong> pelo o <strong>de</strong> pluma-; si éste subsiste en muchas y diferentes especies,<br />

sobre todo en <strong>la</strong>s que tienen costumbres muy diferentes, adquiere un<br />

gran v<strong>al</strong>or, pues sólo por herencia <strong>de</strong> un antepasado común po<strong>de</strong>mos explicar<br />

su presencia en tantas formas con costumbres tan diferentes. En<br />

este respecto po<strong>de</strong>mos equivocarnos por lo que se refiere a puntos <strong>de</strong>terminados<br />

<strong>de</strong> conformación; pero cuando varios caracteres, aunque sean<br />

insignificantes, concurren en todo un grupo gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> seres que tienen<br />

diferentes costumbres, po<strong>de</strong>mos estar casi seguros, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, que estos caracteres han sido heredados <strong>de</strong> un antepasado<br />

común, y sabemos que estos conjuntos <strong>de</strong> caracteres tienen especi<strong>al</strong> v<strong>al</strong>or<br />

en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué una especie, o un grupo <strong>de</strong> especies,<br />

pue<strong>de</strong> separarse <strong>de</strong> sus afines en <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> sus características más importantes,<br />

y, sin embargo, pue<strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificarse con seguridad junto con<br />

el<strong>la</strong>s. Esto pue<strong>de</strong> hacerse con seguridad -y muchas veces se hace- mientras<br />

un número suficiente <strong>de</strong> caracteres, por poco importantes que sean,<br />

reve<strong>la</strong> el oculto <strong>la</strong>zo <strong>de</strong> comunidad <strong>de</strong> origen. Supongamos dos formas<br />

que no tienen un solo carácter común; sin embargo, si estas formas extremas<br />

están unidas por una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> grupos intermedios, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir<br />

en seguida su comunidad <strong>de</strong> origen y colocar<strong>la</strong>s todas en una misma<br />

c<strong>la</strong>se. Como encontramos que los órganos <strong>de</strong> gran importancia<br />

fisiológica -los que sirven para conservar <strong>la</strong> vida en <strong>la</strong>s más diversas condiciones<br />

<strong>de</strong> existencia- son gener<strong>al</strong>mente los más constantes, les atribuimos<br />

especi<strong>al</strong> v<strong>al</strong>or; pero si estos mismos órganos, en otro grupo o<br />

400


sección <strong>de</strong> un grupo, se ve que difieren mucho, en seguida les atribuimos<br />

Menos v<strong>al</strong>or en nuestra c<strong>la</strong>sificación. Veremos en seguida por qué los caracteres<br />

embriológicos son <strong>de</strong> tanta importancia en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación. La<br />

distribución geográfica pue<strong>de</strong> a veces ser útilmente empleada <strong>al</strong> c<strong>la</strong>sificar<br />

géneros extensos, porque todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género, que<br />

viven en una región <strong>de</strong>terminada y ais<strong>la</strong>da, han <strong>de</strong>scendido, según todas<br />

<strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> los mismos antepasados.<br />

Semejanzas an<strong>al</strong>ógicas. -Según <strong>la</strong>s opiniones prece<strong>de</strong>ntes, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> importantísima diferencia entre <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s re<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s<br />

semejanzas an<strong>al</strong>ógicas o <strong>de</strong> adaptación. Lamarck fue el primero que l<strong>la</strong>mó<br />

<strong>la</strong> atención sobre este asunto, y ha sido inteligentemente seguido por<br />

Macleay y otros. Las semejanzas en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l cuerpo y en los miembros<br />

anteriores, en forma <strong>de</strong> <strong>al</strong>etas, que existe entre los dugongs y <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas,<br />

y entre estos <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> mamíferos y los peces, son semejanzas<br />

an<strong>al</strong>ógicas. También lo es <strong>la</strong> semejanza entre un ratón y una musaraña<br />

(Sorex) que pertenecen a ór<strong>de</strong>nes diferentes, y <strong>la</strong> semejanza todavía<br />

mayor, sobre <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> ha insistido míster Mivart, entre el ratón y un pequeño<br />

marsupi<strong>al</strong> (Antechinus) <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia. Estas últimas semejanzas<br />

pue<strong>de</strong>n explicarse, a mi parecer, por adaptación a movimientos activos<br />

simi<strong>la</strong>res, entre <strong>la</strong> hierba y los matorr<strong>al</strong>es, y a ocultarse <strong>de</strong> los enemigos.<br />

Entre los insectos hay innumerables casos parecidos; así Linneo, engañado<br />

por <strong>la</strong>s apariencias externas, c<strong>la</strong>sificó positivamente un insecto homóptero<br />

como lepidóptero. Vemos <strong>al</strong>go <strong>de</strong> esto aun en nuestras varieda<strong>de</strong>s<br />

domésticas, como en <strong>la</strong> forma, l<strong>la</strong>mativamente semejante, <strong>de</strong>l cuerpo<br />

en <strong>la</strong>s razas perfeccionadas <strong>de</strong> cerdo chino y cerdo común, que han <strong>de</strong>scendido<br />

<strong>de</strong> especies diferentes, y en <strong>la</strong>s raíces, <strong>de</strong> grueso semejante, <strong>de</strong>l<br />

colinabo y <strong>de</strong>l nabo <strong>de</strong> Suecia, que es específicamente distinto. La semejanza<br />

entre el lebrel y el cab<strong>al</strong>lo <strong>de</strong> carrera apenas es más caprichosa que<br />

<strong>la</strong>s an<strong>al</strong>ogías que han encontrado <strong>al</strong>gunos autores entre anim<strong>al</strong>es muy<br />

diferentes.<br />

Admitiendo que los caracteres son <strong>de</strong> importancia re<strong>al</strong> para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación<br />

sólo en cuanto reve<strong>la</strong>n <strong>la</strong> gene<strong>al</strong>ogía, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r c<strong>la</strong>ramente<br />

por qué los caracteres an<strong>al</strong>ógicos o <strong>de</strong> adaptación, aun cuando sean<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia para <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong>l ser, carecen casi <strong>de</strong><br />

v<strong>al</strong>or para el sistemático; pues anim<strong>al</strong>es que pertenecen a dos líneas gene<strong>al</strong>ógicas<br />

completamente distintas pue<strong>de</strong>n haber llegado a adaptarse a<br />

condiciones semejantes y, <strong>de</strong> este modo, haber adquirido una gran semejanza<br />

externa; pero estas semejanzas no reve<strong>la</strong>rán su consanguinidad, y<br />

más bien ten<strong>de</strong>rán a ocultar<strong>la</strong>. De este modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong><br />

aparente paradoja <strong>de</strong> que los mismos caracteres, exactamente, sean<br />

401


an<strong>al</strong>ógicos cuando se compara un grupo con otro y <strong>de</strong>n verda<strong>de</strong>ras afinida<strong>de</strong>s<br />

cuando se comparan entre sí los miembros <strong>de</strong> un mismo grupo;<br />

así, <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l cuerpo y los miembros en forma <strong>de</strong> <strong>al</strong>eta son caracteres<br />

sólo an<strong>al</strong>ógicos cuando se comparan <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas con los peces, pues son<br />

en ambas c<strong>la</strong>ses adaptaciones para nadar; pero entre los diferentes<br />

miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l cuerpo y los miembros<br />

en forma <strong>de</strong> <strong>al</strong>eta ofrecen caracteres que ponen <strong>de</strong> manifiesto afinida<strong>de</strong>s<br />

verda<strong>de</strong>ras; pues como estas partes son tan semejantes en toda <strong>la</strong><br />

familia, no po<strong>de</strong>mos dudar <strong>de</strong> que han sido heredadas <strong>de</strong> un antepasado<br />

común. Lo mismo ocurre en los peces.<br />

Podrían citarse numerosos casos <strong>de</strong> semejanzas notables, en seres completamente<br />

distintos, entre órganos o partes <strong>de</strong>terminadas que se han<br />

adaptado a <strong>la</strong>s mismas funciones. Un buen ejemplo nos ofrece <strong>la</strong> gran semejanza<br />

entre <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l perro y <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l lobo <strong>de</strong> Tasmania o Thy<strong>la</strong>cinus,<br />

anim<strong>al</strong>es que están muy separados en el sistema natur<strong>al</strong>. Pero<br />

esta semejanza está limitada <strong>al</strong> aspecto gener<strong>al</strong>, como <strong>la</strong> prominencia <strong>de</strong><br />

los caninos y <strong>la</strong> forma cortante <strong>de</strong> los mo<strong>la</strong>res, pues los dientes en re<strong>al</strong>idad<br />

difieren mucho. Así, el perro tiene a cada <strong>la</strong>do <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior<br />

cuatro premo<strong>la</strong>res y sólo dos mo<strong>la</strong>res, mien tras que el Thy<strong>la</strong>cinus<br />

tiene tres premo<strong>la</strong>res y cuatro mo<strong>la</strong>res; los mo<strong>la</strong>res en ambos anim<strong>al</strong>es<br />

difieren también mucho en tamaño y conformación: <strong>la</strong> <strong>de</strong>ntadura <strong>de</strong>l<br />

adulto está precedida <strong>de</strong> una <strong>de</strong>ntadura <strong>de</strong> leche muy diferente. Todo el<br />

mundo pue<strong>de</strong> natur<strong>al</strong>mente negar que los dientes en ambos casos han sido<br />

adaptados a <strong>de</strong>sgarrar carne mediante <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> variaciones<br />

sucesivas; pero, si esto se admite en un caso, es para mí incomprensible<br />

que haya <strong>de</strong> negarse en otro. Celebro ver que una autoridad tan <strong>al</strong>ta<br />

como el profesor Flower ha llegado a <strong>la</strong> misma conclusión.<br />

Los casos extraordinarios, citados en un capítulo prece<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong> peces<br />

muy diferentes que poseen órganos eléctricos, <strong>de</strong> insectos muy diferentes<br />

que poseen órganos luminosos, y <strong>de</strong> orquí<strong>de</strong>as y asclepiadáceas que<br />

tienen masas <strong>de</strong> polen con discos viscosos, entran en este grupo <strong>de</strong> semejanzas<br />

an<strong>al</strong>ógicas; aunque estos casos son tan portentosos que fueron<br />

presentados como dificulta<strong>de</strong>s u objeciones a nuestra teoría. En todos<br />

ellos pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirse <strong>al</strong>guna diferencia fundament<strong>al</strong> en el crecimiento<br />

o <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes y, gener<strong>al</strong>mente, en su estructura adulta. <strong>El</strong> fin<br />

conseguido es el mismo; pero los medios, aunque superfici<strong>al</strong>mente parecen<br />

ser los mismos, son esenci<strong>al</strong>mente diferentes. <strong>El</strong> principio a que antes<br />

se <strong>al</strong>udió con <strong>la</strong> <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> variación an<strong>al</strong>ógica entra probablemente<br />

con frecuencia en juego en estos casos; esto es, los miembros <strong>de</strong><br />

una misma c<strong>la</strong>se, aunque sólo con parentesco lejano, han heredado tanto<br />

402


<strong>de</strong> común en su constitución, que son aptos para variar <strong>de</strong> un modo semejante<br />

por causas semejantes <strong>de</strong> excitación, y esto evi<strong>de</strong>ntemente tendría<br />

que contribuir a <strong>la</strong> adquisición, mediante selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> partes<br />

u órganos notablemente parecidos entre sí, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong><br />

su herencia directa <strong>de</strong> un antepasado común.<br />

Como <strong>la</strong>s especies que pertenecen a c<strong>la</strong>ses distintas se han adaptado<br />

muchas veces mediante pequeñas modificaciones sucesivas <strong>al</strong> vivir casi<br />

en <strong>la</strong>s mismas,circunstancias -por ejemplo, a habitar los tres, elementos:<br />

tierra, aire, agua-, po<strong>de</strong>mos quizá compren<strong>de</strong>r por qué se ha observado a<br />

veces un par<strong>al</strong>elismo numérico entre los subgrupos <strong>de</strong> distintas c<strong>la</strong>ses.<br />

Un natur<strong>al</strong>ista impresionado por un par<strong>al</strong>elismo <strong>de</strong> esta c<strong>la</strong>se, elevando<br />

o rebajando arbitrariamente el v<strong>al</strong>or <strong>de</strong> los grupos en <strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses<br />

-y toda nuestra experiencia <strong>de</strong>muestra que su v<strong>al</strong>or hasta ahora es arbitrarlo-,<br />

podría fácilmente exten<strong>de</strong>r mucho el par<strong>al</strong>elismo, y <strong>de</strong> este modo<br />

se han originado probablemente <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sificaciones septenarias, quinarias,<br />

cuaternarias y ternarias.<br />

Existe otra curiosa c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> casos en los que <strong>la</strong> gran semejanza externa<br />

no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> adaptación a costumbres semejantes, sino que se ha conseguido<br />

por razón <strong>de</strong> protección. Me refiero <strong>al</strong> modo maravilloso con<br />

que ciertas mariposas imitan, según míster Bates <strong>de</strong>scribió por vez primera,<br />

a otras especies completamente distintas. Este excelente observador<br />

ha <strong>de</strong>mostrado que en <strong>al</strong>gunas regiones <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, don<strong>de</strong>,<br />

por ejemplo, una Ithomia abunda en bril<strong>la</strong>ntes enjambres, otra mariposa,<br />

una Lept<strong>al</strong>is, se encuentra con frecuencia mezc<strong>la</strong>da en <strong>la</strong> misma bandada,<br />

y esta última se parece tanto a <strong>la</strong> Ithomia en cada raya y matiz <strong>de</strong>color,<br />

y hasta en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> sus a<strong>la</strong>s, que míster Bates, con su vista aguzada<br />

por <strong>la</strong> recolección durante once años, se engañaba <strong>de</strong> continuo, a pesar<br />

<strong>de</strong> estar siempre <strong>al</strong>erta. Cuando se coge y se compara a los imitadores<br />

y los imitados, se encuentra que son muy diferentes en su conformación<br />

esenci<strong>al</strong> y que pertenecen, no sólo a géneros distintos, sino con frecuencia<br />

a distintas familias. Si este mimetismo ocurriese sólo en uno o dos casos,<br />

podría haber sido pasado por <strong>al</strong>to como una coinci<strong>de</strong>ncia extraña.<br />

Pero si s<strong>al</strong>imos <strong>de</strong> una región don<strong>de</strong> una Lept<strong>al</strong>is imita a una Ithomia,<br />

po<strong>de</strong>mos encontrar otras especies imitadoras e imitadas, pertenecientes a<br />

los dos mismos géneros, cuya semejanza es igu<strong>al</strong>mente estrecha. En conjunto<br />

se han enumerado nada menos que diez géneros que compren<strong>de</strong>n<br />

especies que imitan a otras mariposas. Los imitadores y los imitados viven<br />

siempre en <strong>la</strong> misma región: nunca encontramos un imitador que viva<br />

lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma que imita. Los imitadores son casi siempre insectos<br />

raros; los imitados, en casi todos los casos, abundan hasta formar<br />

403


enjambres. En el mismo distrito enque una especie <strong>de</strong> Lept<strong>al</strong>is imita estrechamente<br />

a una Ithomia, hay a veces otros lepidópteros que remedan<br />

<strong>la</strong> misma Ithomia; <strong>de</strong> manera que en el mismo lugar se encuentran tres<br />

géneros <strong>de</strong> mariposas rop<strong>al</strong>óceras y hasta una heterócera, que se asemejan<br />

todas mucho a una mariposa rop<strong>al</strong>ócera perteneciente a cuarto género.<br />

Merece especi<strong>al</strong> mención el que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar, mediante una<br />

serie gradu<strong>al</strong>, que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas miméticas <strong>de</strong> Lept<strong>al</strong>is, lo mismo<br />

que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas imitadas, son simplemente varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie, mientras que otras son indudablemente especies distintas.<br />

Pero pue<strong>de</strong> preguntarse: ¿por qué ciertas formas son consi<strong>de</strong>radas<br />

como imitadoras y otras como imitadas? Míster Bates contesta satisfactoriamente<br />

a esta pregunta haciendo ver que <strong>la</strong> forma que es imitada conserva<br />

<strong>la</strong> vestimenta usu<strong>al</strong> <strong>de</strong>l grupo a que pertenece; mientras que <strong>la</strong>s f<strong>al</strong>sas<br />

han cambiado <strong>de</strong> vestimenta y no se parecen a sus parientes más<br />

próximos.<br />

Esto nos lleva en seguida a investigar qué razón pue<strong>de</strong> seña<strong>la</strong>rse para<br />

que ciertas mariposas tomen con tanta frecuencia el aspecto <strong>de</strong> otra forma<br />

completamente distinta; por qué <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, con gran asombro <strong>de</strong><br />

los natur<strong>al</strong>istas, ha consentido en engaños <strong>de</strong> teatro. Míster Bates, indudablemente,<br />

ha dado con <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra explicación. Las formas imitadas,<br />

que siempre abundan mucho, tienen que escapar habitu<strong>al</strong>mente en gran<br />

medida a <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción, pues <strong>de</strong> otro modo no podrían existir formandot<strong>al</strong>es<br />

enjambres, y actu<strong>al</strong>mente se ha recogido un gran cúmulo <strong>de</strong> pruebas<br />

que <strong>de</strong>muestran que son <strong>de</strong>sagradables a <strong>la</strong>s aves y otros anim<strong>al</strong>es<br />

insectívoros. Las formas imitadoras que viven en <strong>la</strong> misma región son,<br />

por el contrario, re<strong>la</strong>tivamente escasas y pertenecen a grupos raros; por<br />

consiguiente, han <strong>de</strong> sufrir habitu<strong>al</strong>mente <strong>al</strong>guna causa <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción;<br />

pues <strong>de</strong> otra manera, dado el número <strong>de</strong> huevos que ponen todas <strong>la</strong>s mariposas,<br />

<strong>al</strong> cabo <strong>de</strong> tres o cuatro generaciones vo<strong>la</strong>rían en enjambres por<br />

toda <strong>la</strong> comarca. Ahora bien, si un individuo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> estos grupos raros<br />

y perseguidos tomase una vestimenta tan parecida a <strong>la</strong> <strong>de</strong> una especie<br />

bien protegida, que continuamente engañase <strong>la</strong> vista experimentada<br />

<strong>de</strong> un entomóiogo, engañar<strong>la</strong> muchas veces a insectos y aves insectívoras,<br />

y <strong>de</strong> este modo se librar<strong>la</strong> muchas veces <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción. Casi pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cirse que míster Bates ha sido testigo <strong>de</strong>l proceso mediante el cu<strong>al</strong><br />

los imitadores han llegado a parecerse tanto a los imitados, pues encontró<br />

que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> Lept<strong>al</strong>is que imitan a tantas otras mariposas<br />

varían en sumo grado. En una región se presentaban diferentes varieda<strong>de</strong>s,<br />

y <strong>de</strong> éstas, una so<strong>la</strong> se parecía hasta cierto punto a <strong>la</strong> Ithomia<br />

común <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma región. En otra región había dos o tres varieda<strong>de</strong>s,<br />

404


una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es era mucho más común que <strong>la</strong>s otras, y ésta imitaba mucho<br />

a otra forma <strong>de</strong> Ithomia, Partiendo <strong>de</strong> hechos <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza,<br />

míster Bates llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que los Lept<strong>al</strong>is primero varían, y<br />

cuando ocurre que una variedad se parece en <strong>al</strong>gún grado a cu<strong>al</strong>quier<br />

mariposa común que vive en <strong>la</strong> misma región, esta variedad, por su semejanza<br />

con una especie floreciente y poco perseguida, tiene más probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> s<strong>al</strong>varse <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>struída por los insectos y aves insectívoros<br />

y, por consiguiente, se conserva con más frecuencia «por ser eliminados,<br />

generación tras generación, los grados menos perfectos <strong>de</strong> parecido y<br />

quedar sólo los otros para propagar <strong>la</strong> especie»; <strong>de</strong> manera que tenemos<br />

aquí un excelente ejemplo <strong>de</strong> selección natur<strong>al</strong>.<br />

Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce y míster Trimen han <strong>de</strong>scrito también varios casos igu<strong>al</strong>mente<br />

notables <strong>de</strong> imitación en los lepidópteros <strong>de</strong>l Archipié<strong>la</strong>go Ma<strong>la</strong>yo<br />

y <strong>de</strong> África, y en <strong>al</strong>gunos otros insectos. Míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce ha <strong>de</strong>scubierto<br />

también un caso análogo en <strong>la</strong>s aves; pero no tenemos ninguno en<br />

los mamíferos gran<strong>de</strong>s. <strong>El</strong> ser mucho más frecuente <strong>la</strong> imitación en los<br />

insectos que en otros anim<strong>al</strong>es es probablemente una consecuencia <strong>de</strong> su<br />

pequeño tamaño: los insectos no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, excepto, evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

<strong>la</strong>s especies provistas <strong>de</strong> aguijón, y nunca he oído <strong>de</strong> ningún caso<br />

<strong>de</strong> insectos <strong>de</strong> estas especies que imiten a otros, aun cuando el<strong>la</strong>s son<br />

imitadas; los insectos no pue<strong>de</strong>n fácilmente escapar vo<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es<br />

mayores que los apresan, y por esto, hab<strong>la</strong>ndo metafóricamente,<br />

están reducidos, como <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los seres débiles, <strong>al</strong> engaño y<br />

disimulo.<br />

Hay que observar que el proceso <strong>de</strong> imitación probablemente nunca<br />

empieza entre formas <strong>de</strong> color muy diferentes, sino que, iniciándose en<br />

especies ya <strong>al</strong>go parecidas, fácilmente se pue<strong>de</strong> conseguir, por los medios<br />

antes indicados, <strong>la</strong> semejanza más estrecha, si es beneficiosa; y si <strong>la</strong><br />

forma imitada se modificó <strong>de</strong>spués gradu<strong>al</strong>mente por <strong>al</strong>guna causa, <strong>la</strong><br />

forma imitadora sería llevada por el mismo camino y modificada <strong>de</strong> este<br />

modo casi in<strong>de</strong>finidamente; <strong>de</strong> manera que pudo con facilidad adquirir<br />

un aspecto o colorido por completo diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> los otros miembros<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> familia a que pertenece. Sobre este punto existe, sin embargo, cierta<br />

dificultad, pues es necesario suponer que, en <strong>al</strong>gunos casos, formas antiguas<br />

pertenecientes a varios grupos distintos, antes <strong>de</strong> haber divergido<br />

hasta su estado actu<strong>al</strong>, se parecían acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente a una forma <strong>de</strong> otro<br />

grupo protegido, en grado suficiente para que les proporcionase <strong>al</strong>guna<br />

ligera protección, habiendo dado esto base para adquirir <strong>de</strong>spués <strong>la</strong> más<br />

perfecta semejanza.<br />

405


Natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s que unen los seres orgánicos. -Como los<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies dominantes que pertenecen a<br />

los géneros mayores tien<strong>de</strong>n a heredar <strong>la</strong>s ventajas que hicieron gran<strong>de</strong>s<br />

a los grupos a que el<strong>la</strong>s pertenecen y que hicieron predominantes a sus<br />

antepasados, es casi seguro que se exten<strong>de</strong>rán mucho y que ocuparán cada<br />

vez más puestos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. Los grupos mayores<br />

y predominantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se tien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> este modo a continuar<br />

aumentando <strong>la</strong> extensión y, en consecuencia, sup<strong>la</strong>ntan a muchos grupos<br />

más pequeños y más débiles. Así po<strong>de</strong>mos explicar el hecho <strong>de</strong> que todos<br />

los organismos vivientes y extinguidos están comprendidos en un<br />

corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s ór<strong>de</strong>nes y en un número menor <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses. Como<br />

<strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> lo pequeño que es el número <strong>de</strong> grupos y <strong>de</strong> lo muy<br />

extendidos que están por todo el mundo, es notable el hecho <strong>de</strong> que el<br />

<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> Austr<strong>al</strong>ia no ha añadido un solo insecto que pertenezca<br />

a una nueva c<strong>la</strong>se, y en el reino veget<strong>al</strong>, según veo por el doctor Hooker,<br />

ha añadido sólo dos o tres familias <strong>de</strong> poca extensión. En el capítulo<br />

sobre <strong>la</strong> Sucesión Geológica procuré explicar, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que en<br />

cada grupo ha habido mucha divergencia <strong>de</strong> caracteres durante el <strong>la</strong>rgo<br />

proceso <strong>de</strong> modificación, por qué <strong>la</strong>s formas orgánicas más antiguas presentan<br />

con frecuencia caracteres en <strong>al</strong>gún modo intermedios entre los <strong>de</strong><br />

grupos vivientes. Como un corto número <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas antiguas e intermedias<br />

han transmitido hasta <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad <strong>de</strong>scendientes muy poco modificados,<br />

éstos constituyen <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas especies aberrantes u oscu<strong>la</strong>ntes.<br />

Cuanto más aberrante es una forma, tanto mayor tiene que ser el número<br />

<strong>de</strong> formas <strong>de</strong> en<strong>la</strong>ce exterminadas y completamente perdidas. Y tenemos<br />

pruebas <strong>de</strong> que los grupos aberrantes han sufrido rigurosas extinciones,<br />

pues están representados casi siempre por poquísimas especies y<br />

éstas gener<strong>al</strong>mente difieren mucho entre sí: lo que también implica extinciones.<br />

Los géneros Ornithorhynchus y Lepidosiren, por ejemplo, no habrían<br />

sido menos aberrantes si cada uno hubiese estado representado por<br />

una docena <strong>de</strong> especies en lugar <strong>de</strong> estarlo, como actu<strong>al</strong>mente ocurre,<br />

por una so<strong>la</strong>, o por dos o tres. Po<strong>de</strong>mos, creo yo, explicar so<strong>la</strong>mente este<br />

hecho consi<strong>de</strong>rando los grupos aberrantes como formas que han sido<br />

vencidas por competidores más afortunados, quedando un corto número<br />

<strong>de</strong> representantes que se conservan todavía en condiciones extraordinariamente<br />

favorables.<br />

Míster Waterhouse ha hecho observar que cuando una forma que pertenece<br />

a un grupo <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es muestra afinidad con un grupo completamente<br />

distinto, esta afinidad, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, es gener<strong>al</strong> y<br />

no especi<strong>al</strong>; así, según míster Waterhouse, <strong>de</strong> todos los roedores, <strong>la</strong><br />

406


vizcacha es <strong>la</strong> más re<strong>la</strong>cionada con los marsupi<strong>al</strong>es; pero en los puntos<br />

en que se aproxima a este or<strong>de</strong>n, sus re<strong>la</strong>ciones son gener<strong>al</strong>es, esto es, no<br />

son mayores con una especie <strong>de</strong> marsupi<strong>al</strong> que con otra. Como se cree<br />

que estos puntos <strong>de</strong> afinidad son re<strong>al</strong>es y no meramente adaptativos, tienen<br />

que <strong>de</strong>berse, <strong>de</strong> acuerdo con nuestra teoría, a herencia <strong>de</strong> un antepasado<br />

común. Por esto tendríamos que suponer: o bien que todos los roedores,<br />

incluso <strong>la</strong> vizcacha, han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún antiguo marsupi<strong>al</strong><br />

que natur<strong>al</strong>mente habrá sido por sus caracteres más o menos intermedio<br />

con re<strong>la</strong>ción a todos los marsupi<strong>al</strong>es vivientes; o bien que, tanto los roedores<br />

como los marsupi<strong>al</strong>es, son ramificaciones <strong>de</strong> un antepasado común,<br />

y que ambos grupos han experimentado <strong>de</strong>spués mucha modificación<br />

en direcciones divergentes. Según ambas hipótesis, tendríamos que<br />

suponer que <strong>la</strong> vizcacha ha conservado por herencia más caracteres <strong>de</strong><br />

su remoto antepasado que los otros roedores, y que por esto no estará re<strong>la</strong>cionada<br />

especi<strong>al</strong>mente con ningún marsupi<strong>al</strong> viviente, sino indirectamente<br />

con todos o casi todos los marsupi<strong>al</strong>es, por haber conservado en<br />

parte los caracteres <strong>de</strong> su común progenitor o <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún miembro antiguo<br />

<strong>de</strong>l grupo. Por otra parte, <strong>de</strong> todos los marsupi<strong>al</strong>es, según ha hecho observar<br />

míster Waterhouse, el Phascolomys es el que se parece más, no a<br />

una especie <strong>de</strong>terminada, sino <strong>al</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los roedores en gener<strong>al</strong>. En este<br />

caso, sin embargo, hay grave sospecha <strong>de</strong> que <strong>la</strong> semejanza es sólo<br />

an<strong>al</strong>ógica, <strong>de</strong>bido a que el Phascolomys se ha adaptado a costumbres como<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los roedores. Aug. Pyr. <strong>de</strong> Candolle ha hecho casi <strong>la</strong>s mismas<br />

observaciones acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> distintas familias <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ntas.<br />

Según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> multiplicación y divergencia gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> los<br />

caracteres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un antepasado común, unido<br />

a <strong>la</strong> conservación por herencia <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos caracteres comunes, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s tan sumamente complejas y divergentes<br />

que en<strong>la</strong>zan todos los miembros <strong>de</strong> una misma familia o grupo superior;<br />

pues el antepasado común <strong>de</strong> toda una familia, dividida ahora por extinciones<br />

en grupos y subgrupos distintos, habrá transmitido <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

sus caracteres modificados, en diferentes maneras y grados, a todas <strong>la</strong>s<br />

especies, que estarán, por consiguiente, re<strong>la</strong>cionadas entre sí por líneas<br />

<strong>de</strong> afinidad tortuosas, <strong>de</strong> distintas longitu<strong>de</strong>s, que se remontan a muchos<br />

antepasados, como pue<strong>de</strong> verse en el cuadro a que tantas veces se ha hecho<br />

referencia. Del mismo modo que es difícil hacer ver el parentesco <strong>de</strong><br />

consanguinidad entre <strong>la</strong> numerosa <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier familia noble<br />

y antigua, aun con ayuda <strong>de</strong> un árbol gene<strong>al</strong>ógico, y que es imposible<br />

hacerlo sin este auxilio, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong> extraordinaria dificultad<br />

que han experimentado los natur<strong>al</strong>istas <strong>al</strong> <strong>de</strong>scribir, sin el auxilio <strong>de</strong><br />

