Las cuatro transformaciones y sus fundamentos pedagógicos e institucionales
Rev%20Educadores%20258-Ferran%20Ruiz
Rev%20Educadores%20258-Ferran%20Ruiz
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
3) Aprovechamiento del tiempo. La institución<br />
debe velar para que en todo momento los<br />
alumnos estén en condiciones de poder desempeñar<br />
un papel positivo. Mantener un alumno en un<br />
aula en la que no está en condiciones de participar<br />
e implicarse constituye una pérdida de tiempo grave<br />
e irreparable, que acentúa la desmotivación y la<br />
falta de estima por el conocimiento y el aprendizaje<br />
e incluso deteriora la convivencia. El tiempo también<br />
se desaprovecha cuando la dinámica escolar<br />
hace que el alumno viva su escolarización como un<br />
trámite prolongado, impuesto, del todo ajeno a <strong>sus</strong><br />
inquietudes e intereses. En un sentido más específico,<br />
se deben evitar pérdidas de tiempo individuales<br />
y colectivas asociadas a situaciones de inacción<br />
y pasividad. De ningún modo la praxis educativa<br />
cotidiana debería ser la causa de que un alumno<br />
esté inactivo y desaproveche su tiempo.<br />
4) Voz del alumno. La institución educativa<br />
debe estimular, valorar e incluso exigir la voz y<br />
la implicación del alumno en los mecanismos formales<br />
de participación y en su caso de toma de<br />
decisiones. Tanto o más importante es que además<br />
promueva su voz en el ámbito del aprendizaje y la<br />
actividad académica, de forma que el alumno pueda<br />
influir en la gestión de su propio proceso educativo<br />
de la manera apropiada. Todo alumno tiene<br />
una experiencia íntima de su escolarización, posiblemente<br />
con alegrías, éxitos y esperanzas, tal vez<br />
con fracasos, desengaños y expectativas no satisfechas,<br />
o ambas a la vez. El centro educativo debe<br />
conocer y comprender estas realidades y convertirlas<br />
en su más preciado capital. Que el alumno<br />
perciba interés por él y su circunstancia es crucial<br />
para lograr su compromiso y para que se convierta<br />
en emprendedor de su propio aprendizaje, al tiempo<br />
que motiva la participación real y efectiva de los<br />
padres.<br />
5) Aspiración a ser y a contribuir. Además<br />
de competencias y conocimientos, toda la actuación<br />
de la institución debe propiciar el desarrollo<br />
de capacidades, valores, personalidades y sensibilidades.<br />
La escolarización de niños y jóvenes ha<br />
de permitir que puedan explorar ámbitos de conocimiento<br />
o actividad a los que eventualmente les<br />
apetecería dedicarse, cultiven el placer de aprender<br />
y alberguen el deseo de hacerlo toda su vida. En<br />
este sentido se podría decir que la voluntad, la fuerza<br />
interior y la motivación para querer hacer y ser,<br />
es la competencia fundamental que debe promover<br />
la educación. El proceso educativo ha de estimular<br />
el deseo de contribuir a la vida social y económica<br />
y conseguir que cada joven aspire a perseguir con<br />
pasión las posibilidades de su propio futuro de una<br />
manera ética, solidaria, autónoma y racional.<br />
6) Actualización pedagógica. La institución<br />
educativa ha de afrontar de manera conjunta<br />
y permanente la tarea de actualizarse y progresar<br />
en asuntos <strong>pedagógicos</strong> clave como: a) objetivos<br />
educativos, adoptando una clara orientación a la<br />
profundidad más que a la extensión, a la expresión<br />
del pensamiento y a la exploración de los entornos<br />
físico y de información; b) conocimiento, enten-<br />
9<br />
u<br />
e DUCADORES =Abril - Junio 2016