Energía

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para que los Estados miembros obtengan una energía segura, sostenible y
competitiva”. Además de la seguridad, el paquete también recoge aspectos
relacionados con la eficiencia en nuestro consumo energético, mediante el
uso de tecnologías inteligentes y fuentes de energía renovable.
Šefčovič resaltó que “ha sido un año difícil para Europa, con crisis como la
de Ucrania que sabemos que pueden tener un impacto en la seguridad de
abastecimiento en el continente. Amenazas que se añaden a otras
vulnerabilidades existentes en la UE, tal y como hemos podido
constatar en las pruebas de resistencia realizadas en 2014,
gracias a las cuales hemos conocido mejor nuestras
debilidades de cara a resolver problemas futuros”.
A continuación tomó la palabra Arias Cañete, que
explicó que este paquete de medidas “responde a
un panorama cambiante de geopolítica
energética”. El comisario recordó que las crisis
del gas que tuvieron lugar en 2006 y 2009
dejaron sin calefacción a millones de
personas y, a partir de ese momento, la
Comisión empezó a tomar medidas para
evitar este tipo de situaciones como el
Reglamento de Seguridad de Suministro
en 2010, además de incrementar la
interconectividad y las infraestructuras.
Sin embargo, Cañete quiso dejar
claro que “seguimos siendo vulnerables
a perturbaciones importantes en el
suministro de gas”. Las últimas cifras de
dependencia energética de Europa
confirman que, por décimo año
consecutivo, la UE ha tenido que importar
más de la mitad de la energía consumida en
2014 y, “con estas tensiones políticas en
nuestras fronteras, tenemos claro que este
problema no va a desaparecer así como así”.
El comisario explicó que “necesitamos una transición
energética bien gestionada” y aseguró que el gas puede
ser “un puente entre el carbón y las energías renovables para
cumplir con el plan de descarbonización”. “No se trata de utilizar
La seguridad
energética, objetivo
central del paquete
de medidas de la
Comisión Europea
más gas -afirmó- sino de utilizarlo de forma más inteligente y, en este
contexto, la eficiencia energética tiene que tener prioridad si queremos
mejorar nuestra seguridad energética, ya que por cada incremento del 1 por
ciento en eficiencia, las importaciones de gas caen un 2,6 por ciento”.
Seguridad, transparencia y solidaridad
El comisario desgranó con detalle el paquete de medidas. Respecto al
Reglamento sobre la seguridad del suministro de gas, Cañete recordó
que a lo largo de los años “hemos podido comprobar que las
políticas nacionales no siempre permiten la seguridad de
suministro de nuestros vecinos y que los contratos
comerciales de suministro de gas no son los
suficientemente transparentes para que se instauren
medidas preventivas”.
Así pues, por primera vez, en base al principio
de solidaridad y cooperación regional, “todos los
países van a tener que asegurar el suministro
de las viviendas y los servicios sociales
esenciales en casos de crisis”, lo que
significa que los Estados miembros tendrán
que dar prioridad a los consumidores
vulnerables y adoptar planes preventivos a
nivel regional basados en una evaluación
adecuada de los riesgos comunes.
En el caso de los acuerdos
intergubernamentales, el comisario explicó
que “alrededor de un tercio de los acuerdos
firmados entre los Estados miembros con
terceros países en materia de seguridad
energética tienen disposiciones que no se
ajustan al Derecho comunitario”.
En este sentido, se propone que sea la propia
Comisión la encargada de notificar a los Estados
miembros cualquier duda sobre dichos acuerdos en el
plazo de seis semanas y que conceda un dictamen final de
compatibilidad en el plazo de doce semanas, “de tal manera
que ningún país pueda firmar un acuerdo intergubernamental
hasta que la Comisión lo dictamine”.