407


un diagrama, <strong>la</strong>s diversas afinida<strong>de</strong>s que observan entre los numerosos<br />

miernbros vivientes y extinguidos <strong>de</strong> una misma gran c<strong>la</strong>se.<br />

La extinción, como hemos visto en el capítulo cuarto, ha representado<br />

un papel importante en agrandar y <strong>de</strong>finir los interv<strong>al</strong>os entre los diferentes<br />

grupos <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se. De este modo po<strong>de</strong>mos explicar <strong>la</strong> marcada<br />

distinción <strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses enteras -por ejemplo, entre <strong>la</strong>s aves y todos los otros<br />

anim<strong>al</strong>es vertebrados- por <strong>la</strong> suposición <strong>de</strong> que se han perdido por completo<br />

muchas formas orgánicas antiguas, mediante <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es los primitivos<br />

antepasados estuvieron en otro tiempo unidos con los primitivos antepasados<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> vertebrados entonces menos diferenciadas.<br />

Ha habido mucha menos extinción en <strong>la</strong>s formas orgánicas que en<strong>la</strong>zaron<br />

en otro tiempo los peces con los batracios. Aun ha habido menos<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas c<strong>la</strong>ses enteras, por ejemplo, los crustáceos; pues en<br />

ellos <strong>la</strong>s formas más portentosamente distintas están todavía en<strong>la</strong>zadas<br />

por una <strong>la</strong>rga ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s sólo en <strong>al</strong>gunos puntos interrumpida.<br />

La extinción tan sólo ha <strong>de</strong>finido los grupos: en modo <strong>al</strong>guno los ha<br />

hecho; pues si reapareciesen <strong>de</strong> pronto todas <strong>la</strong>s formas que en cu<strong>al</strong>quier<br />

tiempo han vivido sobre <strong>la</strong> Tierra, aunque sería completamente imposible<br />

dar <strong>de</strong>finiciones por <strong>la</strong>s que cada grupo pudiese ser distinguido, todavía<br />

sería posible una c<strong>la</strong>sificación natur<strong>al</strong> o, por lo menos, una or<strong>de</strong>nación<br />

natur<strong>al</strong>. Veremos esto volviendo <strong>al</strong> cuadro: <strong>la</strong>s letras A a L pue<strong>de</strong>n<br />

representar once géneros silúricos, <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es han producido<br />

gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes modificados con todas <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong><br />

unión para cada rama y sub-rama que vive todavía, y los es<strong>la</strong>bones <strong>de</strong><br />

unión no son mayores que los que existen entre varieda<strong>de</strong>s vivientes. En<br />

este caso sería por completo imposible dar <strong>de</strong>finiciones por <strong>la</strong>s que los<br />

diferentes miembros <strong>de</strong> los diversos grupos pudiesen ser distinguidos <strong>de</strong><br />

sus ascendientes y <strong>de</strong>scendientes más próximos. Sin embargo, <strong>la</strong> disposición<br />

<strong>de</strong>l cuadro, a pesar <strong>de</strong> esto,subsistiría y sería natur<strong>al</strong>; pues, según el<br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, todas <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>scendientes, por ejemplo, <strong>de</strong><br />

A tendrían <strong>al</strong>go <strong>de</strong> común. En un árbol po<strong>de</strong>mos distinguir esta o aquel<strong>la</strong><br />

rama, aun cuando en <strong>la</strong> misma horquil<strong>la</strong> <strong>la</strong>s dos se unen y confun<strong>de</strong>n.<br />

No podríamos, como he dicho, <strong>de</strong>finir los diversos grupos; pero podríamos<br />

elegir tipos o formas que representasen <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los caracteres<br />

<strong>de</strong> cada grupo, gran<strong>de</strong> o pequeño, y dar así una i<strong>de</strong>a gener<strong>al</strong> <strong>de</strong>l v<strong>al</strong>or<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias entre ellos. Esto es a lo que nos veríamos obligados,<br />

si pudiésemos conseguir <strong>al</strong>guna vez recoger todas <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna<br />

c<strong>la</strong>se que han vivido en todo tiempo y lugar. Seguramente jamás conseguiremos<br />

hacer una colección tan perfecta; sin embargo, en ciertas c<strong>la</strong>ses<br />

ten<strong>de</strong>mos a este fin, y Milne Edwards ha insistido recientemente, en un<br />

408


excelente trabajo, sobre <strong>la</strong> gran importancia <strong>de</strong> fijar <strong>la</strong> atención en los tipos,<br />

podamos o no separar y <strong>de</strong>finir los grupos a que estos tipos<br />

pertenecen.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, hemos visto que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> que resulta <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha<br />

por <strong>la</strong> existencia, y que casi inevitablemente conduce a <strong>la</strong> extinción y<br />

a <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres en los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier especie<br />

madre, explica el gran rasgo característico gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

todos los seres orgánicos, o sea <strong>la</strong> subordinación <strong>de</strong> unos grupos a otros.<br />

Utilizamos el principio gene<strong>al</strong>ógico o <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>al</strong> c<strong>la</strong>sificar en<br />

una so<strong>la</strong> especie los individuos <strong>de</strong> los dos sexos y los <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s,<br />

aun cuando pue<strong>de</strong>n tener muy pocos caracteres comunes; usamos <strong>la</strong><br />

gene<strong>al</strong>ogía <strong>al</strong> c<strong>la</strong>sificar varieda<strong>de</strong>s reconocidas, por muy diferentes que<br />

sean <strong>de</strong> sus especies madres, y yo creo que este principio gene<strong>al</strong>ógico o<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia es el oculto <strong>la</strong>zo <strong>de</strong> unión que los natur<strong>al</strong>istas han buscado<br />

con el nombre <strong>de</strong> sistema natur<strong>al</strong>. Con esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el sistema<br />

natur<strong>al</strong> -en <strong>la</strong> medida en que ha sido re<strong>al</strong>izado- es gene<strong>al</strong>ógico por su<br />

disposición, expresando los grados <strong>de</strong> diferencia por los términos géneros,<br />

familias, ór<strong>de</strong>nes, etc., po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s que nos hemos<br />

visto obligados a seguir en nuestra c<strong>la</strong>sificación. Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

por qué damos a ciertas semejanzas mucho más v<strong>al</strong>or que a otras;<br />

por qué utilizamos los órganos rudimentarios e inútiles, u otros <strong>de</strong> importancia<br />

fisiológica insignificante; por qué <strong>al</strong> averiguar <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

entre un grupo y otro rechazamos inmediatamente los caracteres an<strong>al</strong>ógicos<br />

o <strong>de</strong> adaptación, y, sin embargo, utilizamos estos mismos caracteres<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> un mismo grupo. Po<strong>de</strong>mos ver c<strong>la</strong>ramente<br />

por qué es que todas <strong>la</strong>s formas vivientes y extinguidas pue<strong>de</strong>n agruparse<br />

en un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses y por qué los diferentes miembros<br />

<strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se están re<strong>la</strong>cionados mutuamente por líneas <strong>de</strong> afinidad<br />

complicadas y divergentes. Probablemente, jamás <strong>de</strong>senredaremos el<br />

inextricable tejido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s que existen entre los miembros <strong>de</strong><br />

una c<strong>la</strong>se cu<strong>al</strong>quiera; pero, teniendo a <strong>la</strong> vista un problema <strong>de</strong>terminado,<br />

y no buscando un p<strong>la</strong>n <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> creación, po<strong>de</strong>mos esperar re<strong>al</strong>izar<br />

progresos lentos, pero seguros.<br />

<strong>El</strong> profesor Häckel, en su Generelle Morphologie y en otras obras, ha<br />

empleado su gran conocimiento y capacidad en lo que él l<strong>la</strong>ma filogenia,<br />

o sea <strong>la</strong>s líneas gene<strong>al</strong>ógicas <strong>de</strong> todos los seres orgánicos. Al formar <strong>la</strong>s<br />

diferentes series cuenta princip<strong>al</strong>mente con los caracteres embriológicos;<br />

pero se ayuda con los datos que proporcionan los órganos homólogos y<br />

rudimentarios, y también los sucesivos períodos en que se cree que han<br />

aparecido por vez primera en nuestras formaciones geológicas <strong>la</strong>s<br />

409


diferentes formas orgánicas. De este modo ha empezado audazmente<br />

una gran <strong>la</strong>bor y nos muestra cómo <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación será tratada en el<br />

porvenir.<br />

Morfología<br />

Hemos visto que los miembros <strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> sus costumbres, se parecen en el p<strong>la</strong>n gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> su organizacién.<br />

Esta semejanza se expresa frecuentemente por el término unidad <strong>de</strong><br />

tipo o diciendo que <strong>la</strong>s diversas partes y órganos son homólogos en <strong>la</strong>s<br />

distintas especies <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se. Todo el asunto se compren<strong>de</strong> con <strong>de</strong>nominación<br />

gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> Morfología. Es ésta una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes más interesantes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> Histcria Natur<strong>al</strong>, y casi pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que es su verda<strong>de</strong>ra esencia.<br />

¿Qué pue<strong>de</strong> haber más curioso que el que <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l hombre, hecha para<br />

coger; <strong>la</strong> <strong>de</strong>l topo, hecha para minar; <strong>la</strong> pata <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo, <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

marsopa y el a<strong>la</strong> <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go, estén todas construidas según el mismo<br />

patrón y encierren huesos semejantes en <strong>la</strong>s mismas posiciones re<strong>la</strong>tivas?<br />

¡Qué curioso es -para dar un ejemplo menos importante, aunque l<strong>la</strong>mativo-<br />

que <strong>la</strong>s patas posteriores <strong>de</strong>l canguro, tan bien adaptadas para<br />

s<strong>al</strong>tar en l<strong>la</strong>nuras <strong>de</strong>spejadas; <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l coa<strong>la</strong>, trepador que se <strong>al</strong>imenta <strong>de</strong><br />

hojas, igu<strong>al</strong>mente bien adaptado para agarrarse a <strong>la</strong>s ramas <strong>de</strong> los árboles;<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong> los bandicuts, que viven bajo tierra y se <strong>al</strong>imentan <strong>de</strong> insectos<br />

o raíces, y <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos otros marsupi<strong>al</strong>es austr<strong>al</strong>ianos, estén constituídas<br />

todas según el mismo tipo extraordinario, o sea con los huesos <strong>de</strong>l<br />

segundo y tercer <strong>de</strong>dos sumamente <strong>de</strong>lgados y envueltos por una misma<br />

piel, <strong>de</strong> manera que parecen como un solo <strong>de</strong>do, provisto <strong>de</strong> dos uñas! A<br />

pesar <strong>de</strong> esta semejanza <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>la</strong>s patas posteriores<br />

<strong>de</strong> estos varios anim<strong>al</strong>es son usadas para fines tan diferentes como pueda<br />

imaginarse. Hacen que sea notabilisimo el caso <strong>la</strong>s zarigüel<strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

América, que, teniendo casi <strong>la</strong>s mismas costumbres que muchos <strong>de</strong> sus<br />

parientes austr<strong>al</strong>ianos, tienen los pies construídos según el p<strong>la</strong>n ordinario.<br />

<strong>El</strong> profesor Flower, <strong>de</strong> quien están tomados estos datos, hace observar<br />

en conclusión: «Po<strong>de</strong>mos l<strong>la</strong>mar esto conformidad con el tipo, sin acercarnos<br />

mucho a una explicación <strong>de</strong>l fenómeno», y luego aña<strong>de</strong>: «pero<br />

¿no sugiere po<strong>de</strong>rosamente <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro parentesco, <strong>de</strong> herencia<br />

<strong>de</strong> un antepasado común?»<br />

Geoffroy St. Hi<strong>la</strong>ire ha insistido mucho sobre <strong>la</strong> gran importancia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

posición re<strong>la</strong>tiva o conexión en <strong>la</strong>s partes homólogas: pue<strong>de</strong>n éstas diferir<br />

casi ilimitadamente en forma y tamaño, y, sin embargo, permanecen<br />

unidas entre sí en el mismo or<strong>de</strong>n invariable. jamás encontramos traspuestos,<br />

por ejemplo, los huesos <strong>de</strong>l brazo y antebrazo, <strong>de</strong>l muslo y<br />

410


pierna; <strong>de</strong> aquí que pue<strong>de</strong>n darse los mismos nombres a huesos homólogos<br />

en anim<strong>al</strong>es muy diferentes. Vemos esta misma gran ley en <strong>la</strong> construcción<br />

<strong>de</strong> los órganos buc<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los insectos: ¿qué pue<strong>de</strong> haber más diferente<br />

que <strong>la</strong> proboscis espir<strong>al</strong>, inmensamente <strong>la</strong>rga, <strong>de</strong> un esfíngido; <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> una abeja o <strong>de</strong> una chinche, curiosamente plegada, y los gran<strong>de</strong>s órganos<br />

masticadores <strong>de</strong> un coleóptero? Sin embargo, todos estos órganos,<br />

que sirven para fines sumamente diferentes, están formados por modificaciones<br />

infinitamente numerosas <strong>de</strong> un <strong>la</strong>bio superior, mandíbu<strong>la</strong>s y<br />

dos pares <strong>de</strong> maxi<strong>la</strong>s. La misma ley rige <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> los órganos<br />

bue<strong>al</strong>es y patas <strong>de</strong> los crustáceos. Lo mismo ocurre en <strong>la</strong>s flores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

p<strong>la</strong>ntas. Nada pue<strong>de</strong> haber más inútil que intentar explicar esta semejanza<br />

<strong>de</strong> tipo en miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se por <strong>la</strong> utilidad o por <strong>la</strong> doctrina<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s causas fin<strong>al</strong>es. La inutilidad <strong>de</strong> intentar esto ha sido expresamente<br />

reconocida por Owen en su interesantísima obra sobre <strong>la</strong> Nature<br />

of Limbs. Según <strong>la</strong> teoría ordinaria <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> cada<br />

ser, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir so<strong>la</strong>mente que esto es así; que ha p<strong>la</strong>cido <strong>al</strong> Creador<br />

construir todos los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas, en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses,<br />

según un p<strong>la</strong>n uniforme; pero esto no es una explicación científica.<br />

La explicación es bastante sencil<strong>la</strong>, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección<br />

<strong>de</strong> ligeras variaciones sucesivas, por ser cada modificación provechosa<br />

en <strong>al</strong>gún modo a <strong>la</strong> forma modificada; pero que afectan a veces, por corre<strong>la</strong>ción,<br />

a otras partes <strong>de</strong>l organismo. En cambios <strong>de</strong> esta natur<strong>al</strong>eza<br />

habrá poca o ninguna ten<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> variación <strong>de</strong> los p<strong>la</strong>nes primitivos o<br />

a trasposición <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes. Los huesos <strong>de</strong> un miembro pudieron acortarse<br />

y ap<strong>la</strong>starse en cu<strong>al</strong>quier medida, y ser envueltos <strong>al</strong> mismo tiempo por<br />

una membrana gruesa para servir como una <strong>al</strong>eta; o en una membrana<br />

p<strong>al</strong>meada pudieron todos o <strong>al</strong>gunos huesos a<strong>la</strong>rgarse hasta cu<strong>al</strong>quier dimensión,<br />

creciendo <strong>la</strong> membrana que los une <strong>de</strong> manera que sirviese <strong>de</strong><br />

a<strong>la</strong>; y, sin embargo, todas estas modificaciones no ten<strong>de</strong>rían a <strong>al</strong>terar el<br />

armazón <strong>de</strong> huesos o <strong>la</strong> conexión re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes. Si suponemos<br />

que un remoto antepasado -el arquetipo, como pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>mársele- <strong>de</strong> todos<br />

los mamíferos, aves y reptiles tuvo sus miembros construidos según<br />

el p<strong>la</strong>n actu<strong>al</strong>, cu<strong>al</strong>quiera que fuese el fin para que sirviesen, po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego compren<strong>de</strong>r toda <strong>la</strong> significación <strong>de</strong> <strong>la</strong> construcción homóloga<br />

<strong>de</strong> los miembros en toda <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se. Lo mismo ocurre en los órganos buc<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> los insectos; nos basta sólo suponer que su antepasado común<br />

tuvo un <strong>la</strong>bio superior, mandíbu<strong>la</strong>s y dos pares <strong>de</strong> maxi<strong>la</strong>s, siendo estas<br />

partes quizá <strong>de</strong> forma sencillísima, y luego <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> explicará<br />

<strong>la</strong> infinita diversidad en <strong>la</strong> estructura y funciones <strong>de</strong> los aparatos buc<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> los insectos. Sin embargo, es concebible que el p<strong>la</strong>n gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> un<br />

411


órgano pueda obscurecerse tanto que fin<strong>al</strong>mente se pierda, por <strong>la</strong> reducción<br />

y, últimamente, por el aborto completo <strong>de</strong> ciertas partes, por <strong>la</strong> fusión<br />

<strong>de</strong> otras y por <strong>la</strong> duplicación o multiplicación <strong>de</strong> otras; variaciones<br />

éstas que sabemos que están <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> lo posible. En <strong>la</strong>s<br />

<strong>al</strong>etas <strong>de</strong> los gigantescos reptiles marinos extinguidos y en <strong>la</strong>s bocas <strong>de</strong><br />

ciertos crustáceos chupadores, el p<strong>la</strong>n gener<strong>al</strong> parece haber quedado <strong>de</strong><br />

este modo en parte obscurecido.<br />

Hay otro aspecto igu<strong>al</strong>mente curioso <strong>de</strong> este asunto: <strong>la</strong>s homologías <strong>de</strong><br />

serie, o sea<strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes partes u órganos en un mismo<br />

individuo, y no <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas partes u órganos en diferentes seres <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se. La mayor parte <strong>de</strong> los fisiólogos cree que los huesos <strong>de</strong>l<br />

cráneo son homólogos -esto es, que correspon<strong>de</strong>n en número y en conexión<br />

re<strong>la</strong>tiva- con <strong>la</strong>s partes fundament<strong>al</strong>es <strong>de</strong> un cierto número <strong>de</strong> vértebras.<br />

Los miembros anteriores y posteriores en todas <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses superiores<br />

<strong>de</strong> vertebrados son c<strong>la</strong>ramente homólogos. Lo mismo ocurre con los<br />

apéndices buc<strong>al</strong>es, asombrosamente complicados, y <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> los crustáceos.<br />

Es conocido <strong>de</strong> casi todo el mundo que, en una flor, <strong>la</strong> posición<br />

re<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> los sép<strong>al</strong>os, pét<strong>al</strong>os, estambres y pistilos, lo mismo que su estructura<br />

intima, se explican <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que consisten en hojas<br />

metamorfoseadas, dispuestas en espir<strong>al</strong>. En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas monstruosas,<br />

muchas veces adquirimos pruebas evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> que un<br />

órgano se transforme en otro, y po<strong>de</strong>mos ver re<strong>al</strong>mente, durante los estados<br />

tempranos o embrionarios <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores, lo mismo que<br />

en crustáceos y en otros muchos anim<strong>al</strong>es, que órganos que cuando llegan<br />

a su estado <strong>de</strong>finitivo son sumamente diferentes, son <strong>al</strong> principio<br />

exactamente igu<strong>al</strong>es.<br />

¡Qué inexplicables son estos casos <strong>de</strong> homologías <strong>de</strong> serie <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

teoría ordinaria <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación! ¿Por qué ha <strong>de</strong> estar el cerebro encerrado<br />

en una caja compuesta <strong>de</strong> piezas óseas tan numerosas y <strong>de</strong> formas tan<br />

sumamente diferentes que parecen representar vértebras? Como Owen<br />

ha hecho observar, <strong>la</strong> ventaja que resulta <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s piezas separadas cedan<br />

en el acto <strong>de</strong>l parto en los mamíferos no explica en modo <strong>al</strong>guno <strong>la</strong><br />

misma construcción en los cráneos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y reptiles. ¿Por qué habrían<br />

sido creados huesos semejantes para formar el a<strong>la</strong> y <strong>la</strong> pata <strong>de</strong> un<br />

murcié<strong>la</strong>go, utilizados como lo son para fines completamente diferentes,<br />

a saber: vo<strong>la</strong>r y andar? ¿Por qué un crustáceo, que tiene un aparato buc<strong>al</strong><br />

sumamente complicado, formado <strong>de</strong> muchas partes, ha <strong>de</strong> tener siempre,<br />

en consecuencia, menos patas, o, <strong>al</strong> revés, los que tienen muchas patas<br />

han <strong>de</strong> tener aparatos buc<strong>al</strong>es más simples? ¿Por qué en todas <strong>la</strong>s flores<br />

412


los sép<strong>al</strong>os, pét<strong>al</strong>os, estambres y pistilos, aunque a<strong>de</strong>cuados a tan distintos<br />

fines, han <strong>de</strong> estar construidos según el mismo mo<strong>de</strong>lo?<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, po<strong>de</strong>mos, hasta cierto punto,<br />

contestar a estas preguntas. No necesitamos consi<strong>de</strong>rar aquí cómo llegaron<br />

los cuerpos <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es a dividirse en series <strong>de</strong> segmentos o<br />

cómo se dividieron en <strong>la</strong>dos <strong>de</strong>recho e izquierdo con órganos que se correspon<strong>de</strong>n,<br />

pues t<strong>al</strong>es cuestiones están casi fuera <strong>de</strong>l <strong>al</strong>cance <strong>de</strong> <strong>la</strong> investigación.<br />

Es, sin embargo, probable que <strong>al</strong>gunas conformaciones seriadas<br />

sean el resultado <strong>de</strong> multiplicarse <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s por división, que ocasione<br />

<strong>la</strong> multiplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes que provienen <strong>de</strong> estas célu<strong>la</strong>s. Bastará para<br />

nuestro objeto tener presente que <strong>la</strong> repetición in<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma<br />

parte u órgano es, como Owen ha hecho observar, <strong>la</strong> característica común<br />

<strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s formas inferiores o poco especi<strong>al</strong>izadas, y, por lo tanto,<br />

el <strong>de</strong>sconocido antepasado <strong>de</strong> los vertebrados tuvo probablemente muchas<br />

vértebras; el <strong>de</strong>sconocido antepasado <strong>de</strong> los articu<strong>la</strong>dos, muchos<br />

segmentos, y el <strong>de</strong>sconocido antepasado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas fanerógamas,<br />

muchas hojas dispuestas en una o más espir<strong>al</strong>es. También hemos visto<br />

anteriormente que <strong>la</strong>s partes que se repiten muchas veces están sumamente<br />

sujetas a variar, no sólo en número, sino también en forma. En<br />

consecuencia, estas partes, existiendo ya en número consi<strong>de</strong>rable y siendo<br />

sumamente variables, proporcionarían natur<strong>al</strong>mente los materi<strong>al</strong>es<br />

para <strong>la</strong> adaptación a los más diferentes fines, y, sin embargo, tendrían<br />

que conservar, en gener<strong>al</strong>, por <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, rasgos c<strong>la</strong>ros <strong>de</strong><br />

su semejanza primitiva o fundament<strong>al</strong>. Habrían <strong>de</strong> conservar estas semejanzas<br />

tanto más cuanto, que <strong>la</strong>s variaciones que proporcionasen <strong>la</strong> base<br />

para su modificación ulterior por selección natur<strong>al</strong> ten<strong>de</strong>rían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio a ser semejantes, por ser dos partes igu<strong>al</strong>es en un estado temprano<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y por estar sometidas casi a <strong>la</strong>s mismas condiciones.<br />

Estas partes, más o menos modificadas, serían homólogas en serie, a menos<br />

que su origen común llegase a borrarse por completo.<br />

En <strong>la</strong> gran c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los moluscos, aun cuando pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse que<br />

son homólogas <strong>la</strong>s partes en distintas especies, sólo pue<strong>de</strong> indicarse un<br />

corto número <strong>de</strong> homologías en serie, t<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s v<strong>al</strong>vas, <strong>de</strong> los Chiton;<br />

esto es, raras veces po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que una parte es homóloga <strong>de</strong><br />

otra en el mismo individuo. Y po<strong>de</strong>mos explicarnos este hecho; pues en<br />

los moluscos, aun en los miembros más inferiores <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se, no encontramos<br />

ni con mucho <strong>la</strong> in<strong>de</strong>finida repetición <strong>de</strong> una parte dada, que encontramos<br />

en <strong>la</strong>s otras gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> los reinos anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>.<br />

Pero <strong>la</strong> Morfología es un asunto mucho más complejo <strong>de</strong> lo que a primera<br />

vista parece, como recientemente ha <strong>de</strong>mostrado muy bien, en una<br />

413


notable memoria, míster E. Ray Lankester, quien ha establecido una importante<br />

distinción entre ciertas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> casos consi<strong>de</strong>rados todos igu<strong>al</strong>mente<br />

como homólogos por los natur<strong>al</strong>istas. Propone l<strong>la</strong>mar homogéneas<br />

<strong>la</strong>s conformaciones que se asemejan entre sí en anim<strong>al</strong>es distintos, <strong>de</strong>bido<br />

a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un antepasado común, con modificaciones<br />

subsiguientes, y propone l<strong>la</strong>mar homoplásticas <strong>la</strong>s semejanzas que no<br />

pue<strong>de</strong>n explicarse <strong>de</strong> este modo. Por ejemplo: míster Lankester cree que<br />

los corazones <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves y mamíferos son homogéneos en conjunto, esto<br />

es, que han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> un antepasado común; pero que <strong>la</strong>s cuatro cavida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l corazón en <strong>la</strong>s dos c<strong>la</strong>ses son homoplásticas, esto es, se han<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do in<strong>de</strong>pendientemente. Míster Lankester aduce también <strong>la</strong> estrecha<br />

semejanza que existe entre <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>recha e izquierda <strong>de</strong>l pecho,<br />

y entre los segmentos sucesivos <strong>de</strong> un mismo individuo anim<strong>al</strong>, y<br />

en este caso tenemos partes, comúnmente l<strong>la</strong>madas homólogas, que no<br />

tienen re<strong>la</strong>ción <strong>al</strong>guna con el <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r especies distintas <strong>de</strong> un antepasado<br />

común. Las conformaciones homoplásticas son <strong>la</strong>s mismas que <strong>la</strong>s<br />

que he c<strong>la</strong>sificado, aunque <strong>de</strong> un modo muy imperfecto, como modificaciones<br />

an<strong>al</strong>ógicas o semejanzas. Su formación ha <strong>de</strong> atribuirse, en parte, a<br />

que organismos distintos o partes distintas <strong>de</strong>l mismo organismo han variado<br />

<strong>de</strong> un modo análogo y, en parte, a que para el mismo fin gener<strong>al</strong> o<br />

función se han conservado modificaciones semejantes; <strong>de</strong> lo cu<strong>al</strong> podrían<br />

citarse muchos casos.<br />

Los natur<strong>al</strong>istas hab<strong>la</strong>n con frecuencia <strong>de</strong>l cráneo como formado <strong>de</strong><br />

vértebras metamorfoseadas, <strong>de</strong> los apéndices buc<strong>al</strong>es <strong>de</strong> los crustáceos<br />

como <strong>de</strong> patas metamorfoseadas, <strong>de</strong> los estambres y pistilos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s flores<br />

como <strong>de</strong> hojas metamorfoseadas; pero en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos sería<br />

más correcto, como ha hecho observar el profesor Huxley, hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong>l<br />

cráneo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s vértebras, <strong>de</strong> los apéndices buc<strong>al</strong>es y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas como<br />

habiendo provenido por metamorfosis, no unos órganos <strong>de</strong> otros, t<strong>al</strong> como<br />

hoy existen, sino <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún elemento común y más sencillo. La mayor<br />

parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas, sin embargo, emplea este lenguaje sólo en sentido<br />

metafórico; están lejos <strong>de</strong> pensar que, durante un <strong>la</strong>rgo transcurso <strong>de</strong><br />

generaciones, órganos primordi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> una c<strong>la</strong>se cu<strong>al</strong>quiera -vértebras en<br />

un caso y patas en otro- se han convertido re<strong>al</strong>mente en cráneos y apéndices<br />

buc<strong>al</strong>es; pero es tan patente que esto ha ocurrido, que los natur<strong>al</strong>istas<br />

difícilmente pue<strong>de</strong>n evitar el empleo <strong>de</strong> expresiones que tengan esta<br />

c<strong>la</strong>ra significación. Según <strong>la</strong>s opiniones que aquí se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n, estas expresiones<br />

pue<strong>de</strong>n emplearse liter<strong>al</strong>mente, y en parte queda explicado el<br />

hecho portentoso <strong>de</strong> que los apéndices buc<strong>al</strong>es, por ejemplo, <strong>de</strong> un cangrejo<br />

conserven numerosos caracteres que probablemente se habrían<br />

414


conservado por herencia si se hubiesen re<strong>al</strong>mente originado por metamorfosis<br />

<strong>de</strong> patas verda<strong>de</strong>ras, aunque sumamente sencil<strong>la</strong>s.<br />

Desarrollo y embriología<br />

Es éste uno <strong>de</strong> los asuntos más importantes <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> Historia Natur<strong>al</strong>.<br />

Las metamorfosis <strong>de</strong> los insectos, con <strong>la</strong>s que todos estamos familiarizados,<br />

se efectúan en gener<strong>al</strong> bruscamente, mediante un corto número<br />

<strong>de</strong> fases; si bien en re<strong>al</strong>idad <strong>la</strong>s transformaciones son numerosas y gradu<strong>al</strong>es,<br />

aunque ocultas. Cierta efémera (Chlöeon) durante su <strong>de</strong>sarrollo,<br />

muda, como ha <strong>de</strong>mostrado sir J. Lubbock, unas veinte veces, y cada vez<br />

experimenta <strong>al</strong>go <strong>de</strong> cambio; en este caso, vemos el acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> metamorfosis<br />

re<strong>al</strong>izado <strong>de</strong> un modo primitivo y gradu<strong>al</strong>. Muchos insectos, y especi<strong>al</strong>mente<br />

