Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Psicología<br />
La Psique<br />
Vivimos sintiéndonos culpables por la <strong>de</strong>uda<br />
con la sociedad por su cobijo para sobrevivir y con<br />
culpa por nuestra tiranía contra nuestro propio <strong>de</strong>seo,<br />
por intentar huir <strong>de</strong>l impulso más prof<strong>un</strong>do<br />
que habita en el inconsciente, motor <strong>de</strong> pasión y<br />
energía que hemos con<strong>de</strong>nado a la prisión y el intento<br />
<strong>de</strong> olvido.<br />
El olvido nos con<strong>de</strong>na a repetir, a revivir el dolor.<br />
La represión jamás resuelve <strong>un</strong> conflicto, sólo<br />
abona a su posterior explosión. Es preciso reconocer<br />
los signos <strong>de</strong> esa efervescencia en nuestro<br />
interior y darle <strong>un</strong> espacio para expresarse, para<br />
expresarnos.<br />
A<strong>un</strong> cuando el inconsciente no se acotará a las<br />
reglas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n y el tiempo al que estamos acostumbrados<br />
por imposición social, el darle <strong>un</strong> lugar<br />
diferente en nuestra concepción personal pue<strong>de</strong><br />
permitir <strong>un</strong> diálogo con lo que nos parece más ajeno<br />
y que, sin embargo, nos es mucho más propio.<br />
El reto es buscar <strong>un</strong> diálogo con base en el respeto,<br />
asumiendo esa postura diferente que subyace<br />
en nuestro interior pero que también es parte<br />
nuestra, por más que nos cueste reconocerla y por<br />
más que nos pese lo que alcancemos a vislumbrar.<br />
Es saber que, justo ahí, don<strong>de</strong> creíamos exponer<br />
nuestro mejor elaborado argumento y apareció esa<br />
palabra “que no quisimos <strong>de</strong>cir”, estamos gritando<br />
la más sólida verdad <strong>de</strong> nuestro prisionero.<br />
Es admitir que, cuando se nos ocurre aquella<br />
graciosa broma, estamos “viendo el cuadro completo”<br />
y emitimos <strong>un</strong>a opinión, a<strong>un</strong>que nos parezca<br />
que nada tuvimos que ver con lo que “salió <strong>de</strong><br />
nuestra boca”, es la caricatura que el prisionero nos<br />
dibujó y nos urgió a compartir.<br />
Es abrirnos a escuchar el mensaje cifrado por el<br />
prisionero a través <strong>de</strong> <strong>un</strong> sueño que nos <strong>de</strong>spierta<br />
llenos <strong>de</strong> inquietud pues, allá en las prof<strong>un</strong>dida<strong>de</strong>s,<br />
el terremoto ha cimbrado edificaciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus<br />
cimientos y nuestra arquitectura consciente se verá<br />
alterada.<br />
La violencia <strong>de</strong> <strong>un</strong> mensaje es proporcional a la<br />
violencia <strong>de</strong> la represión con que se le ha acallado,<br />
es <strong>un</strong> acto <strong>de</strong>sesperado. Si nos erigimos en cruentos<br />
torturadores <strong>de</strong>l prisionero, no nos extrañemos<br />
<strong>de</strong> la bomba explosiva que nos <strong>de</strong>tone en el capitolio<br />
<strong>de</strong> nuestra civilizada ciudad <strong>de</strong> la consciencia<br />
cotidiana.<br />
Ignorar los llamados <strong>de</strong> nuestro inconsciente<br />
es <strong>de</strong>jar la puerta cerrada a sabiendas <strong>de</strong> que estamos<br />
siendo buscados, es <strong>de</strong>sairar a <strong>un</strong>a visita por<br />
no consi<strong>de</strong>rarla importante o negarnos a recibirla<br />
por miedo a vernos confrontados por su presencia.<br />
Des<strong>de</strong> nuestra experiencia como prisioneros<br />
<strong>de</strong> la red <strong>de</strong>l imaginario y los constructos sociales,<br />
<strong>de</strong>beríamos haber aprendido a respetar a otros prisioneros<br />
en vez <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar nuestra ira acumulada<br />
<strong>de</strong> subyugados contra quien nos parece más débil.<br />
Hay que admitir que, pese a nuestros intentos<br />
ignorar al inconsciente y restarle valor, ha ganado<br />
batalla tras batalla y nos ha <strong>de</strong>jado sin argumentos<br />
para continuar marginándolo.<br />
Po<strong>de</strong>mos empecinarnos en aparentar que nos<br />
regimos por <strong>un</strong>a racionalidad intachable o abrir<br />
nuestros sentidos y pensamiento a nuevas posibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> nuestro propio ser, dándoles la bienvenida,<br />
permitiéndoles manifestarse y reconociéndolas<br />
como parte nuestra, con el respeto que se han<br />
ganado.<br />
Es momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> acallar por ignorancia<br />
o temor y entablar <strong>un</strong> diálogo bajo las premisas <strong>de</strong><br />
la confianza y el respeto. Después <strong>de</strong> todo, respetar<br />
al prisionero, es respetarnos a nosotros mismos.<br />
Enero - Marzo 2016<br />
17