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u Los dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar • ARTROSIS
• Informe Especial t
tres años después mientras hacía windsurf. En definitiva:
tres traumatismos graves en las dos rodillas, tres
operaciones. En esa época, ningún cirujano, ningún
médico, proponía un tratamiento preventivo contra
una consecuencia lejana pero inexorable de los traumatismos
articulares: la artrosis.
Sin embargo, las cosas han cambiado desde entonces,
sencillamente porque la investigación ha identificado
los mecanismos biológicos que degradan la articulación.
Y es en este aspecto donde mi historia puede ser interesante
para usted. Ya sea usted joven o de edad avanzada,
independientemente de que su articulación aún
esté sana o sufra ya estos problemas, le voy a indicar
exactamente cómo he prevenido o limitado las consecuencias
de la artrosis. Yo soy la prueba viviente de que
se puede reducir significativamente el riesgo de dolores
y secuelas incluso a pesar de padecer ya artrosis. Es
cierto que una de mis rodillas se inflama tras una larga
caminata; y es cierto que me llega a doler, pero estos
dolores son raros, breves y soportables. No sufro ninguna
incapacidad, incluso esquío, y mi reumatólogo
me asegura que no tengo perspectivas de tener que
pasar por un quirófano.
u Artrósicos desengañados
La artrosis es la afección reumatológica más corriente
pasados los 50 años. Y los gastos ocasionados
en España por su tratamiento son
descomunales, hasta el punto de que, tras las enfermedades
cardiovasculares, es junto con el cáncer
la enfermedad que genera más gastos sanitarios. El
tratamiento de la artrosis de rodilla y de cadera, los
más invalidantes, supone un coste de algo más de
4.700 millones de euros anuales (el equivalente al
0,5% del PIB). Cada paciente genera un gasto
medio de 1.500 euros al año, según datos extraídos
del estudio Artocad, elaborado por la Sociedad Española
de Reumatología (SER).
Y cada año se diagnostican 20.000 nuevos casos
en España, según la SER. Pero a pesar de estos gastos
masivos en medicamentos, visitas al médico y
consumos de recursos sanitarios, la calidad de vida
en los pacientes con artrosis sigue siendo precaria.
Al menos un 30% de los pacientes presenta limitaciones
tales como para precisar ayuda. Y el 70%
restante, si bien son independientes, presentan limitaciones
y dolor al realizar tareas como subir y
bajar escaleras o realizar tareas domésticas. 1
ICómo salvé mis articulacionesxx
Durante mucho tiempo se ha creído –y algunos mé-
Durante mucho tiempo se ha creído –y algunos médicos
mantienen todavía este discurso– que el cartílago
de de las las articulaciones es es como la la suela de un zapato que
se se desgasta con con el el paso de de los años. Las personas que padecen
artrosis estaban poco poco más más o o menos menos que que condena-
condenadas
a a aceptar aceptar su su dolor dolor estoicamente. Los Los médicos les
explicaban que su su cartílago estaba desgastado y que las
únicas opciones eran inyecciones de ácido hialurónico
(que (que en en algunos casos alivia el el dolor), medicamentos de
síntesis para reducir el el dolor (con efectos secundarios a
menudo graves) o la la prótesis. ¡Era para deprimirse!
Sin embargo, mis investigaciones me indicaban lo contrario:
que había una gran esperanza de poder curar la
artrosis de forma natural, sin una intervención quirúrgica
arriesgada (y dolorosa) y sin medicamentos. De
hecho, observaciones científicas de las que había tenido
conocimiento me habían convencido de que la artrosis
no es un simple proceso de desgaste que aparece con
el tiempo. Es el resultado de un proceso inflamatorio,
provocado al principio por un traumatismo del tipo de
los que yo había sufrido, o por causas inflamatorias crónicas
(entre otras las provocadas por determinadas intolerancias
alimentarias). Por lo tanto, según mis
investigaciones, si conseguía detener este proceso inflamatorio,
podía igualmente detener la aparición de
la artrosis. Y eso es exactamente lo que me ocurrió, y lo
que podría ocurrirle a usted también.
Mi intuición, por otra parte, se vio confirmada a comienzos
de los años 2000 por investigadores americanos:
la artrosis no es, como se creía hasta ahora, el
resultado de un simple desgaste del cartílago a la manera,
como decíamos antes, de una suela que ha tenido
un uso excesivo, sino más bien la consecuencia de un
trastorno que afecta a la célula especializada que fabrica
el cartílago, es decir, el condrocito.
El condrocito es la pieza clave de la articulación. Incansablemente,
día tras día, sintetiza todos los elementos
del cartílago que asegurarán el buen
funcionamiento de la articulación: el colágeno, que le
confiere su resistencia, y los proteoglicanos, grandes esponjas
que permiten absorber los impactos.
Sin embargo, el condrocito pueden enfermar por motivos
que detallaré más adelante. En ese caso, no sólo
no produce más cartílago nuevo en sustitución del que
va desapareciendo de forma natural, sino que incluso
comienza a destruir el cartílago que ha fabricado, precipitando
fatalmente la aparición de la artrosis.
1
Estudio publicado en Semergen y presentado en el Congreso Samfyc 2010.
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