<strong>al</strong>gunos crustáceos, nos muestran qué portentosos cambios <strong>de</strong><br />

estructura pue<strong>de</strong>n efectuarse durante el <strong>de</strong>sarrollo. Estos cambios, sin<br />

embargo, <strong>al</strong>canzan su apogeo en <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas generaciones <strong>al</strong>ternantes<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es inferiores. Es, por ejemplo, un hecho asombroso<br />

que un <strong>de</strong>licado cor<strong>al</strong> ramificado, tachonado <strong>de</strong> pólipos y adherido<br />

a una roca submarina, produzca primero por gemación y luego por división<br />

transvers<strong>al</strong> una legión <strong>de</strong> espléndidas medusas flotantes, y que éstas<br />

produzcan huevos <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es s<strong>al</strong>en anim<strong>al</strong>illos nadadores que se adhieren<br />

a <strong>la</strong>s rocas y, <strong>de</strong>sarrollándose, se convierten en cor<strong>al</strong>es ramificados,<br />

y así sucesivamente en un cielo sin fin. La creencia en <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad esenci<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> generación <strong>al</strong>ternante y <strong>de</strong> metamorfosis ordinaria<br />

se ha robustecido mucho por el <strong>de</strong>scubrimiento, hecho por Wagner, <strong>de</strong><br />

una <strong>la</strong>rva o gusano <strong>de</strong> un díptero, <strong>la</strong> Cecidomyia, que produce asexu<strong>al</strong>mente<br />

otras <strong>la</strong>rvas, y éstas, otras, que fin<strong>al</strong>mente se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n convirtiéndose<br />

en machos y hembras adultos que propagan su especie por huevos<br />

<strong>de</strong>l modo ordinario.<br />

Conviene advertir que cuando se anunció por vez primera el notable<br />

<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> Wagner me preguntaron cómo era posible explicar el<br />

que <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva <strong>de</strong> este díptero hubiera adquirido <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> reproducirse<br />

asexu<strong>al</strong>mente. Mientras que el caso fue único, no podía darse respuesta<br />

<strong>al</strong>guna. Pero Grimm ha <strong>de</strong>mostrado ya que otro díptero, un Chironomus,<br />

se reproduce casi <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera, y cree que esto ocurre frecuentemente<br />

en el or<strong>de</strong>n. Es <strong>la</strong> pupa, y no <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva, <strong>de</strong>l Chironomus <strong>la</strong> que<br />

tiene esta facultad, y Grimm seña<strong>la</strong> a<strong>de</strong>más que este caso, hasta cierto<br />

punto, «une el <strong>de</strong> <strong>la</strong> Cecidomyia con <strong>la</strong> partenogénesis <strong>de</strong> los cóccidos»;<br />

pues <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra partenogénesis implica que <strong>la</strong>s hembras adultas <strong>de</strong> los<br />

cóccidos son capaces <strong>de</strong> producir huevos fecundos sin el concurso <strong>de</strong>l<br />

macho. De ciertos anim<strong>al</strong>es pertenecientes a diferentes c<strong>la</strong>ses se sabe que<br />

415


tienen <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> reproducirse <strong>de</strong>l modo ordinario a una edad extraordinariamente<br />

temprana, y no tenemos mas que a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntar <strong>la</strong> reproducción<br />

partenogenésica por pasos gradu<strong>al</strong>es hasta una edad cada vez más<br />

temprana -el Chironomus nos muestra un estado casi exactamente intermedio,<br />

el <strong>de</strong> pupa- y po<strong>de</strong>mos quizá explicar el caso maravilloso <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Cecidomyia.<br />

Ha quedado establecido ya que diversas partes <strong>de</strong>l mismo individuo<br />

que son exactamente igu<strong>al</strong>es durante un período embrionario temprano<br />

se vuelven muy diferentes y sirven para usos muy distintos en estado<br />

adulto. También se ha <strong>de</strong>mostrado que gener<strong>al</strong>mente los embriones <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s especies más diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se son muy semejantes; pero<br />

se vuelven muy diferentes <strong>al</strong> <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse por completo.<br />

No pue<strong>de</strong> darse mejor prueba <strong>de</strong> este último hecho que <strong>la</strong> afirmación<br />

<strong>de</strong> Von Baer que «los embriones <strong>de</strong> mamíferos, aves, saurios y ofidios, y<br />

probablemente <strong>de</strong> quelonios, son sumamente parecidos en sus estados<br />

más tempranos, tanto en conjunto como en el modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> sus<br />

partes; <strong>de</strong> modo que, <strong>de</strong> hecho, muchas veces sólo por el tamaño po<strong>de</strong>mos<br />

distinguir los embriones. Tengo en mi po<strong>de</strong>r dos embriones en <strong>al</strong>cohol,<br />

cuyos nombres he <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> anotar, y ahora me es imposible <strong>de</strong>cir a<br />

qué c<strong>la</strong>se pertenecen. Pue<strong>de</strong>n ser saurios o aves pequeñas, o mamíferos<br />

muy jóvenes: tan completa es <strong>la</strong> semejanza en el modo <strong>de</strong> formación <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> cabeza y tronco <strong>de</strong> estos anim<strong>al</strong>es. Las extremida<strong>de</strong>s f<strong>al</strong>tan todavía en<br />

estos embriones; pero aunque hubiesen existido en el primer estado <strong>de</strong><br />

su <strong>de</strong>sarrollo, no nos habrían enseñado nada, pues los pies <strong>de</strong> los saurios<br />

y mamíferos, <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y los pies <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aves, lo mismo que <strong>la</strong>s manos y los<br />

pies <strong>de</strong>l hombre, provienen <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma forma fundament<strong>al</strong>». Las <strong>la</strong>rvas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los crustáceos, en estado correspondiente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo,<br />

se parecen mucho entre sí, por muy diferentes que sean los adultos,<br />

y lo mismo ocurre con muchísimos otros anim<strong>al</strong>es. Algún vestigio <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> ley <strong>de</strong> semejanza embrionaria perdura a veces hasta una edad bastante<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntada; así, aves <strong>de</strong>l mismo género o <strong>de</strong> géneros próximos muchas<br />

veces se asemejan entre sí por su plumaje <strong>de</strong> jóvenes, como vemos en <strong>la</strong>s<br />

plumas manchadas <strong>de</strong> los jóvenes <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> los tordos. En el grupo<br />

<strong>de</strong> los félidos, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies tienen en los adultos rayas o<br />

manchas formando líneas, y pue<strong>de</strong>n distinguirse c<strong>la</strong>ramente rayas o<br />

manchas en los cachorros <strong>de</strong>l león y <strong>de</strong>l puma. Vernos <strong>al</strong>gunas veces,<br />

aunque raras, <strong>al</strong>go <strong>de</strong> esto en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas: así, <strong>la</strong>s primeras hojas <strong>de</strong>l Ulex<br />

o tojo, y <strong>la</strong>s primeras hojas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s acacias que tienen filodios, son pinnadas<br />

o divididas como <strong>la</strong>s hojas ordinarias <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leguminosas.<br />

416


Los puntos <strong>de</strong> estructura en que los embriones <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es muy diferentes,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, se parecen entre sí, muchas veces no tienen<br />

re<strong>la</strong>ción directa con sus condiciones <strong>de</strong> existencia. No po<strong>de</strong>mos, por<br />

ejemplo, suponer que en los embriones <strong>de</strong> los vertebrados, <strong>la</strong> dirección,<br />

formando asas, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s arterias junto a <strong>la</strong>s aberturas branqui<strong>al</strong>es esté re<strong>la</strong>cionada<br />

con condiciones semejantes en el pequeño mamífero que es <strong>al</strong>imentado<br />

en el útero <strong>de</strong> su madre, en el huevo <strong>de</strong> ave que es incubado en<br />

el nido y en <strong>la</strong> puesta <strong>de</strong> una rana en el agua. No tenemos más motivos<br />

para creer en esta re<strong>la</strong>ción que los que tengamos para creer que los huesos<br />

semejantes en <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l hombre, el a<strong>la</strong> <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go y <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta<br />

<strong>de</strong> una marsopa estén re<strong>la</strong>cionados con condiciones semejantes <strong>de</strong> vida.<br />

Nadie supone que <strong>la</strong>s rayas <strong>de</strong>l cachorro <strong>de</strong>l león y <strong>la</strong>s manchas <strong>de</strong>l mirlo<br />

joven sean <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna utilidad para estos anim<strong>al</strong>es.<br />

<strong>El</strong> caso, sin embargo, es diferente cuando un anim<strong>al</strong> es activo durante<br />

<strong>al</strong>guna parte <strong>de</strong> su vida embrionaria y tiene que cuidar <strong>de</strong> sí mismo. <strong>El</strong><br />

período <strong>de</strong> actividad pue<strong>de</strong> empezar más tar<strong>de</strong> o más temprano; pero<br />

cu<strong>al</strong>quiera que sea el momento en que empiece <strong>la</strong> adaptación <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva<br />

a sus condiciones <strong>de</strong> vida es tan exacta y tan hermosa como en el anim<strong>al</strong><br />

adulto. Sir J. Lubbock, en sus observaciones sobre <strong>la</strong> semejanza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos insectos que pertenecen a ór<strong>de</strong>nes muy distintos y sobre<br />

<strong>la</strong> diferencia entre <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong> otros insectos <strong>de</strong>l mismo or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> acuerdo<br />

con <strong>la</strong>s costumbres, ha <strong>de</strong>mostrado recientemente muy bien <strong>de</strong> qué<br />

modo tan importante se ha efectuado esta adaptación. Debido a estas<br />

adaptaciones, <strong>la</strong> semejanza entre <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es afines está a veces<br />

muy obscurecida, especi<strong>al</strong>mente cuando hay división <strong>de</strong> trabajo durante<br />

<strong>la</strong>s diferentes fases <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo; como cuando una misma <strong>la</strong>rva,<br />

durante una fase, tiene que buscar comida y, durante otra, tiene que buscar<br />

un lugar don<strong>de</strong> fijarse. Hasta pue<strong>de</strong>n citarse casos <strong>de</strong> <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong> especies<br />

próximas, o <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> especies, que difieren más entre sí que los<br />

adultos. En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos, sin embargo, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas, aunque<br />

activas, obe<strong>de</strong>cen todavía más o menos rigurosamente a <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> semejanza<br />

embrionaria común. Los cirrípedos proporcionan un buen ejemplo<br />

<strong>de</strong> esto; incluso el ilustre Cuvier no vio que una anatifa era un crustáceo;<br />

pero <strong>al</strong> ver <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva lo <strong>de</strong>muestra <strong>de</strong> un modo evi<strong>de</strong>nte. Del mismo<br />

modo también <strong>la</strong>s dos gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong> los cirrípedos -los peduncu<strong>la</strong>dos<br />

y los sesiles- aunque muy diferentes por su aspecto externo, tienen<br />

<strong>la</strong>rvas que en todas sus fases son poco distinguibles.<br />

<strong>El</strong> embrión, en el transcurso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo se eleva en organización:<br />

empleo esta expresión aunque ya sé que casi es imposible <strong>de</strong>finir c<strong>la</strong>ramente<br />

lo que se entienda por ser <strong>la</strong> organización superior o inferior; pero<br />

417


nadie, probablemente, discutirá que <strong>la</strong> mariposa es superior a <strong>la</strong> oruga.<br />

En <strong>al</strong>gunos casos, sin embargo, el anim<strong>al</strong> adulto <strong>de</strong>be ser consi<strong>de</strong>rado como<br />

inferior en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> que <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva, como en ciertos crustáceos parásitos.<br />

Recurriendo una vez más a los cirrípedos: <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas, en <strong>la</strong> primera fase,<br />

tienen órganos locomotores, un solo ojo sencillo, una boca probosciforme,<br />

con <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> se <strong>al</strong>imentan abundantemente, pues aumentan mucho <strong>de</strong><br />

tamaño. En <strong>la</strong> segunda fase, que correspon<strong>de</strong> <strong>al</strong> estado <strong>de</strong> crisálida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

mariposas, tienen seis pares <strong>de</strong> patas natatorias hermosamente construidas,<br />

un par <strong>de</strong> magníficos ojos compuestos y antenas sumamente complicadas;<br />

pero tienen <strong>la</strong> boca cerrada e imperfecta y no pue<strong>de</strong>n <strong>al</strong>imentarse.<br />

Su función en este estado es buscar, mediante su bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos<br />

órganos <strong>de</strong> los sentidos, y llegar, mediante su activa facultad <strong>de</strong> natación,<br />

a un lugar a<strong>de</strong>cuado para adherirse a él y sufrir su metamorfosis<br />

fin<strong>al</strong>. Cuando se ha re<strong>al</strong>izado esto, los cirrípedos quedan fijados para toda<br />

<strong>la</strong> vida, sus patas se convierten en órganos prensiles, reaparece una<br />

boca bien constituida; pero no tienen antenas y sus dos ojos se convierten<br />

<strong>de</strong> nuevo en una so<strong>la</strong> mancha ocu<strong>la</strong>r, pequeña y sencil<strong>la</strong>. En este estado<br />

completo y último, los cirrípedos pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse, ya como <strong>de</strong> organización<br />

superior, ya como <strong>de</strong> organización inferior a <strong>la</strong> que tenían en estado<br />

<strong>la</strong>rvario; pero en <strong>al</strong>gunos géneros <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n, convirtiéndose<br />

en hermafroditas, que tienen <strong>la</strong> conformación ordinaria, y en lo<br />

que yo he l<strong>la</strong>mado machos complementarios, y en estos últimos el <strong>de</strong>sarrollo<br />

seguramente ha sido retrógrado, pues el macho es un simple saco<br />

que vive poco tiempo y está <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> boca, <strong>de</strong> estómago y <strong>de</strong> todo<br />

órgano importante, excepto los <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción.<br />

Tan acostumbrados estamos a ver <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong> conformación entre<br />

el embrión y el adulto, que estamos tentados <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar esta diferencia<br />

como <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo necesario <strong>de</strong>l crecimiento. Pero no<br />

hay razón para que, por ejemplo, el a<strong>la</strong> <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go o <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta <strong>de</strong><br />

una marsopa no tenga que haber sido diseñada, con todas sus partes, en<br />

sus <strong>de</strong>bidas proporciones, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que cada parte se hizo visible. En <strong>al</strong>gunos<br />

grupos enteros <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es y en ciertos miembros <strong>de</strong> otros grupos<br />

ocurre así, y el embrión en ningún período difiere mucho <strong>de</strong>l adulto; así,<br />

Owen, por lo que se refiere a los cef<strong>al</strong>ópodos, ha hecho observar que «no<br />

hay metamorfosis; el carácter <strong>de</strong> cef<strong>al</strong>ópodo se manifiesta mucho antes<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l embrión estén completas». Los moluscos terrestres<br />

y los crustáceos <strong>de</strong> agua dulce nacen con sus formas propias, mientras<br />

que los miembros marinos <strong>de</strong> estas dos gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses pasan en su <strong>de</strong>sarrollo<br />

por cambios consi<strong>de</strong>rables y a veces gran<strong>de</strong>s. Las arañas experimentan<br />

apenas ninguna metamorfosis. Las <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

418


los insectos pasan por una fase vermiforme, ya sean activas y adaptadas<br />

a costumbres diversas, ya inactivas por estar colocadas en medio <strong>de</strong> <strong>al</strong>imento<br />

a<strong>de</strong>cuado o por ser <strong>al</strong>imentadas por sus padres; pero en un corto<br />

número <strong>de</strong> casos, como en el <strong>de</strong> los Aphis, si miramos los admirables dibujos<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este insecto, dados por el profesor Huxley, apenas<br />

vemos ningún vestigio <strong>de</strong> <strong>la</strong> fase vermiforme.<br />

A veces son sólo los primeros estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo los que f<strong>al</strong>tan. Así,<br />

Fritz Müller ha hecho el notable <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> que ciertos crustáceos<br />

parecidos a los camarones (afines <strong>de</strong> Penaeus) aparecen primero bajo<br />

<strong>la</strong> sencil<strong>la</strong> forma <strong>de</strong> nauplios y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pasar por dos o más fases <strong>de</strong><br />

zoea y luego por <strong>la</strong> fase <strong>de</strong> misis, adquieren fin<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> conformación<br />

adulta. Ahora bien; en todo el gran or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los ma<strong>la</strong>costráceos, <strong>al</strong> que<br />

aquellos crustáceos pertenecen, no se sabe hasta ahora <strong>de</strong> ningún otro<br />

miembro que empiece <strong>de</strong>sarrollándose bajo <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> nauplio, aun<br />

cuando muchas aparecen bajo <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> zoea; a pesar <strong>de</strong> lo cu<strong>al</strong> Müller<br />

seña<strong>la</strong> <strong>la</strong>s razones en favor <strong>de</strong> su opinión <strong>de</strong> que, si no hubiese habido<br />

supresión <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, todos estos crustáceos habrían aparecido<br />

como nauplios.<br />

¿Cómo, pues, po<strong>de</strong>mos explicarnos estos diferentes hechos en <strong>la</strong> embriología,<br />

a saber: <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong> conformación tan gener<strong>al</strong>, aunque no<br />

univers<strong>al</strong>, entre el embrión y el adulto; el que <strong>la</strong>s diversas partes <strong>de</strong> un<br />

mismo embrión, que últimamente llegan a ser muy diferentes y sirven<br />

para diversas fines, sean semejantes en un período temprano <strong>de</strong> crecimiento;<br />

<strong>la</strong> semejanza común, pero no invariable, entre los embriones o <strong>la</strong>rvas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s más distintas especies <strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se; el que el embrión<br />

conserve con frecuencia, cuando está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l huevo o <strong>de</strong>l útero, conformaciones<br />

que no le son <strong>de</strong> utilidad, ni en este período <strong>de</strong> su vida, ni<br />

en otro posterior, y que, por el contrario, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas que tienen que proveer<br />

a sus propias necesida<strong>de</strong>s estén perfectamente adaptadas a <strong>la</strong>s condiciones<br />

ambientes; y fin<strong>al</strong>mente, el hecho <strong>de</strong> que ciertas <strong>la</strong>rvas ocupen un<br />

lugar más elevado en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> organización que el anim<strong>al</strong> adulto en el<br />

que <strong>de</strong>sarrollándose se transforman?<br />

Creo yo que todos estos hechos pue<strong>de</strong>n explicarse <strong>de</strong>l modo siguiente:<br />

Se admite por lo común, quizá a causa <strong>de</strong> que aparecen monstruosida<strong>de</strong>s<br />

en el embrión en un período muy temprano, que <strong>la</strong>s pequeñas variaciones<br />

o diferencias individu<strong>al</strong>es aparecen necesariamente en un período igu<strong>al</strong>mente<br />

temprano. Tenemos pocas pruebas sobre este punto, pero <strong>la</strong>s<br />

que tenemos ciertamente indican lo contrario; pues es notorio que los criadores<br />

<strong>de</strong> reses, <strong>de</strong> cab<strong>al</strong>los, <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> lujo, no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir positivamente<br />

hasta <strong>al</strong>gún tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l nacimiento cuáles serán los<br />

419


méritos o <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> sus crías. Vemos esto c<strong>la</strong>ramente en nuestros propios<br />

niños; no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir si un niño será <strong>al</strong>to o bajo, o cuáles serán<br />

exactamente sus rasgos característicos. No está el problema en <strong>de</strong>cir en<br />

qué período <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida pue<strong>de</strong> haber sido producida cada variación, sino<br />

en qué período se manifiestan los efectos. La causa pue<strong>de</strong> haber obrado -<br />

y yo creo que muchas veces ha obrado- en uno o en los dos padres antes<br />

<strong>de</strong>l acto <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación. Merece seña<strong>la</strong>rse que para un anim<strong>al</strong> muy joven,<br />

mientras permanece en el útero <strong>de</strong> su madre o en el huevo, o mientras<br />

es <strong>al</strong>imentado o protegido por sus padres, no tiene importancia <strong>al</strong>guna<br />

el que <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> sus caracteres sean adquiridos un poco antes<br />

o un poco <strong>de</strong>spués. Para un ave, por ejemplo, que obtuviese su comida<br />

por tener el pico muy curvo, nada significaría el que <strong>de</strong> pequeña, mientras<br />

fuese <strong>al</strong>imentada por sus padres, poseyese o no el pico <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong><br />

forma.<br />

He establecido en el capítulo primero que, cu<strong>al</strong>quiera que sea <strong>la</strong> edad<br />

en <strong>la</strong> que aparece por vez primera una variación en el padre, esta variación<br />

tien<strong>de</strong> a reaparecer en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia a <strong>la</strong> misma edad. Ciertas variaciones<br />

pue<strong>de</strong>n aparecer so<strong>la</strong>mente a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes; por<br />

ejemplo, <strong>la</strong>s particu<strong>la</strong>rida<strong>de</strong>s en fases <strong>de</strong> oruga, crisálida o imago en el<br />

gusano <strong>de</strong> seda, o también en los cuernos completamente <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos<br />

<strong>de</strong>l ganado. Pero variaciones que, por todo lo que nos es dado ver, pudieron<br />

haber aparecido por vez primera a una edad más temprana o más<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntada, tien<strong>de</strong>n igu<strong>al</strong>mente a aparecer a <strong>la</strong>s mismas eda<strong>de</strong>s en los<br />

<strong>de</strong>scendientes y en el padre. Estoy lejos <strong>de</strong> pensar que esto ocurra invariablemente<br />

así, y podría citar varios casos excepcion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> variaciones -<br />

tomando esta pa<strong>la</strong>bra en el sentido más amplio- que han sobrevenido en<br />

el hijo a una edad más temprana que en el padre.<br />

Estos dos principios -a saber: que <strong>la</strong>s variaciones ligeras gener<strong>al</strong>mente<br />

aparecen en un período no muy temprano <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y que son heredadas<br />

en el período correspondiente- explican, creo yo, todos los hechos<br />

embriológicos capit<strong>al</strong>es antes indicados; pero consi<strong>de</strong>remos ante todo <strong>al</strong>gunos<br />

casos análogos en nuestras varieda<strong>de</strong>s domésticas. Algunos autores<br />

que han escrito sobre perros sostienen que el g<strong>al</strong>go y el bull-dog, aunque<br />

tan diferentes, son en re<strong>al</strong>idad varieda<strong>de</strong>s muy afines, que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>l mismo tronco s<strong>al</strong>vaje; <strong>de</strong> aquí que tuve curiosidad <strong>de</strong> ver hasta<br />

qué punto se diferenciaban sus cachorros. Me dijeron los criadores que<br />

se diferenciaban exactamente lo mismo que sus padres, y esto casi parecía<br />

así juzgando a ojo; pero midiendo re<strong>al</strong>mente los perros adultos y sus<br />

cachorros <strong>de</strong> seis días, encontré que en los cachorros, en proporción, <strong>la</strong>s<br />

diferencias no hab<strong>la</strong>n adquirido, ni con mucho, toda su intensidad.<br />

420


A<strong>de</strong>más, también me dijeron que los potros <strong>de</strong> los cab<strong>al</strong>los <strong>de</strong> carreras y<br />

<strong>de</strong> tiro -razas que han sido formadas casi por completo por selección en<br />

estado doméstico- se diferenciaban tanto como los anim<strong>al</strong>es completamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos; pero habiendo hecho medidas cuidadosas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

yeguas y <strong>de</strong> los potros <strong>de</strong> tres días, <strong>de</strong> razas <strong>de</strong> carrera y <strong>de</strong> tiro pesado,<br />

encontré que esto no ocurre en modo <strong>al</strong>guno.<br />

Como tenemos pruebas concluyentes <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> especie s<strong>al</strong>vaje, comparé los pichones a <strong>la</strong>s<br />

doce horas <strong>de</strong> haber s<strong>al</strong>ido <strong>de</strong>l huevo. Medí cuidadosamente <strong>la</strong>s<br />

proporciones -aunque no se darán aquí con <strong>de</strong>t<strong>al</strong>le- <strong>de</strong>l pico, anchura <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> boca, <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong>l orificio nas<strong>al</strong> y <strong>de</strong>l párpado, tamaño <strong>de</strong> los pies y longitud<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s patas en <strong>la</strong> especie madre s<strong>al</strong>vaje, buchonas, colipavos, runts,<br />

barbs, dragons, mensajeras inglesas y volteadoras. Ahora bien; <strong>al</strong>gunas<br />

<strong>de</strong> estas aves, <strong>de</strong> adultas, difieren <strong>de</strong> modo tan extraordinario en <strong>la</strong> longitud<br />

y forma <strong>de</strong>l pico y en otros caracteres, que seguramente habrían sido<br />

c<strong>la</strong>sificadas como géneros distintos si hubiesen sido encontradas en<br />

estado natur<strong>al</strong>; pero puestos en serie los pichones <strong>de</strong> nido <strong>de</strong> estas diferentes<br />

c<strong>la</strong>ses, aunque en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> ellos se podían distinguir justamente<br />

<strong>la</strong>s diferencias proporcion<strong>al</strong>es en los caracteres antes seña<strong>la</strong>dos,<br />

eran incomparablemente menores que en <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas completamente<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das. Algunos puntos diferenci<strong>al</strong>es característicos -por ejemplo,<br />

el <strong>de</strong> <strong>la</strong> anchura <strong>de</strong> <strong>la</strong> boca- apenas podían <strong>de</strong>scubrirse en los pichones;<br />

pero hubo una excepción notable <strong>de</strong> esta reg<strong>la</strong>, pues los pichones <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

volteadora, <strong>de</strong> cara corta, se diferenciaban <strong>de</strong> los pichones <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma<br />

silvestre y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras castas casi exactamente en <strong>la</strong>s mismas proporciones<br />

que en estado adulto.<br />

Estos hechos se explican por los dos principios citados. Los criadores<br />

eligen sus perros, cab<strong>al</strong>los, p<strong>al</strong>omas, etc., para cría cuando están casi <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos;<br />

les es indiferente el que <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>seadas sean adquiridas<br />

más pronto o más tar<strong>de</strong>, si <strong>la</strong>s posee el anim<strong>al</strong> adulto. Y los casos<br />

que se acaban <strong>de</strong> indicar, especi<strong>al</strong>mente el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>al</strong>omas, muestran que<br />

<strong>la</strong>s diferencias características que han sido acumu<strong>la</strong>das por <strong>la</strong> selección<br />

<strong>de</strong>l hombre y que dan v<strong>al</strong>or a sus castas no aparecen gener<strong>al</strong>mente en un<br />

período muy temprano <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y son heredadas en un período correspondiente<br />

no temprano. Pero el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> volteadora <strong>de</strong> cara corta, que a<br />

<strong>la</strong>s doce horas <strong>de</strong> nacida posee ya sus caracteres propios, prueba que ésta<br />

no es <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> sin excepción, pues, en este caso, <strong>la</strong>s diferencias características,<br />

o bien tienen que haber aparecido en un período más temprano<br />

que <strong>de</strong> ordinario, o, <strong>de</strong> no ser así, <strong>la</strong>s diferencias tienen que haber sido<br />

heredadas, no a <strong>la</strong> edad correspondiente, sino a una edad más temprana.<br />

421


Apliquemos ahora estos dos principios a <strong>la</strong>s especies en estado natur<strong>al</strong>.<br />

Tomemos un grupo <strong>de</strong> aves que <strong>de</strong>sciendan <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma antigua<br />

y que estén modificadas por selección natur<strong>al</strong> para diferentes costumbres.<br />

En este caso, como <strong>la</strong>s muchas y pequeñas variaciones sucesivas<br />

han sobrevenido en <strong>la</strong>s distintas especies a una edad no muy temprana y<br />

han sido heredadas a <strong>la</strong> edad correspondiente, los pequeñuelos se habrán<br />

modificado muy poco y se parecerán todavía entre sí mucho más<br />

que los adultos, exactamente como hemos visto en <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas.<br />

Po<strong>de</strong>mos exten<strong>de</strong>r esta opinión a conformaciones muy distintas y a c<strong>la</strong>ses<br />

enteras. Los miembros anteriores, por ejemplo, que en otro tiempo<br />

sirvieron como patas a un remoto antepasado, pue<strong>de</strong>n, por una <strong>la</strong>rga serie<br />

<strong>de</strong> modificaciones, haberse adaptado en un <strong>de</strong>scendiente para actuar<br />

como manos: en otro, como <strong>al</strong>etas; en otro, como a<strong>la</strong>s; pero, según los<br />

dos principios arriba citados, los miembros anteriores no se habrán modificado<br />

mucho en los embriones <strong>de</strong> estas diferentes formas, aun cuando<br />

en cada forma el miembro anterior difiera mucho en el estado adulto.<br />

Cu<strong>al</strong>quiera que sea <strong>la</strong> influencia que pueda haber tenido el prolongado<br />

uso y <strong>de</strong>suso en modificar miembros u otras partes <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier especie,<br />

tiene que haber obrado princip<strong>al</strong>mente o únicamente sobre el anim<strong>al</strong> casi<br />

adulto, cuando estaba obligado a utilizar todas sus fuerzas para ganarse<br />

por sí mismo <strong>la</strong> vida, y los efectos producidos así se habrán transmitido a<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia en <strong>la</strong> misma edad casi adulta. De este modo el joven no<br />

estará modificado, o lo estará sólo en pequeño grado, por los efectos <strong>de</strong>l<br />

aumento <strong>de</strong> uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> sus partes.<br />

En <strong>al</strong>gunos anim<strong>al</strong>es, <strong>la</strong>s sucesivas variaciones pue<strong>de</strong>n haber sobrevenido<br />

en un período muy temprano <strong>de</strong> su vida, o sus diversos grados<br />

pue<strong>de</strong>n haber sido heredados en una edad anterior a <strong>la</strong> edad en que ocurrieron<br />

por vez primera. En ambos casos, el joven o el embrión se parecerán<br />

mucho a <strong>la</strong> forma madre adulta, como hemos visto en <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma volteadora<br />

<strong>de</strong> cara corta. Y esta es <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo en ciertos grupos<br />

enteros o en ciertos subgrupos sólo, como en los cef<strong>al</strong>ópodos, los moluscos<br />

terrestres, los crustáceos <strong>de</strong> agua dulce, <strong>la</strong>s arañas y <strong>al</strong>gunos miembros<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> gran c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los insectos. Por lo que se refiere a <strong>la</strong> causa fin<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> que los jóvenes en estos grupos no pasen por ninguna metamorfosis,<br />

po<strong>de</strong>mos ver que esto se seguiría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s circunstancias siguientes, a saber:<br />

