PUERTAS CERRADAS
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Edgar calcula que su familia gastó alrededor de US$1.000 para que viajara desde<br />
Tegucigalpa a San Pedro Sula y luego en autobús hasta la frontera con Guatemala. “En<br />
Guatemala me quedé en un hotel una noche y luego tomé otro autobús. Después otro<br />
hotel –no recuerdo el nombre de la ciudad— y luego otro autobús. Seguí haciendo eso”.<br />
Consiguió llegar hasta el estado mexicano de Oaxaca. “Estaba en un autobús en Oaxaca y<br />
habíamos llegado a un punto donde había unos tres policías de inmigración en la<br />
carretera. Pararon el autobús. Empezaron a preguntar a todos: ‘¿tienes papeles? ¿de<br />
dónde eres?’ Los que respondimos de El Salvador u Honduras tuvimos que bajarnos del<br />
autobús”.<br />
“En la comisaría me hicieron muchas preguntas. Me preguntaron si viajaba solo, quién me<br />
había dado el dinero. Me preguntaron todas esas cosas. Cómo había cruzado la frontera”.<br />
“Le dije al oficial de inmigración que no podía volver aquí”, contó Edgar. Incluso le enseñó<br />
al agente una copia de la denuncia que él y su madre habían presentado. “Entonces me<br />
dijeron que podía pedir asilo. Les dije que sí, pero para entonces yo ya estaba encerrado y<br />
me dijeron que eso llevaría mucho tiempo. Yo no podía soportar eso. Al menos entre dos y<br />
seis meses [más en detención] sólo para recibir la respuesta”.<br />
“Cuando me dijeron que pasarían al menos seis meses hasta recibir una respuesta, dije<br />
que no, yo no quiero eso. Me enviaron aquí”, dijo, refiriéndose al centro de recepción en<br />
San Pedro Sula, donde habló con Human Rights Watch el día en que fue devuelto a<br />
Honduras.<br />
* * *<br />
Cada año, decenas de miles de niños viajan desde América Central a México, la mayoría<br />
procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras. Sin duda, muchos niños emigran sólo<br />
por razones económicas y no cumplen los requisitos para ser reconocidos como<br />
refugiados o recibir otras formas de protección internacional contra la devolución a sus<br />
países de origen; estos niños pueden ser devueltos a sus países de origen de una manera<br />
que cumpla con el derecho internacional y mexicano.<br />
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