05.08.2016 Views

Historias de vida FINAL

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Bastantes niños sentados me han tocado. Le toco los piecitos, voy bajando el piecito <strong>de</strong> ahí comienzo a maniobrar la<br />

cabecita hasta que sale. Cuando está <strong>de</strong> pie, la cabecita es lo difícil, se queda atorada. Pero el que tiene maniobra <strong>de</strong><br />

cómo sacarlo, empuja, empuja, y pue<strong>de</strong> arreglarlo. Viene la mandíbula, y <strong>de</strong>spués ya es fácil que salga lo <strong>de</strong>más. He<br />

visto mellizos, trillizos, otros <strong>de</strong> nalga, otros <strong>de</strong> pies. El <strong>de</strong> pie ellos vienen solitos bajando el pie. El <strong>de</strong> nalga, uno tiene<br />

que maniobrar bastante, porque vienen los pies alzados, se comienza a tocar, se ve la coyunturita <strong>de</strong>l pie y se la baja<br />

el uno, ahí él mismo ya baja el otro.<br />

El parto más complicado fue en una ambulancia. A esa chica yo le había atendido dos partos anteriores. Tenía un<br />

fibroma, el doctor le había dicho que el parto era peligroso, porque se podía venir el útero con todo, que no podía<br />

quedar embarazada. Un día vino a tocar la puerta, ya iba a parir. “Yo no te voy a aten<strong>de</strong>r el parto porque corren peligro<br />

tú o el niño”, le dije. Llamé a la ambulancia para llevarla al hospital. Ella ya estaba con las contracciones, le dije a mi<br />

nuera que busque una sábana, cuando estando por la Puntilla se le viene el niño, con útero y todo y con un <strong>de</strong>sangrado<br />

terrible. Antes, tan pilas, le dije nos vamos a Guayaquil, ella no tenía plata, pusimos a cambio nuestra platita. Yo pensé<br />

que esa mujer se me moría, una hemorragia, eran sábanas tras sábanas. El doctor dijo que estaba grave. Se le salió el<br />

útero con todo el niño, enfundado. En la bajadita <strong>de</strong> ese puente por ahí se le vino ese niño, cuando veo ese útero afuera,<br />

casi se nos muere. La salvaron, le pusieron como 9 pintas <strong>de</strong> sangre y la salvamos a la señora. Y al niñito. Yo me quedé<br />

con la señora y fui a buscarle al marido. Fue el único susto <strong>de</strong> mi <strong>vida</strong>.<br />

Las personas que más me buscan son las que menos tienen. Aunque también he atendido partos <strong>de</strong> mujeres que<br />

tienen dinero. Una amiga tiene una mansión gran<strong>de</strong>. Ella no quería ir a la clínica. Le dijo al marido que quería que yo le<br />

atienda. Y le pidió que me pagara como a una clínica. Cuando le atendí el parto <strong>de</strong> su último hijo, me dio un sobre. Yo<br />

te voy a dar lo que cuesta la clínica. Lo que nunca te he pagado, aquí están tus honorarios. Si yo te pago eso es porque<br />

ahora mi marido tiene sus cuatro reales. Eran como 900 dólares.<br />

En general preguntaban “cuánto le <strong>de</strong>bo señora Guillermina, 10 sucres, 15 sucres. Pero es que no tengo para pagarte<br />

todo, entonces págame 5 sucres”. Casi regalado.<br />

Recuerdo una temporada que estuve <strong>de</strong> candidata para el municipio <strong>de</strong> Samborondón, quedé <strong>de</strong> concejala alterna. La<br />

propaganda <strong>de</strong>cía: ‘parto gratuito con Guillermina Martillo’.<br />

Me venían 5, 6 mujeres en la noche. En el día 4, 5. Le <strong>de</strong>cía a mi amiga, anda a ver que tengo el parto gratuito lleno,<br />

quién me iba a <strong>de</strong>volver lo que he gastado. Hasta pañales les daba, porque a veces han venido señoras <strong>de</strong>l campo que<br />

no tenían ni con qué envolver al niño. Me han tocado partos que he tenido que abrir mis sábanas, hacerlas pedazos y<br />

envolver a los niños. Sacar ropita <strong>de</strong> mis nietos, <strong>de</strong> mis hijos, que he guardado, camisetitas, gorritos, blusitas, buscarlos<br />

para vestirlos, porque ha habido personas que no traen ni para un pañal. Gracias a Dios que les he ayudado, les he dado<br />

una mano. Como 4, 5 años funcionó lo <strong>de</strong>l “parto gratuito”.<br />

Doña Guillermina es toda una dulzura, nos contó sus saberes con una sua<strong>vida</strong>d que imaginamos será la misma que muestra<br />

para aten<strong>de</strong>r un parto, con esa <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za única que tienen las mujeres parteras.<br />

29

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!