<strong>de</strong> que el joven tenga en una edad muy temprana que proveer a sus<br />

propias necesida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> que tenga <strong>la</strong>s mismas costumbres que sus padres,<br />

pues en este caso ha <strong>de</strong> ser indispensable para su existencia que esté<br />

modificado <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera que sus padres. A<strong>de</strong>más, por lo que<br />

se refiere <strong>al</strong> hecho singu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> que muchos anim<strong>al</strong>es terrestres y <strong>de</strong> agua<br />

422


dulce no experimenten metamorfosis, mientras que los miembros marinos<br />

<strong>de</strong> los mismos grupos pasan por diferentes transformaciones, Fritz<br />

Müller ha emitido <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el proceso <strong>de</strong> lenta modificación y<br />

adaptación <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> a vivir en tierra o agua dulce, en vez <strong>de</strong> vivir en<br />

el mar, se simplificaría mucho con no pasar el anim<strong>al</strong> por ningún estado<br />

<strong>la</strong>rvario, pues no es probable que, en estas condiciones <strong>de</strong> existencia nuevas<br />

y tan diferentes comúnmente, se encuentren <strong>de</strong>socupados, o m<strong>al</strong><br />

ocupados por otros organismos, puestos bien apropiados para <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva y<br />

para el adulto. En este caso, el adquirir gradu<strong>al</strong>mente <strong>la</strong> conformación<br />

<strong>de</strong>l adulto en una edad cada vez más temprana tendría que ser favorecido<br />

por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> y, fin<strong>al</strong>mente, se per<strong>de</strong>rían todos los vestigios<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s metamorfosis anteriores.<br />

Si, por el contrario, fuese útil a los individuos jóvenes <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> seguir<br />

costumbres <strong>al</strong>go diferentes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma adulta y, por consiguiente,<br />

estar conformados según un p<strong>la</strong>n <strong>al</strong>go diferente, o si fuese útil a<br />

una <strong>la</strong>rva, diferente ya <strong>de</strong>l adulto, modificarse todavía más, entonces, según<br />

el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes, el joven y<br />

<strong>la</strong> <strong>la</strong>rva podrían irse volviendo por selección natur<strong>al</strong> tan diferentes <strong>de</strong><br />

sus padres como pueda imaginarse. Diferencias en <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva podrían también<br />

hacerse corre<strong>la</strong>tivas <strong>de</strong> diferentes estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo; <strong>de</strong> manera<br />

que <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva en el primer estado podría llegar a diferir mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>la</strong>rva<br />

en el segundo estado, como ocurre en muchos anim<strong>al</strong>es. <strong>El</strong> adulto podría<br />

también adaptarse a situaciones o condiciones en <strong>la</strong>s que los órganos <strong>de</strong><br />

locomoción, <strong>de</strong> los sentidos, etc., fuesen inútiles, y en este caso <strong>la</strong> metamorfosis<br />

sería retrógrada.<br />

Por <strong>la</strong>s observaciones que se acaban <strong>de</strong> hacer po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

cómo por cambios <strong>de</strong> estructura en el joven, acor<strong>de</strong>s con los cambios <strong>de</strong><br />

costumbres, junto con <strong>la</strong> herencia a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes, pue<strong>de</strong>n<br />

los anim<strong>al</strong>es llegar a pasar por fases <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo completamente diferentes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> condición primitiva <strong>de</strong> sus antepasados adultos. La mayor<br />

parte <strong>de</strong> nuestras mayores autorida<strong>de</strong>s están convencidas <strong>de</strong> que los diferentes<br />

estados <strong>de</strong> <strong>la</strong>rva y ninfa <strong>de</strong> los insectos han sido adquiridos por<br />

adaptación y no por herencia <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma antigua. <strong>El</strong> curioso caso<br />

<strong>de</strong> Sitaris -coleóptero que pasa por ciertos estados extraordinarios <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo-<br />

servirá <strong>de</strong> ejemplo <strong>de</strong> cómo pudo ocurrir esto. Fabre <strong>de</strong>scribe <strong>la</strong><br />

primera forma <strong>la</strong>rva como un pequeño insecto activo, provisto <strong>de</strong> seis<br />

patas, dos <strong>la</strong>rgas antenas y cuatro ojos. Estas <strong>la</strong>rvas s<strong>al</strong>en <strong>de</strong>l huevo en<br />

los nidos <strong>de</strong> abejas y cuando <strong>la</strong>s abejas machos s<strong>al</strong>en en primavera <strong>de</strong> sus<br />

agujeros, lo que hacen antes que <strong>la</strong>s hembras, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas s<strong>al</strong>tan sobre<br />

aquéllos y <strong>de</strong>spués pasan a <strong>la</strong>s hembras cuando éstas están apareadas<br />

423


con los machos. En cuanto <strong>la</strong> abeja hembra <strong>de</strong>posita sus huevos en <strong>la</strong> superficie<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> miel <strong>al</strong>macenada en <strong>la</strong>s cavida<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas <strong>de</strong>l Sitaris se<br />

<strong>la</strong>nzan sobre los huevos y los <strong>de</strong>voran. Después sufren un cambio completo:<br />

sus ojos <strong>de</strong>saparecen, sus patas y antenas se vuelven rudimentarias;<br />

<strong>de</strong> manera que entonces se asemejan más a <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas ordinarias <strong>de</strong><br />

los insectos; luego, sufren una nueva transformación, y fin<strong>al</strong>mente s<strong>al</strong>en<br />

en estado <strong>de</strong> coleópteros perfectos. Ahora bien; si un insecto que experimentase<br />

transformaciones como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> Sitaris llegase a ser el progenitor<br />

<strong>de</strong> toda una nueva c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> insectos, el curso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> nueva<br />

c<strong>la</strong>se sería muy diferente <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong> nuestros insectos actu<strong>al</strong>es, y el primer<br />

estado <strong>la</strong>rv<strong>al</strong> ciertamente no representaría <strong>la</strong> condición primitiva <strong>de</strong> ninguna<br />

antigua forma adulta.<br />

Por el contrario, es sumamente probable que, en muchos anim<strong>al</strong>es, los<br />

estados embrionarios o <strong>la</strong>rv<strong>al</strong>es nos muestran, más o menos por completo,<br />

<strong>la</strong>s condiciones en estado adulto <strong>de</strong>l progenitor <strong>de</strong> todo el grupo, En<br />

<strong>la</strong> gran c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los crustáceos, formas portentosamente diferentes entre<br />

sí, corno parásitos chupadores, cirrípedos, entomostráceos y hasta los<br />

ma<strong>la</strong>costráceos, aparecen <strong>al</strong> principio como <strong>la</strong>rvas en forma <strong>de</strong> nauplio; y<br />

como estas <strong>la</strong>rvas viven y se <strong>al</strong>imentan en pleno mar y no están adaptadas<br />

para ninguna condición particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> existencia, y por otras razones,<br />

seña<strong>la</strong>das por Fritz Müller, es probable que en <strong>al</strong>gún período remotísimo<br />

existió un anim<strong>al</strong> adulto in<strong>de</strong>pendiente que se parecía <strong>al</strong> nauplio y que<br />

produjo ulteriormente, por varias líneas gene<strong>al</strong>ógicas divergentes, los<br />

gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> crustáceos antes citados. También es a<strong>de</strong>más probable,<br />

por lo que sabemos <strong>de</strong> los embriones <strong>de</strong> mamíferos, aves, peces y<br />

reptiles, que estos anim<strong>al</strong>es sean los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún<br />

remoto antepasado que en estado adulto estaba provisto <strong>de</strong> branquias,<br />

vejiga natatoria, cuatro miembros en forma <strong>de</strong> <strong>al</strong>eta y una <strong>la</strong>rga co<strong>la</strong>, todo<br />

ello a<strong>de</strong>cuado para <strong>la</strong> vida acuática.<br />

Como todos los seres orgánicos actu<strong>al</strong>es y extinguidos que han vivido<br />

en todo tiempo pue<strong>de</strong>n or<strong>de</strong>narse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses, y como, según nuestra teoría, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se han estado todos<br />

en<strong>la</strong>zados por <strong>de</strong>licadas gradaciones, <strong>la</strong> mejor c<strong>la</strong>sificación -y, si<br />

nuestras colecciones fuesen casi perfectas, <strong>la</strong> única posible- sería <strong>la</strong> gene<strong>al</strong>ógica,<br />

por ser <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia el <strong>la</strong>zo oculto <strong>de</strong> conexión que los natur<strong>al</strong>istas<br />

han estado buscando con el nombre <strong>de</strong> sistema natur<strong>al</strong>. Según esta<br />

hipótesis, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que, a los ojos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas, <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong>l embrión es aún más importante<br />

para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación que <strong>la</strong> <strong>de</strong>l adulto. De dos o más grupos <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es,<br />

por mucho que difieran entre sí por su conformación y costumbres<br />

424


en estado adulto, si pasan por estados embrionarios muy semejantes, po<strong>de</strong>mos<br />

estar seguros <strong>de</strong> que todos ellos <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una forma madre<br />

y, por consiguiente, tienen estrecho parentesco. La comunidad <strong>de</strong> conformación<br />

embrionaria reve<strong>la</strong>, pues, comunidad <strong>de</strong> origen; pero <strong>la</strong> diferencia<br />

en el <strong>de</strong>sarrollo embrionario no prueba diversidad <strong>de</strong> origen, pues en<br />

uno <strong>de</strong> los dos grupos los estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo pue<strong>de</strong>n haber sido suprimidos<br />

o pue<strong>de</strong>n haberse modificado tanto, por adaptación a nuevas condiciones<br />

<strong>de</strong> vida, que no puedan ya ser reconocidos. Aun en grupos en<br />

que los adultos se han modificado en extremo, <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong> origen<br />

se reve<strong>la</strong> muchas veces por <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rvas: hemos visto,<br />

por ejemplo, que los cirrípedos, aunque tan parecidos exteriormente a los<br />

moluscos, se conoce en seguida, por sus <strong>la</strong>rvas, que pertenecen a <strong>la</strong> gran<br />

c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> los crustáceos. Como el embrión nos muestra muchas veces, más<br />

o menos c<strong>la</strong>ramente, <strong>la</strong> conformación <strong>de</strong>l progenitor antiguo y menos<br />

modificado <strong>de</strong>l grupo, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué <strong>la</strong>s formas antiguas<br />

y extinguidas se parecen con tanta frecuencia en su estado adulto a<br />

los embriones <strong>de</strong> especies extinguidas <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se. Agassiz cree<br />

que es esto una ley univers<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, y po<strong>de</strong>mos esperar ver<br />

comprobada en el porvenir <strong>la</strong> exactitud <strong>de</strong> esta ley. Sin embargo, sólo es<br />

posible comprobar su exactitud en aquellos casos en que el estado antiguo<br />

<strong>de</strong>l antepasado <strong>de</strong>l grupo no ha sido completamente borrado por haber<br />

sobrevenido variaciones sucesivas, ni porque estas variaciones hayan<br />

sido heredadas a una edad más temprana que <strong>la</strong> edad en que aparecieron<br />

por vez primera. Habría también que tener presente que <strong>la</strong> ley pue<strong>de</strong><br />

ser verda<strong>de</strong>ra y, sin embargo, <strong>de</strong>bido a que los registros gene<strong>al</strong>ógicos no<br />

se extiendan lo bastante en el pasado, pue<strong>de</strong> permanecer durante un <strong>la</strong>rgo<br />

período o para siempre imposible <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar. La ley no subsistirá<br />

rigurosamente en aquellos casos en que una forma antigua llegó a adaptarse<br />

en su estado <strong>de</strong> <strong>la</strong>rva a un género especi<strong>al</strong> <strong>de</strong> vida y este mismo estado<br />

<strong>la</strong>rv<strong>al</strong> se transmitió a un grupo entero <strong>de</strong> <strong>de</strong>scendientes, pues este<br />

estado <strong>la</strong>rv<strong>al</strong> no se parecerá a ninguna forma aun más antigua en estado<br />

adulto.<br />

Los hechos princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> embriología, que no son inferiores a ninguno<br />

en importancia, se explican, pues, a mi parecer, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l principio<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s variaciones en los numerosos <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un remoto<br />

antepasado han aparecido en un período no muy temprano <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y<br />

han sido heredadas en <strong>la</strong> edad correspondiente. La embriología aumenta<br />

mucho en interés cuando consi<strong>de</strong>ramos el embrión como un retrato, más<br />

o menos borrado, ya <strong>de</strong>l estado adulto, ya <strong>de</strong>l estado <strong>la</strong>rv<strong>al</strong> <strong>de</strong>l progenitor<br />

<strong>de</strong> todos los miembros <strong>de</strong> una misma gran c<strong>la</strong>se.<br />

425


Órganos rudimentarios, atrofiados y abortados<br />

Los órganos o partes en esta extraña condición, llevando c<strong>la</strong>ramente el<br />

sello <strong>de</strong> inutilidad, son sumamente frecuentes, y aun gener<strong>al</strong>es, en toda<br />

<strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza. Sería imposible citar uno solo <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es superiores<br />

en el cu<strong>al</strong> una parte u otra no se encuentre en estado rudimentario. En<br />

los mamíferos, por ejemplo, los machos tienen mamas rudimentarias; en<br />

los ofidios, un pulmón es rudimentario; en <strong>la</strong>s aves, el a<strong>la</strong> bastarda pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rarse con seguridad como un <strong>de</strong>do rudimentario, y en <strong>al</strong>gunas<br />

especies toda el a<strong>la</strong> es tan sumamente rudimentaria, que no pue<strong>de</strong> ser<br />

utilizada para el vuelo. ¿Qué pue<strong>de</strong> haber más curioso que <strong>la</strong> presencia<br />

<strong>de</strong> dientes en el feto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas, que cuando se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do no<br />

tienen ni un diente en su boca, o los dientes que jamás rompen <strong>la</strong> encía<br />

en <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior <strong>de</strong> los terneros antes <strong>de</strong> nacer?<br />

Los órganos rudimentarios nos <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ran abiertamente su origen y significación<br />

<strong>de</strong> diversos modos. Existen coleópteros que pertenecen a especies<br />

muy próximas, o hasta exactamente a <strong>la</strong> misma especie, que tienen,<br />

ya a<strong>la</strong>s perfectas y <strong>de</strong> tamaño completo, ya simples rudimentos membranosos,<br />

que no es raro estén situados <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> élitros sólidamente soldados<br />

entre sí, y en estos casos es imposible dudar que los rudimentos representan<br />

a<strong>la</strong>s. Los órganos rudimentarios a veces conservan su potencia;<br />

esto ocurre a veces en <strong>la</strong>s mamas <strong>de</strong> los mamíferos machos, que se sabe<br />

que llegan a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse bien y a segregar leche. Del mismo modo,<br />

también en <strong>la</strong>s ubres, en el género Bos, hay norm<strong>al</strong>mente cuatro pezones<br />

bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos y dos rudimentarios; pero estos últimos en nuestras<br />

vacas domésticas a veces llegan a <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse y dar leche. Por lo que se<br />

refiere a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, los pét<strong>al</strong>os son unas veces rudimentarios y otras<br />

bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos en individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie. En ciertas p<strong>la</strong>ntas<br />

que tienen los sexos separados encontró Kölreuter que, cruzando una especie<br />

en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> <strong>la</strong>s flores masculinas tienen un rudimento <strong>de</strong> pistilo con<br />

una especie hermafrodita que tiene, dicho está, un pistilo bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do,<br />

el rudimento aumentó mucho <strong>de</strong> tamaño en <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida,<br />

y esto muestra c<strong>la</strong>ramente que el pistilo rudimentario y el perfecto eran<br />

esenci<strong>al</strong>mente <strong>de</strong> igu<strong>al</strong> natur<strong>al</strong>eza. Un anim<strong>al</strong> pue<strong>de</strong> poseer diferentes<br />

partes en estado perfecto y, sin embargo, pue<strong>de</strong>n éstas ser en cierto sentido<br />

rudimentarias, porque sean inútiles; así, el renacuajo <strong>de</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong>mandra<br />

común, como hace observar míster G. H. Lewes, «tiene branquias y<br />

pasa su existencia en el agua; pero <strong>la</strong> Sa<strong>la</strong>mandra atra, que vive en <strong>la</strong>s <strong>al</strong>turas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s montañas, pare sus pequeños completamente formados. Este<br />

anim<strong>al</strong> nunca vive en el agua, y, sin embargo, si abrimos una hembra<br />

426


grávida encontramos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> el<strong>la</strong> renacuajos con branquias <strong>de</strong>licadamente<br />

plumosas, y, puestos en agua, nadan casi como los renacuajos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> sa<strong>la</strong>mandra común. Evi<strong>de</strong>ntemente, esta organización acuática no tiene<br />

re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> futura vida <strong>de</strong>l anim<strong>al</strong> ni está adaptada a su condición<br />

embrionaria: tiene so<strong>la</strong>mente re<strong>la</strong>ción con adaptaciones <strong>de</strong> sus antepasados,<br />

repite una fase <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> éstos».<br />

Un órgano que sirve para dos funciones pue<strong>de</strong> volverse rudimentario<br />

o abortar completamente para una, incluso para <strong>la</strong> más importante, y<br />

permanecer perfectamente eficaz para <strong>la</strong> otra. Así, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, el oficio<br />

<strong>de</strong>l pistilo es permitir que los tubos polínicos lleguen hasta los óvulos<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ovario. <strong>El</strong> pistilo consiste en un estigma llevado por un estilo;<br />

pero en <strong>al</strong>gunas compuestas, <strong>la</strong>s florecil<strong>la</strong>s masculinas, que evi<strong>de</strong>ntemente<br />

no pue<strong>de</strong>n ser fecundadas, tienen un pistilo rudimentario, pues<br />

no está coronado por el estigma; pero el estilo está bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do y<br />

cubierto, como <strong>de</strong> ordinario, <strong>de</strong> pelos, que sirven para cepil<strong>la</strong>r el polen<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s antenas que unidas lo ro<strong>de</strong>an. A<strong>de</strong>más, un órgano pue<strong>de</strong> volverse<br />

rudimentario para su función propia y ser utilizado para otra distinta: en<br />

ciertos peces, <strong>la</strong> vejiga natatoria parece ser rudimentaria para su función<br />

propia <strong>de</strong> hacer flotar; pero se ha convertido en un órgano respiratorio<br />

naciente o pulmón. Podrían citarse muchos ejemplos análogos.<br />

Los órganos útiles, por muy poco <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos que están, a menos<br />

que tengamos motivos para suponer que estuvieron en otro tiempo más<br />

<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, no <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse como rudimentarios: pue<strong>de</strong>n encontrarse<br />

en estado naciente y en progreso hacia un mayor <strong>de</strong>sarrollo.<br />

Los órganos rudimentarios, por el contrario, o son inútiles por completo,<br />

como los dientes que nunca rompen <strong>la</strong>s encías, o casi inútiles, como <strong>la</strong>s<br />

a<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l avestruz, que sirven simplemente como ve<strong>la</strong>s. Como los órganos<br />

en esta condición, antes, cuando estaban aún menos <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, tenían<br />

que haber sido todavía <strong>de</strong> menos utilidad que ahora, no pue<strong>de</strong>n haber<br />

sido producidos en otro tiempo por variación y selección natur<strong>al</strong>, que<br />

obra so<strong>la</strong>mente mediante <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s modificaciones útiles.<br />

Estos órganos han sido en parte conservados por <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia<br />

y se refieren a un estado antiguo <strong>de</strong> cosas. Es, sin embargo, muchas veces<br />

difícil establecer distinción entre los órganos rudimentarios y los órganos<br />

nacientes, pues sólo por an<strong>al</strong>ogía po<strong>de</strong>mos juzgar si una parte es capaz<br />

<strong>de</strong> ulterior <strong>de</strong>sarrollo, en cuyo solo caso merece ser l<strong>la</strong>mada naciente. Órganos<br />

en esta condición serán siempre <strong>al</strong>go raros, pues gener<strong>al</strong>mente los<br />

seres provistos <strong>de</strong> ellos habrán sido sup<strong>la</strong>ntados por sus sucesores con el<br />

mismo órgano en estado más perfecto y, por consiguiente, se habrán extinguido<br />

hace mucho tiempo. <strong>El</strong> a<strong>la</strong> <strong>de</strong>l pájaro bobo es <strong>de</strong> gran utilidad<br />

427


obrando como una <strong>al</strong>eta; pue<strong>de</strong>, por tanto, representar el estado naciente<br />

<strong>de</strong>l a<strong>la</strong>; no que yo crea que esto sea así, es más probablemente un órgano<br />

reducido, modificado para una nueva función. <strong>El</strong> a<strong>la</strong> <strong>de</strong>l Apteryx, por el<br />

contrario, es casi inútil y es verda<strong>de</strong>ramente rudimentaria. Owen consi<strong>de</strong>ra<br />

los sencillos miembros filiformes <strong>de</strong>l Lepidosiren como los<br />

«principios <strong>de</strong> órganos que <strong>al</strong>canzan completo <strong>de</strong>sarrollo funcion<strong>al</strong> en<br />

vertebrados superiores»; pero, según <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong>fendida recientemente<br />

por el doctor Günther, son probablemente residuos que consisten en el<br />

eje que subsiste <strong>de</strong> una <strong>al</strong>eta, con los radios o ramas <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es abortados.<br />

Las glándu<strong>la</strong>s mamarias <strong>de</strong>l Ornithorhynchus pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse, en<br />

comparación con <strong>la</strong>s ubres <strong>de</strong> <strong>la</strong> vaca, como en estado naciente. Los frenos<br />

ovígeros <strong>de</strong> ciertos cirrípedos, que han cesado <strong>de</strong> retener los huevos<br />

y que están poco <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, son branquias nacientes.<br />

Los órganos rudimentarios en los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma especie son<br />

susceptibles <strong>de</strong> mucha variación en el grado <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo y por otros<br />

conceptos. En especies muy próximas difiere a veces mucho el grado a<br />

que el mismo órgano ha sido reducido. De este último hecho es un buen<br />

ejemplo el estado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s <strong>de</strong> mariposas heteróceras hembras pertenecientes<br />

a <strong>la</strong> misma familia. Los órganos rudimentarios pue<strong>de</strong>n haber abortado<br />

por completo, y esto implica que en ciertos anim<strong>al</strong>es o p<strong>la</strong>ntas f<strong>al</strong>tan<br />

tot<strong>al</strong>mente partes que <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía nos llevaría a esperar encontrar en el<strong>la</strong>s<br />

y que acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente se encuentran en individuos monstruosos. Así, en<br />

<strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s escrofu<strong>la</strong>riáceas el quinto estambre está atrofiado<br />

por completo, y, sin embargo, po<strong>de</strong>mos inferir que ha existido en otro<br />

tiempo un quinto estambre; pues en muchas especies <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia se encuentra<br />

un rudimento <strong>de</strong> él, y este rudimento en ocasiones se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong><br />

perfectamente, como pue<strong>de</strong> verse a veces en <strong>la</strong> boca <strong>de</strong>l dragón. Al seguir<br />

<strong>la</strong>s homologías <strong>de</strong> un órgano cu<strong>al</strong>quiera en diferentes seres <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se,<br />

nada más común, ni más útil para compren<strong>de</strong>r completamente <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />

<strong>de</strong> los órganos, que el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> rudimentos. Esto se<br />

manifiesta c<strong>la</strong>ramente en los dibujos dados por Owen <strong>de</strong> los huesos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s patas <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo, toro y rinoceronte.<br />

Es un hecho importante que los órganos rudimentarios, t<strong>al</strong>es como los<br />

dientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior <strong>de</strong> <strong>la</strong>s b<strong>al</strong>lenas y rumiantes, pue<strong>de</strong>n<br />

frecuentemente <strong>de</strong>scubrirse en el embrión; pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>saparecen<br />

por completo. Es también, creo yo, una reg<strong>la</strong> univers<strong>al</strong> que una parte rudimentaria<br />

es <strong>de</strong> mayor tamaño, con re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong>s partes adyacentes, en<br />

el embrión que en el adulto; <strong>de</strong> manera que el órgano en aquel<strong>la</strong> edad<br />

temprana es menos rudimentario o hasta no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que sea rudimentario<br />

en ninguna medida. Por consiguiente, se dice con frecuencia<br />

428


que los órganos rudimentarios en el adulto han conservado su estado<br />

embrionario.<br />

Acabo <strong>de</strong> citar los hechos princip<strong>al</strong>es re<strong>la</strong>tivos a los órganos rudimentarios.<br />

Al reflexionar sobre ellos, todos <strong>de</strong>bemos sentirnos llenos <strong>de</strong><br />

asombro, pues <strong>la</strong> misma razón que nos dice que los diferentes partes y<br />

órganos están exquisitamente adaptados para ciertos usos, nos dice con<br />

igu<strong>al</strong> c<strong>la</strong>ridad que estos órganos rudimentarios o atrofiados son imperfectos<br />

e inútiles. En <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> Historia Natur<strong>al</strong> se dice gener<strong>al</strong>mente<br />

que los órganos rudimentarios han sido creados «por razón <strong>de</strong> simetría»<br />

o para «completar el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza»; pero esto no es una explicación:<br />

es simplemente volver a afirmar el hecho. Ni tampoco está esto<br />

conforme consigo mismo. así, <strong>la</strong> Boa constrictor tiene rudimentos <strong>de</strong> patas<br />

posteriores y <strong>de</strong> pelvis, y se dice que estos huesos han sido conservados<br />

«para completar el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza». ¿Por qué -como pregunta<br />

el profesor Weismann- no han sido conservados en otros ofidios, que no<br />

poseen ni siquiera un vestigio <strong>de</strong> estos mismos huesos? ¿Qué se pensaría<br />

<strong>de</strong> un astrónomo que sostuviese que los satélites giran en órbitas elípticas<br />

<strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> sus p<strong>la</strong>netas «por razón <strong>de</strong> simetría», porque los p<strong>la</strong>netas<br />

giran así <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l Sol? Un eminente fisiólogo explica <strong>la</strong> presencia<br />

<strong>de</strong> los órganos rudimentarios suponiendo que sirven para excretar<br />

substancias sobrantes o substancias perjudici<strong>al</strong>es <strong>al</strong> organismo; pero<br />

¿po<strong>de</strong>mos suponer que pueda obrar así <strong>la</strong> diminuta papi<strong>la</strong> que con frecuencia<br />

representa el pistilo en <strong>la</strong>s flores masculinas y que está formada<br />

<strong>de</strong> simple tejido celu<strong>la</strong>r? ¿Po<strong>de</strong>mos suponer que los dientes rudimentarios,<br />

que <strong>de</strong>spués son resorbidos, sean beneficiosos para el rápido crecimiento<br />

<strong>de</strong>l ternero en estado <strong>de</strong> embrión, quitando una substancia tan preciosa<br />

como el fosfato <strong>de</strong> c<strong>al</strong>? Se sabe que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber amputado <strong>de</strong>dos<br />

a un hombre han aparecido uñas imperfectas en los muñones, y lo<br />

mismo podría creer yo que estos vestigios <strong>de</strong> uñas se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

para excretar materia córnea, que creer que <strong>la</strong>s uñas rudimentarias <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>al</strong>eta <strong>de</strong>l manatí se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do con este mismo fin.<br />

Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, el origen <strong>de</strong> los<br />

órganos rudimentarios es re<strong>la</strong>tivamente sencillo y po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r,<br />

en gran parte, <strong>la</strong>s leyes que rigen su imperfecto <strong>de</strong>sarrollo. Tenemos<br />

multitud <strong>de</strong> casos <strong>de</strong> órganos rudimentarios en nuestras producciones<br />

domésticas, como el muñón <strong>de</strong> co<strong>la</strong> en <strong>la</strong>s razas sin el<strong>la</strong>, los vestigios orejas<br />

en <strong>la</strong>s razas <strong>de</strong> ovejas sin orejas, <strong>la</strong> reaparición <strong>de</strong> pequeños cuernos<br />

colgantes en castas <strong>de</strong> ganados sin cuernos, especi<strong>al</strong>mente, según Youatt,<br />

en anim<strong>al</strong>es jóvenes, y el estado completo <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor en <strong>la</strong> coliflor. Muchas<br />

veces vemos rudimentos <strong>de</strong> diferentes partes en los monstruos; pero<br />

429


dudo que ninguno <strong>de</strong> estos casos dé luz sobre el origen <strong>de</strong> los órganos<br />

rudimentarios en estado natur<strong>al</strong>, mas que en cuanto <strong>de</strong>muestran que<br />

pue<strong>de</strong>n producirse rudimentos, pues <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pruebas indica<br />

c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong>s especies en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza no experimentan cambios<br />

gran<strong>de</strong>s y bruscos. Pero el estudio <strong>de</strong> nuestras producciones domésticas<br />

nos enseña que el <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> partes lleva a <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong> su tamaño y<br />

que el resultado es hereditario.<br />

Parece probable que el <strong>de</strong>suso ha sido el agente princip<strong>al</strong> en <strong>la</strong> atrofia<br />

<strong>de</strong> los órganos. Al principio llevaría poco a poco a <strong>la</strong> reducción cada vez<br />

mayor <strong>de</strong> una parte, hasta que <strong>al</strong> fin llegase ésta a ser rudimentaria, como<br />

en el caso <strong>de</strong> los ojos en anim<strong>al</strong>es que viven en cavernas obscuras y<br />

en el <strong>de</strong> <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s en aves que viven en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas, aves a <strong>la</strong>s que<br />

raras veces han obligado a empren<strong>de</strong>r el vuelo los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong> presa, y<br />

que fin<strong>al</strong>mente han perdido <strong>la</strong> facultad <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r. A<strong>de</strong>más, un órgano útil<br />

en ciertas condiciones pue<strong>de</strong> volverse perjudici<strong>al</strong> en otras, como <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s<br />

