Feria y Fiestas
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1920: VILLARRUBIA DE LOS OJOS<br />
HOMENAJE AL MANCO DE LEPANTO<br />
El título del presente artículo puede que, de entrada,<br />
cause a muchos de sus lectores cierta sorpresa, pero<br />
esta impresión ha de durarles poco si nos anticipamos<br />
a decir que vamos a tratar de varias calles villarrubieras<br />
y aclarar, tal vez innecesariamente, que el Manco de<br />
Lepanto fue el apodo que recibió el valiente soldado<br />
y luego famoso escritor Miguel de Cervantes tras su<br />
participación en la batalla naval de Lepanto (Italia)<br />
contra los turcos en 1571 en la cual, cayendo herido,<br />
perdió la movilidad de la mano izquierda.<br />
Seguir el nomenclátor de las calles de<br />
Villarrubia de los Ojos, sobre todo a partir de la<br />
segunda mitad del siglo XIX, es comprobar que aquí,<br />
como ocurre en todas las poblaciones españolas<br />
incluso en las más pequeñas, los cambios en las<br />
denominaciones de su viario se suceden en paralelo<br />
a las frecuentes alteraciones políticas que, con un<br />
carácter generalmente revolucionario, llenan por<br />
desgracia nuestra historia nacional. Esta puede<br />
seguirse sin apenas dificultad observando cómo en<br />
nuestro callejero unos nombres, unidos a personas o a<br />
fechas significadas en aquellas alteraciones, desplazan<br />
a otros que a su vez son luego desplazados. Es esta<br />
una manera sencilla y poco costosa de visibilizar los<br />
cambios históricos y honrar a sus protagonistas por<br />
los Ayuntamientos. Protagonistas de la vida política,<br />
casi con exclusividad, tan efímeros en el tiempo como<br />
su propia existencia.<br />
Los grandes olvidados en estos procesos de<br />
rotulación urbana suelen ser nuestros creadores, tanto<br />
en las artes como en las ciencias, que frente a aquellos<br />
mantienen un valor de permanencia y, en algunos<br />
casos, de universalidad. En los Ayuntamientos, pues,<br />
la realidad política, con su calor, se impone en este<br />
punto irremediablemente a toda otra realidad cultural.<br />
Por esta causa desaparecen a menudo del callejero, y<br />
a veces para siempre, viejos nombres que la tradición<br />
había consolidado.<br />
Pues bien, el primer creador que con categoría<br />
universal dará su nombre a una vía villarrubiera<br />
será don Miguel de Cervantes, traído aquí sin duda<br />
por la sensibilidad de una Corporación municipal<br />
que presidía el pedagogo calzadeño, avecindado<br />
en Villarrubia de los Ojos desde 1900, don Andrés<br />
Racionero Real, uno de los alcaldes más cultos que ha<br />
tenido nuestra localidad. Corría el año de 1920.<br />
Hasta hace relativamente poco tiempo, la<br />
existencia de dos grandes propiedades rústicas<br />
particulares aledañas al casco urbano –la Cerca por<br />
el lado este y los Huertos del Duque por el oeste–<br />
condicionaba la expansión de la población. Por ello,<br />
cuando, a principios del siglo XX, quiso esta extenderse<br />
por el norte sólo pudo hacerlo por el espacio que<br />
mediaba entre aquellas dichas propiedades. Y, en<br />
efecto, allí surgieron entonces varias nuevas calles:<br />
las proyectadas en perpendicular a una de las vías de<br />
acceso a esta villa; en concreto, la que unía el paseo<br />
del Cordón con el arranque del camino llamado del<br />
Caño, camino amplio que, en uno de sus márgenes,<br />
flanqueaban los tapiales de los mencionados Huertos.<br />
Cinco calles se habían ido formando en aquel entorno:<br />
dos que, cruzando la referida vía de acceso, eran<br />
prolongación de otras ya existentes, y tres más.<br />
Al ser elegido alcalde de Villarrubia, en abril de<br />
1920, don Andrés Racionero, uno de los asuntos<br />
que se planteó a su Corporación, entre otros de<br />
mayor enjundia, fue la denominación de aquellas<br />
nuevas calles. Para ello se nombró, como se hacía de<br />
habitual, una comisión con el fin de que, estudiando<br />
el tema, propusiera luego a la consideración del pleno<br />
municipal los nombres que estimaba más adecuados.<br />
En efecto, en la sesión ordinaria del día 2 de junio del<br />
citado año el Ayuntamiento aprobaba las rotulaciones<br />
correspondientes a las nuevas vías que se habían<br />
abierto en el caserío villarrubiero.