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la experiencia de las comisiones
tripartitas y grupos de trabajo ha sido
muy enriquecedora;
intervenir para lograr los fondos
internacionales necesarios destinados a
ejecutar programas de asistencia y
rehabilitación en los países de origen, al
tiempo que el ACNUR subraya que le
corresponde tener participación activa en
su ejecución.
De este modo se realiza con mediano o
gran éxito la repatriación de refugiados
guatemaltecos, de indígenas sumos o miskitos a la
costa atlántica de Nicaragua y la repatriación de
enormes grupos de salvadoreños refugiados en
Honduras.
19. El segundo hecho al que se hace referencia
en la resolución de la Asamblea General de la
OEA es la constitución por parte del ACNUR de
un “Grupo de Trabajo sobre Posibles Soluciones a
los Problemas de los Refugiados
Centroamericanos” y la celebración de una
conferencia regional sobre el tema.
El texto se refiere a la constitución de un
grupo de consulta convocado por el Alto
Comisionado, y que se reunió en Ginebra del 25
al 27 de Mayo de 1987 y que produjo un
documento que merece ser analizado y estudiado
con gran detenimiento.
El grupo subrayó en la parte II, 4.7 “la
naturaleza declarativa y no constitutiva del
reconocimiento jurídico de la condición de
refugiado” y consideró en la II, 4.8 que “resulta
necesario contar con la voluntad de cooperación y
el solidario apoyo de todos los miembros de la
comunidad internacional para la solución de los
problemas, incluyendo la admisión de refugiados
centroamericanos en países fuera del área”.
En su parte III, 6 trata de cuestiones
relacionadas con los campamentos, los que a veces
resultan inevitables y permiten brindar a los
refugiados una efectiva asistencia de emergencia
(III, 6.1), aunque “a lo largo del tiempo... puedan
generar una serie de efectos nocivos” (III, 6.2), de
modo que, “después de un tiempo razonable, este
tipo de campamentos deberían gradualmente
abrirse o reubicarse para pasar a otro esquema de
inversión local más apropiado” (III, 6.3).
El III, 7 se refiere “in extenso” a la
repatriación voluntaria, constatando “un
incremento de refugiados voluntariamente
repatriados a título individual a sus países en el
área, aun cuando no han cesado las causas que
dieron origen a las corrientes de refugiados
centroamericanos” (III, 7.2). Se destacó “la actitud
más abierta y positiva hacia la repatriación
voluntaria por parte de los gobiernos de los países
de origen y de asilo” (III, 7.3), comprobando los
principios que rigen este instituto y que ya fueron
mencionados.
El documento corrobora la existencia de un
“pleno acuerdo en favor de una repatriación
voluntaria organizada, planificada y gradual” (III,
7.4) y reitera “la indispensable participación del
ACNUR en los procedimientos de repatriación
para hacer respetar la naturaleza voluntaria e
individual de la misma” (III, 7.5), en la medida en
que “el ACNUR posee un interés legítimo en las
consecuencias de toda repatriación voluntaria”
(III, 7.6). Del mismo modo el documento habla de
las medidas destinadas a prevenir las causas que
originan las corrientes masivas de refugiados
centroamericanos (III, 8 y 9).
El documento finaliza con una serie de
recomendaciones, entre las que destaca aquella en
la que se exhorta al Alto Comisionado, en consulta
con los gobiernos de los países afectados en el
área, a que “convoque a una conferencia regional
sobre refugiados centroamericanos” (IV, 9.2).
20. El grupo de consulta volvió a reunirse en
Nueva York del 20 al 22 de Noviembre de 1987 y
en esta ocasión formuló un informe sobre los
pasos dados en orden a la celebración de la
conferencia sobre los refugiados centroamericanos.
Proponía como fecha de realización la de
Junio del año siguiente, 1988.
El informe estableció igualmente una serie
de puntos para la realización de la conferencia.
La Conferencia Internacional sobre
Refugiados Centroamericanos (CIREFCA) pudo
finalmente realizarse del 29 al 31 de Mayo de
1989 en Guatemala. Esta Conferencia, en la que
participaron representantes de los gobiernos de la
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