<strong>de</strong> los coleópteros que viven en is<strong>la</strong>s pequeñas y expuestas a los vientos,<br />

y en este caso <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> habrá ayudado a <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong>l órgano<br />

hasta que se volvió inofensivo y rudimentario.<br />

Todo cambio <strong>de</strong> conformación y función que pueda efectuarse por pequeños<br />

grados está bajo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>; <strong>de</strong> manera que<br />

un órgano que por el cambio <strong>de</strong> costumbres se ha vuelto inútil o perjudici<strong>al</strong><br />

para un objeto, pue<strong>de</strong> modificarse y ser utilizado para otro. Un órgano<br />

pudo también conservarse para una so<strong>la</strong> <strong>de</strong> sus antiguas funciones.<br />

Órganos primitivamente formados con el auxilio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

pue<strong>de</strong>n muy bien, <strong>al</strong> volverse inútiles, ser variables, pues sus variaciones<br />

ya no pue<strong>de</strong>n seguir siendo refrenadas por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Todo esto<br />

concuerda bien con lo que vemos en estado natur<strong>al</strong>. A<strong>de</strong>más, cu<strong>al</strong>quiera<br />

que sea el período <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en que el <strong>de</strong>suso o <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong><br />

reduzca un órgano -y esto gener<strong>al</strong>mente ocurrirá citando el ser haya llegado<br />

a estado adulto y tenga que ejercer todas sus faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acción-,<br />

el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes ten<strong>de</strong>rá a reproducir<br />

el órgano en su estado reducido en <strong>la</strong> misma edad adulta, pero raras<br />

veces influirá en el órgano en el embrión. Así po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

el mayor tamaño <strong>de</strong> los órganos rudimentarios en el embrión con re<strong>la</strong>ción<br />

a <strong>la</strong>s partes adyacentes, y su tamaño re<strong>la</strong>tivamente menor en el<br />

adulto. Si, por ejemplo, el <strong>de</strong>do <strong>de</strong> un anim<strong>al</strong> adulto fue usado cada vez<br />

menos durante muchas generaciones, <strong>de</strong>bido a <strong>al</strong>gún cambio <strong>de</strong> costumbres,<br />

o si un órgano o glándu<strong>la</strong> funcionó cada vez menos, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir<br />

que tendrá que reducirse <strong>de</strong> tamaño en los <strong>de</strong>scendientes adultos<br />

430


<strong>de</strong> este anim<strong>al</strong> y conservar casi su tipo primitivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo en el<br />

embrión.<br />

Queda, sin embargo, esta dificultad: <strong>de</strong>spués que un órgano ha cesado<br />

<strong>de</strong> ser utilizado y, en consecuencia, se ha reducido mucho, ¿cómo pue<strong>de</strong><br />

reducirse todavía más <strong>de</strong> tamaño, hasta que sólo que<strong>de</strong> un pequeñísimo<br />

vestigio, y cómo pue<strong>de</strong>, fin<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong>saparecer por completo? Es casi<br />

imposible que el <strong>de</strong>suso pueda continuar produciendo más efecto una<br />

vez que un órgano ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> funcionar. Esto requiere <strong>al</strong>guna explicación<br />

adicion<strong>al</strong>, que no puedo dar. Si, por ejemplo, se pudiese probar que<br />

toda parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización tien<strong>de</strong> a variar en mayor grado en sentido<br />

<strong>de</strong> diminución que en sentido <strong>de</strong> aumento <strong>de</strong> tamaño, en este caso nos<br />

sería dado compren<strong>de</strong>r cómo un órgano que se ha hecho inútil se volvería<br />

rudimentario in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suso y sería, <strong>al</strong><br />

fin, suprimido por completo, pues <strong>la</strong>s variaciones en sentido <strong>de</strong> diminución<br />

<strong>de</strong> tamaño ya no estarían refrenadas por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. <strong>El</strong><br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> economía <strong>de</strong>l crecimiento, explicado en un capitulo prece<strong>de</strong>nte,<br />

según el cu<strong>al</strong> los materi<strong>al</strong>es que forman una parte cu<strong>al</strong>quiera, si<br />

no es útil para su posesor, son ahorrados en cuanto es posible, entrará<br />

quizá en juego para convertir en rudimentaria una parte inútil. Pero este<br />

principio se limitará, casi necesariamente, a los estados primeros <strong>de</strong> los<br />

procesos <strong>de</strong> reducción, pues no po<strong>de</strong>mos suponer, por ejemplo, que una<br />

pequeña papi<strong>la</strong>, que representa en una flor masculina el pistilo <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor<br />

femenina, y que está simplemente formada <strong>de</strong> tejido celu<strong>la</strong>r, pueda reducirse<br />

más o resorberse con objeto <strong>de</strong> economizar substancia nutritiva.<br />

Fin<strong>al</strong>mente, como los órganos rudimentarios, cu<strong>al</strong>esquiera que sean<br />

<strong>la</strong>s gradaciones por que hayan pasado hasta llegar a su condición actu<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> inutilidad, son el testimonio <strong>de</strong> un estado anterior <strong>de</strong> cosas y han sido<br />

conservados so<strong>la</strong>mente por <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría gene<strong>al</strong>ógica <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, cómo es que los<br />

sistemáticos, <strong>al</strong> colocar los organismos en sus verda<strong>de</strong>ros lugares en el<br />

sistema natur<strong>al</strong>, han encontrado muchas veces que <strong>la</strong>s partes rudimentarias<br />

son tan útiles, y aun a veces más útiles, que partes <strong>de</strong> gran importancia<br />

fisiológica. Los órganos rudimentarios pue<strong>de</strong>n compararse con <strong>la</strong>s letras<br />

<strong>de</strong> una pa<strong>la</strong>bra que se conservan todavía en <strong>la</strong> escritura, pero que<br />

son inútiles en <strong>la</strong> pronunciación, aunque sirven <strong>de</strong> guía para su etimología.<br />

Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>ducir que <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> órganos en estado rudimentario imperfecto<br />

e inútil, o completamente atrofiados, lejos <strong>de</strong> presentar una extraña dificultad,<br />

como seguramente <strong>la</strong> presentan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> vieja doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

431


creación, podía hasta haber sido prevista <strong>de</strong> conformidad con <strong>la</strong>s teorías<br />

que aquí se exponen.<br />

Resumen<br />

En este capítulo he procurado <strong>de</strong>mostrar que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> todos<br />

los seres orgánicos <strong>de</strong> todos los tiempos en grupos subordinados a otros;<br />

que <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los parentescos por los que todos los organismos vivientes<br />

y extinguidos están unidos en un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses<br />

por líneas <strong>de</strong> afinidad complicadas, divergentes y tortuosas; que <strong>la</strong>s reg<strong>la</strong>s<br />

seguidas y <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s encontradas por los natur<strong>al</strong>istas en sus<br />

c<strong>la</strong>sificaciones; que el v<strong>al</strong>or asignado a caracteres, si son constantes o gener<strong>al</strong>es,<br />

ya sean <strong>de</strong> suma importancia, o <strong>de</strong> muy poca, o <strong>de</strong> ninguna, como<br />

los órganos rudimentarios; que los v<strong>al</strong>ores opuestos <strong>de</strong> los caracteres<br />

an<strong>al</strong>ógicos o <strong>de</strong> adaptación y los <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra afinidad, y otras reg<strong>la</strong>s<br />

parecidas, todo resulta natur<strong>al</strong>mente si admitimos el común parentesco<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas afines junto con su modificación por variación y selección<br />

natur<strong>al</strong>, con <strong>la</strong>s circunstancias <strong>de</strong> extinción y divergencias <strong>de</strong> caracteres.<br />

Al consi<strong>de</strong>rar esta teoría <strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificación hay que tener presente que el<br />

elemento gene<strong>al</strong>ógico ha sido univers<strong>al</strong>mente utilizado <strong>al</strong> c<strong>la</strong>sificar juntos<br />

los sexos, eda<strong>de</strong>s, formas dimorfas y varieda<strong>de</strong>s reconocidas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misma especie, por mucho que difiera entre sí su estructura. Si exten<strong>de</strong>mos<br />

el uso <strong>de</strong> este elemento gene<strong>al</strong>ógico -<strong>la</strong> única causa cierta <strong>de</strong> semejanza<br />

en los seres orgánicos conocida con seguridad-, compren<strong>de</strong>remos<br />

lo que significa sistema natur<strong>al</strong>: este sistema es gene<strong>al</strong>ógico en su tentativa<br />

<strong>de</strong> c<strong>la</strong>sificación, seña<strong>la</strong>ndo los grados <strong>de</strong> diferencia adquiridos mediante<br />

los términos <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s, especies, géneros, familias, ór<strong>de</strong>nes y<br />

c<strong>la</strong>ses.<br />

Según esta misma teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los hechos princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> morfología se hacen inteligibles,<br />

ya si consi<strong>de</strong>ramos el mismo p<strong>la</strong>n <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do en los órganos homólogos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes especies <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma c<strong>la</strong>se, cu<strong>al</strong>quiera que sea <strong>la</strong><br />

función a que se <strong>de</strong>stinen, ya si consi<strong>de</strong>ramos <strong>la</strong>s homologías <strong>la</strong>ter<strong>al</strong>es o<br />

<strong>de</strong> serie en cada anim<strong>al</strong> o veget<strong>al</strong>.<br />

Según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ligeras variaciones sucesivas, que no ocurren,<br />

necesaria ni gener<strong>al</strong>mente, en un período muy temprano <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, y<br />

que son heredadas en el período correspondiente, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r<br />

los hechos princip<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> embriología, a saber: <strong>la</strong> gran semejanza, en el<br />

individuo en estado embrionario, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes que son homólogas, y que<br />

<strong>al</strong> llegar <strong>al</strong> estado adulto son muy diferentes en conformación y<br />

432


funciones; y <strong>la</strong> semejanza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes u órganos homólogos en especies<br />

afines, pero distintas, aun cuando estén adaptados en estado adulto a<br />

funciones lo más diferente posibles. Las <strong>la</strong>rvas son embriones activos,<br />

que se han modificado especi<strong>al</strong>mente, en mayor o menor grado, en re<strong>la</strong>ción<br />

con sus costumbres, habiendo heredado sus modificaciones en una<br />

edad temprana correspondiente. Según estos mismos principios -teniendo<br />

presente que cuando los órganos se reducen <strong>de</strong> tamaño, ya por <strong>de</strong>suso,<br />

ya por selección natur<strong>al</strong>, esto ocurrirá gener<strong>al</strong>mente en aquel período<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en que el ser tiene que proveer a sus propias necesida<strong>de</strong>s, y teniendo<br />

presente cuán po<strong>de</strong>rosa es <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia-, <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong> órganos rudimentarios pudo incluso haber sido prevista. La importancia<br />

<strong>de</strong> los caracteres embriológicos y <strong>de</strong> los órganos rudimentarios en<br />

<strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación se compren<strong>de</strong> según <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> que una or<strong>de</strong>nación<br />

natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>be ser gene<strong>al</strong>ógica.<br />

Fin<strong>al</strong>mente; <strong>la</strong>s diferentes c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos que se han consi<strong>de</strong>rado en<br />

este capítulo me parece que proc<strong>la</strong>man tan c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong>s innumerables<br />

especies, géneros y familias <strong>de</strong> que está pob<strong>la</strong>da <strong>la</strong> Tierra han <strong>de</strong>scendido<br />

todos, cada uno <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su propia c<strong>la</strong>se o grupo, <strong>de</strong> antepasados<br />

comunes, y que se han modificado todos en <strong>la</strong>s generaciones sucesivas,<br />

que yo adoptaría sin titubeo esta opinión, aun cuando no se apoyase<br />

en otros hechos o razones.<br />

433


Capítulo 15<br />

Recapitu<strong>la</strong>ción y conclusión<br />

Como este libro entero es una <strong>la</strong>rga argumentación, pue<strong>de</strong> ser conveniente<br />

<strong>al</strong> lector tener brevemente compendiados los hechos y <strong>de</strong>ducciones<br />

princip<strong>al</strong>es.<br />

No niego que pue<strong>de</strong>n hacerse muchas y graves objeciones a <strong>la</strong> teoría<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, mediante variación y selección natur<strong>al</strong>.<br />

Me he esforzado en dar a estas objeciones toda su fuerza. Nada<br />

pue<strong>de</strong> parecer <strong>al</strong> pronto más difícil <strong>de</strong> creer que el que los órganos e instintos<br />

más complejos se han formado, no por medios superiores -aunque<br />

análogos- a <strong>la</strong> razón humana, sino por <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> pequeñas variaciones<br />

innumerables, cada una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s buena para el individuo que <strong>la</strong><br />

poseía. Sin embargo, esta dificultad, aunque aparezca a nuestra imaginación<br />

como insuperablemente gran<strong>de</strong>, no pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada como re<strong>al</strong><br />

si admitirnos <strong>la</strong>s proposiciones siguientes: que todas <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l organismo<br />

y todos los instintos ofrecen diferencias, por lo menos, individu<strong>al</strong>es;<br />

que hay una lucha por <strong>la</strong> existencia que lleva a <strong>la</strong> conservación <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s modificaciones provechosas <strong>de</strong> estructura o instinto, y, fin<strong>al</strong>mente,<br />

que pue<strong>de</strong>n haber existido gradaciones en el estado <strong>de</strong> perfección <strong>de</strong> todo<br />

órgano, buena cada una <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su c<strong>la</strong>se. La verdad <strong>de</strong> estas proposiciones<br />

no pue<strong>de</strong>, creo yo, ser discutida. Indudablemente, es en extremo<br />

difícil aun el conjeturar por qué gradaciones se han formado muchas<br />

conformaciones, especi<strong>al</strong>mente en los grupos fragmentarios y <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes<br />

que han sufrido muchas extinciones; pero vemos tan extrañas gradaciones<br />

en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, que hemos <strong>de</strong> ser extraordinariamente pru<strong>de</strong>ntes<br />

en <strong>de</strong>cir que un órgano o instinto, o que una conformación entera, no pudieron<br />

haber llegado a su estado actu<strong>al</strong> mediante muchos estados gradu<strong>al</strong>es.<br />

Hay que admitir que existen casos <strong>de</strong> especi<strong>al</strong> dificultad opuestos<br />

a <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, y uno <strong>de</strong> los más curiosos es <strong>la</strong> existencia<br />

<strong>de</strong> dos o tres castas <strong>de</strong>finidas <strong>de</strong> hormigas obreras, o hembras<br />

434


estériles, en <strong>la</strong> misma sociedad; pero he procurado <strong>de</strong>mostrar cómo pue<strong>de</strong>n<br />

ser vencidas estas dificulta<strong>de</strong>s.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> esterilidad casi gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cuando<br />

se cruzan por vez primera, y que forma tan notable contraste con <strong>la</strong> fecundidad<br />

casi gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s cuando se cruzan, <strong>de</strong>bo remitir<br />

<strong>al</strong> lector a <strong>la</strong> recapitu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los hechos dada <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l capítulo IX,<br />

que me parece que <strong>de</strong>muestra concluyentemente que esta esterilidad no<br />

es un don más especi<strong>al</strong> que <strong>la</strong> imposibilidad <strong>de</strong> ser injertadas una en otra<br />

dos especies distintas <strong>de</strong> árboles, y que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> diferencias limitadas<br />

a los sistemas reproductores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cruzadas. Vemos <strong>la</strong> exactitud<br />

<strong>de</strong> esta conclusión en <strong>la</strong> gran diferencia que existe en los resultados <strong>de</strong><br />

cruzar recíprocamente dos especies; esto es, cuando una especie es primero<br />

utilizada como padre y luego como madre. <strong>El</strong> resultado análogo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas dimorfas y trimorfas nos lleva c<strong>la</strong>ramente<br />

a <strong>la</strong> misma conclusión; pues cuando <strong>la</strong>s formas se unen ilegítimamente,<br />

producen pocas semil<strong>la</strong>s o ninguna, y sus <strong>de</strong>scendientes son más o menos<br />

estériles; y estas formas pertenecen indubitablemente a <strong>la</strong> misma especie<br />

y difieren entre sí nada más que en sus funciones y órganos<br />

reproductores.<br />

Aun cuando tantos autores hayan afirmado que es univers<strong>al</strong> <strong>la</strong> fecundidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s cuando se cruzan y <strong>la</strong> <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia mestiza,<br />

esto no se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como completamente exacto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

los hechos citados con <strong>la</strong> gran autoridad <strong>de</strong> Gärtner y Kölreuter. La mayor<br />

parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s que se han sometido a experimento no han<br />

sido producidas en estado doméstico, y como <strong>la</strong> domesticación -no me<br />

refiero <strong>al</strong> simple confinamiento- tien<strong>de</strong> casi con seguridad a eliminar aquel<strong>la</strong><br />

esterilidad que, juzgando por an<strong>al</strong>ogía, habría afectado a <strong>la</strong>s especies<br />

progenitoras si se hubiesen cruzado, no <strong>de</strong>bemos esperar que <strong>la</strong> domesticación<br />

tenga que producir <strong>la</strong> esterilidad en sus <strong>de</strong>scendientes modificados<br />

cuando se cruzan. Esta eliminación <strong>de</strong> <strong>la</strong> esterilidad resulta, <strong>al</strong><br />

parecer, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma causa que permite a los anim<strong>al</strong>es domésticos criar<br />

ilimitadamente en condiciones variadas, y resulta también, <strong>al</strong> parecer, <strong>de</strong><br />

que se han acostumbrado gradu<strong>al</strong>mente a cambios frecuentes en sus condiciones<br />

<strong>de</strong> existencia.<br />

Dos series par<strong>al</strong>e<strong>la</strong>s <strong>de</strong> hechos parecen arrojar mucha luz sobre <strong>la</strong> esterilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies cuando se cruzan por vez primera y <strong>la</strong> <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

híbrida. Por una parte, hay fundamento para creer que los<br />

cambios pequeños en <strong>la</strong>s condiciones <strong>de</strong> existencia dan vigor y fecundidad<br />

a todos los seres orgánicos. Sabemos también que el cruzamiento entre<br />

individuos distintos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad y entre varieda<strong>de</strong>s<br />

435


distintas aumenta el número <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scendientes y les da ciertamente<br />

mayor tamaño y vigor. Esto se <strong>de</strong>be sobre todo a que <strong>la</strong>s formas que se<br />

cruzan han estado sometidas a condiciones <strong>de</strong> existencia <strong>al</strong>go diferentes,<br />

pues he comprobado, mediante una <strong>la</strong>boriosa serie <strong>de</strong> experimentos,<br />

que, si todos los individuos <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma variedad son sometidos durante<br />

varias generaciones a <strong>la</strong>s mismas condiciones, <strong>la</strong> ventaja resultante <strong>de</strong>l<br />

cruzamiento con frecuencia disminuye mucho o <strong>de</strong>saparece <strong>de</strong>l todo. Este<br />

es uno <strong>de</strong> los aspectos <strong>de</strong>l caso. Por otra parte, sabemos que <strong>la</strong>s especies<br />

que han estado sometidas mucho tiempo a condiciones casi uniformes,<br />

cuando son sometidas en cautividad a condiciones nuevas y muy<br />

diferentes, o perecen o, si sobreviven, se vuelven estériles aunque conserven<br />

perfecta s<strong>al</strong>ud. Esto no ocurre, u ocurre sólo en grado pequeñísimo,<br />

con <strong>la</strong>s producciones domésticas que han estado sometidas mucho tiempo<br />

a condiciones variables. Por consiguiente, cuando vemos que los híbridos<br />

producidos por un cruzamiento entre dos especies distintas son<br />

en corto número, <strong>de</strong>bido a que perecen inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

concepción o a una edad muy temprana, o que, si sobreviven, se han<br />

vuelto más o menos estériles, parece sumamente probable que este resultado<br />

sea <strong>de</strong>bido a que han sido <strong>de</strong> hecho sometidos a un gran cambio en<br />

sus condiciones <strong>de</strong> existencia por estar compuestos <strong>de</strong> dos organizaciones<br />

distintas. Quien explique <strong>de</strong> un modo preciso por qué, por ejemplo,<br />

un elefante o un zorro no crían cautivos en su país nat<strong>al</strong>, mientras que el<br />

perro o el cerdo doméstico crían sin limitación en condiciones <strong>la</strong>s más diversas,<br />

podrá dar <strong>al</strong> mismo tiempo una respuesta precisa a <strong>la</strong> pregunta<br />

<strong>de</strong> por qué dos especies distintas, cuando se cruzan, lo mismo que su<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia híbrida, resultan gener<strong>al</strong>mente más o menos estériles,<br />

mientras que dos varieda<strong>de</strong>s domésticas, <strong>al</strong> cruzarse, y sus <strong>de</strong>scendientes<br />

mestizos son perfectamente fecundos.<br />

Volviendo a <strong>la</strong> distribución geográfica, <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s con que tropieza<br />

<strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación son bastante graves. Todos<br />

los individuos <strong>de</strong> una misma especie y todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo<br />

género, y aun grupos superiores, han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> antepasados comunes,<br />

y por esto, por muy distantes y ais<strong>la</strong>das que estén <strong>la</strong>s partes <strong>de</strong>l<br />

mundo en que actu<strong>al</strong>mente se <strong>la</strong>s encuentra, estas especies, en el transcurso<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s generaciones sucesivas, han tenido que tras<strong>la</strong>darse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />

punto a todos los otros. Muchas veces nos es tot<strong>al</strong>mente imposible ni<br />

conjeturar siquiera cómo pudo haberse efectuado esto. Sin embargo, como<br />

tenemos fundamento para creer que <strong>al</strong>gunas especies han conservado<br />

<strong>la</strong> misma forma específica durante <strong>la</strong>rguísimos períodos <strong>de</strong> tiempo -<br />

inmensamente <strong>la</strong>rgos si se mi<strong>de</strong>n por años-, no <strong>de</strong>be darse <strong>de</strong>masiada<br />

436


importancia a <strong>la</strong> gran difusión ocasion<strong>al</strong> <strong>de</strong> una misma especie, pues durante<br />

períodos <strong>la</strong>rguísimos siempre habrá habido <strong>al</strong>guna buena proporción<br />

para una gran emigración por muchos medios. Una distribución geográfica<br />

fragmentaria o interrumpida pue<strong>de</strong> explicarse muchas veces por<br />

<strong>la</strong> extinción <strong>de</strong> especies en <strong>la</strong>s regiones intermedias. Es innegable que<br />

hasta el presente sabemos muy poco acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> extensión tot<strong>al</strong> <strong>de</strong> los<br />

diferentes cambios geográficos y <strong>de</strong> clima que ha experimentado <strong>la</strong> Tierra<br />

durante los períodos recientes, y estos cambios habrán facilitado muchas<br />

veces <strong>la</strong>s emigraciones. Como ejemplo he procurado <strong>de</strong>mostrar lo<br />

po<strong>de</strong>rosa que ha sido <strong>la</strong> influencia <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar en <strong>la</strong> distribución<br />

<strong>de</strong> una misma especie o <strong>de</strong> especies afines por toda <strong>la</strong> Tierra. Hasta el<br />

presente es muy gran<strong>de</strong> nuestra ignorancia sobre los muchos medios<br />

ocasion<strong>al</strong>es <strong>de</strong> transporte. Por lo que se refiere a especies distintas <strong>de</strong>l<br />

mismo género que viven en regiones distantes y ais<strong>la</strong>das, como el proceso<br />

<strong>de</strong> modificación necesariamente ha sido lento, habrán sido posibles todos<br />

los medios <strong>de</strong> emigración durante un período <strong>la</strong>rguísimo y, por consiguiente,<br />

<strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran difusión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género<br />

queda en cierto modo atenuada.<br />

Como, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, tiene que haber existido<br />

un sinfín <strong>de</strong> formas intermedias, que en<strong>la</strong>zan todas <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> cada<br />

grupo mediante gradaciones tan <strong>de</strong>licadas como lo son <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s vivientes,<br />

pue<strong>de</strong> preguntarse por qué no vemos a nuestro <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor estas<br />

formas <strong>de</strong> en<strong>la</strong>ce, por qué no están todos los seres vivientes confundidos<br />

entre sí en un caos inextricable. Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s formas vivientes,<br />

hemos <strong>de</strong> recordar que -s<strong>al</strong>vo en raros casos- no tenemos <strong>de</strong>recho a<br />

esperar el <strong>de</strong>scubrir <strong>la</strong>zos <strong>de</strong> unión directa entre el<strong>la</strong>s, sino sólo entre cada<br />

una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s y <strong>al</strong>guna forma extinguida y sup<strong>la</strong>ntada. Incluso en una<br />

región muy extensa que haya permanecido continua durante un <strong>la</strong>rgo<br />

período, y en <strong>la</strong> cu<strong>al</strong> el clima y otras condiciones <strong>de</strong> vida cambien insensiblemente,<br />

<strong>al</strong> pasar <strong>de</strong> un distrito ocupado por una especie a otro ocupado<br />

por otra muy afín, no tenemos justo <strong>de</strong>recho a esperar el encontrar<br />

con frecuencia variaciones intermedias en <strong>la</strong>s zonas intermedias; pues tenemos<br />

motivos para creer que, en todo caso, sólo un corto número <strong>de</strong> especies<br />

<strong>de</strong> un género experimentan modificaciones, extinguiéndose por<br />

completo <strong>la</strong>s otras sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada. De <strong>la</strong>s especies<br />

que se modifican, sólo un corto número se modifican en el mismo país <strong>al</strong><br />

mismo tiempo. y todas <strong>la</strong>s modificaciones se efectúan lentamente. También<br />

he <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong>s variaciones intermedias que probablemente<br />

existieron <strong>al</strong> principio en <strong>la</strong>s zonas intermedias estarían expuestas a ser<br />

sup<strong>la</strong>ntadas por <strong>la</strong>s formas afines existentes a uno y otro <strong>la</strong>do; pues estas<br />

437


últimas, por existir representadas por gran número <strong>de</strong> individuos, se<br />

modificarían y perfeccionarían gener<strong>al</strong>mente con mayor rapi<strong>de</strong>z que <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s intermedias que existían con menos número; <strong>de</strong> manera que,<br />

a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga, <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s intermedias serían sup<strong>la</strong>ntadas y exterminadas.<br />

Según esta doctrina <strong>de</strong>l exterminio <strong>de</strong> una infinidad <strong>de</strong> formas <strong>de</strong><br />

unión entre los habitantes vivientes y extinguidos <strong>de</strong>l mundo, y en cada<br />

uno <strong>de</strong> los períodos sucesivos entre <strong>la</strong>s especies extinguidas y otras especies<br />

todavía más antiguas, ¿por qué no están cargadas todas <strong>la</strong>s formaciones<br />

geológicas <strong>de</strong> estas formas <strong>de</strong> unión? ¿Por qué cu<strong>al</strong>quier colección<br />

<strong>de</strong> fósiles no aporta pruebas patentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> gradación y transformación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas? Aun cuando <strong>la</strong>s investigaciones geológicas han<br />

reve<strong>la</strong>do indubitablemente <strong>la</strong> pasada existencia <strong>de</strong> muchas formas <strong>de</strong><br />

unión que aproximan numerosas formas orgánicas, no dan <strong>la</strong>s infinitas<br />

<strong>de</strong>licadas gradaciones entre <strong>la</strong>s especies pasadas y presentes requeridas<br />

por nuestra teoría, y esta es <strong>la</strong> más c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong> <strong>la</strong>s numerosas objeciones que<br />

contra el<strong>la</strong> se han presentado. A<strong>de</strong>más, ¿por qué parece -aunque esta<br />

apariencia es muchas veces f<strong>al</strong>sa- que grupos enteros <strong>de</strong> especies afines<br />

se han presentado <strong>de</strong> repente en los pisos geológicos sucesivos? Aun<br />

cuando actu<strong>al</strong>mente sabemos que los seres orgánicos aparecieron en<br />

nuestro globo en un período inc<strong>al</strong>cu<strong>la</strong>blemente remoto, mucho antes <strong>de</strong><br />

que se <strong>de</strong>positasen <strong>la</strong>s capas inferiores <strong>de</strong>l sistema cámbrico, ¿por qué no<br />

encontramos acumu<strong>la</strong>das <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> este sistema gran<strong>de</strong>s masas <strong>de</strong> estratos<br />

con los restos <strong>de</strong> los antepasados <strong>de</strong> los fósiles cámbricos? Pues, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> nuestra teoría, estos estratos tuvieron que haberse <strong>de</strong>positado en<br />

<strong>al</strong>guna parte, en aquel<strong>la</strong>s antiguas épocas completamente <strong>de</strong>sconocidas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra.<br />

Sólo puedo contestar a estas preguntas y objeciones en el supuesto <strong>de</strong><br />

que los registros geológicos son mucho más imperfectos <strong>de</strong> lo que cree <strong>la</strong><br />

mayor parte <strong>de</strong> los geólogos. <strong>El</strong> conjunto <strong>de</strong> ejemp<strong>la</strong>res <strong>de</strong> todos los museos<br />

es absolutamente nada, comparado con <strong>la</strong>s innumerables generaciones<br />

<strong>de</strong> innumerables especies que es seguro que han existido. La forma<br />

madre <strong>de</strong> dos o más especies cu<strong>al</strong>esquiera no sería por todos sus caracteres<br />

más directamente intermedia entre su modificada <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia que<br />

lo es <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre por su buche y co<strong>la</strong> entre sus <strong>de</strong>scendientes <strong>la</strong><br />

buchona y <strong>la</strong> colipavo. No seríamos capaces <strong>de</strong> reconocer una especie como<br />

madre <strong>de</strong> otra especie modificada, por muy cuidadosamente que pudiéramos<br />

examinar ambas, a menos que poseyésemos <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

los es<strong>la</strong>bones intermedios, y, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos,<br />

no tenemos justo motivo para esperar encontrar tantos es<strong>la</strong>bones.<br />

Si se <strong>de</strong>scubriesen dos o tres o aun más formas <strong>de</strong> unión, por muy<br />

438


pequeñas que fuesen sus diferencias, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas<br />

