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Librodot <strong>Diario</strong> <strong>Ana</strong> Frank<br />
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Domingo, 19 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1944<br />
Querida Kitty:<br />
Ayer fue un día muy importante para mí. Después <strong>de</strong> la comida <strong>de</strong>l mediodía, todo se<br />
<strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong> manera normal. A las cinco puse a hervir las patatas y mamá me dio un<br />
trozo <strong>de</strong> morcilla para que se la llevara a Peter. Al principio yo no quería hacerlo, pero<br />
luego fui <strong>de</strong> todas formas. Él no la quiso y tuve la horrible sensación <strong>de</strong> que todavía era<br />
por lo <strong>de</strong> la discusión sobre la <strong>de</strong>sconfianza. Llegado un momento no pu<strong>de</strong> más, me<br />
vinieron las lágrimas a los ojos y sin insistir volví a llevar el platito a mamá y me fui a<br />
llorar al retrete. Entonces <strong>de</strong>cidí hablar <strong>de</strong>l asunto con Peter <strong>de</strong> una vez para siempre.<br />
Antes <strong>de</strong> cenar éramos cuatro en su habitación ayudándole a resolver un crucigrama, y<br />
entonces no pu<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle nada, pero justo antes <strong>de</strong> ir a sentarnos a la mesa, le susurré:<br />
-¿Vas a hacer taquigrafía esta noche, Peter?<br />
-No -contestó.<br />
-Es que luego quería hablarte.<br />
Le pareció bien.<br />
Después <strong>de</strong> fregar los platos fui a su habitación y le pregunté si había rechazado la<br />
morcilla por la discusión que habíamos tenido. Pero por suerte no era ése el motivo, sólo<br />
que no le pareció correcto ce<strong>de</strong>r tan pronto. Había hecho mucho calor en la habitación y<br />
estaba colorada como un cangrejo; por eso, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> llevarle el agua a Margot abajo,<br />
volví un momento arriba a tomar algo <strong>de</strong> aire. Para salvar las apariencias, primero me<br />
paré junto a la ventana <strong>de</strong> los Van Daan, pero al poco tiempo subí a ver a Peter. Estaba en<br />
el lado izquierdo <strong>de</strong> la ventana abierta, y yo me puse en el lado <strong>de</strong>recho. Era mucho más<br />
fácil hablar junto a la ventana abierta, en la relativa oscuridad, que con mucha luz, y creo<br />
que también a Peter le pareció así. Nos contamos tantas, pero tantas cosas, que<br />
simplemente no podría repetirlo todo aquí, pero fue muy bonito, la noche más hermosa<br />
que he vivido hasta ahora en la Casa <strong>de</strong> atrás. Sin embargo, te resumiré en pocas palabras<br />
<strong>de</strong> qué temas hablamos:<br />
Primero hablamos <strong>de</strong> las peleas, <strong>de</strong> que ahora mi actitud con respecto a ellas es muy<br />
distinta, luego sobre nuestra separación con respecto a nuestros padres. Le hablé <strong>de</strong><br />
mamá y papá, <strong>de</strong> Margot y <strong>de</strong> mí misma. En un momento dado me dijo:<br />
-Vosotros seguro que os dais las buenas noches con un beso.<br />
-¿Uno? ¡Un montón! Tú no, ¿verdad?<br />
-No, yo casi nunca le he dado un beso a nadie.<br />
-¿Para tu cumpleaños tampoco?<br />
-Sí, para mi cumpleaños sí.<br />
Hablamos <strong>de</strong> la confianza, <strong>de</strong> que ninguno <strong>de</strong> los dos la hemos tenido con nuestros<br />
padres. De que sus padres se quieren mucho y que también quisieran tener la confianza<br />
<strong>de</strong> Peter, pero que él no quiere. De que cuando yo estoy triste me <strong>de</strong>sahogo llorando en la<br />
cama, y que él sube al <strong>de</strong>sván a <strong>de</strong>cir palabrotas. De que Margot y yo sólo hace poco que<br />
hemos intimado, y que tampoco nos contamos tanto, porque estamos siempre juntas. En<br />
fin, <strong>de</strong> todo un poco, <strong>de</strong> la confianza, <strong>de</strong> los sentimientos y <strong>de</strong> nosotros mismos. Y resultó<br />
que Peter era tal como yo sabía que era.<br />
Luego nos pusimos a hablar sobre el período <strong>de</strong> 1942, sobre lo distintos que éramos<br />
entonces. Ninguno <strong>de</strong> los dos se reconoce en como era en aquel período. Lo insoportables<br />
que nos parecíamos al principio. Para él yo era una parlanchina y muy molesta, y a mí él<br />
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