GOLPE EN BRASIL
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Eduardo Fagnani<br />
sido introducida en muchos países, incluso antes de la crisis internacional<br />
de 2008; y la propia ortodoxia internacional ya lo trata como el “viejo<br />
consenso”. Pero aquí en Brasil el “trípode” macroeconómico, introducido<br />
en 1999, se convirtió en una idea fija. Cualquier crítica es considerada<br />
herética por los dictadores del debate económico nacional.<br />
Fortalecer la industria es también una condición necesaria para<br />
avanzar en el proceso de civilización. La experiencia internacional<br />
muestra que ningún país se desarrolló sin una industria fuerte y competitiva.<br />
También sería necesario fortalecer la capacidad de financiamiento<br />
del Estado. Hay espacio para avanzar en la reforma fiscal, en<br />
la revisión de los incentivos fiscales y en el combate contra evasión de<br />
impuestos. Las tasas de interés estratosféricas amplían continuamente<br />
los gastos financieros, transfieren renta a los más ricos y debilitan la<br />
capacidad financiera de los gobiernos para actuar a favor de la reducción<br />
de las desigualdades.<br />
No existen perspectivas favorables para la construcción de una<br />
sociedad más igualitaria si este proyecto no es pensado en la perspectiva<br />
de la democracia. La mejora continua de la democracia requiere<br />
la reforma del sistema representativo, monopolizado por los partidos y<br />
capturado por el poder económico. La mercantilización de los votos y<br />
la ausencia de partidos programáticos establecen límites al presidencialismo<br />
de coalición, dejando a cualquier gobierno rehén de los intereses<br />
fisiológicos y corporativos. Esta es la raíz de la corrupción generalizada<br />
del sistema político-partidario, que expone las fracturas del modelo<br />
heredado del pacto conservador en la transición a la democracia.<br />
La creación de una sociedad más igualitaria también requiere<br />
el fortalecimiento del rol del Estado. No hay en la historia económica<br />
del capitalismo ningún país que se haya desarrollado sin la presencia<br />
expresa de su Estado nacional. La democracia depende de la pluralidad<br />
de ideas y, en ese sentido, es esencial asegurar que los medios de<br />
comunicación sean la base de un debate plural sobre los problemas de<br />
Brasil y sus soluciones, aprendiendo de las lecciones de muchos países<br />
capitalistas desarrollados (EE.UU., Francia , Alemania, Italia, Inglaterra,<br />
España y Portugal, entre otros).<br />
REPITI<strong>EN</strong>DO 1954, 1961 Y 1964<br />
La creencia en esta utopía fue posible a partir de la democratización<br />
de la década del ochenta hasta hace pocos años. Hoy estamos devastados<br />
por un sentimiento de opresión. La inminencia de un golpe institucional<br />
–porque no hay evidencia de crímenes de responsabilidad<br />
cometidos por la mandataria – y el ascenso ilegítimo al poder de los<br />
representantes dueños de la riqueza podría convulsionar al país y<br />
profundizar la captura y el estricto control del Estado por estos sec-<br />
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