<strong>la</strong>s c<strong>la</strong>sificarían simplemente como otras tantas especies nuevas, sobre todo<br />

si se habían encontrado en diferentes subpisos geológicos. Podrían citarse<br />

numerosas formas vivientes dudosas, que son, probablemente, varieda<strong>de</strong>s;<br />

pero ¿quién preten<strong>de</strong>rá que en los tiempos futuros se <strong>de</strong>scubrirán<br />

tantas formas intermedias fósiles que los natur<strong>al</strong>istas podrán <strong>de</strong>cidir<br />

si estas formas dudosas <strong>de</strong>ben o no l<strong>la</strong>marse varieda<strong>de</strong>s? Tan sólo una<br />

pequeña parte <strong>de</strong>l mundo ha sido explorada geológicamente. Sólo los seres<br />

orgánicos <strong>de</strong> ciertas c<strong>la</strong>ses pue<strong>de</strong>n conservarse en estado fósil, por lo<br />

menos en número consi<strong>de</strong>rable. Muchas especies, una vez formadas, no<br />

experimentan nunca ningún cambio ulterior, sino que se extinguen sin<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scendientes modificados, y los períodos durante los cu<strong>al</strong>es <strong>la</strong>s especies<br />

han experimentado modificación, aunque <strong>la</strong>rgos si se mi<strong>de</strong>n por<br />

años, probablemente han sido cortos en comparación con los períodos<br />

durante los cu<strong>al</strong>es conservaron <strong>la</strong> misma forma. Las especies dominantes<br />

y <strong>de</strong> extensa distribución son <strong>la</strong>s que varían más y con mayor frecuencia,<br />

y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s son muchas veces loc<strong>al</strong>es <strong>al</strong> principio; causas ambas que<br />

hacen poco probable el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> es<strong>la</strong>bones intermedios en una<br />

formación <strong>de</strong>terminada. Las varieda<strong>de</strong>s loc<strong>al</strong>es no se exten<strong>de</strong>rán a otras<br />

regiones distantes hasta que estén consi<strong>de</strong>rablemente modificadas y mejoradas,<br />

y cuando se han extendido y son <strong>de</strong>scubiertas en una formación<br />

geológica, aparecen como creadas <strong>al</strong>lí <strong>de</strong> repente, y serán c<strong>la</strong>sificadas<br />

simplemente como nuevas especies. La mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formaciones<br />

se han acumu<strong>la</strong>do con intermitencia, y su duración ha sido probablemente<br />

menor que <strong>la</strong> duración media <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas específicas. Las formaciones<br />

sucesivas están separadas entre sí, en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos,<br />

por interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> gran duración, pues formaciones fosilíferas <strong>de</strong> potencia<br />

bastante para resistir <strong>la</strong> futura erosión sólo pue<strong>de</strong>n acumu<strong>la</strong>rse,<br />

por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>, don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>posita mucho sedimento en el fondo <strong>de</strong> un<br />

mar que tenga movimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso. Durante los períodos <strong>al</strong>ternantes<br />

<strong>de</strong> elevación y <strong>de</strong> nivel estacionario, los registros geológicos estarán<br />

gener<strong>al</strong>mente en b<strong>la</strong>nco. Durante estos últimos períodos habrá probablemente<br />

más variabilidad en <strong>la</strong>s formas orgánicas; durante los períodos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scenso, mayor extinción.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> estratos ricos en fósiles <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> formación cámbrica, puedo sólo recurrir a <strong>la</strong> hipótesis dada en el capítulo<br />

X, o sea que, aun cuando nuestros continentes y océanos han subsistido<br />

casi en <strong>la</strong>s posiciones re<strong>la</strong>tivas actu<strong>al</strong>es durante un período enorme,<br />

no tenemos motivo <strong>al</strong>guno para admitir que esto haya sido siempre así,<br />

y, por consiguiente, pue<strong>de</strong>n permanecer sepultadas bajo los gran<strong>de</strong>s<br />

439


océanos formaciones mucho más antiguas que todas <strong>la</strong>s conocidas actu<strong>al</strong>mente.<br />

Por lo que se refiere a que el tiempo transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

nuestro p<strong>la</strong>neta se consolidó no ha sido suficiente para <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong>l<br />

cambio orgánico supuesto -y esta objeción, como propuesta por sir William<br />

Thompson, es probablemente una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más graves que nunca se<br />

hayan presentado-, sólo puedo <strong>de</strong>cir, en primer lugar, que no sabemos<br />

con qué velocidad, medida por años, cambian <strong>la</strong>s especies, y, en segundo<br />

lugar, que muchos hombres <strong>de</strong> ciencia no están todavía dispuestos a admitir<br />

que conozcamos bastante <strong>la</strong> constitución <strong>de</strong>l universo y <strong>de</strong>l interior<br />

<strong>de</strong> nuestro globo para razonar con seguridad sobre su duración pasada.<br />

Todo el mundo admitirá que los registros geológicos son imperfectos;<br />

muy pocos se inclinarán a admitir que lo son en el grado requerido por<br />

nuestra teoría. Si consi<strong>de</strong>ramos espacios <strong>de</strong> tiempo lo bastante <strong>la</strong>rgos, <strong>la</strong><br />

Geología manifiesta c<strong>la</strong>ramente que todas <strong>la</strong>s especies han cambiado y<br />

que han cambiado <strong>de</strong>l modo exigido por <strong>la</strong> teoría, pues han cambiado<br />

lentamente y <strong>de</strong> un modo gradu<strong>al</strong>. Vemos esto c<strong>la</strong>ramente en que los restos<br />

fósiles <strong>de</strong> formaciones consecutivas están invariablemente mucho<br />

más re<strong>la</strong>cionadas entre sí que los <strong>de</strong> formaciones muy separadas.<br />

T<strong>al</strong> es el resumen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferentes objeciones y dificulta<strong>de</strong>s princip<strong>al</strong>es<br />

que pue<strong>de</strong>n con justicia ser presentadas contra nuestra teoría, y he recapitu<strong>la</strong>do<br />

ahora brevemente <strong>la</strong>s respuestas y explicaciones que, hasta don<strong>de</strong><br />

a mí se me <strong>al</strong>canza, pue<strong>de</strong>n darse. He encontrado, durante muchos<br />

años, estas dificulta<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>masiado abrumadoras para dudar <strong>de</strong> su peso;<br />

pero merece seña<strong>la</strong>rse especi<strong>al</strong>mente que <strong>la</strong>s objeciones más importantes<br />

se refieren a cuestiones sobre <strong>la</strong>s cu<strong>al</strong>es reconocemos nuestra ignorancia,<br />

sin saber hasta dón<strong>de</strong> llega ésta. No conocemos todos los grados posibles<br />

<strong>de</strong> transición entre los órganos más sencillos y los más perfectos; no pue<strong>de</strong><br />

preten<strong>de</strong>rse que conozcamos todos los diversos medios <strong>de</strong> distribución<br />

que han existido durante el <strong>la</strong>rgo tiempo pasado, ni que conozcamos<br />

toda <strong>la</strong> imperfección <strong>de</strong> los registros geológicos. Con ser graves, como<br />

lo son, estas diferentes objeciones, no son, a mi juicio, en modo <strong>al</strong>guno,<br />

suficientes para echar abajo <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia seguida <strong>de</strong><br />

modificación.<br />

Volvamos <strong>al</strong> otro aspecto <strong>de</strong> <strong>la</strong> cuestión. En estado doméstico vemos<br />

mucha variabilidad producida, o por lo menos estimu<strong>la</strong>da, por el cambio<br />

<strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong> vida; pero con frecuencia <strong>de</strong> un modo tan obscuro,<br />

que nos vemos tentados a consi<strong>de</strong>rar estas variaciones corno espontáneas.<br />

La variabilidad está regida por muchas leyes complejas: por corre<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> crecimiento, compensación, aumento <strong>de</strong>l uso y <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> los órganos,<br />

y acción <strong>de</strong>finida <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones ambientes. Es muy difícil<br />

440


averiguar en qué medida se han modificado <strong>la</strong>s producciones domésticas;<br />

pero po<strong>de</strong>mos admitir con seguridad que <strong>la</strong>s modificaciones han sido<br />

gran<strong>de</strong>s y que pue<strong>de</strong>n heredarse durante <strong>la</strong>rgos períodos Mientras <strong>la</strong>s<br />

condiciones <strong>de</strong> vida permanecen igu<strong>al</strong>es, tenemos fundamento para creer<br />

que una modificación que ha sido ya heredada por muchas generaciones<br />

pue<strong>de</strong> continuar siéndolo por un número casi ilimitado <strong>de</strong> éstas. Por<br />

el contrario, tenemos pruebas <strong>de</strong> que <strong>la</strong> variabilidad, una vez que ha entrado<br />

en juego, no cesa en estado doméstico durante un período <strong>la</strong>rguísimo,<br />

y no sabemos si llega a cesar nunca, pues acci<strong>de</strong>nt<strong>al</strong>mente se producen<br />

todavía varieda<strong>de</strong>s nuevas en nuestras producciones domésticas más<br />

antiguas.<br />

La variabilidad no es re<strong>al</strong>mente producida por el hombre; el hombre<br />

expone tan sólo, sin intención, los seres orgánicos a nuevas condiciones<br />

<strong>de</strong> vida, y entonces <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza obra sobre los organismos y los hace<br />

variar. Pero el hombre pue<strong>de</strong> seleccionar,. y selecciona, <strong>la</strong>s variaciones<br />

que le presenta <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, y <strong>la</strong>s acumu<strong>la</strong> así <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong>seado. Así<br />

adapta el hombre los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas a su propio beneficio o gusto.<br />

Pue<strong>de</strong> hacer esto metódicamente, o pue<strong>de</strong> hacerlo inconscientemente,<br />

conservando los individuos que le son más útiles o agradables, sin intención<br />

<strong>de</strong> modificar <strong>la</strong>s castas. Es seguro que pue<strong>de</strong> influir mucho en los<br />

caracteres <strong>de</strong> una casta seleccionando en cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s generaciones<br />

sucesivas diferencias individu<strong>al</strong>es tan pequeñas que sean inapreciables,<br />

excepto para una vista educada. Este proceso inconsciente <strong>de</strong> selección<br />

ha sido el agente princip<strong>al</strong> en <strong>la</strong> formación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razas domésticas más<br />

distintas y útiles. Las complicadas dudas sobre si muchas razas producidas<br />

por el hombre son varieda<strong>de</strong>s y especies primitivamente distintas<br />

<strong>de</strong>muestran que muchas razas tienen en gran medida los caracteres <strong>de</strong><br />

especies natur<strong>al</strong>es.<br />

No hay motivo para que <strong>la</strong>s leyes que han obrado eficazmente en estado<br />

doméstico no lo hayan hecho en estado natur<strong>al</strong>. En <strong>la</strong> supervivencia<br />

<strong>de</strong> los individuos y razas favorecidas durante <strong>la</strong> incesante lucha por <strong>la</strong><br />

existencia vemos una forma po<strong>de</strong>rosa y constante <strong>de</strong> selección. La lucha<br />

por <strong>la</strong> existencia resulta inevitablemente <strong>de</strong> <strong>la</strong> elevada razón geométrica<br />

<strong>de</strong> propagación, que es común a todos los seres orgánicos. La gran rapi<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> propagación se prueba por el cálculo, por <strong>la</strong> rápida propagación<br />

<strong>de</strong> muchos anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas durante una serie <strong>de</strong> temporadas especi<strong>al</strong>mente<br />

favorables, y cuando se los natur<strong>al</strong>iza en nuevos países. Nacen<br />

más individuos <strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n sobrevivir. Un grano en <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>nza<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar qué individuos hayan <strong>de</strong> vivir y cuáles hayan <strong>de</strong> morir,<br />

qué variedad o especie haya <strong>de</strong> aumentar en número <strong>de</strong> individuos y<br />

441


cuál haya <strong>de</strong> disminuir o acabar por extinguirse. Como los individuos <strong>de</strong><br />

una misma especie entran por todos conceptos en competencia <strong>la</strong> más rigurosa,<br />

<strong>la</strong> lucha será gener<strong>al</strong>mente más severa entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

una misma especie, y seguirá en severidad entre <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un mismo<br />

género. Por otra parte, muchas veces será severa <strong>la</strong> lucha entre seres<br />

<strong>al</strong>ejados en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza. La más pequeña ventaja en ciertos<br />

individuos, en cu<strong>al</strong>quier edad o estación, sobre aquellos con quienes entran<br />

en competencia, o <strong>la</strong> mejor adaptación, por pequeño que sea el grado,<br />

a <strong>la</strong>s condiciones físicas ambientes, harán a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga inclinar <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>nza<br />

a su favor.<br />

En los anim<strong>al</strong>es que tienen los sexos separados habrá en <strong>la</strong> mayor parte<br />

<strong>de</strong> los casos lucha entre los machos por <strong>la</strong> posesión <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hembras.<br />

Los machos más vigorosos, o los que han luchado con mejor éxito con<br />

sus condiciones <strong>de</strong> vida, <strong>de</strong>jarán gener<strong>al</strong>mente más <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Pero el<br />

éxito <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá muchas veces <strong>de</strong> que los machos tengan armas, medios<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa o encantos especi<strong>al</strong>es, y una pequeña ventaja llevará a <strong>la</strong><br />

victoria.<br />

Como <strong>la</strong> Geología c<strong>la</strong>ramente proc<strong>la</strong>ma que todos los países han sufrido<br />

gran<strong>de</strong>s cambios físicos, podíamos haber esperado encontrar que los<br />

seres orgánicos han variado en estado natur<strong>al</strong> <strong>de</strong>l mismo modo que han<br />

variado en estado doméstico, y si ha habido <strong>al</strong>guna variabilidad en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza,<br />

sería un hecho inexplicable que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> no hubiese<br />

entrado en juego. Con frecuencia se ha afirmado esto; pero <strong>la</strong> afirmación<br />

no es susceptible <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostración, pues <strong>la</strong> intensidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación en<br />

estado natur<strong>al</strong> es sumamente limitada. <strong>El</strong> hombre, aunque obrando sólo<br />

sobre los caracteres externos y muchas veces caprichosamente, pue<strong>de</strong><br />

producir <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un corto período un gran resultado sumando en sus<br />

producciones domésticas simples diferencias individu<strong>al</strong>es. Pero, aparte<br />

<strong>de</strong> estas diferencias, todos los natur<strong>al</strong>istas admiten <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s<br />

natur<strong>al</strong>es que se consi<strong>de</strong>ran lo suficientemente distintas para que<br />

merezcan ser registradas en <strong>la</strong>s obras sistemáticas. Nadie ha trazado una<br />

distinción c<strong>la</strong>ra entre <strong>la</strong>s diferencias individu<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s pequeñas,<br />

ni entre <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ramente seña<strong>la</strong>das y <strong>la</strong>s subespecies y especies.<br />

En continentes separados, o en partes diferentes <strong>de</strong>l mismo continente<br />

cuando están separadas por obstáculos <strong>de</strong> cu<strong>al</strong>quier c<strong>la</strong>se, o en is<strong>la</strong>s<br />

adyacentes, ¡qué multitud <strong>de</strong> formas existe que los natur<strong>al</strong>istas experimentados<br />

c<strong>la</strong>sifican: unos, como varieda<strong>de</strong>s; otros, como razas geográficas<br />

o subespecies, y otros, como especies distintas, aunque muy<br />

próximas!<br />

442


Pues si los anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas varían, por poco y lentamente que sea,<br />

¿por qué no tendrán que conservarse y acumu<strong>la</strong>rse por selección natur<strong>al</strong><br />

o supervivencia <strong>de</strong> los más a<strong>de</strong>cuados <strong>la</strong>s variaciones o diferencias individu<strong>al</strong>es<br />

que sean en <strong>al</strong>gún modo provechosas? Si el hombre pue<strong>de</strong> con<br />

paciencia seleccionar variaciones útiles para él, ¿por qué, en condiciones<br />

<strong>de</strong> vida variables y complicadas, no habrán <strong>de</strong> surgir con frecuencia y ser<br />

conservadas o seleccionadas variaciones útiles a <strong>la</strong>s producciones vivientes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza? ¿Qué límite pue<strong>de</strong> fijarse a esta fuerza actuando durante<br />

tiempos <strong>la</strong>rguísimos y escudriñando rigurosamente toda <strong>la</strong> constitución,<br />

con formación y costumbres <strong>de</strong> cada ser, favoreciendo lo bueno y<br />

rechazando lo m<strong>al</strong>o? No sé ver límite <strong>al</strong>guno para esta fuerza <strong>al</strong> adaptar<br />

lenta y admirablemente cada forma a <strong>la</strong>s más complejas re<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> vida.<br />

La teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, aun sin ir más lejos, parece probable<br />

en sumo grado. He recapitu<strong>la</strong>do ya, lo mejor que he podido, <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s<br />

y objeciones presentadas contra nuestra teoría; pasemos ahora a los<br />

argumentos y hechos especi<strong>al</strong>es en favor <strong>de</strong> el<strong>la</strong>.<br />

Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies son sólo varieda<strong>de</strong>s muy seña<strong>la</strong>das<br />

y permanentes, y <strong>de</strong> que cada especie existió primero como variedad,<br />

po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué no se pue<strong>de</strong> trazar una línea <strong>de</strong> <strong>de</strong>marcación<br />

entre <strong>la</strong>s especies, que se supone gener<strong>al</strong>mente que han sido<br />

producidas por actos especi<strong>al</strong>es <strong>de</strong> creación, y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s, que se sabe<br />

que lo han sido por leyes secundarias. Según esta misma teoría, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r cómo es que en una región en <strong>la</strong> que se han producido muchas<br />

especies <strong>de</strong> un género, y don<strong>de</strong> éstas florecen actu<strong>al</strong>mente, estas<br />

mismas especies tienen que presentar muchas varieda<strong>de</strong>s; pues don<strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

fabricación <strong>de</strong> especies ha sido activa hemos <strong>de</strong> esperar, por reg<strong>la</strong> gener<strong>al</strong>,<br />

encontrar<strong>la</strong> todavía en actividad, y así ocurre si <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s son<br />

especies incipientes. A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros mayores, que<br />

proporcionan el mayor número <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s o especies incipientes,<br />

conservan hasta cierto punto el carácter <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s, pues difieren entre<br />

sí en menor grado que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> los géneros más pequeños. Las<br />

especies más próximas <strong>de</strong> los géneros mayores parecen tener también<br />

distribución geográfica restringida, y están reunidas, por sus afinida<strong>de</strong>s,<br />

en pequeños grupos, <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> otras, pareciéndose por ambos conceptos<br />

a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s. Estas re<strong>la</strong>ciones son extrañas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría<br />

<strong>de</strong> que cada especie fue creada in<strong>de</strong>pendientemente; pero son inteligibles<br />

si cada especie existió primero como una variedad.<br />

Como todas <strong>la</strong>s especies, por <strong>la</strong> razón geométrica <strong>de</strong> su reproducción,<br />

tien<strong>de</strong>n a aumentar extraordinariamente en número <strong>de</strong> individuos, y como<br />

los <strong>de</strong>scendientes modificados <strong>de</strong> cada especie estarán capacitados<br />

443


para aumentar tanto más cuanto más se diversifiquen en costumbres y<br />

conformación, <strong>de</strong> manera que puedan ocupar muchos y muy diferentes<br />

puestos en <strong>la</strong> economía <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, habrá una ten<strong>de</strong>ncia constante<br />

en <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> a conservar <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia más divergente <strong>de</strong><br />

cu<strong>al</strong>quiera especie. Por consiguiente, durante un <strong>la</strong>rgo proceso <strong>de</strong> modificación,<br />

<strong>la</strong>s pequeñas diferencias características <strong>de</strong> <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una<br />

misma especie tien<strong>de</strong>n a aumentar hasta convertirse en <strong>la</strong>s diferencias<br />

mayores características <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un mismo género. Las varieda<strong>de</strong>s<br />

nuevas o perfeccionadas, inevitablemente sup<strong>la</strong>ntarán y exterminarán<br />

a <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s más viejas, menos perfeccionadas e intermedias, y<br />

así <strong>la</strong>s especies se convertirán, en gran parte, en cosas <strong>de</strong>finidas y precisas.<br />

Las especies dominantes, que pertenecen a los grupos mayores <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se, tien<strong>de</strong>n a dar origen a formas nuevas y dominantes, <strong>de</strong><br />

manera que cada grupo gran<strong>de</strong> tien<strong>de</strong> a hacerse todavía mayor y <strong>al</strong> mismo<br />

tiempo más divergente en caracteres. Pero como todos los grupos no<br />

pue<strong>de</strong>n continuar <strong>de</strong> este modo aumentando <strong>de</strong> extensión, pues <strong>la</strong> Tierra<br />

no tendría capacidad para ellos, los grupos predominantes <strong>de</strong>rrotan a los<br />

que no lo son. Esta ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los grupos gran<strong>de</strong>s a continuar aumentando<br />

<strong>de</strong> extensión y divergiendo en caracteres, junto con una gran extinción,<br />

su consecuencia inevitable, explican <strong>la</strong> disposición <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s<br />

formas orgánicas en grupos subordinados a otros grupos, todos ellos<br />

comprendidos en un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses, que han prev<strong>al</strong>ecido<br />

a través <strong>de</strong>l tiempo. Este hecho capit<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> agrupación <strong>de</strong> todos los<br />

seres orgánicos en lo que se l<strong>la</strong>ma sistema natur<strong>al</strong> es completamente<br />

inexplicable <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación.<br />

Como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente por acumu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> variaciones<br />

favorables, pequeñas y sucesivas, no pue<strong>de</strong> producir modificaciones<br />

gran<strong>de</strong>s o súbitas; pue<strong>de</strong> obrar so<strong>la</strong>mente a pasos cortos y lentos. De<br />

aquí que <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> Natura non facit s<strong>al</strong>tum, que cada nuevo aumento <strong>de</strong><br />

nuestros conocimientos tien<strong>de</strong> a confirmar, sea comprensible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

esta teoría. Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué, en toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, el mismo<br />

fin gener<strong>al</strong> se consigue por una variedad casi infinita <strong>de</strong> medios,<br />

pues toda particu<strong>la</strong>ridad, una vez adquirida, se hereda durante mucho<br />

tiempo, y conformaciones modificadas ya <strong>de</strong> modos muy diferentes tienen<br />

que adaptarse a un mismo fin gener<strong>al</strong>. Po<strong>de</strong>mos, en una pa<strong>la</strong>bra,<br />

compren<strong>de</strong>r por qué <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza es pródiga en variedad y avarienta en<br />

innovación. Pero nadie pue<strong>de</strong> explicar por qué tiene que ser esto una ley<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza si cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente.<br />

Existen, a mi parecer, muchos otros hechos explicables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestra<br />

teoría. ¡Qué extraño es que un ave, con forma <strong>de</strong> pájaro carpintero, se<br />

444


<strong>al</strong>imente <strong>de</strong> insectos en el suelo; que los gansos <strong>de</strong> tierra, que rara vez o<br />

nunca nadan, tengan los pies p<strong>al</strong>meados; que un ave parecida <strong>al</strong> tordo se<br />

zambul<strong>la</strong> y <strong>al</strong>imente <strong>de</strong> insectos que viven <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l agua; que el petrel<br />

tenga costumbres y conformación que lo hacen a<strong>de</strong>cuado para el género<br />

<strong>de</strong> vida <strong>de</strong> un pingüino, y así en un sinfín <strong>de</strong> casos! Pero estos hechos cesan<br />

<strong>de</strong> ser extraños, y hasta pudieran haber sido previstos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

teoría <strong>de</strong> que cada especie se esfuerza constantemente por aumentar en<br />

número, y que <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> está siempre pronta a adaptar los <strong>de</strong>scendientes<br />

<strong>de</strong> cada especie que varíen un poco, a <strong>al</strong>gún puesto <strong>de</strong>socupado<br />

o m<strong>al</strong> ocupado en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r, hasta cierto punto, por qué hay tanta belleza<br />

por toda <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, pues esto pue<strong>de</strong> atribuirse, en gran parte, a <strong>la</strong> acción<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> selección. Que <strong>la</strong> belleza, según nuestro sentido <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, no es<br />

univers<strong>al</strong>, tiene que ser admitido por todo el que fije su atención en <strong>al</strong>gunas<br />

serpientes venenosas, en <strong>al</strong>gunos peces y en ciertos asquerosos murcié<strong>la</strong>gos<br />

que tienen una monstruosa semejanza con <strong>la</strong> cara humana. La<br />

selección sexu<strong>al</strong> ha dado bril<strong>la</strong>ntísimos colores, elegantes dibujos y otros<br />

adornos a los machos, y a veces a los dos sexos, <strong>de</strong> muchas aves, mariposas<br />

y otros anim<strong>al</strong>es. Por lo que se refiere a <strong>la</strong>s aves, muchas veces ha hecho<br />

music<strong>al</strong> para <strong>la</strong> hembra, lo mismo que para nuestros oídos, <strong>la</strong> voz<br />

<strong>de</strong>l macho. Las flores y los frutos han sido hechos aparentes, mediante<br />

bril<strong>la</strong>ntes colores en contraste con el fol<strong>la</strong>je ver<strong>de</strong>, a fin <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s flores<br />

puedan ser fácilmente vistas, visitadas y fecundadas por los insectos, y<br />

<strong>la</strong>s semil<strong>la</strong>s diseminadas por los pájaros. Por qué ocurre que ciertos colores,<br />

sonidos y formas dan gusto <strong>al</strong> hombre y a los anim<strong>al</strong>es inferiores -esto<br />

es, cómo fue adquirido por vez primera el sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> belleza en su<br />

forma más sencil<strong>la</strong>-, no lo sabemos, como tampoco sabemos por qué ciertos<br />

olores y sabores se hicieron por vez primera agradables.<br />

Como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra mediante <strong>la</strong> competencia, adapta y perfecciona<br />

los habitantes <strong>de</strong> cada país tan sólo en re<strong>la</strong>ción a los otros habitantes;<br />

<strong>de</strong> manera que no <strong>de</strong>be sorpren<strong>de</strong>rnos que <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un país,<br />

a pesar <strong>de</strong> que, según <strong>la</strong> teoría ordinaria, se supone que han sido creadas<br />

y especi<strong>al</strong>mente adaptadas para él, sean <strong>de</strong>rrotadas y sup<strong>la</strong>ntadas<br />

por <strong>la</strong>s producciones natur<strong>al</strong>izadas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otro. Tampoco <strong>de</strong>bemos<br />

maravil<strong>la</strong>rnos <strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s disposiciones en <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza no<br />

sean -hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos juzgar- absolutamente perfectas, como en el<br />

caso <strong>de</strong>l mismo ojo humano, ni <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s sean ajenas a<br />

nuestras i<strong>de</strong>as acerca <strong>de</strong> lo a<strong>de</strong>cuado. No <strong>de</strong>bemos maravil<strong>la</strong>rnos <strong>de</strong> que<br />

el aguijón <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja, <strong>al</strong> ser utilizado contra un enemigo, ocasione <strong>la</strong><br />

muerte <strong>de</strong> <strong>la</strong> propia abeja; <strong>de</strong> que se produzca tan gran número <strong>de</strong><br />

445


zánganos para un solo acto, y <strong>de</strong> que sean luego matados por sus hermanas<br />

estériles; ni <strong>de</strong>l asombroso <strong>de</strong>rroche <strong>de</strong>l polen en nuestros abetos; ni<br />

<strong>de</strong>l odio instintivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> reina <strong>de</strong> <strong>la</strong>s abejas hacia sus propias hijas fecundas;<br />

ni <strong>de</strong> que los icneumónidos se <strong>al</strong>imenten en el interior <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s orugas vivas; ni <strong>de</strong> otros casos semejantes. Lo portentoso, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, es que no se hayan <strong>de</strong>scubierto más casos<br />

<strong>de</strong> f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> absoluta perfección.<br />

Las leyes complejas y poco conocidas que rigen <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s son <strong>la</strong>s mismas, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos juzgar, que <strong>la</strong>s leyes<br />

que ha seguido <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> especies distintas. En ambos casos <strong>la</strong>s<br />

condiciones físicas parecen haber producido <strong>al</strong>gún efecto directo y <strong>de</strong>finido,<br />

pero no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir con qué intensidad. Así, cuando <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

se introducen en una estación nueva, a <strong>la</strong>s veces toman <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong><br />

los caracteres propios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> estación. Tanto en <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

como en <strong>la</strong>s especies, el uso y el <strong>de</strong>suso parecen haber producido<br />

un efecto consi<strong>de</strong>rable; pues imposible es resistirse a admitir esta conclusión<br />

cuando consi<strong>de</strong>ramos, por ejemplo, el logger-hea<strong>de</strong>d duck, que<br />

tiene <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s incapaces <strong>de</strong> servir para el vuelo, casi en <strong>la</strong> misma condición<br />

que <strong>la</strong>s <strong>de</strong>l pato doméstico; cuando fijamos <strong>la</strong> atención en el tucu-tucu<br />

minador, que <strong>al</strong>gunas veces es ciego, y luego en ciertos topos, que lo<br />

son habitu<strong>al</strong>mente y tienen sus ojos cubiertos por piel, o cuando consi<strong>de</strong>ramos<br />

los anim<strong>al</strong>es ciegos que viven en <strong>la</strong>s cavernas obscuras <strong>de</strong> América<br />

y Europa. En <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s y especies, <strong>la</strong> variación corre<strong>la</strong>tiva parece<br />

haber representado un papel importante, <strong>de</strong> modo que cuando una parte<br />

se ha modificado, necesariamente se han modificado otras. Tanto en <strong>la</strong>s<br />

varieda<strong>de</strong>s como en <strong>la</strong>s especies se presentan a veces caracteres perdidos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho tiempo. ¡Qué inexplicable es, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación,<br />

<strong>la</strong> aparición <strong>de</strong> rayas en <strong>la</strong>s esp<strong>al</strong>dil<strong>la</strong>s y patas en diferentes especies<br />

<strong>de</strong>l género <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo y en sus híbridos, y qué sencil<strong>la</strong>mente se explica<br />

este hecho si suponemos que estas especies <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n todas <strong>de</strong> un<br />

antepasado con rayas, <strong>de</strong>l mismo modo que <strong>la</strong>s diferentes razas domésticas<br />

<strong>de</strong> p<strong>al</strong>omas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>al</strong>oma silvestre, azu<strong>la</strong>da y con fajas!<br />

Según <strong>la</strong> opinión ordinaria <strong>de</strong> que cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente,<br />

¿por qué han <strong>de</strong> ser más variables los caracteres específicos,<br />

o sea aquellos en que difieren <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong>l mismo género, que<br />

los caracteres genéricos, en que todas coinci<strong>de</strong>n? ¿Por qué, por ejemplo,<br />

en una especie dada <strong>de</strong> un género, el color <strong>de</strong> <strong>la</strong> flor tiene que ser más<br />

propenso a variar si <strong>la</strong>s otras especies tienen flores <strong>de</strong> diferentes colores<br />

que si todas tienen flores <strong>de</strong>l mismo color? Si <strong>la</strong>s especies son tan sólo varieda<strong>de</strong>s<br />

bien seña<strong>la</strong>das, cuyos caracteres se han vuelto muy<br />

446


permanentes, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r este hecho, pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se separaron<br />

<strong>de</strong>l antepasado común han variado ya en ciertos caracteres, por lo<br />

que han llegado a ser específicamente distintas unas <strong>de</strong> otras; por lo cu<strong>al</strong><br />

estos mismos caracteres tienen que ser todavía mucho más propensos a<br />

variar que los caracteres genéricos que han sido heredados sin modificación<br />

durante un período inmenso. Es inexplicable, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong><br />

una creación, por qué un órgano <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do <strong>de</strong> un modo extraordinario<br />

en una so<strong>la</strong> especie <strong>de</strong> un género -y por ello, según natur<strong>al</strong>mente po<strong>de</strong>mos<br />

suponer, <strong>de</strong> gran importancia para esta especie- haya <strong>de</strong> estar sumamente<br />

sujeto a variación; pero, según nuestra teoría, este órgano ha<br />

experimentado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>la</strong>s diferentes especies se separaron <strong>de</strong>l antepasado<br />

común, una extraordinaria variabilidad y modificación, y por<br />

ello podíamos esperar que gener<strong>al</strong>mente sea todavía variable. Pero un<br />

órgano pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>rse <strong>de</strong>l modo más extraordinario, como el a<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

un murcié<strong>la</strong>go, y sin embargo no ser más variable que otra conformación<br />

cu<strong>al</strong>quiera, si es común a muchas formas subordinadas, esto es, si ha sido<br />

heredado durante un período muy <strong>la</strong>rgo, pues en este caso se ha vuelto<br />

constante por selección natur<strong>al</strong> muy prolongada.<br />

Echando una mirada a los instintos, con ser <strong>al</strong>gunos maravillosos, no<br />

ofrecen mayores dificulta<strong>de</strong>s que <strong>la</strong>s conformaciones corpóreas, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>de</strong> sucesivas modificaciones pequeñas,<br />

pero provechosas. De este modo po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza va por pasos gradu<strong>al</strong>es <strong>al</strong> dotar a los diferentes anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong><br />

una misma c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> sus diversos instintos. He procurado mostrar cuánta<br />

luz proyecta el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gradación sobre <strong>la</strong>s admirables faculta<strong>de</strong>s<br />

arquitectónicas <strong>de</strong> <strong>la</strong> abeja común. Indudablemente, <strong>la</strong> costumbre entra<br />

muchas veces en juego en <strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> los instintos; pero ciertamente<br />

no es indispensable, según vemos en el caso <strong>de</strong> los insectos neutros,<br />

que no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>al</strong>guna que here<strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> <strong>la</strong> costumbre<br />

prolongada. Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que todas <strong>la</strong>s especies <strong>de</strong> un<br />

mismo género han <strong>de</strong>scendido <strong>de</strong> un antepasado común y han heredado<br />

mucho en común, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que especies próximas,<br />

situadas en condiciones <strong>de</strong> vida muy diferentes, tengan, sin embargo, los<br />

mismos instintos; por qué los tordos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s regiones tropic<strong>al</strong>es y temp<strong>la</strong>das<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur, por ejemplo, revisten sus nidos <strong>de</strong> barro como<br />

nuestras especies inglesas. Según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que los instintos han sido<br />

adquiridos lentamente por selección natur<strong>al</strong>, no hemos <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>rnos<br />

<strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunos instintos no sean perfectos y estén expuestos a error y <strong>de</strong><br />

que <strong>al</strong>gunos instintos sean causa <strong>de</strong> sufrimiento para otros anim<strong>al</strong>es.<br />

447


Si <strong>la</strong>s especies son sólo varieda<strong>de</strong>s bien seña<strong>la</strong>das y permanentes, po<strong>de</strong>mos<br />

inmediatamente compren<strong>de</strong>r por qué sus <strong>de</strong>scendientes híbridos<br />

han <strong>de</strong> seguir <strong>la</strong>s mismas leyes que siguen los <strong>de</strong>scendientes que resultan<br />

<strong>de</strong>l cruzamiento <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s reconocidas, en los grados y c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> semejanzas<br />

con sus progenitores, en ser absorbidas mutuamente mediante<br />

cruzamientos sucesivos, y en otros puntos análogos. Esta semejanza sería<br />

un hecho extraño si <strong>la</strong>s especies hubiesen sido creadas in<strong>de</strong>pendientemente<br />

y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s hubiesen sido producidas por leyes secundarias.<br />

Si admitimos que los registros geológicos son imperfectos en grado extremo,<br />

entonces los hechos que positivamente proporcionan los registros<br />

apoyan vigorosamente <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación. Las<br />

nuevas especies han entrado en escena lentamente y con interv<strong>al</strong>os, y <strong>la</strong><br />

intensidad <strong>de</strong>l cambio, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> espacios igu<strong>al</strong>es <strong>de</strong> tiempo, es muy<br />

distinta en diferentes grupos. La extinción <strong>de</strong> especies y <strong>de</strong> grupos enteros<br />

<strong>de</strong> especies que han representado papel tan importante en <strong>la</strong> historia<br />

<strong>de</strong>l mundo orgánico es consecuencia casi inevitable <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong>, pues formas viejas son sup<strong>la</strong>ntadas por otras nuevas y<br />

mejoradas. Ni <strong>la</strong>s especies ais<strong>la</strong>das ni los grupos <strong>de</strong> especies reaparecen<br />

una vez que se ha roto <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación ordinaria. La difusión<br />

gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> formas dominantes, unida a <strong>la</strong> lenta modificación <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scendientes,<br />

hace que <strong>la</strong>s formas orgánicas aparezcan <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgos<br />

interv<strong>al</strong>os <strong>de</strong> tiempo, como si hubiesen cambiado simultáneamente en<br />

todo el mundo. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que los restos fósiles <strong>de</strong> cada formación sean<br />

en <strong>al</strong>gún grado intermedios, por sus caracteres, entre los fósiles <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

formaciones inferiores y superiores se explica simplemente por su posición<br />

intermedia en <strong>la</strong> ca<strong>de</strong>na gene<strong>al</strong>ógica. <strong>El</strong> importante hecho <strong>de</strong> que todos<br />

los seres extinguidos puedan ser c<strong>la</strong>sificados junto con todos los seres<br />

vivientes es consecuencia natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> que los seres vivientes y extinguidos<br />

son <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> antepasados comunes. Como <strong>la</strong>s especies gener<strong>al</strong>mente<br />

han divergido en caracteres durante su <strong>la</strong>rgo curso <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia<br />

y modificación, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r cómo es que <strong>la</strong>s formas<br />

más antiguas, o primeros progenitores <strong>de</strong> cada grupo, ocupen con tanta<br />

frecuencia una posición en <strong>al</strong>gún modo intermedia entre grupos vivientes.<br />

Las formas mo<strong>de</strong>rnas son consi<strong>de</strong>radas, gener<strong>al</strong>mente, como más<br />

elevadas en <strong>la</strong> esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> organización que <strong>la</strong>s antiguas, y tienen que<br />

serlo por cuanto <strong>la</strong>s formas más mo<strong>de</strong>rnas y perfeccionadas han vencido<br />

en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> vida a <strong>la</strong>s más antiguas y menos perfeccionadas; a<strong>de</strong>más,<br />

por lo gener<strong>al</strong>, sus órganos se especi<strong>al</strong>izaron más para diferentes<br />

funciones. Este hecho es perfectamente compatible con el que numerosos<br />

seres conserven todavía conformaciones sencil<strong>la</strong>s y muy poco<br />

448


perfeccionadas, adaptadas a condiciones sencil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> vida; es igu<strong>al</strong>mente<br />

compatible con el que <strong>al</strong>gunas formas hayan retrogradado en organización<br />

por haberse adaptado mejor en cada fase <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia a condiciones<br />

<strong>de</strong> vida nuevas e inferiores. Fin<strong>al</strong>mente, <strong>la</strong> asombrosa ley <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>rga persistencia <strong>de</strong> formas afines en el mismo continente -<strong>de</strong> marsupi<strong>al</strong>es<br />

en Austr<strong>al</strong>ia, <strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntados en América y otros casos análogos- es<br />

comprensible; pues, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo país, los seres vivientes y los extinguidos<br />

han <strong>de</strong> estar muy unidos gene<strong>al</strong>ógicamente.<br />

Consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> distribución geográfica, si admitimos que durante el<br />

<strong>la</strong>rgo transcurso <strong>de</strong> los tiempos ha habido mucha migración <strong>de</strong> una parte<br />

a otra <strong>de</strong>l mundo, <strong>de</strong>bida a antiguos cambios geográficos y <strong>de</strong> clima y a<br />

los muchos medios ocasion<strong>al</strong>es y <strong>de</strong>sconocidos <strong>de</strong> dispersión, po<strong>de</strong>mos<br />

compren<strong>de</strong>r, según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación, <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s hechos capit<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución geográfica.<br />

Po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r por qué ha <strong>de</strong> haber un par<strong>al</strong>elismo tan notable en<br />

<strong>la</strong> distribución <strong>de</strong> los seres orgánicos en el espacio y en su sucesión geológica<br />

en el tiempo, pues en ambos casos los seres han estado unidos por<br />

el <strong>la</strong>zo <strong>de</strong> <strong>la</strong> generación ordinaria y los medios <strong>de</strong> modificación han sido<br />

los mismos. Compren<strong>de</strong>mos toda <strong>la</strong> significación <strong>de</strong>l hecho portentoso,<br />

que ha impresionado a todo viajero, o sea que en un mismo continente,<br />

en condiciones <strong>la</strong>s más diversas, con c<strong>al</strong>or y con frío, en <strong>la</strong>s montañas y<br />

<strong>la</strong>s tierras bajas, en los <strong>de</strong>siertos y en los pantanos, <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los<br />

habitantes, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses, tienen evi<strong>de</strong>nte parentesco,<br />

pues son los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los mismos antepasados, los primeros<br />

colonos. Según este mismo principio <strong>de</strong> antigua emigración, combinada<br />

en <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los casos con modificaciones, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r,<br />

con ayuda <strong>de</strong>l período g<strong>la</strong>ciar, <strong>la</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunas p<strong>la</strong>ntas y<br />

el próximo parentesco <strong>de</strong> muchas otras que viven en <strong>la</strong>s montañas más<br />

distantes y en <strong>la</strong>s zonas temp<strong>la</strong>das septentrion<strong>al</strong> y meridion<strong>al</strong>, e igu<strong>al</strong>mente<br />

el estrecho parentesco <strong>de</strong> <strong>al</strong>gunos habitantes <strong>de</strong>l mar en <strong>la</strong>s <strong>la</strong>titu<strong>de</strong>s<br />

temp<strong>la</strong>das <strong>de</strong>l Norte y <strong>de</strong>l Sur, a pesar <strong>de</strong> estar separados por todo el<br />

océano intertropic<strong>al</strong>. Aunque dos regiones presenten condiciones físicas<br />

tan sumamente semejantes que hasta exijan <strong>la</strong>s mismas especies, no hemos<br />

<strong>de</strong> sentirnos sorprendidos <strong>de</strong> que sus habitantes sean muy diferentes,<br />

si estas regiones han estado separadas por completo durante un <strong>la</strong>rgo<br />

período; pues como <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> unos organismos con otros es <strong>la</strong><br />

más importante <strong>de</strong> todas, y como cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos regiones habrá recibido<br />

en diversos períodos y en diferentes proporciones colonos proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> otra o <strong>de</strong> otros países, el proceso <strong>de</strong> modificación en <strong>la</strong>s dos<br />

regiones habrá sido inevitablemente diferente.<br />

449


Según esta teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> migración con modificaciones subsiguientes,<br />

compren<strong>de</strong>mos por qué <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s oceánicas están habitadas sólo por pocas<br />

especies y por qué muchas <strong>de</strong> éstas son formas peculiares o endémicas.<br />

Compren<strong>de</strong>mos c<strong>la</strong>ramente por qué especies que pertenecen a aquellos<br />

grupos <strong>de</strong> anim<strong>al</strong>es que no pue<strong>de</strong>n atravesar gran<strong>de</strong>s espacios <strong>de</strong>l océano,<br />

como los batracios y los mamíferos terrestres, no habitan en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s<br />

oceánicas, y por qué, por el contrario, se encuentran frecuentemente en<br />

is<strong>la</strong>s muy distantes <strong>de</strong> todo continente especies nuevas y peculiares <strong>de</strong><br />

murcié<strong>la</strong>gos, anim<strong>al</strong>es que pue<strong>de</strong>n atravesar el océano. Casos t<strong>al</strong>es como<br />

<strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> especies peculiares <strong>de</strong> murcié<strong>la</strong>gos en is<strong>la</strong>s oceánicas y <strong>la</strong><br />

ausencia <strong>de</strong> todos los otros mamíferos terrestres son hechos absolutamente<br />

inexplicables <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> los actos in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong><br />

creación.<br />

La existencia <strong>de</strong> especies muy afines o representativas en dos regiones<br />

cu<strong>al</strong>esquiera implica, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación,<br />

que en otro tiempo habitaron ambas regiones <strong>la</strong>s mismas formas<br />

progenitoras, y encontramos casi invariablemente que, siempre que muchas<br />

especies muy afines viven en dos regiones, <strong>al</strong>gunas especies idénticas<br />

son todavía comunes a ambas. Siempre que se presentan muchas especies<br />

muy afines, aunque distintas, se presentan también formas dudosas<br />

y varieda<strong>de</strong>s pertenecientes a los mismos grupos. Es una reg<strong>la</strong> sumamente<br />

gener<strong>al</strong> que los habitantes <strong>de</strong> cada región están re<strong>la</strong>cionados con<br />

los habitantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuente más próxima <strong>de</strong> que pue<strong>de</strong>n haber provenido<br />

inmigrantes. Vemos esto en <strong>la</strong> notable re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> casi todas <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y<br />

anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> los G<strong>al</strong>ápagos, <strong>de</strong> <strong>la</strong> is<strong>la</strong> <strong>de</strong> Juan Fernán<strong>de</strong>z<br />

y <strong>de</strong> otras is<strong>la</strong>s americanas con <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong>l vecino continente<br />

americano, y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l archipié<strong>la</strong>go <strong>de</strong> Cabo Ver<strong>de</strong> y <strong>de</strong> otras is<strong>la</strong>s<br />

africanas con los <strong>de</strong>l continente africano. Hay que admitir que estos hechos<br />

no reciben explicación <strong>al</strong>guna <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> creación.<br />

<strong>El</strong> hecho, como hemos visto, <strong>de</strong> que todos los seres orgánicos, pasados<br />

y presentes, puedan ser or<strong>de</strong>nados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un corto número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

c<strong>la</strong>ses en grupos subordinados a otros grupos, quedando con frecuencia<br />

los grupos extinguidos entre los grupos actu<strong>al</strong>es, es comprensible<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, con sus consecuencias <strong>de</strong> extinción<br />

y divergencia <strong>de</strong> caracteres. Según estos mismos principios, compren<strong>de</strong>mos<br />

por qué son tan complicadas y tortuosas <strong>la</strong>s afinida<strong>de</strong>s mutuas<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada c<strong>la</strong>se. Vemos por qué ciertos caracteres<br />

son mucho más útiles que otros para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación; por qué caracteres<br />

adaptativos, aunque <strong>de</strong> suma importancia para los seres, no tienen casi<br />

importancia <strong>al</strong>guna en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación; por qué caracteres <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong><br />

450


órganos rudimentarios, aunque <strong>de</strong> ninguna utilidad para los seres, son<br />

muchas veces <strong>de</strong> gran v<strong>al</strong>or taxonómico, y por qué los caracteres embriológicos<br />

son con frecuencia los más v<strong>al</strong>iosos <strong>de</strong> todos. Las afinida<strong>de</strong>s re<strong>al</strong>es<br />

<strong>de</strong> todos los seres orgánicos, en contraposición con sus semejanzas <strong>de</strong><br />

adaptación, son <strong>de</strong>bidas a herencia o comunidad <strong>de</strong> origen. <strong>El</strong> sistema<br />

natur<strong>al</strong> es un or<strong>de</strong>namiento gene<strong>al</strong>ógico, en el que se expresan los grados<br />

<strong>de</strong> diferencia adquiridos, por los términos varieda<strong>de</strong>s, especies, géneros,<br />

familias, etc.; y tenemos que <strong>de</strong>scubrir <strong>la</strong>s líneas gene<strong>al</strong>ógicas por<br />

los caracteres más permanentes, cu<strong>al</strong>esquiera que sean y por pequeña<br />

que sea su importancia para <strong>la</strong> vida.<br />

Un armazón semejante <strong>de</strong> huesos en <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l hombre, el a<strong>la</strong> <strong>de</strong>l<br />

murcié<strong>la</strong>go, <strong>la</strong> <strong>al</strong>eta <strong>de</strong> <strong>la</strong> marsopa y <strong>la</strong> pata <strong>de</strong>l cab<strong>al</strong>lo; el mismo número<br />

<strong>de</strong> vértebras en el cuello <strong>de</strong> <strong>la</strong> jirafa y en el elefante, y otros innumerables<br />

hechos semejantes se explican inmediatamente según <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con lentas y pequeñas modificaciones sucesivas. La semejanza<br />

<strong>de</strong> tipo entre el a<strong>la</strong> y <strong>la</strong> pata <strong>de</strong> un murcié<strong>la</strong>go, aunque usados para<br />

objetos tan diferentes; entre <strong>la</strong>s piezas buc<strong>al</strong>es y <strong>la</strong>s patas <strong>de</strong> un cangrejo;<br />

entre los pét<strong>al</strong>os, estambres y pistilos <strong>de</strong> una flor, es también muy comprensible<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación gradu<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes u<br />

órganos que fueron primitivamente igu<strong>al</strong>es en un antepasado remoto en<br />

cada una <strong>de</strong> estas c<strong>la</strong>ses. Según el principio <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s sucesivas variaciones<br />

no siempre sobrevienen en una edad temprana y son heredadas en<br />

un período correspondiente no temprano <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, compren<strong>de</strong>mos c<strong>la</strong>ramente<br />

por qué sean tan semejantes los embriones <strong>de</strong> los mamíferos,<br />

aves, reptiles y peces, y tan diferentes <strong>la</strong>s formas adultas. Po<strong>de</strong>mos no<br />

asombrarnos ya más <strong>de</strong> que el embrión <strong>de</strong> un mamífero o ave que respiran<br />

en el aire tengan hen<strong>de</strong>duras branqui<strong>al</strong>es y arterias formando asas,<br />

como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> un pez que tiene que respirar el aire disuelto en el agua con<br />

el auxilio <strong>de</strong> branquias bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das.<br />

<strong>El</strong> <strong>de</strong>suso, ayudado a veces por <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, habrá con frecuencia<br />

reducido órganos que se han vuelto inútiles con el cambio <strong>de</strong> costumbres<br />

o condiciones <strong>de</strong> vida, y, según esta teoría, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r <strong>la</strong><br />

significación <strong>de</strong> los órganos rudimentarios. Pero el <strong>de</strong>suso y <strong>la</strong> selección<br />

gener<strong>al</strong>mente obrarán sobre cada ser cuando éste haya llegado a <strong>la</strong> edad<br />

adulta y tenga que representar todo su papel en <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> existencia,<br />

y así tendrán poca fuerza sobre los órganos durante <strong>la</strong> primera edad;<br />

por lo cu<strong>al</strong> los órganos no estarán reducidos o rudimentarios en esta primera<br />

edad. <strong>El</strong> ternero, por ejemplo, ha heredado <strong>de</strong> un remoto antepasado,<br />

que tenía dientes bien <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos, dientes que nunca rompen <strong>la</strong><br />

encía <strong>de</strong> <strong>la</strong> mandíbu<strong>la</strong> superior, y po<strong>de</strong>mos creer que los dientes se<br />

451


edujeron en otro tiempo por <strong>de</strong>suso en el anim<strong>al</strong> adulto, <strong>de</strong>bido a que <strong>la</strong><br />

lengua y el pa<strong>la</strong>dar o los <strong>la</strong>bios se adaptaron admirablemente a rozar sin<br />

el auxilio <strong>de</strong> aquéllos, mientras que, en el ternero, los dientes quedaron<br />

sin variación y, según el principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia a <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s correspondientes,<br />

han sido heredados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un tiempo remoto hasta <strong>la</strong> actu<strong>al</strong>idad.<br />

Dentro <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> que cada organismo, con todas sus diversas partes,<br />

ha sido creado especi<strong>al</strong>mente, ¡cuán completamente inexplicable es que<br />

se presenten con tanta frecuencia órganos que llevan el evi<strong>de</strong>nte sello <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> inutilidad, como los dientes <strong>de</strong>l feto <strong>de</strong> <strong>la</strong> vaca, o <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s plegadas bajo<br />

los élitros soldados <strong>de</strong> muchos coleópteros! Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong> Natur<strong>al</strong>eza<br />

se ha tomado el trabajo <strong>de</strong> reve<strong>la</strong>r su sistema <strong>de</strong> modificación por<br />

medio <strong>de</strong> los órganos rudimentarios y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conformaciones homólogas<br />

y embrionarias; pero nosotros somos <strong>de</strong>masiado ciegos para compren<strong>de</strong>r<br />

su intención.<br />

He recapitu<strong>la</strong>do ahora los hechos y consi<strong>de</strong>raciones que me han convencido<br />

por completo <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies se han modificado durante una<br />

<strong>la</strong>rga serie <strong>de</strong> generaciones. Esto se ha efectuado princip<strong>al</strong>mente por <strong>la</strong><br />

selección natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> numerosas variaciones sucesivas, pequeñas y favorables,<br />

auxiliada <strong>de</strong> modo importante por los efectos hereditarios <strong>de</strong>l uso<br />

y <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes, y <strong>de</strong> un modo accesorio -esto es, en re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong>s<br />

conformaciones <strong>de</strong> adaptación, pasadas o presentes- por <strong>la</strong> acción directa<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones externas y por variaciones que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestra ignorancia,<br />

nos parece que surgen espontáneamente. Parece que anteriormente<br />

rebajé el v<strong>al</strong>or y <strong>la</strong> frecuencia <strong>de</strong> estas últimas formas <strong>de</strong> variación,<br />

en cuanto que llevan a modificaciones permanentes <strong>de</strong> conformación,<br />

con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>. Y como mis conclusiones<br />

han sido recientemente muy tergiversadas y se ha afirmado que atribuyo<br />

<strong>la</strong> modificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies exclusivamente a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, se<br />

me permitirá hacer observar que en <strong>la</strong> primera edición <strong>de</strong> esta obra y en<br />

<strong>la</strong>s siguientes he puesto en lugar bien visible -o sea <strong>al</strong> fin<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> Introducción-<br />

<strong>la</strong>s siguientes pa<strong>la</strong>bras: «Estoy convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong> selección<br />

natur<strong>al</strong> ha sido el modo princip<strong>al</strong>, pero no el único, <strong>de</strong> modificación». Esto<br />

no ha sido <strong>de</strong> utilidad ninguna. Gran<strong>de</strong> es <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> tergiversación<br />

continua; pero <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ciencia muestra que, afortunadamente,<br />

esta fuerza no perdura mucho.<br />

Difícilmente pue<strong>de</strong> admitirse que una teoría f<strong>al</strong>sa explique <strong>de</strong> un modo<br />

tan satisfactorio, como lo hace <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, <strong>la</strong>s diferentes<br />

y extensas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong> hechos antes indicadas. Recientemente se ha<br />

hecho <strong>la</strong> objeción <strong>de</strong> que este es un método <strong>de</strong> razonar peligroso; pero es<br />

un método utilizado <strong>al</strong> juzgar los hechos comunes <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y ha sido<br />

452


utilizado muchas veces por los más gran<strong>de</strong>s filósofos natur<strong>al</strong>istas. De este<br />

modo se ha llegado a <strong>la</strong> teoría ondu<strong>la</strong>toria <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz, y <strong>la</strong> creencia en <strong>la</strong><br />

rotación <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra sobre su eje hasta hace poco tiempo no se apoyaba<br />

casi en ninguna prueba directa. No es una objeción válida el que <strong>la</strong> Ciencia<br />

hasta el presente no dé luz <strong>al</strong>guna sobre el problema, muy superior,<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> esencia u origen <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. ¿Quién pue<strong>de</strong> explicar qué es <strong>la</strong> esencia<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> atracción <strong>de</strong> <strong>la</strong> gravedad? Nadie rechaza actu<strong>al</strong>mente el seguir <strong>la</strong>s<br />

consecuencias que resultan <strong>de</strong> este elemento <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> atracción, a<br />

pesar <strong>de</strong> que Leibnitz acusó ya a Newton <strong>de</strong> introducir propieda<strong>de</strong>s<br />

ocultas y mi<strong>la</strong>gros en <strong>la</strong> Filosofía».<br />

No veo ninguna razón válida para que <strong>la</strong>s opiniones expuestas en este<br />

libro ofendan los sentimientos religiosos <strong>de</strong> nadie. Es suficiente, como<br />

<strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> lo pasajeras que son estas impresiones, recordar que el<br />

mayor <strong>de</strong>scubrimiento que jamás ha hecho el hombre, o sea <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

atracción <strong>de</strong> <strong>la</strong> gravedad, fue también atacado por Leibnitz «como subversiva<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> religión natur<strong>al</strong> y, por consiguiente, <strong>de</strong> <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>da». Un famoso<br />

autor y teólogo me ha escrito que «gradu<strong>al</strong>mente ha ido viendo<br />

que es una concepción igu<strong>al</strong>mente noble <strong>de</strong> <strong>la</strong> Divinidad creer que <strong>El</strong><strong>la</strong><br />

ha creado un corto número <strong>de</strong> formas primitivas capaces <strong>de</strong> transformarse<br />

por sí mismas en otras formas necesarias, como creer que ha necesitado<br />

un acto nuevo <strong>de</strong> creación para llenar los huecos producidos por <strong>la</strong><br />

acción <strong>de</strong> sus leyes».<br />

Pue<strong>de</strong> preguntarse por qué, hasta hace poco tiempo, los natur<strong>al</strong>istas y<br />

geólogos contemporáneos más eminentes no creyeron en <strong>la</strong> mutabilidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies: no pue<strong>de</strong> afirmarse que los seres orgánicos en estado natur<strong>al</strong><br />

no estén sometidos a <strong>al</strong>guna variación; no pue<strong>de</strong> probarse que <strong>la</strong> intensidad<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> variación en el transcurso <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgos períodos sea una cantidad<br />

limitada; ninguna distinción c<strong>la</strong>ra se ha seña<strong>la</strong>do, si pue<strong>de</strong> seña<strong>la</strong>rse,<br />

entre <strong>la</strong>s especies y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s bien marcadas; no pue<strong>de</strong> sostenerse<br />

que <strong>la</strong>s especies, cuando se cruzan, sean siempre estériles y <strong>la</strong>s varieda<strong>de</strong>s<br />

siempre fecundas, o que <strong>la</strong> esterilidad es un don y señ<strong>al</strong> especi<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> creación. La creencia <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s especies eran producciones inmutables<br />

fue casi inevitable mientras se creyó que <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra fue<br />

<strong>de</strong> corta duración, y ahora que hemos adquirido <strong>al</strong>guna i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l tiempo<br />

transcurrido propen<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>masiado a admitir sin pruebas que los registros<br />

geológicos son tan perfectos que nos tendrían que haber proporcionado<br />

pruebas evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> <strong>la</strong> transformación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, si éstas<br />

hubiesen experimentado transformación.<br />

Pero <strong>la</strong> causa princip<strong>al</strong> <strong>de</strong> nuestra repugnancia natur<strong>al</strong> a admitir que<br />

una especie ha dado nacimiento a otra distinta es que siempre somos<br />

453


tardos en admitir gran<strong>de</strong>s cambios cuyos grados no vemos. La dificultad<br />

es <strong>la</strong> misma que <strong>la</strong> que experimentaron tantos geólogos cuando Lyell<br />

sostuvo por vez primera que los agentes que vemos todavía en actividad<br />

han formado <strong>la</strong>s <strong>la</strong>rgas líneas <strong>de</strong> acanti<strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l interior y han excavado<br />

los gran<strong>de</strong>s v<strong>al</strong>les. La mente no pue<strong>de</strong> abarcar toda <strong>la</strong> significación ni siquiera<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> expresión un millón <strong>de</strong> años; no pue<strong>de</strong> sumar y percibir todo<br />

el resultado <strong>de</strong> muchas pequeñas variaciones acumu<strong>la</strong>das durante un<br />

número casi infinito <strong>de</strong> generaciones.<br />

Aun cuando estoy por completo convencido <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s opiniones<br />

dadas en este libro bajo <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> un extracto, no espero en modo<br />

<strong>al</strong>guno convencer a experimentados natur<strong>al</strong>istas cuya mente está llena<br />

<strong>de</strong> una multitud <strong>de</strong> hechos vistos todos, durante un <strong>la</strong>rgo transcurso <strong>de</strong><br />

años, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista diametr<strong>al</strong>mente opuesto <strong>al</strong> mío. Es comodísimo<br />

ocultar nuestra ignorancia bajo expresiones t<strong>al</strong>es como el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong><br />

creación, unidad <strong>de</strong> tipo, etcétera, y creer que damos una explicación<br />

cuando tan sólo repetimos <strong>la</strong> afirmación <strong>de</strong> un hecho. Aquellos cuya disposición<br />

natur<strong>al</strong> les lleve a dar más importancia a dificulta<strong>de</strong>s inexplicadas<br />

que a <strong>la</strong> explicación <strong>de</strong> un cierto número <strong>de</strong> hechos, rechazarán seguramente<br />

<strong>la</strong> teoría. Algunos natur<strong>al</strong>istas dotados <strong>de</strong> mucha flexibilidad<br />

ment<strong>al</strong>, y que han empezado ya a dudar <strong>de</strong> <strong>la</strong> inmutabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies,<br />

pue<strong>de</strong>n ser influídos por este libro, pero miro con confianza hacia el<br />

porvenir, hacia los natur<strong>al</strong>istas jóvenes, que serán capaces <strong>de</strong> ver los dos<br />

<strong>la</strong>dos <strong>de</strong>l problema con imparci<strong>al</strong>idad. Quienquiera que sea llevado a<br />

creer que <strong>la</strong>s especies son mudables, prestará un buen servicio expresando<br />

honradamente su convicción, pues sólo así pue<strong>de</strong> quitarse <strong>la</strong> carga <strong>de</strong><br />

prejuicios que pesan sobre esta cuestión.<br />

Varios natur<strong>al</strong>istas eminentes han manifestado recientemente su opinión<br />

<strong>de</strong> que una multitud <strong>de</strong> supuestas especies <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada género<br />

no son especies re<strong>al</strong>es; pero que otras especies son re<strong>al</strong>es, esto es, que<br />

han sido creadas in<strong>de</strong>pendientemente. Esto me parece que es llegar a<br />

una extraña conclusión. Admiten que una multitud <strong>de</strong> formas, que hasta<br />

hace poco creían ellos mismos que eran creaciones especi<strong>al</strong>es, y que son<br />

consi<strong>de</strong>radas todavía así por <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas, y que,<br />

por consiguiente, tienen todos los rasgos característicos extremos <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ras<br />

especies; admiten, sí, que éstas han sido producidas por variación,<br />

pero se niegan a hacer extensiva <strong>la</strong> misma opinión a otras formas<br />

poco diferentes. Sin embargo, no preten<strong>de</strong>n po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>finir, y ni siquiera<br />

conjeturar, cuáles son <strong>la</strong>s formas orgánicas creadas y cuáles <strong>la</strong>s producidas<br />

por leyes secundarias. Admiten <strong>la</strong> variación como una vera causa en<br />

un caso; arbitrariamente <strong>la</strong> rechazan en otro, sin seña<strong>la</strong>r ninguna<br />

454


distinción entre ambos. Vendrá el día en que esto se citará como un ejemplo<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> ceguera <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión preconcebida. Estos autores parecen no<br />

asombrarse más <strong>de</strong> un acto mi<strong>la</strong>groso o <strong>de</strong> creación que <strong>de</strong> un nacimiento<br />

ordinario. Pero ¿creen re<strong>al</strong>mente que en innumerables períodos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

historia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra ciertos átomos element<strong>al</strong>es han recibido <strong>la</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

formar <strong>de</strong> repente tejidos vivientes? ¿Creen que en cada supuesto acto <strong>de</strong><br />

creación se produjeron muchos o un individuos? Las infinitas c<strong>la</strong>ses <strong>de</strong><br />

anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas ¿fueron creadas todas como huevos o semil<strong>la</strong>s, o por<br />

completo <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>das? Y, en el caso <strong>de</strong> los mamíferos, ¿fueron éstos<br />

creados llevando <strong>la</strong> f<strong>al</strong>sa señ<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> nutrición por el útero <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre?<br />

Indudablemente, <strong>al</strong>gunas <strong>de</strong> estas mismas preguntas no pue<strong>de</strong>n ser contestadas<br />

por los que creen en <strong>la</strong> aparición o creación <strong>de</strong> sólo un corto número<br />

<strong>de</strong> formas orgánicas o <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma so<strong>la</strong>mente. Diversos autores<br />

han sostenido que es tan fácil creer en <strong>la</strong> creación <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong> seres<br />

como en <strong>la</strong> <strong>de</strong> uno; pero el axioma filosófico <strong>de</strong> Maupertuis, <strong>de</strong> <strong>la</strong> menor<br />

acción nos lleva con más gusto a admitir el menor número, y ciertamente<br />

no necesitamos creer que han sido creados innumerables seres<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses con señ<strong>al</strong>es patentes, pero engañosas,<br />

<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> un solo antepasado.<br />

Como recuerdo <strong>de</strong> un estado anterior <strong>de</strong> cosas, he conservado en los<br />

párrafos prece<strong>de</strong>ntes y en otras partes varias frases que implican que los<br />

natur<strong>al</strong>istas creen en <strong>la</strong> creación separada <strong>de</strong> cada especie, y se me ha<br />

censurado mucho por haberme expresado así; pero indudablemente era<br />

ésta <strong>la</strong> creencia gener<strong>al</strong> cuando apareció <strong>la</strong> primera edición <strong>de</strong> <strong>la</strong> presente<br />

obra. En otro tiempo hablé a muchos natur<strong>al</strong>istas sobre el problema <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> evolución, y nunca encontré una acogida simpática. Es probable que<br />

<strong>al</strong>gunos creyesen entonces en <strong>la</strong> evolución; pero guardaban silencio o se<br />

expresaban tan ambiguamente, que no era fácil compren<strong>de</strong>r su pensamiento.<br />

Actu<strong>al</strong>mente, <strong>la</strong>s cosas han cambiado por completo, y casi todos<br />

los natur<strong>al</strong>istas admiten el gran principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> evolución. Hay, no obstante,<br />

<strong>al</strong>gunos que creen todavía que <strong>la</strong>s especies han producido <strong>de</strong> repente,<br />

por medios completamente inexplicables, formas nuevas tot<strong>al</strong>mente<br />

diferentes; pero, como he intentado <strong>de</strong>mostrar, pue<strong>de</strong>n oponerse<br />

pruebas importantes a <strong>la</strong> admisión <strong>de</strong> modificaciones gran<strong>de</strong>s y bruscas.<br />

Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista científico, y en cuanto a llevar a ulteriores investigaciones,<br />

con creer que <strong>de</strong> formas antiguas y muy diferentes se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>n<br />

<strong>de</strong> repente, <strong>de</strong> un modo inexplicable, formas nuevas, se consigue<br />

poquísima ventaja sobre <strong>la</strong> antigua creencia en <strong>la</strong> creación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies<br />

<strong>de</strong>l polvo <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra.<br />

455


Pue<strong>de</strong> preguntarse hasta dón<strong>de</strong> hago extensiva <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong> modificación<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies. Esta cuestión es difícil <strong>de</strong> contestar, pues cuanto<br />

más diferentes son <strong>la</strong>s formas que consi<strong>de</strong>remos, tanto menor es el número<br />

y fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razones en favor <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad <strong>de</strong> origen; pero<br />

<strong>al</strong>gunas razones <strong>de</strong>l mayor peso llegan hasta muy lejos. Todos los miembros<br />

<strong>de</strong> c<strong>la</strong>ses enteras están reunidos por una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> afinida<strong>de</strong>s, y<br />

pue<strong>de</strong>n todos c<strong>la</strong>sificarse, según el mismo principio, en grupos subordinados.<br />

Los fósiles tien<strong>de</strong>n a veces a llenar interv<strong>al</strong>os grandísimos entre<br />

ór<strong>de</strong>nes vivientes.<br />

Los órganos en estado rudimentario muestran c<strong>la</strong>ramente que un remoto<br />

antepasado tuvo el órgano en estado <strong>de</strong> completo <strong>de</strong>sarrollo, y esto,<br />

en <strong>al</strong>gunos casos, supone una modificación enorme en los <strong>de</strong>scendientes.<br />

En c<strong>la</strong>ses enteras, diversas estructuras están conformadas según<br />

los mismos tipos, y en una edad muy temprana los embriones se parecen<br />

mucho. Por esto no puedo dudar <strong>de</strong> que <strong>la</strong> teoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con<br />

modificación compren<strong>de</strong> todos los miembros <strong>de</strong> una misma c<strong>la</strong>se o <strong>de</strong><br />

un mismo reino. Creo yo que los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n, a lo sumo, <strong>de</strong> sólo<br />

cuatro o cinco progenitores, y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, <strong>de</strong> un número igu<strong>al</strong> o menor.<br />

La an<strong>al</strong>ogía me llevaría a dar un paso más, o sea a creer que todos los<br />

anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un solo prototipo; pero <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía<br />

pue<strong>de</strong> ser un guía engañoso. Sin embargo, todos los seres vivientes tienen<br />

mucho <strong>de</strong> común en su composición química, su estructura celu<strong>la</strong>r,<br />

sus leyes <strong>de</strong> crecimiento y en ser susceptibles a <strong>la</strong>s influencias nocivas.<br />

Vemos esto en un hecho tan insignificante como el <strong>de</strong> que el mismo veneno<br />

muchas veces obra <strong>de</strong> un modo semejante en anim<strong>al</strong>es y p<strong>la</strong>ntas, o<br />

que el veneno segregado por cinípidos produce crecimiento monstruoso<br />

en el ros<strong>al</strong> silvestre y en el roble. En todos los seres orgánicos, excepto,<br />

quizá, <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los muy inferiores, <strong>la</strong> reproducción sexu<strong>al</strong> parece ser<br />

esenci<strong>al</strong>mente semejante. En todos, hasta don<strong>de</strong> actu<strong>al</strong>mente se sabe, <strong>la</strong><br />

vesícu<strong>la</strong> germin<strong>al</strong> es igu<strong>al</strong>; <strong>de</strong> manera que todos los organismos parten<br />

<strong>de</strong> un origen común. Si consi<strong>de</strong>ramos incluso <strong>la</strong>s dos divisiones<br />

princip<strong>al</strong>es -o sea los reinos anim<strong>al</strong> y veget<strong>al</strong>-, ciertas formas inferiores<br />

son <strong>de</strong> carácter tan intermedio, que los natur<strong>al</strong>istas han discutido en qué<br />

reino se <strong>de</strong>ben incluir. Como el profesor Assa Gray ha hecho observar,<br />

«<strong>la</strong>s esporas y otros cuerpos reproductores <strong>de</strong> muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>al</strong>gas inferiores<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>al</strong>egar que tienen primero una existencia anim<strong>al</strong> característica<br />

y <strong>de</strong>spués una existencia veget<strong>al</strong> inequívoca». Por esto, según el<br />

principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> con divergencia <strong>de</strong> caracteres, no parece<br />

increíble que, tanto los anim<strong>al</strong>es como <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, se puedan haber <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

a partir <strong>de</strong> <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> t<strong>al</strong>es formas interiores e intermedias, y si<br />

456


admitimos esto, tenemos también que admitir que todos los seres orgánicos<br />

que en todo tiempo han vivido sobre <strong>la</strong> Tierra pue<strong>de</strong>n haber <strong>de</strong>scendido<br />

<strong>de</strong> <strong>al</strong>guna forma primordi<strong>al</strong>. Pero esta <strong>de</strong>ducción está basada princip<strong>al</strong>mente<br />

en <strong>la</strong> an<strong>al</strong>ogía, y es indiferente que sea admitida o no. Indudablemente,<br />

es posible, como ha propuesto míster G. H. Lewes, que en el<br />

primer comienzo <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida se produjeron formas muy diferentes; pero,<br />

si es así, po<strong>de</strong>mos llegar a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que sólo poquísimas han <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong>scendientes modificados; pues, como he hecho observar hace poco,<br />

por lo que se refiere a los miembros <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s reinos,<br />

t<strong>al</strong>es como los vertebrados, articu<strong>la</strong>dos, etc., tenemos en sus conformaciones<br />

embriológicas, homólogas y rudimentarias, pruebas c<strong>la</strong>ras <strong>de</strong><br />

que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada reino, todos los anim<strong>al</strong>es <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un solo<br />

progenitor.<br />

Cuando <strong>la</strong>s opiniones propuestas por mí en este libro y por míster W<strong>al</strong><strong>la</strong>ce,<br />

o cuando opiniones análogas sobre el origen <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies estén<br />

gener<strong>al</strong>mente admitidas, podremos prever vagamente que habrá una<br />

consi<strong>de</strong>rable revolución en <strong>la</strong> Historia Natur<strong>al</strong>. Los sistemáticos podrán<br />

proseguir sus trabajos como hasta el presente; pero no estarán obsesionados<br />

incesantemente por <strong>la</strong> obscura duda <strong>de</strong> si esta o aquel<strong>la</strong> forma son<br />

verda<strong>de</strong>ras especies; lo cu<strong>al</strong> -estoy seguro, y hablo por experiencia- será<br />

no pequeño <strong>al</strong>ivio. Cesarán <strong>la</strong>s interminables discusiones <strong>de</strong> si unas cincuenta<br />

especies <strong>de</strong> zarzas británicas son o no buenas especies. Los sistemáticos<br />

tendrán sólo que <strong>de</strong>cidir -lo que no será fácil- si una forma es suficientemente<br />

constante y diferente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras para ser susceptible <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>finición, y, caso <strong>de</strong> serlo, si <strong>la</strong>s diferencias son lo bastante importantes<br />

para que merezca un nombre específico. Este último punto pasará a ser<br />

una consi<strong>de</strong>ración mucho más esenci<strong>al</strong> <strong>de</strong> lo que es actu<strong>al</strong>mente, pues <strong>la</strong>s<br />

diferencias, por pequeñas que sean, entre dos formas cu<strong>al</strong>esquiera, si no<br />

están unidas por gradaciones intermedias, son consi<strong>de</strong>radas por <strong>la</strong> mayor<br />

parte <strong>de</strong> los natur<strong>al</strong>istas como suficientes para elevar ambas formas a<br />

<strong>la</strong> categoría <strong>de</strong> especies.<br />

En lo futuro nos veremos obligados a reconocer que <strong>la</strong> so<strong>la</strong> distinción<br />

entre especies y varieda<strong>de</strong>s bien marcadas es que <strong>de</strong> estas últimas se sabe,<br />

o se cree, que están unidas actu<strong>al</strong>mente por gradaciones intermedias,<br />

mientras que <strong>la</strong>s especies lo estuvieron en otro tiempo. Por consiguiente,<br />

sin excluir <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> <strong>la</strong> existencia actu<strong>al</strong> <strong>de</strong> gradaciones intermedias<br />

entre dos formas, nos veremos llevados a medir más cuidadosamente<br />

<strong>la</strong> intensidad re<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> diferencia entre el<strong>la</strong>s y a conce<strong>de</strong>rle mayor<br />

v<strong>al</strong>or. Es perfectamente posible que formas reconocidas hoy gener<strong>al</strong>mente<br />

como simples varieda<strong>de</strong>s se <strong>la</strong>s pueda, en lo futuro, juzgar dignas <strong>de</strong><br />

457


nombres específicos, y en este caso el lenguaje científico y el corriente se<br />

pondrán <strong>de</strong> acuerdo. En una pa<strong>la</strong>bra, tendremos que tratar <strong>la</strong>s especies<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que tratan los géneros los natur<strong>al</strong>istas que admiten los<br />

géneros como simples combinaciones artifici<strong>al</strong>es hechas por conveniencia.<br />

Esta pue<strong>de</strong> no ser una perspectiva tentadora; pero, por lo menos, nos<br />

veremos libres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s infructuosas indagaciones tras <strong>la</strong> esencia in<strong>de</strong>scubierta<br />

e in<strong>de</strong>scubrible <strong>de</strong>l término especie.<br />

Las otras ramas más gener<strong>al</strong>es <strong>de</strong> <strong>la</strong> Historia Natur<strong>al</strong> aumentarán mucho<br />

en interés. Los términos afinidad, parentesco, comunidad <strong>de</strong> tipo,<br />

paternidad, morfología, caracteres <strong>de</strong> adaptación, órganos rudimentarios<br />

y atrofiados, etc., empleados por los natur<strong>al</strong>istas, cesarán <strong>de</strong> ser metafóricos<br />

y tendrán el sentido directo. Cuando no contemplemos ya un ser orgánico<br />

como un s<strong>al</strong>vaje contemp<strong>la</strong> a un barco, como <strong>al</strong>go completamente<br />

fuera <strong>de</strong> su comprensión; cuando miremos todas <strong>la</strong>s producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

natur<strong>al</strong>eza como seres que han tenido una <strong>la</strong>rga historia; cuando contemplemos<br />

todas <strong>la</strong>s complicadas conformaciones e instintos como el resumen<br />

<strong>de</strong> muchas disposiciones útiles todas a su posesor, <strong>de</strong>l mismo modo<br />

que una gran invención mecánica es el resumen <strong>de</strong>l trabajo, <strong>la</strong> experiencia,<br />

<strong>la</strong> razón y hasta <strong>de</strong> los errores <strong>de</strong> numerosos obreros; cuando contemplemos<br />

así cada ser orgánico, ¡cuánto más interesante -hablo por experiencia-<br />

se hará el estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong> Historia Natur<strong>al</strong>!<br />

Se abrirá un campo <strong>de</strong> investigación, gran<strong>de</strong> y casi no pisado, sobre <strong>la</strong>s<br />

causas y leyes <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación, <strong>la</strong> corre<strong>la</strong>ción, los efectos <strong>de</strong>l uso y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suso,<br />

<strong>la</strong> acción directa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones externas, y así sucesivamente.<br />

<strong>El</strong> estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s producciones domésticas aumentará inmensamente <strong>de</strong><br />

v<strong>al</strong>or. Una nueva variedad formada por el hombre será un objeto <strong>de</strong> estudio<br />

más importante e interesante que una especie más añadida a <strong>la</strong> infinidad<br />

<strong>de</strong> especies ya registradas. Nuestras c<strong>la</strong>sificaciones llegarán a ser<br />

gene<strong>al</strong>ógicas hasta don<strong>de</strong> puedan hacerse <strong>de</strong> este modo, y entonces expresarán<br />

verda<strong>de</strong>ramente lo que pue<strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> creación. Las<br />

reg<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> c<strong>la</strong>sificación, indudablemente, se simplificarán cuando tengamos<br />

a <strong>la</strong> vista un fin <strong>de</strong>finido. No poseemos ni gene<strong>al</strong>ogías ni escudos<br />

<strong>de</strong> armas, y hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir y seguir <strong>la</strong>s numerosas líneas gene<strong>al</strong>ógicas<br />

divergentes en nuestras gene<strong>al</strong>ogías natur<strong>al</strong>es, mediante los caracteres<br />

<strong>de</strong> todas c<strong>la</strong>ses que han sido heredados durante mucho tiempo. Los<br />

órganos rudimentarios hab<strong>la</strong>rán inf<strong>al</strong>iblemente sobre <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong><br />

conformaciones perdidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo; especies y grupos<br />

<strong>de</strong> especies l<strong>la</strong>madas aberrantes, y que pue<strong>de</strong>n elegantemente l<strong>la</strong>marse<br />

fósiles vivientes, nos ayudarán a formar una representación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s antiguas<br />

formas orgánicas. La embriología nos reve<strong>la</strong>rá muchas veces <strong>la</strong><br />

458


conformación, en <strong>al</strong>gún grado obscurecida, <strong>de</strong> los prototipos <strong>de</strong> cada una<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s c<strong>la</strong>ses.<br />

Cuando podamos estar seguro <strong>de</strong> que todos los individuos <strong>de</strong> una<br />

misma especie y todas <strong>la</strong>s especies muy afines <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los<br />

géneros han <strong>de</strong>scendido, en un período no muy remoto, <strong>de</strong> un antepasado,<br />

y han emigrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un solo lugar <strong>de</strong> origen, y cuando conozcamos<br />

mejor los muchos medios <strong>de</strong> migración, entonces, mediante <strong>la</strong> luz que<br />

actu<strong>al</strong>mente proyecta y que continuará proyectando <strong>la</strong> Geología sobre<br />

cambios anteriores <strong>de</strong> climas y <strong>de</strong> nivel <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, podremos seguramente<br />

seguir <strong>de</strong> un modo admirable <strong>la</strong>s antiguas emigraciones <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong> todo el mundo. Aun actu<strong>al</strong>mente, <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s diferencias<br />

entre los habitantes <strong>de</strong>l mar en los <strong>la</strong>dos opuestos <strong>de</strong> un continente,<br />

y <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong> los diferentes habitantes <strong>de</strong> este continente, en<br />

re<strong>la</strong>ción con sus medios aparentes <strong>de</strong> inmigración, pue<strong>de</strong>n dar <strong>al</strong>guna<br />

luz sobre <strong>la</strong> Geografía antigua.<br />

La noble ciencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Geología pier<strong>de</strong> esplendor por <strong>la</strong> extrema imperfección<br />

<strong>de</strong> sus registros. La corteza terrestre, con sus restos enterrados,<br />

no pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada como un rico museo, sino como una pobre colección<br />

hecha <strong>al</strong> azar y en pocas ocasiones. Se reconocerá que <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción<br />

<strong>de</strong> cada formación fosilífera importante ha <strong>de</strong>pendido <strong>de</strong> <strong>la</strong> coinci<strong>de</strong>ncia<br />

excepcion<strong>al</strong> <strong>de</strong> circunstancias favorables, y que los interv<strong>al</strong>os en<br />

b<strong>la</strong>nco entre los pisos sucesivos han sido <strong>de</strong> gran duración; y po<strong>de</strong>mos<br />

estimar con <strong>al</strong>guna seguridad <strong>la</strong> duración <strong>de</strong> estos interv<strong>al</strong>os por <strong>la</strong> comparación<br />

<strong>de</strong> formas orgánicas prece<strong>de</strong>ntes y siguientes. Hemos <strong>de</strong> ser<br />

pru<strong>de</strong>ntes <strong>al</strong> intentar establecer, por <strong>la</strong> sucesión gener<strong>al</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas orgánicas,<br />

corre<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> rigurosa contemporaneidad entre dos formaciones<br />

que no compren<strong>de</strong>n muchas especies distintas. Como <strong>la</strong>s especies se<br />

producen y extinguen por causas que obran lentamente y que existen todavía,<br />

y no por actos mi<strong>la</strong>grosos <strong>de</strong> creación; y como <strong>la</strong> más importante<br />

<strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s causas <strong>de</strong> modificación orgánica es una que es casi in<strong>de</strong>pendiente<br />

<strong>de</strong>l cambio -y aun a veces <strong>de</strong>l cambio brusco- <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

físicas, o sea <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción mutua <strong>de</strong> organismo a organismo, pues el perfeccionamiento<br />

<strong>de</strong> un organismo ocasiona el perfeccionamiento o <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción<br />

<strong>de</strong> otro, resulta que <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong> <strong>la</strong>s modificaciones orgánicas<br />

en los fósiles <strong>de</strong> formaciones consecutivas sirve probablemente como<br />

una buena medida <strong>de</strong>l <strong>la</strong>pso <strong>de</strong> tiempo re<strong>la</strong>tivo, pero no <strong>de</strong>l absoluto. Un<br />

cierto número <strong>de</strong> especies, sin embargo, reunidas formando un conjunto,<br />

pudieron permanecer sin variación durante un <strong>la</strong>rgo período, mientras<br />

que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo período <strong>al</strong>guna <strong>de</strong> estas especies, emigrando a<br />

nuevos países y entrando en competencia con formas extranjeras, pudo<br />

459


modificarse; <strong>de</strong> modo que no po<strong>de</strong>mos exagerar <strong>la</strong> exactitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> variación<br />

orgánica como medida <strong>de</strong>l tiempo.<br />

En el porvenir veo ancho campo para investigaciones mucho más interesantes.<br />

La Psicología se basará seguramente sobre los cimientos, bien<br />

echados ya por míster Herbert Spencer, <strong>de</strong> <strong>la</strong> necesaria adquisición gradu<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s y aptitu<strong>de</strong>s ment<strong>al</strong>es. Se proyectará<br />

mucha luz sobre el origen <strong>de</strong>l hombre y sobre su historia.<br />

Autores eminentísimos parecen estar completamente satisfechos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

hipótesis <strong>de</strong> que cada especie ha sido creada in<strong>de</strong>pendientemente. A mi<br />

juicio, se aviene mejor con lo que conocemos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes fijadas por el<br />

Creador a <strong>la</strong> materia el que <strong>la</strong> producción y extinción <strong>de</strong> los habitantes<br />

pasados y presentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra hayan sido <strong>de</strong>bidas a causas secundarias,<br />

como <strong>la</strong>s que <strong>de</strong>terminan el nacimiento y muerte <strong>de</strong>l individuo.<br />

Cuando consi<strong>de</strong>ro todos los seres, no como creaciones especi<strong>al</strong>es, sino<br />

como los <strong>de</strong>scendientes directos <strong>de</strong> un corto número <strong>de</strong> seres que vivieron<br />

mucho antes <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>positase <strong>la</strong> primera capa <strong>de</strong>l sistema cámbrico,<br />

me parece que se ennoblecen. Juzgando por el pasado, po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>ducir con seguridad que ninguna especie viviente transmitirá sin <strong>al</strong>teración<br />

su semejanza hasta una época futura lejana. Y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies que<br />

ahora viven, poquísimas transmitirán <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> ninguna c<strong>la</strong>se a<br />

eda<strong>de</strong>s remotas; pues <strong>la</strong> manera como están agrupados todos los seres<br />

orgánicos muestra que en cada género <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s especies, y<br />

en muchos géneros todas, no han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong>scendiente <strong>al</strong>guno y se han<br />

extinguido por completo. Po<strong>de</strong>mos echar una mirada profética <strong>al</strong> porvenir,<br />

hasta el punto <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir que <strong>la</strong>s especies comunes y muy extendidas,<br />

que pertenecen a los grupos mayores y predominantes, serán <strong>la</strong>s<br />

que fin<strong>al</strong>mente prev<strong>al</strong>ecerán y procrearán especies nuevas y predominantes.<br />

Como todas <strong>la</strong>s formas orgánicas vivientes son los <strong>de</strong>scendientes<br />

directos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que vivieron hace muchísimo tiempo en <strong>la</strong> época cámbrica,<br />

po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong> que jamás se ha interrumpido <strong>la</strong> sucesión<br />

ordinaria por generación y <strong>de</strong> que ningún cataclismo ha <strong>de</strong>so<strong>la</strong>do el<br />

mundo entero; por tanto, po<strong>de</strong>mos contar, con <strong>al</strong>guna confianza, con un<br />

porvenir seguro <strong>de</strong> gran duración. Y como <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong> obra so<strong>la</strong>mente<br />

mediante el bien y para el bien <strong>de</strong> cada ser, todos los dones intelectu<strong>al</strong>es<br />

y corpor<strong>al</strong>es ten<strong>de</strong>rán a progresar hacia <strong>la</strong> perfección.<br />

Es interesante contemp<strong>la</strong>r un enmarañado ribazo cubierto por muchas<br />

p<strong>la</strong>ntas <strong>de</strong> varias c<strong>la</strong>ses, con aves que cantan en los matorr<strong>al</strong>es, con diferentes<br />

insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre <strong>la</strong> tierra<br />

húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas,<br />

tan diferentes entre sí, y que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n mutuamente <strong>de</strong> modos tan<br />

460


complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor.<br />

Estas leyes, tomadas en un sentido más amplio, son: <strong>la</strong> <strong>de</strong> crecimiento<br />

con reproducción; <strong>la</strong> <strong>de</strong> herencia, que casi está comprendida en <strong>la</strong> <strong>de</strong> reproducción;<br />

<strong>la</strong> <strong>de</strong> variación por <strong>la</strong> acción directa e indirecta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones<br />

<strong>de</strong> vida y por el uso y <strong>de</strong>suso; una razón <strong>de</strong>l aumento, tan elevada,<br />

tan gran<strong>de</strong>, que conduce a una lucha por <strong>la</strong> vida, y como consecuencia<br />

a <strong>la</strong> selección natur<strong>al</strong>, que <strong>de</strong>termina <strong>la</strong> divergencia <strong>de</strong> caracteres y <strong>la</strong><br />

extinción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas menos perfeccionadas. Así, <strong>la</strong> cosa más elevada<br />

que somos capaces <strong>de</strong> concebir, o sea <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> los anim<strong>al</strong>es superiores,<br />

resulta directamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> guerra <strong>de</strong> <strong>la</strong> natur<strong>al</strong>eza, <strong>de</strong>l hambre y<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte. Hay gran<strong>de</strong>za en esta concepción <strong>de</strong> que <strong>la</strong> vida, con sus<br />

diferentes fuerzas, ha sido <strong>al</strong>entada por el Creador en un corto número<br />

<strong>de</strong> formas o en una so<strong>la</strong>, y que, mientras este p<strong>la</strong>neta ha ido girando según<br />

<strong>la</strong> constante ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> gravitación, se han <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do y se están <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ndo,<br />

a partir <strong>de</strong> un principio tan sencillo, infinidad <strong>de</strong> formas <strong>la</strong>s<br />

más bel<strong>la</strong>s y portentosas.<br />

461


Loved this book ?<br />

Simi<strong>la</strong>r users <strong>al</strong>so downloa<strong>de</strong>d:<br />

• "Fuenteovejuna", Lope <strong>de</strong> Vega<br />

• "<strong>El</strong> Príncipe", Machiavelli<br />

• "<strong>El</strong> extraño caso <strong>de</strong>l Dr. Jekyll y Mr. Hy<strong>de</strong>", Stevenson<br />

• "Nove<strong>la</strong>s ejemp<strong>la</strong>res", Cervantes<br />

• "Drácu<strong>la</strong>", Stoker<br />

• "Diccionario <strong>de</strong>l Diablo", Bierce<br />

• "<strong>El</strong> duelo", Conrad<br />

• "Los viajes <strong>de</strong> Gulliver", Swift<br />

• "<strong>El</strong> árbol <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia", James<br />

• "<strong>El</strong> crimen <strong>de</strong> lord Arthur Saville", Wil<strong>de</strong><br />

462


www.feedbooks.com<br />

Food for the mind<br />

463

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!